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Época de la colonia en Guatemala

Fue en 1523 que los conquistadores españoles ingresaron por su parte occidental
(Actualmente Quetzaltenago), provenientes desde la Nueva España. Todos ellos
liderados por el Capitán y lugarteniente Don Pedro de Alvarado. Enfrentándose
primero con los k'iches y aliándose después con los cakchiqueles, logró fundar su
primera Villa el 25 de julio de 1524 en las cercanías de Iximché, capital de los
cakchiqueles, dándole por nombre Ciudad de Santiago en honor al conocido
Apóstol Mayor.

El 22 de noviembre de 1527, se trasladó la ciudad y ésta fue destruida en la


madrugada del 11 de septiembre de 1541 por un alud de lodo y piedras que
provino de la cima del Volcán de Agua (Volcán Hunahpú, como lo conocían los
indígenas) sepultando a la entonces capital de la región; enterrando a la ciudad
con la mayoría de sus habitantes, donde también pereció la primera Gobernadora
que ha tenido América: Doña Beatriz de la Cueva, viuda de Don Pedro de
Alvarado. Esto obligó a que de nuevo fuera trasladada 6 kilómetros más abajo, al
Valle de Panchoy, en lo que actualmente es hoy la Ciudad de Antigua Guatemala.
El 10 de marzo de 1543 el Ayuntamiento celebró allí su primera sesión. La ciudad,
ya en su tercer asiento oficial, conservó el mismo escudo de armas otorgado en
Medina de Campo por Real Cédula el 28 de julio de 1532. También el 10 de marzo
de 1566 el Rey Felipe II la condecoró con la merced del título de “Muy Noble y
Muy Leal Ciudad”. Fue la tercera ciudad en importancia en América después de
México y Lima, de donde irradió la cultura y gozó de bien merecido prestigio. Así
se inició al Período Colonial de Guatemala.

Durante este período colonial, que duró casi 300 años, Guatemala fue una
capitanía general (Capitanía General de Guatemala) que a su vez dependía del
Virreinato de la Nueva España (hoy México). Se extendía desde la región del
Soconusco —ahora en el sur de México (estado de Chiapas)— hasta Costa Rica.
Esta región no fue tan rica en minerales y metales como México y Perú. Sin
embargo, se destaco principalmente en la producción agrícola. Sus principales
recursos fueron la caña de azúcar, el cacao, las maderas preciosas y tinta de añil
para teñir textiles. Los estudios universitarios aparecen en Guatemala desde
mediados del Siglo XVI, cuando el primer Obispo del reino de Guatemala,
Licenciado Don Francisco Marroquín, funda el Colegio Universitario de Santo
Tomás, en el año de 1562, siendo ésta una de las primeras universidades del
nuevo mundo.

El recién llegado Presidente Don Martín de Mayorga solicitó al Monarca de


España el 21 de julio de 1775 la traslación de Antigua Guatemala siempre
vulnerable a erupciones volcánicas, inundaciones, y terremotos. Antigua había
sido destruida por dos terremotos en 1773, pero los remanentes de su arquitectura
española colonial fueron conservados como un monumento nacional. La Ciudad
de Guatemala moderna, fue oficializado el cuarto asentamiento el 2 de enero de
1776 con una primera sesión del ayuntamiento por el gobernador de la Audiencia
Matías de Gálvez y Gallardo sobre las bases del llamado Establecimiento
Provisional de La Ermita. Por real orden dada en Aranjuez el 23 de mayo de 1776
se extinguió el nombre de Santiago y se adoptó el de Nueva Guatemala de la
Asunción que, con el correr del tiempo es conocida en la actualidad como Ciudad
de Guatemala, logrando convertirse con los años en la ciudad más grande y
populosa de todo el istmo.

