Está en la página 1de 13

Imperio almohade

Los almohades (en lengua árabe: ‫اﻟﻤﻮَﺣﺪون‬, al-muwaḥḥidun) «los que


‫اﻟﻤﻮﺣﺪون‬
َ
reconocen la unidad de Dios», o Banu ‘Abd al-Mu'min4 (en árabe: ‫ﺑﻨﻮ ﻋﺒﺪ‬
Al-Muwaḥḥidūn
‫ )اﻟﻤﺆﻣﻦ‬fueron una dinastía bereber marroquí,5 que dominaron el norte de
Imperio almohade
África y el sur de la península ibérica desde 1147 a 1269.


Los almohades surgieron en el actual Marruecos en el siglo XII, como
reacción a la apertura religiosa de los almorávides, que se habían hecho →
dueños del Magreb, pero habían fracasado en su intento de revigorizar los →
estados musulmanes y tampoco habían ayudado a detener el avance de los →
← 1121-
estados cristianos en la península ibérica. Muhámmad ibn Túmart fundó un →
← 1269
movimiento religioso con el apoyo de un grupo de tribusbereberes del Alto →
Atlas de Marruecos6 7 (principalmente masmuda), organizando el →
derrocamiento de los almorávides, de origen cenhegí. Posteriormente, Abd

al-Mumin y su familia, bereberes cenetes, tomaron el control y eliminaron
a los ziríes y hammadíes del Magreb central y oriental. Los almohades
fueron derrocados por las dinastías bereberes de los meriníes, los ziyánidas
y los háfsidas del Magreb.

Su historia se compone de tres fases principales: una de expansión (1117-


1163) que duró hasta la muerte del primer califa; otra de apogeo (1163-
1199); y una tercera de decadencia (1199-1268) hasta su desaparición,
8
primero en al-Ándalus (1229) y luego en el Magreb (1268).

Después de dominar el norte de África, enfrentando a la confederación de


tribus bereberes de los masmuda con los lamtunas almorávides,
desembarcaron desde 1145 en la península ibérica y trataron de unificar las
taifas utilizando como elemento de propaganda la resistencia frente a los
cristianos y la defensa de la pureza islámica. Por eso su yihad se dirigió por
igual contra cristianos y musulmanes. En poco más de treinta años, los
El Imperio almohade a finales del sigloXII y principios delXIII
almohades lograron forjar un poderoso imperio que se extendía desde
Santarém, en el actual Portugal, hasta Trípoli en la actual Libia, incluyendo Capital Tinmel (1121-1147)1
todo el norte de África y la mitad sur de la península ibérica, y Marrakech (1147-1269)2
consiguieron parar el avance cristiano cuando derrotaron a las tropas
castellanas en 1195 en la batalla de Alarcos. Idioma oficial Árabe
Bereber septentrional

Otros idiomas Mozárabe


Índice
Religión Islam suní
Historia
Orígenes Gobierno Monarquía
Luchas contra los almorávides
Califa
Expansión por la península ibérica
Conquista del Magreb central y oriental • 1121-1130 Abd al-Mu'min
Apuros en al-Ándalus y revueltas en el Magreb • 1266-1269 Abu Dabús
Revueltas en Ifriqiya y enfrentamiento con los Banu Ganiya
Período histórico Edad Media
Resistencia y descalabro en al-Ándalus
• 1121
Apogeo
La amenaza cristiana de al-Ándalus • 1269
Decadencia Superficie 1 621 393 km²
Luchas por el poder y califas efímeros

3
El final Moneda Dinar3
Economía y comercio
El arte almohade
Véase también
Notas
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Historia

Orígenes
Muhámmad ibn Túmart,9 fundador del movimiento fundamentalista, fue proclamado por sus seguidores mahdi («el [imam] guiado»),
creencia de raíz ideológica chiita aunque también aceptada por el sunnismo, y llamó a todos los musulmanes a retornar a las fuentes primeras
de su fe, es decir, el Corán.10 Fundamentalmente, su movimiento era puritano y reaccionario, hacía hincapié en el carácter único e incorpóreo
de Dios y abogaba por el cumplimiento estricto de las normas islámicas.11 Siguiendo estos principios radicales, él y sus partidarios se
enfrentaron con los almorávides, que habían impuesto una rígida ortodoxia malikí, pero que apenas habían transformado las costumbres
populares poco acordes con el Corán. Si bien fue Ibn Túmart el que creó la doctrina que otorgó cohesión y fundamento al nuevo movimiento
político y religioso, fue su seguidor y sucesor al frente de este, Abd al-Mumin el que aportó el genio militar para convertirlo en un gran
imperio que dominó el Magreb y al-Ándalus.12

Expulsado de Marrakech en el 1120 por las autoridades almorávides con las que se había enfrentado a pesar de las escasas diferencias
doctrinales que tenía con estas, Ibn Túmart se instaló en su región natal del Sus.13 Allí predicó contra los almorávides y, a finales del 1121,
sus seguidores lo reconocieron como mahdi.14 Poco después se trasladó a Tinmal, donde tuvo que repeler sucesivas campañas
almorávides.14 Su movimiento fue extendiéndose por las montañas, si bien no logró conquistar la cercana capital almorávide, que atacó en el
1129-1130.14 15 Poco después de esta derrota,15 en agosto del 1130, falleció Ibn Túmart, y le sucedió al frente del movimiento Abd al-
Mumin.16 17 Este tuvo complicado hacerse aceptar por todos los seguidores del difunto y solo lo logró en el 1133.17 Durante este tiempo, se
ocultó el fallecimiento del fundador del movimiento almohade.18 Para entonces, los almohades se habían apoderado ya de parte del Alto
Atlas.15

Luchas contra los almorávides


En el 1132, Abd al-Mumin dirigió su primera campaña militar, contra las tribus de la región del río Draa, al sur del Gran Atlas.19 Aunque se
desconoce su resultado, se sabe que a su regreso a Tinmel se lo proclamó califa.19 Los primeros años de su reinado fueron de redoblamiento
de las correrías contra los almorávides.15

A continuación tuvo lugar la larga campaña de siete años (1139-1146) que concluyó con la derrota total de los almorávides.20 21 La primera
derrota de estos les privó de casi toda la Tadla.22 Incluso algunos grupos de Cenhegíes de la montaña se pasaron a las filas almohades.22
Hacia el 1140 y tras varias campañas con suerte diversa, los almohades consiguieron apoderarse del alto Sus.20 Hasta entonces los choques
no dejaron un claro vencedor: mientras que los almohades se extendían sin freno por las montañas, los almorávides seguían controlando las
llanuras.21 La lucha contra los almohades quedó a partir del 1139 en manos del nuevo heredero al trono almorávide, Tasufín ben Alí ben
Yúsef, que había descollado en la lid contra los cristianos de la península ibérica y había sustituido como tal a su hermano Sir, fallecido.23
Por entonces, sin embargo, los almorávides perdieron el control del alto Sus.20 Manteniéndose en las montañas, los almohades avanzaron por
los valles del Atlas medio y lo sometieron hasta la línea del Muluya.22 A finales del 1141, en las sucesivas campañas habían dominado el
Atlas medio y gran parte de la zona de los oasis, incluido Tafilalet.22 Los almorávides perdieron el contacto con su región de origen, el
Sahara.22 Hacia el 1142-1143, los almohades alcanzaron los alrededores de Tremecén, en donde se les unió la tribu Kumiya, a la que
pertenecía Abd al-Mumin.21 En el 1142, se apoderaron de gran parte del Marruecos septentrional montañoso, aunque sin infligir grandes
derrotas al enemigo.24 El año decisivo de la contienda fue el de 1145.15 En febrero de ese año, murió defendiendo Orán Ben Alí; los
almohades conquistaron inmediatamente la ciudad.21 25 Luego hicieron lo mismo con Uchda y Guercif.25 Seguidamente, el califa se volvió
hacia Marruecos para conquistar por fin las ciudades de las llanuras.21 Cayeron en sus manos Fez, Mequinez, Salé y Ceuta en mayo del

