Está en la página 1de 14

Introducción

La vela es un deporte complejo en el que interactúan múltiples factores


para la consecución del rendimiento deportivo.

Los regatistas de vela desarrollan su práctica deportiva en un medio


fluctuante en el que se hace imprescindible el dominio de los medios
acuático y aéreo para el manejo de las embarcaciones.

El objetivo, en competición, de una embarcación de vela se centra en


aprovechar al máximo fuerza vélica, acción del viento sobre las velas, para
conseguir la máxima propulsión o velocidad. Sin embargo, la propia fuerza
del viento y la acción de las olas van a provocar una serie de fluctuaciones
en las embarcaciones, que tiene como factor asociado la perdida de
velocidad debido a la escora, el cabeceo y la posible deriva respecto del
rumbo descrito.

Figura 1.
En este artículo abordamos únicamente los movimientos de las
embarcaciones de vela ligera respecto del eje proa-popa, es decir, los de
escora. Intentaremos explicar como se controlan para conseguir la máxima
velocidad de nuestra embarcación.

Análisis mecánico de las fuerzas que intervienen en el sistema embarcación-


regatista

El conjunto embarcación-regatista se puede considerar como un sistema


en el que interactúan distintas fuerzas que van a producir unos momentos
de fuerza, efecto de una fuerza que produce una rotación en un objeto, en
esta ocasión el barco, sobre un eje determinado, la línea de crujía (línea
imaginaria que va de proa a popa y divide al buque en dos partes simétricas
llamadas banda de babor y estribor). La magnitud del momento de fuerza
sobre cualquier punto está relacionada con la magnitud de la fuerza y su
brazo de palanca, considerado este como la distancia perpendicular a la
línea de acción de la fuerza desde el eje de rotación.
Figura 2.
Podemos hablar, por tanto, de dos momentos de fuerza que condicionan
la estabilidad de la embarcación (figura 2). Por un lado el par escorante,
efecto de la fuerza del viento sobre el centro vélico y su reacción en el
apoyo del barco, y por el otro, el par adrizante, que será función de la masa
de los tripulantes concentrada en su centro de masas (CG) y de a distancia
a la que se proyecte de la perpendicular al plano medio de la embarcación y
de sentido contrario al par escorante.

Para mantener el equilibrio en el sistema habrá que igualar ambos


momentos de fuerza.

El par adrizante sólo podrá modificarse aumentando o disminuyendo el


efecto el brazo de palanca, pues el peso de la tripulación puede
considerarse una constante durante toda una regata.

El par escorante se modificará por la acción de la fuerza vélica, en la que


podemos incidir mediante la manipulación de diferentes controles que
permiten el gobierno de las embarcaciones.

Por consiguiente, desde un punto de vista mecánico, durante el


desplazamiento de la embarcación y con el objetivo de evitar la escora que
provoca la fuerza del viento en ésta, se pueden describir dos sistemas
principales de palancas establecidos entre la embarcación y el regatista por
un lado, y el conjunto de las palancas óseas del regatista considerado
aisladamente por otro.

El sistema embarcación-regatista viene determinado por una palanca de


primer genero, en la cual el punto de apoyo o fulcro, queda situado entre la
potencia (par adrizante), y la resistencia a vencer (par escorante).

En este sistema existen distintas maneras de modificar ambos momentos


y según las condiciones imperantes se recurrirá a unas u otras.

Par adrizante
El par adrizante se refiere a la fuerza que aplica el regatista para
modificar el momento de fuerza y conseguir el máximo rendimiento de la
embarcación al impedir la escora.

El único parámetro modificable que el regatista puede influenciar durante


la navegación es el brazo de palanca y será en este en el que nos
centremos.

El deportista realiza una serie de movimientos compensadores que


mantengan en todo momento la verticalidad de la embarcación. Con tal
propósito, la fuerza muscular y la disposición correcta de las palancas
corporales van a ser unos de los elementos imprescindibles para
contrarrestar la escora de la embarcación, ya que una herramienta esencial
del regatista es la interposición del peso de su cuerpo, como agente que
ejerce la función de contrapeso en los movimientos de escora mencionados.

El deportista adoptará diferentes posturas, como serán la plancha, el


cuatro, o el trapecio, dependiendo de las características de la embarcación,
de la fuerza muscular y de las necesidades que genera el entorno.

