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La Intervención Psicosocial

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


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ser verdaderamente una democracia. Si pensamos en la sociedad, desde


que comienza hasta ahora (y no puedo hablar más adelante), siempre hubo
fenómenos de poder, siempre existieron personas que quisieron ejercer la
dominación sobre otras y en esta sociedad capitalista siempre hay perso-
nas que quieren ser más ricas que otras. Hay una expresión de un presiden-
te americano, que decía, como todo buen americano “yo creo en el capitalis-
mo, pero a los capitalistas individuales a veces habría que meterlos en prisión porque
quieren demasiado tener dinero”. Con todo esto, queremos decir que la democracia no
es un régimen estabilizado y como dice Castoriadis, “la democracia es la posibilidad
de luchar por una autonomía individual y colectiva, que no tiene que detenerse nunca
pues no se considera a la democracia como una situación ganada”.
Es por eso que puedo decir con toda tranquilidad que no hay, con
relación a una democracia ideal, un solo país actualmente en el mundo que
responda a ese sentido de la democracia. Hay fragmentos democráticos,
hay espacios de mayor igualdad que otros, hay países donde las personas
pueden tener mayor posibilidad de hablar que en otros, pero siempre hay
alguna cosa que está en peligro y por una razón simple, es porque la de-
mocracia se funda sobre dos conceptos totalmente contradictorios:
el primer concepto es la autonomía de cada individuo, es decir la
capacidad de cada uno de ser sujeto y al mismo tiempo, el individuo
que entra en competición con otros.
Cuando digo sujeto, lo digo en el pleno sentido de la palabra, es
decir, sujeto político que puede influenciar sobre la sociedad, sujeto civil
con derechos civiles, sujeto con derechos sociales, sujeto psíquico en tan-
to cada uno tiene una vida interior, sujeto moral, sujeto ético, sujeto cul-
tural. Es decir, que hay toda una ideología del sujeto triunfante y, al mismo
tiempo, hay un individuo puro. Individuo puro que entra en competición
continuamente con los otros: competición política, competición econó-
mica, emulación pedagógica, confrontación de las ideologías, luchas de la
religión, en general que cuando se ubica en la democracia subyace el con-
flicto.
Ante esto los aficionados al mercado hablan de la mano invisible del
mercado que establece reglas de juego para hacer posible cierta armonía,
otros afirman que es la democracia que permite poner en armonía a todos
esos conflictos. En una democracia, en principio, estamos todos en contra
de los otros, cada uno tiene derecho a decir y pensar de modo diferente.
Pero al mismo tiempo debemos vivir en conjunto y entonces debe haber

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Cuadernos del Campo Psicosocial

La Intervención Psicosocial

Compiladores
ANA M. CORREA
MONICA PAN

Universidad Nacional de Córdoba


Facultad de Psicología
Cuader nos del Campo Psicosocial

La intervención psicosocial : cuadernos del campo psicosocial /

compilado por Ana M. Correa y Mónica Pan - 1a ed. - Córdoba:Brujas.


76 p. ; 25x17 cm.

ISBN 987-591-009-0

1. Psicología Social. I. Ana M. Correa, comp. II. Pan, Mónica, comp.


CDD 361.25

© Editorial Brujas
Edición 2016
Impreso en Argentina
ISBN:987-591-009-0

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.


Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de tapa, puede ser reprodu-
cida, almacenada o transmitida por ningún medio, ya sea electrónico, químico,
mecánico, óptico, de grabación o por fotocopia sin autorización previa.

www.editorialbrujas.com.ar publicaciones@editorialbrujas.com.ar
Tel/fax: (0351) 4606044 / 4691616- Pasaje España 1485 Córdoba–Argentina.

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Decana
Mgter. Patricia Altamirano

Vice-decana:
Lic. Susana Ferrucci

COMITÉ EDITORIAL:

Lic. Ana M. Correa


Lic. Monica Pan
Mgter. Horacio Paulin
Lic. Silvia Plaza
Mgter. Cristina Petit
Lic. Andrea Pujol
Mgter. Maite Rodrigou Nocetti

COMITE CIENTÍFICO

Alderete Ana M. Ferrucci Susana


Alschutz Carlos Gutierrez Alicia
Aquin Nora López Mercedes
Avila Silvia Musitu Ochoa Gonzalo
Brunetti Paulina Racedo Josefina
Castro Garciela Seidman Susana

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INDICE

PRESENTACIÓN
Comité Editorial……………………………………………………………… 5

SEMINARIO: INTERVENCIÓN PSICOSOCIOLÓGICA


APERTURA
Ana M. Correa………………………………………………………………. 13

INTERVENCIÓN PSICOSOCIOLOGICA: Un debate sobre la Teoría y


la Practica
Eugene Enriquez

1. Nacimiento y supuestos de la Intervención Psicosociológica…. 19


2. Procesos de aprendizaje de la Democracia en la perspectiva
de la Intervención…………………………………........………... 27
3. Posibilitar el despliegue del sujeto……………………………… 35
4. Desafíos para el que interviene…………………………………. 43

EL DIAGNOSTICO EN LA INTERVENCIÓN PSICOSICAL:


Proposiciones teóricas en tensión.
Andrea Bonvillani…………………………………………………………… 55

RESEÑA SEGUNDO FORO DE PSICOLOGIA SOCIAL


ORGANIZACIONAL.
Mónica Pan – Andrea Aragonez……………………………….......………. 69

ACERCA DE LOS AUTORES Y COMPILADORES................................. 73

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PRÓLOGO

Este segundo número de la Serie Cuadernos del Campo Psicosocial


es la realización de un proyecto sensiblemente anhelado y valorado por un
conjunto de profesores de psicología. Se concreta, en esta publicación, el
proyecto académico de crear un espacio apropiado para el debate y la difu-
sión de propuestas teóricas, de resultados de investigación e intervenciones
relevantes en el campo psicosocial con el aval institucional de la Facultad
de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. Para alcanzar los
requisitos de programabilidad y acreditación académica y cultural, se con-
formó el Comité Editorial así como el Comité Científico - que se constitu-
ye en referato de esta publicación - con reconocidos profesionales de esta
Universidad y de otras casas de estudios del país y del ámbito internacio-
nal, a quienes queremos agradecer su generosa disposición.
La realización de este proyecto expresa al mismo tiempo el compro-
miso social asumido desde la universidad pública en la discusión indefecti-
blemente política que realizamos docentes, investigadores, profesionales en
el ejercicio crítico de nuestras prácticas en defensa y consolidación de la edu-
cación como modo de democratizar la sociedad. Lo cual implica el desarro-
llo de la investigación, extensión y formación continua, para la construcción
y reflexión teórica - práctica acerca de los problemas vinculados al desarrollo
económico y social en la sociedad. En efecto, compartimos con Hidalgo (2001)
quien enfatiza, «La universidad es un vehículo de formación de ciudadanos libres, aptos
para integrarse a una sociedad democrática, así como un instrumento creador de conoci-
mientos cuya propiedad le pertenece al conjunto de la sociedad. Por consiguiente, el rol de la
universidad pública es educar, producir incesantemente conocimientos a través de la investi-
gación y transferir ciencia, tecnología y cultura al tejido social»1 .
Este número de la Serie de Cuadernos del Campo Psicosocial está

1
Hidalgo, «El rol de la universidad: distintos enfoques y sus implicancias, especialmente referidas al
financiamiento universitario», 2001, www.fsoc.uba.ar /Publicaciones/Sociedad, pg. 2.

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dedicado a la Intervención psicosocial como un problema a descifrar en


un contexto de creciente incertidumbre y exclusión social. Problema teórico,
epistemológico, metodológico y ético, en tanto, en sus orígenes el uso de este
término en el campo de las ciencias sociales estuvo principalmente
implementado por el Estado, con un carácter proteccionista y tutelar en
relación a la cuestión social.
La cuestión social, dice Robert Castel (1997)2 , es la aporía en la cual
una sociedad experimenta el enigma de su cohesión y trata de conjurar el
riesgo de su fractura, siendo las instituciones las que con esta finalidad
circunscriben los potenciales objetos – sujetos de intervención. En este
sentido, este planteo del autor permite afirmar que las formas reconocidas y
legitimadas de intervención surgen en la modernidad, como expresión
conflictiva y dialéctica de las relaciones sociales instituyentes de la actividad
productiva y del sujeto en procesos históricos y culturales.
A partir de la Segunda Guerra Mundial, la intervención se constituye
como objeto científico que interroga los efectos de la organización del trabajo
y de las estrategias educativas y es a fines de los años cincuenta, cuando las
intervenciones amplían el requerimiento de la cuestión social a la cuestión de
lo socio histórico el cual esta relacionado a la imaginación, la psique y la
institución.
Desde una perspectiva histórica y, sin intentar síntesis alguna, podemos
afirmar con Carballeda (2002,46) que las intervenciones se constituyeron en
un instrumento significativo “a veces sutil, otras más desembozado, que explicará,
por un lado, la necesidad de iluminar y racionalizar a ese otro, y por otro, aplicará cada vez
más modalidades, instrumentos y métodos de dominación”.3
Hoy, a más de medio siglo de las primeras formulaciones, las
perspectivas y los campos de intervención se fueron multiplicando y
problematizando desde la perspectiva subjetiva de los sujetos involucrados.
Es decir, como afirma Ardoino (1993,27) “contribuyen, a partir de perspectivas
relativamente diferentes, a la elaboración de referencias necesarias a la inteligibilidad de las
prácticas que ponen en acción saberes, entre los protagonistas de las situaciones en las cuales
trabajan” 4 .

2
Castel Robert (1997) La metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado. Buenos Aires -
Barcelona-México. Paidós.
3
Carballeda A.(2002) La Intervención social. Exclusión e integración en los nuevos escenarios sociales.
Buenos Aires -Barcelona-México : Paidós.
4
Ardoino (1993) Las posturas e imposturas respectivas del investigador, del experto y del consultor. En Las
nuevas formas de investigación en educación. (pp, 16-35). México: Universidad Autónoma de Hidalgo.

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Entonces, la intervención psicosocial se presenta como un encuentro/


desencuentro en diferentes escenarios de la vida cotidiana que hace surgir
más interrogantes que definiciones, más recorridos que metas, que necesitan
de un trabajo de elucidación. Los siguientes son algunos de los interrogantes
compartidos por profesionales de distintas disciplinas:¿Tenemos en cuenta
que siempre que se interviene estamos en una situación asimétrica? ¿Cuál es la
concepción subyacente de democracia desde donde se interviene? ¿Sobre qué
y con quién voy a trabajar en una intervención ? ¿Hasta qué punto son saludables
algunas de nuestras intervenciones, cuando se les requiere de alguna forma a
los sujetos un exceso de tiempo, compromiso, energías? ¿Dónde empieza y
termina la intervención? ¿Cómo contemplamos la tensión que a veces se
establece entre proyecto y urgencia? ¿Si nos afecta, qué hacemos con eso?
Éstas, entre otras preguntas, son las que se comienzan a trabajar en
este Cuaderno que está conformado por un corpus central originado en el
Seminario dictado por Eugène Enriquez, La intervención psicosociológica:
un debate sobre la teoría y la práctica, a modo de repuestas a los
interrogantes. Apuesta teórica interesante en la hora actual, para contribuir al
pensamiento y alentar el análisis, en cuanto intervención en el proceso de la
acción y del analista, en cuanto actor social que llega en una situación social.
El artículo de Andrea Bonvillani, El diagnóstico en la intervención
psicosocial: proposiciones teóricas en tensión, plantea algunas reflexio-
nes suscitadas particularmente en una práctica realizada por un equipo de
profesores y ayudantes alumnos de la Cátedra de Psicología Social, en situa-
ción de pobreza que obtuvo este año la mención especial del Premio “Apor-
tes de la Psicología a la problemática de la niñez” de la Facultad de Psicolo-
gía de la Universidad de Buenos Aires. En este, la autora hace hincapié en el
concepto de diagnóstico en intervención y se pregunta por el encargo, la de-
manda social y la implicación.
Finalmente, Mónica Pan y Andrea Aragonez, presentan un comentario
respecto al Foro de Psicología Organizacional que desde 2004 se viene
instituyendo en la Facultad de Psicología (Universidad Nacional de Córdoba)
como un espacio anual de reflexión, intercambio y problematización de
prácticas, de socialización de los planteos teóricos y metodológicos, que se
desarrollan en este campo de investigación e intervención profesional.

Comité Editorial, agosto de 2005.

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Seminario
La intervención psicosociológica

APERTURA
Ana M. Correa

En mayo de 2004, tuvimos la enorme distinción de tener entre no-


sotros, una vez más, a Eugène Enriquez, filósofo, sociólogo, psicoanalista
y pionero de una perspectiva psicosociológica1 surgida en Francia, con
importante repercusión en América Latina
En aproximadamente cuarenta años de experiencia, Eugène
Enriquez analiza e interviene en problemas sociales en las organizaciones
más diversas; igualmente su esfuerzo y pasión son trasmitidos en la activi-
dad docente universitaria y en la formación de numerosos equipos de tra-
bajo con quienes elabora métodos de intervención en los grupos, las ins-
tituciones y organizaciones. Hombre de letras y de la cultura, Eugène
Enriquez es considerado en los años setenta como el pensador más creativo
del ARIP (Association pour la Recherche et l‘Inter vention
Psychosociologique, creada en 1960); quien a comienzos de los años no-
venta funda conjuntamente con Dubost, Levy y Palmade, la Revue
Internationale de Psychosociologie donde actualmente es co-redactor con
Gilles Amado.
Una vasta producción de textos traducidos a distintos idiomas y
publicados en libros y artículos de revistas internacionales muestran de
Eugène Enriquez, una línea de reflexiones sobre la política, los sujetos y
las instituciones. Entre ellos destacamos: “L’Organisation en Analyse” (La
organización en análisis); “Les jeux du pouvoir et du desir dans l’
entreprise” (Los juegos de poder y de deseo en la empresa); “Vocabulaire

1
Dubost, Levy. Recherche –acción et intervention.(2002).En Vocabulaire de Psychosociologie.Réferénces
et positions.(395-415) Paris. Editorial Eres. “En un sentido restringido se denomina psicosociología a un
conjunto de practicas de intervención e investigación que se despliegan sobre las problemáticas de los
sujetos en situaciones sociales (…) reconocen a operadores e investigadores provenientes con distintos
horizontes de formación universitaria(…)y en el reencuentro y su colaboración sobre terreno, con aportes
teóricos y epistemológicos diferentes se contribuyen a la construcción de la psicosociología.

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Cuader
Cuader
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Campo
Campo
Psicosocial
Psicosocial

de Psychosociologie (Vocabulario de Psicosociología) conjuntamente con


J. Barus-Michele y A. Levy; “Le goût de l‘alterité”(El gusto de la alteridad)
compilación de distintos autores que realizan un Coloquio de Honor en
la Universidad de Paris VII sobre la obra de Enriquez y donde el propio
autor evoca su trayectoria .
Eugène Enriquez es un pensador crítico y provocador, al mismo
tiempo que sereno y profundo en sus modos de intervenir; su principal
teoría de referencia es el psicoanálisis, sin embargo, con la misma vehe-
mencia rechaza toda aplicación pura y simple de los conceptos
psicoanalíticos a los fenómenos de la realidad social. En este sentido des-
taca el lugar epistemológico del psicoanálisis, en tanto revela la existen-
cia de la “otra escena”. El psicoanálisis aporta en el campo de la investi-
gación sobre las organizaciones y en los métodos de intervención, sin que
éste se constituya en un marco hegemónico. Asimismo, su formación filo-
sófica y sociológica, someten a sus interpretaciones a la reflexividad de
los procesos de producción de sentido y a las prácticas, muchas veces no
consciente, producidas por fuerzas difíciles de matrizar, cuyos efectos
persisten con una lógica propia, aunque las causas hayan desaparecido.
En esta ocasión, Eugène Enriquez, fue invitado a dictar un Semi-
nario sobre La Intervención Psicosociológica un debate sobre la teoría y las prác-
ticas” en el marco del Programa de Formación de Formadores del Pro-
grama de Extensión Interfacultades (PEI).2 Invitación originada por la
necesidad de ampliar discusiones y desarrollos que toda intervención
suscita por el movimiento incesante de la problemática de los sujetos en
lo social. Consideramos también imprescindible para que se comprenda
la intención del Seminario, explicitar el contexto social e institucional
donde la intervención psicosocial toma parte de una acción en curso
con la intención de influenciar su desarrollo.
En efecto, esta propuesta se da en el marco de la Universidad pú-
blica y autónoma, lo cual insta imperiosamente, a la reflexión ética y polí-
tica sobre el carácter de las intervenciones pues, esta institución a diferencia

2
Programa de Extensión InterFacultades fundado en 2002 y avalado por las Secretarías de Extensión de las
Facultades de Filosofía y Humanidades, Psicología, Matemática, Astronomía y Física, Arquitectura y
Urbanismo, Ciencias Económicas, Ciencias Agropecuarias. Cuenta con un desarrollo de Intervención
psicosocial en grupos y organizaciones en situación de pobreza, emergentes en la crisis institucional del
2001. Al interior, se constituyó el Programa de Formación de Formadores, aprobado por Resolución del
HCD Nº39/03 de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba.

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de otras instituciones similares es estructuralmente política en su modo de organización


y funcionamiento y constitutivamente pluralista en su integración y democrática en sus
mecanismos para la toma de decisiones; por ello es parte de su misión producir,
orientar e intervenir en la democratización de las profesiones en una rea-
lidad dada y es responsabilidad la formación continua de sus profesiona-
les en el campo de la intervención social.
Coherentemente con lo planteado, el trabajo de extensión univer-
sitaria tiene una finalidad para la acción y ello adquiere, en nuestro caso,
una acción interdisciplinaria y multirreferenciada en situaciones proble-
máticas de pobreza, pues no es suficiente comprender la situación sino
que es necesario transformarla. En consecuencia sostenemos como un
desafío, que toda Intervención requiere de sólidos conocimientos teóri-
cos y técnicos, clara definición de los propósitos de la finalidad intelectual
y/o profesional y fortaleza para sostener articulaciones (sociales - técni-
cas, conceptuales) en un campo en incesante transformación e incertidum-
bre.
Desde esta perspectiva, la formación de formadores en este campo
implica un proceso cuidadoso de aprendizaje y reflexión con real utili-
dad social de los productos, en la tensión sistemática entre la investiga-
ción, la extensión / intervención y formación de intelectuales, profe-
sionales y dirigentes.

