Está en la página 1de 36

1 Construcción del almacén

Un tipo general de almacén es el que consta de una estructura de cemento, bloques de


cemento, vigas metálicas para el techo, cubierta del tejado con chapa ondulada
galvanizada, con una superficie de suelo de 600 m2, es decir, 15 m de ancho y 40 m de
largo. Es el tipo de estructura estándar de los contratistas de edificios comerciales; con
otros diseños generalmente el precio unitario es mayor.

Para almacenes menores de 200 m2 puede utilizarse material disponible en el lugar,


como bloques de barro y madera. Aunque no es el tipo de construcción ideal para el
almacenamiento a largo plazo, las condiciones de almacenamiento que ofrece a breve
plazo son adecuadas, por ejemplo en los centros de adquisición de materias primas.

2 Volumen utilizable

Los almacenes no Cederá llenarse completamente con grano ensacado. Se requieren


vías de acceso, y el espacio aparentemente desaprovechado para pasillos más estrechos,
espacios sobre la cabeza en torno a las pilas, es esencial para la ventilación, acceso,
higiene y fumigación. Para un almacén de 500 toneladas, el volumen utilizable puede
ser inferior al 50 por ciento del volumen interno bruto disponible por debajo del nivel
del alero. Según se aumenta el tamaño del almacén, aumenta el volumen utilizable hasta
un máximo de un 80 por ciento en almacenes de 10 000 toneladas de capacidad. El
volumen utilizable disminuye por otra parte, para un tamaño dado de almacén, por
cualquiera de los conceptos seguientes: a) mayor variedad de productos almacenados, b)
almacenamiento a breve plazo en que se deshacen y rehacen constantemente las pilas, c)
infestación por plagas y d) mala administración.
3 Cuidado de los productos en el almacén

a. Evitar que la humedad del suelo llegue al producto

Al construir el almacén podrá colocarse una membrana o barrera contra la hume dad en
el suelo de cemento del almacén. Se utilizan tarimas para formar barreras contra la
humedad.

Maderos de estibar
espacio entre el producto y los muros

manejo correcto de almacenes

manejo correcto de almacenes


b. Impedir que /a humedad de los maros llegue al producto
c. Apilar los sacos adecuadamente para:

 utilizar al máximo el espacio;


 facilitar el barrido del suelo;
 facilitar la inspección del producto por lo que respecta a la presencia de roedores
e insectos;
 facilitar el recuento de los sacos;
 permitir la ventilación de las pilas

d. Control de insectos y roedores:

 cerrar todos los orificios en las puertas, techos, etc., por donde puedan entrar las
plagas;
 reparar las grietas de las paredes donde puedan esconderse las plagas;
 tratar el edificio y el producto con sustancias contra plagas;
 mantener el almacén completamente limpio;
 eliminar y destruir todo residuo infestado que pueda contaminar el producto
recién introducido.

estibado: postes

estibado: tarima
4 Aislantes

Los aislantes son materiales que pueden colocarse entre el suelo del almacén y el
producto ensacado para impedir que la humedad pase del suelo al producto, y evitar en
consecuencia el enmohecimiento y la descomposición.

El sistema de aislamiento más económico consiste simplemente en extender una gruesa


estera o tela de plástico no perforada sobre la cual se colocan los sacos.

También se pueden colocar en el suelo palos rectos sobre los cuales se apilan los sacos.

El tipo de almacenamiento más costoso consiste en dos superficies de tablas, sujetas


firmemente a travesaños, para mantenerlas separadas. Si están construidas con madera
aserrada se conocen como tarimas de carga y son idóneas para la manipulación con
carretillas de horquilla elevadora. Las tarimas deberán inspeccionarse y rociarse con
desinfectantes antes de utilizarlas, para evitar infestaciones y daños a los sacos con
clavos que sobresalen y astillas.

5 Apilamiento de sacos

Si los sacos se ponen uno encima de otro, sin traslapo en estratos sucesivos, las pilas
serán muy inestables. Se recomienda, en cambio, «ligar» los estratos sucesivos
disponiendo los sacos de forma diferente en cada estrato. De este modo no sólo se logra
apilar más sólidamente, sino que se facilitan también las tareas de inventario, ya que los
sacos pueden contarse más rápidamente.
Los sacos se apilan generalmente en estratos de tres, cinco u ocho sacos por estrato. En
la figura 7.10 se muestra la disposición de los sacos en los estratos impares y en los
pares.

