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TEXTO 1
Siete niños en la playa. Quince de agosto. Día de la Virgen de agosto. Caluroso. Plomizo.
Los niños acostumbraban a enterrar, a uno de ellos, en la arena y saltaban sobre él. Enterraron
a Sebastián.
Pasaba el tiempo cansado y abúlico, horizontal y bajo. Muy bajo. Casi de arena.
-¡Sal, ya!
De rodillas, la madre seguía escarbando. Había hecho un hoyo grande. Sacaba las manos
mojadas.
-¡Mirad, mi hijo!
Y la gente se apiñaba a su alrededor ansiosa. Con los ojos muy abiertos. Miraba y no veía nada.
Planteamiento:
Nudo:
Desenlace:
TEXTO 2
Era una mala idea, pensó Julián, mientras aplastaba la frente contra los cristales y sentía su frío
húmedo refrescarle hasta los huesos, tan bien dibujados debajo de su piel transparente. Era
una mala idea esta de mandarle a casa la Nochebuena. Y, además, mandarle a casa para
siempre, ya completamente curado. Julián era un hombre largo, enfundado en un decente
abrigo negro. Era un hombre rubio con los ojos y los pómulos salientes, como destacando en
su flacura. Sin embargo, ahora Julián tenía muy buen aspecto. Su mujer se hacía cruces sobre
su buen aspecto cada vez que lo veía. Hubo tiempos en que Julián fue solo un puñado de venas
azules, piernas como larguísimos palillos y unas manos grandes y sarmentosas. Fue eso, dos
años atrás, cuando lo ingresaron en aquella casa de la que aunque parezca extraño, no tenía
ganas de salir.
Ya hemos visto este texto en otro apartado, ahora podemos concretar cuál es su estructura
narrativa:
Lineal.
In medias res.
In extrema res.
2.2.- El narrador en el texto pasa de un momento a otro dos años anterior, ¿recuerdas cómo se
denomina habitualmente este salto en el tiempo?
TEXTO 3
Desde que el tío Jurón lo publicó de oreja en oreja sin dejar una, el alcalde convocaba a diario
para reunión extraordinaria a todos los concejales y personas de saber y de carrera, con el
objeto de escuchar sus opiniones y buscar el medio de acabar con aquello que los traía, incluso
a él, tan fuera de sí y tan llenos de espanto.
Todos lo habían visto; unos por una rendija de la puerta de la calle; otros por el agujero de la
cerradura; aquellos desde la azotea; estos entreabriendo la ventana, y a todos les causó pavor,
les produjo igual desasosiego de espíritu y les quitó el sueño.