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El medio juego en ajedrez - Dr. M. Euwe - H. Kramer - Prof.

José Luis Matamoros


4B: Torre contra dos piezas ligeras Siguió:
19.¦d1 ¦c5
Posición 30 20.¤d4 ¦e8
21.¤b3 ¦cc8
(El bando de las piezas gana por ataque; 22.e3 ...
3ª partida del match Capablanca-Alekhine, Naturalmente no 22.£xd5, toda vez que
1927). además de facilitar al adversario el paso a un
final las blancas perderían prontamente un
peón: 22. ... £xd5+ 23.¦xd5 ¦xe2 24.¦d2
¦xd2 25.¥xd2 ¦c2, etc.
22... £a4
23.£xd5 ...
Las blancas se deciden por el ataque, co-
rriendo el riesgo de que para el final las negras
dispongan de dos peones libres en el flanco de
dama. Ahora las negras tendrán que atender
a ambos flancos, y especialmente organizar la
defensa en el de rey.
23. ... ¦c2
No enseguida 23...£xa2 por 24.¦a1 se-
guido de 25.¦xa7.
24.¦d2 ¦xa2
Aunque las negras tengan aquí una torre Lo mejor. Después de 24...£xa2 las
y un peón a cambio de dos piezas ligeras, en blancas ganarían como sigue: 25.£d7 ¦f8
la práctica esta relación de material favorece 26.¦xc2 £xc2 27.¤d4 £c5 28.¤f5, con la
a las blancas. Lógicamente, este bando podrá amenaza de 29.¤e7+ ¢h8 30.¥d6, seguido
tener fundadas esperanzas de inclinar la ba- de 31.¤g6+.
lanza a su favor a través de un juego de com- 25.¦xa2 £xa2
binación agresivo, mientras que el adversario 26.£c6 ¦f8
podrá adoptar una táctica de simplificación 27.¤d4 ¢h8
que con vistas al final le permita abrigar posi- Deja libre la casilla g8 para la torre, pre-
bilidades de empate. viendo que la misma sea atacada.
La posición 30 es un ejemplo clásico del El maestro yugoeslavo Vukovic indica
empleo útil de la potencia de las dos piezas las siguientes posibilidades:
ligeras. La posición se produjo después de las 1) 27...£a5 28.¥d6 ¦d8 29.e4, seguido
jugadas siguientes: de 30.¤f5 (caso de 29...g6, entonces 30.¥e7
1.d4 ¤f6 2.¤f3 b6 3.g3 ¥b7 4.¥g2 ¦xd4 31.£e8+ y mate seguido.
c5 5.O-O cxd4 6.¤xd4 ¥xg2 7.¢xg2 d5? 2) 27...¦d8 28.e4 h6 29.¥e5 f6 30.¤e6,
8.c4! e6? 9.£a4+ £d7 10.¤b5 ¤c6 11.cxd5 ganando.
exd5 12.¥f4 ¦c8 13.¦c1 ¥c5? 14.b4! ¥xb4 3) 27...h6 28.¥d6 ¦d8 29.e4 £d2 (29...
15.¦xc6 ¦xc6 16.£xb4 ¤e4 17.¤d2 ¤xd2 g6 30.¥e7) 30.¤f5 g6 31.¥f4 £d7 32.£f6
18.£xd2? O-O. gxf5 33.¥xh6 £d4 34.e5 £e4+ 35.f3 £e2+