EL SEMINARIO
Este Seminario3 surge, como dijimos previamente, en el marco del
Programa de Extensión Inter-Facultades (PEI) que contempla en sus ejes
de trabajo, la Formación de Formadores.
Los interrogantes que Enriquez a lo largo del Seminario va discu-
tiendo, surgen de trabajos grupales donde se utilizaron materiales teóri-
cos del autor y de otros ligados a la Escuela de Psicosociología francesa
en función de tres supuestos claves: Intervenir supone la necesidad de
modificar algo de la realidad, y por tanto, nos remite a una determinada

3
El Seminario para Graduados “La intervención psicosociológica: un debate sobre la teoría y las prácticas”,
fue organizado por: la Lic. Ana Correa, profesora titular de la Cátedra de Psicología Social de la Facultad de
Psicología y del Dpto de Cine de la Facultad de Filosofía y Humanidades y Coordinadora del Programa de
Formación de Formadores del Programa de Extensión InterFacultades (PEI) y la Mgter. Maite Rodigou
Nocetti, profesora adjunta de la Cátedra de Psicología Social de la Facultad de Psicología UNC e investiga-
dora de CISCSA (Centro Investigación y Servicios Cono Sur Argentina).

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representación de la misma. Intervenir supone también la idea de una


realidad deseable, la dirección del cambio o transformación. ¿Cuál es esta?
¿En qué sentido estamos trabajando en una reproducción o transforma-
ción de esta realidad?. Intervenir es “venir entre”. ¿Cual es “el entre”
entonces en dónde estamos trabajando? Entre qué y qué? ¿Que supone-
mos en este tránsito entre dos espacios, dos lugares?
En consecuencia, el hilván de las respuestas que dan lugar al tex-
to del Seminario se realizó cuidadosamente para mantener la tensión, acer-
ca de la cual Enriquez insiste en todas sus producciones entre los oríge-
nes de la Psicosociología, considerando las justificaciones de los aportes
de la sociología y antropología estructural, del movimiento culturalista
(Benedict, Horney, M.Mead); de la ecología urbana en Znaniecki, y With.
Como asimismo, los antecedentes en el desarrollo de conocimiento de
los grupos y las organizaciones los aportes de la psicología social experi-
mental de Festinger, Kurt Lewin y por otra parte, de los franceses Jean
Maissoneuve, G. Palmade y Dubost. Y, las aproximaciones a las deman-
das y encargos en la democracia, en un singular momento del modelo de
desarrollo del régimen capitalista donde se juegan los compromisos
institucionales que afectarán la vida cotidiana de los ciudadanos.
En definitiva, para Enriquez el desarrollo de la psicosociología es
una interrogación sobre el lazo social en un marco político; una elabora-
ción reflexiva y ética que pone bajo la lupa las nociones de poder, civili-
zación, sujeto.
Finalmente, es importante destacar que es una preocupación cons-
tante y crítica en Enriquez la “formación de formadores” provocando
con su pregunta ¿no es más bien la formación un trabajo sobre la de-
formación o la trans-formación?. El fin, de cualquier intervención de ca-
rácter psicosocial, no es formar el individuo para ser o hacer alguna cosa,
sino permitir a las personas moverse, pensar de otra manera, hacerse nue-
vas preguntas y plantear otras relaciones, temiendo menos a sus deseos y a
sus prohibiciones. En este sentido, la formación en la práctica de inter-
vención encuentra muchos obstáculos y resistencias en la propia forma-
ción (disciplinaria) constructora de un modo de pensamiento y de un
lenguaje. Por otra parte, es más frecuente que se les pida desde las insti-
tuciones sujetos más ajustados (mejor formados como jefe, líder, otros)
y no el nacimiento de actores sociales con proyectos sociales y dispuestos
a comprometerse en una experiencia marginal que debería transformar

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Cuader nos del Campo Psicosocial

lo que esta en el centro. Se trata, por lo tanto, de una situación en la que


todas las relaciones (consigo mismo, con los otros, con el saber) son
descentradas, a fin de que la energía libre, los sueños puedan adquirir su
ciudadanía.
Compartimos finalmente la apreciación de Lidia Fernández, cuan-
do en un curso de doctorado en Educación dictado en la UBA dice de E.
Enriquez “es un infatigable elucidador de procesos, conflictos y dolores
(…) un militante de la formación de formadores pues estimula incesante-
mente la capacidad inventiva en la toma de conciencia de sus determina-
ciones y de su voluntad a hacer”.
No dudamos del valor que la presente propuesta representa para
el aprendizaje y la reflexión de los graduados universitarios, en un mo-
mento político, social y cultural en intensa crisis y transformación.

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La intervención psicosociológica
Un debate sobre la Teoría y las prácticas
Eugène Enriquez4

Nacimiento y supuestos de la intervención


psicosociológica

En primer lugar quiero agradecer pues estoy muy contento de es-


tar aquí nuevamente entre ustedes y quiero decir que entonces estuve sor-
prendido de la gentileza de las personas que participaron anteriormente,
pero sobre todo de la capacidad de escucha. Trataré de no decepcionar-
los, porque de lo que uno lee de los textos y de lo que oye de las personas
que los escriben, hay algunas veces, ciertas distancias. Generalmente de-
moramos cinco años para escribir un libro y los estudiantes lo leen en
cuatro o cinco horas y cuando encuentran al profesor, creen que él re-
flexiona todo el tiempo pero ha demorado mucho tiempo para pensar
eso que ha pensado y para realizarlo después, por eso siempre decepciona
a alguien.
Para comenzar tomaré una perspectiva histórica de la Sociología
para aproximar una explicación del nacimiento de la Psicosociología.
La Sociología nace como disciplina científica a inicios del Siglo
XIX, y surge a partir de la Revolución Francesa y la Revolución Indus-
trial inglesa, donde la sociedad estalló. El problema era cómo reformar
esta sociedad orgánica, en el decir de Durkheim, para que sea al mismo
tiempo una sociedad democrática. La Revolución Industrial y la Revolu-
ción Política ponen en cuestión la capacidad de las personas para cons-
truir una sociedad política, es decir que la Sociología ha tenido desde sus
comienzos un objetivo utilitario: comprender los mecanismos sociales y
encontrar la manera de analizar cómo la sociedad va a desarrollarse y cómo
hacer para contribuir al “progreso”.

4
El texto de esta sección corresponde a la desgrabación de la traducción realizada por Ana Correa de la
disertación del Dr. Enriquez en el Seminario citado, revisado por el AUTOR y posteriormente para su
versión escrita por las Lic. Ana Correa y Maite Rodigou.

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Cuader
Cuader
nos del
nosCampo
del Campo
Psicosocial
Psicosocial

Marx, Saint Simón, Proudhom, Fourrier, como pioneros susten-


tan que el desarrollo se produce en procesos de transformación que se
dan por el cambio de calidad en el conocimiento acumulado. Indudable-
mente ésta era una visión intervencionista, dado que para Marx no era
suficiente comprender el mundo sino transformarlo. El conocimiento es
para poder prever actividades que pudiesen transformar ese mundo y el
problema es que la sola acumulación de conocimiento no posibilita la trans-
formación del mundo, porque el contenido de esa acumulación de cono-
cimiento contribuye a definir lo que es más conveniente donde se está
viviendo. Es decir, que el conocimiento de los mecanismos no alcanza, no
es suficiente para la conciencia y no es suficiente para que las personas se
comporten de otra manera.
Por otra parte, aquellos que quisieron transformar el mundo reali-
zando actividades políticas, sindicales, se dieron cuenta, igualmente, que
las personas manifestaban mucha resistencia para la transformación de la
sociedad y que, aún si había ciertas personas que tenían ideas de vanguar-
dia para modificarla, no era suficiente para que el conjunto de todos pu-
diera hacer efectiva esa transformación. Por ello, la sociología entra en un
impasse respecto de lo que se había planteado como un ambicioso proyec-
to a inicios del siglo XIX
Pensar que la acumulación de conocimientos y mecanismos socia-
les pueden generar la transformación es posible, pero se habían olvidado
de una cosa muy importante, que la estructura social y los mecanismos
sociales son llevados a cabo por individuos, por organizaciones y por ins-
tituciones; por seres concretos, vivientes. Cuando uno mira bien los gran-
des desarrollos de la sociología se da cuenta de este problema. Así, por
ejemplo, Durkheim dice “...la sociología es una especie de psicología colectiva...”
o bien Marcel Proust que afirma “...la sociología es el comportamiento de los
grupos enteros...” y que No hay que estudiar la sociedad en su estado anató-
mico sino en su estado dinámico; asimismo agrega por su parte, Max
Weber, “ nos interesa el sentido que a la acción le dan los hombres...”
Es entonces cuando en este impasse viene a aportar a los grupos y
a las organizaciones el desarrollo del psicoanálisis a través del análisis y
comprensión de la constitución psíquica de las personas y aquello que
concierne a la psicología colectiva. Por lo cual podemos afirmar que fue
la necesidad de articular lo social y lo psíquico lo que da lugar al naci-
miento de la Psicosociología. Naturalmente esta articulación es difícil,

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2 - Intervención
“La Intervención
Psicosocial”
Psicosocial”
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mucho más cuando se trata de resolver los problemas de las sociedades,


ya que cuando la psicosociología nace tiene siempre esa perspectiva de
intervención psico-social.

La psicosociología es una reflexión teórica en la práctica social mis-


ma.
No hay una psicosociología teórica pura, siempre la
psicosociología es una reflexión teórica en la reflexión de la práctica so-
cial misma. Y, me importa subrayar algunas cuestiones:
¾En primer lugar, no hay una psicosociología conservadora ni
una psicosociología de derecha. La psicosociología parte de
intentar comprender cómo las personas viven en conjunto so-
cial, y adquieren confianza en la capacidad de accionar, de ac-
tuar con otros colectivamente; y por ello es siempre crítica.
¾ Asimismo, y tal vez voy a escandalizar a algunos, hago diferen-
cias entre la psicosociología y la psicología social, porque pue-
de haber psicólogos sociales de derecha. En cambio, la
Psicosociología intenta comprender la vida social desde la pers-
pectiva psicológica y esta reflexión no lleva a una visión con-
servadora de cada individuo como cada uno separado de los
otros. Es decir, que, hay líneas de la psicología social (especial-
mente la norteamericana) que no tiene confianza en el colecti-
vo. En tanto que la Psicosociología, como integración de lo
social y lo psíquico, tiene confianza en la capacidad individual
pero siempre en el interior de un grupo y de una historia colec-
tiva. El sujeto ensaya producir pero él también es su producto.
¾ Decir que la democracia es el principio constitutivo en la cons-
trucción de esta perspectiva, es afirmar que en cada
psicosociólogo hay un aspecto militante. Militante con la gente
con que se trabaja para intentar salir de la alienación y hacer
posible el desarrollo de una reflexión autónoma. No es ser mi-
litante de una idea precisa acerca de que la sociedad tenga que
devenir en esto o aquello, sino tratar de hacer que las personas
puedan reaccionar y pensar como seres autónomos en una so-
ciedad en la cual ellos quieran vivir.
¾ Ante esta última cuestión se nos presenta otro problema en la
sociedad moderna y es la idea de autonomía. Al respecto, la obra

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de C. Castoriadis dice: tener un proyecto de autonomía es enfrentarse a


la realidad. Entonces nos preguntamos y queremos saber qué es
la realidad. La realidad es una manera de ver de cada una de las
personas y cada uno tiene sus anteojos, mira a través de esos
anteojos. En este sentido el trabajo de los psicosociólogos es
intentar que los anteojos con los que se mira esa realidad encuen-
tren relaciones, articulaciones, confrontaciones entre los distin-
tos actores y que puedan progresivamente hacer un planteo te-
niendo una visión relativamente común.
¾ No obstante, esa realidad puede no ser relativamente común
porque está siempre en movimiento. Lo real no es lo mismo
que la realidad. Ante ello podemos mostrar dos perspectivas
para ubicar la tensión entre lo real y la realidad. Lo real, para
Lacan, es lo imposible, lo inesperado, lo imprevisible. Es decir
que lo real nos cae sobre la cabeza en el momento más inespe-
rado. Nosotros no sabemos nada de lo que nos va a pasar cuan-
do salgamos de esta sala; unos dirán yo me voy a dormir, otros
dirán yo me voy a comer, pero pueden pasar muchas cosas:
puede pasar una explosión, podemos ser atacados, podemos
enamorarnos. Lo real es siempre lo sorprendente, es decir que
lo real no es lo imposible sino lo imposible de matrizar. Es lo
que se aproxima mucho a lo que los artistas llaman lo surrealista,
aquello que nos sorprende y que no se espera. El psicosociólogo
también tiene que poder comprender eso que nos espera, por-
que si queremos comprender la vida social tenemos que com-
prenderla como un proceso continuo, que tiene rupturas y mo-
mentos que no estuvieron previstos por nadie. Quiero mostrar
un ejemplo de lo que a mí me sucedió. En 1994 estábamos un
conjunto de expertos en una isla de Grecia, sociólogos,
politólogos, economistas. Un grupo que tenía como objetivo
discutir las relaciones de la Comunidad Europea y los países
en desarrollo, el mismo estaba subvencionado por la CE y en
ese momento cae el Muro de Berlín. Esto se planteó como in-
teresante de discutir “qué es lo que va a pasar ahora”; nosotros
discutimos y planteamos muchas cosas que podrían suceder,
pero, pese que había mucha gente inteligente, ninguno se ima-
ginó que dos años después la URSS no iba a existir más, estaba

22 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

en el orden de lo impensable, pese a que había muchos sínto-


mas. Se pensaba que muchos países bálticos se podían separar
de la URSS, pensamos también que Yugoslavia iba a estallar,
era posible, pero que estas dos grandes fuerzas que estaban
pudieran disolverse, nadie lo había pensado. Esto que es real
en lo macrosociológico es también verdadero a nivel de la
micro-sociología, salvo si nosotros queremos andar por cami-
nos muy lineales.
Otra idea de lo real, contraria a ésta y que actualmente hay inves-
tigadores que la desarrollan, es que lo real es lo que resiste pero
sobre lo cual hay que poder actuar. Es tratar de comprender la
realidad no como la dicen o lo que ven las distintas personas,
sino como estas fuerzas que hay en ellas mismas y contra la cual
o con la cual luchamos. Y entonces, me parece importante, hacer
una distinción entre la realidad y estas dos perspectivas de lo
real. Si tomamos la realidad tal como cada uno piensa y cree que
son las cosas, nos quedamos en las representaciones sociales, y
ellas son importantes, pero hay un aspecto del imaginario social
que es muy esencial que incluye lo real. Lo sorprendente, lo ines-
perado, lo imposible de matrizar y por otro lado, incluye tam-
bién ese real que se opone a mí o puedo trabajar con él.
¾ Entonces, Uds. verán que es muy difícil la posición del
psicosociólogo interviniente porque el trabajo se dirige hacia
la construcción de un proyecto desde una perspectiva de auto-
nomía lo cual es enfrentarse a la realidad, según Castoriadis, e
implica un trabajo con las representaciones sociales para la con-
figuración de cierta imagen o idea común, sensible a todos los
síntomas y las cosas que parece que van a arribar y nos sor-
prenden. Por ejemplo, si la gente tiene o no para comer, si re-
siste o hace cosas que se oponen a la tarea del psicosociólogo.
Es muy difícil trabajar todos estos elementos al mismo tiem-
po.
Comprender la noción de lo real es abrir la posibilidad de com-
prender el cambio, porque esto no es bueno ni malo en sí. Den-
tro de la ideología liberal está presente siempre esta idea de
cambiar, porque siempre es bueno cambiar, pero hay cambios
que son realmente catastróficos. Para el psicosociólogo el cam-

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 23


Cuader
Cuader nos nos del Psicosocial
del Campo Campo Psicosocial

bio es otra cosa, es pensar los seres en movimiento, un movi-


miento interior psíquico pero también movimiento de sus ac-
ciones. Es la posibilidad e invención que las personas tienen,
las capacidades que ellos tienen para inventar y pensar, y que
no las vemos.
Recuerdo cuando empecé a trabajar, hace muchos años, en las
minas de carbón -ya no hay minas en Francia- y lo extraordina-
rio es que cuando hablaba con los mineros les llamaba la aten-
ción por qué el psicosociólogo estaba preocupado por saber
qué es lo que ellos pensaban pues ellos en ese lugar tenían que
trabajar y punto. Lo que me emocionó fue que, en la medida que
más hablaban de su trabajo, más se investían en relación con el
trabajo y esas personas se volvían bellas, estaban tomados por
su oficio. Ellos amaban mucho eso que hacían, aún si les moles-
taba de igual manera. Así observamos que en la medida que iban
hablando, iban pensado cosas que nunca habían pensado antes y,
cuántas veces durante las entrevistas que a veces duraban tres,
cinco o siete horas, decían no sentirse capaces de pensar tanto de
tantas cosas. También podemos tomar el trabajo que Uds. hacen
en las comunidades de gente pobre, o los que hace Teresa
Carreteiro en las favelas brasileras y descubre con los hombres,
mujeres y niños una gran capacidad -cuando no tienen miedo- a
poder manifestar las cosas que pueden llegar a hacer. Por ejem-
plo, la capacidad para hacer música, juegos, una película, es de-
cir, la capacidad de recuperar con ellos la memoria y la historia
de los pueblos, de saber qué es lo que están haciendo, de dónde
vienen y hacia dónde quieren ir.
¾ Es decir, que a través de los procesos de intervención se toma
conciencia de la capacidad de hacer determinadas cosas y creer
que se es capaz de hacer. La idea de cambio es poder y creer en
que los seres humanos sientan que están en movimiento en la
acción y en el pensamiento; que se sientan seres eminentemente
vivos y para ello el psicosociólogo tiene que tener cierta postu-
ra: ser sensible a este proceso que se desarrolla, porque la vida
es un proceso evolutivo.
¾ Los equipos de intervención son sensibles a las significaciones
que la gente les da a sus acciones y los acompañan a encontrar

8 24 Nº Intervención
Nº 2 - “La 2 - “La Intervención Psicosocial”
Psicosocial”
Cuader nos del Campo Psicosocial

otras significaciones como también vivir, no como un experto,


sino como alguien que acompaña el trabajo que las personas
están haciendo y que también pueda proponer algunas ideas y
decir que se ha equivocado, mostrar sus propios límites, mos-
trar sus propias capacidades. Es decir, que en una intervención
psicosociológica se reconocen recíprocamente los saberes.
Saberes más elaborados y otros más espontáneos, pero que
están participando en la construcción de un saber más vivien-
te.
¾Finalmente me gustaría mencionar una frase de Walter Benja-
mín, que dice “...todo individuo es un ser histórico...”, ya que todo
individuo por más chiquito que sea forma parte de la historia y
construye parte de esa historia también. No son solamente los
grandes hombres que hacen la historia, no son los intelectuales
que hacen la historia, son el conjunto de las personas que viven
y construyen esa relación viviente-convivientes. Mientras más
se fortalece esta posición del psicosociólogo, más posibilida-
des existen de que las personas se desplieguen y se vuelvan más
autónomas, pues el hecho de devenir otro los vuelve más autó-
nomos. Esto repercute en el psicosociólogo pues lo atraviesa y
repercute en su tarea, es decir que la intervención está siempre
fuertemente implicada, que no es una visión del otro exterior sino
una visión que parte de sí.

