(Rev. Esp. Anestesiol. Reanim.
2003; 50: 433-438) EDITORIAL
El camino hacia la normalización de la anestesia ambulatoria
La cirugía ambulatoria
La cirugía ambulatoria es un modelo organizativo
de asistencia quirúrgica multidisciplinaria que permi-
te tratar a determinados pacientes de forma segura y
eficaz sin necesidad de ingreso hospitalario, siendo
dados de alta a su domicilio el mismo día de la inter-
vención. Su mayor desarrollo se produjo a finales de
la década de los sesenta en los EE.UU., con la crea-
ción de centros de cirugía ambulatoria anexos a los
hospitales. En los años setenta surgieron los Freestan-
ding Ambulatory Surgery Centers, que son indepen-
dientes de éstos.
En nuestro país los documentos de referencia para
la implantación de la cirugía ambulatoria, cirugía sin
ingreso o cirugía de día son: la guía de organización y
funcionamiento para la Cirugía Mayor Ambulatoria,
editada por el Ministerio de Sanidad y Consumo a tra-
vés de la Dirección General de Aseguramiento y Pla-
nificación Sanitaria1, y las conclusiones de la Comi-
sión para la Elaboración de Pautas y Recomendaciones
para el Desarrollo de la Cirugía Ambulatoria, publica-
da por la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña
y Baleares2, ambos publicados en el año 1993. En
1994 se constituyó la Asociación Española de Cirugía
Mayor Ambulatoria (ASECMA).
La anestesia ambulatoria
La anestesia ha contribuido a este tipo de activi-
dad quirúrgica desde sus comienzos; entre los Fre-
estanding Ambulatory Surgery Centers más anti-
guos figura el Surgicenter de Fenix, que fue
impulsado por los anestesiólogos Reed y Ford3. En
1984, fue fundada la Society for Ambulatory Anest-
hesia (SAMBA). En 1989 la American Society of
Anesthesiologits (ASA) acepta las características
diferenciales de la anestesia ambulatoria, la recono-
ce como subespecialidad y le concede representan-
tes en la asamblea general4.
En nuestro país, dentro de la Comisión para la Ela-
boración de Pautas y Recomendaciones para el Desa-
rrollo de la Cirugía Ambulatoria, se hallaba la Socie-
dad Catalana de Anestesiología, Reanimación y
Terapéutica del Dolor y dentro de la ASECMA el
segundo mayor colectivo lo forman especialistas en
anestesiología, detrás de la cirugía con todas sus espe-
cialidades.
9 433
Sin embargo, por diferentes razones, todavía no se
ha producido por parte de la Sociedad Española de
Anestesiología y Reanimación (SEDAR) la incorpora-
ción de un documento que permita definir y desarro-
llar los criterios de calidad y peculiaridades de la anes-
tesia ambulatoria, y se echan en falta guías o
recomendaciones desde esta institución similares a las
emitidas por el Real Colegio de Anestesiólogos britá-
nico5,6. La constitución de una sección formal dentro
de la SEDAR respaldada por un grupo de trabajo
podría resolver esta deficiencia. Ya existen comunida-
des que han constituido una sección de anestesia
ambulatoria dentro de la SEDAR autónoma como es el
caso de la Comunidad Valenciana.
Desarrollo y fines de la anestesia ambulatoria
1. La anestesia ambulatoria está principalmente desa-
rrollada en EE.UU. y el Reino Unido7. Las razones que
han dado lugar a esta situación son diferentes y se deben
al diferente modelo sanitario de los respectivos países.
El documento desarrollado a continuación está basado
en gran parte en el modelo del Reino Unido por tener
una mayor proximidad con nuestro sistema de salud.
2. La anestesia ambulatoria es la evolución natural
de nuestra especialidad y es el exponente de la capaci-
dad de adaptación frente al aumento de las interven-
ciones quirúrgicas de complejidad moderada y de los
procedimientos diagnósticos, radiológicos a realizar en
pacientes dentro y fuera de la tradicional sala de ope-
raciones, la mayoría de los cuales (intervenciones/
exploraciones) son susceptibles de incluirse en los pro-
gramas de cirugía ambulatoria.
