Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Giddens, Anthony. (1987). Las nuevas reglas del método sociológico. Buenos Aires:
Amorrortu editores.
El texto en cuestión tiene una estructura organizada frente a los planteamientos postulados
por el autor, es decir, se formulan argumentos sociológicos relevantes, que, más adelante son
discutidos a profundidad para su análisis; Para ello, se utilizan títulos y subtítulos planteados
como soportes interconectados así: 1. Algunas escuelas de teoría social y filosofía, 2.
Actividad, identificaciones de actos y propósito comunicativo, 3. La producción y
reproducción de la vida social, 4. La forma de enunciados explicativos y, por último,
Conclusiones: Algunas nuevas reglas del método sociológico. Las ideas principales del autor
serán tomadas en este ensayo para resaltar lo que se quiere comunicar desde una perspectiva
objetiva.
En esa dirección, el autor retoma las ideas de Schutz y cómo este se basa en la fenomenología
para darle sentido a problemas dentro de la sociología, lo que posteriormente vinculará y
planteará como la ‘vida cotidiana’ tomando significados de procesos entrelazados que
contienen conocimientos colectivos e individuales dignos de una interpretación cognitiva con
él mismo y el otro construyendo una realidad social del mundo-objeto.
Uno de los métodos que valora el autor, es la etnometodología, pues allí se recurre a una
visión filosófica en cuando a lo que se puede observar, derivar y contar en la vida cotidiana,
además, el observador juega un papel importante al posicionar al lego, sin privilegiarlo, sino
centrándolo, sin intentar modificarlo radicalmente.
A su vez, el autor plantea un ejemplo haciendo uso de palabras cuyos significantes pueden
parecer similares, pero en realidad tienen una connotación diferente, los cuales pueden variar
en el discurso cotidiano, es importante conocer el significado de las palabras para hacer uso
adecuado de las mismas, tanto en la teoría como en la práctica, y, en el análisis sociológico,
cobra importancia la distinción de las diversas capas de indagación de las actividades propias
y de los otros, especialmente debido al regular empleo de las palabras como “razón”,
“intención” y “propósito” como sinónimos. Es por esto, que procede a explicar la importancia
de establecer la definición de intención o propósito para determinar la influencia de este en
las conductas, siendo que la conducta con un propósito, o intencional, implica un
conocimiento aplicado en la acción con el fin de producir un resultado, siendo los seres
humanos capaces de controlar sus actividades desde la reflexión; por otro lado, define razón
como los “principios fundamentados de la acción, con los que los agentes se ‘mantienen en
contacto’ como elementos de rutina del control reflexivo de sus conductas” (Giddens, 1987.
pp. 85), que, sin embargo, no están relacionadas directamente con la causalidad de las
acciones del agente, la causalidad, se relaciona más bien con la capacidad de reflexividad de
este y la consiguiente racionalización de la conducta, que se refiere a la “sujeción causal de la
actividad al ligar los propósitos a las condiciones de su realización dentro de la praxis vigente
de la vida cotidiana” (Giddens, 1987. pp. 86), es decir, que es la expresión causal del
fundamento de la intencionalidad del sujeto desde el conocimiento de sí mismo y el
conocimiento de los mundos sociales que conforman el ambiente en el cual actúa.
En los dos capítulos siguientes Giddens utiliza las conclusiones alcanzadas en este para hacer
una reconstrucción de la lógica del método científico social, ya que brindan una base
preparatoria para este ejercicio, siendo solamente preparatoria debido a limitaciones y
dificultades que presenta la “Sociología interpretativa”, además de reunir aportes de otras
escuelas de pensamiento que pueden abordar adecuadamente estos problemas.
Para esto, menciona a autores como Durkheim, y hace especial énfasis en los planteamientos
de Parsons, los cuales involucran la incorporación del voluntarismo a la teoría social desde
que los valores forman los componentes motivacionales de la acción y los elementos del
‘consenso universal’; y, que el conflicto de intereses en la vida social se debe a la relación
entre el individuo y la sociedad; que, de acuerdo con Giddens, a pesar de estos
planteamientos estar dirigidos a las problemáticas tratadas, resultan insatisfactorios. También
se plantea la necesidad de que estas ideas sean complementadas desde otras escuelas
contrarias, y así, lograr conservar las virtudes de cada una, y a la vez, corregir los problemas
que conlleva cada una; es por esto, que se dirige al marxismo, sin embargo, afirma que los
argumentos que se plantean desde allí no logran contrarrestar aquellas principales tradiciones
del pensamiento social desde que los análisis del conflicto y el poder se basan solamente en
los intereses de clases, pero, por otro lado, logra servir de guía en temas como la producción
y la reproducción de la vida social.
Finalmente, el autor da unas conclusiones sobre esta obra, donde hace un recuento sobre los
principales planteamientos realizados, enlazando unos con otros haciendo que sean más
comprensibles. Además de esto, afirma que en cuanto las ciencias sociales son recogidas
como generalizaciones y son aplicadas como tal, su forma se altera, siendo, en este sentido,
clave para su mantenimiento como teoría crítica, la reflexividad.
Tras esto, presenta unas “nuevas reglas del método sociológico”, sin embargo, no pretende
que sean seguidas como tal, ya que considera que son una exposición a grandes rasgos de los
temas del estudio en conjunto, cuyo objetivo es ejemplificar sus diferencias respecto al
manifiesto sociológico de Durkheim. Se divide en cuatro secciones:
B: hace referencia a los límites de la actividad humana al ser los actores históricamente
situados. También plantea que las estructuras no deben ser conceptualizadas con el fin de
imponer coerciones a la actividad humana, sino en cambio, de permitirla, además, los
procesos de estructuración implican interrelación.
C: Plantea que el observador sociológico debe utilizar su conocimiento sobre la vida social a
modo de recurso, además de que la inmersión en una forma de vida es el único medio para
caracterizarla.
D: Afirma que los conceptos sociológicos obedecen a una ‘doble hermenéutica’, y que, los
objetivos del análisis sociológico son: “la explicación y mediación hermenéuticas de formas
de vida divergentes dentro de los metalenguajes descriptivos de las ciencias sociales” y “ la
explicación de la producción y reproducción de la sociedad como el resultado logrado por la
actividad humana” (Giddens, 1987. pp. 166).
BIBLIOGRAFÍA.
Giddens, Anthony. (1987). Las nuevas reglas del método sociológico. Buenos Aires:
Amorrortu editores.