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oo
+o.9
HISTORIA MUSICAL
DE
BOLIVIA
88
T N
Prólogo
Además de algunos trabajos de Antonio González Bravo,
Elena Fortún de Ponce, Rigoberto Paredes y de algún otro
investigador de las fuentes, del proceso y de la estructura de
la música boliviana, trabajos que, por otra parte, adolecen de
demasiada
"concreción" en
determinados temas, sólo conta
mos con la ya extensa obra del R. P. José Díaz Gainza (), in-
cansable trabajador y hombre de exquisita sensibilidad. La
visión particularizadora, "disgregadora", de los musicólogos
citados, requeria una concepción general, de entronque uni-
ficador,tal como, justamente, trata de lograr el padre Díaz
en su Historia Musical de Bolivia", recién publicada. Esta
obra es, a nuestro parecer, la primera plasmación sistemática
del desarrollo del arte boliviano desde sus origenes hasta nues-
tros días ) . No se conforma, sin embargo, el padre Díaz, a
narrar los "hechos" musicales en su aislamiento, es decir, ha-
ciendo caso omiso del infinito completo de relaciones que
todo hecho" trae aparejado; todo lo contrario: su Historia
contiene disquisiciones abarcadoras de campos aparentemen-
te muy alejados de la actividad musical (3). Si bien todo texto
que tenga fines pedagógicos debe en lo posible, limitarse a
I
s u tema, incursionando sólo en casos excepcionales en t
picos extraños, no se podría exigir una condición tal en una
obra como la que alhora comentamos. Ella no niega, de nin..
guna manera, una precisa "situación ideológica; y, asi, deia
de ser mera obra de tinles pedagogicos, para convertirse, más
bien, en la clarísima manitestación de un verdadero "credo"
artístico y de una definida concepción histórica ("). No es in
tención nuestra, empero, el juzgar tal credo o tal concepción
(véase, sin embargo, nota 4), sino sólo analizar ciertos aspec.
tos dei libro, aspectos que, escogidos intencionalmente, no sa
len del marco puramente musical.
Luego de una exposición sobre la absoluta necesidad de
la educación musical en los establecimientos de enseñanza,
cl autor hace notar la falta, imperdonable, de un texto de his-
toria musical boliviana que llene en forma satisfactoria los
vacíos actualmente existentes en nuestro material didáctico
(libros de texto, folletos de divulgación, ete). En cuanto a
las razones dadas por el Ministerio de Educación para justi-
ficar la poca importancia atribuída a la enseñanza de la his-
4) Cf. op. cit. p. 2. el uso de la palabra "defender" respecto de
nuestra música; p.11: *...la música no est circunscrita a un
punto geográfico, liámese Bolivia o la Cochinchina". La cul
tura tomada como producto de una lucha muchas veces do
lorosa: p. 15: Se formará (con la educación estética), a su
vez, ef corazón, para aprender a vivir mejor, a fortalecer la fe.
sintiéndola y cantándola; se aprenderá a sufrir más serena y
dulcemente, por la unión con las generaciones que nos pre
cedieron en el dolor y en la conquista de los bienes cultura
les de que hoy disfrutamos". La música como lazo de fra
ternidad, p. 16; las corrientes actuales (dodecafonismo, po
litonalismo, etc.), calificadas como "peligrosas, p. 39; s0
bre la potencia intrínseca del valor expresivo de la musica, p.
82, parag. titulado "Delibilidad de los criterios clasificadores
extramusicales". Considera la historia como proceso contt
no serian
nuo sin susceptibilidad de saltos inmanentes (éstos
Sino modos de interpretación" del acaecer);de Cf. para esto p.
titulado "Unidad Indivisible los hechos nis
38 en el parág.
toricos; papel del historiador, p. 12: "La misión del nis
rlador es análoga a la del "folklorista" o investigador,
Como probos escribanos, sólo "dan fe" del documento mus
cal encontrado". Naturaleza de la ciencla histórica, p. 12:
Clencia histórica es, por tanto, "objetiva" ya que obedeCe_
la lógica nua
Cusivamente "al dictado de los hechos y a
na que los ordena y clasifica". Eso es lo que s6 deog d a
MARVIN SANDI
IV
PR
MISION Ai NRUEGA |
CAPITULO I
1
FINALIDADES DE LA PRESENTE SINTESTS
A sccundar, y estimular la "búsqueda, sistenatizacióny
conservación" de este rie0 patrim0nio cultural va diiigida la
presente Síntesis razonacl:a de la lhistoriü miusical de Bolivia.
CONTENIDO DE LA HISTORIA
DE LA MUSICA BOLIVIANA
FORMA DE EXPOSICION
Lacnseñanza de la música-también en su
rica-tiene en las Escuelas y parte histo-
temente «educativa», Colegios una finalidad eminen
8
Por este su carácter debe figurar en el mismo plano de
las demás disciplinas, la que todas, sin excepción, tienden
a la tormación de la cultura «integral» del individuo.
su admirable «coreografía».
g)las «personalidades y organismos» que han laborado,
tesoneramente, en la «investigación, cultivo y propagación
de la música nacional.
La Historia de la Música de
Bolivia», consiste en la ex
posición ordenada y razonada -aproximadamente cronoló-
gica- de los «hechos musicales» más importantes, ocurridos
en nuestro territorio, desde los tiempos más remotos hasta
nuestros días, y que han ejercido notable influencia en el
desarrollo de este arte, como «propio o característicO»
10
PR
MISION AL E NORUEGA
CAPITUL0 I
1
HISTORLA
OTRAS BONDADES DE LA
v. g. la casta
a) Lo mucho que ticnc de «ejemplaridada;
Scntimentalidad y sc:iorio cle las danzas y canciones de nues.
tro pucbBo, cn oposición a las «cxóticas», especialmente mo.
reaiuxn ma scnsualidad dislocada y morbosa.
dernis, que
Ello sin contar que aún falta mucho para que la musico
logía pueda definimos -dentro de un concepto racional y
fundanentado-- lo que significa el «nacionalismo» en a
rcreación artística» de un pueblo; lo que sólo se conseguira
después de un estudio integral de los recursos idiomaticOs
de su música (8).
12
PP
Puede aceptarse un nacionalismo «moderado», o sca, en-
tendido como variedad necesaria del «universalismo», entidad
superior y rectora de la Historia. Dicho nacionalismo acepta
los valores de los demás paises y admite la colaboración mo-
ral y material de los mismos.
13
CA
C
es lo que s e
humana que los ordena y clasifica», Eso debe
que desprenderse-repetim
enseñar. Para lo cual habrâ
o impuestas.
de ideas politicas personales
Es decir, la «imparcialidad» también debe ser absol
en la enseñanza de la Historia, politica, cultural o artstioca.
Conviene recordar todos estos aspectos, porque la Histo
ria no se reduce a sólo los hechos «culturales»; también s
políticos, económicos, sociales, guerreros, etc., constituyen su
armazón.
Lo que importa, en resumen,es separar la ""actitud" de
quien enseña Hístoria, del "hecho histörico" enseñado.
y sigtes.
14
a) «Educación integral». La enseñanza de la Historia
-según queda indicado- reviste una trascendencia notable
en la educación, por se enseñanza viva, expresión de la evo
lución social, por la que vienc delermunado el ser individual.
15
ción», especialmente la del joven -artista
el que más-
o
capacitado como
para
tan glorioso pasado.
apreciar la «belleza» de nuestra música de
RESU MEN
La Historia -en general-es, según el juicio certero dc
Cicerón, «macstra de la vida».
18
Análogamente, la artistica o musical posee un alto «va-
lor educativo» que hay que saber
e individual. explotar en función social
--i-
directamente perseguidos la enseñanza de
Son «fines» en
Siendo la música
el arte mas difunlido,
sería «incompie.
ta la educación artistica si se desconoce el valor
ma reprcsenta en la cultura de los
quc la mis
pueblos, (Historia univer-
sal de la música); y lo que tiene de caracteristico cu el nues-
tro (Historia nacional). for lo
que lia cnse+ñanza de ambas de
be simultanearse.
20
PRD .
MISION ALIANZA DE NORUEGA
BI
CAPITULO III
DESLINDE DE CUESTIONES
a)
A su aspecto fisico, somático, corporal; a lo que tie
ne de «materia vivíente» o de especie zoológica, diBerencia-
ble de la linea humana
no
(antropoides)
"
El alma puede caer bajo el lente ""evolucionista ni
no
transformista", sino que ha tenido necesidad de la inter
vención creadora inmediata de Dios, según los principios
de la sana filosofía. La "materia, por mas que
no puede desembocar en lo
evolucione,
inmaterial, en el espíritu".
b) También se prescinde aquí de las teorías "polí" y
monofiléticas.La primera "poligenismo "sostiene que el
hombre deriva de todos o más especies zoológicas distintas.
22
tadas las doctrinas del pecado original y de la redención. (CI.
Didascalia» 1961. Págs. 591-600. N° 10).
ERA DE APARICION DEL HOMBRE
ACTUAL
Según
el actual estado de la ciencia no
puede hablarse
con seguridad de la viabilidad del
hombre sobre la tierra sino
en la ERA
CUATERNARIA;
denominada también «anlropo-
zoica por éste hecho trascendental(").
Según los restos más
antiguos-confirmados por el Car-
bono 14-(1) el hombre ha existido ya desde principios de
la citada Era, y, tal vez antes
(ver CUADRO SINOPTICO);
tales som el grupo de los
labón
Pitecántropos (hoombre mono- es
perdido, etc.) del ler. y 2do. Glaciales.
Pero los prototipos del «hombre actual» -salvando al-
gunos rasgos arcaicos- son el «hombre del Neandertal» (3er.
Glacial) y, el más reciente, denominado por Linneo,
SAPIENS, de fines del Cuaternario (unos 80.000 años).HOMO
Ej. las
razas Cro -
(15) Italo Gastaldi, «la Ciencia y los Origenes del Hombre». Rev.
Dldascalia» Año XV. N° 9. Nov. 1961. Rosario (Argentina).
(16) EI más moderno y científico procedimiento por el que se de
termina,mediante la «radioactivldad», la antigdedad de los res
tos orgánlcos.
(17) Dlck Edgar lberra Grasso:Origenes de los Indlos America-
no8. Rev. «Khene». Año I. Vol. I1. Oct. 1955. Págs. 94 121.
La Paz-Bolivia.
23
ANOS ERA TERCIARIA
70
Lemúridos )
millones
Társidos ()
ERA CUATERNAR I A
2do. GLACIAL
TEORIAS FANTASTICAS
Han definido el "origen americano del hombre", el ci-
tado naturalista argentino Florentino Ameghino, que lo
origina de las Pampas o de la Patagonia.
c)
Una tercera opinión propone otra emigracion por a
ANTARTIDA, cruzando el «Polo Sur»; pero ella está hoy ca
si abandonada por la crítica.
PUEBLO0S PRIMITIVOS EN
RELACION CON LA CULTURA
ráneas de la Tiawanacota.
27
tico musical los proveedores más próximos de nuestra ac.
tual situación «folklórica».
28
LABOR DEL HISTORIADOR
No todo debe dejrrse al estudio del
arqueólogo.
histórica ha contribuido también a clarificar
I:a laboi
conceptos.
