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ANEXO TRABAJOS PRÁCTICOS PSICOLOGÍA

SOCIAL (PRIMER CUATRIMESTRE)

TRABAJO PRÁCTICO N°2

SOCIALIZACIÓN Y CONSTRUCCIÓN SUBJETIVA

Materiales:

- Relatos biográficos de Natalia y Diego. Material producido


en el marco del proyecto de investigación SECyT
(20142015) ‘Sociabilidades Juveniles y lógicas de
reconocimiento en la escuela y en el barrio’. Dirigido por
el Dr. Horacio Paulín.
Relato biográfico de Natalia – 23 años

Soy una persona buena, generosa, compañera. Me gusta ayudar a los otros, a las otras personas.
Vivo acá con mi novio que ahora está preso, en la pieza del lado vive mi papá y mi mamá.
Adelante mis tres tíos en una habitación más grande que tiene cocina y en otra mi tía con mi
primo, su mujer (embarazada) y su hijito. Me gustaría tener cuatro hijos. Porque como yo estoy
sola, soy hija única, no tengo hermanos, entonces me gustaría tener cuatro hijos. Antes no
quería saber nada pero hace poco empecé a pensar y ya hace un año y algo que no me cuido con
nada, andamos buscando un hijo con mi novio.

Cuando mi abuela falleció a los 57 años, yo tenía Catorce años. Luego de su muerte nosotros
estuvimos como dos años sin brindar cuando pasaban las fiestas, sin saludarnos, nada, como que
no era una fiesta para nosotros. Hasta la vida fue distinta. Nos afectó a todos porque estábamos
acostumbrados a ella, porque todos vivíamos acá. Creo que murió porque tenía problemas en los
pulmones, el corazón, tenía mal de chagas. Fumaba mucho también mi abuela. Tenía algo en la
tráquea. Era flaquita, alta y media loca. Nos gritoneaba a todos, en todos lados, nos retaba.
Cuando ella vivía nos juntábamos, venían, comíamos, íbamos al río con ella. Éramos catorce
nietos: cuatro varones y el resto mujeres. Ella nos llevaba a todos…
Falleció para un día de la madre. En el velatorio lo trajeron a mi tío todo encadenado (lo trajeron
para que la pueda ver) … él estaba preso. Eso fue horrible. Porque no dejaban entrar a nadie ahí
adentro, tenía que estar él solo con ella, lo trajeron policías…en vida, ella lo iba a ver, iba a todas
las visitas de él, y bueno, cuando la internaron a ella, supuestamente él iba a salir (le habían
dicho), le daban la condicional. Y era como que ella sentía que él no iba a salir. Y bueno, a las
doce de la noche del día sábado ella falleció. Pero ella iba a todas las visitas, no se perdía nada,
iba Bower (cárcel para adultos), a los institutos (cárcel para jóvenes). A todos lados.
Y luego de que muere, era todo oscuro, fueron unos años horribles… la Navidad, los días de la
madre, ni cumpleaños se festejaban, nada. El cariño que yo siento por mi abuela no es lo mismo
que lo que siento por mi otra abuela (paterna). Cuando muere cambia mi vida y decido
quedarme acá, más en mi casa, eso duró como dos años.
Mi primita llegó en un momento en el que nosotros estábamos mal (cuando falleció mi abuela).
Pero ella cambió todo en la casa, porque era la única bebé, ya sabíamos que teníamos que estar
encima de ella nomás. Nació en 2010.Cuando me entero me alegré mucho y ahí empezó a cambiar
la vida para todos. Cambió todo, como que volvió todo a la normalidad. Ahora todos los fines de
semana se queda acá, porque mi tío está separado y trae a mi prima bastante seguida. Lo cambió

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a mi tío (padre de Zaira). Cuando falleció mi abuela se drogaba mucho, se cruzaba la calle a robar y
no le importaba nada. Y bueno como que en esas cosas, como que lo transformó, ahora está
pendiente de su hija..Y va a trabajar. Dejo todo eso. Se volvió sano…Como que maduró. Porque las
cosas que él hacía eran cosas de chico se cruzan acá al frente roban, no le importa si lo veían. Dejó
la droga. Dejó de fumar cigarrillos, porro… él fumaba mucho. Pero eso no les pasa a todos. Algunos
tienen hijos y siguen robando, drogándose como que no les importa mucho, por más que hayan
sido papá.

Diego es un chico que comparte mucho. Nunca lo dejé solo. Siempre, por más que estuviéramos
peleados, siempre estuve. Fue el primer novio que traje a casa, porque nunca traje a nadie. Él
fue el único.

