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Antes de empezar, la Cristología se enfrenta con una objeción que no puede rehuir: ¿es
posible conocer a Jesús de Nazaret?
Desarrollo
siempre como cierto que Dios, por el acontecimiento de Jesucristo y el don del Espíritu
El anuncio acerca de Jesucristo, el Hijo de Dios, se presenta con el signo bíblico del
«por nosotros». Por lo cual, se debe tratar toda la cristología desde el punto de vista de la
soteriología. Por eso, algunos modernos, de alguna manera y con razón, se han esforzado
por elaborar una cristología «funcional». Pero, en dirección opuesta, es igualmente válido
comunión íntima con el Padre, y, por eso, debe fundarse en su filiación eterna. La pro-
existencia de Jesucristo, por la que Dios se comunica a sí mismo a los hombres, presupone
mera ficción e ilusión, y no podría rechazar la acusación moderna de ser una ideología. La
cuestión de si la cristología debe ser funcional u real presupone una alternativa
completamente falsa.
que lo perfecciona plenamente. Lo que todos los hombres, al menos de modo implícito,
buscan, desean y esperan, es tan transcendente e infinito que sólo puede encontrarse en
Dios. La verdadera humanización del hombre, por ello, alcanza su culmen en su gratuita
divinización o sea en su amistad y comunión con Dios, por la que el hombre es hecho
gratuitamente templo de Dios y disfruta la inhabitación del Padre y del Hijo y del Espíritu
hombre plenamente humano. Por ello, en Jesucristo, a la vez Dios y hombre, se encuentra
la plenitud escatológica del hombre, y sólo en él se constituye «la medida de la edad adulta
apertura indefinida del hombre, y en él, sobre todo, se nos manifiesta íntegramente el
los íntimos deseos del hombre que tienden más allá de los límites de las fuerzas humanas.
La preexistencia de Jesucristo no hay que entenderla hoy literalmente, sino sólo de modo
simbólico.
El que Jesucristo tiene su origen del Padre no se ha deducido mediante una reflexión
posterior, sino que de sus palabras, su oración y hechos aparece claramente que Jesús
suponía como cierto que él en toda su existencia había sido enviado por el Padre. Por tanto,
existencia eterna como el Hijo del Padre, que debe reconciliar todo el mundo con Dios.
Referencias bibliográficas:
-Concilio Vaticano II, Cosnt. pastoral Gaudium et spes; -Cristología
-Cristología Antropológica 2008.Recuperado de
http://www.vatican.va/roman_curia_sp.html.
-Antropología Cristiana, Departamento de Pastoral Universitaria, Universidad Católica
Asunción 2018