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36.¢h3 £f1+ 37.¢h4 ¦d4+ 38.¢g5, ganan- 32...¦xg7, decide 33.£xf6 £e4+ 34.¢g1!
do. £b7 (o 34...£b1+ 35.¢h2 £a2 36.£f8+)
28.¥e5 ... 35.£xh6+ ¢g8 36.£xg7+, y ahora, en el fi-
Con la amenaza 29.¥xg7+ ¢xg7 nal de peones las negras no tienen nada que
30.¤f5+, seguido de 31.£f6. hacer, toda vez que el peón a negro será al-
28. ... f6 canzado por el rey blanco.
Esta debilitación debía ser evitada 33.h5 £f7
por las negras, y por ello era a considerar 34.¤f5 ¢h7
28...¦g8. Como ha indicado Vukovic, la ten- 35.£e4 ¦e8
tadora continuación 29.¥xg7+ no es correc- 36.£f4 £f8
ta, según demuestra la siguiente y complicada 37.¤d6 ¦e7
variante: 29...¦xg7! 30.£e8+ ¦g8 31.£e5+ 38.¥xf6 £a8+
¦g7 32.¤f5 f6! 33.£xf6 £d5+ 34.f3 £d2+ 39.e4 ¦g7
35.¢h3 £d7, y las negras tendrían, en el caso 40.¥xg7 ¢xg7
de un eventual final de peones, el peón a libre 41.¤f5+ ¢f7
e imparable. 42.£c7+
La continuación exacta para las blancas 1-0
es, después de 28...¦g8, el avance 29.e4! con Las negras abandonaron ante el inmi-
las siguientes posibilidades: nente mate en dos jugadas como máximo.
1) 29. ... f6 30.¥xf6 gxf6 31.£xf6+ ¦g7
32.¤e6, ganando. Posición 31
2) 29...£b2 30.¤f3 £b3 31.¤g5 f6 (El bando de las piezas negras tiene dos
32.£b5 £a2 33.£a4, ganando la dama, o alfiles: partida Tartakower- Bogoljubow, Bled
mate con ¤f7. 1931).
3) 29...£a5 30.¤f3 f6 (30...£c5 31.¤g5!
£e7 32.£h6) 31.¥d4 ¦f8 (o bien 31...h6
32.e5 fxe5 33.¥xe5 ¢h7 34.£c2+ ¢h8
35.£g6, ganando) 32.£d6 ¢g8 33.£e6+
¢h8 34.e5 fxe5 35.¤xe5, ganando.
29.¤e6 ¦g8
30.¥d4 h6
Nueva debilitación, pero 30...a5 sería
contestado con 31.¤xg7 ¦xg7 32.£xf6 £g8
33.h4, seguido de h5 y h6.
31.h4! £b1
32.¤xg7! ...
La combinación decisiva. Las blancas
han llevado su plan a cabo de manera impe-
cable.
32. ... £g6 Se ha llegado a esta posición después de
No hay nada mejor. A 32...¢xg7 si- las siguientes jugadas:
gue 33.£xf6+ ¢h7 34.£f7+ y mate; y si 1.d4 d5 2.c4 c6 3.cxd5 cxd5 4.¤c3 ¤f6