El citado musicólogo Adolfo
canción folklórica
Salazar, dicc (loc. cit.): La
pervive
con un ritmo o mnejorvital, dicho,
que se «Conserva vivo», Lo cual deja comprender quc no cs
susceptible de procrear. La canción folklórica
engendra no
tipos nuevos; puede sucederse por copia más o menos exacta
de un modelo; or
repetición, pero no por gencracion».
La labor del historiador,
por tanto, es investigar en el
curso del tiempo las formas
domninantes en cada época,detinir
para
llegar, tal vez, a los tienmpos primitivos, o al menos.
su
trayectoria y antigüedad.
Si aceptamos la clasificación del nombraclo cminente
mu-
sicólogo espaiiol y se toma como esfera de esta ciencia cdel
«folklore»:
a) El material creado y aprendido (trasmitido) fuera dle
una sistematización de conocimientos, y
b) El material procedente de la invención colectiva y co-
laboración plural... la tarea del historiador, como se ve, es
amplisima, lo mismo que la ayuda preciosa que deberán pres-
tarle la antropología, la arqucología y la
ctnografía.
Dado el carácter popular e «introductorio» de ésta Sin-
tesis, no denoraremos en más detalles sobre este importa
tisimo asunto del Folklore cientifico.
Pero si nos detenemos muevamente para hacer un vehe-
mente lamado a secundar la improba labor de nuestros in-
vestigadores nacionales -citacdos en el capitulo I - y tratar
de dar vida a los propósitos del
Departamento cde Arqueolo-
gia, Etnografía y Folklore, en la «recolección, inventario y
estudio de los materiales folklóricos en todos los órdenes que
esta ciencia comprcnde, a fin de rcincorporarlos, sulicientec
mente depurados a nuestra cultura presente, eminentemente
nacionalista», según la expresión literal de la Resolucion Mi-
nisterial N° 583, por la que se crcaron y organizaron el Co-
mte de Investigaciones adserito al Departamento de Folklo-
re, y los Comités Departamentales. Estos últimos, hasta aho-
ra, no han demostrado acción alguna.
29
RESU M EN
Sexia ilógico hablar de la «práctica» de la música en uues.
tro continente sin definir --con la mayor probabilidad- la
existencia misma del hombre en el planeta Tierra.
-i
Descartada la tesis del origen americano del hombre, dos
son las principales que se tormulan sobre las emigracioness
extracontinentales:
a)
a) Las primeras promociones humanas hacia América
vinicron desde el Asia (Siberia), ingresando por el estrecho de
Bering, o islas Aleutianas. Sus representantes actuales seríann
los Uru-Chipayas altiplánicos y los Sirionos orientales (ver
Cap. V).
b) Otras más recientes promociones corresponden a
grupos oceánicos (Australia) que arribaron a América por el
Pacifico. La cultura que encontraron muy desarrollada los
conquistadores hispanos fue producto de éstas últimas emi-
graciones que, al mismo tiempo, se fundieron con las indíge-
nas anteriores, ya en franca independencia (ver Cap. IV).
Chipayas).
31
Son prinmitivos también, pero sólo por su «antigüedad.
notable, los de las ALTAS CULTURAS ANDINAS (aV (ayma
keswas).
De los pucblos «primitívos - ahistóricos» se ocupan la
Eunologia y a Prchistoria.
32
CAPITULO IV
SIGNIFICACION TEMPORARIA
35
Siendo los conceptos «estéticos» los más sujetos a tran
formaciones, como la misma historia nos lo enseña, sería
ans-
una
aberración querer juzgar los sucesos mus1cales de epocas
sadas por el rasero de la prcseiite; por e]emplo, a música in
preincásica-puramente meiodicay lineal- baio
digena en la época
aspecto amónico modemo, no SOspechado Cn
que aquellos hechos musicales se produjeroin, y que sc ht
ro-
raciales.
yectan aún en nuestras mayorias
boliviano
hasta el Descubrimiento de la América Colombina (siglo XV),
o más cxactamete, hasta la
Congquista de los CHARCAS (si
glo XVI)
B) EPOCA MEDIA o COLONIAL. - Comprende des
de 1535 hasta la proclanacióu de la República de Bolivia
(siglo XIX).
C) EPOCA MODERNA. - Desde 1825 lasta nuestros
dias (siglo XX).
B) EPOCA MEDIA
C) EPOCA MODERNA
RESUMEN
Dos son los significados que suelen darse al vocablo
epoca";ambos importantes para la interpretación históri-
ca de nuestra música:
EPOCA ANTIGUJA
a) Primer Período. Prehistórico o de las Prinitivas Cul
turas indigenas.
Desde los más remotos
bitación de nuestro suelo, hasta el tiempos de la ha
Imperio Kolla.
turas
b) Segundo Período. Proto histórico
-
42
EPOCA MEDIA o COLONLAL
43
Los siglos iutermedios corresponden a periodos de tras
sición; por ejemplo: el XVII al « B a r r o c o , Opera - Oratorio
44
CAPITULO V
La exposición
de la época más
nuestro territorio encuentra para el
antigua de la música en
historiador las
dificultades, por las siguientes razones, enire muchasmayores
otras:
a) La misma remota antigüedad, sobre cuyo desenvol-
vimiento artístico cultural no
caben sino "hipótesis", espe-
cialmente cuando, como en la
música, no existen restos
sobre los cuales pueda recaer el análisis científico.
Efectivamente, el mismo material de los "instrumentos"
musicales primitivos, construidos a base de vegetales o ani-
males (pág. 54), ha desaparecido totalmente
por la acción
de los elementos destructores de la
naturaleza.
Los que hoy presentan como tales son «arqueológicos»
se
es decir, corresponden a épocas más recientes, como lo evi-
dencia su material: piedra,
de
cerámica, metales, (cap. VI) a
pesar que la
industria lítica
es muy anterior. Las
*plan-
chas o láminas de piedra, por ejemplo, entre los andinos son
también preincásicas ().
no
pesado
esos pueblos virgenes, que han sido los proveedores de las
Altas Culturas, por ley
inexorable de la herencia: olvidand
que en estos pueblos atrasados empieza la Historia del pue
blo boliviano.
PUEBLOS DE OBS ERVACION EN NUESTRA
CULTURA MUSICAL PREHISTORICA
46
car quienes se presumen como tales, y dónde están ubica-
dos, a fin de buscar ""antecedentes"de la más
tica musical en nuestro suelo. antigua prác-
48
ahor se cxaminan, alcanzaron alto nivel en la de sus inmt
diatos sucesores, los de alta cultura indígcna (cap. VI).
POESIA
La música prehistórica, como se deduce de lo poco in-
dicado al respecto, está constituida por repetición de pala-.
bras basta el cansancio, frases breves, prosa mas que poesía»,
pero que, por su «calidad emotiva» se desarrolla en eB hom.
bre de la tribu con mayor intensidad que en el hombre civi.
lizado.
Los medios rústicos del lenguaje primitivo se unen des-
pués al canto rudimentario de expansión o relato, según
sus funciones,algunas ya indicadas:curación de
enfermos,
preparación al combate,mortuorias,etc. (ver tambien pág.52
Esas circunstancias
las que han dado forma inicial
son
ala poesía-llanmémsola así- lírica, épica, descriptiva o de
mera recreación, cntre estos
grupos primitivos.
Con la aparición,
de la canción la
vuelve «rítmica». No existe la separación palabra humana se
entre la poesía y la
música sino en el desarrollo
do la necesidad de dar fomamuy posterior, cuando ha teni-
a cada arte
(**).
CARACTERISTICAS DIVERSAS
Cada pueblo, cada raza, tiene su modo
de los sentimientos musicales, pues tantode exteriorización
tribu como el civilizado siente la el hombre de la
artistica. necesidad de ""creación
Existe al respecto un
rar, porque incide sobrecomún prejuicio que hay que bo-
los hechos
juicio es el de
asignar una mentalidad históricos. Dicho pre-
primitivo; y en realidad, es la calidad deinferior al hombre
aquellas gentes, y no una diferencia de la experiencia de
mentalidad, lo que
(33) Rigoberto Villarroel Claure: «Arte
1952. Es de
Artes y la Estética». Contemporáneo».
interés su ensayo sobre el La
«Desarrollo de Paz
Págs. 101 120. 1as
50
distingue entre si la producción y apreciación del arte por
los hombres modernos y por los primitivos (Ibid).
DANZA
Compulsando la actitud de los pueblos modernos incul-
tos
se colige que la danza ha debido ser una de las manites-
taciones artísticas de la humanidad, la primera, tal vez, de
las «iornmas musicales», ya que el «ritmo» es una tendencia
innata en el hombre, explicable por muchas razones aninicas
y fisiológicas, y que, con crudo empirismo, ya lo expresaba
e e l siglo XVIII el gran cítico musical P. Antonio Eximc-
i0, para quien la música tiene «cicrta conexión con los mo-
Vimientos de la sangre»,
52
ta nuestros mismos días, y «que importa estudiar con hondo
y amplio sentido crítico y filosófico» ().
Con relación a los dos grupos caractcristic0s que se vie-
nen tratando, recuérdese que los Uru- Chipayas siguen ado0
rando a la Tierra y al Agua, como a sus dioses familiares. De
igualmanera, los selvaticos menos religiosos mas supersti-
ciosos-hijos del bosque y del río- encuentran en la natu-
raleza circundante sus nanes protectores, ante el temor cons-
tante de su cólera; el «rayo» y el «truen0» en la atinóstera,
y el acecho invisible del jaguar, dios de la selva. Puede verse
el contenido de la Danza del tigre o Conoi en varios eusa
yos y en otras danzas ya citadas (37).
INSTRUMENTOS
5
Cordófonos. Este es wa renglón que falta en todo el pe-
riodo precolombino, pues, como se sabe, el
es sino una réplica poscolonial de la
«charango» no
guitarrilla española (cap.
VII).
Una excepción la constituye el
arco musical-cordófono
simple- de los indios «chané» y
«yucararés».
Siquisieran buscar antecedentes del misino pudieran
se
eucontrarse en la música mimética, es decir en la
de la naturaleza y en los imitación
utensilios indigenas.
Elarco musical» instrumento raro en América,
es un
uilizado por estos pueblos
«cazadores»,
América,
a que se hizo ante-
rior referencia
(pág. 48), ya que «el arco y la ilecha son sus
medios de vida y de detensa».
No se olvide que
igual origen se atrlbuye a la canción
autóctona el taquiriquire (pág. 5I). Curiosidad o premedita
ción, el arco musical chané es un doble arco de
tlexible y curvo que en suscazador,
o
sea, un
leva tensa
porticuerdas extremos
una cuerda. Al frotar mútuamente los dos
produce arcos
de
un sonido, débil como se
comprende, por carccer
caja de resonancia.
56
A los verdaderos instrumentos de viento, o aerólonos pro-
piamente dichos, corresponden entre otros, los siguicntes ins
trumentos selváticos:
58
MUSICA URU -
CHIPAYA
De la "música'" de estos
cias existen. pueblos andinos pocas referen-
a INSTRUMENTOS MUSICALES
Entre ellos son característicos
pequeñosmembranó-
fonos o tambores cuadrados, ejemplares exóticos en re-
lación con los de los aymaro keswas, aunque no unicos
en el Continente, ya que, por ejemplo, de análoga cons-
trucción son los tambores - sonajeros, de los indios Purulla
(Guatemala), clasificados igualmente por C. G. Izikovitz.