25
1146.25 El almirante de la flota enemiga se pasó a
sus filas.25 En junio comenzó el asedio a
Marrakech, que fue tomada por los almohades el
24 de marzo de 1147.21 25 El emir almorávide
pereció en los combates.25 El resto del año Abd
al-Mumin se dedicó a purificar la ciudad y aplastar
una revuelta en el Sus, aunque no dejó de enviar un
pequeño contingente a al-Ándalus, donde los
Estados cristianos estaban realizando importantes
conquistas.21

Mientras se verificaba el sitio de Marrakech, los


almohades perdieron varias importantes ciudades
(Ceuta, Tánger, Salé y Algeciras),
fundamentalmente por alzamientos contra ellos.25
Entre mayo y junio del 1148, sin embargo,
aplastaron a los rebeldes y recuperaron las
plazas.25 Estas victoria les dejó expedito el paso a Fases de la expansión almohade.
la península ibérica.25

Expansión por la península ibérica


La petición de auxilio del señor de la Taifa de Mértola, Ibn Qasi en septiembre-octubre del
1145 impelió al califa a enviar un primer contingente militar a al-Ándalus en la primavera del
año siguiente.25 Alfonso VII de León, que a la sazón sitiaba a un general almorávide en
Córdoba, abandonó el cerco al conocer la noticia en mayo.25 También durante la primavera
el almirante de la flota almorávide, que se acababa de pasar a las filas almohades, sometió a
Cádiz a la autoridad del califa.25 Al tiempo que acaecía el largo asedio de Marrakech, varios
señores andalusíes más aceptaron la autoridad del califa almohade, lo que luego facilitó la
conquista de la península.27
La capital del al-Ándalus almohade
El enviado del califa, un antiguo almorávide, pasó en la primavera del 1147 a la península fue Sevilla. A la izquierda de la
imagen, la Torre del Oro, fortificación
ibérica donde, cooperando con las fuerzas Ibn Qasi, que se había alzado contra los
albarrana cuyo primer cuerpo es una
almorávides, consiguió someter Jerez, Niebla, Mértola y Silves en el Algarve, Beja y
construcción almohade de1221.26
Badajoz.28 27 En enero del 1148, las fuerzas almohades y sus coligados conquistaron
Sevilla.29 27 Los almorávides se encastillaron en Carmona.27 Una gran rebelión de las
tribus del Sus y del Atlas occidental, que se extendió a Ceuta, Tánger y Siyilmasa, detuvo temporalmente la expansión.29 30 No solo gran
parte del Magreb marroquí se alzó contra el califa, sino que también lo hicieron los territorios andalusíes que se le habían sometido, salvo
Ronda y Jerez.30 El acoso de Alfonso VII al general almorávide Yahya ibn Ganiya, al que hizo pagar tributo, impelió a este a acordarse con
los almohades.30 A cambio de su auxilio, les cedió Córdoba y Carmona.30 Alfonso intentó nuevamente conquistar Córdoba, pero la llegada
30
de socorros venidos del Magreb, de Niebla, Ronda y Jerez le hicieron cejar en la empresa y retirarse.

En mayo y a pesar del sostén ofrecido a los rebeldes por el gobernador almorávide de Córdoba, el califa logró sofocar el levantamiento.29 En
el 1150, la autoridad califal fue reconocida por los señores de Ronda, Jerez, Badajoz, Tavira, Beja, Évora y Niebla.30 Abd al-Mumin ordenó
después una depuración de la administración para eliminar los abusos, pero también una gran purga de las tribus en la que perecieron unas
treinta mil personas, tenidas por desafectas.29 En el 1153, los almohades se apoderaron de Málaga; en los años siguientes, de Granada; en
1157, de Almería y en 1157-1158, dominaron completamente el Algarve.31 Al tiempo, los Estados cristianos peninsulares aprovecharon la
contienda para extenderse hacia el sur, y conquistaron importantes plazas como Lisboa, Lérida o Tortosa.31 La ardua conquista andalusí
quedó en todo caso en manos de generales y gobernadores, mientras el califa se dedicaba a sojuzgar el Magreb.32 La capital del al-Ándalus
almohade fue Sevilla y en tiempos de la expansión por el Magreb oriental el gobernador de los territorios peninsulares era el hijo y sucesor del
califa, Abu Yaqub.32
A finales de la década de 1150 (1157-1160), los almohades sufrieron otra serie de graves reveses en al-Ándalus: los rebeldes dominaban
Carmona, Écija, Úbeda, Baza, Jaén y sitiaban Córdoba.33 Los apuros en al-Ándalus y, en especial, la amenaza a Sevilla, hicieron que en el
1160 Abu Yaqub solicitase con urgencia el socorro de su padre, que comenzó al punto los preparativos para una gran campaña en la península,
que finalmente no pudo llevar a cabo pues falleció.34 Los almohades, enfrascados en el sometimiento de los territorios andalusíes, tardaron
varias décadas desde su primera aparición en la península en enfrentarse a los Estados cristianos del norte, pese a la grave crisis en la que se
hallaban sumidos estos tras el fallecimiento de Alfonso VII de León y la división que este ordenó en su testamento de León y Castilla.35 La
1 36
primera gran campaña almohade contra los Estados septentrionales se verificó en el174.

Conquista del Magreb central y oriental


Dominado ya casi al-Ándalus, Abd al-Mumin emprendió dos campañas en las que
conquistó el resto del Magreb que aún no estaba en su poder.12 La primera la realizó
en el 1152-1153 contra los hamadíes, de cuyo territorio se apoderó.12 Argel, Bugía,
Constantina y Bona, entre otras localidades, cayeron en sus manos, sin apenas tener que
combatir.37 Cuando la zona parecía controlada, sin embargo, se rebelaron algunas
tribus cenhegíes y árabes, a las que el califa derrotó, asegurando así el dominio de la
región.38

En el 1153-1155, Abd al-Mumin proclamó a su hijo sucesor,39 lo que precipitó el


levantamiento de diversos grupos contra este intento de fundar una dinastía.40 Abd al-
Mumin aplastó a los rebeldes con la ayuda de los grupos árabes recién sometidos.40 Mezquita Kutubía de Marrakech, capital
Derrotó a las cinco tribus que habían constituido hasta entonces el núcleo del del Imperio almohade.
movimiento: la Hintata, Tinmal, Ganfisa Gadmiwa y Harwa.41 Los jeques masmudíes,
tan importantes en los primeros tiempos del movimiento, quedaron relegados a un
39 aunque recobraron parte de su poder después, con
segundo plano durante el reinado de los primeros califas de la dinastía de Abd al-Mumin,
la crisis del Estado.42 Arrumbados los masmudíes, Abd al-Mumin se sostuvo gracias al respaldo de su propia tribu, la Kumiya,43 y de los
grupos árabes.44 Creó además un nutrido grupo de funcionarios menores, los hafices, fundamentalmente de origen árabe y versados en la
doctrina almohade, que sustituyeron a los jefes bereberes en la nueva administración estatal.45 A partir de entonces comenzó además a
46
entregar gobiernos provinciales a algunos de sus hijos, en general acompañados de algún notable almohade.

