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Eveline Sigl
con contribuciones de David Mendoza Salazar
Tomo I
género, poder, política, etnicidad, clase,
religión y biodiversidad
en las danzas del altiplano boliviano
Marzo 2012
La Paz - Bolivia
Título: No se baila así no más
Tomo I
poder, política, género, etnicidad, clase, religión y biodiversidad en las
danzas del altiplano boliviano
Primera edición
Diagramación: Eveline Sigl
Diseño tapa: Eveline Sigl, David Mendoza Salazar, Gustavo Comte
Tapa: Belén Rojas Moreno en el Gran Poder 2011. Foto: David Mendoza Salazar
Contratapa: Los Waphuris Galán (Alen Justiniano, Paris Galán - Carlos Parra, Danna
Galán - David Aruquipa Pérez) en el Carnaval de Oruro 2012. Foto: Eveline Sigl
ISBN: 978-99954-2-313-1
Derechos protegidos bajo Ley 1322 de Derechos de Autor de la República de Bolivia y Convenios
Internacionales. Prohibida la reproducción parcial o completa, sea por cualquier medio, análogo,
digital, químico o mecánico, sin la autorización expresa y escrita de los propietarios del Copyright ©.
IMPRESO EN BOLIVIA
Printed in Bolivia
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - eveline Sigl
Índice
1. Introducción...........................................................................................................1
2. Aspectos generales y preparativos.........................................................................5
2.1. El método: una etnografía..............................................................................5
2.2. ¿Por qué utilizar métodos cualitativos?.........................................................6
2.3. Entrar al campo de investigación y la posición dentro de éste......................7
2.4. La muestra....................................................................................................14
2.5. Los métodos cualitativos empleados............................................................15
2.6. Análisis.........................................................................................................19
2.7. El producto: escribir y devolver...................................................................23
Bibliografía.............................................................................................................803
Entrevistas realizadas..............................................................................................828
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 1
1. Introducción
Este libro es el fruto de varios años de investigación para la disertación de doctorado
en Antropología Cultural y Social de Eveline Sigl y casi 30 años de investigación sobre
y participación en eventos autóctonos y folklóricos del sociólogo David Mendoza
Salazar. Hay capítulos que redactamos individualmente, otros los escribimos de
manera conjunta, pero lo más importante es que estos dos tomos son el resultado de
un constante diálogo e intercambio de ideas, materiales, experiencias y opiniones;
en resumen, son temas que nos apasionan y unen en un interés común, no sólo como
profesionales sino como personas que sienten y viven el ajayu de la fiesta y la danza
del pueblo boliviano que definitivamente nos unió para siempre.
Ahora, surge la pregunta ¿por qué hacer un estudio antropológico de la
danza boliviana? La danza es un fenómeno “transversal” que entrecruza muchos
aspectos de la vida humana, que existe en todas las sociedades y que a través de su
carácter holístico demuestra lo absurdo que es la división cartesiana entre cuerpo
y mente1. Llama la atención que hasta el día de hoy las ciencias sociales no hayan
producido más estudios al respecto, tomando en cuenta que la danza es un acto social
y culturalmente determinado, que reúne componentes físicos, culturales, sociales,
emocionales, económicos, estéticos, políticos y comunicacionales, los cuales a su
vez establecen enlaces múltiples con sus sociedades de procedencia. Además, se
trata de expresiones performativas conectadas a una amplia gama de actividades
que se extienden desde el ritual, juego, entretenimiento popular y las artes escénicas
hasta las acciones cotidianas; desde la encarnación de roles sociales, profesionales,
de género, clase y etnicidad, hasta la curación del ajayu, la sexualidad, el comercio
y la tecnología donde abarcan cuestiones de “in-corporación” (“embodiment”2),
acción, comportamiento y agencia (“agency”3).
Hablando ya del contexto regional principalmente investigado, el altiplano
boliviano, cabe destacar que lo cultural en los Andes desde hace mucho tiempo ha
sido un campo de lucha social donde se construyen, reafirman, transforman y desafían
identidades (étnicas), jerarquías sociales y jerarquías políticas4. Por lo tanto, la
antropología de la danza en general, y el estudio de las danzas del altiplano boliviano
en especial, puede considerarse como un emprendimiento científico altamente
fructífero que contribuye a una comprensión y a un descubrimiento más profundo de
las sociedades investigadas, lo que también ha sido una meta para el presente trabajo.
Es en ese sentido que nuestro estudio apunta al análisis de las estructuras sociales
y simbólicas que enmarcan las prácticas dancísticas y, por ende, al análisis de la
relación que éstas tienen con los campos de género, etnicidad y poder, ofreciendo
así explicaciones del significado y valor que tienen los bailes en sus respectivos
contextos. En cuanto a esos temas, enfocamos la construcción, consolidación,
transgresión y subversión de roles de género (también en el marco de la sexualidad
y sensualidad), y cómo éstos están interconectados con conceptos de etnicidad, clase
2 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Referencias bibliográficas
1 Blacking 1978
2 Csordas 1990, Jackson 1983
3 Schechner 2002: 2, 25
4 Meier 2008, Wilson 2000: 239, Mendoza 2000
5 “emblems of distinctiveness”, Eriksen 2002 [1993]: 106
6 Rothschild 1981
7 Geertz 2001[1973]: 26
4 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
“Es bonito bailar de la maldad. Es sexy.” Erotismo y roles de género (véase parte I)
en la Entrada Universitaria de La Paz 2010. Foto: David Mendoza Salazar
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 5
II Un punto de vista desde “adentro”, es decir reproduciendo la visión de los entrevistados. Véase
Titscher 1998: 111, Emerson 2001: 36
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 7
las danzas allí ejecutadas nunca habían sido objeto de un estudio que abarcara la
temática, me parecía muy necesario explorar el fenómeno de manera profunda y
abierta para captarlo en su totalidad. Esa manera de proceder permitió incorporar
aspectos que recién surgieron en el transcurso del estudio, los cuales no hubieran
podido ser tratados en otro enfocado en hacer conmensurables factores previamente
delimitados y estandarizados. Además, el objetivo definitivamente fue obtener un
“conocimiento íntimo” del fenómeno, algo que ningún estudio cuantitativo puede
proporcionar.
Cabe mencionar el problema de la fiabilidad de los datos obtenidos con la
metodología cualitativa. La fiabilidad se refiere al grado de consistencia10, lo que
se traduce a la reproducibilidad de los datos por otro investigador o por el mismo
investigador en diferentes oportunidades. Como bien señala Silverman (2006: 46,
286 sig.), en muchos estudios cualitativos es difícil comprobar esa fiabilidad ya que
el material obtenido suele presentarse de manera muy resumida. Es justamente por
eso que nuestro texto incluye un cúmulo de testimonios, con lo que apuntamos a
dar una mayor transparencia y comparabilidad a nuestro estudio. En muchos casos,
a pesar de las diferencias contextuales, existe un alto grado de coincidencia en el
tratamiento de las mismas temáticas entre los testimonios recogidos, lo que indicaría
su fiabilidad. Otra problemática importante abarca el tema de la validez, es decir, si
el estudio es “correcto” en el sentido de que realmente demuestra “la verdad” sobre el
caso estudiado11. Ésta generalmente es cuestionada cuando la investigadoraIII no toma
en cuenta puntos de vista contradictorios o cuando se sobreestima la interpretación
de la científica frente a la explicación de los propios actores. Siguiendo a Silverman
(2006), pienso que mientras “la verdad” es algo muy difícil de definir y acertar, el
rigor de un trabajo sí lo es.
V “Gringo/a” es una denominación cariñosa y/o hasta despectiva que se suele dar a extranjeros
europeos y norteamericanos, ver también http://en.wikipedia.org/wiki/Gringo. “Q’ara” es un
término despectivo aymara que denomina sobre todo a los bolivianos blancoides (y no tanto a
los extranjeros) asociados con las élites que demuestran una actitud opresora y discriminadora
hacia los indígenas y cholos (descendientes de indígenas urbanizados).
VI Mi pelo color castaño en Europa no sería considerado “rubio”. “Choko” es el término aymara
neutral para denominar a personas de tez clara.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 9
2.4. La muestra
Coincido con Quinn Patton (2001: 119) en que la “validez, importancia y el
conocimiento generado a través de la indagación cualitativa más tienen que ver con
la abundancia de información de los casos selectos y con la capacidad analítica de
la investigadora que con el tamaño de la muestra”27. Aparte, la meta de mis sub-
muestras, cubriendo distintas áreas del tema propuesto era que alcancen redundancia,
es decir, de seguir entrevistando hasta ya no obtener información nueva. Gracias
a la “triangulación” metodológica28 también fue posible comprobar los resultados
obtenidos en entrevistas de mucha profundidad con pequeños “rastreos” haciendo
preguntas abiertas pero muy claramente direccionadas durante las fiestas y entradas.
De esa manera en algunas áreas, como por ejemplo en el rubro del descontento con
la representación ajena acerca de “lo afro”, alcancé la saturación exigida a través de
tan solo tres entrevistas a profundidad, confirmándola con diez entrevistas cortas y
puntuales durante una entrada folklórica. Otros temas, como por ejemplo los diferentes
imaginarios de género en danzas como Cueca, Caporales y Morenada, empezaron
a repetirse tras unas 50 entrevistas breves, siendo confirmadas periódicamente en
el transcurso de entrevistas a profundidad abarcando temas más generales. En otro
caso, hablando de la creación de los Waphuris Galán, una entrevista muy profunda
meses después fue confirmada por otra, igualmente profunda y aún más detallada.
Justamente ahí entra el tema de las poblaciones a veces muy pequeñas en cuanto a la
danza boliviana: París Galán fue la principal iniciadora de los Waphuris Galán y en
total solamente hubo cuatro personas que bailaron como creadores de este personaje.
Hablé con dos de ellos, con París y Danna y también entrevisté a Sasete, en algún
momento muy afin a la familia Galán. Ahí ya surge el segundo tema clave de la
muestra: su representatividad.
Como bien señala Quinn Patton (2001: 106 sig., 118 sig.), un estudio
cualitativo no apunta a la representatividad estadística tomando en cuenta niveles
de confianza y márgenes de error para definir el carácter y tamaño de la muestra,
sino trata de generar información profunda y enriquecedora, lo que Henslin
(2001: 7) denomina “información significativa”. Por lo tanto, en la investigación
cualitativa no prevalece la muestra arbitraria (“random sampling”), sino la muestra
deliberadamente escogida (“purposeful sampling”). Mi estudio combina ambas: las
entrevistas cortas y medianas realizadas durante las fiestas y entradas folklóricas y
autóctonas forman una muestra arbitraria de los miles de bailarines (aprox. 50.000 en
el Carnaval de Oruro, 30.000 en la fiesta del Gran Poder, para mencionar solamente
los eventos más grandes), que participan en este tipo de eventos. Al mismo tiempo
llevé a cabo muchas entrevistas a profundidad con personas deliberadamente
escogidas. Ahí tuvo mucha importancia lo que Quinn Patton (2001: 111, 117) llama
el muestreo de cadena o de bola de nieve, el hecho de ser derivada de un entrevistado
a otro, siguiendo sus indicaciones acerca de posibles interlocutores, casos y eventos
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 15
son inducidas por ella. Coincido con Silverman (2006: 201 sig.) en que ese tipo de
conversaciones son una muy buena fuente de información ya que no son provocadas
y por ende, influenciadas por la investigadora. En el caso concreto, se dieron
numerosas oportunidades de escuchar y grabar ese tipo de conversaciones, sobre
todo durante conferencias, presentaciones y actos (políticos) públicos vinculados
con el tema de la danza. Ese tipo de datos a veces parece “desordenado” y que
la colección de ese tipo de materiales consume mucho tiempo, pero considero que
ayuda mucho a mejorar la comprensión general del campo de estudio y que debería
incluirse en un estudio todas las veces que sea posible.
2.6. Análisis
Las entrevistas transcritas, las notas de campo y los protocolos de observación
elaborados durante la estadía fueron analizados según los principios de la Grounded
Theory (Teoría Fundamentada). Siguiendo esa corriente teórica, y para aportar con
20 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Empecé a codificar muy detenidamente todos los datos que parecían relacionarse
con el tema (lo que Emerson et al. llaman “codificación enfocada”, “focused
coding”, 2001: 259) y dirigir las entrevistas subsiguientes hacia ese tema con lo que
pude densificar y refinar mis hipótesis al respecto, procedimiento que repetí también
para otros temas. Coincido con Miles y Huberman (1994) en que “codificar es
análisis”, ya que el simple hecho de identificar fenómenos automáticamente conlleva
una estructuración e interpretación de los datos acumulados, contestando algunas
preguntas y abriendo otras. Aquí cabe destacar que los “descubrimientos”, es decir,
la creación de categorías, es el resultado de la interacción entre la investigadora y
los datos y que todo ese proceso es influenciado por la investigadora en múltiples
formas, primero, definiendo las perspectivas y el proceso de la investigación y
luego haciendo determinadas preguntas a los datos. También para Emerson y otros
(2001: 246 sig.), la codificación es un proceso de dialogar con el material que refleja
los pensamientos y la reflexión de la investigadora, una interpretación y ningún
retrato “puro” de los hechos observados. Como dice Spradley (1979: 22): cualquier
descripción etnográfica es una traducción. Todo ese proceso de recolectar datos,
analizarlos, categorizarlos y moldearlos en propuestas teóricas es impregnado con el
análisis (y, por ende la influencia) de la investigadora, oscilando entre inducción y
deducción, leer, codificar y escribir, siempre yendo y viniendo entre los temas que se
van cristalizando en el transcurso del trabajo.
Como bien señalan Hammersley/Atkinson (2007: 159 sig.), realizar el estudio
de campo y analizar paralelamente todos los datos obtenidos en la práctica puede
resultar difícil. En mi caso, vivir en una ciudad y solo pasar los días de fiesta en el
campo definitivamente ayudó mucho a poder realizar los procesos iterativos que
acabo de describir. No obstante, aún así no logré mantener ese paso con todo el
material acumulado. Por lo tanto, luego de 10 meses de análisis y redacción llevados
a cabo en Austria, decidí realizar otras rondas de investigación profundizando en
la codificación axial y la creación y comprobación de hipótesis según la Grounded
Theory, cuando nuevamente entré a mi campo de estudio, emprendiendo otra estadía
en Bolivia. La codificación axial comprende el estudio de un fenómeno de acuerdo
a los siguientes aspectos: condiciones casuales, contexto, condiciones intervinientes,
estrategias de acción e interacción y consecuencias. Otro método que ayuda a
explorar el significado de una categoría y las relaciones que mantiene con otras es
el “método de comparación constante” en el cual cada ítem categorizado de cierta
manera es comparado con los demás ítems de la misma categoría, así identificando
nuevas categorías y sub-categorías43.
En cuanto a la interpretación bajo conceptos teóricos internacionales, coincido
con Hammersley/Atkinson (2007: 166) quienes afirman que uno debería utilizar
cualquier recurso para interpretar los datos. Los mismos autores estipulan que en
el marco de una etnografía generalmente resulta difícil establecer modelos teóricos
suficientemente elaborados como para hacer “pruebas rigorosas”. En el caso de mi
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 23
El libro fue acompañado por un DVD con filmaciones propias y ajenas. Ya publiqué
una parte de esas grabaciones (las que fueron elaboradas con mi material) en mi
canal de YouTube, www.youtube.com/evelinesigl. Durante los meses subsiguientes
mostré varias de mis nuevas grabaciones editadas, que fueron difundidas por
canales de televisión. Una selección de esas también está publicada en YouTube. En
cualquier pueblo al que iba trataba de anotar teléfonos e emails de organizadores y
participantes para poder entregarles fotos impresas y DVDs con fotos y videos en
cuanto los tuviera editados. Ese procedimiento consumió mucho tiempo, ya que pasé
muchas horas capturando y editando videos. Sin embargo, hubo muy buena acogida
entre los protagonistas de las respectivas fiestas, y sobre todo en la provincia Aroma
ya pude percibir una mayor confianza en cuanto a “también darles su parte” a los
propios actores. El libro que tiene usted en mano forma parte de este proceso.
25 Para los efectos de género, etnicidad y clase de la investigadora, véase también Hammersley/
Atkinson 2007: 73, 75
26 “Although a close rapport with the respondents opens the doors to more informed research, it
may create problems as the researcher may become a spokesperson for the group studied, losing
his or her distance and objectivity, or may “go native” and become a member of the group and
forgo his or her academic role.” (Fontana/Frey 2003: 655)
27 “The validity, meaningfulness, and insights generated from qualitative inquiry have more to do
with the information-richness of the cases selected and the observational/analytical capabilities
of the researcher than with sample size.”
28 véase Denzin 1970
29 “key informants”, véase Luborsky & Rubinstein 2001: 133
30 véase Hammersley/Atkinson 2007: 108 sig.
31 véase Mayring 1990: 46, Schlehe 2003: 78
32 “active listening”, véase Silverman 2006: 110, Kvale 1999: 132
33 Para la problemática de expresión, véase también Orgad 2005: 62 sig
34 véase Fontana y Frey 2003: 660
35 véase Harper 2003, 2002, 2000 Moser 2005, Hopf 2007: 353, Mayring 2002: 67
36 véase también Silverman 2006: 319 sig., Kvale 1999: 119
37 Strauss y Corbin (1996[1990]: 100 sig., Charmaz 2001: 225
38 véase también Titscher 1998: 94
39 “Even if we learn to perform dances to the satisfaction of members of an alien society, we cannot
be sure that we understand them in the same way, because our bodies have been brought up in
different environments, with different gestures and postures, so that we will even feel the same
movements differently, and probably use slightly different muscles to achieve what appear to be
the same results.” (Blacking 1982: 96)
40 i.e. Schechner 2002, Butler 1991, 2004, Schieffelin 1985, véase los capítulos que siguen
41 véase Emerson et al. 2001: 264
42 véase Strauss y Corbin 1996 [1990]: 14, Titscher 1998: 94, Charmaz 2001: 234
43 véase Hammersley/Atkinson 2007: 165 según Glaser/Strauss 1967
44 véase Ryan/Bernard 2003: 783
45 véase Clifford 1983: 133
46 véase Geertz 2001[1973]: 28
47 “utopia of plural authorship that accords to collaborators, not merely of writers” (Clifford 1983:
140), véase también Kvale 1999: 183
48 “One increasingly common way to manifest the collaborative production of ethnographic
knowledge is to quote regularly and at length from informants. [...] such a tactic only begins to
break up monophonic authority. Quotations are always staged by the quoter, and tend to serve
merely as examples, or confirming testimonies. [...] Informants are specific individuals with real
proper names to be cited, in altered form when tact requires. [...] The authoritative stance of
„giving voice“ to the other is not fully transcended. Second, the very idea of plural authorship
challenges a deep Western identification of any text‘s order with the intention of a single author.
[...] Anthropologists will increasingly have to share their texts, and sometimes their title pages,
with those indigenous collaborators for whom the term “informants” is no longer adequate, if it
ever was.” (Clifford 1983: 139 sig.)
49 véase también Clifford 1986: 15, 17
50 “indigenous readers will decode differently the textualized interpretations and lore. Polyphonic
works are particularly open to readings not specifically intended” (Clifford 1983: 141)
51 véase Fontana/Frey 2003: 663, Ellingson 2001: 54, Gergen/Gergen 2002: 12
52 véase Angostino/Mays de Pérez 2003: 674 sig., Clarke 2001: 24
53 Para la influencia del público en cuanto al estilo de redacción y a la presentación de los resultados,
véase Hammersley/Atkinson 2007: 201 sig., Spradley 1979: 205, 211 sig.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS 27
rural andino se encuentran también en las danzas del cholaje urbano, donde en parte
adquieren otro sentido y donde, debido a la influencia occidental globalizada, se
empieza a notar una transformación de los roles de género representados, temática
que discuto en el subcapítulo siguiente. En cuanto al coqueteo y la sensualidad
occidentalizada expresada en las danzas bolivianas, analizo la Cueca y los personajes
caracterizados por polleras híper-cortas, es decir, la Caporala, la China y las figuras
femeninas de la Diablada.
Al discutir cuestiones de identidad y etnicidad en las danzas del altiplano
boliviano nuevamente distingo diferentes ámbitos: la (auto)representación de
la población afro-boliviana y aymara (incluyendo la percepción que tienen los
retratados acerca de las representaciones ajenas) y las imaginaciones dancísticas de
unos extraños “Otros” en el contexto de las danzas autóctonas aymaras, entradas
folklóricas citadinas y ballets folklóricos. Mientras que para el área indígena rural
y folklórica presento danzas específicas que ejemplifican esta dinámica (Chunchus,
Chiriwanus, Tinku, Pujllay y Tobas) trato el tema de los ballets folklóricos de manera
más general, enfocando los problemas principales con los cuales éstos se enfrentan
al poner en escena otredades “demasiado” ajenas.
Cabe aclarar que algunos aspectos de la temática propuesta son analizados
reiteradamente en diferentes capítulos, hecho que se debe al afán de no entremezclar
danzas muy diferentes y posibilitar así una comprensión más profunda, no sólo de
los fenómenos discutidos, sino también de las danzas específicas.
2.1. Indígenas
En contraposición a la palabra “indio”, categoría peyorativa frecuentemente
empleada por personas que quieren distanciarse de la población rural, el término
de “indígena”, gracias a la actual coyuntura política (el presidente Evo Morales
intenta posicionarse internacionalmente como una especie de “salvador” indígena
I Quienes comparten un determinado habitus forman una clase social: “las clases en teoría son
[...] grupos de sujetos, quienes, debido al hecho de ocupar posiciones similares en el espacio
social (es decir, en la distribución de poderes), están sujetos a condiciones existenciales y
factores condicionales similares, y, como resultado de ello, están dotados de disposiciones
similares que los hacen propensos a desarrollar prácticas similares” (“theoretical classes ... sets
of agents who, by virtue of the fact that they occupy similar positions in social space (that is, the
distribution of powers), are subject to similar conditions of existence and conditioning factors
and, as a result, are endowed with similar dispositions which prompt them to develop similar
practices”) (Bourdieu 1987: 6 en Mendoza 2000: 16).
32 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
que reivindica “valores ancestrales”) tiene una connotación mucho más politizada y,
en muchos casos, indigenista12. En el imaginario común tanto la palabra “indígena”
como la de “indio” señala a una persona de tez oscura, origen rural, que viste
ropa tradicional tejida a mano (i.e. ponchos, aqsusII y aguayos), habla un idioma
indígena y está fuertemente arraigada en las tradiciones “prehispánicas ancestrales”
- por más que éstas no sean tan ancestrales, es decir, “tradiciones inventadas”13,
o que sean producto de la criollización (Hannerz 1996) o hibridez (Bhabha 2000)
cultural. Las características enumeradas definitivamente constituyen una identidad
étnica que suele asociarse con las clases más bajas y los empleos más precarios de
la sociedad, afirmando así el frecuente nexo entre ocupación y etnicidad constatado
por Rothschild (1981: 92).
2.2. Chol@s
El “cholo” y su pareja, la “chola”, constituyen la “clase popular”, el “cholaje”, un
estrato social urbanizado que no niega su ascendencia rural, sigue manteniendo
lazos familiares y comerciales con las zonas rurales, sigue practicando algunas
costumbres rurales14 y se rige por una compleja mezcla entre catolicismo andino
y cosmovisión aymara. Sobre todo en las mujeres el uso de cierta indumentaria
(polleras, es decir, faldas muy voluminosas con muchos volados y cuatro a seis
enaguas, mantas con flecadura larga, dos trenzas adornadas con tullmasIII y pequeños
sombreros borsalinos al estilo del bombín, aquel tocado cefálico masculino europeo
de principios del siglo XX) es considerada como un demarcador de etnicidad, lo que
Nash llamaría un indicador superficial de ésta15. Es común hablar de la mujer “de
pollera” que sí o sí es considerada como chola, a diferencia de la mujer “de vestido”
(también llamada “señorita” o “señora”) que se viste de manera occidental y que
puede ser mestiza (que nunca utiliza pollera), transformer (que se pone la pollera para
eventos de gala y fiestas) o incluso chola que por razones económicas, comodidad,
restricción laboral o por discriminación y racismo cultural16 decide utilizar esa
prenda solamente en ciertos contextos, i.e. fuera de sus clases en la universidad y en
trabajos como de enfermera. Otros factores que pueden determinar la pertenencia
al cholaje son el uso de cierto lenguaje y la pertenencia a un determinado gremio
(por ejemplo ser comerciante o transportista), otro ejemplo para el nexo muy fuerte
entre etnicidad, estatus, poder y patrimonio económico17. Sin embargo, también
existe gente con mucha formación profesional (médicos, sociólogos, contadores o
abogados), políticos y funcionarios públicos que pertenecen al cholaje, un estrato
2.3. Mestizo-criollos
Según el imaginario popular, el “mestizo”, “criollo”, “blanco” o “blancoide” sería
aquel descendiente de los conquistadores e inmigrantes europeos de tez clara y
estatura alta cuyos valores suelen regirse por las tendencias euro-americanas,
frecuentemente despreciando todo lo “autóctono”, “folklórico” y “popular”.
Estas clasificaciones no sólo se basan en auto-atribuciones, sino también en
estereotipos ajenos que se refuerzan, definen y redefinen en un constante proceso
de dinámica social. Coincido con Meier y Mendoza en que se trata de conceptos
altamente relacionales cuya aplicación puede variar considerablemente según la
situación y el lugar, especialmente hablando del contexto rural y urbano18. Ahí, frente
al concepto de etnicidad que enfoca más en las diferencias de lengua, ocupación y
vestimenta, ya no juegan un papel preponderante los biologismos y las distinciones
de “raza” basadas en diferencias somáticas19. Hablando del contexto colonial
peruano, Norma Fuller afirma: “Con el intenso mestizaje entre todos los segmentos
de la población del Perú colonial, la raza biológica, estrictamente definida, pronto
perdió importancia en la evaluación del estatus. Los términos blanco, mestizo, indio
y los otros diversos términos desarrollados para señalar las variadas mezclas se
convirtieron en etiquetas socioculturales antes que biológicas”20.
En lo que sigue daré ejemplos concretos de cómo esas “etiquetas
socioculturales” se exteriorizan, se afirman, se re- y de-construyen en el contexto de
las danzas y entradas del altiplano boliviano.
las danzas analizadas más bien son ejemplos de cuan inextricablemente ligadas y
entramadas son estas categorías y de cómo éstas se reflejan, desafían, transforman
y construyen mediante la danza22. Hablando del contexto estudiado esto significa
que “ser indígena” no sólo denota la pertenencia a cierta clase y etnia sino también
bailar “para que haya buena producción” y demostrar una sexualidad agresiva y
“pícara”23 que relaciona la fecundación humana con la fertilidad agrícola (cap. 5.1).
Al mismo tiempo “ser chol@” es asociado con tener poca educación formal, pero
mucho poder económico y un creciente estatus social que se manifiesta en ostentosas
presentaciones de danza. Ese “glamour cholo” implica una estética de abundancia
y multiplicación derivada de la cosmovisión andina que relaciona la clase social
con temas de sexualidad y género (cap. 5.2.1). Por último, el exhibicionismo de la
“chota” o “birlocha”, la mujer joven de élite, alta y de tez blancoide, quien o “luce su
cuerpo” en un traje cortísimo pero lujoso o demuestra la “fuerza sensual” bailando en
el rol de hombre, exterioriza ese entramado en el caso “mestizo” (cap. 5.3.3, 3.4.3).
Empezaré mi análisis con dos de las danzas folklóricas más emblemáticas, la
Morenada y los Caporales, que demuestran de manera ejemplar la interrelación entre
las categorías mencionadas, en especial la relación que tienen estas distinciones
múltiples con el campo del poder. Así, primero hablaré de los dos tipos de cholas
que intervienen en la Morenada, símbolos de poder por excelencia en sus respectivos
ámbitos.
cosas, todo es mestizo. [...] Tiene que ver un poco con el rescate de la identidad,
porque mal que bien, por ejemplo, antes han hecho sentir muy mal a las señoras
de pollera, a los hijos peor, entonces como que ahora la chola vuelve a resurgir
como cuando fue la época de la república, en la época de la república fue muy
influyente en la política, y las cholas eran diferentes [...] en cuanto a la clase
social, más elevada, entonces eran influyentes, después ya la chola rural ha
empezado a emigrar aquí a la ciudad, entonces ha hecho que se vea un poco
mal, ¿no?, pero los que hemos nacido de esa corriente del cholaje tenemos pues
el recuerdo de haber compartido, yo tenía una tía abuela en Oruro, que era una
súper señora, tenía un topo así de 30 centímetros, con puro brillantes, diamantes,
esmeraldas, cosas esas antiguas. (Mateo Almendro Cevallos, 24.05.10)
No sólo recalca la diferencia de “categoría” entre la chola de antes y la de ahora sino
también insinúa cierta necesidad de “reconciliarse” con el pasado que surge frente al
fuerte ascenso social y sobre todo a la influencia política de la chola de hoy en día y
que también tiene mucho que ver con el actual clima político pro-indígena y contra-
extranjero. Para “sobrevivir” mejor en ese ambiente, por un lado parece conveniente
“también” tener antepasados del “cholaje” y al mismo tiempo reconforta saber
que ese era “otra clase” de cholaje, algo que aún consolida la superioridad de los
empobrecidos descendientes de aquellas cholasVII quienes en muchos casos ya no
pueden competir con el poder económico del cholaje actual, hecho especialmente
visible en las entradas folklóricas. Cuando bailan Morenada las señoras “de vestido”
frecuentemente utilizan alguna excusa como querer “bailar en un bloque pequeño”,
querer “representar algo tradicional” o aún ser “demasiado joven” para bailar de
cholita, para no tener que mezclarse con el cholaje tan ajeno a su estrato social y
seguramente también para no tener que competir con las joyas ostentosísimas que las
cholas del presente suelen ponerse en esos acontecimientos.
Hay bloques donde eres muy mayor para ser figura o eres muy…, muy jovencita
para ser chola, ¿no?, entonces el intermedio es la Chola Antigua, la que no puede
bailar ni de Chola paceña, ni de figura, entonces baila de Chola Antigua. (Miriam
Quiroga, 29.11.09)
Cuando al bailar entran a un espacio social dominado por el cholaje actual, esas
señoras tratan de tapar su inferioridad económica con la supuesta “exclusividad” y
“elegancia” de su personaje, figura que representa una feminidad inextricablemente
ligada a las distinciones étnicas y de clase:
La Chola Antigua es una chola más elegante. (Claudia Luna Carpio, 10.01.10)
Es la representación de la chola paceña en sí, el traje de la chola antigua que se
lo baila, que se lo luce en La Paz, Oruro, Cochabamba, es paceña, entonces por
VII El cholaje “de élite” entró en decadencia a partir de los años 1930, proceso que se inició con la
Guerra del Chaco y que concluyó con la Revolución Agraria del 1952 durante la cual muchos
hacendados (que en parte también formaban parte del antiguo cholaje) fueron expropiados
(comunicación personal David Mendoza Salazar, 10.05.11)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 39
VIII La palabra preste denomina tanto al organizador de una fiesta en honor a un santo patrón o a
una Virgen como la fiesta misma. Por eso también es común hablar de “pasar” preste, es decir,
encargarse de ese tipo de fiesta. El pasante en conjunto con otros organiza una fiesta más grande
que incluye una entrada (procesión de bailarines) por lo que hay que financiar invitaciones,
recepciones, ensayos y fiestas con comida, bebida y el acompañamiento musical de bandas y
orquestas. Entonces, ser preste o pasante significa asumir un cargo social y ritual festivo.
40 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
ellas no, ¿no?, “voy a pagar, cuatro cajas de cerveza, pac, aquí está”, muestran
su poder, toda su posibilidad, trabajando mucho, pero disfrutan de lo que hacen.
(Yolanda Mazuelos, 02.07.10)
Al igual que la chola antigua, la chola paceña actual es un personaje en el cual se
hace muy notoria la compleja interrelación entre género, clase, etnicidad y poder
que abarca también la corporalidad y los ideales de belleza: una cholita demasiado
delgada es considerada “escurrida”; tiene que tener buenos t’usus (pantorillas, ver
también Mendoza Salazar 2004, cap. 4) y caderas anchas, es decir, una fisonomía
que dentro de los conceptos identificados como “erotismo andino” (ver cap. 5.1)
permite deducir que se trata de una mujer con alta capacidad reproductora. Aquí
también cabe el “qallallkiri (caminar provocante)” mencionado por Peñaranda
Vásquez (2009: 66) refiriéndose al sensual ondear de las polleras de las cholitas. No
pude encontrar más referencias al respecto; Layme Pairumani solamente menciona
la palabra “qhalla” para describir una “pollera o falda de gran vuelo o amplia” (2004:
152), pero mirando el movimiento de las polleras causado por el rítmico balanceo
de cadera de sus portadoras uno definitivamente encuentra un elemento sensual. Con
todo eso, la cholita es una mujer cuya feminidad se opone al modelo euro-americano
dominante y quien no necesita demostrar desnudez para sentirse atractiva, libre y
poderosa. En vez de destaparlo utiliza su cuerpo como un espacio para proyectar su
capital económico mediante la ropa y las joyas que luce.
La pollera significa cierto poderío, por la indumentaria de las joyas, el topo y
demás que son de oro, y demuestran que tienen [...] dinero para gastar. (Claudia
Picirelli, 13.02.10)
Los entrevistados confirman la observación de Gunnar Mendoza quien identifica el
atuendo más o menos lujoso como indicador de la posición dentro de los diferentes
estratos del actual “sector popular” (1992: 25).
La chola, también hay una clase alta, media y la clase alta usa oro en joyas y no
se va a poner fantasía por ninguna razón. (Walter Chipana, 23.03.10)
Aparte de las joyas (ramilletes para el sombrero, topos [prendedores] de tamaños
cada vez más grandes, pulseras, anillos, gargantillas y cadenillas en los tobillos)
y del decorado de dientes con incrustaciones y marcos de oro hay otro “ícono de
poder” que revela información acerca del estatus social de su portadora: el sombrero
fino38.
Cuando las cholas vestimos, vestimos con el sombrero de borsalino. El sombrero
original de borsalino ya no hay actualmente. Hace 25 años se ha dejado de hacer
sombreros. Entonces el sombrero de borsalino vale más de 4.000 bs. El original.
Ahora hay los chinos y demás. [...] Entonces, el que sabe vestirse ya conoce cuál
es el borsalino original y cual es el que no es. (Melvy Chuquimia, 29.05.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 41
Antes era como mal visto bailar. [...] Porque supuestamente bailaba solamente la
gente... chola. [...] No bailaban gente digamos profesionales, [...] los que estaban
en colegios particulares, así o que se creen descendientes de los españoles, o
cosas así, entonces esa gente no le agradaba mucho entrar a eso, decían, eso es
para la plebe. (Marcelo Camacho, 03.02.10)
Ahora la Morenada ya es tan popular que incluso gente “profesional” de clase
media-alta quiere participar en esta danza, en el caso de las mujeres bailando de
Chola Antigua o de su homólogo juvenil, la China Morena, o, simplemente China
(en Oruro: Figura).
Por más que el atuendo mismo de la China no sea tan caro como el de la Cholita,
para muchas familias es una cuestión de estatus que su hija represente este personaje,
especialmente tomando en cuenta las cuotas elevadas con las cuales tienen que
financiar el rol protagónico de la joven:
[Pollera corta] Eso es la elegancia, el garbo que tienen para demostrarse,
demostrar la belleza de acá de Bolivia, de que realmente hay chicas lindas, la
familia también, hay que demostrar el orgullo de la familia. (Silvia Mollinedo,
01.05.10)
Hay una competencia de familia a familia, si en una familia baila una de sus
hijas y su traje le ha costado 200 dólares, hay otra familia, a ellos les ha costado
200, a mi hija le ha costado 400, si ella está bailando ahí, que cuesta la inscripción
tanto, mi hija está en tal parte, y cuesta el doble. (Fernando Gómez, 06.02.10)
Esa competencia convierte la entrada en una arena de lucha simbólica donde las
familias representadas por sus hijas, pugnan por prestigio y poder. En cuanto al
exhibicionismo de estas figuras cabe notar la interpretación de Selene Pinto, PallaIX
del Gran Poder 2009, quien piensa que muchos padres pueden oponerse a un atuendo
“atrevido” de su hija mientras lo utilice en un contexto de diversión juvenil como es
la visita de una discoteca. Pero cuando esa desnudez ocurre en un escenario público
donde simboliza importancia y poderío económico ya no están en contra:
Es por una cosa que te muestra tu posición socio económica, digamos, yo, como
padre me puedo sentir súper aborchonado de que me hija se vaya con un escote al
Forum [discoteca “chic”], pero si ella va a bailar en el Gran Poder mostrándole
todo, wow, que lo haga, porque mi traje me ha costado plata, y no solamente está
representando a mi familia sino al estatus que nosotros tenemos dentro de esta
sociedad, y yo creo que se vuelve secundario que esté mostrándote las nalgas.
(Selene Pinto, 07.10.09)
Así, al igual que en el caso de las cholitas, el cuerpo de la chica se transforma en un
espacio de proyección de poder y riqueza. Claro, el estilo es diferente: mientras que
la cholita se envuelve en un atuendo lujoso y se adorna con joyas caras, la China
se destapa y demuestra su poderío (sensual) más bien a través del rol que adquiere
dentro de la fraternidad (bailando sola o en fila, adelante o cerca de la banda) y del
grado de desnudez que se permite. Pero, tanto como la cholita representa a su familia
y el poder que ésta tiene. Además, como afirma Edgar Vidaurre, vestir de China a
sus hijas también es una forma de mantener los lazos sociales con la fraternidad y de
llevar en alto el recuerdo de folkloristas meritorios.
Dentro de la fraternidad Fanáticos, por ejemplo, uno sabe que las guías son hijas
de fundadores, hijas de meritorios folkloristas, hijas de pasantes. [...] Si su madre
IX de pallaña = escoger (aymara), literalmente: la escogida, una especie de reina de belleza que
representa a una fraternidad folklórica respectivamente a toda la entrada
44 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
ha pasado la fiesta de los Fanáticos, entonces lógicamente que tiene que vestir a
su hija bien para que sea la cara de la fraternidad. (Edgar Vidaurre, 06.01.10)
En la Morenada también los hombres lucen trajes caros y ostentosos pero éstos
generalmente son alquilados y solo representan una faceta del poder masculino en
las entradas folklóricas. Por lo tanto, a continuación voy a detallar otros aspectos
más, empezando con la compleja interrelación entre masculinidades en el folklore,
poder y política.
por Kimmel y Connell (1995: 80 sig.) y por el otro, al ser denominado (y tratado
como) “cholo” o “indio”, puede sufrir la humillación de solamente poseer una
“masculinidad marginada” que trata de contrarrestar la dominancia del “hombre
blanco” y el racismo institucional43. En este sentido, la danza también reflejaría
una “anti-estructura” frente al poder dominante. Ahora ¿cómo se constituyen esas
masculinidades en el caso de los dirigentes folklóricos? y ¿cómo se exteriorizan
fuera del ámbito dancístico?
Como ya mencioné, el hecho de dirigir una fraternidad o asociación folklórica,
de ser preste o pasante es una actividad que otorga mucho prestigio y que ayuda a
aumentar el capital social y simbólico. En el ámbito rural ese capital acumulado
durante su gestión predestina a los ex-prestes y pasantes para los cargos políticos.
En su pueblo lo valoran a esa persona que ha sido preste, dicen el preste ha
pasado y puede ocupar cualquier cargo, puede postularse para alcalde, para
subprefectura, para corregidor, tantos cargos que en allá también hay. (Abdón
Ramos, 05.12.09)
Pero el preste/pasante rural y citadino no sólo consolida su hombría ostentando poderío
económico, liderazgo y capacidad de organizar en un espacio público44, sino también
crea redes personales que facilitan el ascenso social. Además, la costumbre de “pasar”
corresponde muy bien a lo que Gilmore (1990: 30, 32) denomina “masculinidad
circun-mediterránea”, una masculinidad que se define y reafirma a través de su “puesta
en escena” (performance) pública (para el concepto de performance, véase pag. 570).
Aquellas personas que han pasado, les decimos pasantes, forman una especie de
élite, tienen su nombre, por ejemplo los jerarcas, y hay en todas las fraternidades,
los pasantes o los fundadores tienen su propia fiesta, es otra atención, otro
ambiente, [...] para puro pasantes. [...] Es el reconocimiento a que estas personas
han hecho su esfuerzo económico, de tiempo, todo, para organizar en su momento
la fraternidad. [...] El objetivo es de que cada pasante que entra quiere hacerlo
mejor que el anterior. (Eloy Roberto Condori Paco, 04.03.10)
Así, la entrada folklórica se convierte en un campo de lucha por poder donde la
organización de las danzas simboliza y construye relaciones de poder, sirve para
acuñar estrategias políticas y comprueba calidades de liderazgo:
Para pasar preste no es un compromiso formal que hacemos, es un compromiso
con su... la dignidad misma de cada ser, [...] es una situación de moral, es una
situación de dignidad, esa persona por más que no tenga los medios, pero si ha
asumido, y más antes era peor, por el año de los 70, 60, era el compromiso más
fuerte, si una persona se ha comprometido [...] hasta vendía su propia propiedad,
su bien inmueble, se prestaba eso para poder pasar, pasaba esas semanas la
fiesta, aunque se veía después sin su propiedad, pero su orgullo ya había sido
salvado, así era, y hasta ahora sigue ocurriendo eso, por eso ha ido creciendo
esta fiesta así. (Eloy Roberto Condori Paco, 04.03.10)
46 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
X Palabra del argot Chinook para “dar”: festividad ritual de los indígenas norteamericanos (por
ejemplo los Kwakiutl) de la costa del Noroeste que consistía en entregar todas las riquezas
acumuladas (i.e. pieles, frazadas etc.) a los demás comunarios. El que más daba acumulaba más
capital social.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 47
entorno social con el derroche económico, confirmando así que el poder también
depende de la optimización de la correspondiente puesta en escena (performance).
Además, puede instituirse como “macho positivo”48, un hombre que tiene el valor
de pelear por sus derechos y de oponerse a la corriente y que se caracteriza por
responsabilidad, desinterés, ética, honestidad, respeto, confiabilidad y honor. En la
calle puede demostrar independencia y control y la danza, en este caso la Morenada,
se transforma en un símbolo de poder. El testimonio de Eddy Callejas ilustra bastante
bien esa dinámica:
Yo soy fundador de la fraternidad [...] en ese entonces había bastante... poder
económico de parte de los fundadores, porque cuando hemos hecho nuestra
recepción social lo hemos hecho con orquestas prestigiosas que hemos hecho
traer del exterior. [...] Al inicio hemos contratado helicópteros [...] para que nos
lancen las mixturas. [...] Había dinero [...] teníamos joyas, igualmente las mujeres
que evaluaban por lo menos unos 8.000, 9.000 dólares cada cosita, [...] nosotros
nuestros pisa corbatas, todo era de oro. La asociación no ha permitido eso
porque ha habido bastante gula digamos, ha habido bastante opulencia, entonces
ha dicho ¡no los vamos a permitir a los Intocables!, porque son unos tipos muy
creídos, unos tipos que tienen, también por su plata quieren aquí entrar, entonces
nosotros, no nos ha permitido, entonces como no nos dejan, nosotros vamos a
entrar de igual forma, hemos entrado nosotros al final. [...] Hemos contratado
carros grandes, que estaban enfocando a la fraternidad o sea con focos grandes
o sea nosotros nos hemos hecho nuestra propia entrada [...] entonces hemos
hecho nuestra propia diana, teníamos, hemos contratado nuestra propia radio,
teníamos nuestro propio programa, nuestro propio canal hemos presentado [...]
al siguiente año haciendo tanta polémica que sí, que no, todo eso, tampoco nos
dejaron entrar el segundo año. El segundo año ¿Qué hicimos? [...] Como no nos
dejan entrar y hemos entrado al final, entonces ahora entraremos este año al
primero, nos adelantaremos, antes que la comitiva. [...] Como teníamos nuestro
propio canal, nuestro propio programa de radio entonces comunicábamos a la
gente a la población ¡Los Intocables estamos entrando a tal hora! ¡Los Intocables
vamos a entrar con esto, con el otro! Así. (Eddy Diader Callejas Flores, 14.04.10)
El mismo nombre de la fraternidad reproduce el simbolismo de la masculinidad
hegemónica49: al denominarse “Intocables”, los bailarines evocan la imagen de un
súper-hombre (en este caso un héroe que protege la sociedad de los malvados) al cual
ningún integrante del grupo se parece pero con el cual todos quieren identificarse50.
Como somos Intocables nosotros tenemos el logotipo del Dick Tracy de los
Intocables de los Estados Unidos entonces llevamos el sombrero de ala ancha,
llevamos el abrigo, largo los trajes siempre elegantes, las gafas. (Eddy Diader
Callejas Flores, 14.04.10)
Eddy Callejas también menciona dos factores más que constituyen/constituían la
imagen de “Los Intocables”: la elegancia y el hecho de tomar bebidas “de categoría”.
El atuendo y la “elegancia” tratan de situar la fraternidad en un imaginario de poder,
48 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
fenómeno observado también por Zoila Mendoza (2000: 4, 6, 11, 118, 134 sig.) quien
analiza cómo los Majeños de San Jerónimo (Cuzco) crearon una imagen de elegancia
y señorío de manera tan exitosa que en la vida cotidiana empezaban a ser identificados
con esos mismos valores. De la misma forma, siendo el hecho de beber un sinónimo
general de hombría51, el bloque de los Intocables, (el precursor de la fraternidad),
elevó su estatus por el hecho de consumir bebidas alcohólicas “de categoría”:
Me llamaron un grupito de amigos que eran llamados los Intocables, me dijeron
“¿por qué no te vienes acá? porque ahí solamente está la gente de clase media”.
[...] Eran de la misma clase media pero lamentablemente mis amigos por el poder
del dinero que tienen un poquito ellos se dejaron también llevar por el “¡no! ellos
que tomen cerveza, nosotros Whisky”. (Eddy Diader Callejas Flores, 14.04.10)
Mario Fuertes y Walter Chipana aluden a otro aspecto importante: la importancia
que tiene la mujer en la constitución de una masculinidad respetada52, confirmando
que la demostración pública de una familia intacta es otra condición imprescindible
para el reconocimiento del honor y de la dignidad de un hombre53.
En aquel momento como todo joven tiene una aspiración de ser más alegre, más
inquieto, todo aquello ¿no?, eso ha hecho de que obviamente, de que con nuestras
parejas, aquí es fundamental la pareja, junto con ellas hemos empezado acá a
mostrarnos como personas de mucho respeto, así poco a poco la gente ha ido
viendo de que éramos una fraternidad muy respetuosa, humildes, trabajadores
pero muy respetuosa, entonces eso ha hecho de que se han contagiado han ido
uno, otro aumentando y ahora es una fraternidad muy grande. (Mario Fuertes,
14.04.10)
Entonces el año 2002 yo y mi esposa estábamos... yo y mi enamorada estábamos
comprometidos y en ese compromiso recibimos la fiesta de los Carnavales de la
fraternidad. (Walter Chipana, 23.03.10)
El testimonio de Walter Chipana insinúa que en el momento de “recibir” la fiestaXI
ya estaba a punto de casarse, es decir, de “hacerse hombre”XII según la cosmovisión
aymara. Recién el hombre casado es tomado en serio y puede emprender funciones
públicas para su comunidad, siempre y cuando haya cumplido con sus obligaciones
demostrando su integridad moral54.
Entonces, como primera prueba de su capacidad y sacrificio, don Walter
ofreció una innovación al mundo folklórico, el “Desentierro del PepinoXIII”, acto que
desde el año 2003 marca el comienzo del Carnaval Paceño.
Nos costó un ojo de la cara, porque entonces la Morenada tuvo una recepción,
pero así con, como quien diría estruendorosa. También en la Morenada la gente
que pasa tiene mucha plata, nosotros éramos pasantes de los Ch’utas, no de
la Morenada y se suponía que no había mucha plata, pero ¿qué hacemos? No
queríamos quedarnos atrás, entonces para jalar gente contratamos los mismos
grupos que contrató la Morenada, así que fue otra fiesta estruendosa. Logramos
llamar la atención, fundamos el Desentierro del Pepino. [...] Salió todo un
éxito[...] Es un gasto poderoso, fuerte [...] hay que poner, contratar grupos,
locales, bebida, orquesta, es obviamente es un gasto. Muchos no se animan
a hacerlo, ¿porque? porque es un gasto, muy pocas son las fraternidades que
estamos dispuestos a hacerlo. (Walter Chipana, 23.03.10)
Con la correspondiente generación de recursos económicos, la ostentación de lujo
y riqueza y la apropiación de espacios físicos (la calle, el cementerio) y simbólicos
(el comienzo del Carnaval), don Walter enseguida logró un alto nivel de presencia
pública y fama, algo que conllevó al crecimiento de la comparsa y al incremento de
capital simbólico, y, como consecuencia, también de “hombría”, tanto de él como
de los bailarines y de los otros pasantes involucrados. Gracias al capital social y
económico acumulado el año siguiente pudo fundar una fraternidad propia, la
Morenada “Señorial Illimani”.
Al siguiente año yo fundé mi fraternidad en el Gran Poder. [...] Lo fundé con
algunos compadres, entre ellos Eduardo Paucara que también es fundador de eso
del pepino, Octavio Condori, Víctor Hugo Cárdenas. [...] Hicimos un poco de
historia, creamos una fraternidad que hoy es la más numerosa del Gran Poder.
(Walter Chipana, 23.03.10)
Otra vez el nombre de la fraternidad hace alusión a un héroe masculino, pero esta
vez no a uno foráneo como en el caso de los Intocables, sino a un símbolo de la
masculinidad andina, a un cerro imponente, el Illimani, nevado “centinela” de La
Paz. En el mundo andino las montañas son asociadas con los Achachilas, dioses
tutelares fuertemente vinculados con los “abuelos” o antepasados e invocados en las
ofrendas rituales. No solo la denominación sino todo el enfoque de la fraternidad es
altamente cargado de simbolismos: reúne una reverencia a la cosmovisión andina
con el fin de bailar para el “Tata” del Gran Poder, la poderosa imagen divina del
catolicismo, y enfatiza lo “señorial”, es decir, el poder y la majestuosidad que
traspasa las fronteras étnicas y las distinciones de clase, perspectiva que caracteriza
también a otras fraternidades conllevando así a que la entrada del Señor Jesús del
Gran Poder se apropie de espacios físicos y simbólicos anteriormente negados a los
bailarines. En este caso la danza se convierte en un instrumento de concientización y
demostración de fuerza, un medio para defender los intereses del grupo55.
Antes el Gran Poder era una fiesta zonal, sólo era en [la zona denominada] el
Gran Poder. Luego, el Gran Poder se sintió hacia la ciudad, pero... en la ciudad
no pasaban el río. Esta ciudad nos divide el Choqueyapu. Los indios estaban
50 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
del Choqueyapu hacia ese lado y la clase media alta nos dejaban bailar por
el borde hasta la Plaza del Estudiante y nos volvíamos ahí hasta nuestra zona.
Pero pasando el tiempo luego cruzamos el río, llegamos a la Camacho... en la
asunción del presidente nos entramos a la Plaza Murillo, posteriormente, hoy día
tu ves a un Moreno, a un Ch’uta bailando en la zona Sur, en Chasquipampa, en
Irpavi, donde tú quieras está la raíz andina. [...] No hay vuelta que darle, es un
camino sin retroceso. Creo que tenemos y teníamos muchas ganas de abordar a
nuestra Bolivia, propiamente somos gente de la clase indígena digamos, pero
los indígenas ya no somos indígenas, algunos ya somos profesionales, como
en el caso mío somos banqueros, negociantes, creo que inclino por animarme a
decir un cholo tiene más plata que uno que está viviendo en la zona Sur, porque
un edificio en la Eloy Salmón cuesta tranquilamente un millón, dos millones de
dólares que ellos no sé si lo tienen... aparte de los negocios que tenemos. Creo que
estamos aportando económicamente, culturalmente, aportando a este pueblo
para que sigamos adelante y eso es lo que hacemos y creo que una de las puertas
para entrar en la sociedad ha sido el folklore. (Walter Chipana, 23.03.10)
El testimonio de Walter Chipana hace hincapié a otro aspecto muy importante:
la reafirmación de la hombría a través del desafío y de la lucha por los suyos
(característica del “macho positivo”, Mirandé 1997) que conecta el beneficio
personal con el del grupo56. En este caso la pugna tiene una clara connotación de
clase y etnicidad: el que se impone es el “indio” (el étnicamente “Otro”) que ya no es
tan “indígena” (sino profesional) pero que ahora, siendo “cholo” tiene más plata que
uno de la zona Sur (es decir, un blancoide de clase “alta”). Surge la pregunta de si
uno deja de ser indígena por ser profesional y ascender a un estrato social de mucho
poder económico y si puede llegar a ser de la misma “clase alta” que la “gente de la
zona Sur” a la que supera económicamente pero que lo rechaza como “cholo”. Los
conceptos de habitus57 y de la antropología de la danza ofrecen una respuesta: de
inmediato no es posible ya que el cholaje tiene otro esquema de disposiciones que
incluyen una estética y un estilo corporal diferente, lo que se visualiza en el baile.
Sin embargo, el habitus no es algo inmutable y la danza también tiene el potencial
de cambiar y crear nuevas realidades sociales y si no produce un cambio de clase,
como en el caso de los Majeños cusqueños investigados por Zoila Mendoza quienes
se “blanquearon” de tal forma que al menos en el pueblo de San Jerónimo lograron
desprenderse de su identidad chola e instituirse como “mestizos”, al menos es un
instrumento muy efectivo para el ascenso dentro de la misma clase social. Entonces
sí o sí vale la pena “invertir” en el sentido de Bourdieu:
Se utiliza como un puente para ascender rápidamente porque la gente que no
tiene mucha plata para ascender, porque siempre busca un privilegio social,
mejorar su estatus, entra a bailar en el Gran Poder, no le importa lo que invierta
para ganar estatus social, entonces gana su estatus social y luego ya está en
mejor posición, todo mejor por un simple cambio de cosas, yo bailo y tengo mejor
poder. [...] En esas épocas sí era una cosa pero de estatus, de cholos, ¿no?, ¿cuál
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS 51
es el cholo que más plata tiene para hacer su preste?, porque el Gran Poder no es
solamente un día, es todo el año que tienes que hacer diferentes actividades con
tu fraternidad. (Selene Pinto, 07.10.09)
El correspondiente ascenso social contribuye a la mayor estratificación del cholaje,
produciendo nuevas élites:
Se han creado nuevos estratos sociales. [...] Entonces la calificación y la partición
de esos estratos surge en la danza y aparece más claramente en las actividades
del Gran Poder. Porque los que están en mejor situación y que han conseguido un
mejor nivel económico ahí adentro o son los pasantes o son los fundadores o son
los directivos o son los comerciantes o son los artesanos. Son los que financian,
son los padrinos, cosas así. Entonces eso está creando nuevos estratos que llegan
a conseguir un cierto estatus. [...] Buscan esto para llegar a conseguir ese interés
que hay más en lo económico, pero también en lo social porque quieren subir en
la escala social. (Augusto Solíz, 18.03.10)
Pero también cambia toda la composición social de las Morenadas. Debido a que es
una danza fuertemente asociada con el poder ahora también resulta ser atractiva para
las así llamadas clases altas y la población europeizada:
Ha cambiado totalmente, antes el concepto era de que la gente del campo, la
gente que está en los alrededores de El Alto, esos no más bailan, ellos no más son
folkloristas [...] a partir ya del 74, 75, gracias también digamos a la intromisión
[...] la gente poco a poco ha empezado a participar. (Nicolás Hualpara, 05.03.10)
Es un cambio que conllevó a la amplísima difusión de las danzas y a que la población
boliviana participara en todo tipo de eventos folklóricos.
Ahora quién no quiere bailar, o sea, sea de donde sea, sea de la zona que sea, sea
de la clase social que sea, quién no quiere darse el gusto de bailar una Morenada,
un caporal, un Tinku, una Diablada, lo que sea, el asunto es ser partícipe de esa
fiesta. (Nelly Cortéz, 09.07.09)
Gente de la zona Sur que supuestamente es más pudiente no bailaban ni queriendo
antes, pero en cambio ahora se mueren por bailar. (Guillermo Marín, 21.07.09)
Aparentemente se invirtieron los papeles: ahora la clase que se sigue definiendo
como “alta” pero que en muchos casos no puede competir ni en lo más mínimo con
la riqueza de los comerciantes del “sector popular”, trata de invadir un espacio de
poder y si no logra apropiarse de él, por lo menos quiere participar en el protagonismo
que ofrece el escenario público de las entradas folklóricas.
De a poco la fiesta del Gran Poder se fue agrandando, [...] hasta llegar al centro
de la ciudad [...] a la gente de la clase media ya le gustó, y fue abarcando más y
más, ahora hay gente de la zona Sur que es gente con más dinero, que tienen un
estatus en la sociedad un poco más alto, a ellos también ya les gustó y hay mucha
gente de ellos que van a bailar al Gran Poder. (Carlos Jiménez, 01.10.09)
54 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Ahora menos hay discriminación, tanto así hubo. Había bastante discriminación,
porque nadie quería bailar Morenada, era más que, más discriminatorio porque
ucha campesinos, indios bailan, todo. Pero ahora ya no. Ahora es a la inversa.
Todo el mundo quiere bailar en la Morenada, de la Zona Sur, vienen de Estados
Unidos, vienen de países europeos. (René Condori, 08.04.10)
Los bailarines provenientes de clases no “populares” son acogidos con gusto ya
que hacen crecer la membresía de la fraternidad, lo que aumenta el prestigio de la
institución y también ayudan a darle un aura de “categoría” y legitimación frente a
la sociedad en su totalidad. Así, los dirigentes de las fraternidades suelen estar muy
orgullosos de sus integrantes “profesionales”:
Yo creo que la mejor gente baila en los Catedráticos, el 90% es gente profesional,
de ese 90% el 80% de toda la fraternidad son abogados. (Carlos Jiménez, 01.10.09)
En mi fraternidad tenemos profesionales, [...] médicos, licenciados jóvenes, igual
bailan con nosotros. (Leoncio Mamani Viña, 30.09.09)
Hay gente muy estudiosa, inteligente, gente profesional, licenciadas, ya participan
ahora. (Wilfredo Mendiola, 13.07.10)
Los mismos bailarines “profesionales” tampoco se quedan atrás en recalcar su clase
(en ambos sentidos de la palabra, es decir, su nivel y su estrato social):
Mi esposa cuenta que antes era una vergüenza bailar en la Morenada, porque
bailaba gente de muy baja, bueno, inferior a la clase social media por decir. [...]
Había gente solo artesanos, los veleros, los comerciantes de coca y todo. [...]
Mi suegra, que en paz descanse, invitó a muchas personalidades, ya rompiendo
ese esquema de decir yo dejo esto, yo soy profesional y puedo bailar, entonces se
rompió en ese momento, y desde eso hasta ahora obviamente se ha ido mejorando.
[...] A nosotros nos han puesto un denominativo, q’aras, que quiere decir, gente
que tiene plata, gente que ha dejado sus raíces, y yo no he dejado mis raíces,
sigo siendo, yo me he criado de jean, de tenis, yo conozco los Reebok, yo conozco
la moto de niño, entonces yo ya me he criado en otra situación, [...] o sea yo
puedo bailar en carnavales, pero me vas a ver, yo siempre escuchando rock y todo
aquello. [...] Me jacto de ser orureño de cepa, porque yo he nacido en esta bonita
ciudad, no he nacido en la provincia, sino en la ciudad, yo ya me he criado con
una cultura occidentalizada. (bailarín, 04.02.10)
Selene Pinto, Palla del Gran Poder del año 2009, vivió el cambio de composición
social desde cerca. Según ella la entrada...
... ha roto esas barreras sociales, y una cosa que ha sorprendido mucho también
este año, es que la palla del Gran Poder es de la Universidad Católica, universidad
de jailones, porque está en el imaginario de la gente, entonces muchas veces se ha
ido abriendo el tema de clases, es mucho más importante que el tema de rasgos
en esta fiesta, de repente hoy por hoy sí hay gente de la zona Sur que baila en el
Gran Poder, que es parte de fraternidades importantes y demás. [...] Ha habido
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 55
gente que ha dicho, cómo una rockera va a ser folklorista o viceversa. [...] He
sentido que habido, como que se han roto algunas brechas, y habido gente que se
ha puesto muy orgullosa, ¿no?, porque de repente me han hecho entrevistas cuyo
nombre decía la llamera rockera. (Selene Pinto, 07.10.09)
Con su relato, Selene confirma la decreciente importancia de biologismos constatada
por Zoila Mendoza (2000: 10) y alude a una supuesta integración de las clases
sociales. Augusto Solíz, ex-presidente de los “Fanáticos”, tiene otra percepción: no es
que hayan desaparecido las diferencias, pero en el Gran Poder los diferentes estratos
se unen para compartir la entrada. Sin embargo, como enfatiza don Augusto: cada
grupo participa a su manera, con motivaciones, estilos y hasta personajes distintos y
como también afirma Meier (2008: 103): compartir una fiesta no significa obviar las
diferencias entre las capas sociales.
La gente de la zona Sur [...] ellos asumen a su manera, a su estilo. [...] En un
país en estado de guerra, guerra social, entre blancos y criollos [...] ¿cómo es
que cuando llega el Gran Poder allá nos reunamos, nos abrazamos, nos besamos
nos farreamos? Yo le llamo eso la magia del Gran Poder. Nos entrelazamos.
(Augusto Solíz, 18.03.10)
En este sentido, estoy plenamente de acuerdo con la opinión que tienen Napoleón
Goméz Silva, Rubén Pinto y María de la Palma acerca de la integración entre clases
en la fiesta del Gran Poder:
Con esta festividad las calles de la ciudad de La Paz momentáneamente
se convierten en un espacio de armonía de “reconciliación” entre estas
clases (indios - mestizos y élite), estas distintas formas de pensar el mundo es
momentáneamente pacificado. [...] Algunas fraternidades de élite se integran en
la fiesta del Gran Poder pero de manera momentánea, puesto que ellos poseen
sus propios lugares de diversión y regocijo después de la fiesta. La interacción es
minúscula. (Gómez Silva y otros, 2006: 137)
En el transcurso del siglo XX ha habido diferentes danzas consideradas símbolo de
prestigio y poder en su época, pero hoy en día indudablemente es la Morenada o la
“danza de los Morenos” cuya ostentación se ha convertido en un atractivo único que
enlaza personas de muy diferentes ámbitos en el esfuerzo de sobresalir y mostrarse
públicamente. Así tampoco es de sorprender que el actual alcalde de La Paz, Dr.
Luis Revilla, haya inaugurado el prestigioso proyecto de los “Puentes Trillizos” en
la capital boliviana, bailando Morenada. Él mismo durante varios años participó
en la entrada del Gran Poder como Moreno de la fraternidad “Los Catedráticos”,
una Morenada que se afana en poder “dar cátedra” a las demás agrupaciones y en
aglutinar a “gente profesional” e “importante”, es decir, en ser una Morenada de élite
(mestiza) y no (solo) de Cholos. En todo caso, para un político cualquier Morenada
es un excelente lugar para establecer contactos (es decir, aumentar su capital social),
hacerse más conocido, demostrar una estrecha relación con “el pueblo” y al mismo
56 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Hasta hace unos años era una situación digamos de jerarquía, de decir yo bailo
Moreno. [...] Bailar Morenada digamos tiene su connotación, en sentido de que
a un Moreno, en cualquier fraternidad es atendido y reconocido por toda la
gente, sea cual sea su condición, [...] porque uno, por la misma vestimenta,
que es bastante imponente, otra porque tiene su costo, entonces en las mismas
fraternidades de Morenos, tiene que ser bien atendido. [...] Tenían, tienen un
lugar privilegiado en el mismo contexto de la fraternidad, en el mismo local
digamos tienen mayor atención. (Eloy Roberto Condori Paco, 04.03.10)
Javier Escalier, miembro activo del MAS, confirma:
Tienes que bailar de Moreno, [...] la gente solamente te va a reconocer como
una persona, te pone si te ve bailando de Moreno. [...] En mi Morenada los
Morenos tenían que ser casados, Eloy Salmón, es muy tradicionalista, tenían
que ser casados. [...] Eso también, ahora lamentablemente también eso ha hecho
extinguir a las figuras, ahora ya nadie baila de toro, de mariposa, de oso en la
Morenada, ¿por qué?, porque no es signo de estatus económico – social. (Javier
Escalier, 05.08.10)
A través del baile se crean lazos que en muchos casos se convierten en el principal
entorno social, económico y político de los fraternos (“hermanos folkloristas”). Ya
no sólo es el baile, hay invitaciones a bautizos, matrimonios y a fiestas organizadas
por los integrantes de la fraternidad con lo que surge una densa red de compadrazgos
que se traducen a obligaciones sociales, perpetuando así el sistema de la reciprocidad
andina58 en el contexto urbano. Como consecuencia de todo ello, las entradas folklóri-
cas se convierten en un campo de batalla político donde la danza es un medio para
hacerse conocido, establecer contactos y ganar adeptos. Según Javier Escalier, para
ser “popular” y poder convertir esos contactos personales en capital político uno
tiene que participar no sólo en las entradas y sus preparativos, sino también en las
demás actividades sociales de los fraternos, llevar una buena cantidad de cerveza y
beber con la gente.
Estas expresiones culturales son una forma de vida, [...] al día siguiente de casado
ya era padrino de bautizo, [...] me voy a casar, en quién pienso primero, ya no
pienso mucho en los amigos del colegio, no, ya he hecho mi circulo familiar,
de amistad en el folklore, ¿no?, entonces digo: [...] de los Intocables, de los
que viajan a Charaña, los Ch´utas de Caquiaviri, de Corocoro, la Morenada
Eloy Salmón, ese ya es mi círculo, ¿no?, como conozco mi círculo yo ya sé que
cuando me van a invitar, yo tengo que llevar mis cervezas. [...] Ellos quieren ver
que se mimetice entre los morenos, la gente, ese es el popular. (Javier Escalier,
17.12.09)
Las frecuentes menciones de la bebida alcohólica y de la obstinación de beber juntos
aluden también al lado oscuro de la masculinidad igualmente vivido en las fiestas, a un
comportamiento autoritario y consumo excesivo de alcohol, a la violencia, terquedad
y al egoísmo, todas características del “macho negativo” u hombre machista59.
58 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Pisan, hacen el paso básico con el taco, y eso te hace ver como rosco, así como
que... esa me parece una posición bien macho men. [...] Hay muchas personas
que bailan y que le meten el estilo sí o sí de chico, o sea le tiene que poner ese
lado rudo donde tienes que botarte. (Wendy Molina, 08.06.10)
Originalmente el personaje llevaba una máscara con rasgos negroides, entremezclando
así la imagen del violento opresor con el supuesto “salvajismo” del étnicamente
“Otro”60, pero con el tiempo perdió esa connotación afro-descendiente y el Caporal
simplemente se convirtió en un sinónimo de la masculinidad hegemónica boliviana.
Siendo de origen “negro”, es decir, representando una masculinidad más bien
marginalizada, el personaje a través de la danza se “blanqueó” y se refinóXIV de
tal manera que hoy en día es asociado con la élite que suele enfatizar su diferencia
étnica con respecto a los aymara-descendientes enorgulleciéndose de pertenecer a la
“clase alta”, tener un apellido “europeo”62 y de ser “blanco” y esbelto. Aún así, puede
ser que estos sujetos también participen en fraternidades “cholas”, ya que para ellos
es una manera de resaltar su supuesta superioridad, de sentirse halagados y obtener
un protagonismo que no podrían alcanzar bailando con sus pares. Participar en esos
conjuntos también significa la posibilidad de emborracharse y vivir un desenfreno
“salvaje” que en su propio medio social no sería tan fácilmente tolerado ya que se lo
consideraría indecente y por debajo de su “clase”. Con todo eso, los Caporales son
una danza que logró demarcar las líneas de clase y etnicidad.
Caporales por ejemplo, San Simón, Zambos, si no tienes un buen apellido, no
puedes cubrir las necesidades económicas, no entras. (Omar Lara, 03.02.10)
Los Caporales San Simón, [...] no entra cualquiera a bailar, [...] tienen que estar
bien solventados, uno ochenta de estatura, [...] la tez blanca… hijos de familia
como se dice, pudiente. (Juan Carlos Fernández, 23.06.10)
Además, al igual que en la Morenada, el personaje principal de la danza encarna
virilidad en el sentido del “hombre en el poder, un hombre con poder, y un hombre
de poder”63, solo que esta vez el poder tiene una imagen más juvenil, más autoritaria,
elitista y agresiva. Durante un tiempo las fraternidades que bailaban Caporales se
parecían a clubes exclusivos donde se relacionaba la élite poderosa del país: políticos
y empresarios. En el Carnaval de Oruro y en la entrada del Gran Poder participaron
funcionarios como Tito Hoz de Vila, entonces ministro de educación, parientes y
asesores del entonces presidente de la República, Jaime Paz Zamora (partidarios del
MIR), Barbas Chocas, el narcotraficante más famoso en la historia boliviana quien
financiaba los trajes de su bloque y empresarios como Fernando Dips, ex presidente
XIV En el altiplano boliviano el apellido es un demarcador de etnicidad altamente discriminatorio.
Apellidos como Mamani, Choque o Quispe son calificados como indígenas y sus portadores
automáticamente son clasificados como “indios” y tratado como tales. Sobre todo en el pasado
mucha gente optó por cambiar su apellido para quitarse ese estigma. Así, por ejemplo Víctor
Hugo Cárdenas (ex-vicepresidente de Bolivia) se cambió de apellido para ingresar a la UMSA
(Universidad Mayor de San Andrés).
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 61
XV Lagarde define el patriarcado como espacio dominado por los hombres y sus intereses,
“plasmados en relaciones y formas sociales, en concepciones del mundo, normas y lenguajes,
en instituciones, y en determinadas opciones de vida para los protagonistas”, un espacio
histórico del poder masculino (1993: 91).
62 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
bolivianos, dólares y ahí tienen que dar un examen para ingresar que si es apta
o no es apta, si sus condiciones físicas puedan ser aceptadas o no, yo, nosotros
nunca habíamos hecho eso. (Héctor Escalier, 13.04.10)
Para determinar aún mejor qué tipo de masculinidad representa el Caporal conviene
analizar también las palabras que utilizaron mis entrevistados para caracterizar dicho
personaje:
físico, descrito con palabras como “fuerza, atlético, agilidad” y “vitalidad”, imagen
ideal de virilidad construida también en otras danzas. El siguiente testimonio resume
ese discurso y además hace hincapié a dos aspectos más: el hecho de tener que
comprobar la propia virilidad en público y de demostrar a todos y también a sí mismo
que a pesar de ya no ser tan joven (el señor Almendras lleva muchos años bailando)
uno aún pueda tener fuerza y ser atractivo en el sentido mencionado:
Es un baile muy ágil, hay que tener mucha vitalidad, mucha fuerza para bailar,
y además es muy vistoso para la gente y a la gente le atrae mucho y la gente se
divierte y baila junto con uno. (Roberto Almendras, 23.05.10)
Son características que conectarían el Caporal también con el “macho positivo”
(Mirandé 1997: 66), un hombre fuerte y atractivo, en términos de hoy: sexy. ¿Y
qué hombre no quiere ser atractivo para poder reafirmar su hombría a través de sus
“conquistas”?, algo que según Marqués sería una “forma indirecta de relacionarse con
los varones mediante la posesión y ostentación de mujeres” (1997: 27).
... más o menos como una idea puesta del varón (Lía, 18.07.10)
La Caporala representa la total subyugación de la mujer bajo el dominio y, en
este caso especialmente la mirada sexista del hombre. Sus minifaldas de 15 a 25
cm, diseñadas y controladas (!) por hombres (ver pág. 452), frecuentemente son
interpretadas como una total cosificación de la mujer. Cabe citar un testimonio
muy especial, el de Gabriela, una joven estudiante de ingeniería de sistemas que
suele bailar Tinku de hombre. Sin embargo, su madre le pidió que participara en el
Carnaval de Oruro bailando de Caporala:
Me sentía como un objeto sexual, un objeto que atrae para los hombres,
horriblemente, eso es lo que no me gustaba, porque te ven de Caporal y te dicen,
ya uuu... y piensan que la mujer es un objeto, y he tenido que aguantarme por mi
mamá, solo por eso, porque acabando el baile me saque los tacos y me los puse
aquí y no me importó así bailar descalza, y me fui corriendo a cambiarme porque
no me gustaba estar así, aquí hay unas chicas que disfrutan, a mí no, es muy
provocativo. (Gabriela Luna Espinoza, 17.05.10)
Gabriela también hace referencia a los tacos, un “grillete” que impide el movimiento,
lo cual reafirma la subordinación de lo femenino66. A diferencia del Caporal la
Caporala no es libre de saltar y brincar, sino tiene que aguantarse unos zapatos muy
incómodos para cumplir con alguna fantasía del hombre. Al mismo tiempo es un
calzado que denota “categoría”: una mujer cuya función principal es ser “bella”
y “seductora” puede vestir zapatos que no sirven para otra cosa que para ese fin;
una trabajadora tiene que utilizar un calzado que le permita desempeñarse en sus
actividades. Entonces, la Caporala, al igual que el Caporal, se ha convertido en
un símbolo de clase alta; representa una “florcita” de clase alta que o no necesita
trabajar o, como mucho, adorna el escritorio de alguna oficina elegante. Desde el
punto de vista de muchos entrevistados representa un rol muy “pasivo” – el que le
corresponde en una sociedad patriarcal cuyo “eje central [...] es la subordinación
universal de la mujer y la dominancia del hombre”67.
Yo creo que los Caporales son uno de los grupos más machistas que hay, porque
pone a la mujer como el objeto que tiene mostrar las piernas y ni siquiera hacer
un paso difícil, ¿no?, sino solo mover esto y nada más, y mostrar las piernas, son
los varones que hacen ahí, y creo que es la danza más machista ahorita que hay.
(Sasete la Diva – Rodolfo Vargas, 22.04.10)
La Caporala es la encarnación de una mujer que se rige por los intereses y deseos de
los hombres, caracterizada por lo que Connell llama “feminidad enfatizada”68 y un
erotismo que siempre está en función del placer masculino (Lagarde 1997: 200, 203,
794). De esta manera, la danza subraya los modelos dominantes de “lo femenino” y
“lo masculino”:
El baile de los chicos es mucha fuerza, es mucha potencia, y las chicas es mucha
sensualidad. (Nicole Shey, 15.12.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 65
Es que es la figura de la chica que es más sexy, que tiene que bailar más elegante.
En cambio nosotros, los varones, es fuerza. (Waldo Mérida, 23.05.10)
Escenifica “la belleza de la mujer y la destreza del varón” (Nelly Cortéz, 09.07.09),
hecho supuestamente “natural” pero socialmente construido para consolidar la
supremacía del hombre69. Sin embargo, cabe destacar que a pesar de ese imaginario
también existen mujeres lesbianas que bailan de Caporala, llevando a lo absurdo esa
supuesta complementariedad obligatoria entre “fuerza” y “belleza”:
También hay chicas lesbianas que bailan de chicas. [...] Entonces creo que sí es
una forma de estereotipar, de decir definitivamente la chica que baila de chico, va
a buscar una chica bien femenina también para complementarse digamos cuando
no es así, y de la misma forma de parte de las chicas, ¿no?, las chicas si se van a
fijar en alguien van a ser en una chica que parezca varón. [...] Puede pasar pero
no es algo que tenga que ser así. (Wendy Molina, 08.06.10)
No conocí a esas dos Caporalas, pero sí conocí a dos lesbianas que bailan Caporales:
de varón. Más exactamente bailan de Macha Caporal, un personaje que se opone
al binarismo obligatorio que divide la humanidad en la diada de hombre y mujer,
estrictamente caracterizada por las categorías de “lo” femenino y “lo” masculino y
las correspondientes jerarquías de poder.
Nosotras tenemos esa capacidad de poder hacer estas dos cosas, y sin perder la
femineidad por que la Macho Caporal es una mujer linda, [...] no deja de ser
mujer, pero puede tener fuerza. (Nelly Cortéz, 09.07.09)
Como demuestran los testimonios citados, bailar de Macha no significa cuestionar el
concepto de feminidad como identidad genérica en sí; es obvio que las entrevistadas
se consideran mujer. Desafían el rol femenino socialmente construido e impuesto,
esa conexión supuestamente unívoca entre ciertas características anatómicas (el
sexo) y un determinado comportamiento socialmente construido71 y parece que
proponen una masculinidad femenina heterosexual72 que por un lado no encaja con
los estereotipos binarios de “lo femenino” y “lo masculino” y que por el otro lado
también demuestra la desvinculación entre identidad genérica y orientación sexual.
Como pregunta Nelly Cortés: ¿quién dice que una mujer no puede tener y demostrar
fuerza? Reforzando y reflejando los nuevos roles sociales de la mujer, las Macho
Caporalas se oponen al modelo patriarcal que prescribe una conducta sumisa y
pasiva a todo ser femenino.
Lo que se quiere mostrar es que la mujer también tiene fuerza, porque la danza
de los Caporales es una danza de fuerza, entonces el papel del varón es una danza
de fuerza, lo que hacen ellas es representar también la fuerza que podría tener
una mujer. (Patricia Figueroa, Julio 2005, entrevista: David Mendoza Salazar)
Así, en vez de ser víctima de acoso sexual, Gabriela es la que coquetea abiertamente
con el público. Ya no se siente objeto como cuando bailaba de mujer, ahora ella es el
sujeto que desafía y que decide:
Me gusta más lo que hacen los chicos, las piruetas, como coquetean con el
público, es mucho más atrevido y me encanta, me siento mejor con eso. (Gabriela
Luna Espinoza, 17.05.10)
Pero, bailar de hombre no es lo mismo que bailar como hombre. Por más que hagan
las mismas patadas que sus compañeros, muchas de las Machas le dan un estilo
“femenino” y en vez de ponerse el traje de los hombres han creado un traje especial
que combina las botas y el pantalón con una blusa escotada.
Hasta el traje es diferente, ni siquiera es el traje de los chicos, o sea es otro estilo.
(Laura y Claudia, 15.06.10)
Son los mismos pasos, pero tenemos un estilo diferente, es más coqueto.
(Alejandra Ordoñez, 18.07.10)
Entonces, se trataría de una masculinidad femenina (¿o mejor: feminidad
masculinizada?) que se asemeja a la actitud de las “cowgirls” (“cowboys” femeninos)
mencionadas por Halberstam (2006: 58), quienes trabajaban con el ganado y
participaban en rodeos, actividades consideradas como netamente masculinas pero
que sí pretendían atraer las miradas masculinas.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 67
Así, no son los pasos y la coreografía, sino es el estilo corporal, (en la dicción de
Bourdieu: la hexis), la que marca la identidad de género a través de la danza73. Además,
a pesar de que no quieren exhibirse con una pollerita corta, una buena parte de las
Machas sí pretende ser “femenina”, es decir “atractiva” y bien arreglada. Algunas
incluso creen que bailar de hombre las hace “más sexy”, de cierta manera evocando el
éxito que tuvieron las cantantes y actrices europeas del siglo XVIII y XIX al actuar en
“papeles con calzones”74, acto en aquella época considerado de suma lascivia.
[Los hombres del bloque] están felices, que.. entre las chicas, las macho
Caporales se ven mucho más elegantes, se ven más sexy dicen ellos. (Giovana
Luna, 07.08.10)
Aquí cabe la opinión de Gabriela y Patricia quienes piensan que ponerse un pantalón
y ejecutar pasos más activos no tiene nada que ver con su feminidad:
Considero que… la feminidad en la persona está en las actitudes y está en la
forma de ser de una persona. Entonces no considero que porque una esté con
falda o que estemos con pantalón es algo que sea… Es algo masculino, es parte
de… quizá la sociedad machista que pensamos que una mujer siempre tiene que
estar con falda para ser femenina, pero considero que no es correcto ese término.
(Gabriela Linares y Patricia Figueroa, Julio 2005)
De la misma manera Laura baila de Macha, pero no cuestiona su identidad de género
(que no tiene nada que ver con su orientación sexual y el hecho de vivir en una
relación lesbiana):
Es que realmente es una parte muy femenina en el bloque de las mujeres, y
en el bloque de los chicos está toda la parte más que todo la rudeza, todo lo
rudo digamos que tendría que ser también, y sí creo que somos realmente el
intermedio las machas, estamos mezclando las dos, porque no podemos llegar a
ser tampoco muy rudas, porque es como, como… no sé, salir de nosotras, dejar
de ser nosotras también, o sea igual somos mujeres que estamos bailando como
hombres, pero hay ese, que hasta la misma naturaleza diríamos, hace de que a
nosotros tampoco se nos vea tan ruda al menos, además creo que si tuviéramos la
misma dureza o la misma rudeza de los chicos, hasta se vería feo. [...] Yo creo que
es una mezcla, sabes es una mezcla entre dos roles, y nosotros estamos al punto
medio (Laura, 15.06.10)
Llama la atención cómo habla Laura de la “naturaleza” y de “salir de nosotras”: a
pesar de que (al menos parcialmente) sale de su “rol”, ella definitivamente asume
la existencia de una “esencia” femenina, esa sustancia “innata” que Foucault (1992:
187 en Escudero 2003: 296) y Butler (1991, 2003) desenmascararon como una
mera construcción social, exitosamente impuesta por el sistema dominante. Parece
difícil erradicar ese mito. Hablando de la apropiación de actividades supuestamente
masculinas (como en este caso los saltos y volteretas de los hombres), Lagarde anota
al respecto: “como la feminidad supone un origen natural, no puede perderse por
68 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Según las clasificaciones de Halberstam, Daniela sería algo como un “tomboy”, una
“mujer masculina” e independiente que disfruta de la mayor libertad y movilidad
asociada con los hombresXVI. Es por ese tipo de actitudes que mucha gente asocia
a las Machas con el lesbianismo, pero en realidad solo una pequeña parte de las
mujeres que bailan de hombre lo hacen a causa de una orientación sexual o genérica
diferente. Sin embargo, cuando son lesbianas las que bailan de Macha cuestionan
aún más el binarismo hombre-mujer construido por la sociedad.
Conozco dos chicas que son tortas, o sea lesbianas, que bailan en ingeniería y
bailan de machas, y las dos son pareja, o sea es tan chistosa la cosa, las dos es
tan ¿quién es quién? en su vida digamos. (Wendy Molina, 08.06.10)
Ahí ya se subvierten los estereotipos: supuestamente las dos tendrían que bailar
“de mujer”, pero bailan “de hombre” y otra vez no se sabe cual “hace de hombre”.
Tampoco hace falta saber eso ya que tranquilamente puede ser que ninguna de las
dos encaje con los roles estereotípicos que surgen de la heterosexualidad normativa
(en esta caso traducidos a “butch”XVII y “femme”XVIII).
Bailar de hombre también es parte de la creciente feminización de las entradas
folklóricas, fenómeno que analizo en los capítulos que siguen.
3.5. Resumen
Las danzas del altiplano boliviano y ahí especialmente la Morenada y la danza de
los Caporales, demuestran de forma ejemplar la interrelación entre las categorías
de género, etnicidad, clase y poder y cómo éstas son construidas, articuladas y
desafiadas mediante el baile. En el caso de la Morenada, la Chola Antigua y la Cholita
representan sus respectivas élites: la élite mestiza y la élite chola y a pesar de que
bailan en la misma danza cuidan los detalles de indumentaria y estilo que demarcan
su pertenencia étnica-social y la supuesta superioridad frente a su homólogo.
XVI A pesar de que una vez lo utiliza para mujeres adultas, según Halberstam, el término de
“tomboy” se refiere sobre todo a niñas y chicas adolescentes cuyo comportamiento se asemeja
al de los chicos de su edad, actitud generalmente tolerada hasta el inicio de la pubertad en la
cual la joven ya tiene que someterse a los estereotipos de “su” género (2006[1998]: 5 sig., 41).
XVII Según Dahl, las butch son “Chicas que parecen chicos. Chicas que se visten como chicos.
Chicas que se vuelven chicos” (2005: 157), es decir, biomujeres que representan características
tradicionalmente asociadas con “lo masculino” (glbtq 2004).
XVIII La femme es una mujer biológica que siente atracción sexual por otra mujer biológica, pero que
no por ese hecho renuncia a ciertas “insignias” de la feminidad, i.e. utilizar faldas y maquillaje.
Sin embargo, las priva de su supuesta conexión con “lo femenino” o “lo heterosexual” (Dahl
2005: 162).
70 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
podría calificarse como masculinidad femenina, y que, por ende, formaría parte de la
variación genérica, apropiándose de los giros y saltos, de las botas y del pantalón del
Caporal, es decir, de símbolos del poder masculino. Al escaparse del cautiverio de los
tacos incómodos y de la mirada sexista provocada por las mini-polleras ultra cortas
de las Caporalas, la Macha siente la libertad del poder. Sin embargo, en muchos
casos sigue asumiendo un rol de adorno “fuerte” pero “sexy” que le permite cierto
protagonismo personal sin realmente cuestionar la estructura patriarcal.
Sin embargo, la danza refleja también el sexismo de la vida cotidiana donde no sólo
hay abogadas sino también abogados que tienen una secretaria sexy que camina con
taquitos:
Tenemos de mujeres donde realmente su traje es más llamativo, uno, porque
tienen una blusita, su chaleco, su sombrerito y una falda que es más corta o sea
la secretaria bien llamativa, con taquitos, con botas entra o sea es cosa de que
el abogado siempre está acompañado de su secretaria. (René Mamani, 13.07.10)
En todo caso, desde que las mujeres pueden estudiar derecho y ejercer la carrera de
abogacía también están presentes en la correspondiente danza, sea bailando de mujer
o de hombre (en la Entrada Universitaria de 2010 hubo filas enteras de mujeres
bailando con frac, sombrero bombín y bastón). Al mismo tiempo, las “doctorcitas”
ayudan a construir y fortalecer el cambio social, ejemplificando nuevos roles de la
mujer ante el público y, por ende, la sociedad. La danza sería entonces un medio
que no sólo refleja identidades sino que también puede conllevar a que éstas sean
modificadas, de esta manera sutilmente reconstruyendo la vida social78.
El mayor ingreso de las mujeres a las entradas folklóricas está fuertemente
conectado con el tema de las clases sociales. El ascenso de la chola, sujeto doblemente
discriminado por su pertenencia étnica-social y por su condición de mujer se visibiliza
en la toma simbólica de las fraternidades. Gracias a su poderío económico y su nuevo
estatus social donde antes era rechazada, ahora es más que bienvenida. Wilfredo
Mendiola, presidente de los Inkas Hijos del Sol de Oruro, es muy consciente de la
relación entre el cambio social y la composición de su fraternidad:
Los cambios mayores han sido inclusive en relación social. Antes por ejemplo,
en mi conjunto no se ha aceptado a los de pollera. [...] Pero desde los años ’99,
2000 hay una generación ya se acepta. Y ¿por qué razón también? Casi bueno
aceptamos también con lo que la cholada también ocupa o abarca instituciones
grandes de manejar. Interviene por ejemplo en Congreso Nacional ¿no? entonces
ahora antes por ejemplo, había una discriminación a los de pollera ahí no más,
no tenían cabida ni en parlamento, ni en gobierno, nada. Pero ahora son los
que más participan. Como dice equidad de género y esas cosas por ejemplo la
cholada por ejemplo, es cholita de Remedios Loza llamaba ¿no? Entonces estos
años se ha hecho también de fama los de pollera, entonces nosotros nos hemos
adecuado a eso. Entonces hemos aceptado a partir de ese año, desde el 2000. Por
eso es que ahora casi el 50% ya intervienen los de pollera. (Wilfredo Mendiola,
13.07.10)
También el siguiente testimonio refleja el cambio en las estructuras de poder.
Más antes [...] escogíamos gente, venían, de pollera venían y decíamos, esta
que vaya a bailar Kullawa, esta que vaya a bailar Tinku, escogíamos gente.
[...] Venían cholitas: no, no, no queremos recibir y ahora estoy pagando de eso,
porque yo quiero que vengan y no vienen. (Aida Montaño, 19.06.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 75
Hoy en día, las cholas son asociadas con un fuerte poderío económico y la mujer que
pasa preste, al igual que el hombre, adquiere un estatus especial.
Como pasante ya no me limitan ¿no? entonces ya tengo un acceso libre de
participación digamos con que ya pagué mi derecho de piso. (Rosario Aguilar,
10.03.10)
Cabe destacar un detalle importante: en general no es aceptable que se pase fiesta
estando solo; los pasantes/prestes siempre tienen que pasar en pareja – o con sus
esposos o con sus hermanos o, en el caso de un hombre soltero con su madre.
Pero aún así hay casos donde queda claro que la pasante (y también la bailarina de
tropa) es la mujer que dispone de su propio ingreso y que su esposo sólo es quien
le acompaña. Generalmente es una situación asociada con las comerciantes cholas
quienes manejan los negocios familiares79 y, como consecuencia, también se dan el
lugar correspondiente en el escenario público de la entrada folklórica.
En algunos casos por lo menos hay un matriarcado muy fuerte en nuestro país,
no, el que económicamente la mujer maneja casi en muchos de los casos el
poder adquisitivo de la familia de los negocios y todo esto. [...] Ya inicia un
proceso la incorporación de las mujeres, en realidad, como una reivindicación
ya de género ya por una posición hasta de status y poder económico que asume
la mujer, para ya no ser la acompañante del moreno sino ser ya un personaje
central de la danza también porque quien tiene el poder económico pues puede
pagar y solventarse ciertas situaciones, ésta dinámica. (David Aruquipa Pérez -
Danna Galán, 08.07.09)
Son las matriarcas, son las que manejan a las familias, esas mujeres de la Eloy
Salmón, de la Huyustus, son las mujeres las que manejan, es la mamá grande la
que maneja el negocio, no es el hombre, ella es la que maneja la plata [...] es
la mujer la que tiene, es la mujer la que hace y deshace y decide. (Shirley de la
Torre, 23.07.09)
Entonces, es ese ascenso de la mujer chola que se visibiliza en las entradas. Sin
embargo, en muchas instituciones folklóricas la presencia de la mujer en los cargos
directivos, es decir en los sitiales de poder, sigue siendo mínima. En la gestión 2009-
2012 de la Asociación del Gran Poder solamente hubo dos mujeres, Marianela Coritza
(Llamerada San Andrés) y Jenny Ticona (Tinkus Arco Iris) y entre los delegados
de las 61 fraternidades de esta institución solo pueden mencionarse a Doña Aida
Montaño (Waka Wakas Juventud Estrellas), Ángela Claudia Bedoya (Kullawada
Nuevo Amanecer), Cristina Yujra (Incas Cultural Raymis) y Jenny Barrios Guerra
(Kullawada Antawara). La ACFO, la Asociación de los Conjuntos Folklóricos de
Oruro, demuestra un panorama similar:
De los 48 conjuntos que hay en la Asociación si no me equivoco debemos ser
unas tres o cuatro, cuatro presidentas. [...] Cuando hay asamblea [...] tú ves las
mujeres como lunares. Todos son hombres. El directorio: hay una o dos mujeres
76 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
también [...] para que ya no entren puro hombres. A veces incluso les digo: ¿qué
tiene que una mujer está a la cabeza? ¿Por qué no puede estar? Por más que la
mayoría sean varones eso no quiere decir que solamente un hombre tiene que
estar siempre arriba. Y así algunos, entre que les choca. [...] Yo no soy feminista,
pero ya no hay pues eso de que el hombre, el más fuerte, el más este... (Sandra
Ugarte, 13.07.10)
El testimonio de Sandra Ugarte, presidenta de los Tobas Uru Uru también insinúa
que la supuesta inclusión por el tema de equidad de género a veces se reduce a una
mera cosmética, un cumplimiento superficial que no corresponde a un verdadero
cambio de las relaciones de poder.
Pasa algo parecido en cuanto a las danzas autóctonas: en los festivales el
discurso acerca de la equidad de género empieza a justificar la mayor presencia
femenina en estas danzas sin que ésta se haya traducido a un verdadero apoderamiento
de las mujeres en las comunidades. Claro, ya hay más mujeres que bailan y en algunas
oportunidades incluso ya desempeñan un papel más importante en la organización de
festivales, pero el hombre sigue con su rol protagónico (Teresa Canaviri, 02.07.10),
ahora también hablando por la mujer en un estilo benevolente paternalista:
Antes no había habido [mujeres], pero ahora ya participamos, equidad de género.
(Francisco Huiri, 19.10.09)
Warminakaxay jilx bendiciónx apthapchix jupanakarakiw manqs phayapxix
Kusillitakis jupanakaw jil irnaqapxixa, alwat sartasi manq phayi uka bendicinanak
apthapi mirit phayi, chachanakax winkt’akchixay uruxi manq liwantawayi
chachanakax sarawyxapxi, ch’uñunak chulluchiski, uywanakar liwasiski, utanak
pichasiski, ukat warmimpachax thuqhxix. [Las mujeres se llevan una mayor
bendición: ellas preparan la comida para los K’usillos, trabajan más, se levantan
en la mañana, preparan la comida, la merienda, los hombres se echan al suelo,
hacen levantar la comida, hacen esperar, ellas hacen congelar el chuño, dan de
comer a los animales, limpian la casa, entonces las mujeres bailan.] (Marcelino
Fernández Huaranca, 03.10.09)
Jichhurunakax uñjasiwa iqidad genero chacha warmiw thuqt’asiñasa [En estos
días se ve la equidad de género, entonces hombre y mujer tienen que bailar.]
(Félix Huanca Mamani, 17.10.09)
Aunque no quiero dudar de la buena intención de los entrevistados, cabe tener en
cuenta que los festivales autóctonos son acontecimientos altamente politizados y
organizados como concursos que tratan de fomentar la participación femenina a
través de sus reglamentosXIX, presionando así a los grupos a que incluyan mujeres en
XIX Reglamento del 1er Festival de Música y Danza autóctona y originaria San Julián (Santa
Cruz), 26 y 27 de Octubre de 2009 [repartido como reglamento del concurso llevado a cabo en
Tiwanaku el 17 y 18 de Octubre de 2009): La presentación es el primer punto de calificación.
Se refiere a la primera impresión que el grupo de danza causa en el público. Se considera: [...]
Participación equitativa, que se refiere a la participación igualitaria de hombres y mujeres, si
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 77
sus bailes. Pese a eso, el grupo que ganó el concurso de música y danza autóctona
llevado a cabo el 17 y 18 de Octubre de 2009 en Tiwanaku, justamente fue el
conjunto de los Uxusiris, una danza netamente varonil donde tampoco participaron
mujeres ese día. En el festival de Kimsa Chata, llevado a cabo dos semanas antes del
concurso de Tiwanaku se presentó el conjunto de los Wititis, otra danza enteramente
masculina que aparentemente, por las exigencias del comité organizador, incluyó un
grupo de mujeres quienes bailaron a un costado de los “verdaderos” protagonistas
(todos hombres) de ese baile.
Los cambios sociales y la creciente participación de la mujer en las entradas
folklóricas también llevaron a la creación de un considerable número de nuevos
personajes femeninos, temática que voy a abarcar en el capítulo que sigue.
tenían que retirar de la institución. Ahí tenemos tres ejemplos muy importantes,
doña Zulema Duval, Zulma Yugar, Sonia Saavedra y doña Nancy Bustillos que
en realidad han sido las tres muchachitas más distinguidas en realidad en la
institución diablesca hasta aquel tiempo. (Maurice Cazorla, 23.05.11, entrevista:
Varinia Oros/MUSEF)
Yo he empezado a bailar desde niña, a los 10 años, 11 años. De China Morena.
(Magdalena Mercado de Estrada, Mayo 2011, entrevista: David Aruquipa Pérez
y Varinia Oros/MUSEF)
El hecho de coartar la participación de mujeres adolescentes y adultas seguramente se
debía a los cánones de moral y decencia y en especial a la supresión de la sexualidad
femenina prevalentes en esa época.
También había discriminación cuando decían [...] como mi hermano me prohibía
bailar, me decía ¿cómo vas a ir a demostrar tus piernas? (Magdalena Mercado de
Estrada, Mayo 2011, entrevista: David Aruquipa Pérez y Varinia Oros/MUSEF)
En la Morenada, desde fines de los años ’60 hasta 1973, fueron los transformistas
y travestis quienes recrearon el personaje de la China Morena (ver parte II de este
trabajo) a tal punto que cautivaron mucha atención, incluso de mujeres de élite
hasta ese entonces no involucradas en las actividades folklóricas. Fue a través
de transformistas como Carlos Espinoza (Ofelia), Peter Alaiza (Barbarela) y Tito
Fernández (Titina) que esas mujeres empezaron a ingresar en las Morenadas,
imitando y apropiándose de la estética trans. Ofelia cuenta:
Después de haber bailado por decirte unos cinco, seis años [...] llevé chicas de la
sociedad. Yo he sido el que ha incursionado en el aspecto, como yo [...] estaba ya
por entonces involucrado en la moda, trabajaba con costura para chicas muy, de
la sociedad orureña, entonces ya llevé chicas que incursionaron en la Morenada.
[...] llevé chicas muy hermosas que participaban en el Miss Oruro o chicas muy
representativas con apellidos de, de gente muy de clase alta en Oruro. (Carlos
Espinoza, 30.05.11, entrevista: David Aruquipa Pérez)
Como en ese momento era mal visto bailar danzas folklóricas, esas chicas de la alta
sociedad aún no habían participado en las entradas:
La mujer de clase alta [...] por la misma idiosincrasia o su estatus cultural
no se animaba a participar en el conjunto [...] estaba involucrado en la
moda, entonces yo tenía amigas, les charlé si querían bailar. Ellas estaban de
acuerdo y posteriormente el primer año arrastré casi a unas diez jovencitas de
la sociedad orureña la cual ha sido bastante aceptada y viendo esas muchachas
han incursionado en el folklor de la Morenada chicas de otros departamentos.
(Carlos Espinoza, 30.05.11, entrevista: David Aruquipa Pérez)
El nuevo atuendo occidentalizado con mini-polleras empezó a atraer a las mujeres,
no sólo a la Morenada sino también a la Diablada y luego a la recién creada danza
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 79
de los Caporales. Siendo así, en las tres danzas se comenzaron a innovar nuevos
personajes femeninos con trajes más a la moda internacional, es decir: más cortos y
sensuales. De este modo, el “ascenso” de los personajes se tradujo a una imagen más
“refinada” y “pulida”, “blanqueándose” de tal forma que ya resultaron ser aceptables
para las mujeres de clase alta.
Ya después entra a bailar ya una mujer, [...] Mary Medrano, que sería la primera
figura mujer en la Morenada Central, y ya después aparecen otras. [...] Un
día apareció y bailó, usando la misma ropa que usaban las figuras estas [los
transformistas y las travestis] y de pronto entra la moda de la mini con botas
hasta la rodilla, y entra la moda a la Morenada. (Fernando Gómez, 06.02.10)
Carlos Estrada Pacheco, uno de los creadores de la danza de los Caporales, relaciona
el traje actual de la Caporala con la imagen que los transformistas habían dado a la
China Morena al convertirla en el personaje actual:
La danza del Caporal ha sido iniciativa por parte de la familia Estrada. Entonces
en esa iniciativa lo hemos hecho igual, con ropa anticuada, las polleritas no subían
más de la rodilla ¿no? pero ahí ha habido un cambio bien notorio [...] el 1975,
’76, ya se ha hecho la participación de Centralistas en Oruro. Entonces ellos ya
han empezado a meter damas a su fraternidad. Y ahí empiezan a cortarse. Eso me
parece que ya era una mini, que yo tomo eso, aquellos personajes que existían en
las Morenadas. [...] Pasa esos años, llega esta danza de los Caporales, por eso ya
empieza a aparecer mujeres ya no en los Caporales, también en las Morenadas
o sea ya vistiendo ese tipo de traje. Igual, se puede decir la misma situación
que aquellos travestis que bailaban en esa época lo estaban trasladando ya a
disfrazarse en Oruro, en La Paz, en todo lugar donde participaban Morenadas,
siempre vas a ver que hay una figura de China que ya incluso escotado, lo que
más querían tratar de demostrar los gays en su oportunidad. (Carlos Estrada
Pacheco, 2011, entrevista: David Aruquipa Pérez y Varinia Oros/MUSEF)
Acordándose de que fue el orureño Ofelia, famosísima China y durante años
confeccionista y bordador de trajes folklóricos, quien inventó el traje corto de las
Caporalas, París Galán (Carlos Parra, 06.01.10) confirma la hipótesis de Carlos
Estrada Pacheco. Además, basta con mirar fotos antiguas de Morenada y Caporales
para ver el parentesco entre las Caporalas y las Chinas. Los transformistas y travestis
definitivamente fueron el modelo a seguir, dando así un ejemplo de cómo la estética
trans influyó en la estética femenina dominante80. Sobre todo cuando se prohíbe la
participación de estos pioneros trans en las entradas folklóricas (ver parte II), sus
sucesoras femeninas empiezan a entrar de forma masiva a las fraternidades. Es un
ingreso fuertemente relacionado con el tema de clase social que finalmente arrastra
también a mujeres mayores lo que conlleva a la creación de más personajes femeninos
nuevos a medida que las primeras Chinas mujeres pasan a una edad más madura. Así, en
Oruro surgen los siguientes estamentos (datos de creación según P.A.S.C.O.): Chinas
Morenas de pollera larga y corta (1983), Cholas Antiguas (1977-1987), Cholitas (en
80 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
XXI Las “transformers” son mujeres “de vestido” (muchas veces hijas de cholitas) que se ponen la
pollera para eventos de gala y fiestas.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 81
testimonios, el trasfondo de esa prohibición más bien parece hallarse en una fuerte
segregación social y en una constante pugna por prestigio, poder y presencia entre
los diferentes sectores sociales.
En la mayoría de las Morenadas no existe la chola, chola, que es la que tenemos
de a pie. [...] La mayoría la discriminan en relación al carácter económico,
haciendo cobros excesivos si uno quiere participar de esa manera, y en otras
circunstancias porque parece que consideran que afecta al acervo y condición
social de los que participan en las Morenadas. (Claudia Picirelli, 13.02.10)
Los que eran peones, formaban las Morenadas, [...] con sus tipo pinkillos más o
menos, con eso interpretaban. (Pablo Bautista, 05.01.10)
Como la Morenada paceña sigue siendo fuertemente asociada con el cholaje y la
clase obrera aymara-descendiente (los “indios” que tocan pinkillos) los orureños
que dirigen las fraternidades de Morenada por lo visto tratan de “blanquearla” o
elitizarla, excluyendo a las “verdaderas” cholas y fomentando el ingreso de la “alta
sociedad”. Marcelo Camacho y Maurice Cazorla recalcan que las Cholitas y Figuras
orureñas fueron las sucesoras de los bailarines transformistas y travestis de clase
media cuya visión occidentalizada abrió el campo para la participación femenina
de élite, frecuentemente plasmada en la invitación de Misses y concursantes de
certámenes de belleza:
Puro maricones bailaban, y después hay una señora [...] doña Elsa Maín, doña
Angelita Flores, la señora Méndez, [...] doña Rosa Escobar [...] empezaron ellas
el primer año a entrar de cholitas [...] el año siguiente ya eran más, poco a poco
entraron. (Marcelo Camacho, 03.02.10)
En el año ’77, ’78, la Morenada Central ya empezó a incluir a la mujer directamente
sustituyendo estos personajes [transformistas y travestis]. Las características de
estas personas que aportaron con la pollera corta, con las botas hasta la rodilla,
los zapatos de plataforma y todo lo demás, hizo de que más bien las mujeres
se quedaran con esta indumentaria. (Maurice Cazorla, 23.05.11, entrevista por
Varinia Oros/MUSEF)
En La Paz, bailar de China (Figura) no tenía un toque tan elitista; las bailarinas más
bien salieron del mismo ámbito folklórico dominado por comerciantes y gremiales.
Ahí Magdalena Mercado de Estrada (Martha) y Vicky Zuñawi fueron unas de las
primeras mujeres quienes imitaron a los transformistas y a las travestis bailando de
China81.
En la Diablada orureña las mujeres “de vestido” empiezan a tomar fuerza a
partir de los años ’60:
A finales de los años ’60, principios de los años ’70 [...] en la Diablada fue la mujer
la que empezó a ocupar espacios mucho más fuertes, mucho más importantes.
[...] la China Supay [...] pasó a ser una tropa. [...] Incluso debemos destacar el
círculo cultural de Artes y Letras Oruro, fundado por Julio Quintanilla, en que
82 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
entre los Morenos y Achachis hay pocas mujeres, pero en el Carnaval de Oruro yo
misma he visto algunas y mis entrevistas confirman esa presencia:
En mi bloque más o menos somos 120, 130. [...] Aproximadamente debe haber
unas 10 mujeres. [...] Mezclado bailamos. (Alicia Tapia, Moreno, Los Cocanis,
05.02.10)
Hay más mujeres que se animan a bailar de Rey Moreno:
El próximo año va a ser mi décimo primer año que bailo de Moreno, [...] no
sé, nunca se me había ocurrido bailar de cholita por ejemplo, siempre de Rey
Moreno. [...] Ya no me parece pesado el traje, ¿no?, me he acostumbrado muy
fácil. [...] Cuando yo entré, éramos tres mujeres, ¿no?, estuvieron tres años ellas,
pero que cumplieron la promesa de los tres años y luego se retiraron y al final
resulté yo ser solita nomás. (Verónica Rojas, 29.11.09)
Gloria Montaño cuenta que hace una década atrás bailar de Rey Moreno fue una
prueba de resistencia que tenían que dar las mujeres que querían bailar de Chola
Antigua, seguramente un intento de restringir el número de Cholas Antiguas.
Yo bailo en la Morenada Central de Oruro diez años ya y un año bailé de Rey
Moreno. [...] Porque... era mi derecho de piso que me estaban haciendo pagar
todo el conjunto. Si quieres bailar de Chola Antigua, me dijeron tienes que
primero bailar de Rey Moreno o de Matraquero, de lo que sea. Después recién
ingresas. Esos eran las condiciones. [...] Yo creí que no iba a poder resistir todo
el trayecto y que dije: no creo que pueda resistir y resistí, llegué al Socavón. Y al
año siguiente ya bailé de Chola Antigua. [...] Ahora ya no permiten que ingresen
mujeres a los bloques de los varones. (Gloria Montaño, 23.05.10)
Aunque en algunos casos son miradas con escepticismo y rechazo, muchas de las
mujeres que bailan de varón reportan haber sido aceptadas bastante y hasta muy bien
en sus respectivas fraternidades, en especial de parte de sus compañeros varones.
Nunca se han objetado, siempre me han recibido de buena forma. (Verónica
Rojas, Rey Moreno, 29.11.09)
Algunos hombres nos aceptan, algunos no, no quieren que estemos, quieren
bailar puro varones, pero bueno algunos nos aceptan, y entre esos varones
estamos ahí, bailando mucho mejor. (Alicia Tapia, Moreno, 05.02.10)
Además, han pasado al menos dos décadas desde que se crearon las Macho
Caporales/MachasXXII por lo que el transformismo femenino ya para nada es
considerado algo escandaloso. Nos han recibido bien, nos han dicho que sí,
XXII En las entrevistas hay mucha variación en cuanto a la fecha de creación de las Machas, el
P.A.S.C.O., el Plan de acción de salvaguarda del Carnaval de Oruro (2006) estipula que el
personaje se habría creado en los años 1980 a 1985 y se puede dar por sentado que en los años
’90 ya había bastantes Macho Caporalas.
86 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
podemos entrar, todo bien, normal, eso, es muy común ahora bailar de Macho
Caporal. (Rosa Sevillana, 23.05.10)
Aún así, por supuesto existen mujeres que no podrían imaginarse bailar de hombre
ya que sienten que eso no estaría de acuerdo con su identidad genérica, hecho que
comprueba que bailar es una demostración performativa de identidades de género82,
no un mero “disfrazarse”. El siguiente testimonio también demuestra que en la vida
cotidiana y en el ámbito folklórico no existen distinciones tan claras entre género y
sexoXXIII como en las discusiones académicas.
A mí no me gustaría, yo soy mujer y me identifico como mujer. [...] Desde un
punto de vista mío no me gustaría bailar de pollerín, ni de Achachi ni nada. Yo soy
mujer y mantengo mi sexo de mujer en bailar la Morenada con mi pollera, aún
como Chola antigua, como china, lo que sea, pero de mujer ¿no? [...] Respeto su
participación de ellas... (Rosario Aguilar, 10.03.10)
No todas las bailarinas son tan respetuosas como Rosario Aguilar; algunas
directamente rechazan a las compañeras que deciden bailar de hombre y las califican
de anormales.
Al principio no se adaptaban, decían que no, para qué si hay chicos, vos baila
de chica, no es necesario que bailes, yo les decía, no, me siento mejor así, y me
decían, no vas a igualar, no vas a poder igualar los pasos [...] Habían chicos
que eran muy machistas, pero como igual hay chicos machistas, hay chicos que
aceptan la situación, dicen, sabes qué, ella baila mejor que vos así que aguántate,
y me defendieron, eso es los bueno, y las chicas se sentían orgullosas, aunque
otras decían ¿que le pasa a esta marimacho? ¿por qué hace eso? [...] en la
comparsa voy a bailar con ellos, tengo el apoyo de todos este año, de las chicas
de mi carrera, de cursos inferiores no, me dicen de todo, marimacho, que no sé
cómo tienes buena relación con los chicos, encima vas a bailar Caporales, eso
es lo peor, que cuando necesitas apoyo de tu mismo género no te dan, ahora te
cierran las puertas en esto, y es el género opuesto es que te va a dar el apoyo, eso
no más. (Gabriela Luna Espinoza, 17.05.10)
El testimonio de Gabriela confirma que cuando la mujer sale demasiado del rol
que la sociedad reservó para ella, enseguida es considerada como un caso extremo,
XXIII El sexo se refiere a características anatómicas, incluyendo el sexo cromosomal (xx o xy),
hormonal y gonádico (la presencia de testículos u ovarios), tanto como la morfología de las
características sexuales primarias y secundarias. En cambio, el género es “un hecho sociocultural
e histórico” que varía según la época y la sociedad (Lagarde 1997: 177) y que se traduce a
“un conjunto de cualidades biológicas, físicas, económicas, sociales, psicológicas, eróticas,
políticas y culturales asignadas a los individuos según su sexo” (ibid: 183). Entonces, “el sexo
es concebido como el principio básico clasificador y estructurador de los géneros”(ibid: 784).
Sin embargo, Judith Butler no sólo cuestiona ese vínculo sino también la supuesta esencia de
la identidad genérica (es decir, “lo” femenino o masculino en el sentido de ser algo “natural”,
“innato” o preestablecido) y desenmascara las identidades genéricas como una “imitación sin
original”, un mero producto del discurso público social.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 87
Las fraternidades que representan danzas no tan populares como la Morenada o los
Caporales generalmente suelen ser menos restrictivas en cuanto a imponer reglas de
admisión. Así, tanto los Negritos como los Doctorcitos de Oruro reciben a todos los
bailarines con las manos abiertas:
En varios años han participado chicas [...] que han bailado de hombre. [...]
Bienvenida al conjunto aquella persona que venga a bailar, que participe en
el conjunto en cualquier bloque, en cualquiera de esos personajes [...] siempre
agarramos con manos abiertas a cualquier danzarín. (Fernando Badani,
13.07.10)
Ha habido casos donde realmente quieren llevar la leva, les gusta el saludo porque
es un poco más diferente que el paso de la mujer. Porque la mujer es más sencillita
mientras el hombre con sombrerito. [...] No querían bailar de mujeres, de varones
es más lindo dicen y los varones siempre están con el salto, están siempre con su
presencia sacando el pecho ahí y les gusta eso. Entonces una persona que quiere
participar así entonces le damos nosotros toda la disposición para que pueda
participar. [...] que participen ya sea como varón o como mujer porque hay que
dar su oportunidad porque no siempre puede ser una mujer que baile secretaria
siempre porque se ha visto en varias fraternidades que las mujeres participan de
varones, se ha visto en diferentes danzas y nosotros ¿por qué vamos a negarles?
(René Mamani, 13.07.10)
Ahora, ¿por qué tantas mujeres quieren bailar de varón?
estamos en este tiempo libre están practicando sus pasos de mujer y viceversa.
Yo me pongo a practicar los pasos de varón y trato de sacar lo más posible, y
alguna vez he tocado esa fuerza de varones que así es y hay chico que digo que
está ganando el movimiento de cadera. (Andrea Pericón, 15.06.10)
Bailo de Macha Caporal porque quería probar como bailan ellos, la fuerza que
tienen es muy diferente a la de las chicas. (Gabriela Linares, 15.02.10)
Parece que esa sed por sentir algo nuevo tiene que ver también con la constante
búsqueda de estímulos nuevos y exóticos, un fenómeno típico para las sociedades de
consumo. Asimismo hay mujeres que simplemente están cansadas de los caprichos
de sus compañeras, de la histérica competencia por ser la más bella y las eternas
peleas por bailar en un determinado lugar, al lado de una determinada amiga etc. y
que por todo eso prefieren la compañía de hombres.
Los hombres no son tan problemáticos como nosotras, las mujeres. (Gloria
Montaño, 23.05.10)
Otras tienen amigos, compañeros de estudio o de trabajo con los cuales pasan mucho
tiempo y cuando deciden bailar lo quieren hacer juntos.
Bailo de hombre, porque soy operadora, mayormente estoy acostumbrada a estar
con ellos, a trabajar, bailar. (Moreno mujer, 15.05.10)
[Estudio] Ingeniería de sistemas, estoy en quinto año y soy la única chica, con
puros chicos ya han aceptado, me han aceptado a tal grado, como estamos cinco
años, hablo con ellos como si fuera parte de ellos. [...] Conmigo hablan de todo,
como si fuera un chico más, y me dicen este año si o si vas a bailar, quiero que
bailes Caporales pero con nosotros. (Gabriela Luna Espinoza, 17.05.10)
Ya son cinco años que de hombre bailo. Es que hemos empezado a ir con mis
amigos y les ha gustado. (Srta Vacaflor, 10.08.10)
Un caso bastante especial de querer seguir en compañía de varones es el de doña
Fortunata Lora:
Siempre bailo [de Moreno], bailo en el Gran Poder también [...] es que es el
bloque, son mis hijos. (Fortunata Lora, 03.07.10)
Además, hay chicas que estiman que...
... los hombres bailan mejor que las chicas, hay más alegría. (Ximena Coagira,
Sambo, 29.05.10)
Aparte de esos motivos personales, muchos entrevistados indican que el transformismo
folklórico de la mujer traduce la reivindicación de los derechos de la mujer y la lucha
feminista al ámbito folklórico:
De nosotros, nunca una mujer bailaba de varón y en Tarabuco nunca bailan ¿no?
imposible, y pero por el asunto de género... la relación de la... por las mismas
90 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
leyes no nos permiten excluir a la mujer entonces tiene que haber igualdad de
género que llaman, así que casi un 30% de nuestros danzarines son mujeres que
bailan de varones. (Víctor Vacaflor, 10.08.10)
En realidad es un surgimiento de la década de los 90, que las mujeres por mostrar
fuerza, por mostrar energía, en varios conjuntos decidieron bailar de varón,
¿no?, para romper esas limitaciones las que se tenían. (Rodrigo León, 02.02.10)
Todos hoy en día tenemos derecho y ese derecho más que todo de bailar donde
uno quiere es saludable, mientras no lo distorsionen la misma coreografía de la
danza no hay problema. (Freddy Yana, 19.01.10)
La mujer ya llega a utilizar el pantalón como el hombre. Entonces en ese sentido
[...] por demostrar digamos a la gente que una mujer puede, puede hacer los
pasos, puede hacer todo. (Pedro Charcas, 19.07.10)
El testimonio de Pedro Charcas hace recuerdo de que “ponerse los pantalones” es
sinónimo de poder, de estar en la posición del que manda y que hoy en día la mujer
ya puede ocupar esa posición (aunque en proporción pequeña frente al dominio
masculino), hecho visualizado en el baile.
más duros, ¿no?, entonces es más interesante, porque entre chicas es más suave y
a mí me gusta bailar más duro. (Karina Vaca, 16.05.10)
El hecho de bailar de Minero también tiene una connotación política, siendo la política
otro dominio público donde escasean mujeres y donde se constituyen y reafirman
masculinidades, no feminidades. Tomando en cuenta el simbolismo político de este
personaje, no parece nada raro que justamente dos estudiantes de Sociología, Karina
y Neria, representen al minero.
He decidido entrar de minero por esto porque es la danza del minero y quiero
sentirme identificada. [...] Y hay también dentro de la danza chicas que también
bailan de minero. No soy la única. (Neria Portugal, 17.07.10)
En este caso el hecho de bailar de Minero podría interpretarse como un creciente
interés de las estudiantes en ese campo político, un espacio dominado por
hombres, del cual ellas se estarían apropiando simbólicamente. Sin embargo, cabe
preguntarse si el deseo de bailar de Minero no surge también de una buena porción
de romanticismo social acerca del “hombre marginado” y su lucha social. Puede
ser una representación que idealiza a un “extraño” en el sentido de la gramática
de orientalismo de Baumann (2004), convirtiendo así un sujeto “irracional” y
“subdesarrollado” en un “héroe” político. Las reacciones que tuvo Neria con su
participación también parecen confirmar que a pesar de su buena intención se la vio
más como un adorno bonito que una luchadora por el bienestar de los mineros:
He sentido así tanta consciencia en los jóvenes: ah, ahí van los mineros y que de
repente si parábamos se daban cuenta y decían: sí, es una chica, una chica, qué
bonita, ojalá fueran así todos los mineros. Súper bonito. No he sentido que ay,
qué raro. Mis compañeros me han apoyado y ha sido mi idea ¿no? de entrar de
minero. He dicho: yo quiero hacer algo diferente. (Neria Portugal, 17.07.10)
El hecho de querer “hacer algo diferente” para mí suena más a protagonismo personal
que a un compromiso social. En todo caso, llama la atención la falta de mensajes
políticos explícitos en las danzas folklóricas en general, y más aún de parte de las
mujeres que participan en éstas. Como ya detallé, las danzas folklóricas por supuesto
cumplen funciones importantes en cuanto a las políticas identitarias, la construcción
de redes sociales y la consolidación y escenificación del poder económico y político.
Pero, a diferencia de la danza autóctona que hasta el día de hoy frecuentemente
está abiertamente ligada al sistema político de la comunidad (con las autoridades
dirigiendo y financiando las comparsas o aliándose con partidos políticos), las
fraternidades folklóricas no suelen demostrar su orientación política públicamente.
Puede ser que eso también tenga que ver con la feminización de las entradas y con su
correspondiente énfasis en exhibición y belleza, desarrollo fuertemente criticado por
los Pacochis Trotzkistas de la UMSA quienes tratan de contrarrestar esa tendencia:
La mayoría de las chicas está acostumbrada a mostrar las piernas, volver la danza
más sensual, algunos senos por aquí, unas piernas por allá, unas lentejuelas por
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 95
acá, ¿no?, nosotros no, nosotros tratamos de reivindicar más des de el punto de
vista político y eso es muy difícil que se comprenda para la gente. (Juan de Dios
Tapia, 23.07.10)
Es un intento que se traduce a la “anulación” del “rol femenino”:
En realidad el problema de género está anulado en Paquchis, ¿no?, hombres y
mujeres bailan de Paquchis que son en cierta forma indiferenciados sexualmente.
[...] Hemos adecuado la danza y no hay un sector femenino o masculino que se
refería. (Juan de Dios Tapia, 23.07.10)
Se entiende cuál es el fin deseado de esa medida, pero por más que sea un
pronunciamiento político claro, al mismo tiempo reafirma la desigualdad de género:
las mujeres tienen que hacer de hombre para estar en la misma posición que éstos y
como mujeres mismas directamente desaparecen del escenario público.
Obviamente los Pacochis Trotzkistas son un grupo bastante especial, más
político que folklórico. Pero hay un fenómeno que se repite también en las otras
danzas folklóricas: el hecho de querer dejar en claro que la mujer está “a la par” del
hombre, comprobado a través de bailar de hombre.
Los chicos que mejor igualaban, que bailaban mejor iban a entrar de figura pues,
yo podía, y de eso no les quedó duda y tuvieron que aceptar, me gané mi puesto
y me quedé ahí. (Gabriela Luna Espinoza, 17.05.10)
Muchas veces los chicos, [...] nos decían, “chicas, a ver que salten como nosotros,
dos vueltas y están muertas”. [...] Nos ha costado ensayo, físico y todas esas
cosas y los mismos chicos vieron, que para nosotros no era difícil ningún paso
que ellos nos podían dar, entonces en los primeros convites, especialmente donde
tienes que demostrar tu resistencia, y los chicos nos aceptaron, ahora mismo nos
tratan con un respeto único, porque llegamos así, ay chicas, sí van a bailar con
nosotros, ensayamos juntos por ejemplo, pero es bien interesante, uno se gana
ese respeto mismo. (Laura y Claudia, 15.06.10)
Es como que me miraban y era como los nuevitos en especial, me miraban y
decían: ah, ella sabe, y cuando me querían changuear digamos, yo llegaba, me
veían:” ya, mujer va a bailar, seguro...” yo me rajaba bailando para callarles la
boca, me miraban, ya luego me hablaban bien. (Wendy Molina, 08.06.10)
Esa lucha de “tener que estar a la par del hombre” resulta en un discurso centrado
en “poder aguantar, saltar, resistir” etc., es decir, alcanzar una supuesta supremacía
(física) del hombre. Connell identifica esa fuerza física como un demarcador
bastante arbitrario de la masculinidad. Hablando en términos generales, existe
una enorme variabilidad en las aptitudes físicas de ambos géneros que fácilmente
permite que algunas mujeres superen a los hombres en ese contextoXXIV como
también de manera inversa, por lo que esa fuerza no debería tomarse como indicio
de una supuesta superioridad masculina. Sin embargo, es un aspecto cuidadosamente
fomentado y cultivado desde la formación escolar hasta la transmisión audio-visual
de campeonatos internacionales (1995: 54). Es así que también en el contexto de las
entradas folklóricas, el rechazo o escepticismo referido a aquellas mujeres que se
oponen a los roles tradicionales y quieren bailar de hombre, se justifica con una falta
de fuerza física.
En el bloque Morenos hay unas cuatro o cinco, pero no son mas, tampoco se les
ha recibido más porque, no por el problema del genero, sino por el problema
de que no pueden, o sea yo te puedo decir que hay mujeres que tienen buenos
físicos, pero la mayoría no son así, entonces son más frágiles, tienen que ir
desvistiéndose, vistiéndose, entonces el problema es que van retrasando, entonces
toda la fila se tranca, entonces más es por eso, que porque sean mujeres. (Marcelo
Camacho, 03.02.10)
Yo promulgo el tema de la igualdad de género, pero no es lo mismo cargar un
traje un varón que una mujer, el físico de una mujer boliviana, y en especial del
lado occidental... (Moreno, Morenada Central, 04.02.10)
XXIV véase el caso de las albañiles mujeres que cargan material de construcción al igual que un varón
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 97
No han pasado de los ensayos. Lo que pasa es que el varón baila más fuerte y tiene
un jale mayor que el de la mujer. [...] Además, el tema es el manejo de la espuela.
