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Corrosión

Corrosión es el ataque destructivo de un metal por reacción química o electroquímica con su medio
ambiente. El concepto alude al acto y el resultado de corroer: destruir, arruinar, carcomer o desgastar
algo de manera paulatina.

La idea de corrosión suele emplearse en el terreno de la química para nombrar al desgaste de un


metal como consecuencia del accionar de un agente externo. La corrosión se produce por la
interacción del metal con su entorno.

Al corroerse, el metal sufre un deterioro de sus propiedades químicas y físicas. Una reacción de
reducción-oxidación (redox) puede provocar la corrosión de un elemento. En este proceso, un agente
recibe electrones (se reduce) y otro cede electrones (se oxida).

Un metal que se encuentra al aire libre o bajo el agua se corroe. En el acero, por citar un caso, se
forma una capa de color marrón que degrada el material hasta que se rompe o se quiebra.

La corrosión de los metales, por lo tanto, constituye un gran problema en distintos niveles. Cuando
un metal se corroe, sufre una alteración de sus propiedades.

Es importante tener en cuenta que existen distintas clases de corrosión, que incluso pueden afectar
a materiales que no son metálicos. Para interrumpir o retardar el proceso, es posible apelar a
recubrimientos que actúan como inhibidores. El tipo de diseño también puede ayudar a minimizar la
corrosión.

En concreto, podemos establecer que existen tres tipos fundamentales de corrosión:

-Corrosión galvánica, es la que tiene lugar cuando dos metales que son diferentes entran en contacto
dentro de lo que es un medio, de tipo líquido.

-Corrosión general, que es la que se produce a través de reacciones electroquímicas o químicas.

-Corrosión localizada, que, como su propio nombre indica, es aquella que tiene lugar en
determinadas partes de lo que es la estructura del metal. De la misma manera, hay que destacar
que esa puede ser de tres clases a su vez: corrosión por hendidura, que es como consecuencia de
que un líquido estancado; corrosión por picadura, que da lugar a pequeños agujeros en la citada
estructura; y la corrosión filiforme. Esta última tiene lugar cuando el daño lo provoca agua que puede
hallarse debajo de lo que son revestimientos.

Electrólisis

La electrólisis es un proceso donde la energía eléctrica cambiará a energía química. El proceso


sucede en un electrólito, una solución acuosa o sales disueltas que den la posibilidad a los iones ser
transferidos entre dos electrodos. El electrolito es la conexión entre los dos electrodos que también
están conectados con una corriente directa. Esta unidad se llama célula de electrolisis y se muestra
en el cuadro de abajo:

Si usted aplica una corriente eléctrica, los iones positivos migran al cátodo mientras que los iones
negativos migrarán al ánodo. Los iones positivos se llaman cationes y son todos los metales. Debido
a su valencia perdieron electrones y pueden tomar electrones. Los aniones son iones negativos.
Llevan normalmente los electrones y entonces tienen la oportunidad de cederlos. Si los cationes
entran en contacto con el cátodo, captan de nuevo los electrones que perdieron y pasan al estado
elemental. Los aniones reaccionan de una manera opuesta. Si entran en contacto con el ánodo,
ceden sus electrones y pasan al estado elemental. En el electrodo, los cationes serán reducidos y
los aniones serán oxidados.
Para controlar las reacciones en la célula usted puede elegir entre diversos materiales para el
electrodo. Así como usted puede utilizar varios electrólitos para las reacciones y los efectos
especiales. El electrolito contiene los iones, que conducen la corriente.

Descomposición de algunas sustancias al paso de la corriente eléctrica a través de ellas.

Electrólisis o Electrolisis proceso que separa los elementos de un compuesto por medio de la
electricidad. Ciertas sustancias, (ácidos, hidróxidos, sales y algunos óxidos metálicos disueltos o
fundidos) son conductores de electricidad al mismo tiempo que se descomponen al paso de la
corriente eléctrica, a estas sustancias se les llama electrolitos. A tal fenómeno se le denomina
electrólisis y constituye fundamentalmente un proceso de oxidación reducción que se desarrolla "no
espontáneamente" es decir, un conjunto de transformaciones que implican un aumento de energía
libre del sistema, y por ende, requiere para su realización el concurso de una fuerza externa de
energía.

La electrólisis se produce en un aparato que recibe el nombre de celda eléctrica, la cual está formada
por una cuba que contiene el elctrólito y en el que están sumergidos los electrodos, generalmente
metálicos, y que están conectados a un generador eléctrico. El electrodo conectado al polo positivo
es el ánodo y el conectado al polo negativo es el cátodo. Esta celda es un circuito eléctrico cerrado,
en el que se tienen, por una parte, los conductores metálicos y por otra parte, los conductores
formados por las sales fundidas o por las disoluciones electrolíticas. La corriente consiste en un flujo
de electrones en la parte metálica del circuito y un flujo de iones en la parte líquida.

Galvanoplastia

La galvanoplastia o electroplateado es el proceso basado en el traslado de iones metálicos desde


un ánodo a un cátodo en un medio líquido, compuesto fundamentalmente por sales metálicas y
ligeramente acidulado. Desde el punto de vista de la física, es la electrodeposición de un metal sobre
una superficie para mejorar sus características. Con ello se consigue proporcionar dureza, duración,
o ambas.