En la siguiente campaña por la región, acometida en el 1159-1160, se adueñó de Ifriqiya, alcanzó Trípoli y eliminó la presencia cristiana en la
zona, que había expulsado de ella a los ziríes y se había extendido por la costa.47 48 Arrebató a Roger II de Sicilia la ciudad de Mahdía, que
este había conquistado en el 1147-1148, el 21 de enero de 1160.49 50 Aprovechó estas conquistas para añadir a sus fuerzas soldados de las
tribus árabes que habitaban la región desde el siglo anterior.51 La amenaza normanda en la zona fue la que llevó al soberano almohade a
partir de Marrakech para acometer una ofensiva en ella.52

Apuros en al-Ándalus y revueltas en el Magreb


En noviembre del 1160, el califa pasó a al-Ándalus para
Califas almohades
coordinar con sus lugartenientes la gran campaña de
sumisión del territorio.53 Sus fuerzas recuperaron Ibn Túmart (1121-1130) (fundador)
Carmona tras ardua campaña en el 1161.53 El califa Abd al-Mumin (1130-1163)
pasó dos meses en la península, organizando su Abu Yaqub Yúsuf (1163-1184)
gobierno, antes de regresar al Magreb en enero del Abu Yúsuf Yaqub al-Mansur (1184-1199)
Muhámmad an-Násir (1199-1213)
1161.54 Si a finales del 1161 los almohades
Abu Yaqub Yúsuf II al-Mustánsir (1213-1224)
recuperaron Carmona, al año siguiente perdieron
Abu Muhámmad al-Majlú (1224)
Granada, entregada por uno sus habitantes judíos a sus
Abu Muhámmad al-Ádil (1124-1227)
enemigos debido al descontento que cundía entre la Yahya al-Mutásim (1227-1235)
población hebrea por la conversión forzosa al islam que Al-Mamun (1229-1232)
habían impuesto los magrebíes.55 Los andalusíes Ar-Rashid (1232-1242)
derrotaron en sus alrededores a las fuerzas que As-Saíd (1242-1248)
acudieron para recuperar la plaza, pero la perdieron ante Al-Murtada (1248-1266)
un gran ejército enviado con el mismo fin en julio.56 Abu Dabús (1266-1269)
Abd al-Wáhid al-Mutásim (1269) nota 1
En el oeste, los portugueses se apoderaron durante Ishaq ibn Ishaq (1269-1275/1276) nota 2
cuatro meses de Beja, que tuvieron que evacuar en abril
del 1163, tras arrasarla.57

La principal tarea del califa en el 1162 fue preparar la gran expedición que pensaba acometer en la primavera del año siguiente, y para la que
reunió una gran flota.57 Abd al-Mumin falleció en Salé en mayo del 1163,57 cuando aprestaba tropas para realizar una campaña en la
península ibérica.58 Poco antes había decidido cambiar de heredero: Muhámmad, tenido por disoluto, dejó el puesto a su hermano Abu
Yaacub Yúsuf, que había acudido a Marrakech.59 60 Otros dos hermanos, señores de Fez y Bugía, descontentos con la decisión, murieron
poco después.59 61

Abu Yaacub Yúsuf heredó el trono, pero tuvo dificultades para sostenerse en él, y tuvo que afrontar levantamientos de los Gumara (en torno a
Ceuta, en el 1167) y estabilizar la situación en al-Ándalus.62 Únicamente superados estos apuros asumió el título de amir al-mu'minin, en el
1168.63 64 En 1165 y tras aplastar una revuelta bereber en su contra, pudo enviar tropas a la península ibérica, que obtuvieron una serie de
victorias.65 Vencieron a una hueste cristiana que trató de hacerles frente venida de Santarém y arrebataron varias importantes posiciones
66 Seguidamente,
(Andújar, Vélez Rubio) a Muhámmad ibn Mardanís, que tuvo que reducir el hostigamiento al que tenía sometida a Córdoba.
lo batieron cerca de Murcia a mediados de octubre.66 Incapaces de reducir la plaza, las fuerzas almohades talaron los alrededores y se
retiraron.67 Las incursiones de Ibn Mardanís continuaron.67 En el 1166-1167 los bereberes gumara se alzaron contra el emir entre Ceuta y
Alcazarquivir; la revuelta fue aplastada en el verano del 167.68

En al-Ándalus, en septiembre de ese año, los almohades se apoderaron de Tavira, que se había mantenido en rebeldía desde 1151.64 Los
avances portugueses entre 1165 y 1169 (conquista de Trujillo, Cáceres y Évora [1165]; de Badajoz [1169]) hicieron que Fernando II de León
se coligase con los almohades y los ayudase a recuperar Badajoz.69 Poco después y para asegurarse posibles conquistas en Extremadura, el
rey leonés fundó la Orden de Santiago, a la que concedió tierras en el norte de la región.69 Más al oeste, los castellanos continuaban con sus
correrías y en el 1170 talaron las tierras de Ronday Algeciras.64

En junio del 1169, un ultimátum almohade a los señores andalusíes para que se sometiesen definitivamente al califa no logró convencer a Ibn
Mardanís, pero sí a su suegro y hasta entonces aliado, Ibrahim ibn Hamushk, señor de Jaén con el que las relaciones se habían agriado.70 Ibn
Hamushk siguió apretando Córdoba y, desde el cambio de su suegro, también Jaén, que los almohades tuvieron dificultades en defender.70
Ese mismo año, el califa se reunió con sus gobernadores andalusíes para preparar por fin una campaña dirigida en persona por el califa en la
península.71 La larga enfermedad, de septiembre de ese año a noviembre del siguiente, le impidió hacerlo como estaba previsto, por lo que
delegó el mando de algunas fuerzas en uno de sus jeques, que pasó a la península en julio del 1170, socorrió Badajoz y luego acudió a
enfrentarse a Ibn Mardanís en la primavera del 1171.72 Los almohades tomaron Quesada y volvieron ante Murcia.72 Al poco Lorca, Baza,
Elche, Almería y Alcira se rebelaron contra Ibn Mardanís y se entregaron a los almohades.72 La llegada de un nuevo ejército almohade el 8
de junio, esta vez al mando del mismísimo califa, desbarató los intentos de Ibn Mardanís y su hermano —señor de Valencia— de recuperar
Alcira.73

En el 1171 Abu Yaacub Yúsuf regresó a al-Ándalus, donde permaneció hasta en 1176; durante su estancia emprendió varias campañas de
escaso éxito.74 En la primera, realizada en julio del 1171, parte del ejército corrió las tierras toledanas, mientras el califa y el grueso de sus
huestes permanecían en Córdoba.75 En septiembre volvió a Sevilla, donde se encargó de atender los asuntos gubernamentales andalusíes.75
Mientras, uno de sus hermanos continuaba el acoso a Ibn Mardanís.75 Este, abandonado de todos, accedió a someterse al califa, pero murió
antes de poder hacerlo, en marzo del 1172.76 Sus familiares, que en el último momento se habían alzado contra él, se reconciliaron con los
almohades y recuperaron parte de sus señoríos (Valencia, Denia, Játiva o Alcira).76 Abu Yaacub Yúsuf, sin embargo, asentó a parte de sus
tropas, tanto bereberes como árabes, en la región.76

Sometido el Levante, el ejército almohade se volvió contra los castellanos, que oficialmente estaban en paz con el califa, pero que
privadamente habían combatido como mercenarios a sueldo de Ibn Mardanís.77 Pese a la conquista de Vilches y Alcaraz a finales de junio
del 1172, la campaña no tuvo excesivo éxito.77 Tras cruzar la frontera castellana, el ejército sitió infructuosamente Huete durante diez días en
julio, con notable desinterés del califa por la suerte de los combates.78 Abandonado el asedio,79 el ejército partió a socorrer Cuenca, cercada
por los cristianos desde hacía cinco meses, y logró desbaratar el cerco.80 A finales de mes comenzó la precaria retirada, mal preparada, por el
81
Levante y a comienzos de septiembre estaba de vuelta en Sevilla.