[...] Nosotros bailamos con espuela, y para bailar con espuela tienes que saber
bailar [...] nunca he visto a una mujer bailar de hombre, he visto mujeres que
han intentado bailar de hombres, pero no lo han logrado. [...] Es complicado en
el estamento de Diablo que una mujer aguante ese ritmo, porque aparte de que
es fuerte la danza y es movimiento en bloque, el tema es la resistencia. (Pablo
Bautista, 05.01.10)
Pablo Bautista hace especial mención de las espuelas, al igual que las botas y el
pantalón, una insignia del dominio masculino87 que según su argumentación sólo
puede ser manejado por los que saben mandar, es decir, los hombres. Ahora, está
claro que no todos los hombres van a poder bailar con espuelas o “aguantar” un
par de kilómetros saltando, es decir, que esa imagen del bailarín fortachón híper-
masculino no es otra cosa que una construcción social. Además, cabe mencionar que
en el Carnaval de Oruro hubo y sigue habiendo varias mujeres que bailan de Diablo
sin tener dificultades con el baile (pero sí con el machismo de sus compañeros)88.
El transformismo folklórico – tanto de mujer como de varón – es una
práctica que ayuda a entender cual es la supuesta esencia de “lo masculino” y “lo
femenino” en un determinado contexto social. Al representar un personaje de otro
género, los mismos danzarines empiezan a reflexionar sobre las características de
“lo femenino” y “lo masculino” ya que tratan de representarlas de la mejor manera
posible. Pero como no se trata de movimientos, gestos y estilos corporales totalmente
internalizados y (re)producidos por la socialización psicomotriz89, la “copia” muchas
veces no es perfecta sino más bien produce un semejante “dislocado” (Bhabha 2000)
que está en disonancia con el “original” y justamente es ese desfase entre “copia”
y “original” que resalta las características de los modelos socialmente construidos.
Además, cuando las mujeres justifican su predilección por bailar de hombre con la
posibilidad de ser “atrevida”, estar “cómoda”, “saltar”, bailar “con fuerza”, realizar
movimientos y pasos “más interesantes” y tener mayor libertad, identifican atributos
asociados no sólo con el baile, sino también con el rol genérico del hombre, de esta
manera concientizando y subrayando las diferencias impuestas por la sociedad. Vale
la pena detallar el tema de la libertad, un tema también muy presente en el libro
“Los cautiverios de las mujeres” de Marcela Lagarde, quien postula que las mujeres
permanentemente viven encerradas en cautiverios socialmente construidos, privadas
de la autonomía e independencia (1997: 36 sig.). Entonces, analizando los testimonios,
una se da cuenta que al bailar de hombre la mujer al menos sale del cautiverio que le
impone aguantar tacos incómodos, la vista morbosa y las insinuaciones sexuales de
los espectadores e incluso se libera de las restricciones morales (implícitas) que sufre
bailando con falda corta. Bailando de Macha, las hermanas Velásquez disfrutan del
baile como de un deporte que les brinda la posibilidad de desfogarse sin que nadie
les moleste, un derecho que sobre todo los hombres suelen exigir para sí mismos:
98 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Me parece más alegre, se puede saltar más, puedes hacer muchas más cosas de
las que no puedes hacer con chicas. Además, es menos cansador que con los
tacos. (Érica Fernández, 29.05.10)
Bailando de Macha las mujeres incluso pueden acompañarse a sí mismas con el
sonido de los cascabeles que adornan sus botas, otro símbolo de libertad y poder.
4.4.5. Teatralizar hombría, bailar de hombre versus bailar como hombre y variaciones genéricas
En muchas fraternidades no cualquier mujer es admitida para bailar de hombre.
Existen requisitos para teatralizar hombría entre los cuales se destacan la fuerza y la
estatura.
En mi fraternidad [los centralistas], también existe un bloque de machas, pero
este bloque [...] baila dentro de mi bloque de hombres y las calificamos en función
a la fuerza que tienen, porque si una chica está ahí y girando las caderas en el
bloque de hombres, no va, no baila. [...] Tiene que tener cualidades para bailar
como hombre, porque uno, es la estatura y el otro es el…, bueno su estado físico,
¿no?, porque el hombre es el que más salta. (Jaime Pacheco, 30.11.09)
No me dejan, no me dejan, soy pues bajita. Para Macha Caporal hay que ser
alta. (Ingrid Fernández, 23.05.10)
Según la historia el caporal es varón. En este caso se le ha permitido bailar
porque uno de los requisitos para bailar macho caporal es ser alta. Porque se
ve más bonita la danza. Y pues hay señoritas que son bastante bajas y quieren
bailar, pero no, se pierde, no llaman la atención como una persona alta. (Antonio
Comanel, 23.05.10)
Otra vez se trata de alcanzar el prototipo idealizado de un hombre “fuerte” y “alto”,
imagen presente en películas de acción pero no tanto así en la vida cotidiana. Como
bien acierta Wendy Molina, una buena parte de los hombres que bailan no cumple
con esos “requisitos” de la masculinidad:
No creo que vaya tanto para posición del chico guapo o guías, porque he visto
cada chango, o son ch’itis, así chiquitos, mocosos digamos bailando, o son
recontra gordos, panzones que no tienen nada, y ninguna chica se le ve digamos.
(Wendy Molina, 08.06.10)
Sin embargo, nadie duda de su virilidad, especialmente cuando comprueban su
machismo en excesivas borracheras91, otro punto en el cual Wendy sintió la necesidad
de competir.
Es bien jodido bailar en una fraternidad, en un espacio donde hay solo chicos,
porque siendo la única chica, o es que te dicen, no, no le den mucho a ella, porque
ella no toma es mujercita y demás, o es que te pones a su mismo nivel y tienes
que chupar como ellos chupan, entonces yo chupaba como ellos chupaban, yo
100 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Una de las dos señoras que en la Entrada Universitaria 2010 participaron de Jilaqata.
Foto: David Mendoza Salazar
102 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
opta por reproducir uno de los dos modelos establecidos. Así, Alejandra distingue
entre bailar dentro de un bloque de hombres y asumir la forma de bailar de la gente
que le rodea y bailar en una fila de Machas, donde la mujer tiene un protagonismo
como tal:
Si se baila en el bloque de chico, hay que sacar el estilo de chico, si tenemos una
fila, hay que ponerle algo más de coqueto. (Alejandra Ordoñez, 18.07.10)
Asimismo, Gloria Montaño diferencia entre bailar de Chola Antigua y de Rey
Moreno:
En el bloque de mujeres hay que ser más femenina y en el bloque de los varones
más como ellos, no hay mucho movimiento, es más pausado. (Gloria Montaño,
23.05.10)
Además, para algunas mujeres y algunos transformistas no parece ser difícil adaptar
sus movimientos al rol que están representando, otra prueba de que se trata de estilos
corporales impuestos por la sociedad pero para nada “innatos” o “naturalmente”
femeninos o masculinos93.
[Laura] baila súper lindo, súper marcado, [...] bien rudo, bien interesante pero
ella era bailarina de ballet clásico, o sea son esas dos contradicciones, ¿no?,
que la ves tan, tan sutil puede ser bailando clásico, y de repente que la veas así
bailando de macho, yo digo, wow, nos ubicaremos. (Claudia, 15.06.10)
[Bailar de mujer] es un cambio de rol y muy distinto a que tú bailes de chico,
así un poquito brusco, [...] pero cuando bailes de chica es un poquito más con
delicadeza. (Montserrat – Edwin Cochi Ramos, 26.04.10)
Tanto Laura como Gabriela piensan que simplemente tienen la facilidad de cambiar
de un tipo de movimiento a otro:
De chica bailo igual, pero sí no voy a bailar de chica, vestida de chica, más
bruscamente, no, igual con la misma suavidad, igual he bailado Caporales de
chica, y todo el mundo se sorprendía porque bailaba de Tinku de chico y al año
siguiente de Caporal de chica, y todos hhhhh... o sea soy multifacética en eso.
(Gabriela Luna Espinoza, 17.05.10)
Pero eso también quiere decir que Laura y Gabriela (y seguramente muchas otras
más) reconocen y reproducen roles de género a través de la danza y, a pesar de
bailar de hombre y tener una actitud muy emancipada, su baile más bien parece
reforzar la heternormatividad binaria en vez de cuestionarla. Como no les gusta el rol
femenino representado en el baile (y en la sociedad) optan por el rol más atractivo,
pero esa elección sobre todo enaltece el valor de lo masculino sin hacer mucho para
la deconstrucción de los roles genéricos en sí. Al final, las que bailan de varón, más
que nada causan asombro entre los hombres que finalmente tienen que aceptar que
sus compañeras efectivamente sí “aguantan”:
104 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Hay eso, ¿no?, que mujeres que se visten de hombres y entran como tal, a la
Morenada mismo, tú puedes pensar que es algo un poco difícil por el peso del
traje, hay mujeres que bailan, y lo hacen al par del moreno. (Ives Reynaga
Herrera, 03.02.10)
En mi comparsa tenemos una señora, que baila de Moreno, es señora, pero baila
de Moreno, paga su cuota, o sea lo hace todo como un hombre, ¿no?, baila,
resiste el traje de Moreno. [...] Nosotros nos hemos sorprendido porque nunca
hemos visto una señora que se atreva a bailar de Moreno, porque la ropa de
Moreno es bien pesada, y hemos dicho, no, no va a poder, se va a rendir, pero la
verdad ha llegado hasta el final y sigue bailando este año también. [...] Ahora
baila, nadie dice nada, y es una más de nuestros componentes. (Walter Márquez
Cortez, 23.05.10)
Tomando en cuenta estos testimonios más parece que estas mujeres son vistas como un
“bicho raro”, algo que definitivamente está “fuera de norma” pero no necesariamente
como quien la transgrede. Tal vez para ese fin su masculinidad femenina aún es
demasiado “mansa”, como dice Halberstam al comentar masculinidades femeninas
heterosexuales, razón por lo cual también sería más fácilmente aceptada por su
entorno social (2006: 28).
esto de…, como que vos vas a una oficina y te portas tan cruel y maldito como
un hombre para decir, “soy jefe”, ¿no?, o sea, entonces ponerte al rol del
masculino, macho, brusco, me da esa sensación, ¿no?, entonces puede gustarles,
pero me sigue pareciendo todavía, uno, que ¿por qué la mujer tiene que vestirse
o parecerse a un hombre para decir que puede hacer algo? [...] Sigue existiendo
esto de que el hombre porque es hombre, porque es como es, tiene un nivel
de poder y nosotros para llegar a eso tenemos que poco, imitarles. (Yolanda
Mazuelos, 02.07.10)
Además, cuando demuestran que “aguantan” hacer de hombre las bailarinas enseguida
son sospechosas de “no ser mujer”95, es decir, la masculinidad femenina expresada
en fuerza y rendimiento físico al menos en parte sí cuestiona la heteronormatividad
dominante y enseguida es asociada con el lesbianismo96.
Acá en La Paz hemos visto en los Vacunos y la Artística Trinidad, ¿no?, uno no le
puede decir nada, yo lo he visto en turrilito, con charretera y barrilito lo he visto,
su decisión de ella, puede bailar, pero no sé cómo se sentirá entre varones, ¿no?,
porque es un bloque de puro varones, y el varón siempre está propuesto de que
en Gran Poder se toma y hace su necesidad donde sea, no sé cómo se sentirá,
porque de repente es varón también. (Edgar Vidaurre, 06.01.10)
La asociación de variaciones genéricas con orientaciones sexuales “aberrantes” se
nota también en el testimonio de Jaime Javier Pacheco Quisbert quien recalca que
una señora que baila de hombre tiene hijos y familia, es decir, que es “normal”, lo
mismo que enfatiza una bailarina de Achachi al defender su condición de ser mujer.
En nuestra fraternidad quiso incursionar hace unos tres años justamente una
dama que le gustó, nos llamó la atención porque dijo “yo siempre he bailado de
varón”, la señora tiene sus nietos, tiene sus hijos, su familia, pero ella dice, y se
hace hacer el traje, paga la matraca y todo lo de varón, la hemos visto en otras
fraternidades que lo viene haciendo lo mismo y he visto también en algunas otras
fraternidades, pero son como lunarcitos una, una así ¿no? (Jaime Javier Pacheco
Quisbert, 18.12.09)
Yo tengo mi esposo, mi esposo está bailando de Achachi, adelante está bailando,
no hay nada de que soy del otro lado, para nada. (Achachi mujer, 15.05.10)
Se nota que siempre queda la sospecha:
Puede bailar, pero que lleve igualito los pasos, como parte, porque en Caporales
hay mujeres que bailan con los varones, ¿no ve?, con tal que lleven los pasos
igual. [...] Yo pienso que deben querer ellas bailar, ¿no?, a tipo de ella, pero
también, qué serán, por qué... les gustará bailar de hombre. (Aida Montaño,
19.06.101)
Es por eso que algunas mujeres prefieren bailar con máscara y sin llamar la atención.
106 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Que no me vean, prefiero estar con máscara [...] porque al vernos también dicen,
a esa mujer, una mujer bailando, nos miran mal. (Achachi mujer, 15.05.10)
Por el otro lado, cuando la mujer que baila de hombre es aceptada frecuentemente
surge un notable paternalismo en esa aceptación: aún cuando las mujeres bailan de
varón muchas veces son tratadas como personas más débiles que hay que cuidar – y
éstas se dejan cuidar:
Están tranquilos, acompañando y nos cuidan bastante a las mujeres. (Antonia,
Moreno, 13.02.10)
En este sentido no se podría hablar de un desafío del orden patriarcal establecido – la
conducta “generosa” y “caballerosa” de los hombres que “cuidan” a sus compañeras
y el hecho de que éstas acepten ese trato más bien parecen reconfirmar los roles de
género vigentes. Creo que es en ese mismo sentido que en algunas fraternidades se
las pone como figuras o en lugares destacados para que “embellezcan” la comparsa,
dejando en claro que son algo especial que da realce al grupo.
Al final no se prohíbe de que digamos el moreno debe ser siempre varón, ¿no?,
o un caporal debe ser siempre varón, ¿no?, más bien le da un poquito más de
variedad. (Eloy Roberto Condori, 04.03.10)
Nos han aceptado, sí, en este poco que estamos bailando se nos han aceptado
con mucho agrado los chicos y nos han puesto como figuras a todas las chicas.
(Janeth Durán Salazar, 23.05.10)
Hace unos diez años otra chica también ya participa ya de K’usillos en el medio
de los K’usillos se ha puesto ¿ya? y ellas eran pues como la atracción por llevar
el cabello largo, ¡ah, mira, una chica está bailando! decían. (Pedro Charcas,
19.07.10)
De K’usillos he visto bailar a mujeres. Bailan lindo, con más gracia [...] los
mismos muchachos dicen ¡amiga, baila conmigo! Ya, mucho Waka y mucha
Lechera, mucha Mamala, dicen ¡ven, vas a bailar con nosotros! y las señoras
bailan. Un mismo ritmo, una cosa bonita es, hermosa. Bienvenidas. (Carlos
Coharita, 25.06.10)
Parece ser un tipo de aceptación que solamente reproduce el modelo establecido. Así
¿cómo el caballero no va a permitir que la dama baile a su gusto?
Yo veo que [los hombres] se sienten a gusto, porque es bueno compartir con la
dama ahí a su lado bailando. (Víctor Gutiérrez, 04.02.10)
La subestimación de la capacidad femenina también se hace sentir por otro lado,
por la preocupación que demuestran algunos hombres al hablar de compañeras
que bailan de varón. En los dos casos que voy a citar a continuación no dudo de
las buenas intenciones de los entrevistados, pero sí pienso que sus testimonios en
el fondo reflejan una actitud muy bien internalizada: que la mujer es un ser “más
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 107
frágil”, “menos capaz” que “sufre” bailando de hombre, que por lo tanto requiere de
la ayuda del varón.
[Las tres que bailan de varón] bailan pero ya están acostumbraditas, pero les ha
costado, porque los demás cuando entra una damita padece, es complicado el
tema del peso en esta parte de los hombros, en la cintura al tratar de sujetarse el
pollerín, es complicado, las mascara, los pies con las botas, todo eso se sufre, pero
en especial la mujer es donde más sufre. (Moreno, Morenada Central, 04.02.10)
A veces es lindo ver a una chica bailar [de hombre] le ves a una chica, “ah mira
qué valiente y con sus… abarcas gigantes, ¡ay no, pobre!”, y a otros se les sale
las espuelas y están en sus tendones de atrás, saliéndoles sangre a veces y hace
dar miedo. (Ever Ramos Quispe, 08.07.10)
Ya se le permite [bailar de hombre], hasta se le colabora de alguna manera,
porque a veces digamos, pensamos que la mujer es un poco delicada, y a veces
el hecho de la caballerosidad también hace que te impulse de alguna manera, que
puedas colaborar de alguna manera. (Ives Reynaga Herrera, 03.02.10)
Partiendo de esa supuesta delicadeza y fragilidad la exitosa participación “de
hombre” causa aún más admiración, algo que experimentó Érica quien ya lleva dos
años bailando de Moreno:
Bueno, todos los hombres dicen que el traje es pesado, así que dije, voy a hacer la
prueba. [...] Eres muy macha me dicen, capa, porque “el traje es pesado” dicen,
nosotras también podemos igual que ellos. (Érica Alarcón, 13.02.10)
Es una admiración que se caracteriza por adjudicar “valentía” a las bailarinas, de
esta manera nuevamente subrayando su anormalidad. Lo que para un hombre es
“normal” para una mujer es una muestra de especial valentía:
[Dicen] que soy muy valiente, y que... a un principio dudaban que iba a bailar
porque es muy pesado el traje dicen, no sé, pero yo me creo capaz de poder llegar
hasta la mamita con mi traje. (María Magdalena Flores, 13.02.10)
También las mujeres bailan ahora de hombres, como Diablos, como Luciferes.
Ellas sí han incursionado a la fila de los hombres. Es un poco, nosotros miramos
el valor que tiene porque siempre es más sacrificio. O sea digamos estar al ritmo
de un Diablo, trotar, ir más allá, jalan, entonces estás, no demorarse, no fallar
en los pasos, todo, por eso yo, decimos que la mujer que baila de hombre es
bien valiente. Y bien. Bien lo hace, muy bien. Nos han representado bien. Y a
la inversa yo creo que es de nosotros. Tener digamos esa valentía, ese coraje.
(Ernesto Navarro, 05.03.11, entrevista: David Mendoza Salazar)
Resumiendo los últimos testimonios cabe preguntarse si bailar “de varón” realmente
es un medio adecuado para cambiar actitudes machistas y paternalistas. En este
sentido seguiré reflexionando sobre la feminización de las entradas como signo de
108 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
orureñas, bailar, “pasar la fiesta” u obtener un cargo en la directiva sí son actos muy
politizados y determinantes para el estatus social y, por lo tanto instrumentos para
la consolidación de hombría (ver cap. 3.3), para la mayoría de los danzarines ya no
existe ese nexo directo entre baile y cargo público o entre el personaje representado
y la posición política-social que ocupa el bailarín en la comunidad. Incluso en la
Morenada paceña, donde antiguamente la jerarquía comunitaria se traducía al hecho
de ser guía, trasguía, malta o ch’uli en la tropa de los Morenos y donde solo un casado
podía representar ese personaje, hoy en día para muchos ya no existe esa función
emblemática. Ni hablar de la participación en las así llamadas “danzas livianas”
que aún más enfatizan el elemento artístico-lúdico que sí da lugar al protagonismo
personal y a las políticas identitarias pero que no se asocia con cargos públicos u
ofrendas religioso-rituales. Por ende, faltando ese nexo, al menos en cierto sentido
ya no es un espacio tan atractivo para la performance de “lo masculino”, con lo que
empiezan a faltar hombres, hecho que a su vez posibilita la mayor participación de
la mujer, incluso protagonizando papeles “de varón”, práctica que se inicia ya en el
colegio:
El primer año en el colegio he bailado de mujer, pero como los chicos eran muy
pocos, he empezado... he dicho ya, me voy a meter de chico, he entrado de chico
y me ha gustado más, y desde ese entonces hasta el día de hoy bailo de chico.
(Gabriela Luna Espinoza, 17.05.10)
Así, a pesar de que en el contexto ritual sería impensable que una mujer se disfrace
de hombre, yo misma pude observar mujeres bailando de varón en los festivales
autóctonos de Challapata (2009 y 2010) y en el concurso nacional de música y danza
autóctona llevado a cabo en Tiwanaku el 17 y 18 de Octubre 2009. La folklorización
y descontextualización permite el transformismo:
Faltaban algunas personas, uno se tiene que animar. (bailarina de Challapata,
15.07.09)
Es que faltaban hombres, y ya [...] o sea a mí me gusta bailar de hombre. [...]
Ahorita digamos tenemos en mi pueblo una reunión y ahí están asistiendo la
mayoría de los hombres. [...] Como modo de diversión nos venimos aquí en la
tarde. [...] Ellos están ahí ocupados. (bailarina de Chaxis, 18.10.09)
El segundo testimonio demuestra claramente cual es el esquema de valores: el
hombre está ocupado en lo importante y lo importante es la reunión comunal. Fuera
de su contexto político-ritual la danza ya pierde vigencia y es dejada a la mujer
quien la considera como un pasatiempo y no como un escenario de lucha por poder
(como lo es una reunión comunitaria). Notablemente, ya en los años 1930 Ted
Shawn, pionero de la danza moderna, percibió esa dinámica para el ballet y la danza
moderna y según él, justamente fue esa des-ritualización que quitó la importancia
ceremonial a la danza, y, por lo tanto, la convirtió en un arte femenino98. Freddy
Calla Montoya confirma: mientras que en el contexto rural (en este caso: la región
110 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Charazani) abundan hombres, en las entradas que carecen de sentido ritual algunas
chicas tienen que bailar Qhantus agarrando banderas para disimular la falta de pareja:
Algunos años que más hay damas que varones. [como faltan hombres] tenemos
que darles sí o sí wiphalas [...] Pero en las comunidades [...] no se puede bailar
con la wiphala. [...] Sus dos hijas que son de Kaata han venido bonito, pero los
muchachos que eran universitarios no han venido, se han quedado paraditas y
nosotros les hemos dicho así disimulamos nosotros. [...] Mientras que allá en las
comunidades no ocurre eso. Más al contrario abunda que hombres, pero aquí
el hombre es más tímido. (Freddy Calla Montoya, 18.12.09)
Entonces, la feminización de la danza y de los eventos dancísticos no necesariamente
señalan una toma de poder sino más al contrario perpetúan la subordinación de la
mujer dejándole un espacio para ser un adorno bello, desempeñarse en el arte, es
decir “embellecer la vida del hombre”, ser “dulce”, “suave” y dócil. Así, la danza
se convierte en un ámbito reservado para los no dominantes, los (y especialmente
las) que se rigen por lo corporal y no por lo mental, intelectual99, reservando “lo
emocional” para las mujeres y “lo racional” para los hombres, de esta manera
confirmando las estructuras patriarcales100.
Antes las mujeres no bailaban [...] pero como atracción dentro de una entrada
para nosotros nos cae bien no, por cierta diversificación que te distrae la vista.
(Guillermo Marín, 21.07.09)
A veces a la mujer se la toma como un adorno, ya, ella pa… que esté bonita [...]
la mujer, realmente en el Caporal ha sido incluida como una parte ornamental,
definitivamente. (Roberto Sardón, 23.07.09)
En las danzas que antiguamente no contaban con la participación de mujeres los
nuevos personajes femeninos carecen de un sentido político-religioso-ritual, y, por lo
tanto, de importancia. Es también por eso que el poderío de una Morenada se sigue
midiendo por la cantidad de Morenos que reúne (y no por la cantidad de Cholitas y
Chinas) ya que solo éstos representan el “peso” (simbólico, visibilizado a través de
sus trajes voluminosos, pero también económico-político) de la fraternidad.
Hay que mencionar otro factor más: la occidentalización y “balletificación”
de los bailes y sus personajes. La incursión de “profesionales” y estudiantes de clase
media-alta está transformando la estética de los trajes y movimientos, tratando de
darles un toque más “elegante” y “de categoría”. ¿Pero qué es esa elegancia y esa
categoría? Se invita a modelos y Misses o a ballets folklóricos para que embellezcan
la fraternidad. Y ese tipo de bailarines se rige por valores estéticos occidentalizados
que ponen el ballet clásico en un pedestal, sinónimo de belleza y elegancia, una
elegancia muy femenina en el sentido occidental, visión plasmada en la famosa frase
de Balanchine101: “El ballet es una mujer”, que refleja la asociación generalizada del
ballet clásico con un arte esencialmente femenino102 opuesto a la “verdadera” virilidad.
Hacer pasos bruscos, emborracharse y pasar fiesta son actividades que compaginan
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 111
con la hombría andina. En cambio, pasar cursos de técnica clásica (algo usual en los
ballets folklóricos) y demostrar ese tipo de movimientos estilizados ya para muchos
jóvenes (y sus padres) son señales de feminización absolutamente rechazadas
y frecuentemente asociadas con la homosexualidad, actitud que supuestamente
surgió a principios del siglo XX debido a la escenificación y al enaltecimiento de la
homosexualidad en los Ballets RussesXXV dirigidos por Sergio Diaghilev103:
Yo he empezado a bailar a mis quince años, he entrado al Ballet Folklórico
Nacional, pero el apoyo de mi padre no tenía para nada, él estaba totalmente en
contra. [...] Estaba en contra por que decía que el ballet era para maricones,
decía que, así textualmente te digo “que un hombre no se dedica a esto”.
(Roberto Sardón, 23.07.09)
Yo decía, “hemos superado este problema”, de que los hombres se sientan…
que cuando hacen técnica, de que se crean que son maricones. Pero las nuevas
generaciones, en los niños, más muestran todavía, tienen resistencia a la danza
como formación, pueden pasar karate, fútbol, eso es de los hombrecitos, las
mujercitas que hagan danza y entonces ya mi generación, los chicos por ejemplo
comentaban, ¿no?, que sufrieron mucho en su casa y entre sus amigos el que
hagan danza, peor si decían que estaban haciendo técnica clásica, ¿no?, porque
decían, “ah, sólo eso es de los maricones, seguro que estás con tu bucito y tus
zapatillas”, ¿no?, entonces aquí los jóvenes empezaron a sentir lo mismo [...]
dicen, “cómo, no, profe, da vergüenza”. (Yolanda Mazuelos, 02.07.10)
Es por eso que en los ballets folklóricos y en ciertas danzas escasean los hombres.
Volviendo al testimonio de Ramiro Durán: para hacer crecer su bloque invitó
a bailarines de un ballet folklórico quienes según él bailaron muy bien, pero que
seguramente reforzaron la “feminidad” de los Inkas, una danza fuertemente asociada
con la presencia de bailarines gays. Así, también en otras danzas folklóricas que no
escenifican machismo y poder, como por ejemplo Antawara, Awatiris o Suri Sikuris,
abundan las mujeres sin que esto pueda interpretarse como una toma de poder. Y
hasta en las danzas de mayor prestigio una fuerte orientación hacia la elegancia
occidental puede causar una merma de integrantes masculinos, siendo el ejemplo
más conocido la “bella” Morenada Ferrari Ghezzi cuyas primeras generaciones
de Chinas/Figuras fueron entrenadas por Carlos Espinoza (Ofelia) quién impuso
una “disciplina de colegio” en el grupo que no concuerda con la imagen “ruda” y
“brusca” con la que se identifican muchos bailarines folklóricos (ni mucho menos
con la borrachera habitual en algunas fraternidades). Creo que esa dinámica es aún
más importante en el contexto autóctono: ahí no se trata de que un hombre baile
“bonito” o “elegante”; lo que tiene que hacer es escenificar hombría (a través de
XXV El Ballets Russes fue una compañía de ballet famosísima que a principios del siglo XX estrenó
obras clásicas como “Le sacre de printemps” (“Consagración de la primavera), “Pájaro de fuego”
y “Sherezade” y cuya estrella más renombrada fue Vaclav Nijinsky, un bailarín gay quien, entre
otros, creó el papel del fauno en “L’après midi d’un faune” (“La tarde de un fauno”).
112 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
sabiduría y poder) y al tocar y bailar cumplir con un deber religioso-ritual que recién,
debido al incrementado contacto entre el área rural y urbano, está comenzando a ser
influenciado por la estética occidental. Es un contacto que en gran parte surge de la
migración laboral, pero también de la necesidad de realizar estudios superiores en los
centros urbanos y de la influencia de los medios de comunicación que despiertan el
deseo de tener “una vida mejor” en la ciudad. Así, los jóvenes comienzan a despreciar
las danzas autóctonas como expresiones vernáculas contrapuestas a la “modernidad”
y el “progreso”. Y cuando pasa eso justamente se llega a la feminización de los
conjuntos: los jóvenes ya no quieren o pueden aprender a tocar y quedan las mujeres
bailando al son de una tropa diezmada y solamente compuesta por ancianos.
En lo que sigue voy a tocar un tema bastante tabú (sobre todo en el contexto
católico urbano), el de la sensualidad, seducción y sexualidad expresada en las
danzas y fiestas autóctonas y folklóricas.
4.6. Resumen
La feminización de las entradas, es decir, la creciente presencia de mujeres en los
eventos folklóricos y autóctonos que en algunas fraternidades ya supera el 60%, es un
fenómeno de las últimas tres décadas que se da a causa de los siguientes factores: los
cambios sociales reflejados en una mayor participación de la mujer en la vida pública
y laboral, el creciente interés y la incursión de nuevos estratos sociales al ámbito
folklórico (hecho inducido por los transformistas y travestis quienes empezaron
a crear nuevos personajes femeninos influenciados por una estética occidental) y
la decreciente función política-ritual que tiene la danza hoy en día para muchos
bailarines. La occidentalización y subsiguiente apropiación de algunas danzas por
mestizos blancoides no sólo conllevó a la creación de muchos nuevos personajes
femeninos sino también a la “balletificación” de la imagen de algunas danzas y de
los ballets folklóricos, hecho que no compagina con la imagen de una “hombría
andina”, lo que refuerza la “fuga” de componentes masculinos. Por último, las que
también contribuyen a la elevación de los porcentajes de participación femenina son
las mujeres que bailan de varón.
Hay diferentes motivos para que una mujer pueda querer bailar de hombre:
desde pasar una “prueba” hasta el descontento con el rol femenino y el deseo de
seguir en compañía de sus colegas de trabajo y estudio. A primera vista parece ser
un instrumento adecuado para contrarrestar la hetero-normatividad (la restricción
de los roles de género vigentes a la diada hombre-mujer), es decir, para proponer
una masculinidad femenina o una feminidad masculinizada que estaría dentro de un
gran abanico de variaciones genéricas. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que
la apropiación de personajes masculinos y la masculinidad (hegemónica) que éstos
representan en la mayoría de los casos reproduce y refuerza los estereotipos acerca
del hombre y en vez de desafiar los valores del sistema patriarcal los consolida.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 113
Resulta que al final muchas de las que “se ponen los pantalones” aspiran a tomar
la posición del hombre, es decir, la posición del poder, lo que no necesariamente
significa una transformación del rol femenino. Otras bailan de varón, pero siguen
siendo el objeto de admiración y paternalismo masculino, halagadas por su “valentía”
y puestas en lugares protagónicos para embellecer la fraternidad. Aún así, hay gente
que les rechaza como anormales ya que su demostración performativa de identidades
de género de alguna manera sí cuestiona la bipolaridad hombre-mujer vigente,
resquebrajando estereotipos acerca de “lo” femenino y “lo” masculino.
5.1.1. Función y organización de las danzas autóctonas dentro del ciclo productivo
Hablando en términos generales la música y danza autóctona del altiplano boliviano
es inextricablemente ligada a la agricultura y a los fenómenos naturales. No importa
si se trata de sembrar, hacer crecer los primeros frutos, cosechar o producir chuño:
cada una de estas actividades es acompañada por los correspondientes rituales que a
su vez son inseparables de la música, danza, canción y poesía109.
Siguiendo el ciclo productivo agrícola música y danza tienen que acomodarse
a las condiciones climáticas y a las estaciones del año. En general, el año es dividido
en una estación de lluvia (jallu pacha) cuyo comienzo ritual coincide con la fiesta de
Todos Santos y que se prolonga hasta la celebración de Anata/Pujllay/Carnaval, una
estación de helada (juiphi pacha, la época de la producción de chuño) y un tiempo
caluroso en el cual comienza la siembra (lapak pacha), estos últimos formando parte
del tiempo seco (awti pacha). Cada estación es asociada con diferentes instrumentos
de música, ritmos y danzas110. Cabe recalcar la importancia de fiestas como Todos
Santos, Candelaria, Anata/Pujllay/Carnaval y Santa Vera Cruz que marcan momentos
cruciales en el ciclo productivo de la papa caracterizados por cambios sustanciales en
los correspondientes paisajes sonoros111. Música y danza también forman parte del
concepto andino de reciprocidad según el cual existe un constante intercambio entre
la gente que habita “este” mundo (aka pacha) y los dioses que viven en el “mundo
de arriba” (alax pacha) y de “abajo” o “adentro” (manqha pacha)112. Los dioses
son alimentados con rituales, ofrendas, música y danza para que luego procuren las
condiciones óptimas para el crecimiento y la maduración de la cosecha y para la
procreación de los animales113.
Durante el jallu pacha, época fuertemente asociada con la fertilidad y
feminidad, pinkillos, moseños y tarkas (instrumentos de viento) “llaman” la lluvia114.
Los rituales y las fiestas llevados a cabo durante esa época enfatizan el proceso
de crecimiento115 y florecimiento de los sembradíos y terminan en los festejos de
Anata/Pujllay/Carnaval, celebración de la pre-cosecha que pone un glorioso final
a esta estación. En términos generales se trata de un regocijo por la abundancia,
un momento en el cual “hacen bailar a la papa”116 cargándola junto a otros frutos,
tallos, flores y ramas florecientes en aguayos (paños para cargar) multicolores. La
palabra Anata (aymara, Pujllay en quechua) en sí significa “juego”, denominación
que hace referencia a los numerosos juegos rituales practicados en la época117 y a los
festejos en los tiempos incaicos que duraban un mes entero (16 de Febrero hasta 17
de Marzo) durante el cual se realizaban banquetes para degustar las nuevas papas118.
Uno de los juegos característicos para la época es el q’urawt’asiña (arrojar frutas
utilizando hondas) que describo más adelante. Coincido con van den Berg (1989: 63)
en que “juego” en una buena parte de estas actividades se refiere a actos de medir
fuerzas practicados por jóvenes solteros que “juegan” coqueteando y provocándose
entre ellos conectando la fertilidad de las chacras con la fecundidad humana.
También estoy de acuerdo con Gérard Ardenois (2010) en cuanto al fuerte sentido
116 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Características
Elemento del
Ciclo producti- Danza referentes a
Época Fiestas erotismo rural
vo de la papa (ejemplos) sexualidad y
andino
reproducción
Ostentar destreza Visibilizar cua-
Todos Santos,
en el baile y en lidades perso-
Nov. – Siembra Tarqueada Navidad, Año
la confección de nales atractivas
Feb. Crecimiento Moseñada Nuevo, Anata /
los trajes, bailar para una futura
Carnaval
en pareja pareja
Estética de la
Crecimiento y Ayawaya Bailarinas con 20
Enero San Sebastián abundancia y
florecimiento (La Paz) o más polleras
reproducción
Tarqueada Q’urawt’asiña
Feb. – Anata / Pujllay Desafíos en
Precosecha Moseñada (lanzarse frutas
Mar. / Carnaval juegos
Pujllay con hondas)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 117
Rapto de
“Llevarse” la mujeres
Qhachwa
Anata / mujer Visibilizar cua-
Feb. – Precosecha, Ch’utas
Carnaval - lidades perso-
Abril cosecha Patak Po-
Pascuas Bailar con “100” nales atractivas
lleras
polleras Estética de la
abundancia
Desafíos
Coplas cantados
Guitarrilla-
Visibilizar cua-
das (Potosí)
Peleas rituales lidades perso-
Jula Julas
nales atractivas
(Potosí)
3 de Mayo, para una futura
Santa Vera Bailar con una pareja
Mayo Cosecha Cruz / Tinku gran cantidad de Estética de la
15 de Mayo, tejidos nuevos abundancia
San Isidro Representar el Rapto de mu-
cóndor jeres
Escenificar
Corretear mu- hombría
Auki Aukis
jeres
“molestias”
Tabla 2: La relación entre el ciclo productivo, las estaciones climáticas y el erotismo rural
andino, expresado en diferentes fiestas y danzas (elaboración propia).
A continuación voy a detallar los diferentes aspectos de lo que llamo erotismo rural
andino, ejemplificado en las danzas Qhachwiri, Phuna, Ch’utas, Patak Polleras,
Ayawaya y Waka Tinti, en el personaje de K’usillo y en el arte textil del altiplano
boliviano.
118 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
5.1.2. Enamorar, desafiar y jugar en tiempos de lluvia: Qhachwa (Qhachwiri), Phuna y Ch’utas
Entre las muchas danzas aymaras que se practican desde el mes de Diciembre hasta
Anata/Carnavales (y, en algunos casos hasta Tentación o incluso hasta Semana
Santa), cabe destacar la Qhachwa, hoy en día más conocida como Qhachwiri
(alguien que baila Qhachwa). El nombre de Qhachwa/Qhachwiri, - en las palabras de
Buechler un “rito de primavera” o de fertilidad (1980: 96, 99), según Otero incluso
una danza “de la iniciación sexual” (1951: 241) -, parece referirse más a la práctica
y función de la danza y no tanto a un determinado género musical, ya que existen
Qhachwiris en diferentes regiones culturales del departamento de La Paz (i.e. en
la zona Kallawaya, provincia Bautista Saavedra, pero también en las provincias
Aroma, Ingavi, Camacho y Omasuyos), donde se lo acompaña con diferentes ritmos
e instrumentos, mayormente con pinkillos121 a veces denominados phuna, en algunos
casos con tarkas122 y en la provincia Aroma incluso con ch’axis123. Según Buechler
(1980: 60), el nombre de la danza proviene del verbo “kachuana” o “kawana”,
figurando el segundo en el diccionario de Ludovico Bertonio como “kawaña = bailar
una rueda de gente tomándose de las manos” (1993 [1612]: 712), hecho que sería un
indicio para su gran antigüedad.
Hay considerable variación de fechas y extensión del período en el cual se
baila Qhachwiri. Carter y Mamani, al hablar de Irpa Chico (prov. Ingavi), constan
que es practicado “todos los años entre el día de Todos los Santos y el comienzo
de Cuaresma” (1989: 195), mientras que para la provincia Omasuyos los esposos
Buechler “indican que la qhachwa se baila por primera vez durante la fiesta de San
Andrés (30 de noviembre) y que ‘puede ser repetida hasta cinco veces en fechas
específicas: Concepción (8 de dic), Santa Lucía (13 de dic), Santa Bárbara (entre
Santa Lucía y Navidad) y en Navidad’124”. Pese a que uno de mis entrevistados
incluso relacionó la danza con el tiempo seco y la época de producir chuño, la gran
mayoría coincidió con los estudios mencionados en que se trata de una danza del
período lluvioso que tiene una influencia positiva en el crecimiento de los sembradíos.
Chinuqa jiskixa uka uru. Ukhaw nanakax wali qhachwapxta achilajan achilapat
wayñupxatayna qhachawapxatayna ukampiw ispallanaka jilayapxatayna ispallax
ukat kusisitayna ispalla, siwara, jawasa ukampiw jilatayna ukax [En Enero son
chiquitos [los frutos]. Entonces nosotros hacemos mucha Qhachwa, desde
los tiempos ancestrales habían hecho Huayños y Qhachwas y con eso hacían
agrandar las ispallas [papas], entonces se alegraban las papas, la cebada y la
haba y con eso crecía]. (Sebastián Fulvo Quispe, 04.10.09)
Lo que también queda claro en todas las fuentes y entrevistas es que se trata de una
danza de enamoramiento, razón por la cual en general ésta es ejecutada por jóvenes
solteros125.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 119
Las parejas nuevas o sea los jovencitos eso ya representa mucho la tradición que
hacen en qhachuar. [...] Qhachuar es cuando, eso hacen pues en las noches, las
parejas de jóvenes que recién están enamorando. (Zacarías Choque, 23.10.09)
El Qhachwiri nosotros también llevamos en navidad y carnaval igual, en las
noches más que todo [...] con el Qhachwiri se encuentra pareja, sí, ambos
entonces mayormente gozan jóvenes, cholitas, señoritas. (bailarín de Charazani,
16.11.09)
El Qhachwiri es más bien poquito más, más erótico [que los Ch’utas] podríamos
decir, son unos abrazos, unos juegos entre pareja y en el baile. (bailarín de
Ch’utas, 17.01.10)
El Qhachwiri hace notar la interrelación entre la producción de la papa y la fertilidad
humana: no sólo es un baile de regocijo por el crecimiento y la buena (pre)cosecha,
sino también de coqueteo y enamoramiento126 y se supone que la alegría, el canto y
la danza de las parejas jóvenes “contagia” las chacras y aumenta su productividad127.
Ese baile es considerado como un “juego”, haciendo alusión a la época de los
“juegos”, la Anata, y también cumple con todas las funciones de una performance:
consiste en acciones ritualizadas reglamentadas (invitaciones para bailar, ir a rogar a
los músicos, ejercer ciertos pasos y movimientos) y culturalmente codificadas que se
realizan fuera de la rutina diaria; que contienen un elemento lúdico (el “juego”); que
tienen una finalidad (enamorar y garantizar la buena producción), y es una actividad
donde los actores se comportan de cierta manera (molestando, cantando, bailando)
encarnando ciertos roles sociales (joven soltera/o, guía, autoridad comunal). En
algunos casos el Qhachwiri incluso podría considerarse como parte de un rito de
paso (Turner 1969), en este caso uno del cual los bailarines salen enamorados,
comprometidos o la bailarina embarazada, entrando así a una nueva etapa de la vida
y asumiendo un nuevo rol en la comunidad128.
Interpretando el siguiente testimonio, la alegría de la gente “joven ya adulta”
y los versos de las jóvenes a las papas y su espíritu, la ispallaXXVI, constituirían una
energía que mediante la ispalla se transplantaría a los productos agrícolas mismos:
[Qhachwiri] Es con Pinkillada, [...] se toca de 21 de diciembre a 21 de marzo,
época de la, de la lluvia, época de cuando va floreciendo la papa o cualquier
planta va floreciendo. [...] Ese baile solamente para gente joven ya adulta, como
de alegría, entonces esta fiesta es para que las sembradíos que van floreciendo,
que van a la espera de dar buen producto, eso es como se dice en aymara, se
llama ispalla, esa es la que da energía a los cultivos. (Genaro Clares, 17.10.09)
La Qhachwa y por extensión el enamoramiento de los jóvenes, no sólo impulsa el
crecimiento sino también protege de las heladas129.
XXVI espíritu de las papas, pero también considerado como “espíritu multiplicador de las plantas”
(Sagárnaga Meneses 2003: 186)
120 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
“de carácter ‘erótico’” cuyos textos “contienen un sentido siempre irónico, festivo y
picaresco” y cuya coreografía “es más licenciosa” (1977: 150).
A veces hacen también un poquito de chiste, ¿no?, las mujeres cantan una cosa
que es real y los hombres responden con, más o menos especie de burla, ¿no?,
así nomás, chiste para que se diviertan, ¿no?, jóvenes así, ¿no? (Felipe Quilla,
16.11.09)
Es un cortejo divertido en cuyo transcurso los jóvenes se provocan y se desafían, o
mediante coplas o agarrándose y tratando de hacerse caer, en fin, midiendo fuerzas,
“no en plan de guerra sino [...] en relación con el acercamiento de los sexos y en
última instancia con la fecundidad humana”131.
La mujer habla y su marido devuelve también, ya de ambos, como si fueran
discutiendo así. [...] Nosotros respondemos a las mujeres y las mujeres nos
responden. [...] cantando [...] cuando estamos sembrando [...] cuando es la
primavera, cuando está verdecito en el altiplano. (comunarios, 31.10.10)
El cortejo en todo caso es molestarse, al final de la danza supuestamente se juntan.
[...] Es alegre, es contento, tienen que bailar, reír, alegrar, ese es el Qhachwiri.
(Luis Zárate, 07.07.10)
Como demuestra Brachetti, este tipo de desafío erotizado y vinculado con la fertilidad
también puede observarse en el altiplano peruano: hay canciones donde...
... las parejas se insultan entre ellos, pero no con el afán de ofenderse sino más
bien para atraerse. Es una forma de piropearse e insinuar el acercamiento sexual.
En su danza de fertilidad, los Ch’ukus [...] en la letra cortejan al compañero de
baile con piropos y alusiones picantes hasta directamente sexuales. [...] La pareja
se azota mutuamente con sus hondas [...] Con el pinkuyllo, el símbolo fálico, el
varón intenta tumbar a la mujer [...] Quien gana al otro vence así simbólicamente
al otro sexo. (Brachetti 2005: 47, 51)
En comparación con los testimonios citados, el comentario de Soria Lens y los
testimonios de Liz Cuentas y Ronaldo Camacho parecen tener una vista un tanto
romántica occidentalizada, tal vez influenciada por su entorno citadino, pero
concuerdan con las características fundamentales de la danza.
Los KJHACHUIRIS de Chacalleta, provincia de Los Andes, [...] haciendo gala de
sus románticas canciones que las entonaban en dos coros en el tablado, uno de
mujeres y otro de varones, fuera de su danza ejecutada al son de música alegre
y pispireta de pinkillos y wankaras (flautas dulces y tambores). (Soria Lens 1956
b: 225)
Son los Qhachwiris, es una danza del amor, una danza de parejas de Puerto
Acosta, los Huaycheños. (Liz Cuentas, 15.02.10)
Es una danza que es propia del carnaval, representa el juego que hay entre pareja,
de acercarse, coquetear con la dama. (Ronaldo Camacho, 15.02.10)
122 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
aisladas, pero sin desprenderse del círculo común ni alterar su orden”136, estructura
que se mantiene hasta ahora:
Los Qhachwiris que tienen que ir entre dos, hombre y mujer, intercambiar. (Luis
Acarapi, 03.10.09)
Queda claro que es una danza que conecta la fertilidad de los sembradíos con el
enamoramiento y la fecundidad humana. Los testimonios de Luis Zárate y de la
Moseñada Ayo Ayo subrayan esta relación:
A la que está sembrando, a la que está poniendo la semilla, es el cortejo [...] es
de día, por eso es una expresión más abierta porque esto es de cortejo, molestas a
una chica, alrededor de ella bailas, quieres llevártela a como dé lugar ¿no?, y te
la llevas al final de la danza, ese es el Qhachwiri. (Luis Zárate, 07.07.10)
Los versos están compuestos de una manera que sean llamativos a las lluvias en
forma de (qhachatwaña), danzando con mayor y armonioso de pareja en pareja y
agarrados de las manos dando repetidas vueltas trajeando con las ropas nuevas.
(Moseñada Ayo Ayo en CDIMA 2003: 25)
De la misma manera, otros entrevistados confirmaron que se trata de una danza de
enamoramiento que al mismo tiempo es de suma importancia para los sembradíos
en flor. Es decir: el baile, la risa, el coqueteo y subsiguiente sirwiñakuXXVII humano
influyen en la buena producción.
Época de lluvia. Para cuidar las cosechas que están floreciendo hay que hacer.
[...] Qhachwaña. Kachúa es de Diciembre pues. Diciembre. Hay puro jóvenes,
puro solteros, después llega. ¿En qué tiempo se siembra? De la siembra se tiene
que empezar esa danza pues. [...] se conocen los enamorados, dice que van a
danzar, eso es. [...] es una anécdota que si me voy a ir con él bien o no. Es para su
vida en social ¿no? Y si me va a ir bien este año me quedo con él, si no, cambia.
[...] Sirwiñaku. (folkloristas, 08.08.10)
Tiene canto. [...] ambos se van conquistando. [...] En la chacra sí bailan en
carnavales, en Candelaria, 2 de febrero, ahí van a ch’allar a la chacra lo ch’allan.
[...] En la chacra lo demuestran… que todo sea bien. [bailan] los Qhachwiris.
(Guillermina, 03.10.09)
La siguiente cita vincula los “Qhachwawis” (el hecho de hacer Qhachwa) con varios
aspectos de la reproducción ritual. Por un lado habla de la fabricación de miniaturas,
un claro ejemplo de la iconicidad propuesta por AllenXXVIII. Por el otro lado se
XXVII Una especie de matrimonio a prueba, según Bouroncle Carrión “la unión consensual de una
pareja que comienza a vivir junta, al margen de las ceremonias” (1964: 235-237 en Carter/
Mamani 1989: 200).
XXVIII El hecho de bailar no es una mera representación o escenificación, sino que es una performance
(un acto que induce algo, véase Schechner 2002) que tiene el fin de construir el futuro según
la anticipación en la danza. En su artículo “When pebbles move mountains” Catherine Allen
(1997) expone un pensamiento teórico que me parece ser muy útil para aclarar esta relación.
124 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Hablando del contexto de peregrinajes a Qoyllur Riti en el Sur de Perú, Allen establece una
relación entre las representaciones a escala pequeña y los hechos a seguir en la vida actual.
Según ella, el hecho de construir una casa en miniatura y desearla pasa el hecho de ser una mera
representación. El “ícono” del objeto deseado no es una copia de un animal o de una casa, sino
su anticipación en el futuro. Por lo tanto las personas pueden influir directamente en el futuro
a través de este tipo de “íconos”, no representaciones o escenificaciones, hecho claramente
observable en las danzas analizadas.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 125
Ch’uta viene de Phuna pues. De Phuna se ha vuelto Ch’uta [...] Había habido
máscara de mi abuelo, por eso tenía pues una máscara parecido a esto, ahí
habían copiado los Ch’utas. (Nicolás Quispe Nahua, 04.12.10)
Hoy en día hasta en el campo se baila Ch’utas al son de bandas metálicas, pero
antiguamente era una danza acompañada por instrumentos del tiempo de lluvias, es
decir, tarkas y pinkillos143:
En Achiri el Ch´uta se baila con Tarqueada, no tiene banda, ni conjunto, es más
andino (bailarín de Caquiaviri, 17.01.10)
Con Tarqueada bailaban, con Tarqueada bailaban, en carnavales pero bailaban,
esta fiesta bailaban con Pinkillada, así con mantas y todas las comunidades,
veinticuatro comunidades y veinticuatro haciendas, entonces cada comunidad
venían con su toro, con su toro y su comparsa. (comunario de Caquiaviri,
17.01.10)
Es notable que también en Caquiaviri estuvieran presentes los toros, símbolo de
fuerza masculina y animal vital para el cultivo de la tierra. Hoy en día los bailarines
ya no vienen de 24 haciendas, sino en su mayoría de La Paz, pero el tercer día de
la fiesta se sigue haciendo una corrida de toros. Tal vez incluso exista una conexión
entre esas corridas y el traje del Ch’uta cuyo corte y abundante bordado podría ser
una lejana reminiscencia al torero español144.
En todo caso los Ch’utas son otra danza que reúne el culto a la fertilidad
agrícola con el humor y el coqueteo humano y, al igual que el Qhachwiri, es un baile
divertido que contiene elementos cómicos. Así, el Ch’uta hace sus chistes en aymara,
hablando en falsete, escondiendo su rostro detrás de una careta de alambre. Sobre
todo por esa máscara “blanca” es común suponer que el traje en combinación con
la actuación bufonesca representaría una sátira al patrón “blanco”145, creada por los
“pongos”XXIX aymaras146:
Tiene rasgos, debe parecer un rostro europeo, ¿no?, tez blanca, ojos azules,
bigote y barba. (Víctor Quispe, 15.02.10)
El indígena del aquel entonces trataba de imitar a los patrones, por eso se lleva
esta indumentaria. (Elvin Alapar, 15.02.10)
Pero hasta los proponentes de esa teoría conceden que en realidad el fin de la danza
es otro:
Es una forma de expresión de la alegría en el tiempo de la cosecha. (Elvin Alapar,
15.02.10)
Y, sobre todo, “esta danza también se la utilizaba para cortejar a las enamoradas,
fruto del baile las parejas llegaban a relacionarse e incluso, llegar al matrimonio”147.
XXX El fruto de la planta de papa (no el tubérculo, sino la fruta que sale de su flor).
128 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Por los testimonios recogidos deduzco que antes el q’urawt’asiña era una práctica
ampliamente difundida en el altiplano boliviano y que en algunas regiones está
cayendo en desuso (i.e. en el departamento de Oruro). Según Martínez (2010:
149) también forma parte del Pujllay de Tarabuco, una fiesta de la zona quechua
geográficamente ubicada en los valles altos que tiene las mismas connotaciones
que la Anata (y cuyo nombre igualmente se traduce como “juego”) pero que debido
a las diferentes condiciones climáticas se realiza en fechas posteriores a ésta. La
investigación de esta autora brinda una clara evidencia del carácter erótico de este
tipo de juegos enmarcados en los festejos rituales de la fertilidad agrícola:
Una pareja escogida entre los asistentes comienza a bailar. Bajo la mirada
divertida de la concurrencia, comentarios y las carcajadas generales, el hombre
y la mujer, escondiéndose entre los bailarines que siguen danzando, se persiguen
mutuamente y se baten pegándose con las hondas y lanzándose trozos de
membrillo y pedazos de queso. [...] El fin de este juego de evidente connotación
erótica se encuentra relativamente determinado: en general es la mujer la que
gana empujando “por sorpresa” al varón al suelo (quien se deja caer sin mucha
resistencia) y llenándole la cara de queso. (Martínez 2010: 148 sig.)
El hondearse también tiene un carácter competitivo, otro de los elementos centrales
del erotismo andino. Siempre existe ese elemento de medir fuerzas, sea entre
hombres y mujeres como en el caso de las coplas y del q’urawt’asiña/warak’asiña,
o sea entre personas del mismo sexo. El segundo caso mayormente es relevante
para los hombres, pero no hay que olvidar que también existen peleas rituales entre
mujeres151. Carter y Mamani describen el “t’inq’u (pelea con hombros) para la
Qhachwa de Irpa Chico, “un acto de habilidad para probar la fuerza en la que juega el
prestigio de cada joven” (1989: 197), afirmación igualmente válida para los Tinkus de
la región cultural de Norte Potosí, donde la participación en las peleas es cuestión de
hacerse hombre152 y de reafirmar esa hombría. Los Tinkus (“encuentro” en quechua)
son fiestas que combinan la noción de “’batalla ritual’ y ‘encuentro amoroso’” que
finalmente conlleva a un “equilibrio entre fuerzas complementarías, necesarias
para la reproducción orgánica153. Yo creo que en todas estas manifestaciones vale
la conclusión que hace van den Berg al hablar de la Qhachwa: “es un encuentro de
adolescentes y jóvenes, en que éstos despliegan sus fuerzas de forma competitiva
para despertar y fortalecer la fecundidad humana y, así, influir positivamente en la
fertilidad de la tierra y garantizar la misma” (1989: 64).
En algunos lugares tanto el Qhachwiri como la danza de los Ch’utas contiene
otro elemento importante del erotismo andino que voy a analizar en el capítulo que
sigue: la estética de la abundancia.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 129
5.1.3. Abundancia, habilidad y erotismo andino: 100 polleras y “mujeres como flores”
En el altiplano boliviano hay varias danzas que llaman la atención por la gran cantidad
de polleras que se colocan las mujeres154. Así, por ejemplo en algunas variantes del
Qhachwiri...
Las mujeres aquí ponen buena cantidad de polleras. (Genaro Clares, 17.10.09)
Ocho o diez polleras, de exagerado vuelo y colores diferentes, que forman algo
así como un ampuloso miriñaque. (Paredes Candia 1991: 172)
Lo mismo sucede en algunas representaciones de los Ch’utas donde las bailarinas
utilizan muchas polleras155, razón por la cual se acostumbra hablar de Patak Polleras
(“100 polleras” en aymara), denominación que por lo visto se refiere a diferentes
danzas, sobre todo del tiempo fértil, caracterizadas por la abundancia de polleras.
Existen varios significados asociados con este atuendo: Siguiendo a Harris (2000),
Tassi considera la abundancia material como elemento central de la comunicación
entre los seres sobrenaturales y los humanos, una forma de “reproducir lo divino”
(2010: 88). Tomando en cuenta la analogía entre el traje opulento, desbordante de
las mujeres, y el florecimiento de las papas podría decirse que el cuerpo vestido de
las bailarinas se transforma en una anticipación icónica (Allen 1997) de la fertilidad.
Es decir: cuántas más polleras se coloca la mujer tanto más producción agrícola va a
haber, concepto ejemplificado en la danza Ayawaya de Arajllanga (provincia Aroma)
bailada solamente en la fiesta de San Sebastián el 20 de Enero, en plena época de
florecimiento de los sembradíos:
La papa tiene hartas variedades y todo tipo de variedad de color lleva la flor
[...] El papa y todo estos pastitos florecen, a eso se refiere. [la gran cantidad de
polleras] (comunarios de Arajllanga, 20.01.10)
Mamanakan ka panqarax ukarakipi, papa waych’a ukax color rosadito, sani ukax
azul moradito ukaruw ukanakax signifiki. [...] Pruductufaltaw wali suma ukat
k’uchhirt’apxta. [...] Mamanakax ukham pollerantasipxix ukax waliw juyrax
puquntani ukaruw signifiki. [...] Juk’ampi walxanawa, tunka payani uchasipxirina
nayrax jichhax añchhax minusawayxiwa mä kimsaqalqukipachawa, nayrax
yaqha kastanwa, sinturar pisaninwa. [De las mujeres son pues esas flores, la
papa Waych’a es de color rosado, la Sani azul morado, eso significa [...] De
eso se alegran mucho los productos. [...] Cuando las mujeres se visten así con
las polleras los alimentos van a crecer bien. [...] Antes eran más [polleras],
doce, ahora son mucho menos, unas ocho, antes las polleras eran de otra clase,
pesaban a la cintura]. (Benito Lima, 20.01.10)
Ukapiniskiwa saq’ampaya panqara , ispiy panq’ara, waych’a panqara ukanakawa
[así siempre es, la flor de Saq’ampaya, de Ispi, de Waych’a [diferentes clases de
papa]]. (Ascencio Mamani Flores, 20.01.10)
130 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
XXXI La gran variación temporal se debe a las distintas condiciones climáticas que rigen en las
comunidades.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
“accidental” con ese cuerpo extendido y el ondulante balanceo de las telas, manejado
con más o menos coquetería, más bien incitaría la fantasía y el deseo sexual (2009:
83 sig.). Además, bailar con semejante cantidad de polleras es algo difícil y por ende
un indicador de la destreza de la bailarina.
Bailar de Patak Polleras es algo difícil, complicado [...] Mi esposa de jovencita
dice que bailó de Patak Pollera me estaba contando. Terminó la fiesta, dice que
no podía dar ni un paso más, iba repartiendo las polleras. (Walter Chipana,
23.03.10)
Esa habilidad se conecta con los testimonios recogidos en el área rural (y en
menor medida también en el contexto “cholo” urbano): en ese ámbito una mujer es
considerada atractiva no por su cara bonita, sino por su capacidad de trabajar, por
su diligencia y por un físico que insinúa que se trata de una mujer fuerte y buena
“reproductora”, características que se hacen notar a través del baile.
Ukax pataka pollera satanpi ukax walxa pollerkamakiw [...] Pusi, suxta walxay
ukatarkpi uñt’apxix q’apha warminakax jila pollera ucht’asispxix jayranakawkax
minusakiraki. [...] Ukax lo mismo suma saltanaka uka khä jamach’inaka apsurapxi
k’achi sataw ukax k’achix away lakaruw uchtaña. [...] Ukax q’aphanakaw
sawt’apxix jayranakax ina ina sawt’apxarakix [...] q’aphawkax sumay muytix
ukat jayrawkax ñakay muytaskix jathiy [...] Ukanaw parijax katusiñax [...] Uka
thuqht’atapata, t’uyukiw muyt’ix warmix ukat qhanaw jayrasisa thuqhux jathiw
ukax sasa. [Entonces se dice que portaban 100 polleras, muchas polleras [...]
Cuatro, seis, muchas, porque de esta manera se notaba si era una mujer hábil.
Las perezosas se colocaban menos polleras. Lo mismo pasa con los diseños
tejidos. Las que tienen destreza sacan pájaros, cosas bonitas, ponen tejidos
bonitos a los bordes [...] Las hábiles tejen así, las perezosas tejen común no más
[...] las mujeres hábiles daban vueltas muy bien, a las perezosas les cuesta girar
[...] Entonces agarran una pareja [...] De ese baile, de como gira una mujer
bien vestida de pollera está claro, cuando es floja dicen que su baile es pesado.]
(Cecilio Arianis Chambi, 12.12.09)
Así, la danza enaltece la capacidad reproductora, en muchos contextos visto como
función principal de la mujer156. Sin embargo, también es un indicador para la
capacidad del hombre: según María Huarira (12.12.09), en el pasado sólo los hábiles
bailaban, los perezosos no y la “categoría” de una persona también se notaba en la
ropa estrenada para la fiesta. Hoy en día, la costumbre de elaborar tejidos nuevos
sólo se mantiene en lugares muy alejados, sobre todo en la zona de Norte Potosí
donde las mujeres aún lucen tejidos hechos a mano. Pero, por más que una se ponga
ropa sintética comprada ésta sigue siendo una señal importante: el traje que porta
en la fiesta señala las cualidades que tiene la mujer y aumenta la atracción para los
jóvenes solteros y sus familias:
La familia miran en el baile, esta puede ser la mujer para mi hijo porque tiene
linda ropa, porque sabe trabajar. La familia entonces va a robar a la chica, va
134 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
El tema de lo que se tapan con las bolitas eso tiene mucha relación por ejemplo
con que la gente es joven, las mujeres son como se les llama, son las palachas, las
palachas son las jovencitas que ya están entrando a su adolescencia, a su etapa
sexual por decir, entonces distingue entre los hombres y las mujeres, es por eso
que cuando uno se tapa, quiere decir ¡hay que robar! así a las cholita. (Rudy
Huayllas, 10.08.10)
Asimismo, en Tinkipaya las cintas del sombrero y las bufandas de los varones indican
si los jóvenes aún son solteros. Héctor Gutanavera Espinoza explica:
Si nosotros llevamos la bufanda cruzada, esos son los más solterones que están
en busca de una pareja. Los que ya no llevan cruzado ya eso quiere decir que
son casados. [...] Las chicas solteras llevan siempre cintas de color, las que
ya están comprometidas ya no llevan esas cintas. Negro pueden llevar, negro
con algunos colorcitos pero ya no como las chicas que están ahí con puro color.
(Héctor Gutanavera Espinoza, 26.08.11)
Cuando los entrevistados recalcan la importancia de las prendas, parece que justamente
están hablando de la extensión del cuerpo mencionada por Vincent (2009: 83) y
Tenorio Ambrossi (2004: 173). Al describir la situación del altiplano ecuatoriano,
Tenorio Ambrossi afirma que “el vestido la significa a ella, es parte de su cuerpo con
el que el muchacho establece una relación imaginaria”. Entonces, si el muchacho
le quita una parte de su indumentaria (frecuentemente el sombrero, una chalina o la
manta) y ella reclama su prenda, esto significa que algo “de ella, de su sensualidad,
su erotismo, su deseo ha ido a manos ajenas” (ibid.) y que ella está interesada en el
chico, mecanismo del cual también hablaron mis entrevistados bolivianos.
Cuando están enamorando, a veces le quitan el rebozo y se llevan entonces, es
una forma de enamorar bonito... después van al sombrero. (Alejandrina Mareño,
08.12.11)
Sin embargo, Héctor Gutanavera Espinoza enfatiza más la importancia de la prenda
que hay que recuperar sí o sí, hecho que lleva a una violación previsible.
Los jóvenes, cuando vienen a la fiesta, ellos se emborrachan, se toman, buscan
a su pareja, donde sea duermen. Ahora el amor de ellos siempre es a la fuerza.
Le quitan el sombrero. Por recoger el sombrero la chica tiene que ir y tiene que
pasar no más lo que tiene que pasar. [...] La prenda para hombre, para mujer es
muy sagrada. (Héctor Gutanavera Espinoza, 26.08.11)
Ese tipo de violaciones “consentidas” son muy comunes en las zonas rurales del
altiplano boliviano160 y representan el lado violento del erotismo andino, “el
sometimiento de la mujer al poder (físico) político del hombre”161 y la “síntesis de
la sexualidad dominante en una cultura que expropia, se apodera y conculca a las
mujeres su cuerpo y su sexualidad erótica y procreadora”162. Es una práctica que
se conecta muy bien con otro rapto, esta vez simbólico: el “robo” de la mujer que
136 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
chacras y las llevan adonde el Curaca (autoridad indígena) para jugar al Supay quien
a veces “se lleva” toda la cosecha, es decir, la destruye con las granizadas. Según
Layme Pairumani, la palabra paquma literalmente significa prisionero o cautivo166,
traducción que compagina muy bien con la segunda acepción que tiene la paquma
en la región Norte Potosí: el “robo” de las cholitas por el Anata Wayna, el espíritu
del Carnaval: “Los enamorados pueden oficializar su compromiso matrimonial;
entonces se dice que Anata Wayna puede robar las muchachas a su paso, y que la
muchacha comprometida se ha ido de paquma”167. Eusebio Mayta confirma: “en la
oscuridad la pareja se pierde. Y al día siguiente la chica ya no aparece. Esto también
se llama paquma”. Entonces, quiere decir que la jóven ha sido cautivada y pronto
dará un fruto tierno. Alejandrina Mareño (08.12.11) menciona la expresión de que
los jóvenes “se han paqumado”.
Hablando de la misma zona nor-potosina, Harris compara el “robo” con el
comportamiento salvaje del cóndor, refiriéndose también a los cuentos acerca del
cóndor que lleva una chica a su nido. En analogía, el hombre sería el depredador
quien seduce a la mujer en la intemperie, un espacio no civilizado, dando rienda
suelta a sus instintos sexuales no domesticados (1994: 53 sig.) también en otros
contextos considerados no domesticables168. Creo que por más que las mujeres
estaban/están de acuerdo con ser “robadas”, el acto mismo puede interpretarse como
una metáfora de conquista, poder, violencia y subyugación que subraya la posición
dominante del hombre dentro de la relación sexual y familiar. Incluso las canciones
expresan claramente quien está en la posición del poder:
Gran parte de las canciones, quizás todas, siempre está así que ahora es mi turno
que me la voy a llevar, ahora ya sabes que tengo que cruzar el río, y allí hemos
de vivir. [...] Siempre después de las fiestas en las mañanas, cuando hay grupos
de personas trasladándose, es para resolver algún conflicto de pareja, o robos,
siempre es para eso. (Néstor Calle, 08.10.09)
Además, muchos de esos raptos son violaciones para nada acordadas con la mujer.
Alejandrina Mareño lleva décadas trabajando con mujeres nor-potosinas y cuenta
del lado nada romántico de esos raptos:
Antes te podía robar a ti, pasar esa noche sin conocer al nombre, tú podías
pertenecerlo. Pero eso provoca mucha violencia, resentimiento en la mujer
porque tú nunca lo has querido, entonces también tiene sus consecuencias. Hay
muchos hijos... Pueden emborracharse y te roban y amaneces con él y la gente en
el campo dice que tú perdiste tu honra, entonces no puedes, entonces te quedas
con él. [...] La mayoría en el campo, conozco a mucha gente, dicen: a mí me han
robado, nunca me he enamorado, entonces, ahora tengo cinco, siete hijos, él
toma mucho, me anda pegando... (Alejandrina Mareño, 08.12.11)
Hablando de la zona rural de Oruro, Wilfredo Condori Ricaldi resume la relación
entre la fertilidad agrícola y el erotismo humano como sigue:
138 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
XXXII El Supay frecuentemente es equiparado con el Diablo o el Tío de la mina. Citando a Fray
Domingo de Santo Tomás Cuentas Ormachea consta que es un “espíritu bueno o malo que
después quedó como malo”. (1986: 33)
XXXIII Espíritu maligno vagante que actúa durante la noche y puede causar enfermedades y la “pérdida
de alma”. (Sagárnaga Meneses 2003: 344)
XXXIV Divinidad del inframundo que controla las riquezas minerales, especialmente venerada en el
departamento de Oruro y asociada con la danza de la Diablada.
XXXV K’itha en aymara significa fugitivo (Layme Pairumani 2004: 104). En este caso se trata de una
personalización del Carnaval comparable a los relatos del Anata Wayna (jóven Anata) que llega
a la fiesta donde se queda hasta su despedida en Tentaciones. Gérard Ardenois resume: “Un
Saxra llamado Anata, Tata Phujllay o K’ita Carnaval ronda por los caminos, engañosamente
disfrazado de anatero simpático, de cholita guapita, o de toda una comparsa alegre en la espera
de algún caminante desprevenido para robarle su alma” (2010: contratapa).
XXXVI En el área aymara de La Paz no se suele hablar del K’itha Carnaval, sino del Sirinu, un ente
espiritual potencialmente peligroso que puede enloquecer a las personas o causar su muerte
llevándoles por quebradas y barrancos, pero que también llena los instrumentos de viento de
nuevas melodías cuando se los lleva a “serenar” a estos lugares peligrosos. (i.e. van den Berg 1985: 176).
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 141
Las almas de los muertos, el Saxra, Supay y K’ita Carnaval están intrínsicamente
ligados a la fertilidad y reproducción agrícola y de ahí ya no parece tan ilógico que
el “diablo” también tenga que ver con la sexualidad y fecundidad humana. Tal vez
incluso se lo podría considerar como (la encarnación de) una illaXXXVII de fertilidad.
En ese sentido ya no parece tan extraño que algunos entrevistados estén equiparando
el K’usillo con ese “diablo”:
Los diablos también existen, ¿no es cierto?, entonces ellos representan las astas
[…] también como astas, representaría como al diablo, si esa vestimenta usan.
Por eso el diablo siempre lleva a cualquier lado al humano, ¿no ve?, entonces
yo supongo que representa eso, ¿no? Entonces el k`usillo es un bandido que
ahi está, molestando a la tayka [madre], entonces también significa que se
sería como un diablo, el diablo en este tiempo siempre lleva a un lado eso es.
(Francisco Huiri, 19.10.09)
Francisco Huiri conecta el simbolismo católico con elementos del erotismo rural
andino: el K’usillo es un “diablo”, pero uno que “molesta” a las mujeres, incluso a
la madre (!) y se “lleva” a la gente. Cabe explicar: el hecho de molestar a la “madre”
muy probablemente hace referencia a las jocosas escenificaciones de la siembra y
cosecha en la danza Waka Tinti (que también se presentó el día de la entrevista) donde
aparece una “madre”, más frecuentemente denominada Awicha o Awila, un personaje
ritual representado por un hombre que simboliza al elemento femenino ancestral, tal
vez incluso a la Pachamama176. Mientras tanto el K’usillo, el “hijo” de la Awicha y
del Achachi (la pareja ancestral con la cual forma una “familia”) no sólo se ocupa
de juntar la yunta de toros y arar la tierra, sino también finge escenas explícitamente
sexuales con la Awicha177, así simbólicamente conectando la fertilidad de las chacras
con la fecundidad humana. La otra acción mencionada por don Francisco, la de
“llevar a un lado”, por una parte podría ser una alusión al rapto de las cholitas (cap.
5.1.4) y, por la otra, podría referirse a la “tentación” de los hombres borrachos que
empiezan a ver a una hermosa mujer y al tratar de seguirle se caen por un barranco o
río y aparecen muertos en cualquier lado. El testimonio de Julián Santander se refiere
más a la última interpretación y notablemente también hace mención explícita del
Qhachwiri, danza de la época lluviosa, en la cual no suele haber K’usillos.
El K’usillo es un demonio que sinceramente que sí apareció algunas veces el
demonio en esa forma. [...] Dice que el cuento eran enamorados. [...] Y el hombre
le fue a dejar a su casa, pero en cambio regresa el hombre a la fiesta donde
estaban Qhachwiri se llama, ahí regresa cuando la mujer que él ha dejado sigue
bailando en ahí con un otro hombre. Entonces de la fiesta se salen ya, el hombre
XXXVII Las illas “son amuletos de formas humanas y de animales” cuya función es “favorecer la
procreación” (tanto vegetal y animal como humana), “proteger y conservar los bienes materiales
y conseguir abundancia de productos agrícolas” (van den Berg 1985: 62). También son
consideradas como “espíritu multiplicador de los animales” o como “representación objetivada
del espíritu que todos los seres poseen” (Sagárnaga Meneses 2003: 176 sig.).
142 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
celoso lo persigue, pero eran demonios [...]. La mujer se lo llevó, la mujer era
demonio [...] Le siguió, le siguió, al final de cuentas el día siguiente en un río
amanece abrazado una piedra grande y se vuelve loco. De ese viene el K’usillo.
De ese viene. Quita la mujer, entonces pero no es en verdad sino que aparece. [...]
Los K’usillos, hay momentos en los ríos según que otros cuentan que aparecen.
(Julián Santander, 09.07.11)
Está claro que el K’usillo lleva el “encanto”, la “tentación” y el peligro, tanto para
hombres como para mujeres:
El “K’usillo” es una parte de la tentación, él viene encargado del diablo, del
mono, del tunki de otros, son contrarrestados. Entonces el K’usillo siempre
porque tiene doce cuernos, a veces a las mujeres a los hombres los entregan.
Entonces el temor para no hacerse tocar por el K’usillo, claro con todo, por eso
lo llaman K’usillo porque es como el payaso que hace sus chistes, sus revolturas
todo, de esta razón las mujeres no quieren hacerse tocar con el K’usillo, ni
tampoco pueden bailar con el K’usillo, entonces una parte especial del K’usillo
que hay que alejar. Pero con su música agarra el tamborcito, con su música tiene
que encantar. [...] Ahora si se cambia ropa entonces recién puede acercarse a
la familia, tiene relación, puede ir a almorzar, a cenar, eso compartiendo con la
gente; el celo es cuando está con vestimenta. (César Callisaya, 29.06.94)
Cabe notar el uso de la palabra celo en el relato de César Callisaya, período en el cual
los animales están propensos a la unión sexual y tal vez otro indicio para la fuerte
acepción sexual de este personaje.
Las descripciones citadas encajan muy bien con las que hace el compendio
“Diablos tentadores y pinkillos embriagadores” (Gérard Ardenois 2010) para el
contexto de Potosí. Sin embargo, cabe notar que los “diablos” que describen Gérard
Ardenois y otros siempre aparecen en la época lluviosa, es decir entre Todos Santos y
Anata/Carnaval. Pese a eso, el K’usillo es un personaje exclusivo de la estación seca
y además no sólo “tienta” sino también divierte178. Otro elemento importante que
conecta al K’usillo con la reproducción son los animales disecados que suele cargar
en la espalda. Puede ser un zorroXXXVIII, zorrino o un gato montés (titi). Hablando
sobre la danza Waka Tinti, Osvaldo Tito Yallo explica qué significado se le atribuye
a los dos diferentes tipos del gato montés:
Yapu titiw ukax yapu titi, yapu sum achkis jall uka ukax qulqi titi utjaraki, diferente
titinakaw utjaraki. […] Añchhitax yapu tity akax yapach yapachaskiy no, como
surcos ukaw yapu titix […] Qulqi titix p’uyu p’uyiturakiy ukhamay. […] Ukax
yapu titiw ukx signifikiw mä illaspa, má suma achuñapataki, ukax yapu titix yapu
sumañapataki. [El gato montés está cuando florece e indica la buena producción.
También hay otro diferente, el gato montés “de plata” … ahora, el gato de la
chacra tiene surcos [en el pellejo] tal como es la chacra … el gato de plata tiene
rombos … Ese gato montés de la chacra podría ser algo como un talismán para
que florezca bien la chacra, para que mejore.] (Osvaldo Tito Yallo, 31.10.09)
La alusión al gato que tiene rombos en su pellejo es obvia: simbolizan las monedas y
la esperanza de que el gato traiga prosperidad y riqueza. El hecho de que el K’usillo
lleve un zorro o zorrino disecado también podría interpretarse como una relación
con el manqha pacha, el inframundo fértil habitado por las almas lo que nuevamente
correspondería a la idea del “diablo” andino o Supay, dueño de las riquezas de la
tierra179 que en el sentido católico es equiparado con el diablo tentador que ofrece
riquezas a cambio de un alma.
utilizan tejidos hechos a mano ni ropa de bayeta) y el tipo de música y danza que se
practican (que suelen ser las danzas folklóricas que están de moda, acompañadas por
bandas de metales en vez de zampoñas, quenas, pinkillos, moseños y tarkas), pero la
sensualidad y el erotismo en los bailes del cholaje urbano no pueden negar su origen
rural.
5.2. Del campo a la ciudad: sensualidad, erotismo y poder en los bailes del cholaje
urbano
A través de las entrevistas y mis observaciones pude identificar varios elementos
erótico-sensuales en el baile del cholaje que surgen de lo que denominé erotismo
rural andino. Entre estos factores el más preponderante es el de la estética de la
multiplicación y abundancia, seguido por la “picardía” y el humor de las danzas
que migraron del campo hacia la ciudad. El “robo” de mujeres definitivamente
se origina en las costumbres autóctonas y hasta hace pocas décadas atrás también
fue una práctica bastante común en las fiestas y entradas del cholaje urbano. En
cuanto a las características ya más urbanizadas, hay que destacar el juego más o
menos abierto con el adulterio y la promiscuidad y la transformación de los roles
de género representados en la danza, lo que obviamente se traduce a un coqueteo
y una sensualidad diferente expresados en el baile. Este último aspecto se conecta
también con la influencia mestiza y el cambio de composición social observable
en algunas fraternidades conduciendo a una elitización y una sensualidad ya más
occidentalizada. Pero antes de discutir esa influencia foránea me dedicaré al análisis
de sensualidad, erotismo y poder en el ámbito cholo.
XXXIX En lo que sigue utilizo el nombre de Kullawada siempre refiriéndome a la danza que hoy en
día se denomina Kullawada Antigua, distinción que antes no existía ya que aún no había ni
Kullawada Moderna ni “T’uxpi” Kullawa.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 145
XL Aquí no estoy hablando de los intentos de recrear una Kullawada autóctona observables en
algunos festivales de danza autóctona, sino me refiero al contexto religioso-ritual en el cual se
realizan las fiestas habituales.
146 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
décadas pasadas, convirtiéndolas en símbolos de poder y lujo de los años ’60 y ’70,
una posición comparable o incluso superior a la que hoy en día ocupa la Morenada.
En el contexto folklórico citadino tanto el hombre como la mujer visualizan su
destreza (ahora ya no de tejer o sembrar, sino de hacer negocios) utilizando la ropa
de baile como un espacio de proyección que revela sus cualidades a través del capital
económico. Eso significa que a pesar de la urbanización de la danza y de su atuendo,
el aspecto sensual del “erotismo rural andino” sigue vigente:
La mujer era muy respetada cuando tenía más joyas [...] Entonces la que tenía
más joyas era la que más atraía entonces inclusive en las manos, en los cinco
dedos llevaban anillos hasta las uñas, y el baile de la Kullawada es así, mostrando
el poder económico que cada una de ellas tenía. [...] sólo bailaban los que tenían
plata. (Freddy Yana, 19.01.10)
Ellos trabajaban, se distinguían [...] El corazón con joyas se lleva, por eso
demuestran lo que eran muy trabajadoras, tenían mucha plata, y tenían mucha
joya demuestran eso. (Amanda, 10.06.10)
Monedas muy valiosas llevan algunos toros (Polo Bedregal, 21.07.10)
Monedas de plata y después igual, en sus muñecas se ponían y sus, en todos sus
dedos se ponían sus anillos de oro y sus aretes también eran así de oro (Jenny
Ampuero, 07.07.10)
Si la fiesta autóctona era una especie de “desfile” donde la gente mayor se fijaba
en las cualidades de una chica para escoger una mujer conveniente para su hijo, la
entrada que realizan los carniceros (“vacunos”) paceños el 4 de Octubre en honor
a San Francisco de Asís sigue cumpliendo la misma función. Ahí, a diferencia de
entradas folklóricas “comunes” donde baila gente de toda edad, solamente participan
jóvenes solteros, hijos o al menos amigos de carniceros que están abiertos a la
posibilidad de encontrar su futura pareja en la Kullawada. Pero lo que es aún más
llamativo es la riqueza que ostentan las jóvenes que llegan al lugar de baile (la Plaza
San Francisco en La Paz) envueltas en mantas de vicuñaXLI: sus pecheras están
recubiertas de joyas de oro y llevan tantos anillos que apenas pueden doblar los
dedos. Al menos oficialmente todo lo que ostentan es parte del patrimonio familiar,
así haciendo alusión al dote con el cual la joven podría contribuir al bienestar de su
futuro esposo. Para el contexto de matrimonios concertados entre familias, Lagarde
consta que éstos “implican el intercambio que hacen los padres del cuerpo (vivido)
de su hija, cuerpo erótico y procreador, valor potencial, para obtener beneficios ellos
mismos” (1997: 233). Si antiguamente la riqueza de una chica era representada en
los tejidos que portaba, en esta festividad su capital económico y social directamente
es expresado en oro. Por supuesto, adornar así a su hija es una cuestión de orgullo
XLI Una manta de vicuña cuesta 300 USD para arriba y es considerada la prenda más fina hecha de
lana de camélidos.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 147
XLII La separación estricta entre hombres y mujeres se da también en otras danzas llamadas danzas
en bloque, por ejemplo la Morenada, Diablada, Llamerada, los Caporales y los Tobas que de
esa manera igualmente parecen reflejar la división espacial entre lo femenino y lo masculino
tan típico para la cosmovisión aymara. Sin embargo, el caso de la Kullawada del 4 de Octubre
es muy especial en cuanto a repetir esa estructura también en el marco de su fiesta social, hecho
que no ocurre en las otras danzas donde la gente comparte la fiesta en grupos familiares y de
amigos sin tener que separarse por género.
148 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
familiar y esos trajes no están hechos para el público, son trajes para enamorar y
conquistar. Así, tampoco parece ser casualidad lo que Cristián, uno de los bailarines,
considera como belleza en una mujer:
Cómo se viste, cómo es su gusto de ella en vestirse su ropa. (Cristián Mejillones,
04.10.11, entrevista: David Mendoza Salazar)
La ropa y las joyas son el interfaz que atrae y que en este caso definitivamente
denota mucha abundancia económica. Pero la estética de la abundancia tanto de la
Kullawada Antigua como de los Wakas citadinos no sólo se hace notar en las joyas,
sino también otra vez en la gran cantidad y el volumen de las polleras y enaguas
utilizadas por las mujeres.
Eran bastantes enaguas, no como ahora que lleva tres, cuatro enaguas, se ponían
siete, hasta 12 enaguas. [...] La pollera era bastante a la moda, de costura la
basta [fruncido] bien menudita. (Adela Quispe de Mamani, 16.10.02)
Muchas veces creen que es la plata la pollera, si [...] tienen diez polleras, tienes
plata, si tienes veinte polleras, tienes ¡más plata! (Polo Bedregal, 21.07.10)
En los Waka Wakas hasta el día de hoy las Mama T’allas, Lecheras y, en menor
medida, las Pastorcitas se colocan ocho a 30 polleras y enaguas. Sin embargo, las
polleras que se llevan actualmente son de telas sintéticas mucho más livianas que las
de bayeta utilizadas en el pasado y ya no suele haber ostentación de joyas y mantas
finas (de vicuña) entre las bailarinas. Con la excepción de la Kullawada organizada
por el gremio de carniceros, ocurre algo parecido con la Kullawada: mientras que
antes era una danza sumamente lujosa hoy en día dominan los corazones decorados
con lentejuelas o bordados a máquina y son muy pocas las mujeres que aún siguen
llenando sus pecheras con joyas valiosas. Asimismo las polleras ya no se hacen
con tanta tela y las bailarinas no sobrepasan de cinco a seis enaguas. Pero aún así,
especialmente en la Kullawada Antigua, sobrevive el recuerdo de aquellos tiempos
asociado con un imaginario de lujo y poder que resulta atrayente para muchos
bailarines.
Me gusta la simbología que tiene la danza [...] era aquella época, la clase
pudiente, por eso las monedas, las ruecas, las perlas, y todo de la gente que tenía
mucho dinero. (Patricia Serrano, 13.02.10)
Usaban anillos hasta la punta del dedo [...] esa danza era de los más ricachones
y como también de los, de las personas más importantes. (seminario sobre la
Kullawa, 16.10.02)
Son danzas que en su momento representaban el auge de ciertos sectores sociales, en
el caso de la Kullawada los gremios textiles y carniceros y, en el caso de los Wakas,
de los poderosos comerciantes186. Según Alejandro Chipana Yahuita (16.10.02),
antes era prácticamente imposible que gente no perteneciente a los matarifes bailara
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 149
tendrá la joven una vez casada” (1989: 198). Ahí también se entendería cómo es
posible que en una danza de cortejo se utilicen máscaras: lo que ya mencioné para
el ámbito autóctono funciona igual aquí: el enamoramiento no se basa en la cara
bonita de uno de los dos jóvenes, lo que interesa es el prospecto que promete para
el futuro bienestar de la nueva familia. Como destacan Carter/Mamani dentro de la
cosmovisión aymara, el matrimonio no puede considerarse un asunto privado de los
enamorados porque “Significaba responsabilidad económica y afectaba directamente
la posición social de toda la familia.” (ibid: 206). Entonces, parece que al menos de
cierto modo hasta el día de hoy sigue vigente ese pensamiento que se distingue
claramente del concepto romántico que tiene el mundo occidental actual acerca de
cortejo y matrimonio.
Aún así, seguramente ha habido jóvenes que no querían regirse por esas
planificaciones estratégicas y tal vez fue eso lo que dio lugar a la interpretación
romántica de las perlitas que cuelgan de los sombreros de Kullawada (pero,
notablemente no de los sombreros que utilizan los carniceros; ellos bailan con
sombreros adornados con “canelones”, unos hilos torcidos especiales):
Se dice que la Kullawada era una pareja que estaba enamorando, pero su familia
no querían que compartan ese amor, entonces las perlas, que caen del sombrero,
significa las lágrimas por su amor, por el amor impedido de ellos. (Ángela
Bedoya, 24.09.09)
Pero la Kullawada Antigua también tiene una acepción menos inocente, la de tener
dos parejas o directamente “amores prohibidos”, por lo cual los bailarines se cubren
el rostro con antifaz:
Todo lo que significa la Kullawada, que son símbolos de tres, significa la pareja
más lo que tú encuentras en la Kullawada, que es otra pareja. (Maritza Leyton,
13.02.10)
El Kullawa siempre tiene dos amores [...] no baila con una pareja, baila con dos
o bailan entre cinco, siempre hay esa, esa disparidad, o la mujer baila con dos al
lado o el hombre baila con dos al lado, es amor de Kullawa. (Marcelo, 22.07.10)
Además, existen dos personajes libidinosos que guían la tropa de Kullawada, la
Awila (“abuela”, bailada por un hombre, ver cap. 4.1. de la sección II) y el Waphuri.
Son figuras ambiguas que por un lado, son considerados como “jefes” o “padres”
del grupo y por el otro, tienen connotaciones lascivas, de conductas sexuales que no
compaginan con la moral católica y el supuesto sentido de una procesión religiosa,
pero que son bastante comunes189, en especial durante las fiestas folklóricas. Así,
tanto la Awila como el Waphuri son altamente sospechosos de adulterio y el bebé que
carga la Awila sería el fruto de su conducta inmoral.
Me parece que [la Awila] era un personaje de que era la mujer va en busca
del varón cargada de la wawita para entregársela. Por eso es que él hacía el
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 151
coqueteo a los hombres de la Kullawada, no a las mujeres, sino a los otros como
diciendo: esta es tu wawa o algo así. (Diego Marangani, 20.07.11)
La Awila en la actualidad es un varón que se disfraza de mujer, carga una muñeca
a modo de simular un bebe, que resultaría ser el fruto de la relación ilegítima
que mantendría el “Waphuri” con su amante. (Monografía Kullawada Trabajo
Social, s.f., s.p.)
La Awila, por ejemplo, en la Kullawada antigua, tiene cargada una wawita,
entonces ese es con un antifaz y eso significa que es eh, que está mostrando a la
madre soltera y a ocultar su rostro para que nadie sepa en la comunidad, en el
lugar quien es, y el Waphuri, [...] el conquistador de solteras más o menos, o sea
un poco ojo alegre le dicen. (Ángela Bedoya, 24.09.09)
La Awila molesta a los hombres, agarrado su wawa ¿no ve? El Waphuri
molestando también a las cholitas... (Delegada Kullawada, 24.07.10)
El Waphuri que “molesta” a las cholitas es una escenificación del machismo y de la
masculinidad hegemónica ya que es el hombre blancoide (las máscaras de Waphuri
siempre evocan rostros europeizados) que comanda una tropa de “aymaras tejedores”
(hoy en día: cholos) donde comprueba su virilidad a través de la promiscuidad190.
Se podría decir que la Kullawa, en general, tematiza el erotismo de lo prohibido191,
la expresión de la sexualidad en un marco socialmente permitido y de cierta manera
hasta abre un espacio en el cual el adulterio de parte de la mujer es tolerado. Como
ésta está con máscara nadie sabe quien es ese “amor de Kullawa”... Podían hacer
alguna locura, pero no iban a quedar “manchadas” por su conducta “indecente”
siempre y cuando no perdieran su anonimato:
Bailan parejas solteras [...] se cubren la cara. [...] Entonces se cuenta de que
no se pueden ver el rostro. Porque si se ven el rostro se tendrían que casar. Y
entonces ¿cómo te puedes casar con una persona que tal vez no conoces? Pero si
te ven ya te casas, por eso se dice qhinchha Kullawa. (Nataly Castillo, 04.10.11)
Es una lascivia que por un lado se conecta con el erotismo andino y que por el
otro está fuertemente ligado con el concepto aymara de qhinchheríoXLIII que siempre
denota algún infortunio (sentimental) como la separación o incluso muerte de las
parejas. Así, incluso hay personas que temen bailar Kullawada:
Llevan antifaces [...] o sea para ser anónimos más que todo y bailaban [...]
cualquiera entraba a la fila y no se sabía quién era, si era casada o soltera,
viuda, nada y la pareja que se encontraba generalmente tenía una relación y
hacían pues cosas que ya iban en contra de la moral del Señor, de juntarse, por
eso que decían que era una danza de qhinchha dice, o sea mal agüero, esta danza.
(Freddy Yana, 19.01.10)
XLIII literalmente “adultero, lascivo” pero también “mal agüero, nefasto”, Layme Pairumani 2004: 154
152 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Ese qhinchherío supuestamente afecta a los matrimonios y ahí, sobre todo, a los
recién casados.
Solamente deben bailar los solteros y solteras [...] dicen que es qhinchha, que
no deben bailar cuando están casados. ¿Por qué? Porque si están casados o
juntados fallece alguien, uno de ellos. Me consta personalmente, yo he tenido
esa mala suerte. (Toribio Vásquez, 04.10.11)
Cabe notar la mención de sal en el contexto del qhinchherío de la Kullawada. Según
Mayta/Gérard Ardenois (2010: 208) en Potosí, la sal (y, por extensión los Salakis, un
ritual pero también un género musical de esa zona) es relacionada con la protección
de los malos espíritus y maldiciones, ya que se supone que el exceso de sal no sólo
es desagradable para los humanos sino también para los saxrasXLIV. Entonces parece
que decir que está salado en el sentido de estropeado, en mal estado, sea tal vez una
metáfora para decir que es un baile moralmente depravado.
Si baila un matrimonio por desajuste se deshace este matrimonio al próximo año.
[...] De algunos jóvenes que también se presentan dicen que es un baile salado,
especialmente dicen cara de choferes. Los choferes van hasta, no puede ser, tiene
cuatro, cinco mujeres, dice bueno, está salado y como es un baile de qhinchherío.
(Alejandro Chipana Yahuita, 16.10.02)
[Qhinchherío] Las malas vibras, que la va a ir mal a uno [...] se les echan en la
sal a las personas por decir, no les va muy bien. (Kullawero, 04.10.11)
Notablemente, al equiparar el qhinchha con “malditos, salados, señalados”, también
Oblitas Poblete (1963: 30) tiene esa asociación con la sal. Para este autor, un qhinchha
es “aquél contra quién se revela el destino”, estado que puede surgir de conductas
socialmente inaceptables como, por ejemplo, tener relaciones sexuales con las
hermanas. Entonces, al cometer actos inmorales, uno puede volverse qhinchha y
puede contagiar su maldición a las personas que lo rodean. Pero existe también una
manera de contrarrestar el qhinchherío:
Dicen de los casados que si bailan Kullawa se van a separar o divorciar, hay una
creencia contra eso, la mujer para bailar debe colocarse la ropa interior al revés
y luego su traje. Así no se separan nunca. (bailarín de Kullawa, 06.11.10)
La receta para defenderse del qhinchherío, ponerse la ropa al revés, proviene de
la cosmovisión aymara: hacer “izquierda mesas” con elementos invertidos (hilos
torcelados al revés, mover cosas al revés etc.) son medidas para expulsar lo malo192
y se supone que los hilos torcelados a la izquierda tienen poderes mágicos193. No
sé si aplicaron esa recomendación, pero varios de mis entrevistados llevan décadas
bailando con sus esposos y dicen que nunca les pasó nada malo. Parece que en el
XLIV Espíritu maligno vagante que actúa durante la noche y puede causar enfermedades y la “pérdida
de alma”. (Sagárnaga Meneses 2003: 344)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 153
fondo el qhinchherío se refiere más que nada a la conducta inmoral, al sentido literal
de la palabra que es “adultero, lascivo”:
Les dicen las qhinchhas, porque la Kullawa tiene esa tradición, esa concepción,
de que ahí participan todas las que tienen vidas al margen de sus matrimonios,
así separadas, o sea haciendo aventuras, los hombres con mujeres, las mujeres
con hombres, entonces representa un poco a la, no sé si llamarle promiscuidad o
a los amores secretos. (Mateo Almendro Cevallos, 24.05.10)
Al temporalmente permitir todas esas conductas “inmorales”, la danza incluso
otorga un lugar a los transformistas homosexuales quienes bailan de Awila, así
supuestamente llevándose ese mal agüero:
De los transformistas, sí, siempre en una Kullawada tiene que bailar, por tradición,
porque como en pocas palabras comunes, o sea dice se lo lleva el qhinchherío.
(Patricia Chambi, 23.05.10)
Sin embargo, transformistas como Mónica y Anita se oponen a esa interpretación y
constatan que su baile no tiene nada que ver con “limpiar el qhinchherío” (19.07.10)
y otros transformistas incluso creen que el qhinchherío puede afectar a su misma
comunidad:
Hemos escuchado comentarios, yo he escuchado comentarios de que incluso
cuando bailan parejas, se separan dice, ¿no?, que es… [...] Y hay, ha habido, ¿no
ve?, personas, amigos que eran parejas, han bailado y se han separado. [...] Sí,
no sé si es coincidencia o es verdad… (Sergio y Eduardo, 19.07.10)
En la interpretación de Marcelo, la mala suerte se refiere más a la supuesta orientación
sexual de los que bailan, pero igualmente hace referencia a la infidelidad y a los
amores fuera de la norma socialmente establecida:
Se ha estigmatizado tanto la Kullawada como con el baile del qhinchherío, del
maricón, del gay, que se prohíbe bailar la Kullawada en entradas [...] porque
supuestamente es qhinchherío, o: “que tu marido es maricón”, o: “que tu…, o
que la mujer se va a escapar” que, porque es el baile del amor y la tradición es
qhinchherío por los dos lados. (Marcelo, 22.07.10)
La Kullawada, al igual que los Ch’utas, antiguamente eran danzas citadinas
fuertemente asociadas con el “robo” de las cholitas realizado como consecuencia del
enamoramiento durante la fiesta.
cortejo rural andino: al hablar del “robo” de la cholita también menciona la irpaqaXLV,
costumbre autóctona de llevar (irpaña = llevar) a la chica tras una ceremonia ritual-
festiva al hogar de su novio para que comience el sirwiñaku, el matrimonio a prueba
que antecede la unión oficial194.
Y el 4 de Octubre se bailaba y había que robársela a la cholita así, bueno,
ocultando viene después la irpaqa y luego viene el matrimonio. Y desde esos
cambios se han dado cuenta cuando muchos matrimonios se han realizado a
través justamente de la Kullawada. [...] Muchos de los hijos que somos jovencitos
también de ese matrimonio ¿no? de nuestros padres, justamente por la Kullawada
y muchos son, como dicen, productos de la Kullawada. (Alejandro Chipana
Yahuita, 16.10.02)
En la danza carnavalera de los Ch’utas paceños existía la misma manera de proceder,
solo que ahí el “robo” también coincidía con la fecha habitual para los “robos” en el
área rural, en Tentación, es decir una semana después de Anata/Carnaval.
Mi padre me decía, este es el domingo de robarse cholitas, se van a robar. [...]
Era domingo de Tentación, día de robarse cholitas. [...] Ese día se las raptaban
a las cholitas en el sentido de formar pareja, se las llevaban a su casa y bueno
después a la semana tenían que formalizar con sus padres. (David Mendoza
Salazar, 03.03.10)
Eso ya sería un compromiso serio. Sin embargo, parece que no todo “robo” urbano
tenía esa connotación. Según doña Lola, en Tentación “el diablo anda suelto” y “se
dedica a tentar, en especial a los jóvenes y a las muchachas”. Así, tanto solteros como
casados se disfrazan de Ch’uta para poder “robar” una cholita y pasar la noche con
ella195, relato que hace pensar en el tentador Saxra, Supay o K’ita Carnaval potosino196
quien seduce y facilita los primeros encuentros sexuales. Y sigue la tradición:
[Robo de cholitas] Esa es la tradición. Como nos cierran en un local con candado,
entonces ahí nos empiezan a hacer tomar, beber, se roban, o sea se juntan ya las
parejas de por sí. (Pablo Mendoza, 04.10.11)
Tomando en cuenta los probables sucesos del baile, en épocas pasadas no era tan
fácil que los padres dejaran bailar a sus hijas, así que los organizadores de una
comparsa tenían que ir a rogar a los padres y pedirles permiso personalmente para
que éstas pudieran participar en la fiesta y para que haya suficientes parejas para los
muchachos quienes se acoplaban según la disponibilidad de mujeres jóvenes.
XLV “La irpaqa es parte de las costumbres matrimoniales de los aymaras. Después de que dos jóvenes se
han conocido y el joven ha llevado de ocultas a la chica a su casa, los padres del joven deben arreglar
el asunto con los padres de la joven”, lo que conduce a la petición de mando, sart’asiña. “Después
de una ceremonia y una pequeña fiesta se realiza la irpaqa: solemnemente se lleva a la joven a la
casa de su futuro esposo, donde permanecerá durante algún tiempo” (van den Berg 1985: 68).
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 155
De noche venían a rogar a nuestros padres, faltando nos buscaban, ellos elegían
quienes iban a bailar y venían a rogar, hacían esos tarisXLVI con su coca, a charlar
al padre si su hija puede participar en su baile, entonces trataban los padres
decidían si va a bailar o no va a bailar y es por eso que nosotros bailábamos.
(Adela Quispe de Mamani, 16.10.02)
Entonces, el “robo” no era algo del todo imprevisto. Como demuestran los
testimonios acerca de tener que ir a rogar a los padres para que dejen bailar a sus
hijas e invitarlos con los correspondientes montos de coca y cerveza, el ritual de
bailar de manera “encubierta” que termina en el “robo” de la mujer, más bien parece
haber sido bastante codificado y normado. Además, si se toma en cuenta que en
décadas pasadas la Kullawada era una danza sumamente lujosa197, excluyente en
cuanto a la participación de gente no pudiente o no perteneciente a cierto gremio (por
ejemplo al de los carniceros en el caso de la entrada del 4 de Octubre), tal vez incluso
sería oportuno hablar de un cortejo “señorial” del sector popular.
En todo caso creo que la máscara también daba cierta seguridad a las chicas –
si se permitían un “amor de Kullawa” no era tan fácil repudiarlas ya que quedaban en
el anonimato. Por el otro lado, tal vez los padres recibían esas invitaciones en pos de
“recompensación” anticipada de lo que su hija podría ser “robada”, hecho también
asociado con el qhinchherío de la danza:
Siempre el joven se lo llevaba, robaba su hija de una de las viejas de la familia.
[...] De eso, sus abuelos, su mamá de la chica lloraban: por bailar esta qhinchha
Kullawa me hija se ha ido, esta qhinchha Kullawa. Ese, de ahí se proviene eso.
[...] Sí, maldecían pues. Por robar a su hija. (Félix Paz Salinas, 08.01.11)
En las entradas zonales como el Gran Poder las señoritas, las que bailaban
Kullawada, se conocían con sus parejas, se conocían por estar ahí, ensayaban
bailando y así era por diferentes situaciones una que otra no llegaba a la casa
y se quedaban a enamorar [...] Los papás de la cholita iban y lo buscaban y lo
encontraban para sirwiñaku, ya estaban juntando con eso. Y eso, por eso que los
papás decían por esta Kullawa qhinchha he perdido a mi hija, por esta Kullawa
qhinchha estoy así. (Freddy Cambia, 16.10.02)
Usted sabe que los ensayos… antes se hacían hasta las 12 de la noche, a media
noche entraban los Rebeldes, ¿no?, los Rebeldes, los Rosas de Viacha, mejor si
entrabas a la una de la mañana, ¿no?, porque de ahí te ibas con tu cholita y ya
te hacías pareja (Edgar Vidaurre, 06.01.10)
Hasta nuestros días las cholitas jóvenes no acostumbran ir a discotecas o cursos de
baile (social) donde podrían conocerse con futuros pretendientes. Entonces, por más
que ya no haya tanto “robo” de cholitas, el espacio de cortejo por excelencia sigue
siendo la fiesta folklórica.
XLVI Pequeños paños tejidos que se utilizan para guardar hojas de coca y colocar ofrendas rituales.
156 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
XLVII Aparte de “cholero” como denominación del “aficionado a las cholas” también cabe mencionar
la palabra “cholear”, según Hernándo Sanabria Fernández sinónimo de “Poseer a una mujer,
hacerla su amante” (en Paredes Candia 1992: 50, 52).
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 157
los mitayos de los valles bolivianos hacen referencia a una procedencia indígena
de su portador. En ese sentido bailar “sin calzón” podría tal vez interpretarse como
un intento de alejarse de “lo indígena” y apropiarse de una identidad más “mestizo-
urbana” a través del traje occidentalizado del Pepino.
Pero el Pepino mismo se regionalizó. Si las primeras máscaras y los primeros
trajes de Pepino aún eran de un solo color, hoy en día suelen hacerse de dos colores.
Así, la máscara tiene la misma división en dos colores, respectivamente los mismos
“cuernos” que la máscara del K’usillo, otro personaje “malcriado” y promiscuo (ver
cap. 5.1.6) que en el transcurso de los años seguramente influenció en el aspecto del
Pepino. Además, a pesar de ser un personaje de origen europeo, la andinización del
Pepino ha sido tan fuerte que hoy en día incluso se lo culpa de ser “progenitor de
niños del carnaval”207, adscripción que evoca la imagen del tentador Saxra, Supay o
K’ita Carnaval potosino, responsable del nacimiento de “hijos del diablo”208. Así, el
Pepino finalmente se convirtió en una figura que reúne el desorden carnavalesco de
corte europeo con el erotismo rural andino.
5.2.5. Emancipación con polleras: sensualidad, clase y roles de género en los Waka Wakas
Los Waka Wakas citadinos (que son una versión urbanizada de los Waka Tintis y
Waka Tinkis rurales) ya no hacen ninguna escenificación jocosa de la siembra y
cosecha, pero, como detallaré más adelante, sí conservan la estética de la abundancia
y multiplicación. A pesar de eso es una danza mucho menos asociada con las
tradiciones rurales e incluso cholas que por ejemplo la Kullawada. Por más que a
mediados del siglo XX era una danza bailada por poderosas comerciantes de los
mercados Lanza y Camacho y Polo Bedregal estima que “las mejores cholas de La
Paz han bailado en los Wakas” (21.07.10), éstas hoy en día ya no suelen participar
en los Waka Wakas. Es una danza que se ha “mestizado” totalmente (en el sentido
de que las bailarinas actuales prácticamente en su totalidad son señoritas y señoras
“de vestido”), lo que no sólo influyó en la estética de la danza, sino también en su
carácter. Mientras que en la versión rural predomina la invocación de la fertilidad
agrícola, en los Wakas citadinos sobresalen las escenificaciones de virilidad (léase
como fuerza) y feminidad (léase como coquetería y fuerza). El rol del hombre aún
parece reproducir ciertos conceptos autóctonos acerca de la hombría, encarnada en
el personaje del toro.
Los toros son bastante hombres. (Carlos Coharita, 25.06.10)
Pero ese toro ya no “molesta” demostrando su interés en la mujer. Simplemente trata
de comprobar su súper-hombría a través de la proeza física209 portando “búfalos”, los
caparazones de toro más grandes que pueden conseguir, con los cuales en algunas
fraternidades incluso hacen giros y saltos. De la misma manera cambió el rol de la
mujer: ya no es la que pone la semilla mientras que el hombre rotura la tierra, sino
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 159
que mencionan ese temaXLVIII. El discurso oficial se agota en halagos de “lo nuestro”,
“la tradición” y “la cultura”, enfatizando aspectos de identidad “nacional” pero
cuidadosamente evitando temas de género y sexualidad que podrían cuestionar los
vigentes sistemas de poder. En lo que concierne a los personajes folklóricos creados
o apropiados por las clases sociales occidentalizadas cabe destacar la presencia de
los bailarines glbt (gay-lesbiana-bisexual-trans) quienes, al luchar por sus derechos a
través de la danza, son los que más visibilizan y tematizan el carácter inmanentemente
sexual de la danza. Así, al bailar de Waphuri, Danna Galán está...
... reivindicando mis derechos sexuales, reivindicando el placer y la sexualidad y
la estética como un derecho innato del ser humano [...] todas las manifestaciones
culturales están cruzadas por los valores estéticos, por los placeres, el deseo, la
sexualidad, porque el bailar es sexualidad [...] al bailar, al coquetear, al sonreír,
al tocarnos, al vestirnos, al vernos hermosos pues estamos ejerciendo nuestro
derecho también al placer de la sexualidad de vernos. [...] para mí la danza es
la mayor expresión de la sexualidad que existe (Danna Galán – David Aruquipa
Pérez, 08.07.09)
Definitivamente, son los miembros del colectivo glbt quienes más abiertamente
hablan del tema:
El Gran Poder antes, como era un poco marginal, ahí festejaban, en esa zona
la entrada, y de hecho yo me acuerdo, había un grupo grande de jóvenes y
encerraban a las mujeres o las Chinas, hasta las desvestían, había mucho sexo,
y de día, en la calle, en un esquina lo rodeaban los jóvenes, y adentro estaba
pasando cualquier cosa, eso y en la noche era peor, así que tenía que ver mucho
con el sexo, es un desenfreno también. [...] La sensualidad uno lo lleva adentro,
¿no?, siempre trata de aparentar o de aparecer muy sensual, que te enamoren,
que te insinúen, que te soliciten, te saquen a bailar, tiene que ver mucho con eso
(Mateo Almendro Cevallos, 24.05.10)
[La sexualidad] siempre está presente, tanto en hombres como mujeres biológicas,
¿no?, siempre por el hecho del escote más pronunciado, la pollera más corta, los
varones los trajes más ajustados, o más abultados, en todas las danzas, ¿no?,
siempre está presente en todas las danzas. (París Galán, 06.01.10)
Hay bastante relación [con la sexualidad], porque tienes que saber estar, ser
sexy para bailar, tienes que tener buen ritmo, y el ritmo te incita también a ser un
poquito sexual. (bailarín de Morenada, 29.05.10)
Parece que en los bailarines glbt erotismo y sexualidad están mucho más en la
superficie, es más tema, ya que son seres “sexuados” cuya vida gira mucho entorno
de la sexualidad y de como (no) vivirla.
XLVIII Aquí vale mencionar a Pérez Portanda (1999) y a Lara Barrientos, quien observó “parejas
furtivas que exhibían su romance ante la vista de todos” en el Carnaval de Oruro (2007: 85).
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 161
Un par de décadas más tarde, en una reedición de una de sus obras, el folklorólogo
boliviano Rigoberto Paredes describe la misma “cristalización de roles de género”211:
Se enfrenta la pareja, suena la música expresiva, comienza el canto; los bailarines
avanzan y retroceden agitando pañuelos. El hombre con una mano en la cadera
y con la otra batiendo el pañuelo acosa a su pareja; esta coquetona se hace la
indiferente y esquiva, baila seguida de aquel que obstinado la asedia. Dan vueltas
enteras y medias vueltas, zapateando y haciendo girar el hombre su pañuelo por
sobre la cabeza d la mujer, o lo baja al nivel de sus rodillas, o hasta arrastrarlo
por el suelo. La bailarina con la vista baja y calculados movimientos que al
mismo tiempo parecen atraer a su perseguidor o rehusar de él, se desenvuelve
con gracia provocativa y sensual. El hombre se impacienta; despliega toda su
habilidad coreográfica; redobla su donaire, se pavonea, ondula, zapatea, hasta
que aquella, con cierta incitante languidez se da por vencida, le tiende la mirada
y se para en medio de los palmoteos y hurras. El galán se hinca la rodilla a los
pies de su dama y termina el baile” (Rigoberto Paredes 1970: 144 sig.)
Son roles de género que siguen vigentes en las representaciones folklóricas de hoy
en día. Además, las distintas fases de enamoramiento corresponden a las cinco partes
de la coreografía:
La esencia, el sentido de la Cueca, en realidad es el enamoramiento de la
pareja. Se cuenta una historia en sí la Cueca. Tiene cinco partes la Cueca, que es
introducción, las palmas, los encuentros, la quimba, el zapateo. Entonces, en la
introducción es como si nos presentáramos [...] En lo que sigue en la coreografía
se podría decir que nos estamos conociendo como que nos acercamos pero no nos
animamos y demás. En la quimba ya es una parte de enamoramiento, el pañuelo
por ejemplo significa eso, es el enamoramiento y eso tiene mucho que ver con
la cultura europea. Las mujeres antes lanzaban los pañuelos a los varones y
los varones ya tenían una pretendiente. Es el mismo sentido, el pañuelo juega
mucho, es el idioma de la Cueca en realidad donde en la quimba los pañuelos
se juntan, los varones se apoyan en la mujer. Entonces, como que la mujer ya
cede un poco y el zapateo es la culminación de ese amor donde ya la mujer y el
hombre se aceptan y se enamoran y justamente terminan siempre en un abrazo,
en un juramento de amor de rodillas del varón, como se expresa el cuerpo en ese
momento. (Juan Manuel Alberto Valenzuela, 20.09.11)
En fin, la Cueca escenifica un juego amoroso que parece ser inspirado en el
romanticismo y cortejo europeo del siglo XVIII y XIX:
Tiene algunos detalles, trata del romanticismo, es tan detallado, tienes que bailar
con mucho detalle, con mucho esmero y es una danza en la que uno demuestra su
arte y también demuestra su cariño. (Javi Quíbar, 18.04.10)
Pero representa también otras cosas, por ejemplo quiénes deben cortejar de qué modo,
así relacionando los roles de género con el tema de clase social y, por extensión, con
la estratificación étnica tan palpable en Bolivia. La Cueca paceña, chuquisaqueña y
164 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
potosina es una danza que añora el pasado, en especial el pasado de una clase social
que dejó de existir, del “hacendado” y del cholaje señorial (ver cap. 3.1.1).
La cueca es danza citadina, danza de salón, danza del cholaje. (José Farfán,
21.08.09)
En este caso las palabras claves que denotan la clase retratada son “señorial” y
“elegante”, términos que se traducen a una postura erguida del cuerpo, a pasos
lentos y pausados, comprobando que las distinciones de clase suelen plasmarse en
diferentes estilos de movimiento212.
En La Paz por ejemplo es mucho más señorial, es más elegante [...] digamos que
está en ese nivel [de la potosina]. En Sucre es [...] igual súper señorial como
la Cueca paceña. [Lo señorial] se traduce por ejemplo en posturas del cuerpo.
(Juan Manuel Alberto Valenzuela, 20.09.11)
Como generalmente antes, en época del coloniaje este baile en realidad se dice
que su origen es del mestizaje, de los españoles y los indígenas, de esa mezcla
digamos, del criollo. Entonces tiene esa parte señorial a que llamamos esa parte
muy erguida, muy creída, la clase un poquito más ya alzada digamos. (Carlos
Aruquipa, 19.09.11)
Muchos entrevistados relacionan el estilo de las diferentes Cuecas con las supuestas
características de los habitantes del altiplano y de las zonas más cálidas. Así, Carlos
Aruquipa explica:
La Cueca en sí en cada región se diferencia por el mismo carácter que tiene la
gente. Por ejemplo, en el altiplano somos más serios, un poco más introvertidos,
entonces la Cueca es más quietita digamos. (Carlos Aruquipa, 19.09.11)
Es una estereotipificación en la cual se confunden los roles de género con las
adscripciones de clase y etnicidad. Lo “introvertido” de “el” indígena altiplánico se
mezcla con el porte alzado del criollo blancoide de clase alta que a su vez reproduce
estereotipos acerca de “lo” europeo, en este caso equivalente de “elegancia” y, como
consecuencia, “categoría” y poder213.
La Cueca señorial, la de Sucre, porque es lenta, además de ser lenta al mismo
tiempo de estar bailando en ese aire, en ese desplante que llaman de los españoles,
caballeroso, galante [...] bailar con esa delicadeza, ese aire señorial que tiene la
danza. (Marina Prudencio, 19.09.11)
La Cueca paceña, la Cueca chuquisaqueña siempre han representado el poder
social y económico de la gente. (Lily Zuleta, 20.09.11, entrevista: David Mendoza
Salazar)
La chola paceña tiene más garbo, tiene más lucimiento [...] se muestra mas
majestuosa, más soberbia, más inmaculada. (José Farfán, 24.09.11, entrevista:
David Mendoza Salazar)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 165
XLIX Pionera en cuanto a la puesta en escena de danzas autóctonas y folklóricas, fundadora y primera
directora del Ballet Folklórico Nacional de Bolivia.
166 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
por debajo la pollera, subiendo las nalgas [...] En cambio en la zona andina el
varón tiene que ir dónde la chica y molestarla. (Juan Manuel Alberto Valenzuela,
20.09.11)
También el machismo expresado en la danza es otro: ya no es el caballerismo
“elegante” y “señorial”, sino es un machismo más asociado con “lo” indígena,
“campesino” (oriental) y gaucho (de la zona del Chaco), es decir, con lo salvaje,
con una sexualidad y en especial una hombría “incontrolable”215. La transición
de estatus (de élite hacia lo “campesino”) es marcada por un fuerte cambio en los
esquemas de movimiento216 que ahora son mucho más rápidos y ágiles, incluyendo
pasos cortos y saltados, escenificando una actitud diferente hacia la sexualidad.
Si la versión de élite es totalmente desexuada, tal como corresponde a una danza
que ascendió de clase, las alusiones sexuales más o menos directas son mucho más
permisivas para los “campesinos” y su nuevo estilo de Cueca. Esto hace recuerdo
a la interconexión entre sexualidad, clase y etnicidad que Stolen describe para un
pueblo argentino: según el imaginario creado por los “colonos/gringos/blancos” de
ese lugar, los “cosecheros/criollos/negros/morochos” serían “inmorales” teniendo
demasiado interés en el sexo pero, visto del otro lado, también “sangre caliente” y
la capacidad de disfrutar la vida217, una descripción que encajaría muy bien con las
Cuecas mencionadas. Hablando de la Cueca chaqueña y de la Chacarera Miguel
Sánchez destaca otro aspecto de la representación masculina: el zapateo, redoble de
pies que él compara con el galopar del caballo, principal animal de trabajo de los
gauchos chaqueños218. Si uno toma eso como una metáfora con un padrillo semental
no es de asombrar que...
... la mujer no puede zapatear porque está quitando la habilidad al varón. (Miguel
Sánchez, 20.09.11)
Entonces, tanto en Tarija como en el Chaco el acercamiento amoroso es retratado de
forma más directa hasta casi agresiva:
La Cueca tarijeña para mí es similar a la chaqueña. Solo que es más machista.
La mujer es más seductora. El hombre chaqueño, la mujer del Chaco es muy
similar al argentino. El argentino es huaso, es malcriado, es súper machista, la
chica, la mujer chaqueña es muy zorra. Mientras que la gente aquí en La Paz es
más sumisa, es más tranquila [...] en Tarija es un poco más picaresco, bailaremos
un poquito, te levantaré la pollera, así ¿no? te quitaré un poquito. En el Chaco
es más directo, o sea directamente el varón con la mujer: queremos esto y listo.
En Tarija hay que rondear un poquito, hay que darse vueltas, en La Paz hay que
rondearse más todavía. (Miguel Sánchez, 20.09.11)
A pesar de que al menos en el altiplano sigue siendo una danza “especial” que
solamente se baila en determinadas ocasiones (es decir, en matrimonios, bautizos, en
el nombramiento del próximo preste etc.) y que solo excepcionalmente es ejecutada
de forma más masiva en entradas folklóricas (en la Entrada Universitaria existe un
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 167
grupo que se presenta con Cuecas), definitivamente hubo una apropiación de sectores
que antiguamente no bailaban Cueca. Desde mi punto de vista, los que más gustan de
la Cueca y los que más se identifican con ella son los descendientes de aquel cholaje
señorial, hoy en día “viejitos” admirados por su estilo de baile. Sin embargo, según
Yolanda Mazuelos, directora de CONADANZ, el actual estrato mestizo ya perdió el
interés en la Cueca y tampoco se popularizó de manera profunda dentro del cholaje:
En La Paz no bailan los sectores populares, o sea la clase baja, no es su ritmo,
no es su danza. Hasta ahora. [Bailar Cueca] solo es una adecuación no más
que hacen para cualquier fiesta social. (Yolanda Mazuelos, 27.09.11, entrevista:
David Mendoza Salazar)
Para David Mendoza (10.10.11), el hecho de inaugurar prestes bailando Cueca es
un modo de demostrar el ascenso social, de apropiarse de una antigua danza de élite
y, por lo tanto, de un símbolo de poder que de esta manera estaría adquiriendo otro
matiz étnico-social. De hecho, esa Cueca chola ya se está haciendo notar a tal punto
que incluso fue recreada por un ballet folklórico, conduciendo a la creación artística
de la Cueca alteña. Lily Zuleta, directora del Ballet Folklórico de la ciudad de El
Alto, explica:
En el caso de El Alto nosotros hemos creado nuestra propia Cueca. [La letra es]
de César Espada y que habla de El Alto concretamente y un poco hace referencia
al orgullo del alteño, sus símbolos, el Huayna Potosí, el hecho de la Guerra del
Gas [baila la] Chola alteña, con pollera bajo, con zapatos bajos [...] Nosotros
hemos bailado la Cueca alteña con una coreografía reproduciendo la chacana
por ejemplo, el khapaq ñan. (Lily Zuleta, 20.09.11, entrevista: David Mendoza
Salazar)
Aquí cabe destacar varios aspectos: por un lado definitivamente se trata de una
adaptación a la actualidad, a las cholas que uno puede ver a diario y que en su
preste ocasionalmente pueden bailar una Cueca sin reproducir ningún “aire señorial”
de una clase social muy ajena en tiempo e idiosincrasia. Al mismo tiempo se da
un sentido político a esa Cueca, por ejemplo mencionando la Guerra del Gas, un
conflicto del año 2003 cuando migrantes y descendientes aymaras se enfrentaron
con el gobierno neo-liberal de Sánchez de Lozada y que se convirtió en un símbolo
de la lucha indígena. Hacer una coreografía en forma de chakana/khapaq ñan
(cruz andina/”gran camino”) es una ideologización y, en este caso, indigenización
consciente que trata de convertir una danza de élite europeizada en un símbolo
de identidad indígena, intento que concuerda muy bien con la coyuntura política
indigenista y la correspondiente politización de las danzas (ver cap. 6.3.2).
168 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Para el caso de la Morenada cabe mencionar que “demostrar la belleza”, tanto para las
bailarinas como para la directiva de las fraternidades de Morenada, se ejemplifica en
la presentación de las Chinas con sus minis y botas largas inspiradas en las vedettes
internacionales (véase cap. 6.3 de la parte II)L.
Tenemos que demostrar lo que es la belleza, y la belleza de la mujer. (Omar
Bedoya, 05.02.10)
Es bonito, porque ahí la mujer muestra su belleza [...] es más sexy. (Érica
Fernández, 29.05.10)
Es una percepción de belleza íntimamente ligada al contexto global urbanizado que
no compagina con los conceptos de belleza indígena y chola (ver cap. 5.1.3), hecho
que no sólo afecta a la juventud rural que trata de imitar esos cánones estéticos
sino también al oriente boliviano donde las danzas folklóricas urbanas reproducían
imágenes de “campesinitas” urbanizadas, pero no tan “sexys” como las Chinas
y Caporalas de la zona occidental. Así, en los últimos 20 años la Morenada y los
Caporales se hicieron muy populares en Santa Cruz suplantando rápidamente las
danzas del lugar. Además, muchas de las “señoritas” de esa zona cumplen muy bien
con el fenotipo ideal para bailar de China o Caporala, es decir, ser lo más alta y
blancoide posible. Por lo tanto...
... ya no quieren bailar de Moperitas, quieren bailar Morenada, Caporales,
porque se ven pintudísimas. (Shirley de la Torre, 23.07.09)
Hablando de los fenotipos: especialmente en décadas pasadas existía una fuerte
discriminación y mucho elitismo de clase/etnicidad en cuanto a la selección de
Chinas y Caporales.
L El atuendo que utilizan para los ensayos y las pre-entradas se asemeja al estilo de la cantante
mexicana Ana Bárbara que se presenta con sombrero, blusa, pantalón ajustado, cinturón de
varón y botas largas.
170 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Las chicas, que sean bonitas, altitas, que tengan buena estatura, que bailen bien,
[...] ésta es muy fea, ésta es muy bajita, no, no va entrar, y no entran por eso.
(Jorge, 13.01.10)
Les hacen dar examen, la estatura, si tiene la tez morena o tez blanca, o sea les
prohíbe y es parte de racismo. (Juan Carlos Fernández, 23.06.10)
Los de San Simón, buscan chicos altos bellos, chicas medias no tan morenas
ni bajitas para que entren en sus grupos, entonces ahí también hay elitismo.
(Rodolfo Vargas – Sasete la Diva, 22.04.10)
Los testimonios citados demuestran claramente la conexión entre la “belleza” y cierto
fenotipo que a su vez está intrínsecamente ligado al tema de etnicidad y clase221. Los
“morenos” y “bajitos” son considerados “feos”, es decir, de (mucha) ascendencia
indígena y, por lo tanto, de clase y etnicidad inferior. A eso se suman las barreras
económicas.
En Zambos, en los San Simones, en esas fraternidades si hay un poco de
menosprecio a los demás, ¿no?, no puede entrar cualquiera, se fijan en la
fisonomía, en el color de tez, y posteriormente en lo económico también.
(Marianela Coritza, 06.01.10)
Sí hay elites porque es gente más joven la que baila también en los Caporales, a
ese miramiento todavía juvenil adolescente, de decir yo soy más que éstos porque
bailo Caporales, y puedo pagar, o mis papás pueden pagarme. (Rodrigo León,
02.02.10)
Sin embargo, es justamente el factor económico el que actualmente contrarresta la
discriminación por fenotipo y etnicidad: la “élite” blancoide de hoy en día suele
basar su supuesta superioridad en su formación profesional (su capital cultural) y
una determinada estética, pero en comparación con el cholaje actual ya no suele
contar con recursos económicos tan grandes. Entonces, a pesar de que sigue habiendo
actitudes clasistas y racistas, ese tipo de discriminación ha sido reemplazado por el
elitismo económico, es decir, por la preponderancia de la clase pudiente, algo que en
muchos casos equivale a la clase chola.