80
ción. Cuando se
levantan tocan una melodía con flauta y
acompañamiento de tambor.
OBJETOS CEREMONIALES
Son objetos de uso estrictamente «ceremonial»: la honda
(que también usan en las danzas); una peluca de c1in de ca-
ballo; el Kem, o vaso de madera, la kamana para, o umaña,
que es el «bastón sagrado» -de varias formas- desde el1
simple palo hasta el hecho con hojas de palmera; lo guardan
en Jas casas y lo usan los brujos, o los yatiris (hombre o mu-
jer), que presiden los sacrificios.
Quedan nombrados algunos de sus «mitos» o idolos: las
Sam o piedras sagradas» en forma de promontorio, las mon-
tañas (como el Sajama) y -como de actualidad poltica
citemos, para terminar al rio Lauka, que nace de dicho
cerro, divinidad a la que sacrifican animales (uno de cada
tres especies) anualmente.
RESU MEN
..
c) El desconocimiento de la «escritura» durante todo cl
tiempo pre histórico. Los «símbolos» gráficos u otras repre
Sentaciones alusivas a la música son indescifrables, o falsa-
mente interpretadas. (cap. VI).
61
d)
La despreocupación que ha
primado en todo lo re-
lativo a la música «primitiva» por considerársela de ningún
valor cultural.
nas
Algunos ejemplos de estos ensayos etnográficos indige
pueden encontrarse en los relatos
ran un análisis crítico de los misioneros, que espe-
musicólogos.
Lo que
pudiera llamarse
canciones indígenas primitivas «poesía» en la letra de dichas
se reduce a
labras y trases, en número repetición de pa
ción del canto, que, sólo enilimitado, según la especie y kun
canzado el culturas más avanzadas, ha al-
nivel de
mente dicha. «composición» o forma musical propia-
-
En los pueblos que ahora se estudian, los instrumentos
musicales han tenido, en orden y pertección, la importancia
de la danza y en sus tres categorias universales: «percusión»,
«viento» y «cuerda»; de todos existen interesantes modclos.
A. DE PERCUSION:
de-
b) Las tres clases de «Membranófonos» comunes,
nominados «timbales», «tambores» y «bombos», usados
se-
B. CORDOFONOS:
C. AEROFONOS
A esta clasificación
zumbadores" (aerófonos libres)
pertenecen: a) Los ""palos y discos
de varias
y b) otros tribus,
verdaderos instrumentos
de palmera, o de de viento: "trompetas", de hojas
cana (bajon); la "hoja" suelta, naranjo
de
u otros árboles varios "clarinetes"
viene dicha "hoja" como rústicos, en que inter
o de cañón de
lengueta o taco;flautillas de caña
ave; multitud ""silbatos" de
de
tales; (pifanos) el "sereré" chiriguano, etc., y câpsulas
el
fru-
""naseré"
de algunos indios del Chaco.
De la música
Ellas
uru - chipaya pocas referencias
se reducen a: existen.
a
de formaInstrumentos: pequeños
cuadrada (raros membranófonos
«tambores
munes bombos, de
en
Sudamérica);
gran dimensión
además de los co
y sonoridad.
Varios
de tubos) o aerófonos,
«kenas»
como los sikus (flautas de doble hilera
la actualidad, parece simples,
los
y tark' as, que también usan en
que han heredado de los
keswas, posteriormente. aymaro-
b) Sus danzas son muy sencillas
mítico religioso», en honor a sus
y todas de cauácter
dioses tutelares, o contra
64
Sobresalen las de Samiri o de las
los espíritus maléficos.
"piedras sagradas, y las de los Mallkus Estewan, Kempe-
rani, Kunkuriní (demonios)
67
de un sentido y goceestético; la subsistencia de éste debe
ser la primera y fundamental razón de nuestro acercamien-
to a esa tradición, secularmente madurada, en expresión de
un precaro musicólogo nacional (44)
Tendrán, entonces, sentido las palabras "arte y ciencia
aún con vocablos del propio idioma;
Amunyas (45) que, según el políglota sorateño Emeterio
por ejemplo: Aru-
Vilamil de Rada, quiere decir: "Arte y sabiduria del acuer-
do de los sonidos"; una definición -como se ve-muy an-
tigua de la Música, aunque ningún Manual de Teoría men-
C1ona su arcaica procedencia ""aymara"
Como composición de lugar y previamente a la exposi
ción de la ""práctica musical" por sus principales protago-
nistas, los aymaro keswas (46) se hará una somera incur-
sión a sus probables "cronologías" y a su cultura general.
68
De otro lado, los arqueólogos, que, en un sólo, punto de
referencia: Akapana o Tiawanaku, discrepan en miles de
años. Asi, mientras Wiesse, por ejemplo, le adjudica .500
años antes de la era incásica, Posnansky los eleva a 10.600
y aun a 25.000
69
climatericOs, desde La:
mando dos puntos extremos
(VilcanotaPerú) a 4.118
-
metros de altu hasta el Raya
ni
puerto chileno sobre el Pacific e
Copiapô,
1818, laon-
del mar: en
(52) Cabello de Balboa: "Historia del Perú bajo la denominación de los Incas"
Colección Urteaga Romero, Lima. Citado por Mario A. Puga I. (ver nota
Extensión Geográfica. -
Enentonces cl lmperio
ese
abarcaba diversos territorios sin solución de continuidad, des-
de la altiplanicie del Ecuador-todo Perú
y Bclivia actual
hasta las lindes de Mojos-- y las últimas estribaciones de los
Andes en el norte de la Argentina y hasta el desierto de Ata-
cama en Chile; cs decir, más de veiute grados geugrálicos de
extensión.
abuelos de
huallpa y Roka, hijo de este) se llama Luis Felipe Duchisela
XXVII. Datos proporcionados por Mercedes Anaya de Urquidi en su ca-
pítulo "Mujeres del Incario", (nota 36)
(54) Se descuentan en esta oportunidad culturas "prehistóricas peruanas'", co
mo las de Paracas -desaparecida ya antes de la Conquista- y a la que al-
gunos cronistas asignan distintos períodos de duración: 2.500 años A. de
C. (según Salinas) y 5.300 (según Guamán Poma) La anterior cultura naz-
ca, de la que la Paracas se considera tributaria. La cultura Chavín, cuyos
restos se remontan a la primera edad megalítica, o arcaica andina tam-
bién (templo de Hauntar) y la Chimú y muchas.
72
Entre edificios, merecieron mención especial de los
sus
cronistas: Intihuasi (conjunto de templos destinados al culto
del Sol, de la Luna, de las estrellas y fenómenoS
metereolo-
gicos) Ajllahuasi (la casa de las ñustas, vestales o virgenes del
Sol): Sajsahuaman (la construcción ciclópea que inmortalizó
a Cahuide); Intihuatanas
(observatorios y altares propicia-
torios); Kallkampata (graneros del Imperio), etc., encerradoos
todos en o cerca de la ciudad imperial: el Cuzco, con más de
200.000 habitantes, - a donde convergieron las más
zadas culturas del Ande y de la Costa-y que, avan-
su interés
histórico, ha sido declarada recientemente (55)por
"capital ar-
queológica de América".
74
a un Amauta o cacique Illa, de Chayanta, o de la raza de los
Charcas, según Polo de Ondegardo (57)
Pero, tanto el cronista últimamente citado, como el P.
Anello Oliva y Fr. Martín de Morúa, presentan los kipus co-
mo sistema de ""contabilidad"", de ""mnemotecnia" o recor
dación de fechas y de sucesos, únicamente.
LOS KHELK'AS
75
de los kipus (pág. 74) Estas hojas eran semejantes a los "pa-
piros" egipcios (60)
En nuestro opúsculo SISTEMA MUSICAL INCASICO
(61) figura la cita del mismo, que aquí se reproduce: "en
el reinado sexagésimo cuarto de los Incas, hubo una inva-
sión general de pueblos del Este, Oeste y Sur, y una rebe
lión de las tribus sujetas que destruyó el poder del Cuzco:
sus habitantes dejaron la ciudad a sus sacerdotes incas y se
retiraron a Tamputhok'o (62) bajo el cetro de un nuevo
rey. Fue entonces que se perdió una forma de escritura so
bre hojas de plátano (khelk'as) semejantes al papiro egip-
cio y se inventóel sistema de los KIPUS.
(60) Aunque no está probado que los egipcios tuvieron una «escri
tura musical» o sistema de
notación propiamente dicho, su his-
toria nos relata que los sacerdotes
ra salvar sus fórmulas
de Osiris, Isis y Orus, pa-
secretas de la invasión asiática que si
guió a la caida del Imperio faraónico y que, hasta entonces,
sólo se había manifestado por el sistema «mneumático» de la
quironimia, idearon el sistema «gráfico musical» sobre el pa
pel. Este papel consistía en delgadas láminas o cortezas arran-
cadas de una planta ciperácea del oriente, llamada
«papiro».
(61) P. José D az Gainza: « Sistema Musical Incásico». Editorial
versitaria 1953 Potosí. Pág. 20. Un
62) Temputhok'o fue donde, según la leyenda
epopeya del iniperio Incásico. Estaba keswa,
situado en una gestó
se
la
planicie
media entre !os picos Huayna Pijchu y Machu Pijchu: esta ul
tima fortaleza fue redescubierta en 1913
de la Universidad de Yale, (EE.UU.). por Hiran Bingham
(63) Pese a los argumentos presentados en el texto en contra de
existencla de la «escritura indigena andina» prehispánica, la
la
cuestión sigue sobre el tapete: ya que el hecho de
la desapa
rición-por muerte o persecuclón- de quienes sabian «el eri
tendido, simbolismo o convencionallsmo» de aquella Cultura
escrita, no cierra las puertae a la interpretación de sus restos,
que pueden uarnos admirables sorpresas, como está aconte
ciendo con los «códices» de la cultura Maya, cuya influencla
sobre la andina no se descarta.
76
TRADICION ORAL
Pese a que, en lo
musical especialmente, dicha forma de
enseñanza y aprendizaje es insuficiente y expuesta a erro-
res aún para los bien dotados de oído, es lo cierto quie
"la palabra cantada", la melodia ejecutada y oida en los
momentos en que se la hacia valer para su "memoriza
ción, fueron el único medio de trasmisión en esos pue
blos.
Toda la música de las civilizaciones precolombinas fue,
pues. "tradicional", porque fue trasmitida oralmente, sin
que existiera ningún método de "notación musical" comn-
probado.
Y aquí sí cabe la alusión a la obra de las Yachai Hua-
sis (pág 74) que no sólo se reducia a la enseñanza de la di-
fusión del idioma keswa, la astrologia, el arte guerrero y la
interpretación de los KIPUS (pág. 74) sino a los sistemas
científicos, dentro de su primitivo nivel -el tritónico y
pentatonico; sus tradiciones musicales fueron preserva-
das por un cuerpo de "músicos profesionales" instruídos
a este efecto; "tradiciones revividas constantemente en las
funciones cívicas, religiosas, militares; "tradiciones orales",
por las que se han llegado a conocer las hazañas por ejem-
plo de Wiracocha y de su hijo Pachakutej, referidas en poe-
mas o romances. Por tradición oral nos ha llegado, entre
muchas melodías indigenas, el "Himno al Sol", que captó
de los labios y gargantas indígenas el citado Daniel Alo-
mía Robles, y que transcribieron para piano los músicos
bolivianos Manuel José Benavente y Eduardo Caba.
