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La quebrada de Huaycoloro

LA QUEBRADA DE HUAYCOLORO
Riesgo de desastres vs. desarrollo
económico

José Manuel Mejía


Índice

Introducción

1. La quebrada
Breve reseña histórica
El Fenómeno El Niño 1970-1998

2. El boom urbano-industrial
El proceso de poblamiento
El nuevo paisaje económico

3. El riesgo de desastres
El Fenómeno El Niño 2002-2017
Factores estructurales de riesgo

4. El Estado ausente
De espaldas al Fenómeno El Niño
Reconstrucción con cambios
Una solución estructural

Comentario final

Bibliografía

Anexos

Agradecimiento
Introducción

A escasos 20 kilómetros de la Plaza de Armas de Lima y a


menos de 15 minutos por vía asfaltada se encuentra la
quebrada que forma el río Huaycoloro convertida hoy en
la única zona libre para la expansión de la capital, nuevo
asiento para la gran industria y zona de enorme
concentración humana.

Su vertiginoso desarrollo en la periferia urbana se ve


afectado, sin embargo, por la extrema vulnerabilidad a las
avenidas de este «río loco», tributario irregular del río
Rímac, cuyas aguas se cargan cada cierto tiempo
poniendo en riesgo la actividad económica de la zona,
afectando a más de 110,000 personas y amenazando el
propio núcleo de la capital pues en más de una
oportunidad sus aguas han llegado hasta la misma
espalda del Palacio de Gobierno. Todo ello, en el marco de
un Estado que por años ha ignorado este injustificable
desajuste entre el desarrollo urbano y el riesgo de
desastres y que, por ello, no ha adoptado ninguna medida
sustantiva para prevenirlo.

El presente ensayo tiene el objetivo de llamar la atención


de dirigentes políticos, investigadores académicos y
comunicadores sociales sobre esa contradicción que, por
otro lado, muestra en pequeño una de la grandes
carencias de la política pública el siglo XXI: su absoluta
inacción frente al Fenómeno El Niño que desde tiempos
inmemoriales azota la costa peruana y con el que, como
sociedad, nos hemos acostumbrado a vivir sin ninguna
protección.

Desde esta perspectiva el texto pasa revista a tres


grandes temas: las características naturales de la
quebrada, su historia y el panorama económico y social
antes del 2000; los procesos de poblamiento de la parte
media y de industrialización de la parte baja de la
quebrada y su potencial a futuro y el estrangulamiento
del cauce por causa antrópica; y la desidia del Estado
ante estos fenómenos, que expone una elevado nivel de
riesgo de desastres a su nueva población y crea
vulnerabilidad a la inversión privada. La conclusión, ante
este escenario, es que prevenir es más rentable
económica y socialmente que no hacer nada.

Constatación que pretende ser una contribución a los


esfuerzos aislados de muchos años realizados por
pobladores, empresarios y autoridades locales con el fin
de volver a dominar el Huaycoloro como nuestros
antepasados lograron hacerlo.
1. La quebrada

La quebrada Huaycoloro geográficamente se ubica en la


cuenca del río Rímac y abarca los distritos de Lurigancho-
Chosica y San Antonio de las provincias de Lima y
Huarochirí. Su territorio está formado por los ríos
Huaycoloro y Colca los cuales unen sus aguas para formar
el río Jicamarca, que es -finalmente- se une al Rímac
(gráfico 1), aunque generalmente se llame Huaycoloro a
todo el cauce.

La quebrada ha sido formada milenariamente por grandes


avenidas o huaicos1 que han erosionado los cerros
creando un curso serpenteante y profundo –en tramos
con paredes de casi diez metros de altura– y de ahí su
nombre2.

A su paso, el río tiene tres secciones bien diferenciadas.


En la parte alta el cauce es amplio y despejado, en la
parte intermedia se estrecha y en la parte baja se
estrangula por efecto de la intervención y ocupación
humana.

La parte alta de la quebrada por escabrosa está casi


deshabitada. La parte media, tiene zonas de menor
declive lo que le permite ser asiento de actividades no
agrícolas y de varias decenas de asentamientos humanos
y asociaciones de vivienda popular. La parte baja, que se
abre en delta, tradicionalmente agrícola, hoy está
consolidada urbanamente como zona industrial.

1
Americanismo que, según la Real Academia Española de la Lengua,
proviene del quechua huayq’u con la que se denomina a las grandes
avenidas de lodo y piedras que caen en los ríos y provocan su desborde.
2
En estos tramos agrestes solo anidan bandadas de loros procedentes
de las quebradas del Rímac y del Chillón (Ochoa, 2017).
Pese a su cercanía geográfica y económica a Lima, hasta
fines del siglo XX fue un área relativamente aislada, cuya
ocupación poblacional siempre estuvo vinculada a los
grandes ciclos del Fenómeno El Niño y que no formaba
parte plena de la capital.

Gráfico 1. Quebrada de Huaycoloro: ámbito


geográfico
Fuente: blographos.com

Breve reseña histórica


La historia de la quebrada del Huaycoloro se remonta
aproximadamente al año 1600 aC, cuando los primeros
pobladores asentados alrededor del cerro Pedreros
practicaban cultivos elementales en la parte baja. Ahí, con
el tiempo descubrieron que la correntera de lodo que
cada cierto tiempo traía el río les podía permitir un gran
salto tecnológico: de la agricultura estacional y el uso
limitado de canales de riego a la agricultura de riego
permanente con infraestructura ad hoc (Ochoa, 2017).

Para ello tuvieron que domesticar las corrientes aluviales


y lograr la hazaña de usarlas con fines de un nuevo
modelado del paisaje cultural y agrícola, aprovechándolas
para crear nuevas áreas de cultivo sobre las superficies
onduladas y pedregosas que hasta ese entonces
formaban el valle (Palacios, 2017).

Así, en un proceso pionero de ampliación de la frontera


agrícola, derivaron parte del curso del río para estancar
las corrientes lodosas, mediante barrajes o extensos
elementos de contención, dando lugar a la sedimentación
de los valiosos elementos en suspensión que transportan
consigo: limos y arcillas, formando el primer horizonte de
suelo (gráfico 2).
Gráfico 2. Quebrada de Huaycoloro, circa 1600 aC

Fuente: Ochoa, 2017.

Cuando las poblaciones de los valles se establecieron


plenamente, empezaron a habilitar su propia
infraestructura hidráulica, que les permitió usufructuar el
irregular torrente aluvial. Para ello necesitaron de áreas
de almacenamiento que recubrieron con tierra arcillosa
de calidad abundante en la zona (Ibid.).

Sin embargo, la falta de agua era endémica. Por ello, los


antiguos jicamarquinos, cuyas fronteras llegaban hasta la
Pampa de Amancaes, en el distrito del Rímac e incluso
hasta las orillas de las playas en Ventanilla, en el Callao,
realizaban complicadas ceremonias para «llamar la lluvia»
(Palacios, 2017).

El vestigio arqueológico más importante de su primera


etapa es el complejo de Cajamarquilla, una de las más
grandes construcciones en barro del Perú, levantado en el
período Intermedio Temprano (600 a 730 dC) por la
cultura Lima como el centro urbano predominante de la
quebrada (Tavera, 2007). Sin embargo, a partir de esa
fecha se produce un periodo de abandono de tres siglos
que se explica por un mega Niño cuyos efectos
destruyeron canales y reservorios, a lo que siguió un
periodo de sequía, provocando la crisis de la agricultura y
el subsecuente abandono de la ciudad (Mogrovejo, 1999;
Mogrovejo y Makowski, 1999). Luego el periodo húmedo
del clima de Lima trajo agua al Huaycoloro permitiendo la
posterior llegada de los Ychsma, grupo que pobló la
quebrada entre los años 1000 y 1450 dC (OSEL Lima
Norte, 2008), aunque luego la quebrada volvió a ser
abandonada3.

Es decir, la ocupación humana y los grandes huaicos


siempre se alternaron en la quebrada, haciéndola de
difícil aprovechamiento.

Aun así, la parte baja fue aprovechada por las sucesivas


etnias locales mediante la creación, con aguas del río
3
El arqueólogo Walter Alva en una oportunidad me sugirió la hipótesis
que este abandono podría deberse a un nuevo mega Niño (comunicación
personal).
Rímac, de lo que se ha llamado «valle artificial», por ser
creado en base a la irrigación4. El Estado Inca no cambió
fundamentalmente este patrón de aprovechamiento.
Sobre todo, porque su dominio sobre la zona fue de solo
63 años y porque los curacas locales de la costa central
(como los de Xicamarca) fueron tratados como aliados
privilegiados.

Con la época colonial nacen también las haciendas, como


Cascajal, Huachipa, Mogollón, Carapongo o Nievería, que
aprovechaban la parte baja de la quebrada y que
producían maíz y leche para los habitantes de Lima
(Málaga, 2011). La disminución de la población nativa
llevó a que esas tierras tuvieran que ser trabajadas por
esclavos. Estas haciendas no eran ni muchas ni grandes 5.

La más importante de las haciendas fue Nievería, uno de


los grandes proveedores del colonial Estanco de la Nieve,
creado en 1634, en el que se almacenaban y cortaban
bloques de hielo, extraídos con mitayos de la cordillera de
los Andes de Huarochirí (Carcelén, 2012). Así la quebrada
de Huaycoloro se convirtió en la «ruta de la nieve»
(gráfico 3).

Gráfico 3: Quebrada de Huaycoloro y la «ruta de la


nieve»

Fuente: Sección del mapa Lima y sus contornos, A.G.I. MP-Perú-


Chile, Leg. 33; cit. en Carcelen, 2012.

4
Se ha verificado la existencia en Huachipa de por lo menos tres
grandes canales construido por el hombre: Nievería, Huachipa y
Mogollón (Narváez, 2014: 35 )
5
El estudio de un pleito de labradores de los cinco valles de Lima
(Vegas de Cáceres, 1996) establece que para 1775 en
Lurigancho/Huachipa solo existían 23 chacras con 628 fanegadas útiles
de extensión.
Pese a ello, el relativo aislamiento se confirma por el
hecho que en a inicios del siglo XVIII, el esclavo Francisco
Congo y su esposa, liberados de una hacienda en Pisco,
se asentaran en un palenque de Huachipa y organizaran
a los cimarrones para atacar las haciendas de noche. En
respuesta, una milicia de hacendados asaltó el palenque
en enero y  febrero de 1713 asesinando a Congo y sus
seguidores (Pinedo, 2016).

Durante la República, Huachipa perteneció al distrito de


Lurigancho creado en 1825 por Simón Bolívar. Siguió
siendo un área agrícola muy poco poblada que se
beneficiaba de la renta diferencial que le creaba su
cercanía a Lima. Las partes media y alta de la quebrada,
en cambio, aparecían como un área despoblada bajo
propiedad de la comunidad campesina de Jicamarca.

Además, durante el siglo XIX la construcción


del Ferrocarril del Centro convirtió a la quebrada de lugar
de tránsito obligado para las recuas de mulas cargadas de
minerales y alimentos y de viajeros que se dirigían a
Jauja, Pasco o Huánuco en un paisaje cada vez más
solitario.

Mientras que ya desde fines de esa misma centuria el


distrito de Ate, ubicado en la rivera del frente, se
convertía en una naciente zona industrial textil, Huachipa
siguió siendo un relicto agrícola sobre todo por la falta de
comunicación solo salvada por un camino hacia el distrito
del Rímac y un precario puente a la altura de Santa María.

En el mapa de la ciudad de 1907, la parte baja aparece


como una larga campiña verde, solo atravesada por
caminos de tierra como refleja una foto de la hacienda
Huachipa de 1926. Una década después seguía
constituyendo una plácida zona de huertas de frutas y
granjas, con presencia de yanacones japoneses 6 y de
algunas medianas propiedades de la familia Sacio.

A su vez en la partes alta y media se consolidaba el


dominio de hecho de la comunidad campesina de
Jicamarca, cuyo sede se ubicaba a casi 3,400 m s. n. m. y
que en octubre de 1958 consigue que el Ministerio de
Trabajo y Asuntos Indígenas mediante una Resolución
Ministerial autorice el levantamiento del plano de sus
propiedades, en ese momento cerros a los que nadie
atribuía mayor valor, razón por la cual no tiene mayor
dificultad en inscribir en el Registro de Propiedad
Inmueble de Lima un poco más de 100,000 hectáreas
(Gutiérrez, 1992).

En 1967 debido al gran tamaño del distrito de Lurigancho,


este se divide en dos: San Juan de Lurigancho y
Lurigancho-Chosica, quedando la parte baja de la
quebrada dentro del segundo, mientras que las partes
alta y media pertenecían al distrito de San Antonio de la
provincia de Huarochirí.