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 25


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6 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


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PROCESOS DE APRENDIZAJE DE LA DEMOCRACIA


EN LA PERSPECTIVA DE INTERVENCIÓN

¿Cuál es la concepción subyacente de la noción de Democracia de la


cual está hablando? ¿Qué piensa Ud. y cuáles son los supuestos de la
posición que tiene la Psicosociología respecto de la Democracia?

Una primera cuestión que quisiera señalar es que en la democra-


cia en Grecia en el Siglo V, tomando las referencias que aporta Castoriadis,
no participan ni los niños, ni las mujeres, ni los extranjeros y, consecuen-
temente, pensemos cuál es el grupo que en ese momento se concebía
como ciudadanos. En este sentido, hablar de democracia requiere hacer
algunas notas previas.
Para empezar, en la mencionada referencia hay una noción de Es-
tado que no es el mismo sentido que le damos en la actualidad: es lo que
los griegos llaman la Polis, la ciudad. Todos los ciudadanos de esa ciudad
tienen el deber y el derecho de participar en las orientaciones políticas de
la ciudad. Es la idea de democracia directa que en la actualidad se puede
asemejar a las asambleas de los estudiantes o las asambleas de los trabaja-
dores donde no están dirigidos por sindicatos.
La idea principal es que todo el mundo tiene derecho a la palabra
(isegoría) y además que cada uno puede ser escuchado y que, las decisio-
nes importantes son tomadas por aquellos que están allí. No se toma en
cuenta si son representativas o no. Lo esencial es que la gente no esta ahí
para discutir y que aquéllos que no quisieron ir han renunciado al derecho
a la palabra. Entonces, la decisión se toma por mayoría, lo cual no quiere
decir que las decisiones estén siempre bien tomadas. Por ejemplo, la sen-
tencia a muerte de Sócrates fue decidida por la mayoría. El hecho de tener
cada uno el derecho a ser escuchado y que hay gente que sabe hablar me-
jor y es más persuasiva que otra, indica la idea que las decisiones tomadas
representan la opinión más fuerte pero no representan la verdad. La de-
mocracia, entonces, se funda en la capacidad real de las personas de poder
intercambiar, argumentar y escucharse mutuamente.
Ahora bien, en la actualidad tenemos una idea análoga. En la teoría
de Jürgen Habermas, la democracia existe si hay un espacio público, es

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 27


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nosdeldelCampo
CampoPsicosocial
Psicosocial

decir, si hay un lugar donde las discusiones son posibles, donde todo el
mundo puede escuchar lo que se dice o la gente tiene la información per-
tinente. Donde la argumentación está efectivamente ajustada y esa argu-
mentación estáPrimerahechaedicíon
con la mayor 2004 sinceridad posible.
Entonces, Uds. verán inmediatamente que las condiciones para la
Primera reimpresíon 2005
realización deSegunda reimpresíon
la democracia 2006
no se reúnen en el mundo moderno, porque
Tercera reimpresíon 2008
no todo el mundo tiene el mismo derecho a la palabra, porque no hay
Cuarta reimpresíon 2009
suficientes espacios públicos para2010 discutir, porque la palabra de uno no
Quinta reimpresion
vale lo mismo que la palabra de otro, porque la información pertinente no
se obtiene exactamente sino que está mediada por otras fuentes, los mass
media, etc. y que no todo el mundo habla con sinceridad y que cuando se
habla, priman más los deseos de ejercer influencia, de manipular o persua-
dir.
Si vamos hasta el fondo de esta idea, ella quiere decir que esta de-
mocracia completa real es del orden de lo imposible o, más exactamente,
que no Lase intervención
puede tener una situación
psicosocial : cuadernos del decampo
democracia
psicosocial estable,
/ es decir, que
compilado por Ana M. Correa y Mónica Pan - 1a ed. - Córdoba :
ésta se inventa
Brujas, cotidianamente.
2005. Si pensamos que estamos en una situación
76 p. ; 25x17 cm.
democrática estabilizada, inmediatamente la democracia desaparece. Es
decir, queISBN
la democracia
987-591-009-0 se instala como una exigencia permanente a to-

mar problemas queSocial.


1. Psicología no hanI. Anaestado discutidos
M. Correa, comp. II. Pan,para hacer
Mónica, comp.que algunos acto-
CDD 361.25
res que no han estado u ocupado esas funciones puedan constituirse en
actores©sociales. Por ejemplo, pensemos que había mujeres que no se con-
Editorial Brujas
sideraban actores sociales, ni tampoco los inmigrantes o los pobres que
son considerados
Primera edición ciudadanos de segunda o tercera clase, al igual que las
personas queentienen
Impreso Argentina discapacidades no son escuchadas. Dicho de otra
manera,ISBN:
queremos
987-591-009-0decir que la democracia es la invención cotidiana de
crear nuevos sujetos sociales, nuevos problemas, nuevos objetos sociales
Queda
sobre los hechotrabajar.
cuales el depósito que
Es marca
luchar la ley 11.723.
constantemente contra el resurgimien-
to de nuevas formas del poder, tomar conciencia de las formas de mani-
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de tapa, puede ser reproducida,
pulación de las que
almacenada uno puede
o transmitida sermedio,
por ningún objetoya seaoelectrónico,
de las formas de manipulación
químico, mecánico,
que unoóptico,
mismo puedeo por
de grabación ejercer sinsinquererlo
fotocopia autorizaciónni pensarlo.
previa del editor.
De esta contradicción se pueden dar numerosos ejemplos: conoz-
co varios colegas que fueron revolucionarios de palabra, profesores uni-
versitarios que trataban a sus alumnos con el mismo desprecio que si hu-
bieran sido profesores de extrema derecha. Es decir, que había una gran
distancia entre la retóricaeditorialbrujas@arnet.com.ar
y la práctica concreta.
Tel/fax: (0351) 4606044 - Pasaje España 1485
Es en este sentido Córdobadonde - Rep. adquiere
Argentina. relevancia y se justifica por qué

4 28 NºNº2 2- “La
- “LaIntervención
IntervenciónPsicosocial”
Psicosocial”
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la psicosociología existe, porque permite intervenir en los procesos de


aprendizaje de la democracia en tanto experiencia subjetiva cotidiana.
Asimismo es aceptar ponerse en cuestión y aceptar que los otros nos
pongan en cuestión, porque ponerse en cuestión uno mismo no es tan
difícil. A veces uno se dice a sí mismo “que está muy bien” cuando uno se
pone en cuestión, pero en cambio cuando nos ponen en cuestión los otros
es mucho más difícil.
Para dar un ejemplo personal, en 1968 cuando comenzó el movi-
miento contestario en Francia y otros países, yo me desempeñaba como
profesor en la Universidad de Nanterre donde comenzó la protesta. Lo
más importante en ese movimiento fue el lugar de los actores sociales
estudiantiles y la primera persona que fue interpelada fui yo. Entonces, yo
tenía 35 o 36 años y escuchaba a los estudiantes que me decían “Ud entienda
que para nosotros Ud es un viejo” y no lo olvidé. Por otra parte, si bien traba-
jábamos mucho en grupo, de manera no directiva o poco directiva, ellos
me decían que en este estado de democracia “Ud nos manipula mucho más
que los profesores reaccionarios, porque como nosotros lo queremos, nosotros hacemos
todo lo que Ud nos pide y que por los otros no lo hacemos y, por consiguiente, Ud es
mucho más exigente para nosotros que los otros”. Para mi, fue una experiencia
muy interesante y fuerte porque me di cuenta de cierta tendencia autorita-
ria que yo podía tener y que estaba enmascarada por mi sonrisa, por mis
afectos por los estudiantes y que en cierta medida me decían “Ud es como
todos los viejos autoritarios pero es más sutil y ejerce sobre nosotros una violencia
sutil”. No creo que ésa fuera una crítica muy justa, porque yo también me
involucré mucho en la contestación. Entonces, la respuesta mía fue decir-
les que ellos tenían que hacer un trabajo y una reflexión; la vida no era
solamente placer, había cosas a las que ellos se resistían y que aceptaba la
idea que dentro de ellos también había otras cosas que se resistían
respecto a lo que yo soy.
Me interesa desarrollar más esto pues es bastante frecuente sentir
que cuando le dicen a uno que es un manipulador y un viejo, sobre todo
cuando uno es joven y que además se siente muy participativo y democrá-
tico, uno tiende a reaccionar justificándose sin poder escuchar, cuando en
la vida democrática hay que discutir firmemente teniendo en cuenta que
desde los dos lados se puede hablar-escuchar.
Para terminar provisoriamente esta cuestión de la democracia, me
parece importante subrayar que una democracia que se detiene no puede

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 29


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Psicosocial

ser verdaderamente una democracia. Si pensamos en la sociedad, desde


que comienza hasta ahora (y no puedo hablar más adelante), siempre hubo
fenómenos de poder, siempre existieron personas que quisieron ejercer la
dominación sobre otras y en esta sociedad capitalista siempre hay perso-
nas que quieren ser más ricas que otras. Hay una expresión de un presiden-
te americano, que decía, como todo buen americano “yo creo en el capitalis-
mo, pero a los capitalistas individuales a veces habría que meterlos en prisión porque
quieren demasiado tener dinero”. Con todo esto, queremos decir que la democracia no
es un régimen estabilizado y como dice Castoriadis, “la democracia es la posibilidad
de luchar por una autonomía individual y colectiva, que no tiene que detenerse nunca
pues no se considera a la democracia como una situación ganada”.
Es por eso que puedo decir con toda tranquilidad que no hay, con
relación a una democracia ideal, un solo país actualmente en el mundo que
responda a ese sentido de la democracia. Hay fragmentos democráticos,
hay espacios de mayor igualdad que otros, hay países donde las personas
pueden tener mayor posibilidad de hablar que en otros, pero siempre hay
alguna cosa que está en peligro y por una razón simple, es porque la de-
mocracia se funda sobre dos conceptos totalmente contradictorios:
el primer concepto es la autonomía de cada individuo, es decir la
capacidad de cada uno de ser sujeto y al mismo tiempo, el individuo
que entra en competición con otros.
Cuando digo sujeto, lo digo en el pleno sentido de la palabra, es
decir, sujeto político que puede influenciar sobre la sociedad, sujeto civil
con derechos civiles, sujeto con derechos sociales, sujeto psíquico en tan-
to cada uno tiene una vida interior, sujeto moral, sujeto ético, sujeto cul-
tural. Es decir, que hay toda una ideología del sujeto triunfante y, al mismo
tiempo, hay un individuo puro. Individuo puro que entra en competición
continuamente con los otros: competición política, competición econó-
mica, emulación pedagógica, confrontación de las ideologías, luchas de la
religión, en general que cuando se ubica en la democracia subyace el con-
flicto.
Ante esto los aficionados al mercado hablan de la mano invisible del
mercado que establece reglas de juego para hacer posible cierta armonía,
otros afirman que es la democracia que permite poner en armonía a todos
esos conflictos. En una democracia, en principio, estamos todos en contra
de los otros, cada uno tiene derecho a decir y pensar de modo diferente.
Pero al mismo tiempo debemos vivir en conjunto y entonces debe haber

2 30 NºNº2 -2 “La
- “LaIntervención
IntervenciónPsicosocial”
Psicosocial”
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una solidaridad que debemos entender. En esto se juega la idea subyacente


de un colectivo todopoderoso.
En la democracia podemos observar, una democracia del indivi-
duo triunfante de la lucha de unos contra otros que da lugar al liberalismo
y neo-capitalismo y, la otra, del individuo bajo la influencia del colecti-
vo, que puede dar lugar al totalitarismo soviético o el chino.
En definitiva, si nos apoyamos en estos dos postulados contradic-
torios, tratamos siempre de encontrar un camino aproximativo entre “yo
soy un sujeto” o “los otros existen”. Pero lo que me parece importante
desde un punto de vista psicosociológico, es que de estos dos postulados
que tienen una base contradictoria pueden devenir complementarios. Es
decir que, si miramos bien, yo no puedo ser sujeto verdaderamente si no
es porque los otros están ahí, si los otros no me reconocieran como sujeto
yo no existiría. Hegel pregunta ¿cuál es la diferencia entre un loco que se
cree Napoleón y el verdadero Napoleón? A lo mejor hay mucha diferen-
cia, pero la diferencia importante entre el loco que se cree Napoleón y
aquél que es Napoleón es que el verdadero Napoleón es reconocido como
Napoleón por todo el mundo. Pero, podemos complicar un poco más.
Si el loco se toma por Napoleón y todo el mundo lo reconoce como
Napoleón, él se tornaría entonces en el verdadero Napoleón y, sería el
verdadero Napoleón, el loco y, el verdadero iría al hospital.
Es decir que existimos cuando estamos reconocidos por otros.
Nosotros sabemos que somos producto de identificaciones múltiples, de
nuestros padres, de nuestros maestros y es por ello que insisto en uno de
mis libros que Freud reconocía de antemano que el psicoanálisis era una
psicosociología. Si tomamos “Psicología de las Masas y Análisis del Yo”,
Freud dice claramente “...nosotros somos el fruto de identificaciones variadas de
nuestros padres, de nuestra religión, de nuestra etnia...” y agrega con un poco de
humor “...nosotros podemos hacer muestra de cierta originalidad alguna vez...” por
lo que, la psicología social es anterior a la psicología individual. Es decir,
que yo no soy efectivamente sino en relación con otros. De la misma ma-
nera, en el colectivo donde hay una sola opinión, se ha matado la capaci-
dad inventiva de cada uno de sus miembros y un colectivo debe tener en
cuenta para ser efectivamente un colectivo, la intersubjetividad. La ambi-
ción de la psicosociología es hacer lo posible para que cada uno entre
nosotros sea un sujeto y al mismo tiempo participe en la vida colectiva.
Es entonces, a partir de ahí que esos postulados contradictorios devienen

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 31


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del Campo Psicosocial
Psicosocial

planteo
en complementarios.
que quiero formular estará centrado en el análisis de algunas
proposiciones La democracia
teóricas que no esconsidero
un estado debenestable,sustentar
continuamenteel diagnóstico
se reinventa
psicosocial,
y lo que es pudiendo
más apasionante,
ser las consideraciones
es que los sujetos metodológicas
estamos obligados objeto de a ser
otroinventivos
trabajo. y ayudar a esos que están en situación de alienación a tomar
conciencia
Estoy pensando
de la situación,
el diagnóstico
a quererpsicosocial
cambiar, como referido
puedana contextos
naturalmente.de
pobreza,
Eso sería,
lo cual
por yaejemplo,
implicala un invención
esfuerzodede economía
definición solidaria
derivado o lasdeasocia-
la
ambigüedad
ciones queque se constituyen
ha caracterizado en losalbarrios
concepto.en unDepaísacuerdo
que ensaya
a la revisión
ser demo-
propuesta
crático. por
Más Gutiérrez
hay turbulencia,
(2004)más la pobreza
hay intentos ha de sido
una relacionada
democracia real. con Si
situaciones
la democracia
de carencia
se torna o privación
nada más respecto
que en ir a determinados
votar cada 5 años, indicadores,
no digo que
generalmente
sea totalmente de inútil,
tipo económico,
pero es la democracia
buscando en describir
el estadoesa más situación
bajo posible. y
dejando
No podemos
de lado hacer
la explicación
una democraciade su producción.
directa comoLa en aproximación
la Grecia de aquella al
fenómeno
época, peroa partir
podemos
del concepto
crear espacios
de “marginalidad”
democráticos supone allí ladonde
separación
estemos.
ineludible
No obstante,
entre un no secentro
puedey hacer
un margen todo de golpe, no se“la
e invisibiliza manera
puede hacer de todo
estar de
ubicado”
una vez.
(Gutiérrez, 2004, 37, 53.) de los grupos pobres en la estructura
social, porque Estolosnosestándares
lleva a pensar las desigualdades
de ubicación en relacióndesde
están definidos a clases,
el centro.
a las dife-
En rencias
consecuencia,
de clasemantendré
social. Yo eldiríaconcepto
que mientras
pero desmarcándolo
más luchas dede la “forma
clase hay, hay
impuesta por el debate dominado
más democracia, es decirporque,las visiones
los gruposdualistas de la cuestión,
existen y no están peropensando
a condición las
de precisar
mismasque, más yallá
cosas que de luchan
la cuestión
parade los indicadores
hacer de la sus
prevalecer pobreza,
puntos se otorga
de vistauna(yo
importancia
hablo departicular
luchas ya no la significación
de combates queaconfiere
muerte).a esas condiciones
Lucha quiereobjetivas
decir que de se
vida,considera
la posiciónalrelativa ocupadaunporadversario
otro como cada individuo peroo grupo en el espacio social
no forzosamente como de un
referencia”
enemigo,(Gutiérrez,2004,
eso es una gran 54.).
diferencia.
Es decir,Las desdedictaduras
esta perspectiva
se han fundado
la pobreza sobre
es entendida
esta idea decomo construir
una categoría
amigos-enemigos
relacional: y en
la condición
las democracias de posibilidad
se puede ser
de existencia
amigo, indiferente,
de unos depende
adversario.de laEs existencia
decir, endelaslosdemocracias
otros porque sese puede
trata ser
de posiciones
amigos - adversarios,
en la estructura siempresocial.
que exista la posibilidad de la confronta-
ción,Laelcaracterística
debate, la discusión.
“psicosocial”
La única del cosa
diagnóstico
sobre laestá cualdada hay que porponer
la
perspectiva
atención,analítica
es no crear asumida
antagonismos
que, enfocada dondeen noelexisten.
plano interaccional
En este sentido, de la
la vida
idea de
cotidiana
clase institucional
de los sujetos, de Mendelreconoceme inquieta,
como horizonte
porque noteórico se constitu-
la
definición
yen clases,
de lasino
Psicología
que puede social
ser sólo
como una estudio de ladeconstrucción
“elreificación posiciones. social
Endecon-
los procesos
secuencia,psicológicos”
mi idea (Ibañez
es que las Gracia,
situaciones
2004, sean
67). examinadas caso por caso;
analizar en cada uno los intereses de la lucha o si son perspectivas diferen-
tes. II) Algunas precisiones en torno al concepto “diagnóstico”.
Comenzaré
Retomo el marcando
ejemplo del tres’68 sentidos
que reciénque mencioné,
suelen atribuírsele
allí habíaamuchos este
concepto,
docentes de que
los cuales querríade
participaban diferenciar
las ideas mi quepropuesta:
tenían los estudiantes y que
ellosa)compartían
Quizá por extensión
con la clase al obrera.
uso queSin de embargo
él ha hecho en laesas
Medicina
ideas había que di-
generalmente
ferencias entre vincula
las posiciones
al diagnóstico en con
Francia
el estudio
y en Italia.
de lasEn enfermedades,
esta última, los
es decir al reconocimiento
estudiantes pudieron reunirse de los muy signos
bien (síntomas)
con los obreros, que sirven
discutirpara y pro-
determinar
porcionar el proyectos
carácter peculiar
de cambios.
de unaEsdolencia.
decir queDesdelo conveniente
esta concepción era ver qué

56 32 Nº 2Nº- “La
2 - “La Intervención
Intervención Psicosocial”
Psicosocial”
Cuader nos del Campo Psicosocial

pasó en cada uno de estos casos. En este caso el Partido Comunista italia-
no era más dinámico que el Partido Comunista francés y en Italia ello po-
sibilitó efectivamente la relación de los obreros con los estudiantes y fue
más movilizador. En tanto que el Partido Comunista francés estaba total-
mente esclerosado y los intelectuales franceses tuvieron miedo que los
obreros pudieran pensar por sí mismos e intentaron terminar rápido.
Ahora que conocemos la historia un poco más completa (totalmente ofi-
cial) se sabe bien de todos los contactos que tenía el Partido Comunista
francés con De Gaulle y nuestro actual presidente de la República, Jaques
Chirac, todo se paró por una coalición entre Chirac y los comunistas, tan
esclerosados unos como los otros. Soy un poco malo cuando hablo de
estos temas pero no se pueden deformar los hechos .