3. Pacientes con enfermedades pre-existentes, men-
talmente impedidos, niños poco colaboradores, y
pacientes con alteraciones psiquiátricas probablemente
requerirán anestesia más frecuentemente para los pro-
cedimientos diagnósticos. Estos pacientes complejos,
incluso extremamente enfermos, junto al hecho de
administrar anestesia bajo condiciones poco ideales
lejos del quirófano, puede suponer un desafío para el
anestesiólogo (v.g. fístulas arteriovenosas en insu-
ficiencia renal, o gastrostomías endoscópicas percutá-
neas en enfermos terminales).
4. La finalidad de la anestesia ambulatoria es ase-
gurar un servicio de calidad global, dedicado al cui-
dado de los pacientes y a la educación y desarrollo del
personal. Debiéndose considerar la provisión de
Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 50, Núm. 9, 2003
recursos adecuados para proporcionar los servicios
descritos.
5. La anestesia ambulatoria se ocupa de pacientes
admitidos en el hospital el día del acto quirúrgico que
normalmente se espera que vayan a casa en el mismo
día. Abarca un espectro de trabajo quirúrgico que pue-
de ir de simples procedimientos o exploraciones, lo
que permite al paciente regresar a casa en unas horas,
u otros que le exigirán que se quede en el hospital
durante la mayor parte del día.
Organización de la asistencia8
1. La instalación ideal es una Unidad de Cirugía
Ambulatoria (UCA) a propósito y autosuficiente con
su propia sala de admisión, áreas de recuperación I y
II, y quirófanos (específicos). Esto puede estar dentro
de un hospital o en sus proximidades, para que estén
disponibles las instalaciones de urgencias.
2. Si esto no es posible, deben situarse los pacientes
de cirugía de día en una sala especial destinada a ellos.
La práctica de alojar casos de cirugía ambulatoria en
las salas de recuperación junto a pacientes ingresados
no cumple los niveles de calidad óptimos percibidos
por el paciente.
3. Las instalaciones mínimas para el funcionamien-
to de la UCA son las exigidas en una sesión quirúrgi-
ca especializada con un equipo apropiado. Las listas
mixtas con pacientes ingresados junto a pacientes en
régimen de cirugía ambulatoria, en general no consi-
guen la misma eficiencia que las listas especializadas.
En particular, en las listas mixtas la valoración preo-
peratoria de los casos ambulatorios es difícil o imposi-
ble a menos que se hayan hecho arreglos específicos.
4. Deben hacerse adaptaciones específicas para el
tratamiento de niños9.
5. Muchos hospitales están realizando una variedad de
cirugía ambulatoria en unidades especializadas como ciru-
gía dental u oftálmica, donde deben cumplirse las mismas
normas generales establecidas. Debe aceptarse que puede
no ser apropiado intentar centralizar todos estos procedi-
mientos en UCA generales, de modo que estas unidades
especializadas pueden existir aisladamente.
Recursos humanos
1. Cada UCA, Centro o Área de cirugía ambulatoria
deben tener un Director Médico o Jefe de Unidad que
debe ser un especialista, con experiencia y capacidad
de liderazgo perteneciente a algún estamento del hos-
pital. Un anestesiólogo experto puede ser particular-
mente idóneo para ocupar este puesto por su visión
434
global de los procesos y su implicación en las diferen-
tes especialidades quirúrgicas.
2. Si no hay ninguna UCA autónoma, entonces un
miembro del Departamento de Anestesiología debe
designarse como coordinador y debe asumir la respon-
sabilidad de todos los procedimientos quirúrgicos
ambulatorios que ocurren dentro del hospital, y debe
trabajar hacia el desarrollo de una UCA independiente
Formación
La educación en anestesia ambulatoria se funda-
menta en tres pilares:
1. Entrenamiento especializado: Durante la residen-
cia se debe pasar al menos un mes por una UCA.
2. Lectura de publicaciones científicas sobre aneste-
sia ambulatoria.
3. Conocimiento y participación en organizaciones
científicas que aborden la cirugía ambulatoria.
La Comisión para la Elaboración de Pautas y Reco-
mendaciones para el Desarrollo de la Cirugía Ambula-
toria, hizo constar expresamente la necesidad de
incluir programas de formación dentro de la residencia
MIR. En la tabla I se exponen los requerimientos
docentes de anestesia ambulatoria en EE.UU. Además
de esa formación básica existe la posibilidad de repe-
tir un período acordado en el último año de residencia.