En el 1173 los almohades abordaron sendas incursiones contra Talavera y Toledo, recuperaron Beja de manos de los portugueses, que la
habían incendiado, y firmaron una tregua con Portugal y Castilla.82 Entre 1174 y 1178, los almohades estuvieron en guerra con los
leoneses.82 En 1174, despojaron a los leoneses de Alcántara y de gran parte de los territorios al sur del Sistema Central y asediaron en vano
Ciudad Rodrigo.36
En el 1176 el califa retornó al Magreb, azotado por una epidemia de peste que se extendió a al-Ándalus.82 Al año siguiente los castellanos
atacaron Cuenca y los almohades, Talavera.82 Cuenca cayó tras nueve meses de asedio,36 en octubre.82 Al caducar la tregua, Alfonso I de
Portugal ordenó incursiones en tierras de Arcos y Jerez en el 1177 y Sevilla y el Bajo Guadalquivir al año siguiente.82 Los combates,
encarnizados, se extendieron alAlgarve.82

Revueltas en Ifriqiya y enfrentamiento con los Banu Ganiya


Abu Ya'qub Yúsuf también tuvo que realizar una campaña por Ifriqiya que, al ser una provincia lejana,
tendía a la rebeldía.84 82 En efecto, la provincia fue un foco continuo de problemas para el imperio
por su lejanía del centro político y acabó con el tiempo en manos de una dinastía local, los hafsíes.85
En el 1180, una nueva rebelión en Gafsa en la que murió el gobernador almohade desencadenó otra
intervención del califa.86 Tras esta campaña, de escaso éxito pues muchas tribus continuaron
hostigando a los almohades, nuevos contingentes árabes pasaron al Magreb occidental, para participar
en la guerra santa en la península ibérica.87

A finales de septiembre del 1183, comenzaron a reunirse las huestes que debían pasar a la península
ibérica para detener los avances portugueses.88 En mayo del 1184 el ejército cruzó el estrecho.88 Abu
Yaqub Yúsuf falleció en julio, en medio de la intervención en al-Ándalus —pereció en el cerco de
Santarém—,74 y le sucedió su hijo, Abu Yúsuf Yaqub al-Mansur.89 90 91 La proclamación de este
como soberano y califa aconteció en Sevilla,92 y luego se confirmó en Marrakech, sin oposición
alguna.89 Hombre piadoso, más inclinado a la escuela zahirí que a la predominante malikí, fue
perdiendo la devoción por el fundador del movimiento almohade, tendencia que culminó luego en su
hijo, que abandonó el credo de Ibn Túmart.93 Su religiosidad le hizo perseguir la filosofía y la lógica y
ordenar la destrucción de las obras dedicadas a estas materias.94 Al final de su reinado obligó además
94 nota 3
a los judíos a vestir de manera especial, para que se los distinguiese.

Al-Mansur puso fin inmediatamente a la campaña militar y regresó con el ejército al Magreb.89 Como
habían hecho su padre y su abuelo, siguió incorporando contingentes árabes al ejército y, como había
hecho ya su padre, incluyó también soldados de origen turco.89 Con este soberano el imperio alcanzó
su apogeo, si bien el reinado estuvo cuajado de problemas, principalmente la crisis en al-Ándalus y la
rebelión de Ifriqiya, fomentada por los Banu Ganiya.95 96 Estos últimos eran descendientes de los
desaparecidos soberanos almorávides.97 98 Los problemas magrebíes hicieron que, pese a los apuros
que pasaban sus partidarios andalusíes por las acometidas portuguesas y castellanas, el califa no
pudiese pasar a la península hasta el 1 90.96

El 22 de mayo de 1185, Ali ibn Ishaq ibn Ganiya tomó Bugía.99 98 Por la misma época, Qaraqus, un
soldado mameluco de un sobrino de Saladino, se apoderó del Fezán y luego del Yebel Nefusa.97
Ambos unieron fuerzas contra los almohades.100 101 Con ayuda de algunas tribus árabes, los Banu
Ganiya se hicieron luego con Argel, Asir, Miliana y Qal'a.100 98 Perdieron Bugía a los siete meses de
conquistarla,98 recuperada por una flota almohade pero, junto con Qaraqus, conquistaron otras plazas:
Gabes, Gafsa.102 Qaraqus conquistó Trípoli.103 101 La Giralda de Sevilla en
época almohade, según una
Para acabar con la rebelión, al-Mansur partió hacia la provincia desde la capital imperial el 17 de lámina de Alejandro
Guichot. Las obras de
diciembre de 1186.104 101 Parte del ejército resultó vencido en junio del 1187 cerca de Gafsa.105 El
construcción las ordenó el
califa a continuación batió a los enemigos el 14 de octubre, cerca de Gabes.106 A continuación, fue
califa Abu Yaqub Yúsuf, que
sometiendo todas las ciudades de la región que estaban en poder de la liga enemiga.107 101 El éxito de había sido gobernador de la
la campaña fue, no obstante, temporal, y no acabó con las acciones enemigas, que continuaron.108 A ciudad antes de alcanzar el
finales de la década del 1190, la región se hallaba nuevamente en rebelión y en parte en poder de los trono, poco antes de morir,
Banu Ganiya, Qaraqus y sus aliados árabes.108 109 en el 1184 y se acometieron
en el reinado de su hijo y
El califa tuvo que apresurarse a volver al Magreb occidental en el 1188 pues dos de sus tíos y un sucedor, Abu Yúsuf Yaqub
hermano habían aprovechado su ausencia para conspirar contra él.101 La confabulación, sin embargo, al-Mansur.83
fracasó, y los tres cabecillas murieron.101 Concluida la campaña en el este, el soberano almohade
hubo de aprestarse a pasar a al-Ándalus para hacer frente a las incursiones portuguesas y castellanas,
cada vez más graves.101 El 3 de septiembre del 1189 y tras cuatro meses de asedio, Sancho I de Portugal y una flota cruzada conquistaron
Silves.101 Por su parte, Alfonso VIII de Castillaseguía con sus cabalgadas por el sur peninsular y en junio del 1190 se adueñó de Magacela y
luego de Calasparra.110

Resistencia y descalabro en al-Ándalus


Tras las campañas en el Magreb, el califa pudo pasar por fin a al-Ándalus en la primavera del 1190.96 101 Firmó una tregua con los
castellanos y, al tener una vigente con los leoneses, se dedicó a combatir a los portugueses.111 Envió fuerzas a correr las tierras de Silves y
Évora mientras que, con el grueso del ejército, marchó a tomar Torres Novas.111 Luego sufrió una leve derrota en Tomar y volvió a Sevilla a
finales de junio.111 En abril del 1191 partió a recobrar Alcácer do Sal, que conquistó en junio.111 Tras desmantelar una serie de castillos
portugueses (Palmada, Coina y Almada) cercó Silves, que cayó en su poder a finales del mismo mes de junio.111 Los portugueses se
avinieron entonces a firmar una tregua.111 En octubre del 1191 y tras firmar treguas, que debían durar hasta el 1195, con castellanos y
leoneses, volvió al Magreb.96

Abu Yúsuf Ya'qub retornó a la península ibérica en junio del 1195, porque había caducado la tregua firmada con los castellanos y estos habían
retomado con decisión sus incursiones.109 Infligió a los cristianos una aplastante derrota en la batalla de Alarcos el 18 de julio; el rey
castellano no esperó a los refuerzos navarros y leoneses prometidos, atacó a los musulmanes y resultó derrotado.92 96 79 Las fuerzas
almohades se apoderaron de Alarcos y de una serie de plazas cercanas.112 nota 4 El califa se negó a hacer la paz con los castellanos, y realizó
aceifas contra ellos en 1196 y 1197.113 79 Contó con la colaboración de los leoneses y con los ataques simultáneos de Navarra y Aragón
contra Alfonso.112 79 En la primera campaña, tomó Montánchez, ocupó Trujillo y Santa Cruz y rindió Plasencia.112 79 No pudo, sin
embargo, tomar Talavera, Maqueda ni Toledo.93 En el 1197 realizó una cabalgada similar, aunque algo más extensa (llegó a pasar por las
tierras de Madrid, Alcalá de Henares, Guadalajara, Huete, Cuenca y Alarcón, antes de retornar por Jaén).93 79 Las incursiones almohades
sirvieron principalmente para eliminar los puestos avanzados castellanos en La Mancha, ya que en el Tajo se les resistieron muchas plazas.79
La actividad de los Banu Ganiya le impelió finalmente a pactar con los castellanos, aunque no con los leoneses, abandonar la campañas y
volver a Sevilla.114 De allí pasó de nuevo al Magreb en abril del 1198, ya enfermo, donde murió en enero del año siguiente.92 Ascendió al
trono califal su hijo Muhámmad an-Násir.92