6 Control de insectos en los sacos apilados en almacenes

Hay tres métodos químicos comunes para controlar insectos en los sacos apilados en un
almacén:

a. mezcla de polvos insecticidas con el producto antes de colocarlo en los sacos;


b. rociado de los distintos estratos de sacos con insecticidas líquidos o en polvo a medida
que se va formando la pila;
c. colocación de un fumigante entre los sacos, cubriéndolos con una tela imper meable.

El sistema de mezclar polvos insecticidas puede resultar muy eficaz si se utiliza un


insecticida idóneo. Ultimamente, se ha observado que algunos polvos a base de
piretroides sintéticos y de pirimifos-metilo, aplicados en dosis de 2,5 ppm a 15 ppm de
ingrediente activo (según el insecticida) eliminan los insectos en los sacos almacenados
por lo menos durante ocho meses.

Tambor mezclador

La mezcla de los polvos con el grano puede realizarse de diversas formas, como, por
ejemplo, mezclando con una pala sobre una lona, o, cuando se trata de grandes
cantidades, mediante un tambor de eje excéntrico.
La mezcla de polvos con el grano almacenado entraña un riesgo potencial para la salud,
por lo que no es recomendable, a no ser que se utilice un insecticida muy inocuo y haya
que consumir el grano sólo después de un prolongado periodo de almacenamiento.

El rociado o espolvoreado de los estratos de sacos con insecticidas (según se muestra en


la figura) es menos peligroso para las personas, pero no siempre resulta muy eficaz. No
obstante, últimamente, con la aplicación de pirimifos-metilo (como concentrado
emulsionable, Actelic 50 ec) sin diluir (50 EC) en dosis de 2 ó 3 pasadas por saco, con
un aplicador doméstico sencillo, se eliminaron casi completamente los gorgojos en
sacos de maíz muy infestados, y se mantuvo controlada la población a un nivel muy
bajo incluso después de ocho meses. Pero la aplicación de insecticidas no diluidos
constituye siempre un peligro.

Rociado de un estrato de sacos

Fumigacion debajo de una tela


Por último, el método más satisfactorio de eliminación y control de insectos en granos
ensacados es el de la fumigaci6n7 que consiste en liberar un gas entre los sacos, tras
haberlos cubierto con una tela impermeable (véase Figura 7.13), manteniéndola
adherida al suelo mediante «serpientes de arenan o una cadena Pesada envuelta en
arpillera. Hay que dejar la pila cubierta por lo menos durante tres días.

Para el almacenamiento en escala relativamente reducida (100 a 300 toneladas) el


fumigante más idóneo es el fosfuro de aluminio que libera gas de fosfina cuando
absorbe humedad. Se recomienda una tableta de fumigante por cada dos sacos, siempre
que la pila sea de un tamaño tal que pueda mantenerse herméticamente cerrada durante
dos horas. Pueden utilizarse también eficazmente la fosfina y otros gases fumigantes
para mayores cantidades de grano.

7 Centros de almacenamiento
En los centros de almacenamiento y manipulación de granos se plantean las situaciones
conflictivas de tener que dar salida a grandes cantidades y mantener al mismo tiempo
reservas durante largo tiempo.

En las instalaciones de puertos que se ocupan de importación o exportación de granos se


requiere equipo mecanizado de manipulación que sólo puede justificarse si se somete a
una utilización intensa. Se obtendrán beneficios de la capacidad de manipular
rápidamente grandes volúmenes de grano a granel, si no hay demoras de carga y
descarga de buques, vagones de ferrocarril y medios de transporte por carretera y se
evitan en consecuencia los gastos de sobrestadía.

No es necesario, sin embargo, disponer de tales instalaciones y servicios, para el


almacenamiento a largo plazo, donde el grano puede permanecer incluso durante varios
años en casos extremos. Es siempre aconsejable reciclar reservas de emergencia de este
tipo en el sistema normal de distribución con arreglo al criterio de dar salida en el orden
en que han ido llegando.

