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El presente trabajo trata de la estructura del contrato colectivo de ley dar un enfoque
general de lo que es un Contrato Colectivo de Trabajo y la importancia que tiene
este Contrato, tanto para el sindicato o grupo de trabajadores y el patrono o
patronos, que son los que lo celebran, con el propósito de regular las relaciones de
trabajo, en el sentido de favorecer a las necesidades de las partes.
Los autores están conformes en afirmar que el contrato colectivo de trabajo nace a
fines del siglo xix y que es producto de ese resentimiento de la clase trabajadora
ante la actitud pasiva del estado en la resolución de los problemas de carácter
económico. su nacimiento es una consecuencia de la libertad para asociarse de
que gozaban los trabajadores y de la misma existencia de los sindicatos. Sin
perjuicio de lo anteriormente afirmado no faltan quienes quieran encontrar algunas
manifestaciones de estos pactos en la edad media, y para ello traen a cuenta
ciertas luchas que se desataron en el interior de las corporaciones entre los
compañeros y los maestros quienes juntamente con los aprendices formaban la
estructura de ese sistema cerrado que prevaleció por aquellos tiempos, de todos
estos miembros integrantes de la corporación los compañeros tenían más
conciencia de su clase, mientras que los maestros ya no quisieron considerarse
tuteladores de los intereses de los compañeros como lo habían sido
anteriormente, sino que sienten un despertar en su pensamiento y una necesidad
en sus ambiciones de ser pequeños empresarios y deseos ilimitados de
explotación.
En el sistema corporativo se establece en forma arbitraria las condiciones de
trabajo sin que el estado tuviera intervención para la defensa de los intereses de la
clase trabajadora. se dice que entre las cláusulas que se les presentaron a los
maestros figuraban las siguientes peticiones:
Se puede sin temor a equivocarnos, que el contrato colectivo de ley sigue una
trayectoria paralela a la asociación profesional y los vía crucis del uno son los
dolores del otro. Igual camino se le podría atribuir en nuestra legislación positiva
para ello bastaría revisar nuestras leyes penales, en donde encontraremos las
prohibiciones para las coaliciones, a las que se combatió por este medio de la
fuerza, de donde se puede afirmar que siendo prohibido aún la existencia de los
sujetos titulares del derecho de contratación, era lógico que no se pudieran
celebrar contratos colectivos de trabajo. hoy felizmente, el contrato colectivo está
plasmado como una conquista en nuestra constitución vigente y la clase
trabajadora tiene en sus manos el camino para luchar contra las iniquidades e
injusticias existentes y los medios coercitivos necesarios para hacer valer sus
pretensiones ante los tribunales correspondientes, cuando la intransigencia o la
incomprensión de patrono alguno no quiera comprender el momento histórico que
vivimos.
SU NATURALEZA JURÍDICA
El contrato colectivo de trabajo cuyo nacimiento ya vimos, se remonta al siglo
pasado, poco tiempo antes que las asociaciones profesionales nacieran a la vida
jurídica, reviste una importancia encomiable ya que representa el instrumento a
través del cual la clase trabajadora logra alcanzar mejores condiciones de trabajo.
El contrato colectivo de ley nace como una consecuencia del fenómeno social del
siglo pasado. y es que no podía ser de otra manera la mayor parte de los del
presente, han tomado sus enseñanzas en la tradición romanista, en otros términos
en el derecho civil, entonces estando acostumbrados a razonar con base en ese
patrón de rigidez, donde los jueces teniendo los mismos elementos que las
mismas leyes le marcan solamente, tienen que emplear un procedimiento lógico
para sacar la conclusión aplicable al caso, y en esta situación es claro y de fácil
explicación que no admitan esta figura jurídica del contrato colectivo de trabajo y
es que se olvidan que el contrato colectivo de ley , es una institución que se sale
de los moldes marcados sobre el código y el derecho civil. puesto que de acuerdo
con la tradición romanista y con el código de napoleón, las únicas fuentes de las
obligaciones eran la ley y el contrato. y encontrando similitud con el contrato, solo
faltaba encajarlo en cualquiera de los tipos contemplados por el código civil, y en
dado caso que no se encontrara similitud, pues asegurar que se estaba frente a un
contrato innominado.
En otras palabras, el gran problema que se presentaba para los doctrinarios del
derecho de aquel entonces, cuando se encontraron frente a una figura jurídica,
nueva como era el contrato colectivo, era determinar su naturaleza y para ello,
tenían que buscar en su estructura la existencia de elementos de otros contratos
de los conocidos y contemplados por el código civil, fue consecuencia de esa
diversidad de opiniones la que acarreó el nacimiento de diversas escuelas o
teorías que a todas luces se esforzaron por atraer la admiración de los estudiosos.
tales teorías pueden agruparse para la facilidad de nuestro estudio así:
a) teorías civilistas;
b) teorías de transición; y
c) teorías jurídico sociales.
Los autores luchan por encontrar una fórmula que explique satisfactoriamente el
contrato colectivo, y esto los lleva a reaccionar tal figura jurídica con el contrato
individual de trabajo. claro es, que las primeras manifestaciones serán relacionar
el contrato individual con el contrato colectivo, tomando en cuenta que este último
representaba un convenio sobre condiciones de trabajo. y es que de acuerdo con
el art. 17 de nuestro código de trabajo, el contrato individual es el convenio verbal
o escrito del cual una persona natural se obliga a prestar sus servicios a otra
natural o jurídica, bajo la dependencia de esta y mediante un salario.
si bien es cierto, que cada parte adquiere una obligación de hacer, pero esa
obligación es diversa. por eso lotmar, sostiene el contrato colectivo, no es un
contrato de ley, sino que más bien está destinado a regir los contratos individuales
de trabajo y determinar su contenido por eso hace la consideración de que el
contrato de trabajo, viene a ser entre los contratantes una promesa de trabajo y
una promesa de salarios. de todo ello se deduce que, según esta posición
adoptada, que el contrato colectivo no genera ni obligaciones de prestaciones de
servicios ni obligaciones de pagar salario alguno. más tarde, los autores
comprendieron que la posición anterior no explicaba la naturaleza del contrato
colectivo y entonces creen encontrar la salvación en el contrato preparatorio. en
otras palabras, el objeto será la celebración de otro contrato posterior.
otros ven en el contrato colectivo de ley , una gestión de negocios realizada por el
sindicato en beneficio de sus miembros. de tal suerte que era hasta el momento
en que se celebraba el contrato individual de trabajo con lo que se ponía de
manifiesto la ratificación del contrato colectivo de ley.
al principio esta teoría como era de esperarse fue recibida con aplausos y
admiración, siendo muchos los que se adhirieron a su defensa.
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