Lo conocí acá en el barrio. Tiene 28 años, es hincha de Talleres, es el segundo de siete hijos pero
el más grande murió el resto de hermanos y hermanas son del segundo matrimonio de la madre.
Me gustaba de chica, yo tenía 15 años y él me gustaba. Vivían allá a la vuelta, y después se
fueron a vivir a otro lado. La charlaba a la madre que iba a ser la nuera y decía que no. Y
después, él mandó a pedir mi número, y ahí él me empezó a llamar por teléfono desde la cárcel.
Y ahí fue que nos hicimos amigos primero. Porque yo andaba con otro chico. Pero anduve más o
menos, porque anduve por una apuesta con ese chico. Le jugué una Coca a una amiga que me
ponía de novia con otro vecino de acá a la vuelta, y se la gané. Y, entonces, me puse de novia con
el chico.
Bueno, cuando Diego me empezó a llamar, después cuando él salió, yo fui a verlo. Yo no me
hablaba primero con las hermanas. Era amiga de una hermana pero ahora nos peleamos.
Después de un tiempo largo, nos empezamos a hablar. Cuando él salió, fui a la casa a saludarlo.
Ahí empezamos a conversar, a charlar, y después nos pusimos de novios.
Hace cinco años que estoy con él. Ahora el está preso por robo. Falta un tiempo para que le den
la libertad. El caso está en la Cámara Séptima, es re lenta. Hay que esperar. No se mueven tan
rápido los fiscales ahí. Esta en Bower en el MX1. Porque él salió con fianza a la calle, así que se
come, lo de ahora, más lo que él debía. Él debía como dos años creo y… más lo que le quieren
dar. Primero antes de empezar la relación conmigo cayó preso por un robo en el centro
(noviembre de 2009).
Cuando empezamos a salir, no me juntaba más con las chicas, ni salía a los bailes. No me
juntaba, nada. Estaba todo el tiempo con él nomás. Salíamos a todos lados juntos, en verano nos
íbamos al río, convivíamos, siempre juntos, peleábamos también, pero estábamos todo el
tiempo juntos. Íbamos a la casa de la madre y de la hermana.

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Cuando ya nos pusimos bien, bien, bien de novios, venía acá a mi casa. Y después cada uno
empezó a salir sólo con sus amigos, porque nos aburríamos un poco de estar todo el tiempo. Me
juntaba acá en el barrio. Con amigas. Me iba a los cumpleaños, y él se quedaba o se juntaba con
los chicos. Pero después él dejó de salir porque le agarró la locura y por este motivo perdió su
trabajo.

Todo empezó cuando había un pool, acá arriba en G. (bar). Y él quería estar metido todo el día
en el pool. Se drogaba. No quería dormir, no quería hacer nada. Iba a trabajar amanecido, así
como venía, se iba. Y ahí empecé a notar que cortaba las calles, se grababa con su celular aquello
que hacía.
Decía que se iba a hacer manifestaciones. Hablaba con la gente, iba a al centro, daba vueltas,
cortaba la calle. Él decía que él iba a hacer casas, todo ahí, en el río. Construir departamentos.
Decía que trabajaba para “el lagarto”. Con mi moto subía a las veredas y hacía willie. Los vecinos
vivían retándolo. Y a mí me dolía verlo así, era raro verlo así, porque de un tiempo para el otro,
como que cambió. Bueno, después, a mí no me dejaban estar con él porque decían que me iba a
hacer daño. Pero no, nunca me hizo nada.
Él decía que estaba loco. Y que lo encerráramos en el Neuro. Por eso la madre, una vez lo
internó. Igual estuvo una noche no más, al otro día se escapó descalzo, en cuero, como estaba,
encima hacía un frío.
Pero quedó como un chico Down cuando lo internaron, él se escapó de ahí porque dice que le
inyectaron algo que le hacía ver visiones; que veía una familia que no le quería dar un vaso de
agua; que los hermanos se alejaban. Entonces, él se escapó y le quedó la boca como a un chico
Down, se la caía la baba, no se le entendía nada cuando hablaba. Hasta que empezó a ir a un
médico que nos cobraba como doscientos y algo, más los remedios que eran caros. De ahí lo
sacó el médico con una pastilla que le daba para que tomara. Porque él no dormía nada. Era un
chico que andaba constantemente activo. No dormía. Se levantaba y se bañaba como diez veces
al día; se cambiaba la ropa diez veces al día; se bañaba. El médico dijo que el problema que él
tenía era por las drogas que consumía (marihuana, cocaína). También por el golpe que tuvo en la
cabeza (tiene una cicatriz), se calló con un amigo acá en el puente, cuando era chico. Después
nos separamos, pero me vino a buscar acá a mi casa para que me fuera para allá. Porque a mí no
me dejaban ir a la casa de él, la madre no quería que fuera porque decía que le hacía mal. Y él
me venía a buscar lo mismo.
Cuando le preguntaba sobre por qué hacía esas cosas, se quedaba callado. No decía nada. Pero
como peleábamos mucho y para no pegarme, agarraba y se pegaba él solo. Mi familia me decía
que ya se le iba a pasar. Que tenía que tener paciencia porque estaba enfermo. Una vez, me