Los centros de almacenamiento generalmente disponen de servicios de secado para el


tratamiento del grano que entra cuando éste supera la norma del contenido de humedad
del 13 por ciento referido al producto húmedo, para almacenamiento a plazo más largo.

8. Control de plagas en productos almacenados


8. 1 Introducción

Se utilizan diversas técnicas para controlar plagas de insectos en productos


almacenados, desde el soleamiento y ahumado en la granja tradicional hasta la
irradiación en gran escala en almacenes de productos a granel. Esta sección del manual
se ocupa sólo de técnicas probadas aptas para el almacenamiento en pequeña y mediana
escala en condiciones tropicales.

Es difícil hacer recomendaciones especiales; cada técnica debe experimentarse en cada


situación particular, y puede resultar inapropiada como consecuencia de variaciones de:
a. carácter económico (el valor del producto en relación con el costo de los mate riales y
la mano de obra);
b. problemas de plagas (aparición y resistencia);
c. técnicas dentro del sistema de explotación o la disponibilidad de nuevos pro ductos.

Es importante considerar los dos aspectos siguientes:

a. especificaciones económicas;
b. especificaciones técnicas. Eficiencia contra las plagas en cuestión. Riesgos para el
agricultor y el consumidor.

El mejoramiento que se obtenga con el uso de la técnica de control ¿será rentable? A


esta pregunta podrá responderse satisfactoriamente sólo realizando ensayos sobre el
terreno corroborados con una evaluación efectiva de las pérdidas.

8.2 Técnicas de control de plagas

8.2.1 Saneamiento. Es de importancia vital reducir la población infestante inicial e


impedir el desarrollo de cualquier plaga de insectos en los productos de cultivos.

Antes de colocar un nuevo cultivo en un almacén es necesario:

a. Eliminar el material infestado: no mezclar el grano nuevo con el viejo; se fumigará


completamente el material viejo que haya de mantenerse.
b. Limpiar las estructuras de almacenamiento:

 barrer todo indicio de grano derramado, polvo, etc.;


 eliminar el polvo del equipo y la maquinaria de manipulación;I
 desinfectar los sacos y cestos, mediante soleamiento y tratamiento químico;
 tener en cuenta lo siguiente:

 las estructuras grandes requieren generalmente tratamiento químico;


 las estructuras rurales pequeñas se pueden limpiar con humo/sol/lluvia; después de
algún tiempo los insectos dejarán generalmente un hórreo o « rumbu » vacio y limpio.
Limpieza de la estructura de almacenamiento

Desinfección de los sacos

Adoptar medidas de control tempestivas para prevenir la infestación de los cultivos que
están madurando en el campo.

8.2.2 Resistencia natural. Las variedades de cultivos difieren en cuanto a su


susceptibilidad al ataque de las plagas de almacenamiento.

Las variedades tradicionales son generalmente más resistentes a las plagas de


almacenamiento que las variedades nuevas. Si se introducen nuevas variedades, se han
de adoptar medidas para mejorar las técnicas de almacenamiento y el control de plagas.
Actualmente se están seleccionando nuevas variedades de maíz y caupi que tengan
mayor resistencia durante el almacenamiento, variedades que pueden obtenerse por
conductos comerciales.

Hay algunas características generales de resistencia en los siguientes cultivos:

a. maíz: una buena cubierta de espatas puede reducir la infestación en el campo, y


en el maíz almacenado con las espatas disminuye el indice de incremento de las
plagas;
b. sorgo: las variedades en que la gluma cubre el grano tienden a ser más
resistentes antes de la trilla;
c. arroz: el arroz con cáscara es bastante más resistente a las plagas que el arroz
descascarado;
d. caupí: las vainas secas intactas ofrecen cierta resistencia contra los brúquidos. Si
no es posible aplicar la fumigación o almacenar el caupí en contenedores
herméticos, es mejor almacenarlo con la vaina;
e. cereales: la resistencia varia según la dureza del grano.

8.2.3 Almacenamiento en contenedores herméticamente cerrados. En condiciones de


cierre hermético, el reducido contenido de oxígeno y creciente contenido de dióxido de
carbono hacen que al final se detenga el desarrollo de insectos y la formación de mohos.

