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Figura 1.
En este artículo abordamos únicamente los movimientos de las
embarcaciones de vela ligera respecto del eje proa-popa, es decir, los de
escora. Intentaremos explicar como se controlan para conseguir la máxima
velocidad de nuestra embarcación.
Par adrizante
El par adrizante se refiere a la fuerza que aplica el regatista para
modificar el momento de fuerza y conseguir el máximo rendimiento de la
embarcación al impedir la escora.
Figura 3.
Sin embargo, el propio cuerpo del propio regatista va a representar una
seria desventaja mecánica para las fuerzas de la potencia (figura 3), ya que
en este caso, la aplicación de la resultante de las fuerzas queda situada
entre el fulcro y la resistencia, palanca de tercer genero, siendo en este
caso la longitud del brazo de resistencia un elemento claramente
determinante, circunstancia que supone el hecho de que, a mayor extensión
del cuerpo, queda beneficiada la potencia a efectos del sistema global
embarcación-regatista, pero queda en la misma medida dificultado el
sistema propio conformado por el cuerpo del regatista.
Introducción
Par adrizante
El par adrizante se refiere a la fuerza que aplica el regatista para modificar el
momento de fuerza y conseguir el máximo rendimiento de la embarcación al
impedir la escora.
Figura 3.
Sin embargo, el propio cuerpo del propio regatista va a representar una seria
desventaja mecánica para las fuerzas de la potencia (figura 3), ya que en este
caso, la aplicación de la resultante de las fuerzas queda situada entre el fulcro y
la resistencia, palanca de tercer genero, siendo en este caso la longitud del
brazo de resistencia un elemento claramente determinante, circunstancia que
supone el hecho de que, a mayor extensión del cuerpo, queda beneficiada la
potencia a efectos del sistema global embarcación-regatista, pero queda en la
misma medida dificultado el sistema propio conformado por el cuerpo del
regatista.
Se caracteriza por pasar de una posición en reposo, sedente sobre la banda
de la embarcación, a otra en la que el tripulante traba sus pies en unas cinchas,
desplaza la nalga fuera del casco y se extiende para aumentar al máximo el
brazo de potencia.
Al hacer banda las articulaciones del tobillo y la rodilla se encuentran fijas,
encontrándose los pies en las cinchas y la cara posterior del muslo en la banda.
En extensión de rodilla, el recto anterior tendría una acción muy limitada
sobre la cadera, que en este caso sería la articulación libre sobre la que
actuaría.
Al tiempo que bascula la pelvis hacia atrás, se distiende el músculo psoas
ilíaco. Al llegar a la extensión serán los potentes ligamentos coxofemorales
(enrollados en un mismo sentido, alrededor del cuello femoral, de manera que
la extensión los enrolla en torno al cuello y la flexión los desenrolla) los que
mantendrán, de forma pasiva, al individuo en extensión, el torso se irá
inclinando con su centro de gravedad fuera del casco hasta la horizontal, punto
de mayor efectividad de la potencia.
El raquis, eje del cuerpo, debe conciliar dos imperativos mecánicos
contradictorios: la rigidez y la flexibilidad. Esto lo consigue gracias a su
estructura mantenida. De hecho se puede considerar el raquis en conjunto
como el mástil de un navío. Dicho mástil, apoyado sobre la pelvis, continúa
hacia la cabeza y a la altura de los hombros soporta una gran verga
transversal: la cintura escapular. Existen en cada nivel, tensores ligamentosos y
musculares dispuestos a modo de maromas, es decir, uniendo el mástil mismo
a su base de implantación, la pelvis que se asemejaría al casco del navío.