Particularidades de la anestesia ambulatoria
1. Selección de pacientes
Las directrices en los criterios de selección aporta-
dos por UCLA (1970) sirvieron como punto de partida
para los proyectos de cirugía ambulatoria, e incluían:
Procedimientos de menos 90 minutos, asociados a
mínimo sangrado y mínima alteración fisiológica.
TABLA I
Requerimientos médicos mínimos para la docen-
cia en anestesia de cirugía mayor ambulatoria
según el Consejo de Acreditación en EE.UU.10
• Evaluación y tratamiento preoperatorio de los pacientes quirúrgicos
• Un mínimo de un mes de experiencia en pacientes quirúrgicos
ambulatorios.
• Atención de un mínimo de 100 pacientes en régimen ambulatorio.
• Realización de al menos 50 epidurales, 50 intradurales y 40 blo-
queos periféricos.
• Tratamiento del dolor agudo postoperatorio.
• Instrucciones y experiencia en la asistencia de pacientes geriátri-
cos.
• Manejo de la unidad de cuidados postoperatorios.
10
 R. GARCÍA AGUADO ET AL.– El camino hacia la normalización de la anestesia ambulatoria
Pacientes ASA 1 y 2 o con enfermedad sistémica con-
trolada. Recomendando la visita preanestésica si
hubiera dudas (ASA 3), no considerándose crucial el
manejo anestésico.
Actualmente:
Se incluyen pacientes ASA III y IV, valorando la
posibilidad de mejorar su estado actual. Para ello estas
cuestiones son de gran ayuda: ¿Está en la mejor con-
dición posible para el procedimiento? ¿Está bien con-
trolada la patología coexistente? ¿Se beneficiaría de
algún cuidado perioperatorio dada su enfermedad
médica, cirugía planeada y anestesia? Por último ¿Es
probable el alta en las 2 h siguientes a la cirugía?11
Entre los factores sociales importantes destacan: la
disponibilidad de un adulto responsable, capaz y cola-
borador, para trasladar al paciente a su domicilio y
atenderle postoperatoriamente durante por lo menos
las primeras 24 horas; el acceso fácil a un teléfono; la
situación de la casa del paciente debe ser accesible y
cumplir satisfactoriamente unas mínimas normas de
higiene (cocina, baño e inodoro).
2. Información al paciente
Cada UCA debe desarrollar sistemas para entregar
instrucciones claras sobre la fecha de cirugía, qué debe
hacer el paciente el día de la cirugía incluyendo el
ayuno, instrucción sobre el viaje con acompañante,
vigilancia durante la noche, tiempo de llegada a la
Unidad, medicación, e instrucciones sobre en qué con-
siste el procedimiento. Esta información debe darse
verbalmente y por escrito. Incluso se pueden utilizar
grabaciones de video o audio para este propósito.
Estas instrucciones figuran incluidas en el consenti-
miento informado de anestesia para cirugía ambulato-
ria11.
3. Técnicas anestésicas
A. Opciones
La medicina ofrece cuatro tipos de anestesia que
incluyen la anestesia local, anestesia regional, aneste-
sia general, y los cuidados anestésicos monitorizados.
Los nuevos agentes i.v. (remifentanilo, propofol)12 e
inhalatorios (sevoflurano, desflurano) son espectacula-
res, con un comienzo de acción y recuperación rápi-
das. Algunos como propofol es amnésico y antieméti-
co.
La anestesia espinal es controvertida por la cefalea
post-punción dural 13 y posible retención urinaria
usando bupivacaína. Además, la posible aparición de
síntomas neurológicos transitorios asociados a lido-
caína, hacen que fuera reservada para indicaciones
específicas y/o anestesia general peligrosa, según se
11
hizo constar en el resumen del 13th SAMBA Annual
Meeting del año 1998. Sin embargo existen en nues-
tro país grupos de trabajo con gran experiencia en
anestesia ambulatoria que utilizan la anestesia espi-
nal14,15. Por otro lado en términos generales la aneste-
sia regional en conjunto, incluyendo los bloqueos
centrales, de nervios periféricos y anestesia regional
intravenosa, es la técnica más frecuentemente aplica-
da en anestesia ambulatoria. Según una encuesta rea-
lizada en el año 2003 entre las UCA de nuestro país
la anestesia regional alcanza un 51% (la anestesia
peribulbar 22,1%), mientras que la anestesia general
supone el 25,3%16.
