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TEMA I: Contexto histórico de la segunda mitad del


siglo XVIII
          El estado venezolano, se conforma como Estado en
1777 a partir de la Capitanía General de Venezuela,
colonia del Imperio español que había sido fundada en
1527. La historia escrita de Venezuela se remonta a la
llegada de los primeros españoles a finales del siglo XV,
pero la historia de lo que hoy se conoce como Venezuela
comienza en realidad con el poblamiento del territorio por
las migraciones amerindias hace miles de años.
Venezuela fue residencia para estos importantes grupos
tribales, como fueron los Caribes.

          El siglo XVIII ve la llegada de la Compañía


Guipuzcoana, o Compañía de Caracas, que se establece
en 1728 y deviene en un ente monopolizador del comercio
del cacao y de la venta de productos importados
directamente de España, tales como vinos, trigo, telas y
hierro, eliminando tanto para los productores como para
los consumidores locales la posibilidad de acceder a otro
mercado, lo cual genera enormes fricciones sociales y
animadversión de productores y comerciantes criollos en
contra de dicha compañía, sus medidas y sobre todo, sus
prácticas con respecto a la fijación de precios de las
mercancías. Sin embargo, el establecimiento de la
Compañía trae también beneficios, impulsando por su
propio interés el desarrollo o mejora de la infraestructura
de puertos locales, tales como Puerto Cabello, Maracaibo,
Coro y La Guaira, así como el resguardo de toda la costa
desde el río Esequibo hasta la Goajira, al occidente, y su
defensa en contra de contrabandistas que saboteaban su
monopolio. Se requisan barcos, se revisan paquetes y
caletas marinas y se crean alcabalas de aduana y control.
Sus prácticas monopólicas y excluyentes produjeron
varias revueltas, siendo una de ellas la liderada por
el zambo  Andresote, en San Felipe, en 1735. Sin
embargo, la más relevante ocurrió en Barlovento,
extendiéndose después hacia Caracas, entre 1748 y 1752,
la cual estuvo liderada por el cosechero local de
origen canario Juan Francisco de León y a la cual se
plegaron todos los sectores marginados por las prácticas
de la Compañía Guipuzcoana, incluyendo esclavos,
pardos y canarios, por lo cual adquirió tintes de revolución
social. Ambas fracasan por falta de apoyo de la élite criolla
local, que decide plegarse a la Corona.

          A mediados del siglo XVIII se fundan ciudades


como Angostura (1764), en el Orinoco, y San Fernando de
Apure (1788), y crecen otras como San Carlos, Calabozo
y San Cristóbal, en los Andes. Los jesuitas son
expulsados hacia 1766, al igual que en el resto de
América por orden real. En 1777 se produce la integración
de las varias provincias en la así llamada Gobernación de
Venezuela y luego en la Capitanía General de Venezuela,
que constituye esencialmente desde entonces el actual
territorio de la nación. El libre comercio se instaura y se
extingue en esa década la Compañía Guipuzcoana. A
fines de siglo se crea la Real Audiencia de Caracas, con
jurisdicción judicial para conocer de los pleitos en segunda
instancia, que sustituye en esa función a la antigua
Audiencia de Santo Domingo.

Capitanía General de Venezuela 1777


          Las provincias existentes para el momento de la
creación y organización de la Capitanía General de
Venezuela eran, aparte de la Provincia de
Venezuela serían:

          Provincia de Trinidad, creada en 1532, por el


conquistador Antonio Sedeño, y originalmente bajo la
jurisdicción de Santo Domingo, posteriormente a su
incorporación a la Capitanía General, fue atacada por una
flota inglesa, que obtuvo la rendición de la plaza, del
gobernador de la isla, en el año 1797, y fue reconocida su
ocupación por Tratado de Amiens en el año 1802.

          Provincia de Cumaná, está reunió a las anteriores


provincias o gobernaciones de Nueva Andalucía y Paria,
en una única entidad, la misma fue originalmente
dependiente de la Real Audiencia de Santo Domingo a
partir del año 1569, hasta que fue sujeta a la jurisdicción
del Virreinato de la Nueva Granada, de 1749 a
1777. Provincia de Margarita, la isla fue una provincia
hasta el año 1600, cuando pasa a depender directamente
de la Corona Española hasta 1777. Provincia de Guayana,
también conocida como Provincia de Angostura, y fundada
en el año 1591. Provincia de Maracaibo, formada en 1740,
con la unión de las anteriores provincias de La Grita y
Mérida.

          La Provincia de Venezuela o Caracas, depende


siempre de la Real Audiencia de Santo Domingo, en la
isla La Española, hasta 1718, cuando el nuevo régimen
borbónico en España, por Real Cédula la hace depender
en adelante del recién creado Virreinato de Nueva
Granada. Se independiza de nuevo de este Virreinato de
la Nueva Granada en el año 1742. Treinta años después
se le anexan los territorios de las provincias de Maracaibo,
Guayana, Cumaná, dependientes del Virreinato de la
Nueva Granada, la provincia de Trinidad, dependiente de
Santo Domingo y Margarita, dependiente de la Corona
Española, para formar la Capitanía General de Venezuela,
con capital en la ciudad de Santiago de León de Caracas,
por Real Cédula emitida por el Rey Carlos III de España,
el 8 de septiembre de 1777.
          La autoridad de la Capitanía General abarca los
asuntos de índole política, militar y económica, de todas
las anteriormente señaladas provincias; sin embargo, las
mismas continúan dependiendo judicialmente de la Real
Audiencia de Santo Domingo, y sus gobernadores eran
nombrados directamente por la Corona Española. La
influencia de Caracas como ciudad central de gobierno
oficial, y residencia del Gobernador en un área que
abarcaba económicamente varias otras gobernaciones
como la de Nueva Andalucía, Mérida o Guayana, influye
finalmente para integrar todo el conjunto de provincias y
gobernaciones del área de Venezuela alrededor de la
Gobernación de Caracas. La economía colonial
de Venezuela gira alrededor de la exportación de cueros,
trigo, tabaco y cacao, con auges en diferentes épocas,
siendo este producto, el cacao tan apreciado en el exterior
por su finura, aroma y calidad que impulsa durante los dos
siglos finales de la etapa colonial el desarrollo económico,
y genera una casta ilustrada de descendientes de los
conquistadores, conocida como los mantuanos, que basa
su riqueza y poder en este producto durante esos 2 siglos.
 

Evolución educativa en tiempos de la Colonia


          El Imperio Español descuida y limita la promoción
de la educación en sus colonias. Venezuela, al ser una
provincia particularmente pobre después del colapso de la
explotación de las perlas en el siglo XVII, es
particularmente olvidada. Los grupos de mulatos y otros
no tienen acceso a la educación siquiera básica. En  1727
se crea la primera universidad en Venezuela, siglos
después de que se hubiera hecho en México o el Perú. En
1760 el gobernador de la provincia de Caracas le otorga
un permiso al coronel de ingenieros Nicolás de Castro
para introducir los estudios de matemáticas con una
Academia de Geometría y Fortificación exclusivamente
para sus oficiales. Manuel Centurión crea en 1761 una
Academia Militar de Matemáticas. En 1763 el maestro
Lorenzo Campins y Ballester introduce una Cátedra de
Medicina.

Evolución política y económica a finales del siglo XVIII


          La fuerza militar hispana es bastante reducida para
la población. Para 1777 hay en teoría unos 12000 militares
para una población de unas 800 mil personas. Es así
como en 1797 las tropas de Abercromby conquistan con
facilidad las islas de Trinidad y Tobago: el
gobernador José María Chacón apenas había conseguido
movilizar unos quinientos soldados mal armados en contra
de una armada con 59 buques y 6750 soldados de tierra.

          Varias tímidas intentonas de emancipación se


producen, una de ellas liderada por el ex esclavo José
Leonardo Chirino en Coro, y otra por los criollos Manuel
Gual y José María España y el español Juan Bautista
Picornell influenciados por las ideas de la Revolución,
establecidos en La Guaira, denominada la Conspiración
de Gual y España. Sus cabecillas son presos y algunos
ahorcados en la Plaza Mayor de Caracas en1799.

          Alexander von Humboldt informa que para el


comienzo del siglo XIX Venezuela importaba productos
por más de 35 millones de francos de la época y que
cuatro quintas partes de esta mercancía vienen de
Europa. Dice que los cueros de Carora, las hamacas de
Margarita y las mantas de algodón del Tocuyo son
productos muy poco importantes “incluso para el mercado
interno”.

 
Primeros pasos para la independencia de la Venezuela
          A finales del siglo XVIII tienen lugar los primeros
conatos independentistas en Venezuela. La primera de
ellas es una rebelión armada en 1795 con José Leonardo
Chirinos a la cabeza. La otra se trata de
una conspiración por parte de Manuel Gual y José María
España, en 1797, y es la primera de raíces populares.
Ambas intentonas resultan fallidas, con sus respectivos
líderes ejecutados. Francisco de Miranda, por su parte,
intenta dos veces en 1806 invadir el territorio venezolano
por La Vela de Coro con una expedición armada
proveniente de Haití. Sus incursiones terminan en
fracasos por la prédica religiosa en su contra y la
indiferencia de la población.
Independencia de Venezuela
          La fecha del 19 de abril de 1810 marca el inicio de
la revolución venezolana. Vicente Emparan, para ese
entonces era el Capitán General de Venezuela, es
destituido de su cargo por el Cabildo de Caracas. Ello da
paso a la formación de la Junta Suprema de Caracas, la
primera forma de gobierno autónomo. La Junta gobierna
hasta el 2 de marzo de 1811, día en que se instala
el Primer Congreso Nacional, ente que nombra un
triunvirato compuesto por Cristóbal Mendoza, Juan
Escalona y Baltasar Padrón. Meses después, el 5 de julio
de ese año, se procede finalmente a firmar la Declaración
de Independencia. Pero esta Primera República colapsa
por la reacción de los realistas. El 25 de julio de 1812
Miranda, Comandante en Jefe del recién creado ejército,
capitula en San Mateo. Simón Bolívar y otros militares
entregan a Miranda a los españoles liderados por
Monteverde, quien les dan carta de salida del país.

          El movimiento tiene nuevo impulso en 1813. Simón


Bolívar, luego de hacerse con el control de Cúcuta,
emprende una expedición armada por los Andes y la
región occidental, junto con Atanasio Girardot y José Félix
Ribas. Luego de hacer público el polémico Decreto de
Guerra a Muerte, enfrenta a los realistas en cuatro batallas
a lo largo de la ruta hacia la capital. Al terminar la
campaña, el 6 de agosto entra triunfalmente en Caracas,
donde se le titula como Libertador, y donde se da inicio a
la Segunda República, aunque continúan los combates en
otros puntos del país. Sin embargo, al año siguiente
estalla una rebelión leal a la Corona a cargo de José
Tomás Boves. El violento empuje de sus tropas fuerza a la
población a huir a oriente y a la expulsión de los patriotas
de tierra firme, haciendo caer así la Segunda República.

          Bolívar intenta una reedición de la Campaña


Admirable para rescatar la república, pero por falta de
apoyo se traslada a Jamaica para conseguir apoyo
británico, y luego a Haití, donde se refugia el resto de los
líderes patriotas. Allí se planifica una expedición a tierra
firme, la cual zarpa en marzo de 1816. Luego de tomar la
Isla de Margarita, los republicanos prosiguieron su gesta
atacando Carúpano y Maracay, pero son rechazados. Se
hace una segunda expedición, Bolívar toma el mando de
las tropas republicanas acantonadas en Guayana, con las
que logró capturar Angostura, y desde donde refundan las
instituciones creando la Tercera República. Por su
parte, José Antonio Páez realiza importantísimas
operaciones militares para liberar la región central del país
al mando de sus llaneros.

          La guerra en el llano sigue hasta 1819. En febrero


de ese año, Bolívar intenta la reorganización del Estado
con la instalación del Congreso de Angostura, cuyo
resultado es la creación de la Gran Colombia. En 1820, se
firma el Tratado de Armisticio y Regularización de la
Guerra, poniendo fin a la guerra a muerte y cesando
hostilidades hasta el 28 de abril de 1821. El 24 de junio de
ese mismo año, Bolívar se enfrenta a Miguel de la
Torre en la Batalla de Carabobo, que se salda con la
victoria republicana. Esta victoria significa la liquidación de
las tropas realistas en Venezuela, dejando remanentes
que serían limpiados en la Batalla naval del Lago de
Maracaibo en 1823.
La Gran Colombia
          La República de la Gran Colombia, según la ley
fundamental que la crea, integra a Venezuela con
el Virreinato de Nueva Granada y la Provincia Libre de
Guayaquil, al que luego se une la Audiencia de Quito. El
congreso elegido en Angostura se mueve a Cúcuta, donde
se sanciona la Constitución de Cúcuta en agosto de 1821,
y en la que se define la organización política de este
Estado. Bolívar es electo presidente por mayoría, y
Francisco de Paula Santander es hecho vicepresidente.
Bolívar continúa sus campañas de liberación por el sur, en
la que propicia la liberación del Perú y la creación de
Bolivia.

          El nuevo Estado regula sobre el comercio y las


instituciones públicas, y también decreta la abolición de la
esclavitud.[ ]Pero la discrepancia entre bolivarianos
(centralistas) y santanderistas (federalistas) tensiona el
orden interno. Aunado a la crisis económica, la carente
infraestructura, las diferencias idiosincráticas y de
intereses, y el deseo de autonomía por parte de los
venezolanos para con su territorio, germina el deseo de la
separación. La Cosiata de 1826, liderada por Páez, fragua
dicha inconformidad del departamento de Venezuela con
el gobierno de Bogotá. Para aquietar la convulsión interna,
Bolívar gobernó por decreto desde 1828, pero ello no
impide la separación de Venezuela, que se manifiesta
finalmente en noviembre de 1829. El 6 de mayo de 1830
se instala el Congreso Constituyente de Venezuela
en Valencia, la cual adopta una constitución el 22 de
septiembre. Ello consolida la separación de la Gran
Colombia y el nacimiento de la República de Venezuela.