El advenimiento de la reforma agraria dispuesta por el


gobierno militar en 1969 provoca una transformación en
la estructura de propiedad pues la familia Sacio se
desprende de sus tierras vendiéndolas en pequeñas
parcelas para evitar ser afectados, proceso que genera un
primer limitado flujo migratorio hacia la parte baja
formada por los familiares de los nuevos propietarios.

6
Hace dos décadas el autor recogió el testimonio del ingeniero Rodolfo
Masuda Maatsuura, quien llegó a ser viceministro de Agricultura en la
década de 1990, sobre la necesidad que tuvieron él y su padre de
refugiarse en la chacra de Huachipa de la familia Maezono Yamashita
durante el ataque de turbas urbanas contra los ciudadanos japoneses y
sus negocios ocurrido en Lima el 13 y 14 de mayo de 1940. Ahí nunca
fueron molestados.
En esos momentos ya se vivía un dinámico proceso de
migración y urbanización que había convertido a Lima
metropolitana en una gran urbe. La particularidad de este
proceso es que se había realizado ocupando con fines
urbanos las pampas del norte, los arenales del sur y los
cerros del este de la ciudad mediante la creación de
«barriadas» o asentamientos humanos populares. Estos
asentamientos crecieron a tal ritmo que dieron lugar al
surgimiento de tres nuevos «conos» de Lima cuya
expansión se describiría como un verdadero desborde
popular urbano (Matos Mar, 2012).

Hacia fines del siglo XX, la quebrada seguía a las espaldas


de la ciudad o, mejor dicho, Lima seguía dándole la
espalda a la quebrada.

El Fenómeno El Niño 1970-1998

El Fenómeno El Niño (FEN) es un episodio climático típico


de la costa peruana. El avance de las aguas calientes en
el océano Pacífico hace retroceder la corriente fría de
Humboldt y tropicaliza el clima. No es un evento, como se
le suele llamar popularmente, sino un fenómeno
recurrente, lo único que hasta ahora no se ha podido
establecer es cuándo va a ocurrir (Apaéstegui, Takahashi,
Ortlieb, Sifeddine y Macharé, 2015).

El FEN aumenta la temperatura y provoca lluvias en sierra


y costa y aumenta el caudal de los ríos, dando lugar a
desbordes e inundaciones. También activa las quebradas
secas y en sus casos extremos, llamados mega Niños, las
convierte en cauces torrentosos. Por la irregularidad de
estas manifestaciones, la imaginación popular ha
bautizado a esos casos como «ríos locos que solo cargan
agua cuando quieren». El Huaycoloro es un río loco.

Ecología de quebrada
La causa de ese comportamiento es la característica de la
quebrada (cuadro 1) que, en un tramo de solo 33
kilómetros pasa de 600 a 3,000 m s. n. m.

Cuadro 1. Quebrada de Huaycoloro: características


físicas

Característica Niveles
Altura Máxima 3,000 m s.n.m., cumbre
del Cerro Concho
Mínima 600 m s. n. m., en
desembocadura en el
Rímac
Extensión En sentido NE- 33 kilómetros
SO
Ubicación 11°30' -12° Latitud sur
76°10'- 76°20' Longitud
oeste
Fuente: Serracín, 2000.

En el curso de la quebrada, desde su origen hasta su cono


de deyección se presentan tres sectores diferentes. El
sector de alimentación de los avenidas, en las alturas. El
sector de transporte, cauces secos de pendientes fuertes
o moderados. El sector de acumulación de materiales o
cono deyectivo. Periódicamente ocurren flujos hídricos
que descienden con bajo caudal hacia este último.

En épocas de lluvia intensa, el agua corre desde la cuenca


de recepción por las faldas de los cerros, erosiona las
laderas y arrastra sedimentos finos; al llegar al canal de
transporte con gran velocidad, se incrementa de
elementos sólidos angulosos de diferentes tamaños, en el
cono deyectivo este se extiende y esparce al llegar hasta
la desembocadura.

Las estructuras fijas (puentes) y los badenes temporales


que se utilizan para cruzar el río son insuficientes para
permitir el paso de un flujo extraordinario. Las aguas
bajan por la pendiente de la quebrada en épocas de
lluvias haciendo que los materiales se sedimenten,
produciéndose el represamiento y posterior desborde del
torrente. A esto se suma que la margen derecha del río
presenta frágiles defensas naturales y que el trayecto
original ha sido recortado con el fin de ganar tierras para
la agricultura y ubicar asentamientos humanos, lo que
disminuye el ancho natural.

En estas circunstancias, el fenómeno del huaico es casi


consustancial a la quebrada.

Los huaicos de 1970 a 1998

Según el seguimiento del Centro de Estudios y Prevención


de Desastres (Predes), en los últimos 30 años del siglo XX
se desbordó extremamente en 1970, 1983, 1987 y 1998.

El 15 de enero de 1970, ocurrió en Lima la mayor lluvia


desde las de 1925, que fueron las más copiosas lo largo
de esa centuria7. El Servicio Nacional de Meteorología e
Hidrología (Senamhi) registró que durante 5 horas
cayeron17 litros de agua por metro cuadrado
(precipitación que normalmente se recibía en 8 o 9
meses).

La ciudad, no preparada para la lluvia, colapsó. Los ríos


Rímac y Huaycoloro (el cual prácticamente nadie conocía
en la capital hasta ese día) se desbordaron y más de 2 mil
viviendas se vinieron abajo; además, se anegó por
completo la Vía Expresa quedando inutilizable durante
días, 2.500 líneas telefónicas dejaron de funcionar, se
presentaron 150 amagos de incendio por corto circuito, el
agua dañó las instalaciones del aeropuerto Jorge Chávez y
7
«Lima soportó la mayor lluvia de los últimos 45 años», El Comercio,
Lima, 16 de enero de 1970.
la capital quedó aislada. Como hacía muchos años atrás,
se pudo ver discurrir el agua, en forma de cataratas, por
la quebrada de Armendáriz, en el distrito de Barranco
(Orrego, 2010).
En 1983 se produjo un megaNiño que, por su
envergadura, fue llamado «la madre de todos los Niños»
(Rocha, 2007) porque trastornó el clima, alargando el
verano en la costa y provocando frío extremo o «helada»
en la sierra sur, lo cual fue nefasto para la agricultura
nacional. También activó las quebradas secas, como la de
nuestro caso, y volvió a atacar Lima con severidad.

El 9 de marzo de 1987, las lluvias alimentaron el


Huaycoloro que asoló Cajamarquilla inundando 80
hectáreas de tierras agrícolas, enterró 1,500 m de canales
de irrigación y arrasó una granja. Pero esos efectos se
soslayaron al lado de las 100 víctimas que ese mismo día
se produjeron en El Pedregal de San Antonio de Chosica.

Lo que si llamó la atención de la opinión pública fue que el


Huaycoloro, en Huachipa, rebasó el cauce y salió por las
calles de las urbanizaciones llegando por el malecón
Checa hasta la plaza de Acho, en el distrito del Rímac, por
donde ingresó a la vía de Evitamiento, cubriendo entre
0.80 y 1.20 m de altura de la parte baja de los puentes
Huánuco, Ricardo Palma, Trujillo y Santa Rosa, vías que
interrumpió temporalmente.

El 23 de febrero de 1998, once años después, los limeños


fueron sorprendidos por un huaico que se originó en la
quebrada del Huaycoloro. Eran las 5:30 de la mañana
cuando la masa de agua, piedras, basura y troncos
descendió desde el río Seco para atravesar Huachipa y
Campoy y llegar de nuevo a Lima8.

8
«El Niño empezó a castigar a Lima, Ojo, Lima, 24 de febrero de 1998.
En su ruta se interponía el puente que une la autopista
Ramiro Prialé, el huaico lo rebasó tomando por las calles
de Piedra Liza hasta llegar incluso a espaldas del Palacio
de Gobierno. En el Rímac, donde el torrente llegó a
alcanzar el metro de altura, uno de los cuatro
estacionamientos de la Plaza de Acho quedó anegado;
luego el lodo avanzó por los jirones aledaños y se detuvo
en las puertas del Convento de los Descalzos. Como
testimonio de este hecho insólito se publicó una
impresionante imagen del río de lodo y piedra, tomada
desde el aire (Orrego, 2010). Luego el agua siguió hasta
la avenida Perú en el cruce con la avenida Universitaria,
en el distrito de San Martín de Porres (ilustración 1).

Ilustración 1: Lima: las aguas del río Huaycoloro corren


paralelas
a las del río Rímac, 1998

Foto: Lino Chipana

El huaico no solo causó daños materiales sino provocó un


caos urbano y de tránsito, en medio del cual se
produjeron actos de pillaje, que obligaron a desplegar el
Ejército en las calles. Es decir no solo tuvo uno de los
mayores recorridos de toda su historia moderna sino un
sensible efecto desestabilizador de la vida en Lima.

EN SUMA, PESE A QUE históricamente, el Huaycoloro fue


domesticado por las civilizaciones antiguas, en la
modernidad el abandono de la quebrada y de los sistemas
de riego lo volvieron incontrolable. No obstante, durante
la segunda mitad del siglo XX, este «río loco» no amenazó
tanto a su propia quebrada sino al centro de la capital,
convirtiéndose en una amenaza episódica que cada cierto
número de años se cernía sobre Lima.

De aquí que se pueda afirmar que, mientras que la


quebrada fue un espacio vacío, los mega Niño tuvieron un
gran efecto mediático pero muy poco impacto social. El
poblamiento y la ocupación industrial de la quebrada
cambiarían esta situación.
2. El boom urbano-industrial

El siglo XXI representa un cambio estructural para la


quebrada, pues de ser una zona olvidada pasa a
convertirse en la única zona libre para la expansión
urbana e industrial de Lima. Ello la lleva a aumentar su
importancia económica y social para la capital y a ser un
espacio en el cual ella deba definir las mejores
alternativas de su futuro.

Dos son los dos grandes procesos que se experimentan


en la quebrada: el poblamiento con migrantes de otros
distritos de Lima y del país que buscan hacerse de un
lugar en ese espacio todavía vacío de la ciudad.
Paralelamente, grandes empresas asfixiadas por el cerco
urbano a los otrora cordones industriales de Lima
(avenidas Argentina, Colonial, Tomás Marsano, entre
otras) ven en la cercanía de la quebrada y en la existencia
de servicios un factor de competitividad para trasladarse.

En la última década poblamiento y traslado industrial se


potencian mutuamente porque la existencia de demanda
de trabajo alienta más al poblamiento, mientras que la
disponibilidad de oferta de trabajo se vuelve un factor
adicional de competitividad frente a otros
emprendimientos industriales como Lurín y Chilca.

Así, el paisaje de la quebrada diez años se modifica al


acoger en sus cercanías a más de 110,000 habitantes y
casi 60 grandes empresas industriales. Un verdadero
boom.

El proceso de poblamiento

Como mencionamos el factor que desencadena el cambio


social es la construcción de la avenida Ramiro Prialé.
Concebida en el segundo gobierno de Fernando Belaunde
Terry como un acceso alternativo a la Carretera Central
es culminada durante el gobierno de Alan García. Y
ciertamente, en sus primeros años beneficia al transporte
de carga hacia la sierra central y a los visitantes de fin de
semana a los distritos de Chosica y Chaclacayo. Pero,
luego, se volverá el camino hacia una nueva tierra
prometida.
Ello ocurre por dos subprocesos convergentes: la
conversión de la tierra agrícola de Campoy y Huachipa en
terrenos para vivienda y en la apertura de la comunidad
campesina de Jicamarca a la venta de parte de sus tierras
para ese y otros fines.

Ya se había mencionado que a fines del siglo XX la


descomposición de las propiedades agrarias de la familia
Sacio en la actual Santa María de Huachipa, el fundo
Nievería y parte de las zonas de Cajamarquilla abrió el
acceso a la llegada de inmigrantes de Ayacucho y
Huancavelica, ahuyentados por la violencia política. Por
su parte, el proceso de reforma agraria también acabó
afectando a algunos propietarios creando un segmento de
nuevos beneficiarios. Así, ya en manos de los pobladores
las tierras empiezan a tener diversos usos, entre ellos la
labranza para proveer de tierra arcillosa a las dos
ladrilleras existentes en la zona, como Comercial y
California (OSEL Lima Norte, 2008).

Las primeras asociaciones vecinales nacen producto de


las agrupaciones de los beneficiarios de reforma agraria,
siendo la Asociación Hacienda Nievería la primera de
ellas. Luego producto de la venta de terrenos por parte de
la familia Sacio empiezan a aparecer asociaciones como
Las Flores, San Francisco, Huerta o Casa Huerta, Nuevo
Paraíso, Jardines, Casuarinas 1ª y 2ª etapa, Santa Ana y
otras. La estrategia de estas asociaciones siempre fue
disponer extensiones mayores a las necesitadas por sus
asociados originales quienes son los primeros en ocupar
los terrenos adjudicados, el poblamiento aumenta el valor
lo cual les permite a los directivos vender los terrenos
excedente a terceros a mayores precios, creando un
mercado.

