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Estudiante: Daniela Ortiz Conrado

Materia: Desarrollo, economía y libertad


Trabajo: Ensayo final

Necesidad de un cambio de paradigma en el desarrollo


económico

Introducción

La economía es una ciencia que a lo largo de su existencia, o la de los pensadores


que la conforman, se ha planteado el deber ser de sí misma. ¿Debe ser positiva?
¿Debe ser normativa? ¿Debería limitarse a decir cómo son los hechos? o por el
contrario ¿Debería reformular la existencia y plantear cómo debería ser? Estas
preguntas, han permeado la ciencia desde sus inicios y han recorrido innumerables
debates dentro de la academia o la formulación de políticas públicas. Asimismo, no
se ha limitado únicamente a la concepción de la economía como base, sino a
diferentes aspectos o ramas que se han derivado de esta, como lo es el caso de la
economía del desarrollo. De hecho, como lo plantea John Toy en su capítulo
“Changing perspectives in development economics”, los principales cambios de
perspectiva que ha afectado la economía del desarrollo, son los mismos que han
afectado la economía como un todo.

A partir de lo anterior, se tiene que los diferentes cambios que han surgido se deben
analizar tras un contexto. Las teorías, así como sus exponentes, no se pueden
abstraer completamente; es necesario tener en cuenta las relaciones que se
formulan detrás de los mismos, es por esto que se han evidenciado cambios no sólo
en la concepción de la economía sino en los diferentes paradigmas que la permea.
Aún así, el cambio ha sido gradual y no se ha conseguido en todos los sectores
económicos, ni siquiera en aquellos en los que se enseña. Es por esto, que Amartya
Sen afirma que “acaso la deficiencia temática más importante de la economía
tradicional del desarrollo sea su insistencia en el producto nacional, el ingreso
agregado y la oferta total de bienes específicos, en vez de centrarse en los
“derechos” de la gente y en las “capacidades” que generan esos derechos.” Con
esta afirmación se debe tener en cuenta, que el cambio de paradigma no se ha
realizado por completo y hay quienes regresan a la concepción del desarrollo como
una función directa del crecimiento del producto y dejan de lado factores
importantes como el desarrollo de las capacidades o el cumplimiento de los
derechos a los agentes sociales y económicos.

Es por esto que el presente ensayo pretende evidenciar la razón por la cual la
afirmación de Sen no sólo es correcta sino que en el mundo actual es necesario
suplir la deficiencia de la economía tradicional, para que se dé la adquisición de una
definición integral. De modo que, se presentarán cuatro secciones, donde la primera
es el apartado actual, la segunda habla de los cambios evidenciados en la rama del
desarrollo económico, la tercera trata sobre la necesidad del cambio y la cuarta
menciona las conclusiones finales.

Transformaciones del Desarrollo Económico

El desarrollo económico ha sido analizado desde la formación de la economía como


tal, sin embargo, el concepto no se formalizó sino después de la segunda guerra
mundial. La economía clásica en su mayoría trataba los temas del desarrollo, sobre
todo porque estaban atravesando un contexto de transformación industrial; de
hecho, fueron los clásicos los primeros en plantear una relación idéntica entre
crecimiento y desarrollo. A partir de esto, las diferentes políticas que se formulaban,
estaban encaminadas a aumentar el nivel del producto. Por un lado, Smith
planteaba la división del trabajo y la especialización como la clave del crecimiento,
Malthus reconocía no sólo el crecimiento poblacional sino la importancia de la
competencia, Ricardo, hacía énfasis en la tierra y su productividad marginal y Marx
se enfocaba en la relación entre clases y la lucha del proletariado. Por lo tanto, si
bien se encuentra que las teorías y aportes eran enfocados al crecimiento, debe
reiterarse que este se consideraba igual que el desarrollo y que tanto el concepto de
desarrollo como su estudio a profundidad surgió después de los 50’s con la alta
teoría del desarrollo.

Consecuentemente, fue la década de 1940 que vio el desarrollo económico emerger


como una sub-disciplina de la economía académica, a pesar de que haya habido
múltiples anticipaciones. Esta nueva sub-disciplina fue distinguida sobre todo, por su
exploración del problema de la “ingeniería del gobierno” de la transformación
económica, como lo evidencia Toye en su texto. El asunto clave de la nueva
economía del desarrollo es que los gobiernos necesitaban guías de los economistas
para saber cómo hacer que el desarrollo económico sucediera no sólo de forma
diferente sino más acelerada en el futuro. A partir de esto, surgió “la alta teoría del
desarrollo” que tuvo mayor importancia entre 1950 y 1970 mostrando una visión
alejada de la corriente económica. En esta teoría, fuera del producto, se
comenzaron a evidenciar diferentes factores que influyen en la concepción de
desarrollo de la época, factores como la esperanza de vida, que reflejaban el acceso
a la salud, nutrición, saneamiento básico y calidad de vida y educación, que
mostraba no sólo el logro educativo sino la reducción de los niveles de
analfabetismo.

