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Socrates y La Virtud
Socrates y La Virtud
1. VIDA
2. ÉTICA DE SÓCRATES
3.-MÉTODOS DE SÓCRATES
La virtud, a la cual se llega con la práctica continua del bien, no es obtenida con
privaciones ni sacrificios rituales. La virtud es la práctica continua de la reflexión
racional sobre los actos propios. De allí concluimos que un acto es bueno
cuando tiene una justificación racional solida. Tenemos que toda justificación
racional es válida universalmente. Al ser las justificaciones Eticas producto de
la razón, coinciden con las características del conocimiento: validez y
universalidad. Si dos cosas poseen características idénticas, podemos concluir
fácilmente que estamos hablando de la misma cosa
Una virtud es una cualidad que permite a quien la posee tomar y llevar a
término las opiniones correctas en las situaciones más difíciles para cambiarlas
a su favor. El virtuoso es el que está en camino de ser sabio, porque sabe
cómo llegar a sus metas sin pisar las de los otros, porque pone a los demás de
su lado y los lleva a alcanzar un objetivo diferente. El virtuoso es el que «sabe
remar contra la corriente».
También, una persona virtuosa es aquella que sabe sacar adelante cualquier
problema que se avecina. Es una persona que tiene muchas cualidades y las
pone en práctica a diario.
A estas tres virtudes se añade una cuarta, la justicia, que permite respetar las
ideas de los demás, sin abandonar las nuestras, para compartir los frutos de
nuestras acciones y ayudar a los otros a realizar las suyas.
Sócrates nos dice que la virtud nos permitirá resolver las mejores calificaciones
y con ella podremos distinguir entre el final, el mal, el bien y lo irrespetuoso.
También dice que la virtud se puede alcanzar por medio de la educación
fundamentada en nuestra moral y en nuestra vida cotidiana.
También Sócrates opina que la virtud es aquello que nos ayuda a conseguir el
bien mediante razonamientos y la filosofía.
"Virtud" es un término con claro sentido moral, pero el antiguo areté no tuvo
inicialmente ninguna connotación moral explícita. Precisamente fue Sócrates,
en el siglo V a.C., el primero en otorgar a areté el sentido moral del que se halla
cargado el sustantivo castellano "virtud". Antes de Sócrates, el término areté se
aplicaba a las herramientas de trabajo o a los instrumentos musicales, a los
animales, a los distintos tipos de trabajadores, etc. Se hablaba, por ejemplo, de
la areté de un caballo para referirse a su velocidad, su resistencia y su
habilidad para salvar obstáculos, pues estas características son las que hacen
"excelente" a un caballo.
Ahora bien, dado que Sócrates concibe al hombre como un ser dotado de
un alma capaz de pensar y de razonar, y encuentra que esta capacidad es lo
que más esencialmente define al hombre, concluye que la excelencia o areté
de éste habrá de consistir en el ejercicio de dicha capacidad. Y como entiende,
a su vez, que tal ejercicio se halla orientado a la adquisición de saber y
conocimiento, termina por identificar la areté del hombre con el saber y el
conocimiento. El mejor hombre, el hombre bueno, el que está a la altura de su
perfección y de su condición humana, es el hombre sabio.