 
Caudillismo y Guerra Federal
          El principal jefe político y hombre fuerte de
Venezuela en sus albores como nación independiente
es José Antonio Páez, quien se juramenta
como Presidente el 11 de abril de 1831, y su
Vicepresidente es Diego Bautista Urbaneja. En su persona
se constituye el Partido Conservador, integrado en su
mayoría por militares de alto rango que participaron en la
Guerra de Independencia. En su mandato hay relativa paz
y la economía muestra una recuperación estimulada por
la Ley de Libertad de Contratos de 1834 y la masiva
exportación de café. En 1835 delega el poder en José
María Vargas, el primer civil en dirigir el país. Esto último
no es de gusto para los militares de pensamiento liberal,
encabezados por Santiago Mariño y Julián Castro que se
levantan para exigir la reconstitución de la Gran Colombia
y el fin del poderío de una minoría de comerciantes. Entre
tales oficiales hay bolivarianos sobresalientes, como el
edecán del Libertador, Luis Perú de Lacroix o el
granadino José María Melo, así como también un enemigo
de Bolívar, Pedro Carujo. Obtienen un efímero triunfo y
designan como presidente provisional a Mariño, pero
llaman al general Páez con el fin de que los respaldara;
sin embargo éste restaura a Vargas en el gobierno y
decreta amnistías a los oficiales de la revolución, muchos
de los cuales sin embargo resultan desterrados.

          Páez, tras haber defendido al gobierno


constitucional de una rebelión liberal, vuelve a resultar
vencedor en los comicios de 1838. Afronta la crisis
económica mundial de ese año, que golpea duramente a
Venezuela, y a la creciente oposición liberal, representada
por Antonio Leocadio Guzmán. Soublette es nuevamente
presidente en 1843, y en su período combatió la
Insurrección Campesina de 1846. En 1847 es elegido el
general José Tadeo Monagas. Inicialmente recibió gran
apoyo, pero luego rompió con los conservadores. El
intento de éstos en deponerlo desemboca en el atentado
al Congreso de 1848, tras la cual Monagas retiene el
control del país. Al finalizar su mandato en 1851, se
asegura de que su hermano José Gregorio Monagas sea
hecho presidente. En tal gobierno destaca la
definitiva abolición de la esclavitud en 1854. José Tadeo
vuelve al poder en 1855, pero su régimen autoritario ve su
fin en la Revolución de Marzo de 1858, comandada
por Julián Castro. Los decretos del nuevo gobierno no
tardan en crear descontento en el seno de los liberales. La
inestabilidad del gobierno hace inminente el estallido de
un conflicto armado conocido como la Guerra Federal.

          El Grito de la Federación marca su inicio, y se


desarrolla como una guerra de guerrillas. En las batallas
iniciales, los federalistas liberales obtuvieron importantes
triunfos, a pesar de la muerte en combate de su
líder Ezequiel Zamora en 1860. Su mando es ocupado
por Juan Crisóstomo Falcón. Los refuerzos y el apoyo
conseguido por Falcón fortalecen a los liberales. Los
enfrentamientos posteriores les dan ventaja y merman las
fuerzas del gobierno centralista. Finalmente, en abril de
1863 se firma el Tratado de Coche, que significa la victoria
de los liberales y su acceso al poder. No obstante este
resultado, se conforman nuevos caudillismos regionales
con ejército propio que mantiene el control de grandes
porciones de tierra, cosa que contraria el anti-
latifundismo liberal. Ese año, Falcón asume la presidencia
y promulga su Decreto de Garantías que elimina la pena
de muerte cosa que es ratificada en la nueva constitución,
y convirtiendo a Venezuela en el primer Estado moderno
del mundo en llevarlo a práctica.
Publicado el28 octubre, 2018

TEMA II: Familia Bolívar Palacios


La Familia Bolívar
          El primer Bolívar llegó a Venezuela cambió la b por
V. Llevaba aquel Bolívar el mismo nombre de pila del
futuro libertador Simón y era señor de Rementeria. El año
de 1.557 este primer Simón Bolívar llega a Venezuela trae
con el relevante virtudes y talentos y se convierte en
Procurador y comisionado. Se dedicó a las labores
agrícolas y de gobierno.

         Los Bolívar desempeñaron entre los descendientes


del procurador Bolívar se cuentan: Antonio Bolívar y Rojas
Conigider y Justicia mayor de los Valles de Aragua. Luis
de Bolívar y Rebolledo, Alcalde de Caracas, Juan de
Bolívar y Martínez de Villegas, capitán de Infantería,
Teniente de Capitán general y también justicia Mayor de
Aragua corregidor de San Mateo y fundados de San Luis
de Cura.

       Hijo de este último fue el Coronel Juan Vicente de


Bolívar y Ponce Jaspes y Montenegro, Marqués de San
Luis, señor de Aroa, Coronel perpetuo y corpulentísimo
propietario venezolano, padre del futuro libertador.

          El libertador heredó de los Bolívar una recia estirpe


de hombres emprendedores y luchadores que
contribuyeron al progreso y desarrollo de la Provincia de
Caracas.

 
La Familia Palacios
          El origen de la familia Palacios se remonta a la zona
de Miranda situada en Castilla de vieja. Los antepasados
Castellanos de Simón Bolívar se dedicaron a la carrera de
las armas y ocuparon puestos importantes. Los Palacios
tuvieron posiciones destacadas en el proceso de
conquista y colonización del territorio venezolano. El
abuelo del Libertador procreó 11 hijos e hijas, una de ellas
era su hija Doña María de la Concepción, dama culta y
refinada.

Familia Blanco
          Los Blanco también desempeñaron altos cargos en
el gobierno, como gobernantes y regidores y aportación
sus hombres jóvenes a la lucha por la Independencia. El
Libertador Simón Bolívar heredó hidalguía y la vocación
por las armas
.

La Familia Bolívar y Palacios


          Simón Bolívar procedía de familias tradicionales de
la sociedad caraqueña. Los antepasados del libertador
tuvieron destacadas participaciones, en el desarrollo
político, económico y social de la vida colonial.

       Los padres del Libertador descendieron de Capitanes,


General, Alcaldes, procuradores, regidores y
gobernadores. Sobre la estirpe de los poderes del
Libertador y refiere el siguiente texto del Salvador de
Madariaga: “Tanto la estirpe paterna como materna, los
Bolívar como los Palacios aportaban a la familia del
Libertador tradiciones de riqueza de bienestar y de poder
social”
          Ni un sólo momento desde que llega a Venezuela
Simón Bolívar en 1.587, se eclipsan los antepasados del
Libertador de los círculos dirigentes del país; y casi
siempre había por lo menos uno en el Cabildo.

          Los Bolívar Palacios tenían una de las fortunas más


cuantiosas de la Provincia. Los Bolívar Palacios eran
dueños de las minas el Cocorate en Aroa y de los Hatos El
Tocuyo y El Limón. Tenían casas en la Guaira y Caracas
numerosos esclavos y árboles de Cacao en San José y
los Valles de Tuy en Yare.

          Su padre fue el Coronel Juan Vicente Bolívar y


Ponce, nacido en la Victoria, el 15 de Octubre de 1.726 y
su madre, Doña María Concepción Palacios y Blanco,
nacida en Caracas el 9 de Diciembre de 1.758; ambos se
casaron el primero de Diciembre de 1.775 en la CIUDAD
DE Caracas. Él tenía 47 años de edad y ella apenas 15
años. Perteneciente ambos a la más rica nobleza criolla.

          Don Juan Vicente Bolívar y Ponce, es el tipo clásico,


criollo venezolano. Rico y opulento propietario, pasa su
vida entre amenas lecturas, la inspección de sus
herencias, cacerías y paseos a caballo, deberes religiosos
y compromisos sociales. También fue un hombre ilustrado
y liberal, y en tiempos de la colonia, llegó a ser jefe del
Batallón de Aragua y Coronel de la Milicia.

          Doña María de la Concepción Palacios de Bolívar


era, según las crónicas de la época, una mujer de porte
distinguido, fina y delicada, como la de los lirios avileños.
Porte gentil silueta, aristocrática y un aire indefinible que la
distingue entre todas las de su rango, ojos humildes,
grandes y negro de suave fulgor, a la sombra de largas
pestañas, ojos candorosos. Boca de dulzura y de gracia,
donde es luz la sonrisa, la bondad miel y música el acento.
Tez de blancura alabastrina, con esa palidez de buen tono
de las jóvenes principales, criadas en el recogimiento de
las viejas casonas coloniales.

          Ambos tuvieron cinco hijos, tres hembras y dos


varones, todos nacidos en Caracas: la primogénita, María
Antonia, nacida en 1.777; Juana María, el 21 de Mayo de
1.779; Juan Vicente, en 1.781; Simón Antonio de la
santísima Trinidad (El Libertador) el 24 de Julio de 1.783 y
María del Carmen quien murió al nacer.

          El 24 de Julio de 1.783 marcaría el calendario de la


historia un comienzo trascendental. Nació Bolívar. El 30
de Julio de 1.783, la señorial Casona de San Jacinto en
Caracas, residencia de la familia Bolívar, está de fiesta. Se
bautiza ese día el nuevo hijo, nacido hace apenas 6 días
antes, el 24 de Julio. Como padrino del niño está su
abuelo materno: Don Feliciano Palacios y Sojo, y oficia
con licencia como sacerdote, el primo Jerez de
Aristiguieta. La ceremonia se efectúa en la Catedral en la
Capilla de la Santísima Trinidad, propiedad de la familia
Bolívar.

          El niño iba a llamarse Pedro José Antonio de la


Santísima Trinidad; pero al momento de ponerle el agua
que borra el pecado original, el canónigo Jerez de
Aristiguieta le cambió el nombre de Pedro por el de Simón.

          Al regresar al templo de la Casona de San Jacinto,


el padre del niño. Don Juan Vicente Bolívar, se entera de
lo ocurrido y le pregunta al Canónigo: ¿Por qué has hecho
ese cambio Juan Félix?

          No se cómo explicártelo, pero he sentido una voz


interior, un extraño presentimiento, una inspiración venida
seguramente de lo alto, que me ha dicho que ese niño
será, andando el tiempo. “El Simón Macabeo de las
Américas”.

          En la Caracas colonial cuya población no


sobrepasaba unos treinta mil habitantes, Simoncito creció
como todos los niños de su rango social; mecido en los
brazos de una esclava negra llamada Hipólita.

          Su nodriza, es quien amaba como a una segunda


madre, acompañando a sus padres en sus oficios
religiosos, jugando con otros niños de su edad en el patio
perfumado de granadas de su casa natal y recibiendo las
enseñanzas de sus primeros maestros.

          Los Valles de Aragua eran entonces las tierras más


fértiles de Venezuela. Allí en la pequeña población de San
Mateo, la familia Bolívar poseía una hacienda. Los cuatro
hermanos solían viajar a ella de vez en cuando. Les
gustaba ver como cantaban en los terneros o fiestas
patronales.

          Juan Vicente Bolívar y Ponce, padre del Libertador,


murió el 19 de Enero de 1.786, a la edad de 60 años y su
esposa María de la Concepción Palacios de Bolívar,
falleció después el 6 de Julio de 1.792, a la temprana edad
de 34 años. De consiguiente, Simón Bolívar tenía apenas
dos años y medio de edad cuando perdió a su padre y 9
cuando quedó huérfano al perder también a su Madre.
          Simón a pesar de ser el menor siempre era líder o
cabecilla. Preferiría irse con los esclavos y mestizos que
trabajaban en la plantación. Con ellos se bañaba en el río
y con ellos jugaba al trompo y subía a los árboles. Allí
también aprendió a montar a caballo. A los 8 años tenía ya
fama de ser estupendo jinete.

          Pero a pesar de estos respiraderos la infancia de


Simón fue muy dolorosa. Un día, estando en Caracas la
Mamá se pone muy triste. Los niños reciben orden de no
alborotar en casa. Se entornan las ventanas. El médico de
la familia va diariamente para tratar la enfermedad del
Papá. María Antonia la mayor lo comprende antes que los
otros. Papá está muriendo – dice en voz bajita a los
demás hermanos.

          Toda la familia se vistió de lutos. Los numerosos


amigos y parientes desfilaron antes del féretro. Doña
Concepción reunió a los cuatro hijos. Los besó en silencio
y luego con lágrimas muy limpias en los ojos les dice:

          Papá ha muerto. Papá ha ido al cielo. Desde ahora


yo sabré darles el cariño de su ausencia.

          Quizá el pequeño Simón no logra entender la


muerte de su padre apenas tenía 3 años.

          Don Feliciano Palacios, padre de Doña María de la


Concepción queda como tutor de los niños, pero murió al
año siguiente. Después de la muerte del abuelo Simón
quedó bajo el cuidado de su tío Carlos Palacios, quien se
hace cargo de el y sus hermanos. El ambiente familiar
termina desmoronándose con el casamiento de sus
hermanas y la salida de Juan Vicente al cargo de otro
tutor.

          Este cambio de ambiente influye sobre Simón, quien


al poco tiempo huyó de la casa del tío y pretendió vivir en
la casa de su hermana María Antonia. Esta dio origen a un
pleito judicial entre su tutor y el matrimonio Clemente
Bolívar; la pareja alegó todas las razones que le asistían a
fin de que la Real Audiencia permitiera que el joven viniera
con ellos, pero la Audiencia falló en favor del tío Carlos
Palacios, y Simón debió obedecer, no sin antes dejar en
claro su opinión sobre el hecho, la cual fue asentada en el
expediente del juicio, dijo, entre otras cosas “si a los
esclavos se les permite cambiar de dueño cuando eran
objeto de malos tratos, ¿Por qué no se le permite a él vivir
con la gente que más le agradaba?; que el tribunal podía
disponer de sus bienes, mas no de una persona.

          A raíz de este incidente, el joven Simón ha sido


confiado a Simón Rodríguez quien dirigía en esa época
una escuela de primeras letras en Caracas. Pedagogo
Liberal y excéntrico, de vasto pensamiento universalista,
supo sembrar en el alma de su alumno el germen de las
ideas nuevas “Usted formó mi corazón para la libertad,
para la grandeza, para lo hermoso. Yo he seguido el
sendero que usted me señaló; escribió Bolívar a su
maestro Rodríguez muchos años más tarde. Otros de sus
profesores que el célebre Andrés Belo, conocido como el
maestro de América y el más grande humanista del
continente.

