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SEMINARIO PLANEACIÓN DEL DESARROLLO

TEORIAS ESCUELA DE LA MODERNIZACIÓN

Estudiantes:
MARTHA MERCEDES CARRILLO RIVEROS
JUAN FELIPE GARCIA BEJARANO
JOSE LEOMIN BAREÑO B.
JOSE LUIS LANDAZURI

Docente:
JAIRO ANTONIO MUÑOZ MOYANO

Escuela Superior de Administración Pública


ESAP
2022-1
Tabla de contenido

1. Introducción
2. Diferencias entre modernización y modernidad
3. Teoría de las etapas
4. Círculos viciosos
5. Modelos dinámicos
6. Problematización de la modernidad y modernización
7. Cambio estructural
8. Conclusiones
9. Modernidad y modernización en américa latina
10. El debate entre el crecimiento equilibrado y el crecimiento desequilibrado
I. Introducción

La teoría de la modernización sostiene que el desarrollo es un proceso


sistemático, evolutivo, progresivo, transformador, homogeneizador inminente.
Esta teoría identificó etapas evolutivas de desarrollo de los pueblos. De hecho,
los defensores de la modernidad occidental pregonan el progreso científico y
tecnológico de la humanidad mediante el establecimiento de los principios de
libertad, igualdad y justicia para todos.

Parte de la premisa de que el desarrollo es un proceso evolutivo


inevitable que incrementa la diferenciación social la cual crea sus instituciones
económicas, políticas y sociales que siguen el patrón de desarrollo occidental.
La modernización era vista como un proceso de diferenciación estructural e
integración funcional donde tenían lugar las categorías de clasificación del
mundo.
II. Diferencias entre modernización y modernidad

La modernización se puede entender como un proceso socio económico de


industrialización y tecnificación del territorio.
Y la modernidad por su parte como la “estructura social, cultural y psicológica
que facilita la aplicación del conocimiento empírico a todas las etapas de la
producción”,Nash.

III. TEORÍA DE LAS ETAPAS

Biografía Walt Whitman Rostow (Nueva York, 1916 - 2003)


Economista e historiador estadounidense. Profesor de economía e
historia en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y en la Universidad de
Texas, fue asesor del presidente John F. Kennedy y consejero especial de su
sucesor, Lyndon Johnson.
En su obra Las etapas del crecimiento económico (1960) expone las
cinco fases por las que deben pasar todas las economías en su desarrollo: la
sociedad tradicional, las condiciones previas al despegue (preconditions), el
despegue (take off), el proceso hacia la madurez y la era del consumo en masa.

Aunque se ha mostrado muy poco operativa, esta teoría ha estimulado la


formulación de otros modelos explicativos más completos.
Es autor también de El proceso del crecimiento económico (1952), Crecimiento
y fluctuaciones de la economía británica 1790-1850 (1953, junto con A. D.
Gayer y A. J. Schwartz), La economía mundial: historia y prospectiva (1978), La
división de Europa después de la II Guerra Mundial: 1946 (1982), Europa
después de Stalin: las tres decisiones de Eisenhower de 11 de marzo de
1953 (1982) y Ensayos acerca de este medio siglo (1988).
1950 - 1960 TEORÍA DE LAS ETAPAS DEL CRECIMIENTO ECONOMICO

MODELO DE ROSTOW, es uno de los principales modelos de crecimiento


económico. Este modelo forma parte de la escuela liberal de economía,
haciendo hincapié en la eficacia de los conceptos modernos de libre comercio y
las ideas de Adam Smith. Se presenta en cinco etapas básicas   
1. Sociedad tradicional
Se caracteriza por la actividad de subsistencia, (agricultura, caza y
recolección), donde la totalidad de producción está destinada al consumo
de los productos, más que para el comercio. En esta sociedad
tradicionalista se utilizaba el trueque para el intercambio de los productos,
era una sociedad agrícola.
Algunos avances y mejoras en los procesos, pero tienen una capacidad
limitada para el crecimiento económico debido a la ausencia de
tecnologías modernas, de desarrollo económico individual
2. Sociedad transicional
El incremento en la especialización del trabajo genera un mejor
desarrollo tanto comercial como económico igualmente surge el medio de
transporte para propiciar las relaciones comerciales entre pueblos.
Por otra parte hace que el ahorro genere el crecimiento de las inversiones
en nuevos mercados, crecen los inversionistas.
3. Despegue
Se caracteriza por el desarrollo de los sistemas más modernos llega la
industrialización, aumenta la urbanización y los avances tecnológicos.
Los textiles y las prendas de vestir son la primera industria del despegue
sucedió en la revolución industrial de la Gran Bretaña.
4. Camino a la madurez tecnológica
Se crean múltiples industrias, se expanden, Rostow lo define como "el
período en el que una sociedad ha aplicado eficazmente el rango de la
tecnología moderna al grueso de sus recursos".En esa etapa la economía
en crecimiento tiende a extender la tecnología moderna sobre toda su
actividad económica.

