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Manual de Psicología Comunitaria PDF
Manual de Psicología Comunitaria PDF
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M.° Isabel Hombrados Mendieta
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Prólogo
PARTE 1
1.1.1. Antecedentes
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
2.1.1. Concepto
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2.2.1. Conceptos de bienestar subjetivo, satisfacción con la vida y felicidad
2.3. Prevención
2.4. Resiliencia
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
3. Sentido de comunidad
3.1. Comunidad
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
PARTE II
PERSPECTIVAS METODOLÓGICAS
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4.2. El contexto de la investigación comunitaria
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
5. Evaluación de necesidades
5.3.1. La observación
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
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6. Programas de intervención comunitaria
6.2.4. Evaluación
6.2.5. Seguimiento
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
PARTE III
7. Apoyo social
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7.3.1. Modelo de los efectos principales o directos
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
8.1. Definición
8.4.1. Intervención con los grupos de apoyo social y autoayuda en personas mayores
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
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9. Intervención psicosocial en crisis, desastres y catástrofes
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
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11. Participación social y voluntariado
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
16
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
17
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
Referencias bibliográficas
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La psicología comunitaria es una disciplina que se plantea como objetivos la promoción
de la calidad de vida, la reducción de los problemas sociales desde una perspectiva
positiva y actuar siempre en consonancia con las necesidades sociales de la comunidad.
Es precisamente la búsqueda del bienestar comunitario la esencia de esta disciplina y ha
hecho de ello una de sus principales señas de identidad.
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distintas fases se expone de forma práctica siguiendo ejemplos concretos.
La tercera parte del manual aborda la intervención comunitaria que comprende los
recursos, las técnicas y los contextos de la intervención. El Capítulo 7 está dedicado a
analizar conceptualmente el apoyo social, las principales perspectivas de estudio
(funcional, estructural y contextual) y los efectos beneficiosos sobre la salud y la
felicidad. Se exponen las diferentes formas de evaluar el apoyo social y se dan a conocer
las principales estrategias de intervención que se derivan del mismo. En el Capítulo 8 se
presenta un análisis de los grupos de apoyo y autoayuda como una de las principales
estrategias que se derivan del apoyo social y que tiene que ver con la capacidad de las
personas para organizarse y proporcionarse apoyo y ayudarse. Se explican las funciones,
las características y el papel del profesional en estos grupos. También se hace una
propuesta metodológica para ponerlos en marcha y evaluarlos. El Capítulo 9 aborda los
conceptos de crisis, desastres y catástrofes. Se exponen las pautas de intervención más
adecuadas y las fases de la intervención en desastres. También se explican los diferentes
protocolos de actuación psicosocial y especialmente se analizan los componentes de la
primera ayuda psicológica. El Capítulo 10 analiza la animación sociocultural como una
acción que promueve la participación. Se exponen los elementos y las funciones que la
caracterizan y se explican las fases para elaborar un proyecto de animación sociocultural.
En el Capítulo 11 se plantean las diferentes formas de participación social y se hace una
revisión de las variables relacionadas con la decisión de ser voluntarios y con la
permanencia del voluntariado. Se concluye con los modelos más destacados que explican
el proceso y la permanencia del voluntariado. En el Capítulo 12 se aborda el concepto de
familia y se exponen las características de las familias en riesgo y las familias
multiproblemáticas por su interés para la intervención comunitaria. Se profundiza en las
familias monoparentales ya que por sus circunstancias psicosociales son consideradas, en
muchos casos, familias en situación de riesgo que acaban convirtiéndose en familias
multiproblemáticas. El Capítulo 13 plantea el problema de las drogas desde la pers
pectiva de la prevención. Se explican las estrategias de prevención más utilizadas
indicando las aportaciones y limitaciones de cada una de ellas y se dan pautas de
intervención para prevenir el consumo en la etapa adolescente, estos programas de
prevención se abordan desde una perspectiva ecológica. El último capítulo del libro,
Capítulo 14, lo dedicamos el estudio de las migraciones desde una óptica psicosocial. Se
definen los conceptos de aculturación, choque cultural y competencia cultural. Se destaca
el papel del apoyo social en el proceso de ajuste de los inmigrantes y la intervención se
centra en el colectivo de mujeres inmigrantes por su situación de vulnerabilidad. Se
concluye con el análisis de la familia intercultural que es un fenómeno creciente
relacionado con la inmigración.
Cada capítulo se completa al final con tres recursos didácticos para facilitar la
comprensión de los temas tratados y la asimilación de los contenidos, éstos son: resumen,
objetivos y competencias, y actividades formativas.
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En la psicología comunitaria confluyen muchos campos de interés teórico y aplicado.
En este manual se ha realizado un esfuerzo de síntesis para establecer los trazos más
significativos de la disciplina y abordar los contenidos más relevantes en la actualidad.
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1.1. Orígenes de la psicología comunitaria
El origen de la psicología comunitaria hay que situarlo bajo un contexto histórico y social
amplio. En él intervienen eventos políticos, movimientos sociales y el propio desarrollo
de la psicología
1.1.1. Antecedentes
La psicología comunitaria emerge a mediados de los años sesenta tras un periodo de gran
efervescencia en toda la sociedad. Ésta nace en un momento en el que se producen
cambios importantes dentro de muchas instituciones de la sociedad y el concepto de
Estado de bienestar está en pleno apogeo. El movimiento de reforma social de los años
sesenta incrementó la conciencia de la sociedad acerca de los problemas sociales y la
discriminación. Se trata de una sociedad que aspira a una mejora de la calidad de vida y
en la que la salud ocupa un lugar central. Se produce un aumento del interés social y
legislativo por los problemas de salud mental, crece la idea de que el tratamiento
temprano debe prestarse lo antes posible. La forma en que están organizados y
administrados los servicios de salud fueron también objeto de críticas, se vio la necesidad
de prestar ayuda a las personas en su propia comunidad y de distribuir los servicios de
forma más equitativa. Algunos estudios de la época (v.g., Ho llingshead y Redlich, 1958)
mostraron que los servicios de salud estaban desigualmente distribuidos y que existía una
importante relación entre clase social y enfermedad mental: las clases sociales bajas
cuentan con menos recursos y manifiestan más problemas de salud. Hay una clara
evidencia de que el modelo de prestación de servicios es inadecuado, un modelo basado
en la espera y en el tratamiento individualizado resulta insuficiente para cubrir todas las
necesidades relacionadas con la salud. Así en 1963 el Presidente J.F.Kennedy firma el
Acta de Creación de los Centros de Salud Mental. El objetivo principal de estos centros
era crear un nuevo sistema de distribución de servicios de salud mental en la comunidad
local para asegurar la intervención temprana. La psicología comunitaria y el movimiento
de salud mental comunitaria comparten su desarrollo histórico. Se va perfilando un nuevo
concepto de salud del que la psicología comunitaria se hace partícipe, se prefieren
métodos preventivos para abordar la solución de los problemas a gran escala en la
comunidad, se tiende hacia un concepto de salud positiva y se asume la influencia directa
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del contexto en la aparición de los problemas de salud.
1.La psicología comunitaria va más allá de la salud mental por tanto se acuña el
término de psicología comunitaria en sustitución del término de salud mental
comunitaria. De ahí que se le atribuya a la Conferencia de Boston el
acontecimiento en el que tiene lugar el nacimiento formal de la psicología
comunitaria.
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2.La psicología social contribuye al desarrollo de la psicología comunitaria pues de
ella arrancan los principales presupuestos que sustentarán a la disciplina. La
psicología comunitaria no es un área independiente ni una mera aplicación, hay
que entenderla como un área dentro de la psicología social que además supone una
ampliación de su campo profesional.
A continuación señalamos las características que la mayoría de los autores, hoy en día,
están de acuerdo en aceptar y que permiten delimitar el campo de actuación de la
psicología comunitaria.
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-Las ciencias sociales han de perseguir el desafío social y proporcionar una guía en la
búsqueda de nuevas soluciones personales y sociales. La psicología comunitaria se
hace eco de ello, tiene una clara vocación aplicada, de compromiso social y de
búsqueda del bienestar. En definitiva, se plantea la ciencia social como instrumento
de cambio.
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Por ello, la psicología comunitaria no está exenta de valores, muy al contrario la
investigación social está cargada de valores que parten de las necesidades de la
comunidad. Esto influye en una nueva filosofía de prestación de los servicios. Se
perfila un nuevo papel profesional, la intervención en la comunidad requiere un
acercamiento del psicólogo que abandona el rol de "experto" para analizar las
características y demandas de la comunidad. El psicólogo debe encontrar la mejor
forma de dar su conocimiento, convirtiéndose en un transmisor de habilidades y
estrategias para solucionar los problemas que afectan a la comunidad. Se potencia
la utilización de paraprofesionales para desarrollar la transmisión de competencias y
se utilizan equipos interdisciplinares para contemplar diferentes análisis y puntos de
vista ante los problemas existentes.
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objetivo del psicólogo comunitario son aquellas que se mueven en un entorno
social más desfavorecido. En realidad, la solución de los problemas no ha de
centrarse exclusivamente sobre la "víctima" o el ambiente sino que debe tender a
que los sujetos desarrollen aquellas habilidades que les hagan poseedores del
control de sus propios recursos y solo así se evitará dar una solución paternalista a
los problemas
-Un elemento fundamental que la caracteriza es que adopta una perspectiva ecológica.
La interrelación del ambiente y el comportamiento ofrecen numerosos datos de
interés al psicólogo comunitario, que se preocupa especialmente por conocer el
funcionamiento de los sistemas sociales donde intervienen en mutua
interdependencia el ambiente y los organismos. Cuando la atención se centra en el
cambio comunitario más que en el cambio individual es necesario poner el énfasis
en la relación del individuo con el ambiente. El peso que tienen dentro de la
intervención comunitaria las influencias externas sobre el comportamiento es
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evidente. El análisis de numerosos factores sociales como el nivel económico, las
características del entorno o la clase social, han revelado la existencia de grandes
diferencias comportamentales que han dado lugar a la existencia de grupos de
riesgo, de poblaciones marginadas, etc., e indican al psicólogo comunitario el
camino a seguir.
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La psicología comunitaria es una disciplina formal que se caracteriza por una forma
de abordar los problemas que refleja ciertos valores, entre ellos y quizás el más
importante hacer una psicología del interés público, que actúa en consonancia con las
necesidades sociales y nunca de espaldas a la comunidad. Se plantea una unión
indisoluble entre lo básico y aplicado y su objetivo es la promoción de la calidad de vida.
Por ello, en la mayoría de los estudios existe un interés por la utilización de variables de
marcado carácter psicosocial.
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Los estudios se realizan en contextos naturales, utilizando una metodología acorde
con los objetivos de la investigación, lo que refleja los esfuerzos de los psicólogos
comunitarios por estudiar los problemas en el contexto y sin olvidar un adecuado marco
teórico referencial. En definitiva, con todo lo expuesto podemos afirmar con Murrell
(1973) que la psicología comunitaria puede definirse como el campo de la ciencia
psicológica que estudia las transacciones entre sistemas sociales, poblaciones e
individuos; que desarrolla y evalúa métodos de intervención que propician las
adaptaciones entre las personas y sus ambientes; que diseña y evalúa nuevos sistemas
sociales; y que a partir de dicho conocimiento y cambio pretende incrementar la cantidad
de recursos psicológicos que se ofrecen al individuo y a la comunidad.
Dentro de este apartado se han incluido los modelos más importantes y que dan pautas
para la intervención.
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Figura 1.1. Modelo de estrés psicosocial (Dohrenwend, 1978).
3.La reacción de estrés transitoria interactúa con los factores ambientales y personales
para producir uno de estos tres tipos de experiencias:
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b)No se produce ningún cambio psicológico sustancial.
c)Aparece la respuesta psicopatológica definida como reacción disfuncional
continua y persistente. Por tanto, es un modelo de estrés psicosocial que pone el
acento tanto en las circunstancias de la vida como en los recursos del individuo
(psicológicos, materiales y sociales) disponibles para hacer frente a tales
demandas.
4.Intervención.
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programas que eliminen las circunstancias que producen los eventos vitales estresantes.
Un ejemplo lo forman los programas dirigidos al fortalecimiento del sentido de
comunidad y del apoyo social. Esta intervención se correspondería con la prevención
primaria.
El modelo ofrece pautas para la prevención ya que los profesionales pueden intervenir
en determinados contextos para reducir los factores de riesgo. Por ejemplo, en el
contexto familiar se pueden definir una gran cantidad de estresores: divorcio de los
padres, nacimiento de un hijo con discapacidad, la presencia de un familiar dependiente,
enfermedades, etc., y también se pueden diseñar factores de protección como: fomentar
la comunicación, las relaciones de afecto, el apoyo social, etc., con el fin de aumentar la
competencia de la familia y prevenir situaciones problemáticas.
Este modelo analiza el papel desempeñado por los factores sociales, psicológicos y
físicos sobre el bienestar. Para los autores, el estrés viene determinado por tres contextos:
social, psicológico y fisiológico. Cada uno de estos contextos dispone de recursos y
estresores que inciden en el bienestar de las personas (ver cuadro 1.2).
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La propuesta integradora de Lin y Ensel permite definir al profesional los contextos
más vulnerables y diseñar estrategias de intervención eficaces dirigidas a la optimización
de recursos vinculados con cada contexto.
Para Rappaport (1986) la perspectiva ecológica es la que mejor sirve a los intereses de la
intervención comunitaria. El principio que mueve la perspectiva es que el contexto ejerce
una influencia importante sobre las personas y que éstas pueden llegar a tener un mayor
control sobre su comportamiento a través de un conocimiento más exhaustivo de las
influencias ambientales. La perspectiva ecológica estudia la relación de la persona con el
ambiente y se centra principalmente en la evaluación de las variables del contexto social;
quiere conocer los principios bajo los que operan los ambientes y analiza el ambiente y
los sistemas en los que actúan las personas. Levine y Perkins, (1987) indican una serie
de principios que guían esta perspectiva:
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recursos se definen generalmente como aquellas estrategias, cualidades, estructuras
o acontecimientos que pueden ser puestos en marcha en una comunidad dada,
para resolver un problema específico o contribuir al desarrollo de la misma. Por
ejemplo, el proceso de desinstitucionalización de los hospitales psiquiátricos, con el
tiempo se ha comprobado que una falta de previsión sobre los recursos necesarios
para esta población ha hecho fracasar en gran parte el proceso de reinserción de
los enfermos mentales en la comunidad.
4.Los objetivos de la intervención deben ser consistentes con los valores y objetivos
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del entorno. Intervenir sobre objetivos o valores distintos a los que se mantienen
en el contexto pueden generar conflicto y resistencia a la intervención. Los
cambios deben ser consistentes con los valores implícitos o manifiestos de la
comunidad.
La idea que subyace a todos estos principios es que el individuo está en un continuo
estado de transacción con los diferentes contextos donde pasa la mayor parte de su
tiempo. Este estado de transacción se caracteriza por una influencia recíproca. Actuar
conforme a la perspectiva ecológica supone considerar a las personas y los entornos
como recursos en sí mismos para alcanzar un desarrollo positivo de las comunidades, y
dirigir la intervención a preservar e incrementar los recursos de la comunidad. Las
estrategias de intervención se describen en términos de participación e implicación en las
organizaciones comunitarias. Algunos modelos representativos de la perspectiva ecológica
se muestran a continuación:
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interrelaciones entre el grupo de iguales, los profesores y los progenitores hay que
analizarlas para explicar los problemas de desadaptación escolar.
c)Exosistema: se define como una extensión del mesosistema que representa las
estructuras sociales formales (v.g., el trabajo) y las informales (v.g., red de
relaciones sociales). El exosistema no incluye a la persona en desarrollo como
participante pero influye de manera indirecta. Por ejemplo, un problema con la
justicia de un miembro de la familia repercutirá en el resto de los familiares.
d)Macrosistema: este nivel se refiere al patrón cultural, los valores dominantes y las
creencias que caracterizan el entorno cultural en el que se encuentra el individuo y
que puede afectar al resto de los niveles. Por ejemplo, las diferencias culturales
entre parejas mixtas o interculturales pueden producir conflictos en la pareja
cuando no se utilizan mecanismos adecuados para regular estas diferencias.
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Figura 1.2. Representación gráfica del MEDH.
-El empowerment toma diferentes formas para diferentes personas. Los distintos
grupos de población tienen diferentes características sociodemográficas (edad,
sexo, estatus socioeconómico, etc.) y diferentes necesidades. Por tanto las
estrategias o habilidades que necesita desarrollar una persona que acaba de
perder un empleo no son las mismas que las de un adolescente que ha
empezado a consumir drogas.
-El empowerment toma diferentes formas en diferentes contextos. Las
características del contexto determinan el tipo de actuación que se debe
desarrollar. En cada contexto (familia, trabajo, amigos) necesitamos unas
estrategias diferentes. Podemos sentimos desplazados en el trabajo y
absolutamente competentes en el contexto familiar.
-El empowerment es dinámico y cambia continuamente. No es un rasgo estático;
los individuos no desarrollan un sentido de empowerment de forma permanente,
este va a cambiar dependiendo de las necesidades de los sujetos y de las
características de los diferentes contextos.
Para el autor es importante establecer diferencias entre el empowerment o
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potenciación como proceso y como resultado. En el proceso de potenciación hay
que analizar cómo las personas, las organizaciones y comunidades acceden a los
recursos, cómo desarrollan habilidades, cómo participan en organizaciones, etc. El
resultado del empowerment se refiere a las consecuencias de este proceso. Por
ejemplo, si los profesionales quieren conseguir el empowerment de la comunidad
como resultado de su intervención, el proceso de intervención habrá de
caracterizarse por: hacer participar a los miembros de la comunidad en el desarrollo,
ejecución y evaluación de la intervención; desarrollar el sentido de identidad y
pertenencia al grupo; asumir el papel de colaborador en la intervención y desarrollar
estrategias entre los sujetos para que ellos mismos sean capaces de dar solución a
los problemas sin sentirse dependientes de los profesionales (ver cuadro 1.3).
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para adaptarse a los cambios. Dependiendo de las necesidades de los sujetos las
actuaciones requeridas van a variar. Por ejemplo, las conductas que favorecen el
incremento de poder en personas que padecen enfermedades crónicas pueden ser
la decisión de formar o participar en grupos de autoayuda, mientras que para un
adolescente puede ser participar en una asociación juvenil (ver cuadro 1.4).
Los elementos facilitadores y las barreras en el área personal y familiar pueden variar
de acuerdo con la etapa y contexto en el que se encuentran los individuos. El papel del
profesional se ha de centrar en identificar las barreras para desarrollar estrategias
alternativas que fortalezcan a las personas y en identificar los recursos facilitadores para
potenciarlos.
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Cuadro 1.5. Nivel de empowerment como resultado de la interacción de factores
personales y ambientales
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último el cambio social. En relación con esto, algunas de las intervenciones propuestas
para facilitar el empowerment de un grupo de población con unas necesidades específicas
como, por ejemplo, las personas mayores, son:
•Analizar las necesidades económicas, de apoyo y los temas de interés de las personas
mayores.
Resumen
Objetivos y competencias
-Ser capaz de analizar la realidad social a partir de los diferentes modelos teóricos.
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-Saber analizar el contexto donde se desarrollan las conductas a partir de la aplicación
de los modelos expuestos.
Actividades formativas
2.Poner un ejemplo para cada uno de los principios que guían la perspectiva
ecológica: interdependencia, reutilización de los recursos, adaptación y sucesión.
3.Indicar el análisis del contexto y de las variables más relevantes en cada uno de los
modelos expuestos.
5.A partir del modelo de empowerment de Fawcett et al. (1994) identificar las
barreras y los elementos facilitadores personales y ambientales que puede
encontrar diferentes grupos de riesgo (v.g., La población inmigrante en el proceso
de adaptación a la nueva cultura).