Figura 3.
Sin embargo, el propio cuerpo del propio regatista va a representar una
seria desventaja mecánica para las fuerzas de la potencia (figura 3), ya que
en este caso, la aplicación de la resultante de las fuerzas queda situada
entre el fulcro y la resistencia, palanca de tercer genero, siendo en este
caso la longitud del brazo de resistencia un elemento claramente
determinante, circunstancia que supone el hecho de que, a mayor extensión
del cuerpo, queda beneficiada la potencia a efectos del sistema global
embarcación-regatista, pero queda en la misma medida dificultado el
sistema propio conformado por el cuerpo del regatista.

1. Análisis biomecánico de la postura en plancha

Se caracteriza por pasar de una posición en reposo, sedente sobre la


banda de la embarcación, a otra en la que el tripulante traba sus pies en
unas cinchas, desplaza la nalga fuera del casco y se extiende para
aumentar al máximo el brazo de potencia.
El mantenimiento de la posición se realizará mediante trabajo isométrico
de la musculatura implicada, caracterizado por la producción de tensión sin
cambios en la longitud del músculo.

Podemos afirmar que la actividad de trabajo muscular isométrico recae


intensamente sobre la musculatura flexora del tobillo, la extensora de la
rodilla, y la flexora de la cadera y del tronco. En estas dos últimas
articulaciones se combina el trabajo isométrico con el excéntrico y
concéntrico, aunque predomina el primero.

La flexoextensión del pie se realiza en la articulación


tibioperoneoastragalina. La extensión (flexión dorsal) es efectuada por los
músculos monoarticulares que salvan la articulación anteriormente (tibial
anterior, extensor largo del dedo grueso, extensor largo de los dedos y
peroneo anterior).

La articulación de la rodilla permite esencialmente movimientos de


flexoextensión. La extensión la realiza el único músculo que salta la
articulación de la rodilla anteriormente, el cuadriceps. Está formado por
cuatro vientres, vasto interno, vasto externo, crural y recto anterior, siendo
este último biarticular.

Al hacer banda las articulaciones del tobillo y la rodilla se encuentran


fijas, encontrándose los pies en las cinchas y la cara posterior del muslo en
la banda.

En extensión de rodilla, el recto anterior tendría una acción muy limitada


sobre la cadera, que en este caso sería la articulación libre sobre la que
actuaría.

En el análisis de la articulación de la cadera y al encontrarse el regatista


con las piernas fijas, únicamente se permitirán movimientos de
flexoextensión de cadera, provocando una basculación de la pelvis hacia
delante (anteversión) o hacia atrás (retroversión).

Al desplazar la nalga hacia fuera y extender el tronco se produce una


retroversión de la pelvis. En ese momento comienzan a actuar los músculos
flexores de la cadera (sartorio, aductores menor y mediano, recto anterior,
pectíneo, tensor de la fascia lata), sobre todo el psoas ilíaco. El psoas es un
músculo fusiforme y biarticular que se inserta en dos capas musculares: una
capa posterior que se fija en las apófisis transversas de las vértebras
lumbares y una capa anterior que se inserta en los cuerpos vertebrales de la
duodécima vértebra dorsal y las cinco vértebras lumbares. El cuerpo
muscular fusiforme, aplanado de delante atrás, desciende oblicuamente
hacia abajo y hacia fuera, para terminar junto con el músculo ilíaco en el
vértice del trocánter menor. Por su parte, el iliaco se origina en la cresta
ilíaca y los 2/3 superiores de la fosa ilíaca.

Al tiempo que bascula la pelvis hacia atrás, se distiende el músculo psoas


ilíaco. Al llegar a la extensión serán los potentes ligamentos coxofemorales
(enrollados en un mismo sentido, alrededor del cuello femoral, de manera
que la extensión los enrolla en torno al cuello y la flexión los desenrolla) los
que mantendrán, de forma pasiva, al individuo en extensión, el torso se irá
inclinando con su centro de gravedad fuera del casco hasta la horizontal,
punto de mayor efectividad de la potencia.

El tronco se encuentra sustentado desde el punto de vista biomecánico,


por el raquis o columna vertebral, este eje funcionaría como un mástil
multifraccionado en cada uno de los segmentos que lo integran, las
vértebras. La columna vertebral termina con el sacro (se articulará con los
dos coxales para formar la pelvis) y el coxis.