B. Manejo de la vía aérea
Los criterios para el uso de la mascarilla laríngea
incluyen a la mayoría de pacientes subsidiarios de
cirugía ambulatoria. La frecuencia de uso de la masca-
rilla laríngea en cirugía ambulatoria utilizando cual-
quiera de sus modelos en nuestro país alcanza el 60%,
y llega a rebasar el 80% en algunas instituciones16. La
mascarilla laríngea es actualmente de elección en la
mayoría de las intervenciones de cirugía ambulatoria y
ha cambiado la práctica clínica anestésica, reempla-
zando a la intubación endotraqueal incluso en opera-
ciones en las que era tradicional su uso17. La razón
principal es la menor agresión de este dispositivo fren-
te a la intubación endotraqueal. Hay que añadir ade-
más, la mayor seguridad en su manejo fruto de la
experiencia lograda con el uso habitual del dispositivo
en la anestesia ambulatoria y de las mejoras de la nue-
va mascarilla laríngea Proseal que incorpora un segun-
do tubo de drenaje para aislar el tracto digestivo18.
C. Cuidados anestésicos monitorizados
La finalidad principal de los cuidados anestésicos
monitorizados (Monitored Anesthesia Care) es propor-
cionar a los pacientes seguridad y confort durante los
procedimientos realizados bajo anestesia local o sin
ninguna anestesia en absoluto. Es un servicio anestési-
co específico, en el que un anestesiólogo es requerido
para el cuidado de un paciente sometido a un procedi-
miento diagnóstico o terapéutico. Durante el proceso
se deben realizar todos aquellos bloqueos nerviosos
periféricos que eviten el dolor durante la cirugía y pre-
vengan la aparición del dolor postoperatorio19.
Los cuidados anestésicos monitorizados incluyen la
administración de dosis de medicaciones que proba-
blemente provoquen pérdida de conciencia y de refle-
jos protectores (sedantes, analgésicos, hipnóticos,
agentes anestésicos u otras medicaciones necesarias).
La ASA considera que el concepto de cuidados anes-
tésicos monitorizados se adapta mejor a la práctica clí-
nica habitual que el término "sedación profunda"20.
435
Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 50, Núm. 9, 2003
Si, durante un extenso periodo de tiempo, el
paciente está inconsciente y/o pierde los reflejos pro-
tectores normales, siendo incapaz de mantener su vía
aérea, debe considerarse que es una anestesia general.
D. El papel de los cuidados anestésicos monitoriza-
dos en la práctica de la anestesia ambulatoria21
La incidencia de cuidados anestésicos monitoriza-
dos como técnica anestésica de elección varía entre las
instituciones. Se ha estimado que entre el 18 a 30 por
ciento de todos los procedimientos en pacientes ambu-
latorios se realizan con esta técnica. Dado que el
número de intervenciones de cirugía ambulatoria con-
tinúa aumentando, y que los tiempos de recuperación
de los procedimientos realizados bajo anestesia local
más sedación son más cortos comparados con un pro-
cedimiento bajo anestesia general o regional, es pro-
bable que los cuidados anestésicos monitorizados sean
aun más usados en el futuro. La infiltración local y los
bloqueos de nervios periféricos constituyen técnicas
anestésicas muy generalizadas. Sin embargo, muchos
pacientes no aceptan la anestesia local o la regional
debido a miedo al dolor y/o a estar conscientes duran-
te la cirugía. Esta ansiedad puede disminuirse con una
explicación de los acontecimientos en el preoperatorio
y la certeza de saber que es posible proporcionarles
sedación si la necesitaran.
4. Recuperación postoperatoria
1. Circuitos
A. Hay varias fases de recuperación tras la cirugía
ambulatoria, las cuales se pueden ubicar en lugares
físicos diferentes o todas en la misma área.
B. Los pacientes deben moverse a través de las dife-
rentes fases de recuperación en dependencia de su
nivel de conciencia y de la capacidad para controlar su
vía aérea. La transferencia del área de la recuperación
inmediata (URPA I) debe tener lugar cuando el pacien-
te está despierto, orientado, mantiene expedita su vía
aérea, y sin hemorragia activa.
