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Universidad Nacional de Colombia

Facultad de Ciencias Humanas


Departamento de Trabajo Social
Teoría Sociológica II
Docente: Sonia Elizabeth Alfonso
Estudiantes: Sandra Jimena Pulido Maldonado
Margarita Helena Uribe Espinosa

Giddens, Anthony. (1987). Las nuevas reglas del método sociológico. Buenos Aires:
Amorrortu editores.

El texto en cuestión tiene una estructura organizada frente a los planteamientos postulados
por el autor, es decir, se formulan argumentos sociológicos relevantes, que, más adelante son
discutidos a profundidad para su análisis; Para ello, se utilizan títulos y subtítulos planteados
como soportes interconectados así: 1. Algunas escuelas de teoría social y filosofía, 2.
Actividad, identificaciones de actos y propósito comunicativo, 3. La producción y
reproducción de la vida social, 4. La forma de enunciados explicativos y, por último,
Conclusiones: Algunas nuevas reglas del método sociológico. Las ideas principales del autor
serán tomadas en este ensayo para resaltar lo que se quiere comunicar desde una perspectiva
objetiva.

Antes de abarcar los contenidos teóricos a profundidad, se presenta el Prefacio, en donde se


tiene una visión panorámica de las características de la obra, con ello, el autor explica cómo
desarrolla sus enfoques, desde qué perspectiva y espacio socio temporal (uno particularmente
crítico para las Ciencias Sociales) y, enseguida cuestiona autores teóricos clásicos de la
sociología en el siglo XIX y XX para exponer problemas que desconciertan al campo hasta el
día de hoy. Dentro de la Introducción, se ubica al lector en una problemática en la que las
Ciencias Sociales han estado involucradas y es la sistematización de métodos propios de las
Ciencias Naturales, pero, se tienen en cuenta a dos teóricos principales que proponen otro
pensamiento más independiente, desligado y característico: Comte y Marx. En seguida, se
abarca una crítica en la que se exploran las diferentes escuelas de la esfera social y con las
que se dan diferentes tipos de institucionalización de acuerdo a la cultura en la que se
reproduce y se da el relativismo contextual por medio del lenguaje y sus interpretaciones, con
lo que se van formando corrientes funcionalistas, fenomenológicas, estructuralistas, etc.

En el título 1. Algunas escuelas de teoría social y filosofía. El autor tiene en cuenta el


lenguaje como un instrumento que estudian los teóricos para su interpretación, tal como lo
hace Weber, pero, también existe otra corriente en la que se propone la tradición del lenguaje
por Wittgenstein y la Fenomenología existencial de Schutz , en la que no se tiene una
dirección unilateral sino que se expanden barreras de pensamiento para que exista una
causalidad filosófica dada por la experiencia y la intención. En ese sentido, Giddens resalta
cómo para Husserl la intencionalidad va ligada a una relación entre sujeto y objeto, es decir,
la experiencia humana interesa de acuerdo a su historia y cómo esta es tomada desde una
racionalidad.

En esa dirección, el autor retoma las ideas de Schutz y cómo este se basa en la fenomenología
para darle sentido a problemas dentro de la sociología, lo que posteriormente vinculará y
planteará como la ‘vida cotidiana’ tomando significados de procesos entrelazados que
contienen conocimientos colectivos e individuales dignos de una interpretación cognitiva con
él mismo y el otro construyendo una realidad social del mundo-objeto.

Uno de los métodos que valora el autor, es la etnometodología, pues allí se recurre a una
visión filosófica en cuando a lo que se puede observar, derivar y contar en la vida cotidiana,
además, el observador juega un papel importante al posicionar al lego, sin privilegiarlo, sino
centrándolo, sin intentar modificarlo radicalmente.