6.Aplicar el Modelo de Bienestar de Lin y Ensel (1989) para identificar los principales
estresores y recursos sociales, psicológicos y fisicos que podemos encontrar en el
ámbito familiar.
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2.1. Calidad de vida
2.1.1. Concepto
De acuerdo con esta argumentación Blanco (1985) señala que la calidad de vida no es
el resultado de una aproximación cuantitativa o estrictamente económica sino que ésta se
relaciona con el nivel de satisfacción que a uno le proporcionan sus condiciones de vida
objetivas (salud, vivienda, trabajo...) cuando las compara, de acuerdo con baremos
personales, con la situación en que se desenvuelve la vida de otras personas.
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En este sentido, para Word (2001) uno de los principales problemas se plantea a la
hora de armonizar las distintas dimensiones que componen la calidad de vida, ya que
cada una de ellas está formada a su vez por una serie de subdimensiones concretas, en
función del nivel de referencia, del momento y del ámbito elegido (ver cuadro 2.1).
Por tanto, las definiciones de calidad de vida incluyen múltiples ámbitos (salud,
relaciones sociales, situación económica) que se evalúan en función de múltiples
dimensiones (necesidades, expectativas, valores, aspiraciones y recursos).
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2.1.2. Componentes de la calidad de vida
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2.2. Bienestar subjetivo: satisfacción con la vida y felicidad
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satisfacción con la vida. La satisfacción con la vida es una conceptualización
cognitiva, una evaluación de la felicidad.
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(SWLS) que es una de las medidas más empleadas para medir la dimensión
cognitiva del bienestar subjetivo. Los autores desarrollaron una medida general y
unidimensional de la satisfacción con la vida. Esta escala está compuesta por 5
ítems cortos diseñados para medir de forma global los juicios cognitivos de la
propia vida que se responden conforme a una escala Likert de 1 a 7 (1 =
Completamente en desacuerdo, 7 = Completamente de acuerdo) (ver cuadro 2.4).
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felicidad ya que a veces puede suponer la aparición de otros conflictos.
3.Teorías del placer-dolor. La teoría del proceso contrario de Solomon (1980) señala
que la pérdida de algo bueno nos hace infelices mientras que la pérdida de algo
malo nos hace felices. Es la privación la que se relaciona con la felicidad, ya que
quienes no han sufrido carencias, en algún ámbito de su vida que valoren como
importante, difícilmente sentirán felicidad en ese ámbito.
5.Teorías asociacionistas. Las personas que se sienten más felices atribuyen los
hechos positivos a aspectos cognitivos internos y estables; también las personas
que se sienten más felices son las que tienen experiencias positivas relacionadas
con hechos cotidianos, son las que tienden a ver el lado positivo de las cosas.
Cada uno de estos enfoques pone el acento en cuestiones que podrían ser
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complementarias, lo que denota la complejidad del tema, porque para ser felices entran
en juego muchos elementos que interactúan entre sí, unos más relacionados con factores
internos del individuo y otros con factores del contexto social.
Para Hajiran (2006) el objetivo final de la vida de la mayoría de las personas es ser
feliz. Mejorar la calidad de vida es sólo un medio y no un fin en sí mismo. El objetivo
final de mejorar la calidad de vida es mantener y mejorar la felicidad de la persona. De
hecho, las personas procuran maximizar las experiencias positivas, pero a lo largo de la
vida nos enfrentamos continuamente a numerosos sucesos vitales estresantes. Al
enfrentamos con estos acontecimientos de la vida, hay tres procesos principales que se
dan, antes, durante y después de ese evento o suceso:
Para algunos autores (v.g., Griffin, 2007) el uso común del término felicidad tiene que
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ver con la situación que envuelve a la persona, (tener suerte, ser afortunado) y el propio
estado de la mente (uno es feliz, está alegre, está contento). En esta segunda acepción,
ser feliz es estar contento o satisfecho (subjetividad) en la medida en que se tiene aquello
que se considera importante en la vida (objetividad). En general, las personas son felices
si están satisfechas con la vida que han tenido en aquello que consideran importante.
Pero realmente ¿qué necesitamos para ser felices?, frente a la dificultad de responder
a la cuestión: ¿Qué es la felicidad? parece que es relativamente fácil conseguirla o al
menos está bastante más al alcance de nuestra mano de lo que creemos. Según Argyle
(1992) es evidente que se puede incrementar la felicidad personal y ajena, para ello
propone las siguientes recomendaciones:
1.Se pueden producir incrementos a largo plazo de los estados de ánimo positivos
pensando en hechos agradables recientes, viendo películas divertidas, escuchando
la música que nos gusta o haciendo afirmaciones positivas sobre uno mismo.
Aunque los efectos sean breves lo podemos hacer de modo regular.
2.Identificar las actividades de la vida cotidiana que nos resultan más agradables para
aumentar su frecuencia (v.g., conversar con los amigos, pasear, leer...).
4.Las redes de apoyo y las buenas relaciones con los demás son una fuente
importante de felicidad: tener amigos, pareja, buenas relaciones familiares y buenas
relaciones con los compañeros de trabajo y con los vecinos. En general, la
existencia de interacciones positivas con los que nos rodean influye positivamente
en la felicidad.
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2.3. Prevención
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prevención primaria en salud mental comunitaria son especialmente útiles a la psicología
comunitaria. Para Caplan la prevención primaria es un concepto comunitario, implica la
disminución de la proporción de casos nuevos de trastornos mentales en una población
durante cierto tiempo, se trata de reducir el riesgo de toda la comunidad. Los programas
de prevención primaria se dirigen a identificar aquellos factores del contexto que influyen
en la habilidad de la comunidad para enfrentarse a los estresores vitales. Los métodos
preventivos utilizados son la acción social y la acción interpersonal. La acción social
implica realizar cambios en la comunidad para que ésta proporcione los apoyos físicos,
psicosociales y socioculturales necesarios, al tiempo que debe ofrecer medios de
asistencia a los sujetos en situaciones de crisis. La acción interpersonal trata de hacer los
cambios en los individuos particulares, con la intención de que el impacto de la actuación
de los profesionales en salud mental alcance a toda la comunidad.
a)Prevención primaria:
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•Se identifica con rehabilitación
•Se refiere al diseño de estrategias de reinserción social
•Previene las recaídas
•Permite desarrollar un seguimiento posterior a la intervención
Es importante señalar que siempre que hay prevención es porque hay un posible
riesgo, los factores de riesgo se refieren a determinadas condiciones biológicas,
psicológicas o sociales medidas mediante variables directas o indicadores que participan
en los antecedentes de diferentes problemas sociales (Casas, 2006), aunque más que
hablar de factores de riesgo se habla de factores multiriesgo, en la medida en que existen
más factores de riesgo, las probabilidades de que aparezca el problema son mayores y
por tanto es más necesaria la prevención. Por ejemplo, un niño cuyos padres consumen
drogas y que vive en un barrio donde existe disponibilidad de la misma, tiene más
factores de riesgo asociados al consumo que un niño que viva en unas circunstancias
opuestas.
Cuando aumentan los factores multiriesgo o si el problema está en las primeras fases
(v.g., consumidores ocasionales de drogas de fines de semana) nos dirigimos hacia la
prevención secundaria donde las estrategias de detección precoz tienen un alto valor.
Un error habitual es creer que sólo con información se puede hacer prevención.
Especialmente cuando se diseñan actuaciones de prevención primaria se suele recurrir a
este recurso. Sin embargo, aunque la información es necesaria no es un recurso que por
sí solo produzca cambios comportamentales. Por ello, cuando se diseñan actividades de
prevención, se deben incluir actividades que fomenten el cambio de actitudes. por
ejemplo, debatiendo en pequeños grupos la información aportada, para asegurarse de que
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se ha entendido y asimilado en la dirección adecuada. También se deben programar
actividades para desarrollar habilidades y estrategias para afrontar una situación
conflictiva. Así en el caso de la prevención del consumo de alcohol en adolescentes, se
debe entrenar a los sujetos en habilidades sociales para que sepan "decir no" ante una
situación de presión grupal.
2.4. Resiliencia
Los estudios sobre los efectos que los factores de riesgo tienen sobre diferentes
poblaciones han desvelado que no todas las personas responden de la misma forma ante
las mismas situaciones de riesgo. De hecho, en condiciones similares de riesgo, los niños
dentro de la misma familia no tienen por qué responder de la misma manera: unos
pueden reaccionar negativamente y otros, en cambio, consiguen afrontar la situación de
forma exitosa, es decir, desarrollan la capacidad de ser resilientes ante situaciones
adversas.
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estos elementos protectores como de la forma en que estos son integrados en la propia
experiencia personal. Promover factores de resiliencia requiere diferentes estrategias y es
difícil detallar un listado de factores que aumentan directamente la posibilidad de ser
resiliente, ya que dependerá en gran parte, de los factores de riesgo a los que estén
sometidos los individuos y grupos de población. Aún así, los estudios sobre resiliencia
han destacado aquellos elementos presentes en las personas que han logrado un
desarrollo positivo en circunstancias adversas, en las que otras personas, en
circunstancias similares, no lo han conseguido. Estos elementos son:
Se podría decir que la resiliencia es una disposición general que incluye competencia
social, capacidad de resolución de problemas, habilidad para actuar con autonomía y
aspiraciones saludables. Estas cuatro características se consideran básicas para constituir
el perfil de la persona resiliente.
1.Yo tengo: Apoyos externos que favorecen la resiliencia. Se refiere a personas del
entorno en quienes puedes confiar y que te ayudan ante la dificultad.
2.Yo soy: Fortaleza interior. Se refiere a ser respetuoso consigo mismo y con los
demás, tener valores y hacer gestos positivos.
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-Promoción de factores resilientes: Desarrollar los apoyos externos, la fortaleza
interior y las habilidades.
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adaptabilidad, balance, flexibilidad y una perspectiva de vida estable (ver cuadro 2.6).
Cuadro 2.6. Subescala de aceptación de uno mismo y de la vida (Wagnild y Young 1993)
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas
1.Describir las características comunes y los elementos que diferencian los conceptos
analizados: calidad de vida, bienestar subjetivo, satisfacción vital y felicidad.
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3.Indicar ante una situación adversa (v.g., el diagnóstico de una enfermedad) qué
conductas promueven la resiliencia y qué conductas se alejan de ésta.
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3.1. Comunidad
Las personas han vivido en comunidades desde tiempos prehistóricos. La función de las
comunidades en el mundo contemporáneo es mucho más compleja que en el pasado. El
término comunidad se utiliza ampliamente en las ciencias sociales y en ocasiones existe
cierta ambigüedad asociada a su uso porque son muchos los significados que se le
atribuyen y no siempre están diferenciados de forma precisa. La comunidad puede ser
entendida bajo tres acepciones, como:
De acuerdo con esto, la comunidad puede ser definida como el conjunto de grupos de
población que viven juntos en un lugar, urbano o rural, en condiciones específicas de
organización y de cohesión social y cultural. Los miembros de la comunidad están
ligados, en grados variables, por características comunes (culturales, profesionales, etc.),
y/o por intereses y aspiraciones que pueden devenir comunes, y en donde cobra especial
importancia la interacción psicosocial entre los grupos de la comunidad (San Martín y
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Pastor, 1984).
El sentido de relación y cooperación entre los miembros y una acción común, que
hace que la comunidad funcione como un todo, se repite en numerosas definiciones. El
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concepto de comunidad es complejo y está ligado tanto a los aspectos objetivos del
entorno físico, como a los aspectos subjetivos de la interacción social. Siguiendo una
perspectiva ecológica, la comunidad constituye el punto de partida esencial a partir del
cual se estructuran las necesidades comunitarias y la actuación de las instituciones. Esta
estructura de la comunidad donde interaccionan la estructura informal (solidaridad,
apoyo, sentido de comunidad) y la estructura formal (acción institucional) se muestra en
la figura 3.1.
Esta constituye la acepción más corriente del término, colocando el autor el sentido
69
psicológico de comunidad en la intersección de lo individual y lo colectivo, de lo
psicológico y social. Podemos decir que la obra de Sarason (1974), El sentido psicológico
de la comunidad, marca el inicio de una línea de investigación psicosocial que ha
propuesto al sentido psicológico de comunidad como el concepto central de la psicología
comunitaria.
70
que los miembros de la comunidad necesitan lo pueden encontrar en la misma.
Una comunidad fuerte debe garantizar la posibilidad de que sus miembros sean
capaces de satisfacer sus necesidades.
71
determinado (Hombrados y Gómez, 1997).
De forma coherente con los estudios precedentes Peterson, Speer y McMillan (2008)
diseñaron una Escala breve de sentido de comunidad (Brief Sense of Community Scale,
BSCS) compuesta por 8 ítems nuevos diseñados para ser consistentes con el modelo de
McMillan y Chavis (1986). En el cuadro 3.1, se muestra el cuestionario con sus cuatro
dimensiones: satisfacción de necesidades (ítems 1 y 2); membrecía (ítems 3 y 4);
influencia (ítems 5 y 6) y conexión emocional (ítems 7 y 8). El cuestionario se responde
conforme a una escala tipo likert (1 = muy en desacuerdo, 5 = muy de acuerdo).
Cuadro 3.1. Escala breve de sentido de comunidad (Peterson, Speer y McMillan (2008)
72
Otros autores han evaluado el sentido de comunidad con relación al contexto
específico que ha de ser estudiado de acuerdo con esto para evaluar el sentido de
comunidad en relación con el bloque donde uno vive. Schweitzer, Rosenbaum, Campos
y Gardi (2002) desarrollan el Cuestionario de sentido de comunidad. Este cuestionario
pregunta a los residentes sobre la relación que tienen con los vecinos del bloque. A
continuación se señalan, en el cuadro 3.2, las dimensiones que se miden en este
cuestionario con un ítem de ejemplo. El cuestionario se responde conforme a una escala
tipo likert donde 1 = totalmente en desacuerdo y 5 = totalmente de acuerdo.
73
Cuadro 3.3. Encuesta de Evaluación Comunitaria (Jakes y Shanon, 2002)
Para evaluar el sentido de comunidad con relación al contexto del barrio se encuentra
la Encuesta de evaluación comunitaria (Jakes y Shanon, 2002). Este instrumento mide el
sentido de comunidad preguntando a los residentes sobre la relación que tienen con los
vecinos del barrio. En el cuadro 3.3, se señalan las dimensiones que se miden en este
74
cuestionario con un ítem de ejemplo. El cuestionario se responde conforme a una escala
tipo likert donde 1 = totalmente en desacuerdo y 5 = totalmente de acuerdo.
Una definición ya clásica es la que considera el barrio como un área local que tiene
barreras físicas, tejido social, uso de los recursos del área y connotaciones simbólicas y
emocionales especiales para sus habitantes (Keller, 1968). Para algunos autores, esta
definición se corresponde más con los barrios tradicionales, porque el barrio urbano
moderno potencia más la movilidad individual y la búsqueda de recursos fuera del área
propia del barrio, de esta forma los límites y el espacio geográfico cobran menos
importancia. Sin embargo, el barrio permanece como modelo de planificación urbana,
formando la base para nuevas ciudades y es punto de interés para numerosos
investigadores. Así, en el contexto del barrio urbano encontramos que una adecuada
organización incrementa y promueve el bienestar entre sus residentes y se convierte en
un modelo de estrategia de afrontamiento frente a los estresores ambientales.
75
residentes y las relaciones que mantienen entre ellos pueden actuar como patrones de
regulación de la vecindad que influyen en la satisfacción con el entorno y la calidad de
vida. Este aspecto tiene importantes repercusiones para la intervención social, ya que el
profesional ha de dirigir la intervención en los barrios hacia la promoción del sentido de
comunidad, incrementando las redes sociales entre los vecinos, fomentando la adecuada
convivencia y la participación. Existen actuaciones culturalmente asentadas en la
tradición popular que fomentan la participación activa de los vecinos en el barrio e
inciden directamente en el sentido de comunidad, como son las fiestas populares de las
Cruces de Mayo en Granada o la decoración de los patios andaluces en Córdoba. En
todas estas actuaciones se involucran activamente los vecinos en la decoración de su
propio barrio y se estrechan los lazos de amistad y las relaciones de ayuda entre ellos. El
conocido estudio de Christmas Street (Altman, Werner, Oxley y Haggard, 1987) es un
ejemplo de estudio en el que se muestra cómo las actividades de decoración de las casas
y calles del barrio en navidad aumentan el sentido de comunidad y la calidad percibida de
los residentes del barrio.
d)Barrios con identidad y homogeneidad. Tienen una historia particular, sus residentes
tienen un tiempo alto de permanencia y conocen las reglas que rigen la vida en la
vecindad.
76
prima la elección por el prestigio del barrio sobre la existencia de raíces o lazos
familiares.
En los tres primeros tipos de barrio aumenta el anonimato, los residentes no se sienten
responsables del barrio, ejercen poco control sobre su espacio y el control social informal
(control interno impuesto por la propia vecindad) es escaso. En tales circunstancias los
sentimientos sobre la falta de predicción, incertidumbre y escaso control influirán
negativamente sobre el sentido de comunidad y la satisfacción con el barrio. En el caso
del barrio homogéneo y con identidad existe un fuerte control social informal, un fuerte
sentimiento de comunidad, y de satisfacción con el barrio. Por último, el barrio privado
se caracteriza por un alto control social formal (control externo impuesto por entidades
que no pertenecen al barrio, buena prestación de servicios, de recursos, etc.), los
sentimientos de comunidad son menores que en el caso anterior, pero la similitud entre
sus residentes permite que el nivel de incertidumbre sea bajo y que se sientan satisfechos
con sus barrios.
77
3.4. Sentido de comunidad e interculturalidad
78
Especialmente, hay un fenómeno que contribuye a ello, como es el asentamiento de la
población inmigrante en determinadas zonas de la ciudad. Es por ello, que se están
realizando estudios que analizan los entornos a través del sentido de comunidad ya que
éste facilita la relación, la identidad, la organización social y la adaptación a los nuevos
contextos. Las migraciones actuales conllevan una mayor diversificación en todos los
órdenes, generando gran variedad de perfiles y modelos de asentamiento, con la
inmigración, las experiencias personales y colectivas están relacionadas con el
asentamiento en lugares diversos.
Estos resultados son muy importantes para planificar una correcta intervención social
que facilite la integración con los inmigrantes a través del sentido de comunidad. La
presencia de inmigrantes en el barrio no afecta de forma diferente a los residentes que
79
conviven con ellos cuando los comparamos con los residentes que no tienen inmigrantes
en sus barrios. En cambio, las diferencias más importantes se producen cuando la
convivencia se produce en el ámbito más cercano de la interacción social, es decir, en el
mismo bloque. En este caso sí que se ve afectado tanto el sentido de comunidad como la
calidad de vida. Como ya se indicó, el sentido de comunidad es complejo y éste puede
referirse tanto al entorno más cercano (bloque, casa) como al entorno menos próximo
(barrio, ciudad). En los dos estudios realizados hemos encontrado que la presencia de
inmigrantes tiene una influencia diferente en los residentes dependiendo del grado de
proximidad e interacción. Esto nos hace pensar que es necesario crear estrategias de
intervención que faciliten las relaciones interculturales entre inmigrantes y autóctonos.
Esta idea tiene aún más fuerza cuando nos centramos únicamente en los residentes que
conviven con inmigrantes puesto que la adecuada convivencia mejora el sentido de
comunidad y la calidad de vida percibida tanto en el contexto del barrio como en el del
bloque.