C. La recuperación secundaria, readaptación al
medio o URPA II, debe proporcionar un entorno de
intimidad familiar y vigilancia continuada. Todos los
pacientes deben ser observados por el personal de
enfermería. El número de enfermeras/os adecuado
para el número de pacientes y sus necesidades debe
proporcionarse en todo momento en estas dos áreas.
2. Vía rápida
El flujo habitual de pacientes en una unidad de ciru-
436
gía ambulatoria es el paso desde el quirófano hasta la
sala de recuperación postanestésica (URPA) y de aquí
a la sala de readaptación. Los programas de "vía rápi-
da" (fast–track) pretenden evitar el paso por la URPA,
acortando la estancia postoperatoria y disminuyendo
los costes. El sistema de puntuación modificado de
Aldrete se utiliza habitualmente para determinar cuán-
do los pacientes pueden ser dados de alta de la URPA
al pabellón posquirúrgico o al área de readaptación o
de segunda etapa (Fase II). Recientemente se ha pro-
puesto un nuevo sistema de puntuación en el quirófa-
no para determinar la elegibilidad para la vía rápida de
pacientes sometidos a cirugía ambulatoria que incor-
pora los elementos esenciales del sistema modificado
de Aldrete, así como una valoración del dolor y la
emesis22.
5. Criterios de alta y seguimiento postoperatorio
1. El alta es una responsabilidad médica. Cada cen-
tro establecerá criterios de alta por escrito que cada
paciente debe cumplir antes de ser dado de alta. Cada
paciente debe ser visto por el cirujano y el anestesió-
logo que han participado en su intervención antes del
alta23.
2. Guías para el alta segura:
A. De Procedimiento
Quirófano- URPA I- URPA II (Readaptación)-Casa
o Quirófano-URPA II- Casa (Vía rápida)
B. Clínicas
Signos vitales, nivel de actividad (deambulación)
correctos y ausencia de complicaciones cono náuseas,
vómitos, dolor o hemorragia.
Existen, con ligeras variantes, diferentes escalas
de puntuación para el alta domiciliaria postanestési-
ca (Post Anesthesia Discharge Scoring Sistem
PADS).
Salvo en procedimientos perineales y/o bajo aneste-
sia espinal la emisión de orina no se considera un cri-
terio imprescindible para el alta. Aunque existe cierta
controversia, tampoco es preceptiva la ingesta oral
antes del alta.
C. Organizativas
Firma del alta por Anestesiólogo/Cirujano. Presen-
cia de un acompañante. Instrucciones postoperatorias
(medicación) por escrito. Contactos (Teléfono): debe
darse un número de teléfono de 24 horas para que el
paciente sepa a quien puede avisar en caso de compli-
caciones postoperatorias. Este teléfono no debe ser un
contestador automático.
12
 R. GARCÍA AGUADO ET AL.– El camino hacia la normalización de la anestesia ambulatoria
D. Debe tenerse acceso a camas de hospitalización
para las complicaciones perioperatorias.
E. El paciente recibirá una llamada de control den-
tro de las primeras 24 horas tras la cirugía.
6. Anestesia de calidad
1. La calidad implica una mínima morbilidad y una
rápida recuperación24. Tendiéndose a la complicación
0, que evitará retrasos en el alta, ingresos no deseados
(imposibilidad de alta) y los reingresos. Las complica-
ciones más frecuentes en el postoperatorio inmediato y
durante los primeros días incluyen: mareo, dolor, náu-
seas y vómitos, sangrado, retención urinaria e insatis-
facción global 25. Estas complicaciones suponen un
desafío en cirugía ambulatoria y son imputables en
aproximadamente un 30% de los casos a la anestesia.
2. El requisito que supone dar de alta a los pacien-
tes dentro de un tiempo relativamente corto después de
la cirugía demanda una técnica anestésica meticulosa y
segura que proporcione una buena calidad en la recu-
peración con morbilidad postoperatoria mínima. Es
decir una anestesia de precisión.
3. Deben asegurarse la analgesia adecuada y el cui-
dado continuando después del alta26,27. La coordinación
con la atención primaria es un terreno poco explorado
que supondrá un avance evidente cuando la estructura
sanitaria logre integrarlo.
