Está en la página 1de 4

ORATORIA: LA utilización de las TIC en el aula

INTRODUCCION:
Mucho se habla hoy en el contexto educativo de la utilización de la Tic, pero ¿qué significa
TIC? Se ¿puede aplicar en la escuela?, ¿tiene aspectos negativos y positivos?
TIC significa: Tecnologías de la Información y la Comunicación donde se agrupan los
elementos y las técnicas usadas en el tratamiento y la transmisión de las informaciones,
principalmente de informática, internet y telecomunicaciones. Se puede aplicar en la
escuela, es decir ya se aplican, principalmente los alumnos que viven conectados a redes
de información y comunicación, como internet, mensajes de textos, wasap, blogs,
Facebook, twitter, e-mail, etc., y no así, lo que debería esperarse hoy en el uso de esas
tic en docentes de todos los niveles y sus aulas. Su utilización es positiva o negativa
dependiendo de las diferentes perspectivas de sus usuarios.
DESARROLLO:
El uso de las tecnologías en educación se juega ante diversas miradas sobre las mismas y
sobre las relaciones entre educación y tecnologías, por un lado, las distintas ACTITUDES
frente a las tecnologías de estudiantes (que ya nacieron con estos tipos de dispositivos )y
docentes ( que vieron el nacimiento y el proceso ya en su adultez), por otro las
PERCEPCIONES Y EXPECTATIVAS que tengamos respecto de las virtudes y potencialidades
de las nuevas tecnologías y su influencia en el tipo de acercamiento y utilización que
hagamos de ellas.
Según investigaciones recientes, los docentes acuerdan en reconocer como aspectos
positivos, que las TIC facilitan la tarea pedagógica, mejoran la calidad de la educación y
amplían las oportunidades de acceso al conocimiento. Por otro lado, muchos perciben
como aspectos negativos, la sensación de “deshumanización de la enseñanza” y la
creencia de que las tecnologías pueden alentar el “facilismo” en los alumnos, así también
la realidad de que los docentes son muchas veces “analfabetos tecnológicos”, lo que los
ponen en evidencia y su imagen del poseedor del saber o conocimiento se ve afectada.
Conviene recordar algunas conclusiones producidas por diversas investigaciones en
Latinoamérica: Siempre es preciso trabajar las “biografías tecnológicas” de docentes y
estudiantes, que suelen revelar informaciones claves para luego implementar procesos
educativos con tecnologías; por ejemplo, es frecuente que los docentes hayan tenido un
encuentro muy reciente con las tecnologías, mientras los estudiantes han tenido un
contacto con ellas en toda su vida. Los docentes no suelen tener claridad sobre el uso
educativo de las tecnologías (y en particular, sobre el uso de computadoras en el aula), ya
que tienen la sensación de que ellas no les ofrecen “seguridades” en la práctica educativa,
de allí surge el interrogante de que si las políticas educativas de entrega de netbook a
todos los estudiantes del país estarían teniendo una verdadera y fructífera utilización y
aplicación.
Los estudiantes prefieren los medios y las tecnologías, es cierto; sin embargo, siguen
aprendiendo con el libro y las fotocopias, lo que hace que no perciban el carácter
educativo de las tecnologías naturalmente. “La tecnología es utilizada fuera de la
escuela”.
Mucho de esto se debe a que los docentes no han sido capacitados en su gran mayoría y
los que fueron (si lo fueron) lo fue por profesionales ligados a la informática o la
ingeniería, más que con pedagogos especialistas en uso de tecnologías con fines
educativos.
En los docentes, y también en los capacitadores, suele existir una perspectiva informática
del uso de las tecnologías, y no una perspectiva comunicacional; lo cual ha llevado a
formas de utilización que fomentan el activismo y el aislamiento.
Podemos encontrarnos con diversas posiciones frente a la incorporación de tecnologías en
educación, sostenidas por los docentes o por las escuelas, describiré algunas de ellas:
Los tecnófobos: que reniegan del uso de las tecnologías a veces por miedo, pero más
frecuentemente porque eligen un modelo pedagógico tradicional, que los ubica en un