          A los 14 años, Simón ingresó con el rango de


Cadete en el batallón de milicias de Blancos de los Valles
de Aragua, y un año más tarde era ascendido a Sub
Teniente. Su hoja de sus vicios rezaba entonces: “Valor:
conocido: aplicación sobresaliente” pero no será nunca
militar de escuela. Él lo será de todas y su arte de la
guerra, a pesar de todos los manuales que había leído y
asimilado saldrá más bien del fulgor de su genio de su
constancia de sus cualidades de caudillo excepcional que
conducirá a la victoria a las multitudes enardecidas por su
verbo, por su patriotismo y por su amor a la libertad.
Publicado el28 octubre, 2018

TEMA III: Primer Viaje de Bolívar a Europa


          El Primer viaje a Europa lo realizó cuando apenas
tenía 15 años y medio en el que se encuentra con su tío
Esteban, le permite recibir una cultura genero de
diferentes maestros hasta que los problemas políticos
ocasionaron la desgracia de su tío, fue a vivir a la casa del
Marqués De Ustariz, allí el conocimiento general dio poco
al conocimiento profundo, fundamentado en un intenso e
interesado estudio. Convirtió allí en el ávido lector que fue
durante su vida.

          Durante este primer viaje también conoce de su


vida: María Teresa Rodríguez del Toro, con quien se casa
luego de cumplir un sin número de requisitos entre lo que
se encontraba el permiso del Rey. Una vez casado en
1.802 regresa a Venezuela su esposa, quien muere a los
ocho meses víctima de una grave enfermedad. Esto hace
que Bolívar quede solo e inmerso en una profunda
tristeza.

Publicado el28 octubre, 2018

TEMA IV: Segundo viaje a Europa


          El segundo viaje llega por propósito la distracción de
la viudez temprana dura 3 años en los cuales disipa una
cuantiosa fortuna material en su segundo viaje también se
observa una faceta diferente a la del primer viaje; aquí el
interés era evidentemente político, le atrae el dominio en
el manejo de los bienes del estado y el bienestar de su
patria.

          Puso especial atención a la relación de influjo y


veneración que había logrado Napoleón con el pueblo
Francés en esos días de gloria.

          De Francia, Bolívar pasó a Italia, y en Roma


rodeado de los recuerdos de la época republicana se
consolidó su convicción plena de que debía lucha por la
libertad de los pueblos americanos y de que esa tarea a
ejecutar de ahí en adelante.

          Esto culmina en el Monte Sacro y en el juramento


definitivo: Es el viaje de aprendizaje con Rodríguez visita
España Inglaterra, Francia, Portugal, Italia y parte de
Australia y Alemania a su regreso desembarca en los
Estados Unidos.
Publicado el28 octubre, 2018

TEMA V: Tercer viaje a Europa


          El tercer viaje a Europa, va de diplomático a la Gran
Bretaña, como intérprete de una de las primeras
embajadas venezolanas. Bolívar tiene ocasión de disfrutar
el estilo de vida Inglesa, siente una admiración
extraordinaria por el pueblo inglés y también estabilidad
respeto, dignidad, sensatez, sentido práctico, le produce la
más alta y viva impresión. Al comienzo de 1.799 viajó a
España. En Madrid, bajo la dirección de sus tíos Esteban y
Pedro Palacios y la rectaría moral e intelectual del sabio
Marqués de Ustariz se entrega a los estudios. Bolívar
encontró muy agradables amistades en Paris, se tropezó
con otros jóvenes criollos americanos como los Montujar y
Vicente Rocafuerte y volvió a reunirse con su querido
Maestro Simón Rodríguez.

          Otro motivo grato que distrajo al joven viudo en


Paris fue una amistad íntima con su prima “Fanny”.

          El Libertador quiere para América ese grupo sencillo


de virtudes británicas: realización efectiva de la libertad y
democracia en un clima sin violencias; tradición
amorosamente cultivada como elemento vertebrador de la
personalidad colectiva a través de las épocas. Esta justa
apreciación de la calidad de la sociedad británica es la
razón que lleva a Bolívar a recomendar cuantas veces
puede una alianza de América con el estilo de vida de
Inglaterra.

          Bolívar realizó otro viaje de estudio por América en


Compañía de otro sabio naturalista de origen Francés, el
botánico Aimé Jacques Alexandre Goujaud Bonpland.

          Cuando Bolívar sale de Paris hacia Italia, en


compañía de su querido maestro Simón Rodríguez y de
Fernando Rodríguez del Toro, llevaba ya el propósito a
luchar por la libertad de su patria, propósito que reafirma
después con juramento al llegar a Roma. La influencia de
Bolívar alcanza no sólo los países libertados por ser genio,
sino que llegó a todas las naciones de Ibero América en
algunas formas y se sintió también en Estados Unidos y
en Europa, JP Hamilton, comisionado Británico en la
República de Colombia dijo “Bolívar es el hombre más
grande el carácter más extraordinario que el nuevo mundo
ha deducido hasta hoy” y lo considera por encima de
todos los héroes que habitan el templo de fama. En 1.799
salió para España, pasando por México. El Virrey de
México pudo apreciar los dotes del joven y se alarmó
cuando le oyó disertar sobre asuntos políticos y defender,
con firmeza la idea de la libertad. Viajó por diversos
paises, especialmente España, Francia e Italia, y en 1.805
hablaba con su antiguo maestro Dr. Simón Rodríguez en
el Monte Aventino en Roma sobre la libertad de América.
En París derrochó dinero como en otras capitales
europeas. Pero también estudiaba, se informaba de la
opinión pública y proyectaba su fantasía desbordada
sobre el porvenir de su patria, atacando la tiranía.

          Regresó a Venezuela por la ruta de los Estados


Unidos. Visitó varias ciudades de su Costa Atlántica,
conoció importantes personalidades y llegó a Caracas a
fines de 1.806. El 19 de Abril de 1.810 Bolívar fue enviado
a Inglaterra como agente diplomático junto con Luis López
Méndez y su antiguo maestro Andrés Bello. En Londres se
encontraron los comisionados con el General Francisco de
Miranda, a quien su actuación en la Revolución Francesa,
sus viajes por toda Europa, sus trabajos por América y su
larga permanencia en Londres rodeaban de prestigio.
Publicado el28 octubre, 2018

TEMA VI: Primera República


          La Primera República de Venezuela es el nombre
con que se conoce al periodo histórico transcurrido entre
los años 1810 y 1812 en la historia de Venezuela. La
primera república tiene su inicio el 19 de abril de 1810
cuando una Junta Suprema declarada
en Caracas destituye al Capitán General Vicente
Emparan e instala un Congreso.
          Así como declara la independencia del país el 5 de
julio de 1811. El nombre del país durante este período
fue Confederación Americana de Venezuela, Estados de
Venezuela, Confederación de Venezuela,  Provincias
Unidas de Venezuela, Estados Unidos de
Venezuela o Confederación Venezolana, y tuvo como
capital a la ciudad de Valencia con motivos de mantenerla
como aliada a la pretensión independentista de
Venezuela.

          Con la declaración de la independencia y las


campañas emprendidas por los republicanos se inicia
la guerra de independencia. La república cae
definitivamente el 25 de julio de 1812 con la capitulación
de San Mateo ante el jefe realista Domingo Monteverde, al
haber vencido en su campaña por la reconquista del país,
quién entra en Caracas el 30 del mismo mes.
Campaña de Valencia
          La Campaña de Valencia (o Rebelión de Valencia)
fue una campaña militar emprendida por los patriotas
contra la ciudad de Valencia durante el año 1811 con el
objetivo de recuperar las provincias del occidente del país
y hacer que éstas se sometieran al gobierno de la Junta
Suprema. Cuando llegaron a Valencia las noticias de
la Declaración de Independencia en Caracas (5 de julio),
se declararon en rebeldía y leales a Fernando VII. Los
valencianos tomaron los cuarteles de la ciudad
prácticamente sin resistencia (11 de julio).

Pérdida de castillo de Puerto Cabello


          El primero de julio de 1812, el Coronel Simón
Bolívar participa al General Francisco de Miranda que “un
oficial de nombre venezolano se ha apoderado con los
prisioneros, del Castillo San Felipe y está haciendo un
fuego horrible sobres la ciudad”.  Bolívar pide inútilmente a
Miranda que ataque por la retaguardia para evitar que la
plaza se pierda.
          La plaza después de tres días de combate se pierde
y Bolívar huye con varios oficiales.  Monteverde que desde
Coro venía avanzando, se afianza y obliga a Miranda a
firmar la capitulación de San Mateo.  Se pierde la Primera
República.

          Bolívar abatido volverá a escribir a Miranda: “Mi


general, después de haber agotado todos mis esfuerzos
físicos y morales ¿con qué valor me atreveré a tomar la
pluma para escribir a usted habiéndose perdido en mis
manos la plaza de Puerto Cabello? Mi corazón se halla
destrozado con este golpe aún más que el de la
provincia…”

          “Mi general, mi espíritu se halla de tal modo abatido


que no me siento con ánimo de mandar un soldado; mi
presunción me hacía creer que mi deseo de acertar a mi
ardiente celo por la patria, supliría en mi los talentos de
que carezco para mandar.  Así ruego a usted, o que me
destine a obedecer el más ínfimo oficial, o bien que me de
algunos días para tranquilizarme, recobrar la serenidad
que he perdido al perder a Puerto Cabello; a esto se
añade cuidados gravísimos me hallo en una especie de
enajenamiento mortal…”

          Dos días después Bolívar volverá a escribir a


Miranda para enviarle el informe o parte de las
operaciones.  En esa carta vuelve a lamentarse: “Mi
general… ni mi cabeza, ni mi corazón no están por nada. 
Así suplico a usted, me permita un intervalo de
poquísimos días para ver si logro reponer mi espíritu de su
temple ordinario.  ¿Después de haber perdido la última y
mejor plaza del estado, cómo no he de estar alocado, mi
general? ¡De gracia no me obligue usted a  verle la cara!
Yo no soy culpable, pero soy desgraciado y basta”.

Capitulación de Miranda
          El 25 de Julio de 1812, luego de numerosas
deserciones del ejercito patriota y ante la presión ejercida
por el ejército español al mando de Monteverde,
El Generalísimo Francisco de Miranda firma
la Capitulación del Ejercito Patriota, en San Mateo, en una
casa la cual fue derrumbada para construir el local donde
ahora se encuentra funcionando el dispensario de la
población.

          La Primera República tiene su fin con


la Capitulación de San Mateo y los hombres de Domingo
de Monteverde por el bando realista y de Francisco de
Miranda, por el patriota, se harán escuchar en una larga
guerra civil que se extenderá hasta 1821. Aun cuando
la Primera República fue de breve existencia sirvió de
marco e inspiración para una nueva formación  política
alejada del gobierno monárquico, dominio que después de
tres siglos, anunciaba sus últimos años.

          Francisco de Miranda impulsó la instalación de


la Sociedad Patriótica en 1811, se incorpora al Congreso
Constituyente donde sostuvo la necesidad de declarar la
Independencia definitiva, lo que se realiza el 5 de julio de
1811, adoptándose como bandera nacional la traída por él
en 1806. A raíz del terremoto del 26 de marzo de 1812, y
la derrota de Bolívar a manos de Domingo
Monteverde en Puerto Cabello, Miranda comenzó una
serie de negociaciones con los realistas, que concluirán
con la Capitulación de San Mateo el 25 de julio de 1812 y
con ello, la pérdida de la Primera República.
 

Apresamiento de Miranda
          En horas de la noche del 30 hacia la madrugada del
31 de julio de 1812, un grupo exaltado de jóvenes
patriotas, encabezados por Simón Bolívar y Miguel Peña,
procedieron a detener al Generalísimo Francisco de
Miranda. Su intención era someterlo a un juicio
sumarísimo después del amanecer. La razón: la firma de
la Capitulación de San Mateo, acto que calificaban como
traición a la patria.

Bolívar y su primer exilio


          Después del fracaso de 1812, el 27 de agosto de
1812 Bolívar conjuntamente con veinte mil caraqueños
huyen del sanguinario Boves partió de su primer destierro,
salió de Venezuela con la ayuda de su amigo español
Francisco, quien lo llevo ante Monteverde y este le
concedió el pasaporte para ausentarse fuera del país pero
con una condición que no pisara nunca jamás suelo
venezolano; A bordo de la goleta “Jesús, María y José”,
Bolívar sale de La Guaira, y se exilió durante varios meses
en Curazao, va con el propósito de obtener ayuda para el
pequeño grupo de patriotas también refugiados allá Su
único objetivo es el de organizar una campaña para liberar
a su patria. A finales de año paso a Cartagena y se
incorporó al servicio activo como oficial del ejército.

          Su permanencia de sólo dos meses en Curazao es


de gran importancia, el revolucionario tiene la oportunidad
de reflexionar sobre las causas de la primera derrota del
movimiento emancipador, lo cual, meses más tarde, va a
permitirle escribir su primer gran documento político, el
valioso “Manifiesto de Cartagena”. y es que allá en
Curazao, a través de la derrota, la decepción y la
humillación, Bolívar se da cuenta de que ha conservado
un bien muy precioso: su fe en la victoria final, su
inquebrantable convicción sobre la necesidad de continuar
la lucha por la liberación de su patria.