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 33


Cuader nos del Campo Psicosocial

54 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

POSIBILITAR EL DESPLIEGUE DEL SUJETO

¿Sobre qué y con quién voy a trabajar en una intervención?

Ante este interrogante la respuesta que puedo dar es bastante sim-


ple y es que toda situación que conlleva el sufrimiento individual o colec-
tivo debe poder ser modificada. Sin embargo, un correlato que me parece
esencial es que la manera de intervenir sobre ese sufrimiento no lleve al
aumento del sufrimiento. Hay que tener en cuenta que en toda interven-
ción, en la medida en que estamos trabajando con personas vivientes, se
ha de considerar los momentos y las formas de intervención pues se pue-
de llegar a producir regresiones o mayor angustia que la que tenían antes.
Sabemos que, desde la posición psicoanalítica, cuando el trabajo
del analista progresa va a tocar ciertos problemas que están rechazados y
va a producir en el sujeto angustias muy fuertes, por lo que tiene que ir de
manera muy progresiva. Entonces, al trabajar sobre el sufrimiento indivi-
dual o colectivo se debe poner mucho cuidado al tratar problemas im-
portantes en las personas con las que se trabaja.
En este sentido la noción de desplegar adquiere importancia, para
lo cual recordemos cuando Hipócrates dice que si se puede curar, se cura,
pero lo importante es que se pueda desplegar el sujeto. Esto es un elemento
esencial en la ética de quien interviene. Es decir que en esta intervención
hay que aumentar o tratar de aumentar la posibilidad de actuar de esa
persona, en la medida que esta persona viva de manera más intensa y al
mismo tiempo pueda tomar conciencia de esta experiencia.
Por ejemplo, si se trabaja con personas en situación de pobreza, en
favelas (en Brasil), villas miserias (Argentina), los ranchos (Perú) y ellos
toman conciencia de la situación de olvido en la que están, es posible que
esto les pueda proporcionar un sentimiento de mayor abandono del que
ya tienen. Por ello, cuando se interviene hay que tratar que, al mismo tiem-
po que se toma conciencia se descubra sobre qué puntos ellos mismos
pueden actuar de manera positiva en esa situación de abandono. Sea, por
ejemplo, en la manera en que puedan organizarse entre ellos, sea pudiendo
formular reinvindicaciones con relación al poder público. Si éste es el caso
y no se producen este tipo de relaciones se sumerge a las personas en una

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 35


Cuader nos del Campo Psicosocial

situación mucho más difícil de salir.


Tomando el ejemplo de la gente que trabaja en la mina de carbón,
al mismo tiempo que van reconociendo los peligros y los riesgos a los que
están sometidos en sus condiciones de trabajo, van tomando conciencia
del desconocimiento que tienen de esas condiciones de riesgo. Es muy
importante que ellos pudieran sentirse investidos por ese oficio, ese tra-
bajo, esa actividad, y tener cierto orgullo de ser mineros y pelear justa-
mente por ciertas reinvindicaciones ante el riesgo que tienen en sus con-
diciones de existencia laboral.
En definitiva, para trabajar sobre el sufrimiento hay que abrir
nuevas posibilidades de actuar, porque ellos son capaces de tomar en sus
manos una parte de su destino.

36 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


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AMPLIAR EL HORIZONTE DE LA REALIDAD


PARA SER CADA VEZ MÁS AUTÓNOMOS

¿En la representación que tenemos de la realidad, hay algo que sea


modificable? ¿Cuál es la orientación al cambio o a la transforma-
ción?

En este caso la respuesta tal vez sea más corta. No hay una realidad
deseable en sí misma, es decir que sería muy difícil definirla pero de todas
maneras lo que es esencial y es tal vez la única cosa que yo pueda decir es
que las personas se sientan, a través de la intervención, cada vez más autó-
nomas, que se sientan que no están repitiendo y reproduciendo esta reali-
dad en la que están inmersos y que se pueda abrir un horizonte de otra
realidad posible. Lo que me llama la atención y me asombra en muchas
intervenciones y también en la realidad de todos los días, es que las perso-
nas en general tenemos una visión del horizonte de la realidad muy limita-
do. Es decir, que generalmente se dice: “yo puedo hacer esto y no puedo
hacer esto otro”. Y lo que es importante para ser cada vez más autóno-
mos es ampliar este horizonte y trabajar sobre lo que hemos llamado la
imaginación realizante. Para ello hay que tratar que los sujetos puedan
ubicarse y posicionarse en otro lugar: Si fueran jefes, si pudieran mandar,
¿qué dirían?, si tuviesen el dinero, ¿cómo lo usarían? ¿Qué sueños han teni-
do en la infancia y qué no han podido realizar? En definitiva, ayudar a
imaginar; pero no imaginar sin importar qué, sino imaginar situaciones y
cosas que esforzándose tal vez, puedan llegar a realizar.
A esto llamamos imaginación realizante. Es decir, ayudar a las per-
sonas en cierta manera a poder soñar pero no para tener cualquier tipo de
fantasías, sino aquéllas que puedan realizar tal vez algún día. Por ejemplo,
Teresa Carreteiro en sus intervenciones en Brasil, trabajaba con muchos
niños que se interesaban en la música y tenían condiciones y que también
les gustaba hablar, entonces, conjuntamente entre los que hablaban y los
que hacían música se propuso armar poemas para que le dieran música
por ellos conocida. A partir de ahí lograron y llegaron a hacer música y
trabajos muy interesantes. Algunos hoy escriben actualmente poemas y
algunos han empezado a estudiar música y a trabajar en ese campo.

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 37


Cuader nos del Campo Psicosocial

Para dar otro ejemplo, en un barrio al norte de Marsella, en Fran-


cia, donde hay muchos inmigrantes y personas que están en situación de
extrema pobreza y que tenían predisposición para jugar o dramatizar al-
gunas situaciones, se trabajó con las estrategias del Teatro del Oprimido y
también con piezas de teatro, no solamente del teatro popular, sino de
comedias o teatro clásico del Siglo XVIII donde se podían expresar y
sentirse dentro de esos otros personajes. Sé que ustedes aquí están utili-
zando desde hace unos años el teatro de títeres como un dispositivo inte-
resante para facilitar la apertura de la palabra y el despliegue de la acción.
En definitiva, todo esto es reforzar el proceso creativo en personas que
sienten que no pueden crear nada, que se los ha nombrado como incapa-
ces, que se sienten que no pueden hacer determinadas cosas o bien que
están olvidados y puestos al costado. En estos procesos de intervención
es curioso notar en jóvenes y niños que se ven o se muestran como violen-
tos, cómo desplazan la carga de agresividad positiva en los procesos crea-
dores y esto tiene que ver también con el proceso de autonomía, que es
crearse a sí mismo, creando una cosa de otra manera. Por supuesto que no
se logra con todo el mundo. Pero los que se deciden a comenzar podrán
incidir en la mirada desconfiada o escéptica de los otros.

38 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

LA REPRODUCCIÓN DE LO IDÉNTICO NO HA
EXISTIDO JAMÁS.

¿En qué sentido cuando intervenimos estamos trabajando en una re-


producción o en una transformación de la realidad?
¿En la noción de orientación hay siempre una noción predetermina-
da o el proceso de transformación es el que viene con el mismo mo-
vimiento y es algo que surge espontáneamente?

Voy a tomar una frase de Moscovici que me gusta para una re-
flexión y es la siguiente: “los hombres quieren conservarse pero siempre terminan
cambiando”. Es bastante precisa y me gustaría remarcar que la reproduc-
ción de lo idéntico no ha existido jamás. Sea un sociólogo, un psicólogo o
un biólogo, todos los sabemos ahora, podemos hablar de reproducción
global, de la reproducción de los seres humanos; de la misma manera que
cuando un hombre y una mujer tienen un hijo, éste no es exactamente una
reproducción de lo que ellos son. Los fenómenos sociales no se reprodu-
cen jamás de manera idéntica. Marx decía con humor “las cosas cuando se
reproducen la primera vez se producen de modo trágico y la segunda vez de una manera
cómica” Tenía en la cabeza la imagen del Napoleón primero que se repro-
duce como trágico y el Napoleón último que es cómico.
Es por eso que estoy esencialmente en contra de los sociólogos
que hablan de la reproducción, por ejemplo yo estoy -pese a la estima que
tengo por él- contra la teoría de la reproducción social de Bourdieu cuan-
do dice que los estudiantes reproducen la clase social en la que han sido
formados. Aún así, ellos no se comportan de la misma manera que se
comportan los padres, puesto que los movimientos revolucionarios que
existieron, al menos en estos dos siglos, han comenzado siempre por re-
vueltas de estudiantes que provenían generalmente de clases privilegiadas.
Yo creo que hay que abandonar la idea de reproducción. Cada vez
que hay ciertos hechos que se producen, aún si han sido similares a los que
ya se produjeron, hay siempre un mínimo de transformación. Yo mismo
no soy el mismo ahora que el que fui a las dos de la tarde; evidentemente
hay una constancia, no cambié la cara, pero no soy el mismo cuando estoy
tomando el desayuno que cuando estoy acá con ustedes. Esto me parece

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 39


Cuader
Cuader
nos nos
del del
Campo
Campo
Psicosocial
Psicosocial

coincidente
Cuando con Canguilhem
lo que dice ensaya
el sociólogo
estudiar,alemán
desde un punto“de
Simmel: la sociología
vista bio-debe
estudiar
lógico, quéelesflujo desordenado
lo normal y lodepatológico
la vida”. en la salud, argumenta muy bien
que el organismo
Nosotrossano somosno es seres
aquélhumanos
que noy,tieneaunque enfermedad,
quisiéramos sino
seraquél
absolu-
quetamente
sabe utilizar
esclerosados,
su propia somos
enfermedad
seres en proceso
para llegar de cambio,
a un nivel seres
deen salud
movi-
superior.
miento.EsEldecir psicosociólogo
que esta enfermedad
ha de contribuir es como a ese
un movimiento,
desafío para el a que
orga-cada
nismo
unode en encontrar
su pequeñauna corriente
mejor formapueda para constituirse
superaren el estado
una gran anterior.
corriente.En-Por
tonces
supuesto
la saludquedeheuntenido
organismo varias consiste
objeciones
en definir
en relación
las propiascon normas
esto, porque
de
salud
pueden
de suafirmar
organismo,
que, globalmente,
con lo cual lamuchas salud sería
cosasuna se reproducen
cuestión deylucha esto se-
contra
ría unla enfermedad
poco los puntos y, ende este
vista
sentido,
diferentes
la normatividad
que tenemos se sobre
daría desde
la vidalay la
capacidad
realidad.de superar la crisis orgánica.
A partir
Estamos de esta
másideainteresados
de Canguilhem,
por aquello haceque40es años,
constante,
intenté nosensayar
intere-
dossamos
modelosmás contrastados:
por aquello que uno
no quevaría,selollama
invariante.
el modelo O estamos
del ordenmás intere-
y el
otro,
sados
modelopor las
de equilibrio.
cosas que El se modelo
transforman, de orden empezamos
es aquél enaelver quemásse ensa-
los ele-
ya retornar
mentos pequeños
al estado anterior
que se van y esto,
transformando.
aplicado a losEsto modelos
no es sociales,
el mismopro- punto
dujode lavista.
ideaAdelaqueprimera
cada visión
problema yo lasocial
llamaríase puede
un punto considerar
de vistacomode realidad
un
problema
conservadora,
o una enfermedad
ya que veríamos que hayqué quecosas
curarsey demantienen
esta manera y enprevalece
la segunda
el criterio
visión, estaríamos
conservador teniendo
por el cual,
en cuenta
lo social,
lo quetomado
Castoriadiscomollamael organismo,
lo germinal,
trata
aquello
de volver
que está
al funcionamiento
naciendo o queanterior. está por nacer.
EnVoy contraa dar
del un
modeloejemplo de equilibrio
que ya didel ayer
organismo
pero de humano,
otra manera. se re-Re-
conoce
cuerdo la idea
lo deque1968
estáenpermanentemente
Francia. En el ‘68en parecía
fases de unadesequilibrio
sociedad inerte. y queEn
trata
esedemomento
encontrarhabíaun equilibrio
un periodistamejor interesante
del que teníaque anteriormente.
escribió un artículo
Este
segundo
que decía “ Francia
modelo se aburre”;
de orden implica,
se aburre
segúnporque
lo que decía
había Canguilhem,
un general DelaGaulle ca-
pacidad
que teníadel ser
a Francia
humano ende susinventar
manos, su la economía
propio funcionamiento.
florecía, no había Es decir,
desocu-
salir
pación,
de la crisis
todo mejor
el mundo de loestaba
que estaba
integrado;
anteriormente.
la moneda -el franco entonces-
estabaEstasconsiderado
dos nociones mejor sonque cercanas
el dólary yplantean
toda la gente considerar
tenía ellaaspecto
“enfer- de
medad”
estar contenta
como unyproblema
aburrida. que Éstanos es unaelevavisión
y noconservadora
como una situación de las cosas.
a
resolver.
Al final de 1967 hay una primera huelga de estudiantes en Nanterre y un
día que
Si tomamos
estábamos la segunda
desayunando noción condeAlain
Foster Touraine
de orden (sociólogo)
por el ruido, le cuen-
lo
quetodice
unaélanécdota
es que las quesociedades
había escuchadobien ordenadas
y él me dice “tal como vienen
son sociedades quelasvancosas
la universidad
hacia la muerte. francesa va a explotar,
Ellas ensayan repetirse.no vaLosa pasar más de de
elementos un laaño”.
reproduc-
Él sentía
ción,
bienesosesto
de que hablábamos
se estaba moviendo,
recientemente, que algoson estaba
más importantes
germinando. que Estos
los
elementos
estudiantes innovadores
que parecían y cuandotenerexisten
un aire elementos
inerte comenzaban
innovadores,a siempre
moverse y
hayentrar
impedimentos
en ebullición.
para Ya queen eso
febrero
se realice.
antes Mientras
del mayoundel sistema
68, Alain
socialTouraine
está
másescribió
ordenado, dos artículos Le Mondea“El
más tieneentendencia la implosión
nacimientoy del a descomponerse.
movimiento estu-
Éstediantil”
es, en ydefinitiva,
todo el mundo el viejoseguramente
concepto depudo la termodinámica
leer lo que decía en física:
en esta
“más un “comenzamos
frase a percibir que
sistema está ordenado, más los va
estudiantes están haciendo
hacia la muerte”. algo y muy
Entonces posi-
de allí
blemente
la idea de quevancuanto
a hacer más
temblar
haylaruido sociedad
en un francesa”.
sistemaLa social,
mayoría
hay másde loscosas
otros

48 40 Nº 2Nº- “La
2 - “La
Intervención
Intervención
Psicosocial”
Psicosocial”
Cuader nos del Campo Psicosocial

sociólogos decían que Touraine deliraba, pero tuvo razón. Él tuvo esa
perspectiva y esa capacidad para ver esto casi imperceptible en estos
procesos de movimientos sociales.
He puesto este ejemplo porque de alguna manera la realidad
lleva a un futuro, al devenir, a lo nuevo por lo cual el psicosociólogo ha de
estar atento, no solamente a aquello que es inerte, que es durable, que es
conservador, sino a lo que está incesantemente cambiando aunque esta
transformación sea una pequeña transformación social. Si no, no vale la
pena ser psicosociólogo. Es importante y esencial comprender e intuir
esto que está en los márgenes, casi imperceptible y que es lo que va a llevar
al futuro.
Cuando uno analiza un fenómeno social, es interesante mirar el
lugar que uno asume: si el de ver los elementos pesados de los procesos
sociales o esas pequeñas desviaciones que aparecen dentro del sistema y
que son las que van a llevar al futuro. Tal vez nos podemos equivocar
porque hay muchos gérmenes que no llevan a nada, pero hay otros que
aportan elementos sustanciales.
Visto que soy el más viejo de esta reunión, que por ejemplo
conocí de manera directa la Segunda Guerra Mundial, yo puedo decirles
que no pude imaginar cuando tenía diez años y estábamos bajo la ocupa-
ción alemana, la situación que actualmente vivimos, sean los problemas en
las relaciones entre mujeres y varones, los problemas de la familia o los
problemas de la autoridad. Por ejemplo, cómo saber cuándo uno es joven
y cuándo uno es viejo. Yo soy viejo pero me siento aún joven, sin embar-
go, hace treinta años atrás imaginaba que a mi edad caminaría con un bas-
tón.
La visión de las cosas nunca es la misma y una cuestión esencial
es estar disponible a la sorpresa, a lo inesperado, provenga esto de las
personas o provenga del sistema social completo.

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 41


Cuader nos del Campo Psicosocial

46 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

DESAFÍOS PARA EL QUE INTERVIENE

¿Cómo se visualiza la demanda? ¿Cómo construye la demanda?


¿Cómo hacer para meterse en ese tejido y generar en la organización
una demanda para poder intervenir?