Durante el reinado de este, quedó patente la incapacidad almohade para enfrentarse a la vez a los Estados cristianos peninsulares, a sus rivales
magrebíes y a las revueltas en su territorio.92 En el 1200, en Ifriquiya los almohades solo conservaban Túnez y Constantina, el resto del
territorio había quedado sometido a los Banu Ganiya, que vencieron a las fuerzas del califa en varias ocasiones.94 Para resolver el problema,
las autoridades del califato decidieron atacar el territorio balear del enemigo: en el verano del 1202 enviaron una flota desde Denia que se hizo
con Ibiza; al año siguiente, conquistaron Mallorca.115 Esto no desanimó a los Banu Ganiya, que continuaron sus avances en el Magreb
oriental: en diciembre del 1203, despojaron a los almohades de Túnez.116 En febrero del 1205 el califa partió al frente de un ejército que
infligió una grave derrota a Yahya ibn Ganiya en octubre; este tuvo que abandonar Túnez y otras ciudades y concentrar sus fuerzas en la
defensa de Mahdía que, pese a todo, perdió el enero del 1206.116 El nuevo gobernador almohade, al que se le concedieron amplísimos
hafsí que luego se hizo con el poder en la región.116
poderes para acabar con los restos de los Banu Ganiya, fue el antepasado de la dinastía

En la península las treguas se respetaron fundamentalmente hasta finales de la primera década del siglo XIII. En mayo del 1211 el califa pasó a
Sevilla y fue debelado al año siguiente en la batalla de Las Navas de Tolosa por una amplia coalición cristiana.117 118 Esta derrota marcó la
extensión de la debilidad en el califato.92 A los cristianos, les permitió retomar la repoblación de la submeseta sur, encargada, al igual que la
defensa de la zona, a las órdenes militares.119 nota 5 La victoria cristiana no tuvo grandes efectos inmediatos, no obstante, debido a la crisis en
la que se sumieron Castilla y Aragón casi de inmediato, con la muerte de sus reyes y el advenimiento de menores de edad.121 nota 6
Muhámmad an-Násir volvió enseguida al Magreb tras el descalabro,122 se encerró en el alcázar real y fue asesinado en él por sus cortesanos a
finales de diciembre del 1213.123 Le sucedió un hijo de corta edad, Abu Yaqub Yúsuf II al-Mustánsir, que hubo de hacer frente a la pujante
amenaza bereber de losbenimerines.123

Apogeo
Abu Abdal·lah ibn Túmart había nacido en una tribu bereber, en el noroeste de Marruecos, en un ambiente muy austero donde destacó por su
capacidad de estudio. Hacia los 18 años, emprendió un largo viaje de quince años por el mundo árabe que lo llevó a Córdoba, La Meca,
Damasco y Bagdad entre otras grandes ciudades. De regreso a su ciudad natal de Sus, emprendió un movimiento de reforma religiosa apoyado
en tres grandes pilares, y que sintetiza de manera original un gran número de influencias recibidas en el periodo anterior. Estos tres pilares
son:
La necesidad de desarrollar la ciencia y el saber para consolidar la fe
La existencia de Dios, que le parece indudable y se percibe a través de la razón
La absoluta unidad de Alá, radicalmente distinto de cualquiera de sus criaturas. Criticará la costumbre típica del islam
occidental de asociar lo divino con lo terreno, dotando a Alá de atributos antropomórficos. Dios es un ente puro, casi
abstracto, sin ningún atributo que lo acerque a nuestra realidad. Esta unicidad absoluta se reflejaba también en su manera
de entender la comunidad islámica, que debía estar dirigida por un imam, con carácter de guía y modelo, a quien todos
deben obedecer e imitar.
A pesar de los esfuerzos de los gobernantes, la dinastía almohade tuvo problemas desde un principio para dominar todo el territorio de al-
Ándalus, en especial Granada y Levante, donde resistió durante muchos años el famoso Rey Lobo, con apoyo cristiano. Por otro lado, algunas
de sus posturas más radicales fueron mal recibidas por la población musulmana de España, ajena a muchas tradicionesbereberes. A principios
del siglo XIII había conseguido alcanzar su máxima expansión territorial con la sumisión del actual territorio tunecino y la conquista de las
Baleares.

La amenaza cristiana de al-Ándalus


Poco después, la victoria cristiana en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212) marca el comienzo del fin de la dinastía almohade, no sólo por
el resultado del encuentro en sí mismo, sino por la subsiguiente muerte del califa al-Násir y las luchas sucesorias que se produjeron y que
hundieron el califato en el caos político.

En 1216-1217, los Benimerines se enfrentan a los almohades en Fez. En 1227 Ibn Hud se proclama emir de Murcia, alzándose frente a los
almohades. En 1229 se independizan losHafsíes de Túnez. En 1232 Muhámmad I de Granada, conocido como al-Ahmar se proclama emir en
Arjona, Jaén, Guadix y Baza. En 1237 es reconocido como emir en Granada. Un ejército formado por fuerzas de las Órdenes Militares y del
obispo de Plasencia puso sitio a la ciudad de Trujillo. Muhámmad ibn Hud acudió a la petición de socorro, pero se retiró sin hostigar a los
sitiadores. La ciudad fue conquistada el25 de enero de 1232.124

Decadencia
El principio de la herencia dinástica desagradó a los jefes tribales, a los jeques (del árabe
sheij o šayḫ, ‫)ﺷﻴﺦ‬. Después de una grave derrota cerca de Túnez en 1187, el emir debió
aliarse con Saladino.

Los reinos cristianos de la península ibérica (Castilla, Aragón y Navarra y, en menor medida,
Portugal y León) se organizaron para emprender una nueva ofensiva de Reconquista;
arrumbaron sus disputas internas e infligieron a an-Násir la aplastante derrota de Las Navas
de Tolosa (16 de julio de 1212).125 El califa fue asesinado por sus cortesanos un año
después, en 1213, y le sucedió su hijo Abu Yaqub II al-Mustansir, que logró apaciguar la
situación y al que se considera como el último gran soberano del imperio.125 En realidad,
carecía de poder, no abandonó la capital salvo para visitar la tumba de Ibn Túmart y dejó la
gestión del Estado en manos de sus tíos, tíos abuelos y algunos notables almohades,
dedicados más a intrigar que a afrontar la grave crisis del califato.126 Al-Mustánsir relevó a
diversos gobernadores andalusíes y firmó treguas con los castellanos en 1214 y 1221; el reino
cristiano pasaba por entonces por la minoría de dos reyes (Enrique I y Fernando III.127 128
Las treguas en realidad solo se respetaban en parte.128 Tuvo que aplastar revueltas bereberes
en el 1215 y el 1221 y enfrentarse a los Banu Ganiya en los límites de Ifriqiya.129 La
principal amenaza para la dinastía, sin embargo, provino de los benimerines, bereberes
cenetes que en el 1216 derrotaron al gobernador de Fez y en el 1217 al de Taza.129 Fueron
extendiendo su autoridad por las zonas rurales y a cobrar tributos a algunas ciudades (Fez,
Los almohades se caracterizaron por
Mequinez, Rabat).129
una arquitectura de estilo militar. Un
Falleció en 1224, poco antes de la reanudación de las incursiones castellanas en al- ejemplo es la alcazaba de Badajoz.
En la foto la torre de Espantaperros,
Ándalus.130 Su poder, sin embargo, había menguado respecto del de sus predecesores.131
modelo de la Torre del Oro.
Murió quizá envenenado y no dejó hijos.131