Publicado el28 octubre, 2018


TEMA VII: Recuperación de Venezuela
Manifestación de Cartagena
          Documento político escrito por Simón Bolívar el 15
de diciembre en la ciudad de Cartagena de Indias
(Colombia). Fundada por el capitán madrileño Pedro de
Heredia en 1533, la ciudad colombiana fue la primera
provincia del Reino de Nuevo Granada en proclamar su
total separación del régimen español. En tal sentido, se
llamó “Estado libre y absolutamente independiente”, en el
acta del 11 de noviembre de 1811. Por tal motivo, se
convirtió en el primer lugar a donde primero se dirigieron
los patriotas luego de la pérdida de la Primer República a
mediados de 1812. Entre éstos figuraba Simón Bolívar,
quien salió de Venezuela por el puerto de La Guaira el 27
de agosto de ese año, rumbo a Curazao, en permaneció
hasta finales de octubre, cuando partió hacia Cartagena.
En dicha ciudad se reunió Bolívar con otros expatriados,
con los cuales ofreció sus servicios al gobierno de la
Nueva Granada, en carta fechada el 27 de noviembre de
1812 que suscribeVicente Tejera, ex ministro de la Alta
Corte de Justicia de Caracas. Semanas después de
enviada esta carta, el 15 de diciembre, Bolívar elabora su
Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada
por un caraqueño, documento más conocido como
Manifiesto de Cartagena.
          En lo que es considerado como su primer gran
documento político, Bolívar analiza los errores en los que
incurrieron los hombres de la Primera República de
Venezuela, tales como la adopción del sistema federal; la
debilidad del gobierno; la impunidad de los delitos; la mala
administración de las rentas públicas; la falta de
conciencia ciudadana para el fiel cumplimiento de los
deberes constitucionales y el ejercicio de los derechos; a
la ambición de unos pocos y al espíritu de partido que todo
lo desorganizó; a lo que además se sumó el terremoto del
26 de marzo de 1812, la influencia de eclesiásticos
contrarios a la independencia y la imposibilidad de
establecer fuerzas armadas permanentes y bien
organizadas bajo un mando único. Concluye Bolívar en su
manifiesto con las siguientes palabras: “… Corramos a
romper las cadenas de aquellas víctimas que gimen en las
mazmorras, siempre esperando su salvación de vosotros:
no burléis su confianza: no seais insensibles a los
lamentos de vuestros hermanos. Id veloces a vengar al
muerto, a dar vida al moribundo, soltura al oprimido y
libertad a todos.” La primera edición del Manifiesto de
Cartagena (bajo el título original ya mencionado de
“Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada
por un caraqueño”) se realizó en la imprenta de Diego
Espinoza en aquella misma ciudad, en 1813,
probablemente muy a comienzos de ese mismo año.

Campaña de Magdalena
          Luego de la pérdida de la primera República con la
Capitulación de Miranda el 25 de julio de 1812, República
nacida el 5 de julio de 1811, el coronel de 29 años Simón
Bolívar emigrado en Curazao, regresa a finales de octubre
de 1812 hacia Cartagena de Indias, donde emite el 15 de
diciembre su famosa “Memoria dirigida a los ciudadanos
de la Nueva Granada por un caraqueño”, documento
conocido como el “Manifiesto de Cartagena”, donde
mencionaba las causas de la crisis venezolana y a la vez
solicita apoyo para iniciar su expedición redentora; las
autoridades de Cartagena presidido por el general Manuel
Rodríguez Torices le facilitan el apoyo inicial, le reconocen
el grado de coronel y el 21 de diciembre lo asignan a las
ordenes del coronel francés Pedro Labatut como
comandante de guarnición en Barrancas próximo al río
Magdalena, con 70 voluntarios en misiones de seguridad y
vigilancia, sin autorización de emprender ninguna acción
ofensiva. Nuestro futuro Libertador, no se dio por
desmoralizado ante este nombramiento de carácter casi
administrativo y no operativo; por propia iniciativa se
dedicó a buscar mas voluntarios, armas y logística.
Mientras espera respuesta de las autoridades para
avanzar río arriba realiza una apreciación de la situación
sobre la presencia realista a lo largo del majestuoso río
Magdalena, concluye en desarrollar operaciones de corto
alcance. Sin permiso del comandante militar Labatut, inicia
su afán emancipador. El 23 de diciembre ocupa la
fortificación de Tenerife integrada por 500 efectivos del
ejército español; seguirá exitoso el día 24 hasta la
pequeña población de el Plato, el 25 ocupa Zambrano, el
26 y 27 combate en Mompox adonde llega el día 27; su
ejército lo ha triplicado con entusiastas y espontáneos
jóvenes neogranadinos, la capacidad de movilidad para su
creciente ejército, se lo facilita la incorporación de 15
embarcaciones menores para continuar hasta Guamal el
29 de diciembre, Banco y Chiriguaná el 31, continuando
sin encontrar resistencia realista hasta las poblaciones de
Tamalameque, Puente Real, y el Peñón para entrar
victorioso el 8 de enero al importante Puerto Nacional de
Ocaña que por su ubicación estratégica es utilizado como
base logística avanzada con 640 efectivos para apoyar las
fuerzas en Santa Marta. Presionados los realistas se
retiran hacia Villa de Upar, siendo alcanzados por Bolívar
y combatidos con éxito. El ejército libertador dispone de
800 soldados con alta moral y deseos de luchar; desde
Ocaña Bolívar solicita autorización a las autoridades
neogranadinas para avanzar hacia Cúcuta y Mérida. El 27
de febrero recibe en la población de San Cayetano a
orillas del río Zulia, un importante contingente en refuerzo,
entre los que se encontraban brillantes oficiales tales
como: Rafael Urdaneta, Luciano Deluyar, Antonio Ricaurte
y Atanasio Girardot; con tan importante grupo avanza en
la tarde del 27 destrozando las avanzadas realistas que se
retiraban hacia Cúcuta; el 28 de febrero combate en San
José de Cúcuta contra 1400 efectivos del experimentado
general realista Ramón Correa, reforzado con tropas
enviadas de Trujillo, Mérida y Maracaibo, quien derrotado
se retira hacia La Grita, en esa acción se destacó el
coronel José Félix Ribas, realizando un ataque frontal con
fuego y a punta de bayonetas, para destrozar a las fuerzas
oponentes, que al abrir sus flancos fueron atacados por
las unidades de maniobra. El ejército capturó varios
cañones y pertrechos que utilizaría en las operaciones
hacia Venezuela. Bolívar, envía a Cartagena con urgencia
una exposición de motivos exponiendo las ventajas para
perseguir y atacar a las fuerzas realistas; la respuesta
recibida el 7 de mayo, lo autorizaba para emprender
operaciones únicamente hasta Mérida y Trujillo. El 1ro de
marzo ocupa San Antonio del Táchira donde emite una
Proclama dirigida a los soldados y a los ciudadanos de
San Antonio, les diría entre otros aspectos:”…Vosotros
tenéis la dicha de ser los primeros que levantáis la cerviz
sacudiendo el yugo que os abrumaba con mayor crueldad
porque defendisteis vuestros sagrados derechos”. El
Congreso de la Nueva Granada lo asciende a General de
los Ejércitos y designado Ciudadano de la Nueva
Granada. El Libertador regresa a Cúcuta para organizar al
ejército e iniciar el 14 de mayo su magistral Campaña
Admirable.

 
Campaña Admirable
          Con el nombre de la “Campaña Admirable” se
conoce a la acción militar que el brigadier Simón Bolívar
emprendió desde San José de Cúcuta el 14 de mayo de
1813, con el objeto de liberar a Venezuela del poder
español, luego de la pérdida de la Primera República.
Contaba Bolívar con una fuerza de 800 hombres,
organizados en 2 columnas o divisiones: la de vanguardia,
bajo el mando del teniente coronel Atanasio Girardot, con
el apoyo del mayor Luciano D’ Elhuyar como segundo
comandante; mientras que la retaguardia estaba a cargo
del coronel José Félix Ribas como comandante, José
Tejada jefe de artillería y del mayor Rafael Urdaneta como
mayor general. Asimismo, en sustitución del coronel
Manuel del Castillo y Rada había sido nombrado segundo
comandante del Ejército el brigadier Joaquín Ricaurte,
quien no obstante no acompañó al comienzo a Bolívar en
la campaña; incorporándose al año siguiente. Pedro
Briceño Méndez era el secretario general y como
edecanes, fueron nombrados Juan José Pulido, Fermín
Ribón y José Jugo.
          El plan inicial de Bolívar para la ejecución de dicha
campaña, consistía en el despliegue sobre el territorio
venezolano de una ofensiva en 2 direcciones: una
columna dirigida por Ribas debía seguir por San Cristóbal-
Selva de San Camilo-Barinas y después de libertar esta
provincia se reuniría con el grueso de las tropas en
Guanare o en Araure; esta columna tenía además la
misión de conseguir en la provincia de Barinas, ganado y
dinero para las fuerzas patriotas.
          El 29 de julio Bolívar fue informado de la presencia
del coronel Izquierdo en Tinaquillo, ante lo cual se puso
inmediatamente en marcha hacia ese lugar. En la mañana
del 31 de julio se encontró con la vanguardia enemiga en
la sabana de Pegones. Ante esta situación, Izquierdo
ejecutó un movimiento retrógrado y se replegó en la
sabana de Taguanes. Hacia este lugar enfiló Bolívar su
ataque con su infantería al frente y la caballería en el ala
derecha, con la cual hizo un desbordamiento del flanco
izquierdo realista. En una maniobra desesperada que
buscaba neutralizar el ataque de las fuerzas de Bolívar,
Izquierdo emprendió la retirada, pero durante la ejecución
de la misma fue derrotado por los republicanos.
          La victoria de Taguanes dejó expedito a Bolívar el
avance hacia Valencia, pues Monteverde se había retirado
de Puerto Cabello al enterarse en la sabana de Carabobo,
del fracaso de Izquierdo. El 2 de agosto entró el brigadier
Bolívar a Valencia, mientras que el coronel Ribas había
quedado en San Carlos como comandante de dicha plaza.
Días después siguió Bolívar hacia Caracas, hallándose el
día 4 en La Victoria, donde aceptó la capitulación que le
propuso el gobierno español. Finalmente, el 6 de agosto
de 1813 entró triunfalmente a Caracas el pequeño ejército
mandado por el brigadier Simón Bolívar; había culminado
exitosamente la Campaña Admirable y comenzado la
gloria para Bolívar.
 
Decreto de guerra a muerte
          Célebre documento dictado por Simón Bolívar y
dado a conocer en la ciudad de Trujillo, el 15 de junio de
1813. La Proclama de guerra a muerte, fue la respuesta
de Bolívar ante los numerosos crímenes perpetrados por
Domingo de Monteverde, Francisco Cervériz, Antonio
Zuazola, Pascual Martínez, Lorenzo Fernández de la Hoz,
José Yánez, Francisco Rosete y otros jefes realistas luego
de la caída de la Primera República. La matanza de los
republicanos por parte de los jefes españoles llegó a
extremos tales de provocar el rechazo de personajes
adictos a la causa monárquica. Uno de ellos fue el
abogado fue el abogado Francisco de Heredia, oidor y
regente de la Real Audiencia de Caracas, quien pidió en
distintas formas que cesaran las ejecuciones, lo cual no
sucedió. Según el testimonio del propio Heredia relatado
en sus Memorias, un fraile capuchino de las misiones de
Apure que actuaba como uno de los partidarios de
Monteverde, exhortó en una ocasión «… en alta voz a los
soldados, de siete años arriba, no dejasen vivo a nadie…»
Bolívar en su Campaña Libertadora de 1813 recibió
información de la consumación de hechos como el
relatado por Heredia, lo que le llevó a expresar el 8 de
junio en Mérida: «Nuestro odio será implacable y la guerra
será a muerte».
          Al pronunciamiento de Bolívar del 8 de junio siguió
la proclama el 15 de junio en Trujillo del Decreto a muerte
el cual termina de la manera siguiente: «…Españoles y
canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si
no obráis activamente en obsequio de la libertad de
Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando
seáis culpables». En una primera instancia esta
manifestación fue considerada por Bolívar como ley
fundamental de la República, que luego ampliaría y
ratificaría en el cuartel general de Puerto Cabello,
mediante una proclama del 6 de septiembre del mismo
año 1813, acto que según algunos historiadores puede ser
considerado como un «Segundo Decreto de Guerra a
Muerte». Posteriormente, cuando en el segundo semestre
de 1813 aparecen en escena José Tomás Boves y
Francisco Tomás Morales, la matanza se hace más
intensa por parte de los realistas y la respuesta de los
republicanos es radicalizar la aplicación de la «guerra a
muerte». Derivado de esto se produjo la ejecución de los
presos españoles y canarios de Caracas y La Guaira
ordenada por Bolívar en febrero de 1814. En este último
año la «guerra a muerte» se recrudece, perdiéndose
numerosas vidas de ambos bandos. Asimismo, es en este
contexto de destrucción en el que cae la Segunda
República.
          Entre los años 1815, 1816 y 1817 la «guerra a
muerte» se extiende a la Nueva Granada, en donde el
general Pablo Morillo la ejecuta con la mayor crueldad.
Entre las numerosas víctimas de Morillo se pueden
destacar el científico Francisco José de Caldas, los
estadistas neogranadinos Camilo Torres y Manuel
Rodríguez Torices y los patriotas venezolanos Andrés
Linares y Francisco José García de Hevia. A pesar de
haber sido Bolívar el autor del decreto de guerra sin
cuartel, en varias ocasiones consideró la posibilidad de la
derogación de dicho instrumento. En tal sentido, en su
proclama de Ocumare del 6 de julio de 1816, expresó que:
«…La guerra a muerte que nos han hecho nuestros
enemigos cesará por nuestra parte: perdonamos a los que
se rindan, aunque sean españoles. Ningún español sufrirá
la muerte fuera del campo de batalla»; lo cual obviamente
buscaba humanizar la contienda militar. Finalmente, el 26
de noviembre de 1820 se celebró en Trujillo, en el mismo
lugar donde se proclamó la «guerra a muerte», el Tratado
de Regularización de la Guerra, el cual derogaba el
decreto de 1813.