Todos estamos inmersos dentro de las ideologías. Es un término


que voy a precisar y que se definió en el siglo XVIII como “sistema de ideas
orientado y coherente que permite una acción precisa”.
Nosotros sabemos de este sistema de ideas y tenemos, a pesar de
ese sistema de ideas, formas distintas de representación de la realidad.
Puede haber un grupo que tenga la misma ideología y que tenga distintas
representaciones de la realidad. De todos modos, cuando elegimos inter-
venir lo hacemos de acuerdo a la demanda, sea explícita o implícita. Es
decir que siempre hay una parte de la construcción de la realidad en la
demanda. El problema es saber si esa construcción se hace sólo desde el
lugar de quien interviene o si está hecha con la ayuda de las personas con
las cuales se plantea la demanda.
Se dice frecuentemente que el psicosociólogo debe intervenir cuan-
do hay una demanda. Y hay muchos escritos sobre este tema del análisis
de la demanda. En términos generales es verdad, en términos particulares
no es verdad. ¿Por qué? Porque muchas veces hay una demanda implícita
de las cuales los que intervienen, a veces, no tienen conciencia. Es justamen-
te porque no pueden representarse otra cosa distinta a lo que se está vivien-
do ahí. Si tomo el ejemplo de las favelas, que conozco relativamente bien, la
gente dice muy frecuentemente “nuestro porvenir es solamente hasta mañana...”
“y de todos modos nosotros no vivimos, sobrevivimos...”. Es decir que no existe allí
ninguna demanda porque no pueden representarse otra cosa distinta de lo
que están allí viviendo. Pero, como dicen los psicoanalistas con justa razón,
viene implícitamente una demanda de amor de esas personas, es decir, que
esas personas están pidiendo y amarían ser respetadas, ser escuchadas, que
los ayuden en su vida y que pudiesen tener una vida diferente de la que
tienen. Pero en la situación en la que están no pueden imaginársela.
Entonces la demanda en realidad sería pensarla justamente en las
palabras mismas que ellos no pueden pronunciar. Podemos tomar ejem-

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 43


Cuader nos del Campo Psicosocial

plos de las relaciones entre padres e hijos, muchas veces los hijos no pue-
den expresar lo que desean, no pueden encontrar las palabras para decir
lo que les pasa y es importante poder escuchar y entender esta demanda
que no tiene palabras. Es difícil, pues se ha de tener capacidad para enten-
der esto que se expresa silenciosamente; hay gente que habla mucho y su
palabra no tiene ninguna significación y hay veces en que hay silencios que
son mucho más expresivos.
Cito una bella frase del filósofo Derrida: “tendrá cada palabra en sí
misma su punto de silencio”. Es decir, que la palabra no dice todo, siempre
habrá algo más en el contenido que quiere expresar otra cosa. Podemos
equivocarnos y a lo mejor interpretar o pensar que dicen determinadas
cosas que las personas no han dicho, pero es importante tener en cuenta
que hay que hacer el intento de responder a demandas que no están explí-
citas y hacer todo lo posible para que el trabajo con la gente genere la
posibilidad de plantear en palabras aquello que no estaba dicho. Hay su-
frimientos que no llegan jamás a expresarse, hay problemas interiores que
tenemos mucha dificultad para exteriorizar, por eso hay que estar con una
disponibilidad de escucha máxima.
Esto trae consecuencias muy importantes en el ethos del
psicosociologo, pues él no trabaja solamente con métodos o con técni-
cas, él trabaja con todo su ser, con todas sus ideas, con toda su personali-
dad, con todas sus ideologías, con todos sus prejuicios.
Es por eso que un psicosociólogo no va a hacer lo mismo que otro
psicosociólogo. En cada intervención, aunque si bien hay principios gene-
rales, deberá inventar una nueva relación con las personas que están allí y
que no son las mismas que aquéllas que pueden estar en otros grupos.
He participado en mi vida en muchísimas intervenciones, dicté la
formación de aproximadamente doscientos cincuenta grupos y no me he
comportado de la misma manera en las distintas situaciones, por una ra-
zón simple: es que si yo me repetía funcionaría como una máquina muy
perfeccionada, pero una máquina muerta y entonces ¿cómo dar ánimo a
los otros si uno ya está muerto?
El psicosociólogo tiene que ser un ser vivo, viviente, vital, para
poder transmitir vitalidad a los otros, sino hay que decidirse a ser un bu-
rócrata. Seguramente es una tarea para todos difícil y nos implica.
Ustedes conocen seguramente la frase de Freud que dice que hay
tres tareas imposibles, la primera conocida desde siempre, es el arte de

44 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

educar, porque pese a todos los esfuerzos de los docentes, educamos como
podemos. La segunda, es el arte de gobernar y la tercera de las tareas
imposibles es la cura. Lo imposible quiere decir que los resultados no
están a la altura de las ambiciones que se trazaron desde el inicio. En este
sentido, tendría tendencia a decir que la psicosociología es la cuarta tarea
imposible.
En mi propia experiencia, yo tengo la impresión de haber hecho
esfuerzos inmensos y obtener resultados pequeños, pero esto no me impi-
de tener ganas de continuar. Así dice Fitzgerald (novelista) :“tendríamos que
estar seguros de que el mundo está sin esperanzas y por tanto estar decididos a conti-
nuar para cambiarlo”. Esto quiere decir que de todos modos siempre hay
esperanzas. Sabemos que hay resistencias, que hay obturaciones, que hay
dificultades y que, pese a todo, los resultados no estarán jamás a la altura
de los esfuerzos realizados, pero que el desafío en sí mismo tiene algo de
exaltación. Ustedes recordarán el Mito de Sísifo que empuja una piedra en
una pendiente que sube y cuando deja de subir porque llega a la cima,
debe volver a empezar, cargándola nuevamente. Al respecto, Paul Válery
comentaba: “al menos, Sísifo, hacía músculos”; en tanto que A. Camus dice:
“hay que imaginar a Sísifo contento, porque no hay nada más hermoso que hacer una
tarea imposible”.

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 45


Cuader nos del Campo Psicosocial

42 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

SALIR DEL MALESTAR PARA ENTRAR EN CRISIS.

¿Cómo se interviene en situación de crisis? ¿Cuáles son los alcances


de la transformación o de una propuesta de cambio? ¿Es una cues-
tión del dispositivo que tiene que ver con la viabilidad política de la
realidad en la que se interviene?

Considero, antes que nada, que siempre es conveniente explicitar


todos los elementos de la intervención. Explicitar todas las apuestas y los
dispositivos de la intervención crea confianza en el desarrollo sin que esto
implique que se lograrán resultados positivos. No digo que hay que hablar
sobre las dificultades sobre las que vamos a intervenir, porque esto puede
llevar a que las personas digan que no hay nada que hacer. Hay que tener
en cuenta ciertas dificultades que están allí, pero al mismo tiempo mostrar
con toda la fuerza que se respeta a las personas con las cuales uno intervie-
ne para que ellos puedan sentirse protagonistas, participantes dentro de
esta intervención. Si uno oculta ciertas cuestiones de la intervención, esta-
ríamos tomando a los sujetos como objetos de manipulación, aún si esa
manipulación fuera buena para ellos. Entonces, es importante tratar de ser
lo más claros posible acerca de qué vamos a hacer. Es decir, que no sola-
mente estaríamos ofreciendo el envoltorio de la intervención, sino que es
hacer todo lo posible para que ellos puedan entrar dentro del juego de la
intervención. Dentro del juego de la intervención hay un elemento central
y es que las personas sientan la mayor libertad para actuar y que se sientan
también libres en relación de aquello que pensaban antes.
Es decir que la apuesta de la intervención es que las personas pien-
sen de manera diferente. Que puedan tener una palabra más libre y que
puedan desprenderse de ciertas creencias ilusorias que podían tener.
Paradojalmente, cuando se está en crisis se está en la mejor situa-
ción. Esta idea paradojal, del término crisis en griego, quiere siempre de-
cir “salida, posibilidad de superación”. Cuando hay idea de crisis siempre
hay la posibilidad de una transformación positiva.
Quisiera proponer para pensar esta cuestión las nociones de nor-
mal y patológico definidas por el filósofo Canguilhem y por otra parte,
las del orden por el ruido del americano de origen alemán, John Foster.

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 47


Cuader
Cuader
nosnos
del del
Campo
Campo
Psicosocial
Psicosocial

coincidente Cuando
con loCanguilhem
que dice el sociólogo
ensaya estudiar,
alemándesde Simmel: “ la sociología
un punto de vistadebe
bio-
estudiar
lógico,el flujo
qué desordenado
es lo normal de ylalovida”.
patológico en la salud, argumenta muy bien
que elNosotros
organismo somos sano seres
no eshumanos
aquél que y, aunque
no tiene quisiéramos
enfermedad, ser sino
absolu-
aquél
tamente
que sabe esclerosados,
utilizar susomospropiaseresenfermedad
en proceso parade llegar
cambio, a un
seres
nivelen movi-
de salud
miento.
superior.
El psicosociólogo
Es decir que esta ha enfermedad
de contribuiresa como ese movimiento,
un desafío apara queelcada
orga-
unonismo
en sude pequeña
encontrar corriente
una mejor
puedaformaconstituirse
para superar
en unaelgranestado
corriente.
anterior. PorEn-
supuesto
tonces la quesalud
he detenido
un organismo
varias objeciones
consiste en definir
relaciónlascon propias
esto, normas
porque de
pueden
salud afirmar
de su organismo,
que, globalmente,
con lo cual muchasla salud
cosasseríase reproducen
una cuestión y esto
de se-
lucha
ríacontra
un poco la enfermedad
los puntos de y, vista
en este diferentes
sentido, quela normatividad
tenemos sobre se daría
la vidadesde
y la la
realidad.
capacidad de superar la crisis orgánica.
Estamos
A partirmás de interesados
esta idea de por Canguilhem,
aquello que hacees constante,
40 años, intenté
nos intere-
ensayar
samos
dos más
modelospor aquello
contrastados:
que no varía,
uno que lo invariante.
se llama elOmodelo estamosdel másorden
intere-y el
sados
otro,por
modelo
las cosas
de equilibrio.
que se transforman,
El modelo deempezamos
orden es aquél a ver
en más
el que losseele-
ensa-
mentos
ya retornar
pequeños al estado
que seanterior
van transformando.
y esto, aplicado Esto a los
nomodelos
es el mismosociales,
puntopro-
de dujo
vista.laAidea
la primera
de que visión
cada problema
yo la llamaríasocialunsepuntopuededeconsiderar
vista de realidad
como un
conservadora,
problema o una ya queenfermedad
veríamosque quéhay cosas
quese curar
mantienen
y de estaymanera
en la segunda
prevalece
visión,
el criterio
estaríamos
conservador
teniendopor en elcuenta
cual, lo que
social,
Castoriadis
tomado llama comoloelgerminal,
organismo,
aquello
trata de
quevolver
está naciendo
al funcionamiento
o que está anterior.
por nacer.
Voy Ena contra
dar undel ejemplo
modeloque de equilibrio
ya di ayer del pero organismo
de otra manera.
humano,Re- se re-
cuerdo
conoce lo de
la idea
1968que en está
Francia.
permanentemente
En el ‘68 parecía en fases
una sociedad
de desequilibrio
inerte. En y que
esetrata
momento
de encontrar
había un equilibrio
periodistamejor interesante
del queque tenía
escribió
anteriormente.
un artículo Este
decía “ Francia
quesegundo modelosede aburre”;
ordenseimplica,
aburre según
porquelohabíaque decía
un general
Canguilhem,
De Gaulle la ca-
quepacidad
tenía a del
Francia
ser humano
en sus manos,
de inventarla economía
su propio florecía,
funcionamiento.
no había desocu- Es decir,
pación,
salir detodo
la crisis
el mundo
mejorestaba
de lo integrado;
que estaba laanteriormente.
moneda -el franco entonces-
estaba considerado
Estas dos nociones
mejor queson el dólar
cercanasy today plantean
la gente tenía
considerar
el aspecto
la “enfer-
de
estar
medad”
contenta como y aburrida.
un problema Ésta es queuna nosvisión
elevaconservadora
y no como una de lassituación
cosas. a
Al resolver.
final de 1967 hay una primera huelga de estudiantes en Nanterre y un
día que estábamos
Si tomamos desayunando
la segunda con noción Alain
deTouraine
Foster de(sociólogo)
orden por el le ruido,
cuen- lo
to que
una dice
anécdota
él es que las habíasociedades
escuchado bien me dice “tal
y élordenadas soncomo vienen lasque
sociedades cosasvan
la universidad
hacia la muerte.francesaEllas
va a ensayan
explotar, repetirse.
no va a pasarLosmás de un año”.
elementos de laÉlreproduc-
sentía
bien
ción,
estoesos
quedeseque estaba
hablábamos
moviendo, recientemente,
que algo estabason más germinando.
importantesEstos que los
estudiantes
elementosque innovadores
parecían tenery cuando un aire
existen
inerte
elementos
comenzaban innovadores,
a moverse siempre
y
entrar
hay impedimentos
en ebullición. Ya paraenque
febrero
eso seantes
realice.
del Mientras
mayo del 68, un sistema
Alain Touraine
social está
escribió
más ordenado,
dos artículos másen Le Monde
tiene tendencia“El nacimiento
a la implosión del movimiento
y a descomponerse.estu-
diantil”
Éste es, y todo
en definitiva,
el mundoelseguramente
viejo concepto pudode leer
la termodinámica
lo que decía en en esta
física:
frase
“más “comenzamos
un sistemaaestá percibir que los estudiantes
ordenado, más va hacia están haciendo algo
la muerte”. y muy posi-
Entonces de allí
blemente
la ideavande aquehacer temblar
cuanto másla hay
sociedad
ruidofrancesa”.
en un sistema
La mayoríasocial,dehaylos másotros
cosas

40 48 Nº Nº
2 - 2“La
- “La
Intervención
Intervención
Psicosocial”
Psicosocial”
Cuader nos del Campo Psicosocial

que se pueden considerar como perturbación, más se lo puede considerar


como un sistema vivo y que tiene que crear un nuevo orden. Un nuevo
orden que posteriormente será perturbado y que construirá otro nuevo
orden.
Es decir, que el orden viene a partir del desorden. Esto que decía-
mos ayer, a raíz de la democracia, de que un sistema debe vivir en la efer-
vescencia y la turbulencia.
Si acerco estas dos nociones a la noción de crisis, diré que la crisis
es siempre dolorosa y produce sufrimiento porque se pierden las referen-
cias identificatorias, porque no se tiene una visión clara del porvenir, por-
que crece la angustia social. Pero al mismo tiempo si estas mismas perso-
nas viven la crisis en profundidad, podrán movilizar fuerzas que les van a
permitir, aunque sea tardíamente, salir de la crisis.
El problema en la hora actual no es exactamente que haya mucha
crisis sino que lo que se vive en la sociedad es el malestar. El malestar es
esa impresión difusa que no se sabe adónde se va, que no se sabe lo que
está bien y lo que está mal, que es todo blando, que puede uno golpear y
no sabe dónde. Que todas las cosas dan lo mismo cuando uno se torna
muy relativista, cuando se acepta no importa qué cosa, porque no se sabe
qué es interesante y qué no lo es. Justamente nuestras sociedades son so-
ciedades de gran malestar, mucho más de lo que uno piensa.
La psicosociología o el psicosociólogo tienen que hacer salir del
malestar para entrar en crisis, porque si se está en crisis se pueden avizorar
algunos elementos diferentes, se puede ver esperanza donde no hay nada.
Y ahí el problema de toda intervención es hacer salir a la gente de la apa-
tía, que la gente dice “no sabemos lo que queremos” o que aceptan las
cosas como están; decimos “hay violencia de jóvenes”, porque los chicos
no quieren nada, sin ensayar ni siquiera saber por qué los jóvenes no quie-
ren nada. Hay que ensayar encontrar significación allí donde no hay signi-
ficación.
Yo creo que Freud tenía mucha razón cuando en 1930 escribía El
Malestar en la Cultura, porque justamente no dijo crisis en la civilización,
lo que descubría en ese momento es que había una especie de situación
bloqueada y que cuando uno está en una situación bloqueada está más del
lado de una situación de muerte.
Entonces cuando interrogamos acerca de cómo intervenir en una
situación de crisis, yo la daría vuelta y diría que es mejor estar en una

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 49


Cuader nos del Campo Psicosocial

situación de crisis. Naturalmente esto es difícil para la gente y no hay que


decir: “esto es formidable, vamos a salir de esta crisis”. Hay que
desdramatizar la crisis, es decir, situarla como un elemento normal del
funcionamiento de una sociedad donde esta situación puede balancearse
para un lado o para el otro. Y poder mostrar a la gente que pueden decir
qué prefieren. Al mismo tiempo, poder mostrar y trabajar con ellos dis-
tintas salidas posibles de la crisis a través, por ejemplo, de la imaginación
realizante.
Es evidente que esto va a requerir de muchos esfuerzos, de unos y
de otros, para poder encontrar estas salidas. Pero también hay que ser
realista y no todas las veces podemos salir de la crisis, porque los juegos a
veces son muy opuestos y muy resistentes y en ese momento dado nadie
puede hacer mucho.
Esto nos señala que hay ciertos problemas que aún no están madu-
ros para poder ser tratados. De la misma manera que en psicoanálisis apren-
demos que hay ciertos momentos donde las resistencias no van a poder
ser abordadas porque son muy fuertes y se produce más resistencia y hay
que esperar . Hay que aceptar que hay crisis latentes que no las vamos a
poder resolver. Dentro de este oficio hay que ser modesto y amplio. Hay
que ser ambicioso pero no tener fantasías de salvación ni de omnipoten-
cia.
Un ejemplo, en este sentido, ha sido la experiencia del trabajo en
los comedores infantiles acá en Argentina, donde era una gran dificultad
poder pensarse conformando una organización y, a su vez, crear la orga-
nización. Fue a partir de empezar a organizar el hacer de comer y el dar
de comer donde, al recuperar los saberes provenientes del ámbito do-
méstico, se pudieron visualizar los objetos y sus usos y, pudieron verse allí
ellos manejando el comedor a través de criterios organizativos: cómo uti-
lizar la mercadería, cómo guardar la mercadería, cómo conservarla para
el día siguiente, cómo distribuirse los roles, cómo distribuirse las tareas en-
tre las mujeres, quiénes se ocupaban de los niños, quiénes se ocupaban de la
entrega. Todas estas pequeñas tareas que hacían cotidianamente, al poder
objetivarlas, es decir hacer materialmente visibles, posibilitaron entender
cuál es la base para cualquier forma de organización posible.
Las personas comienzan a descubrirse como capaces de hacer cier-
tas cosas, que antes no lo habían pensado, que lo están haciendo y lo van
haciendo cada vez mejor. Lo que me parece importante de ese ejemplo es

