Nº 21 7. ... ¤xe4?
Blancas: Linden 8.O-O! ¤xc3
Negras: Maczuski 9.¤xc3 ¥xc3
1864 La situación del bando negro es sumamen-
te delicada, no obstante llevar tres peones de
1.e4 e5 ventaja: a 9...O-O procede 10.¤d5 y, tras la
2.d4 exd4 retirada del alfil, 11.£g4.
3.c3 dxc3
4.¥c4 cxb2
5.¥xb2 ...
Las blancas han entregado dos peones, con
objeto de situar activamente sus alfiles y empe-
zar el ataque.
5. ... ¥b4+
Lo mejor es defenderse con 5...d5 e igualar
más o menos la posición al término de 6.¥xd5
(a 6.exd5 sucede 6. ... ¤f6 7.¤f3 ¥d6), 6...¤f6
7.¥xf7+ ¢xf7 8.£xd8 ¥b4+. Pues el movi-
miento 5. ... ¥b4+ deja sin defensa el punto g7,
lo cual ofrece a las blancas ocasión para crear
peligro serio.
6.¤c3 ¤f6
7.¤e2! ... 10.¥xc3 £g5
¡Los peones no tienen importancia en tal 11.¦e1+ ¢d8
despliegue de fuerzas! 12.f4 £xf4
13.¥xg7 ¦g8
14.£g4 £d6
Si 14...£xg4 15.¥f6#
15.¥f6+ ...
1-0
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250 Trampas y Combinaciones- J. Neustadt - Versión Digital y Algebraica Prof. José Luis Matamoros
N° 22 La diferencia entre la situación del bando
blanco y la del negro es evidente. Las piezas
1.e4 e5 del primero están preparadas para el ataque,
2.d4 exd4 mientras las del segundo se hallan todavía en
3.c3 dxc3 su posición inicial, excepto la dama. Por ello,
4.¥c4 cxb2 no sorprende que la lucha finalice dentro de
5.¥xb2 ¥b4+ unos movimientos.
6.¤d2 ... 10. ... ¤f6
De ese modo, no se pone obstáculo a la 11.¥xf7+ ¢d8
diagonal del alfil b2. Lo cual sucede cuando se
hace 6.¤c3; también se puede hacer 6.¢f1.
6... £g5
Con ello se defiende el punto g7 propio y
se ataca contra los g2 y d2 contrarios.
7.¤f3 £xg2
8.¦g1 ¥xd2+
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