La columna presenta, en el plano sagital, tres curvas fisiológicas, dos de


convexidad ventral llamadas lordosis cervical y lumbar y una de concavidad
ventral, cifosis dorsal.

El raquis, eje del cuerpo, debe conciliar dos imperativos mecánicos


contradictorios: la rigidez y la flexibilidad. Esto lo consigue gracias a su
estructura mantenida. De hecho se puede considerar el raquis en conjunto
como el mástil de un navío. Dicho mástil, apoyado sobre la pelvis, continúa
hacia la cabeza y a la altura de los hombros soporta una gran verga
transversal: la cintura escapular. Existen en cada nivel, tensores
ligamentosos y musculares dispuestos a modo de maromas, es decir,
uniendo el mástil mismo a su base de implantación, la pelvis que se
asemejaría al casco del navío.

Los elementos que coayudan a mantener las piezas vertebrales en


situación y a conferirle el movimiento serían los individuos musculares:

Los músculos de los canales vertebrales actuando sobre las apófisis


transversas como los obenques sobre las crucetas de un barco.

Los interespinosos y epiespinosos, actúan como el backstay de un barco.


Los abdominales y el psoas como el stay de una embarcación

En el momento de hiperextensión las fuerzas que gravitan sobre la


columna vertebral son máximas, existiendo un aumento de la tensión del
ligamento vertebral común anterior (larga cinta espesa de color nacarado
que se extiende sobre la cara anterior del raquis), del psoas que tendería a
suspender los lumbares y una contracción de los abdominales para impedir
la hiperextensión.

Por su parte, los músculos abdominales (recto del abdomen, oblicuos


externo e interno y transverso) son potentes flexores del tronco. Dicha
musculatura, según el punto fijo elegido, puede efectuar tanto la flexión del
tronco sobre la pelvis, como la de la pelvis respecto al tronco.

De su disposición se intuye cómo el brazo útil para efectuar el


movimiento de flexión, está constituido por la distancia existente entre el
punto de la charnela (sobre las vértebras lumbares) y los puntos de
inserción de la musculatura en el pubis, las costillas y el esternón. Su acción
es muy importante, ya que se lleva a cabo mediante dos grandes brazos de
palanca: el brazo de palanca inferior, constituido por la distancia
promontopúbica, y el brazo de palanca superior, representado por la
consola que se apoya en el raquis dorsal inferior, constituido por la distancia
dorsoxifoidea.

En la práctica, es sobre todo la claudicación de la potente musculatura


flexora de la musculatura abdominal la que hace desistir al tripulante poco
entrenado de esta forma de hacer banda.

Finalizar incidiendo en que si se acentúa esta hiperextensión, el disco es


comprimido por detrás y el núcleo se desplaza hacia delante; pero sobre
todo, las apófisis articulares harían topes produciéndose fuerzas que
tenderían a desplazar la vértebra superior hacia atrás y arriba y la inferior
hacia delante y abajo.

1.1. Efectos de la postura en plancha sobre la columna vertebral

Como hemos comentado anteriormente el psoas tiene un papel


especialmente relevante en la postura en plancha mantenida en las
embarcaciones de vela ligera.
Ya en posición de decúbito supino con los miembros inferiores
extendidos, que es la posición comúnmente más adoptada para el reposo;
la tracción del músculo psoas provoca una hiperlordosis lumbar.

Esto nos hace suponer que en la postura objeto de análisis se producirá


en mayor medida, ya que cuando el psoas toma como punto fijo su
inserción sobre el fémur y la cadera está bloqueada por la acción de otros
músculos periarticulares, ejerce una potente acción sobre el raquis lumbar,
el cual realiza a la vez una inclinación hacia el lado de su contracción y una
rotación hacia el lado opuesto de la contracción, en nuestro análisis esto no
ocurre al actuar los dos a la vez. Además, como este músculo se inserta en
el vértice de la lordosis lumbar, acarrea una flexión del raquis lumbar con
respecto a la pelvis a la par que una hiperlordosis lumbar.

2. Análisis biomecánico de la postura en cuatro

El tripulante describe con la postura adoptada la forma de un cuatro


apoyado sobre la banda de la embarcación (Imagen 1).

Esta posición, siguiendo el razonamiento expuesto en el análisis


mecánico de las fuerzas que intervienen en el sistema embarcación-
regatista es menos eficaz que la posición en plancha al disminuir
considerablemente el brazo de potencia.