Los hallazgos de diferentes estudios indican una fuerte relación positiva entre el sentido
de comunidad y la satisfacción con la calidad de vida. Los resultados muestran que
cuando la interacción social aumenta en el entorno social inmediato (barrio, bloque,
calle), las personas están más interesadas en la vida y el bienestar del resto de sus
vecinos; considerando que la interacción social es uno de los componentes del sentido de
comunidad, se puede extrapolar que este se relaciona con el interés y preocupación por
los vecinos y las personas más próximas. En cambio, ya mostraron los miembros de la
Escuela de Sociología Urbana de Chicago que el desarraigo con la comunidad genera
violencia y desadaptación. También, se encuentra relación entre sentido de comunidad y
las redes de apoyo social. Los barrios con alto sentido de comunidad realizan más
actividades sociales con sus vecinos, y como es sabido, las personas satisfechas con el
apoyo social, muestran menor estrés que quienes experimentan menor nivel de apoyo.
80
Respecto al contexto, se ha encontrado que el sentido de comunidad y la calidad de vida
son más altas en ciudades pequeñas o en pueblos que en las ciudades mayores y se
relacionan positivamente con el número de vecinos conocidos, la satisfacción con la
composición del barrio, valorar positivamente el hecho de conocerse unos a otros y
satisfacción con los hogares. En otro estudio (Hombrados y García, 2005) relacionan
sentido de comunidad y calidad de vida y encuentran que la variable predictora que tiene
una mayor influencia sobre la calidad de vida es la seguridad, ésta hace referencia a que
los residentes hacen posible que el lugar donde viven sea más seguro. También el apoyo
social, la pertenencia y la participación son buenos predictores de la calidad de vida.
Estos datos son sumamente importantes ya que confirman como en las comunidades
pequeñas (v.g., pueblos) o en las comunidades que facilitan la interacción social, la ayuda
entre los vecinos es una realidad social que permite a determinados grupos de población
como son las personas mayores prolongar sus redes sociales más allá del entorno familiar
y encontrar el apoyo que necesitan en su entorno más próximo.
Resumen
En este capítulo se analizan las definiciones más importantes del sentido de comunidad,
los componentes, las dimensiones del concepto y algunos de los instrumentos de
evaluación más utilizados. El sentido de comunidad se estudia en el contexto del barrio
urbano y se exponen las consecuencias positivas que tiene para la calidad de vida, la
integración social y las relaciones interculturales.
Objetivos y competencias
Actividades formativas
2.Definir los componentes del sentido de comunidad. Incluir un ejemplo de cada uno
de ellos.
81
3.Describir las principales consecuencias psicosociales que el sentido de comunidad
tiene para la calidad de vida y las relaciones interculturales.
82
83
84
85
4.1. Los objetivos de la investigación-acción comunitaria
2.Las restricciones prácticas y éticas a las que tiene que hacerle frente el investigador.
4.La elección del nivel de análisis apropiado al fenómeno que se desea estudiar.
86
-Un segundo objetivo es dirigir la investigación comunitaria hacia la información como
guía para la acción. Es el caso en el que el investigador debe conocer las
necesidades de los grupos de la comunidad para intervenir.
Por tanto la metodología debe estar al servicio de los objetivos, es necesario conocer
cuáles son los objetivos para tomar decisiones acerca del tipo más adecuado de
metodología.
La elección del contexto es un problema metodológico común al que deben hacer frente
los investigadores que estudian el fenómeno comunitario y que afecta a psicólogos
comunitarios, trabajadores sociales, sociólogos o antropólogos sociales. Este problema se
refiere a la elección del medio más adecuado para desarrollar la investigación.
Tradicionalmente las metodologías más empleadas por los científicos sociales han sido
aquellas diseñadas para investigar en ambientes pla nificados y controlados. Esto plantea,
sin duda, un problema para aquellos científicos que desean estudiar el fenómeno
comunitario en el contexto en el que se produce, es decir, en el contexto natural. Por ello
vamos a examinar algunas de las características más relevantes en los ambientes
naturales:
a)Se produce un escaso control sobre los miembros del grupo. Los investigadores
estudian el comportamiento de los grupos y comunidades tal y como se desarrollan
en su ambiente. Las comparaciones se establecen sin buscar causalidad aunque sí
analizando las características que producen las diferencias entre los grupos (v.g.,
características de barrios con alto índice de marginalidad versus bajo índice de
marginalidad; redes sociales que proporcionan apoyo versus redes sociales que no
lo proporcionan, etc.).
87
b)Existe escaso control sobre la ocurrencia de los hechos. Aunque algunas veces la
variable independiente puede estar bajo el control del investigador (v.g.,
introducción del tratamiento en un programa de intervención), en muchas
ocasiones, el investigador no puede manipular la variable independiente y ha de
estudiar cómo se produce ésta en el contexto natural.
La distinción entre ambiente planificado y natural no es dicotómica. Más bien, los dos
conceptos definen puntos extremos de un mismo continuo. Muchos de los diseños de
investigación existentes combinan componentes de ambos extremos del continuo, (v.g.,
los diseños cuasiexperimentales). Por tanto una disciplina no debe definirse en función de
88
un grupo reducido de métodos sino por los tipos de variables que estudia, las relaciones
que entre ellas establece, el tipo de análisis que realiza, etc.
89
investigador. Este intercambio es valorado por muchos autores que consideran que sirve
para: a) incrementar la calidad de la investigación en las ciencias sociales; b) aumentar el
uso potencial de los hallazgos de la investigación; c) estimular el apoyo y colaboración de
los individuos hacia la investigación; d) ayudar a las personas a que se ayuden a sí
mismos (Chavis et al., 1983).
Price y Cherniss (1977) elaboraron una serie de características que debe tener en
cuenta el investigador comunitario y que nosotros suscribimos:
b)han de tratar con políticos de los barrios y organizaciones comunitarias ya que las
comunidades son entidades políticas y económicas.
Hay determinadas aproximaciones que tienen como objetivo examinar o analizar el statu
90
quo de una situación y otras que están orientadas a la acción. Es decir, se centran en el
cambio de alguna característica del individuo, grupo o comunidad. Estas estrategias de
acción se plantean como propósito la mejora de la calidad de vida de una comunidad o la
comprensión más profunda de un fenómeno. Ambas aproximaciones han de estudiarse
no de forma aislada sino teniendo presentes los objetivos del investigador y el grado en
que las ventajas e inconvenientes de cada aproximación permiten alcanzar los objetivos
de la misma.
A) La observación participante
B) La aproximación etnográfica
91
personas dicen, sobre los eventos que se producen en su entorno y sobre el significado
que ellos les atribuyen a tales eventos.
Una red puede ser representada como un conjunto de puntos conectados por líneas.
Los puntos representarían a los individuos, y las líneas o interconexiones representarían
las relaciones sociales. El conjunto de puntos puede representar también toda una
organización e incluso comunidades. Desde la perspectiva de las redes sociales el
resultado es el mismo. El ambiente social queda representado en una especie de malla
donde las relaciones sociales quedan interconectadas entre diversos nodos o puntos. En
realidad, toda la sociedad puede contemplarse como una red social donde cada persona
establece relaciones y puntos de contactos con otras personas. El concepto de red social
proporciona una amplia visión de las relaciones sociales y los ambientes sociales y
permite analizar un concepto intermedio entre la relación que pueden mantener dos
personas y la relación con todo el sistema social. Los lazos de las redes sociales son
canales de comunicación potenciales que nos permiten comprender cómo son enviados y
recibidos los distintos mensajes en el contexto de las estructuras sociales.
92
a)Las redes sociales no se centran necesariamente sobre una única institución u
organización comunitaria, ya que es posible estudiar el ambiente social de un
individuo o grupo a través de diferentes esferas vitales (trabajo, familia...). Esto
permite establecer un mapa de interconexiones entre las esferas vitales y la
influencia que pueden tener unas y otras sobre los individuos.
D) Epidemiología
93
problemas psicológicos; relación entre consumo de tabaco y cáncer de pulmón).
E) Indicadores sociales
A) La acción-investigación
94
1988), quien intentó conseguir la integración de la ciencia y la práctica en la acción-
investigación. Es, sin duda, muy importante para la investigación comunitaria conseguir
esta relación entre el mundo teórico y el práctico. Por ello, el autor plantea un modelo
cíclico donde se encuentran involucrados los procesos de investigación, acción y
evaluación. Desde su aproximación los métodos de investigación se utilizan para
estructurar los objetivos comunitarios y estos objetivos, a su vez, se convierten dentro de
la acción comunitaria en estrategias o programas concretos. Los resultados de tales
programas son evaluados, para dar lugar nuevamente al proceso cíclico. Lewin (1988)
señala la importancia de que este proceso cíclico arranque del estudio de las necesidades
de los miembros de la comunidad y que se produzca una comunicación continua entre
éstos y el investigador para que tenga lugar un auténtico cambio social. La acción-
investigación no está confinada a la utilización de algún tipo concreto de procedimiento
de recogida de datos, método u orientación teórica particular.
B) Experimentos de campo
95
aproximación ha sido muy empleada para evaluar la repercusión de nuevos servicios de
salud en la comunidad, para estudiar la efectividad de programas educativos, etc.
C) Aproximación cuasiexperimental
Los diseños cuasiexperimentales son agrupados por (Campbell y Stanley, 1978) en:
96
Resumen
Objetivos y competencias
Actividades formativas:
97
98
5.1. Concepto y características de la evaluación de necesidades
1.Identificar una necesidad implica un juicio de valor. Personas con diferentes valores
reconocerán necesidades diferentes.
99
población objetivo con otro grupo de población (v.g., necesidades educativas).
McKillip (1987) desarrolla un modelo general para llevar a cabo una evaluación de
necesidades en el que establece cinco fases:
1.Identificación de usuarios (los que encargan el estudio) y posibles usos del análisis
de necesidades.
100
5.2. Modelos de evaluación de necesidades
101
Algunos autores (Kotler, 1982; Nieckerns, Purga y Noriega, 1980) proponen un modelo
con base en el concepto de intercambio, y con un abordaje derivado del análisis oferta-
demanda. Este modelo se plantea la evaluación de necesidades como un proceso de
feedback en el que la oferta de intervenciones sociales, entendida como bien de
consumo, trata de adaptarse a la demanda real del mercado, integrado por los potenciales
beneficiarios de esas intervenciones. Kotler (1982) defiende este planteamiento de
mercado al insistir en el hecho de que será la oferta de unos servicios ajustados a las
necesidades de los ciudadanos lo que permita la permanencia y crecimiento de las
organizaciones que ofrecen esos servicios, en este caso, de intervención social. Se podría
decir que la evaluación de necesidades desde esta perspectiva cumple una función
instrumental en la detección de las carencias y deseos de la ciudadanía para,
posteriormente, satisfacerlos a través del diseño y prestación de servicios y programas
viables. En este sentido, esta viabilidad deberá quedar reflejada en las tasas de utilización
del servicio por parte de los destinatarios del mismo.
Las fases que se siguen desde este modelo en la adecuación a las necesidades reales
de la población objetivo son las siguientes:
102
perspectivas, la que permita llegar a esa decisión efectiva. Igualmente, en línea con su
carácter objetivo, el modelo permite otorgar diferentes pesos a las distinas fuentes de
información tenidas en cuenta en el proceso.
Este modelo supone una adaptación al campo de la intervención social del conocido
como Análisis multiatributivo de utilidad (Edwards y Newman, 1982). En este proceso
de identificación de las necesidades prioritarias, se llevarán a cabo las siguientes acciones:
Algunos de los métodos más utilizados para el análisis de necesidades son los que
explicamos a continuación.
5.3.1. La observación
Las diversas técnicas e instrumentos diseñados para realizar la observación suelen medir
la forma, la duración, la frecuencia, los antecedentes y las consecuencias de los
103
comportamientos sociales, estructuras sociales y relaciones entre comportamientos y
estructuras sociales.
2.El investigador adopta el punto de vista de uno más en el contexto, aunque todos
saben que es un investigador interesado en conocer la realidad social.
3.El investigador actúa ocultando su verdadera identidad aunque adopta un papel que
le permite recoger información del grupo sin levantar sospechas (v.g., periodista).
4.El investigador participa como uno más del grupo ocultando que se encuentra
recabando información.
Sin embargo, a pesar de todas las ventajas que aporta a la investigación comunitaria la
observación participante requiere un gran entrenamiento y cuenta con algunas
limitaciones derivadas del grado de implicación del investigador en la comunidad.
104
5.3.2. Técnicas de encuestas
En teoría, es uno de los métodos más objetivos y globales, pues proporciona una
información muy amplia, general, representativa y cuantitativamente muy rigurosa. En
contrapartida es muy costosa, requiere un análisis y una planificación muy cuidadosos.
Están plenamente indicadas para el estudio de actitudes, valores, creencias y motivos;
son especialmente recomendables para recuperar información sobre hechos que ya han
pasado y bien estructuradas tienen una gran capacidad para estandarizar datos, lo que
facilita su posterior análisis estadístico.
105
Existen diversas formas de recoger la información. Los métodos de encuestas más
utilizados en el análisis de necesidades son:
-La encuesta por correo: se envían por correo esperando que el encuestado devuelva
sus respuestas por correo. También en este caso se reducen los costes
económicos, aumenta la confidencialidad de las respuestas y permiten acceder a
grandes muestras de población. En cuanto a las desventajas se encuentra el factor
tiempo ya que el proceso suele ser más lento, se carece del control de cómo se ha
contestado la encuesta o el grado de comprensión de las preguntas y por último la
baja tasa de respuestas.
-La encuesta por correo electrónico: su auge es cada vez mayor, pues permite acceder
a un gran número de población aunque como en el caso ante riorse carece del
106
control de cómo se ha contestado la encuesta o el grado de comprensión de las
preguntas.
Para garantizar su validez, los indicadores han de reunir una serie de características:
La técnica de informantes claves es una técnica sencilla y de bajo coste que consiste en
recabar información de personas que poseen un amplio conocimiento de las necesidades
estudiadas. Suelen ser profesionales con información relevante, líderes de la comunidad y
técnicos que trabajan en el ámbito de estudio donde se realiza la investigación: director
del centro de salud; director colegio/instituto; presidente cofradías, peñas, asociaciones,
club de mayores, párroco, etc.
107
Esta técnica es útil tanto en las primeras fases de la investigación como en el posterior
desarrollo del programa ya que los informantes constituyen importantes vías de acceso a
la comunidad.
c)Diseño del instrumento. La forma más habitual de obtener la información suele ser
la entrevista abierta o semiestructurada. Es recomendable que en la entrevista
aparezcan preguntas generales sobre las necesidades que se están evaluando,
similares para todos los informantes y otras específicas en función del área, ámbito
y funciones que represente cada informante. También es importante introducir
cuestiones que permitan a los informantes aportar diversas soluciones a los
problemas planteados, esto permite además contrarrestar uno de los principales
inconvenientes de esta técnica que es el sesgo de los informantes que se centran
más en los problemas que en las posibles soluciones.
Los grupos estructurados son un método de detección que consiste en reunir un grupo de
la comunidad para que identifique sus necesidades. Existen diversas técnicas de grupos
estructurados (McKillip, 1989):
1.Grupos focales. El objetivo del grupo focal es obtener de los miembros del grupo su
opinión sobre la problemática social que se analiza y se suele utilizar cuando los
evaluadores no pertenecen a la población estudiada.
108
Los moderadores pueden ser uno o dos, dirigen la discusión y deben conocer
los problemas que se analizan. Su papel es conseguir que los miembros del grupo
centren su atención en sus sentimientos y creencias sobre el problema.
El desarrollo de las sesiones puede variar entre 1 y 2 horas y sigue dos fases:
-Presentación del tema por parte del moderador con una pregunta general planteada
109
de forma objetiva para fomentar que los miembros del grupo expresen sus
necesidades.
-Registro de las opiniones e ideas buscando el consenso de la comunidad.
2.Grupos nominales. La técnica del grupo nominal se utiliza para la identificación de
problemas y la búsqueda de soluciones evitando los problemas derivados de las
dinámicas de grupo. Se reúnen entre 6-9 participantes relacionados con el
problema durante 2-3 horas.
-Formulación del problema: hay que definir de forma objetiva la información que
queremos recoger de los expertos.
110
-Selección del grupo de expertos: la selección se realiza en función de los
conocimientos profesionales y del ámbito específico que cada experto
represente. El número de expertos variará en función de los objetivos y grado de
consenso alcanzado, este número fluctúa entre 10 y 30 expertos.
Diseñoy aplicación de cuestionarios: se diseña un cuestionario con preguntas,
generalmente de elección múltiple y donde se exige una valoración numérica en
el que se valoran los problemas que se van a tratar. El cuestionario se distribuye
entre los expertos asignándoles un código para garantizar el anonimato y la
confidencialidad de las respuestas. Los expertos remiten los cuestionarios y se
analizan las respuestas calculando la distribución de las contestaciones a cada
pregunta, generalmente se calcula la diferencia intercuartil. En el siguiente
cuestionario aparecen las contestaciones originales y los estadísticos de cada
pregunta, se le da la opción de cambiar las respuestas y si hay mucha desviación
en alguna pregunta respecto a la tendencia central se le pide que justifique su
opinión. Se vuelven a analizar las respuestas y se distribuye el cuestionario por
tercera vez con los datos estadísticos y los argumentos de las opiniones más
alejadas. Generalmente en este cuestionario se ordenan las respuestas indicando
si hay consenso, mayoría o desacuerdo. Se puede cambiar otra vez de
respuestas y el proceso continúa hasta que se consigue un equilibrio entre el
grado de consenso y las discrepancias de los expertos seleccionados.
4.Foros comunitarios. Los foros se utilizan para conseguir una gran implicación de la
comunidad en el análisis de necesidades y cuando éste depende del consenso entre
diferentes grupos sociales. Los pasos a seguir son los siguientes:
-Se seleccionan los miembros de un comité de tal manera que estén representados
todos los grupos sociales que participan en el estudio.
-Se seleccionan "testigos" o personas implicadas en los problemas que se estén
tratando y se les explica el funcionamiento.
-Se planifica una audiencia a la que están invitados todos los miembros de la
comunidad aunque únicamente intervienen los miembros del comité y los
testigos.
-Se elabora un informe y se comunican los resultados.
Resumen
Objetivos y competencias
111
-Conocer conceptos, características y modelos de evaluación de necesidades.
Actividades formativas
112
113
6.1. La intervención comunitaria
114
-Maximiza la iniciativa y participación del propio colectivo
115
modelo de trabajo Getting to Outcomes (GtO) que se basa en la respuesta a diez
preguntas formuladas para asegurar los resultados de la intervención comunitaria y que se
estructuran en cuatro fases (García, Albar, Morano y Castro, 2007) (ver cuadro 6.1).
116
A) Identificación del problema
B) Evaluación de necesidades
117
b)Grupal. En el nivel grupal se han de evaluar las características de la familia y del
grupo de iguales.
c)Comunitario. En el nivel comunitario se tienen que evaluar los aspectos del contexto
donde se produce el problema tales como las características del barrio y del
contexto escolar.
La evaluación del contexto debe describir las características del entorno físico y social
para tener un conocimiento más exhaustivo de las condiciones naturales donde se va a
llevar a cabo la intervención.
Meta
Los objetivos son cambios que se espera que ocurran como resultado de acciones
118
específicas, e incluyen cambios comportamentales, organizacionales y comunitarios.
Objetivo general
Los objetivos se dirigen hacia una población que denominamos población diana. Esta
es la población objeto de nuestra intervención y beneficiaria del programa, por tanto hay
que especificar de qué forma van a participar en el programa y cómo vamos a contactar
con ella.