Luchas por el poder y califas efímeros


Le sucedió su tío abuelo al-Wáhid,132 efímero gobernador de Sevilla en el 1121-1122, durante cuyo reinado se agudizó la decadencia
almohade, tanto por las disensiones internas como por la expansión de los benimerines, que desde comienzos de siglo señoreaban las zonas
rurales del Magreb.125 92 Su advenimiento quebró la tradicional sucesión de padres a hijos típica de la dinastía, lo que desencadenó la
ambición de otros miembros de la familia.129 El que debiese el trono a uno de los visires también otorgó a estos gran influencia en la política
del califato.133 En septiembre, tras tan solo ocho meses en el poder, fue depuesto y a los tres días, estrangulado.134 Los gobernadores
135 El derrocamiento de al-Wáhid marcó el comienzo de las
andalusíes trataron de afianzarse en sus provincias y sacudirse el control magrebí.
disputas por el poder entre los hijos del antiguo califa Abu Yúsuf Yaacub.136 A mediados de esa década, al resurgimiento del poder de los
Estados cristianos peninsulares por la solución de las crisis surgidas la década anterior se unió la agudización de la crisis almohade,
caracterizada por las diferencias entre almohades peninsulares y magrebíes, entre andalusíes y almohades y entre grupos almohades en la
península.137

En marzo de 1224, se rebeló el gobernador de Murcia, al-Ádil, al que al-Mustánsir había nombrado en 1222 retirándole el gobierno de
Granada.135 136 137 Se proclamó califa y obtuvo el reconocimiento de su hermano Abu l-‘Ula, gobernador de Córdoba y Granada, el de Abd
Al·lah al-Bayyasi, gobernador de Sevilla, y el del resto de los territorios musulmanes de la península, a excepción de Valencia, que siguió fiel
al efímero al-Wáhid.135 138 139 Al-Wáhid fue destronado al poco y al-Ádil reconocido por corto tiempo en todo el imperio.135 131 A finales
de año, no obstante, al-Bayyasi (el Baezano) se alzó contra él desde su nuevo feudo en Córdoba y obtuvo el respaldo de Jaén, Quesada y las
plazas fuertes de la frontera media.135 140 Ante este alzamiento, al-Adil, que en principio había permanecido en la península a pesar de haber
sido reconocido soberano también en el Magreb, la abandonó y pasó a África, donde murió asesinado en octubre del 1226.131 Para sostenerse
contra Abu l-‘Ula, el baezano suscribió un pacto con Fernando III de Castilla, que le auxilió a cambio de la entrega de algunas plazas fuertes;
en el 1226, fue, empero, asesinado por su alianza con Castilla.140 Los castellanos se apoderan de Capilla y Baeza.140 La petición de ayuda
141
de al-Bayyasi a Fernando III de Castillapara hacer frente a Abu l-‘Ula allanó las conquistas castellanas de territorios andalusíes.

140 veinte días antes del asesinato de al-Ádil, con


Abu l-‘Ula, hermano del califa y gobernador de Sevilla, se proclamó a su vez califa en 1227,
el nombre de al-Mamún.135 136 142 Para tratar de evitar los ataques castellanos, les pagó trescientos mil maravedíes de plata.140 Ibn Hud se
rebeló contra él, pero fue derrotado, aunque este revés tuvo escasa consecuencias.140 El califa andalusí luego se aprestó a pasar al Magreb y,
143 Pasó140 al Magreb un año después de su
en previsión, amplió el pacto con el rey castellano, al que cedió varias fortalezas fronterizas más.
proclamación como soberano, en octubre del 1228, para tratar de imponer su dominio en el imperio, pues en África regía un sobrino suyo, al-
Mutasim, al que arrebató el poder.135 136 142 Su marcha marcó el fin del poder almohade en la península ibérica, salvo en algunos núcleos
136 144 El vacío lo ocupó Ibn Hud, que extendió su influencia por Ál-Ándalus.
aislados, que pierden el contacto con el Gobierno central. 143

Al tiempo que Fernando avanzaba en al-Ándalus y sometía a vasallaje a los principales rebeldes al poder almohade —los señores de Baeza y
Valencia—, se extendían las sublevaciones en la península.145 La principal fue la del nuevo señor de Murcia, Ibn Hud, que reconoció la
autoridad religiosa de los califas abasíes de Bagdad y obtuvo el respaldo de Córdoba, Jaén, Sevilla136 y Granada.145 En el extremo oriental,
la nobleza y burguesía catalanas decidieron acabar con el foco de piratería que suponían las Baleares y que perjudicaban el comercio en el
Mediterráneo occidental.146 En septiembre del 1229, partió la expedición de conquista de Mallorca, que cayó el último día de diciembre.146
El resto de la isla, sin defensas militares, fue ocupado con facilidad.146 En el 1231 Menorca se avino a pagar tributo a Jaime I el conquistador
y en el 1235 un grupo de nobles catalanes se adueñaron deibiza.146

En el Magreb, ostentaron el menguante poder otros cinco califas: al-Mamun (1229-1232), al-Rashid (1232-1242), al-Said (1242-1248), al-
Murtada (1248-1266) y Abu Dabus (1266-1269).144 La crisis política y militar se agudizó por las debilidades del Estado almohade: una
doctrina religiosa que chocaba con los dictados malikíes, cuando eran los letrados de esta escuela los que llevaban el peso de la
Administración estatal; gran diversidad cultural; arrumbamiento de los bereberes, primer sostén de los almohades que luego quedaron
relegados por los árabes y por ello se rebelaron repetidamente y formaron el núcleo de dos dinastías rivales (benimerinesabdalwadíes).
y 144

Tras la invasión de Berbería Oriental de los hermanos Alí y Yahia ben Ghania, descendientes de los almorávides que Abd el-Mumin había
desposeído después de atravesar Argelia victorioso. Los dos hermanos habían establecido un principado en el Djerid; Alí fue asesinado, pero
su hermano Yahia comenzó la conquista del centro y norte de Ifriqiya. Se las arregló para apoderarse de Mahdía, de Kairuán y de Túnez en
1202, haciendo prisioneros al gobernador almohade y a sus hijos. Ben Ghania saqueó las ciudades, sus jardines y sus animales. Ante esta
situación llena de peligros, el califa an-Násir, que reinaba en Marrakech, partió a la reconquista de Ifriqiya. Entró en febrero de 1206, en
Túnez, abandonado por el enemigo, y permaneció allí un año para restablecer la autoridad almohade en todo el territorio. Entonces, antes de
regresar a Marruecos, le confió el gobierno de la provincia a uno de sus lugartenientes de confianza, Abd el-Wáhid Abu Hafs el-Hentati
(forma arabizada del nombre bereberFaska u-Mzal Inti).
El nuevo gobierno había sido investido de amplios poderes: reclutó tropas que eran
necesarias para la paz y para la guerra, designó funcionarios del Estado, los cadis. Fue un
soberano inteligente y enérgico. Después de su muerte, su hijo Abu Zakariya lo sucedió en
1228 y un año después de su nombramiento, se declaró independiente del califa de
Marrakech, con el pretexto de que había abrazado el sunnismo. Príncipe de una gran dinastía,
Abu Zakaria debió de fundar la dinastía háfsida que gobernó el Magreb oriental durante tres
siglos.

Batalla de Las Navas de Tolosa, óleo


El final de Van Halen expuesto en el palacio
El territorio imperial quedó repartido en una serie de Estados regidos por nuevas dinastías: del Senado (Madrid).

benimerines, hafsíes, nazaríes y abdalwadíes.123 En al-Ándalus, el fracaso militar ante los


Estados cristianos y la incapacidad almohade para mantener la unidad por la fuerza sellaron
la pérdida de la autoridad; en el este del Magreb, el poder de los jeques, sostenidos por las poderosas tribus árabes de la zona, llevó al
surgimiento de los hafsíes; en la zona central, surgieron los abdalwadíes, bereberes; en la zona occidental, fueron benimerines, también
147
bereberes, los que despojaron del poder a los almohades.