El proceso puede resumirse en el traslado de iones metálicos desde un ánodo (carga positiva) a un
cátodo (carga negativa) en un medio líquido (electrolito), compuesto fundamentalmente por sales
metálicas y ligeramente acidulado. La deposición de los iones metálicos sobre la superficie
preparada para recibirlos se efectúa siguiendo fielmente los detalles que componen dicha superficie,
cohesionándose las moléculas al perder su carga positiva y adhiriéndose fuertemente entre ellas,
formando así una superficie metálica, con características correspondientes al metal que la compone.

Este proceso, aplicado a una impresión (de silicona), permite una fiel y exacta reproducción de la
superficie interior de dicha impresión, en una capa metálica, dura y consistente, que se corresponde
perfectamente con el positivo original de donde se obtuvo la impresión.

El proceso galvanoplástico consiste en la aportación del material necesario para reparar esas
pequeñas averías que se producen en cilindros, rodillos, camisas, consistentes en ralladuras, golpes
y muescas; que no permiten el buen funcionamiento mecánico ni el rendimiento optimo de sus
maquinas.

El proceso se realiza en frío, evitando dilataciones, con limpieza y pulcritud y, lo que es más
importante: in situ

Sin desmontaje ni montaje posterior de la pieza en su bancada de trabajo.

Sin costes de transporte al exterior de sus instalaciones.

Reduce, considerablemente, el tiempo de inactividad de la máquina.


El proceso galvanoplástico garantiza la total limpieza y pulido de la zona afectada, así como la
adherencia de la capa de relleno electrolítico, dejando la maquina dispuesta para su uso inmediato.

Pasos para realizar el proceso

El proceso galvanoplástico se compone de varios pasos que garantizan su eficacia:

Limpieza: la zona de trabajo es escrupulosamente limpiada, con un proceso inicial de abrasión y


pulido mecánico; y un desengrasado químico con productos específicos, incluyendo un proceso de
desengrasado electrolítico

Calculo de parámetros: tras la medición exhaustiva de la zona de trabajo y la valoración de daños,


un proceso completamente informatizado calcula los parámetros precisos necesarios para el sistema

La electrolisis: en este paso, se escoge el fluido necesario para el rellenado de material de la zona
afectada y se aplica con los parámetros anteriormente obtenidos hasta que el proceso termina, es
decir, hasta que la avería desaparece.

El acabado final: tras la reparación de la zona de trabajo, se limpia y se le da el acabado final puliendo
la zona hasta dejarla en las condiciones de trabajo normales

Celdas

Las celdas electroquímicas pueden distinguirse en dos tipos fundamentales:

Celdas galvánicas: aquellas donde a partir de una reacción química espontánea se produce una
corriente eléctrica.

Celdas electrolíticas: aquellas donde, por acción de una corriente eléctrica externa, se produce una
reacción que de otras maneras no ocurriría de manera espontánea.

En todas las técnicas de análisis electroquímico podremos identificar algo en común: en todas ellas
es posible encontrar una celda de medida, con un número variable de electrodos, (igual o mayor que
dos), donde se realizará la determinación. Una descripción más detallada nos permite reconocer en
una celda los siguientes componentes:

Cátodo: se denomina al electrodo donde ocurre la reacción de reducción

Ánodo: se denomina al electrodo donde ocurre la reacción de oxidación

Puente salino: generalmente construido en un soporte tipo gel (agar), contiene una solución de un
electrolito fuerte (Nitrato o cloruro de potasio, por ejemplo), y se incorpora a la celda para asegurar
el equilibrio iónico en el sistema.

Reducción: reacción donde ocurre una disminución del estado de oxidación, generalmente por la
ganancia de electrones.

Oxidación: reacción donde ocurre un aumento del estado de oxidación, generalmente por la pérdida
de electrones.

Ambas reacciones se tienen que dar simultáneamente.

BATERIAS Y ACUMULADORES

El fundamento de los acumuladores es la transformación de la energía química en eléctrica.


Almacenan energía química en su interior para convertirla en eléctrica en el exterior.

Los acumuladores eléctricos mantienen una d.d.p o tensión entre sus dos polos gracias a un proceso
químico que sucede en su interior y que luego explicaremos. Esta d.d.p. hace que al conectar un
receptor (lámpara, motor, timbre, etc.) entre los dos polos, circule una corriente eléctrica de un polo
al otro (del negativo al positivo). Por el receptor pasará esta corriente y se pondrá en funcionamiento.

Los acumuladores eléctricos pueden ser pilas o baterías. Luego veremos la diferencia.

La base para un funcionamiento de un acumulador es el intercambio de electrones entre dos


reacciones químicas, una reacción de oxidación y una reacción de reducción que inicialmente están
separadas. Al unirlas por un circuito eléctrico externo se produce el intercambio (paso) de electrones
de la reacción de oxidación a la reacción de reducción, a través del circuito eléctrico exterior. Luego
lo veremos con más detalle.

Los acumuladores (pilas y/o baterías) pueden ser recargables, lo que significa que cuando se
descargan eléctricamente, tensión o d.d.p igual a 0 en su polos, si las sometemos a una corriente
eléctrica externa (conectamos la batería a una corriente) la batería se carga de nuevo (electricidad
se transforma en química).

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