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había regalado unas zapatillas, él se agarró con las zapatillas, y le quedó la marca Nike en la
frente. Se sacaba la bronca, y para no pegarme, se pegaba solo. Nunca me pegó. Por eso, nunca
le tuve miedo cuando le pasó eso. Ante esa situación, trataba de no seguirle la corriente. De
retarlo a veces, pero no, no le entraba parecía. Yo me fui a vivir un mes a la casa de él y ahí perdí
el trabajo porque no llevaba la moto porque él me la desarmaba completa. Entonces, yo venía,
me levantaba a las seis, tomaba el colectivo y llegaba acá. Eran cuatro colectivos que tenía que
tomar. Así que, ahí estuve como un año sin trabajo, hasta ahora que empecé a trabajar de
vuelta.
Luego nos vinimos para acá empezó de nuevo a hacer cosas entonces lo corrí. Me agarró el
ataque, me había cansado, le dije que se fuera. Le saqué toda la ropa afuera. Para las fiestas del
24 y del 31, no andábamos más nosotros. Pero él seguía viniendo al barrio a molestar. Venía acá
y yo lo agarraba a pedradas para que se fuera. Pero hasta que después no arreglamos el 1° de
enero de este año. Creo que se va a curar porque ahora no está como antes, desde que está
encerrado. Lo veo normal, es un chico normal ahora. Como si nada le hubiera pasado. Se
acuerda de lo que hacía, todo. Porque grabó todo lo que hacía. Tenía una memoria (Chip) con
todo lo que él había grabado. Con él quiero tener un hijo, terminar la casa y que madure de una
vez. Que sea más grande, que deje de hacer las cosas que hacía.

Las visitas son desde las ocho hasta las cinco. Me levanto el sábado a las cinco de la mañana. Ya
tengo todas las cosas preparadas para llevarle. Y cuando llego allá, tengo que hacer una cola
porque me requisan. Hasta que retiras la bolsa, son como a las nueve. Él ya tiene preparado el
termo, y nos sentamos a tomar mates. Conversamos un rato y después salimos a caminar;
volvemos a tomar mates; volvemos a salir a caminar; volvemos a tomar mates. Hasta que llega la
hora de la comida. Le llevo milanesas, o le sé llevar tallarines, o le sé llevar ñoquis. Y una comida
a parte para que le quede para él luego.
Voy los sábados y los domingos. Los jueves y los viernes no puedo porque yo trabajo. Y no llego
si quiero ir porque salgo a las tres y la visita es hasta las cinco. Hasta que vengo, preparo las
cosas, ni llego. Dos veces al me lo visito aproximadamente. También suele ir la madre. Pero
chocamos con la madre. Me tiene celos. Como yo voy siempre a verlo ahí donde está, y ella no
va casi nunca, entonces tiene celos. Y él no sabe cómo dividirse, parece. Si él me habla a mí, la
madre se empieza a hacer la dormida.
Cuando voy hablamos muchas cosas, me pregunta si salgo, si lo gorreo…Qué pasa en la calle,
todas esas pelotudeces… Me dice que se arrepiente de estar encerrado…pero ahora es tarde: no
lo pensó antes. Pero él ya había estado antes en la UCA (Unidad de detención previa a la
condena) por robo simple. Y tuvo dos semanas y lo soltaron.

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El hecho sucedió acá no más. Había robado con el primo. Pero en la huída el primo se tragó un
auto y los agarraron. Encima yo voy porque él tenía celular; entonces, me llama, yo voy a ver qué
había pasado, me dice: “Choqué, choqué, vení a ver, y perdí”. Entonces, yo me voy a ver y me
quedo parada a donde estaba él junto con la novia del primo. Y el otro decía: “Lleven la mochila,
lleven la mochila” decía el primo. Y mi novio, le decía que no, “Quedate callado” le dice.
Entonces, viene el policía: “Ustedes ya se me van de acá. Sino ustedes son cómplices también”
nos decía. Entonces, nosotros nos cruzamos al frente porque nos querían llevar también.
Andábamos en una moto sin tarjeta verde ni carnet ni nada de la moto en que andábamos
porque la chica no la había llevado. Cuando nos volvemos a cruzar a donde estaban los chicos,
nos hicieron sentar ahí porque nos querían llevar a nosotras también por cómplices de ellos. Y
no, no nos llevaron al final. Nos fuimos. Y ellos querían que llevemos la mochila para sacar lo que
habían robado. Pero no tenían nada en la mochila porque la cartera no sé a dónde la habían
tirado. No los agarraron con nada, casi. Con un celular, creo, del año del ochenta.
Lo soltaron en febrero y estuvo un mes, un mes y algo afuera, y después de mi cumpleaños,
cayó. Y ahí directamente lo llevaron a Bower. Yo no estaba, estaba trabajando. Me tiraron todo,
me sacaron hasta los ladrillos los policías que se metieron a mi casa. Hasta el inodoro me
rompieron. Buscaban armas pero él no tenía. Me llamaron de acá, que estaban haciendo un
allanamiento. Hasta la ropa mía me robaron los policías. Porque él estaba colgando la ropa, yo
había puesto el lavarropas, y él la saco y la estaba colgando. No sé qué habrán hecho con la ropa.
Esto fue el 28 de abril, A un repartidor le había robado. Y los de allá le batieron a los canas. Y él
vino y se metió acá, había pasado como una hora que él estaba acá. Se había cambiado, todo. Y
vinieron directamente a sacarlo, a buscarlo. Y entró un policía que le dicen el Negro (cara
destruida) que odia a todos acá en el barrio. Él me desarmó toda la casa completa. Hasta el
colchón me tiraron. Esta vez lo acusaron con nombre, apellido, con quién andaba, dónde vivía,
todo. Si no, no lo hubiesen agarrado. Un día antes el domingo yo me peleé. Y me dijo que no
tenía plata, y iba a robar. Y Yo me fui a trabajar lo mismo. Después me llamaban diciendo que
había robado. Y sucedió lo que conté.

