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AUGUSTO COMTE

Pensador francés, padre del positivismo


(Montpellier, 1798 - París, 1857).
Rompiendo con la tradición católica y
monárquica de su familia, se orientó durante
la época de la Restauración hacia el
agnosticismo y las ideas revolucionarias.
Desde 1817 se vinculó al socialista Saint-
Simón, para el cual trabajó de secretario
hasta su ruptura en 1824.

Descubierto bajo su influencia el problema


social, Comte consagraría su esfuerzo a
concebir un modo de resolverlo, cerrando la
crisis abierta por la Revolución francesa y sus consecuencias. Halló la respuesta
en la ciencia, hacia la que estableció un verdadero culto: el conocimiento objetivo
que proporciona la ciencia debía aplicarse a la ordenación de los asuntos políticos,
económicos y sociales, superando las ideologías apoyadas en la imaginación, los
intereses o los sentimientos.

Contra la libertad de pensamiento, origen de la anarquía moral que atribuía a la


Revolución, no oponía el dogma religioso o los principios de la tradición, sino la
ciencia positiva que, al atenerse a los hechos tal como son, proporcionaba -según
él- el único punto de apoyo sobre el que se podría edificar un futuro de «orden y
progreso». Contrario al individualismo y a la democracia, confiaba en un mundo
regido por el saber, en el que productores y banqueros ejercerían una especie de
dictadura.

Tales ideas, fundamento del pensamiento positivista, tuvieron un gran éxito en los


países occidentales desde mediados del siglo XIX, proporcionando un credo laico
para el mundo del capitalismo liberal y de la industria triunfante. Sin embargo,
Comte vivió una vida desgraciada: el exceso de trabajo le produjo problemas
psiquiátricos, un intento de suicidio y el abandono de su mujer.

En 1848 creó una Sociedad Positivista, que tuvo seguidores sobre todo en los
países anglosajones. Su pensamiento, reflejado en obras como Curso de filosofía
positiva (1830-42) o Sistema de política positivista (1851-54), ha ejercido
influencia sobre las más diversas ramas del conocimiento (filosofía, medicina,
historia, sociología…) y sobre corrientes políticas diversas (incluyendo el
pensamiento reaccionario de Maurras).
EL POSITIVISMO

Indudablemente el Positivismo aparece en un momento histórico (finales del Siglo


XIX y comienzos del XX), cuyo terreno había sido abonado por innumerables
cambios tecnológicos como los acontecidos por la Revolución Industrial,
coincidiendo a la vez, con el decaimiento del sentido metafísico y religioso
del conocimiento.

El hombre, al no obtener las respuestas esperadas en la religión, en su búsqueda


y peregrinaje permanente, por saber el porqué de las cosas, fija su atención en la
ciencia, ya que la misma le brinda seguridad, confianza y confort. Ya no es el
hombre, a merced de la naturaleza, más bien es un ser, que encuentra respuestas
lógicas al estudiar en forma analítica, los mecanismos de los objetos que se
encuentran en su alrededor.

Esta, se propone a entender el mundo real, definir sus relaciones, leyes y


características de la manera más objetiva, independientemente de la subjetividad
de los investigadores, de los orígenes y condiciones psico-sociales del
descubrimiento o de sus aplicaciones prácticas, utilizando en todo momento, la
verificación en la experiencia y en la observación de los fenómenos. Concepción
que se expande hacia todas las ramas del saber, inclusive hacia los hechos
sociales que también son tratados como cosas.

El termino Positivismo fue utilizado por primera vez por el filósofo matemático
francés del Siglo XIX Auguste Comte., no obstante, algunos de los conceptos
positivistas pueden perseguirse claramente desde Hume, Kant, y Saint-Simón.

Fundado por Augusto Comte., alega que el hombre debe aplicarse al conocimiento


de los fenómenos y sus leyes, y la ciencia se ubica de acuerdo a su complejidad y
generalidad creciente, estableciendo categorías para analizar hechos sociales,
porque conocer el mundo físico no es igual que conocer la realidad social.

Consiste en no admitir como validos científicamente otros conocimientos, sino los


que proceden de la experiencia, rechazando, por tanto, toda noción a priori y
todo concepto universal y absoluto. El hecho es la única realidad científica, y la
experiencia y la inducción, los métodos exclusivos de la ciencia".

Se dice también que es una corriente filosófica que se fundió con distintas
variantes; la que pretende estar por encima del idealismo y del materialismo,
argumenta ser una tercera vía para la filosofía.

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