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Trabajo Práctico

N°1

“Sistema Republicano de
Gobierno”

Carrera: Lic. En Tratamiento y Seguridad penitenciaria.


Materia: Introducción al derecho.
Profesor: Abelardo, Meza Aguerre.
Alumno: Machado Cristian Ariel.
Comisión: “B”
Sistema Republicano de Gobierno.

 En 1853, cuando alumbra la ley fundamental, el constituyente plan con la forma


republicana consagrada en el artículo 1° su misión democrática para el estado
argentino.

Dice la Norma:
“La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma Representativa,
Republicana y Federal, según lo establece la presente Constitución.”

Tan significativa declaración fue concebida como opuesta a las ideas


monárquicas que en aquel momento aparecían como receta apropiada para dar
vida a la concentración del poder.

La superación de las formas y el paso del tiempo demuestran que en la


realidad hay monarquías democráticas (España, Inglaterra, Holanda, etc.); como
también Estados que bajo la asignación Republicana encubren objetivos ajenos a
la esencia de ese sistema.

En el Art.38 se clasifica los partidos políticos como instituciones


fundamentales del sistema democrático, preciando que la Constitución garantiza
su organización y funcionamiento democrático.
Al regular las atribuciones del Congreso, del Art.75 inciso 19 manda que el
Congreso sancione leyes que consoliden la promoción de los valores
democráticos.

Caracteres de la República.

*Los principios que definen el funcionamiento de una República están dados


básicamente por:

_Soberanía Popular: este principio se expresa afirmando que el pueblo


constituye el origen de todo poder y es a través del sufragio como
materializa sus preferencias escogiendo a quienes investirán la calidad de
representantes.
División de Poderes.
La idea de la división de poderes conforme, ha sido uno de los principios más
caros al nacimiento del constitucionalismo, en forma de obtener la ansiada
desconcentración del poder.

Para obtener una división constante entre los poderes, es preciso que no estén
separados del todo: en otros términos, es menester que cada uno de ellos tenga
su órbita, pero no absolutamente aislado de los demás para que cada uno
conserve dentro de sus límites, es preciso que sea templado, que esté compartida
por decirlo así.

Su descripción permite captar el sentido del enunciado político adoptado,


contabilizado como tales: el orgánico, el de titularidad, el funcional, el de
autonomía, el de exclusividad, el de cooperación, el de control y el de equilibrio.

 El primer presupuesto que permite la división es el orgánico. Sin un ente


previamente creado al que se imputen los atributos que se reconocen al poder
carecemos de objeto en quien depositar las potestades. Los órganos emergen
así como manifestación de las diversas estructuras organizativas del Estado.
Por ejemplo, el órgano judicial y el órgano legislativo.

 Para el órgano es nada más que la caparazón del poder, su diseño


responde a la necesidad de cobijar uno o varios titulares a quienes se inviste
para el ejercicio activo de la jurisdicción acordada. Emerge de este modo el
presupuesto de titularidad encarnado en un determinado sujeto o un grupo de
ellos. Por ejemplo, el presidente, los legisladores, los jueces.

 Configurado el órgano y realizada la cobertura imprescindibles es que el


diseño sea dotado de facultades que a la hora de materializarse reflejen la
actuación del poder. Tal, el presupuesto de funcionalidad, cuya ausencia
tornaría irrelevante el órgano y su titular. Por ejemplo, las competencias que la
Constitución acuerda a cada uno de los poderes en los Art.75, 99, 116.

 Para cumplir con su cometido cada poder necesita un mínimo de


independencia, diremos más, requiere de un espacio propio que conlleva a
identificar ese ámbito con el presupuesto de autonomía. Con arreglo a él, las
determinaciones adoptados son una emanación de su propia soberanía en
cuanto aptitud de autodeterminación.

 Estrechamente conectado el espacio soberano de cada función del poder


fluye el presupuesto de exclusividad de los atributos encomendados. Por
tanto, muchas veces el sistema otorga cierta competencia a un poder y
simultáneamente, excluye por incompatible la posibilidad que otra rama use tal
atributo. Por ejemplo, la facultad de administrar justicia instada en ejercicio del
derecho a la jurisdicción conferida al Poder Judicial de la Nación. Art.116,
acarrea la elemental interdicción de que el Ejecutivo o el Legislativo asuman
ese cometido.

 Un modo de atenuar los alcances de la exclusividad se opera en los casos


que la ley Fundamental requiere de la aquiescencia de más de un poder para
dar vida a un único acto. Con tales excepciones queda reflejado el presupuesto
de cooperación, posibilitando lugares comunes que conducen a la
concertación y el entendimiento. Por ejemplo, la hechura de la ley, sancionada
por el Congreso y promulgada por el Ejecutivo.

 La actividad de los poderes necesita de una interrelacionada vigilancia para


realizar la máxima de que solo el poder frene al poder, alumbra el presupuesto
de control. En nuestro sistema, por ejemplo, los actos del Ejecutivo son
controlados por el Legislativo y el Judicial; los del Legislativo susceptibles de
verificación por la jurisdicción y a veces por el Ejecutivo el producto del judicial
es fiscalizado internamente por otros órganos de ese poder (Consejo de la
Magistratura) o por el Congreso si se trata de juzgar la responsabilidad política
de los miembros de la Corte Suprema de Justicia y por jurado de enjuiciamiento
cuando se evalúa el comportamiento de los jueces inferiores.

 En un sistema político regular, como el ideado por el constituyente


originario, la síntesis a que conduce la concurrencia simultánea de los citados
presupuestos desemboca en el equilibrio del poder. Bien entendido que esa
ponderación se materializa en la medida que la Constitución mantenga
acertadamente la distribución de competencias que por naturaleza
corresponden a cada poder.

Periodicidad en los Cargos.

En una república quienes ejercen cargos de alta magistratura duran en sus


funciones un limitado tiempo. Se procura evitar así el enquistamiento en el cargo,
posibilitando la renovación de la persona de los detentadores del poder y con ello
la chance del pueblo de juzgar el comportamiento de quienes se desempeñan en
él.
Los diputados duran 4 años (Art.50); los senadores 6 años (Art.56) y; el
presidente de la nación 4 años (Art.90).

Distinto es el caso de los miembros del Poder Judicial que conservan sus
empleos mientras dure su buena conducta (Art.110). La excepción a este principio
tiene asidero en la necesidad de preservar a los jueces de los avatares políticos
que supondría su temporalidad en la judicatura, puesto que dicho poder esta
llamado a mantener la supremacía de la constitución y realizar el control de la
constitucionalidad (Art. 31 y 116).

No obstante lo apuntado, más allá de la formalidad de los textos


constitucionales hay provincias argentinas que en sus constituciones admiten la
relación indefinida del titular del Ejecutivo. Esas regulaciones, aunque puedan
cobijarse bajo el argumento de la soberanía popular y el hecho de que cada
provincia organiza sus instituciones locales y elige sus autoridades sin
intervención del gobierno federal (Art. 112) constituyen un mecanismo encubierto
para que ciertos sectores de la sociedad perpetúen en el poder.

Transparencia en los actos de gobierno.

El conocimiento de los actos realizados por los funcionarios es presupuestos


indispensable para tomar efectiva su responsabilidad. De allí el sentido de esta
exigencia. Coadyuva a su realización la existencia de la prensa y la posibilidad de
expresarse a través de ella su censura posesiva (Art. 14).

Debe entenderse, para que no quepan dudas, que la difusión que la


constitución quiere es la de los actos cumplidos por el gobernante en ejercicio de
su función. No así, la del proselitismo partidario que muchas veces se identifica
“ex profeso” con la publicidad de los actos de gobiernos para propagar campañas
políticas.

Igualdad ante la ley

El concepto de igualdad ante la ley materializado en la idea de conferir análogo


tratamiento a todos los que se hallan en la misma situación es soporte básico de
una organización social que no admite prerrogativas discriminatorias fundados en
el sexo, raza, religión o ideología, en ese sentido el (Art.16) consagra el principio
general de igualdad ante la ley.
El postulado se ha visto reforzado con acciones positivas que garantizan la
igualdad real de oportunidades, el reconocimiento a la persistencia étnica y
cultural de los pueblos indígenas, la directriz en virtud de la cual el congreso debe
dictar leyes de organización y de base de la educación que consoliden…
La igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna, la
igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres para el acceso a los
cargos electivos y partidarios, todos ellos emanados de la reforma constitucional
de 1994.

Art.16_ La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre ni nacimiento:


no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son
iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la
idoneidad. La igualdad en la base del impuesto y de los cargos públicos.

Información hallada en “Manual de Derecho Constitucional


Argentino”. Autor: Mario Midón .2da Edición Aumentada y
Actualizada. Tipo de documento: texto impreso. Editorial:
Buenos Aires. Plus Ultra, (1997). Pág. 78 a 84.

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