Está en la página 1de 3

Alumno: Francisco Javier Roblero López

11º SEMESTRE de la Lic. En Español

EL “ERROR”, UN MEDIO PARA ENSEÑAR


Hace muchísimos años, un perro y un gallo se pusieron de acuerdo para
abandonar el triste lugar en el que vivían y viajar por todos los rincones
del mundo. Cansados de caminar llegaron a un gran árbol, en el cual el
gallo se encaramó a lo más alto para dormir más tranquilo y el perro se
quedó recostado a los pies de tan magnífico tronco. Al otro día, como
hacen todos los gallos, al ver la salida del sol, nuestro gallo se puso a
cantar enérgicamente para anunciar la llegada de un nuevo día. Una
zorra escuchó su canto y en un abrir y cerrar de ojos se plantó a los
mismos pies del árbol.
Cuando vio al gallo encima, le gritó desde abajo que deseaba poder
verle más de cerca y besar la cabeza del intérprete de tan encantadora
melodía. Pero en vez de bajar, el gallo le pidió que le hiciera antes el
favor de despertar al portero que había debajo del árbol. Antes de que la
zorra pudiera decir nada, el perro se lanzó sobre ella y no le dejó nada
más que el rabo. Moraleja: Si no puedes vencer a un enemigo poderoso,
busca a alguien más fuerte que quiera ayudarte.
Este bello relato, en cuanto a lo educativo nos enseña muchas cosas importantes,
como por ejemplo; el docente muchas veces se cansa de hacer lo mismo con sus
alumnos, en usar las mismas estrategias, la misma técnica, los mismos materiales
didácticos , y esto ya se vuelve una costumbre, tanto que le afecta como docente y
también a los alumnos, por lo tanto, es necesario salir de ahí, de ese
estancamiento, en la que hay que tomar nuevas decisiones, para cambiar aquello
que nos afecta, la manera en que esto lo podemos hacer es investigando y
buscando nuevos mecanismos, ya que hoy en dia tenemos la ventaja de la
tecnologia, que nos ofrece diferentes formas de como enseñar.

El autor de esta lectura también habla de la experiencia en su vida profesional, en


la que narra todo lo bueno y todo los malos momentos, ante esto le sirvió para
mejorar y entender mejor los efectos de los errores, para después no equivocarse.
Esta lectura clasifica los errores escolares según sus causas y nos permite
analizar los modelos pedagógicos, como es el caso del modelo tradicional, la cual
se refiere en la que el papel de la educación consiste en transmitir un conjunto de
conocimientos, aquí el alumno solamente es un recipiente pasivo, y el docente
solo una figura de autoridad.
El siguiente es el modelo conductista, aca también consiste en la transmisión de
saberes y el maestro sigue estando por encima del alumno y abunda el uso de la
metodología memorística.

1
El “error” un medio para enseñar/Jean Pierre Astolfi
Alumno: Francisco Javier Roblero López
11º SEMESTRE de la Lic. En Español

Esta el modelo romántico, naturalista, experiencial: este modelo parte de una


ideología humanista en la que promueve que el desarrollo de los estudiantes debe
ser natural, espontaneo y libre y en los propios intereses centrando el aprendizaje
en la experiencia libre.
El modelo cognoscitivista, su principal objetivo es contribuir y formar al alumno de
tal manera que adquiera habilidades cognitivas suficientes para ser autónomo, ser
independiente y aprender por si mismo. El ultimo seria el modelo educacional-
constructivista, aca se centra la atención en el alumno como principal protagonista
en el proceso educativo, es aquí donde se busca que el alumno construya de
manera progresiva una serie de significados.