Dentro de la filosofía poswittgensteiniana: Winch, se puede rescatar que la explicación de los


comportamientos humanos tienen una intención moral desde la que se puede establecer una
justificación que de a entender una causalidad en la interacción con los otros, pues,
comprender las acciones de las personas observadas, da una visión en la que las reglas del
lenguaje construyen unas costumbres normalizadas y adaptadas en común. Posteriormente, se
incluye la Hermenéutica y la teoría crítica por autores como Gadamer, Apel y Habermas,
pero, se pueden entender viéndolos en paralelo con Weber y el Verstehen en la que la
comprensión no está netamente ligada al interpretar y entender acciones de los hombres como
procesos acumulativos sino que se da una actividad constante de reciprocidad e intercambio
simultáneo entre los actores; el observador entra a ser un agente activo que dialoga con los
demás en términos de reciprocidad y tensión.

En el título 2. Actividad, identificaciones de actos y propósito comunicativo. El autor


identifica diferentes problemáticas, empezando por la actividad, en la que se incluye, por
ejemplo, la falta de reconocimiento y los procesos conscientes del ser humano para entrar en
un proceso mental en el que actúe conforme a su vida racional, para, más adelante, entender
intenciones y proyectos, que son esas motivaciones pertenecientes a los seres humanos para
actuar en búsqueda de algo que los llene de sentido. Dentro de la identificación de los actos,
se analiza la conducta y sus significados en diferentes esferas de acuerdo a la vida social de
un sujeto y su relación con el mundo por procesos cotidianos, encontrándose con eso que
quiere decir. Además, en “La racionalización de la acción”, el autor menciona que las
“identificaciones de actos a menudo sirven como respuestas adecuadas a las preguntas “por
qué” referentes a la conducta humana” (Giddens, 1987. pp. 83), es decir, que el poder hacer
una identificación adecuada de las acciones llevadas a cabo por una persona facilita dar una
explicación del porque lo hace. Pero, si una persona no tiene la capacidad para identificar un
acto puede errar al momento de la interpretación.

A su vez, el autor plantea un ejemplo haciendo uso de palabras cuyos significantes pueden
parecer similares, pero en realidad tienen una connotación diferente, los cuales pueden variar
en el discurso cotidiano, es importante conocer el significado de las palabras para hacer uso
adecuado de las mismas, tanto en la teoría como en la práctica, y, en el análisis sociológico,
cobra importancia la distinción de las diversas capas de indagación de las actividades propias
y de los otros, especialmente debido al regular empleo de las palabras como “razón”,
“intención” y “propósito” como sinónimos. Es por esto, que procede a explicar la importancia
de establecer la definición de intención o propósito para determinar la influencia de este en
las conductas, siendo que la conducta con un propósito, o intencional, implica un
conocimiento aplicado en la acción con el fin de producir un resultado, siendo los seres
humanos capaces de controlar sus actividades desde la reflexión; por otro lado, define razón
como los “principios fundamentados de la acción, con los que los agentes se ‘mantienen en
contacto’ como elementos de rutina del control reflexivo de sus conductas” (Giddens, 1987.
pp. 85), que, sin embargo, no están relacionadas directamente con la causalidad de las
acciones del agente, la causalidad, se relaciona más bien con la capacidad de reflexividad de
este y la consiguiente racionalización de la conducta, que se refiere a la “sujeción causal de la
actividad al ligar los propósitos a las condiciones de su realización dentro de la praxis vigente
de la vida cotidiana” (Giddens, 1987. pp. 86), es decir, que es la expresión causal del
fundamento de la intencionalidad del sujeto desde el conocimiento de sí mismo y el
conocimiento de los mundos sociales que conforman el ambiente en el cual actúa.

En el apartado “Significado e intento comunicativo”, se plantea que todas las aserciones


tienen un carácter comunicativo, y, como actos comunicativos, el propósito del agente en
estos es dar determinada información a otros, y a su vez, puede tener un intento
comunicativo, que denota el esfuerzo por crear ciertas impresiones en los otros mediante las
expresiones que utiliza para llevar a cabo sus acciones. A partir de esto, se llega a la
conclusión de que “hay una diferencia entre entender lo que alguien está haciendo cuando
está haciendo algo, y entender cómo otros entienden lo que dice” (Giddens, 1987. pp. 88).