4. El manejo anestésico debe proporcionarse
por personal experimentado que trabaje en este
entorno regularmente. Para lograr la calidad
requerida, los anestesiólogos deben estar involu-
crados en todo el proceso quirúrgico de la cirugía
de día, tanto antes como después del procedimien-
to en el quirófano. La selección preoperatoria del
paciente y su preparación, los cuidados periopera-
torios y la incorporación a la comunidad son com-
ponentes esenciales de una buena práctica en
anestesia ambulatoria.
5. La única medida eficaz de éxito en cirugía ambu-
latoria es la satisfacción del paciente en el segundo o
tercer día del postoperatorio en casa28. Por lo cual, este
particular debe ser revisado. De modo que trabajos
como el de Martín López y cols.29 sobre el grado de
satisfacción según la técnica anestésica en esta direc-
ción son muy ilustrativos.
En conclusión, la anestesia ambulatoria posee unas
características diferenciales propias y debe basarse en
criterios de calidad. En la actualidad esto es posible
gracias a los avances farmacológicos y de nuevos dis-
positivos anestésicos. Estas mejoras, junto a la bús-
queda continua por parte de los anestesiólogos de nue-
13
vas técnicas que minimicen los riesgos, han permitido
el desarrollo de la cirugía ambulatoria y sin duda con-
tribuirán en el futuro a disminuir la morbilidad anesté-
sica e incrementar la relevancia de la anestesia ambu-
latoria en los programas de cirugía ambulatoria.
BIBLIOGRAFÍA
1. Cirugía Mayor Ambulatoria Guía de Organización y Funcionamiento.
Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo; 1993.
2. Comisión para la elaboración de pautas y recomendaciones para el desa-
rrollo de la Cirugía Ambulatoria. Académia de Ciéncies Médiques de
Catalunya i de Balears. Barcelona: Societat Catalana de Cirugía; 1993.
3. Ford JL, Reed WA. The surgicenter an innovation in the delivery and
cost of medical care. Arizona Med 1969; 26: 801-804.
4. White PF. Outpatient anesthesia-an overview. En: White PF ed. Out-
patient anesthesia. New York: Churchill Livingstone; 1990. p. 1-15.
5. Audit Commission. All in a day's work: An audit of Day Surgery in
England and Wales. London: HMSO; 1992.
6. Day Case Surgery: The Anaesthetist's Role in Promoting High Quality
Care. London: Association of Anaesthetists of Great Britain and Ire-
land; 1994.
7. Millar JM, Rudkin GE, Hitchcock M. Practical Anaesthesia and Anal-
gesia for Day Surgery. Oxford: Bios Scientific Publishers; 1997.
8. Guidance on Day Case Anaesthesia. London: The Royal College of
Anaesthetists; 2000.
9. Caring for Children in the Health Services. Just for the Day: Children
admitted to hospital for day treatment. London: NAWCH; 1991.
10. Twersky RS. Educational protocols in ambulatory anesthesia. Ambula-
tory Surg 1997; 5: 117-119.
11. Guía de actuación en Cirugía Mayor Ambulatoria. Generalitat Valen-
ciana. Conselleria de Sanitat. Valencia: Serie M (Manuales) nº 34;
2002.
12. Philip B, Scuderi P, Chung F, Conahan TJ, Maurer W, Angel JJ et al.
Remifentanil compared with alfentanil for ambulatory surgery using
total intravenous anesthesia. The remifentanil/alfentanil outpatient
TIVA group. Anest Analg 1997; 84: 515-521.
13. García-Aguado R, Vivó M, Arcusa MJ, Peiró C, Zaragoza C, Castaño
S, Grau F. Algunas consideraciones sobre la cefalea postpunción dural
atípica. Cirugía Mayor Ambulatoria 1999;4:498-501.
14. Aguilar JL. El bloqueo subaracnoideo en cirugía ambulatoria. Rev Esp
Anestesiol Reanim 1998; 45: 261-262.
15. García F, Bustos A, Sariego M, Gutierrez M, García-Baquero A. Anes-
tesia intradural con aguja 27G de Sprotte para cirugía de artroscopia de
rodilla en los pacientes ambulatorios menores de 40 años. Rev Esp
Anestesiol Reanim 1998; 45: 263-267.