Los cambios estructurales en la sociedad durante esta etapa son de tres


maneras:
a) La parte de la fuerza de trabajo en la agricultura pasa del 75% de la
población activa al 20%. Los trabajadores adquieren mayor habilidad y
sus salarios aumentan en términos reales.
b) El carácter del liderazgo cambia significativamente en las industrias y se
introduce un alto grado de profesionalismo.
c) Se reconoce el coste ambiental y de salud de la industrialización y se
realizan cambios en las políticas.
En esta etapa se reconocen los costes ambientales del crecimiento
5. Alto consumo masivo
La etapa del gran consumo se refiere al período de comodidad
contemporánea que ofrecen muchas naciones occidentales, donde los
consumidores se concentran en bienes duraderos y apenas recuerdan
las preocupaciones de subsistencia de las etapas anteriores.
El sector de servicios se convierte en el área dominante de la
economía

IV. Círculos viciosos


Según estudios que se han realizado sobre los círculos viciosos,
tenemos el libro de porque fracasan los países cuyos autores dicen que
existen dos tipos de instituciones, unas que promueven el desarrollo
sostenible y las otras que ahogan cualquier potencia al productivo y las
denominan extractivas.
El círculo vicioso trata de la situación en que se encuentran los países
pobres, aquellos que poseen instituciones extractivas son de tendencia
negativa tanto política como económica y social, al final es el pueblo el que
sufre las decisiones erróneas de los dirigentes.
En resumen los países fracasan hoy día porque sus instituciones no
crean incentivos necesarios para que la gente ahorre, inviertan e innoven.
Las instituciones extractivas: Es totalmente opuesta extrae rentas y riquezas
de uso de la sociedad para beneficiar a unos pocos, expropiar de un sector
a otro, los que tienen el poder político y económico estructuran instituciones
según su conveniencia para garantizar más su poder es lo que llamamos
círculos viciosos. Pueden generar desarrollo siempre y cuando los gobiernos
sean más flexibles e incluyentes con las comunidades.

Las instituciones inclusivas: Fomentan la participación ciudadana en las


actividades económicas de una manera libre, existe la propiedad privada,
mejores condiciones en los servicios públicos.

Las instituciones son el esqueleto de la sociedad, van evolucionando a


medida del tiempo, marcha según las capacidades de las economías y del
orden social.

Los círculos viciosos tienen tres factores que posibilitaron la aparición de


las instituciones políticas más inclusivas tras la revolución francesa.
1. Los comerciantes que deseaban desencadenar el poder de
destrucción creativa de la que se beneficiarían
2. La naturaleza de la amplia coalición que se había formado
3. Las políticas tanto inglesa como francesa crearon un marco en el
cual los reglamentos nuevos tuvieran la facilidad de ser
desarrollados.
Los países ricos en gran medida son desarrollados porque consiguieron
aplicar las instituciones inclusivas que han estado en un proceso de círculo
virtuoso.
V. Modelos dinámicos

Es importante iniciar esta fase del contenido del presente escrito, aclarando
la simbiosis modernidad-modernización ya que a través de los años ha se ha
tenido la tendencia de asociarlas al mismo concepto, lo cual mérese una
revisión que permita determinar el nivel de inferencia de cada precepto en la
construcción de sociedad. De un lado tenemos lo que para Michel Freitag es la
modernidad “un modo de reproducción de la sociedad basada en la dimensión
política e institucional” a través de la ética y la estética del cambio como
paradigma social que se regula con la aplicación de lo que conocemos como
cultura (dimensión cultural) y las simbólicas (modos de pensamiento)
particulares.
Por otro lado y no menos importante, tenemos que abordar la modernización
como modelo de desarrollo que permite con su aplicación cambios estructurales
en un constructo social con un espacio y tiempo determinado, lo que se asocia
con el proceso socioeconómico de industrialización y tecnificación del territorio
como un todo. Dado lo anterior la modernización es el proceso por el cual se da
el crecimiento económico de manera dinámica y sistemática, y la modernidad
recae en el disfrute de la acción donde se alcanzan los niveles de satisfacción
de los individuos (goce efectivo de derechos) con el incremento de lo que se
conoce como índices de desarrollo humano.