A pesar de que la alta teoría del desarrollo contemplaba factores como salud y
educación, las formulaciones de política estaban enfocadas en dinamizar el
crecimiento. Modelos como el de Solow, donde basaba su ecuación en la
acumulación del capital, jugaron un papel importante, al igual que la indiscriminada
intervención estatal que surgió a partir de las formulaciones de política de Keynes o
los modelos de ​Big Push​, ​Encadenamientos,​ ​Excesos de trabajo​, entre otros, que
intentaron aumentar la eficiencia y el crecimiento en los países en vía de desarrollo.
De hecho, lo que se intentaba hacer era proveer, tanto a los gobiernos de los países
desarrollados como a los que estaban en vía de desarrollo, de herramientas para la
transformación económica, la cual estaba en su mayoría por la acumulación de
capital, “empujones” de liquidez o ayuda a sectores más aventajados e
industrializados.
Sin embargo, en la década de los 70’s hubo una transformación en la historia del
desarrollo y se dio una caída del concepto. En esta época, hubo una ruptura de las
estructuras de la sociedad, puesto que en el contexto se encontró que los países no
sólo disminuyeron los ritmos de crecimiento, sino que comenzaron a relucir
diferentes fallas del Estado que eran, para el momento, las causantes del atraso en
el desarrollo. A partir de esta época, hubo una “contrarrevolución” neoliberal, donde
fueron las corrientes del mercado las que cobraron mayor importancia para resolver
los problemas económicos internos de cada uno de los países. No obstante, el
cambio continuó para después contemplar en el concepto no sólo las fallas del
estado sino también las de mercado y entonces transformar la idea del desarrollo
incorporando una complementariedad entre el gobierno y el mercado y reformas a
políticas que contemplaran instituciones entendidas tanto como espacios físicos y
legislativos, como contratos implícitos en las relaciones entre personas. Fue
entonces en la década de los 90’s hasta la actualidad que se comenzó a ampliar el
concepto para introducir ideas que iban más allá de la monetarización y se
enfocaban principalmente en las necesidades y el desarrollo de las personas, así
como en sus capacidades y libertades. Dichas ideas fueron expuestas por Amartya
Sen, Martha Nussbaum, Doyal y Gough, entre otros.

Finalmente, de la anterior revisión es pertinente destacar tres reflexiones. La


primera es la constante tendencia de creer que el desarrollo sólo tiene una causa;
es necesario entender que es multicausal y multidimensional, no sólo para la
aplicabilidad de políticas, sino para la reformulación de los paradigmas tratados en
la academia. La segunda es la tendencia a entender el proceso como algo lineal, de
modo que se lleva a una extrema simplificación y por esto en muchos casos a una
única función de producción; es por esto que se debe concebir como una idea no
lineal, donde no hay trayectorias uniformes y las funciones de los diferentes
sectores económicos y políticos deben integrarse. Por último, la tercera reflexión va
hacia las formas de medición del desarrollo, así como su concepción, éstas deben
ser múltiples y usar diferentes criterios de medición como indicadores que permitan
dar cuenta de los procesos de desarrollo de cada uno de los países, manteniendo
en mente que las trayectorias de cada país son únicas y no en todos los casos
comparables.

Necesidad de un cambio de paradigma

En desarrollo económico, así como en economía como tal, se ha tenido a lo largo de


los años un paradigma dominante. En todo caso, no se puede negar que nuestra
comprensión de los procesos de desarrollo es hoy mucho más completa que hace
cincuenta años. Aún así, si bien el paradigma se ha cuestionado, refutado y en
muchas ocasiones esto ha logrado generar un cambio, sigue siendo un paradigma
dominante que ha retomado su importancia a lo largo de la historia. Pese a esto,
debe entenderse que retomarlo no ha implicado dejar de lado todas las críticas que
se le han hecho, sino, por el contrario, implementarlas de modo que ahora sean
congruentes con la postulación de políticas que se genera. No obstante, es
necesario reconocer que el desarrollo ha de ser integral y la concepción del mismo
debe ir más allá del crecimiento del producto o variables como el ahorro o la
inversión. Este, no debe basarse en la idea de lo físico y pensar que las sociedades
se desarrollan porque sus niveles de crecimiento aumentan, sino que lo hacen
conforme las personas dentro de dicha sociedad, desarrollan diferentes aspectos de
su vida, en últimas, se desarrollan como actores sociales, políticos y económicos.

Como se vio en el apartado anterior, debe entenderse que así como las personas
cambian, deben hacerlo las teorías que intentan entenderlas o al menos tienen una
relación directa con ellas. Por consiguiente, es necesaria la inclusión del concepto
de capital humano en toda su expresión en las teorías del desarrollo, puesto que si
bien se intenta maximizar la producción de una nación, ésta se ve sujeta a las
personas que se encuentran dentro de ella. De hecho, así como lo expone Sen en
“Las teorías del desarrollo a principios del siglo XXI”, se puede evidenciar que la
inclusión del concepto de capital humano y el desarrollo de su potencial, eran, al
igual que el papel de la división del trabajo y de la experiencia, el eje central del
análisis de la teoría de Smith.
Por otro lado, el énfasis en el capital humano, principalmente en el desarrollo de la
destreza y la capacidad productiva de toda la población, ha contribuido a humanizar
la concepción del desarrollo. De ahí que, como lo evidencia Sen en su texto, “en
consecuencia, la ampliación de la capacidad del ser humano tiene importancia
directa e indirecta para conseguir el desarrollo. Indirectamente, permite estimular la
productividad, elevar el crecimiento económico, ampliar las prioridades del
desarrollo y contribuir a controlar razonablemente el cambio demográfico;
directamente, afecta el ámbito de las libertades humanas, del bienestar social y de
la calidad de vida, tanto por su valor intrínseco como por su condición de elemento
constitutivo de este ámbito”.