Yo creo que en Caporales, ya es como norma de que la gente que tiene mucha
plata, o sea que son de una elite, no se puede mezclar con otra, tienen muchas
exigencias en sus inscripciones, tienen que tener medidas, ¿no?, entonces de
pronto son limitaciones para otro tipo de gente, muy disimuladamente, pero que
están discriminando. (Fernando Gómez, 06.02.10)
Antes, yo recuerdo que para bailar en los centralistas de chico, de macho, tenías
que medir 1.70, y pasar un examen riguroso, [...] lo mismo en las chicas, antes
las elegían, pero con lupa a las chicas para entrar a bailar, tu decías los San
Simones, chicas lindas, chicos lindísimos, [...] ahora el que tiene plata entra.
(Claudia, 15.06.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 171
Pero esas danzas y sus personajes “sensuales” no sólo tienen que ver con el poder
económico, sino también con lo que yo quisiera llamar el poder de la sensualidad.
LI en el sentido de un “gaze” [mirada] distante, pero dominante (véase Okeley 2001: 103)
172 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Obviamente existen algunas personas que vienen a ver piernas de mujer de paso,
no lo podemos negar, pero yo no me siento de esa manera porque como mujer me
hago respetar. (Selene Pinto, 11.05.09)
Cuando hay reclamos que en esos bailes a las chicas “se les ve todo” suelen tener una
matiz de que “eso no se hace”, que...
... no es como antes. Había más respeto, más pudor en cuanto a bailar. Ahora ya
es diferente. (Patricia Pacheco, 08.06.10)
Antes, antes había más respeto ¿no? las polleras un poco más largas, pero ahora
no [...] se va modernizando todo, la pollerita había de 25 ha bajado a 15 cm.
(Edgar Papano, 23.05.10)
Aquí era bien respetable la mujer [...] vino la ola y aparte de eso vino el tema de
los Caporales [...] señoritas tenían miedo, los padres mismos decían no ¿cómo
pues? [...] Ahora que es lo que ha pasado, la sociedad [...] ha ido perdiendo
esos valores morales y entonces, ahí ha entrado el exhibicionismo [...] ya no
vas a bailar, vas a exhibirte [...] las chicas más van al exhibicionismo [...] si uno
quisiera bailar, bailar hasta le pondría más atención hasta en el baile, en el paso,
que esté bonito. (Dieter Pomier, 22.09.09)
Parece que el pudor, la decencia y los valores morales constituyen la respetabilidad de
una mujer, lo que encaja perfectamente con los estudios de Melhuus (1996: 246 sig.)
y creo que es por eso mismo que algunas bailarinas aseguran estar bien “protegidas”
por las enaguas; protegidas de la mirada impúdica de los hombres y de una posible
agresión sexual que dañaría su integridad moral. Según Melhuus y Stolen, justamente
es esa moral y decencia que clasifica a la mujer latinoamericana. Ella es tanto más
valorada cuanto más se acerque al ideal de la Virgen María, símbolo de castidad y
pureza que niega todo tipo de sexualidad (a menos que sea un mal necesario para la
procreación), concepto que surge del marianismo, la excesiva veneración de María
que construye una imagen femenina casi divina, moral y espiritualmente superior
a los hombres222. Por supuesto, una mujer que exhibe sus nalgas no cabe en esa
categoría sino más bien representaría a la mujer “mala”, “indecente”, pero que
al igual que su contraparte, es necesaria para reafirmar la identidad del hombre,
en este caso otorgándole la posibilidad de explayar su sexualidad “desbordante”
e “incontrolable”. Entonces, incluso en danzas no comúnmente asociadas con
el sexismo y la exhibición como es el caso de la Kullawada, hay reclamos por la
decencia de la mujer:
La Kullawada Moderna que están modernizando demasiado, están subiendo
más ya subiéndolo de la rodilla hacia arriba. [...] La Kullaguada antes [...]
bien vestiditas, no así como ahora [...] ya están demostrando como si fueran los
Caporales. (seminario Kullawa, 16.10.02)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 173
ombligo al girar las polleras, yo creo que es una manera en la cual, de mostrarse,
de sentirse mujer, yo creo que es la alternativa que nos queda, y muchas de las
chicas, no podemos negarlo, lo hacen por eso, para sentirse femeninas y no tiene
nada de malo, o sea al final de cuentas una es dueña de su propio cuerpo y
hace lo que quiere con él. [...] Acá oportunidad para mostrarte, para desnudarte
digamos, mostrar tus atributos es una entrada folklórica, entonces yo creo que
es uno de los momentos más especiales, más importantes, de los cuales una mujer
puede no solamente pintarse. (Selene Pinto, 07.10.09)
Aquí en Bolivia, más que todo en La Paz, la gente es bien conservadora. Todos
somos bien conservadores [...] es la única vez digamos que usamos esa falda,
después no usamos [...] eso es medio, medio que fue contradecido, pero... es que
los Caporales las chicas, las chicas bien fastidian con las faldas cortas. (Ingrid
Fernández, 23.05.10)
La discusión acerca del largo de las faldas demuestra también cuan contradictorias
y ambivalentes son las actitudes en cuanto a la sexualidad femenina en este ámbito.
Por un lado, se alienta a las mujeres a que demuestren su belleza, sensualidad e
incluso su capacidad de seducción pero, por el otro, se las mira con sospecha,
constantemente monitoreando si no sobrepasan el límite de lo legítimo229. Ahí
además pueden generarse conflictos con respecto a la conveniencia de movimientos
y atuendos sexualmente provocativos para cierta clase social.
Tanto entrevistadas como entrevistados subrayan que son las mismas mujeres
que constantemente van acortando las falditas, incluso imponiendo su gusto contra
la voluntad de los hombres.
Hoy por hoy hay una tendencia en las mujeres [...] en la sensualidad, y no es
una decisión masculina, es una decisión plenamente femenina, yo creo que
aquello de cortarse las polleras, esa liberación es, es algo femenino que más bien
muchos novios sufren y no quisieran que, pero es la novia la que se impone, ¿no?,
entonces en muchas danzas, esto se ha ido… imponiendo [...] que finalmente ellas
al moverse, demuestran algo de su cuerpo. (Fernando Cajías, 21.08.09)
Ahí una forma de justificar el exhibicionismo es pretender que al bailar se esté
jugando un rol separado del yo, que simplemente se esté “representando”. Es una
forma de actuar que Schechner llama “restored behavior”, un comportamiento
mediante el cual alguien pretende ser otra persona que él mismo; lo que sucede
en cualquier presentación de teatro o juego de roles. Goffman incluso halla un
elemento cínico en este tipo de representación y habla del actor que deliberadamente
hace creer al público algo de lo cual él mismo no está convencido (2004: 60). Así,
algunas bailarinas de Caporales se distancian del rol que personifican, meramente
“cumpliendo” con la tradición y la exigencia del atuendo que “es así”. Pero, esta
negación a mi parecer no es un acto del todo desinteresado. Al “representar” su país,
Sarah subordina el exhibicionismo de la Caporala a un deber ciudadano, hecho que
anula la obligación moral de sentir vergüenza por mostrar su cuerpo.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 175
[Pollera corta] Ya estoy acostumbrada [...] porque no estoy yendo a otras cosas
más que bailar, representar a mi país. (Sarah Torres, 28.04.10)
Es nuestra cultura, es así como se tiene que bailar (Carmiña Álvarez, 15.02.10)
Asimismo Patricia y Catherine sólo están “actuando”.
Nosotros estamos representando a lo que es una figura de esta danza. Y al
representar nosotros ya tomamos ese papel. Es como en la actuación. Nosotros
tomamos un papel, puede ser de bueno o de malo, pero asumimos el papel [...]
Es un rato incómoda, pero la verdad... yo personalmente hago representar ese
personaje, simplemente. (Patricia Cantinas, 23.05.10)
Es un baile y es un, no lo tomamos como otra cosa más que un baile. (Catherine
García, 18.07.10)
Es una justificación muy práctica ya que les exime de regirse por los códigos de
moral y decencia vigentes y obnubila el hecho de que ellas activamente eligieron
representar ese personaje en esa danza, existiendo muchas otras figuras folklóricas
femeninas que no utilizan atuendos tan insinuantes. Cabe notar que hay también
hombres que justifican la escenificación de personajes machistas como es el Caporal
con el mismo argumento:
El tema del caporal es pues una, una escenificación machista, pero no es porque,
es por que nosotros tenemos que hacerlo, tenemos que escenificarlo de esa
manera, pero, ya como artistas, como bailarines sabemos que eso digamos, es,
estamos actuando, no es parte de nosotros. (Roberto Sardón, 23.07.09)
El problema de esa argumentación se centra en la performatividad de los bailes.
No son un “mero” espectáculo, (si es que algo así exista), que no deja huellas en
los espectadores: (co-)construyen y refuerzan imaginarios sociales y creo que al
representar ese tipo de roles de género los actores no pueden liberarse de cierta
responsabilidad de que esos mismos roles también sigan demasiado presentes en la
vida cotidiana.
En la Diablada la representación de “lo inmoral” es parte del sentido de
la danza. Podría decirse que el personaje de China Supay, un diablo femenino,
“institucionaliza” la presencia de la mujer lujuriosa, tentadora, indecente. Cabe notar
el fuerte arraigo en la moral católica: todo lo “carnal” es satanizado como obra y
propiedad del diablo y desde el pecado original es la mujer quien (a través de su
sexualidad) trae la desgracia al hombre. Notablemente, en analogía a muchas danzas
rurales bolivianas y peruanas230 esa figura antiguamente sólo podía ser bailada por
un hombre, ya que lo contrario hubiera sido un acto en contra de la moral y decencia
de la mujer231. Sin embargo, hoy en día bailar de China Supay o de Diableza es
un espacio para sondear feminidades socialmente inaceptables, para sentir y hacer
sentir el poder de la sensualidad.
176 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
a ser una expresión emancipatoria de una imagen femenina postmoderna (2009: 21,
25). Es ahí donde surge el choque con la burguesía de ciertas posiciones feministas236,
algo igualmente notable en el altiplano boliviano. Muchas bailarinas, sean candidatas
para una elección de ñustas o lesbianas, aparentemente se sienten libres a explayar su
sexualidad en el baile pero que no se sienten para nada representadas por el feminismo
de María Galindo, incansable luchadora contra lo que ella considera objetivación de
la mujer237. Entrevistando a bailarinas y bailarines queda claro que son las mujeres
quienes quieren bailar con faldas cortas y que les gusta:
Me re encanta que sea así corta la falda. (Yessica Flores, 13.02.10)
Mientras más jóvenes más corta la pollera [...] Las solteras generalmente piden
que sea más corta la pollera. (Antonio Comanel, 23.05.10)
Para Wohler, el exhibicionismo femenino no es otra cosa que una demostración
de poder, un poder que consiste en crear una expectativa pero negar lo pregonado.
Notablemente, a pesar de hablar de contextos regionalmente muy distintos al
boliviano, Wohler utiliza las mismas palabras que muchas de las Chinas y Caporalas
entrevistadas. Para explicar su concepto dice: “Mira todo lo que tengo. Te calienta
¿no? Pero no se toca!” (2009: 92), muchas bailarinas (e incluso un bailarín) confirman:
Siempre los hombres están mirando, pero mirar y no tocar como se dice. (Paula
Mercado, 11.05.09)
[¿Te gusta que te miren?] Ah sí. Pero que no toquen. Se mira, pero no se toca
(Mayra, 24.05.10)
Pérez Portanda cita a Segal que habla de “los giros lúdicos en función del poder sobre
el poderoso”238 mientras que él mismo invoca un “paradigma de la inenamorable,
alimentando mucho más el deseo del masculino”239 y también el testimonio de Selene
expresa esa sensación de experimentar un poder erotizado:
Es algo que nos reafirma como mujeres. [...] El día de la entrada tú te
transformas, dejas de ser estudiante y te conviertes en una diableza digamos,
¿no?, y la admiración de los chicos cuando bailas, ellos te piropean por igual,
[...] entonces se juega un rol muy importante, el rol femenino que viene a ser el
más importante, es algo que todas las chicas sabemos, queramos aceptar o no, lo
hacemos por coqueterío, porque ese día por más de que yo no me considero una
chica muy bonita que digamos, ese día voy a ser una diabla y sé que igual todos
me van a molestar y que cuando termine de bailar, mientras esté bailando no me
van a faltar piropos, tipo miss universo. (Selene Pinto, 07.10.09)
Según Wohler, cualquier bailarina erótica que interactúa con el público se convierte
en un sujeto visual y sexual que domina el escenario y la mirada del vidente al
igual que las bailarinas strip-tease (2009: 116, 142), mujeres “fuertes y orgullosas
del poder de su expresión sexual”240. Siendo “sujetos visuales” muchas bailarinas
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 179
[¿No te molestan mucho los hombres?] Ah sí, pero yo creo a toda mujer eso le
halaga. (Fabiola Meneses, 13.02.10)
Ahora, hablando del supuesto “poder erótico”, Wohler misma concede que sexualidad
y erotismo suelen mencionarse sobre todo en cuanto a las relaciones de género,
moral, educación sexual, protección de menores etc. mientras que el concepto de
poder mayormente es asociado con la violencia doméstica y la violación (2009:
142). Acosos sexuales e (intentos de) violación son incidentes que ocurren también
en las entradas folklóricas del altiplano boliviano, hecho que relega el “poder de la
sensualidad” a un segundo plano. Donde mejor funciona el “poder erótico” es en un
lugar protegido, por ejemplo un escenario de teatro o una entrada folklórica en una
calle cerrada con vallas. Es ahí donde las jóvenes gozan de las miradas deseosas del
público, sintiéndose como poderosas seductoras:
La China es la seducción como se dice ¿no? y bueno, me encanta. Como soy
mujer. Me gusta, me gusta. (Lorena Catacora Quisbert, 07.03.10)
Las polleras largas son las personas más mayores, las Chinas ñaupas. [...]
Nosotros usamos las pequeñas como tentación. (Pamela Quispe, 13.02.10)
Especialmente en la danza de la Diablada muchas mujeres se aprovechan de los
personajes diablescos para sentir la sensualidad de la maldad, cumpliendo así con el
imaginario católico que ha logrado una fuerte asociación moral entre goce sexual y
pecado243. El diablo en sí suele ser retratado como seductor lujurioso, visión que se
trasplantó a las diferentes figuras diablescas femeninas que se crearon en las últimas
décadas, caracterizándose todas ellas por llevar atuendos muy cortos e insinuantes.
Yo creo que para las bailarinas “de vestido” de clase media-alta el hecho de bailar
de China Supay, Diableza o China Diabla es una posibilidad de escaparse de su
rol cotidiano, impregnado de restricciones morales conservadoras y fuertemente
influenciadas por la doctrina católica. Disfrutan de ser “malas”, una encarnación de
seducción y engaño y de sentirse poderosas y al mismo tiempo reafirman el discurso
dominante acerca de las mujeres “decentes” e “indecentes”, el “peligro” para el
hombre que necesita de un permanente control.
Las mujeres estamos precisamente para tentar a los hombres ¿qué mejor que
una mujer? (Giovana Estrayechenique Carranza, 05.03.11, entrevista: David
Mendoza Salazar)
Somos el pecado. Pecado de la carne. Tentando la carne así a pecar. [...] Me
gusta la danza, me gusta la elegancia que tiene y el significado que representa el
Carnaval. (Nubia, 05.03.11, entrevista: David Mendoza Salazar)
En el caso de la Diableza por ejemplo, esa es una mujer seductora que busca
atraer hacia el mal a la gente. [...] Es un personaje que domina, que es fuerte
dentro de la danza, por representar al mal, pero que al mismo tiempo trata de
atraer a la gente a esto. (Fabiola Giménez, 08.07.11)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 181
[Somos] los siete Pecados Capitales. [...] Es bonito bailar de la maldad. [...] Es
sexy. (Noëmi Donaire, 30.07.11)
Tanto las Virtudes (vestidas de blanco) como las Pecados Capitales (vestidas de
negro) portan alas de pluma en la espalda, utilizan tacos y lucen mini-faldas híper-
cortas con lo que dan un toque muy sensual a los “ángeles” que representan. Así,
las entradas y fiestas patronales son un escenario donde la mujer puede jugar con la
seducción y el deseo, en el Carnaval de Río incluso desvistiéndose toda244 pero una
vez que salga de ese espacio (o que se interrumpa la entrada) la jerarquía de poder
otra vez suele invertirse.
Son atrevidos algunos, entonces les levantan la pollera o les meten mano a las
chicas o reciben insultos. (Jaime Pacheco, 30.11.09)
Además, las molestias y el acoso sexual no se restringen a bailarinas vestidas “de
mujer”:
Sin falda y todo nos molestan o vienen [...] sí, que foto aquí, que esto, que por
favor, que no nos dejan pasar, entonces es bien complicado, no solamente tienes
que estar con tu mini ahí, ¿no?, para eso es una cuestión yo creo de rol ahí que
es bien terrible. [...] sí, la cosa es que seas mujer. (Laura y Claudia, 15.06.10)
Desde mi punto de vista, el testimonio de Laura y Claudia demuestra claramente
que el simple hecho de bailar “de hombre” no se traduce a un cambio del rol que la
sociedad (folklórica) atribuye a la mujer biológica. Mientras sea reconocida como
mujer no importa si viste de pantalón y baila con pasos de hombre, haciendo patadas
y piruetas como sus congéneres masculinos: tal vez será admirada por su condición
física, su fuerza y su “valentía”, pero en el fondo seguirá siendo tratada como mujer
o “mujercita”, un objeto de deseo para el hombre.
de la mujer [...] parecían magníficasLII [...] una de las jurados [...] que es la
cholita paceña del año pasado, o sea es como una miss, y ella puso mayor puntaje
a mi traje porque me dijo que no solamente era que a ella le gustó mucho como
cholita, sino que era diferente, y ella me dijo se necesita rescatar esas cosas,
porque nosotras como mujeres queremos también a alguien que nos represente,
que sea como nosotras [...] las tres chicas que hemos sido elegidas, hemos sido
como que yo que era la dulce, Maya que era la sensual y una chica que tenía otro
tipo de rasgos, una chica más... es una Waka, una chica más calladita pero a la vez
más sencillita y con rasgos más indígenas, entonces hemos sido la combinación
perfecta [...] hace unos años atrás [...] incluso en esas elecciones se pedía que las
bailarinas ingresen en traje de bikini y hagan pasarela, que no tenía nada que ver
con el folklore. (Selene Pinto, 07.10.09)
Cabe mencionar también una tendencia reciente en este tipo de elecciones, la de
concursar en trajes de hombre. De esa manera la ñusta 2010 de los Caporales
de Ingeniería fue una Macha y ese mismo año se eligió a Neria Portugal como
representante general de la Entrada Universitaria, una joven que se había presentado
como Minero, representando la danza de los Mineritos. Creo que también ahí se
nota que bailar de hombre no tiene mucho que ver con “masculinizarse” y cambiar
la actitud hacia la mujer. Además, parece que vestirse de hombre le da un toque aún
más atractivo a la mujer, una pizca de rebeldía y exotismo que resulta muy atrayente
para los hombres, atractivo que en el pasado también pudo observarse en los “papeles
con calzones”246 de la ópera del siglo XVIII y el éxito que tuvieron artistas bohemias
como George Sand en el siglo XIX247.
5.5. Resumen
Para visualizar la interdependencia entre el erotismo y la sexualidad expresada en la
danza y las demarcaciones étnico-sociales decidí analizar el ámbito autóctono rural,
el cholaje citadino y la clase urbana occidentalizada por separado.
Con respecto al área indígena propongo el concepto del erotismo rural andino,
concepto cuyos elementos (el desafío, la estética de la abundancia, la demostración
de habilidad, el “robo” de mujeres, el humor y las “molestias” lascivas) forman
parte intrínseca de las danzas presentadas. Además, danzas como Qhachwiri, Phuna,
Ch’utas, Patak Polleras, Ayawaya y Waka Tinti son fuertemente impregnadas de la
cosmovisión andina y establecen una relación vital entre el erotismo inherente a los
bailes, la fertilidad agrícola y la fecundidad humana. Así, el hecho de que los jóvenes
solteros se desafíen con coplas, jaloneándose en las danzas, en peleas rituales o
lanzándose manzanas, peras o membrillos, no solamente es una manera de enamorar
y coquetear o incluso de “iniciación sexual”, sino también ayuda a reestablecer el
LII Sinónimo para las modelos, misses y señoritas atractivas (quiere decir: altas y blanconas) que
provienen del departamento de Santa Cruz.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 185
Gráfico 8: Sensualidad y erotismo en los bailes del cholaje urbano (elaboración propia).
Gráfico 9: El exhibicionismo femenino en los personajes folklóricos asociados con las clases
mestizas (elaboración propia).
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 187
6.1.2. Tundiqui, Tuntuna, Negritos y Caporales: una vista mestiza acerca de los afro-descendientes
En 1913, Rigoberto Paredes describe una danza llamada Tundiques que, según este
autor, era la única danza propia de la población afro-boliviana que aún seguía vigente
en ese momento. La vestimenta era blanca y musicalmente el baile era acompañado
por “dos pedazos de madera, tallados y con dentaduras apropiadas para producir un
sonido áspero con el roce o frote de ambas partes” (aparentemente el reque-reque
que también se utiliza en la Saya afro-boliviana) y cascabeles que los bailarines
llevaban en los pies (probablemente al estilo del Caporal de la Saya que ata hileras
cruzadas de cascabeles a sus canillas). Según Rigoberto Paredes, esa danza “ha
llegado a popularizarse tanto que aun lo imitan los mestizos” quienes cantan y bailan
sin alcanzar “el donaire y gracia” de los afro-descendientes (1913: 24). Siguiendo
este autor parece que la representación de lo propio y lo ajeno a principios del siglo
XX aún estaban bastante ligadas. Sin embargo, cien años más tarde, el Tundiqui es
considerado como una danza netamente mestiza y fuertemente asociada con el baile
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 191
es un polvo negro que se usa para pintar paredes, tipo anilina. (Juan Carlos
Fernández, 23.06.10)
Tanto en los Negritos de Ayacucho como en su homólogo de El Alto no parece existir
ninguna noción de que esa práctica suele considerarse sumamente racista. Los afro-
bolivianos se pronuncian de manera muy clara:
Que se pinten la cara y todo eso, o sea es una forma de denigrarnos y nada más.
(Ángel Pinedo, 23.07.10)
No estoy en desacuerdo que bailen, pero que no se pinten, que no exageren
demasiado. [...] Si nosotros sabemos de qué color son ellos, no sé para qué se
pintan. (Diego Pérez, 31.07.10)
El presidente de los Negritos de Ayacucho, abogado y egresado del colegio que dio
nombre a su fraternidad, se refugia en la Ley Contra el Racismo, la supuesta falta de
reclamos de parte de los afro-bolivianos y la tradición para justificar aún no haber
tomado en cuenta esa problemática:
Creo hay una ley del racismo de que no se puede tratar así a la gente marginada,
a la gente de campo, gente de color, de repente también nos toque ¿no? a futuro
de que estamos prohibidos de pintarse o de hacer esa representación. [...] Es la
representación que en esos entonces se hacía el ‘73, porque antes no había la
representación de los afro-bolivianos, tal vez en sus comunidades internamente
ha habido, habría que ver también, [...] por esos años y preguntar si ha habido.
(Juan Carlos Fernández, 23.06.10)
Los colegiales que bailan en la fracción alteña de los Negritos de Ayacucho en parte
sí están conscientes del insulto que el pintarse la cara puede significar para un afro-
descendiente, pero aún así siguen haciéndolo.
Se sienten hay ratos discriminados. Cuando nos pintamos la cara de puro negro.
(bailarín de Negritos, 03.07.10)
Parece una burla el argumento de que...
... ahora ya es con brillo. Es también la modernidad. (bailarín de Negritos,
03.07.10)
Incluso, a pesar de saber que los afro-bolivianos no están de acuerdo con ese tipo
de escenificaciones, siguen bailando como esclavos maltratados, recibiendo los
castigos de su “capataz”, el presidente de la fraternidad quien trabaja como profesor
de colegio (!). Si los alumnos aún pueden ser excusados por su edad, ya parece
insólito el argumento con el que Celia, una organizadora adulta del grupo, negó
la problemática del racismo, encima fantaseando con que los colegiales tendrían
ascendencia afro-boliviana:
196 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Ellos no, no lo toman así, porque más se recuerdan con eso y más están en los
negritos. [...] Y también uno de..., pero sí, por ejemplo uno de ellos también sus,
tienen muchos papás que sean negritos de Los Yungas también. (Celia, 15.07.10)
Posiblemente uno que otro tenga ascendencia yungeña, pero, dado que no he visto
ningún joven de color en esa fraternidad, sospecho que la entrevistada estaba
confundiendo los hacendados blancoides con los esclavos que trabajaban para éstos.
El siguiente testimonio parece resaltar la conexión entre los rasgos fenotípicos, en
este caso el color de piel, y estatus y clase social:
[Representamos] a los esclavos que eran mártires de los negritos. [...] Son
negras de verdad, pero nosotros somos blancones. Por eso nos pintamos. (Paola,
18.06.10)
Frente a los afro-descendientes la que habla se considera “blancona”, atributo que
eleva su propia posición mientras que en otro contexto, ella más bien tendrá que
contentarse con ser tratada como “morena”. Entonces, pintarse también parece ser
una forma de compensar el racismo vivido en carne propia y sentir que hay gente que
está en un nivel social (aún) más bajo que uno mismo.
Con respecto al racismo los estudiantes de la Facultad de Turismo, quienes desde
hace varios años comparten la Saya con el Movimiento Cultural Afro Boliviano
(MOCUSABOL) en la Entrada Universitaria, tienen una visión mucho más clara:
Ni cagando nos podemos pintar la cara, porque es ofensa para ellos. (Alexis
Argüello, 23.07.10)
Para ellos es una falta de respeto el hecho de tener que pintarse la cara o algo
así, entonces, o sea, nosotros podemos bailar tal cual digamos, pero algo que es
parte de su cultura. (Mariana Suárez, 23.07.10)
En general, se nota que aún falta concientizar mucho a los integrantes de
fraternidades y grupos de baile para que reflexionen sobre lo que pueden significar
las representaciones ajenas para las personas retratadas. Por el momento hay mucho
descontento de parte de la población afro-boliviana.
sé, una cosa denigrante, porque si van a mostrar esclavos, no volverlos a todos
así negros a la fuerza, queriendo, o sea reforzando estereotipos y haciendo cosas
que están un poco fuera de foco [...] ha sido una cosa que no me ha parecido muy
adecuada, ¿no?, especialmente porque de repente estamos rompiendo esas cosas,
y esto es algo que refuerza la idea de que es negro, esclavo entonces y feo, no me
ha gustado. (Selene Pinto, 07.10.09)
Por lo que pude observar en las entradas donde los Negritos entran con mucho éxito,
parece haber cierto morbo en el público que aplaude las escenificaciones de violencia,
tal vez una situación comparable a los eventos de cachascán (lucha libre) donde cada
golpe produce gritos enardecientes. Así, la supuesta investigación y remembranza
del pasado no son otra cosa que un pretexto para demostrar escenas de maltrato.
Tratamos de realzar lo que teníamos de nuestra cultura. [...] no los maltratamos
mucho digamos en baile, como se ve, sino antiguamente sí los maltrataban [...]
nosotros tratamos de representar algo digamos que hemos podido sacar de ese
lugar. (Efraín Ramos, 07.03.10)
De esa manera muchos están de acuerdo con la teatralización “del pasado”, una
proyección que ayuda a consolidar estereotipos acerca de “lo afro” y, sobre todo,
acerca de las correspondientes relaciones de poder.
Aquí se ha hecho como una alegoría, en ningún momento se ha querido insultar.
[...] Sí existe los seminarios, se habla de todo, hemos visto también lo que está
diciendo. [...] Saben llegar los de La Paz, todo eso y se han puesto de acuerdo los
otros señores también, o sea no hay ningún problema inclusive a veces hay unos
changos que entran como esclavos, como se ha traído de África, todo eso. [...]
Aquí en la Asociación [del Carnaval de Oruro] afortunadamente no lo toman
de mala manera esas cosas, tal vez afuera si lo ven así. (Víctor Rojas, 13.07.10)
Por lo visto la ACFO (Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro) se contenta
con su propio punto de vista – con tal que entre ellos nadie “lo tome de mala manera”
se da por arreglado el problema, por más que “los de afuera” puedan tener otro punto
de vista. Además, Víctor Rojas subraya que...
... en los seminarios todos han dicho que nosotros sacábamos tipo Saya afro pero
hemos llegado a recalcar que no es de nosotros el afro. (Víctor Rojas, 13.07.10)
Como si eso fuera una excusa para seguir pasando por encima de los retratados...
Eliana Aguilar piensa que “sería lindo hablar con un afro”, pero aparentemente no
lo ha hecho y realmente cabe preguntarse por qué tantos bailarines y dirigentes de
conjuntos folklóricos no lo han hecho, existiendo al menos dos instituciones afro-
bolivianas que cuentan con oficinas públicas y habiendo tantas representaciones de la
Saya donde uno puede entrar en contacto muy fácilmente con los afro-descendientes
bolivianos.
198 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Los del colegio Ayacucho, que son chicos que se pintan, pero se pintan por los
alegatos de los negritos, y lo que hacen estos chicos, no es sátira al final, porque
sí presentan como eran antes, como eran esclavos, esa esclavitud que existe,
es parte de la historia también, a mi por ejemplo a mí me gusta mucho la Saya
porque muestra como los trataban mal antes, un tipo gigante, un tipo caporal
muestran, con un chicote que les dé de latigazos, el tipo les pegaba a todos
porque así era antes, así ha sido la historia. [...] Tal vez sería lindo hablar con
un afro, para ver cómo es su posición, sin embargo yo he vivido la fiesta del
Gran Poder toda mi vida [...] la Saya del Ayacucho, es uno de los bailes más
esperados en el Gran Poder, porque, además que gracias a esto que te dicen,
así ha sido antes, también han tenido la liberación ahora los afros, porque nadie
se imaginaba cuánto han sufrido, o sea hay que verle la cosa buena, cuando te
das cuenta cuánto ha sufrido, puedes decir cuánto la humanidad ha cambiado,
cuánto la gente ha cambiado de pensamiento, o sea eso te ayuda a reflexionar.
(Eliana Aguilar, 07.10.09)
Lo más sorprendente es la seguridad con la que muchos bailarines y espectadores
afirman que las representaciones de los Negritos “están bien” sin haber buscado el
contacto con la comunidad afro-boliviana. Por lo visto no parece ser importante
obtener la opinión de los sujetos retratados. Siendo así, la exigencia de Eliana (y
de otros que insinúan lo mismo), que habría que hablar con un afro, parece algo
irónica. Sin embargo, yo lo he hecho: no sólo pregunté a representantes de la Oficina
de la Saya y de CADIC, el brazo político de MOCUSABOLLIII, sino también a la
entonces (2010) sub-alcaldesa del macro-distrito paceño Periférica, Marfa Inofuentes
(también afro-descendiente) y a muchos bailarines afro-bolivianos. La respuesta es
contundente y unánime: la población afro-boliviana NO está de acuerdo con ese tipo
de representaciones. Cedo la palabra a los afectados – para que no quede ninguna
duda:
En principio es una falta de respeto, es una burla vil hacia nuestra descendencia,
porque lo que ellos hacen es ridiculizar, no están mostrando nada cultural, esto
para nosotros no es nada cultural, desde ya, comenzando el hecho de pintarse
la cara y hacer un montón de estupideces, nosotros para bailar cualquier danza
que no es propiamente afro, no tenemos la necesidad de pintarnos, ¿no?, lo
mostramos, les explicamos de qué se trata y la gente entiende, pero ellos, no,
agarran se pintarrajean, encima hacen un montón de estupideces, se revuelcan
en el suelo, se cuelgan no se qué cosas de las narices, como si estuvieran
demostrando que nosotros somos animales, somos gente salvaje o no sé [...]
hay mucho rechazo, es más te digo, que en una o más oportunidades casi, casi
nos agarramos a golpes con estos muchachos, ¿no?, porque los mismos jóvenes
nuestros, de hecho les hacen el rechazo por toda ese tipo de comportamiento y
actitud que ellos tienen, que le llaman cultura, ¿no?, que están haciendo cultura,
las chicas bailan, no como los chicos creo que ellos hacen un circulo, están dando
vueltas en ahí, a lo que yo he visto ¿no?, y la Saya no se baila así, es más liberal…
y tampoco nos molesta porque finalmente están haciendo propaganda de algo que
nos ha costado lograr. (representante de MOCUSABOL, 21.10.09)
Lo hacen muy mal… tratan. [...] No lo bailan igual siempre ellos un poco lo
tergiversan, los ballets siempre lo hacen las cosas un poco más, para ellos es
cuanto más te muevas parece que es mucho mejor, porque la Saya los ballets,
tú vas a ver es un poco picoteado, lo hacen muy diferente. [...] Nosotros hemos
ido a enseñar a los ballets, aun cuando han empezado los ballets a hacer Saya,
nosotros hemos ido ahí, nosotros les hemos enseñado, pero ellos decían que es
difícil moverse como ustedes lo hacen, es complicado ¿no? porque ustedes lo
llevan en la sangre y todo eso, es un poco difícil nosotros no podemos hacer, a
personas mayores se enseñó, nosotros vamos a entradas y [...] los que bailan son
ellos, nosotros hacemos como banda. [...] A ellos también se les enseña … todo
eso ¿no?, y no lo pueden siempre hacer, lo hacen muy, muy diferente, ahora en
cuanto a la coreografía, la coreografía siempre ha sido que la Saya se lo hace en
tropa ¿no? … como su nombre es trabajo en común, diferenciado por una mujer,
la voz principal es empleada por una mujer [...] para nosotros es buenísimo que
lo bailen tal como es, y que a las demás personas les guste, ¿no? Que les guste
practicar nuestra cultura. (Omar Barra, 21.10.09)
Hubo un ballet que era el primero que empezó a interpretar el tema de la saya,
fueron amigos que siempre estaban con nosotros, iban a las actividades y ellos
estaban observando qué hacemos, cómo hacíamos, y nos preguntaban, por qué
esto, por qué lo otro, entonces mínimamente ellos tuvieron la decencia de averiguar
un poco más para también lo que iban a interpretar, y lo interpreten de la mejor
manera posible, ¿no?, y ellos lo estaban haciendo, pero después ya empezaron a
surgir los demás ballets, con el nacional olvídate porque [...] los maestros han
sentido los que saben todo, los expertos y nadie les tiene que decir nada, y que
todo lo que ellos hacen está bien, así de simple, entonces no nos hemos dado ni
siquiera la molestia de hablar nada con el ballet nacional, y con los otros ballets
tampoco, ¿no? Alguna vez hemos tenido la oportunidad de estar del otro lado
como espectadores, entonces ahí también hacíamos nuestras críticas, y decíamos
esto no hay, de dónde han sacado ustedes, quién les ha dicho que esto es así, ah,
pero esto, cómo, nosotras tenemos la autoridad para refutar estas cosas, porque
nosotros parte del movimiento y somos quienes hemos mostrado eso desde un
principio, sabemos la esencia. [...] Es bueno y es malo, ¿no?, bueno, porque
entonces lo que nosotros estamos mostrando tiene valor, es importante y merece
ser imitado si vale el término, y eso quiere decir, no necesariamente estar en
un grupo con nosotros para representarnos, pero es bueno desde el punto de
vista en que ellos también se formen bien, de que acudan a nosotros, porque la
información está con nosotros, no la van a encontrar en libros y nada escrito,
entonces acudan, se informen, se enteren bien, y en función de aquello también
hagan las cosas, ¿no?, desde ese punto de vista está bien porque no nos podemos
cerrar, que no lo tergiversen, que no le estén implementando cosas ahí que no
202 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
tienen nada que ver, que respeten tal como es, como viene este tema, ¿no?, y por
el otro lado malo justamente porque corremos ese riesgo, porque hay gente y te
dice, así la Saya muy bonito y le empiezan a poner una cosa, ya le empiezan a
poner otra cosa, le empiezan a cambiar el paso que tenemos en alguna danza o
en algún tema, y lo van modificando y por ahí lo músicos que ahora están también
que le están metiendo zampoñas y quena y que no tiene nada que ver con lo
nuestro, lo nuestro es pura percusión. Entonces eso es lo malo, ¿no?, eso lo vemos
como malo, pero lo otro está bien porque es que también no nos podemos cerrar,
hemos luchado todo el tiempo sobre este tema de ser excluidos, marginados,
la discriminación que se hace, del tema del racismo y yo digo, sería realmente
ilógico y seria irónico que nosotros que estamos haciendo esa lucha seamos los
que nos cerremos y estemos discriminando también a los demás en ese sentido,
no habría coherencia en las actitudes que nosotros manifestamos, entonces por
eso te digo, tiene su parte buena, tiene su parte mala. (Marfa Inofuentes, 25.06.10)
Parece que para los mismos ballets el tema igual es ambiguo. Por un lado, quieren
representar “lo original”, pero por el otro, sienten la necesidad de hacer “un buen
espectáculo”. Desde ese punto de vista, tampoco parece ser del todo fácil trabajar
con los retratados. Ahí surgen los temas de la “autenticidad”269 y de la autoridad:
como también es el caso con las danzas autóctonas, muchos bailarines suponen que
la autoridad de representar esas danzas y de hablar sobre ellas está conectada con
su procedencia étnica, dejando de lado que muchos aymaras y afro-bolivianos hasta
hace muy poco no daban ninguna importancia a estas manifestaciones culturales
que recién, en el transcurso de una fuerte etno-politización, han cobrado sentido
para ellos. Aún así, en muchos casos (también de indígenas aymaras o quechuas)
no son ellos quienes se empeñan en la investigación de sus propias danzas y resulta
conflictivo cuando critican a personas que sí lo hacen, pero que no cuentan con esa
“autoridad étnica”, frecuentemente considerada como autoridad suprema que anula
cualquier otro argumento. Así, para Víctor Hugo Salinas, director de BAFOPAZ,
las experiencias de trabajo con la comunidad afro-boliviana fueron decepcionantes:
Cuando yo he ido por ejemplo a exponer una monografía de los afros, había
un amigo que es afro-descendiente, [...] me dice, “che hermano…¿qué es esta
danza?”, o sea, él me preguntaba a mí y era el negro, pero ellos son muy
orgullosos [...] algunos, para ellos el único que bailan bien la Saya son ellos.
[...] Los afros critican mucho lo que hacemos nosotros, es más, se ven ofendidos
muchas veces cuando nosotros bailamos danzas afros. [...] Dicen, “¡no, por qué
ustedes, no deben bailar ustedes, son blancos!” [...] Hemos intentado siempre
ser respetuosos, alguna vez invité a un afro a mi ensayo, para que vea, no lo vio
con buena cara, me dijo algunas cosas no muy agradables, pero sus argumentos
no eran muy sólidos dancísticamente hablando. [...] A veces son mucho más
racistas, porque no veo a blancos bailando con ellos, por ejemplo, generalmente
tienen que ser negros todos. [...] Tal vez sea que tantos años han vivido cosas
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 203
malas, negativas, como que ahora están en una especie de revanchismo cultural,
me parece… (Víctor Hugo Salinas, 02.07.10)
Lo que tematizan ambos lados es la supuesta autoridad y exclusividad de derechos
a base de la etnicidad, es decir, la afro-descendencia. Ahí también surgen preguntas
complicadas: ¿quién es afro-boliviano y quién no? Si se trata de un afro-boliviano
nacido en la ciudad de La Paz, en Cochabamba o Santa Cruz que no tiene raíces
yungueñas, ¿cómo va a conocer la Saya afro-yungueña? En el contexto urbano,
nacional e internacional la Saya se convirtió en un emblema de la identidad afro-
boliviana, pero ¿quién se crió viendo bailar Saya en un contexto rural? Tengo
entendido que incluso en las comunidades yungueñas con buena presencia afro-
boliviana, las danzas que están de moda (como la Morenada) reciben mucho más
atención que la Saya270. Al mismo tiempo la Saya está presente en las entradas, en
fiestas, discotecas, presentaciones de teatro y festivales, todos lugares muy alejados
del contexto original y de los bailarines originales. En fin: la Saya de hoy en día es
una danza urbanizada y altamente politizada.
Constitución Política del Estado y hoy en día incluso cuentan con representantes que
cumplen altas funciones políticas.
Después de que ya logramos que nuestra gente sabía identificar qué era qué, qué
era la saya, qué era el caporal, quiénes son quiénes, entonces no nos vamos a
pasar toda la vida bailando también, y mostrando solamente eso, y ahí empezamos
a ver ya la temática social, el tema de los derechos, de nuestras reivindicaciones
como pueblo mismo, las necesidades en nuestras áreas. [...] Entonces es ahí el
movimiento de lo que era netamente cultural, empezó a tornarse también en algo
social. [...] La gente que habíamos iniciado todo este movimiento fuerte, somos
los que estamos ahora en la parte política. [...] Tenemos un diputado afro, de una
u otra manera estoy acá, tenemos una concejal afro en el municipio y también
tenemos una mujer que está como concejera departamental suplente. (Marfa
Inofuentes, 25.06.10)
Ángel Pinedo destaca otro aspecto importante de esa forma de hacer política: es una
manera de exigir derechos que gana simpatías y que conquista a la gente a través de
algo que les gusta; la música y la danza.
[La Saya] es nuestro principal medio [...] el reconocimiento en la Constitución
[...] es gracias a la saya, porque hemos entrado con nuestros tambores a, a, a
decirles: “Pucha, miren, escúchennos, estamos aquí” y cuando ya teníamos la
atención, listo, entramos con las propuestas. [...] es un medio de protesta pero
más creativo, el utilizar a nuestra propia cultura, llegar con, con tambores y
no ahí quemar llantas en la calle o destrozar calles o cosas así, sino que entrar
con nuestros tambores y así, y aparte que todo al mundo le gustaba, se sumaban
además, entonces es un medio muy, muy bueno, productivo además. (Ángel
Pinedo, 23.07.10)
En ese sentido, los afro-bolivianos han logrado mayor aceptación que cualquier otro
grupo indígena275 que ha tratado de instrumentalizar sus expresiones culturales para
dar voz a sus exigencias políticas. Su música y danza por un lado, son exóticos y
suficientemente novedosos para llamar la atención, pero por el otro lado, ya son
también lo que Hannerz llama un producto “criollizado” (“creolized”) que surge del
encuentro entre “centro” y “periferia” (1996: 78), en este caso la urbe paceña y los
asentamientos afro en los Yungas subtropicales y, por lo tanto, no tan ajenos como
para resultar chocantes. Mientras que la Saya reivindicada por los afro-descendientes
jóvenes gusta a muchísimos mestizos urbanos bolivianos (a tal punto que en
diferentes espacios intentan apropiarse de la danza), no es tan así con la música y
danza autóctona, por decir, con un Mokolulu, Ayawaya o Uxusiri, danzas muchos
más “raras” y definitivamente mucho más alejadas de los paisajes sonoros a los
cuales un citadino boliviano está acostumbrado. En los centros urbanos hay mucha
gente que baila Salsa y que conoce música del Caribe, entonces el elemento “afro” es
algo bastante difundido que además tiene una connotación positiva, formando parte
del exotismo erótico276.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 205
[Aprender a bailar Saya] no te cuesta nada, porque eso es lo que tiene la tierra
en realidad, todos llevamos el mismo sabor caliente. [...] De por sí te nace y sólo
tienes que saber, has este paso y te sale y te emociona al final de cuentas (Luis
Osmar Solana Silvana, 31.07.10)
Las danzas latinoamericanas que contienen elementos “africanos” frecuentemente
son asociadas con movimientos híper-sensuales y una sexualidad “fogosa”,
“caliente” y “apasionada”, estereotipos que seguramente influyen de manera positiva
en la aceptación de la Saya como tal, lo que a su vez facilita el hecho de manejarla
para fines políticos. Pero la Saya no sólo es un instrumento político, es también un
instrumento para fomentar el contacto intercultural.
“negrito”, a gente de piel oscura sin que eso tenga algo que ver con la población
afro-descendiente.
Lo que parece estar claro es que la Morenada en ningún momento fue una
expresión cultural propia de los afro-descendientes281. Sin embargo, algunos autores
y muchos bailarines, al relacionar el paso cansino de los Morenos con el agotamiento
de los maltratados y el sonido de las matracas con el ruido de sus cadenas282, creen
que la Morenada fue inspirada en los esclavizados quienes habrían trabajado en las
minas altiplánicas283, hecho seriamente cuestionado por la población afro-boliviana.
Esto representa hasta cierto punto la escenificación de la esclavitud que había
antes. (Guillermo Marín, 21.07.09)
Es en relación a ese misterioso pasado de los esclavos traídos de África donde entra
la máscara “negra” que utilizan los Caporales284 (capataces negros) y los Morenos.
La máscara de Moreno más antigua que se conserva en Oruro data del año 1875, fue
realizada por Pánfilo Flores285 y tiene un aspecto mucho más sutil que los ejemplares
usados hoy en día, en los cuales sobresalen los ojos desorbitados y una lengua
saliente de tamaño desproporcionado, elementos que supuestamente representan el
cansancio y el efecto producido por el sorojchi (enfermedad de la altura)286. Otra vez
surge la pregunta por el morbo de la interpretación, del por qué les gusta tanto a los
bailarines y espectadores evocar el maltrato.
Es muy bonita la danza, y uno porque creo que representa algo que realmente
hace muchos años se ha vivido en nuestro país como ha sido la esclavitud, los
morenos que han sido llevados de África, y es una representación que damos
nosotros los morenos de los que han sido los esclavos, o sea me refiero a lo que
han sufrido, lo que han vivido. (José Luis Condarco, 13.02.10)
Desde mi punto de vista, las caretas con ojos y lenguas totalmente desfigurados,
fumando una cachimba (pipa), accesorio “típico” del “negro” representan una imagen
espantosa y denigrante. Sin embargo, esa imagen tiende a perderse en el resto del
atuendo, un traje en forma de turril (tubo) ostentosamente bordado y decorado, de
tal manera que en su conjunto el Moreno ya se parece más un personaje fantástico
que al retrato de un determinado grupo étnico. Además, hoy en día (sobre todo en las
entradas menores) una buena parte de los Morenos ya no baila con máscara; algunos
la llevan en la mano y otros ya la obvian directamente, así que no es tampoco tan
sorprendente que no existan reclamos de parte de la población afro-boliviana con
respecto a la transformación o eliminación de este personaje. Aparte cabe recordar
que la Morenada actualmente es una de las danzas folklóricas más populares del país,
íntimamente ligada a la representación y ostentación de poder (ver cap. 3.3), por lo
que sería muy difícil exigir que se elimine la máscara del personaje más prestigioso
de esa danza.
Si uno toma en cuenta las teorías que postulan un origen lacustre aymara de
la Morenada parece aún más extraño el uso de la máscara negra. Pero ahí también
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 209
cabe recordar el trueque que existía entre el altiplano y las zonas cálidas, por ejemplo
los Yungas, zona hasta la actualidad famosa por sus asentamientos afro-bolivianos y
por la producción de coca. Ahora, la Morenada Central de Oruro fue fundada por la
comunidad de los cocanis287, los comerciantes de coca que viajaban tanto a La Paz
como a esos lugares cálidos donde seguramente entraban en estrecho contacto con
la población afro-yungeña. Tal vez fue por ese contacto que la máscara “negra” haya
llegado a formar parte de una danza netamente aymara288.
Y existe otra hipótesis más que relaciona el Moreno con los esclavos africanos
que trabajaban en lugares cálidos, esta vez como pisadores de uvas en los viñedos
(hoy desaparecidos) del departamento de La Paz. En este caso, la conexión es
establecida no tanto por la máscara, sino por el traje de Moreno que tiene forma de
turril, supuestamente un turril para pisar uvas. Mientras que para Urquizo Sossa la
Morenada representa la sublevación de los negros contra el temible Caporal, al cual
mediante engaños emborrachan para luego hacerle pisar uvas (1977: 123), Vargas
sostiene que son los propios Morenos quienes tienen que pisar las uvas (1993: 90).
Es un mito antiguo porque existen partituras musicales de la Morenada que datan del
1860 y que ya hablan del “pisa pisa” de uvas, al igual que el “relato”, escenificado
por las fraternidades de Morenada orureñas hasta los años 1950289.
Las crónicas de siglos pasados confirman la presencia de esclavos y afro-
descendientes en las zonas mineras y en los entonces viñedos del departamento de La
Paz. Hoy en día son regiones donde no queda ni rastro de la población afro-boliviana
y tal vez los diferentes elementos de la Morenada realmente son los únicos recuerdos
de esa presencia, reinterpretada y transformada a través de la vista mestiza-aymara.
En la última sección acerca de la representación del elemento “afro”, me voy a
dedicar a los diversos personajes llamados “negros” que aparecen en distintas danzas
autóctonas.
zonas donde desde hace mucho tiempo ya no quedan rastros de la población afro-
descendiente. Por lo que se ve en la danza y por lo que cuentan los entrevistados, los
afro-bolivianos de aquellas épocas eran muy asociados con el cuidado y sacrificio del
ganado vacuno, animal con el cual los esclavos ya se habrían familiarizado durante
su servicio en Europa mientras que aún les era muy ajeno a los indígenas aymaras.
Negro jistanwa, jall ukanakaw waka irpiri. [Lo llamamos negro, más o menos
como el que guía el ganado]. (Osvaldo Tito, 31.10.09)
Ukanakax sataw ma negro ma costumbre utjataña nayra istita europat jutapxatan
[...] aka timpun timpunikirakiw anchhita akaxa siembra qalltaxa ma yapu sataw
sasa ukataw aka negro ma wak ñach’asipxt satantapxa. [Estos se llaman negros,
había una costumbre, antes habían venido de Europa ... Ahora es tiempo de
comenzar la siembra, entonces para sembrar una chacra decimos que el negro
une a los toros]. (Máximo Sabaleta, 19.10.09)
Negronaka Jiruman markat jutasiña ukta lurapxi, yapuchiri. [Los negros de
Jiruma hacían eso, eran campesinos]. (Comunario de Jalantani, 19.10.09)
Esa imitación a los negros, sí, esclavos, eso es [...] El negro es eh… ¡sembrador
ps!, sembrador nomás, sembrador. (Francisco Huiri, 19.10.09)
La “espada” que portan esos personajes, por un lado es utilizada para guiar el animal
y por el otro, es el instrumento para carnear, a veces también reemplazado por un
cuchillo largo291. Parece que ahí se entremezclaron dos procesos: las matanzas
comunes y las corridas de toro. En estas últimas se pica a los toros con una vara con
punta metálica y el torero efectúa la estocada final con una especie de espada (el
estoque), imagen que puede haberse confundida con la del matadero y su cuchillo
largo, ambigüedad también expresada en el testimonio de Luciano Apaza, comunario
proveniente de la provincia Gualberto Villaroel:
Ukat uka negro sapxiw ukx nayraqata thuqhuraki ukax bombachunkamaki
maskaranakani ukat thuqhupxi qhiphaxar kapax wayt’asita ukhama. [...] Ukax
waka kharjam uñt’atapi cuchillus ayt’asita ukhama. [Le dicen negro, son guías
bailarines con bombachas, con máscaras, con una capa colgando atrás... Como
matador de ganado vacuno es conocido pues, así, alzando un cuchillo]. (Luciano
Apaza, 14.12.09)
Así, la “espada” al mismo tiempo sirve para guiar al toro, para defenderse de él y
para matarlo292.
En Umala (prov. Aroma) no se utilizan máscaras negroides. Sin embargo, el
personaje es el mismo y también se lo denomina “negro”, en este caso un “esclavo”
(¿o más bien patrón?) cuyo atuendo consiste de una peluca blanca y una capa de
plata, más bien evocando la imagen de un lacayo europeo del siglo XVIII.
Ukax negro satawa, nanakax sapa mayni negruwa toruni, ukaruw torux arkañapa,
nayra tiempuxa negrux wakampi sariripxanwa siwa. [...] Ukax thuqhurir
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS 211
“Negros” en los Waka Wakas de Tuli, prov. Pacajes. 19.10.09. Foto: Eveline Sigl
212 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
El “Otro” en la danza aymara (cap. 6.3.4.): un “Chunchu” en los Mimulas. Compi 2009.
Foto: David Mendoza Salazar
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 213
6.2. Resumen
En cuanto a la población afro-boliviana hay que distinguir entre la representación
propia y ajena mediante las danzas. La danza más importante para los afro-
descendientes es la Saya, ya que cumple una importante función identitaria y etno-
política. Forma parte del acervo cultural y de la historia en común de esta minoría
poblacional, hecho que no sólo le ayuda a construir alteridad frente a los demás sino
también condujo a la visibilización de este colectivo que finalmente, a través de la
Saya, logró una apreciable presencia y representación política. Lo que resulta muy
problemático en el caso de la población afro-boliviana son los retratos dancísticos
ajenos, empezando con escenificaciones altamente denigrantes y racistas en la
danza de los Negritos y en la Morenada que son fuertemente rechazadas por el
colectivo afro. En las danzas autóctonas el retrato de la población afro-descendiente
ya no es muy común, pero donde aún está presente enfatiza más las funciones que
216 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
LIV Lisocka-Jaegermann 2010: 322. Como bien recalca esta autora, no existen datos fidedignos
acerca del número de afro-bolivianos, hecho que se debe a la no inclusión de esta población en
los censos y a la dificultad de establecer criterios para definir la pertenencia a este grupo.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 217
eso, los tatarabuelos bailaban eso, entonces de eso pues caminamos nosotros.]
(comunario de Uma Marka, 03.10.09)
Esta posición también origina una perspectiva importante para el futuro: primero
la tradición fue de vital importancia para que la comunidad sobreviva conservando
su identidad como tal. Entonces, ahora también es importante la solidaridad étnica
y el esfuerzo que pone cada uno para mantener esta tradición y, a través de eso, la
comunidad300. Así, el deseo de sobrevivir como individuo se fusiona con el afán
de conservar el grupo301. Por lo tanto, la etnicidad vivida a través de la tradición se
convierte en un eslabón entre la historia de cada uno y la de los ancestros: se vuelve
“garante de la eternidad”, y, por lo tanto, tiene que ser transmitida.
Hasta yo me identifico con lo que es Uxusiris, sí, pero como que estoy joven yo
quiero animar a los jovencitos, [...] mi chiquito y mi chiquita están bailando
y hay otros chiquitos que le incentivo; los animo a los chiquitos yo quiero que
también un día digan no, así mi papá, o las personas me ayudaban, un día que
se ha transmitido él, mi objetivo es ese ¿no? (Luciano Condori Amaru, 25.10.09)
Para llevar en alto esa “tradición” no sólo se conservan canciones, oraciones, ritos,
adivinanzas y chistes sino también se re-interpreta y (re-)construye la historia propia,
lo que ayuda a construir algo continuo, “natural” y/o sobreentendido que garantiza
que los conocimientos transmitidos puedan aplicarse en el presente302. Así, en los
festivales y en las entradas autóctonas el discurso siempre gira entorno de “recordar”,
“no hacer olvidar”, “no dejar que se pierda”, “rescatar” y de “demostrar” frente a los
demás.
Uka mä carnawal timpuw aka chayawax utjana uk amtasisaw jichhurunakax
nayrat timpuchix chhaqhanaw aka aruntawixa, ukat jichhax amtasisipkta [En la
época de Carnavales había esta Chayawa, eso se está recordando estos días, lo
del tiempo de antes se perdió, entonces ahora lo estamos recordando.] (Felipe
Callasaya, 11.10.09)
Son eventos donde suele elogiarse lo “original”, “puro”, verdaderamente “indígena”
que es construido en contraposición a “lo mestizo”; un acto político que niega el
mestizaje cultural de esas expresiones artísticas, tendencia también expresada en el
elogio de “lo puro” que debe ser conservado o liberado de influencias ajenas303. Para
dar solamente unos pocos ejemplos de cuán ideológicamente distorsionado es ese
punto de vista: ni las polleras ni los pantalones utilizados por los comunarios son
“originarios” de Bolivia304, los toros representados en los Waka Tintis, Waka Tinkis,
Lakita y Ch’isq’i tampoco existían antes de la invasión española, ni mucho menos la
veneración del “Tata Vera Cruz” o de un Santo escenificada en algunos festivales305.
Por el otro lado, muchos de los que visitan ese tipo de espectáculos están en busca de
esa “pureza”, algo realmente diferente a lo propio, lamentando su “contaminación”
por el contexto cultural del cual ellos mismos provienen:
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 219
Si tu vas a las orillas del lago no hay tan intacta digamos la cultura, [...] en la
comunidad, [...] vas a ver en la comunidades que aún todavía prevalecen, en la
gente que aún prevalece esta cultura, [...] se nota la diferencia ¿no?, de como,
como culturas todavía que eh…, han prevalecido, han sido fuertes ¿no?, para,
para mantener su cultura. (Johnny Huayñapaco, 15.07.10)
No voy a las entradas folklóricas a mi sinceramente no me gusta, prefiero ir a ver
esto, prefiero ir a Tiwanacu, prefiero ir a ver Compi306, prefiero ir a ver las cosas
auténticas para tomar eso como un documento y una base y hacer algo. (Manuel
Acosta, 09.08.10)
Participar y ganar en esos eventos levanta la autoestima y para los que ya no viven
en la comunidad, el intento de preservar las danzas (“la cultura”) es también una
manera de conectarse con sus propias raíces. Por eso, a pesar de vivir lejos, alejado
de estas expresiones culturales, invierten esfuerzo, tiempo y dinero en la práctica y
conservación de “lo suyo”:
La visión sería de que nosotros un poquito profundicemos las costumbres más
que todo de nuestros ancestros, ¿no?, porque hoy en día casi ya esta casi olvidado,
¿no?, mucha gente que ya radica en la ciudad, muy poca gente ya esta aquí, más
que todo en nuestro sector, la gente mayor no más, 60, 70, 80 años no más ya está,
el resto está pues en la ciudad, buscando siempre mejores situaciones. [...] Los
residentes que vivimos en la ciudad de La Paz somos los que más damos apoyo.
(Walter Nauquino, 16.01.10)
Según Hanna, bailar “sus” danzas ayuda a los migrantes a procesar la tensión que
surge de su estatus de migrante, a canalizar sentimientos de nostalgia y añoranza y
a delimitar y proteger la identidad propia frente a los demás (1979: 214 sig., 221),
factores que también juegan un rol importante en cuanto a los migrantes rurales
bolivianos que se trasladan del campo a la ciudad.
Las entradas y los festivales autóctonos proporcionan un espacio para la (re)
creación, (re)construcción y reivindicación del pasado y de “la” tradición mediante
música y danza, algo que Kaltmeier denomina “nuevas tradiciones re-inventadas”,
abiertas, fraccionadas y procedurales (2007: 194). Así, por un lado se generan danzas
nuevas que de alguna manera expresan la identidad de la comunidad que se presenta;
por ejemplo la Danza de las Verduritas, la Danza del Café y la Danza de los Gorilas,
elogiadas como “descubrimientos” de danza autóctona y presentadas en un gran
concurso de música y danza autóctona en La Paz307. Por el otro lado, también hay
intentos de resucitar danzas antiguas prácticamente extinguidas, fenómeno típico
para el postcolonialismo308. En cuanto a esos esfuerzos para el período de 2009 a
2011 hay que destacar la revitalización de los Sangas (Millijata/Santiago de Huata,
prov. Omasuyos) y de Ayawaya (prov. Gualberto Villaroel).
Aka thuqhuwix janiw utxanati, casi kimsa tunka marankaw jan utxanati, jichhax
imantatjamanw ukat jaktayanawayapxata. [Son casi 30 años que no ha habido
220 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
LV Con esto no quiero proponer una visión estática y esencialista de “lo original”, “autóctono” etc.
que niega el dinamismo de toda expresión cultural. Pero me refiero a que en algunos de estos
concursos, he visto danzas de reciente creación que no tienen ningún transfondo ritual y que han
sido creadas específicamente para este tipo de eventos (como por ejemplo los “Caníbales”, “la
danza de las verduritas”) y otras, ejecutadas por bailarines que portaban partes del vestuario de
otras danzas, máscaras importadas de la China y la inclusión de personajes folklóricos en danzas
autóctonas, todo con el fin de impresionar al jurado del concurso que en la gran mayoría de los
casos está compuesto por gente “importante” pero que tiene muy poco o ningún conocimiento
acerca de las danzas presentadas. Ver también Mayta/Gérard Ardenois 2010 (tomo II: 233) y los
testimonios de Félix López y Leonardo Mollo en Sigl y otros 2009: 17 sig.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 221
Barrientos cuando entró al poder y lo recibían con ucha fiesta, danza y así surgió
Compi. Entonces una temporada Compi ya no fue porque ya no había el Estado
que les dé la plata porque cuando iban con los campesinos de las comunidades de
toda la zona de Omasuyos lo que pedían eran pues buenos premios y el estado les
daba con tal de que lo aplaudan al presidente y punto. (David Mendoza Salazar,
04.08.09)
Ellos quieren ganar con eso [los adornos], para que sea interesante, quieren
ganar con eso, tenemos que estar bien cargados nosotros, nosotros tenemos que
ir primero dice, se venían, hasta los presidentes, casi todos los presidentes hemos
traído, todo, todo. [...] Banzer ha venido como 6 veces. Barrientos como dos
veces. (Juan Navo Quispe, 16.01.10)
Siguiendo esa costumbre, en 2010 el canciller boliviano David Choquehuanca,
presenció el espectáculo y también en 2009 había sido un evento altamente politizado
donde los comunarios se aprovecharon de la rivalidad entre las distintas instituciones
gubernamentales:
El festival de Compi fue el más conflictivo, justamente porque ya tiene mucha
historia política y al final terminó siendo un concurso con el Ministerio de
Culturas. La Prefectura había gestionado el proyecto del festival, pero los de
Compi empezaron a moverse mucho y a invitar a medio mundo para que les
apoyen, así que al final era quién daba más: el Ministerio o la Prefectura y no
puede ser así. En Compi todo es muy individualizado, hay mucha competencia
por querer sobresalir. Otro problema es que las instituciones públicas no pueden
dar premios y la gente está acostumbrada a recibir premios que son incentivos.
Por eso ahora se están viendo las posibilidades de darles algo pero que no figure
como premio. En Compi se gastaron 16.000 bs en la promoción. Hubo 1.000
afiches y 1.000 trípticos. Es muy difícil la evaluación de qué pasa con los premios:
a veces parece que sólo sirven para el uso personal. Y no es la idea. (anónimo,
2009)
En Oruro, el mayor evento de ese tipo es la Anata Andina organizada por la FSUTCO310
que ya varias veces fue presidida por Evo Morales, presidente de Bolivia y oriundo
de ese departamento. Desde que Evo Morales asumió su primera gestión (2006) han
empezado a proliferar las entradas y los festivales autóctonos: tanto el Municipio de
La Paz como la Prefectura/Gobernación de La Paz y (en mucho menor medida) el
Ministerio de Culturas promocionaron y financiaron festivales de música y danza
autóctona cuyos ganadores en parte fueron premiados con sumas considerables
(por ejemplo Bs 10.000, Bs 7.000 y Bs 5.000 para los ganadores del concurso en
Tiwanaku, 17. y 18.10.09; o Bs 500.000 (!) para el ganador de la entrada de las 20
provincias de La Paz, 09.07.11). En ambas gestiones, Evo Morales festejó su toma de
mandato con un acto “ancestral” en el sitio arqueológico de Tiwanaku, apropiándose
así de antiguos símbolos de poder. Esos eventos, al igual que la instauración de
la Asamblea Constituyente el 6 de Agosto de 2006, estuvieron acompañados por
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 223
desde los abuelos de los abuelos, así se están enalteciendo, un corto tiempo se
quería hacer perder porque el modelo neoliberal en Bolivia nos quería hacer
bajar, ahora el hermano presidente Evo Morales ya un poco nos está haciendo
volver.] (Modesto Willca, 09.11.09)
Al mencionar el modelo neoliberal, Modesto Willca claramente rechaza el sistema
internacional que para los indígenas significa la adaptación a una norma dominante
que no es la suya, actitud típica para las sociedades que contienen poblaciones
autóctonas314.
Pero también hay mucha gente que está en contra de la politización de las
danzas, para ellos un evidente caso de instrumentalizar las diferencias étnicas para
tener mayor acceso a recursos y poder:
Mientras de que tengamos un presidente indígena yo me pregunto: ¿todos tendrían
que andar de poncho entonces aquí, no?, la vestimenta no hace a la persona, [...]
hay mucha gente joven aymara que se rehúsa a aprender el aymara y aunque
ahora nuestro presidente y el gobierno haya dicho que la administración pública
tiene que dominar una lengua nativa, ¡mentira! es un discurso, ni el propio
presidente ni Álvaro [García Lineras, el vicepresidente] sabe hablar [...] o sea
eso nada tiene que ver con la otra realidad [...] yo tengo amigos de los ponchos
rojos, esto ya es… una forma ni siquiera reivindicacionista en términos así de
grupos sociales, solamente es una forma de poder coercitivo, a lo contrario del
poder estatal; yo con los ponchos con el pretexto de que soy indígena tengo que
conseguir a la fuerza lo que yo quiera [...] pero lamentablemente del 100% de
los ponchos rojos, un 5% vivirá en el campo con ponchito el resto vive aquí, en
sus bolsoncitos se traen sus ponchitos, cuando tengo que entrar a un ministerio
o a la plaza murillo recién se están poniendo sus ponchitos sobre su traje, ¡que
originalidad! (Edgar Vargas, 29.09.09)
La coyuntura un poco ha tergiversado eso también, todo el mundo ahora es
indígena, todo el mundo quiere rescatar, pareciera que allá está el Evo Morales
y todo el mundo quiere hacer. (Valerio Vargas, 09.10.09)
Aparte de los eventos políticos, las entradas y los festivales, quiero mencionar otros
acontecimientos de danza autóctona no tan comunes, pero igualmente politizados:
la marcha de la quinua del año 2005 y la marcha por el permiso de comercializar
coca del 25 de Noviembre de 2009. En esta última, la idea de los comunarios de la
provincia Muñecas era pedir la correspondiente licencia no a través de una marcha
de protesta, sino de manera positiva, a través de la danza Cambraya.
Thuqhuñamp mayiñan coca alxañatak sasaw jutapxta. [Hemos venido para pedir
para vender coca a través de la danza. (Victoria, 25.11.09)
Bailar unas dos piezas y dialogar y pedir nuestra petición a través de nuestros
documentos y que nos documente para no sufrir. (Santiago Peña Jacinto, 25.11.09)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 225
La meta de la presentación era demostrar cuán especiales e indígenas son los que
están haciendo la petición, como si esto fuera motivo suficiente para otorgarles un
permiso especial.
Purt’anipxtwa uñicht’awimpi kunatix utjki cultura nanakan sarnaqawinakana
uraqinakan kunjamtix mantienipxtwa culturanakajana utjiwa ukham. Mä jisk’a
mayiwi jilat Evo presidente juparu, kunastix mayipxtwa, ratificasion kunatix
achuwi utjapxitu hoja de coca [Hemos venido con una presentación porque
tenemos nuestra cultura, nuestras costumbres, como mantenemos nuestra
cultura en nuestro territorio. Para tí, hermano presidente Evo tenemos una
pequeña petición de ratificación de lo que producimos nuestra hoja de coca.]
(Toribia Flores Willca, 25.11.09)
La idea se asemejó un poco a lo que el Movimiento Cultural Saya Afro Boliviana
viene haciendo desde hace muchos años. Pero hay dos diferencias importantes: uno,
como demuestra el ejemplo de los afro-bolivianos, hay que ser bastante perseverante
y presentarse una y otra vez hasta que la gente (y también las autoridades) perciban
el grupo como tal y empiecen a prestar atención a sus reclamos, y segundo, la música
y danza de Cambraya es mucho más “extraña” y menos adaptada al gusto urbano
globalizado para el público mestizo-urbano que la Saya afro-boliviana. Entonces
también resultaría mucho más difícil tratar de ganar popularidad en la capital
boliviana a través de esta expresión cultural. Lamentablemente no llegué a saber
si los comunarios de Muñecas consiguieron su objetivo, pero hay que aclarar que
fue una iniciativa bastante fuera de serie que en esta forma no puede observarse
frecuentemente. Lo que sí se está poniendo de moda es acompañar cualquier tipo de
protesta y marcha política con música autóctona, algo que también se vio en la gran
concentración a favor de Evo Morales realizada el 12 de Octubre de 2011.
Según algunos abuelos, nos explicaban exactamente como era eso, por qué
el varón siempre tiene que hacerle dar la vuelta a la mujer y no la mujer al
varón, [...] nos decían, [...] esta pareja como están bailando y este digamos,
se encuentran así entre, entre los dos juntos, entre el sol y la luna, [...] dicen,
“siempre el sol va a predominar sobre la luna”, por qué, porque el sol tiene
más energía, [...] la luna no tanto, porque es, es muy frágil, la luna siempre,
cuando el hombre hace dar la vuelta es como si uno le estuviera cuidando dicen,
lo estuviera …, enrolando en su entorno, en su entorno social, como nos decían
ellos, entonces en Qhantu siempre se baila así. (bailarín de Qhantus, 15.10.09)
Es una visión que se contrasta bastante con la de los mestizos urbanos que bailan
Qhantus en las entradas folklóricas:
El Qhantu es una danza ceremonial [...] también es una danza del enamoramiento,
en esa danza siempre se baila en pareja, idealmente siempre debe bailarse siempre,
siempre en pareja. [...] Son pasos de mucho coqueteo, pero bien suavito, bien
romántico, así, pero básicamente ceremonial, así es. (Manuel Calles, 05.02.10)
También llama la atención cómo algunas mujeres aceptan el rol que se les asigna en
el ámbito rural:
Nosotras, las mujeres de pollera, como siempre, seguimos al hombre, el hombre
está ya con las penachos grandes y nosotros atrás de ellos, es nuestra identidad.
(Rosa Quispe Callisaya, 15.07.10)
Sin embargo, la lucha por equidad de género lentamente llega a las zonas rurales
y se trasplanta a la participación dancística. Así, hoy en día las comunarias de la
provincia Manco Kapaq han reemplazado a los hombres disfrazados de rabunas (el
personaje femenino de los Palla Pallas de esa zona), y según Mario Blanco ya hay
mujeres que quieren participar en los Auki Aukis de la provincia Camacho.
Al año va a haber [participación femenina]. De tayka tayka ya. Por el que gustan
ya. A la comunidad también siempre le gusta y por eso al año vamos a participar
los que han recibido, me han recibido y se han prometido ya para bailar. (Mario
Blanco, 24.07.10)
acerca de los pueblos guerreros de las zonas selváticas con un dualismo entre
“civilizado-primitivo”, “cristiano-pagano”, “hombre-mujer” que surge del contacto
entre los diferentes pisos ecológicos y las jerarquías de clase impuestas desde el
incanato, siempre dando el lugar más “salvaje” a los subordinados315.
En cuanto a la danza, los entrevistados afirman que se trata de una danza guerrera
que tiene que ver con algún forastero (conquistado en tiempos incaicos) “salvaje” y
desnudoLVI proveniente de los Yungas.
Muntin uka ch’uñch’unakax utjatayna ukat yatiqasisa nanakax aka
thuqht’apxarakta, jall uka kasta nanakax yatiqasin thuqht’apxarakta [...]
Ukanakax guirrasipxiw siwa no ve, ch’uñch’u purasw guirrasipxi siya munti
ch’uñch’unaka q’ala ch’uñch’unaka. [Había chunchus en el monte, sabiendo
eso bailamos, conociendo ese tipo de chunchu bailamos ... dicen que ambos se
hacían guerra, los chunchus del monte y los chunchus pelados.] (Santiago
López, 14.11.09)
Nanakax present’asipxaw Q’ala Ch’uñch’us Salvajes [...] Ukax isi, kamisatix
mä militarx isita, unifumita, ukaw unifurmis pelukax pelukaraki, ukaw nanakanx.
[Nosotros nos presentaremos salvajes Chunchus desnudos... esa ropa es como
ropa militar, uniformada, entonces en el uniforme también tenemos pelucas.]
(Pablo Mijillón, 03.10.09)
Queda claro que se trata de una danza de enfrentamiento, pero existen dos discursos muy
diferentes que tematizan el contenido bélico de la danza y que a veces se superponen:
primero, la danza como lucha entre dos tipos de guerreros, uno “cristianizado”
(“civilizado”) y el otro siendo un “animal” salvaje, y segundo, la danza como pelea
entre “chunchus” asociados con fenómenos climáticos como el rayo, el frío/viento y
las nubes (y por ende la lluvia). El “cristianu chunchu” del primer imaginario, en vez
de ser un representante de una tribu selvática, más bien parece ser un descendiente
“católico” de los conquistadores españoles, proveniente del altiplano quien pelea
contra el “animal ch’uñch’u” o incluso “Supay ch’uñch’u” (Supay = sinónimo del
diablo cristiano) de los Yungas. Parece que ahí, la vista colonizadora (primero incaica
y luego española) también mezcló el terror que infligieron los pueblos selváticos
hacia la población del altiplano (compuesta por indígenas, conquistadores españoles
y mestizos) con la admiración de las fuerzas sobrenaturales de los pueblos aún no
subyugados, seres más cercanos a la naturaleza, al “desorden” y al poder espiritual319.
Según David Mendoza (27.12.09), el mismo término de “ch’uñch’u tiempo”
antiguamente se refería a un tiempo “sin ley”, es decir a un estado de salvajismo.
Ahora, siguiendo a Taussig, lo que yo interpreto como descendientes “católicos” de
los conquistadores españoles, serían los indígenas kallawayas, ya cristianizados, que
hasta ahora siguen yendo a las zonas cálidas para abastecerse de hierbas y saberes de
la zona320. La contraposición entre “civilizado” y “salvaje”, “cristiano” y “pagano”
es antigua: Garcilaso de la Vega relata de Chunchus difícilmente subyugados por
los incas y von Tschudi los describe como una especie de prototipo de indígena
“salvaje”, ambos indicando un estado casi inhumano de este pueblo321, lo que a su
vez corresponde muy bien a los testimonios recogidos en el contexto de la danza de
LVI q’ala = sin nada, sin ropa, pelado, Layme Pairumani 2004: 156
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 231
los Chunchus. Entonces, desde tiempos incaicos la jungla también sería un lugar “sin
ley”, un sitio de “oscuridad, caos y desorden”, mora de las “tribus incivilizadas de
una época precedente”322. Para Taussig, los chunchus y su “salvajismo” representan
el contrapeso necesario para enaltecer el orden y la “civilización” que sólo puede
construirse en oposición a caos y desorden. Perpetuando la imagen de la mujer
como ser más cercano a la naturaleza y menos “cultivada”, racional y “civilizada”323,
también relaciona ese desorden selvático con lo femenino324. Al ver la danza de
los Chunchus de Santa Ana y Santigao de Huata, donde hombres y mujeres se van
jaloneando hasta hacerse caer, parecería bastante lógica esa superposición “hombre-
civilización-cristiano chunchu” y “mujer-naturaleza-animal chunchu”. Aparte de
eso, la pelea o guerra frecuentemente también es asociada con una lucha entre los
elementos y los fenómenos climatológicos, en especial con los relámpagos. Varios
de los entrevistados describieron al “cristianu” o “catuliku” Ch’uñch’u como un
ser acompañado de rayos o directamente de un “liku ch’uñch’u”, nombre que tal
vez pueda ser un derivado de la palabra link’u (zigzag) y significar algo como un
ch’uñch’u de rayos. Otra vez cabe mencionar el estudio de Taussig quien relaciona
los aucas de Ecuador (el “equivalente nor-andino del chuncho”) con el relampagueo
de las montañas donde estarían “jugando” para llamar a los selváticos quienes están
visitando las cimas del altiplano (1991: 232 sig.).
Catuliku ch’uñch’uw mayax liku ch’uñch’u sataw ukax [...] Ukax lix llix llix
llixtasaw arumanakax paqtayi, luzjama paqtayi ukaw liku ch’uñch’u sataw [...]
Nayrax nuwasipxirinwa siwa, jark’ataxiw khursar despachataxiw janiw akarux
mistxitix jan ukax salavajitunakaw uka ch’uñch’uxa. [Uno se llama chunchu
católico y el otro liku chunchu... alumbra la noche relampagando, como una luz
alumbra, por eso se llama liku chunchu... se dice que antes peleaban, pero ya
está prohibido, como son salvajes no pertenecen a nuestra sociedad.] (Carmelo
Loque, 14.11.09)
Tanto en las leyendas de Jesús de Machaca como en el testimonio de Santiago López,
los relampagueos nocturnos son asociados con otros contrincantes más: el chunchu
que no come y el que come, interprétese como uno “inhumano” que no tiene ano y
que por lo tanto no come y vive del aire, y el otro, que al igual que los seres humanos
come, al cual hay que apoyar con rezos, y que a su vez es asociado con el chunchu
“cristiano”, es decir con “lo nuestro” contrapuesto a la fuerza “ajena”.
Achichilanakan tuqitpin jutirina siwa, ukat qutat mistuni siw [...] jan manq’ir
ch’uñch’u ukax qutat mistuni siya, [...] Qutat mistunki jall uka ch’uñch’uwkaw llix
llix llixtasa. [...] Ukax jan manq’ir ch’uñch’uw sañaw ukax guerrasipxiw mayax
aksat mayax akat llix llix llixtasaw ukat akanakax utjaskix jichhurkamaxs [...]
jaqimpiw guirrasipxir siw ukx achichilanakaw ukx yatipxix risañax ch’uñch’ux
guerrasipxirinw siw nayrjax jall uka kipkaw ukax jutaskaraki. [se dice que venía
del lado de los Achachilas, que salió del lago ... entonces se dice que el chunchu
que no come salió del lago ... ese chunchu salió del lago tirando relámpagos ...
232 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
entonces se dice que el chunchu que no come y el otro se hacían la guerra, uno
de aquí, el otro de allá tirando con rayos, eso hay hasta ahora ... se dice que
peleaban con los hombres, entonces al saber eso los ancestros rezaban, más o
menos como antes viene eso.] (Santiago López, 14.11.09)
El hecho de que el chunchu “que no come” haya venido del “lado de los Achachilas”,
es decir de las montañas, salido de un lago o una laguna (quta), parece hacer alusión
a la relación que tienen los chunchus con las condiciones climáticas que discutiré
más abajo. Por ahora me detengo en la interpretación de los rayos como parte de un
imaginario guerrero: Santiago Bonifacio asocia estos rayos con el fusil:
Ch’uñchuw nuwasi siwa ukax ukapiniya ch’uñch’u pachaxa, ukatpi ukax
ch’uñch’u sas sutichapxarakix ukax mayni llixtani nuwasipxiw fusilapachaw
ukax ukan nuwasipxixa. [Se dice que el Chunchu se pelea, eso siempre era así en
la época de los Chunchus, ellos siempre deben ser los Chunchus, por eso se les
nombra Chunchu, ese otro tenía rayo, pelearon, habrá sido un fusil, entonces en
eso pelearon.] (Santiago Bonifacio, 14.12.09)
Esa relación podría ser un referente a los conquistadores españoles y sus armas de
fuego, analogía propuesta también por Teresa Gisbert al interrelacionar los ataques
de arcabuz con Illapa, el dios del rayo y la imagen del apóstol Santiago325.
De todo esto podría deducirse que el personaje del chunchu representaría a
un guerrero cristiano “civilizado” quien subyuga a los „salvajes“ del „monte“ o de
los Yungas mediante armas de fuego que se parecen a los rayos, lo que Taussig
llama una “fantasía socialmente institucionalizada” por los habitantes del altiplano,
que enaltece el heroísmo de los pueblos selváticos y sus revueltas contra los incas
y españoles (1991: 236). Pensando en esa dicotomía entre tierras altas y bajas y la
superposición con la conquista española ya no parece tan ilógico que los bailarines
“cristianos” utilicen caretas blanca con bigotes y ojos claros y pelucas blancas
(„rubias“).
Uka pelukax sañ munix nayrax tatar abuilunakax jach’a pichikanipxiritaynaw.
[Esta peluca quiere decir que nuestros ancestros tenían trenzas largas.] (Pablo
Mijillón, 14.11.09)
Como insinúa el testimonio de Pablo Mijillón, el pelo largo incluso podría ser un
referente al peinado de los patrones coloniales a la moda europea. Las heridas
pintadas en las máscaras frecuentemente son asociadas con las luchas y la valentía de
los guerreros amazónicos326. Sin embargo, éstas podrían interpretarse también como
úlceras a causa de picaduras o enfermedades de piel que tal vez hayan afectado en
gran medida a los intrusos llegados del altiplano o incluso podrían asociarse con las
enfermedades contagiosas que los conquistadores llevaban adonde iban.
Al interpretar los chunchus como soldados mestizos y católicos que iban a
conquistar a los pueblos amazónicos, cabe preguntarse por qué éstos llevarían
espejos, plumas y símbolos de fertilidad en su indumentaria. Una explicación
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 233
elaborar el ch’uño, un producto cuyo nombre también podría estar asociado con la
denominación de la danza.
La función del Chunchu es una época que se llama en julio entonces ya no hay
cosecha nada ya están terminado las cosechas en esa época también alzamos,
bailamos Chunchu. (Ramón Ticona Mamani, 25.10.09)
Moisés Ávila supone una relación entre los espejos colocados en los tocados cefálicos
de los bailarines, que podrían interpretarse como una simulación de relampagueo y
los fenómenos climáticos de la época:
Los espejos que entran digamos en época de frío, es una danza que va digamos
en contra de lo que son los tornados, cambios climáticos, eso ahuyenta. (Moisés
Ávila, 29.09.09)
Aquí cabe mencionar que en los últimos años varios conjuntos de Chunchus
empezaron a adornar una parte de sus lanzas con focos de luz, lo que podría haber
surgido de una concepción “actualizada” de los rayos de luz y que al mismo tiempo
representa un buen ejemplo para el dinamismo de las danzas contrapuesto al
esencialismo y la supuesta inmutabilidad de “la” cultura frecuentemente asociados
con las identidades y expresiones culturales andinas.
Volviendo a la representación del extraño “Otro” que nadie ha visto: en lo que
concierne a los Chunchus, se da un notable caso de doble orientalismo en el sentido
de Baumann (2004). Al bailar Chunchus los aymaras de Santa Ana construyen una
imagen del salvaje incivilizado que se superpone con el principio del desafío entre
lados opuestos pero complementarios y con la influencia en el futuro mediante
la danza (alejar la tormenta y la lluvia para que no interfieran con la producción
de chuño). Pero esa misma imaginación del “Otro” ya se trasplantó también a la
Entrada Universitaria de La Paz, donde los estudiantes de la Carrera Técnica
Superior Agropecuaria de Viacha desde el año 1996 representan a los aymaras
representando a los Chunchus. La idea de interpretar esa danza salió del famoso
“rescate” de “valores ancestrales” promovido por los organizadores de esa entrada.
Sin embargo, por la falta de recursos personales y materiales, esa “recuperación” no
suele basarse en investigaciones actualizadas y en el contacto con la comunidad cuya
danza se decide ejecutar, lo que periódicamente conlleva a recreaciones bastante
fantásticas de danzas autóctonas aún muy populares en su lugar de procedencia y
para nada necesitadas de una “reivindicación” con música y ropa que ni siquiera
pueden considerarse como copias burdas del original. Por supuesto hay que valorar
la voluntad de los estudiantes que deciden representar y de alguna manera apropiarse
de una danza autóctona, para ellos una forma de entrar en contacto con expresiones
culturales ajenas al ámbito urbano, pero también cabe tomar en cuenta el descontento
de los retratados con esas versiones mestizo-urbanas. Las opiniones de Silvestre Vega
(Chunchus Verdaderos Hijos de Remedios, Santa Ana) y Rubén Gutiérrez (Santiago
de Huata) son bastante esclarecedoras:
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 235
Esto ya no es Chunchus. Hasta la música ya es otra, todo. O sea que esto ya ps,
ya hayan fletado del bordador, pero nosotros nos hacemos. [...] Los movimientos
son bien diferentes. (Silvestre Vega, 18.08.10)
Ahora en este último he visto por ejemplo en la Entrada Universitaria los Chunchus
de la Técnica, de la Facultad Técnica. [...] No, eso sí ya está estilizado ya. Ya no
son los pasos originales, ya no usan la vestimenta original, totalmente estilizado
sería eso. [...] Con zampoña han hecho. Ya no. Ya no es eso autóctono. Ya sería
tal vez. Mmmm... Una mezcla... con folklórica, mezcla folklórica y autóctona, tal
vez así. (Rubén Gutiérrez, 19.08.10)
Boris Chávez, director de los Chunchus universitarios, explica cuales han sido y
siguen siendo los problemas para armar un espectáculo más “auténtico”:
En los ensayos de la universidad en la carrera justamente previos a la entrada,
hay estudiantes que están cumpliendo sus prácticas. [...] Y solamente ahí vienen
ya faltando dos, tres días para ya para la entrada, a los últimos ensayos. Y
es un poquito difícil en ese tiempo sacar la coreografía original. [...] Ahora,
con respecto a la música: teníamos una banda la cual nos acompañaba, eran
estudiantes egresados y sí tocaban con pinkillos. [...] Pero esos compañeros poco
a poco algunos se han casado, otros se han ido a vivir al interior del país [...]
buscar ese tipo de música es difícil [...] y esta adaptación que hemos hecho con
las zampoñas se asemeja un poco a la melodía verdadera de los Chunchus. Pero
no es en su originalidad también, eso sí es verdad. (Boris Chávez, 03.08.10)
Ni siquiera la directiva del grupo ha visto representaciones de los Chunchus
autóctonos; conoció la danza solamente a través de su carrera. Sin embargo, Boris
Chávez la ha “adquirido como algo propio también” (03.08.10) y a pesar de la
demanda estudiantil por Caporales y Morenada lucha por mantenerla como danza
autóctona de su carrera:
La gran mayoría no conocen esta danza y de principio no les gusta. Incluso ya
en carrera hemos tenido problemas porque han sugerido cambiar la danza. Y
nosotros nos estamos peleando ahí y no, que no chicos, queremos mantener esta
entrada se caracteriza por eso, por rescatar lo autóctono para que no se pierda
y bueno, le metemos con eso en la cabeza y al final lo entienden. (Boris Chávez,
03.08.10)
Entonces, por más que sea una imitación muy tergiversada de lo que se realiza en el
ámbito autóctono y por más que la danza original no se esté perdiendo para nada (en
las comunidades de Santa Ana y en Pucarani los niños aprenden a bailar Chunchus
en el colegio y en cada conjunto de esa zona participan adultos, adolescentes y
niños, señal de que la danza se sigue reproduciendo), es una representación de una
representación de algo ajeno que cumple con una función identitaria muy importante.
Queda la interpretación de los Chunchus por ballets folklóricos, propuesta igualmente
clasificada con:
236 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
que personifica el “gallo” representa al patrón blancoide, altivo, que pavonea como
un gallo. K’ara quiere decir “mestizo, blanco” (una adscripción étnica despectiva)
y el wiraqucha o “señor” hace referencia a un dios prehispánico supuestamente
blancoLVII. Tal vez simplemente son reminiscencias a los caudillos españoles, otro
término usado para describir a los jefes de las tropas.
En cuanto a los Chiriwanus de Aroma, el evento más llamativo en el que
participan es la fiesta de la Virgen de Candelaria de Patacamaya (2 de Febrero)
donde se lleva a cabo una ceremonia religiosa-ritual totalmente sincrética que reúne
la pelea con la fertilidad: para comenzar la estatua de la virgen, antes de ser llevada
en procesión por las cuatro esquinas de la plaza, es adornada con las papas recién
cosechadas. Luego, durante la procesión es seguida por varias tropas de Chiriwanus,
músicos-bailarines “guerreros” provenientes de diferentes comunidades indígenas
aledañas y en cada esquina de la plaza los dirigentes de los grupos, los capitanes
de baile, que siguen a la Virgen efectúan cortas peleas rituales cuyo objetivo es
tumbar al contrincante mediante un palo adornado con plumas de flamenco. Llama
la atención cómo un indígena describe a los guerreros y cómo él mismo asume esa
adscripción étnica muy peyorativa:
Chiriwanu quiere decir “indio”. [...] Los Chiriwanos somos indios de nuestros
ancestrales abuelos por lo tanto bailamos en forma guerrera practicando y
alegrándose y llamando también el tiempo de la lluvia. (David Bernardo Calle,
09.08.11)
Ese “indio” imaginario, al igual que en la danza de los Chunchus, es sinónimo del
salvajismo y de las fuerzas opuestas a la civilización altiplánica336. Pero es aún más
notable que haya un q’ara, es decir un “mestizo, blanco”, quien dirige el grupo. El
que baila de q’ara tiene que ser una persona respetable y muy capaz ya que él es el
que se enfrenta con el representante del grupo contrincante.
Los q’aras que bailan con ese lanza o q’iru son personas destacadas en forma de
la práctica de la lucha también guerrera, son hombres caudillos y también ellos
son nombrados. No es cualquiera persona, sino es una persona noble, además
con méritos también de guiar, comandar la tropa de los Chiriwanos. [...] Tienen
que probar de fuerza, pero se alegra también cuando con un componente de otra
tropa más lo cual dos a dos él que gana a veces empata, pero es una alegría para
la comparsa y para todo el conjunto. (David Bernardo Calle, 09.08.11, entrevista:
David Mendoza Salazar)
Según Lagarde, como “caudillo” o jefe de bando el bailarín estaría en la cúspide
del machismo, es decir, representando el sitial del poder (1997: 420) y el personaje
definitivamente refleja algo de eso. En cuanto a las peleas, mis entrevistados
LVII Según la leyenda, Wiracocha era un hombre blanco y barbado y por lo visto nadie se opuso a
poner el nombre de estela barbada a uno de los hallazgos tiwanacotas, así que ahí pueda existir
un nexo (comunicación personal David Ordoñez Ferrer, 27.10.09).
240 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
gente asocie esas danzas con “guerras”. Pero, en esos enfrentamientos también juega
la necesidad de reafirmar una identidad masculina dominante y qué mejor que asumir
el papel de un exitoso “guerrero” o al menos descendiente de “guerrero”, encarnación
del poder y de la súper-hombría que no se suelen alcanzar en la vida real y cotidiana.
Aquí también cabe mencionar que en el área rural cumplir el servicio militar es una
prueba imprescindible de hombría; en Achacachi, morada de los temibles “Ponchos
Rojos” y “come gente”, incluso se exige a los reclutas que al regresar “traigan un
fusil”. Los comunarios de Ayo Ayo se consideran como descendientes de Tupac Katari
quien era oriundo de ese lugar. Entonces, con todo ese elogio de la masculinidad
guerrera no es de sorprender que también en el contexto de la danza sean numerosos
los testimonios referentes a exitosas defensas de comunidades enemigas y al servicio
militar en la Guerra del Chaco.
[Con los Jula Julas] Iban a la guerra, al enfrentamiento con los guaranís, con
los que estaban entrando al otro lado, era un choque entre culturas. (William
Huayllas, 15.07.09)
Nayrax chakuruw saran siw ak tukt’asisaw chakuru guerrar saran siw ukapi. Aka
thuqhuwix Chiriwanux utjix nayra Paraguayamp ch’axwkan uka timpuw guerrar
saran siw lawampi. Uka Jach’a Sikuta marcharjamax guerrar sarañ thuqhupanay
nayra timpu ukatay guerrar sarapxiritaynax ukya. [Dicen que antes fueron al
Chaco, dicen que tocando esta música fueron a la guerra del Chaco. Esta danza
es Chiriwanu, dicen que antes fueron a la guerra con Paraguay, con este palo.
Hay que bailar como una marcha yendo a la guerra, contaban que antes con eso
iban a la guerra. (Felipe Callisaya, 11.10.09)
Los Sangas de Millijata/Santiago de Huata (prov. Omasuyos) también gustan del
imaginario guerrero, comparándose a sí mismos con el fuego candente:
Sanga proviene de la brasa, nina sank’a. [...] Al igual que nina sank’a cuando
se le prende el fuego es difícil de vencerlo, al igual que eso ellos se preparaban
para vencer. [...] Esto es piquera. Este es lanza para defensa, para el combate.
[...] Todos portamos porque somos al igual que soldados, los sank’as. (Remigio
Condori Blanco, 31.10.10)
Es común escuchar que los quechua y aymara son machistas: los testimonios citados
al menos subrayan un anhelo de ocupar el lugar del violento dominador y el miedo
de ser feminizado:
Jilata Qaqachakanakaw apnaqapxi uka nuwasiña, ukat uka wawku nanakax
apnaqapxta, segundo wawku nanakapxtwa nanakax. Wawkux nuwasiñakipiniwa
yasta mä achichi costumbres jaya pachat utji, montera ucht’asiña ukax
nuwasiñakipiniwa. [...] Nanakax segundo Qaqachakapxtwa, jan nuwasiriwkaxa
warmiw sataw ukhamirinwa. [Los hermanos qaqachacas siguen llevando esa
pelea, es por eso nosotros llevamos Wauqö, el segundo Wauqö somos nosotros. El
Wauqö era pues para pelear, hace mucho tiempo había esa costumbre, había que
244 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Queda claro que este felino era y sigue siendo asociado con su hábitat, la
selva de las tierras bajas donde también forma(ba) parte del panteón espiritual de la
población local344.
Los de la montaña no tienen ydolos nenguno, cino que adoran al tigre, otorongo y
al amaro, culebra, cierpiente. Con temoredad adoran no porque sea uaca ydolo,
cino porque son feros animales que come gente, que piensa que con adorar que
no le comen. (Poma de Ayala 1615: 269 (271))
Así, al igual que los chunchus y chiriwanus, se convierte en un símbolo de la
naturaleza indomada y del “caos”345, amenazante en el sentido de Taussig (1991).
Según Hermes (1995: 47, 50), se lo habría asociado también con las fuerzas del
manqha pacha, con el desorden, el descontrol, la rebelión, la incivilización y el
pasado arcaico. Además, esta autora menciona el jaguar como símbolo del intenso
intercambio cultural y comercial entre tierras altas y bajas, pero obviando que el
manqha pacha no sólo es la morada de los (recién) fallecidos, sino también es un
lugar asociado con la fertilidad y el crecimiento. Ahora, lo interesante y también
relevante para la actualidad es la transformación del hombre a un hombre-jaguar. Ya
Guamán Poma de Ayala relata cómo Inca Roca y su hijo se convirtieron en hombres-
jaguares para conquistar al Antisuyu:
Conquistó todo Ande Suyu. Dizen que se tornaua otorongo el y su hijo. Y aci
conquisto todo Chuncho. [...] Fue hijo de Ynga Roca. Este dicho capitán Otorongo
conquistó Ande Suyu, Chuncho, toda la montaña. Fue señor que dizen que para
auello de conquistar, se tornó otorongo, tigre. [...] Y ancí por ello los Yngas
le llamaron Otorongo Achachi, Amaro Ynga. (Poma de Ayala 1615: 103, 154
(156))
Desde aquellos tiempos tanto el jaguar como la víbora (amaru/katari) son
fuertemente asociados con la conquista de las etnias selváticas346 y de cierta manera
parecen formar una unidad347. Muy notablemente, la combinación jaguar-víbora
sigue presente en las mencionadas danzas autóctonas aymaras, especialmente en
el Quena Quena. A primera vista, sólo se nota la coraza de “tigre”. Sin embargo,
las qhawas suelen tener bordes adornados con varias líneas en zigzag, lo que según
Eusebio Condori...
... simboliza al khatari, a la víbora. (Eusebio Condori, 15.07.11)
Además, los danzarines generalmente avanzan en zigzag, figura coreográfica
fácilmente identificable como alusión a la serpiente y al rayo. El rayo, símbolo
de Illapa, dios de las tempestades348, conecta el mundo de abajo/adentro (manqha
pacha) con el de arriba y ambos, rayo y serpiente son identificados con el manqha
pacha y las lluvias349. Analizando un kero (vasija) cusqueño y los mitos de
Huarochirí, Gisbert (2007: 26) llega a relacionar el “tigre andino” con el arcoíris,
confirmando así su asociación con las precipitaciones. Entonces, nuevamente se
246 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
trata de resaltar de que los demás se den cuenta de que hay un hombre capaz o
inteligente con sabiduría o sea tiene combinación con los llaytus y todo. (Jurio
Quispe, 29.06.10)
Ese es una qamasa [coraje, fuerza], un tigre hace tener miedo en realidad,
¿no ve?, el tigre se aparece, entonces es, al eso representa. (Eduardo Mamani,
21.07.10)
Franklin Condori (26.08.09) dio una interpretación interesante, aunque ésta ya parece
estar influida por la simbología occidental: según él, las qhawas no sólo servían para
cubrirse de las flechas del enemigo, sino también denotaban el mismo jaguar, animal
que se mueve libremente y que entonces sería un símbolo de libertad. Un comunario
mayor de Totora (26.08.09) opinó que utilizar la piel de jaguar como coraza podría
representar la victoria del hombre sobre lo salvaje, reflexión que compagina muy
bien con el análisis de Hermes (1995). Por lo tanto, al igual que en el caso de los
Chunchus, se trata de una apropiación de la fuerza adversa y temida a través de su
incorporación351. El siguiente testimonio parece afirmar exactamente eso:
El tigre tiene sagaz, valor, frente a cualquiera, entonces el hombre siempre
agarra ese coraje. (César Callisaya, 29.06.95, entrevista: David Alarcón)
El mencionado coraje corresponde al concepto aymara de qamasa, “valor,
atrevimiento, ánimo”352, característica deseable para cualquier hombre y muy ligado
a los felinos. En algunas danzas (i.e. Quena Quena y Waka Tinti) el K’usillo carga un
titi (gato montés), incorporando así el coraje del animal:
El Titi [gato montés] es la fuerza que le da al ser humano o lo empuja para tener
coraje qamasa (Santiago Quenta, 28.09.09)
Pero, donde más se habla de la qamasa es en el contexto de los Quena Quena y sus
qhawas:
Nayra aka Qina Qinampixa guirrasiriw sarapxiritayna, guirranakar atipxaña
wali qamasaniñapatakiw ukax uch’t’asiñatayna, nuwasiñataki ukat atipasna
ukat thuqhupxiritayn nayra achichilanaka. [Antes iban a la guerra con este
Quena Quena; había que ganar la guerra, entonces, para tener mucha qamasa
se ponían esto, para pelear, entonces se podía ganar, de eso bailaron nuestros
ancestros.] (Gustavo Ramos, 04.10.09)
Qhawa es su coraje, valentía, la qamasa, nosotros usamos la qhawa por su coraje,
valentía, a la región. (25.10.09, bailarín de Jesús de Machaca)
Ese es una qamasa, un tigre hace tener miedo en realidad, ¿no ve?, el tigre
se aparece, entonces, eso representa [el] lipichi [cuero]. (Eduardo Mamani,
21.07.10)
248 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Quena Quenas de Jesús de Machaca. Fiesta de Rosario, 04.10.09. Foto: Eveline Sigl
250 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
más durable, como en el caso de las plumas de avestruz (en vez de ñandú), los hilos
sintéticos (en vez de lana teñida con colores naturales) y las flores de plástico (en vez
de las naturales). Al mismo tiempo, empiezan a faltar conocimientos y materiales
que tienen que reemplazarse por lo que está al alcance.
Primero que la ropa que antes usaban se va terminando, ¿no?, [...] se lo ha
comido el ratón, se ha vuelto muy viejo, [...] entonces pasa eso, los jóvenes de
hoy ya no tienen los disfraces de lo abuelos, ¿qué hacen?, tratan de recrearlo
nuevamente, pero ya no lo van a poder recrear con los materiales que antes
estaba elaborado, sino lo van a tener que incorporar los nuevos materiales y
hacer sintéticos, [...] adornos ya sintéticos, digamos, con las lanas sintéticas,
digamos, ¿no?, pero es que eso es lo que ellos ya lo encuentran y además lo ven
más llamativo, más vivo digamos los colores, entonces lo van a integrar así.
(Teresa Canaviri, 02.07.10)
Aquí cabe notar que el uso práctico de los comunarios no se rige por los esencialismos
que pretenden conservar “lo puro” y “original”: todo lo que “mejora” y “actualiza”
la danza es bienvenido, demostrando así que los cánones de estética rurales y belleza
no son inmutables y que la influencia citadina/folklórica transforma las danzas
autóctonas. Además, como bien subrayan Higinio Tiñini y Agustín Vargas, es mejor
adaptar una danza a dejar que desaparezca:
Por no hacer desaparecer por definitivo esta danza, los comunarios de esta
comunidad velando por nuestra cultura tuvimos que actualizar todas las
vestimentas que nuestros abuelos utilizaron para bailar. (Higinio Tiñini 2000 en
CDIMA 2003: 78)
Se puede decir de que digamos están actualizando. [...] No será lo mismo de
antes, pero están reactivando a todas esas danzas, en todas las comunidades.
(Agustín Vargas, 23.07.10)
En este caso, la función identitaria de las danzas no depende de la conservación
exacta de lo que fue, sino de los nuevos sentidos transmitidas por ellas. Sin embargo,
no faltan los comentarios de los propios bailarines y organizadores indicando
que la representación “aún no está muy bien” y que hay que seguir mejorando y
“recuperando”. Esto indica que existe una nueva actitud hacia la representación,
convirtiendo así la danza en algo que debe ser demostrado y que “encuentra
sentido en la mirada de los observadores externos”365. Como las danzas autóctonas
frecuentemente ya no forman parte “natural” y “desapercibida” de la ritualidad festiva
donde no existe la separación entre actores y espectadores (pasivos), empiezan a ser
escenificadas de manera consciente, lo que implica también una mayor preocupación
por si la representación “está bien” o está “como debería ser”. Para Rockefeller
(1998: 140), esta vista distante hacia la propia representación es producto de
la recontextualización que ocurre en los concursos y festivales autóctonos y que
transforma la danza en un objeto de ser mirado y calificado “desde afuera”.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 255
e imágenes para sus canciones de eventos autóctonos sin dar crédito alguno a los
actores), sino los propios comunarios que “huelen negocio”:
La persona que tanto cuestionó en la noche a nosotros que no debería filmarse,
que no debería grabarse, que no debería, etcétera, ¡al día siguiente apareció él
filmando! Antes era, una fiesta determinada, ritos, no sé qué, tenías que nada
más que organizar y no esperabas si vas a ganar premio o si vas a ganar. [...]
Lamentablemente ha ido digamos, eh, la mentalidad cambiando en ese sentido,
digamos, yo bailo más o menos esperando que algo me den y, y sí es así pues.
(Teresa Canaviri, 02.07.10)
Aquí cabe destacar que el carácter competitivo de las fiestas no es nuevo y no se debe
a los festivales y concursos recientemente creados. Como detallo en el cap. 5.1.2
de la parte I, se trata de una medición de fuerzas que corresponde a la cosmovisión
andina. Ganar en esas competencias informales es importante y motivo de orgullo:
Hay cuatro ayllus en Amarete y digamos, el ayllu que más corre se siente más
victorioso, algo así, ¿no?, más orgulloso y de paso los que tocan, los que tocan
el pututu de cada ayllu también hacen competencia, ¿no?, entonces uno grita,
el otro responde, entonces el que gana ya, al otro le humilla, ¿no?, es algo así,
entonces también es muy típico y originario. (Felipe Quilla, 16.11.09)
En los pueblos nunca se actúa por dinero, sino por honor, [...] un orgullito ganar
a la otra comunidad por decir, o sea esa es la rivalidad sana. (Luis Beltrán,
05.02.10)
Sin embargo, hay mucha diferencia entre ese tipo de desafío y un concurso
“institucionalizado” en el marco de un festival o de una entrada, donde se hacen
presentaciones para el jurado, en un tiempo limitado, y donde los grupos son calificados
según planillas que suelen evaluar la ropa, coreografía, originalidad, presentación,
uniformidad, y otros más. En cambio, en la comunidad todos tocan, cantan y bailan
al mismo tiempo, en sus respectivas esquinas o avanzando por la plaza y “gana” el
grupo que más tiempo aguanta, que más fuerte toca y cuya música tiene la mayor
aceptación entre la población369. No obstante, hasta en lugares donde aún existe
este tipo de competencia espontánea, como por ejemplo en Jesús de Machaca370 o
Tiwanaku371, ya se empiezan a instalar palcos y las autoridades locales impulsan un
recorrido con premios a modo de las entradas folklóricas. La nueva modalidad brinda
un escenario para que se luzcan políticos locales y regionales, donando premios,
calificando a los comunarios y haciendo propaganda política, estableciendo así un
nexo entre la pugna de los ayllus dirigidos por sus autoridades originarias (mallkus,
jilaqatas etc.) y el poder estatal. De esta manera, las competencias autóctonas se van
folklorizando, pareciéndose cada vez más a los festivales, y finalmente fusionándose
con éstos. – Pese a esa tendencia, vi muchos festivales donde la competencia no se
restringía a los pocos minutos de presentación “oficial” y donde los grupos, una vez
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 257
Mis hijos ya no quieren nada ¿qué es eso? tan feo te pones, dicen, pero yo, yo vi
bailar a mi papá, a mi mamá por ejemplo. Entonces ahí ya he abierto los ojos
ahora aunque yo llevaría a mis hijos pero no, no, no, ellos ponen sus audífonos
con su walkman, no sé que tienen ya... (Jesús Cussi, 22.09.09)
Para muchos jóvenes, las danzas autóctonas simplemente están pasadas de moda y
además no concuerdan con las prioridades que tienen:
Los jóvenes hoy en día ya no quieren eso, porque ya son... baile antiguo. (Eddy,
20.01.10)
Por el estudio pues. Vamos al colegio. Antes ps era eso, ahora ya nosotros ya no
podemos. No queremos saber bien, no queremos tocar nada. (Javier, 20.01.10)
Los valores de antes ya no interesan: en tiempos pasados un hombre que no sabía
tocar no era considerado como tal.
Hay un decir, que todo varón, todo hombre tiene que saber tocar, si no sabe tocar
es pérdida de tiempo, ¿no?, entonces en este momento ya el varón o la mujer
si sabe tocar, no sabe tocar, lo importante es que toque la computadora. (Hugo
Ávalos, 28.06.10)
La generación de hoy está perdiendo la mística y los valores sociales y culturales.
[...] La juventud no siente esta música tal como los abuelos lo hacían y tampoco
ya se respetan las épocas en que realmente debe ser bailado o tocado este ritmo.
(CDIMA 2003: 95, 61).
Entonces, con razón mucha gente mayor está preocupada por la posible desaparición
de las danzas372. Así, en algunos lugares ya es tan raro que la gente joven se interese
por las danzas autóctonas, que los ancianos quedan muy sorprendidos cuando uno
quiere aprender a tocar:
Se alegraron porque si no aparecía gente joven eso se iba a morir. [...] Mueves
el corazón de las personas mayores, que alguien joven se integre, que se interese.
(Valerio Vargas, 09.10.09)
Algunos ya están resignados a que su danza va a desaparecer:
Yo creo que con el tiempo se va a perder esas danzas, si nosotros morimos, ya no
hay otros que nos van a reemplazar, los hijos ya tienen otro tipo de danza, más
allegada a la Morenada, Kullawada, a eso no más se han dedicado, no quieren
ser Waka Tinti igual que nosotros, así no más es. (Antonio Mariño, 02.05.10)
Sin embargo, hay gente joven que gusta de la música y danza autóctona, personas
que valoran esas expresiones como parte de su identidad.
Quiero que permanezca nuestra danza. (Silvestre Vega, 18.09.10)
Pocos tocamos de los jóvenes, [...] hay que tener un gusto, hay que tener una
identidad entre nosotros, muchos no le dan el tiempo… (Edgar Vargas, 29.09.09)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 261
Es por eso que luchan por mantener vivo ese patrimonio cultural:
La juventud hoy en día ya no quieren saber ya un poco, ya quieren saber Rock,
Salsa, ya pero nosotros no queremos que se pierda. Por eso estamos aquí,
siguiendo nuestro Sikuri. (Carlos Mamani, 25.10.09)
En este proceso, el rol de los colegios es ambiguo: algunos fomentan las danzas
autóctonas, otros no. En el segundo caso, un problema frecuente es la procedencia de
los profesores que son de otros lugares, por lo que no conocen las danzas de la zona:
Colegionakan waynanakax janiw armasiñ munxaraki, uka música profesuranakax
janiw purinxiti khaysa altiplanu tuqit jutxjapxi, lugariñunakax janiw utxiti,
jupanakax janiw yatipkiti jilapartix añchhitax DVD, grabadura ukanakak
apnaqxapxi, nanakx Pinkillus Qina Qina ukanak amtasipxta. [En el colegio los
jóvenes no quieren olvidar esta música, pero los profesores no vienen de aquí,
son del lado del altiplano, no hay lugareños, entonces no saben. La mayoría solo
agarran el DVD y la grabadora, mientras que nosotros recordamos los pinkillos
y el Quena Quena. (Manuel Tito Mollo, 18.10.09)
En Santiago de Llallagua tampoco hay mucho interés, pero la juventud simplemente
es obligada a participar:
Tenemos que obligar, tiene que acatar, por eso está aquí lo que comemos, por
la Pachamama. Casi no quieren pero no, la costumbre tenemos que cumplir.
(Eliodoro Paco, 15.12.09)
Como ya no hay interés en presentar las danzas autóctonas en las fiestas patronales,
en muchos casos solamente quedan los festivales y las entradas autóctonas como
única oportunidad de seguir cultivándolas.
Se busca pues que la juventud recupere y practique su cultura. [...] Estas
experiencias gestaron un punto de encuentro generacional entre jóvenes y
ancianos, que permiten pues abrir más sendas de comunicación entre quienes
trasmiten y proyectan esta valorización cultural y quienes serán a su vez los
encargados de perpetuar esta identidad. (García 2007: 18)
Son pocas las danzas que lograron establecerse como símbolos de identidad también
palpables para las nuevas generaciones. En general, se trata de danzas muy “alegres”,
que tienen un ritmo ágil y movimientos rápidos, que tienen elementos cómicos o
que se prestan para la folklórización (véase abajo). Según mis observaciones, las
danzas más populares en este sentido son: la Tarqueada, la Moseñada, los Chunchus
y los Auki Aukis. En algunas comunidades se da un paralelismo entre el “rescate”
mediante festivales y la práctica ritual, como por ejemplo en el caso de los Chaxis,
una danza aún ejecutada en las festividades de la provincia Aroma (especialmente
Santiago de Llallagua)373, pero también muy presente en los festivales provinciales
y departamentales374. No obstante, también allí la participación de jóvenes es escasa.
262 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Acá los jóvenes y los menores de edad ya no quieren cultivar mucho esta danza.
Por eso a manera de cultivar bailamos en la ciudad. (Martín Chapi, 10.10.09, en
Curi 2010).
Además, parece haber una tendencia de folklorizar esta danza, creando un estilo aún
más movido (la danza ya tiene bastantes giros y jaloneos), como se lo pudo apreciar
en el festival de Tiwanaku del 18 de Octubre de 2009.
A causa de todo eso, algunos piensan que el interés de la juventud tiene que ser
fomentado con incentivos económicos:
Queremos incentivar a la juventud, tienes que ir con algunos contratos y pagarle
y creo que la juventud se va a incentivar un poco. (Carlos Mamani, 25.10.09)
A veces el pasaje, incentivo a los jóvenes, claro las personas mayores venimos
por convicción porque nuestra cultura sentimos algo, por eso venimos por eso,
sin ninguna intención, pero a los jóvenes hay que incentivar. (Domingo Condori
Huanca, 03.10.09)
Sin embargo, por más que haya mucho discurso acerca del “rescate” de valores
ancestrales y de la recuperación de danzas de parte de los adultos, su participación
en éstas frecuentemente tampoco es tan voluntaria como parece, ya que también
ellos también son obligados a “cumplir con la comunidad”. Generalmente son las
autoridades cantonales quienes convocan a participar en un festival y si la comunidad
no quiere sufrir las consecuencias de su incumplimiento, tiene que acatar.
LVIII Qaqachaca (depto. de Oruro) y Macha (depto. de Potosí) son comunidades conocidas por la
ferocidad de sus danzantes “guerreros” quienes llegan a los Tinkus rituales al son de sus Jula
Julas.
LIX Yo las denomino “pseudo-autóctonas” porque a pesar de reproducir una visión netamente urbana
acerca de “lo indígena”, suelen presentarse como “auténticas” y “originales” expresiones de los
retratados que ni siquiera participan en ellas.
264 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
No obstante, como detallaré más adelante, justamente estas dos últimas también están
experimentando un fuerte proceso de folklorización y urbanización, alejándolas de
su contexto ritual comunitario. En comparación con la danza autóctona, la danza
folklórica sería la más descontextualizada y anónima; sus orígenes ya no pueden
trazarse hasta un determinado lugar de procedencia y son ejecutadas en las entradas
folklóricas profanas o cívicas (de unidades educativas y universidades) y sacrales
(en honor a una Vírgen o a un Santo Patrón) y en los espectáculos realizados por
ballets folklóricos. De todos modos, hay que tomar en cuenta que no se trata de
ámbitos separados: muchas de las danzas hoy consideradas “citadinas“ tienen
orígenes rurales y debido a la migración laboral y el constante intercambio cultural
entre “ciudad“ y “campo“ estas mismas danzas “mestizo-urbanas“ en la actualidad
son ampliamente difundidas en el área rural. Además, hasta mediados del siglo XX,
también las danzas hoy en día consideradas como folklóricas, eran vistas como
pertenecientes a la “indiada”. Por lo tanto, cuando me refiero a las danzas autóctonas
o folklóricas me refiero a la estética, indumentaria y carga ideológica de estas danzas
y no a su actual difusión regional. Ahora, ¿cómo se folkloriza una danza autóctona?
y ¿qué implica este proceso?
ancestrales como la qhawa. Además, es notable la distinción que hacen los bailarines
entre lo que se utiliza en la comunidad y lo que se viste para representar “lo original”.
Definitivamente, la auto-representación depende mucho del contexto: así, en las
fiestas pueblerinas, por más que no se representen danzas mestizo-urbanas, es
cuestión de prestigio demostrar una imagen amestizada, “moderna” y “elegante”386.
Ahí, la auto-representación y el manejo de impresiones de los danzarines se centran
en la propia comunidad, en la construcción, consolidación y subversión de relaciones
y jerarquías sociales. Por el otro lado, en un festival urbano, lo que está en juego
es la representación del grupo frente a los “Otros” y es en ese escenario donde lo
“ancestral”, “auténtico” y “netamente” rural obtiene un mayor valor simbólico,
evocando la supuesta superioridad moral de “lo indígena” construida por el
pensamiento indigenista/indianista. Como bien dice Cánepa Koch (2001: 17), estas
representaciones ya surgen de una actitud reflexiva no sólo autorreferencial, sino
también expresamente dirigida al respectivo público. Eso implica que los bailarines
de Callapa se ponen en el lugar del público, desarrollando esa mirada distante que
los hace ver su danza “desde fuera” e imaginarse cómo los demás les van a estar
observando387.
Otro factor importante de la folklorización es la simplificación de la ropa por
razones de comodidad. Como bailar ya no es ningún sacrificio (sea en honor a una
Virgen, sea para la Pachamama y los Achachilas), nadie quiere aguantar ropa pesada,
incómoda y encima difícil de conseguir. El siguiente testimonio es explícito:
Wayit janiw lurapxti, jathiwa, akham jathiwa ukat janiw munapkti, akhamanakak
añusipxta, uka wayit pulliranakax janiw utjkarakiti, lurañax ch’amachixay
qapuñas ch’ama, lurayaña ch’asma, ukat janiw lurapkti, ukata nanakx
negociómpiw sarnaqasipxta. [...] Uywax utjiw uka uywat jupanakax kharirt’asipxi
mururt’apxix t’arwxa, ukat qapupxix nanakax janipi, utjkitix ni má iwijas utjkitix
kunampirak lurxapxasti alañataki, qapuñataki, sawuñataki, layiñataki, taqikun
ukat ch’amachxay mejor tela alaqt’asis ch’ukt’ayasipxta, mayay juk’amp jilawa,
jani convienxiti, ... modas akakiraki, jani akaxitix ... [No hacemos de bayeta,
es pesado, no queremos así, pesado es. Estas cosas vestimos, esas polleras de
bayeta tampoco hay, hay que hacer, pero es difícil hilar y es difícil hacer tejer, por
eso ya no hacemos, andamos con nuestro negocio... Ellos tienen ovejas, entonces
las trasquilan, cortan la lana, después hilan. Nosotros no pues, no tenemos ni una
oveja con la que podríamos hacer para vender, hilar, tejer, emparejar, todo eso es
difícil, entonces con tela comprada hacemos confeccionar, lo otro es más caro,
no conviene... Además, también hay modas, ya no es esta moda.] (comunaria de
Callapa, 08.09.09)
La uniformidad, tanto en la indumentaria como en los pasos, es un nuevo parámetro
de calidad:
Lo que aquí mayormente lo hacen las danzas tal vez estilizado un poquito, porque
aquí la juventud de la ciudad un poquito difiere con la gente del campo. [...] Allá
266 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
lo hacen de acuerdo a sus costumbres, aquí por igualar el paso, [...] salga…, al
aire un colorido, sea atrayente en su forma de bailar, lo uniforman los pasos.
[...] Lo original en el campo, bailan, la alegría lo expresan, el otro da la vuelta
a la izquierda, el otro a la derecha, bueno así lo expresan la alegría. (Leoncio
Mamani Viña, 30.09.09)
Hacemos una cosa pa’ que iguale toditos, toditos somos igualitos. [...] Antes
bailaban con cualquiera ch’ullito, cada uno con lo que quería, ¿no?, entonces
ahora, como estamos un poquito cambiando de mentalidad, entonces a unificar a
uno. (Eloy Colque Huanca, 11.10.09)
En las fiestas que está en juego la dignidad del conjunto el baile ya se lo realiza en
parejas muy bien estructuradas y llevados o guiados por el más experimentado.
(Marcelino Fernández Huaranca en CDIMA 2003: 13).
La práctica de las danzas se convierte en un adiestramiento cuasi-militar que no deja
lugar para expresiones individualizadas. – Teniendo un “uniforme”, ya no existe
la posibilidad de sobresalir con un traje confeccionado por uno mismo, señal de
la habilidad o del poder económico de uno. Obviamente, “uniformarse” con ropa
comprada o alquilada también obnubila la escasez de nuevos tejidos hechos a mano,
obras de arte que contrarrestan la nivelación forzosa pero que en algunos lugares
de Bolivia ya empiezan a tener el estatus de reliquias aptas para la exposición en
un museo, pero que ya no forma parte de la cultura viva. Debido a esos cambios,
muchos bailarines cuentan que ya tienen sus trajes bien uniformados, o más bien que
aún les falta igualar mejor la ropa y los pasos.
En tiempos pasados, las danzas autóctonas carecían de pasos y coreografías
“ordenados”. Por supuesto, había pasos y movimientos culturalmente codificados,
expresiones estéticas que correspondían al habitusLX de una determinada comunidad.
Siendo así, por más que muchos entrevistados mayores cuentan que antes cada uno
bailaba “como quería”, eso tampoco significa que se bailaba “al azar”: se bailaba en
concordancia con los cánones estéticos del lugar, “desordenadamente” bajo criterios
occidentales.
El paso se acomoda, o sea, la música suena y te animas, bailas aquí como sea.
(David, 25.07.09)
Sigue existiendo esa manera de bailar, pero debido a la influencia urbana que promueve
la uniformidad, es cada vez menos común, especialmente entre la gente joven. Los
residentes e hijos de migrantes que se animan a bailar danzas autóctonas, lo hacen
ya imitando la homogeneidad de las fraternidades citadinas, en las cuales muchas
veces también participan. Entonces, ya existen “encargados de baile”, ensayos y
presentaciones específicamente armadas “para el palco”, es decir, para el jurado
que va a calificar la entrada. De esta manera, por ejemplo las famosas Tarqueadas
que los pueblerinos empiezan a prepararse con mucha anticipación y mucho criterio
de querer ganar.
Carnaval andinutakiw jichhax insayapxta maymarax ukham insayapxta. Orurun
thuqt’anipxta. [...] [Ahora ensayamos para el Carnaval andino [Anata Andina].
El año pasado así ensayamos y bailamos en Oruro. (Jacinta Mollo, 09.11.09)
Todos nosotros tenemos que aportar cómo podemos sacar y cómo podemos ganar.
Ahora si no hacemos eso vamos a quedar mal, no vamos asumir ni ganar premio,
vamos a perder tiempo no más. (don Flavio, 08.09.09)
Pero no todos están de acuerdo con esa folklorización:
El tema central de esta parte, más que todo es pues, rescatar las costumbres de
nuestros ancestros, porque hasta ahora un poquito todas las danzas que eran
originarias, lo están un poquito volviendo ya danza folklórica, ya no danza
autóctona, entonces, más que todo es de que se mantenga su originalidad, más
que todo de la danza autóctona. (Walter Nauquino, 16.01.10)
Existen también grupos que se niegan a los ensayos propiamente dichos, actitud que
parece reflejar una visión más integral de la danza. Según este criterio, el baile no
es algo que tiene que ser artificialmente “aprendido”, sino es algo que “se sabe”, un
conocimiento in-corporado (embodied389) que se adquiere mirando e imitando desde
niño y que no requiere de instrucciones “conscientes” y discursivas.
Jayata anata t’isktaña chhuktasa chhuktasa sarañawa, awkinakampi wawnakampi
parija janiwa deferencia utjkiti wawanakat qalltasa achitanakaruw tukuyapxta
pandillampix. [Desde lejos en la Anata hay que correr y correr, entre varios
avanzamos, con los ancianos, jóvenes en pareja, no hay diferencia, empezando
de los niños terminamos con los mayores la pandilla.] (Juan Nico Cruz, 09.02.10)
[Los jóvenes] Thuqt’asipkiwa. Janiw p’inqasipkiti wal thuqhuntapxi. Jilirinakaw
yatichapxi ukat jupanakax uñtasaw yatiqapxaraki. [Bailan pues. No tienen
vergüenza, bailan bien. Los mayores enseñan, entonces mirando ellos aprenden
también.] (Gerónimo Condori, 12.12.09)
En este caso, los ensayos sirven más para sacar nuevas canciones y aprenderlas en
grupo:
Esa fraternidad, faltando dos semanas hay que viajar antes se hace el ensayo día
por medio. Tomamos ahí los que ya tienen huayño ya colocan la música. [...] Los
que no hemos ensayado vamos atrás. A medida que vamos llegando, el que último
ensaya directo a la cola. (bailarín de Jula Jula, 15.07.10)
En cambio, el nuevo estilo de baile excluye a mucha gente mayor que no puede
aprender e igualar los nuevos pasos:
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 269
Un comunario de Calazaya (prov. Totora) me contó que cuando su padre bailó Quena
Quena en los años ’40, los bailarines habían tenido que caminar cuatro a cinco días
para llegar a La Paz donde se prestaron la ropa. Aparte, la reivindicación de la
danza autóctona mediante festivales al menos en Oruro, también produjo una nueva
demanda para la ya escasa ropa de bayeta. Doña Angélica de Totora explica:
La bayeta ahora está muy cotizada. Hace un par de años te ofrecían una pollera
de bayeta por 100 y ni así querían comprar. Pero ahora para la Anata Andina
faltan. Nosotros tuvimos que comprar de donde sea y por eso nos resultaron caras
las polleras. Es que si no, multan. Nosotros tuvimos que pagar 500 bs de multa
por día y de donde iba a salir esa plata. Entonces nos tuvimos que sacrificar y
conseguir la bayeta. Con todos los grupos que entran en la Anata empieza a faltar
la bayeta. Para mi esposo tuvimos que fletar un traje por 250 bs por tres días!