Población diana
A cada objetivo le deben corresponder unas actividades para que la relación objetivos-
actividades esté bien coordinada. Es importante proponer objetivos realistas ya que todo
programa debe ser viable y operativo en cuanto a objetivos y recursos. Más
concretamente, el programa debe ser realizable dentro del marco social para el que fue
119
concebido y elaborado, para ello se habrán de determinar las capacidades
organizacionales para implementar el programa:
Consiste en decidir qué hay que hacer. Las actividades se han de programar de
acuerdo con los objetivos. Por ejemplo, para el objetivo de desarrollo de estrategias de
afrontamiento efectivas para hacer frente a la presión del grupo de iguales se pueden
planificar varias actividades como: entrenamiento en habilidades sociales a través del role
playing, desarrollo de habilidades de comunicación a través de dinámicas grupales, etc.
120
a)Fase educativa. El objetivo es incrementar la información y modificar las
actitudes, utilizando estrategias de persuasión frente al problema. La eficacia de
un mensaje persuasivo depende fundamentalmente del efecto que produzcan en
el receptor cuatro elementos claves: la fuente, el contenido del mensaje, el canal
comunicativo y el contexto. Los efectos de estos cuatro elementos se ven
modulados por ciertas características de los receptores, como su grado de
susceptibilidad ante la persuasión. Los efectos psicológicos que los mensajes
pueden producir en el receptor son cuatro: atención, comprensión, aceptación y
retención. Se ha comprobado que aquellos programas que utilizan en esta fase
mensajes persuasivos adaptados a las características de la población tienen
efectos positivos sobre el cambio de actitud.
b)Fase de entrenamiento en habilidades. Se realizan experiencias de aprendizaje de
diferentes habilidades o competencias como habilidades de solución de
problemas, habilidades de autocontrol o habilidades sociales.
c)Fase de aplicación. Se practica lo aprendido en situaciones artificiales o naturales.
Es importante que las habilidades se practiquen en situaciones que permitan a
los individuos poner en marcha las habilidades y competencias para resolver los
problemas y cubrir sus necesidades. Estas habilidades y competencias serán
muy diferentes dependiendo de los objetivos del programa, el tipo de población
y las necesidades sobre las que se intervenga. Por ejemplo, en un programa
dirigido a inmigrantes es necesario que se pongan en práctica competencias
dirigidas a la elaboración de un currículo, búsqueda de empleo, aprendizaje del
idioma, creación de redes de apoyo, etc., mientras que en un programa dirigido
a adolescentes para la prevención del consumo de drogas se han de practicar
competencias relativas a no ceder ante la presión del grupo de iguales,
habilidades sociales y de comunicación, etc.
121
6.2.3. Ejecución e implementación
Una vez diseñado el plan de actuación se han de establecer las estrategias de ejecución
del programa. Hay que determinar cuál es la capacidad organizacional para ejecutar y
mantener el programa y si contamos con suficientes recursos humanos, técnicos y
económicos para implementar el programa. En este punto hemos de ser conscientes de
que no se puede intervenir de espaldas a la comunidad, por ello es necesario contar con
su colaboración y definir los frentes de entrada. Más concretamente se determinarán los
siguientes aspectos:
1.Colaboración de la comunidad.
122
3.Presupuesto. Hay que definir claramente el presupuesto del programa, los gastos
previstos para cada actividad, los recursos necesarios y los recursos disponibles.
En la medida de lo posible la elaboración del presupuesto debe ajustarse a la
realidad sobre la que se diseña el programa y eso implica en muchas ocasiones
aprovechar los recursos existentes y optimizar otros que habitualmente están
infrautilizados.
6.2.4. Evaluación
También hay que evaluar el proceso, saber si se han respetado las programaciones
temporales, si se emplearon los recursos previstos, si las actividades planteadas se han
correspondido con los objetivos previamente definidos. En definitiva, se trata de evaluar
los puntos fuertes y débiles de las acciones desarrolladas en el programa. Esto permite
conocer las actividades y acciones que están funcionando bien y tienen un impacto
beneficioso sobre la población diana o al contrario aquellas que no están teniendo un
impacto positivo o de cambio. Asimismo permite obtener datos que expliquen los
resultados finales de la evaluación.
6.2.5. Seguimiento
123
mejora del programa. El seguimiento del impacto se refiere tanto a las
consecuencias directas sobre la población diana como a las consecuencias sobre el
entorno social.
3.Determinar los objetivos del seguimiento. Especificando los contenidos, las tareas y
los contextos que hay que evaluar.
A continuación se muestra un cuadro resumen de las fases del programa (ver cuadro
6.3).
Resumen
124
intervención y el contenido de las distintas fases del programa. Además se presenta un
ejemplo de cada una de las fases.
Objetivos y competencias
Actividades formativas
-En la tercera fase se han de establecer las estrategias de ejecución del programa y el
presupuesto.
125
126
127
128
7.1. Concepto de apoyo social
El apoyo social ha dirigido en las últimas décadas buena parte de los intereses de los
científicos sociales que redescubren la importancia de los vínculos interpersonales en la
salud y la calidad de vida. Este tópico de investigación encuentra sus antecedentes en el
clásico trabajo de Durkheim (1897) sobre el suicidio, en el que expone la influencia
negativa que tiene el aislamiento social y la ruptura de las redes sociales en el aumento de
la mortalidad y más concretamente en el suicidio.
El apoyo social forma parte de manera natural de la vida de las personas, pero lo más
importante es que su existencia tiene una influencia definitiva sobre la salud y el
bienestar, de ahí el interés que ha despertado entre los investigadores sociales. El apoyo
social constituye un concepto fundamental en psicología comunitaria, sin él no se
entendería algo tan elemental para la vida humana como es la necesidad de amar o ser
amados, aunque éste sólo sea un nivel del apoyo social, el denominado apoyo social
informal, es el apoyo que se deriva de las relaciones más íntimas (pareja, familia). Este
nivel es muy importante porque juega un papel fundamental en el mantenimiento del
bienestar ya que las personas buscan ayuda para resolver sus problemas dentro de sus
redes de apoyo informales. Existen otros niveles de apoyo social que cubren otras
necesidades de interacción como el nivel medio o de redes sociales, este es el apoyo que
obtenemos de las interacción con personas que forman parte de un entramado social
(v.g., lugar de trabajo) y un tercer nivel que surge de la necesidad de integración con la
129
comunidad total, es el que proporciona el sentido de comunidad y el que se conoce como
nivel macro o comunitario (Lin, 1986).
Por tanto el apoyo social es una transacción social que implica aspectos estructurales,
contextuales y perceptivos.
Es mucha la literatura existente y las definiciones con las que contamos pues es un
concepto complejo y dinámico que varía en función de las necesidades y situaciones a las
que tenemos que hacerles frente a lo largo de la vida. En una primera aproximación al
concepto podríamos decir que el apoyo social es una transacción interpersonal de ayuda
que se produce entre una fuente de apoyo y el receptor de la ayuda, que implica
emociones, ayuda material e información y que se da en un contexto determinado
(familiar, laboral, asistencial). Sin embargo, una de las más completas definiciones es la
de Lin, Dean y Ensel (1986) que lo definen como el conjunto de provisiones expresivas o
instrumentales, percibidas o recibidas, proporcionadas por la comunidad, las redes
sociales y las relaciones íntimas y de confianza y que pueden producirse en situaciones
cotidianas y de crisis a lo largo de la vida. Gracia, Herrero y Musitu (1995) destacan que
esta definición tiene en cuenta los cuatro ejes principales en tomo a los que se define el
apoyo social:
También para Barrón (2003) es importante distinguir entre las distintas funciones que
130
cumple el apoyo social (emocional, instrumental e informacional); la fuente de la que
procede el apoyo (relaciones íntimas, grupos o comunidad) así como la diferenciación
entre el apoyo real, recibido, y la percepción y satisfacción con el mismo.
131
social recibido, mediadas por la percepción y representaciones personales del sujeto,
parecen ser en mayor medida predictoras de sus efectos sobre la salud. Desde esta
perspectiva es necesario concretar el contexto específico en el que tiene lugar, precisando
la multifuncionalidad del apoyo y las acciones específicas de apoyo ante un determinado
contexto, ya que la totalidad del apoyo social disponible no permite conocer de forma
específica la experiencia real de apoyo. Así, los tres tipos de apoyo que suelen aparecer
en todas las clasificaciones son:
a)Apoyo emocional. Este tipo de apoyo hace que las personas se sientan amadas o
queridas y con sentimientos de ser valorados. Se refiere a la expresión de
emociones y sentimientos, a la posibilidad de contar con un confidente al que
expresar nuestros sentimientos y problemas.
c)Apoyo informativo. Con este tipo de apoyo las personas pueden resolver sus dudas
o los problemas que tienen a través de consejos o información que reciben de
distintas personas. Desde la intervención social se ha reconocido la importancia
que tiene la información sobre los recursos disponibles en la solución de problemas
sociales. De hecho, desde el ámbito de los servicios sociales existen programas
específicos de orientación e información.
Los tres tipos de apoyo tienen efectos positivos sobre la salud, aunque existe un cierto
grado de acuerdo en que el apoyo emocional es el más importante para una gran cantidad
de problemas y el que está más vinculado con el bienestar (Cutrona, 1986), pero, sin
duda, cada tipo de apoyo cumple con una función específica. Hay que tener en cuenta
que la satisfacción con el apoyo viene determinada, en gran medida, por las necesidades
de los sujetos (Lin, 1986). Este aspecto queda recogido en la Teoría de la especificidad
de Cohen y McKay (1984), quienes plantean que el apoyo social será más efectivo
cuanto más se ajuste al problema que hay que dar respuesta.
132
social ofrece una idea sobre la cantidad y diversidad de los recursos que la persona tiene
disponibles. Otras variables que también se han estudiado han sido la densidad, que
explicaría la intimidad o cercanía de esas relaciones y la dispersión o centralidad,
entendida como la facilidad para contactar con los distintos miembros de la red. Esta
perspectiva permite acercamos a conceptos como la integración y la participación social.
De este modo, contar con una amplia red social nos facilita los contactos con diversos
sectores, personas, instituciones u otros ámbitos, que pueden facilitar el sentirse integrado
en la red social. Además, el hecho de tener más contactos variados también nos permite
poder asistir y participar en diversos encuentros y actividades de participación social.
a)Tamaño de la red. Número de miembros que forman la red social de una persona.
Las redes grandes tienen efectos más beneficiosos que las redes pequeñas. El
número de personas que componen la red social no es un predictor directo de las
respuestas de afrontamiento del individuo pero sí explica la disponibilidad de la red
para prestar apoyo. Cuando el tamaño de la red es escaso el sujeto dispondrá de
pocos recursos de apoyo social para afrontar los estresores. En cambio, cuando
aumenta el tamaño también aumenta la disponibilidad para prestar apoyo aunque
no garantiza la calidad del mismo.
133
contacto con otros miembros de la red que no están vinculados a la situación de
estrés en la que se encuentra el sujeto.
e)Frecuencia. Número de veces que se establece contacto con los miembros de la red
social. El aumento del contacto también está más asociado a la salud que la
escasez de contacto con los miembros de la red. Aunque nuevamente la frecuencia
no garantiza la calidad de la interacción. Sin embargo, sí aumenta la potencialidad
de la red para prestar apoyo.
g)Dispersión. Facilidad o dificultad para poder contactar con los miembros de la red.
134
necesidades individuales; las características del estresor; las características del entorno y
las condiciones sociales y culturales, entre otras. Desde esta perspectiva, se han analizado
tres aspectos fundamentales:
1.La naturaleza y características del estresor, puesto que puede verse afectado de
forma distinta dependiendo de las variables contextuales. De este modo, cuando
los estresores son de tipo crónico, se puede producir un agotamiento o deterioro de
las redes debido al mantenimiento de respuestas de apoyo a largo plazo (Gracia,
1997).
2.La valoración del sujeto sobre las acciones de apoyo recibido, resultando esta
valoración influenciada por la percepción del sujeto sobre sí mismo y sobre la
calidad de la relación que mantiene con otras personas.
3.Las fuentes de apoyo, se han distinguido hasta nueve tipos de fuentes de apoyo:
cónyuges o compañeros, familiares, amigos, vecinos, jefes, compañeros de
trabajo, cuidadores, grupos de autoayuda y profesionales de la saludo servicios
sociales (House, 1981).
135
abocadas al abandono del empleo. En general, los cuidadores están sometidos a una
situación de estrés continua y, cuando los estresores son de tipo crónico, se puede
producir un agotamiento o deterioro de las redes debido al mantenimiento de respuestas
de apoyo a largo plazo. El 80% de los familiares que cuidan a dependientes sufren estrés,
ansiedad, agotamiento, sentimientos de soledad, carecen de tiempo para el ocio y
perciben una escasa red de apoyo social.
Hay que llamar la atención sobre estos datos y visibilizar el papel de la mujer en el
ámbito familiar como principal proveedora de apoyo para que se proporcionen los
recursos necesarios y para evitar los efectos negativos que sufren muchas mujeres, que
actúan como la única y principal fuente de apoyo en el contexto familiar, sin que estas
funciones sean a menudo reconocidas.
Son también muchos los enfoques y teorías acerca del apoyo social. Para analizarlos
Barrón (1996) propone la siguiente clasificación:
-Modelos generales de apoyo social: están centrados en el estrés y analizan los efectos
del apoyo social sobre la salud y el bienestar. Se han propuesto dos grandes
modelos para tratar de explicar cómo actúa el apoyo social: La teoría del efecto
directo y la teoría del efecto amortiguador.
-Modelos específicos de apoyo social: estudian los mecanismos a través de los cuales
el apoyo social tiene efectos beneficiosos.
Desde esta perspectiva se propone que el apoyo social potencia el bienestar y la salud
con independencia del nivel de estrés experimentado por las personas. La hipótesis que
preside este modelo es que a mayor nivel de apoyo social, mayor será el bienestar
psicológico. En cambio, cuando el nivel de apoyo es menor, mayor será el malestar
psicológico. Esta hipótesis cuenta en la literatura con abundante apoyo experimental (v.g.,
Lu y Hsien, 1997).
a)La participación social y el contacto con las redes posibilita el desarrollo de roles
que incrementan la autoestima y la sensación de poder y ello contribuye a
aumentar el bienestar del individuo.
136
b)El sentido de comunidad y pertenencia a un grupo aumenta el bienestar personal.
c)La estima y el respeto que recibimos de los demás también influyen positivamente
en nuestra autoestima y como consecuencia conlleva un mayor bienestar.
e)El contacto con las redes sociales permiten el desarrollo de identidades sociales
(amigo, compañero, madre) que influyen en una satisfactoria participación social.
Desde esta perspectiva se propone que el apoyo social amortigua los efectos negativos
del estrés sobre el individuo. La hipótesis que preside este modelo es que en presencia de
estresores el apoyo social protege a las personas de los efectos negativos del estrés. En
cambio, en ausencia de estresores el apoyo social no influye en el bienestar. También
existe abundante evidencia empírica de esta hipótesis (Lakey y Heller, 1988).
Para Vaux (1988) los mecanismos de actuación del apoyo social se concretarían en
los siguientes:
a)El apoyo social ejerce una acción protectora directa previniendo la ocurrencia de
ciertos estresores.
b)El apoyo social "inocula" al sujeto frente al estrés al reducir la importancia del
estresor.
137
e)Los recursos aportados por los demás permiten ejercer una acción directa y un
afrontamiento eficaz.
d)El apoyo social facilita una evaluación más realista de los recursos, permite
reevaluar el estresor como menos amenazante y desarrollar estrategias de solución
de problemas.
Los modelos de efecto directo y protector no son excluyentes, ambos modelos poseen
validez en la explicación de los efectos beneficiosos del apoyo social. Aunque la mayoría
de los autores concluyen que aquellas medidas que se basan en un concepto estructural
del apoyo social tienden a confirmar la hipótesis de los efectos directos, mientras que las
medidas que incluyen componentes funcionales tienden a confirmar la hipótesis del
efecto protector del apoyo social.
Muchos estudios han mostrado la relación positiva entre el apoyo social proporcionado
por las fuentes y la felicidad. En un estudio sobre la calidad de vida Campbell, Converse
y Rodgers (1976) muestran que la predicción de la satisfacción vital en diversos campos
dio como resultado los coeficientes de regresión que se presentan a continuación e
indican la influencia independiente de cada red de relación: vida familiar (.41);
matrimonio (.36); amistades (.26); comunidad (.25); organizaciones (.12).
Otro estudio realizado por Argyle y Furnham (1983) sobre la satisfacción con
diferentes fuentes de apoyo encontró tres dimensiones de satisfacción: ayuda material y
tangible, intereses compartidos y apoyo emocional. La principal fuente de satisfacción es
el cónyuge, seguida de los amigos íntimos y los familiares, y después los compañeros de
trabajo.
Se han realizado numerosos estudios para analizar el apoyo proporcionado por las
diferentes redes que habitualmente nos proporcionan apoyo y sus beneficios sobre el
bienestar. Algunas de las conclusiones más importantes se muestran a continuación:
1.Apoyo social de la pareja. Cómo señala Argyle (1992), el más claro ejemplo de una
relación que produce felicidad es sin duda el enamoramiento y la principal fuente
de apoyo emocional, por tanto, es la pareja. Los estudios muestran que las
personas casadas son por término medio más felices que las solteras, divorciadas o
viudas, siendo mayor el efecto en los hombres casados que en las mujeres. En
cambio los hombres solteros son menos felices que las mujeres solteras, por lo que
parece que los hombres casados obtienen más beneficios del matrimonio que las
138
mujeres. Según Vanfossen (1981) la mujer proporciona más apoyo al marido y es
mejor confidente, en cambio las mujeres prefieren recurrir a sus amigas o
familiares femeninos en busca de dicho apoyo.
2.Apoyo social de los amigos. Quienes tienen más amigos o pasan más tiempo con
ellos tienden a ser más felices (Larson, 1978). La relación con los amigos
constituye una fuente de felicidad menor que la que proporciona la pareja y los
familiares pero más importante que la que proporciona la relación con los
compañeros de trabajo, los vecinos o la comunidad. Los amigos son importantes
fuentes de apoyo porque permiten compartir intereses comunes, actividades y
ocio; proporcionan apoyo material, ayuda tangible e información cuando los
necesitamos y constituyen una fuente importante de apoyo emocional, actuando
como confidentes, mostrando simpatía y dando consejos.
3.Apoyo social de los hijos. Parece que la aparición de niños pequeños en la pareja
disminuye la satisfacción matrimonial, aunque los autores que han estudiado el
tema vienen a mostrar que, aunque suponen un coste físico importante cuando son
pequeños y emocional cuando son adolescentes, al mismo tiempo, proporcionan
una gran satisfacción y un apoyo emocional exclusivo de esa relación y de la que
carecen las personas sin hijos. Más concretamente Hoffman y Manis (1982)
muestran que los niños pequeños fundamentalmente proporcionan un apoyo
emocional muy importante que tiene ver con el amor y la compañía.
Cuando los hijos crecen constituyen una fuente importante de apoyo no sólo
emocional sino también instrumental. Especialmente las hijas se convierten en las
principales dispensadoras de cuidados a los padres.
4.Apoyo social de familiares. Dentro de este grupo se encuentran todos los familiares
con los que mantenemos algún contacto: hermanas, hermanos, padres, hijos
adultos, tíos, primos, etc.
139
cooperación, aunque en muchas ocasiones se convierte en un apoyo emocional
que se extiende más allá del ámbito laboral y de las relaciones profesionales
aparecen relaciones de amistad que constituyen también una importante fuente de
apoyo.
140
Además de los estudios sobre la salud, los efectos beneficiosos del apoyo social se
han estudiado en poblaciones de riesgo. Muchos de estos trabajos han mostrado el efecto
positivo del apoyo social sobre la calidad de vida y la disminución de la soledad en
grupos vulnerables como las personas mayores, los inmigrantes o las mujeres que sufren
violencia.