En el Magreb, se impusieron las dinastías locales: los hafsíes en Túnez en 1229; los
abdalwadíes en el Magreb central en 1239; o los meriníes,
que en 1244 capturaron Mequinez, situada en el oeste del Magreb. En al-Ándalus, surgieron los terceros reinos de taifas.148 Los nazaríes de
Granada crearon un reino independiente que perduró hasta 1492. Al mismo tiempo, la Reconquista progresaba a buen ritmo: Qurṭuba (actual
Córdoba), la ciudad símbolo del islam hispano, cayó en 1236; Balansiya (Valencia), en 1238; Isbiliya (Sevilla), en 1248. Estos retrocesos
sucesivos y la desintegración del imperio sonaban a toque de difuntos de la dinastía almohade, que termina con Abû al-`Ulâ al-Wâthiq Idrîs,
después de la toma deMarrakech por los benimerines en1268.149 Al año siguiente, los benimerines se apoderaron de T
inmallal.129

Economía y comercio
Pese a las continuas guerras, el imperio fue próspero durante el reinado de los tres primeros
califas.150

En la época de los almohades, los musulmanes, que ya habían organizado las formas de su
comercio en función de las necesidades del tráfico internacional, refinaron sus métodos, en
los que se inspiraron los cristianos. A pesar de las diferencias de religión, y a pesar incluso
del desarrollo de la carrera (donde el control escapaba a los soberanos africanos), las
relaciones e intercambios entre cristianos y musulmanes no dejaron de crecer
.

El Magreb no comerciaba sólo con España, pues sus lazos comerciales llegaban a las
ciudades de Túnez, Bugía, Constantina, Tremecén y Ceuta (en Ceuta hubo un funduk
marsellés, fundicium marcilliense, hacia 1236). Los bienes producidos en esta zona eran
transportados e intercambiados con los estados de Pisa, Génova, Venecia y la rica ciudad de
Marsella.151 En el 1186 y pese a las diferencias religiosas, el califato firmó un tratado Taza lobulada de fuente doméstica
comercial con Pisa.152 de mármol con inscripción en árabe.
siglo XIII. Califato almohade.

El arte almohade
Las construcciones de los almohades se caracterizan por ser simples y austeras, un reflejo de la dura vida de los nómadas del Magreb. Sin
embargo, en muchas ocasiones los edificios alcanzan un considerable tamaño. Ejemplos clásicos de este movimiento son la Torre del Oro y la
Giralda, ambas en Sevilla, la torre de Espantaperrosen Badajoz, la mezquita Kutubiyya de Marrakech o la Torre Hasan en Rabat.
Torre del Oro (Sevilla) Torre de Espantaperros Alcázar de Sevilla
(Badajoz)

Dírham de plata almohade.

Giralda de Sevilla

Véase también
Anexo:Cronología de al-Ándalus
Anexo:Cronología del imperio almohade
Almorávide
Arte almorávide
Arte taifa
Benimerines

Notas
1. Califa en Tinmel, renunció a los cinco días.
2. En Tinmel.
3. De azul oscuro y con bonete. Durante el reinado siguiente lograron, mediante donativos, que se les permitiese vestir de
amarillo en vez de azul.94
4. Guadalferza, Malagón, Calatrava la Vieja y Caracuel.112
5. La Orden de Santiago fijó su sede en Uclés y la de Calatrava, en la localidad homónima (primero en Calatrava la Vieja y
luego en la Nueva.120
6. Pedro II de Aragón pereció en la batalla de Muret del 1213, combatiendo a los cruzados de Simón de Montfort y Alfonso VIII
de Castilla falleció al año siguiente.121