77
La importancia" que la tradición oral tiene
tros no es necesario para noso-
en una "música
probarla; basada tiempos históricos
en
organizada" ella es una de las bases de
nuestra actual situación folklórica; es
decir, sobre ella se
ha alzado la estructura viviente de la "música
porque a diferencia de otros pueblos americanos, boliviana"
esa "tra
dición musical" precolombina ha
supervivido a la Conquis
ta española, y ha influído notablemente sobre la actividad
de nuestros
compositores, y de quienes han bebido su ins-
piración en esas limpidas
fuentes, para presentar a la mú.
sica nacional con el sencillo
con la riqueza armónica
ajuar de sus antepasados, o
y la complejidad polifönica, acordes
con el progreso alcanzado
despues en esta ciencia y arte,
pero conceptos desconocidos por todos los pueblos de la
antigüedad precristiana.
Es lo que se trata de probar muy someramente en el si-
guiente apartado.
ARMONIA INSTRUMENTAL INDIGENA (?)
Si bien no podría negarse en absoluto la práctica coral o
de conjuntos vocales, como expresión colectiva en nuestras
razas autóctonas, nadie ha osado sacar para ella a colación
la simultaneidad de sonidos" o armonía,
aspecto la práctica coral se redujo, en ya que en este
nos del Viejo y Nuevo Mundo, a la todos los precristia-
(pág. 39) cantar al unísono, o bienmonodía,
a la
u homofonía
De más está
recordar que la armonia, superposición de 3,
o más sonidos simultáneos, apareció en Europa hacia el si-
glo X de nuestra era (pág. 39)
RESUMEN
La primera etapa de la música antigua-según queda
expuesto. (cap. V), está expresada por rústicos instrumen-
tos, creados a imitación y para reforzar la voz y como ayu-
da sincrónica a los movimientos
corporales (danzas).
En la segunda etapa, -de la misma época antigua- co-
nocida como de las Altas Culturas andinas(cap. IV, pág.37)
se evidencia un notable avance musical, ya que la misma se
practica como arte y ciencia de los sonidos (Aru Anunyas)
sistematizada y enseñada por sus sabios o Amautas.
79
Bste segundo período de nuestra música tiene como ac-
ores sobresalientes a las razas aymara y keswa.
81
Si bien se practicaron «diversas clases de escritura»: pic-
tográficas, petrográficas, jerogliticos en cerámicas, tejidos, etc.
ellas no han tenido signiticado FONETICO o ALFABETICO.
Las pruebas que, se han presentado a favor de dichas ex-
presiones escriturarias no se consideran válidas por la criti.
ca científica. Sólo se les atribuye un
significado "ornamen.
tal, simbólico, ideográfico y mnemotécnico"
-
Tampoco es admitida por la crítica seria la escritura
gráfico - musical sobre papeles o pergaminos, denominadas
KHELK'AS que, según algunos historiadores, estuvo en
uso antes de los KIPUS, y se supone
desaparecida o ahoga-
da con la adopción de dicho sistema de nudos.
82
CAPITULO VII
83
Calendario Ay m a ra
86
Leyendas, Mitos, Supersticiones han dado amplio margen
a nuestros escritores para llenar volúmenes sugercnles (), y
al estudioso del folklore, materiaB abundantisino de reco-
lección.
Estas razones, y exigencias de los actuales Programas de
Música Nacional, obligan a no preterir este tema, siquiera en
sus puntos sobresalientes.
) LITOLATRIA
Uno de los mitos y
supersticio1.es que caracterizan
formas peculiares las primitivas civilizaciones con
de nuestro sue-
lo es la Litolatria, o culto a las
extensión «piedras y montañas» (y por
los bosques y rios), a los
a
que consideraban como
mansiones de sus dioses y genios tutelares de sus clanes, fla-
trías y pueblos organizados. Los
grupos étnicos estudiados
anteriormente (cap. V) nos han dado pruebas fehacientes de
ello; y sus sucesores, los aymaro keswas, nos han
-
88
de los Chacha chiriwanas (hormigas
hogareñas, perjudicia-
les), de los Chatris o Chatripulis (ángeles buenos, alados), etc.
etc.
Este tema se ha de tratar expresamente en próximas pá-
ginas.
c) HELIOLATRIA
La adoración al Sol --como dios máximo-- sustituyó en-
tre los kolla inkásicos a las
primitivas divinidades pétreas
-
92
el ámbito del Inkario) como producto de las condiciones geo-
gráticasy climatèricas: «desolación del paisaje», aire enra-
recido de la puna», etc.; nuestro escritor y diplomático Víc-
tor Andrade afirmaba en la Revista «Kollasuyo» quc: «las can-
ciones de las montañs (música aymara) generalhmente están
en modo mayor, también como consecuencia del aire
vigo-
rizador del lago sagraio Titikaka, y que la música de las lla-
nuras estå sicmpre impregnado de la nostalgia del modo me
nor, retlejando el espíritu melancólico del paisaje». Inexacti-
tudes ambas, musicalmente hablando, pues los indigenas han
practicado, en la puna y el valle, los cinco modos del siste-
ma, y si ha prevalecido el menor en la actual música es mas
bien influencias de la «escala menor antigua o de la menor
amónica», europeas, importadas por los misioneros y colo-
nizadores hispanos, (cap. VIII).
DEBILIDAD DE LOS CRITERIOS
CLASIFICADORES EXTRAMUSICALES
Por lo que antecede se comprenderá --y habrá que dar-
les razón como especialistas--por qué los «musicólogos no
admiten ninguna «clasiticación» de la música que no sea «es-
peciticamente musical» ("), aunque ello parezca una pero-
grulada.
a) El criterio, ya citado, Fisico Geográfico es inseguro
por estar expuesto, como los productos agricolas, a constan-
tes «intercambioS» culturales con los de otras regiones, a las
que llevan su música y traen la que encuentran, si ajena pue-
de considerarse en épocas pasadas la que cultivaban los ha-
bitantes de la montaña (ay1maras) y las de los valles (keswas).
CONCLUSION
94
a) MUSICA Y DANZA AYMARA.- La Música Ayma-
ra es profundamente panteista y nisiica, como el espíritu de
la raza; grandiosa «como el aspecto de las nmontañas de los
Andes y el cielo de su tierra»; severa y meluncólica «como
las inmensas pampas de la Puna»..
95
CONCLUSIONES (")
La naturaleza circundante, si bien n0 puede imfluir direo
tamente sobre los productos del espiritu -como lo es la mú.
sica-, tal vez contribuya a estimular «propensiones o ten-
capaces de gravitar a la orientación de las preferen-
dencias»
cias colectivas.
RESU MEN
Los pueblos del Kollasuyo se regían en sus fiestas cósmi-
co - agricolas por un CALENDARIO propio, antes de adop-
tar-a partir de la Conquista Española-- el universal o «gre
goriano».
No hay, sin embargo, uniformidad entre los cronistas e
historiadores sobre el "tiempo o mes" en que comenzaba
el "año indígena*"
96
c Inti Rainmi o Wilka; del Solsticio de Invierno. La fies
ta del Corpus Christi es hoy su equivalente.
etc.).
b) Un poder sobrenatural o mágico. La música era co-
mo una panacea universal: para atraer las lluvias o causar un
buen tiempo; para dominar las fiestas; para curar enferme
dades; para evocar o hacer aparecer a sus autepasados, etc., elc.
tdco3 y otros.
98
La música ha sido
chos factores, con los mismos
practicada
independientemente de di-
«sistemas», «ritmoS», elc., por
las razas que habitan los diversos
lugares
constatarse en la de los aymaras (de la climatéricos. Puede
(de los valles). montaña) y keswas
Potosí)
es mistico panteísta; abstracta, pura, scvera. De
instrumental. preterencia,
99
CAPITULO VIII
DIFICULTADES Y VENTAJAS
Si la falta de documentación (págs. 73 - 77) ba impedido
hasta ahora definir, de un modo concluyente, las expresiones
que en el campo musical caracterizaron a nuestras mayorías
A
base, pucs, de posteriores ivestigaciones musicologi
cas, pueden formularse algunos «principios generales» sobre
la música «prehistórica», cuyos representantes actuales, han
seguido impermeables a toda civilización; lo cual favorcce
su estudio.
CANCIONEROS PRIMITIVOS
102
de la experiencia y de los
pueblos. sentimientos anímicos de esos
Un avance en la estructura
musical «arcaica» lo consti-
tuye otro cancionero: el que los
tónico, que supervive, y caracterizamusicólogos denominan tri-
nas expresiones idiomático inconfuudiblemente, algu-
musicales de
de Bolivia; el cancionero antiguo chapaco determinada region
lo mismo, ha de merccer atención
o
tarijeñio, quc, por
preferente.
CANCIONERO TRITONICOO
a) Extensión geográfica. El haberse tomado al
rio Inkásico como «único» Impe-
punto de arranque de nuestro fol-
klore musical, ha motivado la
el olvido de otros cancioneros «ignorancia»,
o por lo
menos,
al pentatónico (pag. 106)
«simultáneos» y «anteriores»
que, evidentemente, se impuso du-
rante los cinco largos
siglos de la dominación keswa.
Algo parecido aconteció con casi todos los aidiomas»
preincásicos.
Uno de los estratos culturales de muy antigua data es el
cancionero denominado tritónico, cuya recia estructura to-
nal pervive aún en distintas areas geográgicas; lo que hace
suponer una práctica intensiva y compacta en épocas pasa-
das.
Por los datos que la musicología nos proporciona, a «ola
tritónica» puede ubicarse en tres períodos: a) el más antiguo
y amplio, que comprendia desde el norte Argentino basta
Colombia; b) el sub - incásico: desde la frontera boliviano - ar
gentina hasta el Ecuador (pág. 72); y c) el actual, con lagu-
nas intermedias: Noreste argentino; Sud de Bolivia (parciali-
dades de Oruro y Potosí, y una extensa porciou del Depar
tamento de Tarija) y la región central del Perú (entre los in-
dios Wanka, cerca de Jauja)
Veamos a continuación los «elementos formales» de este
cancionero tritónico.
b) Sistema tonal. Está constituido por na gama, o mne-
JOr, orden natural» de «tres sonidos» o grados diterentes; ) :
DO - MI SOL (en la tonalidad de Do mayor). La distancia
de dichos grados son dos intervalos de tercera: la primera
mayor, y la segunda menor.
103
En las melodías, ésta serie se amplía con la repetición del
Ser. sonido a su 8* interior (sol D0) y algunas veces, con la
repetición ler. sonido a su 8 superior (SOL do). Compárense
varias tonadas chapacas» puras (vocales o instrumentales).
La musicología no encuentra en este pobre esquema «tri
tónico» un verdadero «sistema tonal», ya que aquel no res
ponde a ninguno de los métodos generadores (círculo de quin-
tas), ni encaja en la división de la 8-escala tritlónica mo-
derna- en tres tonos enteros, (según los modos de
Bussoni).