Para mí es importante el trabajo y que no te lo valoren es feo. Lo único que importa es que
limpies la casa, y no les faltes. Acá los jóvenes no tienen trabajo porque no buscan!!!. A parte,
acá arriba, ya nadie te quiere tomar. Más si sos de este barrio. Porque roban mucho acá. Y no
pueden comparar a la gente. La meten a todos en la misma bolsa. Porque hay veces que te
discriminan. Si sos negro, te discriminan. El color de piel, digo yo. A parte, por más que seas de
este barrio, nadie te toma. Ahora, nadie. La gente ya tiene miedo. Antes te tomaban, pero ahora
no, nadie te toma. Antes no era como ahora, como que roban a cada rato. Le pegan a la gente.
Los otros días andaba una señora buscando gente, y mi papá le dijo que en este barrio había

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gente que quería trabajar. Y le dijo que “de ahí abajo no quiero a nadie”. Por eso buscan de otro
barrio. Que no sean acá, porque dicen que es la villa este barrio.
La guardería fue el primer trabajo que tuve (tenía 20 años). Cuidaba a los chiquitos. Me habían
dicho que estaban buscando chicas para trabajar en la guardería y yo fui a preguntar. Primero,
me habían dicho que no, que era muy chica, que no sabía nada. Y después me buscaron ellos
solos. Ahí estuve un mes, dos, trabajando. A parte, como te pagan cada seis meses o un año, a
nadie le conviene trabajar ahí. Pero ahora la cerraron a la guardería. No iba casi nadie de niños.
El segundo trabajo fue en la casa de unos viejitos (tenía 21 años). Me iba bien. Les limpiaba la
casa, también los acompañaba al centro, todo, a los viejitos me daban plata por eso. Trabajaba
dos veces a la semana: martes y jueves. Estuve como un año y lo perdí cuando le pasó el
accidente a mi novio, que me fui a vivir para un barrio muy lejos. Me dejaron sin trabajo. Pero
esos patrones me regalaron el techo. Me prestaban plata, todo, ellos: me adelantaban y después
me iban descontando de a cien pesos. Yo a penas entré a trabajar, ella me preguntó cuándo era
mi cumpleaños, y me regaló 150 más, del sueldo mío. Me estaban por regalar la cocina, pero
después me despidieron. Porque me dormí en el trabajo. Hacía un calor, encima. Yo me
levantaba a las seis para venirme de allá hasta acá en colectivo. Estaba tendiendo la cama, me
senté y me quedé dormida. El viejito me encontró dormida (la viejita no veía nada). Después me
dijo que no fuera más porque iba a ir a ayudarles la sobrina. Y ahí me pagó.
No les creí porque yo fui y era otra chica. A parte, la mujer que tenían antes, la estaba llamando
siempre que quería volver a trabajar. La mujer que trabajaba ahí se fue porque la operaban, no
podía volver. Se recuperó y la llamaba siempre a la patrona.
Mi papá me lo dio a ese trabajo. Estuve un año ahí, hasta que perdí. Si no, ahora estaría
trabajando con ellos. No me pagaban aporte porque les trabajaba por hora. Pero yo les pedí que
me pagaran por mes. Ella me preguntó cómo querés que te lo pague: “vos venís ese día y te lo
pago”. No, le digo, me conviene que me pague todo junto después. Eran re buenos; me gustaba
trabajar ahí.
Eran re buenos ellos. La viejita era re buena. Después
tuve un año sabático (22años).

Estoy trabajando en una casa de familia (23 años). Cerca de mi casa. Desde hace un año. Trabajo
de las siete de la mañana hasta las tres de la tarde de lunes a viernes. Al trabajo me lo dio mi tía.
Se lo habían dado para ella y ella, como no lo podía agarrar, me lo dio a mí. No me pagan casi
nada. De todas esas horas, 2400 $ no más, estuve sacando cuentas y son quince pesos la hora.
Nada. No estoy en blanco, y encima cuando yo estoy enferma, mi patrona se enoja, quiere que
vaya lo mismo a trabajar. Me dijo una vez “te voy a poner en blanco”. “Bueno, espera que yo

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resuelva algunos problemas que tengo con la tarjeta y me te pongo en blanco”. Me pidió los
papeles y todavía no me puede poner en blanco. Me pidió los papeles, el número de CUIL y el
documento y no me pone en blanco, todavía. Según ella, se olvida. Me cansa esta situación pero
me gusta tener plata.
Ella es secretaria de un hospital privado y él es arquitecto. Tienen cuatro hijos. Cuido a dos de
ellos además de limpiar la casa. De dos años y de diez años, que es insoportable. Maleducado, yo
le hablo y me dice “me chupa un huevo”. “Tarada”, todas esas cosas me dice. Y la madre como
que no le dice nada. No me gusta este trabajo. Solamente pensar que tengo que renegar con
esos indios de hijos que tiene ya es un problema. Y la vieja es media mala. Como que quiere que
si estás enferma, lo mismo tenés que ir a trabajar. Te sentís mal, te tenés que quedar hasta
cumplir las horas. Se abusa!!! a veces me sé quedar hasta las cuatro de la tarde y no me paga
esas horas extras. Pero hasta que no consiga otra cosa, no los puedo dejar. Hable con ella sobre
esto pero dice “No tengo plata no más”. Cómo no va a tener plata si siempre se van de viaje a
todos lados. Ahora se van a Brasil: el sábado, una ellos tienen comida y la tiran. No te dan nada,
nada. Lo que menos me gusta el lo que pasa con el chiquito de diez años que insulta, es re
atrevido. Y limpiar: pasa a cada rato por donde estoy limpiando, tengo que volver a limpiar como
veinte veces el mismo lugar. La patrona dice que soy muy buena, que soy respetuosa: anda a
creerle a la vieja!!!