Por su parte, el crecimiento de Huachipa llevó a que los


comuneros de Jicamarca dispusieran con fines urbanos
diversos terrenos a los cuales llamaron anexos con fines
de venta, bajo la forma de comuneros «asimilados».
Aprovecharon para este fin la flexibilización del régimen
legal comunal que se había iniciado tibiamente en el
gobierno de Alan García pero que se produjo finalmente
en el de Alberto Fujimori.

Con la posibilidad de vender tierras, la comunidad original


se desplazó hacia la parte media de la quebrada y creó 24
anexos con ese fin (anexo 1) y convirtió a Cerro Camote
en el núcleo urbano más grande del distrito de San
Antonio. De esos anexos cuatro quedaron dentro de la
quebrada, incrementando su población.

En enero de 1992 el concejo metropolitano de Lima bajo


la alcaldía de Ricardo Belmont Cassinelli, en tácito
reconocimiento de la nueva realidad,  acordó crear la
Municipalidad del Centro Poblado Menor de Santa María
de Huachipa, distrito de Lurigancho-Chosica, debido a que
el crecimiento poblacional había creado un vasto
segmento de vecinos quienes demandaban mayor
atención de la municipalidad distrital.

Para el 2000, ya existían dos grandes núcleos: Santa


María de Huachipa y Nievería-Cajamarquilla (Serracín,
2000), formados por tres modalidades de ocupación: las
urbanizaciones residenciales, las asociaciones de vivienda
y los asentamientos humanos, todos en proceso de
fusionarse en un solo conglomerado.
Santa María de Huachipa, según cálculos de su
municipalidad, contaba 10,000 habitantes e incluía,
además de su centro poblado, a las urbanizaciones El
Club, La Capitana, y Huachipa Norte, a los asentamientos
humanos Los Jazmines, Las Riberas, Villa Santa Rosa,
Señor de Muruhuay y a las asociaciones de vivienda Los
Huertos de Huachipa, Sarapampa, Puente Huachipa y
Dignidad Nacional

Por su parte, la zona de Nievería-Cajamarquilla tenía una


población estimada en 15,000 habitantes e incluía los
asentamientos humanos Villa Leticia, El Paraíso de
Cajamarquilla, Nievería-Chambalá, Saracoto Alto,
Saracoto Chico, Santa Cruz de Cajamarquilla, Media Luna,
Cerro Camote, Unión Perú, Paraíso de Huachipa y a las
asociaciones de vivienda Las Praderas de Huachipa, Santa
Cruz de Huachipa, Valle El Triunfo, 14 de Febrero, Haras
El Huayco, Las Magnolias, La Florida de Cajamarquilla y
Lotización Cajamarquilla.

Hoy, sumando los asentamientos poblacionales nacidos


de la comunidad de Jicamarca con los formados en
Nievería- Cajamarquilla y Huachipa llegamos a más de 80
(gráfico 4 y anexo 2).

Gráfico 4. Quebrada de Huaycoloro: asentamientos


poblacionales, 2017

Fuente: Municipalidad distrital de Lurigancho-Chosica.

Una característica de esta población era su naturaleza


emprendedora y su espíritu pionero de conquista de esta
nueva zona de Lima, lo que no quitaba que su situación
socioeconómica no fuera la mejor.

El plano estratificado de Lima Metropolitana a nivel de


manzanas según ingreso per cápita del hogar por distrito,
levantado por el Instituto Nacional de Estadística e
Informática (INEI) y el Institut de recherche pour le
développement (IRD), con base en el empadronamiento
distrital de población y vivienda 2012-2013, las encuestas
permanentes de hogares y otras fuentes de datos,
muestra que para ese año casi toda la parte baja de la
quebrada era una zona crítica porque entre 30.6 y 36.9%
de su población se encontraba en situación de pobreza
(INEI e IRD, 2016).

Sólo la zona de Santa María de Huachipa cuenta con


condiciones de salud, comunicación, electricidad,
servicios generales, vivienda, aceptables pero tenía
déficits de suministro de agua y carencia de
alcantarillado, que solo ha logrado mediante
autoconstrucción. En la zona de Cajamarquilla-Nievería la
situación es crítica, siendo el suministro de agua y la
recolección de residuos las dos carencias más
importantes. En este último caso, la falta de un sistema
de recolección suficiente motiva que los residuos se
arrojen a la quebrada Huaycoloro, aumentando su
vulnerabilidad. (Serracín, 2000).

En especial esta población más pobre se ha convertido en


un importante bolsón electoral en la capital, porque la
mayoría de sus integrantes todavía votan en distintos
distritos capitalinos desde donde vinieron. Por ello,
distintas organizaciones políticas actúan en la zona.

Los pobladores son también un grupo de presión


importante, al grado de que sus movilizaciones han
logrado que la Empresa de Saneamiento de Lima
(Sedapal) aprobara la construcción del esquema
Cajamarquilla-Nievería-Cerro Camote, destinado a instalar
16,000 conexiones domiciliarias de agua potable y
alcantarillado en esa zona.
Para 2017 la población de la quebrada ya llega a 70,000
habitantes mientras que en el vecino distrito de San
Antonio se estima están asentados 35,000.

El nuevo paisaje económico

Ya hemos mencionado que la agricultura fue la actividad


económica tradicional de la quebrada. Sin embargo, a
partir de se empezará un proceso de instalación de otras
actividades en la parte media de la quebrada como
antecedente de una reconversión de la parte baja en
nueva zona industrial.

El inicio de la ocupación de la parte media

La primera entidad en llegar a la parte media fue el


Instituto Geofísico del Perú (IGP), creado en 1962, que con
el apoyo de la National Bureau of Standards de los
Estados Unidos construyó el Radio Observatorio de
Jicamarca. Su objetivo era el estudio del espacio terrestre,
utilizando una antena de radar de 90 mil metros
cuadrados. Fue el primer instrumento de su tipo y sigue
siendo el mayor en el mundo y el único en la región
ecuatorial.

Tiempo después, durante el gobierno militar, se potencia


la antigua Fábrica de Municiones del Ejército dedicada al
autobastecimiento producción de pertrechos en una
planta en Nievería. En 1973 se convierte en la empresa
Industrias Militares (Indumil) que incursiona en la
producción de fulminantes y latón, para finalmente ser
convertida en Fábrica de Armas y Municiones del Ejército.

En 1981 se inauguró la refinería de zinc de Cajamarquilla,


construida por la empresa estatal Minero Perú también
durante el gobierno militar con una capacidad de
producción de 100 mil toneladas anuales. Su desempeño
insatisfactorio llevó a su privatización en 1995, siendo
adquirida por el consorcio japonés Cominco-Marubeni,
que en 2004 a su vez la transfirió a la empresa brasileña
Votorantim Metais. Esta en el 2008, con una inversión de
US$ 100 millones, incrementó su capacidad a 320 mil
toneladas.

En 1994 se crea la empresa Peruanos Trabajando por un


Medio Ambiente saludable (Petramas) que adquiere
tierras a la comunidad campesina de Jicamarca para la
instalación del primer relleno sanitario privado de América
Latina.

Finalmente en 1996 se forma la empresa Unicon, por la


fusión de dos compañías líderes en el país en la
producción de concreto remezclado, Copresa (fundada en
1956) y Hormec (fundada en 1976), que explota una
cantera de agregados para construcción en Nievería.
Por años el IGP y estas cuatro ocupantes pioneras fueron
el único signo de vida en la parte media de la quebrada.

La reconversión de la parte baja

Al acercarse el inicio del siglo, Huachipa va a empezar a


ser meta de grandes empresas en búsqueda de nuevas
zonas de funcionamiento. Las condiciones son propicias:
es una zona cercana a Lima, con buena comunicación,
abundancia de agua pura, con servicios instalados y sin
mayores dificultades para la obtención de las licencias de
funcionamiento.

Bajo esas premisas poco a poco se mudarán a esa


circunscripción, las productoras lácteas, cerveceras y de
refrescos más grandes del país9.
9
En 1996 la empresa se inauguró Campofe Huachipa, un cementerio de
60 hectáreas de extensión, como una alternativa ecológica de sepultura.
Fue el primer gran negocio nuevo en la parte baja.
La primera en hacerlo fue el grupo Añaños que, luego de
haber obtenido éxito en el interior del país con su
producto Kola Real decidió incursionar en el mercado de
Lima eligiendo para ello instalar una nueva planta en un
terreno de 4 hectáreas en Huachipa, la que inauguró en
1997. Luego con su producto Big Cola y otros apuntaría al
mercado extranjero, convirtiéndose en la primera
empresa peruana en competir con la industria de
refrescos con las marcas transnacionales en América
Latina y el sudeste asiático.

La segunda empresa en asentarse en Huachipa fue el


grupo Gloria. Como el mercado principal para sus
productos radicaba en la capital, tomó la decisión de
construir un complejo industrial Lima, eligiendo para ello
un terreno de 1.4 hectáreas. Inauguró su primera etapa
en enero de 1999, para la producción de la leche
evaporada. Un año después concluyó la construcción de
la planta de derivados lácteos para la fabricación de
yogures, quesos, leche y jugos en caja y bolsa UHT. Gloria
también recorrería el camino de la internacionalización,
adquiriendo industrias lácteas y azucareras en América
latina.

Que las dos empresas íconos de la industria nacional


apostaran por Huachipa fue toda una señal, para que
otras las siguieran. Años después ambas expandirían sus
propiedades para instalar nuevos procesos.
En 2005 se inauguraría la planta cervecera de Ambev,
empresa que ese mismo año sería absorbida a nivel
internacional y pasaría a formar parte de Backus. Su
planta ocupa 14.5 hectáreas. .
En 2007 Cementos Inka inició la venta d su producto
elaborado en su planta de Cajamarquilla, la misma que
tendría que ampliar pocos años después.

El complejo ambiental

Otro factor dinamizador de la zona fue la conversión de la


parte media del valle en un complejo ambiental, a través
de la instalación de una gama de actividades de este tipo
promovidas todas por la empresa Petramas.

El relleno sanitario de Huaycoloro creció hasta recibir


diariamente cerca de 5,000 toneladas de residuos sólidos
de 27 distritos de Lima, a los que le brinda disposición
final con los estándares más exigentes de calidad a nivel
mundial, como ha sido reconocido por el Banco Mundial y
las Naciones Unidas.

En julio de 2007 Petramas instaló un Mecanismo de


Desarrollo Limpio (MDL) dedicado a la destrucción de
metano en un quemador a 1,000º. Este MDL permite la
reducción de emisiones de CO2, por lo que coloca Bonos
de Carbono establecidos por el Protocolo de Kioto en el
mercado de Londres.

En octubre de 2009 esta empresa abrió un relleno de


Seguridad de Residuos Peligrosos y Hospitalarios,
especializado en la disposición final de materiales
contaminantes.

En mayo de 2011 puso en operación una planta térmica


de biomasa generadora de energía eléctrica, que entrega
14 MW hora al sistema integrado nacional. Esta planta
crea un «círculo virtuoso» ambiental que permite que los
residuos sólidos domiciliarios acaben convertidos en
energía eléctrica y retornen a los hogares, creando en el
medio no solo un mejor entorno ambiental sino una red
de creación de valor.

Nuevos proyectos

Pero el desarrollo de la quebrada no se queda ahí, pues


existen otros dos proyectos importantes que podrían
potenciar más aun su valor económico. Ellos son la
Ciudad Industrial Huachipa Este y el Puerto Seco de Lima.

La ciudad industrial Huachipa Este es un nuevo espacio


para el desarrollo de la industria peruana, sobre un área
de 487 hectáreas con lotes de una hectárea cada uno, de
los que ya se ha vendido un 30% principalmente para
plantas industriales y almacenes logísticos.

La principal característica de sus tres primeras etapas es


haber sido construida bajo parámetros de ecoeficiencia,
esto es con reciclaje de agua, alumbrado público con luz
LED y cableado eléctrico subterráneo. En su cuarta etapa
comprenderá la construcción de conjuntos de vivienda
para acoger a los profesionales y trabajadores de las
empresas asentadas.

La construcción ha supuesto una inversión de US$ 70


millones, en habilitación urbana (autopistas y pistas)
financiados íntegramente por inversión privada. Aparte
del costo actual de sus lotes, una ventaja competitiva es
su ubicación estratégica y su conectividad con toda la
capital.

La ciudad una vez que esté totalmente ocupada le


permitirá empezar realizar una importante contribución al
PBI del país y la generación de no menos de 10,000
puestos de trabajo formal.
El Puerto Seco de Lima es el primer proyecto en su tipo en
el Perú, a construirse sobre 80 hectáreas en la Ciudad
Industrial Huachipa Este.

Está concebida como una zona de actividad logística que


comprende almacenes de mercaderías listas para
exportar o recién importadas, depósitos de contenedores
o depósitos aduaneros para internamiento temporal. Su
única diferencia con un puerto común es que no está
ubicado al lado del mar, sino en un recinto absolutamente
cerrado que cuenta con todas las facilidades físicas y
administrativas (aduana, bancos, centro de servicios
empresariales).