En consecuencia, sólo se halla explicación en un «orden
natural» de sonidos armónicos o secundarios, sobre el tunda-
mental o principal (DO), que se producen por la presión del
soplo obre el único agujero de los instrumentos o trompetas
que lo emplean: El Erke, o caña gigante, y el Erkencho (cla-
rinete rústico con lengueta).
Cana, de la
«pcniatonia universal».
EXTENSION GEOGRAFICA DEL PENTATONISMO
Efectivamente; una revisión de la historia musical de los
pueblos antiguOs extra - americanos, y también de los de fue-
106
ra de la órbita del Estado de los Incas, comprueba que el
pentatonismo» fue conocido como sistema especulativo, y
practicado en la música de «culturas superiores» de los cin-
co Continentes.
SISTEMA TONAL
De manera que la
única, o siquiera la mejor forma de
deshacer estas falsas apreciaciones sobre la música
es presentar melodías indigena,
autóctonas puras en cada uno de los
cinco modos del sistema.
- - - -
A MAYOR (do) LA SOL MI RE DO DO
B - -
20 MENOR (la) SOL - MI RE--DO LA LA
C - - -
3 MAYOR (sol) MI RE -DO LA SOL SOL
49 D MENOR (mi) RE- DO - LA -SOL - MI MI
59 E MAYOR MENOR (re) DO - LA - SOL - MI - RE RE
neutro)
Todo lo anterior no
pasaría de ser un ejercicio o entre-
tenimiento «teórico» si no se sabe cómo aplicarlo en la cla
sificación de las nelodías indígenas (cuyos sonidos
recen ordenadas
no apa-
como en las anteriores
escalas).
Para llegar a un resultado exacto, es necesario que las
mismas sean bien captadas transcriptas;
y para lo cual se ne-
cesita muy buen oído, y una externación ficl del
cantor del
por parte
o instrumentista que las ejecuta.
111
Esto supuesto, he aquí la forma
en ei modo correspondiente sencilisima de ubicar
kásica:
cualquier tonada o melodia in-
a Se coloca
primer lugar la tónica, o sea la nota
en
más grave de la melodía. (No se olvide
que si es pentatónica
pura, siempre termina en esa nota
grave).
b) A continuación se coloca el sonido que
corresponde,
según la escala. Ej.: Si la Tónica fue RE, el 2° grado es MI
el 3° SOL; y asi sucesivamente, hasta
terminar los cinco. (No
confundir con los sonidos de la escala
inkásica no hay semitonos). diatónica, pues en la
d)
Si la melodía es «defectiva», o si le falta algún
sonido de la escala, se suple en esta sea,
desea). Y esto es todo. (entre paréntesi si se
Si la operación ha realizado
se
debidamente,
aparécerá al colocar el último de la serie.
el modo
d) 2 semicorcheas--1 corchea;
e) I corchea con puntillo - -
1 semicorchea;
f 1semicorchea -
una corchea con puntillo;
g 1 semicorchea 1 corchea- l semicorchea (cl sin-
copado típico);
h) 4 semicorcheas
Existen,
pues, no menos de ocho fórmulas rítmicas"
distintas, en el cancionero pentatónico, sin contar los apor
tes de la música hispamo
cer (algunos
europea, que vinieron a enrique-
-
(*).
Por el momento basten estas
ma ritmicos pentatónico, ya que la
ligeras acotaciones al siste-
presente obrita no es nin-
gún tratado técnico, ni mencs, exhaustivo.
EXTERNACION INSTRUMENTALL
DE LOS SISTEMAS TONAL Y RITMICO
.
114
a) Los propiamente melódicos o «airófonoS» rcprese-
tados por la familia de las flautas sencillas del genero Kena o
las dobles o juegos de estas: Sikus, Antaras o Zampoñas.
RESU MEN
Consideramos como s e c u n d a r i o s los «criterios extra - mu-
recia es-
tructura se perfila mucho antes del elaborado
de los Incas. «pentatónico
-i
El cancioncro tritónico de referencia esta constituído por
solo tres» sonidos. Por Ej. DO- MI - SOL; que, oídos simul-
táneamente, nos producen el efecto de un «acorde perfecto
mayor»,
Es, pues, un cancionero muy pobre tonalmente, que no
responde a un verdadero «sistema», sino a un «orden natu-
ralmente producido» por la presión del soplo sobre el aguje
ro del gigante instrumento: la Caña o Erke.
-i
Este portamento de voz se externa no sólo en las melo
días vocales, sino también en las que ejecuta otro instrumen-
to típico: el Erkencho especie de clarinete, fabricado con asta
o cuerno de vacuno.
117
El cancionero pentatónico es el unico organizado quese
conoció en América, antes de la Colonia.
- -:
La música pentatónica, sin embargo, no es exclusiva de
Sud América. En igual sistema está basada la de otros pue-
blos del Norte y Centro América, además de la de muchos
pueblos del viejo mundo: China, Egipto, Palestina, etc., y de
las Islas del Pacífico. Por esta vía liegó a América ia música
pentatónica, con los últimos pueblos emigrantes (cap. II).
- -:
Efectivamente tomando como tónica a ler. grado "ca-
da uno" de los sonidos del sistema pentatónico inkásico,
resultan cinco escalas, que, por la diferente colocación de
sus intervalos, originan cinco modos distintos; de ahí quue
el sistema completo sea pentamodal.
118
Ver las series correspondientes en el Cuadro de la pág. 110.
---
Si la escala tiene una sola 34, y el intervalo externo es
de 6, el modo es Mayor.
Si contiene dos 3as., y el intervalo exterior es de 7, el
modo es Menor.
-i
Los anteriores esquemas no aparecen siempre así en la
música inkásica, sino que se desenvuelven en otras variadas
fórmulas rítmicas:
Son estas dos: 1 corchea - 2 semicorchea. - o bien a
la inversa. O estas otras dos: corchea con puntilo, y a la in-
versa.
--
119
La música pentatónica
inkásica aparece tanto en las me-
lodías vocales coimo en las instrumentales. Se detallarán en
elsiguinte capítulo.
Los instrunientos que cjecutan este cancionero son: a
los «melódicos» o acrofonos conocidos: las kenas
y la nume
rosa familia de las
Flautas) y los Sikus, Antaras o Zampoñas
(flautas de doble hilera).
Los ano melódicos», de
Tambor y Bombo.
o
acompañamiento, son: Caja,
120
CAPITULO IX
121
Esta conservación humana o aborigen es la mejor ayuda
para los investigadores de nuestro pasado y para tacciomar un
mapa geo - foiklórico.
CLASIFICACION CENERAL
A tres especies puede reducierse la música autóctona:
a) La especie lírica pura, constituida fundamentalmente
por lo que se llama canción, con sus dos elementos: la
labra o texto poético, y la música pa-
que la acompaña (sea es
ta melódica, o de simple
acompañamiento ritmico)
El canto lirico puro excluye la danza.
124
El historiador indio Yamqui Pachacuti Salcamayhua
anotaba «seis» con nombres propios, al transcribir un Himno
del Inka Roka al Supremo Hacedor. Escribía aquél: «en don
de embentaron cantar con ocho atambores y cax1s tcmera-
rios los cantos llamados ayma, torma, cayo y vallina chama-
yuaríessa y haylli y cachua» (").
Todo lo anterior, aunque desordenado, nos habla de una
notable «variedad» de canciones, que testifican la inventiva
indigena en este aspecto.
POESIA Y CANCION
El
canto
sión de los musicólogos franceses es la sigulente.
religloso. Las lementaclones funerarias. El canto alcantos
amor. del
La danza cantada o instrumental. Los
canción.
adiós. La pastora.
(91) Cita de la pág. de Poesía, Danza y Música Inca. Editorial
59
NOVA, Bvenos Alres, 1943.
«Oto*
(92) El Erke, por ejemplo, tañe en las estaciones secas de
s9
la Anala, Gn
no e invjerno» aespués de Carnaval. En cambio, nombre quo
verano y especialmente en Carnaval;
Prlmavera y
tamblén se le aplIca.
125
borados en siglos de rebuscado perfeccionamiento, se ofre.
ce a continuación un ramillete de Canciones (en versión
castellana), brotadas de la fecunda inventiva poética indí.
gena, antes de evolucionar hacia el romanticismo enfermi
ZO occidental.
Nótense en ellas los caracteres que, en forma acertada,
les han fijado literatos y lingüístas (5; cantilenas frescas
melancólicas (pág. 123) como un paisaje de madrugada andi
na. Poesía blanda, casta y dolorida, de candoroso hechizo v
bucólica suavidad, ensombrecida de pronto por arranques de
la más trágica desesperación... No sólo hablan de los ani.
males, sino de los árboles, las cuevas y los cerros: toda la na-
turaleza se anima y personaliza. En su intuitiv inocencia, el
indigena concibió la fraternidad del Universo.
quitó a mi madre
Oh Chnaychunay, corazon
su caballos y mulas
(fraterno
(ensilladas; porción de la gran fiesta,
correteas por el río no volverá.
que ya
abusando de mi orfandad No me hagas nada, Pati,
con garrote llameante. que ese día hiciste llorar mi
En medio de tantos cOrazon.
harapos que duermo,
desde
b) Ayma. Canto «mitico- religioso», Puesto que
Manko Capac, de ascendenci Kolla, el pueblo inkasico tam-
bién era «deista», no es extraño que en sus cantos se implo-
Runa Kamaj, Pa-
rara frecuentemente al Creador, apellidado
cha Rurak (Animador del hombre, Hacedor del Mundo) (pág.
90). Como ejemplo de poesía religiosa, el citado Yanpi Pacha
cutti Salcamayhua, (pág. 124), trae el siguiente, de entre los
muchos Himnos sagrados u Oraciones, recogidos por «tradi-
ción oral» (pág. 77) está tomado de su historia del Perú (s).
127
Si, como a las fuentes, Mi voz misma.
Boqueando de sed. Con tu querer.
Confórtame Pensando en ello
También Nos alegraremos,
Aclama Y regocijaremos
Ayúdame Mucho, y así
Como toda Diciendo diremos.
Y así
cormenzaban, (dice el citado historiador) «los cantos
generales del tiempo de gentilidad»,.. «que si estos ingas
obieran alcanzado la ley evangélica, etc., cómoy
los creyera Dios!».
con qué amor
en
(Ibidem).
c)Wallawi. Cantos
la Tierra Madre». (Pachama-
a
ma). Pueblos «agrícolas» y pastoriles por excelencia, y sumi-
sos vasallos de la Pachamama
deidad cósmica se clevaban desde el
(pág.89) sus «cantos» y esta
yermo de la estepa a de
la altipampa, desde las altas montañas y las
bras, desde las tibias llanuras y las candentes profundas quie
arenas. Sus fae
nas rurales
(siembra, aporque, cosecha) tenman su respectivo
cantar.
INVOCACION A LA PACHAMAMA
Pachamama de estos lugares haz que brote bien la semilla,
bebe, masca la coca que no le suceda nada mal0,
y come a gusto esta ofrenda. le tome la helada,
Para que
que no
buena esta tierra que
sea
Pachamama, Buena Madre, A ti produzca
buena cosecna.
es que te
ise propicia, se propicia! pedimos,
Haz que caminen bien los
Dánoslo todo..
sé propicia, sé propicia!
y que no se cansen
(bueyes
128
d) Aylli. De alcance también muy
vario. Canto
«épi-
co», unas veces, «bucólic0», otras; y hasta «funerario«.