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5.¤f3 ¤c6 6.¥f4 e6 7.e3 ¥e7 8.¥d3 O-O 25. ... ¤c4
9.a3 ¤h5 10.¥e5 f6 11.¤g5 g6 12.¤xh7 26.£d3 £b6
fxe5 13.¤xf8 ¥xf8 14.¥xg6 ¤f6! Fuerza la liquidación que sigue. Menos
Aquí tienen las blancas una torre y dos claro es 26...¥xe4 27.£d4+ e5 28.£xe4 dxe4
peones a cambio de dos piezas ligeras. Ade- 29.¦xd8 ¦xd8 30.f5, etc.
más, el enroque de las negras está destruido. 27.£d4+ £xd4
Entonces cabe suponer que las blancas tienen 28.¦xd4 ¥c5
compensación más que suficiente. Pero se da 29.f5! ...
la circunstancia de que las negras conservan El mejor contrajuego para las blancas.
los dos alfiles, y ello hará que la tarea sea muy En caso de 29.¦dd1 seguiría 29. ... ¥e3+, con
difícil. amplias perspectivas para las negras.
Siguió: 29... exf5
15.g4 ... Las negras prefieren conservar el par de
Amenaza 16.g5 ¤h7 17.£h5. alfiles. Después de 29...¥xd4 30.fxg6 ten-
15. ... ¤h7 drían las blancas posibilidades de pescar en
16.h4 ¥g7 río revuelto. Por ejemplo, 30. ... ¥e3+ 31.¢b1
17.¥xh7+ ... ¤xa3+? 32.bxa3 ¦xc3 33.g7+ ¢h7 34.g6+,
La presión sobre las casillas d4 de las ganando. También después de 30...¤xa3
blancas aconseja esta decisión. Después de 31.bxa3 ¥xc3, mejor línea de juego que la an-
17.dxe5 ¤xe5 18.¥c2, las negras pueden se- terior, las blancas podrían todavía poner en
guir con 18. ... ¤c4 19.£d3 ¤f8 20.O-O-O dificultad a su rival con sus peones libres en
¥d7, y continuando con ¦c8 montar un fuer- el flanco de rey.
te ataque. 30.¦xd5 fxe4
17... ¢xh7 31.¢b1 ...
18.£c2+ ¢h8 Tal vez la única posibilidad. El caballo
19.dxe5 ¤xe5 debe ser desclavado (31.¢d1? ¤e3+).
20.O-O-O ¥d7 31... e3+
21.h5 ¦c8 32.¢a1 ¤b6
Las negras no tienen ningún interés en 33.¦e5 ¥d4
capturar el peón g adversario, toda vez que 34.¦e6 ¥f5
ello daría ocasión a que las torres blancas de- La seductora variante 34...¦xc3 (35.
mostraran su fuerza en la columna g abierta. bxc3 ¥xc3+ 36.¢a2 ¥f7; o bien 34...¦xc3
Prefieren concentrar sus efectivos sobre el en- 35.bxc3 ¥xc3+ 36.¢a2 e2) sería contestada
roque contrario. Sus dos alfiles prestarán a tal con 35. TxA!
objeto un inestimable servicio. 35.¦e7 ¤c4
22.h6 ¥f8 36.¦h4 ¤xa3
23.g5 ¥e8! Obsérvese que las negras quieren, en
24.f4 ¥g6 cualquier caso, conservar el par de alfiles.
25.e4 ... Por ello prefieren esta variante a 36...¥xc3
Obrando en consecuencia con las ju- 37.bxc3 ¤xa3. Por otra parte, la jugada del
gadas precedentes. A 25...¥xe4 seguiría texto defiende indirectamente el alfil, toda
26.£xe4 dxe4 27.¦xd8 ¦xd8 28.fxe5. vez que si 37.¦xd4, sigue 37. ... ¤c2+.

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37.bxa3 ¥xc3+
38.¢a2 ¥d2
39.¦f4 ¥h7
40.¦d4 ...
No 40.¦ff7, por 40. ... ¥g8.
40... ¥g8+
41.¢b1 ¥h7+
42.¢a2 ¦g8
Las negras han repetido jugadas para ga-
nar tiempo. Ahora se inicia la fase decisiva.
43.¦dd7 ¥f5
44.¦xb7 a5
Merece ser observado que las torres do-
bladas en la séptima horizontal no tienen la
suficiente fuerza para decidir.
45.a4 ...
Las blancas no puede impedir la manio-
bra que sigue, toda vez que a 45.¦b3 seguiría
45. ... ¥c2.
45... ¥d3
46.¦bd7 e2
47.¦xd3 e1
48.¦xe1 ¥xe1
El final está ganado fácilmente para las
negras. Siguió todavía
49.¦d5 ¢h7
50.¢b3 ¢g6
51.¢c4 ¦b8
52.¦b5 ¦e8
53.¦d5 ¦e4+
54.¦d4 ¦xd4+
55.¢xd4 ¥d2
56.¢c4 ¥xg5
0-1
Las blancas abandonaron.

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