Imagínate, ni así había. (doña Angélica, Agosto 2009)
Cabe mencionar que en esa provincia no sólo la bayeta está muy cotizada (varias
veces comunarias querían comprarme la pollera de bayeta que tenía puesta), sino
también los tejidos que tienen un precio de 1.500 a 3.500 bs, un múltiplo de los
tejidos paceños y nor-potosinos que en La Paz pueden adquirirse a partir de los
300 bs (hablando de aguayos con saltas, es decir, espacios con diseños). Por el
elevado costo no hay tráfico de textiles orureños y las tejedoras viven de encargos,
mayormente de parte de personas que van a pasar cargos en la comunidad y cuyas
mujeres (ya) no saben tejer o no saben hacer diseños complicados391.
Donde más se hacen sentir los fenómenos de recontextualización y
folklorización de las danzas autóctonas, es durante sus representaciones fuera de la
comunidad.
depende mucho de eso porque hay otra gente que se desclasa. [...] En realidad es
de Oruro y le gustan todas las danzas, todas las costumbres que sean de Oruro le
encantan, está bien identificada con eso. [...] Por ahí dice no mira, por ahí dice
no, incluso con estas danzas se está rebajando demasiado digamos, nunca me lo
ha dicho, nunca le pregunté tampoco. [...] Siento que no puede ser. [...] Nunca
me ha dicho, ya vamos a ir, te apoyo. [...] Si se arma una cosa grande creo que si
interesaría mas, si se muestra, se graba un CD, todas esas cosas creo por ahí ella
también puede aceptarlo, ver y valorarlo. (Valerio Vargas, 09.10.09)
Como bien subraya don Valerio, hacer “algo importante”, es decir, grabar un CD o,
por lo menos, viajar a otros lugares y ser galardonado en festivales es una manera
de dar “categoría” a las danzas, ganarse el respeto y levantar la autoestima. Creo
que ahí también juega lo que Kirshenblatt-Gimblett (1991: 40) denomina “el efecto
museo” a causa del cual “uno, al imaginarse cómo otros podrían ver lo que nosotros
consideramos como normal, se vuelve cada vez más exótico para si mismo”393.
Entonces, se trata de poner en escena ese exotismo de manera óptima para garantizar
la aceptación y apreciación del entorno.
Viajaron hasta Copacabana ellos, tocaban muy bien, fueron a Copacabana y ahí
los recibieron como embajadores de está danza, les dieron habitaciones gratis, se
han quedado una semana, les gustó. [...] Este Quenacho de Santiago de Callapa
y si tú preguntas era uno de los más importantes en su época. (Valerio Vargas,
09.10.09)
Lleno de orgullo Francisco Quispe Limachi (12.12.09) relata que turistas de EEUU
sacaron fotos de su grupo y que éste ganó el primer premio en un festival en
Achacachi; Silvestre Vega cuenta de invitaciones a Coripata, San Pedro y La Paz
y muchos grupos autóctonos ya tienen todo un “currículo” de participaciones en
entradas y festivales394. Asimismo, don Antonio Mariño destaca que...
... dos veces mejor que la Morenada, la música autóctona, es más bailable, es
más cotizada internacionalmente, porque los de Umala han ido hasta Salta
Argentina, hasta Europa han ido, con Waka Tinti han ido. (Antonio Mariño,
05.02.10)
Por supuesto, la danza autóctona es más apreciada en el exterior, ya que en lugares
que carecen de pueblos indígenas, éstas provocan un romanticismo y exotismo
mucho más fuerte que en su propio entorno.
Otro motivo de orgullo son las declaraciones de ser “capital” o “patrimonio”,
como por ejemplo en el caso de Totora, “Capital de la Tarqueada”. Con razón, Macha
quiere postular para ser “Capital del Tinku”, Compi se ilusiona con ser declarada
como “capital de danza autóctona”395 y San Ignacio de Moxos incluso postuló para
que su fiesta principal sea reconocida como “patrimonio intangible de la humanidad”,
siempre esperando que estos títulos traigan turismo y financiamiento. Nuevamente,
la identidad es fortalecida a través de la mirada externa, es decir que se vuelve muy
276 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
dependiente del juicio de personas foráneas (mestizas) quienes dan premios, hacen
invitaciones a festivales y otorgan títulos de patrimonio.
Ahora, el escenario más común para las danzas autóctonas fuera de su
comunidad son las entradas, sean autóctonas o folklóricas.
Alcalde dice, “mira a haber esto, participen en este festival”, ¿no?, entonces
también pone incentivo de cómo sea, entonces para ustedes que van a venir va a
haber un pasajito, ya van a venir, ya como son culturistas van a bailar ustedes.
(Eduardo Mamani Mamani, 21.07.10)
Nos invitan, nos pasan una nota, y de ahí ya pues tratamos en la reunión del
conjunto y vamos para hacernos conocer. (Máximo Mamani, 27.11.09 en Curi
2010)
No es el premio, nosotros tenemos que demostrar la cultura. [...] Tenemos que
hacernos conocer que la provincia Larecaja tiene diversidad de culturas. (Julián
Santander, 09.07.11)
A veces también hay ONGs que cooperan (como, por ejemplo, la Cooperación Italiana
que en 2009 apoyó el festival de Awtipacha en Challapata) y en las comunidades más
cercanas a las grandes ciudades no falta la Cervecería Boliviana (como, por ejemplo,
en la entrada de San Juan de Patamanta, camino a Laja). Cuando – como en la mayoría
de los casos – no hay financiamiento, los bailarines mismos tienen que financiar su
participación, sea juntando cuotas para los gastos, sea consiguiendo un “pasante”.
De todos modos, una entrada autóctona indudablemente es una posibilidad de que
las comunidades se hagan conocer en un escenario urbano y que vivan y demuestren
lo que ellos consideran el núcleo de su identidad.
Esta moseñada es la danza nativa del pueblo originario, porque nosotros
apreciamos y somos auténticos originarios, porque queremos llevar adelante
esta danza, queremos hacer grande esta danza porque es nativo de este pueblo,
de este territorio originario, milenario y como pueblo expreso aymara. (Elogio
Dávalo Quispe, 14.07.10)
Sin embargo, para algunos, el efecto integrador parece ser mínimo: si bien la gente
se asombra por lo que ve, no pasa de ser una “rareza” exótica que no se termina de
comprender.
Antes la gente de la ciudad no nos conocía entonces ahora con la entrada del
Anata entonces nos conocen. [...] La gente, además, como han postulado [Oruro]
de capital folklórica de Bolivia, la gente del otro lado piensa que [la Anata
Andina] es grandiosa también ¿no? Pero, para mí, no tiene ningún significado
para la gente que no conoce. Claro, es impactante, es novedoso y esa cosa
entonces ha impactado no más. Me acuerdo, 11 conjuntos han participado, venían
de las diferentes provincias. Entonces, ahí la gente otra vez todos boquiabierto,
como nunca en su vida han visto estos tipos de bailes, jamás han visto, pero
nosotros impactamos, todo boquiabierto ¿no? solamente conocían la Morenada,
la Diablada, Kullawada, pero las otras cosas ni idea, era como si hubiera venido
del otro planeta, sí, así fue. (Félix López, 08.08.09)
Siguiendo esta línea de pensamiento, las representaciones de danza autóctona en
espacios urbanos serían comparables con espectáculos turísticos que enfatizan la
278 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
A veces esos rejuntes directamente pueden calificarse como intentos de engaño que
juegan con la falta de conocimiento del jurado, una manera de actuar que seguramente
no surge de ningún deseo de presentar un auténtico “si mismo”, sino que más bien
significa un manejo de impresiones que en todo caso estaría revelando una identidad
poco apreciable:
[En un festival] veía muchos trajes ya raídos, o sea muchos trajes ya con polillas
raro, veía trajes ¡antiguos!, descontextualizados porque mostraban cosas de lo
que hacían ahora con los que les habían dejado sus antepasados ¿no? [...] y me
dice, lo hemos traído para engañarles, me decía ¿no? o sea ellos saben muy bien
que traer cualquier cosa para tomar el pelo. [...] Todo era lícito para ellos, con
tal de que sean premiados. Les contaban además también cada huevada a los
investigadores ¿no? (David Mendoza Salazar, 04.08.09)
Yo misma he visto representaciones con indumentaria apolillada, aparentemente
muy vieja y creo que ahí realmente hay que preguntarse si es mejor “resucitar” esas
cosas y mantener cierto aire de antaño o si es preferible “actualizar” la indumentaria,
probablemente a costa de los tejidos y de la indumentaria de plumas y pieles que ya
no se fabrican. Otra opción, por supuesto, sería la restauración de los trajes antiguos,
pero ésta requeriría de instituciones especializadas y las correspondientes políticas
culturales públicas. En cuanto a las “tomaduras de pelo” de los investigadores,
coincido con David Mendoza: hay muchos bailarines que no saben y otros que no
quieren contar y ambos tienden a inventarse explicaciones en el acto para impactar
a los entrevistadores. Además, los inventos no se restringen a la indumentaria,
el significado y a los rituales, a veces también “generan” danzas, simplemente
colocando un nombre diferente a cualquier danza conocida.
Se ha llevado por ejemplo un festival, entonces ahí por ejemplo se inscriben
grupos, y llama la atención, [...] va a decir una danza de tantos, ¿no?, y todo
el tiempo están hablando, ¿vos sabes ver?, yo no sé ver, no sé ver, ¿cómo será
esa danza?, ¿qué será?, ¿cómo será?, te llama la atención. Llegado el momento,
solamente había sido ahí que cantaba, ay mi caballo, que costaba más mi caballo
que mi mujer, o sea un huayño que muchos lo conocían pero te das cuenta que
solamente era una invención, no merece ningún premio ese tipo de presentaciones.
(Hugo Ávalos, 28.06.10)
Incluso existen intentos de apropiarse de danzas mestizo-urbanas, como la Llamerada
y la Kullawada, que supuestamente tienen orígenes rurales. Yo sostengo que se trata
de creaciones citadinas que desde sus inicios retrataron a los “Otros” indígenas,
pero ambas hipótesis son difíciles de comprobar ya que las dos danzas tienen por
lo menos un siglo de vida urbana y si es que realmente hayan surgido de danzas
autóctonas, el rastro de esa descendencia ya se perdió en el tiempo. Además, no
existen homólogos de estas danzas en el área rural, como por ejemplo en el caso de
los Waka Wakas/Waka Tintis, donde realmente se puede reconstruir la transición de
la versión autóctona a la mestizo-urbana. Entonces, en mi opinión, lo que se hace en
280 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
6.4.5.3. “Nosotros somos cultura pesada, ellos son solamente danza pesada”402: relaciones complicadas
entre danza autóctona y folklórica
Cuando las danzas autóctonas comparten el espacio público con danzas folklóricas,
las relaciones entre ambas suelen complicarse. Eso es notable, especialmente
tomando en cuenta que las entradas antiguas en sus inicios contaban con muchas
comparsas autóctonas y que en aquellos tiempos la población aún no distinguía tanto
entre “autóctono” y “folklórico”, sino más bien discriminaba todas las entradas como
“cosas de indios”. Así, en la entrada del Gran Poder participaban muchos grupos
autóctonos403:
Antes habían 33 autóctonas, 33. De esas algunas han ido desapareciendo, otras
se han convertido en Morenadas, como la Morenada Los Vacunos por ejemplo,
eran ellos Quena Quenas. (Freddy Calla Montoya, 18.12.09)
Pero también ahí la discriminación hacia lo “autóctono” (quiere decir: campesino,
rural) data de mucho tiempo:
Bailaban como tipo Choquela, ¿ya?, bailaban, entonces eso hemos bailado, y las
damas más con parejas, y luego ha repercutido en Gran Poder diciendo, porque
traen campesinos que vienen aquí a bailar, entonces hemos tenido que cambiar
la danza. [...] Al espectador no le gustó, más que todo a las autoridades, que nos
trataban campesinos, bueno una serie de cosas, hoy mismo decían que bailan
campesinos la Morenada mismo. (Eloy Roberto Condori Paco, 04.03.10)
En Gran Poder participaban [los Quena Quena], entonces no nos toma en cuenta.
[...] En el año ’80 más o menos, nuestros papás bailaban pues ya, es que a veces
es pues muy problemático, [...] entonces ya se ha suspendido, entonces mejor es
aquí en El Alto nomás ya. (Eduardo Mamani Mamani, 21.07.10)
Los cambios políticos y, por último, la “Ley contra el racismo y todo tipo de
discriminación”, terminaron con el racismo abierto e institucional. Sin embargo,
muchas fraternidades autóctonas que participan en fraternidades folklóricas aún se
sienten relegadas al último lugar y ven la necesidad de seguir luchando.
Aquí mismo autóctono nos discriminaba antes porque no había ningún delegado
autóctono en la Asociación. Ahora ya estamos aquí, ya un poquito estamos.
(delegado, 24.07.10)
Son muy blandos con los grupos grandes, que tiene harto peso, manejan harta
plata y tiene gente bien posesionada en el directorio, pero se olvidan sobre todo de
los grupos que están en el grupo 5 y 6, y más todavía de los conjuntos autóctonos.
(Ricardo Solíz, 08.02.10)
282 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
eventos y la presencia del público que por lo menos es tentado a presenciar ambas
entradas. El contacto entre los grupos autóctonos y folklóricos es ínfimo; en Oruro
existe una sola agrupación (los Mallkus de Belén) que participa tanto en la Anata
Andina como en el Carnaval (con el centro cultural Rijchari Llajta). De todas esas
grandes entradas, la 16 (Virgen del Carmen, El Alto) definitivamente es la que con
mayor porcentaje de grupos autóctonos cuenta. Aparte, algunas de las agrupaciones
que se presentan allí, como, por ejemplo, los Quena Quenas de Cohana, realmente
son grandes (en 2010 fueron unas 200 personas) y gracias a los pasantes que se
encargan de la organización de algunos de esos grupos, éstos también traen su mejor
indumentaria, dando una impresión mucho mejor que algunas de las fraternidades
folklóricas con su ropa de plástico, confeccionada de la manera más barata posible
y, en el caso del Pujllay, distorsionando la indumentaria femenina hasta el extremo
de volverla irreconocible. Pese a eso, fue notorio el asombro de los delegados de la
Asociación de la 16, cuando en una de sus reuniones posteriores a la entrada empecé
a repartir mis filmaciones: ¿¡Sólo danzas autóctonas?! era la pregunta incrédula de
las Morenadas... Bueno, de cierto modo fue mi respuesta a la queja de don Gregorio
Quino:
Voy a comprarme grabaciones de la 16, pero autóctono no hay. No hay. Estamos
discriminados. No sé. [...] Todo debían filmar, no pura Morenada. (Gregorio
Quino, 24.07.10)
Indudablemente, hay pugna. Eso también se debe a un problema de imagen; como
demuestra el siguiente testimonio, la danza autóctona sigue siendo asociada con la
gente pobre y ¿quién quiere presentarse públicamente como pobre?
[Tarqueada] esta danza es, lo realiza, ¡sin pagar a los músicos!, esos nos liberan
de gastos, ¿ya?, [...] en el grupo donde yo tengo, ahí participan gente joven, gente
estudiante, colegiales, universitarios, [...] el cuerpo de baile, qué tiene que hacer,
solamente pagar el costo del alquiler de su ropa, nada más. (Leoncio Mamani,
30.09.09)
La lucha entre autóctono y folklórico no se restringe a las entradas urbanas, también
sucede en las comunidades donde sigue habiendo grupos autóctonos que participan
en las fiestas patronales, como por ejemplo en Callapa, Arajllanga, Santiago de
Llallagua y Tiwanaku. A veces se reparten los espacios y cada uno va a su local. En
otras oportunidades tocan turnándose. Pero también hay enfrentamientos:
Me han contado que movía mucha gente, era una de las danzas más importantes
de Santiago de Callapa, la gente prefería bailar, incluso me contaron una vez
que hubo tanta gente participando en los Quenachos que opacó a la banda de
la Morenada, imagínate había una competencia entre la banda y estos, porque
la gente se inclinaba por Quenachos, porque era danza autóctona del lugar [...]
y se pararon al frente y tocaron con tal fuerza que lo hicieron callar a la banda.
(Valerio Vargas, 09.10.09)
284 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Así, personas como don Isidro Ramírez conocen la ritualidad de las fiestas rituales,
pero ven la necesidad de adaptar sus presentaciones al contexto urbano (en este
caso, presentando los Sikuris de Italaque en cuatro en vez de dos filas, ya a modo de
“bloque”):
Nosotros por ejemplo, no participan de allá de la comunidad, sí los residentes
de aquí. [...] Tenemos nexos de acá más allá, participamos allá, participamos
aquí. [...] Incluso nosotros mismos hemos tergiversado sobre las cuatro filas. El
Sikuri siempre es en dos filas. [...] ¿Qué hemos hecho? Nos hemos adecuado a lo
citadino. (Isidro Ramírez, 28.07.10)
Otros son descendientes de migrantes que mediante la danza buscan mantener
el nexo con la tierra de sus padres o abuelos, integrándose así a una “comunidad
imaginaria”404 que no sólo comprende los lugareños, sino también sus descendientes
nacidos en otro lado. Este tipo de identificación es un fenómeno muy común en las
comunidades “diáspora”LXI conformadas por personas que salieron de su país. En
ambos casos, los descendientes de los migrantes tienden a idealizar el simbólico lugar
de origen, pero para nada quisieran vivir ahí405. La danza ayuda a la construcción
imaginaria de ese lugar406, combinando elementos “tradicionales” con la idiosincrasia
citadina. Así, cada año hay centenares de paceños que se trasladan a bailar Ch’utas
en Caquiaviri para vivir el baile de los ancestros – con bandas y orquestas llevadas
de La Paz y trajes confeccionados en La Paz.
Esta es la tierra de mis abuelos, de mis padres, de mis tatarabuelos, entonces ya
desde el antaño viene. Yo, personalmente, yo no nací acá, nací en La Paz, pero,
yo como [es] mi pueblo, como mi tierra, porque es la tierra de mis padres, es por
eso que estamos (bailarín, 17.01.10)
Hay mucha gente joven que ya ha empezado a gustar de la música y más que
todo porque se sienten identificados con su cultura, con su gente. Yo he nacido
en La Paz, mi mamá era de acá, mis abuelos, ahora por ejemplo mi hija viene
siempre está acá, y mis sobrinos y los nietos ya, porque no son de acá, pero sí se
identifican con su pueblo. (Amalia Álvarez, 17.01.10)
Todos viven acá, para esa época no más nos retiramos allá, una semanita, para
salir de aquí un cacho de la ciudad. (José Luis Pari, 14.03.10)
En cuanto a los Qhantus se da un fenómeno bastante llamativo, puesto que entrecruza
las distinciones étnicas y de clase: la identificación que sienten los descendientes de
hacendados y vecinos con la danza de los indígenas campesinos.
LXI En su origen el término diáspora denominaba exclusivamente a los judíos que, como resultado de
su expulsión de Jerusalén, vivían de forma dispersa en todo el mundo. En la actualidad también es
aplicado para todas las personas, las que viven fuera de un país visto como patria, pero que basan
su identidad en la pertenencia a este país de procedencia (Eriksen 1992 [1993]: 152 sig.).
286 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Son las raíces de mi pueblo, mis padres son charazaneños, entonces desde chica
yo siempre bailaba Qhantus. [...] Casi toda mi familia son de Charazani, mi
esposa ahora también es de Charazani, toda mi familia. En su mayoría, todos
somos residentes, por eso todos bailamos con ropa original, el tejido que nosotros
llevamos es original. (bailarines, 15.02.10)
Para mí, es un orgullo representar a mi pueblo, representar a mi origen,
representar mi cultura, y sobre todo el arte que tiene mi pueblo. (Anita Rodríguez,
15.02.10)
Me gusta, y mis papás son de allá de Charazani o sea que tengo que seguir mi
este no? [...] Es bien bonito este baile, o sea es nuestro origen no? Y por eso me
gusta. [...] En realidad yo soy una persona con raíces de la provincia Bautista
Saavedra, [...] entonces nosotros lo que rescatamos lo que es las comunidades,
que representa la provincia Bautista Saavedra. (bailarines, 23.05.10)
La declaración de la cultura kallawaya como patrimonio oral e intangible de la
humanidad tiene un altísimo valor simbólico para todos los que viven en esa zona,
lo cual facilita la identificación también de parte de (hijos de) vecinos que de repente
empiezan a enorgullecerse de su “sangre kallawaya”:
Nosotros llevamos sangra kallawaya, por tanto volvemos de donde sea a nuestra
tierra. [...] Tenemos que preservar nuestra cultura, mas aún como que la UNESCO
nos ha nombrado patrimonio oral e intangible de la humanidad, y más aun todavía
que ahora hemos logrado nuestra autonomía indígena. [...] Gracias al gobierno
actual estamos recuperando nuestros valores, es así que nuestra identidad es la
cultura Kallawaya, somos una nación indígena, entonces estamos recuperando,
nos estamos identificando más. (Álvaro Castillo, 15.02.10)
Este proceso de identificación una vez más demuestra cuán voluble es el concepto
de “indígena” que en este caso parece basarse más en una ideología que en rasgos
fenotípicos, el dominio del lenguaje y los hábitos y creencias de todos los días.
En algunos grupos autóctonos urbanos surge una cierta “pan-identidad” rural, ya
que la danza se convierte en un punto de encuentro entre migrantes de diferentes
lugares que de esta manera desarrollan una identidad “indígena” ya no tan localizada,
sino más general. La danza proporciona una sensación de comunidad, fortaleza y
superioridad cultural frente a los “citadinos netos” y la discriminación de “lo” rural.
Nosotros somos de provincia, ¿sabes qué?, estamos unidos, estamos la provincia
Los Andes, Omasuyos, Pacajes y nos llegamos reunidos aquí para hacer esta
fraternidad. Sinceramente, no practicamos pero sabemos el ritmo, nuestro
originario, de dónde somos, cómo, de dónde hemos nacido, cuál es nuestra
identidad, por cierto somos personas nacidas del campo, no nos hacemos que
somos de La Paz, somos de acá, del campo y aún así estamos compartiendo esta
festividad. (Rosa Quispe Callisaya, 15.07.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 287
buscar a rescatar esa cultura que nuestros abuelos nos han dejado. [tengo]
raíces de aquí cercanas, paternas digamos que son del campo y todo aquello y
que gracias a ellos he heredado también esa cultura. Me siento muy identificado
con esto. (Reiby Cosmer, 31.07.10)
El lema nuestro es el siguiente: “conocer nuestra cultura es conocernos a nosotros
mismos”, mientras más hemos llegado a conocer a los Mallkus por decir de Belén
de Choquecota, más nos hemos identificado, y cada vez más nos identificamos.
(Celso Orozco, 05.02.10)
Hay mucho discurso acerca del “rescate” que podría hacer creer que las danzas
autóctonas están en extinción y urgentemente tienen que ser salvaguardadas. Sin
embargo, más al contrario, muchas de las danzas así “rescatadas” están muy lejos
de morir, como por ejemplo los Sikuris de Italaque, los Qhantus, la Tarqueada y
la Moseñada, danzas que componen la mayoría de las fraternidades autóctonas.
Entonces, lo que rescatan estos jóvenes no es la danza, sino su propia identidad.
Yo soy de la ciudad, nací acá, pero la raíz es que uno tiene abuelos siempre
que viven en el campo. Entonces siempre tratamos de hacer lo que nuestros
antepasados hacían, aprendimos aquí en este grupo, yo no sabía tocar nada y
todo aprendí aquí, con el tiempo he aprendido. (Javier Flores, 31.07.10)
Siguiendo el pensamiento indigenista y/o exotizante, los talleres “de investigación”
que suelen ocuparse de difundir distintas danzas autóctonas (a diferencia de las citadas
fraternidades que se dedican a una sola danza, muchas veces la misma durante años),
a veces tratan de apropiarse de los supuestos valores y de la cosmovisión “andina”
(quiere decir, indígena-aymara), incluso mascando coca y cotidianamente llevando
chuspas como bolsa. Así, se promociona el espíritu de comunidad y la democracia de
base donde todos los integrantes tienen voz y voto (muy a diferencia de los grupos
autóctonos rurales que se caracterizan por fuertes jerarquías sociales).
Este proyecto [...] pretende el rescate y la restauración de las tradiciones
propias de nuestros antepasados. [...] Los lazos culturales y sociales se plantean
a través de un proceso comunitario de aprendizaje total, donde el conocimiento
es transmitido y su práctica enriquece mucho más el hecho de la trasmisión y
difusión cultural. (Monografía Tarqueada Señores de la noche 2005: s.p.)
Al igual que en la Saya afro-boliviana, pero a diferencia de los bailarines autóctonos
rurales, en el ambiente mestizo-criollo es común utilizar metáforas de sangre para
subrayar la pertenencia.
Le confieso que hace años no me gustaba le diré, pero ya cuando yo fui conociendo
más lo que era de mi mama, de mi papa incluso, me dio curiosidad, ¿no?, y
como que la sangre llama a veces, ¿no?, entonces un amigo me dijo vamos, hay
un grupo donde tocan zampoñas [...] entonces comencé con la música, pero ya
después de eso, uno ya se va informando, y va aprendiendo lo que es la cultura,
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 289
folklóricas ya han invadido hasta los pueblos más pequeños y alejados, hay mucha
posibilidad de participar en las fiestas patronales sin tener que renunciar al estatus y
porte citadino.
Mis abuelos, incluso mis padres que son del campo, de Copacabana, de la Isla
del Sol. En la fiesta del 2 de Febrero vamos a bailar con mis papás. Ahí bailamos
Morenada. (Richard Frank Callisaya Paye, 07.03.10)
En la ciudad, frecuentemente son las danzas pseudo-autóctonas que constituyen
un nexo entre los gustos urbanos de los bailarines jóvenes y su procedencia. La
danza más popular en este sentido es el Tinku, seguido por el Pujllay, los Potolos,
Jalq’as, Tobas, Suri Sikuri, Awatiri, Antawara y Wititis. Es que en realidad a los
estudiantes urbanos no les gustan las danzas autóctonas y los intentos de presentar
danzas autóctonas un poco más “exóticas” que Tarqueada y Moseñada regularmente
conducen al fracaso:
Unos amigos, amigas hasta Yura del departamento de Potosí han ido hasta Yura
a traer la danza de los sureños, [...] la vestimenta, todo completo, han ido, pero
estoy hablando de 1992, lamentablemente eh, no ha habido aceptación. No les ha
gustado, uno la música, [...] el mismo movimiento no les ha gustado, entonces
la gente se ha alejado. (Leoncio Mamani Viña, 30.09.09)
Llama la atención que no sólo los mestizos urbanos, sino también los bailarines con
ascendencia rural se identifiquen con las danzas pseudo-autóctonas – a tal punto que
incluso se acuerdan de sus raíces:
Al estar en esta fraternidad me he dado cuenta de muchas cosas, que las
costumbres que yo vivía en mi pueblo son muy parecidas a las costumbres que
viven en Potosí. [...] Esta danza [Tinku] te llama a tus raíces, a tus orígenes, es
muy bonita. (Karen Barrientos, 23.07.10)
Me identifico con la danza [Jalq’as], es una danza donde se zapatea, donde la
danza representa mucho de nosotros que es parte de Potosí y que también forma
parte de lo que es el sembradío, la cosecha y es una danza en la cual a mí me
identifica también porque sé que es una parte muy importante del país. (Claudia
Castro Rojas, 11.12.10)
El Tinku realmente representa lo que es una cultura y bailamos como eso. [...]
Para mí, la Morenada, el Caporal esos son los más comerciales, más estético ¿no?
mientras que el Tinku es más cultural, es más nuestro. Además, que significa la
cultura quechuista, aymarista, cosa así. (bailarines, 11.12.10)
Otra vez hay mucho discurso acerca del “rescate” (de algo que no había) y de la
revaloración:
Parece que la danza de los Tobas surge a raíz de eso, por rescatar el origen de
esa tribu, para no olvidar a los Tobas, [...] creo que la danza la hemos hecho
292 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
que en esa época ya por la relación de amistades que tenía nunca lo hice público.
(Wilfredo Condori Ricaldi, 24.09.09)
Formando parte de la directiva del Taller Proyección Cultural, hoy en día don
Wilfredo ya no esconde su gusto por la danza autóctona y su hija de apenas cinco
años se asombra de que sus compañeros de jardín sólo sepan bailar Caporales, pero
que no conozcan los Mimulas...
Ya mencioné algunas danzas “pseudo-autóctonas”; a continuación voy a
analizar de qué conceptos de etnicidad, clase y género surgen.
Tobas ayudan a crear una imagen exótica del “Otro” a través de la danza y cómo
ese exotismo se confunde con la idea de un “guerrero” híper-masculino, “salvaje”
cuya pareja femenina trata de asemejar sus movimientos y pasos a esa masculinidad
dominante413, de este modo confirmándola en vez de desafiarla.
Mientras que la danza de los Tobas es una expresión enteramente fantástica
que no se basa en ninguna danza o fiesta indígena en concreto, tanto el Tinku como
el Pujllay se inspiraron en fiestas autóctonas donde se celebra la buena cosecha y
donde el imaginario guerrero (y, en el caso del Tinku, también la pelea cuerpo a
cuerpo) se confunde con el cortejo y la formación de parejas, en fin, donde, como
en muchas fiestas indígenas414, pelea (ritual) y sexualidad están inextricablemente
ligadas: en el Tinku de Norte PotosíLXII y en el Pujllay de TarabucoLXIII. En lo que
sigue voy a analizar el Tinku, el Pujllay y los Tobas urbanos, siempre enfocando la
compleja interrelación entre etnicidad, clase, poder y género especialmente visible
en estas danzas.
LXII La región cultural de “Norte Potosí” no sólo comprende el área geográfica de la provincia
Potosí, sino también partes de Oruro y Cochabamba.
LXIII Cabe diferenciar entre el Pujllay realizado en Tarabuco, cuyo carácter se asemeja a una
entrada folklórica y que atrae tanto a turistas nacionales e internacionales como a autoridades
políticas (en 2010 el vice-presidente del estado, Álvaro García Linera, presenció el evento y se
comprometió a pasar preste en la misma el año 2011), y las celebraciones llevadas a cabo en las
comunidades circundantes.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 295
Nosotros, quienes hacíamos ese tipo de música [nor-potosina], éramos los únicos
que nos vestíamos [...] con todo el atuendo típico campesino. [...] El primer
conjunto que se hizo en Bolivia, fue Tinkus Tollkas. El año 1980 empezamos los
preparativos para aparecer en el carnaval del año 1981, consecuencia de ello
es que al momento empezamos con 135 danzarines, fue difícil poder conformar
esa cantidad de gente, porque... como le digo el prejuicio social, era tal de que
mucha gente tenía vergüenza de vestirse de campesino, tenían vergüenza a la
ojota, tenían vergüenza al sombrero, al ch’ulo, y todas esas cosas. [...] Al inicio
de la fundación, hemos podido contar mayormente con [...] gente que trabajaba,
tenemos que ser claros, no había gente como ahora, gente estudiosa esto y lo otro,
los primeros danzantes de la institución han sido siempre gente que trabajaba
como trabajadoras de hogar, jóvenes algunos que habían llegado del campo.
(Demetrio Llanque, 10.08.10)
Sin embargo, en el transcurso de los últimos 30 años, el Tinku urbano se ha alejado
mucho de esos inicios, proceso durante el cual también se han roto los lazos de
etnicidad y clase que inicialmente caracterizaban esa danza. Si al principio era una
danza que retrataba a los comunarios de Potosí (el primer año incluso se fletó ropa
de los indígenas de Chayanta, Demetrio Llanque, 10.08.10) y que era bailada por
orureños quienes al menos en parte sí tenían lazos culturales con esa zona, hoy en día
es una danza que recrea la visión de estudiantes citadinos de clase media para arriba
respecto a algún guerrero indígena fantástico con quien (casi) nadie ha tenido contacto
y a quien (casi) nadie ha visto, una imagen exotizante que surge de la búsqueda
romántica por raíces “auténticas” y donde el exotismo étnico se confunde con el
exotismo de clase415. Los Tinkus Wistus paceños jugaron un rol muy importante en este
proceso durante el cual los “indios sucios” fueron “blanqueados”416 y transformados
de tal forma que se convirtieron en una fraternidad de élite418. José, dirigente de los
Wistus, cuenta que su fraternidad surgió de la Federación Universitaria Local (FUL)
de la Universidad Mayor San Andrés, que, al verse obligada a presentar una danza
“autóctona” para la Entrada Universitaria, optó por “rescatar” el Tinku.
Entonces ahí eran muchachos que eran de familias pudientes, o sea no eran
muchachos de la clase media, o de la clase baja, eran muchachos que tenían
educación, sus papas tenían educación, [...] tenían incluso los mismos rasgos,
blancoides, de ojos claros, altos, o sea no era la clase que generalmente tu ves
aquí en La Paz. (José Luis Quispe Mamani, 14.01.10)
Obviamente, para este tipo de gente el Tinku no era una interpretación de algo “suyo”,
era algo sumamente extraño que causó fascinación en el sentido de la gramática del
orientalismo propuesta por Baumann (2004). Sin embargo, cuando la fraternidad
empezó a formarse la ropa y danza nor-potosina aún era tan estigmatizada que hasta
esos “niños bien” tuvieron que sufrir el racismo hacia lo “indio”:
El odio a la danza era tan grande, que se llegó en un bus. [...] Llegabas y en
el micro te cambiabas, y el rato de entrar recién te bajabas del micro, porque
296 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
odiaban la danza, la misma gente odiaba la danza, o sea basta que tú estés en
la calle con tu traje y te gritaban indio, cholo, fue de esa manera que… antes de
nosotros, o sea de la fraternidad Wistus, o sea nadie, nadie, bailaba [en La Paz.]
(José Luis Quispe Mamani, 14.01.10)
En el transcurso de los años siguientes cambió la imagen de la danza y así también
cambió la actitud de los bailarines y espectadores: el Tinku se “civilizó” y, para
decirlo de manera provocativa, se convirtió en una danza de moda para los “q’aras”
que quieren “jugar a los indiecitos”, un proceso de “blanqueamiento” que también
se tradujo a los movimientos y al estilo de danza, ahora completamente imbuido
del lenguaje corporal de los mestizos urbanos. Parafraseando a Savigliano y su
estudio sobre el Tango, se podría decir que una vez que el Tinku se había exotizado
lo suficiente, es decir que había perdido sus características “indecentes” y que logró
establecer una clara distancia y diferencia entre los modos de los “primitivos” y
la forma en la cual ese “primitivismo” podía ser apropiado, fue aceptado por las
élites418. Así, como ya se rompió el lazo con el contexto original, es posible que
alguien diga:
El baile, [...] no estamos diciendo que representa bien a los potosinos. [...]
Puede bailar a quien le de la gana, quien se ponga el traje. [...] Entonces por eso
yo creo que el baile es universal, no hay porque de que es mío, mío, mío, es de
todos. (Selene Pinto, 07.10.09)
En fin, el atractivo de esa danza “autóctona” para los no autóctonos parte de un
exotismo profundo: según Savigliano se trataría de una internalización de la antigua
mirada (“gaze”) del colonizador foráneo, ahora aplicada a los propios “extraños”,
los indígenas “incivilizados”, aún no “contaminados”, peligrosos, quienes carecen
de racionalidad, control, decencia y corrección, pero que se exceden en violencia,
sensualidad y pasión420. En el caso del Tinku la sensualidad pasa a segundo plano,
pero sí fascina el desenfreno de las luchas apasionadas.
En cuanto a la representación del “Otro” potosino cabe mencionar también a
los citadinos quienes en vez de actuar como “héroes guerreros” personifican a los
potosinos marginados que viven en las grandes ciudades del país, subsistiendo con la
venta de limones y chicles, trabajando como cargadores y pidiendo limosna.
Hay otros grupos que son de aquí también pero que están personificados con
los autóctonos, es decir como los limoneros, los que venden pasankalla. [...] Se
visten digamos de limoneros, ellos seguramente van y observan a ellos qué tipo de
ropa tiene, para hacer igualita su ropa, si está un poquito roto, así sus abarcas,
sus baldecitos, sus pasankallas, otros su coca en la boca y su chulito, ellos ya se
visten que han visto digamos que eso es la atracción de la gente. (Jenny Ticona,
07.01.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 297
¿Por qué esa representación atrae tanto a la gente? y ¿por qué, entonces, no invitan
a los propios limoneros a participar? Hablaré de la inclusión de los nativos en el
subsiguiente capítulo. En cuanto al éxito de estos personajes creo que nuevamente se
trata de cierto morbo y una buena porción de falta de respeto que fomentan este tipo
de personificaciones del “Otro”. En todo caso hay también bailarines de Tinku urbano
que ven de manera crítica la aparición de estos personajes de reciente creación:
Sí acá en La Paz, en las zonas urbanas venden limones, venden dulce, pero en
realidad allá no lo hacen, ¿no ve?, solamente acá los…, parece que una manera
de ridiculizarlos, ojalá no sea eso, hacen eso. (Claudio Huallpa, 23.07.10)
varones y mujeres. Por ahí que se podía diferenciar de que la fuerza vigorosa
del hombre y la delicadeza de las damas, con sus banderitas (Demetrio Llanque,
10.08.10)
Es ahí donde la “fuerza” del “indio”, persona tan despreciada en el contexto
cotidiano (ver cap. 2), de repente se convierte en una característica admirable,
digna de ser imitada y representada en una entrada o en un ballet folklórico420. La
mencionada “virilidad” y “fuerza”, al igual que el machismo asociado con la danza
de un hombre que va a la guerra, imaginario que insinúa mucha potencia sexual,
igualmente es evocado por los danzarines indígenas nor-potosinos que bailan Jula
Jula o PinkilladaLXIV. En el caso de la antigua nación de los Charcas, el discurso
acerca de la “guerra” se remonta a las peleas rituales entre dos parcialidades, tema
complejo que no puede ser tratado aquí421.
Hay dos tipos de parcialidad, uno es Aransaya y el otro es Urinsaya, él de arriba y
él de abajo, entonces los de arriba utilizan los monteros porque son guerreros gente
que siempre ha participado en actividades bélicas. (Rudy Huayllas, 10.08.10)
En analogía al “probarse” entre hombres y mujeres422, ese encuentro “guerrero”
(donde pelean hombres con hombres, mujeres con mujeres y niños con niños) es
parte de la cosmovisión andina y del cortejo indígena423, de lo que yo llamo erotismo
rural andino (ver cap. 5.1). Entonces, el Tinku autóctono no sólo consiste de
enfrentamientos violentos, también es una fiesta que sirve para el enamoramiento y
cortejo entre los jóvenes. Algunos directores de ballets folklóricos, como por ejemplo
Nelly Cortés (Centro Cultural Alfredo Dominguez), incluyen ambos elementos en
sus representaciones de la fiesta autóctona:
En Tinku voy a ver la fuerza, voy a ver la pelea, porque es el encuentro, que
puede ser amoroso y que puede ser también violento. (Nelly Cortés, 09.07.09)
Sin embargo, en el contexto de las entradas folklóricas urbanas, el joven “guerrero”
ya no tiene con quien coquetear: las fraternas citadinas, estudiantes universitarias y
mujeres “de vestido” de clase media, no se contentan con el rol de la “campesinita” que
baila con banderas blancas y está esperando a ser conquistada (o incluso “robada”).
No van a la fiesta del Tinku para enamorar y coquetear por lo que tampoco quieren
bailar con vestidos cortos:
Las potosinas o las personas originarias que bailan el Tinku tienen vestidos cortos
y las de aquí de La Paz tanto de Oruro, de Potosí, llevan largos, los vestidos
llevan largos, entonces y se siente inclusive se ve como ellas saltan, quieren
bailar igual que un hombre, o sea digamos ellas pueden. Pueden bailar igual.
LXIV En el contexto indígena no existe ninguna danza que se llame Tinku. Lo que se baila en el
encuentro ritual del Tinku son tonadas, guitarrilladas, zapateos, Jula Julas (o, según la región,
Wauqös), bailes que corresponden a la época seca. En las entradas autóctonas estas danzas
frecuentemente se mezclan con la presentación de Pinkilladas que acompañan la estación
lluviosa.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 299
Se nota con eso que están buscando estar a la par del hombre. [...] Se mueven
exactamente igual, no hay cierta delicadeza o feminidad en sus movimientos,
para nada, bailan exactamente igual que el hombre, [...] por más de que les
lleven las faldas largas se mueven igual que ellos, saltan igual que ellos, se
golpean igual que ellos. (Shirley de la Torre, 23.07.09)Lamentablemente las
mujeres están asumiendo el paso de los varones o sea bailan como los varones,
cosa que no debería de ser. [...] No es lo mismo bailar puro varones y mujeres,
el estilo de bailar de los varones es fuerte o sea hay que agacharse, hay que
golpear al piso, tantas cosas, pero en cambio las mujeres no hay eso, entonces
las mujeres se han tenido que acomodar prácticamente a ese ritmo y ahora ves lo
que ves ahora parecen varones bailando con vestido, mujeres de varones, pero
es así: la identidad de la mujer tanto en la vestimenta y en la danza se ha perdido.
(Demetrio Llanque, 10.08.10)
La imposición de los bloques mixtos en los años ’90 también conllevó a que no haya
muchas mujeres que bailan vestidas de varón: como los pasos son los mismos ya no
existe tanta necesidad de cambiar el vestido por la ropa de varón.
Hasta antes de los ’90 la mayoría de los bloques eran identificados: varones-
varones, mujeres-mujeres. [...] Hasta antes de eso habían muchachas que
bailaban en bloque de Bolívar, en bloque Layme, o sea habían, que querían,
como hombres. Pero después no, como se ha vuelto mixto la cosa entonces
básicamente es prácticamente como las mujeres entran de nuevo. (Isaac Vallejos,
13.07.10)
Sin embargo, aunque no en gran cantidad sí existen mujeres que deciden bailar
vestidas de hombre.
Sí, hay mujeres que bailan de hombre porque no les gusta o vestir, mostrar,
ponerse vestido. [...] Hay muchas mujeres que bailan de hombre. [...] Se sienten
capaces ¿no? también igualar como mujeres bailar vestidas de hombre. (Jenny
Ticona, 07.01.10)
Al final creo que no importa si bailan vestidas de hombre o mujer: esas fraternas de
Tinku cuestionan no sólo el rol de la mujer indígena nor-potosina, sino también el de
la mujer boliviana en general. Se oponen a ser relegadas a “adornar” y “acompañar”
el baile de los hombres, acto subversivo que por supuesto no gusta a todos:
Quieren hacer de hombre. Yo diría que hay pasos en los que de verdad se les ve
feo, hay momentos en que se tienen que agachar ahí, son poses que no son nada
femeninos, nada femeninos, inclusive van en contra de su dignidad. (Demetrio
Llanque, 10.08.10)
De hecho, las chicas que bailan Tinku generalmente eligen la danza por su “alegría”
y “fuerza” y no por la feminidad que representa y cuando las bailarinas se apropian
del supuesto habitus (Bourdieu 1979, 1987) masculino exteriorizado en los pasos y
movimientos bruscos, los hombres tradicionalistas empiezan a quejarse de que las
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 301
mujeres “ya no son mujeres”. Es como dice Lagarde: “Si las mujeres hacen cosas de
hombres se afirma que lesionan su feminidad” (1997: 800).
Pero hay pérdida de identidad, la dama ya no es dama. Como decimos aquí en
nuestro medio qharimachosLXV. (Demetrio Llanque, 10.08.10)
El testimonio de Demetrio Llanque trata de roles de género: habla de la “dignidad”
de la mujer, pero en realidad parece que se refiere a la “decencia” de la “dama”. Hay
cosas que una “dama” no debe hacer si no quiere ser considerada “qharimacho”,
marimacho, mujer masculinizada, sospechosa de ser lesbiana. Así, la “dama” debe
presentarse de manera “bonita” y “estética” si no quiere ser juzgada “por haberse
aproximado a hechos de la masculinidad”427 mientras que el hombre se reserva el
derecho de los movimientos “rudos”. Esa actitud refleja claramente que muchos
hombres siguen creyendo en una “esencia” de lo femenino de cualquier índole que
fuere, concepto tan duramente criticado por Judith Butler (1991: 299, 203 sig.). De
acuerdo con esa idiosincrasia algunos estudiantes de la universidad de Cochabamba
escenificaron su machismo en el Machu Tinku, una variación del Tinku urbano
creado en esa institución educativa.
El Machu Tinku es el Machu Tinku. La mujer tiene su lugar dentro del ayllu se
podría decir que la mujer representa bastante a lo que es el hogar, a lo que es
la familia misma y el Machu, él que trae lo que es el sustento a la familia, él
que trabaja, él que ara, en todo el campo, en todo lo que es la cosecha, todo eso.
(Oscar Herbas, 27.11.10, entrevista: David Mendoza Salazar)
[Ser macho] ser hombre, para el cabeza sacar adelante a su familia, así como
machos que son... (bailarín de Machu Tinku, 27.11.10, entrevista: David Mendoza
Salazar)
Según los testimonios citados se trataría de un machismo positivo que enaltece al
hombre como responsable mantenedor del hogar, un hombre público y trabajador,
pero también luchador y defensor de sus derechos, característica tematizada por Juan
José Torres y José Quispe Mamani:
En realidad queremos mostrar la potencia, la soberbia andina. [...] Ahora
nosotros golpeamos la monteraLXVI por protesta. Porque la montera es copia
fiel del casco español. Es protesta nuestra que quiere decirte jamás vamos a
ser esclavos de nadie. Igual en nuestro himno nacional dice: morir antes que
esclavos vivir. (Juan José Torres, 27.11.10, entrevista: David Mendoza Salazar)
Somos la única fraternidad que no lleva la montera en la cabeza, o sea nosotros
llevamos la montera en la mano. [...] Cuando tu sales victorioso en una batalla,
o sea la batalla va con montera, todo protegido y todo, pero cuando sales de
LXV Qharimacho (quechuizado): término despectivo para denominar a una mujer “masculinizada”
LXVI Casco protector de cuero vacuno utilizado en las peleas rituales del Tinku, por su forma una
adaptación del morrión español
302 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
una batalla tu vas con la montera en la mano, entonces como los Wistus siempre
hemos sido victoriosos nosotros llevamos todos la montera en la mano, ese es el
sentido. (José Luis Quispe Mamani, 14.01.10)
El Tinku es una visión mestizo-urbana acerca del indígena nor-potosino. Pero ¿cuál
es su relación con los retratados?
por grupos de referencia, en este caso aparentemente el ballet folklórico que le hizo
conocer y apreciar la vestimenta potosina.
Queda claro que resulta difícil establecer el contacto intercultural entre
bailarines y representados por lo cual muchos grupos ni siquiera intentan integrarlos
a su fraternidad.
Bueno, la verdad que no los hemos invitado ¿no? tampoco... hace años creo que
se convocó pero el hecho de que vengan o sea ellos tienen que estar en algún
lugar digamos ¿no? tienen que estar en un hotel o algo directamente, pero
nosotros no tenemos esa solvencia para mantener a estas personas, pero no
hemos conformado o invitado nunca a gente autóctona nativa que es del Tinku.
(Olvar Fuentes, 13.05.10)
El argumento de que es muy caro traer a los originarios es una excusa muy frecuente.
Sin embargo, el hecho de que un grupo con mucha fama de ser de “élite” y “gente
bien” no pueda alojar a unos cuantos indígenas realmente es muy poco creíble,
sobre todo tomando en cuenta que un grupo de mucho menos aire elitista como los
Tinkus Arco Iris no tiene problema alguno en alojar a los bailarines provincianos
con integrantes y dirigentes de la fraternidad. Por ahí justamente es ese el problema:
que algunos “indios” vayan a quedarse en la casa de “jailones” quienes temerán las
miradas de sus congéneres... Hablando de los Tinkus Arco Iris: ellos activamente
invitan a danzarines de las provincias (por su testimonio deduzco que mayormente se
trata de pueblerinos o jóvenes con ascendencia rural que viven en Oruro, Llallagua,
Potosí o Cochabamba):
A contacto de los bordadores más que todo [...] los Tukuy Sonqos que son de
Llallagua. [...] Estamos invitando a ellos, a los Tollkas Originarios de Potosí.
[...] Como son autóctonos y llegan de lejos les decimos que vengan, que están
bienvenidos. [...] Nosotros damos servicios porque sabemos que la atracción de,
toda la gente ve. (Jenny Ticona, 07.01.10)
Por lo visto, estas invitaciones tampoco son del todo desinteresadas; si estos jóvenes
son una gran atracción para el público vale la pena organizar la estadía de ellos.
En este caso parece que la inclusión de los invitados cumple con las expectativas
impregnadas de exotismo de los espectadores, así que en este contexto ver a los
“verdaderos guerreros indígenas” es algo espectacular. Esa aprobación de la
presencia indígena se contrasta con la muy poca aceptación de éstos cuando se
trata de conflictos reales, es decir, de las numerosas marchas y protestas indígenas
donde participan los mismos potosinos, orureños y cochabambinos. Eso para mí
demuestra que solamente hay aceptación del “guerrero indígena” cuando se queda
en el marco de lo imaginario y cuando cumple con las fantasías de los espectadores
sin cuestionarlos a ellos. Pero como la entrada del Gran Poder no es una marcha
política y como los que deciden integrarse a un grupo de Tinku urbano saben a lo
que se atienen, no hay problema. Además, los Tinkus Arco Iris tratan muy bien a
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 305
sus anfitriones: un año la fraternidad incluso perdió un premio por haber permitido
que un grupo de ellos baile con su propio grupo de música autóctonaLXVII y como
consecuencia de ello ahora todos los que vienen tienen que integrarse a los bloques
acompañados por bandas metálicas. Con todo su esfuerzo los Tinkus Arco Iris sí
logran cierto contacto e intercambio intercultural:
Al día siguiente de la entrada y toda la recepción que hay para despedida de
los danzarines en Gran Poder, comparten. Entonces en cada grupo empieza a
bailar en el local y la diferencia ahí se ve, entonces los chicos de aquí tratan de
igualarles a ellos y ellos también. Entonces ahí ellos mismos ven la diferencia
que existe en ellos y charlan, o sea la confraternización ha sido bonita. (Jenny
Ticona, 07.01.10)
Sin embargo, como relata Jenny Ticona, a veces es difícil que llegue una mayor
cantidad ya que hay mucha inseguridad entre los chicos en cuanto a cómo se les
tratará, cómo y dónde se alojarán. En este caso la fraternidad se hace cargo de la
estadía que resulta ser una experiencia muy positiva para todos:
Por ejemplo la ropa de los de allá a la emoción, todo eso, empiezan a regalar sus
chalinas originales, empiezan a regalar sus aqsus las chicas [...] tengo chalinas
que me han regalado cada grupo así por la emoción del baile o porque nos han,
hemos compartido cosas bonitas ahí y empiezan a sacarse una y otra cosa, sus
hondas, cualquier cosa que le ven que puede digamos servirnos de recuerdo o
guardar algo especial, siempre obsequian entre ellos. (Jenny Ticona, 07.01.10)
Por supuesto, el intercambio es más fácil cuando se trata de jóvenes estudiantes
urbanizados que quieren participar en el Tinku citadino y que están más abiertos a
interpretaciones “modernas” de un ritual de sus antepasados y parientes rurales. Ahí
incluso puede ocurrir una integración “al revés” cuando los migrantes introducen
el Tinku urbano a sus comunidades de origen, donde “los trajes utilizados por las
elites urbanas para ‘convertirse en indios’ son llevados esta vez para renegar de la
‘indianidad’”430, es decir para demostrar que uno se ha amestizados exitosamente.
Cambia mucho el panorama cuando se trata de comunarios fuertemente arraigados
en sus tradiciones que no tienen ningún interés en la imitación fantástica de su
encuentro ritual. Así, Demetrio Llanque apenas un año logró la integración entre la
danza autóctona y el Tinku citadino.
Unos 10 años atrás tuve la suerte cuando había la entrada de la Anata Andina,
yo pude convencerlos a un grupo de originarios para que participe dentro de la
institución y así poder mostrar el carnaval lo real y lo urbano, entonces adelante
entraron Jula Jula. [...] Yo daba la explicación correspondiente a la prensa, de
lo que nosotros queríamos, que se haga una comparación de lo originario y de lo
LXVII Según los estatutos de la Asociación del Gran Poder está prohibido que las fraternidades lleven
orquestas o grupos musicales, medida que intenta agilizar el avance de los alrededor de 30.000
bailarines.
306 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
que es realmente urbano. [...] Hay autoridades originarias que no permiten hacer
este tipo de cosas lamentablemente. (Demetrio Llanque, 10.08.10)
Cuando Karen Barrientos preguntó a unas mujeres quechuas qué opinaban del Tinku
urbano...
... se han reído y en quechua. [...] Ellos piensan que “se están burlando de
nosotros”, [...] tal vez no todos piensan eso, pero para ellos más o menos es como
una satirización de lo que es el Tinku en realidad. (Karen Barrientos, 23.07.10)
Los Wistus directamente fueron pasados por alto cuando querían establecer un
contacto con los comunarios de Macha:
Las personas son un poco cerradas, o sea yo estaba particularmente a cargo del
grupo que bailó de aquí [...] y yo me he acercado al grupo que estaba representando
a Macha, y como que no querían hablar, no sé si estaban molestos, son muy poco
abiertos a hablar, por eso no hemos podido concretar nada, no hemos podido
hacer absolutamente nada. (José Luis Quispe Mamani, 14.01.10)
Pero al final, José mismo reconoce el desfase entre el Tinku urbano, hecho famoso
por su fraternidad, los Wistus, y el Tinku “tal cual es”, que imposibilita la integración:
Si tú como originario ves a una persona que está distorsionando tu misma
danza, tal vez incluso lo ven como un insulto, es muy poco probable de que esas
personas lleguen acceder a venir y participar con nosotros, si participarían con
nosotros, lo harían en el sentido de que, ellos mismos están aceptando de que la
distorsión existe. [...] Ha habido una actividad en el Colegio Militar, y nosotros
estábamos invitados junto a un conjunto que venía desde Macha, te digo para la
gente que ha ido a bailar en representación nuestra, era incluso ver las cosas
tal cual son, ellos ingresaban con Jula Julas, ellos entraban así tocando, con su
wiphala, con su látigo, con todas esas cosas, la misma gente de aquí que baila y
no había conocido anteriormente, o no ha viajado, se sentía admirada. (José Luis
Quispe Mamani, 14.01.10)
Queda la pregunta por la integración de los potosinos marginados que viven en las
grandes ciudades del país. Según Jenny Ticona, la directiva de los Tinkus Arco Iris
tuvo la idea de invitarlos a bailar, pero no es gente que bailaría por gusto y tampoco
se amoldarían al baile del Tinku urbano como lo hacen los jóvenes invitados:
Bueno, ellos siempre a cambio de algo. No, si nosotros invitamos siempre hay
que pagarles ¿no? hay que darles su agüita al bailar. Pero no, generalmente
como es largo la entrada no aceptan, no aceptan. Porque tampoco saben bailar
muy bien digamos los que vienen aquí están vendiendo sus limoncitos, no, no
saben muy bien. Y si bailan es a su manera digamos, del lugar de donde ellos
pertenecen. Entonces tipo huayño, así bailan, zapateando, entonces ya es un poco
muy diferente a lo que hacemos realmente. (Jenny Ticona, 07.01.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 307
El hecho de que esos potosinos quieran cobrar para bailar (o incluso para que alguien
les saque una foto) es una actitud común que choca a muchos bailarines:
Cuando le pedías a una señora de Potosí, [...] sacarte una foto, te cobraban. [...]
Los chicos cuando quieren bailar acá en alguna entrada folklórica, ellos pagan
su cuota, en cambio si yo quiero que ellos bailen, yo tendría que pagarles porque
bailen aquí, eso es un nexo muy distinto a interpretar cultura o una, o una
tradición rítmica a decir, que no las compartimos, no las hacemos compartir
dentro de lo que es íntegro el folklore. (Claudio Huallpa, 23.07.10)
Además, ambos testimonios ejemplifican muy bien la gran brecha cultural que
separa el Tinku urbano de los retratados. Claudio Huallpa incluso contrapone el
concepto de cultura en el sentido de “hacer arte”, algo “culto” a la mera “tradición”
de los potosinos. Por más que hayan sido la inspiración para la danza citadina
(y por más que dentro de eso sean idealizados y admirados) en la realidad de las
entradas nuevamente son relegados a su lugar de gente poco capaz e inculta cuya
“tradición rítmica” no merece ser incluida al arte de los mestizos “cultos” que “no
comparte” nada con la de los potosinos. Es ahí donde el racismo ya no se hace sentir
por diferencias “raciales” sino por supuestas insuperables diferencias culturales431. Y
otra vez juega un rol importante el “gusto” culturalmente formado: la afirmación que
los autóctonos “no bailen bien” surge de ciertos criterios estéticos occidentalizados
que obviamente no son los mismos que éstos aplicarían para su baile.
Resumiendo lo dicho, puede decirse que el Tinku urbano es una danza
prácticamente desligada de su fuente de inspiración original y que existe muy
poco intercambio entre los bailarines y los retratados, hecho que se manifiesta en
la abismal diferencia de pasos, atuendos y música entre el Tinku autóctono y su
interpretación folklórica.
Pero la urbanización de una fiesta ritual autóctona también puede tomar otro
rumbo, como lo demuestra el ejemplo del Pujllay.
6.5.2. El Pujllay: el encanto de las espuelas, convenios y el descontento con los roles de género
Aunque el Pujllay urbano en sí es mucho menos agresivo y movido que el Tinku
folklórico en el fondo también representa una danza guerrera que enaltece la virilidad
“heroica” y la sobrevivencia de “lo indígena”:
El pallado [parte de los diseños en un tejido] es para levantar los hombros, bueno
toda esta vestimenta se ha hecho con el propósito de vernos un poco hombres
más robustos, mas grandes con las ojotas, para vernos más grandes, los gallos
[espuelas] meter mucha bulla como los españoles metían mucha bulla con sus
caballos, nosotros con eso íbamos a enfrentarnos más grandes, la monteras es
copia de los españoles para protegernos también de los golpes todo eso. (Héctor
Quisbert, 13.02.10)
308 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Me transforma a esa vida que han tenido esos hombres y por eso con admiración
veo a los victoriosos de [...] la batalla de Jumbate, entonces yo también [...] me
siento victorioso porque estos hombres me demuestran de que en tantos años,
en 500 años han demostrado su fortaleza, su valor [...] con esta ropa me siento
demostrar de lo que vale nuestra cultura, nuestro país como región. (Tata Rafo,
25.10.09, entrevista: Dagmar Dümchen)
El pujllay es una marcha militar. (Carlos Alanes, 23.07.10)
Es una interpretación citadina de los bailes ejecutados durante el Pujllay de Tarabuco
(departamento de Chuquisaca), fiesta ritual de regocijo por la buena producción
(homólogo quechua de la Anata aymara) donde los hombres bailan con sandalias
de plataforma alta (aprox. 5-6 cm), llevando unas espuelas gigantes y muy pesadas
(aprox. 3 kg el par), hechas de palas viejas. Cuando bailan los danzarines hacen chocar
las espuelas puestas con lo que se produce cierto acompañamiento de percusión que
se complementa con el son de los pinkillos.
El Pujllay, al igual que el Tinku, entra al ámbito urbano a través del Carnaval
de Oruro donde en 1982 se funda el Conjunto Folklórico Pujllay “Oruro”, fraternidad
que logra establecer un convenio con los tarabuqueños, acuerdo que rompe la
desconfianza de los retratados y hasta el día de hoy facilita no sólo el negocio para
los indígenas, sino también el contacto intercultural entre los bailarines urbanos
y rurales. Como consecuencia de ello, muchos de los fraternos han ido a la fiesta
tarabuqueña y algunos incluso comenzaron a aprender algo de quechua:
Nuqa quechua parlani... entonces intentamos, siempre que yo me acerco a un tata
[hombre mayor] por ejemplo, ya hay mucha gente de la comunidad, los mayores
sobre todo, que cuando intentamos hacer nuestras compras, comprarles algo,
regatearles por algo, empezamos a hablarles en quechua, ¿no?, y les hablamos
en quechua, y ellos se sienten más identificados, más familiarizados, es por eso
que hay esa unión, ¿no?, finalmente algo que me gusta del Pujllay es que se
rompen los esquemas sociales. (Rodrigo León, 02.02.10)
Entonces, a diferencia del Tinku urbano que fue alejándose del ámbito rural y
“ascendiendo” de clase, el Pujllay urbano de Oruro más bien fue acercándose a los
retratados, valorando y enalteciendo su producción cultural. Así, hasta hace un par
de años atrás incluso hubo intercambio de bailarines, práctica que finalmente se
abandonó por el elevado costo del transporte, traslado, alojamiento y de la atención
de los invitados.
Cuando se fundó el conjunto los dos primeros años han venido gente de allá,
ha venido gente de Tarabuco a bailar junto con los conjuntos, entraban en la
primera fila. Hasta hace unos cuatro años atrás todavía llegaba gente de allá, ya
no en cantidad pero venían cuatro, cinco, dos, tres y bailaban junto con nosotros.
(Víctor Vacaflor, 10.08.10)
Pero hubo también otros problemas que sólo en algunos casos se solucionaron:
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 309
Si bien han habido años que si han bailado la gente de Yampara con nosotros,
desgraciadamente por la ruta y el recorrido no se aguanta. [...] No están
acostumbrados, ¿no?, y además es otro estilo [...] acá el recorrido es casi de 3
kilómetros, es mucho más largo, sin embargo hay tatas, los que vienen a vender los
trajes, [...] bailan con el poncho candelaria, llevan las tinajas, o llevan algo ellos
en especial, o llevan directamente la tacuara, queriendo unirse a la comunidad,
la comunidad no está para nada restringida a los tatas de Tarabuco, porque nos
debemos a ellos, [...] más bien se les da la bienvenida y se les recibe como parte
de la comunidad, ellos se sienten parte de la comunidad, es por eso que también
tenemos los nombres nativos, hemos intentado tomar nombres muy nativos, ¿no?,
como miscamayu, o sea río dulce. [...] es el único conjunto que tiene el nexo con
Tarabuco, [...] de Tarabuco mismo no viene mucha gente a bailar acá, pero
si invitan al Pujllay Oruro a ir a la festividad principal allá a Chuquisaca, a
Tarabuco. (Rodrigo León, 02.02.10)
Por más que el argumento de que los indígenas “no aguantan” y que “el estilo de
danza es otro” se parece mucho a las excusas de las fraternidades de Tinku para
no incluir a bailarines autóctonos, en el Pujllay la actitud hacia éstos parece ser
muy distinta. Así, no sólo han participado en Oruro sino también en la Entrada
Universitaria:
Anteriormente han venido solicitado su participación en la entrada [...] y sí se los
ha aceptado. [...] Han bailado un grupo aparte, de atrás, porque la banda está a
un extremo, entonces al otro extremo ellos han bailado tocando sus instrumentos
nativos. [...] Los que no tenían instrumentos sí han bailado junto con nosotros, se
han integrado. (Carlos Alanes, 23.07.10)
Sin embargo, según Víctor Vacaflor, presidente del Pujllay “Oruro”, fue difícil
romper el hielo entre la gente de la ciudad y los indígenas:
Es difícil, o sea cómo son muy cerrados, como es una cultura muy cerrada, no
nos dejaban tomar ni fotografías inicialmente, entonces poco a poco se han dado
cuenta de que nosotros no estábamos yendo ni a quitarles ni robarles lo que
ellos tenían, simplemente queríamos difundirlo, entonces se dieron cuenta y poco
a poco nos han ido aceptando. (Víctor Vacaflor, 10.08.10)
Superadas las dificultades iniciales los resultados de la exitosa cooperación son
notables:
Ahora por ejemplo va gente de aquí y baila con ellos. [...] Nosotros mismos hemos
convenido en que siempre tenemos que llevar el traje original o sea el traje que
está confeccionado en Tarabuco. [...] Traen aquí y nos venden o vamos de aquí
y compramos para vestirnos. Entonces casi el 95% del conjunto tiene el traje
original de Tarabuco. [...] incluso con pedidos te lo hacen [...]nosotros hacemos
música, [...] por lo menos el 20% o 30% toca [pinkillo] y cuando paramos y se
calla la banda nosotros empezamos a tocar y a cantar y bailar, como se baila en
Tarabuco. (Víctor Vacaflor, 10.08.10)
310 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
LXVIII Bolivia es un estado plurinacional, oficialmente compuesto por 36 naciones indígenas. Los dos
grupos más grandes, los aymaras y quechuas originarios del altiplano se suman a unas 4,5 Mio.
de personas, la mitad de la población boliviana. A diferencia de eso, las etnias de las tierras
bajas son mucho menos numerosas y algunas ya están en proceso de extinción.
314 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
corta, entonces sí está la diadema [de plumas] y las zapatillas, es lo único que se
lleva. (Fernanda Ilo, 23.07.10)
Aunque no se llega al mismo grado de exhibición es un atuendo parecido al de las
sambistas del Carnaval de Río, un traje que permite el “coqueteo” pero que no impide
la demostración atlética. También es interesante la descripción que da la fraternidad
Tobas Sud acerca del personaje femenino:
La mujer Chunchus, es capaz de entrar en batalla y acompañar al hombre en la
lucha, además es capaz de dedicarse a la caza de animales salvajes para llevar
los alimentos para su grupo familiar, el uso de plantas y plumas de animales
silvestres en sus ropas, denota el dominio y supremacía sobre la naturaleza,
donde se demuestra aquel equilibrio, hombre y naturaleza que son una sociedad.
(P.A.S.C.O. 2006)
La segunda parte de la cita parece ser una reminiscencia del discurso indigenista
y pachamamista fuertemente relacionado con la coyuntura política que proclama
la salvación de la Madre Tierra a través de los saberes indígenas439. Claro, es una
adaptación muy idealizada al contexto del baile folklórico, pero, desde mi punto de
vista, también es un indicio para la creciente politización de las danzas bolivianas.
A pesar de todo ese discurso, ni las fraternidades ni la Asociación de los Conjuntos
Folklóricos del Carnaval de Oruro (ACFO) pretenden que los Tobas sean otra cosa
que un “invento” hecho tradición, argumento con el cual se logró refutar un reclamo
de los Tobas autóctonos, quienes, al darse cuenta que existía una danza que lleva su
nombre, no estaban para nada de acuerdo con esa apropiación. Ricardo Solíz, ex-
presidente de los Tobas Uru Uru, cuenta:
Hace unos cuatro años atrás la verdadera etnia de los Tobas nos ha metido un lío
grande, donde los Tobas Tobas nos estaban pidiendo un resarcimiento por usar
su nombre. Porque en realidad no deberíamos usar su nombre. Entonces nos han
pedido cinco millones de dólares de resarcimiento. Pero hemos contrarrestado
esta situación con estudios, con la ex antropóloga, la doña Luisa Muñoz, la ex
ministra de defensa, con el ex prefecto nosotros habíamos contrarrestado esta
multa que teníamos que pagar. (Ricardo Solíz, 13.07.10)
También habla de un intento frustrado de prohibir el personaje de Machetero que, al
igual que los otros representantes “étnicos”, no tiene nada que ver con su homólogo
indígena, en este caso los originarios de San Ignacio de Moxos, un pueblo en las
tierras bajas del departamento de Beni:
Solamente los Macheteros tenían la indumentaria de Macheteros. [...] Nada que
ver con la originalidad de los Moxos. Nada. [...] Ahora la directora nacional
de cultura también entonces me acuerdo había prohibido, le había amonestado
la Zulma Yugar, había prohibido que no se baile porque es danza ceremonial.
Pero han seguido, pero con la misma música. (Ricardo Solíz, 13.07.10)
316 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
6.6. ¿Cómo poner en escena una danza autóctona? La visión de los ballets folklóri-
cos acerca del “Otro” y la perspectiva de embodiment
Al interpretar danzas de diferentes lugares y épocas, desde las Cuecas señoriales de
antaño hasta la poderosa Morenada de hoy en día y alguna que otra danza (pseudo)
autóctona, los ballets folklóricos ya de por sí son especialistas en representar a
extraños “Otros”. Pero mientras no resulta tan difícil la escenificación de antiguas
danzas de salón (sobre todo Cueca y Bailecito) y la colaboración y el enriquecimiento
mutuo entre ballets y fraternidades folklóricas (algunas veces se invita a integrantes
y directores de ballets folklóricos a participar o incluso a enseñar algunos pasos),
la puesta en escena de danzas autóctonas parece bastante problemática. Para
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 317
tanto, no es de sorprender que él también sea el único quien en sus viajes por la zona
rural fue bien recibido e informado:
Todo depende en qué lugar estás, porque en cualquier lugar son muy celosos,
cerrados, no quieren ni hablarte en algunos lugares, en una, a mí en lugar, en el
valle más que todo te invita lo que comen ellos, lo que toman. [...] Yo he llegado,
tal momento, en tal forma que yo les he caído, para mi solito me lo bailaban…,
pero hay que llevar copa y coca, yo he dormido en esas chozas, era un cuero de
oveja, tapado con lo que ellos…, sólo así puedes sacar, porque sino… Yo hablo
quechua… (Lauro Rodriguez, 06.07.10)
Además, por lo que relata, creo que también es el único director de un ballet folklórico
que compartió las costumbres del lugar en vez de solamente ir a un festival o a
una entrada autóctona (donde tampoco suelen estar muy presentes los integrantes
o directores de ballets folklóricos). Su suerte se debe también a la época en la cual
realizó su investigación. Debido al cambio de actitud de los originarios, hoy en día
es mucho más complicado hacer indagaciones de este tipo que hace 40 años atrás,
tendencia de la cual se quejan muchos de mis entrevistados:
Antes no había mucho problema, [...] ahora es un poco problemático porque eres
un bicho raro en un lugar donde no te corresponde, y la gente no es tan amplia
en ese sentido, [...] te pueden confundir como a una gente extraña, gente que
no es del lugar ya empiezan que, ladrón, que cosa nos va a robar, hay mucha
susceptibilidad ahora en esos lugares, eso no había antes, el campesino, era una
persona que vivía tranquilamente en su comunidad, sin problemas pero ahora ya
no, eso te trae problemas. (Miguel Mérida, 26.07.10)
Como consecuencia solo queda ir y ver y sacar lo que se puede ver desde afuera:
Entonces más me he fijado, he ido a ver la fiesta, pero como un incógnito, pero
nunca les he preguntado a ellos y en eso he hecho una idea, una información.
(José Farfán, 21.08.09)
Obviamente esa manera de proceder trae problemas. Como el espectador no comparte
los códigos manejados y como el lenguaje de la danza para nada es universal, sino
culturalmente determinado, resulta muy difícil adivinar cuál es el sentido de una
determinada danza sin tener el correspondiente conocimiento cultural440.
si la danza es muy monótona también hay que jugar un poco, pero no le quito
la esencia. [...] Tiene que ser con su gustito propio, pero sí ordenado, bonito,
porque es para teatro. (José Farfán, 21.08.09)
Todo lo dicho indica que el público sólo va a pagar por ver “su” folklore “colorido”,
“bonito”, que corresponde a las expectativas de los espectadores mestizos urbanos
que se contentan con una pizca de exotismo, pero que no sea demasiado “diferente”
y, por ende, chocante445. Como no participa en la danza que está viendo (tal vez
restando la emoción de ver bailar a sus hijos o nietos) hay que engancharlo de otra
manera. Siguiendo esa lógica en un simple traslado la danza pierde su encanto:
Ellos tienen su propia estética solamente para esto, está trabajado, se nota que
está ensayado, tienen una coreografía de movimiento, pero bajo su contexto y
quizás si eso lo llevamos al escenario, a un escenario de madera, con luces y
no sé que, yo te aseguro que esa cosa mágica que has visto en un escenario
natural, se pierde, o sea ya incluso te chocarías así ¿qué hacen estos aquí en un
escenario?, así, ¿no?, porque la estética que te lleva al escenario convencional,
es completamente diferente. (Shirley de la Torre, 23.07.10)
En las adaptaciones que realizan los ballets pueden distinguirse varios elementos. Un
elemento principal es la compresión en tiempo: la danza ritual que en su contexto
original es practicada durante horas tiene que ser reducida a un par de minutos:
He hecho el Tata Danzante, ya, pero lo he simplificado a un espectáculo de once
minutos, porque no se puede hacer más, porque para teatro hay que ver la forma
de no cansar al público. (José Farfán, 21.08.09)
Otra técnica consiste en la magnificación de gestos y actos:
He visto muchas ceremonias que hacen [...] Pero ¿quién ve eso? Quien ve,
solamente los que están allí de cerca mirando, tienen que acercarse, pero la gente
que está más allá no ve nada de eso. Y si esa ceremonia si eso es interesante
¿cómo lo puedes hacer tú en escenario? [...] los campesinos no tienen pues
movimientos corporales grandes, trabajados, son muy así pequeñitos, [...] tienen
que ser movimientos grandes, mostrar, es decir que la gente desde la última fila
de arriba y de abajo vea lo que está pasando. Porque si no, la gente, nadie va a
entender nada. [...] Entonces todo eso hay que agrandarlo y ¿cómo lo agrandas?
Es mediante movimiento corporal no más y dejando un espacio prácticamente
para que todo el mundo pueda ver todo. (Manuel Acosta, ex-director del Ballet
Folklórico Nacional, 09.08.10)
Don Lauro Rodríguez ensambla elementos de diferentes danzas autóctonas en una
especie de pastiche, así combinando “lo mejor” o lo más llamativo de cada danza en
una coreografía de fantasía:
Qhantus, tú sabes que solamente tocan con sus bombos y dan vueltas y vueltas y
vueltas. [En otra danza] entran así con el pasito de… Huayño, bien suavito cada
cinco y dan la vuelta a un lado a otro lado, entonces hago ganchos al otro lado.
322 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
[...] Todo eso reunimos simplemente de esa danza, entonces yo conjunciono. [...]
Todo lo que hacemos no se da en la misma danza, pero en otra danza. (Lauro
Rodríguez, 06.07.10)
Don Manuel Acosta hacía algo parecido, pero no solamente mezclando danzas de
una sola región, sino de varias regiones para crear su visión de “lo” oriental:
Alguna vez hemos hecho eso: mezclamos Beni con Santa Cruz ¿no? hay mucho
parecido. Pero el Beni tiene folklore en mucho diferente, tal vez mezclamos,
pero ponemos como trópico. Como trópico para mostrar la variedad de cosas.
(Manuel Acosta, 09.08.10)
Otro acceso es tratar de identificar no sólo la “esencia”, sino también los parámetros
claves de la danza para luego hacer una recreación en base a éstos. El resultado de
ese esfuerzo, según Edson Ontiveros, es el “resumen de esta cultura”:
Lo que hacemos es basarnos en esquemas que ya existen dentro o son reglamentos
se podría decir dentro una danza determinada. [...] No salirnos de esas reglas,
lo más importante y obviamente dentro del trabajo de proyección folklórica, se
realizan la recreación y dentro de la recreación estamos nosotros llevando esa
cultura, un resumen de esta cultura en muy poco tiempo, muchas veces en cinco,
en seis minutos y que la gente pueda entender de que se trata esa cultura. (Edson
Ontiveros Mollinedo, 15.06.10)
Edson Ontiveros utiliza los términos de proyección y recreación que señalan que sus
creaciones no son representaciones de lo que él ha visto en el contexto original. En
este caso una representación sería el intento de copiar o imitar en lo mejor posible lo
que hacen los indígenas. En cambio, la recreación solamente parte de los principios
de esa representación dándole una forma comprimida que trata de transmitir el
mensaje principal que vio el artista en el evento que presenció, un acto de proyectar
la percepción propia al escenario.
LXIX Denominación popular para los habitantes del departamento de Santa Cruz, una zona cálida de
tierras bajas
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 323
[...] para poder hacer diferentes cosas que el común de la gente no puede hacer.
(Víctor Hugo Salinas, 02.07.10)
Son varios estilos de danza que tienes que bailar, qué se yo, de ¡camba!, tienes
que comportarte como una camba. [...] En cambio una danza autóctona tienes
que portarte un poco más cohibida, un poco más… tímida tal vez ... (Iris Mirabal,
22.07.09)
Sin embargo, la “formación clásica” no se traduce a una mejor “copia” del habitus
de los retratados, sino a la “balletificación” que reproduce los cánones de estética
europea. Entonces, en vez de acercarse más al “original”, los espectáculos tratan de
imitar la lógica del escenario tipo proscenio del barroco europeo, un proceso que
también tiene mucho que ver con el tema de clase social y la supuesta “categoría”
que representa todo lo occidental.
A mí me encanta bailar en los Ballets, porque como tiene que tener más
categoría creo. [...] En el Ballet es, tiene que ser más formal, con pasos más
definidos, tiene que ser más elegante, tiene que ser mucho mejor. (María de los
Ángeles, 07.03.10)
En la ciudad de La Paz, las escuelas de ballet clásico se encuentran en las zonas “chic”,
donde se concentra la “élite” blancoide y económicamente pudiente. Mientras tanto
los ballets folklóricos se ubican en el centro y en zonas más “populares” de la ciudad,
indicando su posicionamiento dentro de la clase media. Entonces, “balletificar” las
danzas representadas es una manera de decir: “presentamos un folklore refinado
y artístico de alto nivel - nosotros también podemos, también somos ‘cultos’ y
‘educados’”, lo cual es un intento de elevar la “categoría”, no sólo del espectáculo
sino también de quienes lo producen. El siguiente testimonio está muy claro al
respecto:
Hay gente por ejemplo cholitos, campesinos que tiene un sentido artístico, tienen
innato, pero no, no han cultivado, no han formado, no han educado digamos,
digámoslo así, entonces esa gente es la que no [...] piensa estar en un ballet
así, en cambio la gente que… que tiene [...] arte para bailar [...] has recibido
una educación [...] y creo que esa gente es la que entra ahí, hay gente morena,
hijitas de padres de pollera más de pollera que entra también por qué?, porque
ha estado en una escuela [...] ha tenido contacto con otro tipo de gente que tal
vez así ha influenciado, abierto su mente [...] cosa que no pasa con los indígenas,
indígenas. (bailarina, 2009)
Según la entrevistada, estar en un ballet es algo para gente “educada” y no para
“cholitos” y “campesinos”. Yo creo que su testimonio es un muy buen ejemplo del
racismo (encubierto) y hasta cierto punto seguramente inconsciente que rige muchas
de estas instituciones, las cuales tratan de presentarse con bailarines “escogidos”,
“lindos”, lo que equivale a altos y blancoides. Existen ballets folklóricos que
admiten a cualquier persona que tiene ganas y facilidad para bailar, pero también
324 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
que entran desgarbados, pasan la clase y están y al cabo de seis meses aquí
están sus cuellos así lindos es muy distinto es una magia la técnica clásica, y la
técnica clásica por que nosotros fusionamos con la danza folklórica, entonces al
hacer clásico lo que están tocando ahorita hay muy buenas resultados. (Roberto
Sardón, 23.07.10)
El folklore escénico es una fusión complicada que implica el tema de clase social:
cuando un ballet se demuestra “demasiado” indígena, es calificado “de ojota”, es
decir, de bajo nivel, al igual que los propios creadores de las danzas autóctonas, y
pasa lo mismo cuando un grupo quiere distanciarse de ser “ballet”.
Cuando yo agarro a ese Chunchu y lo pongo tal cual en el escenario [...] me
critican, ¿no?, “si son bailarines de abarca, de ojota”, por un lado, por otro
lado, agarro ese Chunchu, lo transformo y le doy un porte, esos dicen, “ah bien
capos esos, mira lo que giran, sus cabezas”, ¿no?, los técnicos; pero por otro
lado tengo los antropólogos, la gente que vienen de la cultura de, “no, pero esos
son pues ya…, nada que ver con la realidad”, digamos, ¿no? [...] uno viene
de la cultura netamente europea, el teatro mismo, el escenario, la butaca, son
cuestiones netamente europeas que tenemos y por otro lado toda la tradición
cultural, ¿no?, entonces son dos cosas que se contraponen, pero que al mismo
tiempo nosotros nos enriquecemos de las dos cosas, pero que a veces está por
aquí o a veces una danza está más por aquí y o sea, ahí es lo complicado, ¿no?
(Víctor Hugo Salinas, 02.07.10)
Deberíamos llamarnos ya sea compañías de danza folklórica, ya sea elencos de
danza folklórica. Pero también si nos ponemos a pensar desde el punto de vista
de la sociedad y volvemos al tema de la mala educación que se da, es que si tú
pones a un grupo “elenco de danzas” ah, es un grupo, no pasa nada! Es que el
tema del ballet folklórico digamos como que te da más estatus. (Edson Ontiveros,
15.06.10)
Hablando de la “fusión” de estilos parece que el folklore escénico es un espacio
trans e intercultural: no en cuanto a la gente que baila (que poco a nada interactúa
con los retratados), sino en cuanto a la estética y al contenido de la representación.
Como consecuencia algunos directores de ballets folklóricos ya no intentan copiar
“lo” indígena, sino optan por hacer obras más fantásticas en base a un cuento o una
costumbre indígena que ponen en escena mediante técnicas “modernas”.
La técnica yo la utilizo más para hacer propuestas de obras, porque no tiene
sentido que haga técnica clásica para hacer [...] esos chunchus de Tarija, que
para eso no necesitas técnica, porque es muy caminado y su traje es tan simple,
¿no? (Yolanda Mazuelos, 02.07.10)
Pero en los cuadros más orientados hacia el original persiste el problema de la
semejanza “étnica” plasmado en la tendencia de hacer coincidir el habitus y fenotipo
del bailarín con el que tiene que representar. Según Víctor Hugo Salinas, resultaría
326 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
muy chocante el desfase entre la etnicidad del representado y del que representa,
algo que también se traduciría a la corporalidad:
Para el público a veces hay cosas muy chocantes, ¿no?, por ejemplo el [...] tiene
una apariencia, una fisonomía muy europea, blanco, alto, flaco, entonces de
repente, cuando se pone el traje de Potosí, parece un “gringo” bailando. [...] Sus
mismos movimientos son diferentes, ¿no?, porque la lógica del cuerpo es distinta,
[...] entonces en ese sentido me veo a veces en la necesidad de cambiar bailarines
para poder dar un mejor producto. (Víctor Hugo Salinas, 02.07.10)
Lo notable es que prácticamente todos los directores de ballets folklóricos subrayan
la vital importancia de pasar lecciones de técnica clásica, lo cual supuestamente
sirve para poder representar cualquier postura o movimiento corporal. Sin embargo,
tomando en cuenta el ejemplo que Víctor Hugo Salinas mismo da, esas clases ni
siquiera logran que un chico blancoide pueda representar a un potosino sin verse
“raro”. Pero no todos los directores de ballets folklóricos piensan así: Miguel Mérida
pone a bailar a una chica afro-descendiente como ñusta de Inka insinuando que una
obra de ballet folklórico no es una muestra “etnográfica”, sino un espectáculo de
escenario que ya de por sí difiere del contexto en el que se inspiró.
El hecho de que todas las “campesinitas” que vi en presentaciones de
ballets folklóricos en ningún momento parecían otra cosa que “señoritas” (encima
fuertemente pintadas y con pestañas postizas, lo que generalmente se justifica con
las “exigencias” del escenario) para mí demuestra claramente que esa idea de poder
adquirir distintos estilos corporales mediante un rudimentario entrenamiento de
ballet no es nada más que un sueño. Las intenciones son muy buenas, pero no las he
visto realizadas en ningún ballet.
Cuando no hay mucho elemento en el vestuario tienes que tener todo un carácter
corporal para que la gente entienda, ¿no?, éstos son del oriente o son, son de
lugar de zona guaraní, que capten la idea [...] Les dije, “ustedes cuando bailan,
están interpretando a un personaje, no se están disfrazando, porque es bien fácil
disfrazarse, no tiene ese sentido, el hecho es de que te sientas como el otro, como
el que estás representando, su forma mirar, de pensar, de caminar, todo eso
tienes que mostrarlo en un escenario”. (Yolanda Mazuelos, 02.07.10)
Yo creo que ahora hay que tecnificar más a los bailarines, para que haya mejor
calidad artística, para que haya mejor calidad de interpretación, [...] sus ojos
no te dicen nada, sus manos no te dicen nada, sus hombros no te dicen nada,
entonces hay que empezar a enseñarle [...] que también empiece a expresar hasta
con las orejas. (Shirley de la Torre, 23.07.09)
Por más que Yolanda y Shirley ubiquen el problema en la falta de formación “técnica”
(es decir, clásica) creo que hay otras causas. Por un lado, aparentemente resulta
difícil llenar de sentido danzas cuya única función en el contexto del ballet folklórico
es ser “bonitas”. Entonces es lógico que los bailarines no expresen mucho – si para
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 327
realmente logra llenar ese vacío identitario del cual padecen muchos mestizos, ya
que permite establecer una conexión discursiva con la herencia cultural precolonial
sin tener que renunciar a los valores de la “modernidad” global454:
Para los propios bolivianos pienso que es fortalecer su propia identidad, ahora
todos los bolivianos estamos buscando una identidad, queremos sentirnos
bolivianos, ¿no?, pero ahora es boliviano el que conoce más de sí mismo, de
Bolivia, de sus provincias, de su folklore, de su música. En las fiestas de los
colegios tú veías danzas del extranjero, que la Tarantela, que rock, que no sé que,
no veías danzas bolivianas, [...] pero ahora no, ahora todos quieren sentirse
bolivianos, todos quieren bailar Caporales, todos quieren bailar Tinku, ¿no?,
porque es parte de su identidad y soy boliviana, por eso tengo que saber cómo se
baila. (Shirley de la Torre, 23.07.09)
El interésLXX y la incursión de la política y de los sectores occidentalizados en las
entradas finalmente contagió todo el ámbito folklórico con el discurso dominante
y oficial acerca de “lo nuestro” y su valor nacional455, obnubilando así el hecho de
que las danzas también expresan muchas otras cosas. De esta manera, “representar
Bolivia” se convirtió en una perfecta excusa para bailar.
Nosotros resaltamos lo que es nuestra cultura, nuestro folklore, porque nos
identificamos con eso. (Clara Marca Tontoni, 11.05.09)
Estoy representando el folklor, estoy representando lo que es Bolivia. (bailarina,
11.05.09)
Para ponerte un traje debes sentirte realmente bien boliviano, es decir yo soy
esto, yo tengo esto, y yo puedo llevar con mucho orgullo este traje adonde sea.
(Roberto Sardón, 23.07.09)
Aún así, la representación de Bolivia a través de los ballets folklóricos causa
descontento en varios sentidos: los directores de estas instituciones se quejan de
que el Estado no fomenta los viajes al exterior y sospechan que cuando existe una
de las escasas posibilidades de que un grupo sea mandado a otro país, no suele ser
el mejor, sino el que más contactos tiene. Otros critican la forma de representación,
por ejemplo escogiendo elencos compuestos por bailarines esbeltos y blancoides, lo
que, según el criterio de representatividad (étnica) del país, sería una distorsión de
la realidad:
Yo no estoy de acuerdo, llevan a las chicas choquitas [blanconas], pero no somos
así en Bolivia, en Bolivia somos como yo, la mayoría somos morenos, somos
bajitos y con mi esposo tenemos, o sea esa mentalidad de que tienes que mostrar
al mundo como es el 90%, no el 10%. [...] Eso es lo que en Francia y en Alemania
LXX El entonces presidente Gualberto Villarroel fue el primero en invitar a la Diablada de los
Mañazos (hoy Gran Tradicional Auténtica Diablada Oruro) a la ciudad de La Paz (Montes
Camacho 1986 en Abercrombie 1992: 301), otorgándole así un alto valor representativo para
el país.
330 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
se tiene que mostrar, Bolivia como es, y no estoy de acuerdo con que escojan a las
chicas más esbeltas, más lindas, los chicos más chocos, más rubios y que vayan a
bailar un Tinku. (Nelvy Mamani, 25.06.10)
Además, cabe preguntarse si un ballet folklórico paceño (como por ejemplo el
Ballet Folklórico Nacional) realmente tenga suficiente legitimidad como para
representar al país en su totalidad. Otro problema es la pregunta de cuál danza
sería la más representativa para la bolivianidad “plurinacional”. Para mucha gente
(especialmente orureña), sería la Diablada. Pero, hay muchas más fraternidades de
Morenada y Caporales. En fin, es común ver la “síntesis” de “lo boliviano” en el
folklore altiplánico mestizo-urbano, que representaría todo el país (sin tomar en
cuenta las tierras bajas ni tampoco las expresiones autóctonas de ambas regiones).
Pero, pese a esas limitaciones, muchos están convencidos de que “hacer folklore” es
la mejor manera de “hacer patria”:
Hay que hacer folklore. Es la única forma de mostrar la verdadera imagen y la
verdadera identidad de nuestro país. (Manuel Acosta, 09.08.10)
Para mí, [la danza] es la mejor representación que puedas tener dentro de
nuestra cultura ¿no? porque puedes comunicar muchas cosas con la danza... tu
esencia, la esencia misma de Bolivia ¿no? (Iris Mirabál, 22.07.09)
En la visión de los entrevistados, como distintivo único que da una imagen positiva,
la danza folklórica debería ser promocionada en todo el mundo, también para evitar
la apropiación de ésta por los países limítrofes, en especial Perú y Chile.
Tenemos que hacernos conocer por todo el mundo, hacer conocer nuestra
cultura, nuestras tradiciones mundialmente. Yo creo que de Bolivia deberían
salir por lo menos, no sé, cuarenta grupos al año, por todas partes, a Japón, a la
India, ¿no?, para que hagan patria en otro lado. (Shirley de la Torre, 23.07.09)
Mucha gente que afuera piensa en Bolivia, lo primero que les viene en la cabeza
es: mucha pobreza, que Evo Morales presidente. Bonito sería que piensen y les
venga un diablo a la cabeza, es un tipo de cosas que son muy únicas de acá,
porque yo creo que lo más importante y rescatable que tiene Bolivia son las
danzas, las entradas folklóricas. (Selene Pinto, 07.09.10)
El hecho de querer sentirse boliviano/paceño/orureño etc. provoca la participación
de cada vez más personas alejadas del sector popular y del antiguo núcleo de
“folkloristas”. Selene Pinto, Palla del Gran Poder 2009, estudiante de la Universidad
Católica, locutora y rockera, no sólo es parte de esa dinámica, pues a través de su
presencia en un lugar protagónico del Gran Poder también la reforzó:
Hay ahora chicos, y sí soy parte de la responsabilidad de que eso esté pasando,
de que pertenecen a estas tribus [urbanas] y de repente dicen, ya, yo también voy
a ser parte de la paceñidad y voy a bailar. [...] Es una manera de sentirte parte,
o sea sentirte boliviano, por más llenos de zonceras que estemos los paceños, que
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 331
LXXI Para una discusión extensa de la función y de los significados que tiene la danza boliviana fuera
del país, véase Rocha Torrez [Sigl] 2008.
LXXII Para la génesis de esta entrada y su rol en el marco del Carnaval Paceño, véase parte IV.
332 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
folklórica, tal como ocurre en muchos países europeos. Pero, como Bolivia se aleja
de ese discurso unificador (y nivelador), al menos algunos de los eventos dancísticos
se ven forzados a propagar esa diversidad, aunque sea de manera superficial y
fácilmente “digerible” para el público mestizo urbano. Así, surge la necesidad de
adaptar las representaciones de “lo indígena” al gusto citadino de tal manera que
“transporten” el público a lugares imaginarios de idílicos campesinitos “alegres” que
viven muy, muy lejos, en unos paisajes bellos y misteriosos (y que no organizan ni
huelgas ni paros y que tampoco utilizan sus danzas para ganar plata y hacer política),
lo que por cierto también crea una conexión imaginaria entre el tiempo ancestral
igualmente idealizado y la actualidad, otra base sumamente importante para la
creación de un estado-nación460. Daré un ejemplo más para la evocación de estos
“romances pastorales”:
La danza de la Tarqueada en el ritmo de Huayño lo practican en las épocas de
siembra y cosecha, en esta última derrochan alegrías, energías de juventud con
los “huaynuchos” y las “imillas”, en el son de coqueteo y conquista de pareja;
además rodeados de flores, plantas y los frutos que ha proveído la madre tierra
“Pachamama”. (Monografía Tarqueada Social 2005: s.p.)
Visto desde ese lado romántico, las danzas folklóricas de hecho también producen
cierta identificación con el mundo indígena rural:
Me gusta lo que es nativo, de nuestro país, por eso me he animado a bailar.
(Haideé Vásquez Jiménez, 31.07.10)
El fuerte énfasis en “lo indígena” como valor nacional también puede traducirse a
la incorporación de materiales “originales” (i.e. bayeta sintética) a la indumentaria
dancística o incluso diaria. – En la pre-entrada del Gran Poder 2010 algunas señoras
“de vestido” utilizaron mantas de bayeta y últimamente se han puesto de moda mantas
y zapatos de cholita que tienen franjas de bayeta o que se asemejan a tejidos hechos
en telar horizontal. Para Abercrombie (1992: 283), este interés en “lo indígena”
políticamente propagado surge de que el Estado postcolonial necesariamente “tiene
que buscar su legitimación en sus raíces precoloniales” y distanciarse ideológicamente
de los invasores extranjeros. Sin embargo, las élites urbanas por supuesto no quieren
ser confundidas con los sectores subalternos e “incivilizados”, es decir: cholos e
indígenas. Entonces, la danza folklórica proporciona una posibilidad única de “que
los danzantes disfruten de ser indios y al mismo tiempo renuncien a serlo” (ibid: 282).
Para que esta construcción funcione hay que excluir a los “verdaderos” indígenas,
mecanismo omnipresente en las entradas folklóricas. El Carnaval de Oruro incluso
logró la exclusión (parcial) de las cholas, que en las Morenadas son representadas
por “señoritas” y “señoras” de élite, pero prohibidas de representarse a sí mismas.
Desde mi punto de vista, el siguiente testimonio ilustra muy bien esa brecha entre
el alto valor que obtienen ciertos elementos de la cultura popular e indígena como
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 333
LXXIII Por ejemplo, negándose a colocar la categoría “mestizo” en el formulario del censo nacional
planificado para el 2012. Para las estrategias discursivas, véase también parte IV, cap. 2.4.
334 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
esa medida, como paceña porque con la gente con la que trabajo es paceña
también. (Nelly Cortés, 09.07.09)
En realidad yo creo que el mundo es mestizo, ¿no?, todos somos frutos de un
mestizaje, [...] entonces el mundo es mestizo, y esa es la riqueza cultural que
tiene todo nuestro mundo, y hablando de Bolivia esa es la riqueza cultural que
deberíamos explotar en nuestro país. [...] Yo creo que antes de bailar en el Pujllay,
yo siempre me he sentido mestizo, uno, me he sentido muy cerca de lo que es
nuestra gente indígena, nuestra gente autóctona, finalmente no soy chicha ni
limonada, porque no soy ni blanco ni soy 100 por ciento indio. [...] Entonces
eso lleva a sentirme, pucha, yo tengo de los dos, y tengo una riqueza cultural
de ambas partes, entonces qué mejor que explotar ambas, sentirme en eso, y no
sentirme avergonzado de decirte que soy mestizo. (Rodrigo León, 02.02.10)
[Los Waka Wakas] Esta danza netamente mestiza, es la que más nos identifica
a los bolivianos, porque no te olvides que nosotros, nuestros antepasados
originarios, nunca hubo el toro acá, trajeron los españoles y ellos hacían
corridas, y como nuestra cultura es tan fuerte se mezcló, se fue haciendo mestiza,
a la final ganó la cultura Aymara porque no matamos al toro, lo hacemos bailar.
[...] como nosotros somos mestizos y yo creo que el folklor es dinámico, no es
estático, entonces en las ciudades se innova algunas cosas. (Mateo Almendro
Cevallos, 23.05.10)
Un lugar importante para forjar estas identidades mestizas son los colegios.
como por ejemplo los Negritos del colegio San Simón de Ayacucho, los Caporales
del colegio Bolívar, los Tinkus del colegio Villamil y los Tobas del colegio Villarroel.
Freddy Yana fue uno de los primeros promotores del folklore en los colegios:
Cuando he llegado aquí al colegio nacional de Ayacucho he sido uno de los
organizadores de una danza como es la Diablada, [...] he formado el primer
festival interno del colegio Ayacucho. [...] Hemos organizado primero el interno
del colegio y posteriormente el inter colegial de La Paz y después el nacional.
Estamos hablando de 1968, es donde la primera vez que se ha bailado la
Diablada en el colegio Nacional de Ayacucho interpretado por estudiantes del
curso. (Freddy Yana, 19.01.10)
Al principio sí había escepticismo:
No querían que esta fraternidad se creara en el colegio, no querían a la fraternidad
de los tobas, [...] cómo van a ver a los jóvenes, se van a dedicar a eso no más,
pero ahora todos ya han asimilado, hasta las personas que no querían ahora
participan, [...] Los tobas están conformados en la mayoría por un 70% por ex
alumnos del colegio, un 30% de alumnos que todavía están acá. (Gabriel Salazar,
23.09.09)
Pero, paulatinamente se logró la aceptación de la danza folklórica como parte de la
enseñanza escolar:
En todos los colegios hay una malla curricular que nos da el ministerio de
educación, todos los colegios hacen festivales folklóricos, casi por octubre,
septiembre es el festival. (Gabriel Salazar, 23.09.09)
Lamentablemente, esta integración suele restringirse a las clases de educación física
y hasta ahora prácticamente no se enseña ni el significado ni la historia de las danzas,
también por falta de material escolar acerca de este tema.
Por supuesto, la danza no sólo juega un rol importante en el civismo de corte
nacionalista y en la construcción y distinción de identidades étnico-sociales, sino
también tiene un impacto fuerte en las identidades personales.
En este contexto predomina el sentido lúdico, las ganas de divertirse y tomar, hecho
fuertemente criticado, pero cada vez más visible461. Y es ahí, en los pasatiempos y
en la actitud hacia éstos, donde se expresan la pertenencia de clase y el habitusLXXIV.
Entonces, ya como parte de un estilo y una filosofía de vida occidental(izada), la
danza descontextualizada y desritualizada pasa a ser un “hobby” que llena el tiempo
libre, da satisfacción (por ejemplo, al superarse a sí mismo, aprendiendo saltos y
pasos complicados) y fortalece la identidad personal. Como demuestra el siguiente
testimonio, esta tendencia no se restringe al ámbito folklórico urbano:
Yo soy de Huanuni, todos son de Huanuni. Nos gusta ¿no?, y aparte de eso como
es su fiesta de Santiago, por eso a tocar [Lichiwayus], es como un hobby tocar.
(bailarín, 25.07.09)
Así, para muchos, bailar es una manera de “escaparse a otro mundo”, de relajarse y
olvidarse de los problemas y quehaceres cotidianos:
Una danza es para expresar la alegría, para olvidar penas, [...] para distraer
a la gente, para demostrar la cualidad que uno tiene. (Leoncio Mamani Viña,
30.09.09)
La alegría de compartir, de disfrutar, de sentirte libre tal vez. [...] Es como un fin
de semana, [...] vienes a desestresarte, eso es la motivación. [...] Es un gustito, es
la inyección que necesitamos. [...] Esto es una droga sana, la cultura, el folklore.
(Jonás Rojas, 12.06.11)
De esta manera, la danza incluso reemplaza el deporte:
Es abismal la participación de la juventud que prefiere bailar danzas folklóricas
a estar en otro tipo de situaciones, ayer hablaban porque en deporte no hay tanto
éxito, ¡bah! deporte, si más lindo es bailar que jugar. (Jaime Beltrán, 27.11.09)
Es más o menos como hacer deporte. Hacer deporte bailando, divertirse. (Remy
Coca, 13.07.10)
Cerrando mi análisis acerca de las funciones identitarias de las danzas del altiplano
boliviano, quiero dedicar un pequeño acápite a su desarrollo en los centros urbanos,
esta vez hablando tanto de la danza autóctona como la folklórica.
LXXIV Para una discusión extensa de este concepto de Bourdieu (1979, 1987), véase parte IV.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 337
Hanna (1979: 221 sig.) que las danzas autóctonas. Según este concepto, la primera
fase aglutina a los recién migrados y fortalece la cohesión intra-grupal, lo que
corresponde a la formación de conjuntos autóctonos de residentes y Morenadas
fundadas por comerciantes recién establecidos en La Paz. Durante la segunda fase,
la danza es convertida en un símbolo de ascenso social y su significado original es
diluido, fenómeno que se tradujo a la incorporación de ardillitas, el Zorro, Batman
y el pato Donald a danzas folklóricas en la década de los ’70, y al actual uso de
charros mexicanos en los Ch’utas. Finalmente, la tercera fase redescubre las “raíces
culturales” y conlleva a una “purificación” de las danzas mediante la prohibición
de elementos foráneos y la confección de replicas de trajes y máscaras antiguas
para nuevamente enfatizar la otredad del grupo. A mi criterio, este desarrollo no
se restringe a los grupos de migrantes que llegan a la ciudad, sino también ocurre
en las comunidades y en los pueblos mismos, donde muchos grupos parecen haber
entrado a la fase tres, buscando la revitalización de danzas ya prácticamente extintas
y la “purificación” de otras. En La Paz llama la atención la evolución de los Ch’utas
que, luego de una época de decadencia, ahora simultáneamente están poblando el
escenario carnavalero con grupos en fase dos y tres: por un lado se ve todo tipo
de distorsiones y exageraciones (ponchos “mutilados” al tamaño de un babero,
sombreros de toda índole, un peluche del personaje Simpson colgado en el cuello), y
por el otro, Los Recordados lucen réplicas de los trajes corocoreños fabricados en la
década de los años 1920 y ‘30. Mientras tanto, en el Carnaval de Oruro aparecieron
varios personajes “ñaupa” (antiguo), por ejemplo, Ñaupa Diablos y Ñaupa Chinas
cuyas máscaras se asemejan a las de antaño.
6.9. Resumen
Tanto en la danza autóctona aymara como en las entradas y en los ballets
folklóricos se da una notable interrelación entre la representación de lo propio y
la de algunos extraños “Otros”, siempre retratados como unos “salvajes” exóticos
en parte sexuados, quienes en el marco de un pronunciado orientalismo en el
sentido de Baumann (2004) llegan a simbolizar la “fuerza”, el “caos y desorden
mítico” y un estado más “natural” que en el contexto aymara también se conecta
con los fenómenos climáticos y lo femenino, con fertilidad y reproducción. En los
tres ámbitos, los imaginarios del “Otro salvaje” se superponen a nociones de clase
social, etnicidad y género, siempre otorgando un lugar subordinado a ese “extraño”
que ayuda a enaltecer la posición propia. Además, en las entradas y en los ballets
folklóricos estos personajes “foráneos” experimentan un “blanqueo” durante el cual
sus movimientos característicos son “refinados” y “estilizados” de tal manera que
se vuelvan aceptables para los estratos que los representan. Ahí también se nota
que “copiar” a los retratados autóctonos es complicado sino imposible, ya que el
contacto intercultural resulta problemático, hecho que dificulta la comprensión,
338 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Gráfico 11: La danza autóctona aymara como medio para reafirmar identidad y otredad.
Gráfico 12: El Tinku urbano: “guerreros indígenas” entre etnicidad, roles de género y clase.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 339
Gráfico 13: Representación dancística de las danzas autóctonas en los ballets folklóricos
(elaboración propia).
“María Antonieta” en el Jisk’ Anata de La Paz 1994. Foto: David Mendoza Salazar
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS 351
Rubí. Entrada Virgen del Carmen, El Alto, 15.07.2011. Foto: David Mendoza Salazar
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 353
I El término de mestizo es muy complejo y no puede ser discutido de forma exhaustiva aquí.
Originalmente, la palabra mestiza/o denominaba a los hijos que tenían los conquistadores
españoles con las mujeres indígenas latinoamericanas. Actualmente es un concepto más general,
intrínsicamente referido a la mezcla y a la interrelación e influencia mutua entre personas
etnicamente diferentes cuyo contacto produce manifestaciones culturales que amalgaman
esas diferencias para crear algo nuevo, enteramente “mestizo”. “Mestizo” o “mestizaje”
también aparece como concepto homogenizador en el contexto del Nation State Building y
de la construcción de identidades nacionales (ver i.e. Hale 1996, Gould 1996). En el altiplano
boliviano, la palabra mestizo es de uso diario y sirve para demarcar las diferencias entre
personas y costumbres asociadas con “la ciudad” (léase como “lo civilizado”, “refinado”) y “el
campo” (léase como “lo indígena”, “salvaje” e “incivilizado”). En lo referente a las danzas, el
adjetivo “criollo” es utilizado como sinónimo de “mestizo-urbano”. De todos modos hay que
tomar en cuenta que no se trata de ámbitos separados: las danzas hoy consideradas “citadinas“
tienen orígenes rurales y debido a la migración laboral y el constante intercambio cultural entre
“ciudad“ y “campo“, estas mismas danzas “mestizo-urbanas“ en la actualidad son ampliamente
difundidas en el área rural. Por lo tanto, cuando me refiero a estas danzas me refiero a la estética,
indumentaria y carga ideológica de estas danzas y no a su actual difusión regional.
354 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
III La palabra queer en sí denomina algo raro, extraño. En el marco de los Queer Studies que
forman parte de los estudios de género, el término se refiere a “lo otro, lo diverso, lo diferente
– que incluye tanto al otro sexual y cultural como al otro étnico y racial” asociándolo con una
posición transgresora y limítrofe (Escudero 2001: 246).
356 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
IV Tayka (aymara) = madre. En algunas danzas (i.e. Auki Aukis) las Awichas son denominadas
taykas.
V En realidad cualquier personaje que no baila en un grupo de semejantes (la tropa) puede
denominarse figura. Sin embargo, en Oruro es común hablar de “figura” cuando uno se refiere
a la China (término usual en La Paz) que ya de por sí cumple un rol protagónico.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 357
VI Un personaje femenino que tradicionalmente utiliza ocho a treinta polleras y que representa a
las antiguas vendedoras de leche.
358 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Rupp (2004: 121, 2010: 281) como Nixon (2009: 4 sig.), critican estas definiciones
por su exclusión de otras identidades genéricas, advirtiendo que existen también drag
queens transgénero, transexuales e incluso heterosexuales18, objeción que viene al
caso del contexto investigado donde conocí a Paris Galán, una drag queen folklórica
muy famosa que se define como transgénero (“ni hombre ni mujer”, com. personal
a David Mendoza, 05.03.11). El otro elemento de las definiciones, la “performance
hiperbólica de la feminidad” en el sentido de “glamour queens”19 en el contexto
folklórico boliviano, más bien parecería ser aplicable a los transformistas pero no a
la visión que las drag queens tienen acerca de si mismos. Por lo que pude observar
y por lo que dicen las propias drag queens en La Paz, lo drag es un ser más “irreal”,
más fantasía que no encaja con los modelos de género dominantes y que no trata de
parecerse a una mujer.
Como drag queens dejamos volar la imaginación, convertimos el cuerpo en un
personaje con vida propia, acentuamos el maquillaje acompañado de in-dumentarias
y posturas para perturbar a la concurrencia. Nuestra apariencia la llevamos al
extremo, dándole una connotación lúdica. (Aruquipa Pérez s.f.: 1)
El drag puede escoger, convertir todo, una cholita, una cueva, una casa, lo que
tú quieras, eso es el drag, o sea, recrea lo que tú quieras. (drag queen, 26.06.10)
Hay las drag queen que son exageradas, ellas por ejemplo andan con pelucas
rosadas, rojas, colores que no son digamos, ¿no?, en cambio en nuestra comunidad
siempre se tratan de asemejar a una mujer, el estilo de las drag queen es otro, [...]
son diferentes estilos que se manejan. (René, 21.04.10)
En Bolivia, una drag queen generalmente queda como un personaje “extraterrestre”,
vestido de manera estrafalaria con el cual el común de la gente no asocia nada en
absoluto, que le parece raro, tal vez chistoso o llamativo, pero que no tiene nada que
ver con la realidad cotidiana de su vida. Carlita, vendedor y transformista entiende
esa postura:
Nosotros no entendemos al hacer ese drag, porque hasta los niños dicen, “mami,
mami, mira ese payaso”, feo, ya no hay, claro, ese drag sirve, puede ser para
un show, puede ser para un evento, eso puede ser el drag, pero para calle yo no
creo, porque a la realidad los niños se asombran y la gente también no entiende
qué significado tiene eso [...] mis colegas dicen la Axes, una cosa, nuestro arte,
nuestra belleza, nuestra manera de vestir, todo esto, pero la gente ya no entiende
eso, qué es drag, qué es arte. (Carlita, 06.07.10)
Una definición que se acerca un poco más a esta comprensión del término podría
ser la de Jacob y Cerny quienes hablan de radical drag queens, que se presentan
mezclando símbolos femeninos y masculinos dando un fuerte énfasis político a sus
presentaciones (2005: 123), orientación que corresponde bastante bien a lo que son
los Waphuris Galán, personajes folklóricos con características drag. Como voy a
detallar más abajo, esos Waphuris se hicieron famosos, polemizaron el ambiente
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 359
VII Butler postula que tanto el “sexo” como el “género” son interpretaciones políticas y culturales
del cuerpo. Dado que ambos términos son construidos y dado que la ideología presente en el
“género” se reinscribe en el proceso de construir un “sexo”, no tiene mucho sentido verlos de
manera separada (1991: 168, 1990). Como demuestran Butler (1991) y Fausto-Sterling (2000)
especialmente en los casos de intersexualidad (reunir características sexuales masculinas y
femeninas en un solo cuerpo), i.e. tener testículos internos, vagina y pechos, pero carecer de
ovarios y útero) y transexualidad el “sexo” tampoco es algo “natural” que escapa de la norma
cultural y política. Por lo tanto, tampoco sería correcto hablar de hombres y mujeres biológicas.
Sin embargo, dado que “mujer/chica biológica” es un término frecuentemente utilizado por
360 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
ninguna unión forzosa entre “lo femenino” y “la mujer”, o “lo masculino” y “el
hombre”. En consecuencia, esos cuatro términos resultan ser el producto de una
constante producción y reproducción cultural performativa, realizada a través de
actos discursivos que construyen la realidad que fingen representar22, un proceso
impregnado del deseo de instalar y reafirmar la norma bipolar y las relaciones de
poder asimétricas que resultan de ella. Los estudios de Performance (Performance
Studies), analizan una amplia gama de comportamientos (behaviour) humanos,
enfocando en actos, interacciones y relaciones, en acontecimientos y prácticas in-
corporadas (embodied practice), en discurso, representación, cuerpo e identidad que
se producen en las esferas interconectadas de la vida cotidiana, de arte, deporte,
actividades recreacionales, economía, tecnología, sexualidad, ritual y juego23.
Cabe destacar que es un acercamiento teórico especialmente apto para el contexto
latinoamericano en el que oralidad y actos teatrales (como por ejemplo las entradas
folklóricas) juegan un rol vital. Los actos performativos siempre se dirigen a algún
público (aunque éste solamente consista del actor mismo) en el que influencian24.
Entonces, interpretando a Butler en el marco de los estudios de Performance, el
género no es un estado que uno posee sino es algo creado en el transcurso del tiempo,
un rol social que alguien actúa (performs) y que por lo tanto es constituido a través
de esos actos performativos25.
Volviendo sobre el contexto de las danzas folklóricas del altiplano boliviano,
el transformismo y el travestismo serían entonces pruebas de lo que propone Butler:
facilitan vincular una identidad de género a un determinado cuerpo sin que haya
relación causal alguna. Sin embargo, cabe recalcar que las identidades de género
surgen de actos performativos que perpetúan las normas sociales, no son invenciones
que surgen de la “voluntad” o de la “elección” de los actores26, es decir que no se
trata de roles de teatro que se asumen por un momento nada más.
Por el contrario, como voy a demostrar en los capítulos que siguen, algunos
transformistas asumieron la identidad genérica femenina a tal punto que crearon
un personaje folklórico híper-femenino que compaginó tan bien con el gusto de las
mujeres biológicas que posteriormente fue apropiado e imitado por éstas: la China/
China Morena o “Figura”. Como se verá claramente en los testimonios presentados,
esa creación no surgió de un mero “disfrazarse”, sino de una profunda identificación
con una identidad de género que bajo los parámetros de la hetero-normatividad,
estaba opuesta a su sexo biológico27. El estudio del transformismo en general y
también en el contexto específico investigado, por cierto hace ver cuán artificial
es la concepción de la identidad de género como algo innato, una forma de “ser”
predeterminada por la posesión de ciertas características anatómicas. En vez de
mis entrevistados para diferenciar entre transformistas, travestis e individuos nacidos con las
características anatómicas (políticamente) asignadas al sexo femenino y dado que “hombre
y mujer biológica” son expresiones de distinción comprensibles también para personas no
familiares con la terminología GLBT, decido utilizarlas para el resto de este capítulo.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 361
VIII Términos despectivos para las mujeres “de vestido” o “señoritas”, mestizas europeizadas
de clase media-alta que desprecian a la mujer “de pollera” o Chola que se viste de manera
tradicional. Para una discusión detallada de la categorización de la mujer boliviana ver Rivera
Cusicanqui, Silvia (1996): Ser mujer indígena, chola o birlocha en la Bolivia postcolonial de los
años 90.
362 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
En otros casos, la danza cumple una función de castigo: los hombres que cometieron
alguna infracción deben bailar de mujer, por ejemplo en el Loco Palla Palla de la
región Yungas (una danza en vías de extinción).
El Loco Palla Palla es un castigo. Por ejemplo a los jóvenes de una comunidad
que de borracho pegan a sus mujeres, faltan respeto a sus padres, han maltratado
a sus hijas o a la autoridad de la comunidad o es un flojo que no trabaja o ha
engañado o no ha cumplido sus deberes como autoridad, entonces a ellos, ya
están nominados, entonces ya esos, son unos diez. A uno de ellos lo vuelven mujer.
A otros los vuelven en caballo. Dos en caballo. Y los demás son demonios. Y los
que son autoridades también vestidos de soldados, con sus palos y su espada. Y la
otra comunidad está tocando una Sikuriada. Y la mujer trata de cuidarse de los
diablillos. Los diablillos se hacen una ropa de color blanco, todo blanco, pantalón
blanco, blusa blanca, su gorro blanco como un cuernito y lo más gracioso es que
tienen su órgano sexual de unos 40 cm. de largo, lleno de espinos, alambres etc.
y la danza va al ritmo y eso van persiguiendo a esa mujer. Y esa mujer escapa
encima del caballo con dos hombres. Persiguen ahí. Vienen las autoridades con
sus espadas, lo alejan a los diablillos y eso se toca hasta las casi 4 de la mañana.
Una vez terminado esa ceremonia ahí se van toditos, ahí, se reúnen en un lugar,
se piden disculpas, los diablillos y recién se sacan las máscaras, sacan la ropa, lo
queman y nos echan con agua en la mañana y quedan purificados. (Freddy Calla
Montoya, 18.12.09, negritas por la autoraIX).
En este caso, bailar de mujer significa una humillación que va de acuerdo con el orden
y la jerarquía de género establecido. La mujer es un ser subalterno y el castigado tiene
que aguantar la degradación pública a ese mismo nivel. Se escenifica un intento de
violación, acto que según Melhuus representaría la máxima humillación masculina,
el hecho de ser penetrado (1996: 240 sig.).
Practicada en otra región (Tambo Cusi, cabecera de valle), la misma danza
(también a punto de desaparecer) parece darle un sentido más ritual al transformista:
el que baila de mujer se viste con la pollera al revés. Hacer cosas al revés, por ejemplo
torcer un hilo al revés o utilizar la mano izquierda en vez de la derecha, son prácticas
asociadas con la expulsión del mal y se cree que los hilos torcelados de esa manera
poseen poderes mágicos36.
Es una burla diremos, varones se disfrazan con pollera, pollera al revés. [...]
Eso se llama rabuna, es como decir ahorita gay, maricón, así, sí, el qhinchha.
(Gregorio Quino, 24.07.10)
Conceptualmente, de ahí es solo un paso escenificar todo al revés, también el orden
social. Sin embargo, rituales de rebelión contra el orden establecido, como son
frecuentes en África37, durante los cuales hombres y mujeres invertían sus papeles
IX En lo que sigue todas las negritas en las citaciones de los entrevistados fueron agregadas por mí,
por lo que desisto de repetir esa aclaración en cada cita que contiene negritas.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS 365
(ya) parecen ser muy raros: en más de 1.000 entrevistas una sola persona recordó
haber visto todo un “ritual de rebelión”:
Cuando era pequeña me llevaron a Sorata, donde hay una danza donde los
hombres se ponen pollera y las mujeres están con sus sacos, así con sus chalecos,
y bailan al revés, hacen mofa de la otra persona, [...] el hombre recogiendo lo
que vota la mujer, era algo relacionado con la siembra y la cosecha, no recuerdo
bien el nombre, pero me acuerdo porque era bien gracioso ver a los hombres así
con polleras con sus trenzas, y la mujer ahí dominando, hecha a la que podía,
intercambiaban los papeles, ¿no?, y mostraban todo lo que era al revés, porque
sabemos que en el campo no hay eso. (Gabriela Luna Espinoza, 17.05.10)
Aparentemente, el transformismo como castigo y los rituales de inversión genérica
ya desaparecieron o están a punto de desaparecer. Lo que sigue muy vigente es el
transformismo jocoso que invoca fertilidad y prosperidad, un transformismo que
también se tradujo al ámbito folklórico urbano.
En cuanto a la antigüedad del transformismo andino las huellas pueden trazarse
hasta el incanato peruano, así como fue retratado en la crónica de Cieza de León:
Cada templo o adoratorio principal tiene vn hombre o dos, o más: según es el
ydolo. Los quales andan vestidos como mugeres dende el tiempo que eran niños,
y hablauan como tales: y en su manera, trage y todo lo demás remedauan a las
mugeres. Con estos casi como por vía de sanctidad y religión tienen las fiestas
y días principales su ayuntamiento carnal y torpe: especialmente los señores
y principales. [...]A los quales hablándoles yo de esta maldad que cometían,
y agrauándoles la fealdad del pecado me respondieron: que ellos no tenían la
culpa, porque desde el tiempo de su niñez los auían puesto allí sus Caciques, para
vsar con ellos este maldito y nefando vicio, y para ser sacerdotes y guarda de los
templos de sus Indios. (Cieza de León 1995: 199-200 en: Campuzano 2009: 82)
Dado que los colonizadores comenzaron a imponer de manera rigurosa el género
binario, el único espacio donde el transformismo seguía permitido era la fiesta y,
dentro de ella, la danza. Como lo demuestra la acuarela “Danza de hombres vestidos
de muger” de Baltasár Jaime Martínez Compañón pintada a fines del siglo XVII
en Trujillo, el transformismo en la danza andina tiene una trayectoria muy larga y,
al igual que en Bolivia, sigue siendo practicado en las danzas rurales y citadinas
peruanas38.
3.1.1. Abuelas con bebés y dualidad andina: sexualidad y reproducción en la danza autóctona
En danzas rurales como Waka Waka, Quena Quena, Ch’isqi, Mimula y Qarwani,
el personaje femenino interpretado por hombres suele llamarse Awicha, Awila
(“abuela” en pronunciación aymara) o Tayka (“madre” en aymara, nombre común
en la danza de los Auki Aukis). Formando una pareja con el Achachi (anciano/sabio),
la Awicha representa el rol genérico que corresponde a la mujer según la dualidad
andina complementaria39, cumpliendo las tareas femeninas de la faena agrícola y de
esta manera simbolizando la reproducción, tanto agrícola como humana.
[Hablando de Waka Tinti] en septiembre, el hombre se viste de Awicha y el otro
también Jach’a Tata [...] Porque cuando una vez ya produce la producción,
siempre de marido y mujer siempre también se saca, ¿no ve?, hay dos cosas, uno
es cuando la producción ha dado, o sea en tiempo de cosecha, eso cuando los dos
sacan, el hombre lo rutura y la mujer lo recoge, ahora el otro para empezar el
hombre saca surco y la mujer pone semilla. (Cornelio Huanca, 15.12.09)
Es en ese mismo sentido que el espectáculo burlesco de los Auki Aukis reúne el
humor con el culto a la fertilidad.
El último día ya hacen siempre la kacharpaya... como sembrando hacen. Eso
también significado tiene: para al año, para que vaya bien. Es que siembran bien
para que me vaya bien en el siguiente año, ese es el significado. [...] Puro Aukis
[bailan]. Se disfrazan de mujer, los mismos Auki Aukis se disfrazan de mujer. [...]
son lisos [malcriados] y se visten de mujer. (Mario Blanco, 24.07.10)
Cabe aclarar que las siembras y cosechas escenificadas de manera chistosa no son
simples comedias o retratos de los quehaceres agrícolas, sino que son invocaciones
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 369
simple representación de “lo femenino”43. Es en ese sentido que en los Waka Wakas
de Ayata, los “maricas”, niños y adolescentes vestidos de mujer molestan al público:
Hacen sus payasadas pues, o sea hacen las veces de una chica coqueta digamos,
le molestan, alguno se ponen por ejemplo un ovillo y muestran sus tetas, ¿no?,
hay eso, agarran un gancho y lo ponen al ovillo. (Aníbal Burgoa Barrientos,
03.06.10)
En cambio, los Wititis más bien parecen representar los roles de género vigentes de
dominación (sexual) masculina, otra vez incluyendo acciones abiertamente sexuales
que no podrían ser escenificadas por las comunarias. Sería una ofensa grave si un
hombre levantara la pollera de una mujer en público, pero cuando el Wititi le hace
eso a su “Señorita”, un hombre ataviado con 15 a 20 polleras, a quien también abraza,
alza y acaricia con sus piernas, más bien es una escenificación jocosa que no sólo
afirma los roles de género vigentes sino que también conecta la sexualidad humana
con la fertilidad y el florecimiento de la naturaleza. – El Wititi es el que pide la lluvia
imprescindible para el crecimiento de los sembradíos y las múltiples polleras de su
compañera de baile hacen referencia al abundante florecimiento, en este caso del
arbusto Añawaya.
En general, me parece notable que el transformismo ritual andino se da sobre
todo en la estación seca (en el caso de los Wititis el 8 de Diciembre, es decir al
principio del tiempo de lluvias), o durante las épocas preparativas e iniciales de la
siembra o luego de cosechar, ya anticipando un nuevo ciclo agrícola.
Además, cabe aclarar que las insinuaciones sexuales jocosas que surgen en
el marco de muchas danzas autóctonas no se restringen a los que bailan disfrazados
de mujer. Existen también personajes como los Auki Auki de Puerto Acosta y los
Toritos de Carabuco que molestan a las chicas, y hasta el día de hoy se habla del
“robo” de mujeres jóvenes al final de una fiesta (ver parte I, “erotismo andino”).
Volviendo al tema del transformismo rural, cabe notar que reúne la sexualidad,
de por sí un elemento inherente a la danza que se conecta con la fertilidad, con el
humor y la ritualidad. Como dijo un bailarín:
[Bailar vestido de mujer] Ukax yapu sumañapatakiwa. Eso es para que esté bien
la chacra (bailarín de Auki Siku, 03.10.09)
La metáfora de la reproducción se refleja también en que muchas Awichas bailan
cargando una muñeca como si fuera un bebé, el cual podría interpretarse como fruto
de su unión con el Achachi. Sin embargo, existe un simbolismo más profundo: el
hecho de cargar una muñeca, antiguamente una “pasta” de yeso, barro o porcelana,
surge de la tradición de cargar “pastas” y t’ant’a wawas (muñecas de pan que
representan a los difuntos) en la fiesta de Todos Santos, evento en el cual se invita y
se festeja a las almas para que éstas ayuden a que haya buena producción agrícola44.
