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“Porfa mamá, sólo un ratito más…”

Cómo fijar horarios en el uso de los videojuegos

Pablo García Blanco - 2015


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Es un hecho que uno de los principales motivos de discusión en los hogares entre
padres e hijos es el tiempo empleado para las distintas actividades de la jornada.
Normalmente, los hijos llegan a casa con toda una tarde por delante, tarde que tienen
que aprender a administrar. Cada uno tendrá una rutina marcada por unos tiempos
prefijados: merienda, estudio, entretenimiento, ordenar la habitación, ducha cuando son
más pequeños…

En la medida en que van creciendo, cada intervalo de tiempo va cambiando. Los más
mayores necesitarán más tiempo para estudiar y hacer deberes; los más pequeños
necesitarán más tiempo para jugar, porque tienen menos deberes… Desde que llegan a
casa hasta que se van a acostar —cada uno a la hora que más convenga para su
descanso— los hijos deben aprender a organizarse. Y para aprender, a veces es
necesaria una pequeña ayuda.

Los padres deben ayudarle a entender que lo primero son sus responsabilidades y
necesidades, y que el descanso también es importante,
pero cada actividad tiene sus tiempos. Hacer deporte es ¿Cuánto tiempo es
muy sano, pero si se cae en un exceso de actividad física el bueno dedicarlo a
cuerpo se agota y deja de rendir. Leer es una actividad jugar con
óptima, pero por mucho que esté “enganchado” a un libro,
videojuegos? La
no puede quedarse leyendo durante toda la noche. Ver una
respuesta es fácil y
película puede ser muy edificante, puede hacer pensar o
descansar, pero tiene un tiempo determinado. ¿Existe concisa: depende.
alguna actividad capaz de unir estas tres características en
las que se realice actividad física, sea tan atractivo como la mejor novela, sea edificante o
incluso que haga pensar? La respuesta es sí: un videojuego —un buen videojuego—
puede hacer eso. Pero al igual que el deporte, la lectura, el cine o el estudio tienen sus
tiempos y sus plazos, los videojuegos también.

Se dice pronto, pero la cuestión de fondo es más relevante de lo que pudiera parecer,
ya que es un hecho que las discusiones entre padres e hijos en el uso de los videojuegos
ronda mucho más en torno a las medidas de tiempo que a los contenidos del juego. Por
tanto, se ve que es necesario tener algunos patrones a la hora de establecer horarios a
los videojuegos. Y lo que es quizás más importante: los niños y adolescentes deben tener
un horario, completo y bien definido, que de hecho suele evitar la mayoría de estas
discusiones.

Por lo general cualquier juego tiene una duración propia. El tiempo necesario para
terminar la historia abarca desde varias horas hasta meses para completar el juego. En
los primeros años de las videoconsolas, era impensable guardar el recorrido realizado, y
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las historias duraban a lo más algunas pocas horas. Todos los jugadores —y muchos
padres— están agradecidos al inventor de las tarjetas de memoria y al propio
almacenamiento interno de la consola: de esta manera, el jugador puede guardar o salvar
la partida y reanudarla en otro momento, siguiendo en el punto donde de la historia
donde se había quedado. Esto sucede ahora en la gran mayoría de juegos, aunque son
muchos los que permiten hacerlo sólo en momentos determinados. Por ejemplo, en un
juego de fútbol habitualmente no se podrán guardar los logros conseguidos a no ser que
se haya terminado el partido. O a veces en un juego de plataformas existen lugares
específicos para guardar el recorrido realizado hasta ese momento.

Teniendo en cuenta estas primeras ideas, podemos centrarnos en el quid de nuestra


cuestión: ¿cuánto tiempo es bueno dedicarlo a jugar con videojuegos? Y la respuesta es
fácil y concisa: depende. Depende en primer lugar de si se ha cumplido antes con el
horario previsto (los deberes del colegio, las obligaciones que tenga que hacer, etc.).
Depende también de la época del año, porque no es lo mismo jugar en vacaciones de
verano que en vacaciones de invierno. Depende de si en casa hay hermanos. Hay
muchos depende, pero quizás el más interesante de todos es que depende también del
propio videojuego.

Precisamente por la dinámica del juego hay que tener en cuenta lo importante que es
“jugar con la atracción”. Para entendernos: Los videojuegos atraen, mucho, y están por
lo general muy bien hechos. Son como las buenas novelas o las series de televisión.
Cuando el juego es atractivo, durante los primeros minutos
Jugar más de una jugando, el jugador suele experimentar una emoción muy
hora seguida a un fuerte: se convierte en el protagonista de una historia, y se
videojuego, puede le propone un reto: desde salvar a una princesa en apuros,
ser perjudicial… hasta acabar con un escuadrón de robots enemigos,
¡para el propio pasando por encontrar un tesoro o marcar un gol. Y cada
vez es más difícil cumplir los objetivos. Por eso mismo, para
juego!
dominar un juego es necesario invertir mucho tiempo:
horas. Pero muchas horas de juego pueden resultar incluso
aburridas. ¿Cuál es el problema? Pues que el juego es atrayente en la medida en que me
dejo sorprender. Si el jugador trata de terminar el juego cuanto antes, utilizando el
número de horas seguidas que sean necesarias, no disfruta realmente del juego.
Podemos decir que un “empacho” de videojuego —como cualquier “empacho”— acaba
por convertir algo deseado en tedioso y aburrido. Por eso, jugar más de una hora seguida
a un juego, puede ser perjudicial… ¡para el propio juego! En cambio, mantenerse en esa
franja, invita a mejorar como jugador y te deja con ganas de querer jugar más en el futuro.

Viéndolo por el otro lado, dedicarle menos tiempo al videojuego puede resultar hasta
una pérdida de tiempo en sentido estricto. Obviamente depende del tipo de juego (de su
categoría: deporte, aventura, combate, rol…), pero por lo general, un juego de consola
suele requerir un cierto empeño y pocos minutos no bastan para triunfar. Proponerle a
nuestro hijo jugar a un videojuego para interrumpirle después de 15 o 20 minutos porque
la cena ya está lista, es casi tan injusto como pedirle al marido que deje de ver el partido
de fútbol cuando su equipo está perdiendo, o como pedirle a la esposa que no acabe de

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ver la película a la que le falta media hora. Los videojuegos también requieren horas y por
eso hay que saber decidir cuándo es bueno dedicárselas, eligiendo bien el día y el
momento.

Resulta clave saber fijar reglas de tiempo, saber vivir un horario. Normalmente, los
hijos quieren jugar cuanto más mejor, ya que en general los deberes del colegio y los
encargos les resultan costosos. Pero esto es un denominador común a todos los
hombres. Es necesario que los hijos aprendan a realizar sus deberes, aunque cueste. Y
esto lo pueden aprender, además, jugando con videojuegos a su debido tiempo.

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