Los trabajos que muestran efectos negativos del apoyo social lo explican
principalmente atendiendo a que el apoyo social que se ha prestado ha sido inadecuado,
esto se produce cuando:
b)El apoyo que se presta no se corresponde con el tipo de apoyo específico que el
sujeto necesita.
141
A) Descripción de las redes sociales
Pedimos que escriba una lista de las personas que pueden proporcionarle ayuda
ante un problema personal o emocional. Se hace hincapié en que no enumere
todos los amigos de que dispone y que señale únicamente aquellos que considera
que pueden prestarle el tipo de ayuda que necesita. Asimismo se indica que puede
incluir tanto a las personas con las que interacciona cara a cara como aquellas con
las que el contacto lo establece a través de Internet o por teléfono. Debe escribir el
nombre de cada uno separado por una línea, lo que nos permitirá conocer el
tamaño de la red.
-Sobre las líneas que separan a cada una de las personas debe indicar la relaciones
que mantiene con ellas (padre, madre, hermano, amigo, compañero de trabajo,
confidente...) lo que nos permitirá conocer las relaciones unidimensionales o
multidimensionales de la red.
-En las mismas líneas debe señalar los entornos donde más frecuentemente se
relaciona con cada una de esas personas (casa, trabajo, facultad, barrio,
asociación).
-En cuarto lugar, debe poner una marca sobre la línea de cada persona que crea que
probablemente le pediría ayuda también a causa de sus problemas personales o
emocionales, lo que nos indicaría la reciprocidad en la prestación de apoyo.
-En cada uno de los segmentos se representan con pequeños círculos todas las
personas que componen la red social del sujeto, los círculos más cercanos al
círculo central (la persona objeto de estudio) son los que representan una ayuda
más importante y los más lejanos los que representan una ayuda menos
importante. Cada uno de los círculos se identifica con la inicial de la persona que lo
representa.
-Se dibujan líneas que conectan el círculo central con el círculo de aquellas personas
con las que comparte una relación multidimensional. Esta debe ser una línea
142
gruesa, bien marcada, que indica que mantiene una relación multidimensional con
la red y que le puede proporcionar más de un tipo de apoyo (v.g., puede ser amiga
y compañera de trabajo). Las relaciones unidimensionales no se dibujan en el
mapa y se refieren a todos los puntos que aparecen en el mapa sin estar conectado
con el sujeto central.
-Dentro del mapa también se unen con líneas aquellas personas que entre ellas son
amigos o confidentes. Estas líneas son más delgadas y pueden dibujarse entre los
diferentes segmentos. Esto indicaría la densidad de la red del individuo.
La realización del mapa de la red social del individuo permite conocer todas las
características anteriormente descritas: el tamaño de la red; la composición de la red y la
calidad del apoyo; la reciprocidad; la multidimensionalidad y la densidad de la red entre
otras características (figura 7.1). Es un proceso complejo (para una revisión más en
profundidad ver Maya, 2009).
143
Figura 7.1. Mapa de la red de apoyo social.
Son numerosos los instrumentos con los que se cuenta en la actualidad para evaluar el
apoyo social. Desde la perspectiva funcional del apoyo social se analizan los aspectos
más subjetivos del apoyo que incluyen preferentemente la evaluación de los tipos de
apoyo, la cantidad de apoyo recibido y la satisfacción con el mismo. También
dependiendo del nivel de análisis se han desarrollado escalas para medir el apoyo social
informal derivado de las relaciones íntimas (Ensel y Lin, 1991), el nivel de redes sociales
y el nivel comunitario como la Escala de apoyo comunitario percibido de Gracia y
Herrero (2006) formada por tres subescalas: Integración comunitaria, Participación
comunitaria y Apoyo en las organizaciones comunitarias y la Escala de apoyo social para
residentes (Hombrados, 1995), esta última escala mide la percepción del tipo de apoyo
que perciben los residentes de sus vecinos y que contempla los aspectos relativos a la
función que cumple el apoyo social, distinguiéndose entre el apoyo emocional,
instrumental e informacional.
144
Para analizar el apoyo social desde una perspectiva multidimensional se diseña el
Cuestionario de frecuencia y satisfacción con el apoyo social (Hombrados et al., 2012).
Este cuestionario evalúa tanto la frecuencia del apoyo recibido de la red social como el
grado de satisfacción con el apoyo recibido de las fuentes. Permite analizar el contexto
donde se produce el apoyo, las fuentes de apoyo y el tipo de apoyo recibido: emocional,
instrumental e informacional. Este cuestionario permite incorporar tantas celdas como
sean necesarias para evaluar los diferentes contextos y fuentes de apoyo. Para evaluar la
percepción de apoyo en el contexto familiar y escolar se han incluido las diferentes
fuentes que lo componen: el padre, la madre, los compañeros de clase y los profesores.
Para cada fuente de apoyo y para cada tipo de apoyo se evalúa la frecuencia con que se
recibe el apoyo y la satisfacción con el mismo. El cuestionario utiliza una escala de
respuesta tipo Likert de 1 a 5 puntos, tanto para la frecuencia de apoyo recibido (1=
nunca y 5 = siempre), como para medir el grado de satisfacción con el mismo apoyo (1=
insatisfecho y 5= muy satisfecho). Por tanto, en cada sujeto se analizan las redes que le
proporcionan apoyo, el tipo de apoyo que le dan (emocional, instrumental e
informacional), la frecuencia con que recibe cada tipo de apoyo y la satisfacción con el
mismo (ver cuadro 7.2).
145
146
7.7. El apoyo social en la intervención comunitaria
147
implican la interacción social con el entorno y obligan al profesional a optimizar o
desarrollar los recursos de apoyo necesarios para satisfacer las necesidades psicosociales
de los individuos y es esto lo que la distingue de otras intervenciones. Muchos
profesionales resaltan la importancia de intervenir para modificar o incrementar los
recursos sociales más que centrarse exclusivamente en los estresores, que en muchas
ocasiones no se pueden cambiar. Las estrategias de intervención que promueven el apoyo
social favorecen los sentimientos de competencia y empowerment ya que hacen a las
personas participantes activos en la solución de los problemas.
Son muchas las tipologías que se han creado para clasificar las intervenciones que
promueven el apoyo social. Barrón (1996) establece una tipología bidimensional. La
primera dimensión se refiere a los niveles de intervención: individual, grupal y
comunitario. La segunda dimensión se refiere al objetivo de la intervención: a)
intervenciones basadas en el efecto directo, es decir, orientadas a mejorar las redes
sociales de los individuos y b) intervenciones basadas en el efecto amortiguador, es decir,
dirigidas a facilitar estrategias de afrontamiento de personas que están en riesgo o
atraviesan una situación problemática.
148
enfermedades graves puede alterar la red de apoyo de la persona. Por ejemplo, una
persona con cáncer puede ser "victimizada" por su familia y amigos. Algunos
autores han señalado que las reacciones que genera el cáncer en personas cercanas
pueden ser variadas: sentimientos de miedo, sentimientos de aversión, sentimientos
de evitación o creencia de que hay que mantener una actitud alegre y optimista
ante el paciente todo el tiempo. El no saber cuál es la forma adecuada de tratar al
enfermo puede producir sentimientos de ambivalencia hacia éste y ansiedad ante la
interacción. Por tanto, esto puede producir efectos indeseables y contrarios a la
percepción de apoyo que pueden dar lugar a la evitación física del enfermo o a la
evitación de la comunicación acerca de la enfermedad. La prestación de apoyo de
forma inadecuada puede llevar al enfermo de cáncer a sentirse rechazado o
abandonado por su red de apoyo más cercana.
2.Nivel diádico. Estas intervenciones implican la movilización del apoyo social de una
persona clave de la red social existente o la introducción de un nuevo miembro en
la red social del individuo. Normalmente se ha de preparar el miembro de la red
que presta el apoyo para que éste se desarrolle de forma efectiva. Sin embargo, las
investigaciones han mostrado que normalmente este tipo de ayuda se produce de
forma recíproca, es decir, no sólo se beneficia el receptor de la ayuda sino también
la fuente que la proporciona. Son numerosas las intervenciones que se han
desarrollado centradas en el nivel diádico, especialmente en el ámbito de los
servicios sociales. Algunas de ellas son:
149
apoyo emocional y los estudiantes, con dificultades económicas, cubren
principalmente sus necesidades de apoyo instrumental, aunque muchos
desarrollan también lazos de amistad estables.
d)Programas de animales de compañía. Numerosos trabajos han mostrado los
efectos beneficiosos de los animales de compañía en poblaciones vulnerables, ya
que proporcionan principalmente apoyo emocional (manifestaciones de cariño
de las mascotas) y apoyo instrumental como el que proporcionan los perros
lazarillo. En general se han utilizado con personas mayores que viven solas,
personas discapacitadas y niños enfermos.
3.Nivel grupal. Las intervenciones a nivel grupal tienen como objetivo crear un
sistema de apoyo duradero y consistente con las necesidades del sujeto. Se dirigen
a la optimización del apoyo social en el contexto natural del sujeto, por ejemplo la
reconstrucción o el análisis de las redes sociales, o intervenciones dirigidas a crear
nuevos vínculos de apoyo. En este caso la intervención más conocida es la de los
grupos de apoyo y autoayuda que se desarrollará en el capítulo siguiente.
Resumen
150
estrategias de intervención que se derivan del apoyo social
Objetivos y competencias
-Conocer los principales mecanismos explicativos propuestos para explicar los efectos
beneficiosos del apoyo social
-Ser capaz de utilizar el apoyo social como herramienta para la intervención social
Actividades formativas
2.Analizar los principales mecanismos que se proponen desde los modelos de apoyo
social para explicar los efectos beneficiosos del mismo.
4.Evaluar la red de apoyo de una persona utilizando la técnica del mapa de red.
151
152
8.1. Definición
Los grupos de apoyo aparecen como una alternativa al modelo de salud tradicional, han
surgido en diferentes campos tales como las adicciones, las enfermedades físicas y
mentales, las crisis vitales, etc., por lo que se dirigen principalmente a grupos de riesgo,
situaciones de crisis, transiciones vitales o personas con problemas crónicos. Se
fundamentan en las teorías del apoyo social haciendo especial hincapié en el efecto
protector del mismo.
Una definición clásica de los grupos de apoyo es la de Katz y Bender (1976) que los
definen como aquellos grupos pequeños constituidos voluntariamente para alcanzar un
fin específico. Suelen estar integrados por iguales que se reúnen para ayudarse
mutuamente para satisfacer una necesidad común, superar un hándicap, alcanzar un
deseo social o conseguir un cambio personal. Los miembros de estos grupos perciben
que sus necesidades no pueden ser satisfechas por las instituciones sociales existentes.
Enfatizan las interacciones cara a cara y la responsabilidad personal en la solución de los
problemas intercambiando recursos y diferentes tipos de apoyo.
153
Términos como autoayuda, apoyo o ayuda mutua se han utilizado indistintamente
para referirse a grupos cuya estrategia va encaminada a crear vínculos sociales basados
en la prestación mutua de apoyo. En este sentido, Gottlieb (1988) hizo una diferenciación
comúnmente aceptada: los grupos de apoyo están dirigidos por un profesional, están
limitados en el tiempo, el número de miembros es fijo y combinan la experiencia con el
conocimiento experto. Los grupos de autoayuda no están limitados en el tiempo y
funcionan de manera autónoma sin la presencia de un profesional, aunque alguna vez
puedan buscar ayuda profesional o institucional. En la actualidad, para la mayoría de los
autores (Taylor, Falke, Shoptaw y Lichtman, 1986; Barrón, 1996) estas no son
categorías diferentes o grupos independientes, ambos pueden formar parte de un
continuo donde al principio el grupo es dirigido por un profesional hasta que se consigue
su autonomía como grupo de autoayuda
Las funciones más reconocidas de los grupos de apoyo son las definidas por Levine y
Perkins (1987):
154
limita a expresar experiencias y sentimientos comunes sino que en ellos los
participantes desarrollan los recursos necesarios para afrontar las circunstancias
por las que atraviesan y la búsqueda de soluciones.
6.Facilitan el acceso a una red de relaciones, esta red igualitaria reduce el aislamiento
y mitiga los aspectos negativos. La creación de nuevos lazos y la ampliación de las
fuentes de apoyo constituyen un objetivo esencial.
Los grupos de apoyo son sistemas informales de ayuda, son grupos voluntarios de
sujetos que comparten una situación problemática común. Aunque existen al menos
cinco características fundamentales que los diferencian de otros sistemas de ayuda
naturales como la familia o los amigos (Herrero, 2004):
2.El estatus de los miembros es de igual a igual: entre los miembros del grupo no se
establecen jerarquías y se ha de garantizar la participación por igual de todos ellos.
5.Funcionan autónomamente: los miembros del grupo han de descubrir que poseen
los recursos necesarios para afrontar sus problemas. Las soluciones no provienen
directamente del profesional sino del propio grupo. El profesional adopta un papel
de facilitador.
155
Se han utilizado diferentes marcos teóricos como las teorías de atribución social, teorías
de roles, clima social, etc., para explicar la efectividad de estos grupos, aunque las teorías
explicativas más comúnmente aceptadas señalan como conceptos explicativos básicos los
siguientes:
1.Las teorías del apoyo social: las intervenciones basadas en el apoyo social han
mostrado efectos muy beneficiosos para los sujetos participantes (Hombrados,
Perles, Martimportugués, 1993; Hombrados y García 2003). Especialmente en los
grupos de apoyo se hace hincapié en la relación, evitando el aislamiento y en el
efecto protector, desarrollando conductas de afrontamiento adecuadas que
emergen del propio grupo.
2.La teoría de la atribución social: en los grupos de apoyo y autoayuda los sujetos
aprenden a realizar atribuciones externas sobre las causas de los problemas (la
causa está en el entorno social), evitando la culpabilidad; e internas sobre la
solución de los problemas (la respuesta está en el sujeto) lo que aumenta la
percepción de control y de responsabilidad a la hora de resolver las diferentes
situaciones.
156
En concreto, los profesionales en estos grupos deben:
b)Fomentar que sean los propios miembros del grupo los que, a raíz de su propia
experiencia, ofrezcan estrategias de afrontamiento.
e)Ayudar a los miembros del grupo a tomar conciencia de los recursos de los que
disponen.
g)Dar a conocer al grupo desde el principio que sus miembros han de jugar un papel
activo en la solución de problemas.
Los grupos de apoyo social se consideran en la actualidad uno de los recursos más
valiosos con los que cuenta la intervención psicosocial para afrontar los problemas de
adaptación, aceptación o solución de las eventualidades que se presentan en el transcurso
de la vida: enfermedad grave, adicciones, separaciones, duelos, etc. Los grupos de apoyo
se han convertido en un importante recurso para la salud, especialmente para aquellas
enfermedades que se etiquetan como estigmatizantes como son el cáncer, el alcoholismo
o el sida, ya que este tipo de problemas puede conllevar un cierto aislamiento de las redes
157
habituales de apoyo social. De esta forma, la ayuda mutua entre personas que comparten
un mismo problema se convierte en una importante herramienta para la intervención. El
origen de estos grupos se sitúa en EEUU con la creación de Alcohólicos Anónimos en
1935. Los miembros del grupo descubrieron que el control de la adicción guardaba
relación con la ayuda que se prestaban entre sí los alcohólicos. A este proceso de poder
proporcionar y recibir ayuda simultáneamente se ha denominado: "la ayuda como
terapia" (Gartner y Riessman, 1984). Para estos autores, los beneficios de ayudar a los
demás se produce porque el adoptar el rol de ayuda implica poner en marcha diferentes
mecanismos de afrontamiento: a) cuando se adopta un rol se tiende a cumplir con las
expectativas que implica ese rol; b) las personas empiezan a percibirse a sí mismas de
una forma diferente y con capacidad de afrontar el problema; c) cuando las personas
ayudan comienzan a sentirse útiles; d) el proceso de ayuda hace a las personas menos
dependientes; e) ayudando a otras personas con problemas similares se tiene la
oportunidad de analizar su propio problema desde fuera; f) cuando se persuade a los
miembros del grupo de determinadas acciones se produce también una autopersuasión.
a)Hay que animar a los participantes para que compartan su historia desde la
experiencia del "aquí y ahora". Lo que debe interesar en los grupos de apoyo es el
presente aunque sea un recuerdo o un hecho pasado.
b)Se debe buscar la autorresponsabilización, por lo que es importante que las frases
utilizadas se personalicen para no desvincular a la persona de sus actos y
emociones.
c)No se debe hablar del grupo fuera del mismo ni hablar de nadie que se encuentre
ausente.
d)No se debe forzar a los miembros del grupo a hablar de algo de lo que no quieran
hablar, hay que respetar el proceso de participación de cada persona.
f)Se ha de proporcionar ayuda recurriendo a los propios medios que poseen los
participantes del grupo. Para no desarrollar una situación de dependencia cada
persona ha de responsabilizarse de su propio proceso de cambio.
Con relación al desarrollo y dinámica interna de los grupos de apoyo hemos elaborado
una propuesta estructurada en diversas fases (ver cuadro 8.1).
158
Cuadro 8.1. Fases para el desarrollo de los grupos de apoyo
8.4.1. Intervención con los grupos de apoyo social y autoayuda en personas mayores
En este apartado vamos a explicar cada una de las fases con un ejemplo concreto. La
propuesta planteada se aplicó a un grupo de población con especiales necesidades
psicosociales como son las personas mayores (Hombrados et al., 2004). Las personas
mayores tienen unas necesidades específicas que se corresponden con la etapa de la vida
que están atravesando. Estas tienen que ver fundamentalmente con necesidades de
atención sanitarias, económicas, y psicosociales.
159
siguientes fases:
160
-Presentación de los profesionales: los profesionales que llevan cada grupo
pueden ser dos. Uno cumple la función de dinamizar el grupo y el otro va
anotando los aspectos más formales como por ejemplo, quién interviene,
quién ha faltado, quién da estrategias de afrontamiento más efectivas, etc.
-Definición del grupo de apoyo social: se corrigen las ideas erróneas que tengan
acerca de las cuestiones planteadas y se define el grupode apoyo social. A
los participantes les debe quedar claro que: a) Son personas que se reúnen
para resolver una situación problemática común; b) El objetivo es
proporcionar apoyo mutuo; e) Se dan estrategias de solución entre todos, de
forma simultánea; d) Se fomentará la autonomía del grupo.
161
todos y por consenso, la opinión de cada miembro tiene el mismo peso. De
forma resumida se pueden destacar las siguientes normas para el grupo de apoyo
social:
-Compromiso de asistencia.
-Participación activa.
Esta primera fase ocupa el primer mes y es en este momento antes de iniciar el
desarrollo de las sesiones cuando se producen las principales bajas por diversos
motivos: necesidad de atención más individualizada, falta de correspondencia con
expectativas y problemas de adecuación al horario fijado.
162
viudedad, separación, inexistencia de una red de relaciones y necesidad de
cuidado, afecto e interacción.
2.Aprender a envejecer: procurar el apoyo psicosocial y las competencias
necesarias para afrontar el proceso de envejecimiento. Desarrollar las
posibilidades de autonomía.
3.Relaciones familiares: problemas de convivencia y relaciones intergeneracionales.
4.Autocuidado de la salud: control y afrontamiento de problemas de salud y
prevención.
5.Ocupación del tiempo libre: educación para el ocio.
6.Fortalecimiento de las redes sociales, participación social e integración en la
comunidad.
En este momento se aclaran las dudas concretas que plantean los miembros del
grupo. Los tres primeros temas son considerados los más importantes y son los
que ocupan mayor tiempo dentro del grupo.