La conquista de Guatemala
fue un conflicto que forma parte de la colonización española de América en el
territorio de lo que hoy es la república de Guatemala en Centroamérica. Antes de
la conquista, este territorio comprendía varios reinos mesoamericanos, la mayoría
de los cuales pertenecía a la civilización maya. El primer contacto entre los mayas
y los exploradores españoles se dio en el siglo xvi, cuando un barco español que
navegaba de Panamá a Santo Domingo, naufragó en la costa este de la península
de Yucatán en 1511.Jo. 1 En 1517 y 1519 siguieron varias expediciones
españolas que tocaron tierra en diferentes partes de la costa de Yucatán.Jo. La
conquista española del territorio de los mayas fue un conflicto prolongado que
duró casi dos siglosSh. 1 por la tenacidad de la resistencia de los reinos mayas a
su integración en el imperio español.Sh.

La tecnología y las tácticas españolas y nativas eran muy diferentes. Los pueblos
indígenas de Guatemala no solamente carecían de elementos claves de la
tecnología del Viejo Mundo como una rueda funcional, caballos, hierro, acero y
pólvora, sino que también eran muy susceptibles a las enfermedades del Viejo
Mundo contra las cuales no tenían resistencia alguna. Muchos mayas preferían las
incursiones y la emboscada a la guerra a gran escala, y utilizaban lanzas, flechas
y espadas de madera con hojas de obsidiana. Los del altiplano recurrieron a cavar
hoyos con estacas de madera. Los xincas de la llanura costera del sur utilizaban
flechas envenenadas. En respuesta a la caballería española, Los españoles no
veían bien tomar prisioneros; en cambio, los mayas sí y también la apropiación de
botín.

Pedro de Alvarado llegó a Guatemala a principios de 1524 al mando de una fuerza


mixta compuesta de conquistadores españoles y sus aliados nativos, en su
mayoría de Tlaxcala y Cholula. Los nombres geográficos a lo largo de Guatemala
tienen topónimos en náhuatl debido a la influencia de estos aliados mexicanos que
también sirvieron como guías y traductores para los españoles.Sh. 3 Los
kakchiqueles se les unieron. Mientras tanto, cada uno de los demás reinos mayas
del altiplano había sido derrotado por los españoles y sus guerreros aliados, tanto
de México como de los reinos mayas previamente subyugados. El pueblo itza' y
otros pueblos mayas de las tierras bajas en la cuenca del Petén establecieron
contacto con Hernán Cortés por primera vez en 1525, pero el reino itza' era hostil
a la invasión de los españoles y mantuvo su independencia hasta 1697, cuando un
resuelto ataque de los españoles finalmente derrotó el último reino maya
independiente.

Época Independencia
La región siguió floreciendo. Industrias como las del añil, el cacao y la caña de
azúcar, florecieron durante todo el período colonial de Guatemala, creando
grandes riquezas y permitiendo el desarrollo de otras industrias, cuyo auge duró
hasta finales del Siglo XVIII. Queriendo abrir otras opciones comerciales y por
interesarse lo económico y político, la élite criolla guatemalteca declaró su
independencia de la Corona Española el 15 de septiembre de 1821.

La nueva república guatemalteca incluía las regiones del Soconusco, y lo que


ahora son los países de El Salvador, Honduras, Nicaragua, y Costa Rica. Sus 1,5
millones de habitantes estaban concentrados en sus centros urbanos. Los últimos
decenios del siglo XVIII significaron para la corona española un inmenso derroche
de energías —humanas y económicas— destinadas a soportar y llevar a buen
término repetidos proyectos bélicos en los que se vio envuelta. Fruto de celos
expansionistas, como de avances político-económicos, habían colocado a España
en una situación bastante difícil: no era factible sucumbir ante el poderío de las
potencias vecinas, pero hacer frente a tales empresas bélicas le significaba
innumerables sacrificios humanos y económicos. Por otro lado, sus vastas
posesiones de ultramar eran de por sí otra gran empresa en la que debía invertir
semejantes energías y recursos, aunque de diversa manera; así como velar por
ellas como un valioso tesoro sobre el que tenían puestos los ojos propios y
extraños. Aspecto importante que merecía obligados desvelos por parte de la alta
burocracia real española, así como los esfuerzos e inversiones ya señalados, era
el tráfico comercial-marítimo que sostenía la metrópoli y sus colonias.