Su mayor ventaja es que la industria actualmente ubicada


en la zona centro y sur de Lima podrá trasladar sus
productos hacia y desde El Callao teniendo como su
centro de operaciones la zona este, sin tener que cruzar
la ciudad.

La conexión con El Callao se realizará por vía férrea, con


ahorro en costos y tiempo y menor contaminación
ambiental. Con su funcionamiento, nuestro primer puerto
se descongestionará en no menos de un 30% en volumen
de operaciones.

El proyecto tiene un costo estimado de US$ 25 millones,


los cuales serán íntegramente cubiertos por inversión
privada.

La puesta en operación del Puerto Seco de Lima permitirá


al país mejorar su competitividad en costos logísticos de
comercio internacional y generar un conjunto de
actividades conexas con la consiguiente demanda de
mano de obra básica y calificada.
La Ciudad Industrial Huachipa Este y el Puerto Seco de
Lima son dos componentes de un proyecto de casi US$
100 millones que generará inversiones de no menos de
US$ 1,500 millones, en la quebrada.

Huaycoloro, hoy

El concejo municipal de Huachipa tiene registradas en


2017 más de 700 empresas y talleres que operan en su
circunscripción, de los cuales 60 son grandes industrias y
otras 12 grandes empresas de servicios (anexo 3).

Entre las empresas industriales predominan las del rubro


alimentario (leche, cerveza y bebidas gaseosas), las
textiles, las cementeras y agregados para la construcción,
las metalmecánicas y elaboración de productos
´veterinarios.

Entre las empresas de servicios destacan las


universidades y los almacenes logísticos. Las últimas de
este tipo de empresas en instalarse son Euromotors, en
2013, con un centro logístico de 7 hectáreas, y Arca
Continental Lindley, embotelladora de las marcas Coca
Cola e Inka Cola que tiene en construcción un almacén de
1.8 hectáreas para el despacho de un millón de botellas
diarias. Y la lista sigue creciendo.

Cuando esas compañías empezaron a llegar a Huachipa,


en vísperas del 2000, la tierra se vendía por hectárea y no
por metro cuadrado. Haciendo la conversión el metro
cuadrado estaba a 20 dólares, hoy los pocos terrenos
disponibles se cotizan en no menos de 700 dólares por
metro cuadrado en extensiones grandes.

También es posible encontrar a pequeñas y medianas


empresas que, atraídas por este polo industrial, les
proveen de algunos insumos o servicios o atienden la
demanda de la nueva población trabajadora en
transportes, alimentación, pequeño comercio, etc, de tal
suerte que la antes despoblada y aislada parte media y
baja de la quebrada se ha convertido hoy en un activo
espacio económico que atrae otros rubros de actividad
como bancos, grifos y hasta hoteles.

Por todo ello, debe ser una de las zonas de mayor índice
de crecimiento demográfico y de nueva producción
económica en Lima.

SIN EMBARGO, ESTE DESARROLLO social y económico


vertiginoso, así como las potencialidades a futuro de la
quebrada, están siendo amenazados por el
empeoramiento de la situación en el río.
3. El riesgo de desastres

Efectivamente, el desarrollo de la quebrada no fue


acompañado por ninguna política pública que afrontara
de manera sistemática el riesgo de desastres. Por ello, las
consecuencias negativas se acrecentaron cuando el FEN
empezó a afectar más severamente no solo al centro de
Lima sino a la nueva industria y población de la quebrada.

Así, ocurrió en 2002 y 2012, provocando que el organismo


técnico competente en ese momento: el Instituto Nacional
de Defensa Civil (Indeci) levantara la primera evaluación
de riesgo de desastres para Huaycoloro. Sus conclusiones
fueron letra muerta durante cuatro años, hasta que en
2017 una variante del FEN, el Niño Costero, produjo un
impacto de muchas mayores dimensiones.

Como veremos, para ese momento por su naturaleza y


alcance el riesgo se había vuelto estructural.

El Fenómeno El Niño 2002-2017

El episodio de 1998 conllevó a que desde el sector


privado se formularan los primeros llamados de atención
sobre la necesidad de intervenir la quebrada como parte
de la mitigación de riesgos del río Rímac (Predes, 1998),
pero el FEN no dio tiempo a que estas recomendaciones
se asimilaran.

Los huaicos de 2002 y 2012


El 5 de febrero de 2002 lo que pareció una lluvia aislada de
verano se convirtió de pronto en una verdadera amenaza
nacional. Los cauces de los ríos, alimentados por torrenciales
precipitaciones se desbordaron y arremetieron con furia
contra sembríos, viviendas y carreteras. El Indeci dio cuenta
de 5 mil damnificados, 186 casas derrumbadas y 2,300
seriamente afectadas en todo el país.

En Chosica y Chaclacayo cinco huaicos castigaron la zona


provocando la pérdida de viviendas y enseres. Por su parte, el
río Huaycoloro inundó la quebrada, destruyendo 50 viviendas
por la inundación, y dejó cientos de heridos que tuvieron que
ser atendidos en el hospital Hipólito Unanue.

Pero, como siempre, medios de comunicación


consideraron que los daños mayores del Huaycoloro
fueron el centro de Lima. Ello porque el agua desbordada
de su cauce llegó a malecón Checa y paralizó la avenida
Ramiro Prialé. De ahí, volvió a discurrir hasta las
inmediaciones de la Plaza de Acho, acaparando los
titulares informativos. Como el poblamiento de la
quebrada aún estaba en pleno curso, los daños ocurridos
ahí no merecieron mayor atención.

Luego pasaron diez años de relativa tranquilidad hasta


que el 10 de marzo de 2012 se originó otra avenida de
aguas de regular intensidad en el cauce de río Seco que
desembocó en el de Huaycoloro.
Esta vez la zona afectada fue la baja. Ello porque en la
parte media, la empresa privada ahí ubicada había
ensanchado, profundizado y mantenido límpido el cauce.
En cambio en la parte correspondiente a los
asentamientos humanos, el cauce se encontraba
colmatado por la acumulación de basura y desmonte o
por la ocupación con viviendas precarias y corrales
informales para la crianza de animales. Una comisión del
Colegio de Ingenieros del Perú que recorrió la zona
afectada concluyó que « los badenes utilizados para el
cruce de la quebrada a la altura de la carretera hacia el
Radio Observatorio de Jicamarca y el asentamiento
humano Villa Leticia han formado un verdadero ´cuello de
botella´ al cauce, que entraña enorme peligro» (Mejía,
Roque y Claudet, 2012).

Ese mismo informe ya advertía que el desborde había


respondido a una causa natural, pero que sus efectos
destructivos fueron provocados por la intervención
humana por no respetar las normas vigentes sobre la
ocupación ribereña.

Y vaya que los efectos habían sido peores que nunca.


Pasado el desastre, las autoridades locales pudieron
constatar que se habían inundado unas 400 viviendas,
afectando a cerca de 2,600 personas, que habían fallecido
dos personas, un anciano de 80 años y una niña de
aproximadamente 5 años de edad que fue arrastrada por
el agua del segundo piso de su casa de las manos de su
padre.

En total 23 asentamientos de la margen izquierda del río


y 3 de la margen derecha sufrieron daños, en especial
Santa Rosa, Pampachiri, Villa Leticia, Valle Mantaro,
Residencial Cajamarquilla y Los Claveles de
Cajamarquilla. Era la primera vez que el huaico generaba
tanto costo social.

Los pobladores afectados recurrieron a la Municipalidad


Metropolitana de Lima (MML) para solicitar una
intervención sustantiva10. Sin embargo, la alcaldesa
Susana Villarán nunca les respondió, se limitó a visitar la
zona y distribuir algunas carpas y botellas de agua.

Mapa de peligros naturales

Comité de Damnificados Quebrada de Huaycoloro, «Señora alcaldesa


10

de Lima Susana Villarán: a 80 días del huayco, no hay ninguna obra»,


Huachipa, 2 de mayo de 2012.
Las inocultables consecuencias del huaico de 2012
movieron al Indeci a realizar una primera evaluación de
peligros naturales debido a inundación por desborde del
río Huaycoloro (Indeci, 2013)11, tomando en cuenta los
niveles de daños a ocasionar o pérdidas materiales y
humanas a producir.

Para ello se tomó en cuenta la posibilidad de ocurrencia


simultánea de fenómenos de origen climático-hidrológico,
estableciendo cuatro niveles: peligro bajo, peligro medio,
peligro alto peligro muy alto:

 Zonas de peligro bajo12. Son las zonas de Las


Casuarinas y Nievería que son continuos y
adyacentes al Centro Arqueológico de Cajamarquilla.
 Zonas de peligro medio13. En el ámbito del centro
poblado de Huachipa, La Unión, 14 de Febrero y Los
Ángeles de Huachipa, así como parte de Pinazo y
Unión Perú, el sector suroeste de Caballeriza, parte
del sector Huerta, parte del sector El Paraíso de
Huachipa y un tramo de área adyacente al canal
Huachipa del sector Alto Huayco, así como gran parte
de Santa Rosa del Huaycoloro y Haras El Huayco. En
11
Para este trabajo, se realizaron inspecciones en campo, confirmadas
en gabinete mediante cálculos, considerando los antecedentes de las
inundaciones ocurridas (Indeci, 2013).
12
Aquellas en las que el terreno natural no ha sufrido alteraciones,
conservando su pendiente, y muestran baja susceptibilidad a
inundaciones pluviales. Aquí, las precipitaciones producen
escurrimientos superficiales o encharcamientos de agua leve, las
evacuaciones son relativamente rápidas, con bajo grado de arrastre de
sedimentos, producto de la erosión laminar y no existe flujo de lodos. Es
poco probable que lleguen a ellas los desbordes de la quebrada ni los
efectos de erosión de las riberas
13
Aquellas cuyos niveles topográficos no han sufrido alteraciones en su
superficie. En ellas, el flujo de escorrentía superficial es moderado,
existen algunos flujos de lodo en puntos críticos y colmatación de
material de arrastre en diversos puntos. También es poco probable que
sean alcanzadas por los desbordes y que el desplazamiento del cauce o
los efectos de erosión en las riberas lleguen a ellas.
el ámbito de Nievería, Valle Sagrado de Huachipa,
Los Jardines, Los Topacios y Las Praderas de
Huachipa, además gran parte de Las Flores, parte de
sector Buena Vista, la extensión de Pampa Mendoza
y el sector de Huayco Grande. Así como gran
porcentaje de Portales de Nievería y una extensión
menor de Chambala Nievería. También un sector de
Nievería y una zona en sentido del perímetro del
centro arqueológico de Cajamarquilla.
 Zonas de peligro alto14 En el ámbito del centro
poblado de Huachipa, Los Geranios de Huachipa, La
Encalada de Huachipa, Las Moras de Huachipa y
Corazón de Jesús, gran parte de los sectores Pinazo,
Santa Cruz de Huachipa y Santa Isabel de Huachipa,
parte de los sectores Media Luna y Caballeriza y las
extensiones extremas de Sagitario. También parte de
Huachipa y Violeta Correa, áreas extremas del sector
Huerta y toda la parte suroeste de los sectores Alto
Huayco y Haras del Huayco, así como la parte sur
este del sector Santa Rosa del Huaycoloro. En
Nievería, parte de la comunidad campesina Las Viñas
de Media Luna y de Nuevo Paraíso, Rinconcito San
Antonio, Los Cedros, La Huerta, Santa Ana y Tambo
Barranco, gran parte de Buena Vista, Cerro
Esmeralda, Pampa Mendoza y Huaico Grande,
además de parte de Huerto de Nievería, Las
Palmeras y Riveras de Cajamarquilla en el margen
derecho de la quebrada Huaycoloro, así como
Portales de Nievería, Señor de la Exaltación y

14
Aquellas en las que el terreno ha sufrido depredación de su suelo,
convirtiéndoles en canteras para la elaboración de ladrillos. Por la
explotación intensiva (tienen profundidades similares hasta los 10 m)
son susceptibles a inundaciones pluviales con el resultado de
inestabilizar la relativa verticalidad de la excavación. También incluyen a
las zonas susceptibles a inundaciones fluviales cercanas al cauce de la
quebrada, el cual por su comportamiento dinámico es propenso a
producir la inestabilidad de sus taludes
Chambala- Nievería y la parte central y extremas de
Nievería.
 Zona de peligro muy alto15. En el centro poblado de
Huachipa, gran parte de Las Brisas de Paraíso, la
parte noroeste de Violeta Correa, toda el área
adyacente a la avenida Las Torres desde el cruce de
la quebrada hasta Media Luna. Además la parte
noreste de Media Luna en la que también se ubican
canteras y excavaciones, la parte media de Unión
Perú, la parte norte de Santa Isabel de Huachipa y la
parte central del sector de Sagitario. En Nievería, la
parte alta circundante a la comunidad campesina
Viñas de Media Luna, parte extrema central de
Nievería en donde se ubican canteras cercanas al
canal de riego Huachipa.