 
Título de “Libertador”
          En agosto entra en Caracas como General
victorioso y jefe de la nueva situación política. Es ya el
Capitán General de los Ejércitos de Nueva Granada y
Venezuela. La Municipalidad le da el título de Libertador
en octubre de ese año y el empleo de Capitán General,
equivalente a General en Jefe.
          Durante 1814 Bolívar enfrenta un año de terribles
pruebas y de inmensas dificultades que lo hacen
abandonar finalmente a Caracas y emigrar hacia el
Oriente del país, seguido por una gran parte de la
población. Esa heroica e infortunada tentativa concluye
cuando Bolívar desde Carúpano sale casi sólo para
Cartagena, dejando alguna fuerza dispersa y mal avenidas
que no tienen esperanza de victoria.
          Con las reliquias del ejército que ha logrado llevar
Urdaneta hasta Nueva Granada, el Libertador lucha de
nuevo a las órdenes del Gobierno neogranadino. En ocho
meses de actividad sin tregua libera a Bogotá, baja por el
Magdalena y llega a Cartagena donde le niegan la ayuda
que pide para marchar a libertar a Venezuela. Las
rivalidades y celos obstaculizan la acción.
          En medio de sonrisas y consignas de un pueblo que
lo alentaba en su proceder, entró Simón Bolívar a la
Iglesia de San Francisco de Caracas el 14 de octubre de
1813, para recibir de manos del gobernador de la ciudad,
Cristóbal Mendoza, el título de Libertador y Capitán
General de los Ejércitos. La entrega de este título ya se
veía venir, cuando el 23 de mayo de ese mismo año fue
reconocido por el pueblo de Mérida como El Libertador,
tras liderar los caminos y victorias de la Campaña
Admirable, una estrategia con la cual Bolívar consiguió
liberar al occidente del país del yugo español y abrir el
camino para la fundación de la Segunda República.
          “Gloria al Ejército Libertador y gloria a Venezuela
que os dio el ser, a vos, ciudadano general Bolívar. ¡Que
vuestra mano incansable siga victoriosa, destrozando las
cadenas de los redimidos y digan un día, Bolívar vengó
vuestros agravios!”, fueron las palabras que recibió Bolívar
de la asamblea popular merideña, en esa ocasión.
          El acto en la Iglesia de San Francisco de Caracas
se llevó a cabo en presencia de civiles y militares, que ya
conocían la labor de Bolívar, el hombre que defendía de
manera ferviente la libertad de los pueblos
latinoamericanos.
          “Capitán General de los Ejércitos de Venezuela,
vivo y efectivo, y con el sobrenombre de Libertador. Es un
don que le consagra la patria a un hijo tan benemérito”, le
expresó Mendoza a Bolívar esa tarde de octubre, durante
el desarrollo de la proclamación.
          “Me aclaman capitán de todos los imperios de la
tierra. Libertador de Venezuela, título más glorioso y
satisfactorio para mí, que el centro de todos los imperios
del universo”, celebró Simón.
          Doscientos años después, el pueblo venezolano
recordará en el Casco Histórico de Caracas el
reconocimiento obtenido por Bolívar, con el fin
compromiso de seguir defendiendo la soberanía nacional.
          El honor que se me hace es tan superior a mi
mérito, que no puedo contemplarle sin confusión. El
Congreso de la Nueva Granada confió a mis débiles
esfuerzos el restablecimiento de nuestra República. Yo he
puesto de mi parte el celo; ningún peligro me ha detenido.
Si esto puede darme lugar entre los ciudadanos de
nuestra nación, los felices resultados de la campaña que
han dirigido mis órdenes, es un digno galardón de estos
servicios, que todos los soldados del ejército han prestado
igualmente bajo las banderas republicanas. Penetrado de
gratitud he leído el acta generosa en que me aclaman, sin
embargo, Capitán General de los Ejércitos y Libertador de
Venezuela. Yo sé cuánto debo al carácter de vuestras
señorías, y mucho más a los pueblos, cuya voluntad me
expresan; y la ley del deber, más poderosa para mí que
los sentimientos del corazón, me impone la obediencia a
las instancias de un pueblo libre, y acepto con los más
profundos sentimientos de veneración a mi patria y a
vuestras señorías, que son sus órganos, tan grandes
munificencias: Dios guarde a vuestras señorías muchos
años.”
Publicado el28 octubre, 2018

TEMA VIII: Segunda República


Surgimiento de Boves
          Sobre Boves pesa la condena vejatoria de ser un
dirigente partidario del Rey que enfrentó y derrotó al
Libertador Simón Bolívar, enterrando lo que los
historiadores posteriores llegaron a denominar la Segunda
República (1813-1814). Todo ello a través de una
violencia sin límites, y para algunos, demencial e
irracional.Boves es un caso paradójico y paradigmático de
nuestra guerra de Independencia. Un período exaltado y
sobredimensionado por los vencedores de la contienda a
través de una historiografía sin sentido crítico.
          Boves fue uno de los primeros, sino el primero, en
intentar una rebelión en contra del orden colonial tomando
como bandera las aspiraciones sociales de los sectores
populares tradicionalmente excluidos. Sólo que el
“programa social” de Boves estuvo firmado con sangre y
no pasó más allá de la degollina y saqueo de sus
adversarios representados por el sector dirigente blanco,
ya sea el criollo o hasta el mismo peninsular.
      Boves fue un guerrero, un auténtico señor de la guerra
tropical, que las circunstancias caóticas del momento
contribuyeron en su insurgencia. Entendió el odio de los
desplazados, el rencor de los marginados sociales, la ira
de los excluidos, y todo ello alimentó su programa
“democrático” de acabar con todos los privilegios que la
sociedad de los blancos construyó para su disfrute. Si
bien, su afán de justicia se nos torna hasta legítimo, lo
cierto del caso es que su obra terminó en ceniza y polvo.A
tanto llegaron los horrores de una guerra sin cuartel que
los mismos beligerantes blancos -criollos y peninsulares-,
trataron de pactar un armisticio bajo el apoyo inglés para
acabar con el nuevo Atila. Todo fue en vano. Mientras que
Bolívar postuló a través de una encendida y culta
proclama su aspiración a la “guerra a muerte”, fue Boves
quién la llevó a la práctica hasta sus últimas
consecuencias.Este nuevo Lope de Aguirre se
autoproclamó el máximo jefe de todas las provincias de
Venezuela rebelándose en contra de sus más inmediatos
superiores, todo lo cual nos hace conjeturar que si la
muerte no le atrapa en Úrica, la guerra civil, ya en activo,
se hubiese profundizado aún más luego del arribo del
Ejército Pacificador de la Costa Firme. Boves y su
“caballería infernal” trajeron el desconcierto y la
incorporación de nuevos e inesperados actores en una
guerra que inició el sector blanco, poniendo en entredicho
los significados y las intenciones originales de los
legítimos beligerantes de la contienda
          “El Pacificador” Don Pablo Morillo, vino a Venezuela
en 1815 no a combatir a los rebeldes sino a restituir la
sociedad de Antiguo Régimen que Boves puso en
cuestión a través de una guerra de exterminio sin
parangón en nuestra historia. La anarquía en que quedó
América luego de la invasión napoleónica sobre España
en 1808 produjo las condiciones para el surgimiento del
fenómeno caudillista y personalista inaugurado por
Monteverde y profundizado por Boves. Aunque si somos
justos, Bolívar, Páez y tantos otros dentro del bando
republicano, también dejaron con sus actuaciones
sembrado las raíces de tan pernicioso fenómeno
sociológico.
 
Batalla de Carabobo
          Acción bélica librada cerca de la ciudad de Valencia,
el 24 de junio de 1821, entre el ejército realista a cargo del
mariscal de campo Miguel de la Torre y el republicano
comandado por el general en jefe Simón Bolívar. La
victoria lograda por este último, resultó decisiva para la
liberación de Caracas y el territorio venezolano, hecho que
se logrará de manera definitiva en 1823 con la Batalla
Naval del Lago de Maracaibo y la toma de las fortalezas
de Puerto Cabello.
          Previo al combate, Miguel de la Torre distribuyó sus
fuerzas de manera tal que cubrieran por el oeste el camino
de San Carlos, y por sur el de El Pao. La primera línea
defensiva fue confiada a la Primera División dirigida por el
teniente coronel Tomás García, la cual se organizó en tres
batallones principales. El batallón del Valencey a cargo del
teniente coronel Andrés Riesco, ocupó la parte sur del
camino; a su derecha se situó el batallón ligero del
Hostalrich comandado por el teniente coronel Francisco
Illas, en columna de marcha detrás de las anteriores.
Además de esto, dos piezas de artillería fueron colocadas
en una pequeña altura, delante de la línea formada por
Valancey y Barbastro. La Posición correspondiente a la
vía de El Pao fue ocupada por la División de Vanguardia
liderada por el brigadier Francisco Tomás Morales, quien
contaba con dos batallones principales y uno de reserva.
Primero tomó posiciones el batallón ligero del Infante, a
cargo del teniente coronel Simón Sicilia; e inmediatamente
detrás de esta unidad se situó el batallón ligero del
Príncipe. La reserva quedó integrada por el segundo
batallón del Burgos, bajo la jefatura del teniente coronel
Joaquín Dalmar, quien disponía de cuatro regimientos de
caballería. En cuanto al cuartel general, el mismo quedó
establecido cerca del batallón Burgos. Monolito de la
batalla de Carabobo en Los Próceres El 15 de junio de
1821, el Libertador reorganizó el ejército republicano en
tres divisiones. La primera a cargo de José Antonio Páez,
y formada por los batallones Bravos de Apure (liderada
por el teniente coronel Francisco Torres) y los Cazadores
Británicos (al mando del coronel Thomas Ildeston Ferriar);
además de 7 regimientos de caballería. La segunda,
comandada por el general de división Manuel Cedeño, y
constituida por los batallones Tiradores (dirigida por el
teniente coronel Ludwig Flegel), y Vargas ( teniente
coronel Antonio Gravete), a lo que se sumaba un
escuadrón de caballería. La tercera, bajo las órdenes del
coronel Ambrosio Plaza y constituida por 4 batallones. El
de Rifles a cargo del teniente coronel Arturo Sandes,
Granaderos al mando del coronel Francisco Paula Vélez,
Vencedor de Boyacá dirigida por el coronel Juan Uslar y
Anzoátegui, comandada por el coronel José M.
Arguidegui; completado todo esto por un regimiento de
caballería. Las fuerzas republicanas sumaban en total
6500 hombres.
          A tempranas horas del 24 de junio, desde las alturas
de Buenavista, elLibertador hizo un reconocimiento de la
posición realista y llegó a la conclusión de que ésta era
inexpugnable por el frente y por el sur. En consecuencia,
ordenó que las divisiones modificaran su marcha por la
izquierda y se dirigieran al flanco derecho realista, el cual
estaba descubierto; es decir, Bolívar concibió una
maniobra tendiente a desbordar el ala derecha enemiga,
operación ejecutada por las divisiones de Páez y Cedeño,
en tanto que la división Plaza seguía por el camino hacia
el centro de la posición defensiva. Al darse cuenta la Torre
de la maniobra de los republicanos, ordenó al batallón
Burgos que marchase al norte a ocupar la altura hacia la
cual se dirigían las divisiones de Bolívar. Al llegar el
Burgos al área indicada, abrió fuego contra el batallón
Bravos de Apure, cabeza de la primera división, el cual
después de cruzar el riachuelo de Carabobo, trataba de
escalar la pendiente que lo llevaría a la parte plana de la
sabana. Tan violento fue el contraataque del Burgos, que
el Bravos de Apure tuvo que replegarse por dos veces. La
situación cambió cuando una unidad que lo seguía, el
batallón Cazadores Británicos, se enfrentó al Burgos y lo
obligó a retroceder. Por su parte, los batallones Infante y
Hostalrich, entraron en auxilio del Burgos, pero
reorganizado el Bravos de Apure, se unió al Cazadores
Británicos para reanudar el ataque, ayudado por dos
compañías del batallón Tiradores. Para detener el
repliegue de las unidades realistas que había producido la
operación patriota, Torre envió los batallones Príncipe,
Barbastro e Infante, los que lograron sostener la línea de
combate, pero sólo por breve tiempo, pues el grueso de la
caballería de la primera división del ejército republicano
entró por el norte de la sabana. Con el fin de hacer frente
a este nuevo ataque, la Torre ordenó al regimiento
Húsares de Fernando VII que cargase contra la caballería
patriota, pero esta unidad se retiró después de disparar
sus carabinas.
          Finalmente, atacados de frente por la infantería y
por la derecha por la caballería, los batallones realistas
optaron por la retirada. Como último recurso, la Torre le
ordenó al regimiento de los Lanceros del Rey que atacara
a la caballería patriota, pero esta unidad no sólo
desobedeció la orden, sino que huyó ante la embestida de
las fuerzas republicanas. Al entrar la batalla en su fase
final, los patriotas iniciaron una tenaz persecución del
ejército español, la cual fue llevada a cabo hasta Valencia.
De los 4.279 efectivos que participaron en la batalla de
Carabobo, los realistas perdieron dos oficiales superiores,
120 subalternos y 2.786 soldados. Por su parte, las bajas
de los republicanos también fueron cuantiosas. El resto
del ejército realista terminó refugiándose en Puerto
Cabello.
 
Batalla de San Mateo
          La Batalla de San Mateo fue un enfrentamiento
importante para la independencia de Venezuela. Un
ejército republicano liderado por Bolívar se enfrenta con el
ejército realista comandado por José Tomás Boves y que
estaba integrado en su mayoría por llaneros, esclavos e
indígenas. El nombre de San Mateo viene dado a todos
aquellos conflictos que estaban liderados por José Tomás
Boves, los cuales tenían lugar en la ciudad de San Mateo
el 28 de febrero de 1814. Los realistas tuvieron varios
intentos de tomar la ciudad, hasta que el 31 de marzo
tuvieron éxito, terminando con la derrota de Boves.
          La historia registra dos batalla importantes de San
Mateo, la primera fue el 28 de febrero de 1814, donde las
tropas de Boves asaltan las trincheras que defendían la
entrada del valle, pero fueron muchos los hombres que
perdieron, dado a que fueron asediados y confrontados
por la republicanos.
          La segunda batalla, el Capitán Antonio Ricaurte se
encontraba a cargo con un pequeño grupo de soldados de
la Casa Alta de Ingenio, la cual pertenecía a Simón Bolívar
y era donde se guardaba la mayor provisión de pólvora y
municiones del ejercito republicano. Dado al fracaso de
Boves, ideó un plan para atacar a los republicanos,
armando a su tropas dado que solo contaban con lanzas.
Fue el 25 de marzo de 1814 que José Tomas Boves, de
manera sorpresiva busco atacar la propiedad para
adueñarse de lo que allí se encontraba. Pero Ricaurte al
darse cuenta lo que los realistas pensaban hacer, ordenó
de manera rápida el desalojo de la casa. Fue entonces
cuando de manera sorpresiva entran a la propiedad,
Ricaurte prendió la pólvora haciendo estallar el depósito,
donde murieron todos los que allí se encontraban.
 