Todo educador sueña con un mundo ideal donde lo que aprenden los alumnos es
el sosegado reflejo de lo que se les enseña. La realidad es obligada a aceptar que
el mundo que es imperfecto, a un que nunca pierde la esperanza. Hay algo de
paraíso perdido en esta búsqueda de “lo perfecto”, pero también una equivocación
sobre que es –y que podría ser-aprender, si se aplica este termino con toda
seriedad.
La cinta transportadora de los conocimientos, es propia de una determinada
representación del acto de aprender, representación muy extendida entre los
enseñantes, los padres y el sentido común.
Las adquisiciones naturales es un mecanismo regular y progresivo que se pone en
marcha al aprender bien. Algo parecido a una cinta transportadora de
conocimientos, que progresa al ritmo de un sistema de engranajes bien ingresado;
que permite el anclaje del saber en la memoria, sin vuelta atrás ni desvíos. Si el
profesor explica bien, si lleva un buen ritmo, si elige bien los ejemplos y, por su
puesto si los alumnos están atentos y motivados, no debería – normalmente-haber
errores.
Es importante lo que dice Samuel Joshua que denomina “mito naturalista”, método
según el cual se puede establecer un paralelismo término a término entre el
proceso del descubrimiento del descubrimiento científico y el método inductivo de
adquisición de conocimientos (por los alumnos). El método científico y el método
pedagógico serian calcos uno del otro. Pero tal homología no se cumple, ni en las
ciencias ni en otros campos (Joshua, 1985).
El principal obstáculo con que choca este método es su visión unificadora de las
cosas, sin contradicciones ni problemas; de ahí el adjetivo de “naturalista” que le
coloca Joshua. La ciencia se aprendería “silenciosamente”, ya que esta ordena lo
2
El “error” un medio para enseñar/Jean Pierre Astolfi
Alumno: Francisco Javier Roblero López
11º SEMESTRE de la Lic. En Español

real, del mismo modo en que se habla de un método “natural” para la lectura. Los
aprendizajes son descubrimientos tranquilos cómodos, sin aventuras, sin sobre
saltos ni pasiones; por ello se valora en los alumnos cualidades similares,
prefiriéndose; a los que trabajan silenciosa y regularmente frente a los que se
arriesgan por caminos alternativos.
Los errores como “fallos” del aprendizaje. Según esta representación de los
errores solo pueden ser “fallos” de un sistema que no ha funcionado
correctamente, fallos que hay que castigar. Y esto se traduce de muchas maneras
convergentes. La primera es el “síndrome del rotulador rojo”. En el mismo
momento en que se percibe un error, el reflejo casi pavloviano es subrayar, tachar,
materializar la falta en el cuaderno o en el control.
Antes de pararse a pensar en si tendrá alguna utilidad en términos didácticos, se
siente la incapacidad de actuar de otro modo. Interminables y agotadoras
correcciones, sin pensar que vayan a ser eficaces, y sin creer que los alumnos van
a tenerlas en cuenta, y aun así, se sigue perseverando.
Debe existir un sentimiento de obligación “moral”; a no ser que tenga algo que ver
con la relajación muscular del profesor. El relajarse es estancarse en el mismo
lugar, sin tener el minimo interés de mejorar, no prescindimos de la corrección
porque es algo que tiene que ver con nuestra identidad profesional, con la idea de
la acción y de los deberes del enseñante: al menos que los alumnos puedan ver
que “esta corregido”, también puede tener que ver con el justificable miedo que se
siente a la opinión de los padres y a la administración si ven que “dejamos pasar
las faltas”.
La doble negación del error
El error, indicador de procesos, en el constructivismo los errores no se consideran
faltas que condenen al niño, ni fallos de programa lamentables: son únicamente
síntomas interesantes de los obstáculos con los que se enfrenta el pensamiento
de los alumnos. “vuestros errores me interesan”, parece pensar el profesor, ya que
están en el mismo centro del proceso de aprendizaje que se quiere conseguir e
indican los progresos conceptuales que deben obtenerse. Los obstáculos en los
alumnos es solamente un paso para mejorar el aprendizaje y lograr en ellos mejor
conocimiento en la construcción de la misma.

3
El “error” un medio para enseñar/Jean Pierre Astolfi

También podría gustarte