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El ajedrez superior de Tigran Petrosian - Alberick O’Kelly - Prof. J.L.

Matamoros

ZAPA EN LAS TRINCHERAS

Los encuentros entre Olafsson y Petrosian son siempre interesantes de


seguir porque los dos son excelentes en el arte de andar por las ramas. En el
Torneo de Candidatos de 1959, Olafsson infligió a Petrosian dos de las tres
derrotas sufridas en el Torneo, la otra estuvo a cargo de Gligoric.
La que sigue fue jugada en la 11ª ronda del Torneo de Bled, 1961. Según
su costumbre, Petrosian se atrinchera tras un muro de hormigón y maniobra
tranquilamente.
El adversario trata de encontrar en la apertura un camino derecho, que
resulta tortuoso porque sus fuerzas tienen que dar la cara. Pendiente del
tiempo, el Campeón del Mundo ha puesto sus minas y atrae al blanco a una
emboscada. Bruscamente, tras una acción en el centro, los peones de d4 y e5
saltan y, como por encanto, la partida blanca se desploma, en el momento en
que parecía estar en perfecto estado.
El trabajo realizado hace pensar en las termitas, cuya acción no aparece
hasta que el edificio está por tierra.

Partida Nº14 cadas del siglo XIX no se impone a


la atención de los maestros.
Blancas: Olafsson Después de este suceso, fue una
Negras: Petrosian de las defensas más importantes.
DEFENSA FRANCESA Desde 1927 hasta el match-revan-
cha Tal - Botvinnik, 1961, la Defensa
1.e4 e6 Francesa ocupa uno de los puestos
La Defensa Francesa, que figu- de honor en los campeonatos mun-
ra ya en el libro de Lucena, 1497; su diales. En el repertorio de Petrosian,
nombre actual data de 1834 a raíz se encuentran todas las defensas
de una partida por corresponden- contra el peón e, salvo la Defensa
cia entre Londres y París, ganada Alekhine. Su preferencia se inclina
por los parisinos. En 1842 el teóri- por los planteos semiabiertos, pero
co ruso Jaenish le dedica un análisis cuando no ve ningún riesgo, juega
profundo, pero hasta las últimas dé- 1. e5.

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2.d4 d5 gracias a su peón e, resulta peligro-
3.¤c3 ¥b4 sa con la instalación del rey en esa
Esta jugada fue introducida en zona. Otro objetivo es la posibilidad
1890 por el maestro americano Wi- de responder con f5 a la salida de la
nawer, y ha sido llamada también dama blanca a g4, quedando defen-
Variante Nimzowitch-Maroczy, los dido el peón g.
dos grandes maestros que contribu- 5.£g4 ...
yeron a popularizarla. Las negras en He aquí algunos ejemplos juga-
su desarrollo disputan inmediata- dos con esta variante;
mente la iniciativa a las blancas. El a) 5.a3 ¥xc3+ 6.bxc3 b6 7.£g4
peón e es rápidamente forzado a to- f5 8.£g3 ¥a6 9.¥xa6 ¤xa6 10.¤e2
mar una decisión. ¤b8 11.¤f4 £f7 12.c4!, con venta-
4.e5 ... ja blanca. Tolush-Antoshin, 1957.
Considerada ahora como la b) 5.£g4 f5 6.£g3 b6 7.a3 ¥f8
única forma para el blanco de de- 8.¤f3 ¥a6 9.¥xa6 ¤xa6 10.h4 c5
fender su ventaja de salida. Esta ju- 11.¥g5 ¤h6 12.h5 ¤f7 13.O-O-O,
gada fue mucho tiempo considera- favorable al blanco. Boleslavs-
da con desconfianza después de la ky-Bannik, 1957. Se comprende que
partida Lasker-Maroczy (New-York, después de estos ejemplos poco esti-
1927). Después de 4...c5 5.a3 cxd4 mulantes, la variante no tenga mu-
6.axb4 dxc3, Lasker jugó 7.bxc3; y chos adeptos. Petrosian refuerza la
se encontró en dificultades a causa defensa esquivando el cambio posi-
del peón doblado. Posteriormente se cional de los alfiles en a6.
descubrió que 7.¤f3! daba al blanco c) Veamos algunas jugadas de
una seria ventaja. la partida Chistiakov-Petrosian,
4. ... £d7 Moscú, 1956; 4...b6 (suele llegar a
Una continuación poco usa- la misma posición por inversión
da que Petrosian emplea de vez en de jugadas); 5.£g4 ¥f8 6.¤f3 £d7
cuando; las líneas más standarizadas 7.¥d3 ¤c6 8.a3 ¥b7 9.¥b5 O-O-O
son 4...b6, 4... c5 o 4... ¤e7. 10.O-O ¤ge7 11.b4 f6 12.¦e1 ¤f5
La jugada del texto prepara un 13.£h3 h5 14.g3 a6 15.¥a4 g5!,
rápido refugio al rey en el flanco P4CR! y las negras destruyen el ala
de dama. La ventaja de espacio que de rey enemiga.
las blancas poseen en el ala de rey d) 4. ... £d7 5.¤e2 b6 6.a3