Me caí primero en el baño (junio, 2013): me resbalé en el baño, y me caí para atrás. Me golpeé la
espalada y mi patrona quería que siguiera trabajando y que fuera a trabajar al otro día. Yo no fui
a trabajar porque no me podía parar del dolor de espalda. Fui al médico. Y Me dijo que era el
golpe no más. Pero menos mal que era el golpe no más porque si no…. Y mi patrona
supuestamente, me iba a pagar el remis hasta el médico pero no me dio nada. Esta situación me
dió bronca.
Esto fue a los dos meses que empecé a trabajar. Estaba sola con el bebé. No me podía parar. El
bebé estaba durmiendo. Hasta que logré pararme. No lloré, me hice la fuerte. En ese momento
pensaba en irme, venirme para mi casa. No aguantaba el dolor de la espalda. Le mandé un
mensaje a mi novio para contarle que me había caído él estaba acá en casa y acompañó al
médico cuando vine. Pero esperé hasta que terminara mi jornada de trabajo. Y al otro día la
llamé a mi patrona, para decirle que me dolía, que no podía ir a trabajar. Me dijo que no, que
tenía que venir lo mismo a trabajar. “No, no voy a ir” le dije. Y no fui a trabajar. Por dos días. En
el médico (hospital de Urgencias) me dieron antiinflamatorios.

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Después, hace poquito me caí por las escaleras (agosto 2014): me fisuré el brazo. Lo mismo
quería que fuera a trabajar. Me habían dado (el médico) una semana de reposo, pero como ella
no me la quería dar, tuve que ir lo mismo a trabajar, sino me lo descontaba. Me quedó medio
mal el brazo.
Lo que sucedió fue que me resbalé porque son re-angostitas las escaleras. No tenés cómo
agarrarte, no tiene fierro. Es toda una pared así y hace una curva así, va subiendo la escalera. No
tenés cómo agarrarte de ninguno de los dos lados. Y, entonces, allá fui. Caí con todo. Caí para
atrás: voló balde, voló todo. Hice como un tipo sapito para abajo. Estaba el patrón en el baño. Y
empecé a los gritos hasta que salió del baño. Tenía todo raspado. Se me había hecho una bola.
No me llamó al médico, nada. Seguí trabajando hasta que vino ella. Hasta que al otro día fui a la
casa y, como no me atendía nadie, me volví y me fui al médico porque no aguantaba ya el dolor.
La patrona me dijo que! ya qué me iba a doler tanto!!... si no era un golpe fuerte!!. Igual ella no
estaba porque trabaja.
Con la plata que gano pago mis cuentas y las cosas que le compro a mi novio (Yerba, galletas,
azúcar, comida, cigarrillos, tarjetas, los materiales para hacer objetos de papel) y no me queda
más plata. También pago la tarjeta Mastercard y la del Carrefour. Pero esa la tengo fundida por
la moto. Pero ahora en octubre ya termino, ya me queda limpia la tarjeta. Y la del Carrefour la
fundí: la tengo que pagar en enero recién. Me había sacado el tele para mí. El tele y el DVD y
otras cosas más me había sacado. Un celular. Después saqué mercadería y no la pagaba, épocas
de estar sin trabajo, De ahí me iban subiendo intereses, intereses hasta que la empecé a pagar:
hice un plan de pago para pagarla. Y, ahora, en enero termino.

Yo dejé la escuela en tercer año más o menos. Ahí tenías quince años, no, diecisiete o
dieciocho.Iba al Líbano. Pero me corrieron del Líbano por insultar a la profesora cuando fui a
rendir. Porque no me quiso aprobar la materia matemáticas; entonces, la mandé a la mierda.
Según ella, yo no sabía. También dijo que me había copiado. Y a todos les daba una segunda
oportunidad; y a mí no me quiso dar una segunda oportunidad. Entonces, le agarré la puerta a
patadas y la mandé a la mierda. Así que me corrieron y me anotaron en el V.. Ahí tuve
problemas, y lo dejé. Fue con una chica que me quiso cortar la cara.
El primer día que entré estaba bien; y después le agarró el ataque de que me empezó a insultar.
Y como yo no me le quedaba, me esperaba en la parada del colectivo, en todos lados. Era una
negrita porrera (que consume porro) grandota, grandota. Tenía miedo. Era de Villa Páez. Yo no
sé si le gustaba uno de los chicos. Uno de los chicos, para un cumpleaños mío, me regaló un
chocolate. De ahí me agarró bronca la chica. Me cansó, porque me dijo que si iba a hablar con la

