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1º Pas
1º Pas
ACTIVIDADES:
I- Texto no literario
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En el momento de la llegada de los primeros españoles a Mendoza, las comunidades huarpes ocupaban diversos territorios de
nuestra provincia y de San Juan. Entre ellas podían distinguirse cuatro grupos denominados según su zona de dispersión:
Tucuma o Caria (ubicados en lo que es hoy la ciudad de San Juan),
Guanacache (dispersos en la zona de las lagunas de Guanacache, Lavalle),
Güentota o Cuyo (en lo que hoy es Godoy Cruz, Guaymallén, Maipú, Luján de Cuyo),
Jaurúa o Valle de Uco (hoy Tupungato, Tunuyán y San Carlos).
Los territorios de los huarpes de Guanacache se extendían por el margen del antiguo río Guanacache y las orillas de las
lagunas del mismo nombre. Mientras que los denominados de Güentota o Cuyo ocupaban zonas cercanas al río Mendoza donde hoy
están Godoy Cruz, Guaymallén, Maipú y Luján de Cuyo.
El sustento del primer grupo –huarpes de Guanacache- dependía
de la caza y de la navegación. Hacían uso de la vegetación
hidrófila, ya que consumían raíces de juncos y hierbas acuáticas.
También se alimentaban de peces y aves laguneras.
Además de la alimentación con hierbas y raíces de vegetales
acuáticos, se destacaba especialmente el consumo del fruto del
algarrobo, por lo que algunos los denominaron “huarpes
algarroberos”. También consumían semillas de chañar. Con estos
frutos elaboraban pan y bebidas alcohólicas.
Por otra parte, los huarpes de los valles de Güentota hicieron de la
agricultura su principal factor de desarrollo económico.
Aprovecharon los recursos hídricos y desviaron las aguas de los
ríos hacia los sembradíos. Regaban mediante canales y acequias
que atravesaban los territorios de cada cacique, tomando sus
nombres. La producción agrícola como principal sustento motivó la
sedentarización.
Producían y consumían quinoa, maíz, poroto, zapallo. El maíz fue fundamental en su dieta; lo comían asado o cocido y
también lo secaban al sol para obtener chuchoca que consumían molida.
Al igual que los huarpes de Guanacache, hacían recolección de recursos naturales: vainas de algarrobo, drupas de chañar,
raíces de junco y totora. La algarroba era muy importante en su alimentación; la conservaban en vasijas, la molían y con la harina
obtenida fabricaban el patay, una especie de pan. También practicaban la caza de liebres, perdices. Domesticaban llamas y ovejas y
las utilizaban para obtener la lana.
En lo que a la religión respecta, se ha comprobado que todas las comunidades huarpes creían que Hunuc Huar –deidad
benéfica- moraba en la cordillera y a él le realizaban ofrendas para conseguir dones de vida y salud. Además habrían creído en
espíritus representados por fenómenos naturales: el sol, la luna, el lucero, los ríos, el rayo, etc. A ellos pedían protección y amparo.
b- Hoy, esta delicia aparece en muchas combinaciones: licores, helados, alfajores, panqueques.
II- Texto literario
Tan intenso era su deseo que consultó a todos los animales. El guanaco, animal observador, le dijo que
lo que le hacía falta era una hembra, tal como tenían todas las especies, con quien pudiese tener cría. Hunuc
comprendió que era un buen consejo y de inmediato se puso en camino para hablar con sus padres.
Claro que no era sencillo dar con ellos. Tras una larga y agotadora caminata alcanzó la base del cerro
Mercedario. Paso a paso hubo de subir hasta la cima donde encontró al viento Zonda. Fue el viento quien le
susurró que si quería hablar con su madre, la Montaña, debía escalar
hasta la cima del Aconcagua. Allí encontraría al cóndor milenario al
que debía pedirle que lo llevara montado sobre él hasta la
precordillera.