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¥xc3+ 7.¤xc3 ¤e7 8.b4 O-O sostener el peón d con c3, la casilla
9.¥d3 c5 10.O-O ¤bc6 11.dxc5 b3 quedaría desprotegida.
bxc5 12.bxc5 ¤xe5 13.¥xh7+ 8... ¤c6
¢xh7 14.£h5+ ¢g8 15.£xe5 f6 y 9.¤e2 O-O-O
el centro negro es un buen triunfo 10.¥d2 ¤h6
en su favor. Shakarov - Petrosian, No sólo para completar el de-
Tif1is, 1956. sarrollo, sino para evitar el enroque
5... f5 corto enemigo, a causa del proyecto
6.£g3 b6 ¦dg8-¤f7- g5, que daría al negro
7.h4 ¥b7 chances favorables.
Las negras no quieren cambiar 11.a3 ...
su «alfil malo» por 7...¥a6 y conti- Preferible era 11.O-O-O, que
núan su desarrollo en el ala de dama neutralizaría un posible 11. ... ¤a5;
para pasar después al contraataque con 12.¤b1.
en el centro, una vez puesto el rey 11... ¥e7
en seguridad. El objetivo de 7...¥a6,
apetecible en sí, no tiene otra com-
pensación que mejorar algo la par-
tida antes del final. Una vez cam-
biados los alfiles las blancas logran
fácilmente el avance c4, objetivo que
no alcanzan en las actuales circuns-
tancias porque liberaría peligrosa-
mente la diagonal del ¥b2.
8.¥d3 ...
La situación es compleja y re-
sulta difícil para el blanco encontrar
un hilo conductor, mientras que las 12.¥b5 ...
negras siguen un plan armonio- Amenazando 13.£xg7. Pero
so. Preferible era 8.¥e2 ¤c6 9.¤f3 esto no es una amenaza táctica, sino
O-O 10. O-O, seguido de un even- un plan poco factible cuando se tie-
tual ¤e2 forzando al alfil rey negro a ne enfrente un jugador como Petro-
una decisión. En este orden de ideas sian. He aquí lo que podría pasar
es mejor evitar a6 porque si se ha de después de 12.£xg7 ¤g4. Las ne-

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gras amenazan 13...¤xf2 14.¢xf2 Mejor ahora 15.¤a2, con la
¥xh4+, ganando la dama. La répli- posibilidad de llevarlo a b4.
ca forzada es 13.¥g5 h6! 14.¥xe7 15... £c8
¦dg8 15.£f7 ¤d8 16.£h5 £xe7 16.¤ce2 ...
17.f3 ¥c6 (amenaza ¥e8) y aquí las Era necesario el cambio
blancas tienen dos alternativas: 16.¥xc6.
a) 18.¥b5 ¤e3 19.¢f2 (de- 16... ¤cd8!
fendiendo indirectamente ¤xg2, a 17.£b3 ...
causa de ¦ag1), 19. ... ¤c4 20.¦ag1
¥xb5 21.¤xb5 a6, y la posición
blanca con la dama fuera de juego
no inspira confianza.
b) 18.¥xf5 ¤e3! 19.¥g6
¤xc2+ 20.¥xc2 ¥e8 y las negras
ganan.
Estas variantes no fueron, sin
duda, examinadas por ninguno de
ambos jugadores, que estimaron, sin
cálculo, que la captura del peón g
era demasiado arriesgada.
12... ¦dg8 Esto permite la reacción central
13.£d3 ... c5 dejando débil el peón e5. Tampo-
Viendo que es inútil insistir en co es eficaz la defensa de la cadena
el flanco de rey, la dama va a intentar de peones con 17.¢b1 c5 18.c3, a
otras empresas. causa de 18. ... c4 19.£e3 a6 20.¥a4
13. ... ¤f7 b5; y el ataque negro tiene más vi-
Más precisa era 13...¢b8. talidad que la posible acción blanca
14.O-O-O ... por f3- g4, ensayando abrir la co-
El rey no corría aún ningún pe- lumna g.
ligro. Por eso 14.¤f4 amenazando 17... c6
la simplificación 15.¤cxd5 seguido 18.¥d3 c5
de 16.e6 era mejor. La decisión estratégica. La po-
14. ... ¢b8 sición blanca vacila.
15.¤f4 ... 19.dxc5 ¥xc5

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20.¤h3 ¤xe5 Vuelve el caballo a la defensa
21.¥f4 ... de la casilla c6 y amenaza, además,
el alfil d7.
29.¦xb7 ...
Últimos sobresaltos.
29. ... ¢xb7
30.h5 £d6
31.hxg6 £xd7
32.£xf4 ¤xg6
0-1
Rinden.
En esta partida las negras dan
prueba de una gran facilidad de
maniobras, y supera a su peligroso
Esperando pescar en aguas tur- adversario que no logra realizar un
bias sobre la diagonal h2-b8, ilusión plan adecuado.
que será de corta duración.
21. ... ¤f7
La centralización negra permi-
te una fácil movilización.
22.¥b5 ...
Decididamente este alfil no en-
cuentra punto de reposo.
22. ... ¢a8
23.¤d4 ¤g6
24.£a4 ...
Las blancas intentan todavía
una acción desesperada.
24. ... ¥xd4
25.¥d7 £f8
26.¦xd4 e5
Calzoncillos fatales.
27.¦b4 exf4
28.¦xb6 ¤fe5

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