16. Viñoles J, R. García-Aguado, Soliveres J. Encuesta sobre la utilización
de la máscara laríngea (ML) en CMA y de corta estancia. Cirugía
Mayor Ambulatoria 2003 (en prensa).
17. García-Aguado R, Vivó M, Zaragoza C, García-Solbes JM. Mascarilla
laríngea ProSeal para colecistectomía laparoscópica. Rev Esp Aneste-
siol Reanim 2003; 50: 55-57.
18. Brain AI, Verghese C, Strube PJ. The LMA 'ProSeal' a laryngeal mask
with an oesophageal vent. Br J Anaesth 2000; 84: 650-654.
19. Sa Rego M, Watcha M, White P. The Changing role of Monitored
anesthesia care in the ambulatory setting. Anesth Analg 1997; 85:
1020-36.
20. American Society of Anesthesiologists Website: Public Education
Information. ASA Position on Monitored Anesthesia Care.
http://www.asahq.org or http://www.asahq.org/PublicEducation/Ambu-
latory.html
21. Rego M, PF. W. Monitored Anesthesia Care. Anesthesia. In: (ed) RM,
ed. Philadelphia: Churchill Livingstone, 2000, 1452-67.
22. White P, Song D. New criteria for fast-tracking after outpatient anest-
hesia: a comparison with the Aldrete's scoring system. Anesth Analg
1999;88:1362-1369.
23. Chung F, Chan V, Ong D. A post anesthetic discharge scoring system
for home readiness after ambulatory surgery. J Clin Anesth 1995; 7:
500-6.
437
Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 50, Núm. 9, 2003
24. García-Aguado R, Vivó M, Arcusa MJ, Peiró C, Zaragoza C, Castaño
S, Grau F. Registro sistemático de las incidencias anestésicas periope-
ratorias como indicador de calidad en anestesia ambulatoria. Rev Esp
Anestesiol Reanim 2000; 47: 101-107.
25. Chung F, Un V, Su J. Postoperative symptoms 24 hours after ambula-
tory anaesthesia. Can J Anaest 1996; 43: 1121-7.
26. Audit Commission. Measuring quality: the patient's view of Day Sur-
gery. London: HMSO, 1991.
27. Guía del tratamiento del dolor en cirugía mayor ambulatoria. Barcelo-
na: Asociación Española de Cirugía Mayor Ambulatoria ASECMA;
2001.
28. Fung D, Cohen M. Measuring patient satisfaction with anesthesia
care: a review of current methodology. Anesth Analg 1998; 87: 1089-
1098.
29. Martín López MA, Ollé G, Oferil F, Sánchez Pallarés M, Yuste M, Ll
Opisso J, Serra M. ¿Qué piensan los pacientes de la anestesia?
Encuesta de satisfacción postoperatoria en cirugía ambulatoria compa-
rando anestesia general y subaracnoidea. Rev Esp Anestesiol Reanim
2003;50:439-443.
R. García-Aguadoa, B. Morob, V. Martínez-
Ponsc, J. Viñolesd, H. Hernándeze
a
Jefe de Sección de Anestesia Ambulatoria.
Consorcio Hospital General Universitario de
438
Valencia. Presidente de la Sección de Anestesia
Ambulatoria de la Sociedad Valenciana de Anestesia,
Reanimación y Terapéutica del Dolor (SVARTD)
b
Jefe de Servicio de Anestesia. Hospital Lluís
Alacanyís de Xátiva (Valencia). Vicepresidente de la
Sección de Anestesia Ambulatoria de la SVARTD
c
Jefe de Servicio de Anestesia. Hospital Francisco
de Borja. Gandía. (Valencia). Secretario de la Sección
de Anestesia Ambulatoria de la SVARTD
d
Médico Adjunto. Servicio de Anestesiología,
Reanimación y Terapéutica del Dolor.
Coordinador de la UCSI. Hospital Universitario
Dr. Peset de Valencia. Vocal por Valencia de la
Sección de Anestesia Ambulatoria de la SVARTD
e
Jefe Clínico. Servicio de Anestesiología,
Reanimación y Terapéutica del Dolor.
Coordinador de la UCSI. Hospital
Universitario de Elche (Alicante). Vocal por Alicante
de la Sección de Anestesia Ambulatoria
de la SVARTD
14