Por medio de él, podía detectarse el pulso y ritmo de las relaciones entre ambos
continentes. Esa inquietud real sobre el mantenimiento y conservación de una
relación continua en el ámbito comercial puede explicarse por los factores que la
constituían, como lo eran, por un lado la riqueza en metales preciosos y materias
primas que América proporcionaba, así como el mercado de consumo que ella
misma significaba para los géneros y productos peninsulares. Ese intercambio, las
más de las veces desigual para las colonias ultramarinas, suponía un renglón
considerable en la economía real peninsular. De allí su constante vigilancia y
protección, manifiesta en toda una serie de disposiciones reales que —durante
casi tres siglos— guardan una línea clara de pensamiento: la conservación, en
exclusividad, del comercio con las colonias como algo inherente e imaginable sólo
para la corona española, sin llegar a contemplar la injerencia en dicha relación, de
otras naciones. La guerra sostenida con Inglaterra en los últimos años del siglo
XVIII planteó difíciles problemas a esa relación comercial, ya que las fuerzas
inglesas conocían bien los puntos neurálgicos de la economía española y los
atacaron frontalmente.

Independencia de Guatemala
El 15 de septiembre de 1821 es un día memorable para nuestra Nación, cuando
representantes de las provincias centroamericanas declararon a Guatemala
independiente de España y conformaron una Junta Gubernativa Provisional que
firmó el acta de soberanía, que fue el camino para convertir a Guatemala en un
país libre y soberano.
Cuando se cumplen 199 años de la firma del acta, historiadores y políticos
consideran conveniente y necesario pensar en lo trascendental que ha sido para la
vida política y democrática para el país.

Según los historiadores, las acciones que precipitaron los acontecimientos del 15
de septiembre de 1821 en la Capitanía General de Guatemala, en donde se
redacta el Acta de la Independencia de Guatemala y la de Centroamérica,
destacan la invasión de Napoleón Bonaparte a España, que generó la caída de la
monarquía española en 1808.

Así mismo, en 1810, representantes de América y España se reúnen en las Cortes


de Cádiz y para 1812 surge una Constitución democrática, que el Rey Fernando
VII veta al asumir de nuevo el trono.

Otro motivo fue el descontento de los criollos, es decir, los hijos de españoles
nacidos en América, ya que éstos no tenían acceso al poder político que estaba
destinado a los nacidos en España y las ideas de la Ilustración, que consignaban
las ideas de igualdad, fraternidad y libertad comercial, y de pensamiento, por lo
tanto, iban en contra de las monarquías absolutas.

LA CAPITANÍA GENERAL

La república de Centroamérica, antes Reino de Guatemala, era una Capitanía


General Independiente bajo el sistema colonial. En 1820 ejercía el gobierno de sus
provincias en calidad de presidente y capitán general el teniente general Carlos de
Urrutia, cuando se restableció la Constitución española de 1812.

Este restablecimiento dio dos fuertes partidos que tomaron pretexto en las
elecciones populares de aquel año para diputados y municipales. El partido liberal
tendía a la independencia, y sus candidatos eran independientes; el de oposición
era el de los españoles europeos.

Los peligros a que estaba expuesta la tranquilidad pública persuadieron a la


diputación provincial de Guatemala que el general Urrutia por su avanzada edad y
por sus achaques era incapaz de gobernar, y le obligó a delegar los mandos en el
inspector general don Gabino Gaínza, que acababa de llegar de España. Gaínza
entró a ejercer el gobierno en marzo de 1821.

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