Al hablar de Todos Santos, también Buechler relaciona el hecho de cargar muñecas y
bebés “prestados” con las almas y además menciona a adolescentes que en esa fiesta
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 371
3.1.2. La alegría
Tanto en el contexto rural como en el urbano, la Awila es un personaje burlesco que
hace reír a la gente.
Es una danza divertible, porque estamos bromeando [...] es un juego, bromeamos
a que la gente esté alegre, entonces las maricas nos cuidan a los viracochas,
372 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
en vez de que participe ella, bailamos nosotros, nos vestimos de mujer. (Rubén
Mamani, 03.06.10)
Más alegría los jóvenes quieren vestirse de mujer, más alegría, con pollera se
visten, a los jóvenes le molesta así. (Richard Pari, 04.12.10)
Aquí cabe tener en mente que en los bailes que se hacen en el contexto de la
producción agrícola siempre se habla de tener que “alegrar” a la Pachamama, al
Santo Patrón, a las ispallas (espíritus de las papas) y a las plantas para que haya buena
producción agrícola, concepto que se expresa en las fiestas de Anata (“juego” en
aymara) y Pujllay (“juego” en quechua), en rituales como el q’urawasiña (hondear,
ver parte I, “erotismo andino”) y en el transformismo ritual pero jocoso practicado
en las danzas andinas. Como describe Bastién en su análisis de la fiesta de Todos
Santos en Kaata, en la cosmovisión andina humor y seriedad o incluso tristeza no
se excluyen, sino pueden formar parte de un mismo ritual (1985[1978]: 183 sig.).
Incluso parece como si la alegría formara parte de la reciprocidad entre la gente
que habita “este” mundo (aka pacha) y los seres supremos que viven en el “mundo
de arriba” (alax pacha) y de “abajo” o “adentro” (manqha pacha). Entonces, la
risa generada por los hombres que bailan vestidos de mujer definitivamente tiene
un componente ritual e influye en el bienestar de la comunidad. Todo esto parece
confirmar las observaciones de Gabriel Martínez Soto-Aguilar quien, al hablar del
contexto aymara en Isluga y Charazani, postula una “sacralidad que se vale del
humor para realizarse, una sacralidad establecida también en lo gracioso con plena
propiedad y libertad” (2009[1974]: 275 sig.). Al ejercer esa comicidad sagrada los
transformistas rurales serían portadores de esa sacralidad, pero ¿quiénes son estos
hombres? y ¿cómo se les ve su entorno social?
X Jaqi (aymara) = persona, hombre. La terminación chaña significa: hacer que pase algo (i.e.
junt’u = caliente, junt’uchaña = calentar)
374 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
lakapampikiw all ukat aka qiwsa jaqix sas all ukham sawix [Hay dos clases de
q’iwsas, digamos con dos cosas es qiwsa hermano [el q’iwsa es dos cosas], pero
otros no tienen dos cosas, sólo no aportan fácil la plata, con su gritar se salva. A
ese hombre se dice q’iwsa.] (Ángel Lucana, 04.12.10)
Cuando el término de q’iwa (o también q’iwsa) es aplicado a las personas, parece ser
muy difícil de traducir porque no cabe en la norma de la heterosexualidad obligatoria.
Puede o no denominar a un gay:
Le dije que me explicara que era el q’iwsa [...] el maricón es el que no se decide.
(Paris Galán – Carlos Parra, 06.01.10)
Siguiendo a Clemente Mamani Laruta, el q’iwsa sería un “varón que se siente mujer”
mientras que el q’iwa sería aquel “que no está conforme con nada”46, lo que más o
menos se asemeja a las definiciones que se les dieron a Paris y a Edwin:
Q’iwsa pueden también decir a una persona que no es, pero que es heterosexual,
que es un poquito afeminada, que tiene mucha delicadeza. (Edwin Cochi Ramos,
26.04.10)
Según las investigaciones de Henry Stobart realizadas en el Norte de Potosí, no se
trata de un concepto “opuesto” a la idea de lo “macho”, sino “más bien connota el
grado de género y de la sexualidad. [...] se usa de una manera menos específica para
referirse a una variedad de aspectos de mediación entre los géneros. Un hombre
con una voz aguda es q’iwa, así como la mujer que habla en un timbre bajo o actúa
como un hombre. Igualmente, el término se usa para referirse a hombres que visten
prendas femeninas para ciertos rituales. Más específicamente, en varias ocasiones
me contaron que q’iwa es khuskan qhari, khuskan warmi o ‘medio hombre, medio
mujer’. De esa manera, q’iwa representa la conjunción entre macho y hembra, donde
los sexos opuestos se mezclan en partes iguales”47. En ese sentido y poniéndolo de
manera provocadora, el q’iwa hasta podría parecer una especie de transgénero o
drag queen andino que se niega a encajar con las categorías binarias. A propósito,
hay estudios sobre la región altiplánica que distinguen hasta un total de diez [!]
géneros emergentes de la combinación entre la distinción biológica y los diferentes
géneros simbólicos48.
Sin embargo, en el ámbito urbano la palabra q’iwa o q’iwsa suele entenderse
como “maricón”49, traducción que carece de las complejas asociaciones del término
aymara, hecho que tal vez explique por qué no pude recoger muchos testimonios con
respecto al q’iwa en la danza; además parece que mis entrevistados siempre pensaban
que la pregunta por la representación del q’iwa se refería a la orientación sexual del
bailarín y no al simbolismo del personaje. Solamente Gregorio Quino relacionó el
personaje disfrazado con la homosexualidad, pero tampoco utilizó la palabra q’iwa,
sino habló de gay, maricón y qhinchha. Qhinchha significa “adultero, lascivo”, pero
también “mal agüero”50 y más bien parece referirse al carácter obsceno-jocoso y la
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 375
Entonces, ¿qué tiene que ver el q’iwa con el transformismo ritual andino?
Aparentemente, en la mayoría de los casos el término no podría aplicarse a la
orientación sexual del bailarín disfrazado de mujer. Sin embargo, el personaje que
representa podría simbolizar ese elemento q’iwa, ser ese “mediador” entre conceptos
como macho/hembra y vivos/difuntos, categorías íntimamente ligadas a la sexualidad
y fertilidad. Lo que parece sustentar esta hipótesis es el hecho de que la Awicha, a
pesar de su transformación, sigue siendo un personaje ambiguo cuya demostración
de sexualidad agresiva y aspecto no encajan del todo en el binarismo heterosexual.
Resumiendo lo dicho, se podría postular que la Awicha es una especie de illaXI de
fertilidad, dando por sentado que el transformismo/travestismo está íntimamente
ligado a la invocactión de la sexualidad, fertilidad y procreación. Además, yendo a
un contexto indo-americano geográficamente muy alejado de la zona estudiada, se
encuentran paralelos interesantes: los “nadle” (travestis e intersexualesXII navajo)
eran relacionados con la creación de su pueblo y considerados como guardianes
de las riquezas (naturales), o como personas que traían riqueza y suerte, por lo
que recibían un trato preferencial en la sociedad56. Según los informantes de Hill,
los nadle reunían lo femenino y lo masculino, característica en la que se parecían
bastante a los q’iwa andinos:
Saben todo. Pueden hacer la labor tanto de un hombre que de una mujer.
(entrevistado navajo en Hill 1935: 274)
Los nadle frecuentemente eran especialistas en rituales curativos y, a pesar de tener
la posibilidad de alternar entre las identidades genéricas de hombre y mujer, en los
eventos solían bailar vestidos de mujer. Otra fuente antigua describe transformistas
“burlescos” entre los Zuni (indígenas Pueblo) quienes aparentemente bailaban al
estilo de la Awicha/Awila andina57.
un notable desfase entre el testimonio de dos señoras paceñas del ámbito “mestizo-
intelectual” y los relatos de dos activistas GLBT sobre la realidad en el campo.
En la cultura Aymara se hablan de dualidades, hombre y mujer, y qué mejor
que encontrar una dualidad en una persona [...] porque todos somos duales [...]
somos dualidarios, entonces yo creo que si sabemos enfocar eso dentro de la
cultura, la aceptación puede ser maravillosa (Paola Flores, 18.06.10)
Hay una cuestión mezclada entre el mito, ¿no?, que me decían que los…, o sea en
el mundo aymara, la homosexualidad o la bisexualidad es como un don, o sea no
es común, ¿no?, entonces, pero tampoco es malo, sino lo toman como una persona
que tiene la virtud de tener dos posibilidades sexuales, ¿no?, y que el hombre que
baila de mujer lo hace porque está asumiendo que tiene esa posibilidad de ser
hombre y mujer (Yolanda Mazuelos, 02.07.10)
Como también critican algunas autoras58, parece que este discurso sobre la “dualidad
andina”, el “chacha-warmi” (dualidad complementaria entre hombre y mujer) que
supuestamente representa la versión indígena del concepto de equidad de género,
surge más de un romanticismo indigenista que de la vivencia en el área rural, donde
más bien se observa una fuerte opresión de la mujer y el aislamiento de las personas
GLBT. En general, el tema GLBT es un tabú total y, según Ledezma Main (2005),
una conducta intolerable, inaceptable y socialmente sancionada en el área aymara
de La Paz, Oruro y Potosí. Según este autor, el aislamiento sería una de las medidas
aplicadas (ibid: 297 sig.), hecho que Sasete pudo observar cuando trabajaba en el
campo:
Hay muchas personas que en el altiplano, que es bien difícil que digan que son
gay [...] yo conocí a un señor que si andaba hasta de cholita ya este, pero vivía
separado de la comunidad [...] él mismo se marginaba. (Sasete la Diva – Rodolfo
Vargas, 22.04.10)
De igual manera el siguiente testimonio de Reina Cosmos se complementa con el
estudio cuantitativo de Ledezma Main cuyos entrevistados manifestaron que “es raro
ver esta conducta en las comunidades” (2005: 301).
No se muestran los homosexuales en el campo [...] en el campo es algo cerrado
que realmente no se da muy bien, yo a veces voy, yo tengo mis abuelos, habían
sido de allá, yo siempre suelo ir en vacaciones de colegio, suelo ir ahí al campo,
mi padre me sabe llevar, pero yo nunca suelo ver así homosexuales, nunca suelo
ver. (Reina Cosmos – Fernando Aguilar, 13.05.10)
Sin embargo, siguiendo a Campuzano (2009: 83), tiendo a creer que “la imposición
de la oposición binaria del colonizador” europeo ha sido tan fuerte que fuera de la
fiesta y danza cualquier “desviación” del modelo dominante es sancionada con un
total rechazo de la comunidad.
378 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
3.3. Resumen
El transformismo hombre a mujer es un fenómeno bastante común en las danzas
autóctonas del altiplano boliviano y aparece también en algunas de las danzas
peruanas59. Por más que el hecho de disfrazarse de mujer pueda parecer un
espectáculo muy burdo que ridiculiza a lo femenino, el transformismo practicado
en el área rural del altiplano boliviano más bien debe considerarse como un acto
ritual que conjunciona la comicidad con el culto a la fertilidad y reproducción, y
que reafirma el ciclo eterno de vida y muerte. Como también suponen Martínez
Soto-Aguilar (2009[1974]) y Buechler (1980), disfrazarse de mujer no significa una
mera diversión, sino una escenificación profundamente espiritual por lo que quisiera
denominar esta práctica transformismo ritual andino, diferenciándolo de esa manera
de un espectáculo chistoso que puede darse en cualquier lugar del mundo. Es un
transformismo que desde mi punto de vista, alude a una “zona gris” entre los dos
polos de la hetero-normatividad dominante, al q’iwa que es ni hombre ni mujer y
que también está relacionado con el reino de los muertos y la reproducción de la
naturaleza.
mirando les besaban, les besaban y les dejaban ardiendo ¿no? claro, eso ha sido
algo picaresco [...] y nosotros prácticamente ya en la Diablada Auténtica aún
conservamos este estamento de la China Supay varón. (Valentín de Vidrierías,
05.03.11, entrevista: David Mendoza Salazar)
Johnny Ruiba, un joven estudiante quien bailó de China Supay en la Entrada
Universitaria 2011, también recalca el carácter jocoso del personaje:
Los hombres éramos que se vestían de mujer y iban engañando a los borrachitos.
Ya cuando estaban totalmente enamorados se sacaban la máscara y ah no, un
hombre! Entonces este es el personaje de la China antigua de la Diablada. [...]
Van molestando a los hombres y demás, irlos engañando porque en realidad
nosotros no somos gays, sino somos el diablo vestido de mujer. (Johnny Ruiba,
30.07.11)
En el pasado la China Supay brindaba un protagonismo atractivo para hombres
“importantes” de Oruro:
Hay grandes personalidades que han bailado de Chinas. (Fernando, 05.03.11,
entrevista: David Mendoza Salazar)
El mismo baile era parecido al estilo de las Awichas rurales, siendo mucho más tosco
y enérgico que el de las mujeres, otra vez plasmando los roles de género en la danza.
Las antiguas Chinas bailaban “de mujer” pero en ningún momento “como mujer” o
incluso “siendo mujer” como es el caso de los bailarines trans.
Nos reconocen por los t’usus, por la rudeza que bailamos. (Ernesto Navarro,
05.03.11, entrevista: David Mendoza Salazar)
Entonces el baile era un poco más fuerte, más enérgico de parte de las Chinas.
(Fernando, 05.03.11, entrevista: David Mendoza Salazar)
El baile es un poco más lento de las mujeres, en cambio del hombre es más brusco
el baile, o sea más movimiento, incluso en la saltada es con más agilidad, el
hombre un poco más fuerza. (Aníbal, 05.03.11, entrevista: Varinia Oros)
Así, tampoco es de sorprender que al referirse a las antiguas Chinas Supay, los
entrevistados orureños suelen poner mucho énfasis en que éstas eran y siguen siendo
representadas por hombres heterosexuales que “no tienen nada que ver” con los
transformistas y travestis que ingresaron a las Morenadas del Carnaval de Oruro.
Es que muchos no quieren bailar por… más sugestivo, dicen, no. Piensan como
en las Morenadas habían maricones, gays, entonces piensan que somos así: ¡no!
Bien machos. Solo la fe a la Virgen. Por eso que hay otros que no se animan
por esa, tienen esa situación que pueden decir que es un maricón, después
no. […] Tradición, así es. En las Diabladas. En las Morenadas sí, tanto en La
Paz como aquí se ha visto pues. Y después han prohibido. A los maricones han
prohibido. (Ernesto Navarro, 05.03.11, entrevista: David Mendoza Salazar)Pero
388 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
era solamente disfraz pues. ¿No es cierto? Eran varones. No eran homosexuales,
nada. (Domingo Siles, 27.02.11, entrevista: David Mendoza Salazar)
Varones normales, en la Morenada sí dice que existían, pero en la Diablada son
puro varones. Somos varios [...] yo estoy bailando unos siete, ocho años [...]
muchas personas ya desconocen el sentido histórico de la Diablada, porque al
ver a un varón vestido de China Supay piensan que uno es homosexual, pero
no es así. (Valentín de Vidrierías, 05.03.11, entrevista: David Mendoza Salazar)
El gran temor de ser asociado con la población GLBT debe ser la razón por la cual...
... ya nadie quiere bailar de China. (Raúl Morales Morales, 27.02.11, entrevista:
David Mendoza Salazar)
El único que se acuerda de una participación no tan netamente heterosexual es Jorge
Diricochea:
Teníamos unas 10, 15 Chinas, viajaban con nosotros a Argentina, Chile… eran
hombres […] [los homosexuales] en algún momento también bailaron, querían
participar, se mezclaron, pero lógicamente que la figura que tienen es varonil,
pero sin embargo se mezclan, se identifican después con la identidad que ellos
tienen. (Jorge Diricochea, 27.02.11, entrevista: David Mendoza Salazar)
Don Oscar niega la presencia gay entre las antiguas China Supay y recalca su carácter
jocoso:
Maricones nunca han bailado en la Frate [...] eran hombres normales que han
ingresado con el propósito de hacer jocosidades [...] hacían reír a la gente,
hacían sus payasadas imitando a una mujer. (Oscar, 05.03.11, entrevista: David
Mendoza Salazar)
Hay un aspecto muy interesante en lo que dice don Oscar; el hecho de imitar a una
mujer (y de hacerse la burla de ella) está contrapuesto a la filosofía trans de “crear”
y en todo caso enaltecer a la mujer, punto que voy a detallar más adelante. Sin
embargo, cabe mencionar que bailar de China Supay no sólo era una ridiculización
burda de la mujer sino que tenía también un sentido ritual, en este caso muy enraizado
con la mitología de la Diablada orureña y el origen minero de la danza:
Había una creencia en la antigüedad, de los mineros especialmente, que la mujer
no podía ingresar a la mina ni mucho menos asomarse a la bocamina, entonces
traía una serie de desgracias y desde aquella situación los varones han optado
siempre por bailar y no mujeres. (Valentín de Vidrierías, 05.03.11, entrevista:
David Mendoza Salazar)
Y por más que ya no sea tan obvio como con la Awicha o con la Awila, también la
China Supay tiene relación con la reproducción y prosperidad, esta vez referida a las
riquezas de las minas. Según los testimonios recogidos y las fichas del P.A.S.C.O
(2006), la China Supay vendría a ser la mujer del diablo, entidad del mal, por
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
389
Chinas Supay tradicionales de la Diablada “La Auténtica”. Carnaval de Oruro 2011. Foto: David Mendoza Salazar
390 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
Tenían la pollera bastante larga como las de la señora paceña y bota cortita. [...]
La blusa como la chaqueta que usan las Kullawas, bordada, con ese elevado en
cartón. [...] La particularidad de la ropa que usaban ellos era de telas gruesas,
por decir, astracán, [...] eran de colores bastante serios, discretos por decir. El
negro que siempre usaban, el azul pastel, el guindo. [...] El sombrero que era de
copa bajita, que no era la que usaban ahora y tenían dos barrilitos a cada lado,
barrilitos de plata. Luego tenían la botita que era bastante corta con un taco
considerable de unos cuatro a cinco cm. [...] Siempre con unas enaguas blancas
y sobresaliendo de la pollera. [...] Y el baile era de puntas. (Ofelia – Carlos
Espinoza, entrevista: David Aruquipa Pérez, Mayo 2011)
Chinas antes otra clase era pues, no era pues así como lo que bailaban, así con
peluca, antes era la China China: normal no más era. Así la pollera normal y
tenía su chaquetilla era de Ch’uta, con eso era y después hay que amarrar su
pañoleta, sus trenzas también han amarrado con pañoleta y agarra las pañoletas.
La pollera alzaban así, su sombrerito así. Sombrero normal no más también,
después hay con plumita. Así no más era la China. [...] En 72, 70, por esos años
pues. [...] Bailaban dos, tres, bailaban, bonito bailaban [...] con botitas [por
debajo de la rodilla] hasta ahí no más era. [...] He bailado de esa China también,
en El Alto, 14 de Septiembre, tres años he bailado. Con careta era también, con
careta de negrita [...] y pollera larga. Ahora están bailando esas cholas, cholas
paceñas así ¿no ve? Casi así era. [...] China le decían. China Morena decían.
[...] Hay todavía. Hay en Oruro. Pero ya no hay chaquetilla de Ch’uta. Otra clase
ya se visten, casi igualito, pero ya no tienen rapacecos. [volados con cadenas de
perlas] (Anita, 19.07.10)
El uso de la pañoleta nuevamente confirma el “parentesco” entre esa China Morena
y la China Supay, que igualmente porta una pañoleta. Siguiendo el posible origen de
esta pañoleta cabe mencionar que existen varias danzas rurales (por ejemplo Lakitas,
Auki Siku o Taquiri) donde las mujeres (Imillas o Siku Imillas) bailan agitando un
pañuelo para “invitar” a los espíritus de la papa y de otros productos agrícolas.
Este imill wawanaka ukanakax refiere ch’uqir ispallar janqu pañueloxa
llujthapt’apxiw llujthapxapxi ispall aka lakitaxa satawa. [Estas señoritas se
refieren a que con su pañuelo blanco invitan al espíritu de la papa, esta danza se
llama Lakita] (Rosa Mamani, 17.10.09)
En otras danzas autóctonas (como por ejemplo la Tarqueada o la Anata [danza]
orureña) se utilizan banderas blancas para llamar a esos mismos espíritus.
Ukaw ukax jichha tiempux ch’uqix panqariw ukat ukax ch’uqi khiwt’aña ukax
bander khiwti siw llallawa mamax. [...] Llallaw mamax ch’uqiwa, papa ch’uqiw
ukax [en esta época florece la papa, entonces hay que llamar a la papa, se dice
que esa bandera llama a la Illaw Mama. La Illaw Mama es la papa.] (Irineo
Bazán Choque, 09.02.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS 393
Por supuesto, es una hipótesis difícil de comprobar ya que el uso de las pañoletas
folklóricas se remonta a principios del siglo XX, pero al menos vale señalar cuál es
el significado de este textil en la danza autóctona, pensando en que tanto la Diablada
como la Morenada tienen raíces rurales y que ese podría ser el origen del pañuelo
folklórico utilizado por esos personajes femeninos.
En Oruro, el personaje de China Morena/Negra era representado por gente
reconocida. Eran...
Los doctores, esos caballeros [que bailaban] con careta, pero más bordado como
ésta, así, lindas las polleras. Con pututus las polleras, eso colgado, la careta
y bailaban diferente. Sus pies y todo bien diferente. [...] bailaban todos en fila
de cinco, en Oruro [...] botitas hasta aquí, media cañas. Generalmente como la
Chola antigua y la pollera siempre tapaba porque la Chola antigua la bota es
aquí (Luis, 12.07.11)
En Oruro se hacen así como bloques [...] ahí generalmente son caballeros
honorables, respetables, los que se visten de mujeres (Mateo Almendro Cevallos,
24.05.10)
Mayormente bailaban señores así que tenían familia, su esposa, sus hijos y
conformaban grupos de dos personas. En el mayor de los casos: tres. [...] Eran
personas bastante conocidas dentro del grupo de Cocanis. (Ofelia – Carlos
Espinoza, Mayo 2011)
Hoy en día (2012) quedan muy pocas Negras que bailan en Oruro: don Jaime Flores
que lleva décadas bailando en la Morenada de los Cocanis y que sigue el ejemplo de
su padre quien igualmente representaba este personaje, y Víctor Luna, un meritorio
bailarín de la Morenada Zona Norte quien decidió retomar la tradición de bailar de
Negra, práctica que en esta Morenada se había mantenido hasta los años ’90.
Al igual que en la Awila y en la China Supay, el estilo de baile era rústico y un
tanto jocoso, aunque por lo visto no tanto como en las otras dos figuras.
Era unos pasos más rústicos, el varón tiende a bailar más duro ¿no? Esa era la
diferencia. Además que no era tan estilizado, usaban una pollera larga y varias
polleras inclusive y las blusas mucho más, en una forma más varoniles digamos,
más clásicas. [...] Daba esa impresión de los de antes ¿no? de ese era el atractivo
también, pero más era como una cosa jocosa, digamos. Como existía digamos el
osito y las demás figuras. (Diego Marangani, 20.07.11)
La Morenada [...] siempre ha sido con careta, con las trenzas, o sea todo era otra
forma ¿no?, una forma más, no sé si vale el término de decir, como un bufón más
de los conjuntos, pero había eso, los hombres vestidos de mujeres bailaban. [...]
En todos los conjuntos había, en Morenadas principalmente los chicos travestis.
(Diego Marangani, s.f., entrevista: David Aruquipa)
En La Paz, hace unos 40 años atrás el personaje suelto también era conocido como
María Antonieta (com. personal de David Mendoza Salazar, recordando las entradas
396 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
que vio en su niñez) y algunas veces fue representado sin máscara. Al igual que la
Awicha, Awila y China Supay tenía un elemento lascivo, aunque éste aparentemente
ya no fue tan agresivo como en los otros personajes descritos.
[En Oruro bailaban] con careta. En aquí... te cuento que bailaron unos chicos
con la misma ropa, sin careta. Eran dos, un flaco y un gordito. [...] De la María
Antonieta en Oruro. En Oruro hablaron que había sido una China, o sea que una
Morena muy hermosa, linda, que coqueteaba al capataz para que a los negros no
les chicotee, algo por ahí, que los hacía descansar, dicen que era muy hermosa la
María Antonieta. Es pues la China. (Luis, 12.07.11)
La reivindicación de la China Morena antigua por David Aruquipa Pérez (Danna
Galán), Maya (William Ventura Poma), Alejandro Cartagena Cárdenas y Manuel,
insinúan que ésta antes sí era una figura folklórica muy reconocida también en La Paz.
Había mucha gente que en realidad rememoró este personaje y se acordaban
y decían: sí, este personaje bailaba con los varones, bailaba al medio de los
varones, entraba, salía y había este personaje. Por ahí decían: mi papá bailaba
y me acuerdo cuando yo era pequeño. (Alejandro Cartagena Cárdenas, 11.07.11)
Parece haber un poco de
confusión en cuanto al
nombre, hecho aún agra-
vado por las diferencias
regionales entre la More-
nada orureña y paceña que
denominan de diferente
forma a los personajes
participantes. Es así que
se habla de China More-
na (antigua), China Negra
(P.A.S.C.O 2006), María
Antonieta, Ñaupa (que en
quechua solamente signifi-
ca antiguo) o Ñaupa China.
Aquí cabe aclarar la dife-
rencia entre este personaje
y la Ñaupa Chola o Chola
Antigua, una recreación de
las Cholas de élite de fines
del siglo XIX y principios
del siglo XX, que desde su
aparición en Oruro entre
Chinas/Negras históricas en el Carnaval de Oruro. 1977 y 1992 (P.A.S.C.O
Foto: cortesía David Aruquipa Pérez
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 397
2006), y en los años 1990 en La Paz fue bailada por mujeres. Aparentemente esta
Chola Antigua, al igual que la China actual, es un derivado de aquella China Morena
antigua bailada por hombres y es interesante resaltar, cómo ya en este personaje an-
tiguo el uso de la máscara era mucho más difundido en Oruro que en La Paz, donde
hasta ahora solo raras veces se aprecian filas de Cholas Antiguas con careta.
Chinas Morenas/Negras en los años ‘40. Carnaval de Oruro. Cortesía David Aruquipa Pérez
La Morenada Central Oruro, fundada por la Comunidad Cocanis, se enorgullece
de llevar por varios años, retomando la tradición de la China Morena, tres hombres
heterosexuales que se transforman para bailar, haciendo una clara distinción entre la
China Morena antigua y las Chinas modernas bailadas por “travestis” (quienes en su
mayoría eran transformistas):
Chinas morenas, o sea Ñaupas, son Cholas antiguas u hombres disfrazados de
mujer, eso representa más o menos el sentir de hace mucho tiempo, eso es una
tradición que se manejaba en el tema de la Morenada. Nosotros como Morenada
Central Oruro, fundada por la comunidad Cocanis, estamos recuperando esa
esencia, de todo lo que ya se había olvidado anteriormente [...] Inicialmente no
había participación femenina, de ahí que se atrevieron a bailar, un varón se disfrazo
de mujer, esa tradición estamos manteniendo nosotros los Cocanis. [...] Muchos
decían que eran homosexuales, travestis, no, no, son varones que representan
398 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
simplemente una Ñaupa [...] era solo varones, lueguito ya, ahí se incorporaron,
hubo una temporada cuando se incorporaron los travestis, bailando de Chinas.
(Omar Bedoya, miembro de la directiva de los Cocanis, 05.02.10)
Al igual que en la China Supay, no había mucha participación gay; era un personaje
fuertemente asociado con el transformismo heterosexual.
[Las Chinas] solo vestían, porque para entonces era pecado decir que es maricón.
(Luis Cruz, 13.07.10)
Para aclarar el origen rural de la China Morena vale la pena analizar fotos históricas,
las fichas del P.A.S.C.O (2006) y los testimonios recogidos. Llama la atención la
relación entre el jubón de algunas de las primeras Chinas Morenas y las chaquetillas
de Ch’utas/Patak Polleras o jubones del área rural paceño, desde mi punto de vista
un claro indicio para la procedencia de este personaje. El hecho de portar barrilito
y pututu incluso acerca el personaje a las lecheras de Waka Waka/Waka Tinti, que
en décadas pasadas también utilizaban jubones con voluminosos volados y mucha
pedrería. Dado que hasta hoy en día, chaquetillas o jubones más simples pero
parecidos, forman parte del atuendo tradicional de Santiago de Llallagua y Jesús
de Machaca y, tomando en cuenta la evidente relación que tenían los comerciantes
de coca fundadores de la Morenada Cocanis (“los que tienen coca” en aymara), con
el departamento de La Paz, las características de los primeros atuendos de China
Morena comprueban al menos una fuerte influencia paceña.
De los personajes emparentados con la Awicha rural, la China Morena antigua
es el que menos se relaciona con el tema de la fertilidad y reproducción y parece
que hace ya mucho tiempo perdió su connotación cómica. En la Morenada entró en
decadencia cuando los transformistas y travestis crearon la China “moderna”.
[Cuando ellos entraron ya desapareció el transformismo heterosexual] Sí, ya casi
desapareció. Ya casi en las Morenadas ya no venía, es que decían ya ¿para qué?
si hay estas otras que hacen mejor espectáculo. (Diego Marangani, 20.07.11)
La causa de la desaparición puede ser que la creación nueva simplemente era más
espectacular que el personaje antiguo – como supone don Diego Marangani –, pero
también sospecho que tiene que ver con la homofobia de los bailarines, que luego
de la entrada fuerte de la población trans/travesti no querían ser asociados con ésta.
Especialmente, tomando en cuenta los testimonios acerca de las Chinas Supay
varones, queda muy claro que entre los transformistas heterosexuales existe un gran
temor de ser confundidos con los gays transformistas.
Sin embargo, la China Morena antigua perdura no sólo en los pocos bailarines
que la siguen encarnando, sino sobre todo en los diferentes personajes más recientes
que surgieron de ella, dando lugar a una especie de tercera generación de figuras que
derivan del prototipo de Awicha/Awila rural, entre otras la China “moderna”, tema
del capítulo 6.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 399
4.4. Resumen
En resumen, la transición entre el transformismo ritual andino y el transformismo
folklórico se plasma en tres personajes: la Awila (Kullawada), la China Supay
(Diablada) y la China Morena antigua (Morenada). Sobre todo la Awila y la China
Supay conservan algo de la comicidad y del simbolismo de su antecesor, la Awicha
rural, hecho que les conecta con los conceptos de fertilidad y reproducción arraigados
en la cosmovisión andina.
A pesar de que los tres personajes pueden asociarse con el q’iwa, un ser que
es ni hombre ni mujer, el transformismo folklórico en sus orígenes (al igual que el
transformismo rural) era asociado con bailarines mayormente heterosexuales. En
las décadas subsiguientes, la comunidad gay/transformista/travesti se apropió de la
Awila, de tal manera que hoy en día suele relacionarse más con la comunidad GLBT
que con transformistas heterosexuales. Mientras tanto, los poquísimos varones
que siguen interpretando el papel de la China Supay y de la China Morena antigua
generalmente son considerados heterosexuales. Sin embargo, fue el personaje ya
casi extinto de la China Morena antigua que abrió paso a la incursión transformista/
travesti en el folklore del altiplano boliviano, presencia que revolucionó las entradas
y su composición social, dejando como legado uno de los personajes folklóricos
más populares hasta el día de hoy: la China Morena moderna o Figura. El siguiente
gráfico visualiza el desarrollo desde la Awicha rural hasta la Figua actual.
Gráfico 2: Los personajes del transformismo ritual andino y folklórico (elaboración propia).
más visible de esa población. A continuación, quiero dar una vista general a la
participación GLBT en los eventos folklóricos del altiplano boliviano, incluyendo a
gays y lesbianas “camuflados”.
XIII Término utilizado para denominar a una persona muy imbuida en el ámbito folklórico, sea
bailando, organizando o compartiendo. Notablemente, no es suficiente participar solamente un
par de años en una fraternidad para ser considerado folklorista, tiene que haber un compromiso
y una red social establecida en el medio folklórico para poder considerarse como tal. Es así que
ni el presidente de la Asociación del Gran Poder ni el presidente de la Asociación del Carnaval
Paceño en función en los años 2009-11, son considerados folkloristas (com. personal de varios
entrevistados).
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 401
mucho menos, más bien tenemos más acogida, siempre participamos con ellos,
estamos en sus reuniones, vamos a alguna fiesta, alguna a vez que hay algún
matrimonio estamos en grupo siempre, todos, ¿no?, llegamos al local y toditos
nos reunimos, bailamos, así y todo pasa, tal vez hasta desapercibido, ¿no?, pero
entre nosotros sí sabemos lo que somos. (Eduardo, 19.07.10)
Con los bailarines transformistas y travesti la situación es más complicada aún. Hace
muchos años, supuestamente debido a un beso que el transformista Peter Alaiza,
alias Barbarela, habría dado al dictador Hugo Bánzer Suárez, entonces jefe de
Estado, en el transcurso de la Entrada del Gran Poder de 1973, la Asociación del
Gran Poder bajo la presidencia de Lucio Chuquimia sacó una resolución prohibiendo
la participación de hombres biológicos “disfrazados de mujer”. Extrañamente, nadie
sabe donde habrá quedado el documento en el que se basa la prohibición, que en
2010 según la mayoría de los entrevistados seguía en pie: ¡está prohibido! Y a pesar
de que ya salió la Ley contra el Racismo y todo tipo de Discriminación (Proyecto de
Ley Nº 737/2010-2011), sigue habiendo temor y restricciones:
No van a dejar pero. Aquí en la 16 estábamos charlando, no, no van a dejar.
[...] Yo he hablado con el Secretario General. Tienen que pedir por escrito, se
tiene que leer en la asamblea si van a permitir, porque aquí los estatutos. (Luis,
12.07.11)
Hay muchos folkloristas que niegan rotundamente la presencia del colectivo GLBT
y especialmente de los transformistas y travestis. Los más jóvenes no se acuerdan
haberlos visto y los mayores afirman que sí, efectivamente habían, pero generalmente
“en las otras fraternidades”, y por supuesto todo eso era “mucho antes” y que ahora
“ya no hay”. A veces es como si se hubiera borrado la memoria de algo que en su
momento era sumamente elogiado, la memoria de un pasado glorioso que trato de
evocar en el capítulo sobre la China Morena moderna. Mientras tanto, el ámbito
folklórico paceño (re)construye la historia de manera foucaultiana: solo existe lo
que está presente en el discurso. Lo demás es negado hasta que el silencio lo haga
desaparecer (Foucault 1977: 12, 21).
Con el anteproyecto de la Ley 737 contra el racismo y toda forma de
discriminación, la negación de la presencia GLBT en el ámbito folklórico podría
haber desaparecido. Sin embargo, hasta el 2010 (cuando el anteproyecto aún no se
había convertido en ley) seguía el silencio de la Asociación del Gran Poder (y de
otros más). Es bastante esclarecedor el testimonio de don Eloy Roberto Condori
Paco:
Se habló. Que tienen derecho y mucha facultad, y muchas fraternidades decían
que bailan en mi fraternidad, entonces dijeron así libertinaje, ¿no?, o sea que
tampoco firman un documento o algo, si no han dicho que bailen no más y
listo. [...] antes de 2000, prohibía, porque esa fecha había una resolución de
que prohibido participar. [...] Para todas las fraternidades, por eso nosotros ya
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 403
hemos sacado, pero ahora como ha venido y esto, y esto se quedó en estatus quo,
así mas o menos, nadie dice nada, nadie, no hay prohibido, y puede participar, va
a venir incluso un documento que firmemos, que baile en las fraternidades que
participe y van a ser premiados, ¿no?, pero tampoco han dicho sí o no, ¿no ve?,
dejaron en un estatus quo, así está. [...] participaron, había una Kullawada Nuevo
Amanecer, que era el 20, tiene ahí, creo que unas 10 a 12 parejas que bailan, y no
dijeron nada, bueno dijeron porque vamos a reclamar, entonces nadie se atrevía
a reclamar, pero sabemos, conocemos [...] casi no hemos dado la importancia, yo
no tengo porque reclamar, éste es el que trabaja, bueno me voy a hacer enemigo,
la [...] es una amiga, yo me he callado, ahora nadie dijeron y está ahí. [...] no
le han dado mucha importancia en la asamblea, vamos perdiendo tiempo en las
cosas de organización, para entrada planificaremos, en eso vamos a perder el
tiempo han dicho, ya entonces lo han dejado eso en estatus quo, han doblado y
listo. (Eloy Roberto Condori Paco, 17.06.10)
Definitivamente ésta es la situación: hasta el día de hoy no sólo hay un montón de
gays, algunas lesbianas, seguramente también una que otra persona bisexual y unos
pocos transformistas y travestis que bailan. Todos lo saben, muchos los han visto,
pero raras son las personas y las instituciones que dan la cara por esta presencia.
Además, muchas fraternidades siguen aferrándose a la supuesta prohibición para
restringir la presencia de bailarines trans:
El año pasado se nos ha prohibido que los transformistas bailen de mujer, tiene
que bailar como es, en excepción de la danza de la Kullawada la Awila. (Vladimir,
10.06.10)
Como excusa generalmente viene que “no debe haber distorsión” y “que bailen, pero
de hombre, no disfrazados” o “como es”, tal como lo expresa don Pedro Charcas:
No los hemos dejado participar [...] la cultura estamos empañando, lo que es una
cultura digamos, lo que debería mantener sus raíces, lo estamos distorsionando
al meter digamos hombres vestidos de mujer [...] La distorsión está ahí en que
nosotros representamos o representamos digamos a lo que es la lechera, a la Chola
que es netamente altiplánica, a la mujer que usa la pollera. No representamos al
hombre que utiliza la pollera [...] Hay hombres que inclusive son mejor que las
mujeres. (Pedro Charcas, 19.07.10)
Aparte de conceder que hay hombres que bailan mejor que las mujeres [sic!], esa
actitud no sólo demuestra la homofobia y transfobia de una gran parte del ambiente
folklórico sino también la total ignorancia de la temática queer. Una travesti o
transexual tiene que considerarse como tal y no como un “hombre disfrazado”.
Por más que no tengan genitales femeninos, las travestis son personas de identidad
genérica femenina que en este caso, para cumplir con el reglamento, tendrían que
disfrazarse de hombre poniendo en desacuerdo su identidad personal de mujer y la
expresión de ésta a través de un arreglo personal de hombre. Mayra tuvo que luchar
contra ese argumento, pero se impuso:
404 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Las primeras veces no me dejaban bailar, me decían que – hace 6 años – pero no
me dejaban bailar porque me decían ¡tienes que bailar de varón, no de mujer! Yo
les decía ¡no! yo tengo que bailar tal cual soy y así quiero bailar de mujer por
mi fe y devoción por la mamita del Socavón. (Mayra Claros Gutiérrez, 05.03.11)
Pensando que probablemente a esas personas les ha costado mucho sobrellevar la
disonancia entre la identidad percibida en su interior y la otra, socialmente impuesta,
parece una mofa o un chiste de muy mal gusto querer exigirles que reviertan ese
proceso. Al mismo tiempo, quiero hacer énfasis en que el transformismo practicado
en las entradas folklóricas es un arte70. Un arte que condujo a la creación de uno de
los personajes folklóricos más populares de la actualidad: la China Morena moderna
(que no debe confundirse con su antecesor, la China Morena antigua). Entonces
¿cómo excluir a los propios creadores e impulsores de personajes, trajes y estéticas
folklóricas de un lugar al que han aportado tanto? Además, exigir que alguien baile
“como es” significa reproducir una concepción de género superada hace ya décadas.
En fin, agresiones, rechazo y la falta de una política clara de las instituciones
folklóricas generan un clima de miedo:
He recibido invitaciones, pero hasta ahora no me animo a bailar en el Gran
Poder [...] tengo todavía ese miedo [...] de pronto digamos que no nos acepten.
(Monserrat - Humberto Ribera, 22.04.10)
Si me preguntabas mucho no te mencionaba si sí o si no, lo dejaba así ambiguo,
como que mejor no respondo porque tengo miedo que me peguen digamos, o que
me discriminen. (Wendy Molina, 08.06.10)
Pienso que en la misma fraternidad ya sabiendo, no creo que nos aceptarían
bailar así en esa forma. (Eduardo, 19.07.10)
A mí me han invitado a bailar Waka Waka, yo tenía que bailar justamente Waka
Waka con un grupo de dos chicos vestirnos, teníamos ya todo listo pero llegado
el momento he dicho no, porque justamente no pues, o sea me iban a ver. (Álvaro,
08.06.10)
Tomando en cuenta esta situación ya era muy necesaria la siguiente aclaración de
Fernando Valencia, presidente de la Asociación del Gran Poder:
Es cierto que la historia nos cuenta la época de los años ‘70 en que participaron
precisamente algunos compañeros travestis para formar lo que después fue la
figura de la China en la Morenada. En todo caso creemos que hay que rescatar
esto como un elemento simbólico e histórico. [...] no podríamos en todo caso,
siguiendo esa línea, dejar de lado a nuestros compañeros, compañeras travestis,
bueno, del grupo GLBT en todo caso. Pueden participar en cualquier persona,
no tenemos ninguna distinción, lo único que jamás debe distorsionarse la danza,
es decir que ninguna manera podemos hacer la mofa de nadie [...] Eso podemos
decir a nuestros amigos, nuestras amigas de GLBT. Acérquense a la Asociación
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 405
XIV Las ñustas eran las doncellas seleccionadas que rodeaban al Inka. En la actualidad la “Miss” de
una fraternidad es denominada ñusta (o palla) y encabeza todo el grupo de baile.
406 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Me veían y todos pensaban que era mujer, tampoco hablaba y pasé desapercibida
digamos. (Ernesto Luna Ulloa, 16.05.10)
Ensayé de hombre, el día de la entrada no más me vine de mujer, si yo era [...]
es que tú entras a bailar de noche, la gente nadie se imagina digamos, pero si tú
estás de día, la mayoría se va a dar de cuenta, nosotros tenemos un rasgo que
la mayoría se puede dar de cuenta [...] ¿Cuál es nuestro problema de nosotros?,
es que nosotros queremos ocultar nuestra identidad, por eso es que digamos,
hemos decidido utilizar la Diablada [en el desfile del Orgullo Gay], porque tiene
careta, o sea nos va a cubrir todo. (Angy, 17.05.10)
Éramos como 15 personas, yo era el único chico, y las demás eran pura mujeres,
pero entonces me pusieron al medio para que no se notara [...] mucha gente
baila muy camufladamente, en Gran Poder hace varios años que hay muchas
personas que bailan, en Morenadas, en Waka Wakas, hay muchos chicos gays
que ahora bailan de Waphuris en otras Kullawadas, muy femeninos y todo eso.
(Sasete la Diva – Rodolfo Vargas, 22.04.10)
Ahí el bailar con amigos y amigas puede tener una razón social o también puede ser
un elemento de precaución necesaria...
Mayormente nos juntamos dos o tres, para no estar sola también en una comparsa,
para reír, para conversar. (Andrea, 09.06.10)
Hay veces se marea, si yo me mareo entonces un poquito me cuida es también así.
Ambas, entonces separado no bailamos. (Mónica, 19.07.10)
... ya que el baile y sobre todo la borrachera desinhiben y hacen que uno deje de
actuar según las convenciones impuestas.
Es como actúas de mujer de sana o de hombre de sano y dos tragos y ya… se salió
lo que es. (Rilian Mejía, 20.04.10)
Cuando uno estaba de varón entonces uno está sano, pero uno se sirve unos
cuantos, uuu, ya se nos sale la mujercita que somos. (Reina Cosmos, 13.05.10)
Todos tienen algo de mujer, y en un momento se les sale su ser así femenino [...] lo
hacen expresivo en los bailes y en momentos de borrachera [...] los que digamos
tienen muchos problemas, muchos complejos, pero aparentan una hombría única,
hasta son peleadores, les gusta pegar, hacen los trabajos más duros, pero toman
unos tragos y son unas hembras, sueltan las trenzas. (Mateo Almendro Cevallos,
24.05.10)
Siendo así, muchos bailarines GLBT tratan de cuidarse y de “escaparse” a su casa
antes de ser obligados a tomar o de perder el control. Caso contrario los problemas
están programados:
Yo estaba con tragos, pero habían dos chicas que estaban con más tragos que
yo, y una de ella me jodió, y me jodió y me besó, y yo era: a la mierda, ya, ya
todo el mundo ya sabe, los otros estaban también chupando pero igual se dieron
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 407
cuenta digamos, entonces era como que, si yo te he visto besando, vos te ocupas
de transformar, cambiar la forma de pensar de las chicas, las estás llevándolas
por el mal camino [...] era como que: a la mierda, ella no era gay, vos la estás
pervirtiendo [...] entonces es como que no, eres un peligro para nuestra especie.
(Wendy Molina, 08.06.10)
Felizmente no todas las fraternidades tienen una actitud negativa. En el Gran Poder,
pero también en entradas zonales, las fraternidades más abiertas a la inclusión de
bailarines GLBT suelen ser las Kullawadas, hecho que se debe al personaje de la
Awila y a la creación de los Waphuris Galán (ver abajo). Paris y Danna Galán, los
principales creadores de estos Waphuris, bailan en las Kullawadas Antawara y Nuevo
Amanecer dando la cara para el colectivo GLBT de manera muy llamativa. Paris ve
de manera crítica...
... la presencia de las compañeras travestis, que respeto, valoro, pero lo único
que hacen es mimetizarse, ¿no?, o sea yo soy travesti, me veo muy bonita y nadie
sabe que soy hombre, entonces tampoco nadie se va a molestar, no se dan cuenta
nada, es más, más bien me van a piropear y voy a conseguir novio, etc. (Paris
Galán, 06.01.10)
Ahora no sólo Paris, sino también Angy y Monserrat piensan que hay que visibilizar
al colectivo:
Creo que debemos hacernos sentir, o sea darnos ya la visibilidad que uno debe.
(Angy, 17.05.10)
[Bailar] es una cosa también de visibilizar de pronto al colectivo como tal.
(Monserrat - Humberto Ribera, 22.04.10)
Rilian resume la función que puede tener la danza folklórica para la comunidad
GLBT hoy en día:
Mediante las danzas yo creo que estamos llegando a identificarnos y demostrar
una realidad que antes era muy oculta y que ahora la estamos mostrando, estamos
buscando la reivindicación aquí, la aceptación, de alguna manera estamos
llegando a concientizar a una sociedad múltiple. (Rilian Mejía, 20.04.10)
Como voy a detallar más adelante, ya se nota una creciente apertura y aceptación,
sobre todo para los seguidores de la familia Galán, por ejemplo los Waphuris de la
familia Alexander quienes en el año 2010 se presentaron como parte de la Kullawada
Corazones Jóvenes. Tuvieron tanto éxito que luego se les invitó a que participaran
también en El Alto (16 de Julio) y en las entradas de Alto Ch’ijini y Achachicala.
Ese mismo año también vi a una lechera travesti muy aclamada y a una China
transformista igualmente elogiada, ambas bailando con sus amigas biológicas.
Lamentablemente, los organizadores de sus fraternidades aún no comprendieron que
en vez de esconderlos y meramente “dejarlos pasar” deberían sentirse muy orgullosos
de esa presencia y sacar el pecho por ellos en vez de tener miedo por “perder puntos”
408 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
en el concurso, una de las excusas más frecuentes para negar la participación a los
bailarines transXV:
Para que nos les boten a toda la fraternidad nosotros preferimos no bailar. (René,
21.04.10)
Me pasó en la 16 de Julio, que decían que no querían [...] porque les vamos a
hacer quedar mal, les van a quitar puntos, si había eso, había esa discriminación.
(Ely Loayza, 19.06.10)
La fundadora creo que era de la fraternidad, le ha sacado a medio camino “te
tienes que salir porque me vas a hacer perder puntos” le ha dicho. (Álvaro,
08.06.10)
Es una excusa que ya no tiene base: como confirman don Eloy Roberto Condori
Paco, Jenny Barrios Guerra y otros, existiendo una ley contra la discriminación ya
nadie se atrevería a reclamar oficialmente la exclusión. Entonces estuvieron ahí.
De la misma manera ha habido Cholas travestis en AMABA, Transporte Pesado/
Señores de Mayo, en las Rosas de Viacha y en la Morenada Majestad Bolivia.
Debido a la figura de Awila (véase cap. 4.1.), la Kullawada siempre ha tendido a ser
más inclusiva con respecto a la participación GLBT. La Awila es el único personaje
exento de las restricciones: las fraternidades que querían incluir Awilas bailadas por
hombres biológicos, transformistas y travestis siempre han argumentado que ese
era el carácter del personaje. Por lo tanto, Dany ya lleva ocho años bailando con
los Mosaicos. Aparte de eso, ha participado en entradas zonales de Achachicala y
Sopocachi y en el Carnaval de Oruro. Dany, una persona muy respetada y querida
por los fraternos, cuenta:
Siempre me han recibido bien, me han tratado bien, cosa que nunca he tenido una
discriminación o que me traten mal, no, nunca me han tratado, ojo, con otras sí
ha pasado eso. (Awila Dany, 26.05.10)
De la misma manera, Ely Loayza bailó de Awila en los Mallkus Perdidos del Gran
Poder, en la fiesta de San Francisco (4 de Octubre) en la Pérez Velasco y en las
entradas zonales de Pampahasi y Alto Tejar. En 2010, Amanda, Reina Cosmos,
William Ventura Poma (Maya) y Alejandro Cartagena Cárdenas por primera vez
bailaron como Awilas y Waphuris en la misma fraternidad que Dany, en los Mosaicos,
y fueron muy aplaudidos. Claudia, Mónica y Anita son Awilas ya mayores, pero
siguen bailando y son famosas en todo el ambiente folklórico:
XV A pesar de que las entradas folklóricas (con excepción de las diferentes entradas universitarias)
tienen un carácter supuestamente religioso, casi todas se realizan en la forma de un concurso.
En la entrada del Gran Poder el conteo de puntos incluye las obligaciones de las fraternidades
durante todo el año y generalmente hay mucha pugna por ser ganador y obtener X puesto dentro
de esa calificación.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 409
Aquí siempre baila una tal Mónica, Anita, hay unas Claudias, entonces conocidas
son en todas partes, aquí en Gran Poder llevaban, después otras, esas mismas
vas a ver en todas las zonas bailando, Mónica conocida en toda La Paz. (Abdón
Ramos, presidente de la Federación Folklórica de La Paz y sus 20 provincias,
05.12.09)
Otras danzas tradicionalmente asociadas con bailarines gays y trans son los Inkas,
Waka Wakas y Caporales. Es muy interesante la presencia GLBT en la danza de los
Caporales, ya que ésta generalmente es asociada con un imaginario muy elitista,
machista y sexista. – Justamente esa asociación es uno de los motivos por el que
participan homosexuales: algunos quieren esconderse detrás de una hombría
exagerada.
Alguien cuando no se acepta, definitivamente quiere parecer mucho, mientras
más macho uno parezca, mucho mejor me voy a sentir conmigo mismo, porque
no me estoy delatando a mi mismo que soy homosexual, ¿no?, yo tengo muchos
amigos que bailan Caporales y son de ambiente, pero ocultan su homosexualidad
(Maya – William Ventura Poma, 05.05.10)
Hay chicos que no quieren que sepan su orientación, que bailan de caporales,
yo conozco a varios que bailan Caporales, bailan Tinkus de hombres. (Sasete la
Diva – Rodolfo Vargas, 22.04.10)
Aparentemente en los Caporales Centralistas sección La Paz, esa presencia no es
ningún tabú ni tampoco es visto como problema:
En mi fraternidad Los Caporales Centralistas, sí ha habido… gente que es gay
y ¡hay! [...] ha habido una temporada que, muchos bailarines -con cualidades
realmente de bailarines- eran gays, entonces, pero su aporte de danza era pues
significativo, era lo mejor. (Jaime Pacheco, director del bloque La Paz, 30.11.09)
En general, los grupos de Caporales tienen la fama de seleccionar a sus integrantes
por la apariencia física, por ser “bonitos” (lo que suele connotar: alto y blancoide),
práctica que constituye la base del argumento de Sasete:
Tal vez porque quieren estar cerca de los chicos, también por eso tal vez, habiendo
hombres tan bellos, quien no quisiera estar a su lado y compartiendo, y por ahí
puede caer en tus brazos, porque el trago hace que... maravillas. (Sasete la Diva
– Rodolfo Vargas, 22.04.10)
La danza de los Inkas desde hace mucho tiempo es asociada con la presencia GLBT.
Es una danza mucho más antigua que los Caporales que en su auge también era una
danza que atraía a los “jóvenes y bellos” y también daba lugar a cierto protagonismo
personal muchas veces buscado por los bailarines homosexuales (véase cap. 6.5.3,
9.3). Sin embargo, por lo que se cuenta, es una danza con participación gay (con
preferencia de bailar como Inka o como Español), pero no hay ni ha habido bailarines
transformistas o travestis en esta danza.
410 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Diego bailando con una amiga en la fiesta del Gran Poder 2010. Foto: Eveline Sigl
412 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
Fernanda es...
... orgulloso de ser lo que soy. (Fernanda, 18.06.11, entrevista: David Mendoza
Salazar)
La opinión del público que había visto pasar el cuarteto de lecheras refleja las
diferentes actitudes hacia esa presencia:
Bonito, muy bonito. Son personas igual. Solo tienen un... no es un defecto, es algo
genético y son personas también. [...] Es una belleza que bailen, que participen.
Porque es... no a la discriminación y Gran Poder es intangible. [...] Todos
tenemos oportunidades, deseos, uno quiere bailar: tiene que bailar [...] Hay
que aprender a respetar. (Reacciones del público, 18.06.11, entrevista: David
Mendoza Salazar)
En general las fraternidades de Wakas del Gran Poder tienen mucha tradición de
incluir a bailarines trans/travesti:
Llevamos 30 polleras, 25 polleras, como somos adelante: llevar la mejor ropa.
[...] En los [...]. Ahí en esa comparsa bailamos Claudia, Yoseline, yo bailamos
en esa comparsa. [...] bastantes transformistas, travestis mayormente [...] esa
fraternidad se ha conocido yo creo que en Gran Poder que bailan pura nosotras
bailamos parece (Andrea, 09.06.10)
En esa Waka Waka toda la vida han bailado las locas, es que no es de extrañarse
ahí. (Luis, 12.07.11)
Doña [...] sabe, es una de las que más acepta, para ella no le va ni le viene. (Luis
Ordoñez, 23.06.10)
Una dirigente cuenta:
Un año ha entrado la Josseline, Josseline ha entrado, pero…, te digo de que
mujer nomás era, no tenía nada, mujer nomás, se ha cargado también igual
treinta polleras se ha cargado y bailaba bien, todos le han sacado fotos, no se
ha hecho notar que es [...] El marido baila de toro, ha bailado de toro, y ahora
le da pa que baile de toro, no ve que tienen sus maridos, él les mantiene.[...]
tampoco nadie sabía, porque estaba igual que una mujer, también ha bailado el
Mauricio, el que baila en la Plana Mayor. (dirigente folklorista, 2010)
En otras fraternidades la inserción de bailarines trans es más dificultosa. Por ejemplo,
las dos Chinas transformistas que querían participar en la Morenada Eloy Salmón no
recibieron un trato tan favorable. A pesar de que había sido en esa misma Morenada
donde en la década de los ‘70, entre otras, bailó la famosa Barbarela, habían...
... dos Chinas que bailaban en la Eloy Salmón también de Chinas de mi grupo.
[ASIF, Amigos sin fronteras, un grupo GLBT] Año pasado. Este año [...] les han
restringido. (Leo Pérez, 05.08.10)
414 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
El testimonio de Leo es sintomático: aún no existe una aceptación general (como por
ejemplo de las mujeres biológicas que quieren bailar de hombre y que lo hacen ya
prácticamente en todas las danzas), por lo que depende mucho de los pasantes o del
directorio a cargo si bailarines trans son admitidos o no.
A pesar de esos problemas, el colectivo GLBT igualmente está presente en el
Carnaval de Oruro. No solo los Waphuris Galán que este año (2011) bailaron con la
Kullawada Oruro y la Kullawada Quirquinchos, sino también dos lecheras famosas
que llevan años bailando y Mayra, una travesti quien desde hace seis años participa
en el Carnaval de Oruro.
En cuanto a la participación en la Entrada Universitaria hubo experiencias
muy distintas. Un año entraron varios transformistas, pero en otro momento hubo
rechazo:
En la entrada universitaria es más cerrado, teníamos dos amigas que igual
querían bailar ahí, los han sacado. (Ángel, 07.04.10)
Como es una fiesta religiosa el Gran Poder, entonces preferible no meterse, por
eso nos regimos a la Entrada Universitaria, porque es un baile de las carreras
universitarias, no hay lío, ahí podemos entrar. (René, 21.04.10)
Es por eso que también en la Entrada Universitaria muchos prefieren pasar
desapercibidos:
En las fraternidades de la universidad los chicos bailan, pero bailan eh…,
todavía no son visibles [...] como vinieron el año pasado, se chocaron pues, entre
los otros, los que no son visibles tuvieron que alejarse un poquito más de los
otros normales y yo les dije: “no van a chocar, por favor” a los chicos, a los de
SEDDSER les he pedido: “por favor, respeten”, ellos, él, no quiere que se sepa
acá, entonces respetamos. (Marcelo, 22.07.10)
En todo caso, ni en la Entrada Universitaria 2010 ni en su versión del año siguiente,
vi transformistas o travestis, pero sí me encontré con un amigo gay transformista
quien bailó de manera camuflada en la tropa de hombres.
5.1. Resumen
En resumen, puede decirse que a pesar de la homofobia, de la negación y de
reglamentos excluyentes el colectivo GLBT no sólo sigue presente en el folklore del
altiplano boliviano, sino que también, gracias a la nueva legislación, nuvevamente
ingresa con mayor fuerza a este ámbito. Cabe recordar también el gran aporte del
colectivo en cuanto a la estética y la creación de nuevos personajes folkloricos, en
especial la China y los Waphuris Galán que son presentados y analizados en los
capítulos que siguen.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 415
Ofelia (Carlos Espinoza) y Franz Hidalgo, creadores y pioneros de la China Morena/Figura actual.
417
largo de las botas que ya se hizo muy diferente. (Ofelia – Carlos Espinoza, Mayo
2011, entrevista: David Aruquipa Pérez)
Comparte el crédito de la subsiguiente evolución del personaje con Franz Hidalgo,
un muchacho que introdujo el elemento sensual, “atrevido” a la China:
Franz Hidalgo llegó a la Morenada donde yo participaba pero con un aire, una
vestimenta muy diferente a la que nosotros habíamos usado hasta ese entonces.
[...] Él se destacaba porque tenía una feminidad única en su baile, en su vestimenta
y en su arreglo personal. [su primer traje] era bastante atrevido digamos para la
época porque era bastante escotado. [...] Él muy simpático, muy femenino y dio
una imagen bastante buena. (Ofelia – Carlos Espinoza, Mayo 2011, entrevista:
David Aruquipa Pérez)
Aquí cabe explayar un poco qué tipo de feminidad representaban Ofelia, Franz y
luego también todas las otras Chinas. No era la feminidad chola, en ese entonces la
única feminidad presente en los eventos folklóricos.
Generalmente no había esas chicas bonitas, puro birlochitas de las hijas de
Cholas, yo soy hijo de Chola, pero no soy tan este, y las birlochitas, esas bailaban.
(Luis, 12.07.11)
Los transformistas mismos solían ser “de clase media”, así que no es de sorprender
que no les “gustaban” o no les “quedaban” las insignias de la feminidad Chola, es
decir, las trenzas, el sombrero borsalino y las polleras largas, todos símbolos de un
estrato social al que no pertenecían o del que se querían alejar.
A mí no me gustaba por ejemplo ponerme sombrero porque no lo podía retener
en la cabeza. Yo no sé como las señoras lo tienen en la cabeza y lo manejan tan
bonito que yo no podía. Así que me hacía un peinado y ahí no más las trenzas
y me ponía el sombrero a un lado, a veces me ponía con trabas y todo. Sí, lo
punzaba ahí, pero siempre iba cayendo, tenía que cuidar más el sombrero o sea
que me molestaba, aj, dejé el sombrero y solamente con peinado. [...] A mí no
me gustaban las trenzas. O sea que yo me hacía las trenzas hacia atrás, pero
abiertas, puro rulos. Pero era hasta un poquito más abajo de la pollera. [...]
Habían muchachos que les gustaba más vestirse de Cholitas. Ahí iban de Cholas
y lo hacían, bailaban así, eso les gustaba. Creo que hay diferentes gustos. (Titina
– Tito Fernández, 20.07.11)
La feminidad de la nueva China era muy diferente a lo que habían representado
los transformistas folklóricos heterosexuales al representar la China Morena
antigua; la nueva creación era inspirada en la moda internacional, en los trajes
de noche, en fin, en el gusto de las élites europeizadas. Nosotros empezamos
con colores fuertes. Como [...] estaba por entonces inmerso en la costura sabía
qué colores estaban de moda, qué telas de actualidad. [...] usé yo colores muy
llamativos, muy llamativos y también en cuanto a modelos puedo decir que ya
eran más femeninos que los que usaban los señores, eran más femeninos, [...] los
420 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
bordados que tenían eran más de fantasía, [...] no eran netamente folklóricos,
sino al contrario eran bordados de fantasía con pedrería, perlas, canutillos,
cosas de actualidad. En cuanto a las botas, después de haber bailado unos cinco
años ya estuvo de moda la plataforma. Entonces empecé también a incursionar
eso en la moda de las figuras femeninas tanto como de la comunidad gay, con
plataforma y tacones bastante altos de 12 a 15 cm. [Las botas eran] largas, de
rodilla 10 cm. arriba. [...] La pollerita 30 cm. [...] En algunos casos sí tenía las
mangas que estaba por entonces el campana, el campana plato por decir, con
volados, muchas veces en gasa plisada, en modelos muy, muy, muy de actualidad,
ya más modernos, más actualizados. Entonces tenían una forma, por decir, yo
sacaba de figurines de trajes de noche o hacíamos de trajes de novia. (Ofelia –
Carlos Espinoza, Mayo 2011, entrevista: David Aruquipa Pérez)
Ese trabajo abrió las puertas no sólo a Carlos Espinoza, sino también a otros jóvenes
que antes no podían participar en la Morenada de los Cocanis:
A ese ritmo ya empezó grupos de jóvenes porque era cierto sector de clase social
mediana. No permitían que otra gente esté metido dentro de los conjuntos,
especialmente de la Morenada en la que yo participaba, era netamente de
Cocanis. Pero yo me llegué a ganar la confianza, el aprecio de las personas, sí
me aceptaron bastante bien. (Ofelia – Carlos Espinoza, Mayo 2011, entrevista:
David Aruquipa Pérez)
Además, al reproducir la imagen de una mujer “moderna”, atractiva, sensual y
confiada en su propia belleza, la China empezó a despertar el interés de las mujeres
de élite. Fueron los mismos modistas, estilistas y peluqueros trans/travesti quienes
incentivaron su participación abriendo, de esta manera, un espacio mucho más
grande para el ingreso de nuevos estratos sociales y la creación de nuevos personajes
femeninos inspirados en las primeras Chinas trans/travesti, como por ejemplo las
Chinas Supay bailadas por mujeres, las Cholitas y Chinas Morenas antiguas mujeres
orureñas y las Caporalas.
Llevé chicas de la sociedad. Yo he sido el que ha incursionado en el aspecto como
[...] estaba ya por entonces involucrado en la moda, trabajaba con costura para
chicas muy, de la sociedad orureña, entonces ya llevé chicas que incursionaron en
la Morenada. Mujeres, mujeres. Chicas de la sociedad orureña [...] llevé chicas
muy hermosas que participaban en el Miss Oruro o chicas muy representativas
con apellidos de, de gente muy de clase alta en Oruro. Por decir puedo mencionar
a las chicas hermanas Soux, después a Marcela Gastelú, unas chicas que eran
realmente representativas en Oruro. Luego se fundó el grupo de Cholitas, luego
también se hizo el grupo de las señoras mayores de la sociedad también, el grupo
de figuras Chinas Morenas que bailaban las señoras igual con pollera larga,
época de la vestimenta. (Ofelia – Carlos Espinoza, Mayo 2011, entrevista: David
Aruquipa Pérez)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 421
6.3. La China II. Una vedette blancoide y “glocal”XVI que baila folklore
Debido al impacto que causaron las nuevas Chinas orureñas cuando por primera vez
se presentaron en la fiesta del Gran Poder, en La Paz pronto surgió una tendencia aún
más extravagante y “escandalosa” fuertemente inspirada en las vedettes y estrellas de
cabaret internacionales. Ahí, el enlace con la China Morena antigua se fue perdiendo
hasta tal punto que ya no quedaba mucho de “lo tradicional”: las nuevas Chinas
paceñas empezaron a bailar con polleras mini mucho más cortas, enaguas de colores,
calzones con encajes, botas con plataforma que llegaban hasta encima de la rodilla
y pelucas de diferente color peinadas a la última moda internacional. La fuente de
inspiración para sus atuendos sumamente llamativos ya no era tanto la alta costura,
sino el teatro de revistas, en películas y programas televisivos donde aparecían las
vedettes a fines de los años ’60, principios de los ‘70.
Yo me he inspirado de las botas largas en ese tiempo ¿no ve? la Susana Giménez
[...] con sus botas, yo ahí ya, capté y hice eso y [Tito, Romelia, Pocha y Diego]
hemos sido los primeritos en usar las botas [tacos] de diez, con plataformita.
[Las polleras] la Ofelia ha subido un poco, pero nosotros hemos subido más que
la Ofelia. Y después ya claro, ha captado eso y lo ha hecho igual. [...] Y esos
centros eran de colores, cosa que no había antes. [una vez] Hemos entrado de
puro blanco, blanco, ya la pollera corta, las botas hasta acá y los centros rojos
(Diego Marangani, 12.07.11)
XVI “Glocal” es una palabra artificial que surge de la unión de “global” y “local”, así visualizando
la regionalización, apropiación y adaptación de fenómenos y tendencias globales a contextos
muy específicos locales.
422 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
perder, por ejemplo la pollera que es netamente boliviano. [...] (Mateo Almendro
Cevallos, 24.05.10)
La incorporación de influencias foráneas hizo que estas Chinas se conviertan en figuras
enteramente “glocales” y criollizadas en el sentido de Hannerz (1996). Es decir: los
creadores trans/travesti se apropiaron del glamour internacional, lo regionalizaron y
lo adecuaron a su propio contexto, amalgamándolo con la indumentaria folklórica,
de tal manera que surgió algo completamente nuevo, enteramente suyo. Sin embargo,
cabe recalcar que, por más que la China haya conservado la pollera (hoy en día
cortada a un mínimo de 25 cm, siendo el largo de una pollera de uso cotidiano 62-72
cm), ese personaje fue el primero en representar a la Chola sin serla. Era la recreación
de la imagen de una mujer blancoide, europeizada, definitivamente no indígena que
reinterpretaba a la Chola, ideada desde una visión trans/travesti, inspirada en las
vedetes y la moda internacional, con lo que no sólo cruzaba los límites de la hetero-
normatividad genérica, sino también de clase y etnicidad. Esa representación de una
mujer esbelta y blancoide, una señorita de élite con un aire atrevido sensual que hace
de “Cholita folklórica urbana”, demuestra cuán construidas son las categorizaciones
étnicas-fenotípicas y cuán importantes son éstas en el altiplano boliviano. Entonces,
un hombre biológico homosexual, de estatura mediana y rasgos mestizos podía
alcanzar la categoría performativa de “blancura”72, estrechamente asociada con las
élites sociales, apropiándose de la feminidad “blanca”73, es decir: euro-americana,
a través de la transformación folklórica. Por supuesto, esta característica fenotípica
en general es un “marcador” altamente discriminante que divide el mundo entre
“blanco” y “no blanco”. En este contexto, “blanco” no es otra cosa que una conexión
arbitraria, creada entre el color de una caja de pinturas y personas muy diferentes
en el sentido cultural, histórico y político, conexión ligada a los estereotipos racistas
y a la delimitación frente a todos los que están excluidos de esta “definición de
color privilegiante” y que corresponde a los privilegios sociales, al sexismo y las
estructuras de clase74. En este mismo sentido, el hombre gay/trans, sin importar su
ascendencia y su nivel económico, logra crear un personaje que automáticamente es
asociado con la capa social media-alta europeizada; la China Morena antigua, que
con su jubón aún mostraba un parentesco con lo indígena-rural, es “blanqueada”,
internacionalizada y por lo tanto hecha aceptable y presentable para la “gente
profesional”, que no quiere tener nada que ver con “cosas de indios”XVII.
Otro aspecto en el que se notaba la “de-indianización” (y, por lo tanto, también
de-ritualización) de la China, era el arreglo de su cara. - Las primeras Chinas aún
utilizaban caretas, pero pronto empezaron a pintarse la cara convirtiendo su propio
rostro en una especie de máscara llamativa (i.e. las caretas femeninas que aún se
siguen utilizando en Oruro tienen ojos muy grandes enmarcados por pestañas largas).
XVII Expresión despectiva utilizada por varios entrevistados al describir la actitud que hasta hace
pocas décadas atrás tenían las clases europeizadas hacia el folklore
424 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Lucho (Luis Vela) de China Morena. Cortesía Luis Vela & Morenada Odontología
426 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
hasta acá [...] Porque habíamos visto, eso nos ha inspirado el teatro de revistas
que había antes de Buenos Aires, que llegaban de las artistas, las vedettes y todo
eso. (Diego Marangani, s.f., entrevista: David Aruquipa)
Además, tenían una muy práctica razón de ser e iban perfectamente con la estética
trans de aquel entonces:
Ellas con su belleza y obviamente que para esconder las piernas ellas planteaban
que inventaron la botas porque tenían piernas masculinas, entonces tenían que
esconder. Entonces hacer las cosas hasta acá, exacerbar con la cintura con estos
braciers con los corsets y todo aquello entonces realmente es una estética ideada
por el travesti, no, ideada y confeccionada por travestis, con guantes ocultando
los vellos o también las perlas las mangas mariposas. Todo pensado justamente
en resaltar la belleza travesti en un cuerpo, si quieres, masculinizado. (Danna
Galán – David Aruquipa, 08.07.09)
El estilo de las Chinas trans se fue creando en busca de novedades impactantes, y
creo que ahí jugaba lo que McNeal llama el “glamour game” (juego de glamour), es
decir el intento de superar a la mujer con una presentación que enfatiza en belleza y
glamour (1999: 355, 358).
El maquillaje fuerte, [...] solamente se comparaban esos maquillajes con las
vedettes, de ahí hemos ido inspirándonos nosotros al hacer ya esos maquillajes
fuertes [...] nosotros hemos puesto esos medias, la red que casi usaban las vedettes
[...] Nos hacíamos traer esas medias [...] esas red, entonces todo eso nosotros
hemos innovado ¿no?, de todo, hasta del calzoncito podríamos decir, hemos hecho
los calzoncitos bordados, o cómo es, con voladitos primero más cortos [...] hemos
ido acortando hasta eso [...] la peluca rosada y todos los accesorios rosados,
entonces había ese contraste de colores, inclusive las pestañas, unas pestañas, yo
creo que las primeras pestañas que han llegado a Bolivia de colores [...] eso era
una novedad, siempre estábamos buscando una novedad ya sea para el cabello,
ya sea para la cara, todo eso, ahora nosotros hemos impuesto ese maquillaje que
se está usando, maquillaje de la “china” con un montón de cosas, con lentejuelas
que se puede hacer ahora [...] yo siempre miraba películas, miraba televisión,
esos programas que había de la Argentina como ser “Tropicana”, después
donde se presentaban las grandes vedettes de ese tiempo, digamos, como ser la
(...) Blanc, la Zulma Payá, la Susana Jiménez, esta otra, la Moria Casán, en ese
tiempo ¿no?, entonces siempre nos hemos inspirado en ellas también de México
había una famosa que era la María Antonieta Pons, después había la Ninón
Sevilla, todas esas grandes [...] entonces había eso, un cruce nomás de una cosa
con la otra cosa. (Diego Marangani, s.f., entrevista: David Aruquipa Pérez)
Lo que a mí me parece sumamente interesante es la acogida que tuvo y que sigue
teniendo este personaje de la China entre las “señoritas” y señoras “de vestido” de
clase media-alta. ¿Será que el gusto por el glamour y el espectáculo de corte teatro
de revistas internacionales encaja especialmente bien con el gusto de esa clase? ¿O
428 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
que les ofrecerá una posibilidad de vivir el exhibicionismo femenino76 que analizo
en el capítulo sobre roles de género? Tal vez también es la imagen lasciva, un aire
fetichista que sexualiza las botas de la poderosa “dominadora” y el sabor de “lo
prohibido”77 que gusta tanto a los montones de mujeres biológicas que hoy en día
sueñan con bailar de China. Pero aquí también cabe tener en cuenta, que lo que
gustaba al público cuando veían las Chinas trans/travesti era solamente su imagen
femenina, negando por completo la orientación sexual y los deseos que se escondían
por debajo de esa apariencia y que únicamente podían vivirse en el marco de las
entradas folklóricas donde trans/travesti pasaron de sujetos marginados a ser estrellas
aclamadas.
Bailé de China en las Morenadas. [...] Éramos aplaudidos, ovacionados...
(Mateo Almendro Cevallos, 24.05.10)
Donde nos sentíamos felices era en ese momento ¿no? vestidas de Cholas, de
mujeres muy lindas y que el mundo te aplauda, tanta cosa y que los chicos también
nos sigan. (Titina – Tito Fernández, 20.07.11)
La entrada era un lugar donde los trans se sentían apoderadas, donde recibían la
atención, el cariño y aprecio que se les negaba en otros lugares, una vivencia muy
parecida a la de los trans/drag del 801 Cabaret en Florida, EEUU: Ahí la bailarina
Milla cuenta: “encontré un lugar donde podía estar, donde podía esconderme, donde
podía enmascararme detrás de un maquillaje estrafalario, colores de pelo locos,
atuendos salvajes y sentirme fuerte, sentirme bien. Todopoderosa. [...] La gente me
daba amor y recibía toda la atención, todas las cosas que nunca había recibido de
un hombre”, y su compañera Kylie confirma: “Quería atención. Quería amor, de
verdad.”78. Es exactamente lo que cuentan los antiguos bailarines:
Nos invitaban y eran los ensayos, en los ensayos nadie iba a ver más que a las
Chinas. [...] por gusto nos metían y nos aceptaban y nos daban trago [...] era
tan lindo en los pueblos porque a la China te querían, te amaban esos días de
fiesta. Era su diosa. (Ninón – Víctor Hugo Vidangos, 01.08.11, entrevista: David
Aruquipa Pérez)
Como hacen notar esos testimonios, las entradas folklóricas son un lugar donde el
público (potencialmente) aprueba lo que Wright llama la masculinidad subordinada
(2006: 5), es decir afeminada. Mateo, Titina y Ninón eran ovacionados, un trato
que hasta hoy en día no corresponde a lo que una persona trans puede esperar
cotidianamente. Sin embargo, Ninón dice claramente: “te amaban esos días de
fiesta”. Es decir: ese gran aprecio, tal vez por falta de un discurso político que podría
haber acompañado esa participación, no se tradujo a una mayor aceptación en la vida
cotidiana (véase también cap. 11), hecho claramente evidenciado por la prohibición
de la participación transformista y travesti a partir del año 1974.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 429
Chinas sin pelo. Había una chica [...] con el pelo bien cortito, cortito, y bailaron
de China, y bailaron bonito, chicas. Y nadie decía nada. Sin sombrero, sin nada.
(Luis, 12.07.11)
Las mujeres biológicas primero entraron de a poco, incluso mezclándose con las
travestis:
Travestis y chicas también bailaban con o sea la última adelante, atrás, así.
(Andrea, 24.05.10)
Pero para poder seguir bailando, a partir de ahí ya de manera camuflada, los
transformistas tuvieron que moderar su estilo y adecuarse a la presencia mucho
menos llamativa de las mujeres biológicas, lo que implicaba el uso de las dos trenzas
y del sombrero borsalino.
Después [de la prohibición] y de ahí dos más con trenzas y después ya no. Las
mujeres se han metido pues. (Luis, 12.07.11)
Empezaron ya la nueva generación de homosexuales a entrar de Chinas, pero
no como se había hecho en un inicio, bien producidas, sino entraban ya con dos
simbitas [trenzas], con el sombrerito, no mucho maquillaje, la blusa y junto con
las demás chicas (Ninón – Víctor Hugo Vidangos, 01.08.11, entrevista: David
Aruquipa Pérez)
Han bailado todavía después de la prohibición que tenían mediante la presidencia
Hugo Banzer Suárez, todavía han participado. Pero de manera más discreta, sin
llamar mucho la atención y cosa que ha pasado desapercibida porque no han
tenido mucha cobertura y tampoco han sido muy exagerados en su vestimenta.
Entonces han participado. Actualmente creo que participan. Pero en un número
muy reducido. (Ofelia – Carlos Espinoza, Mayo 2011, entrevista David Aruquipa
Pérez)
Yo creo que después de un tiempo han empezado a camuflarse. A camuflarse con
las chicas. Se han sometido a las mujeres, cosa que antes no sucedía eso. (Diego
Marangani, 20.07.11)
Hasta unos cinco años había una [China] que seguía bailando, pero ya era
operada, ya mujer. Me comentaron [...] ya una China más de las chicas. [...]
Antes yo no sé, la gente veía, pero era como que veían algo extraño, algo de otro
mundo. Ahora pasan desapercibidos. (Titina – Tito Fernández, 20.07.11)
Mientras que Diego Marangani, Tito Fernández y otras Chinas solían bailar de
manera individual moviéndose de manera independiente en el medio de los demás
bailarines y utilizando diferentes movimientos y colores de traje, en el grupo
de Barbarela ya empezó a haber Chinas que vestían el mismo traje para bailar
uniformadas de la misma manera, costumbre adoptada por las mujeres biológicas
quienes comenzaron a formar filas donde no sólo se igualan los trajes sino también
los pasos. La proliferación del personaje incluso llevó a que actualmente en las
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 431
entradas mayores (Carnaval de Oruro y Gran Poder) a las Chinas no se les permite
entrar individualmente, sino solo en filas de a seis. Hoy por hoy las Chinas son:
La cara de la fraternidad, ponen las más bellas, las más bonitas las ponen
adelante. (Edgar Vidaurre, 06.01.10)
Eso quiere decir que fungen como emblemas para ostentar el poderío económico y
la “categoría” de las clases pudientes y ascendentes79, y al final son ellas y ya no las
trans, las que llevan en alto la “belleza femenina”,
Las figuras son personas, señoritas, jovencitas, que también podrían ser nuestra
imagen como en Morenada, ¿no?, o sea tenemos también, así como tenemos
morenitos con caretas, con su matraquita, también tenemos belleza, tenemos que
demostrar lo que es la belleza, ¿no?, y la belleza de la mujer. (Omar Bedoya,
05.02.10)
Es un rol empeñosamente asumido por las Chinas mujeres y la nueva generación de
Chinas trans:
La China es la seducción como se dice ¿no? y bueno, me encanta. Como soy
mujer me gusta, me gusta. (Lorena Catacora Quisbert, 07.03.10)
Para la danza de la Morenada tienes que expresar sensualidad, alegría, tienes que
tener carisma y todo eso, ¿no?, porque justamente de eso también se trata, ¿no?,
la Morenada, y sobre todo las chinas. (Monserrat - Humberto Ribera, 22.04.10)
De esta manera se están perpetuando estereotipos acerca de una mujer poderosa y
dominante, que hace resaltar su belleza física y su atractivo sexual-sensual80, imagen
que se conecta con el discurso acerca de mujeres “buenas” y “malas”, es decir,
“decentes” e “inmorales”81. Al mismo tiempo, es un concepto que reduce la mujer a
su cuerpo, a una sexualidad descontrolada, “salvaje” y a lo “natural” que se contrasta
con la superioridad racional-“cultural” del hombre82.
La tendencia europeizada de las primeras Chinas trans en parte fue adoptada y
en parte revertida por las mujeres biológicas. Se apropiaron del traje, pero hoy en día
bailan con dos trenzas, insignia de la Chola, y en algunas fraternidades incluso está
prohibido que las “figuras” se peinen con cerquillo.
Al igual que a las antiguas Chinas trans, también a las mujeres lesbianas y
heterosexuales que bailan de figura hoy en día les atrae el protagonismo, el sentirse
aclamadas y halagadas.
Me luzco más, sobresalgo más. (Patricia García, 13.02.10)
Es que, ¿sabes? hay roles en cada danza, por ejemplo ese protagonismo, por
ejemplo en la Morenada toda la vida se ha hablado de la china, porque la china
es la figura de toda la Morenada, [...] de figura es tu protagonismo, sabes que
cualquier cámara va a estar ahí, tin, las figuras. (Claudia, 15.06.10)
432 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
6.5. Más bella que una mujer: estética trans e imaginarios de género
6.5.1. La creación de una híper-mujer
Todos los transformistas y travestis que entrevisté coincidieron en querer hacer la
mejor representación posible de “lo femenino”. Muchos estaban convencidos de que
se podían ver “mucho mejor” que una mujer biológica85, no sólo en la apariencia
física sino también en el mismo baile:
Hay chicos que bailan con mucha gracia y se les ve mejor que a una mujer,
bailan mucho mejor que una mujer, y creo que eso va también con el hecho de que
tu quieres mostrar algo mucho mejor, ¿no?, no mostrarte mejor que una mujer
biológica, pero bailar mejor, tener más gracia, donaire, más ritmo. (Sasete la
Diva – Rodolfo Vargas, 22.04.10)
Uno de los que bailan en mi fraternidad, que baila de mujer también, bella ropa,
bella careta, la forma en que bailas, es más elegante que muchas mujeres que
hay en mi fraternidad (Pablo Bautista, 05.01.10)
Siempre las Chinas trans han sido más bonitas y bailan más bonitas que las otras
Chinas. Tienen más gracia. (Belén Rojas Moreno, 19.06.10)
Esto era más, más elegancia cuando nosotros bailábamos. Era elegante desde
los pasos, cosa que ahora, las chicas de ahora, de las Morenadas, no bailan.
Así son mujeres, son lindas, todo lo que tú quieras, pero ese swing no van a
tener nunca. [...] inigualable ha sido el baile de nosotros. (Diego Marangani,
20.07.11)
La entrada folklórica es un lugar en el que los hombres trans ganan a las mujeres en
el “glamour game” (juego de glamour), y es ahí donde se apoderan del control de lo
femenino86: bailando, diseñando trajes, creando y enseñando pasos y movimientos
de baile u ofreciendo servicios de peluquería y estilismo. Es así que cuando ya no
podían bailar ellos mismos, Tito Fernández y Peter Alaiza enseñaron sus pasos a
amigas mujeres. Sin embargo, don Tito no está muy contento con lo que bailan las
chicas de ahora:
[Sobre las chicas] más es el traje, mostrar el poto y nada más. En cambio
nosotros hacíamos con gracia, no sé, yo al menos, nos preparábamos un mes
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS 433
Chinas en los años ‘70: Juana, Martha (María Magdalena Mercado de Estrada) y
Lucho (Luis Vela). Foto: cortesía Luis Vela & Morenada Odontología
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
434 Más bella que una mujer: Diego en una transformación perfecta. Foto: cortesía Diego
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 435
antes con Verónica que en paz descanse, mi amiga, nos preparábamos los pasos
y las manos, cómo debemos llevar, dónde debemos poner, una a la cintura, la
otra levantada, así nos hemos preparado. Pero ahora es mover y mover y mover
y mostrar potos. (Titina – Tito Fernández, 20.07.11)
Mientras tanto, Carlos Espinoza (Ofelia) no sólo se convirtió en uno de los principales
diseñadores de trajes para los estamentos femeninos de la Morenada, sino también
trabajó como coreógrafo de varias Morenadas orureñas, hasta participando en la
fundación de la Morenada Ferrari Ghezzi en la cual formó las primeras generaciones
de Chinas mujeres. También Diego Marangani sigue influyendo en la creación de “lo
femenino”: no se contenta con el baile de las chicas, pero al maquillarlas al menos
trata de plasmar su estética en ellas:
Ahora no hay mujeres, por más que me traes a la Miss Bolivia que es hermosísima,
que va a bailar, bien, todo, todos van a decir: la Miss Bolivia está bailando, pero
si tú te fijas en los bailes, en los movimientos, no es el mismo. Puede ser que
tenga las manos mucho más finas, tenga más movimiento, pero no es lo mismo
la travesti que es más coquetona, más llamativa, desde el maquillaje, desde el
vestuario, todo. [...] vienen las chicas a maquillarse, trato de maquillarles lo que
yo me estoy inspirando en lo que yo he sido. Entonces se ve mucho mejor. (Diego
Marangani, 20.07.11)
A veces esa competencia con las mujeres biológicas lleva a actitudes (ligeramente)
misóginas87, lo que en parte podría explicarse con el “odio hacia si mismo” que
tendrían los hombres trans a causa de ser estigmatizados como “siendo femeninos o
mujeres”88.
Cuando bailan queda muy claro que no quieren encarnar (embody) una mujer
“cualquiera”, sino una diva, una reina, una mujer que uno puede ver en un escenario,
una estrella pop, una vedette89, o, en el caso boliviano: una China. En fin, un ser tan
bello y tan perfecto como no puede existir “en la realidad”. Y otra vez, igual que en
la época de la creación de la China, es la mujer blancoide que sirve de modelo: una
“miss” o una súper-modelo cuya imagen femenina está inextricablemente ligada a
ciertas constelaciones de clase y etnicidad.
El verdadero transformista trata de copiarte todo lo que hace una mujer, no
solamente una mujer normal por ejemplo, por decirte que trabaja, sino una
mujer modelo, por decirte, una Miss. (René, 21.04.10)
Es en esa representación donde empiezan a borrarse las fronteras entre “lo real”
(tal vez: equivalente de “lo normal”), lo imaginado y lo construido (también “real”,
pero seguramente no “normal”)90. Butler (1991: 214) resuelve este problema entre
“realidad” e “ilusión”: dado que para ella tanto el “sexo” como la “esencia interna”
de una identidad de género son construcciones ficticias e ilusiones de una sustancia
inexistente, es imposible que el cuerpo alcance el ideal; es acercarse a algo que no
existe, a una ilusión. Y eso es exactamente lo que hacen los transformistas: tratan de
436 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
XVIII La palabra to perform o performance en castellano no tiene traducción. Entre las acepciones se
encuentran actuar, comportarse, demostrar, ejecutar, practicar, producirse y representar. En este
caso se trata de una performance en el sentido de Schechner (2002): una acción que produce
un efecto en su entorno y en los mismos actores, sean – en el caso investigado – bailarines,
espectadores u organizadores.
438 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
todo lado y yo no sabía donde escapar ¿no? escapaba a las cholas, las cholas sí,
las señoras de pollera me agarraban y me cubrían, pero igual ¿no? era tanta la
gente, los muchachos que al final he resultado con los centros rotos. Uuuh. Ha
sido una experiencia que al final me asustó un poco, bueno... [...] Nos cercaban y
bueno, también nos asustábamos porque era peligroso. (Titina – Tito Fernández,
20.07.11)
En otra oportunidad tuvo que deshacerse de sus perlas para distraer a sus seguidores:
En Copacabana me invitaron a bailar. Yo bailaba: uuuuh, tenía un collar de no
sé cuántas vueltas y había un muchacho que venía a mí, me agarraban, algunos
que me querían besar y bueno. Y al final tuve que deshacerme del collar y las
perlas las regalé, pero era la gente sí, y la gente alzaba las perlas como si fueran
perlas netas, qué sé yo ¿no? Alzaban y se llevaban y felices ¿no? los chicos.
Pero ya pasé una cuadra más o menos bailando sentí que algo me echaron en
las piernas. Eran unos muchachos que me habían echado cerveza o no sé qué.
Venían tras de mí. Y había uno de los Morenos que manejaba el chicote y los
hizo correr. O sea, mira, hay la diferencia ¿no? lo que sí eso era en Copacabana,
era en un pueblo y eso me pasó esa vez. Pero después todo normal. Lo más lindo
que me pasó que mandé mis perlas todo lado y el mundo recogía como si fuera
dinero. (Titina – Tito Fernández, 20.07.11)
Pero no sólo fue un problema de los pioneros de la nueva China; los que bailan de
China hoy en día tienen los mismos problemas:
Se venían y se querían sacar fotos, te acariciaban, que como quisiera que no esté
mi mujer aquí, son cosas que pasan en una borrachera, todo eso. (René, 21.04.10)
Las molestias tampoco se restringen a la Morenada:
Hay problema que nos meten mano, en la Kullawada igual, igual nos metieron
mano, yo tenía una experiencia, cuando por segunda vez yo bailé, me metieron
mano, un chico muy apresurado. (Ely Loayza, 19.06.10)
Sin embargo, como las Awilas bailan con manta existe la tradición de defenderse con
ganchos:
Ellas tenían la manta y en la manta llevaban el gancho o dos ganchos ¿no?
Y venía algún tipo, siempre hay tipos mareados donde estaban y agarraban un
gancho y con el gancho les hacían escapar. Nosotros [las Chinas] no podíamos
hacer eso. No, no hacíamos eso. Al menos yo no hacía. (Titina – Tito Fernández,
20.07.11)
Aparte de un tema de curiosidad, de querer “sacarse la duda”, parece existir también
una fuerte atracción basada en el imaginario heterosexual. Según Antonella – Dr.
Wilfredo Navia Canaza, travesti transgénero y médica paceña, los hombres que
se sienten atraídos por transformistas y travestis (en general, no solo en el ámbito
folklórico), se sienten atraídos por la imagen de una mujer impactante, (híper)
440 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
femenina y no por el hecho de que esta mujer tenga un pene99, fenómeno que
coincide con mis observaciones y las investigaciones de Jacob y Cerny (2005. 130)
y Nixon (2009: 50). Navia Canaza se basa en su propia encuesta llevada a cabo con
la participación de más de 1.000 hombres cuando afirma que estos hombres en su
“mayoría son casados, con hijos, muy masculinos”, que reconocen al ser trans como
“una mujer especial”, más atrevida y dispuesta a cumplir con sus fantasías sexuales.
Dado que esos hombres no sienten ninguna atracción por cuerpos masculinizados,
Navia Canaza los define como heterosexuales. Otro factor que parece causar los
acosos sexuales descritos es la feminización del hombre trans homosexual100 quien,
al apropiarse de la feminidad de la mujer, igualmente asume el correspondiente
estatus inferior en la sociedad y, al igual que la mujer biológica, es cosificado y
discriminado públicamente101. Es una cuestión de poder: el hombre biológico quiere
demostrar su hombría (hegemónica) y su posición de poder abusando (aunque sea
solo simbólicamente) y humillando al bailarín trans, quien tal vez ponga en peligro
su posición indiscutida102.
Molestan a las chicas, a mí mismo me molestan, cada loco que te propone
cualquier cosa. [...] de hombres que saben lo que soy, molestan, te proponen
cosas [...] en Sopocachi igual, habían unos dos changos con sus papás, cásate
con mi hijo, que te voy a dar esto, que te voy a dar el otro, ¡no! le dije, yo no he
venido a buscar, he venido a bailar, pero saben lo que soy, por eso mismo. (Awila
Dany, 26.05.10)
Entre el 60 y 70, habíamos bailado esta salida a Chuchulaya [...] el público nos
ha arrinconado porque querían atocarnos, querían vernos, atocarnos más que
todo porque estas cosas eran una innovación dentro de la Morenada, ver así a los
chicos bailando de mujer. (Diego Marangani, s.f., entrevista: David Aruquipa)
El hombre trans, por lo que me contaron las Awilas Dany y Ely, se defiende al estilo
de la mujer: expresando su repugna, pero no violentando al infractor. Obviamente
esas situaciones se hacen más frecuentes con el creciente estado de ebriedad de
todos los presentes por lo que muchos bailarines trans tienen un especial cuidado
en cuanto a comportarse “bien” (y no corresponder a la imagen de la mujer “mala”
e “indecente”):
No quiero crear este estigma de que me digan, ay no, la Monse es una puta, que se
mete con todo mundo, se deja meter mano, que esto y lo otro, trato de comportarme
como cualquier chica cuando me transformo. (Monserrat - Humberto Ribera,
22.04.10)
Otro tema importante y recurrente en las entrevistas es el del respeto hacia la mujer103.
Los transformistas “dan lo mejor” de ellos y de ninguna manera quieren ridiculizar a
la mujer, mas al contrario, siempre tratan de enaltecer su imagen (idealizada104) y al
mismo tiempo intentan superarla.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 441
Tengo que dar lo mejor, y voy a hacerlo mucho mejor que las propias chicas [...]
tratamos de ser idénticas a ellas justamente para que no quede mal la imagen de
una mujer. (Monserrat - Humberto Ribera, 22.04.10)
Nosotros no ridiculizamos la imagen femenina, sino la estamos enardeciendo de
alguna u otra manera (Divinia, 08.04.10)
Es así que Carlita se queja de malas representaciones
Cuando descansábamos a algunas chinas he visto sin pichica [prendedor], así,
amarradas nomás, otras sin trenzas, todo un disparate, como hacerse la burla,
como había otras que se vestían, que se han vestido de cholas, de vestirse, para
hacer ridiculez. (Carlita, 06.07.10)
Todo este intento de (re)crear una mujer hermosa y “perfecta” no sólo se refiere
a la adopción de una identidad de género desvinculada de cualquier “requisito”
anatómico105, sino también a su limitación temporal: en el folklore, los transformistas
“están” (de) mujer, en cambio las travestis lo son. Sin embargo, como detallo más
abajo, eso no significa que un transformista no pueda tener el deseo de ser mujer de
manera permanente o de sentirse “mujer” (véase cap. 9.2.), pero por algún motivo
no adopta la identidad genérica de mujer de manera permanentemente visible para
su entorno.
XIX Entrada paceña del domingo de Carnaval en la que se mezclan grupos folklóricos, gente
disfrazada de cualquier cosa (hombres muchas veces de mujer) y jóvenes jugando con espuma
y agua
442 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
ese sentido, y es por eso que existe un poquito así de miramientos entre los dos
equipos, ¿no?, o sea las travestis como lo hacen cotidianamente, a veces se vuelven
eso, muy cotidianas, y los transformistas como lo hacen muy esporádicamente
[...] causan bastante impacto. (Alejandro Cartagena Cárdenas, 05.05.10)
Las travestis sienten mucha envidia porque ellas están cotidianamente vestidas
de mujer y justamente cuando yo me visto de mujer, ahí ya empiezan los insultos,
los miramientos ya empiezan. (Maya – William Ventura Poma, 05.05.10)
En un sentido menos negativo, pero igualmente competitivo, Andrea recuerda:
He tenido un compañero que era transformista, han sido Miss gay en varias
oportunidades porque era una belleza. Hasta había una competencia de tipo:
¿cómo puede tener semejante cintura, yo soy mujer [...] para mí era un choque
decir tengo que competir con él y es un varón. (Andrea Pericón, 15.06.10)
René toca un punto muy importante que se relaciona con la imposición de la visión
heterosexual construida por los hombres gay: ¡son ellos los que dan la pauta que
tienen que seguir las chicas! (lo que McNeal llama el “control del dominio [domain]
femenino”, 1999: 359). La presencia de un transformista les hace ver que pueden
mejorar, que pueden ser “más mujer” siguiendo el modelo de sus compañeros
transformistas.
Y eso mismo hace que se esfuercen un poco mejor digamos, traten de hacerlo
mucho mejor, es también una forma de competir pero sanamente [...] me gusta
bailar Morenada, que es bien femenino, entonces lo tengo que hacer femenino,
no voy a bailar masculino, demostrarles que yo puedo hacer más y mucho
mejor, o sea siendo lo que soy, demostrarlo. (René, 21.04.10)
Monserrat, Angy y Diego argumentan en la misma línea: son ellos, los transformistas
que sacan a flote “la esencia” de “lo femenino”, que muestran lo que realmente es (o,
más bien: debería ser) una mujer.
Creo que se siente lo mismo que las chicas, a veces no se sienten seguras de su
propia feminidad de pronto, entonces hace que tengas rabia o celos, pero no son
todas obviamente. (Monserrat - Humberto Ribera, 22.04.10)
Es que la mujer es más sencilla, más, digamos, humilde. En cambio las
transformistas somos ya extrovertidas, queremos mostrar digamos lo que las
mujeres no muestran. [...] [crean como una súper mujer?] Sí, porque dice,
aquella mujer, nunca he visto tanto así, ¿no?, si su enamorada se vestiría como
ésta, creo que igual le diría, wow, qué mujer, es la verdad, en eso es que nos
caracterizamos nosotros, en mostrarnos y todo. (Angy, 17.05.10)
La misma mujer, como te decía, no tenía en esos tiempos este, ese, no sé cómo
llamar, tenía vergüenza de mostrarse, tenía un poco por su hecho de ser mujer
¿no?, entonces quiénes sacaban a relucir todo eso eran los gays ¿no?, los
travestis que se hacían el papel de mujer en ese momento, donde se demostraba
446 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
todo lo que a veces una mujer se reprime era sacar a flote. (Diego Marangani,
s.f., entrevista: David Aruquipa)
Surge la pregunta: si es tan necesario “sacar a flote” o llevar a la superficie algo que
la misma mujer supuestamente suprime, ¿realmente está ahí para que se lo saque? O
más bien es lo que estos hombres creen que debería estar ahí y que solo es producto
de la imaginación que ellos mismos convierten en una realidad?
Siguiendo a Butler se podría decir que el transformismo es una imaginación
de una imaginación, (es decir, de un rol de género) vinculado a un sexo biológico. En
el caso de las Chinas Morenas más bien parece ser al revés: las mujeres biológicas
de hoy en día que bailan son la imitación y encarnación de la visión trans impuesta
en los años ’60 y ’70. Hasta la actualidad sigue siendo un hecho que muchas señoras
admiran a los transformistas y tratan de imitarlos110:
Hay varias chicas que quieren este maquillaje, porque nuestro maquillaje de
nosotros es mucho más resaltado, más esmerado para bailar, aparte de que de
nosotros ya es mucho más fino. (Diego, 12.04.10)
De hecho las mujeres, ahora las Chinas de ahora, han sacado de las Chinas
travestis. (Mateo Almendro Cevallos, 24.05.10)
Es un fenómeno que no se restringe al contexto folklórico boliviano: cuando Mock
describe cómo Bette Midler aprendió a ser una “señora” de los hombres gay,
habla de intérpretes de lo femenino femeninas (female female impersonators)111 y,
comparando la estética drag con los trajes utilizados por cantantes como Madonna y
Lady Gaga, también queda claro que en esos casos son las mujeres biológicas que se
inspiran en lo trans y no al revés112.
Volviendo al transformismo: a pesar de lo dicho hay que subrayar que no
todos los transformistas se rigen por modelos y estrellas internacionales; también
existen los que se conforman con reproducir la imagen de una bella boliviana a quien
tratan de observar en las fiestas y entradas folklóricas.
Algunos trataban de imitar un poco, acercarse a imitar a la mujer. (Mateo
Almendro Cevallos, 24.05.10)
Veíamos así de las cholitas, cómo hacer nosotros. (Ángel, 07.04.10)
De las chinas he visto de las entradas, cómo se visten, su comportamiento tal vez
(Willy, 06.07.10)
Nos basamos a lo que sale, a la novedad que sale en Gran Poder [...] cholitas,
hemos querido que nos apoyen, pero nos dan miedo, porque la mayoría de
nosotros, de nuestras mamás son de vestido, entonces nosotros queríamos que
alguien nos apoye, pero no sabíamos quien [...] la joyera, la única señora de
pollera [...] que nos orientaba [...] la iniciativa ha sido de nosotros, viendo a las
señoras como bailan en Gran Poder, en las entradas. (Ramiro, 07.07.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 447
Adquirir ese arte de que yo con las pinturas y con la vestimenta, o los ademanes,
rescatar las cosas bonitas que tiene la mujer, porque la mujer es un ser que Dios
la puso en la creación, la mujer es un ser maravilloso, entonces ver y rescatar
las cosas bonitas que tiene la mujer, ¿no?, entra el tema de la delicadez que le
caracteriza a la mujer, el tema de la sencillez, de la amabilidad, del carisma
que tiene la mujer, entonces eso digamos, esas cosas yo rescato de la mujer y
yo plasmo para que la gente vea que un chico cualquiera, común o corriente,
entonces puede no solamente ser digamos muy masculino, muy machito, sino
también creo que vea que como seres humanos tenemos esas cosas como ser el
detalle y la amabilidad o ese carisma que la mujeres tienen. (Edwin Cochi Ramos,
26.05.10)
Surge la pregunta clave: ¿en qué consiste ese hecho de ser mujer? Hoy en día, luego
de la superación de la base esencialista de género, esta pregunta parece cada vez
más difícil de contestar. “La mujer”, igual que “el hombre”, se ha convertido en un
signo “flotante” que sigue definiéndose a través de las relaciones que estos conceptos
mantienen con los demás términos, pero ya no como una entidad fija114. Ahora,
siguiendo otra vez a Judith Butler (1991: 200 sig), si esa esencia “natural”, este núcleo
“innato” que causaría el género no existe y si la identidad de género no es más que
un efecto producido en la superficie del cuerpo, la resultante identidad de género no
puede ser ni verdadera ni falsa. O, como lo pone Garber (1993: 146): ¿qué significaría
“verdadero” y “falso” en un contexto cultural en el que todas las identidades de
género son construidas?. En consecuencia, no puede haber una “verdadera” o “falsa”
mujer, o una discrepancia entre el ser interno y el parecer externo115. Si no existe
ningún núcleo interno de esa índole, entonces empieza a faltar la razón por la cual
un individuo anatómicamente categorizado como perteneciente al sexo masculino
debería exteriorizarlo mostrándose como hombre. En el contexto folklórico esa
propuesta teórica se conecta de forma interesante con los testimonios recogidos. Si
Carlos Coharita, al hablar de una travesti (probablemente un transformista), dice:
“¡que fina! ¡era mujer!” (entrevista, 25.06.10), doña Aida Montaño cuenta de otra
travesti “te digo de que mujer nomás era” (entrevista, 19.06.10), Divinia relata...
... generalmente siempre hay aceptación, mira qué bonita se ve, está bien
maquillada, que bonita, todo eso, parece mujer de verdad, eso es lo que pasa.
(Divinia, 08.04.10)
y Belén (una travesti) en alguna de nuestras charlas responde “es que soy mujer”,
y yo la veo bailando en la entrada del Gran Poder, aclamada por el público y
coqueteando con los espectadores, en total acuerdo con el estereotipo de “lo que
es una mujer”, entonces ¿quién va a decir que son “falsas”? ¿que su apariencia no
corresponde a lo que realmente son? Lo dirán por la presuposición de una “esencia
de la mujer”, el núcleo del que habla Butler pero que no existe. Solo existen órganos,
pero como Butler y otras (Fausto-Sterling 2000, Garber 1993) comprueban: la mera
existencia de un pene no hace al hombre.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS 449
Fernanda en los Waka Thuqhuris “Aymaras de Bolivia”. Fiesta del Gran Poder 2011.
Foto: David Mendoza Salazar
450 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
Lechera trans en los Waka Thuqhuris “Aymaras de Bolivia”. Fiesta del Gran Poder 2011.
Foto: David Mendoza Salazar
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 451
Para Barbie Star, uno de los informantes de Jacob y Cerny, aparentar una mujer
biológica es la “cosa real”116. En fin, el transformismo y travestismo observable en
las entradas folklóricas del altiplano boliviano demuestran que las identidades de
género no son naturales o parte de alguna esencia innata. Son identidades que se
establecen tal como otras identidades también: surgen de un ir y venir entre las auto-
atribuciones y las atribuciones ajenas empotradas en distintos contextos, oscilando
entre “similitud y diferencia, pertenencia y alteridad”117, formando así parte de las
identidades múltiples y parcialmente contradictorias de todo ser humano.
Por la realidad vista en el contexto folklórico boliviano, el “ser mujer” no está
conectado con la facilidad de parir o de tener una vagina. Como señaló Butler, es una
identidad desconectada del así llamado sexo biológico que por su parte tampoco está
ligado a ninguna “esencia” ontológica que preestablezca la supuesta naturalidad,
las entidades unívocas de “hombre” y “mujer”118. No existe ninguna identidad de
género “correcta” o “verdadera” que pertenece a un determinado sexo119. Más bien
parece ser el cumplimiento con una imagen ideal, según Butler, con una ficción120
establecida por la sociedad y, dentro de ésta, como afirma Monserrat, sobre todo por
los hombres. “Ser mujer” y “lo femenino” son categorías performativas por lo que
traspasan las líneas de actuación teatral (folklórica), de ritos cotidianos, religiosos
y medicinales, de ritual y juego. Pero no sólo el género, sino también las relaciones
de poder, las distinciones étnicas y el humor son enteramente compenetrados de
actos performativos que constantemente constituyen, desafían y reafirman esas
categorías. Así se crea la comicidad de las Awichas y Awilas a través de los hombres
disfrazados y así se constituyen la feminidad y la “blancura” de la China a través de
la performance de los primeros transformistas y travestis.
Entonces, si se trata de una creación imaginaria impuesta por hombres
biológicos, ¿quién puede acercarse mejor a esta visión que estos mismos hombres?
Como menciona Schacht (2002: 175), en gran medida son los hombres gay (y, en
el caso del folklore del altiplano boliviano, también los transformistas y travestis),
quienes imponen nuevas tendencias en la moda, cosmética y peluquería que
construyen la visión de lo que es “ser mujer” y de cómo acercarse en lo mejor posible
a esta visión ideal. En el contexto de shows trans algunos autores incluso hablan
de que son los hombres quienes se adjudican el control de lo femenino121 y yo creo
que también en el ámbito folklórico ha habido mucho control de la representación
femenina de parte de hombres gay y trans, que son bordadores, sastres, estilistas,
peluqueros, bailarines, coreógrafas y profesores de danza. Siendo un transformista
puede parecer “más mujer” que su compañera de baile, una mujer biológica:
Éramos cuatro, tres transformistas y una chica biológica que estábamos en
un bloque [...] justamente esta amiga biológica le decía, ah mira, ella parece
travesti. (Monserrat - Humberto Ribera, 22.04.10)
452 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
“Ser mujer” en este sentido, sobre todo parece consistir en dar una impactante
imagen de belleza y de cumplir con las fantasías de hombres biológicos gays, que
aún perteneciendo a un grupo marginado dentro de la sociedad, siguen reproduciendo
la asimetría de poder basada en la heterosexualidad obligatoria que les otorga una
posición superior a la de la mujer biológica122. La mujer ideal resulta ser una creación
del hombre y, a pesar de que este hombre no sea abiertamente machista, esclaviza a
la mujer a través de la imposición de su estética. Esa idea y práctica de personificar
una híper-mujer compagina muy bien con las propuestas de Butler: ella postula que
la identidad de género es el intento de llevar a la realidad una idea acerca de algo
supuestamente natural, esencial y original que surge del sistema patriarcal y que
es puesta en escena, repetida y dislocada a través de la exageración hiperbólica, la
disonancia, aberración y multiplicación (1991: 58, 61). Paradójicamente, resulta que
la “actuación” del transformista es la que mejor se acerca a la “copia del original
inexistente” (1991: 203 sig, 2003: 156). El hecho de poder reproducir construcciones
heterosexuales en un ambiente no heterosexual solo demuestra cuán artificiales son
éstas123. Ya lo dijeron Sasete, Belén, Diego y muchos más: lo hacen mejor que las
mujeres y no necesitan ninguna vagina y ningún útero para eso. Es que “ser mujer”
no es algo “natural” o innato, y tampoco está dicho que tenga que ser una identidad
permanente.
A pesar de estar enmascarada en la inversión de imágenes (los hombres se
presentan con la imagen de la mujer, del ser oprimido), según Schacht este proceso
sería otro ejemplo más de la dominancia masculina dentro de una dicotomía
jerarquizada de género (2002: 174 sig.).
En el caso de las entradas folklóricas bolivianas, esta imposición se materializa
no sólo a través de la óptica, sino también a través de la práctica común de contratar a
hombres del ambiente GLBT para que enseñen pasos y movimientos a las bailarinas,
para maquillarlas, arreglarlas y “controlarlas” [sic!], es decir: construirlas!
No hay quién iguale en la elegancia [...] teníamos ese doncito, ese saborcito de
hacerlo mucho más elegante [...] son unos movimientos que hasta ahorita no
puedo ver en una chica [...] las chicas preciosas, lindas en todo el sentido de la
palabra, mujeres, pero no tienen ese don que hemos tenido nosotros, yo sé que
en muchas fraternidades han habido chicos gays que han ido a enseñar a ellas,
pero no pueden copiar, no sé por qué. (Diego Marangani, s.f., entrevista: David
Aruquipa)
Había hombres que a ellas las vestían [...] gays eh, y las controlaban si estaban
rasuradas o no estaban [...] les levantaban sus faldas. (Jaime Pacheco, 30.11.09)
Observando el contexto de las entradas folklóricas: ahora ¿cuántas mujeres jóvenes
no sueñan con bailar de China Morena, con sentirse “sexy”, “atractiva” y “alabada”?
Y los que definieron cómo es ese estilo “sexy” y qué es atractivo en la figura
folklórica femenina, definitivamente fueron los hombres biológicos que bailaron.
Con la creación de la China, la amplísima aceptación de ésta y su aceptación como
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 453
6.6. Resumen
La actual China (“Figura” en Oruro), es una creación trans/travesti orureña y
paceña de fines de los años ’60 y principios de los ’70, que surge del transformismo
folklórico (mayormente) heterosexual, de la China Morena antigua. El nuevo
personaje combina la idealización de la mujer con cierto misoginismo, ya que tanto
los creadores como los actuales bailarines trans siempre enfatizan su superioridad
estética y dancística frente a las mujeres biológicas. En todo caso, la China es un
producto glocal criollizado que se apropió de la moda internacional y del estilo de
vedettes y estrellas del teatro de revista para adaptarlos al contexto folklórico de la
Morenada. También podría considerarse como queer, transfronterizo en el que se
entrecruzan las hegemonías de género, etnicidad y clase, construyendo una feminidad
desconectada de características anatómicas que se aleja de lo “cholo-indígena” y que
performativamente evoca una “blancura” atrayente para sectores sociales de clase
media-alta hasta ese momento no involucrados en los eventos folklóricos.
Siendo una de las tantas “familias” en las que se agrupa el ambiente GLBT paceño,
desde hace más de una década la familia Galán se caracteriza por actuaciones
transgresoras con una fuerte connotación política, donde sus miembros asumen
“el transformismo del cuerpo como una estrategia subversiva”126. A pesar de haber
roto esquemas, apareciendo como drag queens en eventos de protesta, marchas y
obras artísticas, para la mayoría de la población paceña la familia Galán solo está
asociada con el Waphuri, el personaje con el que Paris (Carlos Parra), Danna (David
Aruquipa), Wachta (Alen Justiniano) y Calipso (Arturo Noriega)XX han hecho
historia. Definitivamente no es una exageración: actualmente no existe ningún
folklorista paceño quien no haya escuchado, visto o incluso aclamado a los Waphuris
Galán. Pero antes de pasar al análisis del por qué se trata de un personaje drag y qué
significa eso, tanto para el ambiente GLBT como para los folkloristas y la población
mayoritaria, cedo la palabra a Paris y Danna para que cuenten su propia historia.
XX Solamente cuando se crearon hubo un grupo de cuatro Waphuris Galán. Al año el cuarteto
se redujo a tres bailarines que durante algunos años repartieron su presencia entre varias
fraternidades para en 2012 unirse nuevamente en la Kullawada Oruro.
458 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
dije: ese tiene que ser mi traje de Waphuri. Entonces propuse a mis amigos y ellos
bien receptivos, me dijeron ¡ya! (Paris Galán - Carlos Parra, 06.01.10)
Danna, activista GLBT, administrador de empresas, ex director de patrimonio
cultural del Ministerio de Culturas, ex-integrante y dirigente de ballets folklóricos,
recuerda muy bien la emoción con la que se creó el primer traje:
El sastre, el confeccionista de la ropa, nos hizo un saco tipo torero que si
quieres fue inspirado en Juan Gabriel con los brazos muy amplios toreros y
con los pantalones anchos, tacones con zapatos con taco y con los sombreros
altos pero ya con mucha bisutería y perlas y todo aquello entonces empezamos a
bordar, nosotros, en una semana, todas las noches, era ya con un cronograma de
actividades. A las siete de la noche nos reunimos para bordar hasta las dos de la
mañana, tres de la mañana… Pero cada vez que veíamos avanzado el traje era
más la pasión y era más el deseo de tener ese traje, que era blanco con perlas, era
negro con perlas más bien, era todo el traje negro, la tela y todos los accesorios
eran color perlas, y perlas de verdad. Entonces ahí fue que terminamos el traje,
obviamente que ahí fue un trabajo de mucha solidaridad porque bastantes amigos
de la familia, también transformistas, algunos gays amigos nuestros, que nos
ayudaban a acabar el traje y emocionados ellos por vernos en Oruro, todo el
mundo planificando ir a Oruro a vernos, qué es lo que iba a pasar y todo aquello,
entonces había como una mezcla entre deseo, entre seducción y entre también
misterio, no?, porque, no sabes lo que iba a pasar en el carnaval! Entonces
terminamos nuestro traje hermoso, seguimos aumentando accesorios hasta horas
antes de ingresar al carnaval… creo que nos falta esto… Hicimos todo propio,
desde las medias hasta el calzoncillo, el pantalón, el zapato, todos los accesorios
eran propios, propios, propios. (Danna Galán – David Aruquipa, 08.07.09)
El primer encuentro de los Waphuris Galán con su fraternidad fue más que una
sorpresa:
Al acercarnos al grupo que nos había invitado que era el bloque La Paz de
la Kullawada Oruro [...] nos empiezan a mirar y había una sensación de
¿quiénes son?, ¿qué son?, ¿qué hacen aquí? Entonces sería una cuestión hasta
de desconfianza y ya el presidente del conjunto vino a decirnos ¿qué pasa? Ya
nos conocían, nos presentaron: somos los Waphuris vamos entrar, pero: no hay
Waphuris de cuatro, nos van a decir que estamos yendo en contra. (Danna Galán
– David Aruquipa, 08.07.09)
El primero año fue así, ¿no?, fue un shock digamos para nosotros, para ellos.
(Paris Galán - Carlos Parra, 06.01.10)
Pero el shock se convirtió en un gran éxito, con la gente aplaudiendo la nueva
creación.
Todo el mundo sorprendido, y luego de la sorpresa, dijeron ¡qué bien! ¡qué lindo!
y bailamos adelante del bloque, y le encantó a la gente, le encantó las fotos, ¿no?,
todo el rato fotos, fotos y fotos. (Paris Galán - Carlos Parra, 06.01.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 459
Las Awilas eran personajes representados o eran más bien hombres que
representaban a mujeres [...] Ahora yo, Paris Galán, eso se tiene que decir,
yo he recreado el traje de la Awila y lo estoy haciendo interpretar por mujeres
biológicas, como es el caso de mis dos Awilas, Marisol y Mayra. [...] El primer
año, hace tres años, lo han hecho cuatro chicas vestidas al estilo de una Awila
con un toque de modernidad, con un toque de dinamismo, pero manteniendo los
elementos característicos, por el botín, el antifaz, el sombrero de la Kullawa, la
rueca. Este año además las chicas están llevando su wawa en la espalda (Paris
Galán, 05.03.11)
Desde mi punto de vista, en esta creación con respecto a las chicas que bailaron de
Awila, hay una notable transgresión, no de género, sino también de clase y etnicidad127.
Como Paris cuenta, ya en años pasados las chicas no querían bailar con la wawa:
No han querido, han dicho, ay no, muy incomodo, muy pesado, pero este año les
voy a obligar a bailar con la muñeca. (Paris Galán - Carlos Parra, 06.01.10)
Recién en 2011 logró su propósito:
Este año además las chicas están llevando su wawa en la espalda, a insistencia
mía porque dos años he luchado con ellas para que lo hagan. No han querido
llevar la wawa, pero este año lo están haciendo, están llevando su wawa. (Paris
Galán, 05.03.11, entrevista: David Mendoza Salazar)
Ahora ¿por qué tanta resistencia a cargar una muñequita? Es que las únicas mujeres
que cargan sus bebés y niños así son las mujeres indígenas, las Cholitas y una que otra
mujer que ya no utiliza pollera pero que es de familia Chola y que sigue manteniendo
muchas costumbres de esa clase social; una mujer europeizada jamás lo haría. Y por
la descripción que Paris da...
He conseguido que cuatro chicas bailen, cuatro chicas muy lindas, altas,
grandotas. (Paris Galán - Carlos Parra, 06.01.10)
... la ascendencia de esas mujeres no compagina mucho con lo indígena-rural. Cargar
el bebé es un marcador de etnicidad128 y, por extensión, de clase, ya que indígenas
y Cholas componen estratos sociales propios. Como señala Rhyne (2004: 187): la
performance de género al mismo tiempo también siempre es una performance de
etnicidad, clase y sexualidad. Entonces, ese bebé cargado en la espalda también
constituye y construye los estereotipos acerca de la sexualidad y feminidad indígena-
chola: supuestamente se trata de mujeres que tienen cualquier cantidad de hijos,
producto de violaciones y una sexualidad descontrolada. Al mismo tiempo son
asociadas con el oficio de comerciante o vendedora de comida, que les relega a
un lugar en cierta clase social que seguramente no es la clase, ni la etnicidad, ni
la sexualidad, y por ende ni el género, que denotan esas chicas que bailaron de
Awila. Por lo visto, ha sido mucho más difícil que las chicas traspasen esas fronteras
étnicas/de clase/género femenino y sexualidad según Rhyne (2004: 184), que las
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS 461
Los creadores del Waphuri Galán: Alén Justiniano, Danna Galán (David Aruquipa)
Alberto Noriega y Paris Galán (Carlos Parra). Foto: cortesía David Aruquipa.
462 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
Festividad en las orillas del lago Titikaka, 09.12.2009. Foto: Eveline Sigl
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 463
XXI Personaje y danza carnavalera del mismo nombre, de origen de Pacajes, actualmente muy
popular en la ciudad de La Paz
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 465
Galán. Al igual que en el caso de los Waphuris Galán, no hay duda sobre su sexo
biológico, pero logran diferir la consecuencia naturalizada de aquel, la identidad de
género. Sin embargo, y ahí entra el pensamiento de Judith Lorber (2004: xvi), “drag”
solo funciona en donde hayan tabúes acerca de comportamientos conformes o no
conformes con la identidad de género. Tanto en Bolivia como en EEUU ya no es un
tabú que una mujer utilice pantalones o que (aún excepcionalmente) ocupe cargos
directivos; es decir, como ellas, hoy con más frecuencia que nunca, traspasan los
límites de la feminidad normativa, también en la moda136, ya no es gran escándalo
que baile de hombre personificando al mandamás temible retratado en la figura del
Caporal. En cambio los Waphuris drag causan irritación, porque sigue siendo un tabú
que un hombre citadino boliviano del siglo XXI se maquille, que utilice pestañas
falsas, zapatos con taco y una manta envolviendo la cintura. Enfatizo el lugar y
la época ya que zapatos con tacos formaban parte del vestuario de la aristocracia
francesa del siglo XVIII y que los músicos-bailarines en algunas danzas autóctonas
aymaras siguen colocándose mantas de mujer, sin que eso connote una falta de
hombría (ver sección 7.3.). Por otro lado, el hecho de que la mayoría del público
perciba a los Waphuris Galán como hombres – afeminados, pero sí hombres – se
conecta con el pensamiento de Schacht y Underwood, quienes postulan que para
muchos drag la presentación de lo femenino solamente es un vehículo para obtener
el poder y prestigio que como hombres gay no logran alcanzar en otros contextos,
pero que es determinante para la masculinidad (hegemónica). Para que funcione ese
mecanismo, según estos autores, es importante dejar en claro que sí, efectivamente
son hombres quienes están personificando lo femenino137.
Otro tema importante es la expresión de la sexualidad en el baile, un tema no
tan presente como el estudio de la construcción de roles de género, pero al menos
tocado en algunas investigaciones sobre danza138. La danza puede convertirse en un
instrumento de la sexualidad, representando el deseo y siendo un mediador entre
estímulo y respuesta139, un medio socialmente aceptado que permite expresar y
experimentar sexualidad140, también en el caso de los Waphuris Galán:
Todas las manifestaciones culturales están cruzadas por los valores estéticos, por
los placeres, el deseo, la sexualidad, porque el bailar es sexualidad, [...] pues
al bailar, al coquetear, al sonreír, al tocarnos, al vestirnos, al vernos hermosos
pues estamos ejerciendo nuestros derecho también al placer de la sexualidad de
vernos. (Danna Galán – David Aruquipa, 08.07.09)
Además de eso, la afirmación de Danna parece reflejar la teoría queer que, según
Butler (2006: 260), “trata de deshacerse del género en un intento de situar la
sexualidad en primer plano”. Como lo expresa Danna: el baile de los Waphuris es
erótico, sensual (características para nada asociadas con el Waphuri tradicional)
pero “excede y desplaza al género” (ibid); los Waphuris son sexy pero se resisten a
las categorías existentes. Como dice también Butler (2003: 161): no hay relaciones
directas o causales entre el sexo biológico, la identidad de género y su presentación,
468 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Lo que no menciona Danna Galán y lo que tampoco transgreden los Waphuris Galán,
es la etnicidad representada por el personaje: el Waphuri baila con una máscara
blanca y, según el bordador Félix Paz Salinas (08.01.11), encarna al administrador
español de los antiguos hilanderos. La “blancura” del Waphuri también está
intrínsecamente ligada con el tema de clase y poder, pero al ser académicos
blancoides, económicamente pudientes, que lucen trajes con elementos de origen
europeo, Danna y Paris seguramente no contrarrestan ese eje de poder144.
Su lucha se traduce a actos que transgreden sobre todo el género, activismo
propuesto también por Ricaurte Castañeda, un transformista homosexual colombiano:
Los sujetos trans nos autodeterminamos ante los modelos de lo masculino
y lo femenino y asumimos nuestro propio actuar del rol del género. Esta es la
razón por la cual asumimos actitudes, poses y comportamientos considerados
transgresores, es decir, opuestos a lo esperado y permitido social, política y
culturalmente. (Ricaurte Castañeda s.f.: 4)
Sasete, aclara cómo esta pugna debería influenciar en la manera de presentarse como
trans en las entradas folklóricas bolivianas:
Creo que la idea, desde mi punto de vista, no sólo es mostrarse con un aspecto
femenino nada más [...] sino también mostrar un discurso de reivindicación
de derechos, porque no es solamente bailar, mostrarse lindo y nada más, sino
demostrar, decir quiero pues, estoy peleando por mis derechos y esta es una
forma de demostrarlo [...] lo que nosotros criticamos [...] es que, no solamente
es buscar mimetizarse y parecerse a una mujer, que hay muchos que se pueden
parecer y se ve muy bien, pero debe aprovechar eso para poder lanzar algún
discurso, algún tipo de formación a la comunidad, a la población porque,
mucha gente que sí ve y nota que es chico, empiezan a hacerse la burla, mira
ese maricón, empiezan a darle, no insultar, pero hay gente, hay borrachos todo
eso que te pueden molestar, entonces yo creo que mientras más autentico seas al
estar bailando, al mostrándote biológicamente varón, pero que estás como mujer,
de cholita, de china, de lo que sea, es mucho más valioso, ¿no?, es mucho más
valioso porque la gente te empieza a respetar por lo que haces, por lo que piensas
y por lo que demuestras. (Sasete la Diva, 22.04.10)
De esta manera, la creación de los Waphuris Galán ya desde el principio fue un
proyecto transgresor:
Entonces eso fue, si quieres, una primera posición ya transgresora a partir de
ingresar a un espacio sacro de la representación de la festividad folklórica del
país, si quieres hasta era como interpretar la máxima expresión cultural que tiene
Bolivia. (Danna Galán – David Aruquipa, 08.07.09)
En este caso, el cuerpo de los Waphuris se convirtió en lo que Escudero llama
“discurso puesto en acción, en elemento de choque y de protesta” (2001: 246).
