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SEMINARIO CONCILIAR DE BOGOTÁ

ANTROPOLOGIA FILOSÓFICA
PRESENTADO POR: JORGE GUTIÉRREZ /JOSE URREGO /RUBEN CUARTAS
PRESENTADO A: MONS. LUIS AUGUSTO CAMPOS.
FECHA: 07 DE JUNIO DE 2019.

EL ROSTRO: HACIA UNA FENOMENOLOGÍA DEL CUERPO

Sobre el cuerpo
“El hombre no solo necesita de símbolos sino que simbólicamente y su primer símbolo es
la corporeidad por la que manifiesta su interioridad, sus pensamientos, sentimientos,
sentido de vida y su propio misterio “ (Bonobio, 2009)
“la relación cara a cara nos mantiene en el orden del reconocimiento y no del conocimiento,
de la interpelación y no de la información: es mediador de nuestra identidad de sujetos en el
seno del mundo”( Chauvet, 1991, p 127)

sobre el rostro y su sentido de eticidad


Uno de los conceptos utilizados en la época contemporánea y que refiere a la corporeidad
es el rostro. el rostro como lugar de reconocimiento del otro fue objeto de estudio de
Emmanuel Levinas para quien el rostro más que ser el conjunto de órganos que componen
la cara humana remiten fundamentalmente a la relación con el otro, es decir en palabras de
Navarro “el rostro antes de ser un dato aprehensible, unos ojos, una nariz, una boca, etc.
representa un polo opuesto de significación respecto al yo.” (Navarro,2007, p 183)

El rostro pues, no se puede comprender de manera lógica o enmarcarlo en unas categorías


racionales, pues en este sentido el rostro es conocido únicamente en la dimensión ética, es
decir cuando hay relacionalidad, pues en palabras de Levinas “el rostro está presente en su
negación a ser contenido. en este sentido no podrá ser comprendido, es decir englobado, ni
visto, ni tocado, porque en la sensación visual o táctil, la identidad del yo envuelve la
alteridad del objeto que precisamente llega a ser contenido” (Levinas, 2002, p 207).
Con lo anterior no se quiere decir entonces que el reconocimiento del rostro no pase por
una experiencia sensible previa, sino que para entender la manera en que se puede captar el
rostro, Levinas dirá que toda sensibilidad humana se puede entender en dos sentidos, desde
la sensibilidad cognitiva y la sensibilidad del gozo.
Emmanuel Levinas dará mucha importancia al sentido de la vista en el reconocimiento
físico del otro pues “prioriza el sentido de la vista y, en menor medida, el del tacto, frente a
los otros tres, al suponer que describen objetivamente la realidad” (Navarro,2007, p 179).
aunque hay que entender que dentro de esta propuesta del rostro no basta solo con el
reconocimiento visual del otro pasando solamente por un ver meramente sensitivo, sino que
se convierte en contemplación de lo que se denomina expresión.
Así las cosas, para conocer el rostro de un sujeto que se aparece frente a mí se debe tener
una mirada más allá de una mirada sensible-cognitiva que se caracteriza por “por reducir
las sensaciones a contenidos de conciencia y someter la estructura sensible del ser humano
al proceso cognitivo” (Navarro,2007, p 179), para ser una mirada llena de sensibilidad del
gozo en la cual “se  hace referencia a las sensaciones en tanto que experimentadas”
(Navarro,2007, p 179), es decir “describe una experiencia en la que la realidad se presenta
sin «fachada», o sin ser categorizada” (Levinas, 2002, p 207).
Es importante destacar que como ya se ha dicho anteriormente, tener contacto con el rostro
del otro no se limita solamente a verlo o a hacerse un concepto de lo visto sino que
interviene un proceso relacional en el cual se presenta una racionalidad, tal como lo
describe Navarro “porque la experiencia sensible del rostro en tanto que ligada a las
aptitudes expresivas del otro, no puede concebirse como una relación ni cognitiva, ni
sensitiva. Por el contrario, toda relación para con un «rostro» estará siempre condenada a
ser ética, ya sea para bien o para mal” (Navarro,2007, p 180).