El Estado y la población quedaban así notificados, más del


50% de los asentamientos poblacionales se ubicaba en
zonas de riesgo alto o muy alto.

Como si la advertencia de este organismo técnico no


fuese suficiente, el propio Plan de Prevención y Reducción
de Riesgo de Desastres de la MML, al evaluar los
escenarios de riesgo concluyó que en Huaycoloro existía
una alta probabilidad de recurrencia en zonas de bajo
nivel socioeconómico de «perdida en infraestructura
(viviendas, servicios) por huaicos en la zona este (lluvias
15
Corresponden a los actuales lechos y planicies de inundación de la
quebrada así como a sus respectivas riberas erosionables propensas a
producir inestabilidad de sus taludes. Estas áreas, ante un evento
extraordinario, se activan e incrementan su peligro inmediatamente
después de una precipitación intensa. También incluyen a aquellas
canteras que han sufrido una alta depredación (profundidades similares
de 10 a 20 m o más) y son susceptibles a inundaciones pluviales con
igual resultado de inestabilidad de sus taludes y laderas. En ellas, el flujo
de escorrentía es repentino e intenso y el transporte de sedimentos en
la quebrada es medio a alto y existen flujos de material sólido y
colmatación de material de arrastre en diversos puntos del cauce.
Comprenden los lechos y riberas de la quebrada.
en las zonas altas los meses de diciembre a marzo) y
deslizamientos en zonas de laderas (terrenos sueltos, en
pendiente y aumento de peso por consolidación de
viviendas, pequeñas lluvias) / Inundaciones entre
diciembre y marzo en zonas ribereñas» (MML, 2014: 62).

El huaico de 2017

En enero de 2017 se produjo un fenómeno climático que


los expertos peruanos llaman Niño Costero16 en él que, a
diferencia del FEN que aumenta la temperatura del agua
en toda la franja ecuatorial del océano Pacífico hasta la
costa norte de Estados Unidos, el calentamiento
ocurre solo en la zona costera de Perú y Ecuador.

El 31 de enero de 2017 las intensas lluvias producidas en


las alturas aumentaron el caudal del río Huaycoloro,
dando inicio a un episodio que se prolongaría por los 45
días siguientes.

Primero afectaron a la parte baja de la quebrada donde


sacaron de su base a uno de los puentes de concreto
levantados sobre el río: la losa de 10 toneladas fue
arrancada de sus anclajes por la fuerza del torrente y
movida 10 m. Luego discurrieron hacia el malecón Checa,
para volver a alcanzar el centro de Lima. Así inundaron
Campoy  y la avenida Ramiro Prialé, cuyas pistas en
ambos sentidos debieron ser cerradas a la circulación,
aislando a la quebrada de Lima. 

El torrente llegó a la planta de La Atarjea con un nivel de


turbiedad de 180,000 unidades nefelométricas
de turbidez (NTU) cuando la turbiedad máxima es de
15,000 NTU, impidiendo el tratamiento de agua potable.
Este nombre viene siendo usado desde el 2012 por la Comisión
16

Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno de El


Niño (Martínez y Takahashi, 2017: 35).
Sedapal anunció la restricción del servicio de agua
potable para Lima.

Luego las aguas ganaron Zárate, a través de la avenida


Gran Chimú, siguieron por el mercado de Flores y llegaron
a la Plaza de Acho. En Piedra Liza, distrito del Rímac,
inundaron el local de la delegación policial, inmovilizando
al personal y los vehículos, y más adelante también
bloquearon el pase por el puente Nuevo y por el puente 9
de Octubre.
Se registró el colapso del servicio del Metro de Lima por el
cierre de vías alternas que conducen a San Juan de
Lurigancho. Al ser este el único método para llegar a sus
viviendas, los usuarios hicieron colas de hasta cuatro
cuadras.

Todo un desastre simultáneo en la quebrada y en Lima,


que ya había sido anunciado17 y que tres días después se
repitió cuando un nuevo huaico cayó sobre Huachipa.
Tomó siete días limpiar la avenida Prialé y reabrir el
tránsito. Poco duró la tregua del clima, pues el 28 de
febrero y el 3 y el 14 de marzo las aguas se cargaron
nuevamente.

El 17 de marzo una crecida más fuerte rompió las débiles


defensas del Rímac en Carapongo e inundó Cajamarquilla
y Huachipa. Imágenes desgarradoras de pobladores
atrapados por las aguas dieron la vuelta al mundo. El
fenómeno no era privativo de Huaycoloro, días antes los
departamentos del norte habían sufrido inundaciones
gigantescas. En Lima, el desborde del Rímac inundó el
parque La Muralla, a menos de un kilómetro de Palacio de
Gobierno. El desborde llevó a movilizar a personal de
ejército para rescatar los libros de la biblioteca de la Casa

«Huaycoloro: industriales de la carretera Central advirtieron peligro de


17

huaico a las autoridades», Gestión, Lima, 7 de febrero de 2017.


de la Literatura ante el riesgo de una inundación. A ese
momento se contabilizaban 43 personas muertas y
afectadas otras 546,052 en 24 regiones, según el
Indeci. El Ministerio de Economía y Finanzas estimó que, a
causa de las lluvias, el país perdería 1 punto del producto
bruto interno del 2017.

En total había sido una sucesión de 65 huaicos grandes y


pequeños caídos en esos 45 días, que dejaron 500
viviendas dañadas y 2,500 personas damnificadas
(gráfico 5).

Gráfico 5. Quebrada de Huaycoloro: área de


impacto del
Fenómeno El Niño, 2017
Fuente: Cenepred, 2017.

Lo dramático era que el mapa de daños producidos


coincidía casi exactamente con el mapa de riesgos,
levantado 4 años antes. Los efectos solo eran
comparables con los ocurridos durante los episodios de
1983 y 199818.

Factores estructurales de riesgo

18
En la actualidad se considera que en esas oportunidades también pudo
tratarse de un Niño Costero pero combinado con FEN «normal»
(Martínez y Takahashi, 2017)
Si se compara con los grandes ríos de la costa, el
escenario natural de la quebrada es de pequeña
extensión y debería ser perfectamente manejable. Sin
embargo se presentan factores estructurales que generan
el alto riesgo.

Huaycoloro es una quebrada que permanece seca en


mayor parte del año, discurriendo agua solo en las épocas
de fuertes precipitaciones en la parte alta. La causa de las
inundaciones es el estrangulamiento del cauce por
razones de tipo natural y antrópica.

La causa natural se genera porque la caja hidráulica del


cauce del río tiene distintos volúmenes a lo largo de su
extensión: es amplia y suficiente en la parte alta, se
estrecha en la parte media y se vuelve insuficiente en la
parte baja. Por esta razón, las avenidas, una vez que
superan la parte alta, desbordan a ambos lados del cauce
y propagan lodo y agua a toda la zona central de la
quebrada (Cenepred, 2017).

La causa antrópica, es decir por mano del hombre, según


la evaluación de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), es
la invasión de las fajas marginales con fines de
deforestación de las zonas ribereñas, la deposición de
residuos sólidos y vertidos, el arrojo de desmonte y
materiales de acarreo en el cauce e, incluso, la
construcción de corrales y hasta de viviendas precarias en
partes de su curso (ANA, 2016).

Las causas naturales

Para comprender las causas naturales debe tomarse en


cuenta factores como la precipitación, la capacidad del
cauce y el período de retorno de caudales que superan :
La información meteorológica disponible muestra que en
los últimos 27 años las máximas precipitaciones se
produjeron el 2002, 2012 y 2017 (cuadro 2).

Cuadro 2. Quebrada de Huaycoloro: precipitaciones


máximas en 24 horas, 1990-2017

año PP max 24h año PP max 24h


1990 3.2 2004 1.6
1991 3.7 2005 1.2
1992 2.3 2006 5.6
1993 2.4 2007 7.7
1994 16 2008 4
1995 3 2009 8
1996 5.8 2011 4
1998 6.5 2012 28.5
1999 6.5 2013 6.5
2000 6 2014 5
2001 5.2 2015 13.9
2002 30.7 2016 4.2
2003 2.8 2017 16.2

Fuente: Senhami, Estación Chosica.

Los parámetros básicos, de forma y de relieve del cauce,


revelan que en su parte baja puede soportar un caudal
máximo de 40 m3/segundo. Con esta información y
utilizando los métodos generalmente aceptados se ha
establecido caudales para distintos períodos de retorno
(cuadro 3).

Cuadro 3. Quebrada de Huaycoloro: caudales


calculados para períodos de retorno de entre 10 y
500 años
Periodo de retorno
Método
10 25 50 100 200 500
Creager 44.6 62.4 75.8 89.2 102.6 120.4
Hec Hms 39.6 61.5 78.3 94.7 111 131.9

Cálculos que permiten establecer que caudales superiores


a los 40 metros3/segundo van a provocar una inundación
en un periodo de 10 años.

El problema es que el traslado de detritos, provenientes


tanto del cauce principal como de sus quebradas
aledañas, produce un nivel de sedimentación en el lecho
que colmata permanentemente el cauce y reduce la caja
hidráulica muy por debajo de los 40 m 3. Es decir la
sucesión de avenidas, eleva el fondo del cauce y reduce
el volumen capaz de conducir con lo cual disminuye, en la
práctica los períodos de retorno.

La imagen que mejor grafica este estrangulamiento es la


del puente Huaycoloro, ubicado muy cerca de la
desembocadura de la quebrada en el río Rímac.
Normalmente, la luz del cauce debajo del puente debería
de 1.80 de altura, sin embargo en marzo de este año era
de solo 0.50 m, lo que reducía a menos de un tercio su
capacidad de recibir aguas de avenida.

Con ello, si observáramos la quebrada desde los aires


podríamos ver que el cauce asemeja a un embudo que
desde el puente Saracoto hasta el puente Huaycoloro se
estrecha hasta hacer los desbordes en la única vía de
alivio de las descargas extraordinarias.

Las causas antrópicas

La principal causa antrópica de las inundaciones en el


Huaycoloro es la sistemática invasión de las fajas
marginales del río, para aprovecharlas o para convertirlas
en vertederos de deshechos19.

Según la ley 29338, Ley de Recursos Hídricos, las fajas


marginales de los ríos son propiedad del Estado. La ANA
es la autoridad en estas fajas, caracterizadas por ser
inalienables (el Estado no puede enajenarlas),
imprescriptibles (su posesión prolongado del tiempo no a
da derecho a propiedad) e intangibles (no pueden ser
usadas para ningún fin sin autorización de la ANA).

El decreto supremo 001-2010-AG, Reglamento de la ley


29338, declara que las fajas marginales de los ríos son
bienes de dominio público hidráulico y que están
formadas por las áreas inmediatas superiores a las riberas
de las fuentes de agua, naturales o artificiales. Las
dimensiones en una o ambas márgenes de un cuerpo de
agua son fijadas por la Autoridad Administrativa del Agua,
de acuerdo con los criterios establecidos en el
Reglamento, respetando los usos y costumbres
establecidos. Está prohibido el uso de las fajas marginales
para fines de asentamiento humano, agrícola u otra
actividad que las afecte20.

En nuestro caso, la delimitación de las fajas marginales


del río Huaycoloro, de 35 metros paralelos a cada ribera,
fue realizada en 1998 por la Administración Técnica del
19
Según el ANA “Su cauce seco y sucio, sus laderas repletas de basura,
se han convertido en botaderos y desagües. A pesar de que se le
considera un río, las aguas del Huaycoloro no son de origen glaciar, no
vienen de ninguna laguna, ni del subsuelo, ni lo alimenta ninguna fuente
natural. Su caudal se forma solo en épocas de lluvias. Y el resto del
tiempo solo conduce descargas de aguas residuales de plantas
industriales que se ubican en la zona… el Huaycoloro tiene 255 fuentes
contaminantes, 71 vertimientos de aguas residuales, 70 tuberías de
aguas domésticas, 114 botaderos de residuos sólidos domésticos y de
construcción, además de 11 canales de regadío» (La República, 5 de
febrero de 2017, Lima).
20
Decreto Supremo 001-2010-AG, arts.113 y 115.
Distrito de Riego Chillón-Rímac-Lurín de la Unidad Agraria
Departamental del Ministerio de Agricultura 21.

En el 2014, con apoyo de la empresa Petramas, la


Autoridad Local del Agua (ALA) Chillón-Rímac-Lurín
procedió a la monumentación de los hitos de la faja
marginal de la margen derecha, actividad en la que
tomaron parte la municipalidad distrital de Lurigancho-
Chosica, la Defensoría del Pueblo y los mismos
pobladores. A la fecha, se ha logrado delimitar los
primeros 7 kilómetros restando poco más de 4 kilómetros.