El grano para consumo humano o para semilla debe estar seco; si está húmedo continúa
la acción de las bacterias y enzimas, provocando podredumbre y dejándolo inutilizable.

El material ensacado debe estar protegido; si se ha roto el cierre (por causa de insectos,
roedores o una manipulación descuidada), el grano queda sin protección ni ventilación,
y las pérdidas pueden ser graves.

Un método que ha resultado satisfactorio en el norte de Nigeria (una zona seca) es el de


almacenar caupí desgranado en bolsas de plástico cerradas y forradas de algodón; el
algodón impide que los insectos que salen perforen la bolsa de plástico.

8.2.4 Control químico. Pueden emplearse insecticidas en los productos almacenados en


forma de:

 polvos
 liquidos para rociado
 fumigantes

Los insecticidas generalmente entrañan un cierto grado de toxicidad para las personas,
los animales domésticos, las aves de corral, etc., por lo que, al utilizarlos, se observarán
las precauciones siguientes:
a. leer las instrucciones del fabricante;
b. seleccionar una sustancia química de baja toxicidad para mamíferos y aves;
c. no superar la dosis recomendada;
d. proteger a los trabajadores; es esencial instruirlos cuidadosamente, supervisarlos
constantemente y que utilicen indumentos protectivos.

Los insecticidas son generalmente específicos, y no matan a todos los insectos y ácaros;
para los almacenes y/o productos almacenados seleccionar una sustancia química
aprobada que tenga un <<espectro amplio», o bien que especifique la toxicidad para
gusanos y gorgojos. Puede ser que se requiera un tratamiento especial para los ácaros.

Los insecticidas pierden en general su eficacia con:

 elevada humedad
 elevadas temperaturas
 luz solar
 tiempo

Las sustancias químicas almacenadas pueden estar protegidas centras dichos factores
para asegurar una eficacia constante. En los productos almacenados, los insecticidas de
larga duración ofrecen una protección más duradera contra las plagas, pero aumentan
los riesgos para el consumidor. Los insecticidas varian ampliamente en cuanto a su
persistencia. Es necesario elegir un insecticida apropiado para cada caso, por ejemplo,
sustancias químicas persistentes para el tratamiento de estructuras de almacenamiento;
no persistentes para el rociado de ambientes.

Los insectos pueden desarrollar resistencia fisiológica y de comportamiento contra los


insecticidas. El uso excesivo o inapropiado de sustancias químicas dará lugar al
desarrollo de insectos resistentes. Por ello, se debe utilizar la dosis correcta de
insecticida, y sólo cuando sea estrictamente necesario.

8.2.5 Fumigación. Las sustancias químicas que se utilizan para atacar a los insectos a
través de su sistema respiratorio se conocen como fumigantes.

Los fumigantes pueden prepararse en forma de:

 líquidos, bisulfuro de carbono, tetracloruro de carbono, dicloruro de etileno,


dibromuro de etileno
ALMACÉN CONVENCIONAL

Descripción. Es una unidad de almacenamiento de fondo plano y un solo


compartimiento (Figura 118). Puede ser construido de hormigón, albañilería,
estructura metálica o una combinación de materiales, y debe tener
esencialmente buena ventilación, facilidades para mover los granos, un
drenaje adecuado y techo impermeable.

Figura 118. Vista externa del almacén convencional.

Los almacenes convencionales ofrecen buenas condiciones para la


conservación del producto por un período relativamente largo, siempre que se
observen algunos requisitos operativos indispensables. El almacén tradicional
tiene una vida útil media de 25 años.

Uso. Es una estructura propia para almacenamiento de productos envasados


en sacos. El almacenamiento se realiza en estibas o lotes individualizados de
un mismo producto agrícola. La operación del almacenamiento en sacos es
más lenta, pues requiere mucha mano de obra; esta característica es una
ventaja considerable en regiones con alto porcentaje de mano de obra inactiva
y con deficiencias en el suministro de energía eléctrica, o cuando se manejan
volúmenes de granos relativamente pequeños. Este tipo de almacenes sirve
para almacenar toda clase de productos como maíz, frijol, arroz, trigo, soja,
sorgo y café, así como otros productos no comestibles.