Pero,
generalmente, «grito de alegria», al dar por terminado un
trabajo.
De carácter agricola festivo, el primero que se transcribe
nos lo transmitió Guamán Poma de Ayala (97); el segundo,
citado por Luis Valcárcel. (98)
responde la mujer:)
Ahaylli, esa es la bailarina,
Ahaylli, sólo por el borde,
Ahaylli, esa es la princesa,
Ahaylli, esa es la moza,
Ahaylli.
La otra canción "agraria" ofrecida es la siguiente:
Bella planta, árbol frondoso
cuya sombra me acogió.
Triunfo!
Te supiste abrir tus brazos
a nuestra generación
Triunfo!
Triunfo, querida planta.
Triunfo!
(97) En la obra citada en la Nota 94.
(98) Opus cit. en la Nota 88. Pág. 112.
Por los ejemplos anteriores se evidencia que, entre los
indigenas, el canto fue un poderoso medio de «expresión co-
lectiva', de catalización de sentimientos en un tiempo da-
do. (pág 78) Hoy no cantan en coro. ¡Quizá lo olvidaron!
SUMAK NUSTA
Hermosa doncela, Nos darás lloviendo;
Aquese tu hermano ( También a las veces
El tu cantarrillo
Granizar nos has
Lo _esta quebrantando, Nevarás asimismo
Y de aquesta causa El Hacedor del mundo,
Truena y relampaguea, El Dios que le anima,
Tambien caen rayos. El gran Víracocha
Tú, real doncella, Para aqueste oficio
Tus muy lindas aguas. Ya te colocaron
Y te dieron alma
Ladrón
como zorro; como tortuga
cobarde
No es valor pelear ocultando el
cuerpo.
Descubre tu pecho
y entonces veremos qué alma el sol templó mejor
En otras canciones se anuncian casos de necrofilia mu
sical. Por ejemplo, en ésta:
Beberemos en su craneo0,
Nos adornaremos con sus
Sus huesos usaremos
dientes,
como
Bailaremos al son de su piel flautas,
estirada en un tambor.
Y AR A VI
(106) No hemos podido obtener textos del Taqui yauri, nl del taqui
cuyo.
(107) El nombre de orejones les fue puesto por los erpañoles, a cau
sa de la distensión del lóbulo de las orejas, por la perforacion
gue en esta se hacía para soportar los adornos pasados y vo
luminosos que habian de ostentar en la fiesta del Kapac. Kayml,
en que eran consagrados.
(108) Al Inka Huayna Kapac, se atribuye la fabricación de esta cade
na-de 400 metros de largo y anillos del grueso de un puno
135
Fuera de esta canción funeraria anual, entonaban otras
se
del mismo carácter mortuorio conocidas con muy diversos
nombres; de Wanka de carácter "melancólico" (Letra a)
el
el Huayño (palabra que algunos escritores como Cúneo Vi-
dal, la hacen derivar de Wariuy:muerte); y otras ya común-
mente usadas para los cantos "tristes", como el Harawo in-
kásico, o el llaquiaru aymara; el de Ayarichi, como el "ins-
trumento" que ejecuta su melodia; el de Jailacha, denomi
nación dada también a canciones ""tétricas"; etc. etc.
He aquí un
ejemplo,
de forma
el eterno dúo: "dialogada",
en que los
protagonistas son el hombre y la
mujer;
tambien ayer, el aymara y el Keswa conocían
sabor del fruto prohibido. y gustaban el
q) Arawi.
Ha de finalizar el tema Poesía - Cancióna
Con otras de las
espccies más conocidas: el Yaraví, entre las
«liricas» puras, el Huayño, y la Cacharpaya entre las «mixtas»
(pág. 122), y las demás que se incluyen.
Respecto a la primera, se advertirá, desde luego, la trans-
formación que ln sutrido el vocablo en el correr de los años,
desde el original arawi, al harawi, y
finalmente, al
que ha proviiccido en la escritura y fonética actuai (09
Yaraví,
138
Vargas(0), un lied romántico, un soliloquio del alma del
indio.
Eso no más.
140
es ngido y vivaz (pág 118), expresa bien éste carác-
no se
ter con el compás de
tas"
2'4, que emplean algunos "folkloris-
El Wayñu la
especie " bailable'', en que encuentra for-
es
ma y caracter toda la demás música indígena
ca": llámense kacharpayas, ""coreográfi-
kaluyos, carnavalitos, (alt.) wi-
phalas, kashuas, etc., y hasta los benianos taquiraris y las
crucenñas Chovenas.
WAYNU
Sangre hecha luz. Mi pensamiento De de
Flor de kantuta. Iris alzado
voz miel,
Cuán amorosa
Nusta nacida Sobre el abismo, Pareja tiene
Para el halago. Amanecer mí corazón.
Dulce princesa, De mi pupila
Ojos de estrella, Sol detenido Manto tejido
Guirnalda fresca, En el cenit. De flores llevas;
Ventura mia. Tu cabellera Su trama fue hecha
No bien te miro dorada es como De hilos de oro;
Ya te recatas, Fruta dorada Sus finos flecos
Timida flor de granadilla. se hallan atados
De la pradera Con mi ternura
En la tormenta Piedra preciosa Y con el ansia
De mi infortunio Te encor.tró un día de mis pupilas
Eres el iris mi corazón,
Que paz me trae. Pero ahora eres
Asegurados.
Como tu encanto,
Triunfante estrella lunar florido Aqui en mi mente,
Entre las nubes, En mi pasión Incontenible
Condor que ciñe. Paloma mía. Va retozando.
8) Wawaki. Cantos ejecutados especialmente en las fies-
tas dedicadas a la Luna y a las Pléyades. Se distinguian de
142
WAWA KI
LOS PRINCIPES LAS PRINCESAS
Porque eres estrella Y si lamarte simulo,
Sil No!
Fu'guras de noche Presuroso acude,
S! iNo!
Pues bajo el fuego del sol Si me trueco en nieve,
Sil iNo!
En vano te busco. Echame tu fuego
Si! No!
LAS PRINCESAS LOS PRINCIPES
especie anotada.
KACH ARPA YA
Cierto es, paloma mia Y cuando sientas
que te has de ir
que en el camino
a un
pais muy lejano te
para no retornarr quema el sol,
se volverá nube mi aliento
y la frescura de su sombraa
A quien has de dejar te iré a
en tu nidal? prestar.
y en mi tristeza a quién
he de acudir? Y cuando sientas
la mordedura
Enséñame el camino de la sed,
que has de tomar. se volvera lluvia
Partiré antes que tú, mi llanto.
y con mis lágrimas
ho de regar la tierra Y te dará
que has de pisar. de beber.
He de arrancarle un hueso
Y lo tendrá en mi seno, tal si fuera ella mismal
convertir en entre mis manos
El se ha de quena
Y ha de llorar mis propias lágrimass
Desde la eternidad,
Desde el origen de la luz,
Es tal vez clla quien me está llamando?
No, es tan sólo el llanto de mi quena!
Análogas rectificaciones podríamos hacer de otros poe
mas, como los de las págs. 127 y 130, tomados de otras
obras, a vista de las observaciones de Jesús Lara, (118)
al
14 de Pese
raza. a su temprana desaparición, (nacldo en Potosi
junio de 1793 y nmuerto en «Las Carretas» el 7 de agos
to de 1814). dejó un notable número de pocmas de admira
ble pureza de estilo y versificación, al esiilo de sus antepa
sados aravikus..
118) Jesús Laia: La Poesia Queswa. Univ. de San Simón. Cocha
bamba 1947
147
Se tendrán presentes en posteriores ediciones.
Respecto a la existencia prehispánica del Teatro In-
dígena se disertará en el volumen II, ya que esta es una
cuestión muy controvertida.
aswa ,etc)
RESUMEN
Los sistemas musicales -tonal y rítmico-
estudiados
an-
teriormente, son como el armazón o esqueleto de la músi-
ca indigena precolonial, externada en Canciones, Instru-
mentos y Danzas, cuya exposición se inicia desde el pre.
sente capítulo.
--
Hay notable «divergencia» de pareceres entre cionislas
e investigadores sobre los Nombre, Formas y Contenido de
ia musica aborigen. Algunos la reducen a solo tres generos:
WANKA, ARAWI y WAYNO (música de «teremouial , «amno-
TOsa» y «festiva»). La mayoría la amplia a seis y más (SAL-
KAMAYWA, por ejemplo, y los D'HARCOURT).
Es evidente, como se probará en páginas siguientes, que
IAUEstros aborigcncs tenian para cada actividad, «determina-
clas canciones, danzas e instrumetos», Por ejemplo: el ERKKE
se tañía sólo en las estacioncs de otoño e invierno; en cam-
--
La Poesía y Cainción indigenas se destacan por su fres-
Cura y sencillez; son de una pureza y candor notables; abra-
todos los seres de la
Zan
en sus lineas liricas y melódicas a
naturaleza.
149
Su «riqueza o variedad se advertirán de inmediato
en
las que, como modelos, se nombran a continuación.
---:-
KASWA. Danza -
152
to amoroso, que es el predominante en toda la poesía líri-
ca precolonial, de un candor y nostalgía propia de la juven-
tud, que por la ley de los MITIMAKUS, hacía aflorar sus
sentimientos en estos TAQUI o poemas de elevada inspira-
ción, telúrica y humana.
u SAMAKUEKA. Danza - Canción indígena de las del
género galante. Alegre en su contenido y en su ritmo, de
esta especie se originaron después de la Conquista otras
formas populares como la Cueca, el Bailecito, etc.
Las características musicales de la SAMAKUEKA pre-
hispánica son análogas a las indicadas para el Wayñu (le-
tra r)
v KHALUYU. Especie mixta como la anterior. El Kha-
luyu indigena participaba de los elementos de la Samakue-
ka en su donaire y del Wayñu en su rítmica. Alegre como
toda la música aborigen danzable, el khaluyu es una de las
formas que han supervivido e influenciado la actual música
boliviana, aunque, según las regiones, adquiere diferencias
apreciables; por ejemplo, el khaluyu "Vallegrandino", es
distinto del que se practica en las parcialidades andinas,
alejadas de los centros urbanos.
b)
b) Música Proto - histórica Boliviana
fisiolo-
esta y para teer otros nmedios de goce espiritual y
gic (en la dauzi, por ejcmplo).
elementos que cons-
Puesto que la sistematización de los basarse en
monodía o melodia ha tenido que
tituyen una
ello se tuvo que pasar por una larga
la voz, y para llegar a los recursos
fase (pág. 26), es lógico que la estrechez de
instrumentos que
hombre a crear primeramente
obligara al el objetivo
puedieran externar fórmulas muy simples para
que perseguia: la acentuación del ritmo. Aparecen asi, en
en sus dos grupos: idió-
primer término, los de percusión, de
orden. Instrumentos
fonos y membranófonos. Y en ese
Sonido "indeterminado"
160
riencia que ello supoiïe , no solo en el mûsico intuitiv o sino
tambié n en el ."equ~\>o de sabios" que pudo llegar a d~finir
"sistem as musicales encerra ndo en ellos las melodi as y
crear instrum entos que las extema ran como la voz. '
Ambos aspectos quedan ya enunciados en diferentes pa-
ginas de esta obrita; por lo que seria redundancia volver so-
bre ello (cap. VI).
