Está en la página 1de 3

EL CONTRATO ADMINISTRATIVO DE SERVICIOS

ANTECEDENTES

En un contexto de crisis económica y déficit fiscal en el presupuesto del Estado, en 1985, se


expide el Decreto Supremo N° 065-85-PCM mediante el cual se crea el contrato de servicios no
personales, como una forma siu géneris de contratación de personal en las entidades del
Estado. Esta modalidad no era otra cosa que el contrato de locación de servicios, el mismo que
se encontraba regulado en el artículo 1764 del Código Civil (dato que fue reconocido en el
Glosario de Términos del Sistema de Gestión Presupuestaria del Estado, Resolución Directoral
N° 007-99-EF-76.01.)

Bajo la modalidad de Servicios No Personales se celebraban contratos que tenía como objeto
la contratación de los servicios profesionales o técnicos en determinadas materias. De esta
manera se constituyó un contrato temporal renovable sin límites, con posibilidad de que el
Estado concluyera el mismo en cualquier momento dado que no generaba una relación la
laboral.

Era evidente la precariedad de esta modalidad contractual debido a la falta de reconocimiento


de derechos laborales mínimos. En este contexto, el Estado enfrentó una serie de demandas
laborales en las cuales se solicitaba el pago de beneficios o la reposición en sus puestos debido
a que se configuraron despidos arbitrarios.

Bajo este escenario, en el marco de las facultades legislativas delegadas por el Congreso para
implementar el Acuerdo de Promoción Comercial Perú – Estados Unidos y coadyuvar el
fortalecimiento institucional y a la modernización del Estado, el Poder Ejecutivo expidió el
Decreto Legislativo N° 1057, el mismo que fue reglamentado por el Decreto Supremo N° 075-
2008- PCM. De esta manera nacía el Régimen del Contrato Administrativo de Servicios el cual
buscaba mejorar la protección social de aquellas personas que prestaban servicios bajo la
modalidad de Servicios No Personales mediante el reconocimiento de una jornada mínima,
vacaciones, seguridad social y un régimen de pensiones. De alguna manera se podría pensar
que se creó el régimen con la única finalidad de detener la ola de reclamos laborales que hubo
durante el tiempo que estuvo vigente el contrato de servicios no personales.

CARACTERÍSTICAS DEL RÉGIMEN

El Contrato Administrativo de Servicios (en adelante, CAS) se caracteriza por reconocer los
siguientes derechos a los contratados:

- Se establece una jornada de trabajo máxima, la cual no puede ser mayor a cuarenta y
ocho (48) horas por semana. Si se trabaja más de lo establecido en la norma deberán
gozar de un descanso compensatorio.
- Los contratados tienen un derecho a un descanso de quince (15) días calendario
consecutivos debidamente pagados, los cuales podrán ser tomados luego del año de
prestación de servicios.
- La ley establece que los contratados tendrán derecho a veinticuatro (24) horas
continuas de descanso por semana.
- Los contratados bajo este régimen y sus derechohabientes serán afiliados regulares del
régimen contributivo de seguridad social en salud.
- Respecto al régimen de pensiones, este puede ser opcional u obligatoria dependiendo
del cumplimiento de las siguientes condiciones:
a) Opcional, para aquellas personas quienes al 29 de junio de 2008 venían prestando
servicios para el Estado y sus contratos son sustituidos por un CAS; y,
b) Obligatoria, para quienes no encontrándose en el supuesto mencionado
anteriormente son contratados bajo el Recas, siempre que no sean pensionistas ni
se encuentren afiliados a algún régimen pensionario. En este supuesto, tendrán
que elegir a que régimen pensionario desean afiliarse.

NECESIDAD DE SU EXISTENCIA

El Contrato Administrativo de Servicios surge como una modalidad contractual novedosa y


original, que busca constituir una forma permanente de adscripción de los trabajadores a la
función pública. Asimismo, se crea como una fórmula para erradicar los Servicios No
Personales.