Introducción

    La vela es un deporte complejo en el que interactúan múltiples factores para


la consecución del rendimiento deportivo.

    Los regatistas de vela desarrollan su práctica deportiva en un medio


fluctuante en el que se hace imprescindible el dominio de los medios acuático y
aéreo para el manejo de las embarcaciones.

    El objetivo, en competición, de una embarcación de vela se centra en


aprovechar al máximo fuerza vélica, acción del viento sobre las velas, para
conseguir la máxima propulsión o velocidad. Sin embargo, la propia fuerza del
viento y la acción de las olas van a provocar una serie de fluctuaciones en las
embarcaciones, que tiene como factor asociado la perdida de velocidad debido
a la escora, el cabeceo y la posible deriva respecto del rumbo descrito.
Figura 1.

    En este artículo abordamos únicamente los movimientos de las


embarcaciones de vela ligera respecto del eje proa-popa, es decir, los de
escora. Intentaremos explicar como se controlan para conseguir la máxima
velocidad de nuestra embarcación.

Análisis mecánico de las fuerzas que intervienen en el sistema


embarcación-regatista

    El conjunto embarcación-regatista se puede considerar como un sistema en


el que interactúan distintas fuerzas que van a producir unos momentos de
fuerza, efecto de una fuerza que produce una rotación en un objeto, en esta
ocasión el barco, sobre un eje determinado, la línea de crujía (línea imaginaria
que va de proa a popa y divide al buque en dos partes simétricas llamadas
banda de babor y estribor). La magnitud del momento de fuerza sobre
cualquier punto está relacionada con la magnitud de la fuerza y su brazo de
palanca, considerado este como la distancia perpendicular a la línea de acción
de la fuerza desde el eje de rotación.
Figura 2.

    Podemos hablar, por tanto, de dos momentos de fuerza que condicionan la


estabilidad de la embarcación (figura 2). Por un lado el par escorante, efecto de
la fuerza del viento sobre el centro vélico y su reacción en el apoyo del barco, y
por el otro, el par adrizante, que será función de la masa de los tripulantes
concentrada en su centro de masas (CG) y de a distancia a la que se proyecte
de la perpendicular al plano medio de la embarcación y de sentido contrario al
par escorante.

    Para mantener el equilibrio en el sistema habrá que igualar ambos


momentos de fuerza.

    El par adrizante sólo podrá modificarse aumentando o disminuyendo el


efecto el brazo de palanca, pues el peso de la tripulación puede considerarse
una constante durante toda una regata.

    El par escorante se modificará por la acción de la fuerza vélica, en la que


podemos incidir mediante la manipulación de diferentes controles que permiten
el gobierno de las embarcaciones.

    Por consiguiente, desde un punto de vista mecánico, durante el


desplazamiento de la embarcación y con el objetivo de evitar la escora que
provoca la fuerza del viento en ésta, se pueden describir dos sistemas
principales de palancas establecidos entre la embarcación y el regatista por un
lado, y el conjunto de las palancas óseas del regatista considerado
aisladamente por otro.
    El sistema embarcación-regatista viene determinado por una palanca de
primer genero, en la cual el punto de apoyo o fulcro, queda situado entre la
potencia (par adrizante), y la resistencia a vencer (par escorante).

    En este sistema existen distintas maneras de modificar ambos momentos y


según las condiciones imperantes se recurrirá a unas u otras.

Par adrizante

    El par adrizante se refiere a la fuerza que aplica el regatista para modificar el
momento de fuerza y conseguir el máximo rendimiento de la embarcación al
impedir la escora.

    El único parámetro modificable que el regatista puede influenciar durante la


navegación es el brazo de palanca y será en este en el que nos centremos.

    El deportista realiza una serie de movimientos compensadores que


mantengan en todo momento la verticalidad de la embarcación. Con tal
propósito, la fuerza muscular y la disposición correcta de las palancas
corporales van a ser unos de los elementos imprescindibles para contrarrestar
la escora de la embarcación, ya que una herramienta esencial del regatista es la
interposición del peso de su cuerpo, como agente que ejerce la función de
contrapeso en los movimientos de escora mencionados.

    El deportista adoptará diferentes posturas, como serán la plancha, el cuatro,


o el trapecio, dependiendo de las características de la embarcación, de la fuerza
muscular y de las necesidades que genera el entorno.

Figura 3.