VI. Problematización de la modernidad y modernización


Los problemas de la modernidad y la modernización recaen específicamente
en tres aspectos fundamentales para la compresión del desarrollo o
subdesarrollo de algunas sociedades. La trilogía problémica en cuanto a
aplicación de estos como modelos dinámicos, sistemáticos y estructurales deja
mucho que desear en cuanto a la integralidad del proceso de desarrollo, pues
veamos en un primer momento tal y como lo expone Danilo Martuccelli, en su
estudio “problematizaciones de la modernidad y modernización en américa
latina.” El autor plantea que el problema radica principalmente en la división de
la modernidad y modernización en su conjunto.
En un primer momento tenemos que la modernidad y modernización
Política hacia el siglo XIX, marcaron una era de grandes cambios en el aspecto
político de los estados, entendidas principalmente como un avance hacia las
libertades hacia la expansión de las libertades económicas, sociales y culturales
(Amartya Sem). En segundo plano tenemos la modernidad y la modernización
económica del siglo XX, la cual permitió en gran medida pasar de las
economías familiares a las globales e individuales impulsando el desarrollo de
algunos países a través de lo que se conoce como revolución industrial donde
las grandes superficies aprovecharon su potencial para sobreponerse sobre
otras.
Por último la modernidad y modernización cultural en siglo XXI ha traído
consigo consecuencias nefastas para algunos países, esto porque se ha tratado
de implementar en países en desarrollo la “cultura” de los desarrollados sin
tener en cuentas sus condiciones sociales y costumbres, y lo que es más grave
sin haber pasado por las anteriores etapas mencionadas con anterioridad, lo
que se puede asociar con lo que llamó Caldwell, “occidentalización” de los países en vía
de desarrollo.