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directora y le pasaba algo a ella, me iba a matar. . Entonces, ahí mi papá dijo que no. Ya, ahí, me
empecé a hacer la chupina. No iba al colegio directamente. Era mitad del año. Y ahí ya no hice
más nada. Después me anoté de vuelta al colegio a la noche, pero fui un mes y lo dejé. Porque
salía muy tarde: a las doce de la noche. Encima, después no sabía si… no sabía si al colectivo lo
iba a tomar o no. Ahí ya tenía 20 años.
Me gustaba la escuela. Pero, después, ya no. Hace poco estaba viendo que en la Facebook,
habían subido (no sé si lo conoces) el instituto X. Que es a distancia el colegio. Son quince
materias, en un año y medio y lo terminas al colegio. Te dan lo libros, todo. Quisiera terminar el
colegio porque quiero hacer otra cosa. Quiero otro trabajo: no trabajar de empleada. En un
callcenter, un súper. En alguna de esas cosas. Porque tenés que estar sentado no más,
escuchando a las viejas que te llaman. Nada que ver con una empleada doméstica. Eso no me
gusta porque tenés que estar limpiando todo el día. Mi mamá me dice que hasta que no
encuentre otro trabajo, que no lo deje a ése. Ellos trabajan en un súper (papá). Reparte. Le dan
el pedido y lo lleva y mi mamá es empleada doméstica, trabaja por acá cerca hace muchos años.

10 | P á g i n a
Relato biográfico de Diego – 19 años

Me llamo Diego tengo 19 años. Soy de barrio Cabildo. Estoy en 6° año de la secundaria y los
sábados participo de un grupo juvenil de la iglesia. Soy ágil y rápido para aprender cosas. Tengo
mucha habilidad en matemática y en filosofía. Soy rockero, me gusta “La Renga” y me encantan las
motos aunque no me dejan tener una. Cuando cumplí 18 años mi papá me dijo que no me iba a
regalar una moto porque era como regalarme un arma. Por eso le pedí que me compre un bajo. El
bajo es un instrumento que me identifica mucho porque es un segundo contraste importante: no
es el centro de atención, acompaña a la viola tapando los sonidos de aire de la batería pero hay
que saber de música para poder escucharlo, así soy yo. Desde hace un tiempo toco en una banda.
Entré al grupo porque necesitaban alguien que acompañara. La banda es de cuarteto pero igual
para matar el tiempo está bueno.

Vivo con mis padres y mis cuatro hermanos. Mi papá me comprende más que mi mamá. En su
juventud mi viejo era como yo: vivió todas. Por eso él me entiende, pero también me protege
mucho como mi mamá porque soy el hijo mayor.
Mis hermanos son todos varones. El que me sigue tiene 17, el otro 13 o 14 y los más chicos tienen
10 y 8. Yo soy el más grande y eso sí es difícil. De cierta forma tenés que hacerte cargo de todo: se
desvía uno, tenés que volver a ponerlo recto, es difícil. Un hermano mayor está para una pelea o
para apoyar o ayudar y es difícil. Con mi hermano de 17 somos el agua y el aceite, no nos juntamos
para nada, no es buena la relación y con los otros sí. Me preocupa porque no sabés qué hace el
otro, no sabés qué es de la vida del otro. Varios amigos míos que también son hermanos mayores
dicen lo mismo, porque ahora la calle es cualquier cosa.

Cuando era chico vivía en la calle, vivía de acá para allá, tenía amigos en todos lados. Salíamos a la
calle a las 3 de la tarde y jugábamos a la guerra de la tierra. Era todo color celeste. La economía no
estaba como ahora que andan todos con la plata justa.
Cuando crecés empezás a andar por el centro, por otros barrios, empezás a tener otras juntas, te
das cuenta de lo que están haciendo en la esquina y te da miedo. Un amigo con el que iba a la
primaria, con quien éramos “culo y calzón”, ahora es tranza; vende cocaina y marihuana. Eso me
impacta porque yo me crié con él. La calle ahora es cualquier cosa. No podés salir a un boliche
porque viene el colectivo lleno de negros. Podés tomarte un remis pero no siempre vas a tener
plata para el remis. Una vez que empezaste a salir ya te empezó a gustar la noche, y una vez que te
empezó a gustar la noche viene todo junto.