Todas las sesiones han de tener una estructura similar aunque lógicamente todas
se deben adaptar a las necesidades específicas del grupo. Al principio de cada
sesión, antes de comenzar, se deja un tiempo para que los miembros entren en
contacto de manera informal, pues la formación de lazos afectivos entre ellos es
fundamental para el buen funcionamiento del grupo. Se inicia la sesión comentando
las actividades o tareas propuestas en la sesión anterior, se analizan las posibles
dificultades surgidas y el grupo da soluciones alternativas. Después se introduce el
tema de cada sesión de forma clara, dando más importancia a las interacciones y
comentarios del grupo.
163
De forma resumida sería: a) Resumen de la sesión anterior; b) Breve
introducción por parte de los profesionales o miembros del grupo del tema elegido;
c) Discusión del tema, aportando cada persona su punto de vista y sus estrategias;
d) Acuerdo de puesta en marcha de las nuevas estrategias para resolver un
problema o afrontar una situación y e) Resumen de la sesión y despedida.
Esta fase se realiza durante cuatro meses con una periodicidad quincenal. Los
profesionales durante este tiempo van dando pautas para que progresivamente el
grupo vaya ganando en autonomía.
164
Fase III: Autogestión del grupo
165
Uno de los objetivos fundamentales de un grupo de apoyo social es que acabe como
grupo de autoayuda. Los profesionales durante este tiempo van dando pautas para que
progresivamente el grupo vaya ganando en autonomía. Por ejemplo, coordinar algunas
sesiones, buscar recursos necesarios para desarrollar alguna sesión, organizar diversas
actividades propuestas, preparar algunos temas, etc. Cuando el grupo se sienta preparado
podrá comenzar a funcionar autónomamente y el profesional intervendrá puntualmente
para asesoramiento en algunas cuestiones, a petición del grupo. Los grupos de mayores
comenzaron a autogestionarse a partir de los cinco meses, se constituyeron en
asociación, esto les permitió solicitar ayudas para organizar actividades, contratar
profesionales, etc.
Es importante evaluar estos tres aspectos ya que a veces en estos grupos se puede
producir una cierta discrepancia entre las mejoras percibidas por sus miembros y los
cambios reales que se han producido respecto al cumplimiento de objetivos o respecto a
la adquisición de estrategias de afrontamiento efectivas. Hay que indicar que los grupos
de apoyo no son únicamente un espacio para el desahogo emocional o un espacio donde
crear nuevas redes sociales sino que además han de suponer una herramienta eficaz de
intervención para el cambio psicosocial.
166
b)Evaluación del clima social del grupo. El profesional debe conocer la percepción de
los miembros sobre el clima del grupo, si las sesiones se desarrollan en un clima de
cordialidad, cooperación, etc. Para ello se ha diseñado un diferencial semántico
que puede pasarse a los miembros del grupo al menos una vez durante cada una
de las fases de intervención (ver cuadro 8.4).
167
c)Evaluación de la satisfacción con la participación en el grupo de apoyo. Antes de
finalizar el acompañamiento del profesional como grupo de apoyo y antes de
constituirse como grupo de autoayuda, el profesional debe saber si el grupo ha
servido como herramienta eficaz para el logro de objetivos, si están satisfechos con
la experiencia y si el grupo ha funcionado adecuadamente. Para ello se elaboró el
instrumento que se muestra en el cuadro 8.5.
168
En general, la metodología empleada en el desarrollo de los grupos fue la adecuada
para alcanzar los objetivos propuestos. Los participantes se encontraron satisfechos con
la marcha del grupo, desarrollaron estrategias de afrontamiento adecuadas frente a los
problemas comunes vividos ante el proceso de envejecimiento y especialmente
importante fue el cambio producido en la percepción de apoyo social. Las personas
mayores tras la intervención aumentaron significativamente la frecuencia de contactos
con las fuentes suministradoras de apoyo (amigos, familiares, hijos y pareja) e
incrementaron también significativamente la satisfacción con el apoyo recibido.
Resumen
En este capítulo se analizan las funciones y características de los grupos de apoyo social
y autoayuda. Se da a conocer el papel del profesional y los marcos conceptuales que
explican la efectividad de los mismos. Se hace una propuesta metodológica para poner en
marcha el grupo y se explica cómo se realiza la evaluación de los mismos. Para explicar
las fases se sigue un ejemplo de intervención con el colectivo de personas mayores.
Objetivos y competencias
-Conocer las características que definen los grupos de apoyo social y autoayuda.
Actividades formativas:
169
170
9.1. Conceptos de crisis, desastres y catástrofes
2.Crisis de desarrollo: suelen coincidir con el paso por las diferentes etapas a lo largo
de la vida, muchas de estas crisis son predecibles, por ejemplo la etapa de la
adolescencia, la jubilación o las rupturas. Éstas pueden ser fácilmente identificables
y sobre ellas se pueden desarrollar programas de prevención para dar herramientas
adecuadas de afrontamiento.
La crisis es una situación en la que un suceso altera el equilibrio personal del individuo
171
que lo percibe como una amenaza o una pérdida. Esto conlleva asociados sentimientos
de tensión e impotencia. Más concretamente Halpem (1973) identifica las siguientes
respuestas:
172
negación a no "creerse lo que ha ocurrido" y a la intrusión involuntaria de ideas y
sentimientos de dolor (v.g. pesadillas, pensamientos recurrentes, etc.). Conforme avanza
este proceso algunas personas progresan siendo capaces de expresar sus sentimientos y
experiencias mientras que otros necesitan ayuda externa. En la etapa final la persona
debe ser capaz de integrar la crisis dentro de lo que es su propia experiencia vital.
Aunque el recuerdo de la experiencia le pueda producir tristeza, la persona ha sido capaz
de incorporarlo en su propio desarrollo, ha llegado a aceptar que el suceso forma parte de
su trayectoria y experiencia personal, lo que implica una adaptación y un cambio al
mismo tiempo.
173
vulnerabilidad (recursos disponibles y estado en el que se encuentra un individuo o una
comunidad frente a una amenaza concreta en un determinado momento). Por ejemplo,
estamos acostumbrados a escuchar en las noticias y en los medios de comunicación que
un terremoto en un país con escasos recursos ha producido innumerables pérdidas entre
la población y habitualmente se requiere ayuda internacional (v.g., terremoto de Haití).
Este mismo hecho en países con recursos económicos y preparados para este tipo de
sucesos tiene escasos efectos sobre la población.
En el año 2002 el Instituto Nacional de Salud Mental de Estado Unidos (NIMH, 2002)
reunió a un grupo de expertos en desastres de diferentes países que elaboraron un
documento de consenso sobre las pautas de intervención más adecuadas en caso de
desastre. El modelo de intervención se estructura en cuatro fases: fase de impacto (0-48
horas); fase de rescate (0-1 semana); fase de recuperación (1-4 semanas) y fase de
regreso a la vida (2 semanas-2 años).
2.Fase de rescate (0-1 semana). En esta fase el objetivo debe ser la orientación, el
ajuste y proporcionar los recursos que se necesiten. Las intervenciones
psicosociales que se proponen se muestran en el cuadro 9.2.
174
Cuadro 9.2. Intervención psicosocial en la fase de rescate (NIMH, 2002)
175
3.Fase de recuperación (1-4 semanas). En esta fase el objetivo se centra en
acompañar el duelo, dar pautas para controlar pensamientos intrusivos y dar las
estrategias necesarias de afrontamiento. Para ello la atención se dirige hacia los
más afectados, al tiempo que se hace un seguimiento de los servicios que se están
prestando y de la información que se facilita desde los medios de comunicación
para evitar rumores que alarmen a la población (v.g., miedo a que se vuelva a
producir un terremoto).
176
de la primera ayuda psicológica y las habilidades de comunicación más importantes que
el profesional ha de poner en marcha para intervenir en momentos de crisis.
Para establecer las pautas de actuación en la primera ayuda psicológica se han elaborado
algunos protocolos de primeros auxilios. Uno de los protocolos más conocidos es el de
los cinco componentes de ayuda de Slaikeu (1988) que se resumen a continuación:
1.Hacer contacto psicológico. El profesional debe tener una actitud de empatía con
los sentimientos expresados por la víctima, animarla a que exprese sus
sentimientos y relate los hechos como pasaron. El profesional debe estar atento y
mostrar interés. Este primer contacto se realiza también utilizando el lenguaje no
verbal (v.g., tocando o abrazando a la persona afectada). En este momento el
objetivo es conseguir que la persona se sienta escuchada y apoyada para reducir el
dolor asociado a la situación de crisis y reducir la intensidad emocional.
2.Examinar las dimensiones del problema. Para determinar la dimensión del problema
se deben analizar los aspectos emocionales: ¿cómo se siente?; interpersonales:
¿cuál es el impacto sobre la familia y amigos?; somáticos: ¿qué reacciones físicas
tiene?; cognitivo: ¿qué pensamientos tiene?; y conductual: ¿cómo se ha alterado su
comportamiento? Para analizarlos se propone el sistema CASIC:
C.Conducta
A.Afecto y emociones
S.Somático
I.Interpersonal
C.Cognitivo
En un caso de violencia de género tras la primera atención a la víctima se
establecen las siguientes conclusiones aplicando el sistema CASIC:
-Conductual: la mujer muestra incapacidad para salir sola, dificultad para conciliar
el sueño y poco apetito.
-Afectivo: temor por otra agresión, sentimiento de tristeza y ansiedad.
-Somático: secuelas de golpes, dolores de cabeza, de estómago y cansancio
generalizado.
-Interpersonal: la mujer está aislada no quiere solicitar ayuda a amigos y familiares.
-Cognitivo: rumiaciones, autopercepción negativa de sí misma, pensamientos
continuos sobre el ataque y pesadillas.
El objetivo principal es ordenar las necesidades de la persona para tratar de
177
inmediato las áreas más afectadas. A veces hay poco tiempo para explorar todos los
aspectos pero el profesional debe valorar cada uno de ellos aunque no los pregunte
de forma directa, a través del discurso y el relato de la historia que hace la persona
afectada. En esta fase la simple exposición de lo ocurrido y la descarga emocional
pueden tener un efecto positivo inmediato sobre el individuo.
178
lugar alternativo para comenzar a hablar. Las primeras preguntas deben ser
sencillas y dirigidas a hechos objetivos evitando centrarse exclusivamente en los
aspectos emocionales (v.g., ¿qué ha pasado?, ¿dónde estaba?, etc.).
8.Seguimiento. Se debe plantear un seguimiento a corto y medio plazo (un mes) para
que la persona perciba que la prestación de ayuda psicológica tendrá continuidad
en el tiempo.
179
También existe un cierto acuerdo entre los autores sobre las técnicas de comunicación
verbal que se han de poner en marcha. Para exponerlas seguimos la propuesta de
Fernández Millán (2005) (ver cuadro 9.4).
180
181
9.4. Modelo ecológico de actuación ante desastres
Figura 9.1. Modelo ecológico de respuesta humana ante desastres naturales (San Juan,
182
2001)
Resumen
Objetivos y competencias
183
Actividades
3.Se diseñará una situación en la que se pongan en práctica mediante role playing las
técnicas de comunicación verbal y no verbal más empleadas.
184
185
10.1. Principios generales fundamentales
La ASC es animar, mover, motivar, potenciar y capacitar. Está presente donde hay
concienciación, participación, cambio, comunicación e identidad. Hace falta reflexionar
poco para caer en la cuenta de cómo tales aspectos van en paralelo con los más puros
supuestos de la psicología comunitaria (Martín, 1988, p. 245).
186
permitirá conocer y acercarse a la comunidad y unos supuestos ideológicos y teóricos
con los que alcanzar los objetivos de participación que persigue. Por otro lado el carácter
interdisciplinar de la psicología comunitaria le hace mantener un estrecho contacto con
animadores, voluntariado social y otros paraprofesionales. Por tanto ambas coinciden en
la búsqueda del bienestar social y la calidad de vida a través de una política de
intervención basada fundamentalmente en programas de educación para la prevención y
el desarrollo comunitario (Martín, 1988).
b)La corriente anglosajona que se utiliza para aludir a tal noción con la expresión
"Desarrollo sociocultural comunitario" (socio-cultural community development).
187
los problemas de masificación y despersonalización. Surge como una tentativa de aportar
soluciones a determinados problemas de nuestro tiempo.
La primera vez que se utilizó el término animación fue en el año 1955 en Austria en el
curso de una reunión organizada por la UNESCO, pero indudablemente donde adquirió
carta de naturaleza fue en los años sesenta del siglo pasado en Francia. Después de la
Segunda Guerra Mundial, Francia se encontró con la necesidad de reconstruir muchas de
sus ciudades, barrios enteros, con población nueva a los que había que dotar de un
sentido de comunidad. La animación fue un instrumento al servicio de esta finalidad.
Posteriormente, pasó a actuar en comunidades necesitadas económicamente que carecían
de proyectos comunes y habían perdido sus señas de identidad. El uso del término se
extendió enseguida por todo el mundo cultural de habla francesa. No ocurrió así en los
países anglosajones que como hemos visto acuñan el concepto de community
development.
Con el tiempo, los intercambios mantenidos en el Consejo de Europa entre todos los
gobiernos miembros del mismo han determinado que se llegue al acuerdo de usar
indistintamente ambas denominaciones. Ambas expresiones reflejan aspectos de una
misma realidad, con una clara complementariedad a la hora de llevarlos a la práctica, ya
que la alusión al desarrollo de energías individuales es resaltada por la expresión francesa,
mientras que la alusión a la comunidad como ámbito de intervención se resalta desde la
vertiente anglosajona. Esta dialéctica entre lo individual y lo colectivo es tanto más
importante en cuanto que se sitúa como elemento definitorio de la ASC. La dificultad de
teorización sobre la ASC se debe en gran parte a la diversidad de actuaciones que se
atribuyen a esta denominación. Por ello es particularmente problemático cualquier intento
de definirla.
A pesar de ser relativamente corto el período de vida que se reconoce a la ASC, existe un
buen elenco de definiciones publicadas al respecto. La animación es un hecho global que
puede aplicarse a todos los sectores de la vida social. Las definiciones son múltiples y
dada la diversidad de campos la ASC se entiende de modo diferente, desde una función
social, una actitud, una profesión o hasta un conjunto de técnicas o métodos específicos
(Monera, 1988).
a)Animar como dar vida o hacer revivir al que la pierde. El autor alude a la relación
del médico con el enfermo para ejemplificar el carácter externo y vertical de la
acción, otorgando a este tipo de animación un carácter directivo y paternalista.
188
b)Animar como poner en relación. Se resalta desde esta perspectiva el carácter
dinámico e instrumental del concepto. La imagen del animador ya no es la del
médico sino la del mediador que posibilita la implicación de la gente en su propio
desarrollo del entorno.
En general, la ASC es un proceso que surge en el seno de los grupos sociales, los
cuales mediante la participación activa de sus miembros van a ser capaces de generar
cultura.
Las bases teóricas sobre las que se articula esa metodología son las propias de la
participación social. Los métodos y técnicas a través de los cuales se pone en práctica
proceden de campos científicos diversos como la antropología, la sociología, la
psicología, etc.
Algunos autores (v.g., López de Ceballos y Salas, 1987; Pujol, 1986; Viche, 1989)
tras una revisión profunda de las definiciones de ASC extraen una serie de elementos que
configuran las características que van a definirla:
-El grupo social y el territorio son los elementos base sobre los que se generan los
procesos de intervención sociocultural.
-Se basa en una acción participativa que hace al individuo sujeto activo de la
intervención.
-Crea procesos sociales que una vez iniciados es el propio medio quien ha de resolver
con su particular dinámica interna.
189
-Ha de tender a la mejora de la calidad de vida, al tiempo que debe favorecer los
procesos de comunicación y socialización.
-La acción abarca todos los campos de la vida social y cultural de una comunidad.
Con estos enunciados parece que coinciden la mayoría de los autores (Monera, 1985;
Riva, 1988), así pues se puede intentar concretar:
a)Un proceso de desarrollo que pretende crear las condiciones necesarias para que
la comunidad resuelva sus problemas.
b)Un proceso de puesta en relación de las personas entre sí para instaurar la
comunicación y el diálogo.
c)Un proceso de creatividad, desarrollando la iniciativa y la responsabilidad, tanto a
nivel individual como colectivo.
-En tercer lugar, la participación y la comunicación son objetivos e instrumentos
claves del proceso de desarrollo social y cultural. La animación vincula los
procesos a los problemas, a las necesidades y situaciones reales de las personas y
al medio donde éstas viven, tendiendo a concretar esos procesos en proyectos de
actuación, de intervención en la realidad con el objetivo de transformarla.
190
cualquier proceso de animación en la comunidad.
191
población.
b)El grupo. Entendido como unidad básica de la vida asociativa que posibilita el
acceso a la participación, engloba tanto al pequeño grupo como a las asociaciones.
El grupo se constituye en función de unos objetivos comunes a todos sus
miembros. Este objetivo común puede ser muy diferente: cultural, deportivo,
educativo, político y va a determinar tanto su campo de actuación social como sus
formas de participación. Por tanto es necesario conocer la dinámica interna de
estos grupos para realizar una adecuada ASC.
e)Las relaciones interpersonales. Se establecen entre los miembros del grupo, son otra
de las bases que legitiman los procesos de animación sociocultural. Estas relaciones
que se establecen en el seno del grupo posibilitan el análisis del medio y facilitan el
conocimiento y crecimiento tanto del individuo como del grupo. Por tanto el
conocimiento de las relaciones interpersonales y de las redes de apoyo constituye
otra de las bases fundamentales en la que se apoya la ASC.
192
Cuadro 10.1. Características sociodemográficas
-Vida sociocultural.
•Cómo se informan las personas de las actividades culturales.
-Potencial sociocultural.
•Recuento de organizaciones que promueven actividades socioculturales.
193
•Infraestructura y equipamiento: bibliotecas, centros sociales y recreativos.
Los tres ámbitos operativos principales en los que se pueden desarrollar programas de
animación sociocultural son: el grupo, una organización o institución y una zona o área
territorial.
194
usuarios y la observación.
En cuanto a las técnicas que se han de utilizar se ha propuesto una gran variedad:
observación participante; técnicas de grupos nominales y foro público; informantes
claves; indicadores sociales; encuestas y entrevistas grupales.
195
d)Que existan recursos para las demandas concretas.
196
participación en la vida asociativa como forma de afrontar los problemas
comunes. Esta labor implica conectar con los centros de interés de las personas
y crear actitudes y comportamientos favorables al iniciar un proceso de
participación.
b)Detección de las minorías activas o grupos de incidencia. De lo que se trata es de
detectar aquellos conjuntos de personas que por sus inquietudes e intereses
inciden de manera significativa en los procesos y en la vida social y cultural de
un colectivo o en el conjunto de la comunidad. Una vez detectados hay que
tomar contacto de una manera formal con las personas, grupos o instituciones
mediante entrevistas o a través de convocatorias abiertas realizadas por los
responsables del programa de animación.
e)Capacitación de animadores voluntarios para la promoción de actividades
socioculturales. Es necesaria la capacitación de aquellos que están en
condiciones de participar más activamente. De lo que se trata es de formar a los
líderes naturales y a los animadores voluntarios.
2.Promover la organización y puesta en marcha de actividades socioculturales. Los
momentos anteriores deben conducir a la realización de actividades, ya que un
principio básico de la animación es "aprender haciendo". La animación como
metodología cuyo objetivo principal es promover la participación implica
irremediablemente el problema de la transferencia o traspaso gradual de
conocimientos técnicos/operativos que permite a las personas actuar de manera
eficaz. Lo ideal es que aumente la participa ción de la población destinataria del
programa, al mismo tiempo que disminuye la intervención de los animadores.
Para poner en marcha las actividades de ASC las técnicas más utilizadas son las que
se señalan en el cuadro 10.2.