Por otra parte, en unidades centrales de almacenamiento de muy alta


capacidad, el manejo de los productos debe ser eficiente, razón por la cual la
unidad debe contar con equipos adecuados para que los flujos de las
operaciones básicas tengan el mayor nivel de mecanización posible. Los
almacenes convencionales son ideales para centros de acopio rurales, ya que
su costo de inversión es muy inferior al de los silos y equipos mecanizados.

Dimensiones. Las dimensiones de los almacenes dependen de la cantidad de


producto que va a ser almacenado. Existen almacenes para granos de más de
4.000 m², pero su descripción se concentrará en los almacenes pequeños. En el
cuadro 10 se muestran las dimensiones y capacidades de algunos de estos
almacenes. El número de columnas de sustentación depende del tamaño del
almacén como muestra el cuadro 11.

CUADRO 10: Dimensiones del almacén convencional de acuerdo con su


capacidad

Capacidad (sacos de 60 kg) Largo (m) Ancho (m) Altura (m)

100 5,0 3,0 3

200 5,5 5,0 3

600 7,0 5,5 4

1 200 14,0 7,0 4

CUADRO 11: Número de columnas necesarias para la sustentación del


almacén convencional

Capacidad del almacén (sacos de 60 kg) Número do columnas de sustentaci

200 6

600 6

1 000 6

1 200 8

Para permitir la ventilación natural del almacén, éste debe contar con las
aberturas apropiadas y con tragaluces en el techo. El número de aberturas y
tragaluces para la ventilación se muestra en el cuadro 12 para diferentes
capacidades del almacén.
CUADRO 12: Número de aberturas y tragaluces de ventilación necesarios en
el almacén convencional

Capacidad del almacén (sacos de 60 Número de aberturas en los ladee mayores del Número de tragaluces
kg) almacén techo

100 1 1

200 1 1

600 2 2

1 200 4 4

Material necesario. La lista de material que se indica a continuación es para un


almacén con capacidad para 600 sacos. No se incluye el material para el techo
y la instalación eléctrica. Este listado permite hacer un presupuesto
aproximado del costo de los materiales, los cuales varían en cada lugar.

 32 kg de cal para pintura.


 7 m³ de arena de río.
 4 m³ de arena lavada.
 82 sacos de cemento (50 kg).
 7 m³ de grava o piedra de cantera del número 2.
 10 500 ladrillos macizos (se pueden utilizar también bloques de
cemento, disponibles en la zona).
 150 m de alambre con diámetro de 1,98 mm aproximadamente.
 10 m de hierro de construcción CA-SO, de 13 mm de diámetro.
 550 m de hierro de construcción CA-SO, de 9,5 mm de diámetro.
 170 m de hierro de construcción CA-SO, de 4 mm de diámetro.
 1 puerta de madera de 2 por 1,60 m.
 Marco para la puerta.
 3 m² de tela metálica de malla de 6 mm.
 10 litones de madera, de 3 por 3 cm.
 50 m de listones de madera de 1 por 7 cm.
 Una chapa galvanizada de 1 por 2 m, con 0,45 mm de espesor.
 5 litros de pintura asfáltica.
 1 litro de pintura anticorrosiva.
 Una cerradura.
 12 bisagras o goznes de 7 cm de largo.
Costos de construcción. Los costos de construcción varían mucho de región a
región aun dentro del mismo país; sin embargo, puede estimarse que la
construcción de un almacén sencillo puede costar alrededor de US$ 100 a 150
por metro cuadrado de construcción.

Para almacenes más sofisticados, el precio aumenta considerablemente. Esta


cifra sólo debe considerarse como un valor indicativo.

Construcción. Seleccione el lugar para la construcción del almacén cerca de la


propiedad, en un terreno alto, libre de inundaciones. La capa freática deberá
estar a más de 1 m de profundidad durante la época de lluvias, esto es, que al
excavar el terreno no se encuentre agua muy superficialmente.