DOCUMENTOS ARQUEOLOGICOS
A mas de la «supervivencia» de muchos de los «instru-
mentos precolon1binos» en manos de sus directos descendien-
tes, conviene destacar el hecho de existir pruebas de la «prac-
tica avanzada» de la m{1sica èn tiempos de ]os Imperios Kolla
e lnkasico, en los valiosos «restos arqueol6gicos» que de ellos
se muestran en museos nacionales y extranjeros.
INDISCRIMINACION RACIAL
1~ IDIOFONOS
Comprende a ciertos instrumentos aborigenes de "per-
cusi6n ", es decir, en que el cuerpo o los cuerpos de los
instrumentos vibran por golpe, por punteo, por frotaci6n
Y por soplo. Se caracterizan los idi6fonos y aut6fonos
(de auto por si mismo, y fono sonido o vibraci6n) por el
cuerpo mismo del instrumenta, la "masa total" (rigida y
elâstica a la vez) se pone en vibraci6n mediante alguno de
los anteriores procedimientos.
EJEiviPLARIO:
a) Conoce ya el lector varios de estos instnnnenlos: los
de «entrechoque» y Ios de «golpe» (kawis, karutan,1, takuara,
163
bastones de rihno), en n1ano ;) hoy Je los liaLitanlcs lje la scJ.
, · l'arec e~ que no t.uv1eron
va · rnucha in1µortancia entre los abo-
ngenes andinos. "
EJEMPLARlO:
187
cian grande s y pequei ios, de W1 tronco hueco _Y tapado por
ambo.:> lados con cuero de lla1na, como p~rga ~o ctclgado y
soc0. L0:; mayor es son con10 nuestr as ca1as de guerra , pero
~ largos y no tan bien hechos ; los menor es con10 una ca-
jita de conser va. y los me<lianos como nuestr os tan1boriles».
Esta descri pci6n del histor iador jesuita concu erda con
las ceram icas hallad as, y t ambié n corres ponde n a las ac-
tuales CAJAS, T AMBORES y BOMBOS.
ACLARANDO CONCEPTOS
Convi ene, sin err1bar go, disting uir aun
mâs las «dos cla-
se,r.s » d0 tambo res expues tos (letras a y b), porqu e WlOS son
netanw ntc ~indig enas precolon.ialcs).) , y otros de posler ior in-
fi.tJcncia.
188
memb ranas, brinca ban, como en los cascab eles ( que tal
vez insipir aron esta idea) y produ cian ese sonido vibrat orio
caract eristic o de los Tamb ores - Sonaj eros (pag. 167)
EJEC UCIO N
CLASES DE PERCU'"fOIŒS
UI. CORDOFONOS
Se mant iene esta deno mina ciôn "anti gua" para los ins-
trum entas de cuerd a, por ser esta la "mat eria vibra nte" o
sea, la que prod uce el s01:1-ido al ser pu~sta en vibraciôn por
alguno de los procedim1entos conoc1dos: punte o, golpe,
fric~i6n, etc.
Se supon e, natur alme nte, que las cuerdas estân suficien-
teme nte '<tensas" entre dos punto s (puentes)
Una (llaguna >>, por tanto, la consti tuyen los pueblos del
contro de Su<la1nérica; entre ellos los ando bolivianos.
ARGUMENTOS IMPROBABLES
172
EL CHARANGO
.EJEMPLARIO:
a) Silbatos sin aeroducto.
c) Ocarinas.
La arqueologia presenta piezas de ceramica Chibcha re-
presentando caracoles y pajaros, con cuatro y mas perfo-
raciones, con las que podian ejecutarse melodias comple-
tas, dentro del sistema pentat6nico .
d) Silbatos dobles.
Emitian dos sonidos independie ntemente, sean al uniso-
no, ode distinta altura (intervalo)
CONCLUSIONES
De lo someramen te indicado sobre estas flautas (silba-
tos u ocarinas) con o sin aeroducto, se deduce que las
mismas, actuando solas o en conjunto, reemplazab an a las
mas perfecciona das (kenas, sikus) y que, tal vez, estos ûlti-
mos instrument os fueron ideados a base de los primeros,
175
pues en los"silb atos" el aire se emite tambié n haciend a vi-
brar la column a de aire conteni da en un tubo cerrado en su
base; y, lo mismo que en la flauta vertical, puede ajustarse
una emboca dura para conduc ir el soplo sobre el bisel o len-
gueta prepara da al efecto; tambié n en el "silbat o" se pue.
de, por medio de una ranura o canaliz aci6n, llevar mecani-
cament e el soplo al orificio de la cavidad.
Los antiguo s aborige nes lo habrian as( pensad o, a juzgar
por la varieda d de silbatos que constru yeron, y por la belle-
za de formas que los ad orna.
TROMPETAS
Corno es sabido, estos instrun1entos son aerofonos «do
valvula». En los indigen as que ahora se exponen son los «la-
bios», tensos y prietos, del ejecutan te los que forn1an la vâl-
vula, interrun 1piendo en rapidas sucesiones el paso del aire.
DIVISION
Es evident e que las mas primitiv as no estaban construidas
a ningun "diapa son" ni eran "transp ortable s"
176
b) A las rectiHneas suce<licron las curvilinca,;, usand o
los mismos mater iales, e igualr nente adornaclas con figura s
simb61icas (antro pomo rfas y zoon1orfas) nn1y llarnativas. Se in-
trodu jeron las de carac ol marin a (con o sin boqui lla) y las de
asta de toro, ca1nero, etc., (de proba ble influe ncia hispan ica).
La. ceram ica tia\\,a nakot a, por eje1nplo, hace rclaci on a los
instnn nento s mismos: pututw 1aka; y a los sopla dorcs clc ellos:
los chcharuphusaiia.
EJE~1PLARIO:
Era el instru ment o "guer rero" por excel encia ; si bien te-
nia otros usos: conv ocar a reuniones, anun cïar la llegada de
los chaskis o posti llone s, etc.
EJE?\1PLARIO:
Para final izar este apar tado dedi cado a la Kena , dire1nos
que las melodias con kena s son, generaln1ente, n1uy alcgres
y se exter nan en la mùsi ca de danz as de los: Chatrip1Ùis; de
los Choq uelas ; de los Kena kena s, etc.
_b) Anat a. Aun que suele conf undi rse con la Tark a y Pin-
killo , la AN AT A es un instr ume nta disti nto de estos ulti-
mos, tanto en su cons trucc i6n, com o en otro s elem ento s.
180
Para hacer 1.lllfi Ana ta se selecciona un trozo de madera
del tamaiio deseado (entre 2.5 a 55 cms.). Este cilindro, des-
pués de sacaga su corteza exterior, se lo perfora interior-
mente extrayendole toda la pulta y adelgazandole en todo
su largo, pero 9~edando, como tubo una pared bastante
gruesa. A e~ cihndro as1 preparado se le hacen dos salien-
tes, _en la llllSma masa d~ la made~a, hacia el lado que va ha
servir de embocadura (p1co); la prnnera es la que va a servir
de labio superior al "canal de insuflaciôn": la otra saliente
es un tap~n _que ~e incrusta en 1~ pieza.~nterior, }' sirve de
base o lab10 1nfenor del canal de msulac1on, rebajandola un
tanto para la entrada del aire mediante el soplo.
Otra caracteristica de la Anata es el rebajamiento de la
madera por la pared exterior o delantera correspondiente a
la embocadura y donde se hacen las perforaciones de sus
agujeros, (seis ), para la emisiôn del sonido en f arma de cin-
ta.
El thnbre de este instrumento, co1no se deduce del ma-
terial empleado) es caractcrlstico, amigable; las melodias en
él ejecutadas son pobres, a pc:sar cle la posibiliclad amplia del
instrumento; generaln1ente se las reduce a las del cancione-
ro «trit6nico y p eutat6nico». También se cjecuta en duos. No
parece sino q uc la Ana ta f ucra contemporanea y aûn orccur-
sora de las trompetas rûsticas (erk'e y erk 'enchu). Corno
otros instrumentos, n.o se tarie en todo tiempo, sino ·e n las
estaciones de Primavera y Verano (como la Tarka) y espe-
cialmente en las fiestas de Carnaval, que es lo que significa
la palabra Anata.
182
to de 4 ·tubos, parecido a la siringa primitiva. Pero la presen-
cia del Sik'u es indubitable en las zonas que abarcaron los
Jmperios Kolla - Inkasico, incl uyendo a los Araucanos y Cal-
cbaquies.
CLASES DE SIK1JS
MATERIALES
DESCRIPCIONES
Documentación escrita de los Sik'us se encuentra en his
toriadores y filólogos, la que coincide con los datos enuncia-
dos. Así, el citado P. Bertonio, en su Vocabulario
Aynara
1612) dice: «Sicu: inas flautillas atadas como alas de órgano".
Más conocida y iescriptiva es la de Carcilaso de la Vega, tu
sus Comentario; Reales: «De nmísica
alcanzaron algunas cO
sonancias, las cuales tañían los indios o de su distrito en i0
instrumentos hechos de cañutos de caña, cuatro o cinco c
utos, atados a la par; cada cañuto tenía un punto mas al
184
gue el otro a nanera de órganos. Estos cañutos atados eran
cuatro, diterenies unos de otros. Uno de ellos andaba en
puntos bajos, y otros en más altos, y otros en más y más,
como las cuatro vOces naturales, triple, tenor, conlralio y con-
trabajo. Cuando un indio tocaba un cañuto, respondia el olro
cn consonancia de quinta y el otro en otra, unas veces subien-
do a los puntos altos y otras bajando a los bajos, siempre en
compás».
EJECUCION
SIK'US EPTAFONOS
El hemitonismo está descartado de la música indíge.
no
na
"precolonial". Concienzudos estudios al respecto han
hecho, entre otros, los destacados musicologos Carlos Ve
ga y Manuel José Benavente. Esto explica la presencia de
Sik'us eptáfonos en la tradición (fuera de otras
cias posteriores a la Colonia) También influen-
para estos instru
mentos "con semitonos se reservan algunas danzas prehis-
pánicas, entre las que pueden recordarse las de los Lakitas,
de los Palla pallas, de los Mimulas, etc.
-
La ya notable extensión
del presente capítulo nos obli-
ga a ponerle punto final, dando en síntesis, una nomen
clatura de los "instrumentos indígenas
las tres páginas que siguen. precoloniales" enn
DEL ORIENTE
Matracas y maracas:
Amelé
Bouttori
Bapó
Caiguá
Popiyok
186
Tambores
Angua Batá
Kahuis
Muré- Muré Mataú
Uapí Pimpin
Silbatos
Buré
Setere
Trompetas
Caracará Inubia
Suribi Yaracará
Bustones de mando
Uaranga Tacuará
Flautas
Nawaka Koktá
Arco Musical
Bansá Berinbau
Kandiroé Mabawa
DEL ALTIPLANO
Matracas y sonajas
Chanrara Cayoli
Zapacá Maychil
Tambores
Irpa Kallamachu
Liku Malta
Lakita Minula
Phuna Siwenta
Taika Phuku
Fusa Tokoro
Sanja Ampa
Irpa Molto
Tuana Chiru
Su descripción cn nuestro Vademecum Musical Boliviano.