Emigración a Oriente
          Episodio de nuestra gesta emancipadora en el que
a raíz de una serie de derrotas sufridas por el ejército
independentista ante las fuerzas realistas incluida la de La
Puerta, el día 15 de junio de 1814, un gran contingente de
personas de la sociedad caraqueña se vio en la necesidad
de emigrar el 7 de julio de 1814 hacia el oriente
venezolano ante el ataque inminente a la ciudad de
Caracas por parte de las fuerzas de José Tomás Boves.
Luego de la derrota infringida el 15 de junio de 1814 por
las fuerzas realistas a las patriotas, el entonces general
Simón Bolívar creyó que podía enfrentar las huestes
realistas dentro de los recintos de la capital, iniciando los
aprestos para una resistencia más o menos larga. Con
esta finalidad se solicitó la opinión de las Juntas de
Arbitrios y de Guerra, creadas el 17 y el 23 del propio
junio, respectivamente, organismos cuyas bases las
formaban personas con experiencia, pero que, por
sesionar públicamente, se ampliaban de manera
tumultuaria con la presencia espontánea de los llamados
«padres de familia», es decir de los vecinos más
influyentes o políticamente más motivados de Caracas;
quienes, por lo regular, imponían su parecer en todas las
decisiones. Dado su poder, este grupo se legalizó en una
Junta de Padres de Familia el 4 de julio, absorbiendo a las
2 corporaciones antes mencionadas, por lo que pasaron a
ejercer el gobierno civil de la ciudad desde el 28 de junio.
En definitiva, fue esa Junta la que se empeñó en esperar
al enemigo dentro de las defensas construidas,
enarbolando la consigna de: «…nadie se va, aquí morimos
todos…».
          Por su parte, el Libertador quien en ningún
momento dejó de ejercer la conducción de la guerra, había
enviado desde el 25 de junio al general José Félix Ribas
para enfrentarse a los realistas que avanzaban hacia
Caracas por los valles de Aragua al mando del español
Ramón González, uno de los lugartenientes de José
Tomás Boves; a quien logró detener Ribas en el sitio de
Las Cocuizas. El 29 de junio, Bolívar despachó buques
desde La Guaira para traer de vuelta a ese puerto a las
tropas que sitiaban la plaza de Puerto Cabello, las cuales
llegaron a La Guaira hacia el 2 o 3 de julio y subieron de
inmediato a Caracas. Posteriormente, el 5 de julio se supo
que además de las precedentes de los valles de Aragua,
otras fuerzas realistas de Boves se acercaban a la capital
por los valles del Tuy. El día 6 la vanguardia republicana
fue derrotada en el sitio de La Majada a 12 km de Caracas
y las avanzadas realistas llegaron a Antímano, a donde se
dirigió Bolívar a fin de batirlos, pero fue rechazado. Por
tanto esa misma noche, la platería de los templos
caraqueños, que estaba en poder de las autoridades
republicanas, fue enviada a La Guaira en cajones para ser
embarcada hacia el oriente, comenzando de esta manera
la emigración en masa de la población. El 7 de julio en la
mañana, salió el grueso de la emigración, calculada en
unas 20.000 personas; Bolívar y las tropas que le
quedaban, unos 1.200 hombres iban a la retaguardia
protegiendo la marcha de los civiles.
          Finalmente, en la misma tarde del 7 de julio, los
primeros destacamentos realistas penetraron en Caracas,
«…proclamando degüello general contra los blancos…»,
según testimonio del arzobispo Coll y Prat. Boves por su
parte, no llegó a Caracas hasta el 16 de julio. Los
emigrantes caraqueños tomaron el camino que lleva a
Barcelona por la montaña de Capaya. Ese camino se
bifurcaba al salir de La Pica: un sendero iba a salir a Río
Chico y de allí seguía por la orilla del mar, en dirección a
Píritu, tocando en Boca de Uchire; comúnmente era
llamado «el camino de la costa»; el otro denominado «el
camino de afuera», se dirigía por Cúpira a Sabana de
Uchire, prosiguiendo de allí a Clarines por Guanape. Se
supone que Bolívar llegó aproximadamente el 27 de julio a
Barcelona. Entre las personas pertenecientes a familias
distinguidas que formaron parte de la emigración a oriente,
figuran los nombres de Belén de Aristiguieta y el de la
familia Urbaneja, quienes llegaron caminando hasta Río
Chico, desde donde continuaron embarcados hasta
Cumaná. Asimismo, la propia hermana del Libertador,
María Antonia Rodríguez fue obligada por éste a marchar
a La Guaira y luego embarcarse hacia Curazao. Aunque
un gran número de personas siguió a Bolívar en la larga
travesía, otro grupo—sobre todo el más comprometido
políticamente—buscó refugio en las Antillas, mientras un
tercer renunciaba a la marcha y regresaba a Caracas a
ponerse bajo la protección del arzobispo Coll y Prat. En
definitiva, el temor de la población caraqueña ante el
avance de las huestes realistas, fue confirmado cuando
los realistas Fernando Ascanio (conde de la Granja) y
Juan José Marcano salieron de Caracas al encuentro de
las fuerzas de Boves que mandaban los zambos Machado
y Hurtado con el objeto de felicitarlas, siendo asesinados.
 
Manifiesto de Carupano
          El Manifiesto Del Libertador Simón Bolívar fechado
en Carúpano el 7 de septiembre de 1814, explica las
causas del fracaso de la Segunda República, la cual tuvo
su inicio cuando se da la liberación de Cumaná el 3 de
agosto de 1813, por las fuerzas del General Santiago
Mariño, como culminación de la Campaña de Oriente, y
sobre todo con la entrada en Caracas, el 6 de agosto, del
Libertador Simón Bolívar, a la cabeza ejército victorioso en
la llamada Campaña Admirable.El Manifiesto en Carúpano
es una explicación del fracaso de la caída de la Segunda
República de Venezuela. Bolívar se quejaba de la
injusticia de los hombres y abogaba por la justicia divina,
expresaba que los conciudadanos venezolanos no
estaban preparados para el ejercicio de la justicia; por lo
tanto no eran capaces de desarrollar sus propias leyes, lo
que significaba que no podían entender el verdadero
concepto de la libertad, la cual se basa en el ejercicio
práctico y no solamente en palabras.
          Siendo éste el caso, Bolívar debe obligar
prácticamente a sus compatriotas a asumir el ejercicio de
la libertad, a pesar de la falta de aprecio ante la misma.
Hace una fuerte crítica al pueblo venezolano, porque no
seguía sus ideales y por lo contario celebraba la fuerza del
pueblo colombiano ante la posición que asume por la
libertad.
          Este documento contiene un pensamiento claro
sobre el colapso de la Revolución, la cual se mantiene en
la esfera simplemente política, atropellada por los
enemigos de la patria.
          Bolívar insiste en el carácter fratricida o civil de
nuestra lucha de independencia y se despide con un
compromiso solemne el de regresar: “Libertador o
muerto”, sin obviar ningún sacrificio.
          El Libertador declara que el establecimiento de la
libertad en un país de esclavos es una obra tan imposible
de ejecutar súbitamente, que está fuera del alcance de
todo ser humano; “porque así como la justicia justifica la
audacia de haberla emprendido, la imposibilidad de la
adquisición califica la insuficiencia de los medios”.
          Nosotros los venezolanos actualmente criticamos
nuestro sistema de justicia en Venezuela, la conciencia de
que las leyes y la administración de justicia deben
mantener un equilibrio y no una parcialidad política, que el
sistema judicial funcione con equidad igualando, ajustando
las leyes, que los jueces cumplan sus funciones con
eficiencia y honradez y que sus compromisos sean con la
patria.
          Los venezolanos debemos administrar la justicia,
asumiendo un compromiso con el ejercicio pleno de la
libertad. “Dios concede la victoria a la constancia”. Simón
Bolívar.

 
Perdida de la Segunda República
          Simón Bolívar estaba consciente de que fue la falta
de liderazgo de algún patriota entre los esclavos y
trabajadores de los llanos venezolanos lo que motivó que
los realistas se aprovecharan de ellos para alimentar sus
ejércitos, y ésto sucedió porque en las llanuras
venezolanas se encontraba un hombre, español canario,
con mucho carisma de nombre José Tomás Boves, quien
logra sumarlos a la defensa de la causa realista, siendo tal
circunstancia lo que mayormente influyó en la perdida de
la II República de Venezuela. Sin embargo, Bolívar se
declara culpable, pero incluye en el documento de
Carúpano tal análisis. A la antorcha de la libertad, que
nosotros hemos presentado a la América como la guía y el
objeto de nuestros conatos, han opuesto nuestros
enemigos la hacha incendiaria de la discordia, de la
devastación y el grande estímulo de la usurpación de los
honores y de la fortuna a hombres envilecidos por el yugo
de la servidumbre y embrutecidos por la doctrina de la
superstición. ¿Cómo podría preponderar la simple teoría
de la filosofía política sin otros apoyos que la verdad y la
naturaleza, contra el vicio armado con el desenfreno de la
licencia, sin más límites que su alcance y convertido de
repente por un prestigio religioso en virtud política y en
caridad cristiana? No, no son los hombres vulgares los
que pueden calcular el eminente valor del reino de la
libertad para que lo prefieran a la ciega ambición y a la; vil
codicia. De la decisión de esta importante cuestión ha
dependido nuestra suerte, ella estaba en manos de
nuestros compatriotas que pervertidos han fallado contra
nosotros, de resto todo lo demás ha sido consiguiente a
una determinación más deshonrosa que fatal; y que debe
ser más lamentable por su esencia que por sus
resultados. Es una estupidez maligna atribuir a los
hombres públicos las vicisitudes que el orden de las cosas
produce en los Estados, no estando en la esfera de las
facultades de un General o Magistrado contener en un
momento de turbulencia, de choque y de divergencia de
opiniones el torrente de las pasiones humanas; que
agitadas por el movimiento de las revoluciones se
aumentan en razón de la fuerza que las resiste. Y aun
cuando graves errores o pasiones violentas en los jefes
causen frecuentes perjuicios a la República, estos mismos
perjuicios deben, sin embargo, apreciarse con equidad y
buscar su origen en las causas primitivas de todos los
infortunios: la fragilidad de nuestra especie y el imperio de
la suerte en todos los acontecimientos. El hombre es el
débil juguete de la fortuna, sobre la cual suele calcular con
fundamento muchas veces, sin poder contar con ella
jamás, porque nuestra esfera no está en contacto con la
suya; de un orden muy superior a la nuestra. Pretender
que la política y la guerra marchen al grado de nuestros
proyectos, obrando a tientas con sola la pureza de
nuestras intenciones, y auxiliados por los limitados medios
que están a nuestro arbitrio, es querer lograr los efectos
de un poder divino por resortes humanos.
          Yo, muy distante de tener la loca presunción de
conceptuarme inculpable de la catástrofe de mi Patria,
sufro al contrario el profundo pesar de creerme el
instrumento infausto de sus espantosas miserias; pero soy
inocente porque mi conciencia no ha participado nunca del
error voluntario o de la malicia; aunque por otra parte haya
obrado mal y sin acierto. La convicción de mi inocencia me
la persuade mi corazón y este testimonio es para mí el
más auténtico, bien que parezca un orgulloso delirio. He
aquí la causa porque desdeñando responder a cada una
de las acusaciones que de buena o mala fe se me puedan
hacer, reservo este acto de justicia, que mi propia vindicta
exige, para ejecutarlo ante un tribunal de sabios, que
juzgarán con rectitud y ciencia de mi conducta en mi
misión a Venezuela. Del Supremo Congreso de la Nueva
Granada hablo, de este augusto cuerpo que me ha
enviado con sus tropas a auxiliaros como lo han hecho
heroicamente hasta expirar todas en el campo del honor.
Es justo y necesario que mi vida pública se examine con
esmero, y se juzgue con imparcialidad. Es justo y
necesario que yo satisfaga a quienes haya ofendido, y que
se me indemnice de los cargos erróneos a que no he sido
acreedor. Este gran juicio debe ser pronunciado por el
soberano a quien he servido; yo os aseguro que será tan
solemne cuanto sea posible, y que mis hechos serán
comprobados por documentos irrefragables. Entonces
sabréis si he sido indigno de vuestra confianza, o si
merezco el nombre de Libertador. Yo os juro, amados
compatriotas, que este augusto título que vuestra gratitud
me tributó cuando os vine a arrancar las cadenas, no será
vano. Yo os juro que Libertador o muerto, mereceré
siempre el honor que me habéis hecho, sin que haya
potestad humana sobre la tierra que detenga el curso que
me he propuesto seguir hasta volver segundamente a
libertaros, por la senda del occidente; regada con tanta
sangre y adornada de tantos laureles. Esperad,
compatriotas, al noble, al virtuoso pueblo granadino que
volará ansioso de recoger nuevos trofeos, a prestaros
nuevos auxilios, y a traeros de nuevo la libertad si antes
vuestro valor no la adquiriere. Sí, sí, vuestras virtudes
solas son capaces de combatir con suceso contra esa
multitud de frenéticos que desconocen su propio interés y
honor; pues jamás la libertad ha sido subyugada por la
tiranía. No comparéis vuestras fuerzas físicas con las
enemigas, porque no es comparable el espíritu con la
materia. Vosotros sois hombres, ellos son bestias,
vosotros sois libres, ellos esclavos. Combatid, pues, y
venceréis. Dios concede la victoria a la constancia.
Publicado el28 octubre, 2018

TEMA IX: Segundo exilio


Exilio a Cartagena
          La Campaña Admirable fue una acción militar
enmarcada dentro de la Guerra de Independencia de
Venezuela. Fue comandada por Simón Bolívar y consiguió
la liberación del occidente de Venezuela, integrado en
aquel entonces, por las provincias de Mérida, Barinas,
Trujillo y Caracas. Estos éxitos junto con los obtenidos en
oriente por Santiago Mariño darían origen a la
conformación de la Segunda República de Venezuela. El 8
de enero de 1813 ocupó a la ciudad de Ocaña (la segunda
en importancia en Norte de Santander, después de
Cúcuta) después de haber dejado el paso libre en el
Magdalena Medio consiguiendo así la navegación entre
Bogotá y Cartagena. El 16 de febrero salió rumbo a
Cúcuta pues había peligro por la presencia de Ramón
Correa y sus fuerzas realistas. En su recorrido venció una
fuerza enemiga que le cerraba el paso en La Aguada. El
28 del mismo mes se llevaba a cabo lo que hoy en día
conocemos como Batalla de Cúcuta, con la cual se le dio
la independencia a esta ciudad. Posteriormente, ante el
repliegue del jefe realista. Manuel Cañas a Carache,
Girardot se dirigió hacia esa localidad con sus fuerzas el
17 de junio de 1813, en horas de la tarde. En horas de la
noche, el jefe realista abandonó la línea que ocupaba y
llevó sus hombres a las alturas de Agua de Obispos. La
batalla de Niquitao es un hecho de armas donde una
columna patriota dirigida por José Félix Ribas, Rafael
Urdaneta Faría y Vicente Campo Elías, que venía de los
Llanos, derrota el viernes 2 de julio de 1813, en Niquitao, a
las fuerzas realistas dirigidas por el comandante José
Martí, quien estaba subordinado al gobernador de Barinas,
el capitán de fragata Antonio Tiscar y Pedrosa. Ocurrió el
22 de julio de 1813 y en ella las fuerzas patriotas derrotan
a los españoles. Los generales Jacinto Lara y Florencio
Jiménez participaron en esta batalla. La batalla de
Taguanes tuvo lugar en las llanuras de Cojedes el 31 de
julio de 1813. La acción bélica fue dirigida por Simón
Bolívar para cerrar la Campaña Admirable antes de hacer
su entrada triunfal en Caracas. El general Rafael Urdaneta
lo acompañaba. Toda la tarde duró la acción, en que
murieron muchos españoles, entre ellos seis de sus
mejores oficiales, uno de estos el comandante Izquierdo;
perdieron toda su infantería, que quedó dispersa por los
bosques, o prisioneros, o pasado a nosotros pidiendo
asegurar que no escapo ningún infante. Finalmente, el 6
de agosto de 1813 entró triunfalmente a Caracas el
pequeño ejército mandado por el brigadier Simón Bolívar;
había culminado exitosamente la Campaña Admirable y
comenzado la gloria para Bolívar.