50 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

que ellos descubren que organizar su vida, organizar esa comida, les ense-
ña también a prever ciertas cosas para ubicarse en una temporalidad. Y
cuando se meten dentro de la temporalidad, ya pueden tener cierta antici-
pación de futuro.
Otro ejemplo que va en este mismo sentido, es trabajar con las perso-
nas sobre sus propias historias de vida. Las personas piensan que su historia
de vida no es muy interesante, mientras que es a través de esa historia de vida
que las personas se reapropian de su propio pasado. Es también importante
la historia de vida de la comunidad ya que pueden reaprender cómo se fue
constituyendo esa comunidad, cómo fue evolucionando y cómo va apren-
diendo de ese mismo proceso.
Si yo pongo en relación estos dos elementos, se puede descubrir la
posibilidad de una memoria del pasado y el ejemplo de los comedores los
pone en una temporalidad hacia el futuro. En este sentido el punto cen-
tral, importante, sería que si las personas son capaces de apropiarse del
pasado pueden también imaginarse el futuro. Al respecto me gusta una
frase de un filósofo relativamente poco conocido, Santayana, que dice:
“aquél que olvida o desprecia la historia, está condenado a revivirla”. Es porque
uno puede tomarse de la historia de su comunidad o la historia propia de
su pasado, a partir de ahí surgen deseos de querer hacer algo con esa co-
munidad y con su propia vida.
Tenemos pruebas históricas de la sabiduría de esta frase de
Santayana. Un ejemplo del Siglo XX es el genocidio de Camboya, donde
la propia organización, que se llama la Organización, ha querido borrar
todo tipo de historia del pasado, hacer desaparecer todos los testimonios,
sobre todo para crear la idea de un hombre futuro, un hombre nuevo y
está el resultado de que sobre cinco millones de camboyanos fueron muer-
tos un millón y medio.
Es decir, que cuando se quiere matar el pasado lo que se está ma-
tando es el futuro. Vivir en el tiempo es también tener una visión del espa-
cio. Estos son los dos elementos importantes que de alguna manera pre-
paran esta salida de la crisis. Porque a través de estos dos componentes
vamos a ver cuáles son las apuestas más interesantes y más importantes;
cuáles son las relaciones de poder que están en juego, cuáles son las inno-
vaciones que son posibles y cuáles no son posibles. Es decir que cuando
estamos ante una situación relativamente bloqueada, hay que intentar ha-
cer con las personas las cosas más simples posible, por ejemplo organizar

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 51


Cuader nos del Campo Psicosocial

una cantina, un comedor, o proceder a través de las historias de vida no es


algo difícil; ellos pueden hacer esta experiencia de salida y tener otra vi-
sión de la situación donde están. Hace mover las posiciones; se mueven y
se cambian las representaciones de unos y de los otros y de alguna manera
se configura una representación de dónde se está en este momento, en esta
situación.
Insisto en que la cuestión importante de toda intervención es que
ellos puedan tomar conciencia de su pasado, de su presente y del futuro
posible. Lo voy a decir con una cuestión muy simple además de la frase de
Santayana, porque esto les permite situarse en la historia y como decía
ayer la frase de Benjamin, que ellos se puedan sentir que son productores
de esa propia historia.
Las intervenciones movilizan no solamente aspectos psicológicos
y sociales dentro de la situación, sino también se toman aspectos históri-
cos del problema y yo diría una visión antropológica, en el sentido pro-
fundo de la palabra antropología, para examinar el conjunto del proceso
que se está trabajando. Para ello, si bien disponemos de múltiple informa-
ción y por qué no de conocimientos, no tenemos el conocimiento de todas
las disciplinas, de la Sociología, de la Psicología, de la Antropología; enton-
ces dentro de los equipos en los que se trabaja de manera interdisciplinaria
se puede tener una visión un poco más amplia del conjunto. Pero voy a
decir algo que me parece más importante, es el de tener una visión
transdisciplinaria ¿qué quiere decir? Tener conceptos que sean válidos para
distintos campos de conocimiento, aún si estos han nacido en una disciplina
particular. Voy a tomar un ejemplo, el concepto de refoulement del Psicoaná-
lisis, esto no impide que el problema también aparece en el campo de lo
social; y de la misma manera que hay un rechazo del individuo hay también
un retorno del rechazo social. Para dar un ejemplo que todos conocemos,
lo rechazado en lo social del siglo XIX era la posición de la mujer en la
sociedad. Es evidente que la mujer del siglo XVII y XVIII era más libre que
la del siglo XIX. La instalación del capitalismo y la moral burguesa del siglo
XIX impusieron que la mujer sea propiedad del hombre, sobre todo en el
mundo occidental y en las clases europeas.
Podemos también tomar un concepto de entropía que proviene de
la física y podemos hablar de entropía social como proceso de descom-
posición hacia la muerte social. Cuanto más un equipo tiene un conjunto
de conceptos que son transdisciplinarios, más puede tener una visión co-

52 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

mún de ese problema que está abordando. Esto es lo que lleva a romper
algunas visiones muy diferentes que más de una vez pueden ser visiones
diferentes e interesantes y solamente algunas veces están adjuntadas, yuxta-
puestas unas con otras; frente a un problema podemos tener el punto de
vista de un psicoanalista, de un historiador, de un antropólogo. Por esto es
importante que se vaya construyendo un lenguaje común.
Otro ejemplo es el término Imaginario. Existe como concepto de la
psiquis o tenemos el Imaginario Social dentro de una sociedad y el Imagina-
rio Social en la historia; ahora los historiadores hablan del Imaginario de la
Edad Media, del Renacimiento. Eso nos permite ver algunas cosas sobre
las cuales he insistido: que las representaciones de la realidad están bañadas
por el imaginario social. Este imaginario puede ser completamente ilusorio,
pero este imaginario puede servir como un elemento importante para cons-
truir el futuro. Es por eso que yo distingo un imaginario ilusorio y un imagi-
nario motor y a través de esto, uno de los roles importantes del
psicosociólogo es el de tratar de ayudar a la gente a desarrollar un imagina-
rio motor y desembarazarse del ilusorio que refuerza la alienación.
Es por eso que yo les deseo a todos ustedes que tengan un gran
imaginario motor.

Dr. Eugène Enriquez.


Córdoba 2004.

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 53


Cuader nos del Campo Psicosocial

34 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

El diagnóstico en la intervención
psicosocial:

Proposiciones teóricas en tensión


Andrea Bonvillani

I) Introducción
Este trabajo problematiza la cuestión del diagnóstico en procesos
de intervención psicosocial, a partir de síntesis provisorias y preguntas
que surgen del análisis de una práctica realizada en contextos de
socialización de niños de sectores de pobreza urbana, enmarcadas en el
Proyecto “Importancia de la socialización en los Comedores”1 .
Los nudos problemáticos que abordaré están referidos a la
construcción colectiva del objeto de intervención: la relación encargo-
demanda y la cuestión de la implicación técnica, los cuales son trabajados
inicialmente en forma teórica, para luego ser mostrados en su dinámica y
contradicción a través del análisis de algunos aspectos de la experiencia
antes aludida.
Uno de los propósitos centrales del trabajo es cuestionar el
tratamiento que suele hacerse del diagnóstico –o de cualquier otro aspecto
de la intervención- a partir del cual se lo reduce a un conjunto de
procedimientos metodológicos, negando los trasfondos epistemológicos
y las intencionalidades ético-políticas que los animan. En ese orden el

1
El proyecto fue parte de las acciones de extensión universitaria de la Cátedra de Psicología Social, Facultad de
Psicología, de la U. N. de Córdoba (2003) y del Programa de Extensión Interfacultades (PEI) coordinado por
la Lic. Ana Correa . Contó con subsidio de las fundaciones Arcor, Navarro Viola y Antorchas y con la
coordinación general de la Lic. Ana Correa. Se trabajó con tres cooperativas conformadas por pobladores de
sectores de pobreza de la ciudad de Córdoba en el fortalecimiento de las actividades relacionadas con los
comedores que en ellas funcionaban. El análisis que aquí se presenta se concentra en lo que se llamó “Línea de
acción diagnóstica” que fue llevado adelante por un equipo integrado por Ariel Aybar, Carolina Cherine, Javier
López, Victoria Mandrile, Valeria Martinengo, Ana Monje, Mara Nazar y Sabrina Perrino, con mi coordina-
ción. Las otras dos líneas estuvieron orientadas a la indagación de aspectos socio-organizativos de las coope-
rativas (coordinada por Carlos Szulkin y Rafael Carreras) y a la capacitación (coordinada por Marina Tomasini).
Este trabajo se presenta al PREMIO “ Aportes de la Psicología a la problemática de la niñez” de la Facultad
de Psicología de la UBA y obtiene la MENCIÓN ESPECIAL. Año 2005.

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 55


Cuader nos del Campo Psicosocial

planteo que quiero formular estará centrado en el análisis de algunas


proposiciones teóricas que considero deben sustentar el diagnóstico
psicosocial, pudiendo ser las consideraciones metodológicas objeto de
otro trabajo.
Estoy pensando el diagnóstico psicosocial referido a contextos de
pobreza, lo cual ya implica un esfuerzo de definición derivado de la
ambigüedad que ha caracterizado al concepto. De acuerdo a la revisión
propuesta por Gutiérrez (2004) la pobreza ha sido relacionada con
situaciones de carencia o privación respecto a determinados indicadores,
generalmente de tipo económico, buscando describir esa situación y
dejando de lado la explicación de su producción. La aproximación al
fenómeno a partir del concepto de “marginalidad” supone la separación
ineludible entre un centro y un margen e invisibiliza “la manera de estar
ubicado” (Gutiérrez, 2004, 37, 53.) de los grupos pobres en la estructura
social, porque los estándares de ubicación están definidos desde el centro.
En consecuencia, mantendré el concepto pero desmarcándolo de la “forma
impuesta por el debate dominado por las visiones dualistas de la cuestión, pero a condición
de precisar que, más allá de la cuestión de los indicadores de la pobreza, se otorga una
importancia particular a la significación que confiere a esas condiciones objetivas de
vida, la posición relativa ocupada por cada individuo o grupo en el espacio social de
referencia” (Gutiérrez,2004, 54.). Es decir, desde esta perspectiva la pobreza
es entendida como una categoría relacional: la condición de posibilidad
de existencia de unos depende de la existencia de los otros porque se trata
de posiciones en la estructura social.
La característica “psicosocial” del diagnóstico está dada por la
perspectiva analítica asumida que, enfocada en el plano interaccional de
la vida cotidiana de los sujetos, reconoce como horizonte teórico la
definición de la Psicología social como “el estudio de la construcción social de
los procesos psicológicos” (Ibañez Gracia, 2004, 67).

II) Algunas precisiones en torno al concepto “diagnóstico”.


Comenzaré marcando tres sentidos que suelen atribuírsele a este
concepto, de los cuales querría diferenciar mi propuesta:
a) Quizá por extensión al uso que de él ha hecho la Medicina que
generalmente vincula al diagnóstico con el estudio de las enfermedades,
es decir al reconocimiento de los signos (síntomas) que sirven para
determinar el carácter peculiar de una dolencia. Desde esta concepción

56 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

predominante que la Psicología como “ciencia normalizadora” (Figueroa


Sarriera, 2003) ha recogido, el diagnóstico se reduce a mostrar una
dimensión deficitaria o carente, tal vez alimentando cierta ilusión de que
el saber técnico-científico es la única posibilidad de modificar esta situación.
b) Una segunda línea de significación es la que, aún despojándolo
de su vínculo con la enfermedad, lo concibe como un conjunto de técnicas
destinadas a evaluar un individuo aislado. Así, por ejemplo, el diagnóstico
referido al campo de la Psicología social dominante consiste en indagar
estados de opinión y actitudes (Dorsch, 1991), pero en prescindencia del
contexto socio-histórico en el cual estos procesos se desarrollan.
c) Por último, dentro de una concepción lineal de la práctica, se
considera al diagnóstico como una etapa claramente delimitada y
diferenciable en donde se determina cuál será el problema a resolver en el
transcurso de la intervención.
En este trabajo el concepto “diagnóstico” será entendido en el
sentido genérico de conocer2 una determinada situación social y los sujetos
implicados en ella, lo que permitirá construir el/los objeto/s de
intervención, es decir no se trata sólo de definir un problema, sino también
de identificar los recursos con los que cuentan los agentes para resolverlo.
En este sentido se inscribe en la disposición técnica de conocer las
significaciones a partir de las que constr uyen su mundo y se
“autoconstruyen”.
La relación entre el diagnóstico y los momentos de la intervención
es paradojal. Por un lado, considero que lo que define al diagnóstico no es
ser una etapa en el proceso de intervención sino la actitud de escucha que
debe transversalizar dicho proceso.
Sin embargo, en orden a construir el objeto de intervención, esta
actitud predomina estratégicamente en los momentos de inicio de la misma.
Al mismo tiempo, no podría separarse de la intervención propiamente
dicha: la propia acción de indagar focaliza la atención sobre determinados
puntos, problematizando lo que se encuentra vivido en forma natural, no
necesariamente reflexionado y en consecuencia es ya una operación de
intervención.

2
Sentido que retoma lo contenido en la etimología griega: la palabra diagnóstico proviene de diá (por partes)
y gnósis (conocimiento) (Corominas, 1961)

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 57


Cuader
Cuader
nos nos
del Campo
del Campo
Psicosocial
Psicosocial

ANDREAIII).BONVILLANI,
ConstrucciónProfesora
del objetodedela intervención:
Cátedra de Psicología
demanda Social
y posición
de
técnica la Facultad de Psicología y de la Cátedra Psicología Social y Teo-
ría y técnica de Grupo, Carrera de Sociología en el Instituto de
Los
Ciencias
objetos Sociales
de intervención
de la Universidad
o los “problemas”
Nacional de Villa
que losMaría.
configuran
Au-
no puedentoraser
de definidos
capítulo ena “Notas
priori porque
de Psicología
al carecer
social
de como
entidad critica
ontológica
a la
deben servidaconstruidos
cotidiana”.enObtuvo
el marcoPremio
de la misma
“Aportes intervención.
de la PsicologíaEstoaimpli-
la
ca, en unproblemática
sentido epistemológico,
de la niñez” delala ruptura
Facultadconde Psicología
la percepciónde la ingenua
Uni-
que creeversidad
que las pre-nociones
Nacional de Buenos
del sentido
Airescomún
y ha publicado
pueden ser artículos
consideradas
en
datos objetivos
revistas científicas
a ser captados
nacionales
en nuestro
e internacionales.
proceso de conocer la realidad.
Es decir, el objeto se construye al “romper con las relaciones más aparentes, que
son las más familiares, para hacer surgir el nuevo sistema de relaciones” (Bourdieu,
MONICA
Chamboredon
PAN. Asesora
y Passeron,
y analista
1975,
de organizaciones
29). De esta manera,
desde 1985.
en la Docente
práctica de
Adjunta
intervención de la Cátedra
la posibilidad Psicología una
de configurar Organizacional
determinadade la Fac. de
situación como
“problema”
Psicología
implicaUNC.
cuestionar
En laelactualidad
transfondoinvestiga
compartido sobrede proyecto
significacio-
nes que organizacional en PyMEs
a la vez que ordena y sobre
nuestro mundo Empresas recuperadas.
simbólico oculta lasHa par-
condicio-
ticipado como
nes de producción docente en cursos
socio-histórica de esey carreras
mundo ydedePosgrado.
los sujetos, impo-
niendo una visión homogeneizante de los mismos y naturalizando las dife-
rencias en el acceso a las posibilidades de satisfacción de sus necesidades,
ANDREA
es decir explicando
ARAGONEZ. como natural
Docente aquello
de quela Cátedra
es de orden de socio-histórico.
Psicología
La manifestación
Organizacional de esta
de operación
la Fac. de Psicología
ideológicaUNC es unay exvisión
docentefamiliar
de la de
los objetos
Carrera
y relaciones
de Psicología
sociales
Organizacional
en las que sededespliega
La Rioja. la Havida
participa-
cotidiana
de los sujetos,
do en distintos
que como proyectos
tal, instituye
de investigación
una normalidad y extensión
difícilmente
desde cues-
la
tionable.Fac. de Psicología UNC.
La construcción del objeto de intervención se sitúa en el pasaje
entre un momento cronológico de inserción material en el campo de
intervención y un momento lógico, en términos de lógica interaccional
que permite en el marco del proceso de intervención la instalación de
condiciones psicosociales que la hacen posible (reconocimiento mutuo,
confianza, etc.). Entonces, recorrer el camino desde la “situación inicial” a
la “situación de abordaje” (Gattino, 1998) implica ir delineando un objeto de
intervención a partir de la tensión entre la demanda de los pobladores y
determinada posición del equipo técnico, configurada por el interjuego
entre sus marcos de referencia generales y el enfoque específico de su
práctica, que resulta en determinada estrategia de intervención.

a) Necesidades: encargo y demanda


En un sentido fenomenológico la demanda nos ubica en la dimen-

74 58 Nº 2Nº
- “La
2 - “La
Intervención
Intervención
Psicosocial”
Psicosocial”
Cuader nos del Campo Psicosocial

sión de lo que se le pide al técnico, y en consecuencia despliega una serie


de interrogantes altamente significativos: ¿Quién demanda?,¿desde qué
lugar social lo hace?, ¿qué demanda?, ¿a quién demanda?, es decir, ¿cómo
se representa a ese otro (técnico) que es demandado?, a su vez, ¿qué debo
hacer yo (técnico) frente a ella?, ¿qué expectativas tengo yo frente a la
demanda?.
El análisis institucional (Lourau, 1975) ha distinguido, según de dón-
de proviene, entre encargo y demanda. El primero es la expresión del
poder instituido y constituye la “intencionalidad implícita o explícita de poner al
analista “en cargo” de la preservación de tal poder” (Schvarstein, 2004, 7), mien-
tras que la demanda surge de los propios pobladores 3 : es la significación
subjetiva de su necesidad, la posibilidad de nombrar la necesidad desde el
registro propio. Desde esta perspectiva, la relación entre encargo y de-
manda se inscribe en la dialéctica de lo instituido-instituyente para expli-
car procesos de transformación de las relaciones sociales.
La tensión entre la satisfacción del encargo o de la demanda es
altamente relevante porque configura la modalidad que puede asumir la
intervención en orden a las intencionalidades que la orientan: remite a la
determinación de quién es el actor legítimado socialmente para definir las
necesidades y las formas de tramitar su satisfacción4 .
Así, la lógica del encargo enmarca lo que Montenegro (2001, 3)
llama “Intervenciones dirigidas” que, partiendo de la lectura que hacen sistemas
de intervención reconocidos (agentes financiadores, instituciones de
servicios sociales, académicos, etc.), buscan adecuar y normalizar los
espacios problemáticos, es decir “no se plantean la transformación de la lógica
de la sociedad donde se desenvuelven, sino la de integrar a colectivos con carencias (...)
de acuerdo a la definición de quien está en posición de legitimidad para hacer esta
definición: políticos y técnicos”.