Como conclusión de este capítulo, se expusieron tres argumentos principales: ni el concepto


de acción ni el de identificación tiene relación lógica con las intenciones; que la significación
de las razones en la conducta humana constituyen el aspecto teórico del control reflexivo de
la conducta, es decir, una explicación que fundamente un acto en caso de que al actor se le
pregunte; y, finalmente, que la comunicación del significado en la interacción sugiere
problemas que en alguna medida son separables de los que se refieren a la identificación del
significado en los actos no comunicativos.

En los dos capítulos siguientes Giddens utiliza las conclusiones alcanzadas en este para hacer
una reconstrucción de la lógica del método científico social, ya que brindan una base
preparatoria para este ejercicio, siendo solamente preparatoria debido a limitaciones y
dificultades que presenta la “Sociología interpretativa”, además de reunir aportes de otras
escuelas de pensamiento que pueden abordar adecuadamente estos problemas.

Para esto, menciona a autores como Durkheim, y hace especial énfasis en los planteamientos
de Parsons, los cuales involucran la incorporación del voluntarismo a la teoría social desde
que los valores forman los componentes motivacionales de la acción y los elementos del
‘consenso universal’; y, que el conflicto de intereses en la vida social se debe a la relación
entre el individuo y la sociedad; que, de acuerdo con Giddens, a pesar de estos
planteamientos estar dirigidos a las problemáticas tratadas, resultan insatisfactorios. También
se plantea la necesidad de que estas ideas sean complementadas desde otras escuelas
contrarias, y así, lograr conservar las virtudes de cada una, y a la vez, corregir los problemas
que conlleva cada una; es por esto, que se dirige al marxismo, sin embargo, afirma que los
argumentos que se plantean desde allí no logran contrarrestar aquellas principales tradiciones
del pensamiento social desde que los análisis del conflicto y el poder se basan solamente en
los intereses de clases, pero, por otro lado, logra servir de guía en temas como la producción
y la reproducción de la vida social.

Finalmente, el autor da unas conclusiones sobre esta obra, donde hace un recuento sobre los
principales planteamientos realizados, enlazando unos con otros haciendo que sean más
comprensibles. Además de esto, afirma que en cuanto las ciencias sociales son recogidas
como generalizaciones y son aplicadas como tal, su forma se altera, siendo, en este sentido,
clave para su mantenimiento como teoría crítica, la reflexividad.

Tras esto, presenta unas “nuevas reglas del método sociológico”, sin embargo, no pretende
que sean seguidas como tal, ya que considera que son una exposición a grandes rasgos de los
temas del estudio en conjunto, cuyo objetivo es ejemplificar sus diferencias respecto al
manifiesto sociológico de Durkheim. Se divide en cuatro secciones:

A: se refiere a la “materia de la sociología”: producción y reproducción. Afirma que la


sociología se ocupa de un universo construido por las acciones de los sujetos, por tanto, la
producción y reproducción de la sociedad se considera como producto de las destrezas de sus
miembros.

B: hace referencia a los límites de la actividad humana al ser los actores históricamente
situados. También plantea que las estructuras no deben ser conceptualizadas con el fin de
imponer coerciones a la actividad humana, sino en cambio, de permitirla, además, los
procesos de estructuración implican interrelación.

C: Plantea que el observador sociológico debe utilizar su conocimiento sobre la vida social a
modo de recurso, además de que la inmersión en una forma de vida es el único medio para
caracterizarla.

D: Afirma que los conceptos sociológicos obedecen a una ‘doble hermenéutica’, y que, los
objetivos del análisis sociológico son: “la explicación y mediación hermenéuticas de formas
de vida divergentes dentro de los metalenguajes descriptivos de las ciencias sociales” y “ la
explicación de la producción y reproducción de la sociedad como el resultado logrado por la
actividad humana” (Giddens, 1987. pp. 166).

BIBLIOGRAFÍA.

Giddens, Anthony. (1987). Las nuevas reglas del método sociológico. Buenos Aires:
Amorrortu editores.

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