Referencias wxXjja6v9nCM&hl=fr&ei=
NonpTKWPH4mFhQe2zo p://books.google.fr/book 6. «Dynastie des
1. Tinmel (en inglés) 23DA&sa=X&oi=book_res s?id=yKMslB96C48C&pg Almohades» (https://web.
2. (en francés) Kaplan, ult&ct=result&resnum=2& =PA101&lpg=PA101&sour archive.org/web/2009020
Michel & Patrick ved=0CB0Q6AEwATgK#v ce=bl&ots=tt6agNsVZ#v= 2032921/http://fr.encarta.
Boucheron. Le Moyen =onepage&q=rabat&f=fals onepage&q&f=false) msn.com/encyclopedia_7
Âge, XIe- XVe siècle, p. e) 4. «‫ﺑﻨﻮ ﻋﺒﺪ اﻟﻤﺆﻣﻦ‬/‫اﻟﻤﻮﺣﺪون‬ 61570416/Almohades_dy
213. Ed. Breal 1994, 3. (en francés) Buresi, P. La (Les Almohades / Banu nastie_des.html).
ISBN 2-85394-732-7 [1] frontière entre chrétienté Abd al-Mu'min)» (http://w Encyclopédie MSN
(http://books.google.fr/boo et islam dans la péninsule ww.hukam.net/family.php? Encarta. Archivado desde
ks?id=RP-bn29KCB8C&p Ibérique, pp. 101-102. Ed. fam=119) (en árabe). el original (http://fr.encart
g=PA213&lpg=PA213&so Publibook 2004, ISBN a.msn.com/encyclopedia_
5. (en francés) B. Lugan,
urce=bl&ots=pAiDMLuzKj 2748306449, ISBN 761570416/Almohades_d
Histoire du Maroc, ISBN
&sig=s-pLJx86HMmoCuY 9782748306446 [2] (htt 2-262-01644-5
wxXjja6v9nCM&hl=fr&ei=
ynastie_des.html) el 2 de 39. Viguera Molins, 2007, 71. Viguera Molins, 2007, 104. Aguilar Sebastián, 2012,
febrero de 2009. p. 241. pp. 267-268. p. 184.
7. «Almohades» (http://www. 40. Aguilar Sebastián, 2012, 72. Viguera Molins, 2007, 105. Aguilar Sebastián, 2012,
universalis.fr/encyclopedi pp. 110-111. p. 268. p. 186.
e/A912231/ALMOHADES. 41. Aguilar Sebastián, 2012, 73. Viguera Molins, 2007, 106. Aguilar Sebastián, 2012,
htm). Encyclopædia p. 111. pp. 268-269. p. 187.
Universalis.
42. Aguilar Sebastián, 2012, 74. Viguera Molins, 2007, 107. Aguilar Sebastián, 2012,
8. Viguera Molins, 1999, pp. 111-112. p. 249. pp. 187-189.
p. 19.
43. Viguera Molins, 2007, 75. Viguera Molins, 2007, 108. Aguilar Sebastián, 2012,
9. Viguera Molins, 2007, p. 244. p. 273. p. 193.
p. 205.
44. Aguilar Sebastián, 2012, 76. Viguera Molins, 2007, 109. Viguera Molins, 2007,
10. Viguera Molins, 2007, p. 112. p. 275. p. 290.
pp. 205-207.
45. Viguera Molins, 2007, 77. Viguera Molins, 2007, 110. Viguera Molins, 2007,
11. Viguera Molins, 2007, pp. 240-241. p. 276. pp. 288-289.
pp. 205-209.
46. Viguera Molins, 2007, 78. Viguera Molins, 2007, 111. Viguera Molins, 2007,
12. Aguilar Sebastián, 2012, pp. 241-242. p. 277. p. 289.
pp. 95-96.
47. Aguilar Sebastián, 2012, 79. Mínguez, 1989, p. 168. 112. Viguera Molins, 2007,
13. Kennedy, 1996, pp. 198- pp. 96, 115. p. 291.
199. 80. Viguera Molins, 2007,
48. Viguera Molins, 2007, pp. 277-278. 113. Viguera Molins, 1999,
14. Kennedy, 1996, p. 200. p. 221. pp. 21, 291.
81. Viguera Molins, 2007,
15. Viguera Molins, 2007, 49. Aguilar Sebastián, 2012, pp. 278-279. 114. Viguera Molins, 1999,
p. 216. pp. 115, 117. pp. 21, 292.
82. Viguera Molins, 2007,
16. Kennedy, 1996, pp. 200- 50. Viguera Molins, 2007, p. 279. 115. Viguera Molins, 2007,
201. p. 224. p. 307.
83. Viguera Molins, 1999,
17. Viguera Molins, 2007, 51. Aguilar Sebastián, 2012, pp. 21-22. 116. Viguera Molins, 2007,
p. 213. p. 96. p. 308.
84. Aguilar Sebastián, 2012,
18. Viguera Molins, 2007, 52. Aguilar Sebastián, 2012, p. 139. 117. Viguera Molins, 1999,
p. 215. p. 114. pp. 21, 310-311.
85. Aguilar Sebastián, 2012,
19. Bosch Vilá y Molina 53. Viguera Molins, 2007, p. 156. 118. Mínguez, 1989, p. 169.
López, 1998, p. 224. p. 226. 86. Aguilar Sebastián, 2012, 119. Mínguez, 1989, pp. 169-
20. Bosch Vilá y Molina 54. Viguera Molins, 2007, p. 157. 171.
López, 1998, p. 227. p. 227. 87. Aguilar Sebastián, 2012, 120. Mínguez, 1989, pp. 171-
21. Kennedy, 1996, p. 202. 55. Viguera Molins, 2007, pp. 157-158, 161-162. 172.
22. Bosch Vilá y Molina p. 230. 88. Viguera Molins, 2007, 121. Mínguez, 1989, p. 175.
López, 1998, p. 228. 56. Viguera Molins, 2007, p. 280. 122. Viguera Molins, 2007,
23. Bosch Vilá y Molina p. 231. 89. Aguilar Sebastián, 2012, p. 312.
López, 1998, pp. 224-225. 57. Viguera Molins, 2007, p. 168. 123. Viguera Molins, 2007,
24. Bosch Vilá y Molina p. 233. 90. Viguera Molins, 2007, p. 303.
López, 1998, p. 231. 58. Aguilar Sebastián, 2012, p. 246. 124. Historia de España,
25. Viguera Molins, 2007, pp. 134-135. 91. Viguera Molins, 2007, Ramón Menéndez Pidal,
p. 217. 59. Aguilar Sebastián, 2012, p. 281. Tomo XIII, Castilla y León
26. Valor Piechotta y Ramírez p. 137. 92. Viguera Molins, 1999, (1217-1349), página 49,
de Río, 1999, p. 38. 60. Viguera Molins, 2007, p. 21. Espasa-Calpe, Madrid
27. Viguera Molins, 2007, p. 235. 1990 ISBN 84-239-4800-5
93. Viguera Molins, 2007,
p. 218. 61. Viguera Molins, 2007, p. 292. 125. Rodríguez López, 1994,
28. Kennedy, 1996, pp. 202- pp. 251-252. p. 109.
94. Viguera Molins, 2007,
203. 62. Aguilar Sebastián, 2012, p. 293. 126. Viguera Molins, 2007,
29. Kennedy, 1996, p. 203. pp. 138,140-141. p. 318.
95. Aguilar Sebastián, 2012,
30. Viguera Molins, 2007, 63. Aguilar Sebastián, 2012, p. 169. 127. Rodríguez López, 1994,
p. 219. p. 138. p. 102.
96. Viguera Molins, 2007,
31. Viguera Molins, 2007, 64. Viguera Molins, 2007, p. 283. 128. Viguera Molins, 2007,
p. 220. p. 257. p. 319.
97. Aguilar Sebastián, 2012,
32. Viguera Molins, 2007, 65. Viguera Molins, 2007, p. 179. 129. Viguera Molins, 2007,
p. 223. p. 252. p. 320.
98. Viguera Molins, 2007,
33. Viguera Molins, 2007, 66. Viguera Molins, 2007, p. 287. 130. Rodríguez López, 1994,
pp. 224-225. p. 253. pp. 108-109.
99. Aguilar Sebastián, 2012,
34. Viguera Molins, 2007, 67. Viguera Molins, 2007, pp. 178-179. 131. Viguera Molins, 2007,
p. 225. p. 254. p. 315.
100. Aguilar Sebastián, 2012,
35. Mínguez, 1989, pp. 165- 68. Viguera Molins, 2007, p. 180. 132. Viguera Molins, 2007,
167. pp. 255-256. pp. 315, 320.
101. Viguera Molins, 2007,
36. Mínguez, 1989, p. 167. 69. Viguera Molins, 2007, p. 288. 133. Viguera Molins, 2007,
37. Aguilar Sebastián, 2012, p. 256. p. 321.
102. Aguilar Sebastián, 2012,
pp. 96, 103. 70. Viguera Molins, 2007, p. 181. 134. Viguera Molins, 1999,
38. Aguilar Sebastián, 2012, p. 267. pp. 22, 315, 321.
103. Aguilar Sebastián, 2012,
pp. 104-105. p. 182.
Mínguez, 1989, p. 178.
135. Rodríguez López, 1994, 141. Rodríguez López, 1994, 146. Mínguez, 1989, p. 186. 151. Ernest Mercier. Histoire
p. 110. pp. 111-112. 147. Viguera Molins, 2007, de l'Afrique septentrionale
136. Viguera Molins, 1999, 142. Viguera Molins, 2007, pp. 316-317. (Berbérie) depuis les
p. 22. pp. 315-316. temps les plus reculés
148. Viguera Molins, 2007,
jusqu'à la conquête
137. Mínguez, 1989, p. 177. 143. Mínguez, 1989, p. 179. p. 328.
française (1830). Leroux,
138. Viguera Molins, 1999, 144. Viguera Molins, 2007, 149. Viguera Molins, 2007, 1888. pp. Notes sur
pp. 22, 315. p. 316. pp. 304, 320. l'article: v. 2, p. 122, 123.
139. Mínguez, 1989, pp. 177- 145. Rodríguez López, 1994, 150. Viguera Molins, 2007, 152. Viguera Molins, 2007,
178. p. 115. p. 284. pp. 296-297.
140. Mínguez, 1989, p. 178.

Bibliografía
Aguilar Sebastián, Victoria (2012). Tribus árabes en el Magreb en época almohade, 1152-1269 (pdf) (Tesis). Universidad
Complutense de Madrid.OCLC 914489918.
Bosch Vilá, Jacinto; Molina López, Emilio (1998).Los almorávides. Editorial Universidad de Granada.ISBN 9788433824516.
Ambrosio Huici Miranda: Historia política del Imperio Almohade. Edición de Vicente Carlos Navarro Oltra, Emilio Molina
López 2000 ISBN 84-338-2660-3
Kennedy, Hugh (1996). Muslim Spain and Portugal : a political history of al-Andalus (en inglés). Longman.
ISBN 9780582495159.
Mínguez, José María (1989).La Reconquista. Historia 16. ISBN 9788476791523.
RODRÍGUEZ LÓPEZ, Ana (1994). La consolidación territorial de la monarquía feudal castellana: expansión y fronteras durante el
reinado de Fernando III. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.ISBN 84-00-07444-0.
Valor Piechotta, M.; Ramírez del Río, J. (1999). «Las defensas». Sevilla almohade. Universidad de Sevilla. pp. 27-40.
ISBN 84-8095-194-X.
Viguera Molins, María Jesús (2007). Los reinos de Taifas y las invasiones magrebíes : Al-ándalus del XI al XIII. RBA.
ISBN 9788447348152.
— (1999). «El último siglo de la Sevilla islámica: 1147-1248». Sevilla almohade. Universidad de Sevilla. pp. 19-27. ISBN 84-
8095-194-X.

Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobreImperio almohade.
Ibn Túmart, fundador del movimiento almohade
Recopilación de trabajos sobre el pueblo almohade en revistas (con artículos completos descargables), libros y obras
colectivas en Dialnet

Obtenido de «https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Imperio_almohade&oldid=115158998
»

Esta página se editó por última vez el 9 abr 2019 a las 23:25.

El texto está disponible bajo laLicencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0 ; pueden aplicarse cláusulas
adicionales. Al usar este sitio, usted acepta nuestrostérminos de uso y nuestra política de privacidad.
Wikipedia® es una marca registrada de laFundación Wikimedia, Inc., una organización sin ánimo de lucro.

También podría gustarte