197
198
9. Actividades específicas de la animación sociocultural.
4.Actividades lúdicas: Fiestas, juegos, música y deportes han sido siempre una parte
importante de la vida de las personas que ha servido para expresar actitudes y
comportamientos culturales. Son manifestaciones diversas de la cultura:
199
c)Recreación y esparcimiento. El contacto con la naturaleza es una de las
actividades de recreación más desarrolladas en los programas de animación para
mantener la salud física y mental. Aunque estos programas cada vez están
teniendo más aceptación dentro de una de las actividades recreativas por
excelencia: el turismo.
d)Las actividades deportivas. En los programas de animación sociocultural las
actividades deportivas han de servir para: un mejor empleo del tiempo libre; para
mejorar las condiciones físicas y psíquicas de quienes lo practican; para
desarrollar el sentido de la solidaridad y como prevención de problemas de salud
y equilibrio psicológico.
5.Actividades sociales. Este ámbito de actuación es muy cercano a los que se
denominan programas de desarrollo de la comunidad o de promoción social. De lo
que se trata es de dinamizar el movimiento ciudadano, con el fin de asociar nuevas
personas a la realización de actividades socioculturales. Se trata de lograr la
participación ciudadana y el desarrollo del asociacionismo. En lo que atañe al tipo
de asociaciones que se pueden promover desde los programas de animación,
pueden ser de muy diversa índole, entre ellas se encuentran asociaciones de
padres, asociaciones recreativas, peñas, etc.
Resumen
200
Se fundamenta el concepto de animación sociocultural (ASC) como una acción que
promueve la participación. Se analizan los elementos y las funciones que la caracterizan.
Se define la práctica de la ASC y se explican las fases para elaborar un proyecto de ASC
y las técnicas psicosociales empleadas.
Objetivos y competencias
Actividades formativas
201
202
11.1. Participación social y voluntariado
Una comunidad que se cree incapaz de transformar el entorno social que le afecta no
desarrolla el sentido de comunidad, ni el fortalecimiento o empowerment necesarios para
afrontar las necesidades de la comunidad. En estos casos aparece la indefensión y la
apatía propias de las comunidades que se sienten impotentes frente a la transformación o
el cambio social (Clark, 1964; Sue y Zane, 1980). Por tanto, la participación se dirige
hacia la transformación de una realidad, es importante que la comunidad perciba que
para atender las necesidades sociales y la solución a los problemas es necesaria la acción
social.
203
3.Participación en movimientos sociales. Se refiere a la acción colectiva para resolver
un problema social con una intención de transformación social como, por ejemplo,
las acciones para proteger el medio ambiente de movimientos ecologistas.
a)La realización de la actividad debe ser libre sin que existan obligaciones personales
ni judiciales.
Sin embargo, más allá de reconocer la importancia del tema actualmente en nuestra
sociedad, el interés por el voluntariado desde la psicología social tiene que ver con el
hecho de que el ejercicio de esta actividad está ligada a una conducta de ayuda. Esto nos
lleva a plantearnos dos cuestiones fundamentales: a) ¿Cuáles son las características de
esta conducta de ayuda?; y b) ¿Qué motivos se dan en esta conducta de ayuda?
204
En este apartado se explicará en qué consiste la conducta de ayuda del voluntariado y se
analizarán las principales características asociadas a la conducta del voluntario.
Smithson, Pearce y Amato (1983) diferencian las distintas situaciones de ayuda en una
clasificación bidimensional de acuerdo a que la ayuda sea considerada importante versus
poco importante y espontánea versus planificada. De acuerdo con esta clasificación el
voluntariado se situaría en la dimensión de conducta de ayuda importante y planificada.
Sin embargo, la mayoría de los estudios en la investigación psicosocial se sitúan en el
estudio de conductas de ayuda que pueden ser poco importantes (v.g., ayudar a una
persona mayor a cruzar la calle) o importantes (v.g., salvar la vida de una persona en un
incendio) pero todas ellas tienen un denominador común y es que son conductas no
planificadas, lo que las convierte en las más adecuadas metodológicamente para abordar
el tema del altruismo.
c)El voluntario toma la decisión sobre el tipo de problema en el que prefiere actuar, o
quiénes van a ser los receptores de su ayuda.
d)La conducta de ayuda del voluntario no se caracteriza por ser una reacción frente a
una situación de emergencia sino por ser una decisión en la que interviene
activamente, definiendo el marco de su prestación de ayuda.
Los investigadores a la hora de analizar este fenómeno tan complejo se han preguntado si
los voluntarios tienen características diferenciadoras del resto de las personas que no
participan en actividades de voluntariado. Para ello se han realizado numerosos estudios
que han incidido en el análisis de variables asociadas a la conducta de voluntariado.
205
A) Variables sociodemográficas
También diversos estudios encuentran que los voluntarios que están más motivados y
permanecen en mayor medida son de mayor edad y presentan un mayor nivel educativo
y económico.
b)Los adultos de edad media con una larga experiencia en actividades de participación
social.
Es importante señalar que en los últimos años los cambios socioeconómicos han sido
importantes y la diversidad del voluntariado también se ha incrementado, por lo que estos
datos deben considerarse como orientativos.
B) Variables de personalidad
206
Los estudios muestran que existen características de personalidad que están más
vinculadas con la disposición de ayuda, entre las que cabe destacar: la empatía, la
percepción de autoeficacia, la extroversión, el compromiso social y el bajo autoritarismo,
principalmente.
C) Variables situacionales
En cuanto a las variables relacionadas con el entorno inmediato del voluntario parece
que las relaciones de amistad con otros voluntarios, el conocimiento sobre el problema o
la población sobre la que se actúa e incluso las circunstancias personales y laborales
pueden incidir en la decisión de ser voluntario.
D) Variables actitudinales
La mayoría de los estudios muestran que las actitudes que se relacionan con la
decisión de ser voluntario y que diferencian a los voluntarios de los no volunta ríos son
aquellas que manifiestan las acciones positivas y los beneficios que pueden tener en las
poblaciones sobre las que actúan. Sin embargo, aunque la actitud positiva sea necesaria,
no siempre influye directamente en la ejecución de la conducta. Para predecir la
conducta de voluntariado se han utilizado el enfoque teórico de la acción razonada
(Fishbein y Ajzen, 1975) y la Teoría de la acción planificada (Ajzen, 1985).
207
Desde la Teoría de la acción planificada se añade una nueva variable predictiva, el
control conductual percibido, es decir, el grado en que la persona percibe que la acción
está bajo su control, tras valorar los recursos disponibles para su ejecución (v.g.,
disponibilidad de tiempo). Con ello se incrementa el poder de predicción de la conducta
de voluntariado.
E) Variables motivacionales
Clary y Snyder (1991) postulan que las motivaciones del voluntariado pueden estar
determinadas por motivos muy diferentes para una misma actividad e incluso que los
motivos iniciales que condujeron a una persona a ser voluntario pueden cambiar a lo
largo de su experiencia como tal. Para explicar por qué una misma actividad puede estar
conducida por motivos diferentes los autores se apoyan en la Teoría funcional (Katz,
1960) según la cual las personas pueden tener las mismas actitudes por razones muy
distintas, ya que responden a funciones psicológicas diferentes, e incluso dentro del
mismo individuo pueden tener varias funciones psicológicas. Desde esta teoría, las
principales funciones que pueden tener las actitudes para la personalidad según su base
motivacional se clasifican en:
1.Función de expresión de valores. Las actitudes pueden servir para expresar los
valores más importantes, al tiempo que ayuda a la persona a comportarse de
acuerdo a la imagen que tiene de sí misma y contribuye a la afirmación de la
identidad. El voluntariado constituye una expresión de valores relacionados con el
deseo de ayudar a los demás (v.g., actuar por motivos religiosos).
4.Función de defensa del yo. Las actitudes pueden ayudar a manejar situaciones que
208
nos hacen sentir más vulnerables o que suponen una amenaza. El voluntariado
permite enfrentarse a situaciones que pueden provocar temor (v.g., enfermedades).
Los estudios realizados por Clary y Snyder muestran que las motivaciones de los
voluntarios pueden cumplir estas funciones aunque es, sin duda, la expresión de valores,
la que aparece en casi todos los estudios de voluntariado. También aparece la función de
conocimiento (v.g., para tener experiencia laboral), siendo la de defensa del yo la función
con menor apoyo empírico.
Este mismo estudio fue replicado en nuestro país por Chacón y Vecina (1999)
apareciendo nuevamente las motivaciones de conocimiento, interés por la comunidad y
valores, y dando lugar a una nueva motivación denominada relaciones sociales.
Un problema que señalan Chacón y Vecina (2002) cuando se miden las motivaciones
de los voluntarios a través de cuestionarios es que probablemente las personas no tengan
clara la distinción entre las circunstancias que facilitan o dificultan la decisión de hacerse
voluntario (v.g., tiempo libre); las expectativas o anticipaciones de lo que ocurrirá (v.g.,
aprender) y las motivaciones que son las verdaderas razones por las que se toma la
decisión de hacerse voluntario y mantenerse en esta actividad. Por ello se recomienda el
209
uso de entrevistas como una forma de evaluación complementaria.
De entre todos los modelos desarrollados para explicar cómo se produce y permanece la
conducta de voluntariado hemos destacado los más importantes y se concluye con un
modelo que aborda este fenómeno de una forma integral.
1.Fase antecedente. En esta fase los autores incluyen tres aspectos fundamentales que
influyen en la decisión de las personas de ser voluntarios:
210
voluntarios:
Este modelo propuesto por Callero, Howard y Piliavin (1987) parte de que el
voluntariado es una conducta de ayuda y para explicar la permanencia se analizan las
normas personales (lo que la persona piensa que debe hacer), las normas sociales (lo que
los demás creen que debe hacer esa persona), el compromiso con la organización y la
identidad del rol del voluntario. Convertirse en voluntario durante un periodo largo de
tiempo aumenta el compromiso con la organización y produce cambios en el
autoconcepto del voluntario. Es decir, cuando se incorpora el rol del voluntario al
autoconcepto, las conductas del voluntariado se mantendrán con independencia de las
normas personales y sociales. Por tanto, un buen predictor de la permanencia es la
experiencia pasada en actividades de voluntariado.
Este modelo propuesto por Clary y Snyder (1999) se centra en las diferentes
motivaciones individuales ya analizadas. Para los autores la satisfacción con las
motivaciones es el principal predictor de la permanencia. Estas motivaciones son diversas
para diferentes personas y también en una misma persona estas motivaciones van
cambiando a lo largo del tiempo. Por tanto para asegurar la permanencia de los
voluntarios habría que conocer muy bien cuáles son esas motivaciones.
Los motivos que manifiestan los voluntarios son muy variados y se han clasificado en
tres tipos:
2.Motivos autocentrados, centrados en uno mismo, por ejemplo para conocer a otras
personas o para tener más experiencia.
211
3.Motivos binarios en los que las personas manifiestan motivos de ayuda a los demás
y a sí mismos.
Los motivos que consideran más importantes los voluntarios son los heterocentrados
como motivos antecedentes. Sin embargo, los estudios de Clary y Snyder (1991)
muestran que la experiencia del voluntariado cambia al voluntario y puede que esta
experiencia cambie las motivaciones iniciales, de carácter más altruista. De hecho,
algunos estudios encuentran que los voluntarios con más experiencia y permanencia en la
organización expresan más motivos autocentrados que heterocentrados.
Para predecir la permanencia Chacón, Vecina y Dávila (2007) desarrollan un modelo que
parte del supuesto de que la variable que mejor explica la permanencia es la intención
conductual. El modelo se desarrolla en tres momentos a lo largo del tiempo e integra el
modelo funcional de las motivaciones y el modelo de identidad del rol del voluntario:
Del modelo se derivan una serie de implicaciones prácticas que deben poner en
marcha los responsables de los programas para la permanencia del voluntariado que se
resumen a continuación:
212
hacen y tratan de ser consistentes con su estimación inicial
-Los responsables deben conocer las motivaciones del voluntariado ya que el ajuste
entre las motivaciones personales y la situación inciden en la satisfacción del
voluntario y en su permanencia.
Resumen
En este capítulo se explica la conducta de ayuda del voluntariado y se hace una revisión
de las variables relacionadas con la decisión de ser voluntarios y con la permanencia del
voluntariado, entre las que se encuentran: variables sociodemográficas, de personalidad,
situacionales, actitudinales y motivacionales. Se concluye con los modelos más
destacados que explican el proceso y la permanencia del voluntariado.
Objetivos y variables
Actividades formativas
213
3.Identificar las variables sociodemográficas, de personalidad, situacionales,
actitudinales y motivacionales más relacionadas con la decisión de ser voluntario.
214
215
12.1. Concepto de familia
La familia se concibe como un sistema abierto que está en continuo cambio. Los
miembros están íntimamente relacionados entre sí y, por lo tanto, la conducta de cada
uno influirá en la de los demás. Sin embargo, en la actualidad se ha planteado que las tres
dimensiones que conforman la definición clásica de familia, la sexualidad, la procreación
y la convivencia, han experimentado profundas transformaciones y han evolucionado en
direcciones diferentes, lo que ha producido una creciente multiplicidad de formas de
familia y de convivencia. Las investigaciones coinciden en señalar que la mayoría de los
cambios en la estructura familiar son graduales y se ven afectados por el contexto social
en el que se encuentran inmersas (Meil, 1995). Algunos de estos cambios se resumen en
el cuadro 12.1.
216
El análisis del funcionamiento familiar ha sido objeto de estudio de muchos
investigadores. Más concretamente, estamos de acuerdo con Musitu (2006) cuando
afirma que en toda familia deben satisfacerse ciertas condiciones mínimas de
funcionamiento, entre las más significativas se encuentran: a) la predictibilidad de la vida
de sus miembros; b) la coordinación de las actividades familiares; e) la creación de unos
niveles de exigencia y d) la creación de un clima de buena comunicación y apoyo
recíproco. Especial importancia tienen en el adecuado funcionamiento familiar la
comunicación, el afecto y el apoyo para adaptarse a los continuos cambios y situaciones
de estrés a los que se enfrentan las familias.
217
Figura 12.1. Modelo de adaptación familiar al estrés (Musitu et al., 2001).
218
c)La percepción de estrés que tienen los integrantes de la familia.
Son muchos los aspectos que se pueden analizar en el contexto familiar. Según Spoth
(2010), el análisis de la familia se puede realizar atendiendo al menos a tres cuestiones:
3.Las situaciones de riesgo. En este caso hay familias que por sus circunstancias
psicosociales son definidas con diferentes niveles de riesgo dando lugar en muchos
casos a familias multiproblemáticas: familias monoparentales, familias donde se
produce maltrato, familias con hijos drogodependientes, son algunos ejemplos.
219
estructura de estas familias se caracteriza por numerosas rupturas y
reconstituciones y son mayoritariamente monoparentales. También se observan
patrones incongruentes de comunicación verbal y no verbal, lo que se traduce en
una ambigüedad respecto a las normas y a las interacciones. La falta de empatía en
la comunicación se traduce en sensación de abondono. Cuando la comunicación
no funciona se pasa al uso de la violencia verbal, los gritos y golpes se hacen
habituales en los patrones de comunicación de estas familias. Estos patrones de
interacción se transmiten de forma transgeneracional.
La Ley define expresamente las situaciones de riesgo como "aquellas en las que existen
carencias o dificultades en la atención de las necesidades básicas que los menores
precisan para su correcto desarrollo físico, psíquico y social, y que no requieran su
separación del medio familiar" (Ley 1/1998 de 20 de abril). La Ley obliga a la
administración a actuar en estos casos al establecer que la apreciación de la situación de
riesgo conllevará la elaboración y puesta en marcha de un proyecto de intervención social
que deberá recoger las actuaciones y recursos necesarios para su eliminación. De acuerdo
a este mandato legal, se ponen en marcha diversos programas de actuación: "Programa
de Intervención con familias desfavorecidas y en situación de riesgo social" (Consejería
de Asuntos Sociales, 2000), "Tratamiento a Familias con Menores" (Consejería de
Asuntos Sociales, 2002).
220
desarrollo integral de aquellos menores en situación de riesgo por circunstancias de
dificultad familiar. Se trata de evitar la separación de la familia, mediante un tratamiento e
intervención específica e integradora que permita la adquisición de pautas rehabilitadoras.
Este tratamiento debe compensar la situación de desventaja social que pueda afectar
directa o indirectamente el desarrollo de los niños. Asimismo, la intervención
administrativa ante casos de desprotección debe garantizar la efectividad de los derechos
de los menores a través de dos objetivos. Por un lado, evitar y, en su caso, poner fin a
situaciones de maltrato y desprotección y, por otro, colaborar con la familia de los
menores para proporcionarles una asistencia que ésta no puede asumir de forma
temporal. Junto a ello se arbitran mecanismos para que queden salvaguardados los
derechos de los padres con relación a sus hijos durante todo el procedimiento. Para ello
se constituyen equipos multidisciplinares compuestos normalmente por psicólogos,
trabajadores sociales y educadores. Estos equipos se suelen integrar dentro de los
servicios sociales en los proyectos de intervención familiar y en los programas de
tratamiento familiar. En concreto, las líneas generales de actuación que guían estos
programas son:
a)Utilizar un marco teórico y una perspectiva ecológica que guíe los procesos de
evaluación e intervención y que permita tener una visión integral de la situación de
los niños y de sus familias.
e)Ayudar a las familias para que sean competentes en sus funciones parentales.
221
12.2.2. Concepto y características de las familias monoparentales
222
-Presencia de un único progenitor
- Situación de vulnerabilidad
Hay acuerdo en que las causas de la monoparentalidad son múltiples y por ello una
gran diversidad de las mismas. En este sentido Ussel (1988) establece cuatro categorías
de familias en función de las diferentes circunstancias que la originan:
Esta situación es cada vez más frecuente en ambos extremos de la escala social. Se da
tanto en situaciones donde mujeres profesionales e independientes económicamente
deciden vivir la maternidad en solitario, como en el polo opues to, en situaciones de
marginalidad. Es en los estratos más marginales y excluidos donde la situación es
preocupante sobre todo en inmigrantes y minorías étnicas. Esta situación de pobreza, a
223
menudo, les hace incumplir sus responsabilidades familiares pasando a depender de la
seguridad social o de la protección pública.
En el caso de las familias monoparentales nos encontramos que uno de los factores de
protección más importantes, es la presencia de una red social de apoyo. Cuando esta red
de apoyo está disponible le permite al progenitor contar con ayuda en el cuidado y
crianza de los hijos y encontrar apoyo en las rutinas diarias: disponer de alguien que
pueda recoger los niños del colegio, llevarlos al médico o cuidarlos cuando están solos. Si
la conciliación de la vida familiar y laboral es complicada en las familias biparentales, esta
situación se hace eminentemente más difícil en las familias monoparentales. Además, la
escasez de apoyo social prestado a los progenitores correlaciona de forma importante con
el desarrollo de conductas de abuso y maltrato a menores. Por estas razones, la
evaluación del apoyo social está incluida dentro de los criterios de valoración de los
solicitantes de acogimiento y adopción en la Comunidad Andaluza (Consejería de
Asuntos Sociales, 1999).
224
Los hogares monoparentales han sufrido una pérdida o deterioro de relaciones
sociales (fallecimiento de la pareja, divorcios, separaciones), que pueden complicarse
ante la sobrecarga de roles por los cuidados que demandan los menores a su cargo, lo
cual conduce a otros problemas: pérdida de trabajo, cambios de residencia, etc., por lo
que sería fundamental realizar en este tipo de familias intervenciones centradas en el
apoyo social, ya que las madres solas requieren no sólo apoyo emocional, sino también
informacional sobre cómo aprender a manejar los problemas con los que se enfrentan,
resultando útil en este caso la ayuda institucional a través de servicios sociales y grupos
de autoayuda (Sánchez, 1996).