 Limpie y nivele el terreno. El área que se va a limpiar deberá tener


como mínimo el doble del área que va a ser construida.
 La construcción de un almacén de este tamaño es una obra
importante. Se recomienda, por lo tanto, asesorarse con un
especialista y no ahorrar en la calidad de los materiales, pues ello
puede hacer peligrar la estabilidad de la estructura.
 Marque la obra como muestra la figura 119.
 Marque los cimientos y columnas como muestra la figura 120.
 Construya los cimientos de las paredes y las columnas del almacén
excavando zanjas de 40 cm de ancho; la profundidad de las zanjas
depende del tipo de suelo y varía entre 20 a 50 cm. En el sitio de las
columnas, la zanja deberá tener 50 cm de profundidad (figura 121). La
selección de la profundidad de las zanjas para las zapatas de paredes y
columnas debe hacerse muy cuidadosamente, con la asistencia de un
ingeniero o arquitecto. Por ejemplo en zonas arroceras, generalmente
los pisos son malos, por lo que las zapatas deberán ser bastante
profundas.
 Apisone muy bien el fondo de la zanja y nivele con hormigón de una
proporción 1:5:8. Construya una viga de hormigón de 15 cm de ancho
por 20 cm de alto, con hierro de construcción de 9,5 mm de diámetro
(figura 122). Es importante indicar que si al hacer las zanjas para las
zapatas, éstas se llenan de agua, ello indica que la zona no es
apropiada para la construcción del almacén, a menos de que se
ejecuten obras de ingeniería más especializadas.

Figura 119. Dimensiones para la construcción de la obra.

Figura 120. Dimensiones para los cimientos y los pilares.


Figura 121. Dimensiones de la excavación para los cimientos y las columnas.

Figura 122. Detalle de la viga de concreto de los cimientos.

 Nivele y compacte el piso. Construya el piso dividido en cuadros de 2


por 2 m, con listones de madera tratada con pintura de asfalto.
Cúbralo con hormigón de 7 cm de espesor.
 Levante las paredes de ladrillo (o de bloques) y las columnas de 10 por
15 cm, hasta una altura de 4 m. Ajuste el marco de la puerta de
entrada del almacén en el centro de uno de los lados del galpón, como
se muestra en la figura 123.

Figura 123. Armado del marco de la puerta.

 Haga 4 entradas de aire en los muros más largos, de 25 cm de alto por


I m de largo, a 60 cm del piso. Construya una viga de hormigón de 10
por 10 cm, con 1,40 m de largo, en las entradas de aire (figura 124).
 Construya las columnas con 4 varillas de hierro de construcción de 6
mm de diámetro, con amarres o estribos de hierro de 4 mm de
diámetro, espaciados a 20 cm. El hormigón deberá tener una
proporción de 1:2:3 (figura 125).
 Vaya llenando las columnas por partes, después de levantar cada
metro de pared (figura 126).

Figura 124. Detalle de la entradas de aire.


Figura 125. Construcción de las columnas.

Figura 126. Detalle del llenado de las columnas.

 Construya las vigas de hormigón de 10 cm de ancho por 20 cm de alto,


a 2 m y 4 m del piso. La viga de hormigón debe ser hecha con cuatro
varillas de hierro de construcción de 6 mm de diámetro, con amarre o
estribos de hierro de 4 mm de diámetro, espaciados a cada 20 cm
(figura 127). La viga de hormigón se debe amarrar con los hierros de
las columnas de sustentación.
 La estructura del techo puede ser fabricada de madera o de metal, de
acuerdo con las facilidades existentes. Para un almacén como el que
se presenta aquí, se puede pensar en una estructura de madera; ésta
debe ser construida por personal especializado y debe soportar no
sólo el techo, sino la fuerza del viento y de la lluvia.

Figura 127. Construcción de las vigas de hormigón de la parte superior de los muros.

 Construya el techo del almacén de dos aguas, con tejas de asbesto-


cemento o láminas galvanizadas. El tejado debe tener una inclinación
mínima de 30 grados y un alero de 50 cm. Haga 4 tragaluces para la
circulación del aire (figura 128). Llene con mezcla o argamasa el
espacio entre las tejas y la pared y ponga una tela de malla metálica de
6 mm en los tragaluces para evitar la entrada de pájaros y roedores.
 Fabrique marcos de madera con listones de madera de 24 por 98 cm,
revestidos con tela de malla metálica de 6 mm y colóquelos en las
entradas del aire de la ventilación.
 Corte pedazos de chapa galvanizada de 0,45 mm de espesor, de 1,10
m por 30 cm para fabricar las ventanas de entradas del aire de la
ventilación natural. Coloque un gozne en uno de los lados mayores de
la chapa e instale las ventanas en las entradas de aire, colocando
apoyos para mantenerlas abiertas (figura 129).