3
Utilizaré esta denominación con la intención de evitar hablar de “destinatorios de la intervención” porque
esta forma de nominar ubica a los actores en un lugar de pasividad en relación a la práctica que deben
protagonizar. La opción por “pobladores” atiende a las objeciones que Aquín y Acevedo (1994) formulan
al concepto de comunidad porque se basa en una reducción a aspectos tales como el consenso, la armonía,
lo compartido, ignorando la dimensión del conflicto y la diferencia que atraviesa los escenarios de interven-
ción. Las autoras observan mayor fertilidad en el concepto “espacio poblacional” que despeja esta versión
apriorística del consenso.
4
Fraser (1991) ubica la cuestión como “políticas de interpretación de necesidades” que podemos compren-
der por contraste con aquellas posiciones que “asumen que no importa quién interprete las necesidades en
cuestión, ni desde qué perspectiva ni a la luz de qué intereses; así, pasan por alto el hecho de que el punto
político en cuestión es quién logra establecer definiciones sustantivas y autorizadas” (pág. 7)

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 59


Cuader nos del Campo Psicosocial

Desde las “Intervenciones participativas”5 , en cambio, los problemas


sociales son explicados como el resultado de estructuras sociales que
generan relaciones de opresión de algunos grupos sobre otros. En este
marco la demanda –como enunciación de esos problemas por sujetos que
no pueden producir significaciones por fuera de la estructura- tiende a
mostrar los mecanismos de ocultación mediante los cuales la ideología
dominante encubre el carácter social de esos problemas, es decir que los
mismos son una expresión de la desigualdad y la opresión.
La demanda en su lógica de mostrar/encubrir es considerada objeto
de interpretación, lo cual nos lleva nuevamente al problema de quién/
quiénes son considerados “autorizados” para sancionar las verdaderas
necesidades del demandante (en oposición a las falsas, producidas por la
alienación del sujeto que las enuncia). A este respecto querría plantear
algunos matices.
Si bien se puede acordar con el efecto naturalizador que tiñe las
explicaciones sobre los problemas sociales y que dificulta una
contextualización necesaria para pensarlos como “cuestión social”, es
necesario problematizar el lugar del técnico como único interpretante
autorizado de la demanda 6 . Se deberá tender, más bien, a la posibilidad
de problematizar la demanda a partir de la tensión entre el pedido
formulado y la posibilidad de nuestra escucha, pero sabiendo que la misma
también está condicionada en tanto el técnico es un sujeto social. En esta
dirección, debemos estar atentos a no imponer sentidos sino más bien a
generar condiciones de diálogo que permitan abrir nuevas significaciones
frente a las que aparecen cristalizadas en la demanda como lo natural, lo
obvio, lo incuestionable.
La modalidad de trabajo que intento mostrar busca poner distancia
con formas tecnocráticas de intervención pero también con aquellas que
clausuran la emergencia de nuevos sentidos a partir de formas deterministas

5
La autora ubica aquí los desarrollos de la Educación Popular de Freire, la Teología de la Liberación de
Martín-Baró, la Investigación-acción participativa de Fals Borda y la Psicología Comunitaria latinoamerica-
na de Montero, entre otros. Tienen en común recuperar aportes del marxismo.
6
Palma (1998) vincula esta concepción con la práctica de concientización percibida “como una suerte de
iluminación, por la que se disipaba la falsa ideología que pesaba sobre los grupos populares” (pág. 5). Si
bien el autor la ubica en la década del 60’, considero que está posición puede atravesar bajo diferentes
modalidades las prácticas de intervención sostenidas desde enfoques de la acción que corren el riesgo de ser
deterministas puesto que parecen no admitir posibilidades de construcción subjetiva, sino a partir de alguna
presencia esclarecedora externa.

60 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

de explicación de lo humano, recuperando para ello la demanda como un


analizador7 del proceso, en un doble sentido. Por un lado porque objetiva
la interpretación que los pobladores han producido respecto de lo que
necesitan y el nivel de problematización al que han podido acceder, es
decir a las explicaciones respecto de los factores que la generan y los
caminos posibles para su satisfacción. Por otro porque anuda un conjunto
de significaciones profundas articuladas en reciprocidad: para quién la
enuncia, qué espera del otro y de sí respecto de la tramitación de su propia
necesidad y para quién la escucha, lo interpela desde las preguntas para
quién y para qué interviene.
Trabajar sobre la demanda, que puede como veremos más adelante
constituirse en eje de la intervención, implica:
¾ “colectivizar necesidades y problemas”, es decir re-pensar la
demanda en articulación con las condiciones materiales y
simbólicas que generan desigualdades sociales. Esto implica
mostrar las contradicciones sociales en las que éstos se inscriben,
más allá de lecturas individualistas que justifican
culpabilizaciones personales;
¾ generar condiciones psicosociales (preguntar, animar la
reflexión, etc.) que constituyan a los pobladores como
protagonistas necesarios en la resolución de esos problemas y
¾ Explicitar la posición técnica asumida para encuadrar la práctica
de intervención.

b) Posición técnica: algunas cuestiones sobre la implicación8 en la


construcción del objeto de intervención
Como se ha expresado anteriormente el análisis de la demanda
remite a una serie de interrogantes en torno a las expectativas de los
pobladores respecto al equipo técnico en la intervención. Es decir, que lo
interpela obligándolo a tomar posición, definiendo que hará él en este

7
Se trata de una categoría central dentro del análisis institucional que se define por poseer dos cualidades
centrales. Por un lado la posibilidad de descomponer una totalidad en aquellos elementos que lo componen y
por otro la capacidad de “provocar la revelación de lo que estaba oculto” (Lapassade, 1980). Los analizadores
pueden ser construidos o históricos, según dependan o no del dispositivo que pone en juego el técnico.
8
Uso este concepto aún asumiendo el riesgo de su problematicidad. Quiero hacerlo dejando de lado
valoraciones que me obliguen a recomendar “implicarse” o rechazar hacerlo. Más bien de lo que se trata es
de aceptar que, en tanto relación humana, es una dimensión intrínseca de la intervención que debe en todo
caso ser objeto de análisis y explicitación en términos de la posición asumida en esa relación.

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 61


Cuader nos del Campo Psicosocial
Cuader nos del Campo Psicosocial
proceso
la crisis desde y qué espera en consecuencia
organizaciones que trabajan con de los otros. particularmente
poblaciones
vulnerables, Como laspuede verse estoy
estrategias queriendo situarorganizacional,
de asociatividad el tema más allá delauna
mera cuestión
problemática de ladecalidad
procedimientos
de la atención paraen pensarlo en orden
un servicio a decisiones
de salud, ético-
la relación
políticas,
entre porqueimplicación
aprendizaje, cuando construimos
e incentivos un objeto
en PyMEs de intervención,
del sector lácteo, definimos
el
proceso de recuperación empresaria, los riesgos en el trabajo en tiempos de
qué consideramos “problema” y por ende determinamos qué es digno
ser mantenido olamodificado:
de desocupación, problemática ende última
equiposinstancia estamos trabajando hacia
gerenciales.
la reproducción o transformación de las condiciones de vida de los sujetos.
EstaDentro
segunda deledición
análisis del
institucional,
Foro transcurrióla consideración
durante los dedías
la implicación
17 y 18
supone un fuerte cuestionamiento a las pretensiones
de junio 2005, en la Facultad de Psicología y reunió aproximadamente a de lograr objetividad
140depersonas
la tradición positivista,
de distintas a partir de
provincias mantener la participando
y profesiones, separación entre realidad
también
y sujeto que
estudiantes la conoce.
avanzados. Así el investigador
Tuvieron lugar seis mesas en Ciencias
de trabajoSociales “es exterior
que reunieron
a suunterreno
desde planteode indagación,
teórico sobre no participa en él (...)
la perspectiva debe, en toda la
epistemológica delmedida
estudiode lo
de posible, hacer tabla rasahoy,
las organizaciones de sushasta
experiencias anteriores,
recorridos por de sus propios
distintos valores, dee sus
abordajes
opiniones o de sus
intervenciones prejuicios. Su subjetividad
organizacionales y prácticas debe
deborrarse
psicólogos ante laenrealidad empírica
estrategias
a su vista” (Friedberg,
de inserción laboral. citado por Lapassade, op. cit.). Sostener la implicación,
por el contrario, significa rechazar epistemológicamente esta “ilusión” de
objetividad, y en consecuencia,
Nos convocaron a la escucha yasumir discusión unatrabajos
posición ético-política
sobre muy variadoque
tipodesmitifica la neutralidad:
de organizaciones “(ya de
- públicas que) su intervención
minoridad modifica
y salud, el objeto de estudio,
establecimientos
lo transforma.
educativos El analista
del ámbito es siempre,
público y privado,por elempresas
mero hechorecuperadas,
de su presenciaempresas
y aún cuando
lo olvide, un elemento del campo”
familiares.
9

Asumir la implicación como una dimensión inherente a la práctica


nos Ellleva a la necesidad
objetivo de fijar
de repensar lasuna posición
prácticas técnica que puede
aprovechando pensarse
los espacios
como una articulación de tres componentes 10
de discusión propios de la modalidad de foro se va cumpliendo año a :
año. Gran1)parte Marco de de referencia
autores teórico.
de trabajos Estáde
como integrado
quienes por una estructura
participaban de
conceptual que se expresa en determinada adscripción
la escucha y discusión expresaron su gratificación por la oportunidad de paradigmática
(definiciónLos
intercambio. de sociedad,
alumnos en degeneral
hombre, de historia)
apreciaron de yeste
queespacio
responde a opciones
el contacto
connormativas del técnico.
realidades actuales de lasSe expresa a la ymanera
organizaciones de supuestos
de las prácticas desde los
profesionales
cuales se interpretan prácticas y discursos de los pobladores.
en ellas.
2) Enfoque desde el cual se interviene. Se trata de la perspectiva de
análisis
En losasumida
espaciosy eldenivel de abordaje
plenario de la problemática
se rescataron en particular las sobre la que se
siguientes
intervendrá.
líneas de trabajo: Determina el alcance que se le dará a la práctica en orden a
como se ubica respecto del eje reproducción/transformación social y a
las relaciones
• Hoy los macro-micro.
cambios en laEn este sentido,
sociedad convocanel enfoque
a que los asumido se acerca
profesionales
a lo propuesto por Montenegro
interpelemos nuestros marcos (2001, 5) “aunquepodamos
teóricos el cambio social
ponerlosdeseable
en sea
cuestión y generar nuevas herramientas conceptuales para leer
9 loop.que
Lapassade, Cit. acontece en los distintos espacios organizacionales.
10
• Las organizaciones
Seguiré, con algunas buscan
diferencias, lo propuesto nuevas
por García formas
Salord (1991) de construir su

62 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


70 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”
Cuader nos del Campo Psicosocial

la transformación de las situaciones de injusticia estructural y asimetrías de poder


presentes en la sociedad, se hacen intervenciones en escala micro social para la
transformación de situaciones que son vistas como problemáticas por los grupos con los
que se trabaja”.
3) Estrategia metodológica. Informada tanto por supuestos
teóricos como por elecciones ético-políticas, alude a la dimensión operativa
de la intervención. En el caso específico del diagnóstico incluye un conjunto
de procedimientos destinados a la recolección y análisis de la información
referida a dos aspectos11 :
• Lo que el colectivo tiene. La categoría “capital” en sus distintas es-
pecies parece ser fértil en este sentido, ya que permite ubicar la posi-
ción que ocupa el agente en la estructura social no sólo a partir de la
posesión de bienes materiales: mientras el capital económico está
especialmente referido a estos bienes, los restantes se aplican a re-
cursos intangibles de diversa naturaleza. El cultural está ligado a los
conocimientos incorporados en los agentes, el social al círculo de
relaciones estables que éstos poseen y cuya movilización les permiti-
rá lograr un rendimiento diferencial de algunas de las otras especies
de capital.
Finalmente el capital simbólico es “una especie de capital que juega como
sobreañadido de prestigio, legitimidad, autoridad, reconocimiento, a los otros
capitales…”(Gutiérrez, 1997, 39).
Los capitales se presentan, a su vez, en dos estados: objetivado
(externo al sujeto) e incorporado en la forma de habitus: “sistemas de
disposiciones duraderas (...) estructuras que funcionan como principios generadores
de prácticas y de representaciones“(Bourdieu, 1991, 92). El habitus es un
concepto-llave: en tanto “subjetividad socializada” (Bourdieu y
Wacquant, 1995, 87) introduce posibilidades de autonomía y
creatividad en el agente en diálogo con su posición objetiva en la
estructura.
• Lo que el colectivo considera que le falta. Remite a la cuestión de las
necesidades y su expresión subjetiva en la demanda, que se plas-
man en un registro discursivo que muchas veces se manifiesta en
forma difusa, poca estructurada.

11
Retomo aquí la propuesta de Gutiérrez (op. cit.) en relación al estudio de la pobreza.

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 63


Cuader nos del Campo Psicosocial

IV) Tensiones en la construcción del objeto: reconstruyendo algunos


aspectos de una práctica de intervención12 .

A continuación analizaré la particular modalidad que asumió la


construcción del objeto de intervención en el marco de una práctica,
reconstruyendo para ello la dinámica conflictiva entre demanda y encargo.
Para finalizar quedarán formulados los interrogantes que movilizaron las
contradicciones que produjo esta experiencia a nivel de la posición técnica
en la intervención psicosocial.
La práctica a la que aludo se desarrolló con pobladores de secto-
res pobres de la ciudad de Córdoba, en especial con aquellos que trabaja-
ban en comedores dentro de tres cooperativas, ubicadas en proximidad
geográfica. Si bien la relación con algunos miembros del equipo técnico
era anterior, esta se profundiza –ingresando la totalidad del mismo- a partir
de la realización del Proyecto de intervención psicosocial que mencioné
en la Introducción. El mismo, al contar con subvención económica, per-
mitió sostener el trabajo en el marco de acciones de extensión de una
cátedra universitaria.
En este punto encontramos ya una característica que encuadrará la
práctica: los requerimientos de las organizaciones que dieron factibilidad
económica al proyecto lo condicionaron en cierta medida, sobre todo por-
que hubo que formular objetivos antes de poder trabajar con los poblado-
res en orden a precisar suficientemente con ellos necesidades y líneas de
acción. Además se trató de una intervención acotada (un año) lo cual se
tensionó con los tiempos propios de los pobladores y las organizaciones
sujetas a una dinámica propia. De todas maneras, el proyecto incluyó mo-
mentos iniciales concentrados en abordar estos aspectos con ellos lo que,
finalmente, se convirtió en un eje fundamental de la práctica.
Así nuestro propósito de partida fue fortalecer el trabajo de los
comedores y generar condiciones para la apropiación significativa del
proceso de socialización de los niños que asistían a los mismos, pero: ¿qué
significaban para ellos estos espacios y el trabajo que realizaban con los
niños?, ¿qué dificultades/fortalezas encontraban en la realización de la tarea
cotidiana?.

12
Se recuperan aquí algunos puntos trabajados en Bonvillani, Correa, López, Martinengo y Tomasini
(2005).

64 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

La instalación de los comedores responde a la necesidad básica de


dar de comer a los niños, pero remite en su dimensión institucional al
origen de las cooperativas que fue la necesidad de contar con un encuadre
legalizado que permitiera constituirse como ente autorizado para admi-
nistrar los Planes Jefes/as de Hogar: “la gente parece que no quiere entender que
si no existiera la cooperativa, no se podría firmar ningún plan”13 .
La fundación de las cooperativas estuvo motivada, por lo menos
originalmente, por un requerimiento estatal más que por la voluntad de
dar forma a un proyecto colectivo que anudara las demandas de estos
sectores, contradicción que atravesaba el trabajo cotidiano de los come-
dores, generando involucramientos diferenciales según la identificación
que cada miembro tenía con la tarea. Por otra parte el considerar estos
elementos referidos a la pertenencia grupal siempre generó preguntas en
torno a lo que articulaba a los pobladores con nuestro proyecto: ¿estaban
motivados a participar o cumplían con una obligación dentro de la con-
traparte por percibir los planes o, más aún, respondían a una imposición
de quiénes tenían cierto poder local para manejar y distribuir los planes?.
En relación a las dificultades para abordar la tarea en los comedo-
res los pobladores partían de una diferenciación dilemática entre “noso-
tros” (los del comedor) y “los de afuera” (los chicos y sus padres) que,
mediante la atribución de características negativas hacia estos últimos (“...el
papá no se ocupa porque todo el día está en la calle” ; “son todos unos cómodos y no se
interesan por los chicos”), culpabilizaba a la familia por las conductas violen-
tas o agresivas de los niños en el comedor.
Sin embargo, en el transcurso del proceso las concepciones en re-
lación a los padres comienzan a abrirse a otros sentidos. Por ejemplo,
reconocen el malestar que puede atravesar a los padres como vivencia
inscripta en sus propias trayectorias: plantean que ellos mismos han senti-
do vergüenza porque no les pueden dar de comer a sus hijos. Entonces, el
comedor pasa a ser visto en sus contradicciones: por un lado, se dice que
responde a una necesidad básica que es “dar de comer”, pero por otro,
refieren a un efecto (no deseado) de sustitución de la familia ya que la
misma no puede autoabastecerse en las actuales condiciones de falta de
trabajo. Así, se revela en el discurso que las dificultades cotidianas tienen
un anclaje más profundo: no se pueden explicar sólo desde elecciones

13
En adelante todas las citas son testimonios de pobladores.

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 65


Cuader nos del Campo Psicosocial

personales sino como un problema colectivo referido a las condiciones


de pobreza en las que viven.
Asimismo se modificó a lo largo del proceso la percepción acerca
de la causalidad de los comportamientos violentos o agresivos de los niños
en el comedor: éstos no devienen exclusivamente de una situación familiar
conflictiva sino que al analizarlos en contexto se comenzaron a considerar
las condiciones en las que se recibe la comida; admitiendo que enojarían a
cualquiera: comer parados, esperar en tandas afuera (con lluvia, frío o
calor) hasta que haya suficiente espacio para comer dentro del comedor,
ser objeto de maltrato verbal de parte de algún adulto desbordado por
las condiciones de trabajo, no poder recibir la ración de alimento porque
no están en la lista que exigen los programas que subsidian los planes
alimentarios.
Este fue un logro importante dentro de la intervención ya que a
partir de la objetivación de las condiciones sociales en las que se inscriben
sus trayectorias vitales pudieron pensar de otra forma los problemas: ya
no como resultado de comportamientos aislados –lo que lleva a
culpabilizaciones personales- sino como la expresión de desigualdades
sociales. A partir de lo que ahora podemos llamar “colectivizar necesidades
y problemas” se pusieron en marcha algunas acciones que muestran en
distintos grados la posibilidad de constituirse en agentes de transformación
de su realidad inmediata. Por ejemplo, en uno de los comedores se
comenzó la planificación para construir un salón aprovechando una de las
paredes laterales de la vivienda que ocupaban.
También se comenzaron a formular demandas de capacitación, de
acuerdo a las necesidades particulares de cada comedor, lo cual muestra
la construcción del objeto de intervención desde una situación inicial
marcada por el desinterés e incluso la falta de una formulación clara de la
demanda, hasta la posibilidad de enunciar algo así como lo que querían/
podían hacer para ellos con el equipo técnico. La relación entre querer y
poder también se fue construyendo dialécticamente entre la indagación
de los conocimientos espontáneos acerca de la socialización de niños ad-
quiridos en su propia trayectoria de vida y la construcción colectiva en
orden a valorarlos como un capital específico a ser utilizado en su trabajo
en el comedor.
En síntesis y como he mostrado en el desarrollo de este apartado,
la tensión entre encargos-demandas y la manera como se van tramando las

66 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

necesidades de distintos actores relacionados con la intervención atraviesa


la práctica y se constituye en una analizador privilegiado. Esta es una
característica ineludible derivada de la condición conflictiva que define
nuestro campo de intervención, pero en todo caso debe constituirse en
una señal de alerta permanente que nos obligue a mantener una actitud de
vigilancia respecto de las decisiones que tomamos. Entre la imposición de
sentidos acerca de lo que el otro necesita y la renuncia a las intencionalidades
ético-políticas que guían nuestras prácticas técnicas, debemos
preguntarnos:¿cómo nos posicionamos?, ¿a quién le sirve lo que hacemos?.