La familia se ha considerado una fuente primaria de apoyo social (Beehr, 1985), pues sus
miembros están en condiciones de ofrecerse la ayuda que necesitan - cariño, cuidado,
asistencia-. La mayoría de los estudios realizados acerca del apoyo social en el contexto
familiar informan de los efectos beneficiosos del mismo, haciendo hincapié en el efecto
directo y protector del mismo. En los estudios se resalta la importancia de la
participación, la interacción, la provisión de apoyo, la calidad del apoyo y el
establecimiento de redes. Estos aspectos tienen un claro referente en el grupo familiar, ya
que en este ámbito es donde tienen lugar procesos de interacción capaces de satisfacer
las necesidades psicosociales de los miembros. La familia constituye el principal contexto
social del desarrollo humano y se convierte en la principal red de relaciones y fuente de
apoyo.
Son numerosos los trabajos de investigación que muestran el efecto beneficioso del
apoyo social sobre la salud y el bienestar psicológico de la persona (v.g., Barrón, 1990,
1996; Cohen y Syme, 1985; Díaz-Veiga, 1993). Su déficit impide satisfacer necesidades
psicosociales básicas como el afecto o la integración social (Fernández Ballesteros et al.,
1992) y hace que las personas tengan peor calidad de vida y sean más vulnerables a la
soledad y al estrés (Cohen, 1985). Estos efectos son más acuciantes dentro del entorno
familiar en las diferentes etapas del ciclo vital:
225
estresantes y que el divorcio se correlaciona con altas tasas de trastornos fisicos y
mentales. De hecho, de acuerdo con tales estudios, las mujeres experimentan más la
ansiedad por la separación y reciben menos apoyo instrumental y emocional que los
hombres. Además las redes de apoyo de los hombres son significativamente mayores que
las de las mujeres (Landero, y González, 2006).
La red de apoyo constituye, sin duda, uno de los principales recursos con los que
cuenta el adolescente para afrontar cambios y situaciones nuevas. La mayor parte de la
investigación sobre la red social del adolescente se ha centrado en la familia,
preferentemente en los padres, y en las relaciones con los amigos. En gene ral, se acepta
que estas relaciones tienen un gran impacto en el desarrollo de los adolescentes
(Smetana, Campione-Barr, y Metzger, 2006; Woolley, Kol, y Bowen, 2009). Los
adolescentes que perciben mayor apoyo de sus padres utilizan también estrategias de
afrontamiento más efectivas (Barrera y Li, 1996). Por el contrario, la carencia real o
percibida de apoyo parental representa un importante factor de riesgo en el desarrollo de
los problemas de conducta. Además, las investigaciones que han analizado el apoyo
parental diferenciando la figura del padre y de la madre han concluido que estas fuentes
226
de apoyo contribuyen de un modo independiente al ajuste de los hijos. En general,
durante la adolescencia hay una tendencia a que el apoyo de los padres decrezca,
mientras que el apoyo de los amigos aumenta (Klineberg et al., 2006). Especialmente el
apoyo del padre es el que muestra una pérdida mayor (Colarossi y Eccles, 2003). En un
estudio reciente (Hombrados et al., 2012) sobre las principales fuentes de apoyo en el
ámbito familiar y escolar y los tipos de apoyo más importantes para el adolescente los
datos han mostrado que dentro del contexto familiar la madre aporta significativamente
más apoyo que el padre, tanto en frecuencia como en satisfacción con los tres tipos de
apoyo analizados (emocional, instrumental e informacional), mientras que en el contexto
escolar son los amigos los que proporcionan significativamente más apoyo que los
profesores.
Los resultados concuerdan con los de otras investigaciones que han encontrado que
las mujeres son más elegidas como fuentes de apoyo (Burda, Vaux y Shill, 1984). Más
concretamente en el caso de las madres, se ha visto que durante la adolescencia
temprana éstas son consideradas como la más importante fuente de apoyo (Furman y
Buhrmester, 1985). En cambio, el apoyo del padre tiende a ser más pequeño durante la
adolescencia. Estos datos han de ser tenidos en cuenta para diseñar intervenciones en el
ámbito familiar.
Resumen
227
En el capítulo se aborda el concepto de familia y se exponen las características de las
familias en riesgo y familias multiproblemáticas por su interés para la intervención
comunitaria. Se analizan las familias monoparentales ya que por sus circunstancias
psicosociales son consideradas, en muchos casos, familias en situación de riesgo que
acaban convirtiéndose en familias multiproblemáticas. Se explican los efectos
beneficiosos del apoyo social en el ámbito familiar.
Objetivos y competencias
Actividades formativas
228
229
13.1. La prevención del consumo de drogas en la población juvenil
230
A menudo, es complicado diseñar programas de prevención primaria dirigidos a
poblaciones que no han padecido aún el problema. Sin embargo, en el tema de las
drogodependencias, tanto por las características de la población (adolescentes) como por
el contexto donde se desarrollan estos programas (escolar) es posible el diseño de
estrategias de prevención. Son muchos los factores de riesgo y protección asociados al
consumo, pero la identificación de estos factores ha permitido diseñar estrategias de
prevención eficaces.
Entre los factores de riesgo sociales se han señalado: la percepción y actitudes ante las
drogas, los estereotipos sociales, la presencia social y la oferta de las drogas, la presión
grupal, la ocupación del ocio y tiempo libre, los valores culturales y la situación social y
personal.
Entre los factores de protección social se han señalado: los valores sociales y las
conductas sociales alternativas (solidaridad, cooperación), los modelos de ocio
alternativo, la integración escolar, el desarrollo personal, la integración familiar y laboral y
la acción comunitaria (Edis, 2000).
En cuanto a las estrategias de prevención diseñadas para hacer frente a estos factores,
Martín (1994) hace una revisión de las mismas clasificándolas en: estrategias de difusión
de información; estrategias de educación afectiva; generación de alternativas; estrategias
231
para la adquisición de habilidades de resistencia social y aprendizaje de competencias con
especial énfasis en el entrenamiento de habilidades personales y sociales.
232
y de los medios de comunicación social. Estas estrategias se han mostrado muy efectivas.
233
13.3. Pautas de intervención en la prevención de las drogodependencias en la
adolescencia
Para prevenir las causas de las conductas de riesgo es preciso adoptar una perspectiva
ecológica considerando tanto las características del adolescente como su relación con el
ambiente que le rodea. Desde el Modelo ecológico (Bronfenbrenner, 1981) se puede
analizar dentro de cada sistema las conductas y situaciones de riesgo asociadas al
consumo:
234
familia y escuela.
c)El exoxistema o relación con otros sistemas: relación con grupo de iguales en riesgo,
influencia negativa de los medios de comunicación.
Al uso de drogas se hallan asociados múltiples factores pero los más importantes en la
población adolescente tienen que ver con las relaciones interpersonales, la familia, la
escuela y los amigos. Por tanto a continuación exponemos estrategias de intervención
preventiva que han resultado efectivas en estos ámbitos:
235
Por tanto los programas de prevención en jóvenes adolescentes deben realizarse
teniendo en cuenta los siguientes elementos:
236
f)Cuanto mayor es el riesgo de la población más intenso debe ser el programa y más
pronto debe ponerse en marcha
Resumen
Objetivos y competencias
-Conocer las pautas de intervención en la prevención del consumo. - Saber aplicar las
estrategias de prevención.
Actividades formativas
237
238
14.1. Inmigración e interacción intercultural
Los modelos que estudian los factores que afectan al proceso de socialización a una
nueva cultura se denominan Modelos de Aculturación y analizan los cambios que se
producen en el individuo, en la sociedad de origen y en la de acogida. En un primer
momento se considera la aculturación como un proceso lineal que únicamente afecta a
las personas que se desplazan. Sin embargo, Berry en el Mo delo Bidimensional de
Aculturación (1997) incorpora la perspectiva bidireccional, convirtiéndose en uno de los
principales modelos de aculturación. Así, las personas inmigrantes deben tomar
decisiones como las siguientes: decidir si mantienen la propia cultura en el nuevo contexto
y decidir si establecen relaciones con personas pertenecientes al país de acogida. Las
decisiones adoptadas generan distintas estrategias en las relaciones intergrupales, entre
miembros de la sociedad de acogida y las personas inmigrantes:
239
con la cultura del país de acogida.
3.Marginación. Pérdida del interés por mantener la propia cultura así como la cultura
del país de acogida.
240
sentimiento de pérdida de identidad y confusión de roles; f) sentimientos de impotencia
por falta de competencias; g) sentimiento de pérdida y desarraigo cultural; h) tensión
psicológica por el esfuerzo de adaptación.
Cuando se analizan las variables más relacionadas con el proceso de ajuste de los
inmigrantes se le ha concedido una gran importancia al apoyo social.
El Modelo del convoy social de Khan y Antonucci (1980) explica cómo las redes
sociales se adaptan en el proceso de transacción según las propias caracte rísticas del
inmigrante y del contexto. Así el término convoy social hace referencia a ese proceso
dinámico en el que las redes sociales naturales de personas inmigrantes influyen sobre el
ajuste y el bienestar personal. El modelo analiza las necesidades de apoyo, la estructura
de la red personal y la adecuación del apoyo social. Más concretamente, los
determinantes y efectos de las propiedades del convoy social en inmigrantes se
concretarían en los siguientes:
241
c)Estructura de la red personal (familia, autóctonos, compatriotas, profesionales).
Por tanto el modelo del convoy proporciona una perspectiva que permite explicar
cómo la red personal se ajusta a las condiciones de vida de los sujetos, cambiando su
estructura para garantizar el intercambio de apoyo. Es al mismo tiempo dinámico y
duradero: algunos lazos pueden cambiar, pero otros suelen permanecer. Sus autores lo
presentan como un conjunto de círculos concéntricos que envuelven a las personas,
simbolizando diferentes niveles de proximidad, relevancia y afectividad.
242
f)la aparición de nuevas formas familiares: la familia intercultural.
En los últimos años los movimientos migratorios se han convertido en uno de los grandes
temas de interés de las ciencias sociales. Sin embargo, quedan muchos aspectos por
analizar y sin duda las diferencias de género son uno de los principales, debido a la
reciente incorporación de la perspectiva de género en los estudios sobre las migraciones.
Las mujeres habitualmente relegadas a un segundo plano han sido ignoradas en su
contribución en el proceso migratorio, se niega su diversidad y el papel que pueden
representar. Los proyectos migratorios femeninos se suelen desencadenar principalmente
por (Actis y Pereda, 2000): a) mujeres que emigran, no por decisión personal, sino que lo
hacen por seguir a sus maridos; b) mujeres que emigran para asegurar la subsistencia del
grupo familiar, especialmente la de los hijos; c) mujeres solteras que buscan promoción
personal y ayudar a la familia; d) mujeres que ven la evasión a otro país como una forma
de escapar de un modo de vida o de costumbres no compartidas con su país de origen; y
d) segunda generación de muj eres que emigran por reagrupación familiar para unirse a
sus familiares.
243
244
245
14.3. El fenómeno migratorio y las nuevas formas familiares: la pareja mixta o
intercultural
En general, por pareja mixta o intercultural se entiende aquella unión entre individuos
que pertenecen a contextos culturales, nacionales o religiosos diferentes. Esto conlleva el
análisis de diferencias en los patrones de socialización, los diferentes modelos de
atribución de roles, las diferentes concepciones de la familia y la pertenencia a distintos
grupos sociales significativamente diferentes.
246
mediada por el estatus que se atribuye a los grupos de origen de las parejas extranjeras.
También Fenaroli y Panari (2006) hablan de pertenencia a la cultura dominante, o a la
minoritaria, según el contexto sociocultural al que pertenezca la pareja. Por tanto, las
diferencias culturales en las parejas mixtas se enmarcan dentro de las dinámicas de
"poder" que caracterizan las relaciones entre distintos grupos dentro de la misma
sociedad (Monacelli, Mancini, 2005).
-La proximidad social en muchas áreas de la vida social que reduce la distancia entre
distintos grupos étnicos y culturales.
247
El estudio y análisis de las parejas interculturales se sitúa en el marco de la
intervención comunitaria, no sólo en relación con factores interpersonales, sino también
en términos intergrupales. En el universo de las parejas interculturales hay una gran
cantidad de variables que pueden influir negativamente generando ámbitos de conflictos,
pero al mismo tiempo estos factores de diversidad, según como sean tratados, pueden
generar un enriquecimiento recíproco tanto de la familia mixta así como de la comunidad
de acogida. Ghiringelli (1997) sintetiza así tres posibles niveles de conflicto:
248
respeto y el valor por la diversidad.
Pero a su vez, pueden incluir también una excesiva preponderancia del propio ámbito
cultural, tanto en la vida de pareja, como en la educación de los hijos, o al contrario,
también hay estrategias más centradas en la reducción de las diferencias culturales que
pueden conllevar el abandono total o parcial, normalmente por parte del miembro
autóctono, de aquellos elementos que representan su identidad cultural (religión, comida,
idioma, etc.) atribuyendo así a esta complejidad cultural un valor negativo.
Las estrategias utilizadas por las parejas mixtas en la gestión de la complejidad cultural
no se pueden considerar de manera absoluta sino que es posible adoptar diferentes
estrategias de gestión según los distintos ámbitos de confrontación cotidiana que hay
dentro de la pareja intercultural. Éstas son:
249
del ambiente social que le rodea. El sujeto renuncia parcialmente o totalmente a
muchos aspectos de su cultura, llegando a considerarla, incluso, dañina para la
propia integración y la de sus hijos en cuanto que podría ser motivo de
discriminación.
Son numerosos los estudios que muestran los efectos beneficiosos del apoyo social en la
integración social de los inmigrantes y en la convivencia familiar pero hasta la fecha han
sido pocos los estudios que analizan la relación beneficiosa del apoyo social en el
contexto de la familia intercultural. En este sentido, Shute y Spitzberg (2003) compararon
parejas interculturales con parejas autóctonas atendiendo a las variables de apoyo social y
satisfacción marital y demostraron que:
a)Las parejas interculturales reciben menor apoyo social por parte de sus familias
respecto al apoyo recibido por las familias autóctonas.
b)Existe una correlación positiva entre el apoyo que recibe la mujer por parte de la
familia con la satisfacción marital.
En otro estudio con parejas mixtas (Hombrados y Moscato, 2008) se comprobó que
los hombres extranjeros, sobre todo cuando tienen una mayor distancia cultural, perciben
significativamente más apoyo emocional por parte de su pareja española que el que
250
reciben las mujeres extranjeras de su pareja española. Y al mismo tiempo experimentan
también una mayor satisfacción con este tipo de apoyo. También se encontró que de los
tres tipos de apoyo analizados (emocional, instrumental e informacional), el apoyo
emocional, experimentado por el extranjero de la pareja, influye significativamente sobre
la satisfacción con la relación. Estos datos sugieren la necesidad de seguir realizando
estudios que profundicen en el papel del apoyo social en el ámbito de las familias
interculturales. En estas familias, debido a las circunstancias de encuentro/desencuentro
cultural, hay una gran cantidad de elementos que deben ser negociados y redefinidos
continuamente. De lo contrario, las cuestiones culturales no resueltas pueden generar una
multitud de eventos estresantes que indudablemente influirán negativamente sobre la
satisfacción de la pareja, sobre su equilibrio y sobre la relación con las familias de origen.
Esto hace que las necesidades de apoyo, en todos sus niveles (individual, de redes o
comunitario), sean especialmente importantes en estas familias. Por ello, los grupos de
autoayuda se han convertido en una estrategia de intervención eficaz con esta población.
Los grupos de apoyo permiten facilitar a las parejas unas herramientas alternativas para
poder manejar algunas de las situaciones conflictivas que surgen dentro de su contexto
familiar, ayudándolos a desarrollar, de tal manera, un mayor control sobre su vida
familiar e interpersonal. En concreto algunos de los objetivos que se plantean en estos
grupos son los siguientes:
Resumen
Se analiza el estudio de las migraciones desde una perspectiva psicosocial. Se definen los
conceptos de aculturación, choque cultural y competencia cultural. Se destaca el papel
del apoyo social en el proceso de ajuste de los inmigrantes. Centramos la intervención en
el colectivo de mujeres inmigrantes por su situación de vulnerabilidad y se concluye con
el análisis de un fenómeno creciente relacionado con la inmigración: la familia
intercultural.
Objetivos y competencias
251
-Conocer que las migraciones conllevan cambios aculturativos en la sociedad de
acogida.
Actividades formativas:
252
253
Con el propósito de poner en la práctica unos principios ecológicos, económicos y
prácticos, el listado completo y actualizado de las fuentes bibliográficas empleadas por la
autora en este libro se encuentra disponible en la página web de la editorial:
www.sintesis.com.
Las personas interesadas se lo pueden descargar y utilizar como más les convenga:
conservar, imprimir, utilizar en sus trabajos, etc.
Barrón, A. (1996): Apoyo social. Aspectos teóricos y aplicaciones. Madrid, Siglo XXI.
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XX? En A.Martín, F.Chacón y M.Martínez, Psicología Comunitaria, Madrid: Visor
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Musitu, G., Buelga, S., Lila, M. y Cava, M. J. (2001): Familia y adolescencia: un modelo
de análisis e intervención psicosocial. Madrid: Síntesis.
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and the social and physical environment of residential blocks: Crime and community
context. American Journal of Community Psychology, 18, 83-115.
259
395.
260
Índice
Prólogo 18
1. Características y modelos de intervención comunitaria 24
1.1.2. La Conferencia de Boston 27
1.2. Características de la intervención comunitaria 28
1.3. Modelos de intervención comunitaria 33
1.3.2. Modelos ecológicos 37
Resumen 46
2. Conceptos básicos de la intervención comunitaria 47
2.1.2. Componentes de la calidad de vida 50
2.2. Bienestar subjetivo: satisfacción con la vida y felicidad 51
2.2.2. Dimensiones del bienestar subjetivo 53
2.2.3. Enfoques y teorías del bienestar subjetivo 54
2.3. Prevención 57
2.4. Resiliencia 60
Objetivos y competencias 64
3. Sentido de comunidad 65
3.2. Sentido de comunidad 68
3.2.1. Evaluación del sentido de comunidad 71
3.3. El contexto del barrio y el sentido de comunidad 74
3.4. Sentido de comunidad e interculturalidad 77
3.5. Sentido de comunidad y calidad de vida 79
Actividades formativas 81
4. Métodos de investigación-acción comunitaria 84
4.2. El contexto de la investigación comunitaria 86
4.3. El papel del investigador comunitario 88
4.4. Los procedimientos de la investigación comunitaria 90
4.4.2. Estrategias orientadas a la acción para la investigación
94
comunitaria
261
5. Evaluación de necesidades 97
5.2. Modelos de evaluación de necesidades 100
5.2.2. Modelo de marketing 101
5.3. Métodos de evaluación de necesidades 103
5.3.2. Técnicas de encuestas 104
5.3.3 Indicadores sociales 107
5.3.5. Grupos estructurados 107
6. Programas de intervención comunitaria 112
6.1.2. Cómo elaborar un programa de intervención 114
6.2. Fases en el diseño de un programa de intervención comunitaria 115
6.2.1. Identificación del problema y evaluación de necesidades 116
6.2.2. Diseño, programación y planificación de la acción 118
6.2.3. Ejecución e implementación 122
6.2.4. Evaluación 122
6.2.5. Seguimiento 123
7. Apoyo social 127
7.2. Perspectivas de estudio del apoyo social 131
7.2.2. Perspectiva estructural 132
7.2.3. Perspectiva contextual 134
7.3. Modelos teóricos del apoyo social 136
7.3.1. Modelo de los efectos principales o directos 136
7.3.2. Modelo del efecto amortiguador o de los efectos protectores 137
7.4. Apoyo social de las redes sociales y felicidad 138
262