 
Campaña militares en nueva Granada
          Campaña Libertadora de la Nueva Granada (1819)
este proyecto independentista fue proclamado por Simón
Bolívar a la población de la Nueva Granada, que desde el
periodo de 1810 se encontraba en un proceso
independentista. Para llegar hasta este punto esta colonia
española americana tuvo que afrontar sucesivas batallas,
guerras, conflictos internos y un periodo extenso llamado
la Patria Boba; época de temor a la retaliación de la
monarquía absoluta, periodos de confusión ideológica,
guerras internas y una escaza definición de las
pretensiones como colonia a bordas de un proceso
independentista. El 15 de agosto de 1818 se creó la
proclama llamada El Paso de los Andes esta fue emitida
desde Angostura. Esta fue emitida en un momento donde
los republicanos en Buenos Aires y Chile habían logrado
el éxito. Además internamente, Popayán y otras provincias
del sur de Nueva Granada estaban obteniendo
importantes logros. Por otro lado, el éxito del general
Andrew Jackson en la conquista del fuerte de Pensacola y
la recuperación de las Floridas españolas. Para comenzar
a llevar a cabo la Campaña Libertadora, Bolívar envió al
general de brigada Francisco de Paula Santander a la
provincia de Casanare para que tomara el mando de la
fuerza armada y adiestrara una división que sería la
vanguardia de la campaña en proyecto.
          El 26 de mayo de 1819 Bolívar compartió con el
vicepresidente de Venezuela, Francisco Antonio Zea, el
plan que había elaborado para la campaña. El plan era el
siguiente: la mayoría de los soldados entrarían por
Cúcuta; el general Santander entrará por Soatá y se unirá
a las tropas; el ejército de oriente cubrirá el oriente de
Venezuela y asaltar al general Pablo Morillo que se
encuentra en Calabozo. Mientras tanto, la división
Urdaneta marchará hacia Apure y cooperará con el
ejército de oriente; desde el Apure apoyará a Bolívar con
material de guerra. José Antonio Páez se le ordenó dirigir
las fuerzas de occidente en caso de requerir reservas y
seguridad estratégica. El 27 de mayo salió Bolívar por
Guasdualito. Al llegar a esta zona, le anunció a la
población el plan definitivo. Posteriormente, fue a
Casanare con la infantería. Páez, mientras se desplazaba
por los valles de Cúcuta, llamó la atención de los realistas
que comenzaron a llegar al lugar. Los planes de la
campaña se siguieron realizando sin modificación. El 4 de
junio se reanudó la marcha. Al día siguiente se efectuó el
cruce del río Arauca y las tropas entraron en los llanos de
Casanare.
          Cuando llegaron a Tame, se incorporó parte de la
división de Santander. En este poblado fue reorganizado
el ejército en 2 divisiones: la vanguardia del general
Santander con los batallones de infantería Cazadores y el
escuadrón de caballería Casanare. En total fueron 1.200
hombres; en la retaguardia se encontraba el general de
brigada José Antonio Anzoátegui con los batallones de
infantería Rifles, Barcelona, Bravos de Páez y la Legión
Británica alcanzaba un total de 2.000 hombres. Bolívar se
encontraba en un gran dilema porque los 3 caminos que
conducían al valle de Sogamoso para continuar con la
operación: el de Salina de Chita, el de Pisba y el de
Labranza Grande. El primero y el último eran transitables
pero estaban cubiertos por fuerzas realistas. El del
páramo de Pisba no tenía mucha seguridad; pero era un
camino poco transitable debido a su fragosidad y a la
altura de las montañas. Bolívar tomó este camino.El 24 de
junio llegó la vanguardia al pueblo de Morcote y, el mismo
día destruyó una avanzada realista de unos 300 hombres
que defendían aquellas posiciones. El 19 de junio, el
batallón Cazadores ocupó a Pueblo Viejo y Las
Quebradas, donde apresaron los integrantes de una
fuerza que cubría el área. Luego de varios días de marcha
los patriotas alcanzaron el pueblo de Socha el 5 de julio y
en 2 días el grueso de las tropas estaba reunido allí.
          En el valle de Sogamoso, Bolívar logró un gran
golpe al derrotar la tercera división realista al mando del
coronel José María Barreiro en Gámeza el 11 de julio,
horas antes había destruido sus avanzadas en Corrales
de Bonza. Terminada la acción, los realistas iniciaron la
retirada a la Peña de Tópaga y los patriotas al pueblo de
Gámeza, y desde allí marcharon a Santa Rosa de Viterbo
para intentar tomar posesión de ese territorio; este era un
territorio clave rico en recursos y estratégico para dominar
el valle de Sogamoso. Con este movimiento, Barreiro se
trasladó de sus posiciones de Tópaga hacia los Molinos
de Bonza, ante cuyos atrincheramientos se presentó
Bolívar el 20 de julio y empezó una confrontación militar
en campo abierto, pero fue imposible batir a los realistas.
Por ello, cruzó el río Chicamocha y por el camino del
Salitre de Paipa, atacó la retaguardia de Barreiro.
          Para neutralizar el ataque, el jefe realista ordenó a
sus fuerzas que se dirigieran hasta las alturas del Pantano
de Vargas, donde se efectuó la batalla del mismo nombre.
El final de la batalla produjo la victoria para los patriotas.
El mismo día se dirigió Barreiro a Paipa y el siguiente día
lo hizo Bolívar a Corrales de Bonza. El 4 de agosto,
Bolívar desalojó de Paipa a los realistas, gracias a la
ejecución del movimiento conocido como “maniobra sobre
Tunja”, por el camino de Toca y Chivatá. El siguiente acto
era cortar las comunicaciones de Barreiro con Santa Fe de
Bogotá, tarea que ejecutó en la ciudad de Tunja el 5 de
agosto, y para recuperarlas, Barreiro se movió desde
Loma Bonita, por el páramo de Cómbita, para llegar al
pueblo de Motavita.
          El 7 de agosto, los 2 contendientes emprendieron el
movimiento rápidamente; Barreiro para ganar el puente de
Boyacá, sobre el río Teatinos, para poder avanzar hasta
Santa Fe; y Bolívar con la intención de impedir esta
operación. Esto originó la Batalla de Boyacá, en la cual fue
derrotado el coronel Barreiro y destruida la división de su
mando. Bolívar victorioso pudo pasar con sus tropas (algo
diezmadas) a Santa Fe de Bogotá, con este evento quedó
concluida la campaña y con ella la liberación de Nueva
Granada. Una vez logrado un ambiente de aceptable
estabilidad en el país, política y administrativamente,
Bolívar regresó a Angostura y dio cuenta de las
operaciones que había realizado. Finalmente, comenzó a
realizar su proyecto de creación de la Gran Colombia.
 
Desavenencias con autoridades neogranadinas
          La Campaña Libertadora de Nueva Granada fue
una campaña militar emprendida por Simón Bolívar a
finales de 1819 para liberar la Nueva Granada (actual
Colombia) del dominio español. La campaña fue un éxito
rotundo y gracias a ella se concreta la idea de la unión de
la Nueva Granada y Venezuela.En el Congreso de
Angostura se decretó la creación de la República de
Colombia, estado que comprendería las antiguas colonias
españolas de la Capitanía General de Venezuela, el
Virreinato de Nueva Granada y la Real Audiencia de
Quito. Todos estos territorios, con excepción del sur y
oriente de Venezuela, se hallaban en poder de los
españoles. Bolívar decidió que tras la retirada de Pablo
Morillo de la campaña de Apure a sus cuarteles de
invierno en Calabozo, que era el momento oportuno para
efectuar la planeada liberación de Nueva Granada  El 4 de
agosto la tropa de Bolívar llegó a Tunja; tres día después,
el ejército realista se fortificó para detener su avance en
un sitio 15 kilómetros al sur, sobre el puente del río
Boyacá. El río es poco profundo, pero el valle es angosto y
empinado a lado y lado, por lo cual constituía una línea
natural de defensa. Los españoles tomaron el puente y las
laderas al sur del río. Sin embargo, a pesar de su mejor
posición estratégica, fueron alcanzados por la vanguardia
del ejército republicano antes de poder prepararse para la
batalla; un destacamento del mismo, comandado por
Santander, tomó rápidamente el puente y dividió a las
fuerzas españolas en dos columnas separadas. La
caballería de José Antonio Anzoátegui avanzó para tomar
por la a los batallones, mientras la infantería avanzaba por
el frente.
          La batalla fue un desastre para los realistas; Bolívar
tomó 1600 prisioneros, casi la mitad de las fuerzas,
incluyendo al mismo Barreiro y la mayoría de sus oficiales.
Los patriotas perdieron 13 soldados y otros 53 resultaron
heridos. Tres días más tarde, el 10 de agosto de 1819,
Bolívar entró triunfante a Bogotá y fue recibido como un
héroe.
 
Viaje a Jamaica
Tras los acontecimientos de Carúpano, Bolívar llegó a
Cartagena a finales de 1814 para obtener de nuevo ayuda
de la Nueva Granada, que en esos momentos se
encontraba también en una situación difícil que le impidió
desarrollar nuevos proyectos.   Estas circunstancias y el
apoyo que le daba el Gobierno neogranadino hicieron que
fuera reconocido como jefe por todos los venezolanos que
se encontraban en Nueva Granada, el 19 de septiembre
de 1814 Bolívar se encuentra con Camilo Torres Tenorio
quien preside el Congreso de las Provincias Unidas de la
Nueva Granada y admitiendo los argumentos de Bolívar y
ante la derrota sufrida por el General Antonio Nariño en la
campaña del sur en julio de 1814, encarga a Bolívar de la
conducción de la guerra. El 10 de diciembre Bolívar toma
a Santa Fe y obliga así a que Cundinamarca reconozca
como autoridad al Congreso de las Provincias Unidas.
Ante la imposibilidad de desarrollar algún proyecto decidió
abandonar su cargo en la Nueva Granada y partir hacia
Jamaica en el buque La Decouverte, llegando a la isla el
14 de mayo de 1815 y los pocos meses de estar allí
escribió con fecha del 6 de septiembre de 1815 una carta
un destinatario anónimo conocida como la Carta de
Jamaica, un documento que tiene múltiples significados
por su forma, contenido y características materiales como
texto de reflexión y análisis.   En dicho documento
describe en general la situación de América
considerándola como un todo unitario y empieza a
exponer el proyecto ya preconcebido antes por Francisco
de Miranda de crear una gran confederación americana
con el nombre de Colombia como una realidad a alcanzar
por las nacientes repúblicas que sería en adelante la base
de su proyecto político.   Sin embargo, la situación de
Bolívar en la isla llegó a ser muy tensa ya que se
encontraba allí con escasos medios económicos por lo
que se vio obligado a pasar estrecheces y llegó a sufrir un
intento de asesinato del que salió ileso gracias a que por
no poder pagar la pensión donde vivía se vio obligado a
mudarse el mismo día del atentado.   Ante la neutralidad
del Gobierno británico, que no quería comprometerse a
darle un apoyo abierto, y la posibilidad de que los
españoles estuvieran intentando asesinarle, Bolívar
consideró necesario trasladarse a otro país más seguro
donde pudiera organizarse una expedición.

 
Viaje a Haití
          En aquella época Haití se había convertido en una
república independiente de Francia que daba asilo y
respaldaba las causas republicanas en el continente
americano. Por ello Bolívar consideró que Haití era el
lugar adecuado para organizar una expedición militar
hacia Venezuela con la ayuda del presidente de ese país,
el general Alexandre Petion. El 19 de diciembre de 1815,
Bolívar salió de Jamaica para Haití de una manera que él
mismo describió como precipitada y llegó al puerto de Les
Cayes el 24 del mismo mes. Cuando Bolívar salió de
Jamaica ya tenía resueltos los aspectos fundamentales de
la campaña que tenía en mente y cuyos aspectos
requerían un análisis cuidadoso ya que implicaban
conseguir respaldo político, ayuda financiera y
colaboración técnica, naval y  Allí con la ayuda encubierta
del Gobierno haitiano y del experimentado Almirante Luís
Brión, Bolívar logró organizar una expedición marítima
conocida como la Expedición de los Cayos que salió el 23
de marzo de 1816 con rumbo a la isla de Margarita, desde
donde empezaría de nuevo sus operaciones militares.