11 | P á g i n a
Me gusta salir. A veces salgo a una ‘canilla libre’ los viernes o me junto en la esquina con un par de
amigos. Solemos ir a los boliches de Nueva Córdoba o la Cañada. Pero bueno, la plata lo decide
todo, es así porque sin plata no baila el mono. Por eso en vacaciones a veces trabajo para juntar
un poco. Gracias a eso pude ir a ver a la Renga dos veces. He ido a recitales de todo tipo pero La
Renga es La Renga. Además del rock escucho reggae. El cuarteto me gusta para divertirme, porque
cuando salís de joda no hay otra cosa que cuarteto. Entre mis amigos somos todos diferentes, uno
escucha cuarteto, el otro escucha electro, yo escucho rock, después el otro escucha bachata. Por
ahí nos turnamos para poner música.
Soy ‘rockerazo mal’ pero no siempre me visto de rockero. Hay diferentes clases de rockero por
ejemplo el Heavy Metal usa pantalon achupinado negro, campera de cuero y borcegos, el de rock
nacional usa una remera de rock nacional y un pantalón medio roto, con cadenas. Hay diferentes
formas. Mi estilo cuando salgo es no ir muy identificado ni tan exaltado: al medio.
Generalmente hasta las 12 de la noche mis amigos y yo no sabemos si salimos, porque comemos,
hacemos una previa y ahí decimos "¿y a dónde vamos?”. En las jodas de barrio a veces hay
“brasas”. Ya sabés que cuando salís se van a agarrar a tiros, se van a tirar piedras entre ellos, se
van a hacer re cagar. Entonces tenés que salir temprano o salir tarde y evitar el baño como suelen
decir, porque al primero que “se dona” en el baño le roban, es así, y andá a saber si salís de ahí
adentro. Pero si tenés calle sabés evitar eso. En un boliche se pueden cagar a trompadas afuera
también pero no pasa a mayores, porque es una zona en la que hay policías.
En mi barrio es raro ver patrulleros. A veces vienen brasas a meterse en cumpleaños de 15. Te das
cuenta de que son brasas por su forma de hablar y vestirse. Un brasa saca sílabas, duda mucho
como si no supiera qué decir. Tiene un vocabulario muy vulgar.
“Todos los fines de semana igual”: Eso me decía mi viejo en una época en que salía mucho. Por ahí
no había plata o no quería que saliera tanto. A veces me lo siguen diciendo.
Los fines de semana llega un momento de la noche en el que no tengo nada que hacer y me dan
ganas de salir, no puedo estar en mi casa. Siento que hay mejores cosas afuera. Soy una persona
que no puede estar en un solo lugar, tengo que estar siempre haciendo algo distinto.
A mi casa la tomo más como un refugio. Cuando tengo problemas los descargo en mi casa; me
encierro en la pieza y toco el bajo o me pongo a dibujar y después digo: "ya está, estoy nuevo".
Con mi viejo hablo poco y nada. Con él tengo una confianza valorable con mi vieja más o menos,
pero son padres, siempre van a querer lo mejor para uno. Yo siento que mis viejos no me conocen
bien. Cuando era chico no me daba cuenta de esto hasta que empecé a salir y conocer otra gente.
Ahí vi que ellos me conocen solamente cuando estoy triste pero no me conocen las virtudes. A
veces siento que me subestiman y me exigen muy poco, a veces que me exigen demasiado.

12 | P á g i n a
Hubo un momento que me marco mucho. Fue hace un año. Sentía que estaba en la nada, que
estaba haciendo todo mal y lo seguía haciendo. Todos me miraban mal y otros se aprovechaban de
la situación. Me di cuenta de que no me servía para mi futuro porque a una persona le entrás por
los ojos, por la primera vista, no le entrás por todo lo que viene de atrás. Cuando empecé a
cambiar mi imagen empezó a cambiar todo.
Un fin de semana que estaba dado vuelta, había fallecido mi primo. Yo me enteré a las 6 de la
mañana, recién venía de joda. Me iba a quedar y algo me decía que no me quedara, que fuera a mi
casa. Y fui llegué me enteré de la noticia y dije desde ese momento "ya está, tengo que cambiar".
El trato con las personas, la relación con mi familia, cambiar en el colegio, cambiar la clase de
amigos que tenía, cambié mucho. Pero siento que no está completo, que todavía falta.
Mi primo era el mayor por parte de la familia de mi papá. Él me identificó mucho en el rock a mí y
a mi viejo. Cuando vi a mis viejos destrozados dije: "acá tengo que poner el pecho yo" y empecé a
acarrear, hasta que se recuperó toda mi familia y desde ahí seguí acarreando yo. Entendí que ese
cambio me hizo bien, que tenía que cambiar.
Antes salía de lunes a domingos. Donde había joda, alcohol, mujeres y droga, estaba yo. Tenía una
vida de mierda, salía más de noche que de día. Había gente que me decía por facebook: "ey Gordo
qué te pasa, te veo mal, cada vez estás peor". Era un momento muy oscuro, estaba metido en
cada lugar… con gente relacionada con droga, con la mafia. Era horrible pero en ese momento yo
lo vivía como un pasatiempo porque no sabía lo que era la calle, yo creía que eso era normal, pero
después me di cuenta de las cosas, me empecé a dar cuenta, y agarré y me aparte. Ahora si paso
por la calle y veo a esa gente la saludo, está todo bien. Llegué a ganarme su confianza a través de
la joda que en esa época era mi gran fuerte. Tenía joda en todos lados, siempre tenía dónde
dormir y si no me levantaba una pibita y me iba a dormir con ella. Cuando hice “clic” me rescaté
un montón y ahora tengo mejores cosas.
Mi familia en esa época no sabía nada de lo que yo hacía, yo tenía mi novia entonces ellos creían
que todavía estaba en su casa. Mis viejos no me conocen de esa forma y no quiero que me
conozcan. Salir de ese círculo de gente no fue fácil porque la confianza queda pero alejarte es
difícil porque sabés que algunas personas te están siguiendo, saben por dónde andás y eso lo
tenés que hacer con el tiempo. Por ejemplo a un tipo lo cruzaba en el colegio o en el barrio y me
invitaba a tomar una cerveza o me decía "che: cuándo vas a ir para la casa de nuevo" y yo le
contestaba "no, no puedo porque tengo que estudiar para el colegio - ah cierto que están yendo al
colegio - si, si". Hasta que llega un momento que ya está: que se dan cuenta de que no querés
saber más nada. La confianza perdura pero una vez que el tipo se dio cuenta de que no querés
saber más nada si vos volvés vas a tener que agarrar de nuevo la confianza. Son cosas que pasan
en la calle, por eso a veces me da miedo por mis hermanos, no quiero que vivan eso.