    Sin embargo, el propio cuerpo del propio regatista va a representar una seria
desventaja mecánica para las fuerzas de la potencia (figura 3), ya que en este
caso, la aplicación de la resultante de las fuerzas queda situada entre el fulcro y
la resistencia, palanca de tercer genero, siendo en este caso la longitud del
brazo de resistencia un elemento claramente determinante, circunstancia que
supone el hecho de que, a mayor extensión del cuerpo, queda beneficiada la
potencia a efectos del sistema global embarcación-regatista, pero queda en la
misma medida dificultado el sistema propio conformado por el cuerpo del
regatista.

    1. Análisis biomecánico de la postura en plancha

    Se caracteriza por pasar de una posición en reposo, sedente sobre la banda
de la embarcación, a otra en la que el tripulante traba sus pies en unas cinchas,
desplaza la nalga fuera del casco y se extiende para aumentar al máximo el
brazo de potencia.

    El mantenimiento de la posición se realizará mediante trabajo isométrico de


la musculatura implicada, caracterizado por la producción de tensión sin
cambios en la longitud del músculo.

    Podemos afirmar que la actividad de trabajo muscular isométrico recae


intensamente sobre la musculatura flexora del tobillo, la extensora de la rodilla,
y la flexora de la cadera y del tronco. En estas dos últimas articulaciones se
combina el trabajo isométrico con el excéntrico y concéntrico, aunque
predomina el primero.

    La flexoextensión del pie se realiza en la articulación tibioperoneoastragalina.


La extensión (flexión dorsal) es efectuada por los músculos monoarticulares que
salvan la articulación anteriormente (tibial anterior, extensor largo del dedo
grueso, extensor largo de los dedos y peroneo anterior).

    La articulación de la rodilla permite esencialmente movimientos de


flexoextensión. La extensión la realiza el único músculo que salta la articulación
de la rodilla anteriormente, el cuadriceps. Está formado por cuatro vientres,
vasto interno, vasto externo, crural y recto anterior, siendo este último
biarticular.

    Al hacer banda las articulaciones del tobillo y la rodilla se encuentran fijas,
encontrándose los pies en las cinchas y la cara posterior del muslo en la banda.

    En extensión de rodilla, el recto anterior tendría una acción muy limitada
sobre la cadera, que en este caso sería la articulación libre sobre la que
actuaría.

    En el análisis de la articulación de la cadera y al encontrarse el regatista con


las piernas fijas, únicamente se permitirán movimientos de flexoextensión de
cadera, provocando una basculación de la pelvis hacia delante (anteversión) o
hacia atrás (retroversión).
    Al desplazar la nalga hacia fuera y extender el tronco se produce una
retroversión de la pelvis. En ese momento comienzan a actuar los músculos
flexores de la cadera (sartorio, aductores menor y mediano, recto anterior,
pectíneo, tensor de la fascia lata), sobre todo el psoas ilíaco. El psoas es un
músculo fusiforme y biarticular que se inserta en dos capas musculares: una
capa posterior que se fija en las apófisis transversas de las vértebras lumbares
y una capa anterior que se inserta en los cuerpos vertebrales de la duodécima
vértebra dorsal y las cinco vértebras lumbares. El cuerpo muscular fusiforme,
aplanado de delante atrás, desciende oblicuamente hacia abajo y hacia fuera,
para terminar junto con el músculo ilíaco en el vértice del trocánter menor. Por
su parte, el iliaco se origina en la cresta ilíaca y los 2/3 superiores de la fosa
ilíaca.

    Al tiempo que bascula la pelvis hacia atrás, se distiende el músculo psoas
ilíaco. Al llegar a la extensión serán los potentes ligamentos coxofemorales
(enrollados en un mismo sentido, alrededor del cuello femoral, de manera que
la extensión los enrolla en torno al cuello y la flexión los desenrolla) los que
mantendrán, de forma pasiva, al individuo en extensión, el torso se irá
inclinando con su centro de gravedad fuera del casco hasta la horizontal, punto
de mayor efectividad de la potencia.

    El tronco se encuentra sustentado desde el punto de vista biomecánico, por


el raquis o columna vertebral, este eje funcionaría como un mástil
multifraccionado en cada uno de los segmentos que lo integran, las vértebras.
La columna vertebral termina con el sacro (se articulará con los dos coxales
para formar la pelvis) y el coxis.

    La columna presenta, en el plano sagital, tres curvas fisiológicas, dos de


convexidad ventral llamadas lordosis cervical y lumbar y una de concavidad
ventral, cifosis dorsal.