RESUMEN
En el capítulo anterior quedan expuestas diversas for-
mas de expresión poético musicales
trante contenido, y elaboradas dentroindigenas,
de pene
de los cánones de
una avanzada versificación,
allende el océano.
análoga a la que se practicaba
Poesía y canción se externaron, no sólo con la voz mo
dulada, sino a través de una gima de instrumentos que, por
su timbre y por el grado de su
penetración, guardan etrecha
relación con el contenido de su propia creación musical.
188
Es lo que se intenta demostrar en el presente capítulo,
ese a la diticultad que encierra «reconstruir», a basc de su
supervivencia», el arte nstrumental de épocas ya nuy re-
notas.
-i-i
189
E Siku, por ejemplo, sc conoce con estos
vocablos en
vernácula: Anlara, Ayariclhi, lrpa, Ampa, Jula jula,
lengua
-
Wayra
puhura, Taica, Malta, Sanja, Kallamachu, etc., elc.; sin con-
tar los castellanizados de: zampona, siringa, capador, ronda-
dor, elc., y todos «universalizados» bajo el calificativo de Flau-
ta de Pan.
190
miento intuitivo y tradicional. Hoy como ayer, son a venta-
iados «constructores de instrumentos en serie, que otreceni
al comercio.
---
tañuelas y platillos)
el tambor de hendidura, o en el
b) Por golpe (como en
xilófono)
Por sacudimiento (como los sonajeros o cascabeles,
c) han conocido
campanillas, sistros, etc.). Nuestros aborigenes denominación
cada una de estas clases de idiofonos, cuyakarutaná, takuará,
puede verse en la pág. 187 (como kawis, muy
materiales empleados fueron
chilchil, chanrará, etc.) Los
191
varios, y algunos preciosos: Bronce, plata, oro; y los más co
rrientes: de cerámica, valvas, etc.
Es notable la "predilección indígena" por los sonidos
secundarios" rítmicos (pag. 58) tanto para aconmpaña.
miento del canto, como especialmente para las danzas, v
adornos de sus vestimentas. "Tambien se les asignaba un
poder mágico" sobre los espiritus; y en general, se afirma
una exclusividad de los *"idiófonOs vegetales" por parte de
las mujeres, considerándoseles como instrumentos feme-
ninos'
-i-i
Se denominan menbranófonos los instrumentos que pre-
sentan como materia vibrante la membrana, tensa sobre
una caja de resonancia. Los tambores han tenido sus ante-
cesores en otros instrumentos de *"percusión", como los
de madera, gong, campanas, etc.
-=
La «organología indígnea precolonial» presenta las dos
formas tuiversules de membranófonos: de una y de dos mem-
branas.
192
El tipico tambor indígena es bajo (de altura menor que
stl diámetro); se le denomina Wancara. También Tinya o
Wankartinya.
198
50 cms., y de unos 2 a 3 cms., de diámetro. Pueden inter-
pretarse con la K.ena toda clase de melodías (tritónicas, pen-
tatónicas, eptatónicas y cromáticas). Antiguamente se las re-
ducía a las dos primeras.
197
Diversos materiales también se han empleado en la cons
trucción de los Sikus «prehispánicos»; piedra, barro cocido,
metal, caña, etc.
198
CAPITULO XI
TRANSCULTURACION
Las raíces de nuestras danzas aborígenes, como las de su
música, entran muy hondo en la Prehistoria; ya queda inse
nuado en páginas anteriores.
200
Pero, al tratar de concretar hechos, las opiniones se divi-
den. D e acuera rdo a sus tesis (cap. III), los unos niegan que
a1en los «andinos», crenciones espontáneas o realmente
aborígenes», y, COuSiguiCntemente, que fueron productos
Aansmitidos por otros pueblos exiracontinentales en sus ince
mtes y renovadas migraciones históricas. Esto explica el
que m
que muchas
ucha de ellas contengan elementos coreograticos fo-
ràneos.
MASCARAS Y DISFRACES
203
INVENTIVA DE FABRICACION
Conocido el objeto principal de las máscaras, cual era el
de ahuyentar los espiritus perniciosos, precaver de las enfer.
medades, evitar los daños domésticos, los hechizos, brujeríos.
etc., conviene destacar la «contiguración y arreglo mecánicoa
de las mismas, en que fue y sigue siendo notable la «inven-
tiva» indigena. Las realizaban en todo material imaginable:
corteza de árbol, madera, yeso, lienzo, cartón y cera. Progre
sivamente fabricaron las retorzadas con telas, maderas
duras,
alambre entretejido, y hasta metálicas, etc., y su presentación
es, como se supone, más artística delicada y perkecta, como
para llamar justicieramente la atención de los turistas. Baste
citar las de la Diablada de Oruro, de las más
impresionantes y atractivas, y en cuya caracterización «toté-
extraordinarias,
mica» desfilan el cóndor, el sapo, el gato montés,
etc., y los
antropomortos» espiritus demoniacos.
OTROS ELEMENTOS DECORATIVOOs
Las danzas indígenas no sólo se
caracterizan por sus más
caras, de imaginación muy varia, que se
culturas totémicas y agrícolas, sino practicaron en las
por algunos aditamentos
o adornos en los
disfraces, que han ido perfeccionándose, se
gún el avance de la cultura de nuestras razas.
Las
Wayllakhas, tocados de plumas variapintas, fonnan-
do verdaderos canastillos de
flores (como en la danza de los
takiris).
La vestimenta,
ral, propiamente, dicha
de los siguientes elementos:
se
compone, en gene-
las Hakotas o bufaudas; los
unkus, o
ponchillos; los urkjus o ajsus, combinación del corpl-
ño y pollera exterior; las lijllas,
telar bajo; la llajsa o velo.
o
tapados; el
pampasayu o
204
Algunas, masculinas, ostentan en la cabeza. el teonk'o,
nonterilla o sombrero, en el que se sujeta el llaittu o arco de
plumas ya indicado; la chakana o hakjhata, especie de abani-
co de plumas verdes, etc.
Mil y un detalles,
fin, que dan idea de la «variedad y
en
vistosidad» de las danzas aborígenes, aún no influidas por las
del conquistador hispano, que, en momentos ,las anplió, co-
mo también las deformó.
En otros lugares de este capítulo se amnplían estos ele-
mentos que dan un colorido no imaginable a la «coreografia
indígena».
CLASIFICACION DE LAS DANZAS PRECOLONIALES
En la imposibilidad
de describir en esta síntesis cada una
de las danzas aborígenes, bastará, para tener una idea aproxi-
mada de su variedad e importancia, agruparias en las cuatro
siguientes categorías, como lo han hecho recientemente Luis
Soria Lens (13).
imillas,o
dos clásicas figuras del Khenali:coreografía, desarrollan las
el irpa, y el kari,
ción de provocar constante simuld
ataque y defensa.
b) La de los Pumokhawas (de las milicias de los Mallkus,
o jefes de ejército)
206
La de los Kusillos (monos danzarines). El disfraz de
c)
este simio, (careta, de doble color en el rostro y nariz respin-
eada, imitando a Khaiti, ave del ío Desaguadero), ienia en
as danzas el rol de diversión de los espectadores.
D. Danzas Comunes.
A. EL TAKIRARI
en
Letra B) y por tanto, hacérsela oriunda de Santa Cruz, don
de se practica intensamente
con aigunas moditicaciones.
Por los escasos datos que
poseemos al respecto, el Ta.
khrari es una forma musical autóctona de los Departamentos
de Beni y Pando.
B. LA CHOVENA
6/8: MI (corchea)
LA (negra) LA (corchea)
SOL- FA MI (corcheas) RE
LA (negra)
(corchea) DO (negra)
-
(semicorcheas) DO (corchea)
Transcríbanse ambas versiones en notación figurada, y se
evidenciará lo que es genuinamente «autoctono» (la segunda)
y lo que es de aporte foráneo (la primera).
212
C EL CARNAVAL CRUCENO
RESU MEN
POESIA, MUSICA Y CANTO, constituyen el tríptico in-
separable de toda expresión artiística, desde los tiempos
más remotos.
218
Por las anteriores reterencias está
coreografía indigena tue intensamente
comprobado que la
practiçada desde
épo-
cas antiquísimas. Pero hay una notable divergencia de opinio-
nes sobre su origen: sl Cs
verdaderamente autóctona, o sola-
mente asimilada de la de otros pueblos inmigrantes.
pallas, etc.
- --
b) LA CHOVENA. Es otra de las típicas "danzas" can-
ciones" del sudeste boliviano. Oriunda de Santa Cruz; (par-
cialidades indígenas de Guarayos, Chiquitos, etc.), tiene
bastantes analogías con el Takirari: sistemas rítmico y to-
nal, binario, sincopado, etc., y cadencias no raramente
pentatónicas", que hacen pensar en un lejano intercam-
bio con la música de la montaña. Desde la Colonia el mes-
tizaje es evidente, sobretodo con la aparición del ritmno
ternario" por lo que sera un anacroniSmo atribuirselo a
la Chovena originaria.
El aire o movimiento" de la Chovena es más moderado
que el del Takirari, sin perder por ello su carácter alegre,
que es la nota sobresaliente de toda la música oriental bo-
liviana.
Caraceterística también común con la anterior especie es
que su parte "cantante" puede encomendarse, indiscrimi-
nadamente, a la voz alta como la grave, así como escribirse
sus melodías en modo ""mayor" o "menor", o alternarse
ambas, a voluntad del compositor.
220
Sin embargo, cn el Carnaval oriental pucrlen advertirse
algunas reminiscencias inctigenas o tradicionales, como: repe-
tición de partes o, perioclos; coinbinación de las vuces "can-
tantes", registros alto o bajo, cl sicopado ritrmico, y, cn cier-
to moclo, la prcponderancia de los instrumentos cde "percu-
sióna cuyo co.ijinto se denomina maracas.
221
IND I C E
CAP.
1IMPORTANCIA Y NECESIDAD DEL ES
TUDIO CIENTIFICO Y METODIZADO DE LA HISTO.
RIA MUSICAL DE BOLIVIA... ... Págs. 1-8
Sumario: La música como factor de cultura. Finali-
dad de la presente Síntesis. Oportunidad de la apa-
rición de esta obra.- Necesidad de un Texto de His-
toria de la música de Bolivia.- Contenido de la Histo.
ria de la música boliviana.- Forma de exposición..
Definición de la Historia musical de Bolivia.
RESUMEN.. . . Págs. 8-10
226
La presente edición de HISTORIA
MUSICAL DE BOLIVIA, se
terminó de imprimir el 22
de agosto de 1988, en los
talleres de Gráficas
Galáxia S.R.L.
La Paz - Bolivia
El autor, R.P. José Díaz
Gainza, fue uno de esos extranje-
ros que se ganaron con muchos
méritos la más alta calificación
de ilustre ciudadano boliviano.
Radicado en nuestro país desde
1936 se didicó por entero a la
investigación de nuestro pasado
musical. Su bibliografía en esta
materia es vasta y existen mu-
chos trabajos sin publicar. La
mentablemente su muerte dejó
trunca una labor que podíamucho más fecunda.
ser