13 | P á g i n a
A veces me cruzo con amigos de esa época y están super cambiados o super arruinados, fue una
etapa de mierda. El grupo de la iglesia me ayudo bastante, me hizo abrir la cabeza y me mostró
todas las cosas que estaban mal en mí.

Llegué a este grupo por una ex-mejor amiga, aunque siento que llegué por una cuestión del
destino. Digo “ex” porque la chica es de mi curso y yo estoy peleado con mis compañeros. A veces
conocés a la gente de una forma pero cuando va pasando el tiempo y se va juntando con otra
persona es como que la mentalidad cambia y empezás a hacer cortocircuito. Ella me llevó, me
comentó que iba a un grupo y que había una feria tipo “quermese”, como Estados Unidos. Al final
no había nadie, pero yo me quedé. Me llamaron y me dijeron: "¿querés venir el sábado que
viene?" y le digo "bueno, veo qué hago el sábado a la tarde y si no tengo nada que hacer voy". Al
sábado siguiente fui y como a mí me gusta mucho el teatro me propusieron que participara en una
obra de teatro. Recién llegaba y ya me ponían en una obra de teatro, era la primera vez que
actuaba. Después nos hicimos muy amigos con los coordinadores y seguí yendo. Estuvo bueno
porque descubrí un montón de cosas que no había en mí y cosas que estaban mal y que yo no me
daba cuenta.
Cuando era chico me mandaban a catequesis y siempre andaba metido en todo, fui monaguillo,
fui muy religioso pero no lo sentía. No es lo mismo ir obligado a catequesis que sentir que tenés
que ir. Mi vieja me decía "vos tenés que hacer la comunión, vos tenés que hacer la confirmación" y
a veces tenía que ir un sábado a la tarde mientras los demás se quedaba jugando a las
“bombuchas”. Este grupo también es católico pero es una iglesia distinta. La iglesia con la que me
crié era más como un convento, porque era muy recto, con leyes que no se quebraban. Acá
también hay leyes que no se quiebran pero te sentís más cómodo, podés ir ahí, estás en el grupo,
hacés caridad pero, por ejemplo, podés salir y fumarte un pucho afuera, no hay problema con eso.
En cambio en la iglesia de mi crianza tenía que estar desde las 4 de la tarde hasta las 7 sin salir ni
moverme, aprendiendo rezos y otras cosas.
Al grupo lo coordinan jóvenes iguales que nosotros. Ellos son importantes para mí. En una época
en que empecé a faltar al grupo ellos me llamaban, me iban a buscar a mi casa en el auto y nos
sentábamos a charlar; de cómo me iba en el colegio, de qué me pasaba que faltaba al grupo. Me
entienden bastante, sobre todo uno de ellos, que tiene la misma personalidad que yo y sabe que
cuando me enojo no quiero que se me acerque nadie.
El año que viene coordino yo, porque ya hace 3 años que voy. Los coordinadores actuales me ven
como futuro coordinador y ellos ya están viejos. Porque la idea del grupo de jóvenes es que sea de
jóvenes para los jóvenes.

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La escuela para mí es una cárcel. El año que viene voy a tener 20 años y no tengo nada, solamente
conocimientos.
Horarios extensos, plata gastada en materiales que al final terminan tirados en la basura y
solamente valen una nota, eso me enferma.
Con mis compañeros no tengo confianza para hablar. No me interesa, no quiero saber nada con
ellos. Todavía no me queda un año más para lidiar, no veo la hora de salir de acá. Vengo por
obligación. Los horarios de la escuela me hicieron dejar el básquet y una propuesta laboral.
Me sofoca venir siempre a la misma aula. Ver cosas nuevas es interesante pero siempre estar en
la misma aula, haciendo las mismas cosas, estudiar giladas. Y la psicología que aplican los
profesores con los alumnos es una psicología barata. No tengo confianza con ningún profesor
porque si hablo con ellos de algo personal se entera todo el colegio. Y eso es enfermizo porque no
tenés privacidad para nada.
Siento que quiero seguir avanzando con mi vida y la escuela está al medio.

Ya cambié varias cosas pero siento que me falta algo. Probé con tener una relación seria, estar
bien con mi familia, tener un pasatiempo, no tener tantos vicios, ir a otras iglesias y a distintos
tipos de fiestas (gitanas, jodas brasas, jodas electro, recitales de rock). Pero siento que falta algo, o
capáz sea que no me estoy acostumbrando a esta vida, no lo sé.
El año que viene cuando termine 7° año voy a entrar como voluntario al servicio miliar. Cuando
empiece a cobrar plata y haya juntado bastante pienso empezar a una carrera en serio, después
una familia y por último una casa. Pero necesito juntar plata, porque si no tenés plata no sos nada.
Todavía no sé qué carrera quiero hacer, quizás estudie psicología. Sólo sé que no quiero quedarme
sin probar nada.

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