Pero estas acciones son todavía insuficientes. Tal como


mencionamos antes, la falta de un adecuado sistema de
recolección de residuos sólidos en las nuevas zonas
superpobladas hace que la basura acabe en las riberas
del río. Peor aún, el desmonte de las construcciones es
usado para rellenar las riberas y ganar terreno, achicando
más el cauce. Es decir, la causa antrópica agrava la causa
natural de riesgo en la quebrada.

Este proceso es permanente y acumulativo. A lo largo de


todo el cauce se puede reconocer las zonas de ribera
rellenadas precariamente, las mismas que el río reclama
con violencia en cada huaico. Así, el día de hoy el río se
encuentra nuevamente colmatado por la acumulación de
basura y desmonte (ilustración 2), como ha quedado
registrado en una inspección notarial promovida por las
organizaciones sociales.

Ilustración 2. Río Huaycoloro: colmatación por


arrojo de desmonte
e invasión de fajas marginales, noviembre de 2017

21
Resolución Administrativa N° 032-98-AG-UAD.LC/ATDR.CHRL
Foto: Alex Durand Churampi.

La sumatoria y potenciación de las causas antrópicas y las


causas naturales, crea un nivel de peligro y vulnerabilidad
crecientes en las partes media y baja de la quebrada.

Por ello, y en referencia a la situación actual, la


evaluación elaborada por el Cenepred, después de la
sucesión de huaicos de febrero y marzo de 2017,
concluye que esta se encuentra expuesta a un alto y muy
alto riesgo a causa de los detritos y que el nivel de
aceptabilidad y tolerancia a ese riesgo es de nivel
Inaceptable, cuantificando el universo social expuesto de
las zonas de Campoy, Santa María de Huachipa,
Cajamarquilla y Nievería en 16,900 viviendas, 23.9
kilómetros de vías de comunicación y 68,169 personas
(Cenepred, 2017: 14).

Esta entidad también concluye que los riesgos


mencionados pueden generar daños físicos por un monto
estimado en 939 millones de soles.
A esta cifra debe añadirse las pérdidas sociales no
contabilizadas con son las horas-hombre dejadas de
trabajar durante los 10 días de aislamiento de la venida
Prialé, la producción dejada de realizar en las fábricas de
la zona, la pérdida de ingresos de los trabajadores
independientes de servicios (transportistas, bodegas,
mercados, pequeños restaurantes, etc) y los costos
invisibles que la población tuvo que afrontar (mayores
gastos en salud, pérdida de días de estudio, sobreprecio
de los alimentos, etc) que elevarían a no menos del doble
la cifra de pérdidas reales.

ES DECIR, LOS RIESGOS que se generan en la quebrada no


solo han aumentado de nivel sino que amenazan tanto el
desarrollo económico generado por la inversión privada
como la seguridad del importante sector social ya
asentado en ella.
4. El Estado ausente

En el país, por causas históricas, como el centralismo


político, la subvaluación de la actividad agraria, la falta de
una cultura ambiental o la envergadura de las inversiones
para la prevención, el Estado no se ha hecho cargo del
FEN. Así, cada vez que este se ha presentado su reacción
ha sido posterior, como si nunca se hubiese conocido
previamente la posibilidad de una nueva ocurrencia
dramática.

Nuestro caso de Huaycoloro es una prueba viva de ello.


Tras los desastres ocurridos a nivel nacional en marzo de
2017, el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski dispuso la
creación de la Autoridad para la Reconstrucción con
Cambios (ARCC)22, generando la expectativa del
surgimiento de un nuevo enfoque del Estado frente al
riesgo. Pero después de 8 meses de espera la respuesta
no corresponde al nuevo enfoque que se pretendió dar a
la necesaria tarea de reconstrucción y es, más bien, la
empresa privada y la sociedad civil organizada quienes
levantan ahora la necesidad de soluciones definitivas para
el riesgo.

De espaldas al Fenómeno El Niño

A lo largo del siglo XX la regla general ha sido la abulia e


insensibilidad del Estado ante el FEN.

Así, pese a la existencia de mejores métodos de medición


de la temperatura del mar, cada vez que un FEN asoma,
los gobiernos reaccionaban con sorpresa, como si fuese
un hecho fortuito e inesperado y no una recurrencia que
22
Ley 30556, Ley que aprueba disposiciones de carácter extraordinario
para las intervenciones del gobierno nacional frente a desastres y que
dispone la creación de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios.
tienen el deber de prever. Entonces recién se ponían a
disponer de fondos presupuestales extraordinarios y a
adoptar medidas de «prevención», muchas de las cuales
acababan como inoportunas e inútiles, pues se
ejecutaban cuando la emergencia ya era inevitable o
había pasado (Matos Mar, 2015).

Quizás la imagen que grafica más fielmente la imprevisión


histórica corresponde a uno de los más severos eventos
climáticos del siglo XX, las torrenciales lluvias costeras y
la inclemente sequía del sur andino de 1957-1958, y es la
foto publicada por los diarios de la época en la que se ve
a campesinas regalando a sus hijos a los viajeros, al pie
del ferrocarril en Juliaca, por no tener con qué
alimentarlos.

Lo paradójico es esta actitud tuvo un alto costo político a


los gobiernos. En 1958, el FEN precipitó una crisis
económica y política a medio período del presidente
Manuel Prado. En 1965, el gobierno democrático de
Fernando Belaunde vio detenido su ímpetu reformista. En
1972, el gobierno militar hubo de dejar de lado
momentáneamente sus cambios estructurales para
atender la emergencia; y en 1982-1983, el segundo
gobierno de Belaunde empezó a colapsar por los graves
efectos de los desórdenes del clima. La única excepción
digna de citar es la del FEN 1997-1998, ocasión en la que
se existió un programa de prevención23.

El Estado tampoco puede exhibir éxito en materia de


reconstrucción. Para empezar, nunca formuló un plan
integral para afrontar los efectos del FEN sino siempre
afrontó esta consecuencia mediante acciones sectoriales
o regionales. Las dos únicas experiencias de
23
Respecto del FEN 1997-1998 aún autores críticos del gobierno de
Fujimori reconocen que se ejecutó una labor de prevención que resultó
efectiva (Zapata y Sueiro, 1999).
reconstrucción a nivel regional, ocurridas después de los
sismos de 1970 y 2007, acabaron en el fracaso.

En 1970 el aluvión sobre Ranrahirca y el devastador


sismo que el 31 de mayo de ese año afectó al Callejón de
Huaylas motivaron al gobierno militar encabezado por el
general Juan Velasco Alvarado a la creación de la
Comisión de Reconstrucción y Rehabilitación de la Zona
Afectada por el sismo (Cryrza), como organismo
encargado de recuperar las provincias y distritos de los
departamentos de Áncash y La Libertad devastados por el
fenómeno telúrico. Tres años después se convirtió en
Organismo Regional para el Desarrollo de la Zona
Afectada por el Sismo (Ordeza). Al final su labor acabó en
un escándalo de denuncias de omisiones, retrasos y
corrupción.

En 2007, luego de sismo del 15 de agosto ocurrido en


Pisco el segundo gobierno de Alan García creó el Fondo
para la Reconstrucción Integral de las Zonas Afectadas
por los Sismos del 15 de agosto de 2007 (Forsur), para
atender a las provincias y distritos de Ica, Lima y
Huancavelica dañados por el sismo. Su concepción trató
de replicar el modelo del Fondo para la Reconstrucción
Económica y Social del Eje Cafetero (Forec) de Colombia,
formado el presidente Álvaro Uribe luego del terremoto en
el Eje Cafetalero de Medellín y pensado como una entidad
privada con capacidad para manejar fondos públicos y
donaciones a fin de construir 127 mil viviendas en cinco
años.

Sin embargo, la ley aprobada por el Congreso no le asignó


esas atribuciones motivando que algunos de los
empresarios notables24 que habían sido invitados
24
Entre los inicialmente invitados figuraban Julio Favre, expresidente de
la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas
(Confiep), Eduardo Figari, arquitecto, José Chlimper, ex presidente
renunciaron al poco tiempo, pues no querían ser
considerados como funcionarios públicos. El fondo
financió proyectos por un monto de 800 millones de soles
y tardó seis años en acabar sus funciones. No obstante,
hasta hora centenares de damnificados viven en los
módulos de madera que se les entregó poco tiempo
después del sismo. Al año de su cierre, el Congreso de la
República acusó penalmente a 140 funcionarios por
manejos irregulares.

La principal limitación de ambas experiencias de


reconstrucción era pensar en ese proceso como una
actividad ceñida estrictamente a la construcción de
infraestructura, formada por la sumatoria de proyectos
individuales no vinculados entre sí y concebida de arriba
abajo, en la que el Estado protector atendía a su clientela
damnificada.

Su expresión más típica era la de reconstruir lo caído, con


lo cual se no solo no se cuestionaba las causas de la
vulnerabilidad previa al evento sísmico sino que la
acababa reproduciendo.

Obviamente, esta perspectiva de poco servía para el caso


de la reconstrucción tras el Niño Costero, pues no se
descartaba la posibilidad que este pudiese ser seguido en
el verano de 2018 por un FEN «normal». De aquí que, tras
distintas consultas con especialistas, el gobierno decide
adoptar la propuesta de reconstrucción y previsión,
introduciendo cambios en las zonas y las formas en la que
se construyen viviendas y edificios públicos, a efectos de
que queden a salvo a futuro de los efectos de un FEN..

de Comex Perú y exministro de Agricultura, Henry Day, de la Fundación


Perú, y Ricardo Briceño, de la Sociedad Nacional de Minería, así como
Pedro Pablo Kuczynski. Chlimper y Day renunciaron a los 2 meses y
Kuczynski en abril de 2008.
Reconstrucción con Cambios

La ARCC  fue creada como una entidad adscrita a la


Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), de carácter
excepcional y temporal, con el encargo de liderar y poner
en ejecución el Plan Integral de Reconstrucción con
Cambios (PIRCC). Para ello, cuenta con autonomía
funcional, administrativa, técnica y económica
constituyéndose como una unidad ejecutora, con la
finalidad de realizar todas las acciones y actividades que
fuesen necesarias.

En la ejecución de ese plan debe actuar de manera


coordinada con los diferentes sectores del gobierno
nacional, incluidas las empresas públicas, los gobiernos
regionales y los gobiernos locales.

Un marco conceptual innovador25

La característica principal del PIRCC es adherir el marco


conceptual del desarrollo sostenible, que conjuga
desarrollo económico, desarrollo social y protección del
medio ambiente.

Así, el PIRCC adopta el enfoque de gestión de cuencas


hidrográficas e incluye la preparación de estudios de
cuencas y el despliegue de un programa de inversiones
que permita el tratamiento integral de las mismas con
miras a minimizar los riesgos de futuras inundaciones. De
igual modo, considera la ejecución de proyectos de
drenaje pluvial en las principales ciudades afectadas por
las lluvias en el norte del país.

De modo similar también asume el enfoque de


ordenamiento territorial, por considerar que una de las
25
Esta breve reseña está basada en ARCC, 2017.
principales causas de daños vinculados al Niño Costero es
el desordenado y caótico crecimiento de las ciudades y la
falta de lineamientos que regulen su expansión orgánica o
de capacidades para hacer cumplir tales lineamientos,
cuando los existían. En ese sentido, el PIRCC incorpora
como elemento fundamental de la prevención, la
preparación de planes de desarrollo urbano en los
principales centros poblados de las zonas afectadas.

Quizás el mayor signo de la voluntad de reconstruir con


cambio es la adopción del enfoque de gestión del riesgo
ante el cambio climático, que le define un horizonte de
preocupación más amplio que el de las solas
reconstruciones físicas y que implica acciones normativas
e institucionales adicionales a éstas. Por ejemplo,
reconociendo la invasión de las riberas de los ríoscomo un
factor causal del riesgo de desastres, dispone la
recuperación de las fajas marginales como paso previoa
las acciones de reconstrucción.

Dentro de este marco, propone intervenciones de dos


tipos: la rehabilitación y reemplazo de infraestructura
pública y la prevención.

La rehabilitación incorpora aquellos proyectos que tienen


como propósito recuperar la infraestructura pública
impactada, dañada o destruida como consecuencia de los
embates del Niño Costero. El programa de inversiones en
este rubro comprende carreteras, vías subnacionales,
pistas y veredas, sistemas de agua y alcantarillado,
locales escolares educativos, establecimientos de salud,
sistemas de riego, entre otros. En esa línea, también se
propone la reparación y levantamiento de nuevas
viviendas para reemplazar a aquellas que resultaron
destruidas o se encuentran inhabitables.
La prevención contempla un conjunto de proyectos
orientados a evitar la futura reedición de los daños
experimentados como consecuencia del Niño Costero. El
programa de inversiones en este rubro comprende un
conjunto de iniciativas preventivas para la gestión del
riesgo de desastres. Entre estas se considera la
descolmatación de los principales ríos y quebradas de las
zonas afectadas, aquellas cuya activación ocasionó mayor
daño, así como la construcción de barreras ribereñas y
otra infraestructura de protección para las poblaciones
ubicadas en zonas aledañas.