Levinas llamará entonces a la aparición del rostro con el término de expresión, la cual pasa
más allá de un concepto razonable el cual no es sujeto de enmarcarse en términos
lingüísticos, es decir que lo aborda desde lo que se denomina la pasividad del lenguaje, en
la cual “se trata de hacer referencia al otro como potencia expresiva” (Navarro,2007, p
181), es decir que en la expresión del rostro hay expresión de la interioridad del ser sin que
medie palabra o concepto alguno, pues «en la expresión un ser se presenta a sí mismo»
(Levinas, 2002, p 208) de esta manera el rostro como expresión permite que el ser se
presente a otro “sin necesidad de que éste pronuncie palabra alguna” (Navarro,2007, p
181), lo cual lleva a que este concepto tenga una importancia a la hora de reconocer al otro
más allá de los discursos y los límites del lenguaje.
En este sentido cabe la reflexión de la importancia de saber leer al otro no solo en sus textos
escritos, o escucharlo sino contemplar sus expresiones y de esta manera reconocerlo con
toda su dignidad. Con la figura del rostro se puede identificar la desnudez inocultable, de
hecho, la cara como órgano físico siempre está al descubierto y no necesita de ropa o
coberturas, quizás porque allí se busca expresar plenamente el ser cabría preguntarse si el
uso de elementos cosméticos como el maquillaje, aretes, piercings responda a una
necesidad de aumentar así la expresividad del rostro para mostrar y comunicar aquello que
con la naturalidad de la expresión facial queda faltando, quizás sea un intento por expresar
algo más de lo que el rostro  puede hacer.
El reconocimiento del rostro para Levinas será una relación de desiguales, en la que no es
posible conceptualizar plenamente al otro mediante las categorías lógicas, más bien son
relaciones marcadas por el imperativo ético de responsabilidad hacia el “otro” que no
permite que el “yo” absorba al “otro”.
Así las cosas el significado del rostro queda enmarcado dentro de la ética mas que
simplemente en una connotación estética y por eso “los términos «miseria», «pobreza» y
«hambre» que aparecen una y otra vez en la argumentación levinasiana para hacer
referencia a la misma, no describen físicamente al otro, sino concentran la significación a
través de la cual su presencia se impone éticamente” (Navarro,2007, p 184)

BIBLIOGRAFIA
Gevaert J. (1991). El problema del hombre, Salamanca: Ediciones Sigueme.

Haeffner G. (1986). Antropología Filosófica, Barcelona: Herder.

Levinas E (2002a) Totalidad e Infinito. Sexta edición. Ediciones Sigueme. España

Navaro, O. (2007) El Rostro del otro: Una lectura de la ética de la alteridad de Emmanuel
Levinás. Universidad de la Laguna. España
El hombre es una unidad corpóreo espiritual
La intimidad del hombre y la mujer se manifiestan en su cuerpo
Yo soy cuerpo dira ramón lucas lucas
El cuerpo es símbolo esencial de la comunicabilidad humana pues nos comunicamos con el
cuerpo
El cuerpo es mediación entre el yo interno y externo
Como es afuera es adentro
El cuerpo permite la diferenciación
El cuerpo es manifestación de lo indecible
La relación entre hombres es una relación cara ca cara donde el otro se me interpone
delante de mi, donde me interpela y donde el rostro esta presente en su negación a ser
contendí
El cuerpo no es prolongación del pensamiento, lo mismo el rostro no es abordado solo
como cogitación cartesiana
Las relaciones cara a cara nos mantienen en el orden del reconocimiento mas que del
conocimiento, de la interpelación mas que de la información
El hombre no solo necesita símbolos sino que es simbólicamente y su primer símbolo es la
corporeidad por la que se manifiesta su intencionalidad, sus pensamients, sentimientos,
sentido de vida y su propio misterio (brobio 2009)
El rostro: la distinción ente sensibilidad cognitiva, de gozo
Levinas prioriza el sentido de la vista como aquel en el cual se accede al conocmiento
En el rostro se hace la apertura del otro