V) Bibliografía
-AQUÍN, N. Y ACEVEDO, P. (1994): Desde la “comunidad” hasta el “espacio poblacional”.
Ficha de estudio Cátedra de Trabajo Social IV. Escuela de Trabajo Social, Universidad
Nacional de Córdoba.
-BONVILLANI, A., CORREA, A., LÓPEZ, J., MARTINENGO, V. Y TOMASINI, M.
(2005): “Reflexiones teórico-metodológicas acerca de la socialización temprana de ni-
ños en procesos de vulnerabilización a partir de una intervención psicosocial en come-
dores de sectores populares”. Premio Facultad de Psicología, Universidad Nacional de
Buenos Aires 2005 “Aportes de la Psicología a la problemática de la niñez”. Mención
especial. Departamento de Publicaciones Facultad de Psicología, UBA.
-BOURDIEU, PIERRE (1991): El sentido práctico. , Madrid : Taurus.
-BOURDIEU, P., CHAMBOREDON, J.P. Y PASSERON, J.C. (1975): El oficio de sociólogo.
Presupuestos epistemológicos. Argentina: Siglo Veintiuno Editores.
-BOURDIEU, P. Y WACQUANT, L. (1995): Respuestas. México Grijalbo,.
-COROMINAS, JOAN (1961): Breve diccionario etimológico de la lengua castellana.
Madrid Editorial Gridos.
-DORSCH, FRIEDRICH (1991): Diccionario de Psicología. Barcelona. Herder.
-FIGUEROA SARRIERA, HEIDI (2003): «Disciplina y reglamentación: la impostura del
sujeto”. Ponencia presentada en el XIV Congreso Nacional de Estudiantes de
Psicología, Mérida, Colombia. Disponible en http://www. home.coqui.net/hfiguero
-FRASER, NANCY (1991): La lucha por las necesidades: Esbozo de una teoría crítica
socialista-feminista de la cultura política del capitalismo tardío. En Rev. Debate
feminista. Pp 3-40.
-GARCÍA SALORD, SUSANA (1991): Especificidad y rol en trabajo social. Buenos Aires
Editorial Humanitas.
-GATTINO, SILVIA (1998): “El diagnóstico social: de la situación inicial a la situación de
abordaje”. En Revista Confluencias. Córdoba. Publicación del Colegio de Profesionales
en Servicio Social de la Provincia de Córdoba.
- GUTIÉRREZ, A. (1997): Pierre Bourdieu: las prácticas sociales. Córdoba. Dirección
General de Publicaciones, Universidad Nacional de Córdoba.
- ———————— (2004): Pobre’, como siempre….Estrategias de reproducción social
en la pobreza. Córdoba .Ferreyra. Editor.
-IBAÑEZ GRACIA, TOMÁS (2004): “El cómo y el porqué de la psicología social”. En Ibañez

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 67


Cuader nos del Campo Psicosocial

Gracia, Tomás (coord.) Introducción a la psicología social. Barcelona. Editorial


Universidad Autónoma de Barcelona.
-LAPASSADE, GEORGE (1980): Socionálisis y potencial humano. Barcelona Gedisa,
-LOURAU, RENÉ (1975): El análisis institucional . Buenos Aires .Amorrortu Editores.
-MONTENEGRO, MARISELA (2001): “Conocimientos, agentes y articulaciones. Una mirada
situada a la intervención social”. Revista Athenea Digital, Nº 0.
-PALMA, DIEGO (1998): “La participación y la construcción de ciudadanía”. Documento de
trabajo Nº 27. Centro de Investigaciones sociales, Universidad Arcis (Chile). Disponi-
ble en http://www.clacso.edu.ar
-SCHAVARSTEIN, LEONARDO (2004): Consideraciones preliminares para pensar la
práctica del análisis organizacional en contextos específicos . Disponible en http:
//www.gestiopolis. Com/canals5/rrhh

68 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

SEGUNDO FORO DE PSICOLOGÍA


ORGANIZACIONAL:

En plena crisis del país y de sus organizaciones, viendo y viviendo


como estrategia de afrontamiento el pensar y hacer con otros en todos los
espacios posibles, se enmarca el surgimiento de nuestras primeras ideas
respecto a este evento. Toma forma desde el interés del equipo de Cátedra
de Psicología Organizacional de la facultad de Psicología (UNC) en el
año 2003, pensando en la necesidad de compartir experiencias entre
quienes operamos desde la psicología social de las organizaciones.
Desde esta perspectiva este espacio que ya cuenta con dos ediciones -
2004 y 2005 – ha sido ocupado tanto por quienes se definen como
psicólogos sociales en general, psicólogos organizacionales, educacionales,
laborales como por otros profesionales que, trabajando en el campo de
las organizaciones, se interesan en las producciones de la psicología
organizacional (economistas, trabajadores sociales, administradores,
comunicadores sociales entre otros).

Por qué un foro? Porque el término nos remite a discusión entre


pares, a espacio abierto al intercambio, a horizontalidad en la discusión
de producciones desde la heterogeneidad de trayectorias de los
participantes.
La propuesta de este foro es fundamentalmente que sea una
oportunidad de interrogación, de reflexión en un campo muy marcado
por la urgencia del hacer a menudo sin encontrar espacios de formación
necesarios, en un campo donde es más fácil vender panaceas para todos
los males organizacionales que tomarnos el tiempo para revisar el sustento
de nuestras prácticas. Por otra parte, la psicología organizacional puede
ponerse en juego tanto en una organización barrial como en una cárcel o
una empresa multinacional y este evento aspira a ser un espacio de
intercambio para quienes operan en distintos tipos de organizaciones.
Tenemos por eso también en cuenta la accesibilidad para
profesionales cuya formación no es pagada por empresas.

En el 2004 nos planteamos entre otros temas, el afrontamiento de

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 69


Cuadernos
Cuader nosdel
delCampo
CampoPsicosocial
Psicosocial

la crisis desde
proceso organizaciones
y qué espera que trabajan
en consecuencia conotros.
de los poblaciones particularmente
vulnerables,
Como puede las estrategias de asociatividad
verse estoy queriendo organizacional,
situar el tema más allá de unala
problemática
mera cuestión de de procedimientos
la calidad de la atención en unen
para pensarlo servicio
orden de salud, la relación
a decisiones ético-
políticas, porque cuando construimos un objeto de intervención, definimosel
entre aprendizaje, implicación e incentivos en PyMEs del sector lácteo,
proceso
qué de recuperación
consideramos “problema” empresaria,
y por ende los riesgos en el trabajo
determinamos qué esendigno tiemposde
de desocupación, la problemática de equipos gerenciales.
ser mantenido o modificado: en última instancia estamos trabajando hacia
la reproducción o transformación de las condiciones de vida de los sujetos.
Esta segunda
Dentro edición
del análisis del Foro transcurrió
institucional, durante
la consideración de los días 17 y 18
la implicación
de junio
supone un2005,
fuerteencuestionamiento
la Facultad de Psicología y reuniódeaproximadamente
a las pretensiones lograr objetividada
de140 personas positivista,
la tradición de distintasaprovincias y profesiones,
partir de mantener participando
la separación también
entre realidad
yestudiantes
sujeto que la avanzados.
conoce. Así Tuvieron lugar seisen
el investigador mesas de trabajo
Ciencias Sociales que“es
reunieron
exterior
a su terreno de indagación, no participa en él (...) debe, en toda la medidaestudio
desde un planteo teórico sobre la perspectiva epistemológica del de lo
posible, hacer tabla rasa de sus experiencias anteriores, de sus propios valores, de suse
de las organizaciones hoy, hasta recorridos por distintos abordajes
intervenciones
opiniones organizacionales
o de sus prejuicios. y prácticas
Su subjetividad de psicólogos
debe borrarse en estrategias
ante la realidad empírica
de inserción laboral.
a su vista” (Friedberg, citado por Lapassade, op. cit.). Sostener la implicación,
por el contrario, significa rechazar epistemológicamente esta “ilusión” de
objetividad,Nos convocaron a la escucha
y en consecuencia, y discusión
asumir trabajosético-política
una posición sobre muy variado que
tipo de organizaciones - públicas de minoridad y salud, establecimientos
desmitifica la neutralidad: “(ya que) su intervención modifica el objeto de estudio,
loeducativos
transforma.del El ámbito
analista público
es siempre,y privado,
por el meroempresas
hecho de surecuperadas,
presencia y aún empresas
cuando
familiares.
lo olvide, un elemento del campo” 9

Asumir la implicación como una dimensión inherente a la práctica


nos llevaEla objetivo
la necesidad de repensar
de fijar una las posición
prácticastécnica
aprovechando
que puede lospensarse
espacios
de discusión propios de la modalidad
como una articulación de tres componentes10 : de foro se va cumpliendo año a
año. Gran1) Marcopartededereferencia
autores deteórico.
trabajos como
Está de quienes
integrado por participaban
una estructura de
la escucha yque
conceptual discusión expresaron
se expresa su gratificación
en determinada por la oportunidad
adscripción paradigmática de
intercambio.
(definición Los alumnos
de sociedad, en general
de hombre, deapreciaron
historia) y dequeeste espacioaelopciones
responde contacto
con realidades
normativas del actuales
técnico.deSelasexpresa
organizaciones
a la maneray de las
de prácticas
supuestos profesionales
desde los
en ellas.
cuales se interpretan prácticas y discursos de los pobladores.
2) Enfoque desde el cual se interviene. Se trata de la perspectiva de
En los espacios
análisis asumida de de
y el nivel plenario
abordajese rescataron en particular
de la problemática sobrelas siguientes
la que se
líneas de trabajo:
intervendrá. Determina el alcance que se le dará a la práctica en orden a
como se ubica respecto del eje reproducción/transformación social y a
• Hoy
las relaciones los cambiosEn
macro-micro. en la sociedad
este sentido,convocan
el enfoque a que los profesionales
asumido se acerca
interpelemos nuestros marcos teóricos podamos
a lo propuesto por Montenegro (2001, 5) “aunque el cambio social deseable sea ponerlos en
cuestión y generar nuevas herramientas conceptuales para leer
lo que acontece en los distintos espacios organizacionales.
9
Lapassade,•op. Cit.
Las organizaciones buscan nuevas formas de construir su
10
Seguiré, con algunas diferencias, lo propuesto por García Salord (1991)

6270 Nº22- -“La


Nº “LaIntervención
IntervenciónPsicosocial”
Psicosocial”
Cuader nos del Campo Psicosocial

sustentabilidad y sus estrategias de gestión.


• El reconocimiento de nuestros no saberes es requisito para
poder intervenir en las organizaciones.
• Se rescatan las producciones de investigación en ámbitos
educativos en tanto herramientas necesarias para intervenir en
este tipo de instituciones.
• Es necesario clarificar cuestiones técnicas en torno a la
intervención y el posicionamiento profesional ante la gestión
de cambios organizacionales.
• Las intervenciones sobre problemática laboral requieren hoy
nuevas herramientas tanto en poblaciones de vulnerabilidad
social marcada como en espacios de empleo más tradicionales.

En general muchos participantes expresaron la necesidad de


mayores oportunidades de formación e intercambio específicos en este
campo del conocimiento y valoraron este espacio de encuentro.
Este evento que se realiza anualmente tiene aún mucho potencial
por desplegar, y se va instituyendo con los aportes de todos los
participantes, tanto de los organizadores, de los autores de trabajos como
de todos los que llegan al evento con disposición de escuchar y compartir
una reflexión a partir de nuestro quehacer profesional.

Lic. Mónica Inés Pan – Lic. Andrea Aragonez


Cátedra Psicología Organizacional.
Agosto 2005

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 71


Cuader nos del Campo Psicosocial

Desde las “Intervenciones participativas”5 , en cambio, los problemas


sociales son explicados como el resultado de estructuras sociales que
generan relaciones de opresión de algunos grupos sobre otros. En este
marco la demanda –como enunciación de esos problemas por sujetos que
no pueden producir significaciones por fuera de la estructura- tiende a
mostrar los mecanismos de ocultación mediante los cuales la ideología
dominante encubre el carácter social de esos problemas, es decir que los
mismos son una expresión de la desigualdad y la opresión.
La demanda en su lógica de mostrar/encubrir es considerada objeto
de interpretación, lo cual nos lleva nuevamente al problema de quién/
quiénes son considerados “autorizados” para sancionar las verdaderas
necesidades del demandante (en oposición a las falsas, producidas por la
alienación del sujeto que las enuncia). A este respecto querría plantear
algunos matices.
Si bien se puede acordar con el efecto naturalizador que tiñe las
explicaciones sobre los problemas sociales y que dificulta una
contextualización necesaria para pensarlos como “cuestión social”, es
necesario problematizar el lugar del técnico como único interpretante
autorizado de la demanda 6 . Se deberá tender, más bien, a la posibilidad
de problematizar la demanda a partir de la tensión entre el pedido
formulado y la posibilidad de nuestra escucha, pero sabiendo que la misma
también está condicionada en tanto el técnico es un sujeto social. En esta
dirección, debemos estar atentos a no imponer sentidos sino más bien a
generar condiciones de diálogo que permitan abrir nuevas significaciones
frente a las que aparecen cristalizadas en la demanda como lo natural, lo
obvio, lo incuestionable.
La modalidad de trabajo que intento mostrar busca poner distancia
con formas tecnocráticas de intervención pero también con aquellas que
clausuran la emergencia de nuevos sentidos a partir de formas deterministas

5
La autora ubica aquí los desarrollos de la Educación Popular de Freire, la Teología de la Liberación de
Martín-Baró, la Investigación-acción participativa de Fals Borda y la Psicología Comunitaria latinoamerica-
na de Montero, entre otros. Tienen en común recuperar aportes del marxismo.
6
Palma (1998) vincula esta concepción con la práctica de concientización percibida “como una suerte de
iluminación, por la que se disipaba la falsa ideología que pesaba sobre los grupos populares” (pág. 5). Si
bien el autor la ubica en la década del 60’, considero que está posición puede atravesar bajo diferentes
modalidades las prácticas de intervención sostenidas desde enfoques de la acción que corren el riesgo de ser
deterministas puesto que parecen no admitir posibilidades de construcción subjetiva, sino a partir de alguna
presencia esclarecedora externa.

60 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Cuader nos del Campo Psicosocial

ACERCA DE LOS AUTORES Y COMPILADORES

EUGENE ENRIQUEZ. Profesor emérito de Paris VII, Denis-Diderot, co-


director del laboratorio de Cambio social y coredactor de la Re-
vista Internacional de Psicosociología. Mencionamos de su vasta
producción publicada en inglés, italiano, portugués, español, « De
la horda al Estado » (1983) « La Organisation en analyse » (1999) ;
« Les jeux de pouvoir et du désir dans l’entreprise » (1997); « Le
goût de l’alterité » (1999) ; « Vocabulaire de Psychosociologie.
Références et positions” (2002) “La Institución y las Organiza-
ciones en la Educación y la Formación” (2002) y un innumerable
cantidad de capítulos y artículos en obras de remarcable presti-
gio académico de las que mencionamos algunas de las escritas en
español: “El sujeto humano: de la clausura identitaria a la apertu-
ra al mundo” en el Inconsciente y la ciencia. “Las nuevas perspec-
tivas de la psicosociología: aportes para la construcción del rol “
en Cuadernos del campo Psicosocial Nº1 .

ANA MARIA CORREA, Profesora de la Cátedra de Psicología Social de


la Facultad de Psicología y del Departamento de Cine de la
Escuela de Artes de la Facultad de Filosofía y Humanidades,
ambas de la Universidad Nacional de Córdoba. Dicta Cursos
en distintas Maestría de la Universidad Nacional de San Luis,
Tucumán y de la Universidad Tecnológica Regional Córdoba,
Chaco y Tucumán. Coordina un Programa de Extensión
Interfacultades de la UNC. Compilador y autoría de capitulo
en “Notas de Psicología social como critica a la vida cotidia-
na”; Prólogo de “Entretelones. Una propuesta para el uso del
teatro de títeres como herramienta socio-pedagógica en las es-
cuelas rurales”. Obtuvo Premio “Aportes de la Psicología a la
problemática de la niñez” de la Facultad de Psicología de la
Universidad Nacional de Buenos Aires y ha publicado artículos
en revistas científicas nacionales

Nº 2 - “La Intervención Psicosocial” 73


Cuader nos del Campo Psicosocial

ANDREA BONVILLANI, Profesora de la Cátedra de Psicología Social de


la Facultad de Psicología y de la Cátedra Psicología Social y Teo-
ría y técnica de Grupo, Carrera de Sociología en el Instituto de
Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Villa María. Au-
tora de capítulo en “Notas de Psicología social como critica a la
vida cotidiana”. Obtuvo Premio “Aportes de la Psicología a la
problemática de la niñez” de la Facultad de Psicología de la Uni-
versidad Nacional de Buenos Aires y ha publicado artículos en
revistas científicas nacionales e internacionales.

MONICA PAN. Asesora y analista de organizaciones desde 1985. Docente


Adjunta de la Cátedra Psicología Organizacional de la Fac. de
Psicología UNC. En la actualidad investiga sobre proyecto
organizacional en PyMEs y sobre Empresas recuperadas. Ha par-
ticipado como docente en cursos y carreras de Posgrado.

ANDREA ARAGONEZ. Docente de la Cátedra de Psicología


Organizacional de la Fac. de Psicología UNC y ex docente de la
Carrera de Psicología Organizacional de La Rioja. Ha participa-
do en distintos proyectos de investigación y extensión desde la
Fac. de Psicología UNC.

74 Nº 2 - “La Intervención Psicosocial”


Impreso por Editorial Brujas • marzo de 2016 • Córdoba–Argentina

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