papel de privilegiados poseedores de los saberes válidos.
Los contenidistas: que hacen de la Informática o de los Saberes tecnológicos una serie de
contenidos o una materia más, aislada del resto de los procesos educativos escolares.
Los informados: que están interesados en estar al día, pero sin cambiar demasiado lo
habitual en los procesos didácticos y sin modificar el eje escolar puesto en la lógica
escritural; por eso, son los que proponen a sus alumnos tareas elementales de
procesamiento de textos, únicamente, o también de datos (por ejemplo, el uso del Excel o
del Word).
Los disciplinadores: que aunque sepan que los niños y jóvenes usan internet y distintos
programas sin la presencia del docente y fuera de la escuela, intentan controlar
“pedagógicamente el uso de tecnologías, haciendo que su “uso educativo” sea más
aburrido y casi ajeno a los estudiantes.
Los funcionales: que usan las computadoras en educación como herramientas y el
paquete Office como verdadero currículum, sin intentar creativamente otro tipo de
estrategias pedagógicas.
Los educadores educandos (para utilizar esa idea de Paulo Freire): que se asumen en la
necesidad de hacer un proceso de aprendizaje permanente de la cultura tecnológica con
una intencionalidad pedagógica; no temen aprender de y con los estudiantes ni temen
“desordenar” los contenidos y estrategias tradicionales al incluirse en un proceso
creativo y productivo.
La pregunta sería: ¿en cuál de estas posiciones nos ubicamos nosotros como futuros
docentes?
Tal vez la clave sea desarrollar ambientes virtuales en los diversos espacios educativos.
Para trabajarlos necesitamos conocer los componentes básicos de cualquier ambiente
virtual: actores, dispositivos y procesos.
Los actores: son quienes interactúan en la comunicación educativa, en el sentido de Freire
dice: un educando-educador con un educador-educando.
Los dispositivos: son los que permiten el trabajo con el conocimiento, tanto en el
procesamiento (Word, Excel, Power Point, etc.) como en la producción de conocimientos
(blog, foro, periódico electrónico, etc.).
Los procesos: entre ellos, las nuevas formas de narrar (tan importantes para la formación
subjetiva), incorporando narrativas lúdicas, ficcionales, etc.; la interacción de los sujetos
con el conocimiento, con el hipertexto y con los otros.
La relevancia política del rol inclusivo de la escuela en torno a la problemática de las TIC
fue explicitada recientemente en el marco de la Nueva Ley de Educación Nacional que
plantea la responsabilidad del Estado Nacional Argentino de “garantizar equidad en el
acceso, ya que de éste dependerán las futuras capacidades de los alumnos, a fin de hacer
un aprovechamiento inteligente de las TIC, ya sea para el acceso a los bienes culturales
como para la adquisición de destrezas para el mundo del trabajo”.
La escuela –afirma el texto– “debe asumir un rol fundamental porque es el espacio donde
todos los niños y niñas, jóvenes y adultos pueden acceder efectivamente a la
alfabetización digital. Así es como fue y sigue siendo una misión de la escuela el ingreso de
los niños a la cultura letrada, hoy debe incorporar el aprendizaje y la utilización de los
nuevos lenguajes digitales”. A través de los artículos 7 y 8, la Ley de Educación Nacional
(Nº 26.206) legisla esta realidad que están viviendo en carne viva los docentes hoy, y
depende de nosotros que esa garantía de equidad y aprovechamiento de las Tic, no se
convierta en una utopía.
CONCLUSION:
No podemos dejar que la escuela siga yendo detrás de la sociedad, hoy es necesario
achicar las brechas entre ESCUELA y SOCIEDAD, para que los futuros ciudadanos (nuestros
futuros alumnos) puedan hacer un verdadero uso inteligente de las TIC, que los guie en el
acceso a bienes culturales para insertarse en el mundo de la información y el trabajo, y no
que “otra vez” seamos los responsables de una utopía que nunca se cumplió.
Como dijo Paulo Freire:
“Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos
siempre”…

También podría gustarte