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 471
Fue un éxito y al mismo tiempo una victoria política, una conquista de un espacio
por el movimiento GLBT:
Entonces, no fue una entrada modesta y humilde, tengo que reconocerlo, fue una
entrada arrasadora, fue una entrada a conquistar, a seducir y a quedarnos,
eso fue! Y, no fue simplemente una conquista de la danza o del personaje nuevo
en una Kullawada ¡no! fue la presencia transformista gay en una entrada del
carnaval reconocida y aplaudida por toda la gente! Entonces fue un hecho
político, fue un hecho político de visibilización de los derechos y de la presencia
de la población con diversa orientación sexual e identidad de genero distinta
que se está apropiando ahora de un carnaval [...] todo el bloque de La Paz y
ahora todo el bloque de Cullahuada Oruro [...] se ha hecho una familia cómplice
[...] los tres hemos logrado cambiar un pensamiento inicial convencional de todo
un bloque de quinientas personas. (Danna Galán – David Aruquipa, 08.07.09)
La presencia de los Waphuris Galán evidentemente es una expresión artística con
un contenido de protesta social, una denuncia contra el imperativo heterosexual
que reúne la estética con la ética145. Roberto Sardón, fundador y director del ballet
folklórico ADAF, piensa que han logrado su meta:
Definitivamente se abre espacios, definitivamente se abren muchos espacios, ellos
han conseguido abrir espacios para todos. (Roberto Sardón, 23.07.09)
Como dice Miroslava:
A través del folklore también se han dado a conocer y se han hecho muy famosos.
(Miroslava Romero Llanos, 08.07.10)
De hecho los Waphuris Galán son muy famosos:
Muchos conjuntos folklóricos que estrenan Kullawadas, nos llaman, nos invitan
para bailar con ellos en sus estrenos, ¿no?, en los teatros, o para animar sus
videos, Alaxpacha, Jach’a Jawira, Los Siempre Mayas, ahora recién María
Juana de Cochabamba. (Paris Galán - Carlos Parra, 06.01.10)
Eso por un lado, les ha abierto otros espacios como por ejemplo los escenarios y
discos de los grupos mencionados, pero por otro lado también les ha alejado de una
parte del ambiente GLBT que los percibe “alzados” y “de tener” (com. personal de
varios entrevistados).
Eduardo los considera pioneros en la lucha reivindicativa, y las observaciones
de Claudia confirman la gran aceptación que han logrado los Waphuris Galán:
Tal vez uno de los promotores fundamentales para llevar todo eso y…, y digamos
acá tanto en La Paz o en Bolivia se acepte digamos a, a los gays, lesbianas y todo
esto [...] la familia Galán ha sido los pioneros. (Eduardo, 19.07.10)
Veo Oruro, veo Gran Poder y digo, pucha, realmente ellos están dando la cara
ahí y son bien aceptados, bien, bien aceptados. (Claudia, 15.06.10)
472 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
gente ha aplaudido o sea bien, o sea ya más respeto yo creo que han ganado, sin
importar su identidad. (Álvaro, 08.06.10)
En los Waphuris Alexander también pude observar un fenómeno nuevo: la inclusión
de una mujer biológica como Waphuri femenina. Es una innovación que carece de
una base histórica – nunca ha habido Waphuris femeninos, el Waphuri solo estaba
acompañado por la Awila y ocasionalmente por una Cholita, la “esposa” del Waphuri148.
Sin embargo, viendo la presencia de los Waphuris como un espacio reivindicativo
de los derechos GLBT y del replanteamiento de las identidades genéricas, parece
muy lógico que una mujer también pueda bailar de Waphuri. Incluso se dio una
inversión interesante: se supone que en la Kullawada es el Waphuri varón quien guía
a toda la fraternidad. En este caso fue una Waphuri mujer quien guió a toda una fila
de Waphuris que ya no representaban al capataz dominante bailando a una buena
distancia del resto del grupo, sino que estaban insertados en los bloques, brillando
desde adentro. Aparentemente hubo mucha aceptación y, como cuenta Guido
Giovanni, incluso parientes y amigos que no pertenecen al ambiente GLBT querían
juntarse al bloque, un buen ejemplo de la integración que está logrando el personaje
folklórico del Waphuri.
Vinieron opiniones por parte de nuestros diferentes parientes, amigos y demás
que quisieran ser parte del mismo bloque, por mucho que seamos nosotros así
querían ser parte del mismo bloque. (Guido Giovanni, 15.07.10)
Los Waphuris Alexander también son un lindo ejemplo de la creatividad trans que
ensambla ítems de la cultura popular internacional con el folklore tradicional de
Bolivia. En 2010 bailaron con pequeños antifaces adornados con pedazos de espejo.
El hecho de bailar con un pequeño antifaz que solamente cubre los ojos forma
parte de la tradición kullawera. Sin embargo, la máscara fue una copia exacta de
la máscara que utiliza Lady Gaga en el video de su canción “Pokerface”. Yendo
a eventos trans paceños, es fácil darse cuenta que Lady Gaga es un “ícono” para
la comunidad. La innovación criollizada (Hannerz 1996) tuvo éxito: el año 2011
hubo otros Waphuris que bailaron en Achachicala utilizando un traje floreado muy
diferente al de la familia Alexander, pero el mismo tipo de antifaz.
Notablemente, la propuesta Galán incluso apela a Laura y Claudia, dos
lesbianas que bailan Caporales y que por nada en el mundo quieren ser asociadas
con el feminismo extremo de María Galindo y sus Mujeres Creando:
Honestamente me puedo identificar más hasta con los Galán digamos sin
problemas, y no precisamente participar de ello [el feminismo] y muchas de las
chicas creo que tienen la misma idea mía, de decir, yo prefiero mantenerme al
margen porque no quiero que me relacionen con ese grupo [Mujeres Creando].
(Claudia, 15.06.10)
En fin, el colectivo GLBT se identifica con los Waphuris Galán:
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 477
Más que todo la comunidad se representa con los Waphuris, bailan más así,
estilizan el Waphuri con tacos eso, desde que empezó la familia Galán con eso
comenzó muchos se dan a lucir con la vestimenta del Waphuri. (Álvaro, 08.06.10)
Así que no es de sorprender que ya hayan salido “nuevas generaciones” de estos
Waphuris drag:
Ahora hay muchas otras Kullawadas en Oruro que copiaron ese modelo y que
bailan con eso, un poco distorsionando también ya el traje (Sasete la Diva –
Rodolfo Vargas, 22.04.10)
Los chicos de la comunidad, la mayoría quiere bailar con esos trajes, a la Paris
por ejemplo la.., le llaman, le reclaman, “préstame” [...] en cada entrada de zonas
[…] también nos invitan a bailar a zonas, buscan, ven, y nos encuentran y hay,
hay chicos de la comunidad que se han fletado y ya hay esos trajes de la familia
Galán, ya hay en, para fletar, entonces ya, como, como se ha duplicado, se está
multiplicando [...] ya hay esos trajes, parecidos, idénticos, entonces…, la cultura,
la cultura se ha desarrollado así, es parte del proceso (Marcelo, 22.07.10)
Pero no sólo popularizaron la figura del Waphuri, sino también incentivaron
de manera general a los transformistas. Para Ángel está claro a quién se debe su
participación y su visión acerca del folklore:
Siempre tenemos otra visión con lo que hacemos, hasta de la ropa [...] cosas
escandalosas pero que se vean bien [...] yo creo que de eso depende mucho
también de las Galán, porque ellas también ha estado mucho adelante, la verdad
es que han dado mucho la talla, eso sí, [...] por el motivo de ellas nosotros nos
hemos empezado a vestir. (Ángel, 07.04.10)
Paris está contenta con esta proliferación de su creación, pero lamenta la falta de
meticulosidad:
Hay por lo menos dos o tres otros tríos de Waphuris en el Gran Poder, y la gente
así con la misma aceptación y todo. [...] Son amigos nuestros, yo particularmente
no tengo problemas, es más este año ellos, el año pasado me han invitado a
bailar en una fiesta menor y bailé delante de ellos [...] nosotros cuidamos mucho
todos los detalles de la danza, de la ropa, los pasos, los movimientos, cuidamos
muchísimo, los elementos de la ropa. ¿Por qué el pescado?, porque queremos
asociar que la Kullawa es de La Paz, el lago Titicaca es de La Paz, hemos puesto
peces, hemos puesto ruecas, sombreros de Kullawa, entonces hemos visto que
estos chicos que han copiado digamos, no hacen eso, no cuidan los detalles, no
hay una preservación de la esencia de la danza. (Paris Galán - Carlos Parra,
06.01.10)
De hecho, cuando en el 2010 estrenó un traje con un lluch’u (gorro) de la provincia
Muñecas había mucho escepticismo con respecto a su “invento”. No obstante, se
trató de una creación que elaboró a base de una foto antigua y los relatos de la
persona que había utilizado el traje en la foto varias décadas atrás149. Puede ser que
478 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
7.6. Resumen
El Waphuri Galán surge del tradicional guía de la Kullawada y es un personaje
folklórico creado en el año 2001 por la familia Galán, en especial por Paris Galán
(Carlos Parra) y Danna Galán (David Aruquipa Pérez).
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 479
sobre todo yo pienso de clase media baja, le encanta y no tiene ningún problema
de relacionarse con travestis, con gays, le encanta [...] pienso que por eso en los
pueblitos, en las fiestas populares, como que hay más aceptación (bailarín, 2010)
El último testimonio revela que el tema de etnicidad y clase también influye desde
el lado de los bailarines GLBT quienes en muchos casos pertenecen a otros estratos
que los folkloristas que los invitan. Y cuando bailan, muchos de ellos no toman un
contacto muy profundo con los otros fraternos; algunos son “estrellas” que consciente
o inconscientemente guardan la distancia y otros tienen miedo de relacionarse con
gente de otro ámbito. Hasta entre los mismos bailarines trans puede haber conflictos
de etnicidad y clase que impiden la participación en conjunto:
Hemos preferido al Alto, porqué, porque…, más activos, sencillos, bien tranquilos,
las personas somos más humildes, donde no nos hacemos a los pipirispubis, aquí
abajo parece que a veces todo siempre, primero miran de los pies a la cabeza si
vales o no vales, cuánto tienes, todo eso. (Ramiro, 07.07.10)
Esos problemas parecen confirmar que no obstante su crítica acerca de las identidades
de género trans/drag, tiende a ser mucho menos subversivo cuando se trata de otros
mecanismos opresores de desigualdad, como por ejemplo sexismo, racismo y
clasismo152. Por otro lado, también puede haber sorpresas:
Antes tenía miedo de las personas mayores pero son las que más te apoyan que
las menores, señoras de polleras que tenían la mente cerrada digamos, pero no,
ellas son las que más apoyan, incentivan, invitan y demás cosas. (Gabriela –
Ramiro, 15.07.11
Volviendo a la integración de bailarines GLBT a las fraternidades folklóricas,
sospecho que es la moral católica, uno de los instrumentos principales para la opresión
de la diversidad sexual y genérica, que dificulta la inclusión de éstos a conjuntos
poblados y dirigidos por personas muy ajenas a la espiritualidad andina aymara.
Por el contrario, donde hay más gente de ascendencia aymara que (consciente o
inconscientemente) los asociará con el q’iwa, la reproducción de las riquezas (en la
ciudad ya no naturales, sino materiales) y más metafóricamente, con la suerte, hay
mayor aceptación:
Ahora los más populares digamos [...] siempre o sea fraternidades que no tienen
un renombre, en esas vas a encontrar. (bailarina, 2010)
Siempre también su fraternidad no es de las pesadas en la Morenada, no es los
que sueltan mucha plata. (Leo Pérez, 05.08.10)
El tema de la suerte es ambiguo:
Según lo que decían algunos, traemos suerte, otros dicen que no. (Celso, 12.07.10)
Ahora otros nos dicen, “empezá con un…, con una persona rarita, ten más
suerte con él, suerte”, otros, “me va bien todo el año”, otros nos animan, nos
incentivan… (Ramiro, 07.07.10)
482 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Sí, saben decir que trae suerte para el pasante más que todo. Como dicen que
es una danza vulgarmente qhinchha, entonces al vestirse un hombre de mujer lo
vuelve ese sentido o sea esa mala suerte lo vuelve en buena suerte. (Gabriela –
Ramiro, 15.07.11)
El tema de ser “qhinchha” o de causar “qhinchherío” es muy complejo (ver
también cap. 5.2.2, parte I). Según Ledezma Main (2005: 300), está relacionado
con “qhinchha jaqi”, y al igual que q’iwa o q’iwsa, vendría a ser una denominación
para el homosexual, quien, según sus entrevistados, es chistoso pero “atrae mala
suerte (es considerado qhinchha = mal agüero)” afectando al cultivo atrayendo la
granizada. En un seminario sobre la Kullawa antigua, Alejandro Chipana Yahuita
por un lado confirmó esa afirmación, pero por el otro también dijo que...
Hicimos por ejemplo catalogación de qhinchhas, en muchas comunidades
actualmente hoy en día ya bailan en muchas comunidades el baile de la
Kullawada. Es como decir una ofrenda a la agricultura cuando bailan por
ejemplo la Kullawada. (Alejandro Chipana Yahuita, 16.10.02)
... lo que más bien parece significar lo contrario. Layme Pairumani (2004: 154)
relaciona el término no sólo con el mal agüero sino también con “lascivo, adultero”,
lo que encaja con el qhincherío tematizado en la Kullawada y que no tendría que
ver con la homosexualidad. En todo caso, la acepción exclusivamente negativa no
compagina con el transformismo ritual andino ni con los significados múltiples del
término de q’iwa (véase cap. 3.1.3., Stobart 2010).
En fin, había y hasta la actualidad sigue habiendo suficiente motivo para
invitar o incluso contratar a bailarines transformistas, travesti y drag: si no traen
suerte directamente traen gente, se gana un buen puesto en el concurso, crece la
fraternidad, la fiesta o el preste, lo que definitivamente es una forma de suerte para
los organizadores.
Es felicidad para los dueños que estemos, porque dice que traemos suerte y
traemos gente. (Sasete la Diva, 22.04.10)
En la Kullawada de los hijos de Pampahasi, en allá cuando es el 25 de julio,
Santiago y era poca la comparsa [...] ese año bailé y se animó la gente, esto es
pues. (Ely Loayza, 19.06.10)
Suerte no sé si será, pero sí lo que era, era la atracción ¿no? era la atracción.
Aparte de que muchas Morenadas de ese tiempo han ganado justamente por sus
bailarines, por sus figuras. (Diego Marangani, 20.07.11)
Por supuesto hay casos donde los bailarines transformistas pagan la misma cuota que
el resto de los bailarines...
Entramos como otro bailarín, tuvimos que pagar. (Monserrat - Humberto Ribera,
22.04.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 483
... pero hasta hoy en día ese no parece ser el caso más usual. Más bien sigue la tradición
de invitar a los transformistas y, en muchos casos, pagarles por su participación.
No me cobraron nada. (Venus VIP, 17.05.10)
Somos a veces contratadas, nos contratan, eso es en el campo que nos contratan
y nos pagan, o si no nos pagan, pero nos lo compran, nos dan las polleras, nos
dan las blusas, nos dan las enaguas. (Ely Loayza, 19.06.10)
Nos pagaban, nos invitaban a los pueblos, aquí en la ciudad en las zonas, en las
distritales [...] Hasta el día de hoy sigue. (Andrea, 09.06.10)
Fuimos a rogarles a ellos para que nos acompañen. Hemos ido al lugar de
trabajo de ellos. (Giovana Calle Argani, 15.07.11)
En décadas pasadas era usual tener que ir a rogar y pagar a los transformistas y
travestis para que participen en una entrada
Venían a mi peluquería y ahí no más cohetillos saben reventar en la puerta, ah
¿cómo está usted? [...] me hacían tomar y me hablaban y me decían ¿cuánto va
a ser? Yo, como ya sabía el traje era tanto ¡ya! [...] nos saben venir a rogar. Ah,
bailá con nosotros, seis cervezas así nos saben dar, también a nosotros nos han
contratado. (Luis, 12.07.11)
Las Morenadas ya conocían quienes bailaban y ofrecían todo, desde el pasaje.
(Diego Marangani, 20.07.11)
Me rogaban. [...] sé tener miedo de llegar en las noches viernes, jueves. Porque
harta gente sabe estar en mi puerta sentados sobre la caja de cerveza [...]
harta gente sabía llegar, ya tomar no más ya sabe ser la noche, toda la noche,
amanecidos hasta la otra Kullawa de otra parte, de otra zona. [...] así venían
a rogarme. De fiesta en fiesta, cada semana siempre estaban en fiestas. (Anita,
19.07.10)
A “celebridades” como Mónica y Anita aún en la actualidad no sólo se les tiene que
ir a rogar para que bailen sino también se les tiene que compensar económicamente.
Ahora ya no bailamos así por ejemplo por bailar no más, ya bailamos contratados
ya [...] Vienen a rogarse aquí, con... por ejemplo los carniceros sabían venir a
rogar. [...] El anterior no más han venido, parrillada saben venir, traen carne,
papa, tunta, con cerveza, con Singani, con Whisky, así nos ruegan, así vienen
a rogarse. Y quiera no quiera aceptamos. Ya no queremos bailar, pero ellos:
por favor, insisten, nos hacen tomar. [...] Siempre la fiesta es sábado y domingo
y aquí no vendemos sábado y domingo, les decimos, somos vendedores, voy a
reconocer. Igual que cuando vamos a cocinar, igual también nos da. (Mónica y
Anita, 19.07.10)
Sin embargo, el bailarín también da algo a cambio: según el caso aporta con la ropa
y joya, o simplemente con la alegría y el hecho de representar un personaje ya difícil
de encontrar (como es el caso de la Awila). Esa “alegría” nuevamente se conecta con
484 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
revalorizando al otro género, sino lo haces por una cuestión netamente de burla,
de sátira. (Víctor Hugo Salinas, 02.07.10)
Es por ese lado que entra también la crítica:
Yo justamente critico, porque…, generalmente es hacerse la burla de la persona…,
porque si hay señoras, señoritas, chicas en tu fraternidad que pueden bailar,
cómo vas a disfrazar a un hombre de mujer o de, de chola, ¿no? (Polo Bedregal,
21.07.10)
Los dos testimonios subrayan tres cosas: la mayor aceptación del transformismo en
el área rural (donde sigue siendo asociado con la fertilidad y prosperidad), el respeto
y la estética. Cabe diferenciar el transformismo burdo y ridículo heterosexual, rural
y urbano, del transformismo gay mestizo que es sexy, elegante y creativo, pero para
nada cómico. En una compleja superposición de identidades de género, etnicidad
(“raza” en términos coloquiales bolivianos) y clase surgen estéticas opuestas que se
traducen a los atuendos, al maquillaje y movimiento de los personajes retratados. Los
pioneros trans/travesti que crearon la China Morena moderna pertenecían a clases en
aquel entonces no muy ligadas al folklore (que en esa época solía considerarse una
diversión de “indios”, “cholos” o de “clase baja”). Además, muchos de ellos por su
profesión de modista o estilista estaban muy pendientes de las tendencias de moda
internacionales para atender a sus clientas de élite.
Yo he tenido la suerte que la gente primeramente me ha aceptado como profesional
que he estado en la moda siempre. Entonces las mismas clientas, yo he tenido
clientas de la alta sociedad digamos, de la alta sociedad, de la clase media alta.
(Diego Marangani, 20.07.11)
Incluso en aquellos años había una muchacha, una de mis clientas que salió Miss
Bolivia, era Roxana Seti. (Titina – Tito Fernández, 20.07.11)
Entonces, ni los bailarines trans/travesti ni sus clientas estaban interesados en “hacer
reír a la gente”. Lo que les atraía era la elegancia, una elegancia de élite fuertemente
influenciada por la moda internacional. La aparición de Ofelia, modista de alta
costura orureña, no sólo impactó a jóvenes gays sino también a las mujeres de élite
que de repente veían una imagen femenina con la que se podían identificar. Ya no se
trataba de una Cholita con pollera larga y trenzas, una mujer del Cholaje asociada
con empleos domésticos y un nivel social inferior, sino de una belleza vestida y
peinada al estilo occidental.
La nueva China era alta, atractiva, seductora y moderna en el sentido de los
estratos dominantes, que a partir de ese momento desarrollaron un creciente interés
en el movimiento folklórico que culminó en la incursión de la mujer como China
actual, siguiendo el ejemplo de los transformistas y travestis que habían creado un
personaje que hasta el día de hoy tiende a asociarse con señoritas provenientes de
capas sociales elevadas.
488 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Y antes no se hacía trenzas pues como ahora. Con pura peluca y como moños. [...]
Las trenzas las desatábamos, le poníamos rulos, como también era peluquero,
los desataba, tenía otra peluca [...] aquí le ponía periódico [adentro] y aquí las
trenzas y aquí [desde la frente], el pelo recogíamos todito así. (Luis, 12.07.11)
Aquí también quiero mencionar un aspecto poco conocido: en los ballets folklóricos
bolivianos que existen fuera de Bolivia, muchas mujeres euro-americanas gustan del
elemento erótico-sensual de la China actual. Entonces parece existir un interesante
intercambio de proyecciones: para muchas mujeres bolivianas el hecho de utilizar
mini-faldas y ropa “atrevida” tanto en el contexto festivo como en el cotidiano,
es algo asociado con “el” occidente, la moda internacional, la “modernización” y
la liberación de la mujer. Además bailar de China/Figura o China Supay permite
engancharse con los estereotipos acerca de la “latina sexy” al estilo de Jennifer López
y Shakira, y de las danzas latinoamericanas “sensuales”, imágenes construidas en
películas como Dirty Dancing, shows de tango, la “fiebre” de Salsa154 y otras danzas
latinoamericanas practicadas por no latinoamericanos. Por el otro lado, a muchas
mujeres europeas les resulta más fácil identificarse con una China de mini que con
una indígena o con una cholita que para ellas son personas muchos más ajenas a
su propio entorno. Es como si para una europea fuera algo exótico, pero al mismo
tiempo lo suficientemente familiar para ser integrado fácilmente a la concepción que
ella tiene de si misma. Con respecto a la europeización del traje de la China, Titina
incluso cuenta que una de sus clientas, entonces Miss Bolivia, era recomendada para
no lucir ese traje por ser “demasiado estilizado y europeo”. Pero el traje de la China
ya no es el mismo de aquel entonces: en el transcurso de los años subsiguientes a
su creación ha pasado por lo que yo quisiera llamar re-folklorización. Así, en la
actualidad, es un conjunto sobrecargado de lentejuelas y bordados que lo acerca a
los trajes de los estamentos varoniles, a los trajes de Morenos y Diablos, a la estética
chola que sigue dominando la mayoría de las danzas folklóricas del ande boliviano,
una evolución criticada por las primeras Chinas transformistas:
Últimamente en la Entrada del Gran Poder he visto los trajes por ejemplo llevan
mucho bordado, demasiado. Es sobrecargado de bordado y lo de antes no era
eso. Era, la tela era suelta, la caída de la pollera era suelta, pero no así tan
sobrecargado, incluso las botas. [...] la blusa tenía un poco de lentejuelas, todo
eso, pero no aceptamos sobrecargado como ahora que veo perlas por aquí,
lentejuelas por allá ¿sí? ya muy pesado se ve eso. (Titina – Tito Fernández,
20.07.11)[El traje] Muy cargado. Se supone que son Cholas o Cholitas... Pero no
tienen nada de Cholitas. Es una mezcla de traje de torero, no sé qué cosa... (Luis,
12.07.11)
Por supuesto, esa evolución nuevamente se correlaciona con el tema de clase: la nueva
generación chola ya cuenta con muchos profesionales y también con descendencia
femenina que optó por el traje de señorita y que ahora también baila de China. El
traje simultáneamente simboliza su ascenso social y su re-apropiación por el sector
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 489
Toda la familia que tengo [...] ¿cómo te vas a poner pollera? ¿Y cómo? Te quieren
matar así. Pero es que me gusta más, porque lo hago más fino y más elegante.
(Diana la Bella Dama, 14.04.10)
La Chola es un personaje femenino en el que se hace muy visible la interrelación
entre la performance de género, sexualidad, etnicidad y clase. Siendo así, algunos
bailarines GLBT no quieren bailar de Chola, por más que les guste su danza o incluso
teniendo una madre Chola, como es el caso de Jovana:
Yo quería con una mini falda [...] no falda larga de Chola [...] mi mamá es Chola
[...] a mi capricho he entrado. Con tacos. (Awila Jovana, 11.12.10)
Trastorna el personaje de Awila bailando con el traje corto de Kullawada que utilizan
las “señoritas”. A otros, como a Reina Cosmos, Eliana y Eduardo, les gusta participar
en la reivindicación de la Chola que ya está de moda:
Nos gusta ser parte de eso, de la mujer de pollera, digamos como homosexuales,
como gay que somos, nos gusta aceptarlo. (Reina Cosmos – Fernando Aguilar,
13.05.05)
Siempre en nuestro ámbito es un poco, es más valorado el vestirse de pollera,
ahora a lo menos, ya ha aparecido, ahora ya es la moda, todos quieren vestirse
de pollera. (Eliana, 13.05.10)
Ya todos se visten y está de moda [...] ¿quién no quiere ahora? (Eduardo, 19.07.10)
Además, por supuesto existen también transformistas y travestis que tienen
ascendencia chola, para los cuales la madre u otra pariente Chola es un modelo a
seguir:
A nuestras mamás hemos visto siempre, para ir a la fiesta, hemos salido igual no
más. (Anita, 19.07.10)
He sugerido vestirme de pollera porque mi mamá también es de pollera, entonces
la he visto. Delante de ella [la madre] me visto. A veces cuando voy a algunas
fiestas ella me da su pollera. (Andrea, 09.06.10)
Tengo dos madrinas que son de pollera, ellas me atraen en la pollera. (Ely
Loayza, 19.06.10)
Cómo se viste, he visto como es su comportamiento, el uso del sombrero, de la
manta, todas esas cosas, ¿no?, entonces todas esas actitudes las tengo digamos,
¿no?, y por eso de ese modo, bueno he llegado a participar, a tener mucho éxito
con esa participación. (Maya - William Ventura Poma, 05.05.10)
Sin embargo, prácticamente no existen travestis que son Cholitas.
He conocido muy poca gente que ha sido travestis, pero cholitas... (Reina Cosmos,
13.05.05)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 491
La pollera es lo que más resalta, lo que más te luces con tus joyas y todo. (Álvaro,
08.06.10)
Es más elegante, suave y, y bien bonito, la chola baila bien elegante, muy bonito
y suave. (Eduardo, 19.07.10)
Resaltar a la Chola Antigua, no te olvides que el cholaje es una clase social
que hoy por hoy es tan ponderosa y siempre lo fue, en la antigüedad también,
y como nosotros todos descendemos de polleras, es un poco como haciéndoles
un homenaje, ¿no?, a nuestros ancestros. [...] rendirles de alguna manera un
homenaje. (Mateo Almendro Cevallos, 23.05.10)
Mateo Almendro Cevallos se refiere a un aspecto importante que también influye en
el ámbito GLBT: hay muchas paceñas “de vestido” que tienen abuelas o bisabuelas
cholas. Sin embargo, no se debe confundir esas cholas de élite cuya imagen es
reproducida en el personaje de “Chola Antigua” (véase parte I) con las cholas
actuales, ya que éstas para nada descienden de las cholas señoriales blancoides,
quienes utilizaban zapatos y sombreros a la moda de fines del siglo XIX y mantas
importadas de Alemania157. Esas cholas, ya de por sí muy occidentalizadas, a partir de
los años 1930 empezaron a cambiar su atuendo o el de sus hijas por faldas y vestidos.
En cambio, la chola actual suele ser descendiente de los indígenas aymaras quienes a
partir de 1952, año de la Revolución Nacional, empezaron a migrar de forma masiva
a las concentraciones urbanas. Entonces no todos los transformistas y travestis se
identifican con el mismo tipo de chola: para algunos es la madre o abuela del campo
y para otros es una reverencia a una lejana pariente señorial de fines del siglo XIX
y principios del XX. Pero no importa: tanto la chola actual como la chola señorial
transmiten un aura de lujo. Y fue precisamente por ese imaginario que la familia Aro
decidió presentarse con la danza de la Morenada en el desfile del Orgullo Gay:
“Haremos Morenada!” [...] porque Morenada se hace sentir [...] es… donde se
usa más costoso todo, las joyas, la pollera, todo donde cuesta; “nos vamos a
hacer sentir, porque haciéndonos, transformándonos en otra cosa, no, no va a
llamar la atención [...] ha sido nuestra primera vez que queríamos organizar
la Morenada con algo, algo ¡fuerte!, que es la Morenada y hemos pisado bien
[...] de aquí hemos salido transformados toditos, mi inquilino no, nunca me ha
visto transformado y otro inquilino tampoco, nadie, “¡ah!”, todos me miraban,
“¡guau!”, así [...] me lo ha abierto la puerta del auto, ya, ya, ya se han puesto
como más llamativo hacia nosotros. (Ramiro, 07.07.10)
Al prestigio nacional se suma que la chola también internacionalmente es algo
especial; es un personaje que solo existe en el altiplano boliviano y una pequeña
parte de la región lacustre peruana.
Esto de cholita es único, tal vez en el mundo, en La Paz único, en el mundo vas a
encontrar los gay, los transformistas se visten de señoritas, pero aquí en La Paz
lo que sobresale es la pollera, y por eso también me he animado. (cholita trans,
17.05.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS 493
Pero no es fácil transformarse en cholita, ni siquiera para los que están acostumbrados
a volverse “señoritas”:
Para mí el transformista solo era el que se ponía falda y eso, pero ya hay ya está
innovando a la pollera el transformismo [...] vestir de pollera es difícil [...] para
mí era muy difícil solo el hecho de levantarte la pollera [...] por eso yo valoro a
las personas que usan. (Álvaro, 08.06.10)
La cholita tiene otro movimiento, eh…, otra forma de poner sus manos, otra
forma de mover su cabecita, otra forma de mover sus caderas, no es como una
chica de vestido. (Ramiro, 07.07.10)
Otra vez se revela la artificialidad y la construcción social de los roles de género,
esta vez un rol que también connota una fuerte distinción de clase y corporalidad.
La chola no es como la señorita, la mujer europeizada “de vestido”, por lo que el
transformista/travesti transformer tiene que aprender otra corporalidad más. Dicho
todo esto, queda claro que la superposición transformista/travesti – transformer sería
un tema para la agenda queer que no sólo enfatiza la construcción y deconstrucción
de identidades de género y sexuales, sino también debate las intersecciones múltiples
entre género, sexualidad, clase y etnicidad158. Si una travesti como Diana, quien no
tiene facciones fuertemente indígenas y quien en su diario andar camina “de vestido”,
participa en una fraternidad de Morenada bailando de Cholita y luciendo joyas de
su abuela transgrede esas barreras múltiples mediante su performance enteramente
queer.
Es probable que una “señorita” ni siquiera se percate mucho de esos detalles
sublimes ya que – a diferencia del trans – no está acostumbrada a tener que “estudiar”
y luego adoptar un cierto rol genérico. En cambio los bailarines trans sí tienen la
vista agudizada y reportan las diferencias:
Después ya he aprendido cómo sentarme, cómo poner las manos acá [...] ya
hemos aprendido hasta a posar así, sonreír, mover la cabeza, las manos, hasta en
el baile ps, porque el baile de la chola es bien diferente eh…, al de las mujeres de
vestido digamos, ¿no?, hasta la forma de moverse con la pollera [...] y la mujer
que se transforma también es diferente, la vas a ver y vas a decir, “no, ésta es,
esa es de vestido, es mujer, pero es transformada [...] Es más tosco y duro, no
se mueven así suavemente, son más duras y…, pareciera que no tuvieran pollera
ellas y se están moviendo ahí, ¿no?, en cambio cuando, con la pollera es bien
diferente, es bien bonito, es bien elegante, más bonito, suave y la que no es chola,
chola, chola, se mueve así cosa de que la pollera vaya subiendo aquí arriba y no
está haciendo el movimiento, es más elegante, suave y, y bien bonito, la chola
baila bien elegante, muy bonito y suave y la que no es chola baila toscamente
torpe y le da un movimiento a la pollera que hace levantar aquí arriba, cosa que
no tienen que ser así. (Eduardo, 19.07.10)
Lo difícil de imitar parece ser justamente esa suavidad y naturalidad de movimiento
en la que enfatiza Eliana:
496 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
8.4. Resumen
Existen varios aspectos del transformismo GLBT urbano que están intrínsecamente
ligados con el tema de etnicidad y clase social: la aceptación de gays, transformistas
y travestis en las entradas folklóricas, la comicidad andina, la elegancia y el prestigio
de transformarse en Chola.
Como demuestran los numerosos testimonios, la inclusión de la población
GLBT en las diversas fiestas y fraternidades se correlaciona con el grado de
vinculación que los organizadores de estos eventos tienen con la cosmovisión
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 497
andina y con las vivencias y costumbres rurales. La gente aymara-hablante que aún
es fuertemente arraigada en la ritualidad andina, es mucho más propensa a invitar
a transformistas para que bailen en su fraternidad, pensando que atraen la suerte y
un mayor número de integrantes. Como cuentan los mismos bailarines, donde más
problemas de inclusión y aceptación hay es en el contacto con las élites, algo que tal
vez podría explicarse con el dogma católico y la actitud conservadora común en ése
sector social.
El segundo aspecto destacable es el choque entre comicidad y elegancia,
asociándose la primera con las clases “bajas” de ascendencia rural aymara y la segunda
con lo internacional, moderno y decente, es decir: con las élites occidentalizadas.
Con el fin de “depurar” y ascender de categoría las entradas folklóricas urbanas y
las danzas representadas en ellas, algunos personajes han sufrido notables cambios
de carácter y estilo. Así la Awila y la China se europeizaron, uno podría decir que
subieron de estrato social, dejando atrás la comicidad ritual andina para dar paso a una
imagen de decencia y elegancia que corresponde a una estética transformista/travesti
de clase media y alta. Debido a esa estética muchos transformistas directamente
rechazan la actuación burlesca de la Awila y se niegan a representar ese personaje,
dando preferencia al Waphuri (Galán), una figura ya fuertemente asociada con el
activismo de la familia Galán, con el movimiento GLBT actual y con las innovaciones
“glocales”. Los que bailan de Awila lo hacen de forma elegante, tratando de evitar
cualquier molestia en el público. Esa transformación y ese aumento de categoría a su
vez conlleva a una mayor aceptación de los personajes en las clases sociales alejadas
del transformismo ritual andino, donde son admirados por su estética y su capacidad
de baile, dejando de lado (o tratando de negar) su identidad genérica y su orientación
sexual. En cuanto a la China, esa admiración condujo a la apropiación del personaje
por biomujeres de élite, algo que también se dio en el caso excepcional de las dos
Awilas representadas por mujeres biológicas que acompañaron a Paris Galán en las
entradas del Carnaval de Oruro 2009 a 2012.
El tercer fenómeno que ilustra de manera plástica la interrelación entre las
categorías de género, etnicidad y clase es la superposición del transformismo y
travestismo con la costumbre de las transformers biomujeres quienes adoptan el
lujoso atuendo de la Chola paceña para lucirse en las entradas folklóricas y cierto
tipo de fiestas (típicamente prestes). Ese traje, por un lado es el marcador de
etnicidad más destacado del sector popular, y por el otro denota un fuerte poderío
económico, simbolismo atrayente también para transformistas y travestis de estratos
occidentalizados. Salir como transformer, y ostentar joyas, encajes y polleras pesadas
en todo caso permite conectarse con un imaginario de poder. Para muchos también
significa identificarse de manera muy positiva con sus raíces, sea con abuelas y
bisabuelas que pertenecían a las Cholas señoriales de élite de fines del siglo XIX y
principios del siglo XX, cuya descendencia se convirtió en mujeres “de vestido”, sea
con madres, tías y abuelas que pertenecen al cholaje de hoy en día.
498 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
también de cómo tú te comportas [...] que la gente vea el arte [...] es un poquito lo
que yo quisiera que la gente se de cuenta. (Edwin Cochi Ramos, 26.05.10)
En esa época que tú mencionas, ha habido un poco de represión, de prohibición
por el escándalo, ya mucho alcohol, mucha bebida, entonces hacía que se hagan
escándalos, pero ahora ha pasado eso, se tiene más consciencia de hacer arte.
(Mateo Almendro Cevallos, 24.05.10)
Entonces solo es lógico tratar de esforzarse al máximo:
Yo pienso que es importante sobre todo en el folklore, en el arte dar calidad, ¿no?,
para tener una cierta calidad, y a la gente que va a ver, hay que darle un buen
espectáculo, y eso afortunadamente hemos logrado hasta ahora. (Paris Galán -
Carlos Parra, 06.01.10)
Lo que queremos es que salga muy bien, ¿no?, y que realmente al público, al cual
tú estas dando un show, quieres que te vea así tan linda, que como lo haces, que
digan: ah bien, 100%, dar de todo de ello. (Monserrat, 22.04.10)
El cuerpo mismo se convierte en el lienzo para retratar la identidad plasmada en una
obra de arte:
Es como un arte el transformismo de hacer lo que tú eres. (Awila Jovana,
11.12.10)
“Hacer lo que uno es” es otra constante en los testimonios de los bailarines
transformistas.
halagado por la gente, te inspiraba mucho mejor ¿no? (Diego Marangani, s.f.,
entrevista: David Aruquipa)
Era la forma de que salga a flote mi predilección sexual. Como yo me veía que
yo era de una cosa y quería ser lo otro, entonces por ahí yo creo que se me ha
despertado, me he inspirado y he bailado. He dicho: la única forma que me
puedo desenvolver aunque sea por un día como quisiera haber sido he sido en
eso. (Diego Marangani, 20.07.11)
Se nota que el transformarse en mujer no es un mero disfraz, sino que es la
representación de una característica personal reprimida en el diario vivir. Como
observa Nixon (2009: 4, 47 sig.) también para el contexto canadiense, no se trata
de solamente personificar “lo femenino”, sino también de identificarse con ello, de
expresar una parte suprimida, tal como cuentan los bailarines trans bolivianos.
Yo soy lo que soy por lo que desde niño siempre he sido así. Yo soy ahorita
gay, pero me siento una mujer realizada. (Cecilia, 18.06.11, entrevista: David
Mendoza Salzar)
Eso realmente un poco tal vez, un desahogo [...] pero cuando yo me visto de
mujer, es una cosa que me siento realizado, me siento con tranquilo, me siento
digamos bien conmigo mismo, porque la verdad estoy haciendo algo que quiero
hacer, que al final de cuentas que me gusta hacerlo, y que soy. (Reina Cosmos –
Fernando Aguilar, 13.05.10)
[Bailar en el Gran Poder] Es algo bonito. Que uno se siente lo que es. (Daniela
del Castillo, 18.06.11, entrevista: David Mendoza Salazar)
Muchos también hacen énfasis en la felicidad que les brinda el hecho de vivir su
identidad a través del baile:
Yo me he sentido feliz [...] me he vestido de chica, de Kullawa he bailado, he
terminado. (Awila Jovana, 11.12.10)
Siendo así, el transformismo representaría una amplia gama de identidades de
género que varían según el grado de internalización e identificación con la feminidad
normativa representada. Cuando un trans/drag se identifica profundamente con la
feminidad representada tampoco cabe decir que la apropia162. Entonces, a pesar de que
los personajes más comúnmente representados por transformistas GLBT, la China,
la Lechera y la Awila reproducían y siguen reproduciendo estereotipos femeninos
que fortalecen un orden patriarcal opresor y discriminador, estos testimonios dejan
en claro que la entrada folklórica también podría considerarse como un espacio de
liberación y distensión personal163, significado que mantiene hasta ahora.
Tito Fernández hace hincapié en otro aspecto identitario, en el nuevo “punto
de identificación”164 que para él se materializó en Ofelia, la primera China moderna
que por lo visto creó una sensación de pertenencia entre los espectadores gay, uno de
los aspectos clave para la constitución de una identidad propia.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 501
Hay un fuerte deseo de brillar y destacarse frente a los demás, actitud que pudo
observarse ya con las primeras Chinas y que no ha cambiado hasta hoy165:
Era pues quien vestía mejor, quien bailaba mejor, que nos mirábamos, que esto
[...] O sea había competencia, sí. (Titina – Tito Fernández, 20.07.11)
Siempre la vanidad de cada uno de nosotros, a veces resaltar uno ¿no?, por más
que seamos muy amigos dentro de un grupo, queremos resaltar uno al otro, es una
competencia no desleal, digamos ¿no? para esto, digamos, pero una competencia
en que cada uno siempre quiere sobresalir [...] se bailaba en público entre
dos, tres era un modo de competencia, digamos, quién lo hace mejor. (Diego
Marangani, s.f., entrevista: David Aruquipa)
Éramos los más llamativos [...] una quiere ser más coqueta que la otra. (Ángel,
07.04.10)
Cuando hay… eventos y hay mucha competencia, una quiere más mejor que la
otra y que la otra, uno siempre quiere ser ps, más que la otra, porque quiere
ganar (Carlita, 06.07.10)
Ese tema de “querer ganar” está presente desde las competencias de belleza (i.e. la
elección de Miss Transformista de Antaño y Miss América en la que formé parte del
jurado, y donde también hubo exposiciones de danzas folklóricasXXII), hasta en las
entradas folklóricas. Wright considera que esa competitividad es una característica
“típicamente masculina”, con lo que quiere comprobar que los trans/drag siguen
dentro de “su” rol de género original (2006: 12). Yo no he podido comprobar eso: al
contrario, en el ambiente folklórico se hace notar la enorme competencia entre las
mujeres biológicas, especialmente en sus certámenes de belleza folklórica donde
se eligen pallas y ñustasXXIII. Lo que sí pude observar es que la creatividad propia e
innovación tienen un rango muy alto en el ambiente GLBT. Elaborar un traje propio,
impactante, es motivo de orgullo personal y otorga estatus a su creador.
Hicimos todo propio desde las medias hasta el calzoncillo, el pantalón, el zapato,
todos los accesorios eran propios, propios, propios. Entonces fue un detalle único,
pestañas postizas, el rostro maquillado, fue totalmente una obra artística. (Danna
Galán – David Aruquipa, 08.07.09)
Tanto el arreglo del rostro (maquillaje y pestañas postizas), como la indumentaria
tienen que ser llamativos y brillosos.
A mí me gusta más los colores chillones, que pueda resaltar [...] en esos países
[foráneos] puedes ver bonitos diseños, puedes ver un diseño de ellos y puedes
tomarlo para lucirlo. (Italy - Diego, 12.04.10)
Empecé a bailar, me puse pestañas grandes, las pestañas postizas que era muy
llamativas, entonces la gente me empezaba a admirar, me decía: wow, qué
bonita!, entonces por el tema del maquillaje, el tema de las pestañas que son
muy llamativas entonces he tenido una buen aceptación de la gente. (Edwin
Cochi Ramos, 26.04.10)
Otro tópico omnipresente en la creatividad GLBT es la así llamada “estilización” que
es sinónimo de adaptación, actualización/modernización y, sobre todo, readecuación
al gusto mestizo-urbano, en este caso también matizado con lo que podría denominarse
“insignias” del colectivo GLBT, elementos drag y la indumentaria de “íconos” de la
cultura popular internacional.
Obviamente el mismo traje típico, vamos a estilizarlo un poco más a nuestra
diversidad, o sea sobresalir a las demás personas que van a bailar en nuestra
fraternidad. [...] Le vamos a aumentar lo que es típico de nosotros, el arco iris
digamos, la bandera del colectivo, vamos a poner algunos adornos más brillosos,
bueno cosas así, ¿no?, algo más llamativo que llame a la gente a ver. (Ernesto
Luna Ulloa, 16.05.10)
Queremos salir así de lo común, o sea todo estilizado [...] teníamos que entrar
una cosa de siete parejas representar el color del Arco Iris, o sea tiene que ser
algo estilizado (Álvaro, 08.06.10)
Son innovaciones que sondean límites: son suficientemente “escandalosas” para
llamar la atención y ser comentadas y criticadas pero se mantienen lo suficientemente
tradicional para seguir siendo reconocidas, como por ejemplo un traje de Waphuri o
un traje de Chola.
Mantenemos todos los elementos del Waphuri, así medio actualizados, estilizados
[...] el tercer año hicimos el traje y introdujimos la manta de chola, compramos las
mantas, las hicimos arreglar un poco y a la cintura en lugar de la faja, ya fue otro
elemento que llamó la atención, a la gente le gustó más, y así, ya comenzamos a
estilizar un poco los zapatos. (Paris Galán - Carlos Parra, 06.01.10)
Para Paris Galán, el Waphuri y la Awila son personajes tradicionales, pero su
adaptación los convierte en figuras dinámicas que conllevan mensajes muy actuales:
Entonces, como todo en el Carnaval y como todo en la cultura, todo es vivo,
dinámico, evoluciona. Entonces mantenemos el personaje, mantenemos elementos
característicos, pero refrescamos la simbología y el Waphuri, las Awilas están
presentes con una nueva propuesta, con una propuesta fresca, mucho más actual,
mucho más dinámica. (Paris Galán, 05.03.11)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 505
XXIV “Moderno” en este caso se refiere a algo “actual”, popular hoy en día, no a un concepto abstracto
de “la modernidad”
506 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
es “un mundo en el que existe envidia y recelos” y que “la amistad coexiste en forma
paralela con la rivalidad” (1999: 164).
Desde mi punto de vista, lo que está detrás de toda esa competencia es una
cuestión de poder. Como sujetos muchas veces marginados en la vida cotidiana, el
baile para los trans/drag no sólo es un espacio de desahogo en el que uno puede vivir
al menos un poco de lo que considera su “verdadera identidad”, sino también una
arena de lucha por atención, prestigio y poder166. A través de ese prestigio y poder
es posible que el sujeto trans obtenga un lugar preferencial en la sociedad, aunque
sea por un momento, y que durante ese período corto supere tanto a las mujeres
biológicas como a otras formas de masculinidades167. Además, la participación en
las danzas folklóricas es una posibilidad de entrecruzar las líneas entre género,
etnicidad, clase y poder, de salir “del montón” y por ende, de la marginalidad social:
El estereotipo del heterosexual [...] eres uno más del montón [...] entre las
comparsas [...] es quien se luce más digamos, porque ya están viendo, yo tengo
las mejores polleras, yo tengo los mejores trajes, de china, de todo eso, muchas
veces como la gente de la comunidad es más vistosa, porque se arregla y los
maquillajes que se ponen, es más exuberante, como bailan, la alegría con la
que bailamos, o sea es por eso que la gente… yo quiero que me compares entre
lo mejor, y por eso he ido también, y sabes también que los gay saben que son
más creativos, demuestran así creatividad [...] en las fiestas nosotros estamos la
sensación, somos el centro de atención de todos, por decir uno y otro te invita, la
gente que tiene poder te invita y ya no hay problema. (Divinia, 08.04.10)
Hablando de trans/drag queens, en Miami Beach, Berkowitz y Belgrave (2010:
175 sig.) encuentran una dinámica parecida: observan que la transformación otorga
poder situacional, atención social y sexual y “estatus de celebridad”168. Ruby, un
informante de Berkowitz y Belgrave, explica que “mis amigos y yo somos del tipo
de persona a quienes les encanta estar en el centro de atención [...] cuando me di
cuenta del montón de atención que recibía como drag queen, digamos no podía
resistir169”. Fue exactamente eso lo que incentivaba también a las primeras Chinas:
Yo he salido en muchas rejillas o presentaciones del Canal 7, porque mi traje era
vistosísimo [...] Glamorosa, glamorosa, aplaudido entonces tu ego, ese rato mi
ego se ha subido hasta el cielo y me sentía bien ¿no? de que la gente te admire
tanto por lo que estabas haciendo y más por el baile. (Diego Marangani, s.f.,
entrevista: David Aruquipa)
La mirada (gaze) del público es de reverencia y admiración (Berkowitz y Belgrave
2010: 177). Es así que también Sasete habla desde una posición de poder – la de ser
la “figura” (personaje único y protagónico) del grupo:
Le comenzamos a colocar algún tipo de cosa, que sean más brillo, para mostrar
que eres la figura del grupo. (Sasete la Diva – Rodolfo Vargas, 22.04.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 507
9.4. Resumen
Para muchos transformistas, el hecho de bailar de mujer en una entrada folklórica
es un modo de realizarse, de desahogarse y de visibilizar una identidad femenina o
drag que ellos perciben como profundamente suya. Personajes emblemáticos como
Ofelia, Barbarela y los Waphuris Galán para muchos fueron la materialización de
“puntos de identificación” que crearon un sentido de pertenencia a la comunidad
GLBT, alentando a las nuevas generaciones a vivir su identidad genérica a través del
folklore. El creciente ingreso de la comunidad trans/travesti a los eventos folklóricos
forjó un clima de competitividad (no siempre sana), en el cual los bailarines tratan
de “brillar” y de destacarse frente a los demás convirtiendo las entradas en una arena
de lucha por atención, prestigio y poder.
Algunos ubican esa pugna dentro del marco artístico y creativo, siempre
buscando superarse a sí mismos, causar sensación y ser el centro de atención.
Así surgen creaciones impregnadas de una estética globalizada que incorpora
elementos foráneos a los personajes tradicionales, “actualizándolos” en el marco de
una estética que expresa la identidad trans que se exterioriza a través de la apariencia
e indumentaria, moldeando así esa superficie de contacto entre el yo, la sociedad y
el cuerpo.
La mirada del público es de reverencia y admiración otorgando un poder
situacional, atención social y sexual y “estatus de celebridad” a los bailarines que se
contrasta con su estatus cotidiano marginado dentro del sistema patriarcal y frente a
la masculinidad hegemónica.
508 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
homofobia, serian más mujer, ¿no? pero es hombre, entonces el traje de Awila
es más gracia, más congraciado con botas y varios, y se bailan ¿no? les genera
rabia. (Vladimir, 10.06.10)
Es un prejuicio, a ver, mira, denigras hombría dice la ley [...] En otros lugares,
[...] Villa Copacabana, entrada de tal, entrada de cual, transmiten, entrada
universitaria, entra la Kullawa: no hay Awilas. Es que sabes, los hombres se
sienten denigrados. (Awila Jovana, 11.12.10)
Me parece muy interesante la interpretación de Jovana; que los hombres, al ver a la
Awila, se sentirían denigrados. Eso significaría: si un hombre baja de su “pedestal”
para hacer de mujer, baja de “categoría”. Ya deja de ser un sujeto que manda, un
representante de la masculinidad hegemónica, sino es denigrado y humillado
al tener que asumir la posición inferior que generalmente ocupa la mujer172. Ese
exactamente es el pensamiento que mencioné en la sección sobre el transformismo
rural: el transformismo como castigo. Por ahí influye la ascendencia de Jovana en
ese pensamiento: su madre es Cholita. Tal vez el hombre biológico también teme ser
seducido por una bella mujer que al final resulta ser un hombre biológico, otro hecho
que podría poner en peligro la virilidad de uno.
El testimonio de Wendy demuestra cómo la discriminación surge de ese miedo
del hombre quien teme perder “su lugar”, el lugar del poder. Cuando una lesbiana
demanda esa posición, el presidente no tarda en hacerle recuerdo que “solo” es mujer
y que “nunca” va a ocupar un lugar de liderazgo en la tropa de hombres:
Los de mi fraternidad como fraternidad, de hecho sí han notado medio de que
yo era de ambiente, que era les, entonces ha habido un poco de molestia, es que
yo quería bailar como figura, o sea estar de cabeza y ser guía en realidad, en
la tropa de hombres, ese era mi sueño, [...] estaba bailando muy bien [...] tenía
un estilo ya marcado, entonces yo pedí al director, al presidente de la fraternidad
que yo quería bailar al futuro de guía, y me dijo que eso nunca iba a pasar,
porque una mujer jamás iba a ser guía en un bloque de chicos, yo era, maldito
discriminador, me emputé jodido y bailé dos entradas más y de ahí lo dejé, porque
me molestó bastante, y fue la misma actitud de su esposa que ella era la guía de
las chicas que me dijo exactamente lo mismo, yo era... me quedé decepcionada.
(Wendy Molina, 08.06.10)
Lo notable es que en este caso reflejado en la danza, el presidente fue asistido por su
esposa que aparentemente está muy conforme con el sistema patriarcal. Wendy era
un peligro para el orden establecido, también cuando de borracha empezó a besarse
con otra chica, quitándoles el derecho exclusivo de hacer eso a los chicos. En pocas
palabras: con su comportamiento estaba cuestionando la masculinidad hegemónica.
Entonces era como que, si yo te he visto besando, vos te ocupas de transformar,
cambiar la forma de pensar de las chicas [...] entonces es como que no, eres un
peligro para nuestra especie. (Wendy Molina, 08.06.10)
510 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Parece que muchas mujeres heterosexuales internalizaron tan bien la norma binaria
que cualquier transgresión también las perturba a ellas. Gabriela, una estudiante de
ingeniería de sistemas que baila de Caporal, tuvo la siguiente experiencia:
En la comparsa voy a bailar con ellos, tengo el apoyo de todos este año, de las
chicas de mi carrera, de cursos inferiores no, me dicen de todo, marimacho, que
no sé como tienes buena relación con los chicos, encima vas a bailar Caporales,
eso es lo peor, que cuando necesitas apoyo de tu mismo género no te dan, ahora
te cierran las puertas en esto, y es el género opuesto es que te va a dar el apoyo.
(Gabriela Luna Espinoza, 17.05.10)
A diferencia de Wendy, Gabriela tuvo muy buena aceptación dentro de su grupo y no
sufrió restricciones. Lo que me parece muy notable en ambos casos es el hecho de
identificarse con el mandamás y de querer asumir el papel del hombre sin cuestionarlo.
Este es un deseo también expresado por muchas mujeres heterosexuales por lo que
decidí analizarlo en la primera parte de este estudio.
XXV Fernando Aguilar, Tito Fernández, Juana, Luis, Diego Marangani, Víctor Hugo Vidangos y
muchos otros más han sido testigos y víctimas de arrestos, “batidas”, extorsión y multas por
hacer fiestas o causar “escándalo público” al caminar en la calle, prácticas policiales típicas en
décadas pasadas que merecen otro estudio separado.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 511
dicho: no puede bailar, está prohibido. [...] seguí bailando hasta que aquí en la
ciudad ya me dijeron, pues eso ya de miedo yo no he ido. (Luis, 12.07.11)
En general ha mejorado mucho la situación de la población GLBT boliviana, pero
hasta la actualidad sigue habiendo casos de violencia física, incluso de asesinatos:
En 2005, en el Corso de Corsos, en Cochabamba, 16 miembros de la pandilla
“Los Gigolos” fueron acusados de asesinar a un experto en moda, que vestía
como varón pero era homosexual y afeminado, o sea, se expresaba con ademanes
y tono de voz similares al de una mujer. “Fue un caso emblemático, pero la
familia no quiso hacer la denuncia. Incluso había un video que corroboraba la
agresión de los pandilleros”, aseguró a La Prensa Ángela Fuentes, presidenta
de la asociación Gay, Lésbica, Bisexual y Trans (GLBT) de Bolivia. Según los
testimonios recogidos por GLBT, el hombre estaba bailando y, de un momento a
otro, comenzó a ser golpeado por la turba de pandilleros. No hubo investigaciones
policiales por petición de la familia. (Juan Carlos Chamorro, 03.02.11, diario La
Prensa)
En otros casos, espectadores y bailarines heterosexuales simplemente articulan su
desacuerdo o disgusto, ya cuidando el aspecto del respeto:
En cuanto a esos personajes, parece que, bueno no sé si seré muy machista,
me parece que es ridículo eso, no comparto yo con eso, y por eso dentro del
conjunto siempre hemos cuidado ese aspecto, no pretendemos tener, ni quisiera
que vengan, si vienen, que no se identifiquen. (Demetrio Llanque, 10.08.10)
[...] El año pasado nosotros pasamos el preste [...] La fiesta la recibimos bien,
pero ya cundo pasaron los días, habían cuestionado allá en Oruro, que ¿cómo les
van a dar la fiesta a ellos?¿cómo a los maricones? [...] y ahora ¿con quién van
a pasar la fiesta? [...] tenían ese temor de que los pasantes fueran los maricones
con sus parejas maricones también, ¿no?, no lo dicen pues, pero está ahí, y hasta
el año pasado así pelea tras pelea. En la fiesta yo tomé el micrófono y les lancé
un discurso así terrible, les dije nosotros bailamos hace diez años. En estos diez
años hemos cumplido con todas nuestras obligaciones, hemos aportado a la
Kullawada, a la danza, al arte, con los Waphuris, a la gente le encanta, hemos
rescatado elementos, hemos conservado otros elementos, pero este conjunto
siempre nos ha discriminado, siempre nos ha rechazado, siempre nos ha tratado
mal y quieren que nos vayamos, quieren que los maricones se vayan, pero no nos
vamos a ir, no nos vamos a ir, si quieren que nos vayamos, que nos boten y vamos
a ver si pueden, así fue un discurso y la gente bravo, bravo. (Paris Galán - Carlos
Parra, 06.01.10)
Si se toma en cuenta que los Waphuris Galán actualmente son los personajes trans
más conocidos y reconocidos en el país, hay que preguntarse cómo será la verdadera
aceptación de los que no son tan famosos y de los que no han tenido los medios para
pasar preste y aportar también económicamente a su fraternidad como lo han hecho
ellos.
La discriminación es un problema muy serio, pero para obtener una visión
más amplia se debe tomar en cuenta también los aspectos problemáticos de la
participación GLBT en las entradas folklóricas.
(Martha), el año del incidente la Morenada Eloy Salmón, en la que bailaba Barbarela,
incluso ganó el concurso del Gran Poder para el cual Bánzer había dotado Bs 10.000
por lo que esta fraternidad encabezó la presentación de los ganadores en el Coliseo
Cerrado, acto en el que Barbarela participó sin ningún inconveniente. Don Carlos
Estrada, ex-presidente de la Asociación del Gran Poder, constata que al constituirse
esa Asociación se prohibieron varias figuras de aquel entonces, como por ejemplo
Batman y las ardillas, y que la prohibición de la participación de transformistas y
travestis solamente fue parte de ese proceso173. Puede ser que en el afán de depurar la
fiesta del Gran Poder de elementos foráneos se haya estimado que el baile y el atuendo
de las primeras Chinas no hubiese sido considerado suficientemente “folklórico”. De
hecho, como detallé en los capítulos 6.4 y 8.2, hubo una re-folklorización del traje
de parte de las mujeres biológicas, lo que consolidaría esta hipótesis. Además, la
prohibición puede haber sido un acto de consolidar el poder patriarcal y homofóbico,
fuertemente arraigado en la doctrina católica en la recién fundada Asociación del
Gran Poder. – La Asociación se fundó el 12 de Mayo de 1974, año en que ya no se
permitió el ingreso de los bailarines trans/travesti a la entrada del Gran Poder y año
en que se mandó hacer una estatua de Jesús del Gran Poder para que encabezara la
procesión dancística.
Pero definitivamente, hubo también problemas con algunos bailarines
trans/travesti: el consumo exagerado de alcohol y, como consecuencia de ello, el
“escándalo”:
Había un caballero que se llamaba Lucio Chuquimia, él era el presidente de la
asociación de conjuntos folklóricos, y ocurre que este caballero, como se había
proliferado tanto lo de las Chinas, las Chinas antes de empezar ya estaban
mareadas, porque ahí se entusiasmaban los jóvenes, los hombres, las señoras,
que también algunas son muy partícipes de ellas, les invitaban a tomar, a tomar,
a tomar. Total de que ya en medio camino, estaban desubicadas y al pasar ya el
palco era el escándalo, entonces empezaban a hacer cosas ridículas, entonces el
presidente tomo la decisión de suspender. (Mateo Almendro Cevallos, 24.05.10)
Por el Prado y ha sido la última vez. Ya ha sido debut y despedida, así. […] Ese
año ya había indicios de que… de que… bueno, eran las últimas veces que iban
a permitir que bajen las Chinas… [...] Inclusive entre los mismos chicos cuando
empezaban a tomar, se peleaban. (Diego Marangani, 20.07.11)
Cuando se mareaban hacían pues cosas, que besaban a los hombres, así y eso no
les ha gustado. (Aida Montaño, 19.06.10)
Hubo excesos criticados hasta por los mismos bailarines trans quienes ahora tienen
que pagar por las “locas” teniendo que justificar su participación y asegurando que
no van a causar problemas.
Había dos extremos ¿no? Un extremo, bueno, éramos los que bailábamos
sanamente y nos defendíamos de los chicos, los jóvenes, pero también había
514 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
otro extremo ¿no? de otras Chinas, de otros muchachos que bailaban que ya
también hacían barbaridades ¿no? se iban detrás los camiones, se iban a los
baños con muchachos y bueno, pues ya eso la gente veía y ya mal, estaba muy
mal eso porque también al calor de los tragos sucedían cositas que bueno, pues a
la gente no le gustaba. [...] hacían cada escándalo también que al final parecían
borrachos, botados, con la pollera arriba y era un escándalo ¿no? era feíto.
[...] siempre se escapaba pues uno a hacer sus macanas y no, no había caso de
controlar. (Titina – Tito Fernández, 20.07.11)
Hay, mira, personas gays muy liberales que quieren demostrarse, perdóname,
hasta desnudarse. Entonces a ver ese show prefieren no aceptarnos. [...] Entonces
ese espectáculo nada menos es que vean entonces tenemos más discriminación.
[...] Nos hacen quedar mal. (Celso, 12.07.10)
A eso le tienen miedo, dicen entonces me hacen quedar mal a la fraternidad [...]
habían sabido molestar a la gente, a la gente que está mirando, en el palco
hacían sus macanas también, y por eso no querían que baile yo, y más bien como
me conocen casi todos de la asociación, me han apoyado, he tenido el apoyo,
de ahí es que bailo en Gran Poder. Sin problemas. [...] Molestan. Molestan a la
gente, a los mismos jurados les comienzan a molestar, les empiezan a abrazar, y
eso no está bien, si estás bailando, dedícate a bailar, concéntrate en tu baile y
listo, no pasa nada, por esa razón no querían que baile, ustedes molestan así,
me han dicho, a mí me han visto molestar, ¡no! me dijeron, nunca he molestado
a nadie, yo me concentro en lo que estoy bailando y listo [...] Se toman y ya se
olvidan de lo que están haciendo, se olvidan y ya empiezan a molestar, luego un
lío es. (Awila Dany, 26.05.10)
También don Mateo Almendro piensa que las restricciones surgieron a raíz de la
borrachera y el escándalo:
Es que tenemos que convencernos de que esto no es un espectáculo escandaloso,
el escándalo no va aquí, entonces la prohibición fue a través de eso, mientras
los que no hacemos escándalo, no tenemos problemas. [...] en esa época que tú
mencionas, ha habido un poco de represión, de prohibición por el escándalo, ya
mucho alcohol, mucha bebida, entonces hacía que se hagan escándalos. (Mateo
Almendro Cevallos, 23.05.10)
Para que no siga la discriminación hay que respetar los límites:
Siempre y cuando tú lo hagas con alegría, y con un poquito de que no te explayes
mucho, la gente te ha de aceptar, pero si vas a estar molestando a la gente,
obviamente que la gente se va a hacer a un lado, todo tiene que ver con su límite.
(Reyna Mena, 05.05.10)
Es por eso que hay fraternidades que en un principio no tenían nada en contra de la
participación GLBT, pero que debido a las molestias causadas entre la directiva y los
demás bailarines se veían forzados a restringir esa presencia.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 515
En nuestra fraternidad mismo vino a bailar unas dos figuras o filas de figuras
que indudablemente eran travestis, pero eso causó, no molestia, sino por el
mismo comportamiento de estos personajes un poquito molestó digamos a los
componentes [...] yo vi el 88 lo ultimo después ya no más. (Jaime Javier Pacheco
Quisbert, 18.12.09)
Para mí al principio parecía bien que bailen, que alientan, ¿no?, viendo la
situación y viendo la crítica, porque al público le dices esto es, hemos tenido
que suspender [...] ya desde el 94, 96, controlamos, la gente que conoce. (Eloy
Roberto Condori Paco, 04.03.10)
Es por eso que Sasete subraya la importancia de cuidar la imagen de la fraternidad
acogedora. Ya que es activista su fraternidad, la Llamerada San Andrés, sabe muy
bien quién es y qué hace y demuestra una actitud muy colaboradora, trato que los
bailarines deben justificar comportándose de manera responsable:
Nos prestaron ropa de la Llamerada para hacer un show en el miss Bolivia, y
ahí bailamos Llamerada en el show, de cholitas y sabían los del directorio y no
se hicieron problema, pero nos dijeron que teníamos que ir con cuidado, porque
estamos manejando la imagen de la Llamerada San Andrés [...] creo que la
consciencia de cada persona es que deben entrar y respetar el folklore como tal,
no entrar a hacer un circo, o a denigrar, o a desprestigiar a sus grupos, porque por
algo los grupos están abriendo las puertas a las personas del colectivo GLBT,
para darles la oportunidad de que bailen, se luzcan pero no para desprestigiar
a tu grupo, ¿no?, tomando, haciendo escenas de pelea, de violencia y todo eso.
(Sasete la Diva – Rodolfo Vargas, 22.04.10)
Yo creo que si todos se atienen al consejo de Sasete, pronto se hará realidad la visión
de Andrea, quien cree que se abandonarán las restricciones para los bailarines trans:
Para entrar al Gran Poder se daban cuenta y la comparsa que estaban bailando
se descalificaba, ya no permitían. Pero ahora yo veo que ya la sociedad se ha ya
han entendido mayormente. Yo creo que va a volver a ser como antes. (Andrea,
09.06.10)
Mientras tanto, hay que seguir batallando.
Dany lleva casi una década bailando de Awila, en diferentes zonas de La Paz, la
fiesta del Gran Poder y en el Carnaval de Oruro. Diana en Achachicala, 09.08.2010.
Foto: Eveline Sigl
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 519
[...] nos hemos ido a pasear y a comer, y de pronto cuando estábamos comiendo
en un restaurante en Copacabana, aparecieron tres policías, estábamos los tres
vestidos de chinas [...] y nos dijeron “nos acompañan”, y ahí sí yo ya no me dejé.
Les dije, ¿A dónde?, y nos dijo “a la comisaría”. Ah sí ¿Por qué?, le dije, “mi
capitán quiere verles”. “que venga” le dije, “que venga a vernos si quiere”. “ya
pues, no me estoy haciendo la burla”, me dijo, “yo tampoco”, le dije, “déjenos
comer tranquilos”. “ya, vamos a esperar que coman”. Y comimos lentamente,
uno era bien torpe, bien maleducado, el otro era más tranquilo, dos eran, y el otro
dice “ya vamos”. Le dije “no vamos a ir señor”, y dijo, “así les voy a arrastrar
de sus trenzas”. “Inténtelo”, le dije, “vamos a ver quien arrastra a quien”, y el
otro le dijo, “ya cálmate, cálmate”. Le dije, “ustedes son policías, ¿han estudiado
derechos?, ¿saben sobre derechos humanos?, ¿me pueden decir?” “Ah, no”, nos
dijeron, “¿y ustedes que son pues, hombres o mujeres?”. “Hombres”, le dijimos,
y “¿que pues es eso?, hombres vestidos de mujeres”, y le dije, “¿es un delito?,
¿está prohibido?, ¿Dónde dice que está prohibido?”, y dijo, “ya vamos”, “OK”,
le dije, “vamos a ir, pero con nuestro abogado”. No teníamos abogado, tenía una
amiga yo en Copacabana, y le dije “vamos a ir con nuestra abogada, ¿quieren
acompañarnos a buscar a nuestro abogado?”, y dijo uno, “yo voy a ir con usted,
y él se va a quedar con sus amigos”. Entonces yo fui a la casa de mi amiga, donde
estábamos alojados, le dije “solo quiero que me acompañes, en caso de que nos
arresten y necesitemos realmente un abogado”. “Pero claro”, dijo mi amiga,
“que abusivos”, y salimos, yo además me quité las botas de la china, y me puse
unos botines de hombre, me quité el sombrero y me puse una gorra, entonces fui
así medio chola, medio china, medio, medio, chico, fui así, cuando en una esquina
los dos chicos, mis compañeros, parados solitos, “¿Qué paso?”, les dije, y yo
con el policía, y ahí apareció una señora que bailaba Morenada, que había sido
policía de alto rango, y la policía les ha visto a los chicos, “hay chicas que lindas
están”, y “¿que ha pasado?”, y el policía ha dicho, “es que mi capitán quiere
verles”, “¿Y por qué?”, le ha dicho, ya déjelas tranquilas, váyase, el otro se fue
volando, entonces el tipo no sabía qué hacer y se fue también, entonces esa fue
una experiencia así un poco dura, pero nos impusimos también. (Paris Galán -
Carlos Parra, 06.01.10)
Como en todo, no hay que generalizar – así como hubo policías que en 2010 se
sacaron fotos con una China trans en el desfile del Orgullo Gay (Willy, com. personal,
06.07.2010), también existen personas creyentes que piensan que las entradas más
bien deben ser inclusivas.
El carnaval tiene que ser inclusivo [...] yo creo que la Virgen del Socavón es
madre de todos, ¿no?, entonces no se puede dar un rechazo, no se puede partir
de ignorancias homofóbicas [...] he visto también en los Waca Wacas que hay
dos varones que bailando de cholas, con un montón de polleras y se muestran
también tal cual. (Rodrigo León, 02.02.10)
520 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
10.5. Resumen
Desde su incursión abierta en el ámbito folklórico, los bailarines GLBT sufrieron,
y siguen sufriendo, diferentes tipos y grados de discriminación y violación de
derechos, empezando con insultos y la negación de roles protagónicos dentro de
una fraternidad hasta agresiones físicas que en el peor de los casos terminan en
homicidio. Una de las causas de las infracciones reside en las transgresiones del
orden hetero-normativo, un modelo social tan internalizado que cualquier irrupción
a ese binarismo y las correspondientes jerarquías de poder, causa rechazo. Así, un
hombre heterosexual puede sentirse “denigrado” al ver una Awila transformista, y un
dirigente de una fraternidad de Caporales puede oponerse a que una lesbiana guíe la
tropa de hombres y escandalizarse al ver que coquetea con chicas, comportamiento
supuestamente reservado para los varones.
Sin embargo, sobre todo en cuanto a los bailarines trans/travesti hay que
conceder a las fraternidades que ha habido excesos de alcohol y, a consecuencia de
eso, molestias en el trato de los espectadores, “escándalo” y peleas que finalmente
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 521
XXVI Víctor Hugo Vidangos (Ninón), 01.08.11, en una entrevista realizada por Danna Galán (David
Aruquipa Pérez)
522 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
político propiamente dicho. En esas épocas tampoco existían ONGs o leyes que
hayan amparado a la población GLBT. Sin embargo, el mismo hecho de bailar y de
mostrarse públicamente hizo que el colectivo se visibilizara, y que los mismos gays
empezaran a tomar contacto viendo que no estaban solos y que tenían al menos un
espacio socialmente permitido donde podían vivir su orientación sexual e identitaria.
Hemos empezado de alguna manera, sin querer [...] hemos empezado a eso, a
que la gente empiece ya a tener consciencia de lo que había en el mundo, que
no solamente había hombre y mujer, también habían otras, muchas opciones.
Entonces nosotros hemos empezado con eso ¿no? y de alguna manera también
hemos sido los que hemos empezado porque por los demás chicos vayan por ese
camino del travestismo. Porque hemos sido digamos los primeros travestis ¿no?
que lo hemos hecho por el folklor. (Diego Marangani, 20.07.11)
[Ofelia] era pues una belleza que por primera vez se había visto en una entrada
y bailando en una Morenada. [...] O sea que todo el mundo andaba tras ella, y
nosotros veíamos una cosa así, bueno, pues, queríamos hacerlo así. Y bueno,
eso ha sido lo que me ha incentivado a lo que también tenía que hacer. [...] Al
menos yo como gay la miraba y decía, bueno, yo quiero estar así, vestirme así y
que la gente me mire y me aplauda. [Bailar] me ha servido para que nos unamos.
(Titina – Tito Fernández, 20.07.11)
Bailar era una forma de salir del closet, aunque solo sea durante la fiesta, un espacio
potencialmente subversivo en el que todo está permitido.
Exhibirse, visualizarse, como se dice actualmente, era bailando. (Luis, 12.07.11)
Según Víctor Hugo Vidangos (Ninón), el “activismo de la Morenada” más que
todo era un acto de sentar presencia, de explayar la identidad homosexual de los
bailarines, hecho que según él se está repitiendo en las entradas actuales de Santa
Cruz que cuentan con mucha participación gay y transformista.
Pero no hay que olvidarse que la inclusión de bailarines transformistas y
travestis también beneficia a los que invitan.
Los jóvenes más bien les ha gustado ver algo diferente a las demás fraternidades,
siempre la diferencia nos llama la atención, la diversidad muestra más que
dar, entonces por eso nos han invitado, y les ha gustado. (Ernesto Luna Ulloa,
16.05.10)
La familia Galán incluso ya crea mucha expectativa:
Tienen su, su característica, y la gente los espera. (Jenny Barrios Guerra,
23.06.10)
En fin, la presencia de un trans bailando de Awila o China, o de un Waphuri drag,
es algo que atrae a la gente, sea por curiosidad, por el morbo de ver una “rareza”,
un “espectáculo”, por ver algo bonito, por hacer barra para los amigos o por querer
apoyar la propuesta política de la familia Galán. Todos salen ganando: el público por
ver un despliegue de creatividad y fantasía, los bailarines por tener un escenario con
mucho público y la fraternidad por ganar adeptos, estatus, más integrantes y, como
consecuencia, por hacer un mejor negocio.
Damos más alegría [...] atrae a la gente [...] así con Awila siempre viene decimos,
mucho la gente como imán le llamamos nos miran así pues. Por eso la gente para
que atraiga a la gente nos ruega, viene. (Mónica, 19.07.10)
Nosotros le dimos como un poco de realce a su fraternidad. (Monserrat -
Humberto Ribera, 22.04.10)
En otros casos la inclusión no se debe a querer hacer un buen negocio, sino a la
necesidad de llenar la fraternidad “con quien sea”. Dirigentes de otras fraternidades
“disculpan” a la directiva:
No debe tener gente porque yo he visto que tampoco tiene mucha gente. (Pedro
Charcas, 19.07.10)
Qué vas a hacer, no tienes componentes, entonces tienes que hacerte a lo que
venga, peor si ellos traen plata. (Jenny Barrios Guerra, 23.06.10)
Cuando tendrían que controlar el cumplimiento de la exclusión de la entrada del
Gran Poder hacen como si no hubieran visto nada:
Qué le puedes observar a una fraternidad que está entrando con ese tipo de
gente, pero que son personas las que bailan y es una persona que hace montón
de sacrificio por mantener esa fraternidad, a mí la verdad me dio mucha pena.
(folklorista, 2010)
El testimonio del organizador de dicha fraternidad, en el ambiente conocido como
“gran amigo” del colectivo GLBT, es bastante desengañador:
[¿Deben participar? ] Claro. [...] pero… yo no quiero en mi fraternidad [...]
dice que trae mala suerte. Sí, me parece a mí, porque cuando ha bailado la [...]
524 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
que a una aceptación de la agenda GLBT. A pesar de que algunos autores175 piensan
que la fiesta puede generar la base para la revolución en este caso más bien parece
un espacio en suspenso:
Es como hacer, para mí me parece que es como hacer un paréntesis en sus vidas,
en el cual esos días de baile, de festividad, como que lo aceptan todo, después me
parece que como que si despertaran de un sueño y como que siempre tienen un
poco de miedo, un poco de temor, digamos acercarse más a ese tipo de personas
(Maya – William Ventura Poma y Alejandro Cartagena Cárdenas, 05.05.10)
También Edson Ontiveros enfatiza en la temporalidad limitada de ese escape:
Las entradas folklórias es un escape sano de nuestra sociedad. Pese a que nos
consideramos una sociedad machista se les da la oportunidad de que puedan
personificar a aquello [...] tienes momentos colectivos como el Carnaval o ciertas
danzas donde te dan esa libertad y eso es sano. (Edson Ontiveros, 15.06.10)
Por último quiero mencionar a Meier (2008: 110 sig.), quien, al hablar de la Fiesta de
Candelaria en Puno, postula que ese tipo de eventos son situaciones extraordinarias,
pero que siguen bien situadas en las normas sociales y que habría que ver muy bien
qué fiestas realmente tienen el potencial de inducir cambios. Creo que son argumentos
muy importante para tomarlos en cuenta, sobre todo para no hacerse ilusiones
acerca de una supuesta integración fácil a través de la danza. Solo cabe recordar
que los bailarines trans que crearon la figura de la China hoy en día más que todo
son recordados por los bailarines del propio colectivo pero que prácticamente han
sido borrados de la memoria oficial y que la gran masa de las nuevas generaciones
de bailarines ni siquiera conoce sus nombres. Pasa algo similar con las Awilas: dan
realce a su fraternidad y ayudan a llenarla de gente, pero ¿quién les da el crédito
oficial para eso?
Hablando de la primera generación de Chinas en Oruro, Carlos Coharita,
confirma la ambigüedad con la que las expresiones trans son vistas. Él mismo
recuerda unos bellos seres que “eran mujeres” mejor arregladas que sus congéneres
biológicos y su relato emana cierta admiración. Sin embargo eso no cambia su
actitud de total rechazo:
Ellas se sentían realizadas, mientras no les decían nada, se sentían realizadas.
Lo que sí que venga aquí a la mesa uno de tipo yo le digo, vas a perdonar, vete
por allá. Entonces, en cambio cuando estaban en estos actos con el Carnaval se
sentían a gusto, nadie le botaba, ni nada hacían. (Carlos Coharita, 25.06.10)
El testimonio de Carlos Coharita engrana muy bien con las experiencias de Tito
Fernández quien experimentó tratos muy diferentes durante y después de las entradas.
Había mucha discriminación. Veían bailar al varón, al gay, así, todo muy lindo,
muy bello bailar, pero inmediatamente después de terminar la entrada que sé yo,
tenía que cambiarse, volver a la vida normal. Porque ya lo miraban y decían: ese
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 527
así, “ustedes están aquí” y psicología es eso, o sea inclusión y…, y un tema de
respeto a los demás y poco a poco se han ido abriendo. (Marcelo, 22.07.10)
También en otros casos la aceptación no fue unánime:
Les hablaban así normal la gente, pero por otro lado había otra gente que le
decía que este maricón, o que el otro. (Álvaro, 08.06.10)
Cuando yo he bailado a mis 15 años, me recibieron, otros me recibieron bien,
otros me recibieron con desprecio. (Ely Loayza, 19.06.10)
Sin embargo, a pesar de toda esa ambigüedad y crítica la mayoría de los entrevistados
sí halla un efecto positivo en la participación en los eventos folklóricos y considera
la danza como un instrumento para abrir puertas y espacios.
Maya (William Ventura Poma) en la fiesta del Gran Poder 2010. Foto: Eveline Sigl
530 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
Había mucha aceptación, entonces ya a la gente les dije que era un chico
transformista, no me dio vergüenza admitirlo y realmente había mucha aceptación
de la gente. (Edwin Cochi Ramos, 26.04.10)
Tuvimos el apoyo tanto de las personas que nos acompañaban y del mismo
público, ¿no?, porque eso chicas, que esto, que lo otro, nos invitaban cerveza, nos
invitaban agua, nosotros igual sorprendidos, pero fue una experiencia bonita [...]
nos sacabamos fotos, el publico nos molestaba, que linda, que no sé qué, que son
muy lindas, que foto, que foto, que foto, incluso a veces te cuento que nos pedían
autógrafos. (Monserrat - Humberto Ribera, 22.04.10)
Todos fueron muy amables en esa fraternidad conmigo, y me apoyan más bien
también ahí, no hay problema. (Diego, 12.04.10)
En especial las Awilas suelen contar con muy buena aceptación:
Siempre me han recibido bien, me han tratado bien [...] nunca he tenido una
discriminación o que me traten mal [...] ojo, con otras sí ha pasado eso. [...] en
todo lado me reciben bien [...] siempre han sabido respetarme [...] en algunos
eventos también me han sabido aplaudir, entonces te dan pues unas ganas de
bailar, a mi me dan más ganas. (Awila Dany, 26.05.10)
Más la gente me ha aceptado, cuando yo bailé de Awila [...] más apoyo tenia y
más aplausos tenía (Ely Loayza, 19.06.10)
No obstante, a pesar del entusiasmo del momento a veces no es tan fácil entrar a
bailar a una fraternidad.
Son a veces, cosas de circunstancias, ¿no?, que están alegres porque te ven
bonito, bailando y te dicen, quiero que bailes, pero es bien complicado después
hablar con el grupo, con el bloque y todo eso, ¿no?, es bien complicado. [...] no
es fácil entrar a bailar, y decirles yo como hombre quiero entrar a bailar de china,
y que te acepten, ¿no?, tienes que hacer un trabajo de solicitar, o tienes que
tener demasiado dinero para pagar también. (Sasete la Diva – Rodolfo Vargas,
22.04.10)
Al mismo tiempo, como ya señalé arriba, si uno paga lo suficiente el tema de la
discriminación tiende a minimizarse, opinión que comparte Celso:
Hay un poco de discriminación por parte tal vez de amistades o componentes,
pero por parte así de organizadores o fundadores no hay esa discriminación. Con
tal que la persona participe y comparta con la fraternidad se siente feliz porque a
la larga costa las personas que como nosotros pagamos también dinero. (Celso,
12.07.10)
También cabe aclarar que no sólo la danza puede ser un instrumento para fomentar
la aceptación GLBT sino también que más bien pueden ser los cambios sociales los
que posibilitan la participación de este colectivo en los eventos folklóricos.
532 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
XXVII mujeres que bailan “de hombre”, pero que ya transformaron esa imagen masculina y la
convirtieron en un personaje híbrido, la Macha que según las bailarinas reúne la fuerza varonil
con la sensualidad femenina, véase también la parte I de este estudio.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 533
Yo creo que son procesos que ocurren paralelamente. Tanto Rilian como René
están en la lucha activista por los derechos GLBT y han participado en entradas
folklóricas “abriendo brechas” y disminuyendo prejuicios así que tampoco deberían
desmerecerse esos esfuerzos.
Otros factores que fomentan la integración son la tradición y el enlace personal:
No vemos mayor problema, nosotros no... obviamente uno que otro descriteriado
puede tener una fobia, no sé, pero por lo general son bien recibidos, son bien
atendidos, en lo personal la mayoría de nosotros no tenemos problemas porque
hemos visto eso desde que éramos chiquitos, en el pueblo había igual, y era
gente bien respetada, eran los que tenían mejor ropa, mejores ropas y ellos se
hacían totalmente igual [...] siempre nos hemos marcado en el marco del respeto
amigos, incluso al farrear incluso, normal. (Pablo Bautista, 05.01.10)
Cuando se trata de gente conocida y respetada en la vida cotidiana tampoco hay
problemas en cuanto al baile.
Ese tiempo no había mucha discriminación como ahora, no había porque ellos
eran conocidos, ellos también eran carniceros, vendían carne, entonces en el
medio de la este no había esa discriminación en el grupo que bailaban, eran más
bien muy cotizados, eran bien requeridos. (Amanda, 10.06.10)
Por supuesto ayuda cuando uno es seguro de sí mismo y cuando su diferente
orientación sexual no transgrede los modelos de género establecidos.
11.6. Confianza en uno mismo y la conformidad con los roles de género binarios.
Actitudes que facilitan la integración.
Maya toca un aspecto raras veces mencionado, la autoestima y la aceptación de uno
mismo como requisito para ser aceptado también en el entorno de uno.
Yo pienso que es personal, como voy a esperar que me acepten si no me acepto,
¿cierto? [...] las danzas y todo eso, ayuda a un poquito, ¿no?, que se acepte uno
mismo [...] entonces yo pienso que nosotros tomamos este tipo de personajes en
las danzas, porque nos ayudan definitivamente a ser un poco mas aceptados en
la comunidad [...] entonces sí, yo pienso que sí, definitivamente es una forma
de abrirnos un poco de campo, un poco de espacio para que puedan entender
o puedan aceptar un poco más como somos. (Maya - William Ventura Poma,
05.05.10)
Así el testimonio de Luna expresa una total confianza en sí mismo, queriendo vivir
y expresar lo suyo, sin importar lo que diga la gente:
Yo siempre bailo de pollera: Morenada, Kullawada. En la semana pasada bailé
Caporales y salí en primera plana en el diario. [...] Yo soy una persona demasiado
decidida con mi cuerpo, con mi vida. Soy gay, trans, travesti cuando yo quiero y
534 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
XXVIII “macho”, “machismo” y “machista” son términos muy discutidos (Zapata Galindo 2000: 82,
89 sig.), por un lado asociados con la mala conducta del hombre, i.e. ser abusivo, prepotente,
dominante, inseguro, tomador, mujeriego y fanfarrón en cuanto a las conquistas sexuales,
pero al mismo tiempo también referidos a características favorables asociados con el género
masculino, eso es, virilidad, fuerza, actividad, voluntad, generosidad, auto-control y seducción
(Zapata Galindo 2000: 90; Melhuus 1996: 240 sig., Mirandé 1997, Fuller 1997).
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 535
En esta misma línea están los casos de Laura, Claudia, Verónica y Gabriela. Ya
directamente obviando el tema de la aceptación Laura y Claudia afirman que la
integración también puede deberse a un interés compartido:
Creo que como el rato de que un grupo de personas se juntan para formar algo
[...] entonces todos están con ese fin [...] pienso que hasta uno se olvida de lo que
pueda hacer cada quien, de como es, quien es. (Laura y Claudia, 15.06.10)
A mi criterio hablan de una verdadera integración: ellas creen que bailando y
juntándose para un objetivo en común, es decir bailar Caporales en una determinada
entrada folklórica es lo que preocupa a los integrantes de la fraternidad, cosa que
hace pasar a segundo plano cualquier diferencia personal. Esto en realidad significa
que la orientación sexual deja de ser una categoría marcada, un distintivo. Si nadie
se preocupa por esa característica deja de ser portador de ideologías (binarias y
patriarcales) y se abre un espacio igualitario. De la misma manera la categoría de
género y/o orientación sexual parece estar eliminada en el testimonio de Verónica:
Yo creo que es más por el impulso, de esa energía que a veces te dice wow, lo
haces muy bien, bravo, pero yo creo que antes de demostrar que tenemos este
talento, yo creo que es incentivar mas a la gente a que la pase bien, no he querido
demostrar que puedo más que un hombre, o que puedo más que una mujer,
¿no?, todos somos iguales, y yo solamente hice lo que sé, es lo que importa y
nada más. (Verónica Blacutt Quinteros, 16.05.10)
Parece que niega el orden bipolar hegemónico: para ella lo que cuenta es el talento
de la persona, nada más. Está muy segura de si misma por lo que no necesita
comprobar a nadie que es más que un hombre o una mujer. Ella es ella, formando
parte de la Décima Musa (un grupo lésbico que gestiona un café/club y que realiza
acciones públicas) y muestra su talento bailando todo, desde Cueca Tarijeña (en el
estadio) y China (en el Carnaval de Oruro) hasta Chacarera (en la elección del Mister
les) y Michael Jackson (en un evento GLBT el 18.06.10). Creo que consciente o
inconscientemente toma una posición de post-lucha que implica la “especialidad” de
“su” categoría. Si Verónica ya no necesita comprobar nada a nadie directamente deja
de lado las categorías opresoras y da un ejemplo de liberación. De la misma manera
Maya y Alejandro cuentan que en su fraternidad fueron tratados bien, simplemente
como “otro bailarín más” (11.07.11).
Lo que juega ahí es la aparente desvinculación entre identidad de género y
sexualidad, un fenómeno ya observado por Hirschfeld. En el caso de las lesbianas
facilita la aceptación a pesar de que…
… Es mucha más ruda la critica de la mujer que contra los chicos en la sociedad,
si digamos por el mismo hecho de que digan que son lesbianas es mucho más
duro que un hombre. [...] No sé, yo he escuchado muchas veces, quizás sea un
poco más aceptado el chico gay, que la chica gay. (Claudia, 15.06.10)
536 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
comillas, yo ya, está bien, y he bailado, y los mismos chicos con los que bailaba le
Tinku me veían, vinieron a verme, se sorprendieron [...] me dijo quiero que bailes
Caporal, creo que sospechaba de mi feminidad, y yo, ya mami está bien, acepto,
yo bailé, le cumplí, mami ahí está, bailo, ahora déjame con mi casco, y yo me voy
con mi Tinku. (Gabriela Luna Espinoza, 17.05.10)
Socialmente es más aceptable la “desviación” sexual que la “anomalía” genérica lo
que incluso comprobaría cierto desenlace entre sexualidad y género en el imaginario
público. Aquí cabe la situación de Andrea: siendo travesti su apariencia por lo visto
está tan conforme con la identidad genérica femenina que ya no provoca ningún
choque y relega la diferencia sexual a segundo plano.
De Cholita ya soy irreconocible. Ya no diferencian si soy travesti, si no soy
travesti. [...] Como cualquier persona. [...] No había ni discriminación, nada.
(Andrea, 09.06.10)
También Ramiro y Mauricio expresan ese deseo de ser “normales”, es decir de
encajar con los modelos de la dicotomía heterosexual179, eso es, ser un hombre viril,
no afeminado, hecho que corresponde a la jerarquía de género real que privilegia
masculinidad frente a feminidad y masculinidad hegemónica frente a todo lo demás180.
Lo que queremos aquí es más divertirnos, no, no, no, no siempre llevarnos a
un mal paso de, de ser una persona bien afeminada, queremos ser normales.
(Ramiro y Mauricio, 07.07.10)
Estos testimonios confirman la suposición de Schacht (2002), quien, al hablar de
drag queens, postula que muchos transformistas en realidad están muy conformes
con su rol de género. Según Butler (2003: 161, 2006: 260) solo estarían diferenciando
entre sexo y género y exigiendo la libre expresión de su sexualidad.
Al mismo tiempo hay que ver también la perspectiva heterosexual que
ocasionalmente presenta un escenario contrario: el rechazo de la sexualidad
disconforme con el modelo dominante sin dar mucha importancia a la apariencia.
Como comenta don Marcelo Camacho, desde hace muchos años bailarín y dirigente
de la Morenada Central de Oruro, hay personas que no rechazan la personificación
de lo femenino por un hombre biológico, sino su orientación sexual.
Después de que hay gays en la Morenada hay, aquí en la China vas a encontrar
eso, ¿no ve?, entonces hay, este año está entrando de mujer. [...] aquí no es muy…
lo vemos más como ¡que lindo!, no como decir ¿qué? ¿cómo eso?, es un poco más
tolerante. [¿hay rechazo?] Hay, pero son los menos, son menos, o sea más que
preocuparse por la danza son homofóbicos, o sea no les importa si es Morenada,
Diablada, ellos están contra su sexualidad, no están contra que bailen en la
Morenada, es más el problema ese. (Marcelo Camacho, 03.02.10)
538 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
El testimonio de Gabriela también comprueba una vez más cuán situadas pueden ser
las identidades genéricas. Al igual que René, quien adopta una identidad de género
según el baile...
...lo tengo que hacer femenino, no voy a bailar masculino (René, 21.04.10)
... Gabriela amolda su lenguaje corporal a la ocasión:
De chica bailo igual, pero sí no voy a bailar de chica, vestida de chica más
bruscamente, no, igual con la misma suavidad, igual he bailado Caporales de
chica, y todo el mundo se sorprendía porque bailaba de Tinku de chico y al año
siguiente de Caporal de chica, y todos hhhhh... o sea soy multifacética en eso, como
me siento mejor bailando de chico. (Gabriela Luna Espinoza, 17.05.10)
Por más que no le guste y que se sienta “como un objeto sexual”, ella se somete al
deseo de su madre (“he tenido que aguantarme por mi mamá”) y con eso al imaginario
de la normativa dicotómica. La facilidad de ambos, René y Gabriela que les permite
pasar de un rol genérico a otro, demuestra que ese rol no puede ser algo innato,
ligado a alguna característica anatómica. Es una versatilidad que desenmascara la
supuesta “naturaleza” de gestos y ademanes, de hombre y mujer.
Queda un aspecto más de la conformidad con los roles de género: la aceptación
de los bailarines trans por las mujeres biológicas. Por lo visto hay una actitud mucho
más favorable que entre los hombres.
Las señoras me decían, que lindo, que bien, que bonito, en fin. Pero algunas son
reacias, te miran medio como que no, que aquí, que allá, y los hombres también,
los que son más entusiastas son las jóvenes y los jóvenes, hay chicas jóvenes que
les gusta en fin participar con nosotros. (Mateo Almendro Cevallos, 24.05.10)
Me han dicho, “me has superado en mi vestimenta”, me dijeron, otras me dijeron,
“me has superado en lo que bailo”, “me siento orgullosa de ustedes, porque nos
han superado y…, es lo más importante, llevar la pollera como se merece” [...]
son mujeres y te entienden, esas son las que más te animan [...] es más la mujer
que está más apegada a nosotros, los gays, que los hombres. (Carlita, 06.07.10)
Gays, transformistas y travestis comparten algo con las mujeres biológicas: su posición
de subordinación naturalizada. García Becerra confirma que “desde una condición
transexual, asumimos en el cuerpo múltiples esquemas de dominación, a la vez que
renunciamos a los privilegios y las obligaciones de lo masculino” (2009: 120), hecho
que parece crear una identificación y tal vez hasta cierta solidaridad mutua.
Las Cholas que decimos, ellas nos cubrían, nos hacían nuestro, eran nuestros
guardaespaldas. O sea que al medio nosotras y las demás, o sea nadie se acercaba.
(Titina – Tito Fernández, 20.07.11)
Si a eso se suma una apariencia femenina surge una imagen de mujer bastante
conforme con la normativa dominante. Asumir esa identidad, aunque sea solo
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 539
XXX Cuando se realizaron las entrevistas aún no se había aprobado la ley 737, la Ley contra el racismo
y toda forma de discriminación que entró en vigencia el 8 de Octubre de 2010. Sin embargo,
ya existía el anteproyecto de ley y las ordenanzas 249 y 084 del Gobierno Municipal de La Paz
que declaran el mes de Junio como mes de la diversidad y que indican la conformación de un
Concejo Municipal de las diversidades.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 541
Antes no se hacían ver la cara, todo esto pues ¿no ve? Antes era muy prohibido,
pero ahora ya como dice la nueva ley de la discriminación entonces ya no, ya
dejan que pasen los chicos. (Berna López, 05.03.11, entrevista: David Mendoza
Salazar)
A raíz de la creciente concientización del pueblo boliviano, han salido iniciativas de
integración como la siguiente:
Fuimos a bailar a un pueblo también, porque las que bailaban ahí trabajaban en
FIEM [...] y en Chicani tienen ellos una casa, y ellos participaron en la entrada
del pueblo, y ahí también fuimos a bailar, ahí también fui a bailar Morenada,
de cholita. [...] Miraban, aplaudían, cuando hicimos la demostración en la
cancha, en la plaza, estaba el alcalde y todos ahí felices, vinieron a saludarnos,
a felicitarnos, que bien que hagamos inclusión porque además esta fundación
manejaba mensajes de inclusión. En Gran Poder, por ejemplo, uno de mis
compañeros y yo entramos en la Llamerada pero de cholitas, pero solo en un
carro alegórico, no bailando, porque ese fue el arreglo con la Llamerada. (Sasete
la Diva – Rodolfo Vargas, 22.04.10)
Son iniciativas muy importantes que surgen de las mejores intenciones. Sin embargo,
veo de manera crítica el efecto real de este tipo de proyectos (ver sección “inclusión
o espectáculo”) y de normas legales en el contexto de las entradas folklóricas ya que
puede quedar como una obligación impuesta que no va a encontrar mucha resonancia
si no hay aceptación desde adentro. Así, no es de sorprender que varios de mis
entrevistados mostraran muy poco interés en luchar por la participación e inclusión
GLBT en las entradas de manera institucional; algunos, como Leo, dirigente de ASIF
(Amigos Sin Fronteras), incluso piensan que hay campos de batalla más importantes:
A veces nosotros no nos vamos así de pelear, si nos ponen esas reglas, yo no me
peleo, yo soy realista, si aquí no nos quieren no importa, nos vamos y listo, qué
vamos a pelear, sí podría así pelearme en una institución pública, sí, ahí sí, pero
por bailar estar peleándome ¡no! pierdo tiempo. (Leo Pérez, 05.08.10)
En fin, el marco jurídico-institucional solo puede ser un complemento de la inserción
social.
Willy en el Desfile del Orgullo Gay 2010. Foto: David Mendoza Salazar
544 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
Felizmente, también existen vendedoras más abiertas con las que se puede entrar en
confianza:
Cuando fuimos a medir los trajes, ya le decíamos que era para nosotros [...] la
señora de pollera se sorprendía. [...] Entonces, ellas nos aconsejaban unos trajes,
ya hubo un poco más de confianza, ya comenzamos a decir que es para nosotros.
(Monserrat - Humberto Ribera, 22.04.10)
Hay otras señoras que nos entienden también [...] Comparten. [...] nos felicitan,
hasta la pollera cuando vamos, “qué bien chicos, ustedes si que hacen bien,
bonito”, eh…, “señora te lo vamos a hacer propaganda”, “ay sí, por favor,
háganmelo propaganda, porque ustedes tienen…” (Ramiro y Mauricio, 07.07.10)
Las pollereras y vendedoras de zapatos de Cholita pertenecen al “sector popular”. Su
manera de ayudar y compartir nuevamente se conecta con el tema de la aceptación
en el Cholaje discutido en la sección 8.1.
Yo no tengo la experiencia de tener alumnos gays [¿ese chiquito que todo mundo
le decía…?] Sí, medio raro, sí, pero por ejemplo, él se ponía la pollera y ensayaba
con las chicas y yo no le decía nada, yo no le decía nada, él lo hacía ahí y ya [...]
una vez por ejemplo bailó de hombre, me dijeron, “esa chica que bien que baila,
parece un hombre”, lo confundieron a él con una mujer que bailaba, que estaba
haciendo de hombre, “¡qué bien esa chica está bailando como hombre!”, pero
para ellos era una chica, una chica de hombre, ¿no?, y era un chico que estaba
haciendo de chico [...] sus movimientos, eran mucho más delicados, más, más
femeninos pues. [...] era parte de él, pero lo respeté y entró así. (Víctor Hugo
Salinas, 02.07.10)
Yo conocí a ese chico cuando aún tenía unos 12 años pero por sus movimientos
amanerados ya era visto raro por sus compañeros de baile. Participaba en los
quehaceres del ballet, una vez lo vi ayudando a pintar la sala de baile y no había un
rechazo directo hacia su persona, sino que los otros bailarines de una u otra manera
parecían exigirle que se comporte “como hombre”. Queda claro que los que tienen
un lenguaje corporal “desviado” del modelo dominante sufren mayor discriminación
por ser “afeminados”183, homofobia que se extiende hasta el mismo colectivo
GLBT184. Entonces, ¿al final son los gestos y movimientos los que determinan el
género? Según Butler (1991, 2003) formarían parte de la construcción artificial
adquirida en el transcurso de la socialización que se llama género. En todo caso es
un marcador de alteridad, reconocido tanto por los mismos bailarines GLBT como
por los bailarines y espectadores heterosexuales.
Clarito es pues: su manera de bailar, todo, otra clase bailamos. No bailan siempre
como el común de la gente. (Mónica y Anita, 19.07.10)
[En qué se diferencian los gays?] En su paso, en su paso. (Florencia Kantuta,
11.12.10)
Basta que te vaya a ver de una forma rarita, entonces debe ser gay. (Luis Ramírez,
05.03.10)
Tienen un movimiento propio, peculiar de bailar. (Shirley de la Torre, 23.07.10)
Especialmente en el ballet folklórico que permanentemente reproduce y establece
roles de género en escenarios de teatro y en la televisión (en Bolivia prácticamente
todos los días hay presentaciones de un ballet folklórico en vivo en uno de los tantos
canales privados), resulta complicado alejarse de los modelos establecidos. Eso se
nota cuando un bailarín, por más que sea muy respetado y querido por los directores
y compañeros del ballet al que pertenece y por más que su sexualidad de ninguna
manera sea cuestionada, es criticado y corregido por corporalmente no corresponder
a esos arquetipos.
Cuando yo he bailado después de haber salido de [...] en el ballet del Vico me
corregía la Ana y me decía “sabes qué mucho mueves tu pañuelo” o sea era más
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 547
como la China que fue una propuesta gay que luego las mujeres la montaron.
(Víctor Hugo Salinas, 02.07.10)
Miguel Mérida, director del ballet folklórico del colegio Ave María, piensa que la
recepción del público puede ser problemática:
No sé si es bueno llevarlo a un escenario eso. Todavía en Bolivia existe cierta
susceptibilidad con ese tipo de cosas, ciertas actitudes. [...] Desde el punto de
vista digamos dentro del grupo, es lo que trata de mostrar un director, quiere
probar ¿no? Pero desde el punto de vista de la sociedad es un poco difícil. Entras
en la protesta de algunos. (Miguel Mérida, 26.07.10)
Además el Ave María es un colegio católico, hecho que explica el tabú.
11.10. Resumen
Tomando en cuenta los importantes aportes que hicieron personajes del colectivo
GLBT al ámbito folklórico y dada la creciente presencia de gays, lesbianas,
transformistas y travestis en las entradas, cabe preguntarse si la danza sirve como un
instrumento de inclusión y si a través de esa participación folklórica se genera mayor
aceptación para la agenda GLBT, tanto dentro como fuera del ámbito folklórico. Las
respuestas son ambiguas. La entrada folklórica definitivamente es un espacio para
sentar presencia y visibilizarse pero la euforia del público que se genera especialmente
al ver bailarines transformistas, no necesariamente implica una mayor aceptación de
la población GLBT en la vida cotidiana. A mucha gente le gustaban los atuendos
extravagantes de las primeras Chinas y aplauden a la familia Galán y sus seguidores,
pero en realidad muchos son más cautivados por el tema estético que por el mensaje
político. Hay bailarines y espectadores que constan que las fiestas son un “show”,
un “paréntesis” y una especie de escape para vivir lo prohibido y lo imposible, pero
que no llevan a una comprensión o a un acercamiento más sostenible. Sin embargo,
otros bailarines ven las entradas como importantísimas oportunidades de “abrir
brechas”, romper con prejuicios, entrar en contacto con gente heterosexual que, al
compartir un interés en común, corrigen la imagen que tenían del colectivo. Ahí por
supuesto también juegan un rol importante los enlaces sociales, es decir amistades
con bailarines, pasantes y directivos de las fraternidades. Notablemente, el contacto
y las amistades se generan mucho más fácilmente con las mujeres, hecho que yo
atribuyo a la posición subalterna que tienen ambos grupos, las mujeres y los hombres
gay/trans/travesti en una sociedad patriarcal como la boliviana.
En general, la integración de una persona GLBT es tanto más fácil cuanto
más coincide la identidad genérica del bailarín con los modelos establecidos. Es
decir que hay más aceptación de la diferente orientación sexual que de un desfase
entre la identidad de género y las características anatómicas “opuestas”, dinámica
de gran importancia para la inclusión de bailarines gays en los ballets folklóricos. –
550 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Gráfico 11: La danza como instrumento para crear una mayor aceptación de la población
GLBT (elaboración propia).
es decir en el Sur de esta ciudad) siguen habiendo personas del ambiente que piensan
de esta manera:
Hay otros que van y vienen también aquí por bailar la folklórica, pero ahí abajo
no bailan, dicen que no les gusta. [...] que no es de su clase, categoría. [...] Es
discriminatorio. Abajo, no, como Cumbias cómo eso ¡no! ponen Chichas ¡no!
pero después otros vienen, vienen aquí a bailar eso. (Ronaldo Llano, 09.06.10)
Gabriela Luna Espinoza tiene experiencias parecidas, pero muestra optimismo
acerca de la creciente aceptación:
Yo creo que con el tiempo la gente va a ir aceptando que va a ser parte de la
cultura, se va culturizar [...] algunos piensan que unirse a su raíz es malo en el
tema del GLBT [...] piensan que siguen siendo más occidentales [...] yo creo que
hay que conservar la esencia nuestra, a mí en particular me encanta lo que es
mío, mi música, mi danza, mis tradiciones, no soy de las que no, a mi me encanta.
(Gabriela Luna Espinoza, 17.05.10)
De hecho, no sólo presenciando las entradas folklóricas sino también frecuentando
los eventos del colectivo, se nota que la creciente aceptación y apropiación del
folklore por las clases no populares también se extendió al ámbito GLBT.
Aparte de haber visto y entrevistado bailarines GLBT en el Carnaval de Oruro,
en las entradas del Gran Poder, 16 de Julio, Alto Ch’ijini, Achachicala y Sopocachi,
también pude observar presentaciones de danzas folklóricas en eventos GLBT como
Miss Transformista de Antaño (16.01.10), Miss América (12.06.10), “El Mundo es
más diverso de lo que te contaron” (una gala travesti) y en un show de la familia
Eros en el café VOX (ambos 18.06.10). - Cada vez más personas del ambiente de
diferente procedencia aceptan el folklore como parte de su acervo cultural donde la
danza es un enlace que traspasa las diferencias étnicas, de clase y orientación sexual,
es un puente que permite la interacción y la construcción y consolidación de una
identidad arraigada en “lo tradicional”188.
Bueno, mi historia en realidad con la danza, comienza gracias a mi pareja, porque
en mi familia no tenemos mucha cultura en ese sentido, es decir si bien tengo
antepasados que usaban pollera, pero son mucho antes, digamos ¿no? entonces
ya toda esa parte como que ya la hemos perdido, ¿no?, entonces yo nunca he
tenido mucha curiosidad por ese tema digamos de vestirme de pollera o bailar
una danza folklórica, hasta que conocí a William, con él sí empezamos con todo
esto porque obviamente como pareja hay que compartir los gustos que él tiene,
y en realidad yo me di cuenta me había perdido muchas cosas [...] entonces sí
comencé en realidad con él, empezamos a bailar por ejemplo en la Morenada en
el desfile del orgullo gay, y todo. (Alejandro, 05.05.10)
La incorporación de elementos folklóricos a las expresiones artísticas GLBT y su
readecuación y adaptación estética, posibilita una apertura hacia clases sociales
552 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Tanto desde la perspectiva GLBT como desde el punto de vista del público, la
participación GLBT en el folklore ofrece un juego interesante entre lo familiar y lo
exótico, entre lo extraño y lo conocido. Cuando se presentan con una danza conocida
eso por lo menos ya es un punto de enganche:
Tal vez, la Morenada, porque la Morenada destaca la ciudad de La Paz, entonces
tal vez por eso, de esa forma puede ser más fácil aceptar para la gente o podemos
ser recibidos más cordialmente, por la misma vestimenta. (Ramiro y Mauricio,
07.07.10)
Aún así en una entrada para el grueso del público espectador, ellos siguen siendo la
“rareza”. Al mismo tiempo, para muchos bailarines del ambiente lo folklórico es lo
extraño y desconocido. A veces bailar danzas folklóricas y utilizar el correspondiente
atuendo parece ser algo tan fuera de lo común que recibe el estatus de algo
verdaderamente “exótico”:
Siempre se ven solamente transformistas, drag queens y diferentes personas que
se transforman, siempre se ve lo mismo, es común ya, entonces hemos querido
salir de lo común y con qué más que la Morenada, porque la Morenada se destaca
aquí en La Paz. (Ramiro, 07.07.10)
Quería entrar de algo innovador, porque todo el mundo entra así de las chicas,
están vestidas de drag queens, quisiera entrar en un grupo de baile. (Gabriela
Luna Espinoza, 17.05.10)
Nosotros queremos hacer algo diferente. No siempre entrar de drag queens o
que la gente no piense que solamente se visten así estrafalariamente. (Diablesa
trans, 26.06.10)
En todo caso, cuando participan en una entrada folklórica luciendo atuendos
tradicionales, empiezan a formar parte de algo muy valorado por cada vez más capas
sociales de la sociedad boliviana.
El hecho de que fraternidades bailen, pasen prestes y todas estas cosas, ¿no?,
entonces para el imaginario de la gente es algo cotidiano [...] entonces introducir
esto, este cotidiano en, en la marcha es positivo, porque, porque lo muestra, te da
una, una perspectiva de que, de que lo diverso es cotidiano y que lo cotidiano es
diverso [...] por el hecho de que aquí la danza es algo cotidiano, le da el, el, el
toque cotidiano. (Isis Galán, 29.09.09)
Es nuestro folklore [...] la gente dice, “más bonito es que se vistan así…”, este…,
tranquilamente cuando he hecho folklore, bailé mirando lo que bailan, cómo
baila la gente de Gran Poder [...] nuestro folklore ya les, “ay mira qué bonita
la cholita, ay mira qué bonito el…”, ya conoce la gente eso es clave. (Carlita,
06.07.10)
Ofrece la posibilidad de entrar en contacto y de superar estereotipos, por ejemplo
del policía “enemigo”. Cuando dos policías de guardia querían sacarse una foto con
Willy (transformado a China) no lo podía creer:
Lo chistoso es que en el recorrido, vienen dos policías, “una fotito”, me dicen,
los dos policías [...] me he asustado con el policía y le han dado a una amiga que
estaba caminando por ahí y, “una foto sácanos”, y el coronel me ha hecho sacar.
(Willy, 06.07.10)
Además crea una mayor sensibilización:
Ha debido ayudar en algo, que se sensibilicen [...] Al bailar yo creo que hemos
tenido más aceptación [...] nos han aplaudido, nos han apoyado [...] yo creo que
en cierta manera ayuda a sensibilizar. (Vladimir, 10.06.10)
La iniciadora de la primera comparsa folklórica que participó en el desfile del Orgullo
Gay fue Reina Cosmos quien, siendo activista y presidente de la Federación GLBT
en la ciudad de El Alto, en el año 2008 decidió
Crear una propia entrada [...] un poco más lo que es atrayente la cultura nuestra,
el folklor nuestro [...] hacer algo hermoso, algo que sea lo nuestro [...] ya lo
estamos mostrando, digamos, personas gays, pero con nuestras tradiciones,
cultura, el folklor que realmente tenemos. (Reina Cosmos – Fernando Aguilar,
13.05.10)
El primer año solo hubo un conjunto folklórico, Morenada, pero en el 2009 ya se
bailaron tres danzas folklóricas: Morenada, Kullawada y Waka Waka. La meta...
Era mostrar el que sí del que también había folklore y también había diversidad
dentro del folklore y también dentro de la diversidad del folklore había más
diversidad. (Isis Galán, 29.09.09)
Bailando Morenada, han demostrado que somos diversos [...] han bailado
Morenada, demostraron que la diversidad también puede estar dentro de lo que
es lo cultural. (Ernesto Luna Ulloa, 16.05.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS 555
Reina Cosmos (Fernando Aguilar), organizadora del Desfile del Orgullo Gay en El
Alto e iniciadora de la primera Morenada para este evento.
Foto: David Mendoza Salazar
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 557
El deseo de mostrar que las diversidades sexuales y genéricas no sólo son asunto
de alguna clase social “alejada” del “pueblo”, sino que forman parte de todos los
estratos sociales, también de los que son más arraigados en la cultura indígena
aymara (como es el caso de muchos folkloristas), encuentra su paralelo en Sudáfrica
donde indumentaria y símbolos Zulu y Xhosa fueron integrados a la marcha189. Muy
similar a los bailarines GLBT folklóricos de Bolivia, Themba, un entrevistado de
Spruill, explica:
La gente africana es muy orgullosa de sus tradiciones o de su cultura y las élites
negras han dicho que ser gay es algo no africano. La vestimenta tradicional
dice... los Heywe son gays negros africanos y orgullosos... Eso se convierte en
un abridor de ojos para algunas personas que seriamente creen que no hay gays
negros, en especial las personas de los pueblos. [...] esta es nuestra tradición y
somos gays sin importar nuestra pertenencia étnica, Xhosas o Zulú191. (Themba,
16.07.2000)
La iniciativa surgió de la ciudad de El Alto donde la marcha se realiza al atardecer.
Luego los participantes bajan al centro paceño para participar en el desfile céntrico
donde son bienvenidos:
Es bueno que participen [los de El Alto con la danza folklórica], que recuperemos
nuestra cultura y que no esté peleado la homosexualidad con el folklor y las
danzas. (Sasete la diva, 22.04.10)
En 2010 participaron dos grupos de Morenada y uno de Diablada.
Mucha gente aplaude digamos ese tipo de acciones con el folklor, porque
resaltamos uno, presentamos el folklor y dos, demostramos que nosotros también
podemos dar de nosotros, realzando nuestra identidad [...] mucha gente se
está animando más por lo folklórico digamos, porque no quieren demostrar esa
imagen de que vengo con mi mini y muestro todo, algo más que encaje con la
gente para que sea más aceptado, por eso lo están relacionando con el folklore.
(Divinia, 08.04.10)
Esta nueva forma de movilización también es un muy buen ejemplo de la
regionalización (Hannerz 1996) y transculturización (Ortiz 1940) de un evento
internacional que adquiere un matiz nacional al ser readecuado al contexto paceño/
alteño:
PROSALUD y la familia de SEDDSER y varias familias que integraban ese
tiempo, ¿no?, y ellos dijeron, “lo haremos mejor que no sea un desfile así y lo
haremos como una especie de entrada, que sea más bonito, que sea vea con banda,
todo eso”, y ahí nació [...] esto ya es con música ya bailas, hay más alegría, es
mejor [antes] el desfile era más…, una copia de lo europeo. (Eduardo, 19.07.10)
Esa regionalización del Orgullo Gay es un fenómeno que también ocurre en otros
países, por ejemplo en Sudáfrica donde Spruill observó la creciente presencia de lo
558 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
que ella llama “drag tradicional” (2004: 100). De la misma manera que en La Paz
donde la marcha por los derechos GLBT se convirtió en un espacio de lucha por la
reivindicación GLBT que combina la rabia y lo carnavalesco (que es “simultáneamente
furioso y carnavalesco”, ibid: 93). En ambos países se nota una creciente oposición
a la imposición de “lo foráneo” asociado con el colonialismo histórico y mental.
Y también en ambos países esa tendencia refleja el discurso político acerca de la
descolonización y los intentos de construir identidades nacionales a base de lo
étnico192.
Al mismo tiempo y al igual que las entradas folklóricas, estas nuevas comparsas
ofrecen un espacio de desahogo:
Se han sentido bien, ya es como decir, se han desahogado ese, ese, ese que querían
tanto entrar, salir, sacar sus dudas, todo ese que tenían aquí adentro y lo han
demostrado y se han sentido feliz, feliz, estaban bien [...] no hay quién nos invite,
¿no?, entonces lo único es, donde parece que se desahogan sus ganas de bailar
es en el orgullo. (Ramiro, 07.07.10)
Por supuesto, también existen voces críticas en contra de la folklorización de un
evento reivindicativo político como es el desfile del Orgullo Gay:
Ha sido algo que no lo esperábamos ni los mismos del colectivo de La Paz, hemos
visto la danza y era como que están viniendo ¡a la puta, con Morenada! genial
digamos, a una gente no le gusta eso, porque dicen, lo están volviendo como
entrada folklórica, y no es entrada folklórica, también tienen razón, tienen razón,
pero creo que podríamos mantener un equilibrio. (Wendy Molina, 08.06.10)
En contraposición al contexto sudafricano donde el hecho de lucir “indumentaria
tradicional” es considerado como un transformismo altamente politizado193, algunos
activistas GLBT paceños temen que la incursión de la marcha en el folklore pueda
despolitizar el evento. Sin embargo, el éxito ha sido convincente:
Si por esa razón van a venir más personas de Brasil, de Argentina, para pasar el
día del orgullo gay en La Paz, porque tiene otro matiz, me parecería genial, pero
yo creo que eso va coadyuvando, ¿no?, con el tema de la aceptación que ya se
había logrado. (Wendy Molina, 08.06.10)
Además, como remarca Amanda
Al fin también es una marcha, pero es nuestro día, tenemos que hacer algo que
nos guste y demostrar, juntos vamos a entrar. (Amanda, 10.06.10)
transformista) quiero mencionar otro evento del ambiente GLBT que se ha conectado
con la danza folklórica: la fiesta de las Ñatitas (calaveras veneradas) que se celebra
el 8 de Noviembre, en la octava de Todos Santos. Hay mucha gente del colectivo que
tiene una Ñatita en su casa y que le hace ofrendas para pedir un buen futuro. El día
de la fiesta, un rincón alejado del cementerio central de La Paz empieza a poblarse
de devotos que incluyen a una comparsa muy especial, Los Carnales, nombre que
en el argot boliviano significaría algo como “hermanos por siempre”. Según Rilian
Mejía (20.04.10), quien en 2005 fundó el grupo junto a Patricia Castillo, Jamilca
Gironda, Rosa Vargas y Marina Macías, los integrantes consisten de lesbianas (60%),
lesbianas transgénero (20-40%) y algunos amigos heterosexuales194. Los Carnales
se formaron...
... para mostrarnos, quiénes somos, que existimos y que no tenemos vergüenza,
que el tabú ya se está perdiendo aquí en Bolivia. (Rilian Mejía, 20.04.10)
Lograron ese objetivo mediante la danza, en concreto: la danza de la Kullawada.
A un principio, en el año 2008, fuimos más o menos como cuarenta, cincuenta
personas, entramos con Kullawada, tuvimos la idea, ¿no?, la Kullawa es un baile
muy alegre, muy movido y, entonces ingresamos, eh, luego pasó la fiesta y demás
y el año pasado con el entusiasmo que mostramos, entonces se hizo más grande,
¿no?, más grande, más alegre, entonces fuimos jalando gente y llegamos a ser
[...] como unos ciento cincuenta a doscientas personas que nos dividimos en
Kullawa y Morenada y exclusivamente son chicas, son mujeres. (Rilian Mejía,
20.04.10)
Hablando de los planes para el futuro del conjunto, también Rilian habla de la danza
como parte de “lo nuestro”:
Pensamos cambiar al próximo año otro baile, estamos pensando cambiar a Tinku,
¿no?, que también es muy alegre y movido y muy nuestro en nuestro país. (Rilian
Mejía, 20.04.10)
Aquí también quiero agregar algunas líneas acerca del culto a las Ñatitas
frecuentemente asociado con gente de “clase baja”, comerciantes informales y
delincuentes194, que goza de gran popularidad en el colectivo GLBT. Según los
entrevistados, la población GLBT es un estrato social especialmente vulnerable que
sufre mucha discriminación y, sobre todo, mucha soledad, por lo que acuden a la
protección que brindan las Ñatitas. Belén cuenta:
Como que uno quiere sentir la seguridad de que alguien te cuida. Por lo general,
uno se encuentra solo ¿no ve?, entonces, uno busca la manera de ser protegido.
[...] Cuando yo salgo en la noche o estoy sola en mi casa le pido protección a
él, siempre que me acompañe. [...] Vivo sola, en un caserón, en un departamento
de tres plantas. Imagináte, la soledad que se siente. [...] Yo le he pedido que su
espíritu siempre me acompañe y algunas personas me dicen: ¿hay alguien más
560 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
12.3. Resumen
En los últimos años la creciente popularidad del folklore altiplánico boliviano se
ha extendido también a los eventos de la misma comunidad GLBT. Es así que en
los concursos y certámenes de belleza trans ya hay pasarelas en trajes folklóricos
y desde el año 2008 incluso existen comparsas folklóricas GLBT que participan en
la marcha del Orgullo Gay. Para muchos GLBT es una tendencia muy positiva ya
que les permite reunir y demostrar su identidad genérica, su orientación sexual y su
identidad étnica y cultural a través de las danzas. Bailar Morenada en el desfile del
Orgullo Gay significa apropiar y regionalizar un evento que antes era dominado por
la estética occidental, innovación que tuvo muy buena acogida entre los participantes
y espectadores de ese evento, convirtiéndolo en algo especial, típicamente boliviano.
Otro acontecimiento GLBT desde hace poco impregnado con el folklore, es la fiesta
de las Ñatitas donde la agrupación lesbiana/transgénero “Las Carnales” aglutina a
150 bailarines quienes acompañan la fiesta con Kullawada y Morenada, reivindicando
sus raíces culturales.
Papas para la Virgen de la Candelaria. Patacamaya, 02.02.2010. Foto: Elena López Zentenoº
566 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
Bailarines devotos al Señor del Gran Poder. Foto: David Mendoza Salazar
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 567
previos a la entrada, qué hace en las veladas, por qué se compromete a bailar tres
años, cuál es el límite de su sacrificio, cuáles son las relaciones de reciprocidad que
existen entre el devoto y la imagen, por qué invierte su dinero en bailar y qué le pide
a la Virgen o al santo patrono.
En este capítulo ponemos énfasis en cómo se realizan actos (supuestamente)
religiosos, pero nada congruentes con el catolicismo ortodoxo (como por ejemplo
el hecho de pedir bienes materiales, de hacer “tratos” con las imágenes veneradas,
incluyendo los intentos de evitar “castigos” de parte de éstas), enfocamos la sumisión
al poder religioso y la tensión entre fines profanos y religiosos de las entradas (como
por ejemplo buscar prestigio y fomentar la competencia entre fraternidades en el
nombre de la devoción a una santa imagen). Como demuestra esta enumeración,
existen manifestaciones muy ambiguas en el campo religioso que dan pautas acerca
de cuán fuerte es la fe y devoción de los actores. Además, revela mecanismos de cómo
la Iglesia Católica despliega su discurso a través de la fiesta, por un lado para seguir
manteniendo su dominio religioso sobre la sociedad, y por el otro para contrarrestar
la disminución de su fuerza ideológica en los espacios urbanos y rurales. Por último,
pretendemos demostrar a través de la danza hasta qué punto los pueblos indígenas
realmente fueron catequizados y cómo fueron capaces de generar mecanismos
de resistencia y negociación espiritual originando un sincretismo religioso tejido
entre el discurso litúrgico católico y el andino. En este lugar cabe mencionar actos
transgresores (que no se limitan al ámbito rural autóctono) como no terminar la
entrada ingresando al templo, no asistir a las misas, exhibir riqueza material en vez
de piedad modesta, emborracharse a nombre de la Virgen o del Tata, o satirizar y
humanizar a los santos como lo hacen algunos indígenas.
Aquí también aparece un problema importante para el contexto estudiado:
por más que Bolivia se defina como un Estado laico, socialmente sigue siendo muy
poco aceptable que alguien se declare ateo o que diga que no baila por fe y devoción.