El conjunto de las intervenciones consideradas sumado al


componente de fortalecimiento de capacidades
institucionales requiere de una inversión de 25,655
millones de soles. De este total, el 77% se orientará a
obras de reconstrucción con cambios de la infraestructura
afectada, mientras que el 21% se destinará a obras de
prevención. El 2% restante se destinará a mejorar las
capacidades de gestión de las principales unidades
ejecutoras del PIRCC y a otras inversiones.

Para el caso específico del departamento de Lima, el


PIRCC considera un presupuesto de 323 millones de soles
(cuadro 4).

Cuadro 4. Autoridad para la Reconstrucción con


Cambios: presupuesto de reconstrucción para el
departamento de Lima, 2017

Partidas Monto
(S/)
Descolmatación de los ríos 62’954,617
Rímac, Cañete, Huaura y Mala y
quebrada de Huaycoloro
Solución integral ríos Rímac, 260’200,000
Cañete, Huaura y Mala y
quebrada de Huaycoloro
Total 323’154,617
Fuente: ARCC, 2017: 49.

Y dentro de este presupuesto, la quebrada de Huaycoloro


cuenta con partidas para la descolmatación inmediata y
para la solución integral.

Una práctica discordante

Desafortunadamente, la realidad de la reconstrucción


hasta la fecha no se ajusta al innovador marco conceptual
aprobado.

En primer lugar, no existe un aparto institucional abocado


a la reconstrucción. Nominalmente es la municipalidad
distrital pero, a su vez, la competencia sobre el río le
corresponde a la ALA Chillón-Rímac-Lurín que funciona en
Lima en el distrito de San Martín de Porres por la distancia
que existe entre los tres valles. Entre mayo y agosto, el
período establecido por la ARCC para recibir las iniciativas
de obras a considerar en el PIRCC ni la municipalidad ni la
ALA plantearon alguna propuesta de solución definitiva
para la quebrada de Huaycoloro. Solo el Gobierno
Regional Lima de la MML ha programado una obra de
construcción de un muro de contención en la zona de
Haras El Huayco, de 700 m, pero correspondientes a un
proyecto de inversión pública que venía de años atrás y
que no forma parte del programa de reconstrucción. En
suma, la institucionalidad para la reconstrucción es más
formal que real.

En segundo lugar, la Ley de Reconstrucción considera el


inmediato cese de cualquier derecho de terceros dentro
de las fajas marginales, pero en el caso del Huaycoloro ni
la ANA ni la ALA han planteado actividad alguna de
recuperación aunque fuese solo registralmente. Esta
abulia administrativa ha permitido que, incluso, zonas
anteriormente recuperadas hayan vuelto a ser ocupadas
ilegalmente26.

Por último, la tarea de descolmatación del cauce tan


significativa dentro del PIRCC para los ríos de costa, en el
caso de Huaycoloro ha resultado una verdadera
decepción. La ARCC no le asignó ningún recurso
presupuestal y el Ministerio de Agricultura y Riego
(Minagri) rescató dos partidas destinadas a la
construcción de tres diques por 712,000 soles para
convertirlas mediante una ingeniosa jugada
administrativa en el presupuesto para la descolmatación
del río, que como vimos en páginas anteriores sigue
recibiendo basura y desmonte. Estas partidas habían sido
presupuestadas a fines de 2016, cuando todavía no se
vislumbraba la aparición del Niño Costero.

Lo paradójico es que, según la misma información del


Minagri, el costo promedio de descolmatación de un
kilómetro de río a nivel nacional se cotizaba en 800,000
soles, por lo que la suma asignada no alcanzaba ni para
hacer un kilómetro.

Luego, la movilización de la población logró que el


Programa Subsectorial de Irrigaciones (PSI), del Minagri,
asignara una partida para realizar acciones de protección
de las riberas. La municipalidad distrital de Chosica

26
Como parte de un convenio de cooperación entre la ANA y la empresa
Petramas, en 2014 y 2015, se logró la reubicación de 130 ocupantes
informales de la faja marginal de la margen derecha de la parte media
de la quebrada. ANA realizó la monumentación de hitos, mientras que
Petramas otorgó incentivos económicos para que los ocupantes se
retiraran y no siguieran expuestos a una nueva crecida. Entre febrero y
marzo de 2017 parte de la zona recuperada sufrió el embate del río,
desmoronándose, por lo que este programa de responsabilidad social
salvó muchas vidas. Sin embargo, algunas de las áreas recuperadas han
vuelto a ser ocupadas por terceros.
elaboró la respectiva ficha técnica, que fue aprobada por
la ANA. Se convocó un concurso público, en el que la
empresa ganadora fue favorecida por el Gobierno
Regional Lima con una generosa modificación de los
términos de referencia iniciales que redujeron la cantidad
de roca a colocar, con lo cual el contratista hizo un
extraordinario negocio y el río siguió estando
desprotegido

Pero, la decisión que más ha llamado la atención es que


dentro del PIRCC la única inversión claramente
identificada y presupuestada es el arreglo de pistas y
veredas para la parte baja de quebrada, precisamente la
que rodea a las grandes fábricas industriales, actividad a
cargo del Ministerio de Vivienda y que tiene un
presupuesto de 124 millones de soles, mientras que no se
hace nada en el río27.

Es muy difícil justificar técnicamente que no se intervenga


el río justo cuando vuelven a iniciarse las descargas de
lluvia28 y que, al mismo tiempo, se priorice en las obras a
la zona más rica y menos afectada de la quebrada, lo cual
aunado a las otras realidades señalas configura una
abierta discrepancia entre discurso y realidad de la
reconstrucción29.
27
«En Cajamarquilla, en Huachipa, donde los huaicos sepultaron casas y
dejaron a decenas familias sin hogar, no se ha hecho nada… (El río
Huaycoloro continúa igual) mientras continúan las gestiones, denuncias
y lamentaciones el tiempo para prevenir se reduce y el riesgo se
incrementa para la población» (Grecia Llanos, «La reconstrucción no
llega ni a Chosica tras el paso del Niño Costero», Correo, Lima, 12 de
noviembre de 2017).
28
«Rio Huaycoloro amenaza de nuevo a Lima y reconstrucción no
avanza», Expreso, Lima, 26 de octubre.
29
Esta discrepancia no puede ser atribuida a un desconocimiento de la
ARCC sobre la situación en el Huaycoloro pues entre septiembre y
octubre el Director Ejecutivo de esa entidad se reunió con dirigentes de
las organizaciones sociales de la quebrada a quienes aseguró que las
distorsiones se corregirían, lo cual hasta el momento de redactar este
La iniciativa privada y de la sociedad civil

Ante la circunstancia descrita, desde las empresas de la


zona y las organizaciones de pobladores surgió la
necesidad de buscar un camino alternativo al del Estado
ausente.

Para el sector privado el tema es estratégico porque


implica evitar las pérdidas sufridas en el episodio de
febrero-marzo de 2017, consecuencia frente a la cual
desean protegerse. Para los pobladores es mucho más
vital todavía pues está en juego su seguridad personal y
la de sus familias así como del único patrimonio que
disponen: sus viviendas.

Así, en el mes de agosto de 2017 la empresa Backus


anunció su interés en ejecutar a través del programa
Obras por impuestos el proyecto de canalización del
Huaycoloro. Ese mismo mes, la empresa Petramas fue
más allá y financió un estudio de factibilidad para esta
obra que donó a la Municipalidad distrital de Lurigancho-
Chosica. El proyecto ya ha sido inscrito en el banco de
proyectos del sistema Invierte.pe30.

Tanto Backus como Petramas, a las que están dispuestas


a acompañar otras empresas de la zona, remitieron las
cartas de expresión de interés al Minagri y a la ARCC sin
merecer respuesta alguna dentro de los plazos que fija la
normatividad de promoción de la inversión privada.

documento (noviembre de 2017) no había ocurrido (comunicación


personal de Alex Durand).
30
Proyecto de inversión pública «Creación del servicio de canalización y
protección de cauce de la quebrada Huaycoloro, centro poblado Chosica,
distrito de Lurigancho-provincia de Lima-región Lima», código 2396984.
Por ello el Estado ha pasado a asemejarse al protagonista
de la fábula El perro del hortelano «que no come ni deja
comer», aunque en este caso es más grave porque «no
reconstruye ni deja reconstruir» siendo inconsecuente con
los propios principios rectores del PIRCC.

Una solución estructural

Para el caso de la quebrada, el proyecto de inversión


pública aprobado por la municipalidad distrital representa
una solución integral y definitiva de ingeniería que elimina el
riesgo de deslizamiento de la quebrada y minimiza el riesgo
antrópico. Con este fin tiene dos grandes componentes: la
canalización del cauce del río y la protección de las fajas
marginales

El primer componente propone como solución definitiva la


canalización y enrocado del río, para dotarlo de una caja
hidráulica uniforme a lo largo de todo el cauce que sea capaz
de soportar un caudal estimado para 200 años de retorno
(gráfico 5). Para ello contempla:
 La ampliación del cauce y el enrocado de sus taludes
ribereños con muros de concreto armado, en un tramo
de 11.8 kilómetros.
 La construcción de muros de protección.
 La construcción de un puente vehicular en la avenida Los
Laureles y un puente peatonal a la altura de la zona de
Nievería, que faciliten la comunicación entre ambas
márgenes..
 La construcción de una vía auxiliar sobre la faja marginal
derecha en un tramo de 8.2 kilómetros pavimentados.

Gráfico 5. Río Huaycoloro: propuesta de canalización,


2017
El segundo componente consiste en la construcción de
parapetos en ambas fajas marginales que impiden el paso
hacia el cauce del río, como un elemento fundamental de
protección. Tienen la doble función de impedir que se
produzca el arrojo de basura y desmonte y de definir un área
de amortiguamiento, que amplíe la caja hidráulica en caso de
avenidas superiores al cauce del canal.

La canalización y los parapetos serían capaces de soportar un


caudal de 120 m3 por segundo, con lo cual la posibilidad de
inundaciones desaparecería definitivamente.

El costo del proyecto es de 130 millones de soles. La


evaluación económica realizada para un horizonte de 10 años
arroja un valor actual neto (VAN) de 238 millones de soles y
una tasa interna de retorno (TIR) de 45.6%, considerando
como beneficio la eliminación de perjuicios por desastres por
62 millones de soles anuales31.

No solo las empresas han asumido la promoción de este


proyecto sino que este ha sido hecho suyo por la
municipalidad distrital y la Organización Viviendas Unidas de
31
Índices que aumentarían si se consideraran los costos en pérdida de
infraestructura a evitar, estimados por Cenepred en 938 millones de
soles, más los beneficios no perdidos.
Cajamarquilla que reúne a la mayoría de las organizaciones
sociales de la parte baja y media de la quebrada.

Sin embargo, este proyecto sigue esperando que el Estado


despierte de su letargo respecto a una pronta repetición de un
FEN.

EN SUMA, UNA SITUACIÓN paradójica pues la práctica discrepa del


concepto de reconstrucción definido por el gobierno
Comentario final

El caso de la quebrada de Huaycoloro, que hemos


analizado brevemente, refleja las limitaciones
institucionales y presupuestales de aplicación de toda
una política de Estado, como la gestión del riesgo de
desastres, y de un programa priorizado de gobierno,
como el PIRCC, a una realidad micro; evidenciando que
para este y otros casos similares se requiere de mayores
esfuerzos gubernamentales si se desea obtener
resultados positivos.

Este caso también refleja la dimensión de la falta de una


cultura de prevención en el país. Desde el punto de vista
de la ingeniería es inadmisible que un pequeño río cada
cuatro o cinco años haga peligrar Palacio de Gobierno,
cree tanto perjuicio económico a las empresas más
dinámicas de la capital y ponga en peligro la seguridad de
un bolsón social tan grande como el que vive hoy en la
quebrada, sin que se haga nada sustantivo.

La sola omisión de un presupuesto para la descolmatación


inmediata, en un contexto en el cual se realiza esta tarea
en todos los ríos de la costa norte, es un signo de que
pese a su cercanía geográfica Lima y nuestros políticos y
funcionarios siguen estando muy lejos de Huaycoloro.

Una situación como esta, por atípica, seguramente


llamaría la atención de los funcionarios de la Organización
para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE),
organización a la cual el país desea adherir.

No obstante resulta alentador que, ante este Estado


ausente, y desafiando todos los paradigmas ideológicos,
exista hoy en Huaycoloro una coincidencia sustantiva
entre los grandes empresarios industriales y las
organizaciones sociales representativas de los más
pobres, para propiciar su propia reconstrucción con
cambios32.