VII. MODERNIDAD Y MODERNIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA


La modernización como operacionalización del proyecto de la
modernidad en América Latina. Antes del triunfo de la modernidad a fines del
siglo XVIII, el mundo se caracterizaba por la presencia de lo sagrado como
centro de gravedad y eje articulador del espacio, el tiempo, la convivencia y el
saber. Lo sagrado se manifestaba como un elemento fundamental en su
constitución, “era lo real por excelencia, y a la vez potencia, eficiencia, fuente de
vida y fecundidad.
Este carácter sacro que predominaba en las sociedades tradicionales
conformaba un orden social fundamentado en la existencia de Dios y en las
instituciones clericales legisladas a través de su máximo vicario en la Tierra, el
Papa. Sin embargo, este mundo “inmutable”, regido por la manifestación de la
divinidad de Dios, sufriría profundas transformaciones en sus estructuras
sociales, políticas y económicas a partir de los siglos XVIII y XIX produciendo
una grave crisis en la sociedad tradicional. El objetivo de esta revolución no
sería otro que conducirlas al abandono de las hierofanías y teofanías
(elementos constitutivos propios del orden social de la época) a cambio de un
proyecto social racionalmente orientado que tuviera como fin principal el
progreso moral y material de la sociedad.
Instalada la crisis y la ruptura entonces, se abriría paso a un tránsito
histórico de cambio social que conformaría un orden de nivel superior: el orden
social moderno. Este nuevo orden identificado con el pensamiento ilustrado se
transformaría en un proceso esperanzador del futuro de la humanidad,
condición suprema para superar los problemas heredados de la sociedad
tradicional como la dominación de unos individuos sobre otros, la superstición,
la pobreza o la ignorancia, entre otras características,
La Ilustración, por tanto, fue un proceso de historicidad donde los
individuos se convirtieron en actores capaces de transformar su realidad,
emancipándose de las cadenas que los ataban a los mitos y a la servidumbre.
Entendemos con esto que la Ilustración es el origen de la constitución de la
sociedad moderna y “representó la expresión de un deseo: la voluntad de
refundar el orden social conforme a los principios de la razón que se expresaron
en el plano del pensamiento y en el plano de la acción”, El hecho de que la
razón ocupara un lugar trascendental en el desarrollo histórico de la humanidad,
sitúa al fenómeno de la modernidad dentro de un proceso social antropocéntrico
donde la racionalización y el desencantamiento del mundo serían la conducción
constitutiva del orden social emergente. Es parte de su fecundidad que la idea
de ciencia, progreso y razón orientara y predominara en la nueva sociedad a
construir, siendo su objetivo principal.
No obstante, lo anterior, esta idea de modernidad que comprendemos
desde la sociología corresponde a coyunturas y procesos histórico-sociales
ocurridos en la vieja Europa de los siglos XVIII y XIX. Es decir, pertenece a una
observación euro centrista del fenómeno social de la época que pretende
expandirse y aplicarse hacia el resto del mundo. O para ser más exactos, ser un
proyecto realizable en el marco de la civilización occidental, que en su
naturaleza significaría la representación común de símbolos compartidos
intersubjetivamente, derivados de los valores infundidos por la racionalidad
iluminista, a través de una cultura producida por los actores integrados a esta
civilización. Desde este punto de vista, observamos que una vez desanclada de
su origen fundacional, la modernidad comienza a expandirse a través del
mundo intentando homogenizar modos de vida o de organización social. Esta
expansión será para Occidente el desarrollo de distintas modernidades y
procesos de modernización iniciados en el campo político y cultural, pero
fundamentalmente en el económico. Cada nación perteneciente a la cultura
occidental, de acuerdo a sus autóctonas particularidades socioculturales,
conformaría su propia modernidad y consecuentemente vía de modernización,
permitiéndoles constituirse como sociedad moderna bajo la luz de los valores
ilustrados.
El caso de América Latina sería uno de los más singulares, pues el
hecho de conformarse étnicamente por pueblos indígenas, fabricantes de su
propia cultura, rechazaban importaciones extranjeras. No obstante, la
dominación vía fuerza a la que se vieron sometidos permitiría la ausencia de
rebeldía frente a los conquistadores dominantes. Esto favoreció a que las
condiciones peculiares de existencia de los pueblos aborígenes se mezclaran
con los valores de los conquistadores y colonizadores. Aquí se presentaría un
proceso sociohistórico interesante, puesto que la cultura hispánica de la época
no sería el fiel reflejo de la racionalidad ilustrada europea, por lo tanto, la
modernidad a la región no habría llegado a través de las expediciones de los
conquistadores. En consecuencia, nos preguntamos: ¿cuál es el proceso que
experimentó América Latina entonces para introducir los valores fundacionales
de la modernidad en la región?, ¿existe modernidad en América Latina o lo que
se instaura es más bien un proceso de modernización que se desprende del
primer concepto señalado? Algunos de los librepensadores latinoamericanos,
entre ellos el sociólogo chileno J. J. Brunner, realizan conjeturas teóricas acerca
de la concreción de la modernidad en América Latina. Éste plantea que lo que
se dio en la región fue una “pseudomodernidad” que combinaría la existencia de
culturas autóctonas.
Este reto lo trata de solventar O. Kozlarek con una “teoría geográfica de
la modernidad” que pretende “tematizar las diferencias geográficas de las
distintas modernidades sin perder de vista las coincidencias globales.”
(Kozlarek, 2004: 46). Coincidimos que esta perspectiva posibilita pensar con
fuerza la peculiaridad de una modernidad latinoamericana como proceso
regional y que ello no suponga ni su limitación ni su ahogo por parte de una
globalización homogeneizarte y totalizadora. Un discurso regional como el de la
modernidad latinoamericana tiene su cabida, su lógica y su espacio en un
proceso más abarcador como es el de la globalización.
(Brunner 1987: 12).
En América Latina “la modernidad, salvo en la visión de algunas elites,
no estuvo ligada a los principios de la ilustración europea, ni se comportó como
una experiencia social unitaria” (Brunner 1987: 16), más bien ingresó cuando la
sociedad latinoamericana se constituía como sociedad bajo el alero de una
oligarquía dominante. Produjo diferenciación en el campo de la cultura a partir
del siglo XX y se atribuye a una imitación de los procesos modernos y
modernizadores aplicados desde el norte de América. Por otro lado, desde el
punto de vista de los clásicos de la sociología, las aproximaciones que
identificaríamos como los principios rectores que harían de una sociedad
determinada una sociedad moderna serían, en E. Durkheim, un aumento de
complejidad en la interacción social y en consecuencia de la división del trabajo;
en M. Weber el despliegue de la racionalización; y en K. Marx correspondería a
la caída del orden capitalista que diera paso a las fases de desarrollo más altas
de evolución histórica de la humanidad: el socialismo y el comunismo (Tironi
2003: 44). Sin embargo, en América Latina estos principios no se cumplen o
quizás en alguna medida con la respectiva singularidad e hibridez cultural,
política y económica que caracteriza a los fenómenos sociales ocurridos en la
región observados desde la plataforma analítica con que planteamos este
trabajo., sino más bien lo que suele ocurrir es un proceso de modernización, es
decir, “diversas transformaciones que llevarían a una sociedad a tener los
atributos propios de una sociedad moderna”
Existen, sin embargo, otras orientaciones teóricas que establecen los
contenidos mínimos que una sociedad debiese alcanzar para considerarse
como moderna y que repercutieron profundamente en las sociedades
latinoamericanas. Entre estas destacamos la teoría de la modernización o de
las orientaciones modernas del actor social elaboradas por T. Parsons a partir
del siglo XX. El sociólogo norteamericano plantea el concepto de “variables
pautas” para definir el dilema tradición-modernidad que cada actor pone en
juego cuando orienta su acción en cada uno de los sistemas de acción
implicados: personalidad, sociedad y cultura (Atria, 1999: 82). En efecto,
clasifica las orientaciones del sujeto en 5 variables (pautas) que son:
afectividad/neutralidad afectiva, universalismo/particularismo, orientación hacia
sí mismo/hacia la colectividad, adscripción/desempeño y difusión/especificidad.
De acuerdo con lo anterior, para que América Latina llevase a cabo el proceso
de modernización era necesario acentuar las relaciones de tipo impersonal,
donde predominaran los roles de tipo neutralmente afectivos, universalistas, de
desempeño y específicos, en desmedro de las orientaciones tradicionales
centradas en la afectividad, el particularismo, la adscripción y la difusividad. Las
primeras orientaciones de la acción, basadas en la acción racional de acuerdo
con fines, otorgarían un principio de mayor eficiencia, principio que contribuiría
a cumplir el desarrollo que las sociedades latinoamericanas pretendían
alcanzar. Bajo este enfoque entonces, apreciamos que para que una sociedad
se constituya como sociedad moderna, a través de un proceso de
modernización que la origine, debe existir “una creciente especialización de
ámbitos de acción diferenciados desde el punto de vista de las prestaciones
funcionales que los definen”
XI. EL DEBATE ENTRE EL CRECIMIENTO EQUILIBRADO Y EL
CRECIMIENTO DESEQUILIBRADO:

Durante los años cincuenta y sesenta se desarrolla una importante


controversia en el debate ligado a las teorías de modernización alrededor de las
características necesarias del crecimiento para generar desarrollo económico.

Paul Rodenstein-Rodan (1943) defiende la necesidad de una gran inversión


en distintos sectores de la economía, de manera que estos se beneficien
mutuamente de las economías externas generadas (crecimiento equilibrado),
de una demanda amplia y diversificada que estimule la economía, de una gran
inversión en infraestructuras y de mejorar la capacidad de ahorro. Propone, por
tanto, un amplio plan de inversiones como mejor solución al problema del
subdesarrollo, dirigido por un órgano central de planificación y financiado con
capital extranjero. En los postulados de Rodenstein-Rodan se realiza un fuerte
énfasis en la planificación del desarrollo (acción deliberada de intervención
pública) como elemento central, elemento característico de la teoría de la
modernización.

Nurkse (1964) propone, en la misma línea, un gran volumen de inversiones


extranjeras simultáneas en todos los sectores de la economía. En la defensa de
un crecimiento desequilibrado destaca fundamentalmente Albert Hirschman,
quien afirma que el crecimiento ha de seguir una senda de desequilibrios. Esto
es, “adelantos desiguales de un sector seguidos de los otros sectores que
tratan de alcanzarlo” (Hirschman, 1970). La inversión, en este enfoque, se
promueve a sí misma (el desarrollo de un sector arrastra a otros, por las
economías externas generadas), por lo que resta importancia a la inversión y a
la planificación. La clave estriba en una inversión original no necesariamente
muy grande que induce inversiones posteriores. El planteamiento de
Hirschman, aportando importantes novedades respecto a la posibilidad de
aprovechamiento de elementos endógenos, dio lugar a procesos de crecimiento
basados en la sustitución de importaciones que no dieron resultados
satisfactorios para el desarrollo.
BIBLIOGRAFIA

Cardoso, F. H. y Faletto, Enzo. Dependencia v Desarrollo en América Latina.


Siglo Veintiuno editores, Mexico, 1977. Dube, S . C . Modernization and
Development - The search for alternative paradigms. The United Nation
University, Tokyo, 1988. Furtado, Celso. Desarrollo v Dependencia Prebisch R.
El desarrollo económico de la América Latina v algunos de sus principales
problemas. CEPAL, memeografiado, 1949. Rodríguez, Octavio. La teoría del
subdesarrollo de la CEPAL. Siglo Veintiuno editores, Mexico, 1983. Simmons,
Ozzie G. Perspectives on Development and Population Growth in the Third
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https://es.wikipedia.org/wiki/Etapas_del_crecimiento_econ
%C3%B3mico_de_Rostow
Daron Acemoglu, James Robinson, libro porque fracasan los países, capítulo 12
Círculos viciosos,

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