Algunos entrevistados tuvieron la valentía de dar la cara por su actitud no devocional,
pero parece que también para muchos decir que bailan por fe y devoción es una
respuesta automática que no tiene demasiado que ver con sus motivos personales
para bailar, es algo que “se dice” – para cumplir con las normas de la sociedad y
para no tener problemas. Aclaramos: con esto tampoco queremos insinuar que los
bailarines mienten o fingen devoción donde no existe. Seguramente la mayoría de
los actores que participan en ese tipo de actividades de alguna manera son creyentes
(lo que a nuestro parecer definitivamente no es medible a través de la cantidad de
misas asistidas y del “show” que hace uno de su religiosidad), pero esa creencia
solamente es uno de los muchos factores que juegan en esos eventos y que estamos
analizando en este libro.
Entonces, primero daremos una breve introducción acerca de la “religiosidad
andina” y de los efectos performativos que tiene la danza en este campo, para luego
abarcar los diferentes fenómenos que pudimos identificar con respecto a lo espiritual
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 569
I Regocijo ritual por motivo de la precosecha que demarca el fin simbólico del tiempo de lluvias,
véase parte I, cap. 5.1.1, 5.1.2, parte V, cap. 7
II “Lugar sagrado, pío o adoratorio venerado por el hombre andino. Templo del ídolo o el mismo
ídolo, dios tutelar del ayllu [comunidad]” (Sagárnaga Meneses 2003: 396)
574 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
III Por más que este capítulo sea el producto de un trabajo en conjunto, en lo que escribimos
partimos de nuestras experiencias subjetivas por lo cual decidimos mantener la primera persona
para el resto de esta sección.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 575
debe ser tan malo porque si ha bailado para la virgencita, te van a creer esas
cosas, también, ¿no?, lo vemos desde ese lado cómico, pero es cierto, mucha
gente lo cree, lo ve así, no debe ser tan malo porque baila para la virgen. (Rodrigo
León, 02.02.10)
Participar en una fiesta no es así nomás, tiene sus propias reglas, su sentido y su
dinámica tanto en lo referente al campo religioso como al campo social. Cuando
un actor-danzante promete bailar para una imagen religiosa, entrega su cuerpo y su
riqueza a cambio de recibir algún rédito, esto podría ser interpretado como un ayniIV
con la imagen religiosa venerada, es decir, “yo te lo bailo, pero a cambio me das
algo”, confirmando así una relación de reciprocidad según la cosmovisión andina13:
Me encanta bailar en el Gran Poder, porque bailo por devoción, yo sí bailo
por devoción… el año pasado he bailado y le he pedido una cosa y él me ha
cumplido. Es por eso que tengo mucha fe, tengo mucha fe en él. (Amanda Garzón,
23.05.10)
Tú sabes que la fe… es muy importante ¿no? entonces la gente ahí ya no baila
por bailar, sino por una, no sé, misión por su fe. Muchos efectos puede haber
digamos si vos te propones un objetivo para… [...] Si quieres obtener algo ¿no?
O sea digamos una buena, una buena vida, como te puedo decir… lo que tú te
propones entonces eh… se te cumple, se te puede cumplir, eso es, el objetivo,
digamos si tú te propones. (Porfirio Marca, 14.09.09)
Así es, los actores no bailan por bailar, sino porque esperan resultados, consecuencias
subjetivas y objetivas que les beneficien en su vida. Expresiones como “bailo por
devoción” y “le he pedido una cosa y él me ha cumplido” denotan una relación
de reciprocidad andina expresada en los rituales donde entregan ofrendas a las
divinidades a cambio de pedir protección o fertilidad, lo que hacen los yatiris para
solicitar beneficios. Parece que es esta misma lógica que prevalece entre algunos
devotos-danzantes, más aún cuando el actor siente que el santo o la Virgen le han
cumplido su pedido o ha sido posible “el milagro”14 gracias al baile, como por
ejemplo conseguir un trabajo, hacer un negocio o pedir una nueva vida. Estos
comportamientos religiosos pueden calificarse como expresiones sincréticas de un
catolicismo popular, donde la devoción y la fe están marcadas por compensaciones
y solicitudes de milagros, por condicionamientos mutuos simbólico rituales entre el
poder benéfico/maléfico del santo patrono y el devoto quien promete bailar a cambio
de un “favor”. Es una actitud que no podría considerarse devocional en el estricto
sentido de la doctrina católica que no provee ningún tipo de intercambio al estilo del
ayni andino entre el feligrés y la imagen santa. Sin embargo, la cosmovisión andina
sí se rige por adoraciones “pragmáticas” que buscan beneficios no sólo espirituales,
sino también materiales.
IV “Sistema de cooperación mutua y/o relación de reciprocidad entre los miembros de diferentes
ayllus [comunidades] o familias” (Sagárnaga Meneses 2003: 73).
576 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
unión entre música y danza que en su conjunto expresan un sentido ritual, convocando
y celebrando la fertilidad de las chacras. Tanto la fiesta religiosa ritualizada como
el baile rememoran creencias colectivas ancestrales que cohesionan la comunidad y
que crean una identidad colectiva entre los actores19. Además, la escenificación de la
danza como ritual es un acto que sacraliza el lugar de su realización, por ejemplo una
plaza, un sembradío o un cerro, lo cual niega la separación entre sagrado y profano20.
Para los aymaras lo sagrado no sólo se encuentra en el templo cerrado, sino en los
espacios abiertos como la sayañaV, la montaña, la acequia (ojo de agua), moradas de
las wak’as donde preparan sus ritos sagrados:
En la noche del primero de febrero… víspera de la Virgen de Candelaria …los
Kamanas tienen la obligación de ir a sus respectivos aynuqas [tierras de cultivo]
(sata, phawa y t’ult’u) de ir a ver la producción del año para traer luego a la
comunidad, para que ellos sepan cómo va a ser la producción del año, hacen
llegar primero a la Iglesia donde hacen la respectiva ch’alla al puquturmama,
ispallamama, willkaparmama y otros productos de la región utilizando el vino y
untu [grasa de llama]. (Chaxis de Colquencha en CDIMA 2003: 23)
En contraposición a los actores-danzantes urbanos, cuya creencia religiosa está
fuertemente influenciada por el catolicismo ortodoxo, los indígenas están mucho
menos acondicionados a la devoción católica y sus creencias, siendo sus danzas
conectadas a elementos de la espiritualidad andina muy propias del culto a la
fertilidad y reproducción agrícola. Sin embargo, este culto obviamente también fue
influenciado por la doctrina católica, pero aún así mantuvo muchos más elementos
andinos que la religiosidad popular urbana. Así, cabe recalcar la fuerte presencia
de la cosmovisión andina en las danzas autóctonas (y, en menor medida, también
en las folklóricas) que contrapone la identidad aymara al culto ajeno cuya forma
actual es producto de la colonización y cristianización, finalmente incorporado
a la tradición como parte de los usos y costumbres, y promoviendo creencias
religiosas muy particulares enmarcadas en las representaciones andinas:Las
costumbres en la comunidad Araca con la danza de qina qina, está arraigada
por bailar en 3 de mayo, fecha en la cual, en primera instancia se reúne para la
práctica el domingo de Pascua por la tarde (el jach’a takthapt’awi) y luego en
la víspera de la fiesta se reúne en la casa del pasante para luego ir a un lugar
llamado jach’a luma [loma] para hacer la waxt’a [ofrenda] de agradecimientos
por la producción a la Pachamama y luego hacer el intercambio de una Cruz,
danzando se viene desde aquel lugar por un camino llamado cielo thakhi, que es
un camino sin curvas y en el trayecto se descansa en algunos lugares que sean
necesarios y estos lugares son conocidos como samañas, continúan caminando
y bailando hasta llegar a un calvario, cuando llegan allí todos los bailarines
empiezan a arrodillarse e interpretan el rezo de Ave María, luego continúan la
caminata hasta llegar al otro calvario y allí hacen la misma costumbre que el
anterior y finalmente llegan a la capilla y el preste de la fiesta recibe con sumerio
V “Parcela de tierra de cultivo permanente de uso familiar” (Sagárnaga Meneses 2003: 344)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 581
eventos con fechas simbólicas como el final de cosecha, el año nuevo aymara y
otros. Estos festivales autóctonos donde se presentan danzas y música son eventos
muy artificiales y descontextualizados en cuanto al significado ritual y sólo cumplen
con fines reivindicativos y fomentan la identidad de los actores. También se
convierten en eventos para la capitalización política e ideológica de los partidos y
las instituciones estatales y municipales23. Un ejemplo interesante de esta dinámica
es la entrada de la Anata Andina que se realiza en la ciudad de Oruro dos días antes
del Carnaval folklórico. Este festival es un campo de lucha entre varios actores: los
que tratan de recuperar el sentido del Carnaval desde la visión andina ancestral, los
misioneros católicos que intentan llevar la Anata a la devoción religiosa de la Virgen
del Socavón, y aquellos competidores afanados en los premios y/o en obligaciones
sindicales tratando de capitalizar la presencia indígena políticamente. Entonces,
en este evento pueden distinguirse tres discursos: primero, el reivindicativo, que
enaltece la espiritualidad andina haciendo recuerdo a los festejos rituales con motivo
de la precosecha (anata) donde se agasajan los primeros frutos, segundo, el político,
y tercero, el católico que trata de apropiarse del (supuesto) sentido ritual de esta
entrada aprovechándola para fines catequistas.
La anata se organiza por sí sola, algo que se ha logrado ya por parte del obispado
de Oruro, por la diócesis, es que también se convierta en una fiesta devocional,
porque cabe destacar que todas estas festividades tiene su sentido religioso, si
bien no católico, pero sí tiene su sentido religioso de culto, entonces sí que
se muestre ese sentido devocional también durante la anata andina, ¿no?, es
por eso que ya desde el año pasado, tras un mensaje que dio el obispo, ellos
ingresan también al santuario del socavón, quienes quieren ingresan al santuario
del socavón, y le rinden culto. (Rodrigo León, 02.02.10)
Ya a partir de los años 90, después de que ya surgido la anata, he visto la otra
faceta, que los partidos políticos ya se agarraban, entonces había ya como un
pasante, que pagaba el traslado de la gente, la manutención aquí en Oruro.
[...] A cambio ellos tenían que dar su voto, y con quienes he visto eso, ha sido
con en MNR y con el MIR, en ese entonces, ¿no?, cuando surgió la UCS, y a
veces tu veías, con sus pancartas entraban, o se ponían algún distintivo del
partido que los estaba financiando, entonces se volvió un prebendalismo, y
obviamente las comunidades vieron, [...] a cambio de eso les ponen plata, su
alcaldía la han mejorado, que la plaza del pueblo, y ahí empezaron a aparecer
muchos más conjuntos. [En 2010] De las comunidades por lo menos el 90 por
ciento que entraba, sino eran con gorras del MAS, eran con sus chalinas, eran
con cosas, o sea el prebendalismo político sigue existiendo y se volvió mucho
más fuerte, porque la prefectura ya empezó a disponer de un presupuesto, y ese
presupuesto ya era para premios y esas cosas, al principio los premios solo daba
la confederación de campesinos de Bolivia, para motivar un poco, [...] pero ya se
volvió más interesante, tractores, llamas, semilla, herramienta, entonces ya eran
premios fuertes. (Ricardo Solíz, 08.02.10)
584 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
La Anata Andina desde sus inicios fue concebida como un evento interpelador,
un instrumento para la toma simbólica de las calles orureñas y para contrarrestar
la entrada folklórica del Carnaval de Oruro. Félix López, fundador de la entrada,
cuenta:
Si nos basamos históricamente te vamos a dar cuenta que no había jallupachas ni
huevadas ni siquiera a la Anata porque la Anata es colonial, yo te estoy diciendo
porque he querido competir con el Carnaval para querer contrarrestar eso, es
un invento mío, nada por querer joder por decir así claro no tienen más allá,
la Anata como el Carnaval, es colonial pues nada tiene que ver con lo nuestro,
yo un poco he investigado también ¿no? por qué Anata, Anata simplemente
cuando los antepasados en tiempo de los Incas había una fiesta que se llamaba
el Kapak Punchay o el Kapak Raimi. Está fiesta se celebraba a partir del 21, 22
de diciembre. Esta fiesta [...] se prolongaba hasta más o menos desde diciembre,
todo el mes de enero, [...] llegaba a la primera semana de febrero. [...] Entonces el
día de la kacharpaya la gente baila pero jugando. Es juego, es jugar, eso es Anata
- jugar. [...] No saben diferenciar lo que es Carnaval y por eso mismo entonces
yo dije ¿no? Anata que tenga otra característica, que tenga otra esencia. (Félix
López, 08.08.09)
Este testimonio demuestra claramente cuán construida puede ser la ritualidad y
espiritualidad de este tipo de eventos que en muchos casos (siendo el más conocido
el del Año Nuevo Aymara/Inti Raymi) reclaman ser la reivindicación de cultos
ancestrales cuando en realidad no son otra cosa que “tradiciones inventadas”24 cuyo
objetivo principal es la revaloración cultural y política25. Lo llamativo del caso
de la Anata Andina es que esa “tradición inventada” parece ser suficientemente
convincente como para que la Iglesia católica vea la necesidad de apropiarse de ella.
era San Pedro que ayudó con naranjas, trago y comida para la fiesta. (Vicente
Chana, profesor achacacheño, 2007)
El sacerdote católico no da crédito a estos relatos y atribuye estas leyendas a las
creencias del pueblo:
Los P’aquchi vienen a sacar a la imagen de San Pedro, es parte de un mito de
la gente. No puede sacar al patrono ningún otro grupo, porque si no vienen
desgracias. Dice la gente que es voluntad del San Pedro que le carguen en
procesión los P’aquchi y Danzanti y nadie más. Un año habían querido sacar
otro grupo y había ocurrido una desgracia ¿qué sería no? Yo como sacerdote doy
poco crédito, pero las creencias de la gente hay que respetar. (Pascual Limachi,
sacerdote de Achacachi, 30.06. 07).
San Pedro es temido por los vecinos y campesinos y, como menciona Pascual
Limachi, también los vecinos relatan que una vez el pueblo sufrió un castigo cuando
vecinos e invitados pretendieron sacarlo del templo.
La imagen de San Pedro es muy especial; él se encuentra sentado en una balsa
de Totora, lleva una tiara como símbolo de autoridad de primer Papa de la Iglesia
católica, en la mano derecha sostiene llaves y en la izquierda coge el cayado (bastón)
con vestiduras ostentosas de Papa. La presencia del santo patrono es soberbia y
cautivante e inspira admiración y respeto; su figura es impactante, el rostro barbado,
tiene un semblante duro y una mirada penetrante. Allí, en su trono se encuentra
impasible y sereno, y realmente parece tener la vida que los devotos del pueblo le
atribuyen al escuchar cómo se ríe de los insultos de sus devotos. Los campesinos
piensan que tiene poderes sobrenaturales:
Mi abuela me dijo que hay que tener mucha fe a San Pedro, no hay que hacerse
la burla, una vez le han robado al Señor San Pedro su chullu (tiara) que es
de plata pura y el ladrón no ha podido salir de Achacachi y lo han encontrado
muerto en el puente. (Jhony Colque, comunidad Pungunhuyu, pasante de la tropa
de Danzanti, 30.06.07).
La presencia del apóstol San Pedro en la zona no es casual, posiblemente se debe a
la actividad pesquera existente en Achacachi. En cuanto a la imagen del apóstol San
Pablo, ésta es de menor importancia en relación a San Pedro. En la fiesta el primer
día está dedicado al apóstol San Pedro y el segundo día a San Pablo cuya imagen
también es llevada en andas en procesión por los P’aquchis y el Danzanti al día
siguiente:
El P’aquchi y Danzante también se quedaba para la procesión de San Pablo y hoy
no están, pero antes lo hacían. (Carlos Cuentas, vecino de Achacachi, 29.08.07)
La presencia de los campesinos en la fiesta de San Pedro es muy importante, participan
de la fiesta con la escenificación de dos danzas: los P’aquchis y el Danzanti con sus
diablicos quienes, según la tradición, son los encargados de transportar al patrono en
590 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
andas. Para que se presenten en la fiesta y para que presten este servicio, el “preste
Mayor” de la fiesta del pueblo obligatoriamente debe invitar a los campesinos de
Kasamaya y Pungunhuyu ofreciéndoles dádivas:
Los P’aquchi y Danzanti que vienen a la fiesta es una fe y tradición al patrono.
La fiesta de San Pedro es de residentes. Los P’aquchi son contratados por el
preste Mayor quien les da tragos, naranjas, masitas. Hay que rogarles para
que vengan los campesinos, no vienen así nomás. Según la tradición son los
campesinos quienes llevan al patrono San Pedro en la procesión. (Germán Pinto,
vecino, 30.06.07)
Los campesinos de Kasamaya y Pungunhuyu llegan a la fiesta cerca del medio día
acompañados por sus autoridades y una familia encargada de pasar la fiesta. El
organizador es llamado “Cabeza” y en un aguayo su esposa carga la “wara o vara”
(un bastón de mando) que supuestamente es de San Pedro:
Esta Vara es el santo patrono, el que maneja es el preste. Es un respeto. Mañana
van a elegir a la Cabeza para el próximo año. Cuando hay Cabeza venimos si
no hay para qué. (Jhony Colque Condori, campesino de Pungunhuyu, 30.06.07)
Sin embargo, en la fiesta de San Pedro no todo es devoción al patrono: también se
expresan estructuras sociales de poder y dominación que producen una jerarquización
entre los vecinos del pueblo y campesinos. La presencia de los indígenas de Kasamaya
y Pungunhuyu en la fiesta de San Pedro no se explica únicamente por la creencia de
que si no van el santo se va enojar y va destruir el pueblo. Este mito hasta ahora
encubre la existencia de una estructura de dominación ideológica colonial cimentada
en la subordinación de los “indios” quienes tienen la obligación ritual de ir a la
fiesta y cargar al santo, costumbre que parece perpetuar las obligaciones rituales que
impusieron los españoles forzando la participación de los subyugados en las fiestas
patronales católicos como parte de su servicio al patrón. – Además, en muchos
pueblos los curas y el sistema religioso obligaron a la población indígena a pasar
por la catequesis y a presentar sus danzas en las fiestas patronales. Era una forma
de dominación colonial por medio de la cual los mantenían felices, con su danza, su
música, su borrachera y pasaba eso y otra vez seguía el trabajo de explotación. Pienso
que es por ahí donde se ha ido reproduciendo más ese sistema para la dominación.
Los indígenas se quedan con la parte más dura de la fiesta, cargar una imagen pesada
en procesión. Pero para obnubilar esta tarea de sirviente se inventó un mito que
supuestamente enaltece el valor de la participación indígena diciendo que sin su
participación el pueblo caería en desgracias:
Un año parecen que levantaron a San Pedro personas civiles y no se presentaron
los P’aquchis ni Danzante, ese año se presentó una granizada tremenda y no
hubo una buena producción. (Juan Verastegui, 67 años, vecino, 29.06.07)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 591
que llegamos allá y cuando al día siguiente, yo en la mañana voy a la plaza, [...]
y veo esos grupos autóctonos, [...] una belleza su traje, [...] Entonces pero ellos
no entraban en la entrada folklórica, ellos no eran parte de la entrada. [...] dije
seguramente en la tarde, que va a ser la entrada, van a ser parte y justo estaban
unas tres o cuatro comunidades, estaban cada uno en una esquinita… y claro
cuando yo pregunté a las personas [...] “no, no, no ellos tienen sus cosas aparte”
… y había ese desprecio, y la gente de la ciudad que vuelve, son profesionales, ya
es gente, que es de otro estatus… no es cierto y ¿los indiecitos? Son los indios,
ellos tienen sus cosas, no se juntan. (Nelly Cortez, 09.07.09)
En Tiwanaku se presenta un panorama muy parecido:
La diferencia entre esta fiesta y la otra es enorme. No es este baile del lugar,
se baila Caporal, se baila Morenada, entonces mucha gente, los residentes y
otros vecinos de poblaciones aledañas; mientras en esta fiesta, de San Pedro, son
comunarios los que vienen a hacer la fiesta acá a la población, por ejemplo está
Wancollo, Achaca, Chambi Chico, después está también Corpa y la población.
[...] Los que tienen recursos económicos tienen siempre tendencia a humillar a
la clase media empobrecida. [...] Donde existe esa discriminación es en (la fiestas
de) 14 de Septiembre, un comunario no puede entrar a bailar ahí al grupo;
hay veces que los jóvenes siempre se entusiasman y con un poco de cerveza y
quieren bailar, y le quitan sus sombreros, hay un poquito de problemas. [...] Aquí
es una discriminación bárbara. (Pablo Peralta Patty, 29.06.94, entrevista: David
Alarcón)
Y también en Peñas, donde los Mokolulus solían cargar la imagen, había la misma
segregación social que en la fiesta de San Pedro en Achacachi. Hervín Portugal
relata que los Mokolulus solo permanecieron en la plaza durante la procesión, ya
que “supervive la creencia de que ellos son los únicos que pueden complacer la
imagen, para que ella permanezca en el pueblo” (1988: 23). Todo esto por supuesto
no compagina muy bien con las palabras que atribuye la Iglesia católica a San
Pedro. - En el acápite “Entre hermanos” dice: “En conclusión, tened todos unos
mismos sentimientos, sed compasivos, amaos como hermanos, sed misericordiosos
y humildes”29.
Tomando en cuenta ese clima de exclusión y discriminación surge la pregunta
del por qué los comunarios autóctonos siguen participando en esas fiestas. Tal vez es
por una cuestión de tradición pero también podría ser por una actitud de resistencia
frente a ese dominio post-colonial.
La Fiesta de Natividad en Peñas donde los campesinos llevaban la Virgen al
son de los Mokolulus, también es un ejemplo de cómo persiste la opresión religiosa
y de que la humildad de los propios curas tampoco llega a muy lejos. – La costumbre
de que los Mokolulus saquen la Virgen fue abruptamente suspendida por el cura de
turno, cuando en una fiesta los campesinos se presentaron borrachos y él les prohibió
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 593
acercarse al templo. Por miedo a la sanción y a las represalias de la Iglesia desde ese
entonces los bailarines autóctonos ya no participan más en la fiesta.
Yo fui hace diez años a Peñas, hay una fiesta … de Natividad de ellos, todos,
como cualquier otra fiesta, ¿no?, están las Morenadas, están todas las comparsas
que ya conocemos, ¿no?, pero había casualmente un grupo de Mokolulus, ¿no?,
siempre los Mokolulus estaban en la fiesta de Peñas, ¿no?, tan original como tan
bello como es, pero tenían una fe bastante en la Virgen, ¿no?, porque tenían una
tradición de que los Mokolulus eran que la Virgen los sacaba a dar la procesión.
¿Qué pasó hace unos tres, cuatro años?, desconociendo este padre Obermayer,
los bota a los mokolulus, es decir, no le permite sacar a la Virgen a los mokolulus,
por qué, porque supuestamente estaban borrachos los mokolulus para el padre,
entonces este cura desconociendo toda la tradición digamos de los mokolulus,
porque a los mokolulus le tienen todos el respeto, todo el pueblo le respetaba,
porque eh…, tenían digamos como una tradición que la Virgen esperaba que
los mokolulus le saquen de la Iglesia, pero lo ha roto esa fe, porque o ese, o esa
costumbre, ¿no?, de decir que no, no es verdad, que cualquiera de las danzas
puede sacar a la Virgen y que estos mokolulus qué hacen más o menos tomando
aquí. Desde entonces ya no van los mokolulus a la fiesta de la Virgen…(Teresa
Cañaviri, 02.07.10)
En cuanto a la sanción impuesta a los danzantes de Mokolulu, un vecino del lugar me
confirmó el hecho protagonizado por el cura extranjero Obermaier quien prohibió a
los “indios” llevar la imagen de la Virgen del templo en procesión porque estaban
borrachos y, según él, atentaban contra las buenas costumbres de los cristianos:
Los Mokolulus hace nueve años fueron arreados y botados por el [cura]
Obermaier en Peñas…. (Jesús Mejía, 23.07.10)
El castigo moral de los actores-danzantes en el pueblo de Peñas demuestra otro
ejemplo del poder de los sacerdotes católicos sobre el comportamiento inadecuado de
los “indios” en una fiesta religiosa. Además, en el ejemplo citado la terquedad católica
es reforzada por la falta de empatía de un extranjero quien a pesar de llevar muchos
años en Bolivia aparentemente sigue pensando que aquí todo tiene que funcionar
como en su país de origen y que los indígenas aún tienen que ser adoctrinados y
“educados” a la fuerza. Sin embargo, desde la lógica andina emborracharse y bailar,
comer en exceso, ch’allar e insultar al santo patrono no es una falta de respeto, más
bien es una forma diferente de vivir el catolicismo, posiblemente adaptada al ritual
andino donde se venera a los seres titulares con una ofrenda, ch’alla con bebida,
comida y tragos, bailando y tocando música para alegrar a la Pachamama y a las
almas, mostrando emociones muy propias relacionadas con sus divinidades con
quienes comparten amigablemente.
Entonces, la veneración “irrespetuosa” e “inapropiada” de las imágenes
católicas no parece ser otra cosa que una apropiación de éstas por la cosmovisión
andina. En este contexto adquieren la ambigüedad de los seres sobrenaturales del
594 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
panteón espiritual andino que nunca son enteramente benignos o malignos30 y que
pueden castigar cuando no son reverenciados de manera correspondiente31.
wayna warminaka (viejo pescador querido por las mujeres) y creen que cuánto más
lo insultan tanto mayor serán los favores que van a recibir del santo:
Los campesinos lo insultan a San Pedro le dice: Kuchi Achachi, fierro ichuña
achachi. San Pedro kuchi Achachi, Carmen warmi waynapa, Candelarian
wainapa. Kuchi achachi, tienes muchas mujeres [Viejo cochino, que llevas
un fierro, San Pedro viejo cochino, amante de la Virgen del Carmen y de la
Candelaria, viejo cochino]. (Carlos Cuentas, vecino, 29.06.07).
Al viejo hay que tratarlo así, esa es la costumbre, hay que tratarlo mal, así se lo
venera con disparates. Este viejo desgraciado qhinchhha: San Pedro dame tu
bendición. Así te bendice. (Mendoza, vecino de Achacachi, 29.06.07).
Al Tata San Pedro hay que carajearle, porque este santo no es de buenas, es de
malas. Le digo: Desgraciado estas jetón, estas con la Virgen del Carmen ¿acaso
no te ha dado esta noche, viejo? Los campesinos le riñen con iniquidades en
aymara. El patrono se ríe. Le riñes y te da. Se vuelve más liviano. (Germán Pinto,
29.06.07)
Doña Rogelia me contó cuáles eran los insultos cantados por las mujeres el día de la
procesión del Tata San Pedro. El testimonio es muy elocuente en cuanto al trato del
patrono de parte de los campesinos, que algunos podrían considerar como un hecho
irreverente. Sin embargo, desde mi punto de vista, son expresiones de confianza y
familiaridad. Como dicen los entrevistados: el patrono escucha y se alegra y ofrece
mayores favores, lo que por supuesto no significa vivificar a una imagen católica
cuya importancia radica en haber sido el primer Papa. Muy pocos cristianos pueden
comprender por qué los indígenas insultan al Tata y lo tratan como si fuera cualquier
hombre. Tal vez esto puede entenderse como un hecho de repudio de parte de los
indígenas al Tata o bien de apropiarse de su poder y exigirle su dones de benefactor.
Otro ejemplo similar es lo ocurrido en la fiesta de San Pedro de Tiwanaku
donde el patrono San Pedro igualmente es insultado:
Es más religiosa, cabalmente la creencia de Tata San Pedro, además también le
insultan. Es una buena tradición aquí en el pueblo porque San Pedro como es un
apóstol edificador de los templos, cabalmente hay una superstición andina, por
ejemplo, hay algunos que se hacen ofrendar la misa por razones cristianas; pero
algunos por las tradiciones que siempre tienen, el esposo o la esposa, ... le llaman
“el viejo San Pedro” le ofenden en vez de pedir perdón, le van a ofender a la
misa. Entonces es todo al revés, uno cuando le ofende [al santo] le proporciona
más bienes, le proporciona salud, etc. Por ejemplo, algunos grupos por la
creencia van a la Iglesia, se hacen celebrar, es porque creen verdaderamente en
la religión; pero algunos con la superstición dicen “no, este viejo posiblemente
me puede quitar mi esposo. Entonces yo no quiero hacerme celebrar, prefiero
bailar. (Cesar Callisaya, 29.06.94, entrevista: David Alarcón)
Por lo visto, el trato a los santos es muy particular en la lógica y la vivencia andina,
donde danzar, insultar y emborracharse no significa ofender al santo patrono. Pero
tal vez todos estos hechos también son una inversión de valores, una acción para
liberarse de la opresión católica y lograr una relación más humana con las divinidades.
Otra posibilidad sería que correspondan al principio aymara de hacer cosas al revés
(torcer hilos hacia la izquierda, tomar con la mano izquierda, vestirse al revés) para
alejar el mal y “volcar” la suerte35. A continuación transcribo la leyenda de Señor
de la Exaltación inventada para luego analizar el comportamiento de los indígenas:
La fiesta más grande que tenemos es el 14 de Septiembre del Señor de la
Exaltación. Pero el Tata Exaltación es un forastero, porque es de una comunidad
que se llama Cantata de Curva más arriba. Este señor, aquellos años, no había esa
fiesta de 14 de Septiembre, los compañeros de Cantata iban el 13 de Septiembre a
Guaqui a escuchar la misa, no venían a Tiahuanacu. Entonces había un camino
casi a la rinconada del cerro, por ese camino, amarrado al burro lo llevaron
al Tata Exaltación haciendo escuchar la Zampoñada y tarka. Se volvían los
compañeros el 14 de Septiembre, en Quenachata habían hecho descansar al Tata
Exaltación y cabalmente, él como estaba almorzando, como estaban en estado de
ebriedad, cuando el burro se había espantado, se había corrido hasta la puerta
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 597
concentraba más de 300 ayllus, en esa fiesta que adoraban al dios rayo dios
de Illapa. No te olvides que antes de la colonia estos eran politeístas, no creían
en dios, en un solo dios, ni conocían al dios que conocemos ahora. Entonces
llegan los españoles y no han podido doblegar por la fuerza, han evangelizado
de manera muy diplomática, ¿no?, han adquirido esa parte los aymaras…
solo han impuesto su santo, su dios digamos, ¿no?, la fecha han mantenido, las
concentraciones han mantenido, claro después poco a poco el dominio… así ha
sido. Por eso, Callapa o sea como era la marca Illapa, la del dios rayo, lo han
castellanizado de Illapa a Callapa, ¿no?, y Santiago lo han puesto a su santo…
porque los españoles a las consultas siempre iban con el apóstol porque era su
santo de la suerte para consultas. (Edgar Vargas. 29.09.09)
Cuando se habla de la función religiosa de la danza, corresponde ubicarla en un
marco performativo donde el culto al santo patrono se confunde con las ceremonias
rituales del calendario agrícola y se mezcla en un proceso religioso sincrético andino,
en el cual la práctica de la danza pasa a formar parte del ritual para pedir fertilidad y
abundancia agrícola:
Al lado de Qaqachaca es una danza guerrera, mientras el de nosotros es pacífica
en agradecimiento al Señor, … en agradecimiento a la Pachamama, ¿no?, al
Tata chacarero, el Tata chacarero es Jesús, ¿no?, eso es nuestra costumbre por
darle gracias por toda la cosecha que nos da. (Carmelo Mendoza, 14. 07.10)
Un aspecto que está claro en este testimonio es la práctica del sincretismo religioso
presente en la fiesta indígena donde la danza es la representación simbólica de
agradecimiento a Jesús y a la Pachamama, no como un acto de profunda fe, sino
como una costumbre muy arraigada en su cultura. En algunas entrevistas me llamó
la atención por qué algunos actores separan la dimensión religiosa de la cultura,
tratando de resaltar el sentido devocional de la danza más ligado al religioso católico
que a la tradición de bailar “por bailar”, es decir, por divertirse, vivir una tradición,
exhibirse etc. A continuación analizaré el concepto de “la” cultura y “la” tradición y
su separación del fenómeno religioso desde la visión de los entrevistados.
negocios al Tata del Gran Poder, le hace “su” agasajo en Semana Santa y durante
todo el año adorna la imagen expuesta en una vitrina de su edificio con flores frescas.
Según él...
… debemos dar gracias a Dios, que podemos bailar, podemos reír, tener salud.
Dar gracias a Dios. Si no fuera Dios, no podríamos darnos estos lujos de bailar,
porque, cuesta, cuesta. (Ramiro Durán, 25.05.10)
A pesar de que no se refieran explícitamente a la reciprocidad andina, muchos
bailarines están convencidos de que el dinero gastado en las entradas va a generar
algún rédito:
Hay bastante lucro económico. Porque ahí, ya también hay algunos que bailan
por diversión, ya no por fe… y por devoción. Donde realmente dices: bailo por
la Virgen y quiero bailar por la Virgen; porque al año yo sé que me va ir bien.
(bailarín, 11.12.10)
Es muy interesante observar cómo los danzantes del sector cholo invierten muchos
recursos para demostrar el poder económico con el cual cuentan, hecho principalmente
observable en la danza de la Morenada. Los actores danzantes invierten muchos
recursos económicos por un lado con el fin de enaltecer al Tata del Gran Poder o
la Virgen del Socavón, pero también para dar más prestigio a la fraternidad y a los
actores:
En su mayoría por devoción,… la Asociación no es simplemente Morenada o
Llamerada, ¿no?, hay una variedad de danzas … entre esa variedad hay
fraternidades que sí tienen, económicamente están bien paradas para demostrar
todo lo que tienen también, ¿no?, y a la vez tenemos fraternidades que no
estamos en ese juego, que sí bailamos por devoción en la medida de nuestras
posibilidades, ¿no? (Marianela Coritza, 06.01.10)
Los actores-danzantes conocen las implicaciones económicas del acto religioso, y
en muchos casos no parece haber mucho equilibrio entre la fe y la economía de
la competencia, donde el cuerpo del danzante desborda lujo, joyas y ornamentos
caros que forman parte del traje de la danza, hecho altamente criticado por la Iglesia
porque ostentar riqueza y lujo no es un valor católico:
Mi tía que bailó 16 años en la Morenada, tenía todos sus trajes en maletas, otros
en el ropero, pero tenía un montón de trajes. Ya no, es un gasto prácticamente
que se queda ahí, es por la devoción decía, pago por mostrar mi devoción, mi fe,
decía. (Rodrigo León, 02.02.10)
En la fiesta, quien paga todos los gastos es el actor-danzante; él financia toda la
entrada, desde los ensayos, la música, los trajes de fiesta y diana, hasta las joyas, la
comida y los adornos, etc.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 611
también he recibido con mucho agradecimiento, como fraterno al Señor del Gran
Poder. (Jaime J. Pacheco Q., 18.12.09)
Los danzantes atribuyen el origen de su riqueza no sólo a la inversión de trabajo o
la capitalización del comercio, sino también a la perseverancia y la fe en el patrono
generador de la fiesta, fundamento de su ascenso; el ascenso social y la capitalización
familiar de los “padres” quienes comenzaron bailando en la fiesta y gracias a la fe y
devoción al Tata del Gran Poder y los buenos negocios lograron cambiar su vida, es
un modelo a seguir para las nuevas generaciones. Sin embargo, este milagro religioso
de riqueza y bienestar no puede atribuirse sólo al poder del Tata sino también a la
capacidad de hacer negocios en esa red social de la fiesta donde se presentan los
actores con capitales económicos concretos.
Ahora ¿cómo funciona ese movimiento económico en las fraternidades?
¿Cuáles son los parámetros empresariales que rigen estas instituciones? y ¿cómo se
entrelaza el sector industrial con el folklore?
Hay veces las Morenadas mayor parte van, ya no van a la fe, sino van al negocio,
es otra cosa. [...] Siempre es el negocio de la ropa o de las polleras en las
Morenadas, pero mientras en nosotros no hay eso. (Emilio Quispe, 15.01.10)
Una gran parte que ya se ha hecho hasta comercial, comercial por que van,
alquilan los trajes, alquilan en 100 pero los dan a 200, entonces recuperan
dinero, lo que han invertido, a veces es una inversión. (Carlos Jiménez, 01.10.09)
El cálculo que Ramiro Durán hace al respecto es bastante esclarecedor:
Dice que se mueve enormes cantidades de dinero [en una fraternidad], estábamos
hablando la otra vez como 90,000 dólares, 100,000 dólares como si nada. Claro,
si son 600 los hombres, 600 por lo que me han dicho 250 la pareja son 150,000
dividido en siete son 21,000 dólares solo la cuota de banda y los sobre precios
de la manta, la manta yo vendo en 200, 340, venden ellos en 600, trescientos por
manta 300 por 600 cholas, son 180,000 dividido siete son 25,000 dólares de
ganancias extras. (Ramiro Durán, 25.05.10)
Según los folkloristas, son estos réditos los que frecuentemente llevan a peleas
entre los pasantes, la directiva y los fundadores, y muchas veces causan la división
de la fraternidad. Pero el enfoque empresarial no sólo alude a eso, sino también
a los intentos de crear una imagen corporativa, de abrir nuevos “mercados” para
el “reclutamiento” de miembros y de crear una “necesidad” de pertenecer a la
fraternidad en cuestión. Por lo visto, hay fraternidades que trabajan según la fórmula
AIDA (atención – interés – deseo – acción)44 del marketing internacional: tratan de
llamar la atención, despiertan el interés que se convierte en el deseo de formar parte
de esta “gran institución”, lo que finalmente lleva a la acción de inscribirse o postular
para el ingreso (las fraternidades más prestigiosas no aceptan a cualquiera). Así,
también los eventos de beneficencia se convierten en un instrumento de marketing:
Hay [eventos] de beneficencia, se recauda fondos, o se hace una actividad, una
kermes y se regala digamos a los niños pobres, diferentes actividades, ¿para
qué?, todo eso se hace para que la fraternidad siempre este vigente, vigente me
refiero en que este en boca de todos, que todos conozcan digamos, si yo quiero
hacer conocer mi fraternidad los Catedráticos, tengo que ir a las radios, invitar,
estamos regalando juguetes en navidad, estamos dando un chocolate, que sé yo
el día del niño les llevamos a todos nuestros hijos a mirar gratis el cine, o el día
de la madre regalar a todas las madres y demás, ¿no?, esas cosas organizan el
directorio. (Carlos Jiménez, 01.10.09)
Hay que comenzar a crear la imagen de esa institución. [...] Es importante
preparar, preocupar a la gente... en una de las fechas donde tú te puedes mostrar
iniciando el marketing de la imagen es Navidad. Organizar 170 regalitos,
uhhh, estos son. Están regalando, entonces están tocando eso. El aniversario he
comenzado a ensartar y traer grupos extranjeros que vienen aquí también, ahora
casi todos nos copian. (Augusto Solíz, 18.03.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 615
Augusto Solíz incluso menciona el tema de crear espacios entre los que no bailan
(como él supone, probablemente porque no les alcanzan los recursos), algo que
para mí también va un poco en la dirección de aumentar el stakeholder value (valor
de stakeholder). Un stakeholder es una “parte interesada” en cuanto a la actividad
empresarial que lo afecta o concierne de alguna manera. Los stakeholder internos son
los propietarios y los trabajadores (en el caso de la fraternidad serían los fundadores,
pasantes y bailarines), mientras que entre los stakeholder externos se encuentra la
sociedad, el gobierno, los clientes, acreedores y proveedores (en el ámbito folklórico:
la población del lugar donde se realiza la entrada, los vecinos, el municipio, los
espectadores, los proveedores de servicios y los auspiciadores). En consecuencia, los
stakeholder se enteran del desenvolvimiento empresarial y desarrollan una opinión
acerca de éste. Por ejemplo, si los parientes y amigos de los trabajadores se enteran
que la empresa los maltrata (lo que en el caso de las fraternidades equivaldría a la
mala atención de comida y bebida, a trajes mal hechos o cuotas exageradas), o si los
medioambientalistas se alarman por la contaminación que causa (por la depredación
de la fauna silvestre convertida en indumentaria dancística), empieza a tener una
mala imagen pública que a la larga puede afectar su éxito corporativo. Por otro lado,
crear una imagen pública positiva solo puede servir a la empresa, ya que la gente va
a querer adquirir sus productos y servicios y hasta puede desear trabajar ahí. Don
Augusto apunta a eso: a crear un radio de acción mucho más amplio que difunda las
actividades de su fraternidad y que ayude a mantener el interés del público y de los
futuros “clientes” (es decir, fraternos). Además, ahí juega un factor importante que
también mueve las estrategias de mercadotécnica: el hecho de querer estar “con el
mejor”, de pertenecer a alguna élite y de “ser alguien”. Entonces, si el “producto”
(en este caso: el ingreso a la fraternidad) es demasiado barato, es asociado con
mala calidad y de “bajo nivel” por lo que resulta poco atractivo para los sectores
económicamente pudientes que quieren proyectarse como élite. Como consecuencia,
no entran a las fraternidades con cuotas bajas, sino acuden a las fraternidades más
costosas:
La gente mira ¿cuánto cuesta allá?, 150 dólares, y en mi fraternidad ¿cuánto
pagas?, ni llegas a 100 dólares, pagas 80 dólares, y ¿qué sucede? no, aquí hay
gente calidad, mejor organizado, que hoy es harta cantidad de gente, prefiero
estar sintiéndome ahí. La gente dice: No, prefiero estar ahí, pagar más y sentirme
mejor, y donde esa fraternidad ni siquiera la atención es mejor. [...] la gente
quiere sacar el pecho a quien tiene su presentabilidad, de calidad de gente como
se dice. [...] Se avalan que son puro abogados, entonces uno ya quiere ingresar
a esos, y para hacerse sentir que yo también soy parte de eso, y quiere valer, y
su ropa, cómo lo viste, porque también son gente muy pudiente, la verdad son
comerciantes negociantes, que manejan y generan dinero. [...] vas a sentir que
cuando después de la fiesta de uno y otro, yo soy Intocable, yo soy Fanático,
entonces la gente quiere valerse, quiere sacar pecho, eso es. (Eloy Roberto
Condori Paco, 04.03.10)
616 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Como bien remarca don Eloy, este fenómeno ni en las fraternidades (ni tampoco en el
mercado de productos acabados) tiene que ver con la calidad del producto, sino con
la imagen que se le da. Para que esto funcione se tiene que establecer un alto nivel de
lealtad hacia la marca que crea la conexión (imaginaria) entre el producto, su calidad
y el prestigio que le brinda al comprador (lo mismo que juega en la compra de un
auto “Mercedes” o un reloj “Rolex”). En algunos casos la correspondiente estrategia
consiste en crear un aura de lujo, estilizando así la participación en una fraternidad a
un servicio exquisito que se parece a la membresía de un club exclusivo. Así no es de
sorprender que la corporación de los Fanáticos ya llegó a identificar a sus miembros
con carnets:
Es como cualquier institución u organización, empiezas con algo y vas creciendo
y le das algo mas a tus fraternos para ir mejorando, entonces, bueno, por ejemplo
el año pasado han empezado con la carnetizacion, nos han dado carnets de
plástico. [...] Es una forma de facilitar las cosas, vas con tu carnet y puedes
comprarte la tela, para que sepan que eres parte. (Martín Lamar, 17.03.10)
Porque el producto “vendido” tiene que justificar la inversión, en este caso las cuotas
elevadas y los considerables gastos para adquirir y fletar la indumentaria.
Nosotros, prácticamente el fraterno en su inversión, le damos digamos esa
satisfacción de que su inversión valga la pena, ¿no?, en el tema de los agasajos,
tratamos de hacerlo siempre con conjuntos notables, en los mejores lugares,
esa satisfacción de que una sola vez en Carnaval, tengan que disfrutar lo que es
su Morenada, porque tienen que tener y sentir ese sentido de pertenencia, o sea
todos se sienten dueños de esta Morenada, y para nosotros es muy satisfactorio,
para nosotros como directorio. (Omar Bedoya, 05.02.10)
Bailar en la Central, sí es verdad, se conceptúa eso en un prestigio, obvia-mente
por el tema social, económico, [...] tiene su prestigio bien ganado, y obviamente
la gente que nos acompañan. [...] Bailó en el Miss Bolivia por ejemplo, bailan
Misses de Oruro, el año pasado fue la señorita Carnaval, entonces ese es el tema,
el prestigio. (bailarín, 04.02.10)
Por lo visto, esta estrategia funciona muy bien con las Morenadas orureñas y también
otros grupos que lograron tener una imagen de élite:
La Morenada Central es la mejor del mundo. (Indira Cárdenas, 13.02.10)
La verdad San Simón tiene mucho prestigio acá en Bolivia, es lo mejor de lo
mejor. (Carla, 23.05.10)
La Unión Comercial. [...] Es una fraternidad bien prestigiosa. Por eso es que
nos hemos animado a bailar. (Virginia Vásquez, 23.05.10)
Este prestigio también tiene mucho que ver con la composición social de la
fraternidad, razón por la cual algunos conjuntos piden un curriculum vitae a los
postulantes y otras solo aceptan a novatos que tienen un garante que ya es miembro,
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 617
Una vez que la fraternidad haya logrado un buen número de bailarines, se vuelve
atractiva para convenios y negocios con los fabricantes de ropa:
Hay otras fraternidades también ya tienen ingresos más fuertes, convenios, y los
que hacen disfraces, te dan apoyo cuando es cantidad de gente es porque ganan
plata, con mil sacas, y mil voy a ganar, cuando es poco, uh, son 20, 30 parejitas
no gano nada, el apoyo para nosotros no hay, no hay, qué voy a ganar, pero
cuando son miles dice ya, te doy una orquesta, te doy una banda, te lo pago, son
convenios, las pollereras que hacen, aquí son 20 cholas, con 20 cholas qué voy a
ganar, voy a perder, allá hay mil cholas, mejor les voy a vender mi ropa, harto voy
a ganar, se da cuenta, entonces hasta ahí los que confeccionan las ropas mismos
ya es un negocio que hacen. (Eloy Roberto Condori Paco, 04.03.10)
Pero, por más que un pasante genere muchos ingresos a través de las cuotas y la venta
de la indumentaria, también hay que tomar en cuenta que tiene gastos considerables
como los contratos con bandas y orquestas que significan una gran expensa que el
preste/pasante tiene que prefinanciar (estos contratos se firman meses antes de la
entrada y es usual contratar orquestas, amplificación etc. para las recepciones y los
ensayos cuando aún no hay nada de ingreso). En fin, hay bastante ambigüedad entre
tener que cubrir gastos y tener que tener ingresos para que “pasar” sea atractivo.
Mucho mercantilismo, comercialismo. Entonces, desde un punto de vista que yo
he sido pasante también lo he palpado de cerca porque el pasante genera mucho
recurso económico para pasar entonces obviamente ya tenía que recurrir a dar
algo de camisas, mantillas, sombreros ¿no? para tener ingresos por generar gastos
tienes la fraternidad, pero al margen de esa mi fraternidad son ya instituciones
grandes que ya ha captado digamos la fe con lo comercial entonces ya un poco
está desprendiéndose digamos de la fe, ya no estamos pensando, porque fe sería
gastar todos los pasantes sin no tener una cuota de pago, pero existe, el gasto
es mucho para los pasantes, pero en relación a lo que compra también se está
pasando, entonces es algo que debería normarse, no sé de qué manera, pero yo
creo que nadie quería pasar si no tuviera unos ingresos tampoco. Eso se ha visto
últimamente. (Rosario Aguilar, 10.03.10)
El testimonio de Rosario Aguilar llama la atención en el sentido de que visualiza la
decreciente importancia ritual y social de “pasar”. Parece que ya no es tan importante
“cumplir” con la comunidad/el círculo social y gastar por una cuestión de honor
(véase parte I, cap. 3.3); actualmente ya tiene que haber un rédito económico para
que alguien asuma este oficio.
En el caso de hacer crecer una Morenada es trabajo, es tener simpatía y más que
todo me parece cariño, claro, y ahí después de tanto cariño tienes que bailar, tienes
que pagar tu cuota fuerte y eso ya cubre todo. Por eso se llama organización, eso
sería verlo a nivel un tanto como empresa ¿no? y inviertes, pero para recuperar.
Entonces inviertes en qué, en hacer una recepción espectacular qué sé yo, traerte
un grupo argentino o mexicano que está de moda, con eso atraes gente y ¿dónde
620 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
supuestamente de la India, del Perú, y te traen por rollos y obligado tienes que
comprar de ellos, no puedes compra de otro lado, ¿no?, entonces bueno, después
la cerveza que es el mayor negocio, ¿no? (Martín Lamar, 17.03.10)
Como demostró el testimonio de Rosario Aguilar, en el contexto folklórico los
entrevistados ya no suelen hablar mucho de “pasar” como parte de una obligación
religiosa-ritualVI y tampoco aluden a un sentido de tener que cumplir con un santo o
con una Virgen como es el caso en las promesas (véase abajo). Sin embargo, bailar o
ayudar en la organización de una fraternidad sí tiene mucho que ver con obligaciones
sociales.
VII La cerveza Huari sigue presente como marca orureña, pero ya fue comprada por la CBN.
626 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
[En el Gran Poder] Les dan 120 cajas de cerveza a las Morenadas y a las danzas
livianas Caporales, Tobas, así, les dan 75 cajas. Y a nosotros [los autóctonos]
nos dan 60 cajas. (Freddy Calla Montoya, 18.12.09)
En las Morenadas [en las entradas zonales] en sus recepciones sociales se les
coopera con 20 docenas de cerveza, no sólo en provincia si no también en la
ciudad, 20 docenas por la cervecería, y a las danzas livianas son 15 docenas que
les alivia en algo para sus bandas, y en las danzas autóctonas con 10 docenas,
esito también tal vez mediante la federación estamos también aliviando. (Abdón
Ramos, 05.12.09)
Partida, como el Jisk’ Anata, tiene sus 300 cajas de cerveza financiadas. (anónimo,
2010)
Los testimonios también hacen referencia a los tratos entre las instituciones
folklóricas y la Cervecería Boliviana Nacional (CBN) que tiene un presupuesto para
los auspicios de eventos folklóricos otorgados en cajas de cerveza, pero también en
folletos, afiches, pasacalles y tarimas:
La cervecería nos apoya, hay un presupuesto pues que por ejemplo, [...] en La
Paz tenemos ahorita 6 eventos especiales, uno de ellos es Carnaval Paceño,
acaba el Carnaval Paceño, evento especial Gran Poder, evento especial 16 de
julio, evento especial Tejar, evento especial Villa Dolores, evento especial Chijini,
evento especial, Villa Victoria más, son 7 asociaciones que tienen evento especial.
[...] O sea, un apoyo muy fundamental, por ejemplo del Tejar, tenemos casi
alrededor de 25 mil dólares que es su presupuesto de la cervecería nacional, [...]
el Carnaval paceño debe estar por los 50 mil dólares, porque están en el evento
especial las tarimas, los afiches, los programas, todo, todo, lo que nos da por
ejemplo, tenemos un auspicio de 900 docenas por ejemplo para la entrada, para
el entierro del pepino, que cada comparsa se lleve sus 40 docenas, es una prueba
muy fundamental, eso nos da la Cervecería Boliviana Nacional, los palcos, todo
eso. (anónimo, 2010)
Pero el consumo de los bailarines sobrepasa las donaciones por mucho: si se toma en
cuenta que una Morenada del Gran Poder recibe 120 cajas y en un solo día consume
700 cajas, es decir, 8400 botellas, ¡esto significa un múltiplo de cinco!
Paceña da digamos a las fraternidades, nos regalan una cantidad de cerveza,
pero nosotros consumimos más, con una estadística que hemos tenido el año
2001, los Fanáticos por día consumían 700 docenas de cerveza, te imaginas 700
docenas, el negocio, un fraterno entra con 50 docenas de cerveza, otro entra
igual 20 docenas, entonces son 700 docenas que compra en el local. (Edgar
Vidaurre, 06.01.10)
Como dice don Edgar Vidaurre, son los mencionados “cariños”/aynis surgidos del
principio de reciprocidad andina que fomentan el excesivo intercambio y consumo
de cajas de cerveza, así también promoviendo el “movimiento económico” entre
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 627
siempre radica en ese problema de todas las Asociaciones, [...] pelean por eso,
por eso se dividen las Asociaciones. (Líder Aruquipa, 27.03.10)
Nosotros como iniciadores de esa actividad, apenas nos han dado, si no me
equivoco, 30 cajitas de cerveza y nosotros hemos ido a distribuir a cuatro cajitas a
todas las comparsas, y ellos decían: ¿tan poquito?, [...], pero ahora reciben pues
más de 400, 500 cajas de cerveza, ahora también en ahí han hecho un negocio,
[...] en las primeras reuniones dicen, “aquellas comparsas relegadas, que no
asisten se les va a descontar su cupo”[...] a ese grupo le corresponde digamos,
por decir, 20 cajas, ya no le dan las 20 cajas, sino le dan 15 o 10 cajas y el resto
¿dónde está? (Elías Illanes, 27.03.10)
Últimamente, esas peleas por la venta de cerveza ya no se restringen a los folkloristas:
ahora también los vecinos quieren participar en las ganancias. A consecuencia,
empiezan a hacer sus propios tratos con la CBN, lo que afecta el “presupuesto” de
bonificación reservada para las asociaciones. Además, esos arreglos son considerados
como intentos de socavar el poder de las asociaciones quienes temen que...
... en unos dos años las entradas se van a manejar por las Juntas así como pasó
con las ligas. (dirigente folklorista, 2009)
Además:
Ahora ya están repartiendo los lotes en el barrio, quién va a vender, y se
aprovechan de la entrada sin poner nada. Es que la entrada la hacemos nosotros.
[...] La Junta tiene que ocuparse de que haya luz y de que la entrada se haga
en calles asfaltadas para que puedan desarrollar bien el baile, pero no de otras
cosas. [...] Lo importante sería firmar un acuerdo con la CBN para que ya no
pasen esas cosas. Es que no puede ser que haya para un preste familiar y no para
la Federación. (dirigente folklorista, 2009)
A todo eso se suman los conflictos con los proveedores de cerveza que tratan de
monopolizar el mercado a través de los auspicios exclusivos en las entradas
folklóricas. Como consecuencia, incluso estalló la así llamada “guerra de la cerveza”
en cuya consecuencia el Estado intervino para aclarar que la venta en el espacio
público no podía ser monopolizada por una sola empresa sea ésta la CBN o la
Auténtica, compañías que suelen exigir exclusividad de consumo en los eventos
auspiciados.
Hace dos años había una guerra en la asamblea de cervecería entre Auténtica y la
CBN/Huari casi un poco; aquí la Auténtica estaba entrando algunas federaciones
y la CBN no entraba, la CBN les decía bueno aquí les vamos a dar digamos
20 cajas decían ¿no?; ¡no! nosotros queremos 30 cajas, ¡no! entonces vamos a
Auténtica. En realidad te vamos a dar 35, pero con tal que sea este monopolio
para nosotros. Entonces así hay una guerra. (David Mendoza Salazar, 04.08.09)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 629
VIII En los “pasos” (procesiones donde se sacan las imágenes religiosas y que son acompañadas por
unos 500 a 1.500 cofrades) realizados en Semana Santa en Andalucía (España), son las imágenes
y sus retablos y no los bailarines que portan bordados e indumentaria de plata lujosísimos.
630 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
IX El lienzo originalmente mostraba un Cristo con tres caras que en 1930 por encargo del obispo
Augusto Schieffer fueron reducidas a un solo rostro (Viceministerio de Cultura 2004), otra
muestra de rechazo de la religiosidad popular de parte del clero ortodoxo.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 631
Tengo … mucha fe… y le tengo miedo, le tengo cucú [terror] al Señor del Gran
Poder. ¿Sabe? le voy a contar. Cuando hemos pasado [preste] un año y vivía
mi papá y yo trabajaba sólo para el Señor del Gran Poder, lo guardaba y me
iba bien. Un día mi esposo, me dice, – ven…ven, ¡no vas a bailar ahora este
año! Porque yo tenía todo listo para bailar. Me dice: –No vas a bailar nada. Yo
lloraba como wawa, mi mamá me decía: –sí, no. Dije: –Voy a bailar, ya tengo los
calzados, ya tengo todo, no necesito, no me falta, tú no me vas a hacer. – ¡No vas
a bailar, no vas a bailar¡¡. Me dice mareado [borracho] Yo sonsa debía decir:
–ah ya. Entonces, me dice: –tanto quieres bailar como chica de Waka Waka,
¡el Señor de Gran Poder debe ser pues tu macho! por eso te desesperas. –ay
cómo va a decir eso, dice, mi mamá. En el ensayo bajábamos desde Santa Rita,
de la esquina Vicente Ochoa para entrar a la Iglesia, mi esposo grita: –ay, ay,
ay, ay. ¿qué ha pasado? Me duele. … ¿qué ha pasado?. En cada ensayo sabe ser.
Mi mamá, le ha dicho, nunca sabe ser así: –baja de rodillas, entra ande el Tata
desde la puerta, baja, dile: –perdóname padre mío estaba mareado y he hablado.
Diosito nomás le ha debido enfermar: –por eso, le tengo miedo... (Aída Montaño,
19.06.10)
La experiencia que tuvo Aída Montaño con la imagen del Tata del Gran Poder no
fue nada grata y debido al castigo de su marido infundió temor en la familia. Otro
temor muy común con respecto a la imagen es su forma de su adquisición, ya que
para mucha gente la imagen tiene un “aura” de santidad, motivo por el cual una
imagen no se vende ni se compra con dinero. Como consecuencia, cuando tratan
de conseguir una imagen los devotos deben simular un encuentro casual o incluso
haberla obtenido a manera de milagro. Por eso, es común escuchar entre los devotos
que tal o cual persona le regaló la Virgen o se le apareció en una Iglesia, o que
sus padres le heredaron, así que ninguna imagen religiosa está sujeta a un valor
mercantil:
No tengo [la imagen del Gran Poder] por eso yo quería decirle a la Petrona que
me la puede comprar. Dicen que es malo comprar. Tiene que obsequiarnos una
persona dice. Entonces yo le había hablado a la Petrona, como es mi sobrina,
pero parece que no quiere. Entonces tampoco le puedo obligar. (Aída Montaño,
19.06.10)
En el imaginario de los danzantes, el santo patrono tiene vida y se comunica con sus
devotos expresando afectos y defectos muy humanos, como pasa con Tata Santiago
a quien le gusta vestir buenos trajes y ser conocido como muy renegón50, perspectiva
que yo llamo “humanización de los santos”. En la mayoría de las veces puede llegar
a ser considerado como parte de la familia del devoto, alguien quien tiene gustos
como la gente común, es decir, que quiere vestir bien, bailar y alegrarse51:
Le ponemos al medio…[el Tata del Gran Poder] y es bailarín, le gusta ir a las
fiestas. Su ropa le compramos siempre, tratamos de cambiarle. Y cada que es su
fiesta le pongo su ramo, sus florcitas. A veces también me olvido, no voy a decir
632 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
que siempre. Castiga también, jala la oreja…como dicen aprieta pero no ahorca.
(Ramiro Durán, 26.05.10)
Según Ramiro Duran, preste Mayor del Gran Poder, quien tiene una escultura propia
y la coloca en un altar de su casa, la imagen de “poder” no sólo baila con el actor-
danzante o devoto practicante, sino también habla y jala las orejas como una forma
de amonestación. De esa manera recibe mensajes del Tata del Gran Poder sobre cómo
debe comportarse cristianamente, no sólo bailando o gastando más de lo debido, sino
también ayudando a los enfermos y haciendo campañas de recolección de regalos
para los niños en Navidad.
Nosotros tenemos una Virgen que representa la Virgen del Socavón. Entonces
nos rezamos, nos juntamos en bloque a rezar a la Virgen. [...] La gente que
organiza es gente del bloque, digamos 3 personas se organizan y dicen, ya, yo
quiero hacer la velada en mi casa, entonces la idea es que la Virgencita te visite,
vaya a tu casa para que bendiga tu casa, todas las cosas, a tu familia, entonces
tu vas a rezar por la familia, por el bien del bloque, para que nos de fuerza
para bailar, no sé, que nos tenga con salud la Virgen, y todas las cosas, para
que lleguemos a sus pies en Carnavales en Oruro, y bueno tenemos nosotros una
hojita, te pasan siempre una hojita con rezos de los santos y oraciones, y todas
esas cosas, rezamos y a veces pasan bocaditos, papitas, o alguna vez te con te, y
en la última velada antes del Carnaval se da coca, tienes que recibir la coca con
tus dos manos y simboliza más o menos, el dinero que vas a tener para poder
bailar en Carnaval. (Jorge, 13.01.10)
Para demostrar su fe mucha gente hace una promesa de bailar al menos tres años.
tres años es fomentada por la Iglesia católica misma: cuando los bailarines llegan
al templo del socavón, antes de que ingresen de rodillas delante de la Virgen, el
sacerdote en su sermón compromete a los danzantes cumplir con la Virgen bailando
tres años. Dicho en un recinto sagrado eso suena como un mandato religioso, pues
así los bailarines se sienten obligados a hacerlo:
Creo, tengo fe, es la voluntad de “mamita del socavón” quien dice tu vas a
bailar y no me vas fallar y yo lo he experimentado de una manera tan singular
que cuando entramos a Iglesia en el primer convite obviamente con todo el
respeto que debe recibir le merecemos a “la mamita” todo el mundo de rodillas
y dice el sacerdote, invita a las personas que quieren: Quienes van a bailar en el
próximo Carnaval, por favor, pónganse de pie. Yo estaba de rodillas me pareció
sentir la mano de alguien que me jaló de los pelos hacia arriba y me hizo poner
de pie. Yo mismo me quedé un poco… no estaba tan convencido de lo que me
estaba pasando pero sí ya hice la promesa y fue grande la sorpresa para toda la
gente que estaba a mi alrededor que sabiendo me abrazaron, me felicitaron y de
esa manera yo ingresé a la fraternidad. Creo que fui elegido. (Jaime Beltrán,
27.11.09)
Yo le debo mucho a la Virgen, le debo en realidad la salud, me devolvió la salud
y es la promesa que yo le hice de bailar hasta donde ella quiera. (Javier Riveros,
29.11.09)
Sí, promesa al señor Jesús del Gran Poder. Sí, bailando Morenada tres años he
cumplido y voy a volver a cumplir creo. (Morenada, 23.05.10)
Un aspecto notable en la fiesta del Señor del Gran Poder es el día de la “promesa”
devocional al patrono que se realiza una semana antes de la entrada folklórica,
fecha aprovechada como ensayo de las fraternidades. Sin embargo, mucha gente
interpreta esta pre-entrada como el día de “prometer” o comprometerse a bailar tres
años para el Tata. A diferencia de la entrada del Carnaval de Oruro donde al final de
su peregrinación dancística los bailarines ingresan de rodillas al templo, en la fiesta
del Gran Poder la pre-entrada/promesa es el momento especial de encuentro con
la imagen: los bailarines tocan sus vestidos, luego se persignan, lloran, se hincan y
donan monedas como limosna para el templo:
Siempre hacemos promesa, siempre ante el Señor del Gran Poder. Esta es una
promesa, generalmente se hace por tres años. Entonces tres años que tenemos
que cumplir y ahora justamente lo vamos a hacer. (Virginia Vásquez, 23.05.10)
En el caso del Carnaval de Oruro, la promesa se realiza en las veladas, en la misa o
cuando se llega al santuario de la Virgen; allí es donde se genera este compromiso de
bailar tres años y después seguir hasta cuando la “mamita” quiera:
Lo que se hace es traer a gente, invitarle, comparte y al final se hace el juramento
para participar por tres años y bailar por la Virgen. (Jorge Zambrana, 13.07.09)
636 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
estoy muy agradecida a la Virgen, por eso lo hago de moreno. (Sonia Hinojosa,
13.02.10)
Sí, pero cualquier esfuerzo es para la mamita del socavón, tú sabes nuestro
esfuerzo que damos por ella. (Christian Parco, 13.02.10).
Los actores comunican el sacrificio de bailar a través de su cuerpo. En el caso del
Carnaval de Oruro eso es mucho más evidente, por las características de ser un
santuario de peregrinación adonde uno va a pedir algo a la Virgen a cambio de esa
ofrenda. La Iglesia estableció las reglas de salvación del alma y de la conversión
al cristianismo, como prohibir la borrachera el sábado de la entrada de Carnaval,
porque ingresar borracho al templo sería una falta de respeto, aunque sucede55. En
el interior del santuario el sacerdote da un sermón moralista y halaga la hazaña de
llegar a los pies de la Virgen. Así, muchos bailarines afirman “portarse bien” en la
entrada del sábado de Carnavales, mientras que consideran la diana del domingo
como una mera diversión donde ya no existen restricciones.
El sábado especialmente yo no bebo ni una gota de bebida, porque yo voy por
devoción. (Alicia Tapia, 05.02.10)
Con los años ha ido cambiando la perspectiva de lo que es el Carnaval, en el
sentido de que ha ido degenerando un poco, se ha vuelto una fiesta, y vos ves
gente en Carnaval borracha, no necesariamente los que bailan, sino el público se
emborracha y no es esa la idea, ¿no?, no sé, la idea es por lo menos yo que bailo
ya tiempo, mi idea es llegar al socavón, ¿no?, y no sé, yo nunca he tomado por
lo menos en un recorrido hacia la Virgen en Carnaval, en un convite, sábado
de Carnaval nunca he tomado, nada, nada, hasta llegar a los pies de la Virgen y
después ya, es como que te invitan a tu casa a cenar y llegas borracho a la cena,
una falta de respeto, pero no sé las chicas, estoy viendo una cosa rara, ¿no?,
como tú dices así que bailan mostrando todo, pero no sé. (Jorge, 13.01.10)
En el proceso de la fiesta el baile es la ofrenda, el sacrificio, la entrega del cuerpo
a la divinidad, como una forma de agradecimiento, pero una vez terminada la
peregrinación se pasa al espacio de la cultura y la tradición del culto al Tío,
ch’allando y bebiendo ávidamente. Los medios económicos dispuestos para bailar
son cálculos que ya no interesan, porque serán devueltos por el Tata o la Virgen. Lo
interesante es la envoltura, la segunda piel, el traje espectacular, único en el bloque
o en la fila de figuras. Es el cuerpo expuesto y disciplinado, controlado, cuidado y
exigido al máximo. Se baila para pedir salud y vida, para seguir trabajando mientras
la Virgen o el Tata lo quiera. Entonces, el baile cobra sentido y significado religioso
y material, porque el actor a través de sus emociones entrega el cuerpo en esa acción
no verbalizada de ofrenda y reverencia:
Para mí es indiferente bailar en cualquier Morenada, porque la imagen
es exclusiva, igual se le ofrece la danza a la imagen, principalmente en
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 641
Esta Virgen tiene bendición… cuando uno baila, es milagrosa [...] Para mí no
hay competencia. Aquí todos bailamos para la Virgen. (Valentín Amaru, 11.12.
10)
En el Carnaval de Oruro la competencia es más encubierta, pero en el marco de lucha
por prestigio y poder por supuesto también existe como en cualquier otra entrada.
En el caso de la fiesta del Señor del Gran Poder en La Paz, la competencia entre
fraternidades es desbordante y abierta y cada actor contribuye a que su fraternidad
llegue al primer puesto. Las fraternidades de casi todas las especialidades se preparan
para ganar el trofeo y estar en los primeros lugares; desde el inicio de actividades
se promueve un lanzamiento de la fraternidad con todo su espectáculo y derroche,
siempre destacándose las Morenadas que invierten muchos recursos para atraer
gente y captar toda la atención del medio folklorista. Es conocida la rivalidad entre
la Morenada Señorial Illimani y los Fanáticos, como también la pugna entre los
Intocables y Los Rebeldes, pequeñas batallas mediáticas que desde el punto de vista
de muchos bailarines y espectadores opacan el trasfondo religioso de la entrada:
Se supone que estamos bailando por devoción y no por puntaje, por ganar.
Entonces hay fraternidades que todos los años ganan porque son más y no dejan
ganar a las otras pequeñas. Entonces lo que yo considero es que no se debe
calificar a la cantidad de gente, sino a la calidad donde bailan….Hemos salido
primero los catedráticos este año pero la fraternidad Illimani nos ha impugnado,
nos ha dicho que nosotros somos mejores y éramos más. Entonces no se toma la
calificación de acuerdo a ese criterio. Es pelea. Yo digo no debería existir porque
en vez de hermanarnos, porque los folkloristas nos llamamos hermanos ... y si
vamos a ir a pelear ¿para qué? … Ese es el criterio de la Asociación que se debe
cambiar. (Carlos Jiménez, 01.10.09)
Es una constante contienda donde los actores tratan de mostrarse en todo su
esplendor, afanándose en ser “los mejores”, “tener calidad” y presentar “novedades”
para ganar. Esa disputa por ganar el primer puesto con frecuencia llega a niveles de
tensión intolerables entre “hermanos” folkloristas. Frente a la amenaza de dividir las
fraternidades nuevamente surge la unidad alrededor del santo patrono, a quien se le
atribuye el “milagro” de ganar:
Cuando…en mi fraternidad dicen: este año vamos a ganar. Yo les digo: no, eso
que disponga el de arriba, nosotros hagamos lo posible por bailar bien para
Él, pero no para ganar. Y como qué… ya son diez años que estamos bailando
Kullawa, en los diez años hemos tenido premios que tal vez nosotros ni hemos
querido, ¿no?, porque nosotros vamos a eso, a bailar por fe. Ahora que ganemos
o no ganemos, eso ya digamos es de Él. Él dispone. Hay gente que ha bailado
con menos plata y ha ganado. Eso yo creo que a Dios, sea quién fuera la imagen,
ni a la Virgen, ni a un ser supremo, no le gusta la vanidad, ¿no?, Él yo creo que
debe ver nuestros corazones para decir, “bueno, ellos sí”, ¿no? (Jenny Barrios
Guerra, 23.06.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 643
Por lo tanto, la competencia no aleja a los actores del discurso religioso, más bien
parece guiarlos para aminorar la disputa que pueda existir. Las reglas de competencia
están establecidas e incluyen la calificación de presentación, lujo, coreografía,
sobriedad etc., así como también el hecho de acatar las prohibiciones en cuanto
al consumo de bebidas el día de la entrada, ingresar en el lugar asignado, avanzar
sin retrasos etc. Sin embargo, muchas de estas recomendaciones no son tomadas
en cuenta, especialmente en lo que concierne el consumo de bebidas alcohólicas,
ingrediente infaltable e inevitable de cualquier entrada.
La ambigüedad se demuestra en la conducta de los actores entre bailar por fe
al Tata del Gran Poder o por competencia. Daré el ejemplo de lo sucedido el día de
la “Promesa” al Tata del Gran Poder en 2011 donde el sentido de competencia causó
un choque muy fuerte con los devotos a la imagen:
Se han asomado a besar la imagen. Por eso nos han quitado 40 puntos. [...] Ha
venido hasta el presidente, no se hace eso, no se hace eso. (Fernando Uruchi,
12.06.11)
Como de costumbre se sacó la imagen del Señor del Gran Poder del santuario y se
la colocó en un altar en el atrio del mismo. En el momento de pasar por ese lugar
los bailarines suelen acercarse a la imagen demostrando su devoción arrodillándose,
dando limosna, persignándose, tocando el manto con la mano y rezando. Estas
muestras de fe religiosa provocaron un desorden momentáneo, motivando así la
crítica de parte de algunos dirigentes de la Asociación de Conjuntos Folklóricos
del Gran Poder, quienes empezaron a exigir que las fraternidades no se atrasen y no
rompan filas, amenazándolas con quitarles puntos. Este “malentendido” provocó la
ira de los encargados del templo quienes lo interpretaron como una falta de respeto
al Señor Jesús del Gran Poder de parte de los folkloristas, quienes, desde su punto
de vista, solamente estaban interesados en la entrada folklórica y no en la devoción
de los bailarines:
Más bailan por ostentación, por el premio. Y hay que mostrar su traje, sus
nuevos pasos […] Hay gente de cada 100 yo creo que un 30% de gente tiene fe
[…] hay gente que se arrodilla, lloran […] no permiten que la gente se arrodille
para que no haya baches, hemos cedido, primero la procesión y luego la entrada.
Sin embargo, nosotros hemos cedido, entonces que primero salga la entrada y
a la semana siguiente hacemos la procesión. A fin de evitar enfrentamientos
porque era una pelea, hermano, contra la procesión, uuuuhhh. […] Chupando
por aquí… Una vez casi, aquí que es el trompeo porque estaban viniendo de
ahí unos Morenos y nosotros pasamos por aquí y no han querido ceder el paso,
primero quieren pasar ellos. Aquí está el Tata, aquí está el Tata. No, no. Y lo
peor, me ha dolido hasta el alma, cuando seguían las graderías aquí y cuando
pasa el Tata, todos shhhhh [silba] silban. Que mal. Cuando deberían levantar
banderas blancas, el pañuelo blanco para el Tata. […] Por ejemplo, en Urkupiña,
cuando sale la imagen con pañuelos blancos toda la gente saluda, aquí en vez
644 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
de eso, pasa el Tata shhhh; quieren ver Morenada, ¡qué barbaridad! (Federico
Mendoza,12.06.11)
Don Federico es miembro activo del Consejo Parroquial del santuario del Gran Poder
y desde hace muchos años encargado de proteger la imagen de éste. Su testimonio
resume lo expuesto: el conflicto entre folkloristas e Iglesia, la crítica del exceso de
borrachera, la falta de respeto al Tata del Gran Poder, la falta de una verdadera fe
y devoción que frente a la competencia y al afán de ganar pasa a segundo plano.
Aunque el premio no es más que un trofeo simbólico, importa mucho a los dirigentes
folkloristas, organizadores de las fraternidades porque ganar y ser el primero da
prestigio y poder de convocatoria para la próxima entrada.
Gran Poder 2007: el entonces alcalde de La Paz, Dr. Juan del Granado, bailando
Morenada. Foto: David Mendoza Salazar
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 649
I Para un extenso estudio histórico del Carnaval Paceño, véase Rossells 2009.
650 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
II Como bien aclara Spedding, una limitación en las posibilidades percibidas conduce a la
limitación de las posibilidades reales ya que solamente se toma en cuenta las alternativas que
están dentro de esa visión restringida (1999: 11). Eso se debe a la historicidad del habitus que
652 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
habla de un grupo o una clase social8, lo que en Bolivia sería el “sector popular”III,
la “clase media” o “la élite”. Según mi percepción, el término de “folklorista” es
prácticamente equivalente a un bailarín/involucrado en el folklore perteneciente al
“sector popular”, ya que no incluye personas de clase media que bailan o incluso
dirigen danzas folklóricas. Para Bourdieu, la clase social además es “el campo de
los campos”, que se superpone a los campos particulares, como por ejemplo el de la
política y el del folklore, siempre constituyendo un polo dominante y uno dominado9,
hecho que también en el campo folklórico resulta en una interesante dinámica social
(véase cap. 5.2).
Lejos de constituir un folklore meramente “colorido” y “bonito”IV, el Carnaval
Paceño, y dentro de él, eventos como el Desentierro del Pepino, la elección de la
Reina y de los (mini)personajes del Carnaval, el Corso Infantil, la Farándula, el Jisk’
Anata, el Martes de Ch’alla y el Entierro del Pepino, constituyen actos sociales donde
intervienen los conceptos de habitus y clase social y además se prestan para la lucha
por mejorar la posición social mediante las mencionadas apuestas de capital (social,
cultural, económico y simbólico). Y es ahí donde pueden estudiarse de manera
ejemplar las relaciones del campo folklórico con la arena del poder, es decir con
las entidades estatales (Oficialía Mayor de Culturas/Gobierno Municipal de La Paz,
Prefectura de La Paz, Ministerio de Culturas) y privadas (medios de comunicación,
Cervecería Boliviana Nacional). Como pude ver en el transcurso de mis estudios,
las relaciones entre estos dos campos tienden a ser muy tensas y complicadas, en
algunos casos dando lugar a una lucha directa por supremacía política (y por las
correspondientes posiciones en el campo político), problemática que comienza con
la constitución de las instituciones folklóricas.
incorpora las (malas) experiencias del pasado y las convierte en disposiciones para el futuro
(véase Bourdieu 1976: 167)
III El “cholo” y su pareja, la “chola”, constituyen el “sector popular”, el “cholaje”, un estrato
social urbanizado, pero arraigado en algunas costumbres rurales, que sigue manteniendo
lazos familiares y comerciales con las zonas rurales, y se rige por una compleja mezcla entre
catolicismo andino y cosmovisión aymara (véase también parte I, cap. 2.2).
IV Me opongo enérgicamente a las nociones de folklore costumbristas que agotan su temática de
estudio en la descripción y catalogación de danzas “bonitas”, considerándolas como un bello
pasatiempo que carece de una propia dinámica social (véase también Cánepa Koch 2001).
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 653
Luis Sempertegui, durante un par de meses fue Oficial Mayor de Culturas interino,
hecho que ayuda a entender la estrecha relación que tiene este conjunto musical
con el Gobierno Municipal. Mateo Callisaya, uno de los gestores de la comisión
de organización de la entrada de Ch’utas y Pepinos, destaca la importancia de la
Alcaldía en cuanto a la historia de la ACCP:
Se hacia una comisión de organización, donde participaban el Oficial Mayor
de Cultura, y teníamos una conferencia de prensa, una reunión, primeramente
una reunión de primicia donde hacíamos en la Oficialía Mayor de Cultura
en el quinto piso, estaba, en eso participaba el comando departamental de la
policía, transito, después participaban sistemas viales, participaban la sub
Alcaldía, después participaban la Oficialía Mayor de Cultura, la comisión de la
Asociación de conjuntos, la comisión de chutas, comparsa de chutas se llamaba,
porque no había asociación, entonces ahí se coordinaba como va a ser todo eso,
y hacíamos nosotros una comisión, por ejemplo para la entrada, ya todo el apoyo
nos brindaban la Oficialía Mayor de Cultura, la instrucción del Oficial Mayor
de Cultura para que la policía nos apoye, las señoras de limpieza nos apoyen,
después cruz roja mas era, también después había [...] vallas, esos y todo eso,
era la instrucción de la Oficialía Mayor de Cultura y posteriormente ya nosotros
teníamos que regirnos. (Mateo Callisaya Ticona, 15.03.10)
Notablemente, hoy en día la ACCP tiende a “hacer desaparecer” discursivamente el
hecho de que la ACCP se fundó con el apoyo de la Oficialía Mayor de Culturas, hasta
febrero del año 2012 “enemigo principal” de la actual directiva:
Pues estaba un poquito mal organizado la situación. Nosotros nos hacemos
cargo, ya estamos mira 6 años que ya tiene la Asociación del Carnaval Paceño.
Esto data de mucho más antes todavía ¿no? lo que nosotros lo hicimos con más
organización, ya hicimos ¿cómo te digo? con más formalidad (Vicente Chávez,
26.03.10)
El dato histórico es que al siguiente año, el 22 de Febrero de 2000, Mateo Callisaya,
Héctor Quisberth, Mario Chuquimia, Felipe Quispe, Sergio Calle y Mario Montes,
logran fundar la “Asociación de Comparsas de Ch’utas y Pepinos del Tejar”, cuyo
nombre fue cambiado luego a “Asociación de Comparsas, Ch’utas y Pepinos del
Carnaval Paceño” en el marco de un congreso extraordinario el 6 de Enero de 200411.
fraternos orureños. A pesar de haber viajado muchas veces a Oruro para participar
en los ensayos, con frecuencia tenían que bailar en lugares desfavorecidos, pagar
cuotas elevadas y soportar trato poco amigable por lo que decidieron organizar su
propia entrada12. Sin embargo, las autoridades políticas se opusieron a dar paso a una
competencia directa para Oruro, así que al final la entrada paceña se trasladó al lunes
de Jisk’ Anata (que dio el nombre para el evento) y con un perfil totalmente diferente
a la entrada de Oruro empezó a funcionar a partir de 1995. Como demuestran
los testimonios, todo este proceso fue políticamente motivado y manejado (caso
contrario, sería difícil imaginar que las autoridades paceñas se opongan a la creación
de un evento que podría dar realce a su propia ciudad):
Queríamos que esto se haga un día sábado, pero no se dio porque la autoridad
de esa época que nos decían: no, que vamos a quitar el Carnaval a Oruro, que
Oruro va a morir [...] Íbamos a la Alcaldía con nuestras pancartas: que se nos
de autorización para salir adelante. ¿Cómo autoridades paceñas de esa época,
cómo no iban a apoyar esto? [...] A la Alcaldía íbamos. Ahí estábamos siempre
esperando que se nos de curso pero hasta que se nos dio curso. (Esmeralda
Póveda, 12.03.10)
La gente de Oruro presionó a los políticos de acá, para que no se haga un
Carnaval, porque tenían el temor de que iba a ser similar al de allá, entonces
opacaría el Carnaval de ellos. [...] Un grupo político que se llamaba CONDEPA,
ellos se opusieron tenazmente a que haya este Carnaval. [...] Y otra, una persona
que era del MIR, [...] fue de los que se opuso, por eso para nosotros el nunca
baila, ¿no? Fue él que se opuso junto con varios otros concejales del MIR. [...]
El bailaba en Oruro, y entonces los de Oruro dijeron no, que no bailen porque es
nuestro Carnaval nos van a disminuir y quieren hacer un Carnaval paralelo en
La Paz. (Mario Flores, 04.03.10)
Tanto el Gobierno como Oruro no ha permitido que sea esta entrada el día
sábado para no tener ese choque con Oruro, entonces han optado de realizarlo el
día lunes. (Freddy Yana, 19.01.10)
En ese entonces el partido que predominaba era CONDEPA, predominaba en
La Paz y en Oruro. Y los orureños dijeron: esto es competencia y no puede ser.
Y por apoyarle a Oruro, no los han dejado y los han hecho sufrir bastante. [...]
En Oruro era la invasión de CONDEPA. [...] Tuvieron que apoyar y sacrificar a
nosotros. (Augusto Solíz, 18.03.10)
Sacar la ordenanza municipal para poder llevar adelante la entrada se convirtió en
un acto altamente politizado que dependía de movidas políticas (y no de políticas
culturales, turísticas o infraestructurales):
Para tener la ordenanza municipal pues han influido muchos problemas políticos,
no querían que se haga el Carnaval. [...] Habían concejales que eran de ADN,
y que también estaban en nuestro movimiento de rescate del Carnaval, entonces
ellos también nos ayudaron. (Mario Flores, 04.03.10)
656 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
primera plana. Por supuesto la SOACOF no repartió nada de esos folletos y así una
vez más se había desechado plata del Estado para la propaganda política.
V En 1999, el precursor de la ACCP todavía había escrito que “hacer folklore es hacer Patria”
(carta, Febrero de 1999), de esta manera igualmente enfatizando “lo nuestro”, pero dándole un
sentido más nacionalista, implicando la creación ideológica de un Estado-Nación a base del
folklore (véase también Abercrombie 1992).
658 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
VI “La clase se expresa tanto en el trabajo como fuera de él, en el denominado ‘tiempo libre’ ”
(Spedding Pallet 1999: 25)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 659
VII En el transcurso de las décadas 1990 y 2000 la mayoría de las Morenadas pertenecientes a
la Asociación del Señor Jesús del Gran Poder fundó comparsas carnavaleras principalmente
conformadas por los mismos bailarines que integran las Morenadas.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 661
Ya el primer año el impacto del evento fue considerable y logró crear muchas
expectativas que pronto llevaron a la aceptación del Desentierro como algo
“tradicional”:
El primer año había bastante público por ver ¿qué es el Desentierro? ¿cómo lo
iban a hacer? [...] Se apoyó a la comparsa, a los Fanáticos, lo hicieron, al año
siguiente lo volvieron a hacer y a esa medida se ha vuelto una costumbre. (Ramiro
Lazo, 15.03.10)
Javier Escalier, arduo promotor de la figura del Pepino, incluso está consciente de
cuán deliberadamente fabricadas son las tradiciones alrededor de este personaje:
Al Pepino lo hemos vuelto una tradición, como él no existe, la verdad nomás, lo
hemos inventado, las wawas, las abuelitas, las mamás, los otros, todos quieren
estar con ataúd, ¿Por qué?, es un icono, ¿no? (Javier Escalier, 07.01.10)
La creación del Desentierro es un buen ejemplo para el dinamismo de las
manifestaciones culturales que no corresponde a conceptos esencialistas de cultura
como algo “monolítico” e inalterable y también representa la apropiación de espacios
públicos como parte de una lucha simbólica que cuestiona el poder político.
La Alcaldía se vino, me buscó en mi casa, lo buscó al otro, pucha y ¿qué es esto?
Bueno, yo decía: estamos aportando al Carnaval, bueno, queremos hacerlo así,
están ustedes sin motivo. ¿Y quién les autorizó? Nadie, somos paceños de acá
y lo vamos a hacer. Bueno, usted sabe cuando uno es joven a uno no le importa,
rompe lo que sea con tal de conseguir el objetivo. Entonces, nosotros agarramos
y lo hicimos a propósito, la Alcaldía por un lado. (Walter Chipana, 23.03.10)
Tanto la invención como las posteriores realizaciones de “Desentierros” aumentaron
el capital social y simbólico (y, a través de eso, también el capital económico) de los
organizadores a tal punto que en 2005 pudieron apartarse de Los Fanáticos para crear
su propia fraternidad (la Morenada Señorial Illimani) y comparsa (los Farsantes).
Hablando del campo folklórico, don Walter Chipana había logrado un considerable
ascenso de posición: de bailarín a pasante del Carnaval, a pasante del Gran Poder y
finalmente fundador de una fraternidad. En términos de clase, don Walter ocupa una
posición dominante en el sector popular y gracias a su considerable capital cultural
(licenciado y economista banquero) también podría aspirar a una buena posición en
el estrato dominante. Sin embargo, opta por la rebelión y el desafío de la élite (véase
también parte I, cap. 3.3.), actitud facilitada por el hecho de que maneja los códigos
dominantes.
Debido a la división Fanáticos – Señorial Illimani existe un poco de confusión
acerca de la “pertenencia”, obviamente conectada a las correspondientes posibilidades
de capitalizar la autoría del evento. - La separación produjo reclamos de ambas
comparsas, conflicto que fue resuelto de manera diplomática: se “entregó” el evento
a la ACCP, ente matriz que desde ese momento tenía que organizar anualmente qué
662 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
comparsa se iba a hacer cargo del evento. Para evitar la apropiación y capitalización
de parte de la ACCP, se hizo un acta mencionando los nombres de los creadores.
Pero pese a que el Desentierro ahora podría ser capitalizado por otras comparsas,
no existen muchas que puedan asumir el gasto de esta pre-carnavalera; resulta que
requiere de una “apuesta” de mucho capital económico:
Muchas de las comparsas no estaban predispuestos para hacer en una, un
acontecimiento de esa magnitud. Lo hacían los Fanáticos e Illimani ¿por qué?
porque tenían pasantes. [...] Es un gasto muy tremendo, es por eso que lo hacen
así, porque tienen que contratar así una orquesta, la banda y muchas cosas para
esa actividad. (Mateo Callisaya Ticona, 15.03.10)
A pesar de su éxito también cabe mencionar que el Desentierro del Pepino, sobre
todo en los primeros años de su organización, levantó mucha polémica, en parte
conectada con el temor a “castigos” y “desgracias” causados por la falta de respeto
a los muertos; argumentos que aumentaron aún más el interés de la población y de
los medios.
Los muertos iban a despertar... Alguna persona como nos decía: ustedes están
faltando a los santos que están descansando en el campo santo... (Walter Chipana,
23.03.10)
Muchas comparsas decían: que no se haga eso, porque es un tanto tétrico o porque
por culpa de esas situaciones de repente nos cae la desgracia. [...] Un año de esos
ha llovido tanto cerca de Carnavales que ha habido una riada, [...] entonces no
faltan personas que les gusta involucrar estas cosas. Entonces decían: por culpa
de hacer esas cosas [...] el señor se debe de enojar. [...] Entonces esto estuvo muy
peleado. (Ramiro Lazo, 15.03.10)
La caída de un muro del cementerio debido a que demasiada gente había subido
encima de éste para ver el espectáculo, alimentó las críticas al respecto. Debido a ese
incidente y a causa de los reclamos a la administración del cementerio, desde hace
varios años se obstaculiza la entrada del ataúd, razón por la cual en 2006 los propios
creadores decidieron presentar una versión teatralizada del Desentierro:
Hugo Pozo nos ayudó en ese, en hacer ese evento. [...] Cuando uno muere, o
se lo llevan al cielo o se lo llevan al infierno. [...] Y bueno, ya había pasado un
año del Entierro del Pepino, pero seguían peleando los ángeles ahí y los que
tenían los cuernitos peleándose por adónde llevarlo. Como no se decidían, así
que decidimos que se lo despertara nomás nuevamente, se lo desenterraron,
realmente, que fue la alegría. (Walter Chipana, 23.03.10)
El éxito de la teatralización condujo a la creación de otros “pretextos para hacer
fiesta” que aún son recordadas, pero que no lograron convertirse en “tradiciones”.
Cada año se inventan algo novedoso, porque claro, como hay una competencia
sana entre fraternidades, entonces están muy atentas las fraternidades que han
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 663
hecho este año para hacerlo mejor al año, ¿no? Entonces, bueno se inventa cada
cosa, el matrimonio del Pepino, que lo traen al Pepino en avión. (Martín Lamar,
17.03.10)
Entonces, en los años posteriores Los Farsantes organizaron el “Matricidio” (2008) y
el Cumpleaños del Pepino (2009, combinado con una farsa política donde “el Pepino
estaba tratando de unir el país”) como también ¿Dónde está el Pepino? (2010), evento
en el cual el Pepino apareció en caballo. Para no “quedarse atrás”, Los Fanáticos
hicieron un “encuentro entre el Ch’uta y el Pepino” (2009), año en que la propia
ACCP organizó la “bienvenida al Pepino”, llevándolo a la ciudad de Santa Cruz
en avión, evento promovido por la comparsa cruceña Los Choleros y sus Pepinos
Arlequines de El Tejar y posteriormente copiado por la asociación carnavalera de El
Alto que escenificó la “llegada del Pepino” en el aeropuerto de El Alto.
gente nos miraba como si estaríamos locos. [...] Comentando con los abuelos
como era esto del Entierro, de la salida del, del Carnaval, nos comentaban de
que llevaban unos Pepinos así como si estarían muertos, así en cajones, pero
de cartón, de papel, así. Y los subían. Y como llegaban al cementerio los metían
en una tumba, lo metían al muñeco en una tumba y ahí hacían su ceremonia. Y
nosotros dijimos: esto se ha perdido. Y se perdió por muchos años, unos 20, 30
años tal vez que ya no se realizaba esta actividad. Y nos pusimos de acuerdo en
recuperar esta tradición. (Jaime Arteaga, 26.03.10)
La “revitalización” de tradiciones “antiguas” y su recuperación “tal como era antes”
es un elemento importante para legitimar las tradiciones recreadas o re-inventadas,
ya que establece la mencionada continuidad entre el pasado y el presente. En todo
caso, la propuesta de los Olvidados tuvo éxito y se convirtió en otro emblema de la
tradición carnavalera paceña. Mateo Callisaya (Siempre Aljeris) y Martín Lamar
(Los Fanáticos) aportan los siguientes detalles acerca de su realización:
Hacían la retreta del domingo de Tentación llamada despedida del Carnaval, lo
hacían los Olvidados, en la Plaza Murillo. Empezaba a las diez de la mañana,
once de la mañana. En 1999 donde precisamente ya hemos empezado, [...] con
alguna de las autoridades de la Oficialía Mayor de Cultura que se ha coordinado
que los Olvidados, ya tenían su ataúd, todo, el Pepino lo traían hasta la Avenida
Montes, pero más antes recorriendo en movilidad todavía hasta ahí, encima de
la movilidad y los entregaban en la plaza Garita de Lima, el ’99. [...] Nosotros
mismos por ejemplo lo primero que hemos hecho así los Aljeris, en minimal.
[...] Hasta 2005 todavía se hacían entrega, todo el primer acto se llevaba en
la Plaza Murillo, posteriormente todo eso trasladaban hasta la plaza Garita
de Lima. Pero a partir desde que entre el señor Javier Escalier, presidente de
la Asociación, ha cambiado todo ¿no? entonces yo te digo que esto del Entierro
siempre se llevaban en coordinación con la Oficialía Mayor de Culturas. [...]
Así ha sido un acto en la puerta del cementerio con una marcha fúnebre, personas
que estaban llorando, haciendo un teatro ¿no? entonces se hacía el Entierro, se
botaba por la puerta, sino por la pared al Pepino hasta el próximo año. (Mateo
Callisaya Ticona, 05.03.10)
Lo llevamos desde la plaza Murillo hasta la comercio en brazos en un ataúd,
acompañado de los personajes tradicionales de La Paz, que son la loca Núñez,
la Llanta baja, las lloronas, todos los personajes antiguos de La Paz, [...] y en
el comienzo de la entrada que es en la zona Garita de Lima, hicimos lo mismo,
pusimos el ataúd en nuestros hombros y fuimos jugando así con la gente y la gente
lloraba, hacía el simulacro de llorar porque se estaba terminando el Carnaval
hasta el próximo año, subimos toda esa cuesta, llegamos hasta el cementerio, y
ahí hicimos algo bien bonito, aparecía un pepinito chiquitito, entonces lo metimos
en vez del Pepino que estaba relleno con globos, entonces todos los amigos nos
juntamos porque estábamos disfrazados de puro Pepinos, y el Pepino revivió, o
sea no quiso morir, y toda la gente vino y con matasuegra lo mató de nuevo al
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 665
VIII La cooperación llegó a su fin cuando la Asociación de Ch’utas y Pepinos de El Tejar se convirtió
en Asociación de las Comparsas del Carnaval Paceño.
666 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Sin embargo, también hubo roces y con el tiempo las diferencias de habitus entre
ambos sectores incluso parecían agudizarse.
Queríamos llevar también Ch’utas, pero eran un poco celosos los Recordados,
no querían Ch’utas ¿no? sí quieren su música y su música. Ese también ha
empezado a causar antipatías entre ambos sectores. [...] Era un poco más de
compartir, pero esto se ha ido, se ha ido acabando o apagando debido a que es
muy tarde. [...] Y a partir del 2005 un poquito nos hemos ido alejando. 2006 ya
casi hemos roto relaciones en el sentido de ir a recoger al Pepino. (Ramiro Lazo,
15.03.10)
Algunos entrevistados hablaron de maltratos de parte de la Oficialía Mayor de
Culturas, pero el problema principal e innegable seguramente fueron los tiempos.
Como solía haber retrasos en la Plaza Murillo que llevaban a una entrega del ataúd
recién a las tres de la tarde y como cada año había más comparsas que participaban
en la zona del cementerio, ya no era factible tanta espera. Finalmente, para no atrasar
más de lo debido la entrada, se establecieron dos Entierros paralelos. La cuestión
de clase y de espacios cobró especial importancia en 2010, cuando la cercanía
temporal de las elecciones municipales convirtió el Carnaval Paceño en un espacio
extremadamente politizado.
Para este fin, la Asociación incluso dispone de recursos y tiempo para apoyar las
comparsas de Caquiaviri (“cuna” del Ch’uta, véase abajo) con folletería e inaugurar
el “Desentierro” del Pepino en Santa Cruz.
Impulsar de mejor manera el tema del Carnaval de, del inicio del Carnaval que
es en Caquiaviri, en Enero. [...] No había la difusión tanta en el departamento,
hemos querido asumir esa responsabilidad y es por eso que ya por ejemplo
desde hace ya tres años que damos imágenes, damos afiches, trípticos, ¿no?,
como Asociación apoyamos con eso al Carnaval de Caquiaviri. [...] El Carnaval
Paceño, la Asociación tiene que nombrarse, expandirse. (Líder Aruquipa,
27.03.10)
Ahí lo hemos hecho, el 29 de noviembre. [...] Como es el primer año tenía
que ser esto, el Desentierro en Santa Cruz, se ha hecho cargo directamente la
Asociación. [...] Ha ido la orquesta Mambolé, y la banda señores Zodiacos de
Mario Coarite que se han trasladado el día anterior, la banda, nos han esperado
en el aeropuerto. Entonces tenía que disfrazarse uno de los dos. [...] Toca la
diana la banda los zodiacos y de ahí me dan la bienvenida, ¿no?, al Pepino.
(Mateo Callisaya Ticona, 15.03.10)
Desde 2005 la ACCP organiza la elección de la Reina de Carnaval, un evento a gusto
de los mestizos occidentalizados de la zona Sur, que logró diversificar las actividades
carnavaleras e involucrar (o, como dice Javier Escalier: aglutinar) nuevos estratos
sociales.
La Asociación de Comparsas del Carnaval Paceño ha tenido la visión de hacer
esta actividad con el objetivo de expandir el Carnaval, de no sectorizar, de no ver
a la chola, de no ver al Ch’uta como parte digamos de las laderas y decir, “sólo
bailan ellos el carnaval”, sinos agarrar a la gente ya de clase media y media
alta que vive por la zona, por otros sectores de la zona sur, todo eso, y también
hacerles partícipes del Carnaval, poniéndoles una elección de la reina, ya de
diferente estilo, ahí vemos con bikini, es más de un sector de clase media alta. [...]
Ahora, en cada elección por eso siempre va a participar, se escucha la tonada del
Ch’uta, se ve al Ch’uta, a la Chola del Carnaval, al Pepino, se los conoce, es por
eso que ya más, podemos ver ahora en estos últimos años, en la misma entrada
del Domingo de y Tentación, [...] también participa ya la gente de esos sectores,
[...] el objetivo ha sido ese, ¿no?, tratar de involucrar a los demás sectores de la
ciudadanía para que sea partícipe del Carnaval, con el Carnaval que a ellos les
guste. (Líder Aruquipa, 27.03.10)
Hemos hecho la elección de la Reina del Carnaval, eso, no tiene nada que
ver con lo nuestro, pero también, [...] la de Achumani, la de Sopocachi, la de
Miraflores dicen: “yo no me siento representada por una cholita”, [...] entonces
hemos creado la elección de la Reina del Carnaval Paceño, que la hemos llevado
a la zona Sur con grupos rockeros, pero les hemos metido nuestro charque,
bailando los grupos rockeros y como tercer número ¡los Ch’utas!, ¡raaa!, ahí han
bailado los Ch’utas [...] Hemos hecho una función de difusión, de promoción
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 671
de lo nuestro, pero, pero solapadamente, por, por abajo hemos metido ch´utas
ya [...] quiere decir, hemos diversificado el Carnaval. (Javier Escalier, 17.12.10)
La elección de la Reina, al igual que el Corso Infantil realizado en la misma zona, ha
sido aceptada por el público, pero levantan polémica:
La Reina del Carnaval paceño, que eso nunca lo había pensado el Gobierno
Municipal, porque primero no es parte de la tradición de los paceños, [...] pero
bueno, somos una ciudad también muy diversa y con muchos grupos sociales
que también no necesariamente están de acuerdo con el corso, la Farándula o
el Martes de Ch’alla, entonces aparece esa actividad de la Reina del Carnaval,
donde se trata de replicar todo lo que es Santa Cruz, ¿no?, con la elección de las
magnificas prácticamente. Entonces, eso se le dice, no nos parece, el otro tema es
elegir al Ch’utita, al pepinito, y a la cholita, cuando tenemos un Corso infantil.
(David Mendoza, 03.03.10)
Algunos de los eventos (tanto nuevos como reivindicativos) directamente parecen
formar parte de una pugna por abrir nuevos espacios sociales y de cierta manera
“ganar adeptos”, creando y promoviendo nuevas “tradiciones”. Así, a través de la
innovación e organización de nuevos eventos alrededor de los personajes Ch’uta
y Pepino también los mismos pasantes contribuyeron a la apertura del Carnaval
Paceño:
Hice el cumpleaños del Pepino, el cumpleaños del Pepino. [...] abrir nuevos
espacios en cuanto a la difusión de la, de la música, del baile y del Carnaval
como tal. (Hugo Pozo, 25.03.10)
Pero la expansión del Carnaval Paceño no se restringe a espacios físicos y simbólicos,
también incluye el intento de aperturas temporales.
Hemos entrado, es que hemos fregado, hemos entrado nomás pues igual, ¡lindo!
(Javier Escalier, 17.12.09)
Es obvio a qué va el “celo institucional”: el mencionado alcalde es fundador y líder
del MSM mientras que Escalier es militante del MAS. Entonces, no sólo fue un
“capricho” de un folklorista paceño apropiarse simbólicamente de fechas claves del
discurso nacionalista boliviano, sino una “toma” política, tratando de anticipar el
resultado de las elecciones municipales del año siguiente.
Una autoridad nos decía, están sobredimensionando el Carnaval, por qué lo están
haciendo levantar al Ch’uta todo el año, es que el Ch’uta viene de Ch’ukuta, los
Ch’ukutas [paceños] tenemos que estar año redondo en la ciudad de La Paz, ese
es el tema que le quería decir al Oficial Mayor de Culturas que no está acá, y se
ha molestado por que los Ch’utas estemos todos los días en la ciudad de La Paz
(Javier Escalier, 26.01.10)
El otro día nos han mandado una carta que dice, ustedes han sobredimensionado
el Carnaval, lo han extemporanizado el Carnaval, presentándolo en Octubre.
(Javier Escalier, 07.01.10)
No es de sorprender que luego de la derrota del MAS en Abril de 2010 esas
“extemporizaciones” del Carnaval y sus personajes emblemáticos no se volvieron
a repetir.
2.3.4. Intrigas y conflictos: el Comité Impulsor, intentos de división y personas “non grata”
En la gestión 2010 del Carnaval Paceño, la manzana de la discordia definitivamente
fue el famoso “Comité Impulsor”, convocado por el Gobierno Municipal para
fomentar la cooperación inter-institucional entre los actores culturales públicos y
privados del Carnaval Paceño. Según el acta de fundación del 12 de Diciembre de
2009...
El objeto principal del Comité Impulsor del Carnaval Paceño, es crear mecanismos
participativos y de coordinación que fortalezcan la organización, promoción,
difusión, valoración y defensa de la Fiesta del Anata-Carnaval Paceño 2010,
promoviendo la integración y el diálogo cultural que resume la identidad paceña,
que a su vez beneficie a los sectores sociales y económicos involucrados, además
de proyectar la imagen de nuestro municipio en el orden nacional e internacional.
(Art. 3, Constitución del Comité Impulsor del Carnaval Paceño 2010)
Las instituciones que se adscribieron fueron SOACAF, el Centro de Unidad y
Progreso Illimani (CUPI), CONCICULTA, los Olvidados, diferentes direcciones
y unidades del Gobierno Municipal (Turismo, Coordinación Distrital, Folklore,
Museos), el Ministerio de Culturas, la Prefectura, el Museo Nacional de Etnografía
y Folklore y el Museo Nacional de Arte. Según los propios actores, el Comité no
produjo ningún cambio real en la organización de las actividades y por más que se le
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 673
había querido dar un marco igualitario, finalmente todas las reuniones se realizaron
en el Municipio, dejando en claro que ésta era la entidad que más peso tenía. Las
contribuciones del ministerio y de la prefectura fueron nulas; la última incluso se
quejó de haber sido “obligada” a participar.
La prefectura este año tenía que traer grupos, ha hecho inscribir y no ha traído
nada. (Mario Flores, 04.03.10)
Pero la organización carnavalera con la que más problemas hubo y que para nada
quería inscribirse fue la ACCP. Siendo partidaria del MAS, la ACCP deliberadamente
buscaba pretextos para divorciarse de la Oficialía Mayor de Culturas regida por el
MSM. Ya no le convenía “trabajar juntos”, sino enfrentarse y crear un enemigo
(véase cap. 6.2), estrategia demasiado obvia para no ser descubierta por los propios
folkloristas:
La actitud del Javier [Escalier] ha primado que haya este divorcio entre la
Oficialía Mayor de Cultura, pero no es por parte del Oficial Mayor de Cultura, es
por parte del Javier, ya sabemos por qué motivos ha sido eso. [...] Se pelea con
la Alcaldía sin motivo, o sea tenía un objetivo, ser candidato y precisamente por
eso era la pelea con la Alcaldía. (dirigente folklorista, 2010)
Para provocar ese divorcio se tenía que buscar pretextos. Uno de ellos fue la pelea
por no entrar al Comité Impulsar, siempre argumentando que la ACCP no podía
subyugarse a las demás instituciones porque así iba a perder su autonomía. Claro,
sujetarse a las reglas del juego (en este caso: adscribirse al Comité para poder
pedir apoyo del Gobierno Municipal) significa reconocer la legitimidad de éste y
además significa reconocer el valor de lo que está en juego24. Entonces, a la ACCP
convenía más pelearse para luego poder presentarse como una víctima del rechazo
gubernamental (véase también cap. 6.1). Para poder hablar del supuesto abandono
de parte de la Oficialía y no correr el peligro de que ésta, a pesar de todo, sí brinde el
apoyo solicitado para el Desentierro del Pepino (3 de Enero 2010), la ACCP recién
el día 30 de Diciembre mandó una carta solicitando “un palco para los conjuntos
invitados, sistema de sonido para el acto” y “pasacalles para invitar a la población
en lugares estratégicos de la ciudad”, obviamente sabiendo muy bien que el 31 de
Diciembre era medio feriado, el 1 de Enero era feriado y el 2 de Enero un sábado,
y que hubiera sido netamente imposible que el Municipio mande hacer pasacalles
en un par de horas. Pero, lo importante fue haber solicitado el apoyo, no obtenerlo
y después poder quejarse públicamente del “desamparo institucional”. La respuesta
del Oficial Mayor de Culturas anticipó los hechos. Al referirse a esa solicitud a
destiempo, dice:
No es razonable enviar una solicitud en fiestas de fin de año [...] Pareciera estar
dirigida con la finalidad de que no pueda ser viabilizada. Sería injusto en extremo
que se nos acuse de “discriminación” y “marginación”. (Walter Gómez Méndez,
11.01.10)
674 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Hubo un par de cartas más, por ejemplo una, exigiendo la promoción de los eventos
organizados por la ACCP con una página por acontecimiento en Jiwaki, la revista
de la Oficialía, y otra, invitando a Walter Gómez al “inicio del Carnaval a nivel
departamental en la localidad de Caquiaviri”. Oficialmente, la Alcaldía demostró
indiferencia hacia este tipo de “pequeñeces”, descalificando los insultos públicos
como meros fenómenos de coyuntura política que no iba a tener efecto alguno a
largo plazo.
Es más un problema político que es una cosa momentánea. Nuestra relación
ha sido siempre impecable con ellos, desde el año ’98 hasta 2007, son 10 años
que hemos trabajado en coordinación permanente, hemos sido parte importante
del fortalecimiento del Carnaval. Es una situación pasajera. […] Un nuevo
directivo que ha tomado ya una actitud de rechazo al Gobierno Municipal, en
algún momento se tomaba la libertad de decir que “puedo hacerlo sólo, sin el
Gobierno Municipal”. Al final los hemos dejado trabajar solos porque es un,
es una manifestación que hemos construido de forma coordinada con ellos.
Entonces, ahora ya está funcionando, ahora deberíamos ayudar tal vez al resto
que tiene la ciudad. [...] También respetamos. Si los folkloristas se dejan utilizar
para ser producto de una campaña política, que lo hagan, porque tal vez lo
hacen de forma inconsciente que no se están dando cuenta que, cual es la verdad
que está detrás de todo esto. Entonces, respetamos que sigan trabajando hasta
que vean realmente que es necesario el acompañamiento. [...] Los tiempos pasan
tan rápido que al final lo que queda son solamente las manifestaciones populares
y nadie se va a acordar si en algún momento alguien se enloqueció o se creyó
dueño de algo, porque esto es del pueblo. (Walter Gómez Méndez, 02.03.10)
No bajarse al nivel de insultos públicos es una manera de demostrar autoridad y
reconocer que las manifestaciones culturales seguirán, pese a las cambiantes
condiciones políticas, significa relativizar la influencia real que la política pueda
tener en ellas. Pero esto no quiere decir que la Oficialía se haya quedado con los
brazos cruzados. Es un secreto abierto que hubo intentos de provocar la división
de la ACCP el año siguiente, prometiendo apoyo a los potenciales disidentes,
cuando se repitieron los problemas en cuanto al Comité (aunque esa vez la ACCP
participó, al menos oficialmente) y se declaró como persona “non grata” a Javier
Escalier. También es sabido que se sugirió a la Asociación del Gran Poder que se
haga cargo de la entrada de Tentación, propuesta bienvenida para el directorio de
esa institución, pero rechazada por los delegados (parcialmente involucradas en las
comparsas regidas por la ACCP). En 2012 se organizaron dos elecciones paralelas de
los personajes del Carnaval (Ch’uta, Cholita y Pepino), una realizada por la Alcaldía
y la Federación Folklórica de La Paz y la otra ejecutada por la ACCP. Dos días
después la Alcaldía prohibió el uso de la vía pública para el Desentierro del Pepino
y tanto los policías como la Guardia Municipal convocados para impedir este evento
tuvieron instrucciones de no permitir que el evento se realice en los alrededores del
cementerio. Así, la comparsa organizadora (Los Fanáticos) y los interesados en el
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 675
que una y otra vez haya competencia por ser el primero en declarar patrimonio
alguna expresión cultural. Así también sucedió con la declaración de la Morenada,
disputada entre la ACCP (que constantemente intenta expandir su radio de acción
hacia las Morenadas que bailan en el Gran Poder) y la Federación Folklórica de La
Paz y sus 20 provincias. En este caso lo extraño fue que la Morenada primero se
declaró patrimonio a nivel departamental y recién después a nivel municipal, pese a
que la secuencia legal es al revés, irregularidad que según Líder Aruquipa se debió a
movidas políticas (y seguramente también a la pugna por protagonismo de parte de
la Prefectura):
El anteproyecto de declaración de patrimonio a la Prefectura, al rector general
que era en ese entonces, Alejandro Zapata, le hemos presentado y le hemos hecho
sellar con fecha, [...] una fecha anterior al documento que tiene presentado
la Federación. [...] El tema es más político, porque Alejandro Zapata en ese
entonces era parte de PODEMOS, ¿no?, y el presidente de ese entonces también
Freddy Yana, de la Federación, ha sido candidato a diputado suplente por la
circunscripción once de PODEMOS. [...] Ha sido pues una manipulación política,
¿no? (Líder Aruquipa, 27.03.10)
Sucedió algo parecido con el Carnaval Paceño que ya fue declarado patrimonio
varias veces, igualmente de manera confusa. La ACCP impulsó la declaración
departamental de la entrada de Tentación y también pidió que se declarase a nivel
municipal.
Hasta el 2007, si no me equivoco ha sido declarada patrimonio departamental.
[...] Luego de dos años recién se ha dado la declaratoria a nivel municipal, [...]
ya no hemos participado tanto en la declaratoria de esta final, porque ya hemos
tenido como un cierto alejamiento con el municipio. (Líder Aruquipa, 27.03.10)
Sin embargo, ahora ya le tocó a la Oficialía Mayor de Culturas capitalizar este
patrimonio, pero esta vez se declaró patrimonio el Carnaval Paceño en su conjunto
(es decir, incluyendo el Corso Infantil, la Farándula, el Martes de Ch’alla, el Entierro
del Pepino y la entrada de Ch’utas y Pepinos en el Tejar; Ordenanza Municipal No
011/2010, 02.02.2010):
Lo que se ha logrado que varias, las principales actividades del programa del
Carnaval Paceño sean reconocidas por ordenanza municipal, como patrimonio
municipal, es un gran logro, un trabajo iniciado por la Unidad de folklore y
patrimonio intangible. (Andrés Zaratti, 08.03.10)
Notablemente, esa pugna por “querer hacer algo” recién se da cuando los eventos en
cuestión ya han adquirido fama y un buen público.
678 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
El folklore y la política: don Mateo Callisaya, Javier Escalier, Evo Morales y Rosario Aguilar.
679
2.3.8. Utilizar el folklore para fines políticos: el ejemplo del Carnaval Paceño
Paradójicamente, en vez de ayudar a levantar y hacer crecer los eventos folklóricos
las autoridades políticas con frecuencia recién parecen interesarse por estas
manifestaciones cuando ya han surgido por sus propios medios. No asombra que los
actores involucrados se sientan utilizados y con pocas ganas de prestar los eventos
organizados por ellos para la propaganda y proyección política:
Al ver que el Carnaval estaba saliendo ya hubo más apoyo (Esmeralda Poveda,
12.03.10)
En cualquier actividad pública el alcalde tiene que estar. Nosotros cursamos
distintas invitaciones [...] y bueno, nunca nos dieron importancia. Pero cuando
ya vieron el Carnaval crecer, crecer solamente quisieron participar en la entrada
y bueno de figurones ahí. Entonces así también no nos ha gustado a nosotros que
no nos den el apoyo y vengan ellos a participar. (Vicente Chávez, 26.03.10)
El Carnaval Paceño proporcionó ya muchos ejemplos para el hecho (y los intentos)
de utilizar el folklore para fines políticos, lo que es fuertemente criticado por los
entrevistados.
Hay personas que utilizan Carnaval con fines políticos, pero no debe ser así.
[...] El Carnaval une y la política de alguna manera divide. (Esmeralda Poveda,
12.03.10)
Aquí no debería de verse nada político, nada debería entrar. La política tiene su
lugar, el folklor tiene su lugar. (Hugo Ramos Condori, 11.03.10)
Yo no me voy a prestar a los políticos, porque el folklore es folklore y creo que
debe estar al margen de la política, no utilizarlo al folklore con aspectos políticos,
porque creo que le hacemos daño al folklore, cuando yo hablo del folklore, no
hablo de política y creo que sería ensuciarlo este Carnaval así con cuestiones
políticas. (Ramiro Cusicanqui, 10.03.10)
No podemos mezclar lo político con las costumbres, ¿no?, yo soy MASista, yo
trabajo aquí en un ministerio, y pero todas las… todos los reglamentos y estatutos
de las fraternidades norman de que no se tiene que valer de lo que hace en
el folklor para escalar políticamente [...] el problema es de que también los
políticos seducen a esta gente, ¿no?, que tiene apoyo, que ve que puede jalar a
gente. (Martín Lamar, 17.03.10)
Con la Asociación de los Ch’utas y Pepinos que ya no se ha vuelto digamos un
programa netamente cultural o folklórico, ya lo utilizan esto a nivel político. Este
señor [...] ha utilizado este medio de hacer estas actividades folklóricas con el
fin de tener apoyo porque él está candidateando como Concejal Suplente para la
Alcaldía por el MAS... y a nosotros no nos parece que se utilicen estas cosas así.
[...] Se ha politizado completamente. [...] Cuando inauguraron el Desentierro creo
que del Pepino ha sido, empezó pues a hablar de su candidatura y que necesita
682 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
La entrega de premios [...] vino a entregar la, una concejala, creo que es del
Movimiento Sin Miedo, [...] y entonces se enojaron la gente, dijeron “¡no es
cuestión política!”, algunos gritaron “¡fuera!”, y nada, [...] y un rato de esos
creo que alguien habló, creo que dijo que hay que apoyarlo, empezaron a rechiflar
todos, “¡fuera político, fuera todos!”, entonces no se tocó más el tema. (Ramiro
Cusicanqui, 10.03.10)
Por lo que cuentan los entrevistados, especialmente en tiempos electorales, es usual
que folkloristas quieran “saltar a la arena política”:
Hay elecciones del nuevo alcalde, del nuevo prefecto, entonces cuando la política
mueve, los dirigentes tienen que moverse al son de la política, [...] hoy por hoy es
así, ya la política se ha inmiscuido un poco con el folklore. [...] La tienda política
con tiempito escoge sus concejales, entonces ya van buscando y uno se muestra
ante la opinión pública. (Edgar Vidaurre, 06.01.10)
Como las entradas folklóricas son eventos grandes con buena cobertura de los
medios, es importante dejar en claro su “pertenencia”:
El 2009 con esos mal entendidos pienso yo, y estos protagonismos digamos
liderizar cierto liderazgo político también, ¿no?, se trata de también competir
con el Gobierno Municipal con las actividades del Carnaval. (David Mendoza,
03.03.10)
Pero, en cuanto a las entidades estatales, se produce un problema ideológico que
restringe el uso político del folklore: los propios actores no se identifican con estas
manifestaciones culturales. Entonces, resulta difícil que capitalicen las expresiones
populares:
No creo que el Gobierno Municipal tal vez en su gestión haya logrado capitalizar
de manera diríamos adecuada tal vez, ese tipo de expresiones y darle una visión
diferente, en el sentido de que sus dirigentes, en este caso los que están en el cargo
burocrático, ¿no?, de la Oficialía y de no sé qué directores y todo aquello, se
sientan representados, o entendieran eso también. [...] No encuentro digamos una
reflexión o una compenetración, te diría tal vez una falta de sensibilidad respecto
a lo que son estas expresiones, ¿no?, lo hacen porque tienen que hacerlo, que es
parte de una política, pero pienso que ahí falta el compromiso y también el tema
de la identidad creo yo. (David Mendoza, 03.03.10)
Capitalizar aquí realmente se refiere al concepto de “economía social” de Bourdieu
(1979, 1987), donde las distintas formas de capital son invertidas con el fin de obtener
un rédito, en este caso, el aumento de capital simbólico. Sin embargo, aquí juega la
incompatibilidad de habitus “popular” y “elitista”, confirmando que “las personas
con habitus disconformes se evitan mutualmente” y sólo se encuentran cuando las
convenciones sociales los obligan a hacerlo29. En este caso, la convención social
consistiría en que los funcionarios públicos tienen que estar para toda la población y
no sólo para el sector al cual son afines. Ahora, como estos funcionarios no manejan
684 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
IX David Mendoza Salazar en 1992 redactó un artículo titulado “Anata-Carnaval. Dos realidades
distintas en La Paz” que ese mismo año fue premiado por el Gobierno Municipal, y la primera
entrada “oficialmente organizada” de los Ch’utas y Pepinos del Tejar fue nombrada “Carnaval-
Anata ‘98”.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 689
Gómez y los que tienen que ver con patrimonio tangible de la Oficialía Mayor de
Culturas, ¿no?, y que han quedado que hay que destrozar está asociación. [...]
Entonces, parece que se ha hablado de que no van a permitir que yo incurra en la
política. (Javier Escalier, 17.12.09)
Los siguientes testimonios combinan la evocación de teorías de conspiración
con el “plural maiestatis” (plural de majestad), una sinécdoque especialmente
preponderante en el conflicto entre la ACCP y el Gobierno Municipal que reemplaza
el “yo” por el “nosotros”36, y con la sinécdoque del “pars pro toto” (parte por todo)
que equipara una parte con el todo, en este caso un Ch’uta o Pepino con la ciudadanía
paceña:
Se ha arruinado la relación, me he enterado, porque yo me entero de todo, que
se ha instruido que no haya afiche del Carnaval de parte de la Alcaldía y si hay
imagen que no salga ningún Ch’uta, ni un Pepino, entonces nos está negando a la
asociación, lo está negando a la ciudad, por que el Pepino es de todos, así están
obrando digamos de mala onda. (anónimo, 2009)
Le pagan de generar una actividad que opaque también nuestras actividades.
(anónimo, 2010)
El pars pro toto obnubila el hecho de que la ACCP no es la única entidad que
organiza eventos en el marco del Carnaval Paceño e insinúa que TODOS los paceños
(o incluso todos los bolivianos) estén involucrados en las actividades carnavaleras. -
En vez de utilizar nombres, habla de “nosotros”, “los paceños” o de “la ciudadanía”,
término amplio que reemplaza términos más estrechos como “folkloristas”, “sector
popular” o “carnavaleros”. Al mismo tiempo enfatiza en “lo tradicional” y “lo
nuestro”, tratando de construir continuidad e identificación:
Anata Carnaval Paceño 2010 que ha estado sustentado básicamente en la
iniciativa ciudadana... (Javier Escalier, 26.01.10)
Vamos a estar los propios folkloristas cuidando de nuestras tradiciones, nuestras
costumbres y todo lo que queremos los paceños. (Javier Escalier, 03.01.10)
Es así que el siguiente testimonio sugiere que la ACCP habría sido la única entidad
que organizó y “levantó” el Carnaval - los otros actores y también los eventos
carnavaleros no protagonizados por la ACCP (por ejemplo, el Jisk’ Anata, el Corso
infantil y la Farándula) literalmente “desaparecen”:
Hemos levantado el Carnaval y también eso da miedo, a muchas personas les da
miedo, pero por eso ahora los paceños estamos juntos y vamos a levantar nuestro
y seguir levantando nuestro Carnaval. (Javier Escalier, 26.01.10)
Vamos a dar inicio oficialmente a las actividades organizadas para festejar el
Carnaval paceño (Javier Escalier, 03.01.10)
690 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Utilizando la técnica del pars pro toto, Javier Escalier equipara el Desentierro del
Pepino con TODO el Carnaval.
Entrego las llaves al Pepino, tengo derecho, ¿no?, tengo derecho, si yo he armado
el Carnaval. (Javier Escalier, 17.12.09)
Además, habría que preguntarse en qué sentido él “armó” el Carnaval. Si bien se
merece el mérito de haberlo promocionado, no puede adjudicarse la creación de
eventos que surgieron antes de que incursionara en el tema. Mediante estas técnicas,
la dirección de la ACCP se atribuye el “mandato del pueblo” (o, por lo menos de la
sociedad paceña):
Entiendo que la ciudadanía, los folkloristas, [...] entiendo que han visto que
nosotros somos interlocutores válidos de la fiesta más importante de los paceños.
(Javier Escalier, 17.12.09)
Obviamente una organización de semejante talla no puede ser constantemente
“humillada” y “marginada” sin defenderse.
Siguiendo esta línea, también vale recordar la “bondad” de la ACCP y sus integrantes
que según la visión de sus dirigentes hicieron partícipe a la Alcaldía que no habría
contribuido con nada que justifique un lugar protagónico en el Carnaval Paceño.
Nosotros somos los que estamos haciendo las actividades, somos los actores
centrales, [...] sin nosotros, sin los actores que bailamos, tampoco no puede
haber esa actividad. [...] Nosotros no teníamos por qué digamos, tomar tanto en
cuenta a la Alcaldía. (Líder Aruquipa, 27.03.10)
Dentro de la estrategia de defensa, el enemigo es aludido, aminorado, amenazado y
atacado personalmente. Así, en sus discursos oficiales, Javier Escalier no ahorraba
en alusiones al Gobierno Municipal, al supuesto maltrato de parte del Estado y al
“cambio” que pronto iba a haber.
Muchísimas gracias también a la institucionalidad, al consejo ciudadano de
culturas y las artes que está ahí presente, muchas gracias por venir, gracias a
ustedes también que tienen que dar las políticas culturales para el nuevo año y
para el nuevo Gobierno Municipal, porque ya no hay miedo y ahora vamos a estar
los propios folkloristas cuidando de nuestras tradiciones, nuestras costumbres y
todo lo que queremos los paceños. (Javier Escalier, 03.01.10)
Otras alusiones se centraban en los intentos del Gobierno Municipal de establecer
reglas para los eventos organizados por la ACCP y el poder que tiene éste gracias a
su afiliación política.