Si la estructura del lenguaje no puede comprenderse desde la relación


yo-mundo porque es ética, la corporalidad no deberá interpretarse como una
prolongación del pensamiento, sino al margen de toda intencionalidad. 181. Oliva
con la presencia del rostro no necesitamos pues mediación de palabra alguna sino que
atraves de su presencia el otro se manifiesta sin necesidad de musitar palabra, pues en
palabras de oliva:;En efecto, la «expresión» del
«rostro», o el «rostro» como «expresión», determina al otro como interlocutor
del yo, sin necesidad de que éste pronuncie palabra alguna. 181 oliva

Que Emmanuel Lévinas conciba el lenguaje como una cualidad o característica


intrínseca al ser humano, explica que el yo y el otro no sean meramente
pronombre indefinidos en el contexto de su análisis.

El rostro como expresión e interpelación

Si la estructura del lenguaje no puede comprenderse desde la relación


yo-mundo porque es ética, la corporalidad no deberá interpretarse como una
prolongación del pensamiento, sino al margen de toda intencionalidad. A través
del término «expresión» Emmanuel Lévinas piensa el «rostro» de esta manera,
es decir, desde la pasividad del lenguaje. Se trata de hacer referencia al otro
como potencia expresiva. Para aclarar esta idea podemos citarlo una vez más:
«En la expresión un ser se presenta a sí mismo». En efecto, la «expresión» del
«rostro», o el «rostro» como «expresión», determina al otro como interlocutor
del yo, sin necesidad de que éste pronuncie palabra alguna. 181oliva

A partir de la noción «expresión», Emmanuel Lévinas


concibe también el «rostro» como primer hecho del lenguaje. Si como decíamos,
la estructura del lenguaje es dialógica, la corporalidad del otro debe presentarse
además como primer sentido. Así, no es sólo que la presencia del otro garantice
la posibilidad de toda comunicación, sino que también marca su inicio. Tesis
que Emmanuel Lévinas argumenta a partir de la noción «interpelación». 181 olivia

“La «expresión» y la «interpelación» se presentan como funciones pasivas del lenguaje, es


decir, como propiedades lingüísticas que se
definen al margen de la intencionalidad del sujeto. A través de ambas se trata
de definir al otro sin someterlo a los poderes y dominio del yo, tomando en
cuenta la significación ética de su corporalidad” 182 olivia

Tal y como explica Enrique Dusssel, a partir del «rostro» Emmanuel


Lévinas privilegia el acto de habla de la «interpelación», pero de una manera
un tanto particular, porque lo sitúa en el silencio en el que se despliega el principio
de expresividad de J. Searle. Para este último, la expresabilidad apunta
a la capacidad de encontrar siempre una expresión adecuada para transmitir
un significado. 182 olivia

Lo que es interesante
destacar es la misma lógica de la «interpelación», porque permite identificar la
dinámica de la «sensibilidad del rostro». Mientras que la sensibilidad cognitiva
y la del gozo habilitaban una manera de aprehender que tenía como eje al yo, la
sensibilidad del «rostro» abre una inteligibilidad anterior y exterior al mismo.
En efecto, es simplemente la corporalidad inmediata del otro, su capacidad
expresiva, la que va a estructurar éticamente al yo. 182

La sesibilidad del rostro

El rostro; su revelación es palabra. Sólo la relación con otro […] nos


conduce hacia una relación totalmente diferente de la experiencia en el sentido
sensible del término». Levinas 207

Porque la experiencia sensible del «rostro» en tanto que ligada


a las aptitudes expresivas del otro, no puede concebirse como una relación ni
cognitiva, ni sensitiva. Por el contrario, toda relación para con un «rostro» estará
siempre condenada a ser ética, ya sea para bien o para mal.180 olivia navarro
en este sentido entrar en contacto con el rostro no es simplemente conocer sino como
diría levinas “reconocer” pasando por lo ético mas que por lo razonable.

«El rostro está presente en su negación a ser contenido. En


este sentido no podría ser comprendido, es decir, englobado. Ni visto ni tocado» definicion
de rostro de levinas

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