Esta inédita actitud confirma que el gran desafío para el


país es dejar de pensar en el FEN como un evento
episódico e imprevisible, para pasar a considerarlo como
un componente esencial del análisis del riesgo y de la
política para conjurarlo. Como opinaba el antropólogo José
Matos Mar antes del último cambio de gobierno «Buen
gobierno es saber que hemos vivido y viviremos con el
FEN y que, por el cambio climático global, este fenómeno
tendrá intervalos de presencia cada vez más cortos. Por
ende, debería ser un capítulo obligado del plan de quienes
quieran gobernar el Perú».

32
Actitud participativa que la OCDE si valora positivamente: «…la
participación ciudadana activa se basa en el supuesto de que los
ciudadanos pueden contribuir de manera eficaz y original a la
elaboración de políticas públicas, a partir del conjunto de recursos de la
sociedad, para enfrentar los numerosos problemas de gobernabilidad
que se plantean hoy en día. Esto no implica considerar al gobierno como
un microadministrador, sino más bien como un promotor, creador de
estructuras-marco. En estas estructuras, el mercado y la sociedad civil,
los ciudadanos y los grupos sociales pueden organizar sus actividades y
sus relaciones. En un proceso de toma de decisiones la relación entre
instituciones públicas y ciudadanía puede convertirse en
coparticipación» (Gramberger, 2006: 38).
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Anexos
1. Comunidad campesina de Jicamarca: anexos
urbanos, 1992

Número Anexo Distrito


1 Santa Cruz de Lurigancho-Chosica (Huachipa)
Cajamarquilla
2 La Vizcachera San Juan de Lurigancho
3 Media Luna Lurigancho-Chosica (Huachipa)
4 La Perla de Jicamarca Lurigancho-Chosica
5 Yanacoto Lurigancho-Chosica
6 Chacrasana Lurigancho-Chosica
7 -
8 Cerro Camote Lurigancho-Chosica (Huachipa)
9 -
10 El Algarrobo No determinado
11 San Antonio de T. Carabayllo
Blanca
12 El Vallecito Lurigancho-Chosica (Huampaní)
13 Pedregal Alto Lurigancho-Chosica
14 -
15 Río Seco Carabayllo
16 -
17 Alta Paloma San Juan de Lurigancho

18 Carapongo Alto Lurigancho-Chosica (Carapongo)


19 La Campana Carabayllo
20 -
21 -
22 Canto Grande San Juan de Lurigancho
23 Santa Rosa Lurigancho-Chosica (Huachipa)
24 Jardines de Jicamarca San Juan de Lurigancho
                                  
Fuente: Gutiérrez, 1992.
Nota: Los espacios sin denominación del anexo indica la existencia de áreas de
reserva, separadas por asociaciones con propósitos urbanizadores.
2. Quebrada de Huaycoloro: asociaciones de vivienda y
asentamientos humanos, en las partes media y baja,
por sectores residenciales, 2017

CAJAMARQUILLA
Margen derecha Margen izquierda
1 Asociación de Porcicultores Saracoto 2 Residencial Cajamarquilla
Alto 6
2 Asociación de Vivienda Sol de 2 Asociación Santa Rosa
Cajamarquilla 7
3 Asociación de Vivienda La Florida de 2 Asociación Los Claveles
Cajamarquilla 8
4 Asociación de Propietarios 2 Asociación Las Huertas de
Primavera de Israel 9 Cajamarquilla
5 Asociación Nueva Vida 3 Asociación Los Sauces de
0 Cajamarquilla
6 Asociación de Vivienda Julio C. Tello 3 Asociación Virgen del Buen Paso
1
7 Asociación Los Jazmines de La 3 Asociación Los Cedros de Villa
Florida 2
8 Asociación Los Jardines de La Florida 3 Asociación Nueva Cajamarquilla
3
9 Asociación Las Magnolias 1ª etapa 3 Asociación La Encantada
4
1 Asociación Las Magnolias 2ª etapa 3 Asentamiento Humano Villa Leticia
0 5
1 Asociación Las Hojas del Ayllu 3 Asociación Las Riveras de
1 6 Cajamarquilla
1 Asociación Las Flores del Ayllu
2
1 Asociación Huerta Granja El Ayllu
3
1 Asociación Flor de Las Magnolias
4
1 Asociación Nueva Aurora
5
1 Asociación La Victoria
6
1 Saracoto Chico
7
1 Asociación Señor de Huanca
8
1 Asentamiento Humano Santa Cruz
9 de Cajamarquilla
2 Asociación Paraíso de Cajamarquilla
0
2 Asociación Alto Paraíso
1
2 Asociación 13 de Diciembre
2
2 Asociación Unión Progreso
3
2 Asentamiento Humano Casa Huerta
4 La Campiña
2 Asociación Violeta Correa de
5 Belaunde

NIEVERIA
Margen derecha Margen izquierda
1 Asociación Huayco Grande 2 Asociación Chambara-Nievería
8
2 Asociación Las Palmeras 2 Asociación Señor de la Exaltación
9
3 Asociación Los Huertos de Nievería 3 Asociación Las Praderas de
0 Huachipa
4 Asociación Tambo Barranco 3 Asociación Señor de Muruhuay
1
5 Ex fundo Nievería 3 Asociación Los Portales de Nieveria
2
6 Asociación Santa Ana 3 Asociación Haras El Huayco
3
7 Asociación Los Jardines 3 Asociación Santa Rosa de
4 Huaycoloro
8 Asociación Los Topacios
9 Asociación El Remanso
1 Asociación Los Cedros
0
1 Asociación La Huerta
1
1 Asociación Cerro Esmeralda
2
1 Asociación San Francisco
3
1 Asociación Las Brisas de Paraíso
4
1 Asociación Violeta Correa
5
1 Asociación Paraíso de Huachipa
6
1 Los Ángeles de Huachipa
7
1 Asociación Corazón de Jesús
8
1 Asociación Pampa Mendoza
9
2 Asociación San Francisco
0
2 Asociación Buena Vista
1
2 Asociación Valle Sagrado
2
2 Asociación Las Flores
3
2 Asociación Rinconcito San Antonio
4
2 Comunidad campesina Las Viñas de
5 Media Luna
2 Asociación Nuevo Paraíso
6
2 Asociación Las Casuarinas
7

SANTA MARIA DE HUACHIPA


Margen derecha Margen izquierda
1 Asociación de Vivienda Huachipa 2 Asociación El Paraíso de Santa
Norte 0 María
2 Asociación de Vivienda Los Huertos
de San José
3 Asociación de Vivienda Los Viñedos
de San Antonio
4 Asociación de Vivienda AMMEPPI
5 Asociación de Vivienda Villa Santa
Rosa
6 Asociación de Vivienda Las Brisas
de Huachipa
7 Asociación de Vivienda Alta Paloma
8 Asociación La Encalada de
Huachipa
9 Asociación Las Moras de Huachipa
1 Asociación Los Geranios de
0 Huachipa
1 Asociación 14 de febrero
1
1 Asociación Santa Cruz de Huachipa
2
1 Asentamiento Humano Santa Isabel
3 de Huachipa
1 Asociación Unión Perú
4
1 Asociación Pinazo
5
1 Avenida 6 de agosto
6
1 Asociación Sagitario
7
1 Asociación Caballeriza
8
1 Asociación La Unión
9
Fuente: Municipalidad distrital de Lurigancho-Chosica
3. Huachipa: principales empresas industriales y de
servicios, 2017

Razón social Giro


Industrias
1 Gloria Fabricación de leche evaporada y lácteos
2 Unión de Cervecerías Elaboración de cerveza
Peruanas Backus
3 Ageper del Perú Fabricación de bebidas gaseosas
4 Volcan Producción de agregados para
construcción
5 Trupal Elaboración de cajas, pack y envases en
general
6 Votorantin Metais Refinería de zinc
7 Molitalia Fabricación de pastas y harinas
8 FAME Fabricación de armas y municiones
9 Chema Seal Elaboración de impermeabilizantes para
concreto
10 Z-Gas Envasado y comercialización de gas
domestico
11 Aligan Producción alimentos balanceados
12 Pio Plast Fabricación de productos de plástico
13 Peruvian Trends Taller de confecciones y tejidos
14 Diexon Peru Elaboración y comercialización de
adhesivos
15 Elisea Eleuteria Hinostroza Elaboración de bolsas plásticas
16 The Magic Beberage Elaboración de bebidas
17 Puro Gas Envasadora de gas
18 Maclen Fabricación de hojuelas
19 American Cotton Mills Fabricación de tejidos de punto
20 Industria Peletera Fabricación de productos de cuero
Artesanal
21 Textil Romero Fabricación de edredones
22 Industria Cassado Fabricación de puertas metálicas
23 Bahia Trading Acabado de productos textiles
24 Textil Arley Confecciones textiles
25 Delicias y Sabores del Perú Fabricación de néctares de fruta
26 Artesanías Monrepos Fabricación y exportación de tejidos de
alpaca
27 Perú Étnico Confección y fabricación de prendas
28 Dentitoy Alimento para animales
29 Laboratorio Drogavet Fabricación de productos veterinarios
30 Textil Santa María de Fabricación de hilos
Huachipa
31 Juguetes Educativos Fabricación de juguetes de madera fina
Arbolito
32 Omega Industria del Perú Fabricación de productos plásticos
33 Comercial Jkaridisa Fabricación de calzado
34 Alfonso Fernández Fabricación de cartones y planchas
Palomino
35 Pamic Plast. Elaboración de artículos de plástico
36 FGA Industria metal mecánica
37 Comercial Karlesa Fabricación de prendas de vestir
38 Fameplast Elaboración de productos de plástico
39 Comercial Química Andina Elaboración de Conservas
40 Lidermix del Perú Preparación de mezclas de concreto
41 Textiles Power Panda Fabricación de prendas de vestir
42 Todino Elaboración de panteones
43 Mecano Color Fabricación de telas de algodón
44 Recursos Integrados Exportación de verduras y frutas
45 Coral Mix Preparación de mezcla de concreto
46 Mixer Com Preparación de mezcla de concreto
47 Precotex Tintorería industrial para algodón
48 Profitec del Perú Fabricación de textiles de punto
49 Offset Gráfica Las Acacias Impresión
50 Perú Offset Impresión
51 Igasa Industria de grasas y aceites
52 Aceites Beltrán Fabricación de aceites domestico
53 Sabic Fabricación de laminados plásticos
54 Helados Artika Elaboración de helados
55 Frio Santa Maria Preparación de carne congelada para
exportación
56 Tay Loy del Perú Importaciones varias
57 Corporación Tottus Comercialización de alimentos y otros
58 Papelera del Pacifico Importación de papel periódico
59 Cementos Inka Elaboración de cemento
60 Induparck Estructuras metálicas
61 Papelsa Envases de cartón
Servicios
1 Petrópolis Alquiler de almacenes
2 Almacenes Generales Alquiler de almacenes
3 Molinos & Cia. Fertilizantes Importación de fertilizantes
Perú
4 Comercial Wheels Perú Importación de juguetes
5 Scania del Perú Importación de camiones y ómnibus
6 Amazonas Trading Exportación de café
7 Grúas y maniobras Alquiler de grúas
8 Telesup Universidad particular
9 Universidad San Ignacio de Universidad particular
Loyola
10 Agrícola Las Llamozas Parque cementerio
(CampoFe)
11 Camposanto Mapfre Parque cementaerio
12 Inca Kola Almacén logístico
13 Euromotors (Volkswagen) Almacén logístico
Fuente: Municipalidad Centro Poblado Menor Santa María de Huachipa.
Agradecimiento

Debo mi conocimiento y vinculación a la quebrada de


Huaycoloro a la generosidad intelectual del doctor Jorge
Zegarra Reátegui, una de las personas que más conoce su
realidad y que está vitalmente comprometido con su
transformación. Muchas de las ideas expuestas han sido
compartidas antes con él, en numerosas charlas sobre el
tema.

La elaboración de este ensayo se basa en recorridos de


campo y entrevistas de trabajo con funcionarios públicos
y privados, técnicos y estudiosos independientes y
dirigentes de organizaciones sociales de la quebrada,
igualmente preocupados por su desarrollo sostenible.

Entre ellos debo agradecer especialmente a los ingenieros


Carmen Chirinos Villena, Juan Espinoza y David Astudillo y
al dirigente Alex Durand Churampi, por haber dedicado
parte de su tiempo a absolver mis preguntas sobre los
diversos temas tratados, seguramente sin la profundidad
con la que ellos los dominan.

Finalmente no puedo dejar de mencionar que mi interés


por el análisis desde la perspectiva microregional fue
resultado de los muchos años de trabajo con José Matos
Mar, con quien tuve el privilegio de colaborar hasta su
desaparición y en cuya casa frente al mar de Chorrillos
dedicamos horas para hablar del Fenómeno El Niño así
como de otros temas de la realidad del país que él tanto
amaba. Sea esta pequeña obra un homenaje a su
memoria.

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