Esta es nuestra ciudad y nosotros tenemos derecho de expresar nuestra cultura
donde queramos, cuando queramos con el pueblo, con la gente del pueblo con
quienes hacemos el Carnaval Paceño, de nada vale que nos hagan comités, nos
han clubes, de instituciones que formalicen el Carnaval, si aquí está la gente,
aquí están los Ch’utas, los Pepinos, las cholas paceñas y para la ciudad de La
Paz quiero que les brindemos un fuerte aplauso. (Javier Escalier, 26.01.10)
La televisión, la radio, los periódicos nos han apoyado, hemos levantado el
carnaval y también eso da miedo, a muchas personas les da miedo, pero por eso
ahora los paceños estamos juntos y vamos a levantar nuestro y seguir levantando
nuestro Carnaval. (Javier Escalier, 26.01.10)
Tengo cinco concejales ahora en la Alcaldía, tengo poder, cuando voy, todos me
saludan, tengo mi poder en la Alcaldía. (Javier Escalier, 05.08.10)
Otra parte importante de las tácticas lingüísticas son las aminoraciones. Así, al relatar
su “toma” de la Plaza Murillo con cinco comparsas de Ch’utas el 20 de Octubre de
2009 (aniversario de La Paz) Javier Escalier se queja del alcalde y dice:
Es el día de La Paz y a mí un cochalo no me va a decir cómo tengo que festejar a
mi ciudad de La Paz. (Javier Escalier, 17.12.09)
692 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
En cuanto a las entradas folklóricas, seguramente fue esa efervescencia que causó
la fundación de centros culturales dedicados al rescate de danzas autóctonas y la
creación de danzas “neo-folklóricas” como Caporales (1969), Kullawada Moderna
(1970), Awatiris (1971), Antawara (1974) y Suri Sicuri (1974). Con respecto a la
Kullawada Moderna cabe mencionar la legendaria presentación de los Rebeldes
quienes bailaron con la imagen de Che Guevara bordada en sus espaldas, rebelándose
así contra la dictadura banzerista.
Yo me acuerdo que en los años 70 viene una dictadura militar y hay jóvenes y no
saben como puedo salir de esa protesta y se manifiestan a través del folklor, los
años 71 y aparecen los Rebeldes, aparecen los Aventureros Chepos. Incluso ahí
también aparece la primera mezcla si vamos a decir de universitarios, jóvenes
universitarios con los comerciantes. Que los jóvenes bailan también y viene en
ese momento también la rebeldía de la juventud como en EEUU los hippies.
Imitan. (Alejandro Chipana Yahuita, 16.10.02)
Como demuestran los testimonios, esa rebeldía no sólo tenía que ver con el Che,
sino también con el movimiento hippie, cantantes como Sandro, la “nueva ola” y una
protesta indirecta contra los regímenes militares:
Teníamos nuestro pelo largo, y en nuestra faja su imagen [del Che]. Éramos como
unos guerrilleros, eso ha caracterizado a los Tupamaros en los ‘70. Decían la
Kullawa psicodélica. Decían… los extraños de pelo largo, siempre decían como
hippies. (Marcos Condori, 24.07.10)
En el año ‘70, y de ahí que se llama la rebelión de Morenos Verdaderos Rebeldes,
¿no?, porque era la rebeldía de los jóvenes, [...] que con su Che Guevara colado
ahí, incluso me acuerdo una anécdota, cuando han terminado la entrada del
Gran Poder y la terminación era pues por aquí, por San Pedro, y a toditos por
portar el Che Guevara, a todos, mujeres y hombres les han metido directamente
a la carceleta, para que digan porque han llevado el Che Guevara. (Edgar
Vidaurre, 06.01.10)
La danza de los Caporales tomó una posición ambigua, entre la glorificación del
poder militar y su régimen de “orden, paz y trabajo” y la identificación con los
revolucionarios foráneos:
Los Caporales nacen del deflor de social de la década de los años 70 a raíz de los
regímenes militares que encabezan, encabezaban a forma aventurera golpes de
estado en Bolivia. Es por eso que sus pasos se asemejan a pasos de ejercicio del
ejército que a una danza estilizada coreográfica. (Seminario Caporales, 04.05.01)
Las referencias simbólicas para la confección de la indumentaria se asimilan del
proceso social revolucionario de esa época, toda vez que la juventud buscaba
identificarse de forma rebelde con la Isla del Caribe y la imagen de Ernesto
“Che” Guevara y “Camilo” Cienfuegos, imaginación que dio lugar al sombrero
de ala con estrella. (Francisco Castellón Herrera en Godiñez 2003: 52)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 695
En este contexto cabe mencionar el mensaje que quisieron dar los Negritos del
colegio San Simón de Ayacucho al ser fundados en 1973:
Establecer que nuestra danza surge en protesta al sistema político imperante
que se vivía en el país de dictadura militar. De ahí que nuestra fuerza de protesta
de una juventud rebelde con causa, que tiene también relación con los negros
que fueron traídos del África a nuestra patria. (Pedro Mejía Mayda, Historial de
fundación de la fraternidad)
Una vez pasada la época dictatorial, las danzas se transforman en una manera de
expresar y vivir la recién ganada libertad democrática, lo que conlleva a la proliferación
de las danzas y una participación ciudadana cada vez más masiva. Ahí también juega
un rol importante el movimiento político popular CONDEPA que contribuyó al
surgimiento de los sectores populares, culminando en el nombramiento de la Cholita
Remedios Loza como diputada. Con estos hechos comenzó la reivindicación de la
Chola, que empieza a ser presentable en sociedad y, por lo tanto, también elegible
como personaje de baile.
A partir de los 80 ya empieza a haber más libertad tal vez, libertad de prensa,
libertad de elegir, ya se crea un estado democrático en Bolivia, y desde esa época
la gente empieza ya a expresar o liberar más sus conocimientos, empiezan ya a
sociabilizar de mejor manera, y Bolivia ya se empieza a mostrar al mundo y de
esa manera empieza a crecer con las nuevas danzas y lo demás. (Ives Reynaga
Herrera, 03.02.10)
Es en el período de los ’80 que en Oruro surgen creaciones nuevas como los Wititis
(1980), el Tinku folklórico (1981), el Pujllay adaptado para el Carnaval (1982), los
Potolos (1983), Inti Llajta (1986) y conjuntos direccionados al rescate de las danzas
autóctonas (Jatun Jallpa en 1983, Sartañani en 1985).
Como universitarios rebeldes, decidimos participar del carnaval nuestra
institución, podíamos nosotros en la universidad fundar una institución, o sea que
se haga caporales, pero sentimos más que es mejor, arraigarnos en la tierra [...]
y hemos logrado tener todo el respeto, a un principio sí, la música autóctona era
discriminada, por eso es como te decía esto nace con la rebeldía de la juventud,
y bueno como rebeldes jóvenes hemos hecho que sea música autóctona en el
carnaval, y hemos logrado, y estamos muy felices. (Celso Orozco, 05.02.10)
Otro hito fundamental fue el año 1992, año de conmemoración de medio milenio
desde la conquista española, que produjo un fuerte interés en la reivindicación de “lo
indígena”, dando así un fuerte impulso para la realización de festivales y entradas
autóctonas.
Por lo visto, la danza ha sido muy importante como un medio para reflejar y
reprocesar cambios político-sociales, pero ¿cuál es el rol que juega la política en el
fomento de esta expresión cada vez más difundida?
696 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
X Artículo 99.
I. El patrimonio cultural del pueblo boliviano es inalienable, inembargable e imprescriptible.
Los recursos económicos que generen se regularán por la ley, para atender prioritariamente a
su conservación, preservación y promoción.
II. El Estado garantizará el registro, protección, restauración, recuperación, revitalización,
enriquecimiento, promoción y difusión de su patrimonio cultural, de acuerdo con la ley.
III. La riqueza natural, arqueológica, paleontológica, histórica, documental, y la procedente
del culto religioso y del folklore, es patrimonio cultural del pueblo boliviano, de acuerdo con
la ley.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 697
que muchas de las danzas indígenas desaparezcan, las únicas medidas concretas
que se mencionaron fueron la “realización del Primer Festival de Música y Danza
autóctona” y el diseño de “fichas oficiales” para el registro y la catalogación de
danzas, proyecto que se inició en 2009. Como bien aclaró el mismo señor Richard
Mújica Angulo, técnico catalogador del Ministerio de Culturas, “el manejo de
las ‘fichas’ de registro, herramientas ‘clásicas’ que inicialmente tenían por objeto
procurar un inventario de manifestaciones culturales; esta corriente cosifica,
‘objetifica’ y ‘reduce’ estas expresiones (danza y música)” por lo que las nuevas
fichas estarían buscando “incluir elementos más amplios, subjetivos, simbólicos y
descriptivos” (03.08.09). Sin embargo, estas fichas, que cubren las entradas del Gran
Poder y de la Virgen del Carmen (El Alto), el Pujllay tarabuqueño y fiestas en Taraco,
Cariquina Grande y San Lucas37, al igual que el “registro” del primer (y hasta la
fecha, único) festival de música y danza autóctona en Tiwanaku (17.+18.10.09), ni
están a disposición del público ni tampoco han sido convertidos en algún tipo de
publicación. También llama la atención el paralelismo entre municipio, gobernación
(ex prefectura) y ministerio en cuanto a la realización de festivales y “registros”
mediante fichas. Solamente la entonces prefectura de La Paz sacó un libro, pero
lamentablemente éste no es accesible públicamente y ni siquiera una organización
tan prestigiosa como la Fundación Albó (ex CIPCA) pudo conseguir uno de los
ejemplares que se distribuyeron de manera gratuita, pero solamente a personas e
instituciones “selectas” (es decir, afines al partido). Parece que una de las políticas
culturales más destacadas es la pugna por monopolizar la poquísima información de
la cual disponen estas instituciones, sobre todo preocupadas porque alguien les “robe”
información, actitud que llega al extremo de que algunos funcionarios se niegan a
proporcionar información a funcionarios de otras instituciones. Por supuesto, eso
no pasa abiertamente, ya que según la Constitución Política del Estado, cualquier
ciudadano tiene el derecho de ser debidamente informado. Entonces, se recurre a
la técnica del “mañana”, “en otro momento”, “que no está fulano” y que “aún no
hay autorización”, esperando que el solicitante se canse y encubriendo así apenas
las intrigas y enemistades inter-partidarias y personales cuando se supone que los
“funcionarios culturales” deberían estar al servicio de la población y promover el
acervo cultural de su país al máximo.
Pese a todo eso, la prefectura ha sido el organismo más preocupado por
realizar proyectos concretos en cuanto a la danza autóctona. Se cuenta que se pagó
600.000 bs (!) para el registro de las danzas autóctonas del departamento de La Paz,
Artículo 100.
I. Es patrimonio de las naciones y pueblos indígena originario campesinos las cosmovisiones,
los mitos, la historia oral, las danzas, las prácticas culturales, los conocimientos y las tecnolo-
gías tradicionales. Este patrimonio forma parte de la expresión e identidad del Estado.
II. El Estado protegerá los saberes y los conocimientos mediante el registro de la propiedad
intelectual que salvaguarde los derechos intangibles de las naciones y pueblos indígena origi-
nario campesinas y las comunidades interculturales y afrobolivianas.
698 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
pero lamentablemente se cobró la consultoría sin entregar más que unas 120 fichas
basadas en el libro de Paredes Candia (1991) y la visita de un par de festivales. El
próximo emprendimiento, la realización de festivales, tampoco fue fácil:
Desde el año 2008 existe un programa para promocionar las danzas. Incluye la
organización de 7 festivales en las provincias. [...] Para esto y para los años 2008-
2009 hubo un presupuesto de 500.000 bs para: difusión radial, spots, trípticos y
afiches. A principios de año hicieron reuniones para determinar cuales iban a
ser los municipios anfitriones. Ahí apareció el problema de que no querían ser:
así de 80 municipios a duras penas y rogándoles consiguieron 7 anfitriones.
El tema es que ese municipio anfitrión también tiene que aportar algo con sus
propios medios, es decir, tarimas, equipos de amplificación etc. De los municipios
un 60% tiene las cuentas congeladas y no pueden gastar nada y los demás no
quieren. El problema es que estos festivales tienen que ser en conjunto con los
gobiernos locales, por el marco legal no se puede hablar directamente con las
comunidades, tiene que tener la aceptación y el apoyo de los gobiernos locales.
Por todos estos problemas en el año 2010 ya no quieren hacer festivales, sino
encuentros culturales a nivel regional. (anónimo, 2009)
En lo que concierne a festivales y entradas autóctonas, la coordinación entre
municipio, prefectura y ministerio parece ser mínima (véase también parte I, cap.
6.3.2) y más bien da la impresión de que estos tres cuerpos están compitiendo;
seguramente también una cuestión de protagonismo político (el municipio es regido
por el MSM, los otros dos órganos estatales por el MAS). Así, el 9 de Julio de 2011
la Gobernación no sólo realizó su entrada autóctona departamental sin haber pedido
autorización para el uso de vías a la Alcaldía, sino también derrochó 500.000 bs (!)
(por lo visto se arregló el tema de poder otorgar premios) para el primer premio de
esta entrada que realizó en La Paz y donde se presentaron unas 30 agrupaciones,
de esta manera “opacando” la entrada autóctona de La Paz y sus 20 provincias
organizada por la Federación Folklórica y el Municipio de La Paz, que no contó
con “buenos premios” por lo que apenas se presentaron nueve grupos autóctonos,
incluyendo el Taller Proyección Cultural de la Facultad de Arquitectura de la UMSA
y un colegio de Yura, Potosí. Obviamente, fueron eventos muy lindos, pero cabe
preguntarse si estos espectáculos puntuales sin contextualización alguna, realmente
contribuyen a la conservación, promoción y revitalización sostenible de las danzas
autóctonas. – En ambos casos hubo muy poca difusión mediática por lo que tampoco
hubo mucho público, posiblemente otro indicio para la falta de identificación de parte
de las autoridades que dan la impresión de meramente “cumplir” con las exigencias
del plurinacionalismo. Sucede lo mismo con el fomento de las entradas folklóricas:
por más que se disponga de cierto presupuesto para estas actividades, los actores en
gran parte no se sienten representados y consideran la folletería proporcionada como
una “cosmética” para poder decir que el Estado ha aportado.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 699
Tomando en cuenta que cada año hay decenas de miles de personas que bailan (en
el Carnaval de Oruro unos 50.000, en el Gran Poder unos 30.000 y en la Entrada
Universitaria unos 15.000, para mencionar solamente algunos de los eventos más
grandes), pero sin existir ninguna entidad estatal dedicada a la investigación,
promoción, difusión y valoración de la danza, pregunté por proyectos al respecto.
– En la misma línea que otros funcionarios, don Richard Mújica afirmó que en su
Unidad “se desconoce si las actuales autoridades tienen planificada la inauguración
de alguna entidad estatal orientada a la danza” (03.08.09). Eso no es de sorprender,
tomando en cuenta la impresionante muestra de desconocimiento del tema de danzas
autóctonas y folklóricas de algunos funcionarios públicos:
Considero que la danza en Bolivia ha jugado principalmente un rol de
entretenimiento, diversión y convivencia. [...] Creo que hay diferencias entre
danzas autóctonas, danzas folklóricas y danzas contemporáneas. (funcionario
público, 2009)
Sin embargo, la opinión de doña María José Rivera Camacho, entonces directora
del Ballet Oficial de Bolivia, acerca de las políticas culturales fue bastante acertada:
Las políticas culturales no han sido conscientes de la danza como un agente
de reflexión y reescritura, sino como una afirmación de identidad. Las políticas
culturales no están en manos de los actores culturales. Pero creo que la danza
folklórica boliviana tiene una historia, un significado y un poder que la van a
hacer perseverar en el tiempo como un referente público de identidad. (María
José Rivera Camacho, 11.08.09).
Lo cierto es que los actores culturales suelen ser obviados, motivo de un fuerte
descontento de quienes de una u otra manera intentan cambiar esta situación.
Algunos, como Freddy Yana, presidente de CONCICULTA (Concejo Ciudadano de
las Culturas y Artes), optan por perseguir “ambiciones políticas”:
Todos tenemos ambiciones, pero esa ambición está plasmado en que queremos
los actores tener que participar en el gobierno como actores, ocupar un lugar
donde, por ejemplo la Oficialía Mayor de Cultura debía estar ocupada por uno
que sabe, que es entendido, que haya bailado, organizado, pasante, presidente
de instituciones así, entonces ahí nos podemos entender, comprender y yo pienso
de que esta autoridad va a manejar más fácil porque va a estar relacionado con
los actores, pero como nosotros no nos metemos en política entonces tenemos
menos oportunidades. [...] Ya no ser actores en silencio, esa es una política
sumamente importante, la cultura y las artes de Bolivia son mucho más de lo
que nuestras autoridades piensan, y eso es lo que nosotros queremos demostrar,
queremos cambiar. (Freddy Yana, 19.01.10)
Otros simplemente recalcan que sus instituciones se encargan de lo que el Estado
debería hacer y en vez de recibir apoyo incluso aportan de manera directa (de la
manera indirecta ni hablar) al Estado.
700 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Es muy burocrático también esa parte, no es como en otros países que alientan la
cultura, lastimosamente en Bolivia, [...] parecería que el dirigente o el ministro,
los que están en cargos altos, que te están haciendo un favor, como no se dan
cuenta que nosotros estamos cultivando el folklor, entonces nosotros somos los
únicos que estamos defendiendo lo que ellos deberían defender. (Pablo Bautista,
05.01.10)
[En Oruro] El Gobierno, la Alcaldía, la Prefectura, ni un centavo, más bien la
asociación le da a la Alcaldía o sea se reparten a medias porque las calles las
administra la Alcaldía, entonces la venta que hacen de las calles una mitad va
para la Alcaldía y la otra mitad para la Asociación de conjuntos. (Víctor Vacaflor,
10.08.10)
También existe la estrategia de presentar proyectos e ideas, a veces con el resultado
de que éstos son plagiados:
He presentado un proyecto para el concurso nacional de danza, [...] me dicen
“no, ya está listo, que la Alcaldía lo va hacer” y ¿donde están los proyectos que
hemos presentado, están trabajando sobre nuestros proyectos? eso es plagio, les
dije eso, por derechos de autor nos corresponde. (bailarina, 09.07.09)
La instalación de Concejos Departamentales de Culturas y un Consejo Nacional
en 2008 fue un intento de regularizar el intercambio entre los que saben y los
que financian. Sin embargo, a pesar de que su misión era “proponer políticas
culturales”, estos Concejos ni siquiera fueron dotados de recursos administrativos
(papel, teléfono, alguna oficina, etc.) con el resultado de que en todo el año no se
presentaron más que tres proyectos, siendo uno la organización de un festival de
danza y otro la restauración de una iglesia. Pero, como bien dijo María José Rivera
Camacho, lo cierto es que a pesar del desamparo estatal las expresiones dancísticas
han perseverado y van a seguir perseverando.
Lamentablemente no hemos tenido apoyo tampoco del gobierno, puesto de que
nosotros así los recursos hemos conseguido nosotros mismos, y es en ese sentido
que con la parte gubernamental, con las autoridades nunca nos hemos llevado
bien, porque ellos están distanciados, están en otro camino, que no apoyan, es
la verdad, no apoyan y hoy en día por sí solos hemos caminado, tanto en Gran
Poder por ejemplo es lo mismo que he hecho en la Federación. (Freddy Yana,
19.01.10)
Ahí también entra el tema de la independencia y del rechazo de parte de los actores
en cuanto a intentos de apropiación política de eventos dancísticos.
Para que un estado quiera y trate de hacer lo que dice o sea trate de apoderarse
de estas manifestaciones culturales, lo mínimo es que debería de apoyarles con
algo ¿no? No apoya en nada, pues. [...] Así que fácil es querer agarrar todo, pero
sin dar nada y no creo que le permitan tampoco. (Ramiro Lazo, 15.03.10)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 701
XI Para una distinción entre “autóctono” y “folklórico”, véase parte I, cap. 6.4.4.1
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 703
Es difícil encontrar a alguien quien quiera dirigir un ballet con semejante marco
institucional y bajo las exigencias citadas: en los años 2009 y 2010 hubo cuatro
directores y unos cuantos bailarines que seguían ensayando y presentándose ad
honorem, incluso haciendo un homenaje a don Manuel Acosta, quien estuvo
a la cabeza del “Nacional” durante 33 años (eso, hablando de la investigación y
de la nueva producción “intercultural”). Con respecto a la “interculturalidad” y
“descolonización”, dos términos muy de moda en la actual coyuntura política
boliviana, hubo otros incidentes notables, por ejemplo el intento de “descolonizar”
el lenguaje de ballet:
Mira, nos reíamos, porque abajo, entre pasillos ¿qué es lo que nos decían? Que
estaban pagando una consultoría que pedían hacer un diccionario paralelo de la
nomenclatura de la danza clásica a las lenguas originarias. Entonces imaginate
como yo voy a hacer un debulé y estoy buscando en aymara como se dice girar
mientras estás en tus media puntas. ¡No pues! [...] En vez de aprovechar ese
lenguaje universal que elimina barreras culturales, que elimina barreras
políticas y económicas, en vez de aprovecharlo como un instrumento como lo han
hecho muchísimos países y ya que supuestamente, estamos tomando un modelo
más socialista es lo primero que deberíamos haber copiado ¿no? la danza y la
educación. Eso ha sido el instrumento de cambio de acceso a los pueblos y no
todo lo contrario. En pensar yo me imagino en guaraní o no sé y en puquina
¿para qué? si de aquí a 20 años va a desaparecer el puquina y a ver si alguien
quiere aprender danza clásica. (bailarín, 2010)
En cuanto a la constitución del elenco “intercultural” se tuvo la idea de hacer
audiciones en los nueve departamentos del país, así supuestamente garantizando la
“representatividad multicultural”. Sin embargo, en 2009 nadie me pudo explicar cómo
se iba a poner en práctica este proyecto. Nelly Cortés, presidenta de ASOADANZ,
confirma:
Lo que hemos estado intentando como Asociación, hablar con las personas, se va
hacer esta escuela de formación dice, ojalá, van a escoger un director interino, en
lo que va del Ballet Folklórico y del Ballet Oficial hasta que se haga la audición a
nivel nacional, pero yo no sé qué presupuesto tienen ellos para hacer una audición
a nivel nacional y luego traer a todos esos seleccionados acá… Con vivienda,
con sueldo… Con su esposa por ahí, sus hijos etc. [...] No es tan sencillo, por
eso hemos querido nosotros conversar, y no han querido conversar con nosotros
porque no deben tener ni siquiera la figura clara. (Nelly Cortés, 09.07.09)
Pero, a pesar de lo dicho, el sector dancístico que recibe más apoyo estatal, es el de
los ballets folklóricos, expresión cultural fomentada por el Municipio:
Nosotros, como Oficialía Mayor de Culturas tratamos de ayudar en la difusión
más que todo de los espectáculos que tengan los grupos de danza. [...] Tenemos
nuestros espacios culturales, que son los teatros municipales que tenemos y
anualmente ellos solicitan. [...] Esta gestión que se les ha apoyado con más
704 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
fuerza, en difusión, que pueden ser pasacalles, pueden ser volantes, pueden ser
afiches, difusión en la agenda de medios por ejemplo. (Iris Miraval, 22.07.09)
En este caso incluso existe un sustento financiero indirecto, facilitado a través del
cobro mínimo por el uso de los teatros municipales:
Todos los teatros tienen una forma de trabajar: que es solamente el 10% de la
recaudación se queda para el teatro... que es más que todo para el mantenimiento.
[...] Tenemos dos meses que son libres de este impuesto, que son el mes de julio y
el mes de octubre que son nuestras fiestas, [...] lo que sí se tiene que pagar es una
patente de espectáculo. (Iris Mirabal, 22.07.09)
Roberto Sardón, director de ADAF, confirma:
Antes no te daban nada, o sea ni siquiera ellos, era realmente un ornamento
una instancia política, o una instancia pública dedicada a la cultura, no hacían
nada, nada. [...] Ahora está ayudando bastante con el tema publicidad, el tema
publicitario está manejando muy bien, ellos apoyan con pasacalles, apoyan con
flyers, con ese tipo de cosas, está bien, muy bien por ese lado, pero sí realmente
es, hay mucha burocracia, entonces lo que a veces un poquito nos desanima.
(Roberto Sardón, 23.07.09)
Sin embargo, este apoyo a los ballets (y a las artes escénicas, plásticas y audiovisuales)
que sí se da en las formas mencionadas (prestación de teatros, promoción publicitaria),
nuevamente demuestra que sigue habiendo una tendencia de regirse por conceptos
de cultura elitistas y occidentalizados. Lo que más se fomenta son las “bellas artes”
y el folklore “culto” representado por los ballets, perpetuando de esta manera una
visión jerarquizante de la cultura que desprecia las expresiones populares como
“tradiciones”, “costumbres” y “folklore colorido y bonito”, es decir, nada “serio”.
Prueba de ello fue la actitud del “ministro tarimero” Pablo Groux en cuanto al perfil
popular del Museo Tambo Quirquincho, propuesto por el entonces responsable de esa
institución, el sociólogo David Mendoza Salazar: que no quería una “cholificación”
del museo y que su concepto de cultura era “distinto”, es decir, elitista (para no decir:
racista). David Mendoza cuenta:
Era la Alasita... y un tipo me llama a mi celular y me dice: yo soy Pablo Groux
y yo voy a ser el nuevo Oficial Mayor de Culturas y quiero que me ayudes con el
tema de las Alasitas, porque yo voy a entrar con eso y quiero hacer un buen inicio.
[...] Quiero que me ayudes, que me asesores, que me colabores y quiero que me
hagas un programa de lo que yo pueda hacer. [...] Y bueno, el tipo ya empieza su
gestión y empieza a tratar de molestar un poco con respecto al Tambo, de ¿qué
están haciendo?, ¿qué es lo que tienen aquí? [...] Y después, más o menos en
Mayo, me llaman y me indican que me estaban queriendo despedir. [...] Y le digo,
señor Oficial, me indican me que van a despedir. Y me dice: que todo está muy mal
planteado, que el museo hay que restaurar, que hay que darle otro nivel y bueno,
tú no estás en el esquema. [...] Había planteado varias ejes de trabajo, además
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 705
Dentro de ese marco, sí hay voluntad y puede haber apoyo en todo lo que es folletería
y publicidad ya que el Gobierno Municipal cuenta con sus propios diseñadores y
diagramadores. Lo mismo pasa con la Gobernación y el Ministerio; tienen un
presupuesto para afiches y volantes. Donde falla el asunto en los tres niveles es
en la organización y planificación estratégica imparcial. Otro tema de disputa y
descontento, (que en parte ya detallé en la sección 5.1), es el uso del espacio público
y los servicios infraestructurales que el Estado brinda para los eventos realizados en
ellos.
Hay cosas que hay que hacer, por ejemplo, poner servicios, baños, restaurantes,
servicio higiénicos, definir la ruta del Carnaval, ampliar, hay que ampliar también
la Av. Cívica, pero no hay un criterio. (Jorge Zambrana, 13.07.09)
El tema de los mingitorios definitivamente no está resuelto; al igual que el sistema
de hacer transitar a la gente que no participa de la entrada pero que sí o sí tiene que
cruzar su recorrido. Pero, también hay que tomar en cuenta que la Alcaldía paceña
financia los policías y la Cruz Roja y se ocupa de los servicios obligatorios:
Desplazar policías, que es un costo, no lo hacen gratis. [...] Incluso pagamos
a la cruz roja, [...] ahora quienes si tienen la obligación que no reciben ningún
centavo, son: servicios de basura para limpiar, mantenimiento de las jardineras,
el sistema eléctrico, luces. [...] Entonces, el Gobierno Municipal en cada entrada
realmente hace una inversión fuerte que me parece que las asociaciones, no lo
están percibiendo y no le está dando valor. (funcionario público, 2010)
El descontento no se restringe a las entradas paceñas; en Oruro el panorama es
parecido y por lo que relata Rodrigo León, un año los servicios prestados por la
policía incluso eran tan poco satisfactorios que se empezó a pagarla por partes,
dejando que primero cumpla con lo acordado para recién luego desembolsar el resto
del pago.
A la policía en Oruro se le paga, no hace servicio gratuito pese a que su función
debería ser cumplir con la seguridad del ciudadano, la asociación paga, somos
tantos efectivos, nos tiene que pagar tanto, ¡muy bien! se les paga. A los militares
por ejemplo, a sus oficiales y al comando del ejército acá en Oruro, en lugar
de pagarles en efectivo, se le ceden metros lineales y graderías para que estén
ahí, [...] y también se les paga el refrigerio a ambas instituciones, a policías y
a militares, esto sale del sponsor del auspiciador del carnaval y sale del canal
oficial del Carnaval. El municipio contribuye con parte del pago también a la
policía, y pero ojo, que la ACFO también paga a la limpieza. [...] Somos muy
pocos los que se preguntan, ¿y qué pasa con el dinero que ingresa también al
municipio? (Rodrigo León, 02.02.10)
710 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
3.4. ¿Aprovecharse del folklore para hacer política o utilizar la política para el
folklore?
Las entradas son un espacio de construcción, consolidación y ostentación de poder,
lo que las hace atractivas para cualquier político (véase también parte I, cap. 3.3)
En toda fiesta va a haber el poder político, ¿no?, y a medida que las entradas se
han vuelto masivas los políticos no están al margen. (Fernando Cajías, 21.08.09)
El problema es que lo políticos no pueden estar ajenos al folklor, ni el folklor
puede estar ajeno de la política (Martín Lamar, 17.03.10)
Ha habido políticos en el Gran Poder que entraban en una comparsa y que
apoyaban con una cantidad de dinero para qué, para la banda o pagaban la
banda, una cosa así y entraban ¿no? haciendo su campaña con sus colores.
Entonces se ha utilizado mucho, mucho estas comparsas folklóricas para la
política. Y los dirigentes de estos, de estas agrupaciones apoyaban pues ¿por
qué? porque seguramente también han recibido alguna participación económica,
alguna beneficiación para que se admita eso y eso no tiene que ser así. (Jaime
Arteaga, , 26.03.10)
Muchos dirigentes, o muchos fraternos que están metidos en partidos políticos, en
cuestiones y todo aquello, y decirles porque el folklor no se mete con la política
es irreal, porque sí está y si debería estar. (Pablo Bautista, 05.01.10)
Entonces, tratan de participar, sea bailando o sea dándose un “baño público” en el
escenario folklórico, presenciando la entrada desde un lugar protagónico (el palco
oficial), visible para el público y los medios. Como dijo Juan Carlos Gisbert, ex
pasante de la Morenada Transporte Pesado:
Bailar es hacer campaña. Sin máscara... (Juan Carlos Gisbert, 12.04.10)
Para muchos folkloristas esa mezcla entre danza y política es muy mal vista y debería
evitarse:
Gracias a dios no entra mucho, no entra el tema político mucho en las instituciones
se ha utilizado pero… no ha sido tan bueno. [...] Se han aprovechado de meterse
como pasantes, el Gonzalo Sánchez de Lozada era pasante de la fraternidad
[...] les ha donado dinero, etc. [...], pero no ha habido felizmente mucha
contaminación, eso es lo bueno. (Jorge Zambrana, 13.07.09)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 711
vías), por lo que queda un recuerdo amargo y la sensación de que la Asociación fue
utilizada para el protagonismo personal. Por el otro lado, hay cada vez más voces
que exigen cierto compromiso político – para aprovecharse del deseo de los políticos
de presentarse en un amplio escenario popular y para poder exigir que a cambio
también velen por los intereses de las instituciones folklóricas.
Si el sector del folklore no va a estar en la política, no va a poder hacer políticas
públicas, generación de legislación, apoyo a, a nosotros, tenemos que estar ahí.
(Javier Escalier, 17.12.10)
Lo que pasa es que, la esfera política es la que toma decisiones con respecto a
nuestras leyes, y si nosotros no somos parte integrante, participante, como una
institución viva de La Paz, que aportemos con ideas, para estas normas y leyes
que saque el sector político, si nosotros no nos inmiscuimos, nos van a obviar,
nos van a imponer lo que ellos ven conveniente, porque ellos no conocen nuestra
realidad, si nosotros estamos ahí, a nosotros vamos a defender nuestra realidad
y les vamos a explicar cómo es nuestra realidad para que puedan analizarlo.
(Walter Chipana, 05.03.10)
Nosotros tenemos que ir a tocar las puertas para que nos tomen en cuenta y si
no nos toman en cuenta el voto castigo y listo. Pero la Asociación de Ch’utas,
pucha, ya había pues estado negociado y todo politizado y ya está adentro y con
toda seguridad va a estar ahí sentado en una silla de Concejo Municipal y ¿qué
es lo que va a lograr con eso? Le va a dar más fuerza a su asociación. El Gran
Poder se ha quedado ahí. Entonces, yo creo que hay que hacer las movidas,
las movidas de manera que tanto Gran Poder como Carnaval pues tengan sus
lugares. (Walter Chipana, 23.03.10)
Por el temor de ser obviados (y viendo el “ejemplo” de Javier Escalier y la ACCP),
los miembros de la Asociación del Gran Poder en Abril de 2010 decidieron “abrirse”
y ya no seguir como organización estrictamente “apolítica”, pero parece que “no han
encontrado el espacio político para hacerlo”38 y que siguen esperando la oportunidad
de aprovechar las “ofertas” mencionadas por Nicolás Huallpara:
Claro, las tiendas políticas también por ganar los votos entonces ofrecen algo a
las instituciones. (Nicolás Huallpara, 05.03.10)
Otras instituciones deciden más bien retribuir los favores recibidos:
Siempre tiene que haber un agradecimiento, eso es por ética, nuestro voto siempre
va a ser así por el Dr. Revilla. (dirigente folklorista, 2010)
También hay casos de extorsión de folkloristas que necesitan apoyo. Yo misma
presencié una charla en la cual se dejó en claro que solamente iba a haber sustento
económico para una determinada entrada si sus organizadores demostraban que
estaban “en línea”...
714 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Con todo eso, hubo una sola institución folklórica que en 2010 apoyó de manera oficial
a un candidato a las elecciones municipales de La Paz: la Federación Folklórica, que
firmó una carta de compromiso ciudadano a favor de Luis Revilla (MSM), cinco
días después electo alcalde. Esa carta fue leída en público, durante una reunión de
la Federación Folklórica, especialmente convocada para firmar este acuerdo con
el candidato quien a último momento fue suplido por Silvia Tamayo, actualmente
(2012) concejala de la Comisión de Cultura. Como se trata de un documento único
en el ámbito folklórico, voy a citar las partes más destacables:
El objeto del presente documento es expresar la voluntad de la Federación
Folklórica Departamental de La Paz que de manera reflexiva y democrática
ha decidido apoyar al Dr. Luís Revilla Herrero candidato a Alcalde del
Gobierno Municipal de La Paz y consiguientemente movilizar el voto ciudadano
de los afiliados de esta organización. [...] Realizará este apoyo con el fin de
correlacionar y fusionar actividades de manifestaciones culturales y de apoyo
institucional mutuo y en la voluntad compartida de que nuestro futuro Alcalde
atienda nuestras peticiones resumidas en los siguientes puntos: [...] Apoyo a las
distintas actividades folklóricas en las diferentes zonas de la ciudad de La Paz
y las respectiva Sub. Alcaldías, [...] apoyar [...] las gestiones que la Federación
viene realizando ante las instancias correspondientes para contar con una Sede
Social. [...] Apoyar [...] actividades [...] como la Entrada Autóctona y la de
ganadores de las diferentes entradas folclóricas con su incorporación en el
POA, reconocimiento cuando corresponda a través de resoluciones u ordenanzas
a las asociaciones afiliadas a la Federación. [...] La Federación Folklórica
Departamental de La Paz y sus 20 Provincias se compromete a: trabajar por
la victoria electoral del Dr. Luís Revilla Herrero, [...] a través de la difusión
y socialización de la propuesta social y cultural del Gobierno Municipal del
Movimiento Sin Miedo. (reunión de la Federación Folklórica, 31.03.10)
Si uno compara las Entradas Autóctonas realizadas por la Federación en 2009 y
2010, es probable que el POA para 2010, el año de la victoria electoral de Luis
Revilla, realmente haya sido más grande, ya que se presentaron 37 grupos, así más
o menos duplicando la participación de 2009 y el evento contó con premios más
atractivos que el año anterior. Sin embargo, en 2011 el evento se vio muy mermado;
probablemente debido a la falta de “incentivos” para los grupos, es decir el
correspondiente financiamiento y premios. En cuanto a la sede social, la Federación
sigue en el mismo lugar que en años anteriores, así que cabe preguntarse hasta dónde
llegó el apoyo prometido...
Pero, la Federación Folklórica no es la única institución que lucha por tener
una sede apreciable; desde hace años la Asociación del Gran Poder está detrás de
lo mismo, siempre haciendo recuerdo de las promesas políticas hasta ahora no
cumplidas.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 715
Obviamente, como demuestran las citas transcritas, esa “rebelión de los Morenos”
fue parte de una lucha de clases, llevada a cabo mediante “una fuerte simbología de
confrontación, de poder”39 que impregna las diferentes zonas del espacio público con
las distinciones de etnicidad, clase y poder.
Los Quenachos de Callapa, 08.09.2009. Nótese también las qhawas y las sabanillas blancas. Foto: Eveline Sigl
724 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
Para una vista general acerca de la función de la música y danza en el área rural
andino en el marco de la cosmovisión andina véase parte I, cap. 5.1.1. Aquí solamente
voy a ahondar en los conceptos de reciprocidad, iconicidad (según Allen 1997) y
animismo (según Descola 2003) que son de suma importancia para la comprensión
de los fenómenos descritos, siendo ambos intentos de influenciar de manera positiva
en el futuro. Asimismo, las danzas no son descritas en su totalidad, sino solamente
en lo relevante para la comprensión de la temática propuesta.
Con esta danza damos alegría a la Mama Ispalla, al espíritu de la papa… a los
espíritus de la papa, a los productos agrícolas, eso es lo que comemos y ch’allamos
bien a los productos en los lugares donde crecen. (bailarín de Wayñuri, 03.10.09)
El bailarín hace un trabajo para la Pachamama; le brinda alegría (ver arriba). Entonces
él también puede esperar algo a cambio.
2.3. El animismo
Al hablar del “paisaje vivificado” en el contexto andino, Alison Spedding (2008: 105)
define el animismo como “la atribución de calidades de voluntad, deseo y acción a
entidades que, desde el punto de vista materialista, son inertes o inconscientes”, lo
que significa conceder calidades humanas a plantas, animales, cerros, ríos, lagos,
730 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
piedras, minerales etc. A diferencia del totemismo, que asocia (partes de) objetos
naturales con determinadas agrupaciones sociales, “los sistemas anímicos no se
sirven de las plantas y animales para pensar el orden social, sino que utilizan, por el
contrario, categorías elementales de la práctica social a fin de pensar la relación de
los hombres con los seres naturales”7. Dentro de su concepto de animismo, Descola
(1996: 94) distingues tres formas de relacionamiento entre los humanos y los no
humanos: depredación, protección y reciprocidad, siendo la última la relevante para
el área andina. Muy de acuerdo con las prácticas del ámbito rural autóctono, donde
ofrendas y “pagos” forman parte intrínseca de cualquier ritual, este autor pone énfasis
en que la reciprocidad en los sistemas anímicos no sólo abarca las relaciones inter-
humanas, sino también las relaciones que mantienen éstos con los no humanos, lo que
resulta en “un constante intercambio de servicios, almas [souls], comida o vitalidad
genérica” debido al endeudamiento que tienen los humanos con los no humanos por
alimentarse de ellos (ibid)8. Como consecuencia, los límites entre “lo humano” y “la
naturaleza” empiezan a difuminarse, lo que para Descola (1996: 4) es un motivo para
seriamente cuestionar las dicotomías clásicas del pensamiento occidental: cuerpo-
mente, sujeto-objeto, individuo-sociedad etc.. El proceso de alienación (“othering”)
que separa la naturaleza del hombre y que surgió del pensamiento renacentista
europeo9, es ajeno a la cosmovisión andina cuya base fundamental es la interacción
entre el ser humano y su entorno. Además, si bien la Madre Tierra y muchos espíritus
de los productos agrícolas son considerados de género femenino, el pensamiento
andino tampoco equipara todo “lo natural” con “lo femenino” (como lo hace la
cosmovisión occidental10: los cerros, las apachetas, los barrancos y las cascadas
tienen espíritus masculinos y también existen objetos naturales que pueden ser de
ambos géneros (hay piedras femeninas y masculinas). Spedding (2008: 107) hace
notar otro factor importante: que los “cerros, ríos y otros hitos naturales son espíritus
a la vez que objetos materiales”, es decir que “el espíritu del cerro es el mismo cerro”
(ibid: 112). Así sucede también con los productos agrícolas. – Cuando René Apaza
(11.02.10) habló de la Moseñada, dijo que se bailaba para la T’iju Mama, Puqutur
Mama y Salla Mama, de esta manera refiriéndose a los espíritus de la quinua, papa
y haba que tienen nombres rituales. Y, para explicar estos términos, simplemente les
equiparó con los correspondientes frutos: “T’iju Mama es la quinua, Salla Mama es
el haba y Puqutur Mama es la papa”11; espíritu y producto son uno.
Como demostraré en lo que sigue, todos estos conceptos teóricos presentados
juegan un rol importante en el sentido ritual-agrícola de las danzas. Pero antes de
proceder a la descripción concreta de los diferentes bailes todavía quiero proporcionar
una vista general acerca del tema a través de la siguiente tabla, también aludiendo al
sincretismo religioso que surge de la superposición de actividades agrícolas, danzas,
ritos andinos y fiestas católicas.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 731
ofrendar a la Pa-
preparación de la
Lichiwayu chamama, prede-
Agosto tierra para la siem- Virgen de las Nieves
Llanu Pariwana cir el año, llamar
bra
la nieve
Waka Tinti
Sept. primera siembra 14., Exaltación
Chaxis
Qarwani redistribución de
Quena Quena la cosecha, agra- 3., Santa Vera Cruz
Mayo cosecha
Choquelas decer a la Pacha- 15., San Isidro
Auki Auki mama
selección de las
Junio Lakita ahuyentar la lluvia 3., Corpus Cristi
papas
Jach’a Sikus
elaboración de
Julio Sikuris de Ita- llamar la helada 16., Carmen
chuño
laque
Tabla: El ciclo productivo de la papa y su relación con las danzas, la espiritualidad andina y
el calendario litúrgico católico (elaboración propia).
732 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
siembra la papa con la yunta simbólica, que es de los K’usillos con el aradito lo
siembran. (Milan Huallpa Paco, 15.12.09)
Allí siempre están presentes el Achachi/Achachila y la Awicha, la pareja de
“ancianos/ancestros” que simboliza los elementos eternos, las montañas y la Madre
Tierra (véase también parte II, cap. 3). Dada esa connotación espiritual no es de
sorprender que se atribuya el engendramiento de la vicuña a una pareja de “abuelos”:
Nanakax t’alla jach’a tata wawanakapxtw nanakax ... wari wawa yuqall
wawapxtwa. [Nosotros somos los hijos de la abuela y del abuelo... vicuñitas
jovencitos somos.] (bailarín de Llanu Pariwana, 22.08.09)
Mientras que la primera representación en Agosto enfatiza la siembra, la segunda ya
está dirigida al resultado de ésta:
Ahora, esta vez, para esta fiesta también es el mismo Llanu pero ya no con esas
mismas comedias, [...] tenemos dos K’usillos y dos Achachis [ancianos/sabios]
que van a pescar a la vicuñita. [...] Esa vicuñita significa que también va a ser
una buena cosecha, un augurio de buena cosecha. [...] Comienzo de siembra en
Achoco allá en 15 de agosto y en 15 de diciembre es ya la buena cosecha. (Milan
Huallpa Paco, 15.12.09)
Es un pronóstico, como este año va a haber el tiempo, como va a haber lluvia, no
va a haber lluvia, va a haber producción o no va a haber, todo eso significa la caza
de vicuña. [...] cuando la vicuña está con vista al Noreste, porque generalmente la
lluvia viene de ese lado, del lado del Illimani, entonces cuando lo encuentran [los
misa mallkus = kamanis = secretarios de agricultura] con dirección a ese lado,
significa que va a haber buena producción, va a haber buena lluvia, y cuando está
digamos al Noroeste, con dirección al noroeste va a haber escasez, va a haber
sequía. (Cornelio Huanca, 15.12.09)
En el transcurso del ritual se adorna la vicuña con frutas y con pan, todo con el fin de
anticipar una buena cosecha:
Entonces, para que nos de buena bendición, a la vicuña le ponemos las
manzanas y los choclos que son como la producción de la papa y todas esas
cosas, toda bendición que sea siempre así, papas manzana, papas de tamaño.
[...] El pan también es digamos, aquí crece trigo, cebada, quinua, de todo sale...
(Cornelio Huanca, 15.12.09)
Los entrevistados asocian la vicuña con la humedad imprescindible para el
crecimiento de los sembradíos:
No vamos a cazar, vamos a adorar [...] para la lluvia, para que caiga buena
bendición. (Eliodoro Paco, 15.12.09)
Waris Wawas o vicuña pequeña, es el animal considerado sagrado que forma
parte de la mitología andina, tiene relación con la lluvia. (Chuma Mamani 2000:
231)
734 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Aparte de la vicuña, la danza de Llanu Pariwana incluye otro animal que ayuda a
optimizar el rendimiento agrícola: el flamenco (en aymara: pariwana). Los músicos-
bailarines adornan sus sombreros con ruedas gigantes de plumas de esta ave llamados
panisa, ya que...
... este animal flamenco también es un buen augurio para una buena cosecha, por
eso nosotros manejamos esta pluma con mucho orgullo. (Milan Huallpa Paco,
15.12.09)
También en la provincia Villarroel la llegada de los flamencos está íntimamente
relacionada con las lluvias, y, por ende, con la buena producción:
Cuando llega a nuestro medio [...] significa de que ese año va ser un año agrícola
de bastante productividad. Cuando los pariwanas no nos vienen a visitar significa
de que ese año va a ser sequía, un año malo. (Felipe Fernando Solíz Willca,
11.07.09)
La veneración de las pariwanas data de hace mucho tiempo15: existen representaciones
de esta ave pertenecientes a las culturas Mochica y Ancón y en el período incaico no
sólo apareció como anunciador de lluvias torrenciales en un cuento, sino también se
extraía el “ámbar” de su rabadilla para luego pulverizarlo y utilizarlo como perfume
ambiental16. Como demuestran Sáenz (1956
: 21) y van den Berg (1989: 24) la
migración de los flamencos está estrechamente ligada a la (futura) precipitación,
hecho que provocó la fuerte asociación de este animal con la llegada de las lluvias
deseadas.
Antes de proceder a la siguiente danza quiero mencionar otro elemento más
que conecta el Llanu Pariwana/Jach’a Wayli (“Gran Baile”) con la siembra: la lama/
jalma/jaq’unta o jaq’uranta, un adorno bordado que los músico-bailarines cargan
en la espalda, haciendo así referencia a los toros quienes al comenzar la siembra son
ataviados con el mismo ornamento (véase cap. 4.1.1.).
Los preparativos para la siembra incluyen la roturación de la tierra que se
facilita cuando ésta está húmeda. Así, no es de sorprender que exista también una
danza para atraer la nieve, que en este caso, debido a su lento descongelamiento,
tiene mejor efecto que la lluvia: el Lichiwayu.
De los Lichuwayus representa el pollerón por ejemplo a la nevada [...] ese tiempo
aquí es temporada en esa región, hay bastante nieve (Marcelo Gómez, 25.07.09)
Las sabanillas, esto significa pues, aquí tenemos un cerro, la nevada, agua
también es. (Eloy Colque Huanca, 11.10.09)
La pollera blanca, ¿no?, que representa la nevada (Hernán Condori Condori,
08.02.10)
El Lichiwayu es para llamar a la nieve, ¿no?, y esperan la nieve para iniciar el
barbecho, o sea el empezar a trabajar la tierra. [...] Es que prefieren en invierno
que nieve o granice, antes de empezar el barbecho, que nieve o granice, porque va
descongelándose lentamente, y va penetrando la humedad en la tierra, entonces es
más fácil roturarla, diremos en profundidad, se humedece más, en cuando llueve
se escurre muy rápido y solamente la superficie se moja, no adentro, entonces
el Lichiwayu acá tocan principalmente para llamar a la nieve o al granizo en
invierno. (Ricardo Solíz, 08.02.10)
Los Lichiwayus de Poopó se realizan el 25 de Julio, justo antes de que comience
el “mes de la Pachamama”, a tiempo para influenciar en las lluvias, ya que, según
Vellard, mientras éstas “sean más precoces, mejores serán los cultivos; antes del 15
de agosto, buenas cosechas; poco después del 15 de agosto, cosecha mediana; nieve
tardía, cosechas pobres”18.
En la época que precede la siembra y también durante el tiempo de siembra se
ejecutan danzas que de distintas maneras anticipan los resultados de ésta.
explícitamente denomina a la personificación del toro puesto delante del arado que
se transformó en bailarín (aymara: thuquri). A diferencia de su homólogo urbano, los
Wakas autóctonos no enfatizan la mofa de las corridas de toro españolas: su elemento
central consiste en representaciones cómicas (pero no por eso menos rituales) de la
siembra y subsiguiente cosecha. Así, mediante la danza, y entre risas y la actuación
jocosa de los K’usillos, del Achachi y de la Awicha/Awila, se “construye” el futuro,
es decir, la exitosa siembra y el florecimiento de las chacras.
Para el inicio de la siembra [...] antes de sembrar [...] van a hacer el acto
simbólico del inicio de la siembra en algún lugar ya de al lado, entonces ahí
va la comunidad a sembrar, va y hace su la siembra, como si fuera de verdad.
(comunario de Umala, 21.06.94)
Ch’uqi satantañaw uka waka tinkimpix. Ukax ch’uqi satki uka kipkarakiy wakaw
sataki, wakas kipkakirakiw satantaña iluntix muytas muytasa iluntañax ch’uqisita
jawasita. [Hay que sembrar con este Waka Tinki. Entonces se siembra la papa,
igual que con una yunta hay que sembrar y depositar la semilla, hay que sembrar
la papita y la habita dando vueltas y vueltas.] (Julia Mejía, 14.12.09)
Se trata de representaciones divertidas que resumen todo el proceso productivo: los
K’usillos juntan dos toros “rebeldes” para ponerles bajo el yugo y comienzan a trazar
surcos con el arado egipcio, las Iluris (sembradoras jóvenes) colocan la semilla, las
Wanuris (de wanu = abono) el abono y al final se procede a la cosecha, siempre
manteniendo el carácter alegre de la danza. Ahora, la anticipación del futuro no sólo
es producida mediante la actuación de los danzarines, sino también a través de su
indumentaria.
bordado al estilo antiguo, con hilos de plata, que se coloca en la frente o en los flancos
del toro. En la danza de los Waka Tintis (y también de los Waka Wakas citadinos) por
un lado, hace referencia a una tela ataviada con monedas y billetes que en décadas
pasadas se ponía a los toros que participaban en las corridas y que era el premio del
valiente que logró quitárselo al toro, y por el otro lado cumple una función parecida
a los espejos, siendo sus reflejos una señal de que alguien está sembrando papas:
La jalma, el enjalme, el espejo, todo eso, entonces eso igual, es cuando un
sembradío de una papa, ¿no?, entonces, de diferentes colores está floreciendo,
entonces, eso es lo que representa, ¿no?, con el sol y con Pachamamá, y con
la planta es como un espejo, eso es lo que representa, y por decir una seña
también, por ejemplo una yunta va estar trabajando allá en el cerro, no sabemos
qué está haciendo, tal vez está arando la tierra, está sembrando cebada, o si
no está cosechando, pero cuando están con sus enjalmes así con espejo, ah,
está sembrando papa, eso ya en época de siembra de papa, solamente en época
de siembra de papa puede usar eso, en ningún momento también se usa eso.
(Bartolomé Bautista, 29.04.10)
También existe una relación entre la jalma y una forma de trabajo comunitario
denominado jayma19 o milina, muy común en la época de los hacendados que
comprendía distintas actividades. Una de ellas era la siembra en las aynuqas (chacras
comunitarias), jornada durante la cual los comunarios se reunían y donde el más
estimado de ellos tenía el honor de trazar los primeros surcos. A esa yunta destacada
se le ponían no sólo las mencionadas media lunas bordadas, sino también entre
cuatro y ocho banderas blancas.
Para la frente tiene que colar, no tiene que ser ni más ni menos; para sembrar
la papa eso ponemos, banderas más, en el yugo. [banderas] una docena a uno y
otra docena a otro [lado] también, así ponen, un poquito igualadito. [...] Milina
es otro, cuando ponemos a la vaca espejos, espejos y ahí adornadito, eso es;
igualito que esta pechujera pues, igualito, similar. (comunario de Santiago de
Llallagua, 15.12.09)
Esas banderas significan el florecimiento de las papas:
Para que la producción también más o menos como nuestra fe nosotros a la Waka
nosotros lo colocamos la bandera, seis y a seis, seis al otro toro y seis al otro
toro. [...] Eso es para que la producción débien, para que florezca bien la papa.
(Alberto Aguilar, 09.07.11)
Para sembrar la papa siempre a los toros nosotros embanderamos como las
flores: blanco, rojo, azulcito, celeste, todo color. Igualito también, igual también
a este toro le damos. (Emilio Maldonado, 09.07.11)
También en la danza Lakita (véase abajo) se colocan banderas en la yunta, “como
significado de la esperanza de que la siembra que se realiza en el día se llenará de
flores en su momento”20. Sin embargo, parece que estas banderas en realidad son
738 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Sin embargo, los Wakas no sólo intentan influenciar en el futuro a través de los
adornos y la ropa, sino también por medio de los animales que incorporan en su
danza.
El que carga el zorro, entonces se siente un poquito más orgulloso, algo así, más
sobresaliente, el zorro significa un poquito más fuerte, también con la chicas.
(Felipe Quilla, 16.11.09)
Mientras que el zorro es un peligro para el ganado, el zorrino destruye los sembradíos.
Carece del significado ambiguo que caracteriza al zorro y simplemente es un animal
que connota lo negativo.
Pronostica también dice, la muerte. Cuando ataca a los sembradíos bien feo
lo arruina. Entonces dice, pero algunas chacras no más, entonces dice que ese
dueño va a morir. [...] Y también a una persona. Cuando llega y le orina. Eso
igual. (Bernardo Ticona, Feliza Chura, 19.08.10)
Despacha energías malas, ñanqha [dañino, pernicioso, maligno] le decimos.
(Iván Coa Apaza, 15.07.11)
Entonces, al cargar un anuthaya o un zorro disecado, el K’usillo señala que lo
pernicioso está bajo control.24 Ignacio Pérez y Juana Lluzco detallan:
Además de ser nocturno es un animal maligno por que cuando orina a las
personas es una mala seña porque alguien de los parentesco puede perder la
vida o cuando en los sembradíos de la papa busca el gusano llamado en aymara
“Laqatu”, por eso los k’usillus como son chicos más ágiles, atrapan para que no
hagan esta maldad de destrozar el sembradío de la papa. (Ignacio Pérez, Juana
Lluzco 1999 en CDIMA 2003: 41)
Otros entrevistados asocian el zorrino con “carne medicinal” (Silvestre Vega,
18.08.10) o, debido a su olor, con “espantar demonios” (público, Satatotora,
29.04.10), proporcionando así más argumentos que justifican la incorporación de
este roedor a la danza de los Wakas.
A veces el K’usillo también carga un titi, un gato montés que atrae la buena
producción ya que “agarra el producto” para que no se acabe pronto25. Existe un
felino que se llama qulqe titi (gato montés de plata), nombre referido a los “rombos”
de su pellejo que se asemejan a la forma de las monedas por lo que se supone que es
un animal que trae prosperidad y una buena cosecha.
Ukat ukax yapu titiw ukax yapu titi, yapu sum achkis jall uka ukax qulqi titi
utjaraki, diferente titinakaw utjaraki. [...] Añchhitax yapu tity akax yapach
yapachaskiy no, como surcos ukaw yapu titix [...] Qulqi titix p’uyu p’uyiturakiy
ukhamay. [...] Ukax yapu titiw ukx signifikiw mä illaspa, má suma achuñapataki,
ukax yapu titix yapu sumañapataki. [El gato montés está cuando florece e indica
la buena producción. También hay otro diferente, el gato montés de plata. Ahora,
el gato de la chacra tiene surcos [en el pellejo] tal como es la chacra, el gato
de plata tiene rombos. Ese gato montés de la chacra podría ser algo como un
talismán para que florezca bien la chacra, para que mejore.] (Osvaldo Tito Yallo,
31.10.09)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 741
sino que se porta directamente en la espalda dando la impresión de un ave con alas
extendidas. Las plumas son difíciles de conseguir y por lo que cuentan los bailarines
no sólo son traídas de las zonas más calientes de Bolivia (entre otras, de Yungas o
Yacuiba), sino también de Argentina. El significado de esos “tapices” de plumas está
claro: anticipan el florecimiento de los sembradíos de papa y cómo las plantitas se
mueven con el viento.
Las plumas es un palo de aquí hasta allá. [...] Mira, alguna vez ves chacras, así
toman, como cuando hay un aire así empiezas y ese mismo movimiento tiene la
pluma. Un aire cuando mueve pura planta, las plantitas empiezan... Y la pluma
cuando mueve en un movimiento así, así, así Quena Quena. (Gregorio Quino,
24.07.10)
Además, la palabra llaqa significa “plumas pequeñas y delgadas/hoja de planta”28,
hecho que confirma la estrecha relación que el mundo aymara establece entre plumas
y plantas o flores. Pero el ch’uxña también hace referencia al elemento que causa
el florecimiento: frecuentemente hay adornos de espejos ubicados al costado que
simbolizan el agua:
Ese ch’uxña significa los surcos de la papa. Por eso un color verde es, eso.
Ahora esos espejos que se le ven se refiere al reflejo de las aguas cerca a los
surcos. (Comunario de Phinaya, 03.05.10)
Posiblemente exista también una relación entre este armazón de plumas y el leque
leque o liqi liqi, un pájaro cuyas plumas demuestran un color verde brillante cuando
el año agrícola venidero va a ser bueno29. Asimismo, según van den Berg (1989:
24 sig.), el silbido del liqi liqi anuncia la lluvia y la ubicación de sus nidos (en la
pampa o en las alturas) da una pauta acerca de la cantidad de lluvia que se puede
esperar para el próximo ciclo agrícola. Entonces, bailar con las plumas verdes no
sólo anticiparía el estado de los sembradíos verdes sino tal vez también trataría del
buen augurio asociado con las plumas verdes de este pájaro.
En los ch’uxñas más pequeños que cuelgan de la cintura o que son colocados
sobre la qhawa suele haber “manchas” blancas y rojas que representan las flores.
Cabe notar que esos círculos son elaborados con plumas de flamenco, el ave asociado
con la llegada de las lluvias. A veces esos diseños son matizados con plumas de
wallata, una especie de ganso silvestre que habita el área acuática cuya presencia
simbólica refuerza la asociación con el agua.
Taypinak naranjado janqunak flamingo utji quta taypin nanakan uksan utjapxitu
flamingo pariwana wallata uka pachp phuyut apst’apxarakt ukan suma
matist’atay. [En el centro hay plumas anaranjadas y blancas de flamenco, en
el medio de nuestro lago tenemos flamencos y wallatas, de esas plumas mismas
sacamos y queda bien matizado.] (bailarines de Quena Quena, 17.10.09)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 743
Pero bailar con los ch’uxñas es más que una bella representación del florecimiento,
los Quena Quenas activamente influyen en el futuro:
Awilunakapiniw thuqhutanjaxa ukat ch’uqi sum achuñapataki ukaxa, uka
significadoniwa, papa ch’uñupatakiwa [...] Parin phuyunaka [...] Ukax mä
panqarjamañapaw ukataki uchapt uka chika taypina. [Los abuelos siempre
bailaban eso para que haya buena producción de papa, ese significado tiene, es
para la papa y el chuño... Las plumas de flamenco... es como para que florezca,
por eso las ponemos en el medio.] (Bautista del Mayor, 17.10.09)
Así, la danza se convierte en una metáfora de fertilidad y, como consecuencia,
también del elemento femenino que está muy relacionado con el tiempo de lluvias,
asociación subrayada mediante la indumentaria de las bailarinas.
Esos verdes representan que en tiempos de sembradíos, del campo es todo verde,
[cositas rojas] las florcitas, las flores, o sea ahí hay que las flores porque también
las mujeres se ponen ese color, porque sus phullus son rosados, las polleras son
verdes. (Félix Aruquipa Carasani, 20.06.10)
Los Quena Quenas “verdes” evocan el abundante crecimiento de la naturaleza, lo que
corresponde muy bien a las investigaciones de Rogelio Cuevas y Esteban Quispe,
quienes equiparan la indumentaria de este color con “pachamama, naturaleza,
territorio, economía, producción, flora y fauna”30, constituyéndose en un símbolo
general de fertilidad.
Sin embargo, hay otro elemento más que conecta el Quena Quena (y también
los Lichiwayus y Sikuris de Italaque) con el deseado florecimiento de las chacras:
la chakana.
En el tiempo de aguacero es pues los instrumentos que tienen tapita, por ejemplo,
la Tarkeada tiene tapita, la Moceñada también tiene tapa, entonces la Pinkillada
también, todo esito, ¿no?, lo que no tienen tapa es en el tiempo de seco, ¿no?,
porque cuando tocan, cuando está con tapita, ese lugarcito, como se dice,
humedece, entonces eso significa el húmedo dicen. (Silverio Quispe Mamani,
16.01.10)
Aywaya ukham kikparaki mä Moseñada kikparakichi, ukham purintapxi thuqhtap
ukat jallux purintaki. Taqi uka instrumentonak Musiñ Tarqueadakax jallupach
tiempo ukax tiempo purintaki thuqht’asipt ukat ukax kusisipt nanaka jallux
apxattaki. [El Aywaya parece que es parecido a la Moseñada, llegan y bailan,
luego empieza a llover. Todos estos instrumentos, Moseñada, Tarqueada son para
que venga el tiempo de lluvias. Tocamos, de eso nos alegramos y se encapota la
lluvia.] (comunario de Sica Sica, 20.01.10)
A pesar de la creciente urbanización y la correspondiente mezcla de instrumentos de
la época seca y lluviosa que para eventos sociales y reivindicativos ya son tocados
en cualquier momento del año, en algunas comunidades se mantiene la creencia que
la lluvia tiene que ser llamada con ciertas danzas:
Sin embargo, parece que en algunas regiones la Tarqueada sí está más relacionada
con el final del jallu pacha, la época de la precosecha (Anata/Carnaval) y las
correspondientes lluvias torrenciales, mientras que la Moseñada y Pinkillada
estarían más asociadas con los últimos dos meses del año. En todo caso, de las
danzas mencionadas solamente Ayawaya, Muyu y Waychu tienen fechas fijas (20 de
Enero respectivamente Navidad); las demás son practicadas durante todo el período
húmedo.
Ayudamos [a la papa crecer], por eso estamos haciendo llover. Allí va a también
llover. [...] Moseñada y Phuna estamos haciendo llover. (Nicolás Quispe Nahua,
04.12.10)
Comúnmente se asume que los instrumentos con boquilla (bisel) pertenecen a la
época de lluvias mientras que las zampoñas y quenas corresponderían a la época
seca35. La realidad observada a grandes rasgos corresponde a esta teoría, pero también
se encuentran suficientes excepciones como para poner en duda esa categorización
simplificadora. Así, los Chiriwanus (prov. Aroma) tocan sus suqusas (flautas de Pan
elaboradas de caña gruesa) desde Noviembre hasta la fiesta de la Candelaria el 2
de Febrero y pese a que se trata de zampoñas prácticamente iguales a los Jula Julas
de Potosí (una danza de la época seca), en este lugar tienen la función explícita de
llamar la lluvia. En la provincia Los Andes hay otro caso de zampoñas asociadas con
la petición de lluvias:
La danza se baila por que es para Tata San Juan, prolongando hasta diciembre,
por que para hacer llover tocamos este ritmo y empieza a nublarse y a veces hasta
llueve, es con estas lluvias cuando empezamos a sembrar papa, papalizas y otros
productos de la región. (Jach’a Sikus Satatotora 1998 en CDIMA 2003: 62)
Y también en la provincia Omasuyos existe una danza acompañada por flautas de
Pan que ocasionalmente es practicada durante el jallu pacha: los Mimulas. Cabe
destacar que los ejemplos citados no se refieren a las presentaciones en el marco de
actos políticos, entradas y festivales autóctonos que frecuentemente conducen al uso
de instrumentos fuera de “su” tiempo. Además, no sólo existen danzas con zampoñas
que son ejecutadas durante la estación lluviosa; también hay danzas con pinkillo que
se bailan durante el tiempo seco (los P’aquchis y el Jach’a Tata Danzanti), a veces
hasta comienzos del tiempo húmedo, como por ejemplo en el caso de los Waka Tintis/
Tinkis (acompañados por Waka Pinkillos/Paya P’iyas). No es el objetivo de este
texto profundizar este hecho, pero definitivamente merecería un estudio profundo.
746 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
6. Más lluvia, mujeres que bailan como flores y ritos con los
primeros frutos
Existen dos danzas llamadas Ayawaya, una es de la región Umala (prov. Aroma,
dpto. de La Paz) y la otra de Santuario de Quillacas (dpto. de Oruro). Ambas son
asociadas con el tema de atraer lluvias y fomentar el crecimiento de los sembradíos36.
En el caso de la Ayawaya orureña las mujeres llaman la lluvia agitando banderas
blancas:
Ukax banderampiw khiwt’apxta, jan jallu purxipanxa janq’u banderitampiw
khiwt’apxta nanakax. Ukax ruwt’asiñawa tiempuni marani qarpxatita lumanjiri
q’awanjiri wawama uywañapataki, manq’atakipan umatakipan kawkichiq luman
jaqix utjchi ukan jiwasax utjastanxa sasaw nanakax mayt’asipxta. [Con esta
bandera llamamos, cuando no viene la lluvia llamamos con la bandera blanca.
El año tiene su tiempo y hay que rogar diciendo: regame, tú de la loma, tú de los
riachuelos, para alimentar a tu hijo, para su comida, para su agua, donde podía
haber seres del monte, así suplicamos nosotros.] (bailarina de Aywaya, 09.02.10)
Por lo visto el acto de agitar banderas o pañuelos blancos es una práctica muy
difundida (también en las danzas de la estación seca) para atraer la lluvia y/o
convocar a las entidades sobrenaturales, especialmente la Ispall Mama y la Llallaw
Mama, los espíritus de las papas.
La whipalala (bandera blanca), significando llamar a la lluvia para equilibrar y
garantizar el deseo de un buen ciclo agrícola. (Rocha Calani 2010)
Con este [pañuelo] llamamos las lluvias, así. Nosotros hacemos eso en nuestros
campos, para eso es. (Marianela Luqui Quispe, 09.07.11, Sikuri Imillas)
Ukax lakita imilla satawa pañuelo khiwipxi [...] Ukax suma panqarañapatakiwa
ispalla panqarañapataki. [Ellas se llaman Lakita Imillas y llaman con el pañuelo...
Es para que florezca bien la Ispalla.] (Gregorio Callisaya, 12.12.09, Lakitas)
también en esa región éstas suelen asociarse con las “imillas”, jovencitas quienes al
agitarlas “espantan el mal”38.
En muchos lugares, la víspera de la fiesta de la Virgen de la Candelaria es la
primera oportunidad ritualmente permitida para sacar algunas muestras de lo que
está creciendo y anticipar así el resultado de la cosecha. Entonces, se realizan visitas
a las chacras para sacar los primeros frutos del año que son debidamente festejados.
En la noche del 1ro. de febrero que es la víspera de la Virgen de Candelaria, todo
los Kamanas [cuidadores de las chacras] tiene la obligación de ir sus respectivos
aynuqas (sata, phawa y t’ult’u), de ir a ver la producción del año para traer luego
a la comunidad, para que ellos sepan cómo va a ser la producción del año, hacen
llegar primero a la iglesia donde hacen la respectiva ch’alla al puquturmama,
ispallamama, wilkaparmama y otros productos de la región utilizando al vino y
untu, más tarde tiene la costumbre de bailar en qhachwawi bailando la música de
los chaxis. (Chaxis Colquencha, 21.11.1999, en CDIMA 2003: 23)
Al recoger digamos en Candelaria, un día antes de recoger la papa, un día antes
de Candelaria, en la chacra bailamos. (bailarina de Chaxis, 18.10.09)
Debido a la compleja superposición entre la Pachamama y la Virgen de la Candelaria
ahora también ella es destinataria de pedidos de lluvia y buena producción. A cambio,
recibe los primeros frutos.
Con estos frutos recibimos a la Virgen de la Candelaria, para la mamita de la
Candelaria. En ese momento le llevamos haba, frutos verdes y papa. Eso le
ponemos en su canastita [...] A la virgen pedimos, bailando con el Chiriwanu,
la lluvia, el tiempo. Eso. En Candelaria, Febrero, siempre. (Sra Isabel, 21.11.09)
La fiesta de la Virgen de la Candelaria también es una ocasión para reemplazar
algunas de las papas nuevas con lujmas (membrillos) con el fin de que el resto de las
papas alcance el tamaño de esta fruta39. En esta época también es común realizar las
k’illpas o willk’as40, el marcado del ganado con borlitas y florcitas de lana.
Lunes Jisk a Anata, todos también de manera familiar van a los aynuqas para ir
a wilk’ir [marcar el ganado] sus chacras poniendo los ququs [membrillos] como
un símbolo de que la producción sea al igual que dicha fruta, cualitativamente
grandes (Chaxis Colquencha, 21.11.1999, en CDIMA 2003: 23)
grande vas a producir diciendo hay que contagiar, hay que hablar a la papa
como a una persona.] (Julia Mejía, 14.12.09)
El hecho de tener que “hablar a la papa como a una persona” es una clara demostración
del concepto animista que tienen los aymaras acerca de la naturaleza que los rodea.
Lo mismo sucede con las ofrendas a la Ispall Mama, Puqutur Mama, Llallaw Mama
(todos espíritus de las papas), a la Madre Tierra y a los cerros que son agasajados como
si fueran personas: el animismo supone que “es posible mantener con estas entidades
relaciones de persona a persona”41. Según Descola, “en los sistemas anímicos, se
atribuye igualmente a humanos y no-humanos la posesión de una interioridad
similar: se concibe a muchos animales y plantas como personas dotadas de un alma
que les permite comunicarse con los humanos; y es en razón de esta esencia interna
común que se dice que no-humanos llevan una existencia social idéntica a la de los
hombres” (2003: 40). En el caso concreto del altiplano boliviano no se suele hablar
del “alma” de las papas y de los demás productos agrícolas, sino de sus espíritus que
se manifiestan en el producto mismo. Entonces, como la papa-ispalla siente al igual
que los humanos, puede también alegrarse (al ser festejada, adornada y cargada) y
ser incitada a crecer por el membrillo que posee la misma calidad anímica. Lo que
hacen los aymaras mediante todos esos rituales es establecer una analogía entre su
propio orden social y el de las plantas, que según esta lógica, tiene que asemejarse
al primero42. Así, la tierra tampoco suele ser mencionada como tal; los tratos de
reciprocidad se hacen con su espíritu, la Pachamama que tiene hambre y que come
(en Agosto), que siente dolor (al ser pisada con los calzados de los sembradores), que
se alegra (en Carnavales) y que se reproduce.
Volviendo a la ritualidad carnavalera: Sacar los primeros productos también
puede ser motivo de “robos” consentidos en los cuales algunos jóvenes de la
comunidad sacan algunos frutos tiernos de las chacras, acto que en Tinkipaya (dpto.
de Potosí) se denomina paquma o paqumita (al igual que los frutos mismos)43 (para la
connotación erótica de este acto, véase parte I, cap. 5.1.4). El testimonio de Valencio
Mamani, oriundo de la provincia Pantaleón Dalence (dpto. de Oruro) alude a este
robo de flores y productos:
[flores que cargan las mujeres] Jach’a urux paquma tiempunktanwa ukaw ukax.
Paquma, por cariñu apstanwa yaputa thuqht’aytan ukawa ukax. [Estamos en la
época de la paquma. Por cariño sacamos de la chacra y hacemos bailar, eso es.]
(Valencio Mamani, 11.02.10, Dalence)
Alejandrina Mareño confirma para la región de San Pedro de Buenavista (dpto. de
Potosí):
Paquma dicen. [...] Tienen sus terrenos, sembradíos de papa, de oca, de papa
lisa, de todo. Por ese día yo puedo entrar a tu chacra y robarte. Y eso es digamos,
te doy, lo que la tierra ha producido. (Alejandrina Mareño, 08.12.11)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 749
II Para el uso de los membrillos en las q’urawt’asiñas o warak’asiñas (lanzar algo con una honda)
véase Mayta y Gérard Ardenois 2010: 179-251.
752 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
fiesta del carnaval”, al mismo tiempo fungiendo como “principal centro ritual para
solicitar [una] buena cosecha”47.
Carnaval timpuwa, qillamax sayt’ayaña. [En el Carnaval hay que levantar una
qillama] (Juan Bustillo, 09.11.09)
[visitas] tarquiada thuqhurinakampi, ukat mayni pasantix qillay sayt’ayix ukar
puriñ ukat thuqt’añax. [Hacemos las visitas con los bailarines de Tarqueada,
luego otros pasantes hacen levantar una qillama, entonces hay que llegar ahí y
bailar.] (Alejandro Cabana Ventura, 09.11.09)
Primero la qillama es plantada en el patio de la casa del pasante o jilaqata para luego
ser trasladada a la plaza del pueblo, en el lugar que corresponde a la comunidad.
Notablemente, en Curahuara de Carangas (dpto. de Oruro) el término de qillama no
es utilizado para el árbol, sino para denominar una deidad del Carnaval que consiste
de una pareja de illas, una “Mama T’alla” y un “Mallku”, que forman parte de la
ch’allas rituales48. El día de la kacharpaya (despedida) del Carnaval el árbol es
llevado hacia las afueras del pueblo donde se lo desarma:
Lo hacemos parar cualquiera de esas cosas verdes en agradecimiento a la
naturaleza, después damos las vueltas al día siguiente kacharpaya, se lleva cada
uno la bendición, por eso cada uno tiene que recoger, y tenemos que ch’allar
también a fin de que también la producción sea la máxima. [...] Esto representante
es por ejemplo como cuando llueve verdece, entonces verde está con nosotros
agradeciendo por la lluvia que puede llegar. (comunarios de Calazaya, 18.10.09)
En el pueblo, al medio del jilaqata, lo que llamamos tata jilaqata, en el medio
del patio de la fiesta, hacemos parar el qillampu, es un amarre de forestaje, pasto
verde, flores, etc., y una bandera arriba con dos cervezas, [...] son los mayores
los que se encargan, los amautas los que se encargan de realizarlo, y siempre
agradecer a la pachamama, [...] termina la fiesta y hacemos el cacharpaya le
llamamos la despedida de la fiesta, entonces se lo lleva, es decir como se lo armó,
se lo empieza a desarmar también, entonces lo llevamos al cacharpaya, hacemos
un tema que tenemos, entonces lo llevamos al canto del pueblo, a dejar todo.
(Luis Beltrán, 05.02.10)
En San Pedro de Curahuara (dpto. de La Paz) se lo quema en la quebrada donde mora
el SirinuIII y de donde se sacaron los nuevos Huayños. En este pueblo también se
venera una estatuilla de oro llamada Achachi Anata que en el transcurso del tiempo
perdió su pareja femenina49. En Sabaya éste es el nombre que se da al propio árbol:
III El Sirinu es un ente espiritual potencialmente peligroso que puede enloquecer a las personas o
causar su muerte llevándoles por quebradas y barrancos, pero que también llena los instrumentos
de viento de nuevas melodías cuando se los lleva a “serenar” a estos lugares peligrosos. (i.e. van
den Berg 1985: 176)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 753
Anat achachi le decimos nosotros que siempre los últimos días de carnaval
lo despedimos y él se lo lleva toda las penas. Eso es su significado. (Ramiro
Fernández Bernal, 11.02.10)
En muchos lugares, el Carnaval es personificado como Anata Wayna (Anata joven) y
a veces incluso hay una persona disfrazada de Anata Wayna, del Carnaval nuevo que
“llega al campo prodigando abundancia a los campesinos aymaras, con él la papa
nueva, la quinua, las flores, las mariposas”50. Entonces, Anata no sólo denomina el
mes de los juegos rituales en regocijo por la precosecha y cierto tipo de instrumento
utilizado en esta época (parecido a la Tarka), sino también es el nombre del propio
espíritu de ese tiempo. Según las investigaciones de van den Berg (1989: 88 sig.)
Anata vendría a ser el primer destinatario de los ritos de la precosecha y la pareja
de la Pachamama. De acuerdo a esa interpretación la cosecha sería el fruto de esa
unión. Ninguno de los testimonios de mis entrevistados y ninguna de las monografías
elaboradas por los propios bailarines autóctonos habla de eso, pero sí mencionan
a Anata Wayna y Anat Achachila, confirmando así la ambigüedad en cuanto a la
edad de este personaje constatada por van den Berg (ibid). – Por un lado se trata
de un joven (wayna), la personificación juguetona de los festejos y acercamientos
eróticos propios del tiempo de Carnavales, y por el otro es un espíritu ancestral
(Achachila) que da continuidad a la vida. Interpretándolo como Achachila, deidad
de las montañas, también parecería más factible que sea considerado como “esposo”
de la Pachamama, siendo estas dos las entidades actualmente más veneradas del
panteón espiritual andino. Además, vale notar la paralela que existe entre la pareja
de Awila/Achachi en las danzas de la temporada seca (véase parte II, cap. 3) y la de
Anat Awicha y Anat Achachila de la provincia Aroma:
El día domingo de Carnaval es como un recibimiento al Carnaval Awichita y
Anata Achachila. (Martín Chapi, 10.10.09, en Curi 2010: anexo)
Una vez terminada la precosecha y la despedida del Carnaval ya no es necesario
que siga lloviendo. Más al contrario, como las lluvias excesivas en esta etapa del
crecimiento podrían llegar a dañar la cosecha, es hora de alejarlas:
Hondear es para que se vaya la lluvia ya, ya no llueva más, como es allá ya ha
producido todo entonces si sigue lloviendo se echa a perder. Lo despachan con
eso hondeada, lo despachan la lluvia y para que maduren un poco más los frutos.
(Zacarías Choque, 12.12.09)
Sin embargo, parece que no existen muchos rituales para alejar las lluvias51; de los
autores actuales solamente Spedding menciona “ritos con calaveras, relacionados
con detener lluvias excesivas” (2008: 54) y don Zacarías también fue el único
entrevistado quien hablo de estas prácticas.
754 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Chaxis de la provincia Aroma en Ayo Ayo, 21.06.2010. Nótese las q’urawas (hondas)
y los wichi-wichis (bolachas). Foto: David Mendoza Salazar
756 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
Como explica don Jesús Cussi, la labor de los kamanas incluso se refleja en propios
tonos musicales y versos especiales:
El kamana tiene otro ritmo, [...] en mi pueblo ya debe estar nombrado para
septiembre hasta el tres de mayo, y en carnavales ya festejamos con eso no más
el mismo ritmo a la kamana pero que tiene otro tono ya la kamana. El Q’axchi ya
es cualquier tono. [...] Hay dos kamanas, también tiene diferentes versos ellos, la
papa kamana y la cebada kamana. Ellos igual reciben en carnavales su premio
porque han cuidado la chacra y tiene que defender al granizo, a la helada, todo
eso tiene que estar pendiente. (Jesús Cussi, 28.09.09)
La música de los Chaxis y en especial el pululi o pululu (una “flauta” elaborada a
base de una calabaza) tienen la función de llamar a los espíritus de la papa, atraer la
lluvia y alejar la granizada y la helada:
Eso es para que no se despeje el sol, muy chimentado es, así cuando uno se saca,
¿no?, o sea ellas están día y noche con eso, se sacan y dice la gente mira, no está
asesinada, con razón el cielo está despejado. [...] Hasta que cese de su cargo, es
el 3 de mayo. (Cornelio Huanca, 15.12.09)
Los Chaxis se bailan hasta el domingo de Tentación, pero en ese momento aún falta
para la cosecha que, según el lugar, se efectúa en los meses de marzo y abril. En la
época de cosecha que también coincide con la Semana Santa y la fiesta de Pascua, se
practica otra danza dedicada al cuidado de las chacras: los Uxusiris.
intenciones, una señal de que las chacras están en peligro de ser invadidas o también
como un ataque sonoro que sorprende a los intrusos.
Finalizada la cosecha, la comunidad procede a una de las fiestas más
importantes dentro del ciclo agrícola, la Fiesta de la Cruz.
En cuanto al TinkuIV quiero citar tres testimonios reproducidos por van den Berg
que ejemplifican muy bien la relación entre este tipo de sacrificio y la producción
agrícola:
Cuando un partido avanza, significa esto para ellos que han ganado la cosecha,
que las papas que han sembrado están bendecidas. (Alencastre/Dumézil 1953: 29
en van den Berg 1989: 65)
Tal vez esta sangre derramada constituye una ofrenda, para que las cosechas
sean abundantes y haya harto maíz. (Hartman 1972: 130 en ibid)
Cuando hay muertos va a haber buen año para los dos bandos; va a ser un año
regular si no hay muertos. (Gorbak y otros 1962: 290 en ibid)
En lo que concierne a las anticipaciones icónicas del futuro, voy a analizar la danza
de los Choquelas que, al igual que otras danzas miméticas del altiplano boliviano, es
bailada en dos ocasiones: en el festejo por la buena cosecha y a la hora de realizar la
siembra, estableciendo así el mencionado paréntesis que une un ciclo agrícola con el
siguiente. Así, las representaciones de Choquelas, por un lado sirven para conjurar
la llegada de las lluvias58 y, por el otro, anticipan el próximo ciclo agrícola. Existen
dos tipos de Choquelas que a primera vista aparentan ser muy diferentes pero que
en realidad sí están ligados: los Choquelas como danza de la papa y los Choquelas
como escenificación de la caza de la vicuña. En lo que sigue, primero hablaré de
los Choquelas, Qarwanis y Mokolulus que a través de su indumentaria visualizan el
florecimiento de los sembradíos de papa y los tubérculos mismos para luego analizar
las danzas que tienen que ver con los auquénidos, principalmente los Choquelas,
pero también los Qarwanis, Wari Wawita, Warini y Lichiwayus.
IV Para discusiones extensas del Tinku véase Platt 1996, Arrueta 1987, Baumann 1999, Butrón
Guardia 1991, Fernández Juárez 1994, Lara Delgado 2005, Marquez Contreras y otros 2005,
Mendizábal Nuñez 1996, Ordoñez Oporto 2003, Urrea Bustamante 2004, Valeriano Thula
2003, Viscarra Sangüeza 2002 y el tomo II de esta publicación
762 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
de los Choquelas como danza de la papa” es el tocado de plumas de unos 1.20 metros
de altura llamado ch’uqil panqara (flor de papa) que representa el florecimiento
de los tubérculos en el período de crecimiento. Otra vez se trata de un elemento
icónico que, por un lado, anticipa los deseados resultados de la siembra y que, por
el otro, es concebido como un medio para “alegrar a la Pachamama”61. Como estos
tocados cefálicos tan llamativos también aparecen en otras danzas (especialmente
los Mokolulus y Qarwanis de la provincia Omasuyos pero también en los Mokolulus
vallunos y de la provincia Aroma), quiero dedicar un párrafo a estos bellísimos
ornamentos.
La chakana (cap. 4.2.2.) en los Sikuris de Italaque, Taypi Chinaya, prov. Camacho,
03.10.2009. Nótese también el much’ulli de plumas de pariwana. Foto: Eveline Sigl
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 765
Esas plumas están sacadas de pájaros que hay antes esos pájaros tenían
significado para los sembradíos. [...] Esos pajaritos en las cumbres, siempre
cuando aparecen esos pajaritos es para que sea buena cosecha este año, de
estos pajaritos han sacado, en sus cabezas está puesto eso, esas plumas. (Mario
Salvatierra, 09.07.10)
Ese phuyu [pluma] es para que se haiga como la chacra florece, entonces por
eso nos vestimos con ese clase de phuyus, entonces de ese es eso. (Florencio
Mamani, 09.07.11)
Los Mokolulus de Santiago de Llallagua, cuya danza está relacionada con la
producción de chuño, visten panqarillas más pequeñas, llamadas chuytu, y también
dan una interesante explicación (que difiere de la de los Lichiwayus orureños) acerca
de los pollerines blancos plisados (sabanilla, sabanisa, cintura o centro) almidonados
y utilizados tanto por ellos como por los Choquelas, Mokolulus, Qarwanis y Quena
Quenas de otras regiones:
Aka qinaya urpu janqu qinay ch’uqir llawuntañatakiw. […] Qinayax mistuniski,
yapuruw jalluski, urpuski, yapur ajllañataki, ch’uq panqarañataki, ch’uq
achuqañataki. […] aka timpu ilar timpu, ilar timpuw. [Esta neblina, esta nube,
esta neblina blanca es para envolver a las papas… sale la neblina y cae lluvia a
las chacras, aparecen las nubes, es para elegir a las chacras, para que florezca la
papa, para que produzca la papa … este tiempo es el tiempo de helada.] (Bailarín
de Mokolulu, 22.08.09)
Según los comunarios, mientras que para la papa amarga no es buena, la neblina
hace crecer más rápido la papa dulce. Hay también otros entrevistados que asocian
la sabanilla con las nubes y la neblina, pero yo tampoco descartaría la posibilidad de
que se trate de una reapropiación del atuendo de sacristanes y curas o de los ángeles
en las pinturas colonialesV, siempre confirmando la relación que tiene la danza con
lo divino, sobrenatural.
Ahora, en las tres danzas mencionadas las panqarillas/ch’uqil panqaras no
son los únicos elementos referentes a la papa; los bailarines portan también coloridas
bolas del tamaño de un puño que cuelgan de las ch’uspas (bolsas).
V Existen atavíos parecidos para la danza de los Chatripulis (prov. Bautista Saavedra) y para
los Angelitos (depto. de Beni) donde los músicos-bailarines expresamente representan a unos
ángeles católicos.
766 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
antes solían ser mucho más pequeñas y tampoco eran tan uniformes en tamaño como
lo son actualmente.
Conzedera que los primeros yndios Uari Uira Cocha Runa, primer gente, y el
segundo gente, Uari Runa - unos dizen que éstos fueron gigantes -, el tersero
gente, Purun Runa, el quarto, Auca Runa, fueron gente de poco sauer pero no
fueron ydúlatras. Y los españoles fueron de poco sauer pero desde primero fueron
ydúlatras gentiles, como los yndios desde el tienpo del Yngafueron ydúlatras.
Además, el cronista relaciona la veneración de “Uari Uira Cocha dios” con los
pedidos de lluvia efectuados en el mes de Uma Raymi Quilla.
Runa Camac, micocpac rurac! Uari Uira Cocha dios, maypim canqui?
Runayquiman yacoyquita unoyquita cacharimouay! [Creador del hombre,
¡hacedor de los que comen! Dios de los Wari Wira Qucha, ¿dónde estás? ¡Envía,
por favor, tu agua y lluvia a tus gentes!] (Poma de Ayala 1615: 255 [257])
Layme Pairumani (2004: 203) traduce wiraxucha como “dios del agua” y qucha
en quechua significa lago. Con todo esto estaría comprobada la relación entre
wari y el agua. También existen referencias de que el dios wari tenía la forma y
las características de un auquénido. Así, un autor anota que “Huari ha sido un dios
totémico de los antiguos collas representado en formas de un cuadrúpedo extraño” y
Oblitas Poblete sostiene que...
Wari runa es un animal mítico representado por un hombre rubio que tiene el
cuerpo de vicuña. Esta divinidad se caracteriza por su excesiva velocidad [...] es
sumamente arisco, es tan veloz que atraviesa los barrancos y montañas como una
flecha [...] Su rostro es hermoso, pletórico de juventud, tiene los ojos brillantes
como luceros. (Oblitas Poblete 1963: 96)
Calizaya (1996) afirma que los participantes en el “juego del ayllu” que cerca
de las minas ofrendaban vicuñas eran llamados Chuqila y que éstos habrían sido
cazadores de las alturas, coincidiendo así con otras fuentes que asocian los Chuqilas
(que a su vez estarían emparentados con los lari laris, el zorro y el “Tío” de la
mina76) con “gente salvaje”77. Bertonio (1993[1612]: 950) habla de wak’as en forma
de hombres, carneros y otros. Tomando en cuenta la crónica de Poma de Ayala
“carneros” seguramente se refiere a los auquénidos cuya emanación sagrada sería
wari. Para Fernando Diez de Medina, wari era una deidad ambigua, poderosa que se
manifestaba en “el aire agitado, el agua encrespada, la tierra temblorosa” y “el juego
tumultuoso” por lo que habría sido un dios de las fuerzas indómitas78, confirmando
así nuevamente las características del dios-vicuña que en forma indirecta hasta la
fecha sigue siendo venerado a través de las danzas.
Volviendo al ciclo agrícola: Una vez finalizada la cosecha hay que
seleccionar las papas, otra etapa en el ciclo productivo de los tubérculos que tiene su
correspondiente danza: el Lakitas.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 771
Imillas en el Lakitas de Satatotora, 29.04.2010. Nótese los pañuelos, los espejos y las jalmas. Foto: Eveline Sigl
774 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
El Chisq’i de San Juan de Satatotora, prov. Los Andes, 29.04.2010. Nótese la Awila,
el K’usillo con zorrino, la yunta enbanderada y las Imillas. Foto: Eveline Sigl
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 775
Aquí me parece muy interesante la comparación que hace Pablo Mamani entre el
aro cónico compuesto por palos delgados donde se fijan las plumas y la planta de la
papa:
Ch’uqi panqaraw akax. Akaxa aro ch’uqinankan panqarkikan ch’ukin inchhipay
arupay tunupa tunupapi. Ukampiw thuqhunt’awaya ukaxay lakitsatachixa
ch’uqinak achuqañachixa. Panqarat thuqt’awaya. Suri, Jach’a Suri panqara
janq’u panqara sataw ukax. [Esto es la flor de papa. Este aro es el tallo de la papa.
Con eso se baila, entonces el Lakitas podría ser como la planta de la papa. Se
baila como flor. El Jach’a Suri es como la flor blanca.] (Pablo Mamani, 17.10.09)
Bartolomé Bautista interpreta la estructura de palitos como surcos:
La Lakita imilla es la que maneja eso, que canta wirsus, [...] agarrado su suri
con su surco. (Bartolomé Bautista, 29.04.10)
Según Hipólito Chilino, las plumas blancas representan las papas y las plumas
marrones el ch’uño:
Eso es, este, tunta, es color blanco, el negro es chuño. Eso significa el flor es esto,
de la papa. (Hipólito Chilino, 17.10.09)
Un bailarín de Jach’a Siku explicó claramente: se baila en el tiempo de heladas,
cuando aún no hay nada de crecimiento y florecimiento, pero ya se construye esa
etapa futura mediante las plumas:
Ukaxa, istiñapawa, kamisatix aka pachanx pachani pachaniwa, aka thuqhux
juyphi pach thuqhuw no ve, nanakaxa munapxtwa suma produccion utjañapa,
jichhjataw akanakax waqachxäña, kamisatix yapu timpu jallupach timpux mä
papax kunjas panqart’ixa, wali sum panqart’ixa jall ukhamañapawa, papanakax
jall uk nanakax jichhax siguintasipkta, ukhamaxañapataki suma produccion yapu
churañapataki, ukatakiw nanakax isthapisxapta, ch’uqinakax akham panqarjañap
suma ukatakiw ukax. [Entonces, ya que en esta época es su época, es un baile del
tiempo de heladas ¿no ve? nosotros queremos que la cosecha sea muy buena,
ahora estos prepararon, ya que el tiempo de la chacra, el tiempo de lluvia como
florecen las papas, para que florezcan muy bien las papas, nosotros seguimos la
tradición, para que las chacras den una buena cosecha. Para eso nos vestimos,
para que las papas florezcan así, para eso.] (Bailarín de Jach’a Sikus, 03.10.09)
Cuando ya están seleccionadas las papas se procede a la producción de chuño.
“Brujo” en la danza de los Tobas. Carnaval de Oruro 2012. Foto: Eveline Sigl
780 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS
diversidad de plantas con diversos grados de domesticación, así como todas las
variedades (llamadas cultivares) utilizadas en la agricultura. El uso adecuado
de la biodiversidad representa una alternativa para aprovechar los ecosistemas
sin destruirlos, conservar las áreas poco o no intervenidas y lograr beneficios
socioeconómicos y culturales para los pobladores. (García 2008: 397)
Desde esta perspectiva de análisis, todos los seres vivos, incluyendo animales,
plantas y microorganismos deben ser conservados para el beneficio de la humanidad.
Está claro que existe una relación social y cultural estrecha que une el ser humano
a la naturaleza. Lo que posiblemente es diferente, es el nivel de comprensión de ese
entorno natural que para algunos es un recurso o factor económico de explotación
irracional que debe aprovecharse al máximo, mientras que para los pueblos indígenas
andinos y amazónicos forma parte de su existencia como sociedad y cultura.
Por lo tanto, la biodiversidad no es un concepto abstracto separado del
contexto humano, sino tiene un sentido siendo parte de la cosmovisión de la
comunidad. En el caso de los pueblos indígenas, que viven de la agricultura, caza
y pesca, la relación con la biodiversidad aún es muy fuerte y adquiere un sentido
ritual. En cambio, para otros grupos sociales que viven en centros urbanizados, esta
relación con la biodiversidad ya es más distanciada y lejana. Entonces, el punto de
quiebre entre lo urbano y rural está en las condiciones de hábitat y dependencia;
para la comunidad indígena el cuidado del medioambiente es una cuestión de vida
porque la biodiversidad forma parte de su cosmos. Y es ahí donde se producen las
diferencias entre la danza autóctona y el folklore urbano cuya práctica se centra
fundamentalmente en la valoración de lo estético e impactante. En cambio, en
la cosmovisión indígena la fauna silvestre forma parte de prácticas simbólicas,
conocimientos y saberes cuyo significado está relacionado con la biodiversidad,
donde la Madre Tierra (Pachamama), los Achachilas y los Uywiris habitan todos los
elementos de la naturaleza que en su conjunto conforman un sistema de creencias.
La destrucción del medio ambiente y de la fauna silvestre no se debe a las
expresiones folklóricas y a la ritualidad andina o amazónica, espacios cuyo impacto
no parece tener una incidencia suficientemente significativa como para devastar
toda la fauna silvestre, problema que surge de factores políticos y sus respectivos
modelos de “desarrollo”. De todas maneras, no podemos dejar pasar por alto las
alertas de parte de las instituciones de protección del medio ambiente en cuanto
al peligro de extinción de muchos animales, como es el caso del quirquincho, del
suri y de la paraba azul. Por eso, es urgente tomar medidas políticas y legales, no
sólo de preservación, sino también de fomento de criadores de animales. También
hay que tomar contacto con los mercados internacionales que proveen plumas de
granja y otros insumos necesarios para la confección de los trajes folklóricos. Aquí
es necesario recomendar al Estado y a las ONGs promover mecanismos de gestión
ambiental que suponen alternativas de salvaguarda y protección de la fauna silvestre
sin afectar las danzas folklóricas y autóctonas, es decir, el patrimonio cultural de Bolivia.
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 785
conocimientos, creencias y modos de ser. Así, los trajes y los ornamentos plasman,
mantienen y fortalecen la relación que tiene la comunidad con las deidades, es
decir, con la naturaleza animada5. De esta manera, la representación del cóndor, el
uso de plumas, flores y animales denotan relaciones con seres espirituales como
la Pachamama, los Achachilas, Wak’as y Uywiris. Como parte de estos rituales se
ofrecen mesas con ofrendas y ch’allas con bebidas.
En época de siembra bailamos moseñada, porque estamos, ahorita justamente, la
anterior semana nomás, antes, ya se ha empezado la siembra en la provincia, una
q’uwachada muy grande donde vienen todas las autoridades originarias, de cada
comunidad. Entonces ahí ponemos, para la Pachamama siempre todas las cosas
que tenemos que poner, porque es al final tienes que devolver lo que la madre, la
Pachamama nos da, tenemos que devolver eso. (bailarín de qhantus, 15.10.09)
En el caso de las expresiones folklóricas urbanas, éstas de alguna manera están
relacionadas con las expresiones indígenas, añadiéndoles valores más urbanos que
responden a un canon estético que representa el ascenso y la clase social. Entonces,
ahí lo más importante es que la danza sea algo bonito, impactante y exótico, actitud
que no suele conducir a una gran preocupación por la extinción de la fauna silvestre.
Sin embargo, hay también otras razones por las cuales algunos bailarines no quieren
prescindir de esos insumos, como por ejemplo, el tema de la practicidad:
Ahora se utiliza las plumas que dice que están prohibidas. No hay otra. Es que la
danza es Suri. Pues no podemos. ¿Qué tipo vamos a llevar? ¿De dónde? y esas
plumas utilizamos de avestruz. Ahora hay blancas, hay las que normalmente tiene
el ave, se utiliza eso y ahora ha aparecido otras que traen las africanas. Pero
más frágil. Súper frágil. [...] Y esa es la desventaja de estas plumas pero después
es interesante porque se ve hermoso. Se ve muy hermosa la danza… (Ernesto
Velasco, 27.07.10)
La danza del Suri Sikuri es una creación folklórica que se inspiró en danzas
autóctonas del altiplano paceño que utilizan coronas de plumas de suri (ñandú)
como, por ejemplo, los Jach’a Siku y Lakitas de Satatotora, pero en el Suri Sikuri
las plumas por supuesto no tienen ninguna connotación espiritual comparable con
el significado que reciben en esas manifestaciones indígenas. Pero aún así, se trata
de una danza establecida y reconocida (creada en 1974) que está intrínsecamente
ligada con el ñandú. Entonces, si no hay plumas de suri, tampoco hay Suri Sikuri. El
Suri Sikuri citadino es cuestionado por el uso masivo de plumas de suri que estaría
prohibido por la Ley. Presionados por el control gubernamental y la Ley de Medio
Ambiente, la fraternidad Porvenir Aymara cambió de danza:
Posiblemente, ese haya sido uno de los factores para que nosotros hayamos
cambiado de la danza de Suri Sikuris a Moseñada, porque ya estaba a la vista
que iba a haber control, en cuanto a las plumas de avestruz, porque el disfraz,
el penacho que llamamos, de suri sikuri, está en base a plumas de avestruz,
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 787
entonces tenía que haber más control, entonces, decidimos cambiar de danza,
justamente por no estar en el problema. [...] Ya están trayendo plumas artificiales,
entonces vamos a tener que usar eso, es lamentable, peo vamos a tener que usar
eso, porque usted sabe en lo inédito, en lo original, ahí está la delicia, [...] pero
no queda otra alternativa. (Leoncio Mamani Viña, porvenir aymara, 30.09.09)
En todo caso, para una fraternidad folklórica no es tan grave tener que cambiar de
danza, ya que ésta en sí no tiene ningún significado ritual para sus componentes.
Puede ser cualquier danza, lo más importante es que se vea hermosa. Cuando los
Tobas Uru Uru querían prohibir el uso de la fauna silvestre en la indumentaria de sus
danzarines, éstos se opusieron argumentando en esa misma línea:
No. Se negaron. Que es más bonito, que se ve lindo, que yo tengo que bailar
con la cabecita del avestruz, porque bailan con la cabeza de los tigres. O sea
estás viendo vestimenta de tigres. Vienen pues los comerciantes y vienen a los
grupos: tengo una piel de tigre ¿cuánto? 600 bs. Ya. Págame. Por ahí entra
con su piel de tigre pagando 600 bs. [...] De verdad se ve más bonito. Pero
tenemos que ver nuestra realidad. Nuestra realidad no está ahí. [...] Solamente
a prevenir. A decirse: vos estás bailando con tu indumentaria, al año vas a
cambiar, pero cambia con tus mismas plumas. No compres más. Lo vas a hacer
mejor. Porque este traje de este año lo ponen al living como adorno y traen otro
caro. Y generalmente en mi conjunto había pieles. Pieles que sacaban de la ropa
americana o sea ropa usada que traen de Norteamérica o sea hay de tigre, hay de
todo, ahí se sacaban y se hacían una indumentaria ahí. (Ricardo Solíz, 13.07.10)
Con los elementos originales la danza se ve BONITA, más LINDA y no importa
gastar en la compra; lo que interesa es la estética y la posibilidad de sobresalir y
ganar admiración y prestigio luciendo atuendos lo más exótico posible. En el caso
de los Tobas, los que más utiliza(ba)n este tipo de materiales son (eran) los “brujos”,
personajes fantásticos e imaginados que carecen de un homólogo indígena.
En el caso de la comunidad y sus formas de vida, donde el uso de la fauna
silvestre no es arbitrario y meramente relacionado con verse bonito o exótico, los
adornos utilizados son illas e ispallas, íconos que convocan la reproducción agrícola
y la fertilidad humana.
Antes, no nos olvidemos, este mundo [indígena] vivía una relación de equilibrio
de los animales y no se cazaba digamos para el comercio, se cazaba y las
plumas guardan ellos para adornar a sus danzas, ¿no?, y esos sus adornos de
sus disfraces se guardaba. [...] Era muy organizado esto de de utilizar, además
de todo estos animales que se tenía y que era parte de su vida, cotidianidad y no
abusaban la explotación digamos de éstos, pero ahora es, para ellos eso es un
problema, ¿no?, porque imagínate, eh, ya no lo pueden hacer, ¿no?, porque la ley
les puede caer, ¿no?, y pensar, y es bien triste, ¿no? (Teresa Cañaviri, 02.07.10)
Según Edgar Vásquez, este equilibrio cosmogónico entre los indígenas altiplánicos
y la naturaleza tiene su paralelo en la Amazonía:
788 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Por la zona donde vivimos hay bastantes Chimanes. [..] Cuando cazan a un ciervo
y el ciervo tiene su cría son los Chimanes que se encargan de cuidar a esa cría
hasta que sea grande y pueda valerse por sí sola, a veces hasta la amamantan.
[...] Porque el respeto a la naturaleza es muy importante. Si alguien caza solo
por necesidad porque necesita alimentarse, nadie caza por tener más. [...] Ellos
se ponen ahí como tratando de representar a una especie de jaguar pequeño, no
me acuerdo su nombre, tratan de representar eso porque tiene el carácter de un
jaguar, hay unas plumas que también se tiene, es un felino pequeño no más, no
es muy grande [...] como el jaguar es muy importante en las Amazonía, [...] se
utilizaba bastante en los rituales como tal pero nunca se utilizó como sacrificio
a esos animales. Siempre se los ha respetado en el lugar donde estaban y su
territorio sobre todo. No podían cazar donde había un jaguar o uno de estos
animalitos. (Edgar Vásquez, 30.07.11)
Así, también en las tierras bajas los personajes creados en las danzas tienen que ver
con los animales de su entorno, como el ciervo, el jaguar, el tigre y muchas aves que
tienen significados rituales.
Por lo tanto, el uso de la fauna silvestre en las danzas de los pueblos indígenas
es parte de sus expresiones festivas y rituales.
Estos plumitas que nosotros utilizamos como siempre antes, nuestros abuelos y
abuelas habían utilizado siempre, en estas épocas de Todo Santo más que todo
para hacer rezar a las almas que tenemos dentro del hogar. (Manuel Jancocanasa,
Quena Quena, 18.10.09)
Es importante reconocer que los campesinos hacen adornos con plumas de aves que
viven en los alrededores del Lago Titicaca como la wallata, el colibrí y el flamenco.
En esa región prepondera el uso de “flores de pluma”, tocados cefálicos que llegan
hasta un metro de altura, en aymara: panqarilla. Pero, con la prohibición pronto ya
no va a haber nada de estos adornos:
[flores en la cabeza] Ukaxa wallatat lurataw ukax wallata, mä animalituw utji no
ukat lurasipxatayna ukat jichhaxa prohibidojarakiy jiwayañax ukaxa, laguitun
qamasi janiti, ukat janiy jiwayañxamaxitix uka jisk’a animalitux. [Eso está hecho
de Wallata, un animalito, de eso hacemos, ahora está prohibido matar eso, vive
en el laguito, ahora ya no hay caso de matar a ese animalito.] (Condori Calle,
Mokolulu, 09.10.18)
Otros ya no usan su indumentaria original por miedo a la persecución:
En Bolivia hoy en día hay protección del medio ambiente, a eso se debe la
disminución, y mucha gente tiene y no están usando. Seguramente los pajaritos
ya no hay que matarlos, ellos ya simpatizan mucho y también unos años estaba
desapareciendo. (Comunario de Jesús de Machaqa, Quena Quena, 04.10.09)
Como los indígenas no viven aislados del mundo urbano se enteraron de la restricción
que establecía la Ley del Medio Ambiente y, por lo tanto, comenzaron a preocuparse
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 789
por los decomisos realizados por la policía y los funcionarios del Estado, sobre todo
en las entradas autóctonas de La Paz. Estos sucesos ocasionaron una pérdida de
sentido de las danzas que ya no pueden incluir ni el Cóndor, ni las plumas, ni los
animales disecados (llevados por el Kusillo) en sus representaciones:
Faltapxitux condori, jach’a conduriniw thuqht’añax ukaw faltapxarakitua conduri
ukax prohibiduxipi jiwayañax, jichha timpu liyimpix, nayrax jiwayatakinay ukat
jichhax animalitunakax janiy jiwayañxamaxitix. [Nos falta el Cóndor, con un
cóndor grande hay que bailar, ahora dicen que es prohibido matarlos, ahora es
prohibido matar a los animales…] (Condori Calle, Mokolulu, 18.10.09)
El personaje del Cóndor o Mallku participaba en varias danzas, sobre todo en las de
origen autóctono; en las danzas folklóricas se presentaba en la Diablada y alguna
vez en la Morenada (ambas igualmente tienen raíces rurales autóctonas). El traje
consistía de un cóndor disecado y adecuado para bailar, evocando así la presencia de
esta ave que adquiere un significado profundo en la cosmogonía andina. La idea de
colocar el cóndor en muchas danzas surge de su veneración ritual:
[¿Kunarus wilañchaña tiyu?] Ukax wilapax kuntur mamani uywirinakaru
utachasipxtan ukaruw wilañcha lurapxi. [...] Ispalla ch’uqi apilla jiwasar
mantiniri kuna juyranakas ispall satawa ukaruw wilañchta luri wali jaqir ch’aman
parlayañapatakiw ukaruw wilañchaña [¿a quién hay que hacer la wilancha, tío?
Su sangre es para él cóndor mamani para nuestro protector y cuando construimos
nuestras casa se da wilancha, es para la ispalla de la papa, de la oca, lo que nos
mantiene, para diferentes productos, a esos hay que wilanchar, así se hace para
vivir, para que nos de fuerza para hablar, a eso hay que wilanchar.] (Gregorio
Callisaya, Lakita, 12.12.09)
Gregorio Callisaya hace referencia a la wilancha, donde se sacrifica una llama para
agradecer a la divinidad de cóndor mamani, el protector de la casa. Por eso se presenta
la figura del cóndor, para que forme parte de la ritualidad, hecho que no tiene que
ver con la depredación de la fauna silvestre. Estas prácticas son técnicas ancestrales
relacionadas con la danza, los rituales, el arte textil y las prendas ceremoniales, como
señala también la investigadora Teresa Gisbert (1987) y como puede apreciarse en la
sala de arte plumario del Museo Nacional de Etnografía y Folklore en La Paz.
En los últimos años apareció un disfraz de Cóndor elaborado por los bordadores,
hecho de tela y plumas de gallina que lleva una máscara de yeso u hojalata y que se
presenta en varias estradas folklóricas. En el caso de los cóndores disecados, sería
fácil hacer catalogar y registrar los trajes por las autoridades pertinentes, para que
éstos puedan ser utilizados hasta desgastarse. Así, podría evitarse la depredación del
ave y sin privar el personaje de su significado. Obviamente, es posible sustituir el
cóndor original con otros materiales, pero generalmente las réplicas son muy burdas
y en algunos casos los bailarines incluso optan por reemplazarlo con otro personaje.
790 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
El mallku lo he estrenado el ’91, pero más antes sí había el mallku pero de diferente
manera era la ropa, era con el cóndor disecado, ahora tengo problemas con
la biodiversidad no sé cómo voy a hacer, tenemos que catalogarlo o algo sino
hacer de... pluma de ganso... de alguna cosa que no nos moleste. (Jorge Vásquez,
10.08.10)
Es esta significación cultural que desconocen las autoridades y los expertos de medio
ambiente y que no toma en cuenta la ley de biodiversidad. Como ejemplo voy a
señalar un hecho lamentable ocurrido en 2010, cuando la Federación Folklórica
Departamental de La Paz conjuntamente con la Oficialía Mayor de Culturas bajo
el lema de “protejamos la biodiversidad”, organizó una entrada autóctona, incluso
involucrando al Viceministerio de Biodiversidad y Medio Ambiente. El festival se
llevó a cabo el mes de octubre, como homenaje a la fundación de La Paz, ocasión en
la cual reapareció Pablo Leyton con policías para controlar el uso de la fauna silvestre
intentando incautar un traje de cóndor y arrestar a su portador, convirtiéndose así
en un atropello flagrante contra los derechos de los pueblos indígenas quienes
estaban expresando sus conocimientos a través de la danza. Fueron los dirigentes de
la Federación Folklórica Departamental de La Paz y el diputado Alejandro Zapata
quienes salieron a defender a los indígenas impidiendo su detención.
Gracias a este tipo de incidentes, los indígenas que participan en las entradas
autóctonas ya tratan de evitar el uso de sus trajes originales. Así, los conjuntos
de Sikuris de Italaque comenzaron a guardar sus much’ullis (tocados cefálicos
elaborados de plumas de flamenco) reemplazándolos con plumas de gallina teñidas,
ocasionando así una pérdida irreparable de significado e imagen en su danza.
Con ahora que han llegado la situación de [...] prohibido ya tener las cueros de
originales, de animales, la biodiversidad, entonces han empezado a quitar. [...]
Ahora ya con esa experiencia ya nos hemos cuidado. (Freddy Calla Montoya,
18.12.09)
La prohibición de usar indumentaria hecha de fauna silvestre incluso se extendió al
área rural privando así los rituales de su significado fundamental. Sin embargo, en
las comunidades indígenas mismas aún no hay información sobre los alcances de
la Ley de Biodiversidad por lo que se siguen usando esos adornos de acuerdo a los
conocimientos autóctonos de preservación de la fauna silvestre:
Sobre todo el plumaje porque está prohibido ya la caza de las parabas ¿no? la
paraba barba azul ya es un animal que está en peligro de extinción, entonces
el requisito por una vez tener el plumaje también. [en San Ignacio] podríamos
decir que dentro del plumaje que tienen los Macheteros no hay ningún plumaje
nuevo. La gran mayoría que utilizan son pues heredados de generación tras
generación. Entre ellos mismos hay un celo podríamos decir en aquellos que
quieren incorporar y traen su plumaje por decir, no está muy permitido. (Edgar
Vásquez, 30.07.11)
NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL 791
Siguiendo esta lógica, los indígenas plantearon que habría que defender los rituales
antiguos que están ligados al uso de la fauna silvestre, como en el caso de los
Chiriwanus que portan lanzas ataviadas con una cresta de plumas de flamenco que no
son elaboradas cada año, sino que son heredadas de generación en generación. Los
siguientes testimonios demuestran claramente cómo la prohibición está afectando
las danzas autóctonas. Notablemente, solo don Bernardo Calle, uno de los pocos
dirigentes conscientes de ese atentado contra la libre expresión cultural de los
pueblos indígenas, pregunta por el sentido y la justificación de esta medida legal.
Ahora, como han cambiado las leyes habría que defender también los ritos
antiguos, la cultura antigua y por lo tanto si nos prohíbe exactamente creo que
habríamos que ver más adelante cuál es y por qué no hay que usar. (Bernardo
Calle, Chiriwanu, 11.07.09)
[La danza] de Jach’a Siku, del municipio de Tiwanaku de la comunidad Caluyo,
antes llevaban con suris. Entonces, ahora que un poco se ha prohibido, entonces
no manejamos eso. Creo que ha salido una ley. Eso un poco nos ha dificultado,
cuando hemos llegado a la universidad. (Tito Flores, Junio 2009)
La gente no baila también porque cuesta, alquilarse solamente las plumas y
ahora con esto de la defensa del medio ambiente es muy difícil. (Valerio Vargas,
09.10.09)
Como consecuencia de todo lo expuesto, una buena parte de las comunidades
autóctonas que se presentan en los festivales urbanos ya no lucen sus trajes antiguos
y fabrican nuevos, de plástico, para cumplir con los requisitos legales. Donde se
sigue utilizando la indumentaria original es en su propio contexto ritual y también
está claro que ahí no se la puede reemplazar sin destruir el significado que tiene para
la tradición de la comunidad:
Antes se llevaban lorito, mono, vivo, porque iban a otro lugar, otro lugar [...]
ahora con las nuevas normativas ya no se puede. Original, original todavía está
en la comunidad. [está de acuerdo con la preservación del medioambiente] pero
nosotros en las comunidades aún todavía sigue porque esto nuestros abuelos
nos han dejado y no podemos, porque eso tenemos que practicar ¿no? porque
acá tal vez, en la ciudad es distinto la forma para vivencia y todo. (Eddy Alex
García, Lecos, 30.07.11)
Entonces, es necesario reflexionar sobre la función que tiene esta indumentaria
que forma parte de los usos y costumbres indígenas, tanto en las tierras bajas como
en el altiplano. Cabe tener una visión más holística e integral con respecto a las
prácticas religiosas y tomar en cuenta que ese culto a la naturaleza tiene la misma
legitimidad que la religión impuesta, el catolicismo. De esta manera también queda
por sentado que la depredación de la fauna silvestre no surgió en el campo ritual de
las expresiones indígenas las cuales, por lo tanto, deben considerarse muy aparte de
la danza folklórica. Por el otro lado, se puede constatar una constante ampliación de
792 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
las entradas folklóricas urbanas cuyos componentes demandan más y más trajes y
adornos exóticos, con el consecuente resultado de crear una oferta de aves y animales
promovida por comerciantes inescrupulosos.
Danzas folklóricas que causarían daño a la fauna silvestre (elaboración propia a base de
observaciones de campo, 2011)
Aquí hay que aclarar algunos detalles: si bien nadie duda que los Suri Sikuris bailan
con plumas de suri y que la Morenada Los Cocanis utiliza matracas de quirquincho,
absolutamente nadie usa plumas de suri para adornar los cascos de Moreno y
sombreros de China Morena/Figura. Como son pequeñas y poco vistosas, las plumas
de ñandú, si es que en algún momento se hubieran utilizado, ya hace más de medio
siglo fueron reemplazadas por las plumas de avestruz africano importadas de Brasil o
Argentina que son mucho más largas y anchas. En las monteras del Tinku folklórico
prácticamente no se ven plumas de suri y hasta los bailarines autóctonos ya suelen
adornar sus cascos con una pluma de avestruz africano.
En la visión de la ley y en el razonamiento de Pablo Leyton, los culpables
directos son los danzarines:
Según Leyton, uno de los problemas son las personas que participan en las
entradas, donde prevalece más el afán por lograr los primeros puestos en
la competencia antes que la preservación de la vida silvestre, que además de
estar defendida por la norma 22641 cuenta con los decretos supremos 24781
(del Gobierno de Banzer), el 25458 (de Jorge Quiroga) y la Ley 1333, de Medio
Ambiente. (La Prensa, 10.03.2006)
794 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
los organizadores del Carnaval de Oruro y más bien algunas de sus fraternidades
fueron denunciadas por el Viceministerio de Biodiversidad ante la fiscalía por ser
depredadores de la fauna silvestre. En los últimos años parece que ha disminuido
el uso de partes de animales, pero sigue habiendo matracas de quirquincho en la
Morenada y partes de animales en los Tobas (en 2010 hubo varios Tobas adornados
con búhos disecados que al parecer fueron decomisados durante la entrada).
trajes en público y garantizar su libre expresión sin que corran el riesgo de que les
decomisen su indumentaria o que sean objetos de procesos penales.
La sanción que establece la ley en caso de atentado contra la fauna silvestre,
no es simple y amerita un comentario:
ARTICULO 111º. El que incite, promueva, capture y/o comercialice el producto
de la cacería, tenencia, acopio, transporte de especies animales y vegetales o
de sus derivados sin autorización o que estén declaradas en veda o reserva,
poniendo en riesgo de extinción a las mismas, sufrirá la pena de privación de
libertad de hasta dos años perdiendo las especies, las que serán devueltas a su
hábitat natural, si fuere aconsejable, más la multa equivalente al cien por ciento
del valor de estas.
La aplicación de este artículo en las expresiones de la danza folklórica y autóctona
es grave por la sanción que supone el tener o poseer el objeto por unas horas como
es el caso de los danzarines en una entrada folklórica, lo cual no es lo mismo
que ser cazador o comercializador de plumas y pieles. En el campo de las danzas
folklóricas, existen comercializadores de fauna silvestre que ofrecen sus productos
a los danzarines que en muchos casos ingenuamente usan estos adornos con el solo
pretexto de causar un impacto visual. El Estado debería desplegar su esfuerzo en
identificar a los verdaderos depredadores de la fauna silvestre para sancionarlos de
acuerdo a la ley.
En el caso de los pueblos indígenas originarios que usan partes de la fauna
silvestre de acuerdo a su cosmovisión – protegida según la Constitución Política
del Estado –, su uso estaría garantizado como parte de sus derechos, el respeto a su
identidad cultural, su cosmovisión, sus rituales y vestimentas, como reza la ley en
su texto:
2. A su identidad cultural, creencia religiosa, espiritualidades, prácticas y
costumbres, y a su propia cosmovisión.
9. A que sus saberes y conocimientos tradicionales, su medicina tradicional, sus
idiomas, sus rituales y sus símbolos y vestimentas sean valorados, respetados y
promocionados.
10. A vivir en un medio ambiente sano, con manejo y aprovechamiento adecuado
de los ecosistemas. (Cap. IV. Derechos de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos, Art. 30. II. CPE)
El Estado hasta ahora no ha generado ninguna política cultural o una norma jurídica
referida al uso de la fauna silvestre en las danzas autóctonas u otros ritos, ni tampoco
se ha pronunciado con respecto a las danzas folklóricas. Sería necesario que lo
haga para no provocar la degradación de las danzas autóctonas y la devaluación de
entradas folklóricas que son reconocidas como patrimonio cultural de Bolivia y del
mundo.
800 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
14 de ellas endémicas en toda Bolivia; en La Paz hay 1112 especies y en Oruro 170
(2009: 305).
¿Cuántas de estas aves conocemos y podemos diferenciar unas de otras sin
equivocarse? En muchas entradas folklóricas he visto operativos realizados por
técnicos de biodiversidad y policías que estaban revisando los trajes de baile para
decomisar plumas y animales silvestres y que en numerosas ocasiones estaban
confundiendo los tipos de materiales que se usan para los adornos, por ejemplo,
tomando la pluma de avestruz por una de suri, la pluma teñida de ganso o pavo
por una de paraba azul, confundiendo las plumas teñidas de gallina con las de
flamenco, la pluma de loro con pluma de colibrí, o la pluma de suri con pluma de
wallata. Como ejemplo quiero citar un incidente ocurrido en 2009, cuando el Taller
Proyección Cultural de la Facultad de Arquitectura de la UMSA presentó la danza
de los Macheteros. Nuevamente fue Pablo Leyton quien intentó provocar un arresto
– no tanto por los tocados que obviamente eran elaborados con plumas de ganso,
sino por las supuestas infracciones que este grupo habría cometido en ocasiones
anteriores:
El año 2008 bailamos Macheteros y ya cuando avanzamos la policía venía detrás
de nosotros, una sensación medio fea. [...] Entonces, apenas terminamos, la
Ximena y el “lápiz” se pelearon con la policía. Cuando yo llegué – que fue unos
dos minutos después – ya se habían dicho de todo, que “ignorantes que no saben
nada” y demás cosas. El Leyton dijo que a la Ximena había que arrestar porque
antes habíamos bailado con pieles de jaguar... [...] Entonces, fuimos los tres, la
Ximena, el “lápiz” y yo. Por si acaso me llevé el sombrero y en la policía les
mostré que era todo pluma de ganso. Entonces, no había por qué hacer nada [...]
y la Ximena salió en máximo media hora. (David Ordoñez Ferrer, 01.02.12)
Entonces, también este testimonio demuestra lo poco que se conoce con respecto
a las plumas de aves vulnerables. Vale decir lo mismo acerca de los criterios de
antigüedad: no va al caso querer decomisar objetos que tienen más de 50 años,
herencias pasadas de generación en generación. Entonces, ¿cómo diferencian
un antiguo animal disecado antiguo de uno recién cazado? Lo más práctico sería
registrar cada pieza y controlar su uso, permitiendo que una vez desgastada sea
cambiada por otra.
Diferenciar las plumas de aves protegidas de las que no están protegidas es
otro problema. Quisiera señalar las características particulares de cada una, pero no
es motivo de este artículo. Sin embargo, voy a enumerar algunos de los animales
que según el Libro Rojo de la Fauna Silvestre de Vertebrados de Bolivia, editado por
el Ministerio de Medio Ambiente y Agua y el Viceministerio de Medio Ambiente
Biodiversidad y Cambios Climáticos (2009), están en peligro de extinción. Existen
7 especies de aves críticamente amenazadas, 10 en peligro y 25 vulnerables, entre
las cuales se encontrarían: la paraba barba azul, ñandú o suri, el cóndor, el flamenco
(pariguana/jututu), el loro piñeiro y otros.
802 NO SE BAILA ASÍ NO MÁS - EVELINE SIGL
Cuando uno ve una pluma en un ornamento de danza ¿cómo saber a qué ave
corresponde, si son de paraba o de un lorito, o cómo diferenciar una pluma de un
avestruz de una de ñandú, o bien cómo diferenciar una pluma de cóndor con de
una de ganso? Seguramente existen expertos en esta materia, pero a simple vista
es muy difícil hacerlo, sobre todo cuando forma parte de una danza de una entrada.
Por eso, creo que es necesario desarrollar políticas de información y capacitación
en el reconocimiento de la fauna silvestre como también de las danzas autóctonas o
folklóricas, porque separar lo uno de lo otro es caer en un pensamiento anacrónico
que separa al ser humano de la naturaleza.
En el caso de los mamíferos, los siguientes son los que están en peligro: el gato
montés (titi), el armadillo (quirquincho), el “tigre” (jaguar), el oso andino (jukumari)
y el tatú o quirquincho chico de la zona del Gran Chaco. Ocurre lo mismo que con
las plumas, ¿cómo diferenciar una piel de jaguar de una buena imitación de tela
cuando forma parte de una qhawa? Lo propio en el caso de los quirquinchos, ¿cómo
diferenciar un animal recién muerto de uno cazado hace treinta años? En este marco,
la protección de estos animales del uso ritual, se lograría a través de un registro y
permanente control para que no se utilicen animales nuevos, o bien, desarrollando
criaderos de animales. – Con respecto a lo último, realmente llama mucho la atención
que no existan criaderos de estos animales, especialmente tomando en cuenta que sí
existen en los países limítrofes.
La problemática de la preservación de la fauna silvestre es muy compleja y
definitivamente no es suficiente actuar sólo con la ley en la mano y sancionar todo
uso de la fauna silvestre. Tal vez sería bueno tomar en cuenta la experiencia de países
como Brasil que tiene criaderos de aves, o de México cuya legislación protege la
biodiversidad sin afectar la cosmovisión de los indígenas que igualmente tienen una
estrecha relación con la naturaleza, lo que implica el uso de materiales silvestres.
Es hora de replantear la Ley de Medio Ambiente Nº 1333/92 y ajustarla a la nueva
Constitución del Estado Plurinacional compatibilizando la protección de la flora y
fauna silvestre con el respeto de los saberes y conocimientos indígenas y con el
reconocimiento del patrimonio cultural de Bolivia y del mundo como en el caso de
las entradas folklóricas del Carnaval de Oruro y del Gran Poder.
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