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Dominical Unan – León
Grupo G3
Tema: Biografía de Augusto Comte
Augusto Comte
Biografía
Inducido por el propósito de mostrar que la tendencia que sigue la filosofía es la de acabar
siendo absorbida por la ciencia, Augusto Comte enfocó su estudio hacia el conocimiento de
los hechos y de la sociedad, prescindiendo de cualquier tipo de anteposición de doctrina
filosófica alguna. Así pues, convencido de que el objeto de la ciencia eran indudablemente
el progreso y la paz, la metafísica tradicional (a la que tildó de especulativa por recrearse en
polémicas insolubles) fue el blanco de sus críticas, si bien no como defensa de una postura
filosófica o tesis elaborada, sino como una conclusión ineludible: el final de la metafísica
era el resultado natural de la madurez que iba alcanzando la humanidad en su proceso
evolutivo.
El positivismo de Comte es un discurso complejo que comprende al menos una teoría sobre
el conocimiento, una interpretación sobre el sentido de la historia y una posición política
ante la sociedad. En cuanto a lo primero, el positivismo afirma que, en sentido estricto, el
conocimiento lo es sólo de datos verificables o “hechos” (esto es, de fenómenos cuya
regularidad puede ser contrastada al modo de, por ejemplo, una ley física o química) y que
todo conocimiento, además de cierto (indudable, exacto) y sistemático, ha de ser útil, es
decir, ha de traducirse no en teorías, sino en un aumento de la capacidad de control e
intervención tecnológica sobre los fenómenos.
Augusto Comte
Por esa misma razón, la filosofía se convertirá en “positiva”, y su característica será que
reconocerá que el verdadero saber humano se halla en las ciencias (una matemática, física,
química o biología desarrolladas ya de manera autónoma); tal filosofía, ajena a cualquier
intento de definir esencias, se dirigirá, en cambio, al establecimiento de los hechos y de las
leyes que los regulan. En sus últimos años, sin embargo, Comte estableció una síntesis
subjetiva de sus planteamientos anteriores resumida en el concepto de “religión de la
humanidad”, duramente criticada por su discípulo Émile Littré por considerarla una vuelta
al espíritu teológico.
Por último, el positivismo de Comte entiende los problemas sociales como desórdenes
orgánicos del sistema y propone como solución reformas (ejecutadas por el poder y a la
fuerza, si es necesario) que integren funcionalmente a todos los miembros de la sociedad, a
la humanidad entera. Comte considera que el progreso social es paralelo al desarrollo de las
ciencias positivas, advirtiendo en las ciencias una relación inversamente proporcional entre
el grado de complejidad y el ámbito de aplicación. Así, la primera ciencia serían las
matemáticas, aplicables a todos los campos, pero de complejidad reducida. Después
vendrían la física, la química, etc., hasta llegar a la ciencia más compleja de todas y cuyo
único ámbito de aplicación sería la sociedad humana: la sociología. El objetivo último de la
sociología sería controlar el sistema social estableciendo de manera positiva y útil
relaciones entre sus diversos fenómenos.
La sociología
Por las ideas contenidas en el párrafo anterior se considera a Augusto Comte el fundador de
la sociología. Para Comte, la creación de una sociología independiente está dirigida por la
ley de la evolución del espíritu humano. Al emprender la famosa clasificación de las
ciencias, Comte enumera seis de ellas, que clasifica por orden creciente de complejidad, de
las más generales a las más particulares: las matemáticas, la astronomía, la física, la
química, la biología y la sociología.
Pero esta última todavía ha de ser creada. De ahí el tema constante del pensamiento de
Augusto Comte: el progreso científico no es nada si no culmina en una ciencia social, y la
ciencia social no puede establecerse si las ciencias que la preceden en la clasificación no
han sido lo suficientemente desarrolladas. Comte imaginaba esta sociología aún no
constituida (por la enorme dificultad que entraña explicar la complejidad del
comportamiento social) como una "física de las costumbres" o "física social" que
descubriría las leyes de las asociaciones humanas y permitiría formular una reforma
práctica de la sociedad, regulando su destino ético y político.