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La obesidad puede generar cáncer porque es considerada una enfermedad crónica que afectan a la
población infantil y adulta De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad es
definida como una acumulación anormal excesiva de grasa perjudicial para la salud. El exceso de grasa se
calcula, generalmente, en base al índice de masa corporal (IMC), se cree que entre mayor sea el IMC,
mayor es la probabilidad de desarrollar enfermedades. Lo anterior es debido a que el sobrepeso y la
obesidad resultan en mayores niveles de estrés oxidativo que puede producir inflamación crónica
subclínica, así como alteraciones en el funcionamiento del sistema inmune. Además, las células del
tejido adiposo no solo almacenan lípidos en el citoplasma para ocuparse como fuente de energía, sino
que también pueden producir algunos tipos de hormonas. Por lo tanto, el aumento del tejido adiposo
que ocurre en la obesidad crónica puede llevar a diferentes enfermedades que van desde alteraciones en
el metabolismo, hasta algunos tipos de neoplasias o canceres desencadenadas por hormonas.
Consumo de dietas poco sanas tiene que ver con el consumo elevado de algunos
alimentos ricos en carbohidratos, grasas y minerales. La sal es cada vez más común en la
población, y con frecuencia es adicionada las comidas en grandes cantidades, lo
que genera el riesgo de posibles padecimientos de hipertensión y de enfermedades
cardiovasculares; asimismo, las cardiopatías tienen relación con el consumo elevado de
grasas saturadas y ácidos grasos trans. Cada vez es más frecuente que la población escoja
alimentos mal sanos o comidas chatarra, sobre todo los jóvenes, de acuerdo a las
tendencias de comida al paso y de preparación rápida desarrollando en ellos problemas de
obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia e infecciones relacionadas con el cáncer.
El tabaco es la causa principal de cáncer y de muerte por cáncer. La gente que usa productos de
tabaco o que está regularmente alrededor de humo de tabaco en el ambiental (también llamado
humo de segunda mano) tiene un mayor riesgo de cáncer porque los productos de tabaco y el
humo de segunda mano tienen muchos compuestos químicos que dañan el ADN.
El uso de tabaco causa muchos tipos de cáncer, incluso cáncer de pulmón, de laringe, de boca,
esófago, garganta, vejiga, riñón, hígado, estómago, páncreas, colon y recto, y cérvix o cuello
uterino, así como leucemia mieloide aguda. Las personas que usan tabaco sin humo (rapé o tabaco
de mascar) tienen riesgos mayores de cánceres de boca, de esófago y de páncreas.
Pulmón: el cáncer de pulmón es la causa más común de muerte por cáncer en el mundo. Cada año,
1,2 millones de personas lo desarrollan. En las poblaciones en las que se ha fumado tabaco
de forma
generalizada durante un largo periodo de tiempo (por ejemplo los hombres en los países
desarrollados), el tabaquismo es la causa del 90% de los casos de cáncer de pulmón. El riesgo
de desarrollar este tipo de cáncer aumenta en proporción a cuánto se fuma y durante cuánto
tiempo. Los efectos son parecidos en hombres y mujeres.
Existen muchos mecanismos para reducir la probabilidad de contraer algún tipo de cáncer, de
hecho, una de las alternativas tiene que ver con los hábitos y costumbres saludables; asimismo,
existen una serie de costumbres dietéticas y alimentarias las cuales contribuyen a prevenir la
aparición de cáncer en el organismo. En resumen, se recomienda llevar una dieta con los
siguientes lineamientos: