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En primer término, cabe señalar que el tema controvertido sobre el que gira
la cuestión a resolver es a partir la fecha de la cual corresponde la percepción del beneficio
establecido en la ley 23.848, no si los actores cumplen con los requisitos exigidos por la
legislación vigente para ser considerado “Veterano de la Guerra de Malvinas”, distinción
honorifica que fue reconocida por el Ministerio de Defensa (v. Decreto N° 2634/1990 art. 1°).
Ahora bien, la Ley 23.848 en su art. 1ro. otorga una pensión de guerra, cuyo
monto será equivalente al cien por ciento (100 %) de la remuneración mensual, integrada por
los rubros "sueldos y regas" que percibe el grado de cabo del Ejército Argentino, a los ex-
soldados conscriptos de las fuerzas armadas que hayan estado destinados en el teatro de
Operaciones Malvinas (TOM), o entrado efectivamente en combate en el área del Teatro de
Operaciones del Atlántico Sur (TOAS), y a los civiles que se encontraban cumpliendo
funciones de servicio y/o apoyo en los lugares antes mencionados, entre el 2 de abril y el 14
de junio de 1982, debidamente certificado según lo establecido en el decreto 2634/90. Esta
pensión recibirá anualmente las variaciones que resulten como consecuencia de los aumentos
que la Ley de Presupuesto General de la Nación introduzca en los sueldos y regas del grado
de cabo del Ejército Argentino. (Artículo sustituido por art. 1° de la Ley N° 24.652 B.O.
28/6/1996).
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presuntivo de su fallecimiento, fijado judicialmente, siempre que la solicitud se formule
dentro del año contado desde el deceso o de quedar firme la sentencia que declare el
fallecimiento presunto. Tratándose de incapaces que carezcan de representación se abonarán
desde las fechas indicadas en el párrafo anterior, en tanto que la presentación se produzca
dentro de los TRES (3) meses contados desde la fecha en que quedó firme la sentencia que
designó al representante (artículos 3966 y 3980 del Código Civil).
Ceñida de este modo la cuestión a resolver cabe analizar si el art. 5to del
citado decreto reglamentario exorbitó la potestad reglamentaria, -como lo alega la actora- al
efectuar una distinción entre las pensiones honorificas establecidas en el art. 1 con destino a
los sobrevivientes del conflicto bélico y las pensiones derivadas previstas en el art. 2, a favor
de los derechohabientes o, a falta de estos, de los padres incapacitados para el trabajo y a
cargo del causante a la fecha de su deceso.
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Poder Judicial de la Nación
CAMARA FEDERAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL - SALA 2
Para así decidir, la sentenciante considera que si la intención del legislador fue
establecer un reconocimiento y reivindicación históricos a los combatientes de Malvinas,
“carecería de sentido y hasta resultaría contradictorio que se considerara veterano de guerra a
partir del día de la presentación de la solicitud y no desde el mismo día en que cesó el
conflicto.”
El Alto Tribunal ha destacado en forma reiterada que les está vedado a los
jueces pronunciarse sobre el acierto o el error, el mérito o la conveniencia de las soluciones
legislativas (v. Fallos 322:227), menos aún cuando, como en el caso, no se advierte violación
alguna a la garantía de igualdad ante la ley por tratarse de supuestos diferentes a los que el
legislador les otorgó soluciones también disímiles.
Como bien señala Germán J. Bidart Campos: “La igualdad exige que se
trate del mismo modo a quienes se encuentran en iguales situaciones; implica el derecho a
que no se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a unos de lo que se concede a
otros en iguales circunstancias; la regla no es absoluta, ni obliga al legislador a cerrar los ojos
ante la diversidad de circunstancias, condic iones o diferencias que pueden presentarse a su
consideración” (v. Manual de la Constitución Reformada, EDIAR, T. I pág. 533).
Por último, respecto al agravio vertido por la parte actora en torno a la tasa de
interés dispuesto en la sentencia de grado, la imposibilidad de aplicar mecanismos de
actualización, la depreciación monetaria, sumado ello a la naturaleza alimentaria del crédito
previsional, hace necesario establecer una tasa que compense la falta de uso del dinero, que
atienda la expectativa inflacionaria y asegure al acreedor la integridad de su crédito, lo que
sólo puede satisfacerse medianamente con la tasa activa. Por lo que se propicia la aplicación
de la tasa activa cartera general (préstamos) nominal anual vencida a treinta días que publica
el Banco de la Nación Argentina.
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Por los fundamentos vertidos, propicio: 1) Revocar la sentencia apelada, 2)
Revocar la declaración de inconstitucionalidad del art. 5 del decreto 2634/90; 3) Ordenar la
aplicación de la tasa activa cartera general (préstamos) nominal anual vencida a treinta días
que publica el Banco de la Nación Argentina desde cada suma es debida; 4) Imponer las
costas en el orden causado; 5) Regular los honorarios de la representante legal de la parte
actora en la suma $ 2000.- (pesos dos mil), de conformidad con los arts. 6, 7 y ssgtes. de la
ley 21.839, a los que deberá adicionarse el I.V.A. en caso de corresponder.; 6) Devolver las
presentes actuaciones al juzgado de origen a sus efectos.
El Dr. Emilio Lisandro Fernández no firma por hallarse en uso de licencia (art. 109 RJN)
ANTE MÍ:
AMANDA LUCÍA PAWLOWSKI
Secretaria de Cámara
JSM
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