Adicionalmente, ha de reconocerse que necesitamos una visión mayoritariamente


justa sobre el desarrollo y debe entenderse que esta visión no está dada por una
concepción cerrada sobre el crecimiento. Por esto, continuar con la visión clásica
del desarrollo, no permite tener una ampliación del concepto. Puesto que, por un
lado, la desigualdad no representa un problema per sé para las sociedades y de
hecho, en épocas como la de la alta teoría del desarrollo, era necesaria para que las
regiones pudieran crecer y desarrollarse; por otro lado, si sólo se tiene en cuenta el
crecimiento, la población menos aventajada, como la identificaría Rawls, no se
encontraría bajo condiciones mínimas que le pudieran permitir un mayor y mejor
acceso no sólo a oportunidades laborales, sino también a oportunidades sociales,
culturales, educativas y demás. Hay que entender que expandir el concepto, permite
expandir el campo de acción y la población a la cual se puede ayudar y la que se
quiere alcanzar y mejorar.

Finalmente se debe reconocer que tenemos una deuda con los menos aventajados
que no podrá ser suplida si no abandonamos la idea de que el desarrollo debe
basarse únicamente en el crecimiento. Para lograr llegar a la población que hemos
abandonado hasta hace casi cincuenta años, es necesario cambiar el paradigma
acumulativo y de crecimiento, por uno que permita dar cuenta de los avances en las
capacidades de las personas, las oportunidades, las libertades que han logrado
adquirir y consecuentemente su desarrollo integral, tanto de forma individual como
de forma colectiva dentro de cualquier sociedad.

Conclusiones

Como se ha evidenciado a lo largo del texto, el desarrollo económico es una rama


de la economía reciente que se ha visto transformada por distintas corrientes a lo
largo del tiempo. Aún así, el paradigma clásico y neoclásico sigue vigente no sólo en
los debates académicos sino también en las concepciones políticas del quehacer
económico. Dado esto, es necesario concebir al desarrollo desde una visión integral
que por un lado no sea reduccionista y muestre que este es multicausal y
multidimensional, de modo que no se identifique como un proceso lineal sino que
contemple diferentes trayectorias y funciones que las diversas instituciones de la
sociedad pueda adquirir y/o cambiar; y por otro lado, que evidencie diferentes
formas de medición que permitan reformular, modificar o continuar las políticas
planteadas.

Adicionalmente, ha de reconocerse que, salvo aquellas corrientes alternas a la idea


mainstream del desarrollo, se ha marginado a la población menos aventajada de la
sociedad. Por lo tanto, es necesario establecer una visión integral que permita
incorporarlos en las diferentes políticas y propuestas del desarrollo. Este no ha de
concebirse como una idea única del crecimiento económico, sino que tiene que
considerar el crecimiento individual y colectivo de los agentes de una sociedad,
donde su bienestar, el desarrollo de sus capacidades, derechos y libertades se vean
protegidos y aumentados.

Finalmente, debe comprenderse que enfocarse en la acumulación, el producto y el


ingreso, es una visión que intenta llegar únicamente al fin. Lo que realmente causa
el crecimiento es la interacción de las personas en el sector económico, sin estas,
no sería posible el funcionamiento de la economía, por esto, si bien no se iguala el
desarrollo al crecimiento, si se pretende conseguir el segundo es necesario
enfocarse en el primero. Como se evidenció en el apartado anterior, el capital
humano afecta tanto directa como indirectamente en el logro del desarrollo, de
forma que, suplir las necesidades de las personas, aumentar sus capacidades y
libertades y cubrir sus derechos permite que estas se desenvuelvan mejor en la
sociedad y en el papel que cumplen dentro de la misma. Así que, si la economía
clásica no cambia su foco de estudio, seguirá cometiendo el error de identificar los
puntos finales pero no aquellos que los causan.

Bibliografía

● Cypher, J., & Dietz, J.; ​The Process of Economic Development​, Routledge, London
and New York, 3a Edición, 2009, parte 2, cap. 4, 5 y 6.
● Bardhan Pranab; ​Economic of Development and Development of Economics;​ The
journal of Economics Perspectives, Vol. 7, N° 2, 1993.
● Sen, A.; ​Teorías del Desarrollo al pirincipio del Siglo XXI,​ Cuadernos de Economía,
N° 29
● Toye, J., ​Changing perspectives in Development Economics,​ en CHANG, HA JOON
(Ed); Rethinking Development Economics, Anthem Press, 2004, cap. 1.

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