 
Expedición de los cayos
          Se conoce la invasión que desde Haití planeó el
Libertador Simón Bolívar a fines de 1815 con la finalidad
de liberar a Venezuela de las fuerzas españolas.
Posteriormente, tras serle otorgado el poder supremo por
parte de una asamblea de los principales jefes refugiados,
venezolanos y neogranadinos, Bolívar comenzó a afinar
los detalles sobre la expedición contra la costa firme
venezolana; con la ayuda del gobernador militar haitiano
de Los Cayos, el general Ignacio Marión. En cuanto a los
recursos con los que finalmente contó la expedición
gracias a las gestiones de Petión, los mismos consistían
de 6.000 fusiles, municiones, víveres, una imprenta
completa, el flete de algunas goletas y una importante
suma de dinero. Con todo esto Bolívar organizó una
pequeña flota de 7 goletas: Bolívar, General Mariño,
General Piar, Constitución, Brión, Félix y Conejo,
acompañadas de otra de su amigo de Haití, Robert
Sutherland, La Fortune. Finalmente, la expedición zarpó el
31 de marzo de 1816, formando parte de ella Manuel Piar,
Santiago Mariño, Gregor MacGregor, Francisco Antonio
Zea, Pedro María Freites, Bartolomé Salom, Pedro León
Torres, Carlos Soublette, Pedro Briceño Méndez, Manuel
Valdés, Diego Ibarra, Juan Bautista Bideau, Carlos
Chamberlain, Juan Baillío, Carlos Eloy Demarquet, Renato
Beluche, Henry Ducoudray-Holstein y otros.      El
recorrido de la flota comandada por Bolívar fue el
siguiente: luego de salir del puerto de Los Cayos, en la
parte occidental de Haití, la misma se detuvo 3 días en la
isla Beata al sur de la frontera entre Haití y Santo
Domingo, para continuar su itinerario en el que los
primeros días de abril de 1816 se encontraban frente a la
costa meridional de la hoy República Dominicana; el 19 de
abril de 1816 llegaban a la isla de Vieques cerca de las
costas de Puerto Rico, hecho que se celebró con salvas
de artillería; el 25 de abril arriban a la islita holandesa de
Saba, distante 20 Km de San Bartolomé, desde donde se
dirigen hacia Margarita, librando el 2 de mayo antes de
llegar a ésta, el combate naval de Los Frailes en la que la
escuadrilla de Luis Brión sale victoriosa y captura el
bergantín español El Intrépido y la goleta Rita. El 3 de
mayo de 1816 tocan suelo venezolano en la isla de
Margarita, en la que el 7 del mismo mes una asamblea
encabezada por el general Juan Bautista Arismendi,
ratifica los poderes especiales conferidos a Bolívar en Los
Cayos. Luego de esta ratificación, las fuerzas
expedicionarias de Bolívar pasan a Carúpano donde
finalmente desembarcan y proclaman la abolición de la
esclavitud para después seguir a Ocumare de la Costa. En
definitiva, a pesar de los reveses sufridos por los
expedicionarios y por el propio Libertador en Ocumare, la
importancia histórica de la Expedición de los Cayos radica
en que la misma permitió que Santiago Mariño, Manuel
Piar y luego José Francisco Bermúdez emprendieran la
liberación del oriente del país, y que MacGregor con
Soublette y otros jefes se internaran definitivamente en
Tierra Firme, para abrir paso al triunfo definitivo de la
República.
Publicado el28 octubre, 2018

TEMA X: Colombia
Campaña de Boyacá
          Puente de Boyacá, ubicado a 14 kilómetros de
Tunja y a 110 kilómetros de Bogotá, fue lugar de uno de
los combates más grandes que se han librado en territorio
colombiano por nuestra independencia: La Batalla de
Boyacá. Ocurrida el 7 de agosto de 1819, esta batalla
marcó no sólo el punto final en las disputas guerreristas
por el poder en territorio colombiano, sino que fijó el triunfo
independentista que había trazado el país el 20 de julio de
1810.Todo comenzó con una serie de luchas libradas por
la Campaña Libertadora que —liderada por Simón Bolívar
— hacía resistencia a la reconquista española en 1819.
Después de superar diversos obstáculos, el ejército
patriota salió victorioso en los combates de Gámeza  (11
de julio) y el Pantano de Vargas (25 de julio), que fueron
claves en el resultado de la Batalla del Puente de Boyacá.
          Tras de 77 días de conformación de la Campaña
Libertadora, ese 7 de agosto fue decisivo. La estrategia de
Bolívar era clara: tomar por sorpresa al ejército realista
que, sin remedio alguno, tenía que pasar por el río
Teatinos para dirigirse a Santafé, donde estaría a salvo de
los ataques patriotas. Bajo el mando de Simón Bolívar,
Francisco de Paula Santander y José Antonio Anzoátegui,
la tropa patriota conformada por 2.850 combatientes
(criollos, mulatos, mestizos, zambos, indígenas y negros)
asaltó al ejército realista que contaba con 2.670 hombres
liderados por el coronel José María Barreiro. En un
combate que duró cerca de seis horas, la tropa libertadora
se llevó la victoria y logró la rendición de los españoles,
que fueron tomados como prisioneros. Tras ser tomado
como prisionero, Barreiro intentó sobornar al soldado de
quince años Pedro Pascacio Martínez, que se negó y lo
entregó a Bolívar. En cuanto se supo de la derrota realista,
el virrey Juan Sámano huyó de Santafé, ciudad que quedó
bajo el mando de los criollos. Esta batalla no sólo marcó
un paso definitivo en nuestra independencia, sino que
influyó en las victorias de Carabobo en Venezuela,
Pichincha en Ecuador y Junín y Ayacucho en Perú. El
puente, que sufrió graves daños, fue reconstruido el 7 de
agosto de 1919 por el presidente Marco Fidel Suárez.
Ahora el puente es uno de los sitios más emblemáticos de
la historia colombiana, y se encuentra rodeado por
monumentos que recuerdan la gesta independentista
como las estatuas de Simón Bolívar, Francisco de Paula
Santander y Pedro Pascasio Martínez. A su lado también
reposan símbolos como la Plaza de Banderas, el Arco del
Triunfo, el Atril de Piedra, la Llama de la Libertad, la
Piedra de la Legión Británica y el Obelisco.

 
Pasos de los Andes de la nueva Granada
          El Libertador partió de Venezuela para iniciar
Bolívar paso de los Andes2el famoso paso de los Andes
desde la ciudad de Mantecal en el estado Apure el 27 de
Mayo de 1.819, un ejército de llaneros, que solo contaban
con su valor y amor patriótico emprendieron la marcha a
unas escarpadas y frías montañas de la cordillera andina.
El Paso de los Andes fue un movimiento militar de valor
estratégico durante la Campaña Libertadora de Nueva
Granada (actual Colombia), en el cual el ejército
independentista al mando de Simón Bolívar remontó la
cordillera de los Andes, específicamente la rama Oriental
de los Andes colombianos para liberar a la Nueva
Granada del dominio español. Es considerada una de sus
acciones militares más destacadas y toda una hazaña
para los medios técnicos de la época. Tres mil hombres
acompañan al Libertador, a través del brumoso y helado
Páramo; la nieve paramera mete sus dentelladas en los
cuerpos semidesnudos de los hombres de las tierras
bajas.
          El soroche o mal de páramo, que hace mullidos y
mortales colchones de la tierra helada. A muchos hay que
azotarlos hasta la flagelación para que abandonen aquel
sueño de muerte. Muchos se niegan y se quedan para
siempre yertos en aquellas tierras heladas. Otros se
despeñan con sus caballos por los precipicios. El frío de la
montaña cobra más víctimas que las fiebres de los
pantanos y las balas del enemigo. Bolívar no desmaya
ante la adversidad. En tono conmiserativo heroico o
imperativo apuntala con sus palabras y amenazas la
marcha hacia el otro lado. Al llegar a la cumbre el
sufrimiento y la muerte alcanzan su paroxismo. Pero todos
recuerdan. Antes la muerte y lo que sea, que volver sobre
sus pasos. Ahora tan sólo queda vencer o morir. Bolívar
saca cuentas de los tres mil hombres con los que inició el
ascenso, han muerto mil ochocientos. Con los mil
doscientos que quedan y los patriotas neogranadinos, que
habrán de sumárseles tan pronto lleguen a bajo; tiene
gente más que suficiente como para echar de la Nueva
Granada al Virrey Sámano y a todo el ejército español.
Hubo fuego y escaramuzas en el descenso al altiplano. En
una de ellas pereció O’Rooque el simpático irlandés que
dio su vida por Venezuela. Barreiro, el jefe español, les
presentó batalla en el puente de Boyacá, en las
inmediaciones de Bogotá. Luego de dos horas de intenso
tiroteo y de una veintena de muertos se rindieron los
españoles y el Virrey Sámano huyó de Bogotá disfrazado
de indio.Esta derrota significó la caída del yugo español en
Venezuela, Colombia, Perú y Bolívia.

 
Creación de Colombia
          La Gran Colombia fue un país de América creado
en 1819 por el congreso reunido en la ciudad de
Angostura mediante la Ley Fundamental de la República
(ratificada después por su contraparte reunida en Cúcuta
en 1821) por la unión de Venezuela y la Nueva Granada
en una sola nación bajo el nombre de República de
Colombia,5 6 a la que luego se adhirieron Panamá (1821)
y Ecuador (1822). El término Gran Colombia se emplea
por la historiografía para distinguirla de la actual República
de Colombia.
          Esta república existió jurídicamente entre 1821 y
1831 y se configuró a partir de la unión de las anteriores
entidades coloniales del Virreinato de la Nueva Granada,
Capitanía General de Venezuela, Presidencia de Quito y
la Provincia Libre de Guayaquil.8 Su superficie
correspondía a los territorios de las actuales repúblicas de
Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela (incluyendo la
Guayana Esequiba, en reclamación guyano-venezolana);
y otros territorios que pasaron a Brasil, Perú, Nicaragua,
Costa Rica y Honduras por acuerdos internacionales
celebrados entre estos países y las repúblicas surgidas de
la disolución grancolombiana.
          Si bien la Gran Colombia fue creada mediante la
Ley Fundamental de la República de Colombia expedida
durante el Congreso de Angostura (1819), el Estado como
fruto de la unión de dichos territorios no vio la luz hasta el
Congreso de Cúcuta (1821), donde se redactó la
Constitución nacional con la cual se implementó y
reglamentó su creación, al igual que la vida política e
institucional del nuevo país. El sistema político-
administrativo adoptado por la república fue el centralismo
unitario.
          Por otra parte, el reconocimiento internacional de la
existencia legítima de la Gran Colombia, en tanto que
territorio independiente, soberano y delimitado, se inscribió
en un contexto diplomático que en Europa fue adverso al
reconocimiento formal de la independencia de los países
americanos. Es así que Austria, Francia y Rusia sólo
reconocían las independencias en América si los nuevos
Estados se sometían a un sistema monárquico nombrando
como soberanos a miembros de las dinastías europeas.
Además, Colombia y las potencias internacionales
enfrentaban sus posiciones en cuanto a la extensión del
territorio colombiano y su delimitación fronteriza.
          Al momento de su creación la Gran Colombia era el
país hispanoamericano de mayor prestigio en el mundo,
tanto así que varios políticos de Europa y América, entre
ellos John Quincy Adams (por entonces secretario de
estado y futuro presidente de los Estados Unidos), la
llamaron a ser una de las naciones más poderosas del
planeta. Este prestigio, sumado a la figura de Bolívar,
atrayeron hacia la nación ideas unionistas de movimientos
independentistas de Cuba, República Dominicana y
Puerto Rico, que pretendían formar un estado asociado
con la república.
          El país se disolvió a finales de la década de 1820 e
inicios de los años 1830, por las diferencias políticas que
existían entre partidarios del federalismo y el centralismo,
así como por las tensiones regionales entre los pueblos
que integraban la república.
Publicado el28 octubre, 2018

TEMA XI: Carabobo


Campaña de Carabobo
          Campaña terrestre decisiva de la Guerra de la
Independencia en Venezuela; recibe ese nombre porque
culminó con la batalla dada el 24 de junio de 1821 en la
sabana de Carabobo. Desde mediados del año anterior el
Libertador Simón Bolívar, con la cooperación del general
Antonio José de Sucre y de otros oficiales de su Estado
Mayor, había empezado a planificar esta campaña, la cual
quedó en suspenso cuando se firmaron en noviembre de
1820 los Tratados de Armisticio y de Regularización de la
Guerra. A partir de febrero de 1821, se empezaron a
deteriorar aquellos tratados, a raíz de la incorporación de
Maracaibo, desde enero, a la República; y el plan de
campaña fue reactivado en el Estado Mayor General
republicano. Al no producirse un acuerdo entre el jefe
español Miguel de la Torre y el Libertador sobre el destino
de Maracaibo (que el primero pretendía que fuese
devuelto a las autoridades realistas) el armisticio fue
denunciado antes de expirar, y las operaciones militares
debían reiniciarse a fines de abril de 1821.

 
Batalla de Carabobo
          La Batalla de Carabobo se llevó a cabo el 24 de
junio de 1821, y selló la Independencia de Venezuela. Se
enfrentaron el Ejército Patriota comandado por Simón
Bolívar y el Ejército Realista, a la cabeza de Miguel de la
Torre. La Batalla de Carabobo está considerada la
empresa más importante de la gesta independista. Duró
escasas dos horas en las que se mostró un gran
despliegue militar en el Campo de Carabobo.
          La consolidación de la carrera por la independencia
de Venezuela se libró en la Batalla de Carabobo. La
magistral actuación del bando patriota, cuya superioridad
numérica e inteligencia estratégica fue la clave para esta
gran victoria.
          Simón Bolívar, designó a José Antonio Páez como
Comandante de la Primera División. Éste conduciría los
batallones Bravos de Apures y Cazadores Británicos,
además la caballería de húsares, lanceros y cazadores.
En la Segunda División se designó a Manuel Cedeño
como su Comandante. Así conduciría los batallones
Tiradores, Boyacá y Vargas; además la caballería. La
Tercera División fue encomendada al Comandante
Ambrosio Plaza, quien llevó los batallones: Rifles,
Granaderos, Vencedor y Anzoátegui. Así como varios
frentes de caballería.
          Por su parte, el Ejército Realista –fieles a la Corona
Española– estuvo comandado por el General Miguel de la
Torre. Contó con los Batallones: Valencey, Barbastro,
Burgos, Hostalrich, Infante y Príncipe. Las escuadras de
Caballería: Lancero del Rey, Húsares de Fernando VI,
Guías del General y Dragones Leales. Además del
contingente para la artillería. Tras la derrota de los
realistas en la Batalla de Carabobo, algunos focos de este
ejército de los monarcas se mantuvieron activos. Sin
embargo, pronto serán neutralizados en la zona oriental
de Venezuela.

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