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La determinación del tamaño

Existen muchos factores que pueden influir en la determinación del tamaño óptimo de la
inversión, destacándose la demanda, la disponibilidad de insumos, la capacidad financiera del
inversionista y el crecimiento de la competencia, entre muchos otros. No obstante, esta decisión
puede ser muy simple o compleja, dependiendo de la demanda y de los distintos tamaños de
tecnología en cuanto a capacidad, en cuyo caso pudiera generarse una multiplicidad de
combinatorias que deberán analizarse tanto desde el punto de vista cuantitativo como del
estratégico.

El tamaño mantiene una estrecha vinculación con las inversiones, los costos de operación y los
niveles de venta. Esto hace que muchas veces la magnitud de la rentabilidad de un proyecto
dependa de la correcta determinación del tamaño. Entre otras cosas, porque el tamaño va muy de
la mano de los factores económicos que pueden ser atractivos para la disminución de los costos
medios de producción, por ende, deben ser cuidadosamente analizados debido a sus
implicaciones en los niveles de capacidad que pudiese generar el proyecto.

Cuando el tamaño debe enfrentar un mercado creciente, es posible tener que decidir si se seguirá
una estrategia que va a satisfacer la demanda por exceso o por defecto, aunque sea por periodos
de tiempo.

Cuando la demanda es constante, lo más frecuente es el análisis de la opción de mínimo costo


medio, aunque se llega al mismo resultado si se busca el menor costo total.

Las decisiones de la localización

Las decisiones de la localización de un proyecto son determinantes en el desarrollo de su


evaluación.

Las repercusiones económicas de cada alternativa hacen necesario un proceso más profundo de
análisis. Hay muchos factores que pueden condicionar localización que son fáciles de enumerar.
Sin embargo, será la habilidad del preparador del proyecto la que permitirá seleccionar las
realmente relevantes para su análisis, porque cada proyecto posee particularidades propias que
hacen adquirir a cada factor una posición de priorización relativa diferente.

Muchos factores no pueden ser cuantificados en términos económicos. Para ellos existen
diferentes criterios de medición, basados en factores no cuantificables que dan una aproximación
relativamente eficaz solo en algunos casos. En definitiva, la selección deberá basarse en términos
económicos, optando por la localización que permita la mayor rentabilidad estimada para el
proyecto integral.
Efectos económicos de los aspectos organizacionales

Los efectos económicos de la estructura organizativa se manifiestan tanto en las inversiones como


en los costos de operación del proyecto. Toda estructura puede definirse en términos de tamaño,
tecnología administrativa y complejidad de la operación.

Conociendo dicha situación, podrán estimarse la dimensión física necesaria para la operación, las
necesidades de equipamiento de las oficinas, las características del recurso humano que
desempeñará las funciones y los requerimientos de materiales, entre otras cosas. Dado que cada
proyecto presenta características propias y normalmente únicas, es imprescindible definir una
estructura organizativa acorde con su situación particular, además de con todos los otros aspectos
mencionados. Cualquiera que sea la estructura definida, los efectos económicos derivados de ella
pueden agruparse en diferentes costos de inversión y costos de operación.

Los factores organizacionales más relevantes que deben tenerse en consideración en la


preparación del proyecto se agrupan en cinco categorías específicas:

 Participación de unidades externas al proyecto,


 Tamaño de la estructura organizativa,
 Tecnología administrativa,
 Complejidad de las tareas administrativas con el correspondiente efecto en la estructura
de remuneraciones y,
 Planificación de los gastos de puesta en marcha.

Antecedentes económicos del estudio legal

El estudio legal puede influir fuertemente tanto en los resultados de la rentabilidad económica de
un proyecto de inversión como en su forma de organización y en su operación futura. Toda
actividad empresarial, y los proyectos que de ella se originan, se encuentra incorporada en un
régimen legal que regula los derechos y deberes de los diferentes agentes económicos que en ella
intervienen. El estudio legal de la viabilidad económica recoge información económica derivada
del marco normativo.

Por ello, no debe confundirse con la viabilidad legal, que busca determinar la existencia de
restricciones legales o reglamentarias que impidan implementar u operar el proyecto que se
evalúa. Este análisis debe realizarse bajo dos enfoques, uno interno y otro externo. El primero
tiene relación con los efectos económicos derivados del marco regulatorio en las relaciones
directas de la empresa o proyecto con cada uno de sus trabajadores, proveedores de servicios,
proveedores de tecnología, clientes, canales de distribución, intermediadores, etcétera. En
cambio, el segundo la tiene con el marco regulatorio general de la industria, como es el caso de
regulaciones tributarias, sanitarias, ambientales, financieras y aquellas asociadas a la organización
de mercados, como barreras a la concentración, ventas atadas u otras.
Las inversiones del proyecto

Las inversiones del proyecto, tanto aquellas que se realizan con anticipación a la puesta en marcha
como las que lo hacen durante la operación. Las que se realizan antes de la puesta en marcha se
agruparon en activos fijos, activos intangibles y capital de trabajo inicial.

La importancia de la inversión en capital de trabajo inicial se manifiesta en que, sin ser activo
tangible ni nominal, es la que garantiza el financiamiento de los recursos durante un ciclo
productivo.

Los métodos para calcular esta inversión normalmente difieren en sus resultados. Los cuales son:

1. EL contable, considera la inversión como el equivalente para financiar los niveles óptimos
de las inversiones particulares en efectivo, cuentas por cobrar e inventarios, menos el
financiamiento de terceros a través de créditos de proveedores y préstamos de corto
plazo.

2. El método del periodo de desfase, por su parte, define la cantidad de recursos necesarios
para financiar la totalidad de los costos de operación durante el lapso comprendido
desde que se inician los desembolsos hasta que se recuperan los fondos a través de la
cobranza de los ingresos generados por la venta.

3. El método del déficit acumulado máximo intenta ser menos conservador que el anterior e
incorpora el efecto de los ingresos y egresos conjuntamente para determinar la cuantía
del déficit que necesitará financiar el capital de trabajo.

Independiente del método de estimación de los requerimientos de capital de trabajo , dicha


inversión constituye una inversión de largo plazo que permite financiar ciclos de corto plazo, el
cual está determinado por el volumen de demanda, los costos de producción, el crédito del
proveedor, el crédito a clientes, plazos de comercialización y producción, etcétera, por lo que
durante la vida útil del proyecto el capital de trabajo estimado inicialmente para la operación
normal y eficiente de un proyecto pudiera verse aumentado o reducido en función del
comportamiento de las variables que lo determinan.

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