    El raquis, eje del cuerpo, debe conciliar dos imperativos mecánicos
contradictorios: la rigidez y la flexibilidad. Esto lo consigue gracias a su
estructura mantenida. De hecho se puede considerar el raquis en conjunto
como el mástil de un navío. Dicho mástil, apoyado sobre la pelvis, continúa
hacia la cabeza y a la altura de los hombros soporta una gran verga
transversal: la cintura escapular. Existen en cada nivel, tensores ligamentosos y
musculares dispuestos a modo de maromas, es decir, uniendo el mástil mismo
a su base de implantación, la pelvis que se asemejaría al casco del navío.

    Los elementos que coayudan a mantener las piezas vertebrales en situación


y a conferirle el movimiento serían los individuos musculares:

1. Los músculos de los canales vertebrales actuando sobre las apófisis


transversas como los obenques sobre las crucetas de un barco.
2. Los interespinosos y epiespinosos, actúan como el backstay de un barco.
3. Los abdominales y el psoas como el stay de una embarcación
    En el momento de hiperextensión las fuerzas que gravitan sobre la columna
vertebral son máximas, existiendo un aumento de la tensión del ligamento
vertebral común anterior (larga cinta espesa de color nacarado que se extiende
sobre la cara anterior del raquis), del psoas que tendería a suspender los
lumbares y una contracción de los abdominales para impedir la hiperextensión.

    Por su parte, los músculos abdominales (recto del abdomen, oblicuos


externo e interno y transverso) son potentes flexores del tronco. Dicha
musculatura, según el punto fijo elegido, puede efectuar tanto la flexión del
tronco sobre la pelvis, como la de la pelvis respecto al tronco.

    De su disposición se intuye cómo el brazo útil para efectuar el movimiento


de flexión, está constituido por la distancia existente entre el punto de la
charnela (sobre las vértebras lumbares) y los puntos de inserción de la
musculatura en el pubis, las costillas y el esternón. Su acción es muy
importante, ya que se lleva a cabo mediante dos grandes brazos de palanca: el
brazo de palanca inferior, constituido por la distancia promontopúbica, y el
brazo de palanca superior, representado por la consola que se apoya en el
raquis dorsal inferior, constituido por la distancia dorsoxifoidea.

    En la práctica, es sobre todo la claudicación de la potente musculatura


flexora de la musculatura abdominal la que hace desistir al tripulante poco
entrenado de esta forma de hacer banda.

    Finalizar incidiendo en que si se acentúa esta hiperextensión, el disco es


comprimido por detrás y el núcleo se desplaza hacia delante; pero sobre todo,
las apófisis articulares harían topes produciéndose fuerzas que tenderían a
desplazar la vértebra superior hacia atrás y arriba y la inferior hacia delante y
abajo.

    1.1. Efectos de la postura en plancha sobre la columna vertebral

    Como hemos comentado anteriormente el psoas tiene un papel


especialmente relevante en la postura en plancha mantenida en las
embarcaciones de vela ligera.

    Ya en posición de decúbito supino con los miembros inferiores extendidos,


que es la posición comúnmente más adoptada para el reposo; la tracción del
músculo psoas provoca una hiperlordosis lumbar.

    Esto nos hace suponer que en la postura objeto de análisis se producirá en


mayor medida, ya que cuando el psoas toma como punto fijo su inserción sobre
el fémur y la cadera está bloqueada por la acción de otros músculos
periarticulares, ejerce una potente acción sobre el raquis lumbar, el cual realiza
a la vez una inclinación hacia el lado de su contracción y una rotación hacia el
lado opuesto de la contracción, en nuestro análisis esto no ocurre al actuar los
dos a la vez. Además, como este músculo se inserta en el vértice de la lordosis
lumbar, acarrea una flexión del raquis lumbar con respecto a la pelvis a la par
que una hiperlordosis lumbar.

    2. Análisis biomecánico de la postura en cuatro

    El tripulante describe con la postura adoptada la forma de un cuatro


apoyado sobre la banda de la embarcación (Imagen 1).

    Esta posición, siguiendo el razonamiento expuesto en el análisis mecánico de


las fuerzas que intervienen en el sistema embarcación-regatista es menos eficaz
que la posición en plancha al disminuir considerablemente el brazo de potencia.

También podría gustarte