Es precisamente por esto que pertenece al Derecho Administrativo y no al Derecho Laboral,


debido a que se trata de una relación de naturaleza pública.

La necesidad de un régimen como el CAS se basa en que este régimen reconoce derechos
fundamentales de todo trabajador, tales como: jornada diaria, descanso semanal, descanso
anual, remuneración mínima, protección contra el despido y sobretodo el acceso pleno a la
seguridad social.

INDENTIFICACIÓN DE LOS PRINCIPALES PROBLEMAS JURÍDICOS DE LA EXISTENCIA DEL CAS

Entre las principales objeciones al Contrato Administrativo de Servicios encontramos que:

1) La ley, tal y como define el Contrato Administrativo de Servicios, pretende desconocer


la naturaleza laboral del vínculo entre el trabajador con contrato administrativo de
servicios y el Estado. Sin embargo, les otorga algunos derechos propios del
ordenamiento laboral. En ese sentido, estamos frente a una apariencia de
equiparación por cuanto a personas que no son trabajadores, se les extiende derechos
laborales y provisionales. Mientras que, en la realidad, sí son trabajadores a los cuales
se les ha excluido del ordenamiento laboral por ley expresa, no reconociéndoles todos
sus derechos.

2) De la realidad se puede desprender que, en la mayoría de casos, los trabajadores que


antes tuvieron contratos de servicios no personales y ahora tienen CAS, realizan
actividades permanentes. Este hecho ha quedado plasmado en diversas sentencias del
Tribunal Constitucional, por ejemplo en el proceso de inconstitucionalidad contra la
Ley Marco del Empleo Público, se concluyó que “habiéndose determinado que la
demandante – al margen de lo consignado en el texto de los contratos de servicios no
personales suscritos- ha desempeñado labores en forma subordinada y permanente,
debe aplicarse el principio de primacía de la realidad , en virtud del cual queda
establecido que entre las partes ha habido una relación de naturaleza laboral y no
civil” (FUNDAMENTO 59).
De esta manera se puede ver que el vínculo personal sin labor temporal y sin límite a la
renovación, constituye una grosera infracción al derecho de estabilidad laboral.

3) Es evidente que el Régimen CAS ha reducido notoriamente los derechos individuales y


han desaparecido los derechos colectivos, los mismos que están recogidos en la
Constitución. En esta línea, se ha pronunciado el Tribunal Constitucional, el cual ha
afirmado que los derechos laborales constitucionales se aplican tanto para los
trabajadores sujetos al régimen de la actividad privada como a los del sector público.
4) Esta modalidad de contratación vulnera la igualdad ante la ley, tanto de los
trabajadores como respecto de los empleadores. Lo primero porque a la cuestionable
existencia de dos regímenes laborales dentro del Estado para la ejecución de labores
similares (el del sector público y el de la actividad privada).

5) A diferencia de los contratos de servicios no personales, que eran desechado por los
jueces en virtud del principio de primacía de la realidad, porque había un vínculo
aparente (administrativo) y otro oculto (laboral); en los contratos CAS no hay ningún
encubrimiento porque es la misma ley la que los excluye del ordenamiento laboral.

CONCLUSIONES

Con el paso de los años, el hecho que la jurisprudencia empieza a reconocer en el CAS a un
contrato de trabajo es importantísimo porque de alguna manera se busca dar solución a la
exclusión injustificada de estos prestadores del ámbito del Derecho Laboral, así como permite
reafirmar una vez que la perspectiva en el régimen público peruano es el rechazo de las
posturas uniteralistas, mostrándose partidaria de una perspectiva del principio social que
supone el reconocimiento de la naturaleza laboral del CAS, lo que no implica que no se
reconozca las particularidades del régimen. El régimen en sí, no es inconstitucional, sino la
exclusión del Derecho Laboral, lo que implica una desprotección que es inconcebible.

También podría gustarte