Figura 128. Detalle de los tragaluces del almacén.

Figura 129. Detalle de las ventanas para las entradas de aire.


 Coloque una pestaña de chapa galvanizada de 7 cm de ancho por I ,10
m de largo arriba de cada ventana de ventilación.
 Construya con hormigón una calzada o acera de I m de ancho y 5 cm
de espesor alrededor del almacén, con una inclinación de 5 por ciento
(figura 130).
 Revista interna y externamente el almacén con argamasa. Para
proteger el almacén contra roedores, aplique una capa de cemento
liso de 60 cm de altura en la parte externa de los muros, pegado al
piso (figura 131). Asegúrese que las puertas y ventanas ajusten
perfectamente sin dejar rendijas.
 Pinte el almacén con cal. Las ventanas deben pintarse con pintura
anticorrosiva.

Figura 130. Calzada o acera alrededor del almacén.


Figura 131. Detalle de la protección contra los roedores.

Manejo del almacén. Para que un almacén convencional ofrezca seguridad


durante el almacenamiento es necesario mantenerlo en buen estado antes y
durante el almacenamiento del producto, evitando as' pérdidas innecesarias.
Antes de poner el producto en el almacén se recomienda seguir las siguientes
instrucciones:

 Inspeccionar el techo y arreglarlo si es necesario para evitar goteras


(figura 132).
 Mantener las puertas, ventanas y tragaluces en buenas condiciones
para evitar la entrada de ratones y pájaros.
 Reparar las paredes, pisos y techo del almacén para que no tengan
agujeros donde puedan alojarse insectos y ratones (figura 133).
 Limpiar las paredes y el techo del almacén y barrer el piso.
Figura 132. Inspección y reparación externa.

Figura 133. Reparación de paredes internas, pisos y techos del almacén.

 Pulverizar el piso, paredes y equipos con un insecticida adecuado.


 Planificar la utilización del almacén: cuente el número de sacos que
van a ser almacenados y haga la delimitación del área útil del almacén,
de acuerdo a la figura 134.
 Distribuya en el almacén las tarimas de 1,60 m de largo por 1,40 m de
ancho. El espacio entre las paredes y las tarimas debe tener como
mínimo 70 cm, según muestra la figura 135.

Figura 134. Demarcación del área útil del almacén.

Figura 135. Distribución de la tarimas en el piso.

 Determine la humedad de los granos y si están secos enváselos todos


con el mismo peso, verificando antes si los sacos no están
deteriorados o agujereados.
 Haga el estibado poniendo como máximo 20 capas de sacos en cada
estiba y haciendo el amarre como muestra la figura 136.
 Ponga una etiqueta indicando el tipo de producto, la cantidad de sacos
y la fecha del inicio del almacenamiento en cada pila.

Figura 136. Construcción del estibado.

Después de poner el producto en el almacén, se debe observar lo siguiente.

 Mantener el almacén limpio y las estibas arregladas (figura 137).


 Inspeccionar el almacén y las estibas del producto por lo menos una
vez a la semana. Inspeccionar con cuidado la presencia de insectos,
ratones o focos de calentamiento.

Figura 137. Vista general de las estibas.

 Hacer un control sanitario de las estibas con un insecticida adecuado


cuando el producto entra en el almacén.
 Pulverizar las estibas con un insecticida residual.
 Durante el almacenamiento, saque muestras por lo menos cada dos
meses para determinar la humedad de los granos. Si hay infestación,
repetir la operación de aplicación de insecticidas.

Adaptación del almacén convencional para almacenamiento a granel (piscina)

Los almacenes de tipo convencional, usados generalmete para el


almacenamiento de productos ensacados, pueden ser adaptados para
almacenar productos a granel. Es costumbre llamar a esta adaptación
"piscina". En la "piscina" deben ser instalados ducíos de aireación que pueden
ser construidos con los materiales disponibles en el mismo almacén, tales
como sacos y tarimas de madera (figura 138).
Figura 138. "Piscina" para el almacenamiento de granos.

Uso. La "piscina" se usa para almacenar granos a granel y se puede construir


utilizando todo el almacén o solamente una parte.

