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APROPIADOS
Caso 1: Caso 2:
La asesora, aunque se identifica, no toma una
La asesora se identifica y llama al cliente por actitud amable y se comunica con el cliente
su nombre y apellido, mostrando respeto y con palabras soeces.
buenos modales. Tomo la llamada del cliente como algo
Utilizo un lenguaje comprensible, cómodo y personal, y no dio el respeto que el cliente
adecuado para el cliente. merecía en el momento.
La Asesora mostro una actitud de escucha, Tuteaba al cliente al cliente, mostrando
dándole prioridad al cliente y su problema. mucha confianza teniendo un lenguaje poco
Manejo de volumen de voz adecuado profesional para su labor.
haciendo las pautas necesarias, sabiendo Aunque su volumen de voz fue adecuado no
manejar el silencio. mostro al cliente la buena comunicación.
La asesora brindo una solución óptima al Le dio solución al problema, el cliente de
usuario y termino satisfecho con el proceso. forma muy paciente soporto la llamada con
En el primer caso la asesora se dirige de la actitud poco profesional de la asesora,
forma cordial y respetuosa hacia el cliente, cabe destacar que se evidencia que el cliente
además de brindarle la solución requerida, no estuvo muy conforme con esta atención.
utiliza todos los lineamientos estipulados en En este segundo caso a la asesora le falto
los componentes de la comunicación mucho profesionalismo. Su lenguaje no es el
telefónica y el procedimiento adecuado de adecuado para dirigirse hacia el interlocutor,
las etapas de una conversación telefónica. puesto que no debe tutearlo, aunque sea
amablemente. Nunca preguntarle “¿Qué
quiere?”, si no preguntarle “¿En qué puedo
ayudarlo”? Al momento de consultar las
causas de la problemática la asesora debió
ser más cortes y no utilizar palabras soeces,
“la vuelta” “espere un toque” y las muletillas
o titubear. Por último, la asesora no puede
dar como respuesta un “no sé” sin antes
consultar el origen de la dificultad
presentada y mucho menos desfavorecer su
compañía en cuanto a los servicios que
brindan.
El respeto es el principal factor en una
conversación telefónica. Tratar al cliente con
palabras soeces demuestra la falta de
profesionalismo que tiene el asesor o
asesora. Demostrar seguridad y rapidez hace
que los clientes se sientan satisfechos y
fidelizados.