Material necesario.

 Sacos de yute o sisal, nuevos o bien conservados.


 Tarimas de madera.
 Película plástica para cubrir el piso.
 Ventilador centrífugo para aireación.

Dimensiones. Las dimensiones de una piscina dependen del espacio


disponible en el almacén, de la cantidad de producto que se va almacenar, de
las facilidades existentes para la carga y descarga del producto, y de otros
factores.

Constructión. Elija el lugar para la construcción dentro del almacén. Luego


proceda de la siguiente manera:

 Marque el área para facilitar el alineamiento de las paredes de la


"piscina" (figura 139).
 Marque el lugar donde será instalado el ducto de aireación, siempre
en dirección longitudinal de la "piscina" (figura 140).
 Cubra el área marcada con una película de plástico, para evitar que el
producto quede directamente sobre el piso del almacén.
 Ensaque el producto que será usado para la construcción de las
paredes de la piscina, teniendo cuidado de que los sacos tengan el
mismo peso del producto. (figura 141).

Figura 139. Vista general del área de la "piscina".


Figura 140. Posición del ducto de aireación.
Figura 141. Pesaje del producto.

 Ponga la primera capa de sacos para formar la base de la pared y del


ducto de aireación (figura 142).
 Coloque la segunda capa poniendo los sacos en dirección contraria a la
primera, para amarrar los muros de la piscina (figura 143).
 Continúe colocando las capas alternadamente hasta la altura deseada.
 Ponga tarimas de madera sobre los sacos que forman el ducto de
aireación (figura 144).
 Cubra las tarimas del túnel con sacos de yute o sisal vacíos,
aprovechando los que han sido descartados por estar rotos (figura
145). Asegúrese que estén limpios y sin insectos.
 Instale el ventilador conectándolo al ducto de aireación (figura 146).
Figura 142. Formación de la primera hilera de sacos y del ducto de aireación.

Figura 143. Amarre de los muros de la piscina.

Figura 144. Construcción del ducto de aireación.


Figura 145. Forma de colocar los sacos en el ducto de aireación.

Figura 146. Detalle de la instalación del ventilador.

Manejo. Compruebe que los granos tengan un contenido de humedad


adecuado para el almacenamiento (consulte el cuadro 2), y a continuación:

 llene la "piscina" manualmente o utilizando equipo mecánico para el


transporte de los granos;
 haga una aplicación de insecticida;
 aplique aireación preventiva a la masa de granos conectando el
ventilador cuando la humedad del ambiente no sea alta. Airear en
condiciones de alta humedad relativa puede causar
rehumedecimiento del grano, con serio peligro para su calidad;
 muestree periódicamente la masa de granos para comprobar la
humedad, la infestación por insectos, los focos de deterioro y otras
anormalidades;
 mida la temperatura del interior de la masa de granos utilizando una
sonda portátil.

Bibliografia

CEPED. CENTRO DE PESQUISAS E DESENVOLVIMENTO (Brasil).


1985. Como construir um silo de ferro-cimento. Sao Paulo, ABCP. 15 p.

COMPANHIA ESTADUAL DE SILOS E ARMAZENS (Brasil). 1974.


Graos; beneficiamento e armazenagem. Porto Alegre-RS, Brasil. 148 p.

CHRISTENSEN, C.M. 1974. Storage of cereal grains and their producís.


Ameritan Association of Cereal Chemist. St. Paul, Minnesota, U.S.A. 540 p.

MERCH, R.F. e GOMES, N.K. 1982. Beneficiamento e armazenamento de


graos. Porto Alegre-RS, Brasil, CESA. 104 p.

PEREIRA, J.A.M. e PEREIRA, A.L.R.M. 1987. Determinação de umidade de


graos. Viçosa, M.G., Brasil, CENTREINAR. Notas de aula. 33 p.

PUZZI, D. 1977. Manual de armazenamento de graos. Sao Paulo, Brasil,


Editora Agronômica CERES. 405 p.

TEIXEIRA, M.M. e OLIVEIRA FILHO, D. 1986. Manual de construção do


silo de solo-cimento "joão-de-barro". Brasil. Serie CENTREINAR. 25 p.

También podría gustarte