Está en la página 1de 4

Tema 2

1ª Parte. Filosofía antigua y medieval.


Historia de la Filosofía. Antonio José López.

TEMA 2.

La Sofística y Sócrates: La preocupación por el hombre

 Los sofistas: escepticismo-relativismo. Physis-nomos.


 Sócrates: método e intelectualismo moral1.

 Los sofistas: escepticismo-relativismo. Physis-nomos.


Bajo el nombre de “Sofistas” se suele reunir a una serie de pensadores que reúnen
las siguientes características:
- Desarrollan su actividad filosófica, generalmente, en la Atenas de la segunda
mitad del siglo V, pero ninguno de ellos es ateniense de ahí que vivan en esta
ciudad en calidad de extranjeros –metecos– por lo que no pueden intervenir
directamente en los asuntos de la polis.
- Suelen presentarse como “maestros de sabiduría”, - el término
“sofista”(sophistés) en un principio fue sinónimo de “sabio” (sóphos) pero a
partir de Sócrates tendrá un sentido peyorativo viniendo a significar algo así
como “falso maestro”, “falso sabio”– cobrando dinero por sus enseñanzas,
generalmente de retórica. Debido a la importancia que se concede al dominio
de la palabra en el ágora los atenienses desean triunfar como oradores y para
ello recurren a estos grandes oradores que son los sofistas que dominan
bastante bien el arte de la retórica: arte de refutar, persuadir y convencer con la
palabra.
- Sus principales representantes serían Protágoras de Abdera, Gorgias de
Leontinos, Pródico de Ceos, Hipias de Elis, Calicles, Critias... A esta
corriente de pensamiento se le suele llamar “la Ilustración griega”.

A partir de los sofistas el centro de interés del pensamiento pasa del tema de la
naturaleza al problema del hombre. En relación con las leyes por las que ha de regirse
la comunidad política (leyes políticas) y el individuo (leyes morales), se plantea el
problema acerca de la naturalidad o convencionalidad de las mismas, es decir, el
problema de la contraposición physis-nomos. El término “physis” hay que entenderlo
como “lo natural”, “la ley de la naturaleza” y el término “nomos” como “la norma”, la
“ley” establecida por los seres humanos, como “lo convenido”, la “ley de la ciudad”.
Esta oposición physis-nomos no se daba en la filosofía presocrática porque no existía
esa distinción ya que era una y la misma la ley que gobernaba tanto en la ciudad como
en el ámbito de la naturaleza en general.

Cuando se plantean este problema los sofistas se están preguntando por la validez
del nomos, y esto significa preguntarse por la validez del derecho, de las costumbres,
es decir, por la validez de las leyes que gobiernan la ciudad y para la mayoría de los
sofistas esas leyes no son naturales sino artificiales, convencionales, creadas por el
hombre: surgen de los pactos y consensos entre los hombres. (Convencionalismo).

1
Para no perder el hilo de la exposición vamos a desarrollar primero el apartado sobre el intelectualismo
moral y después el apartado sobre el método socrático.

1
Tema 2
1ª Parte. Filosofía antigua y medieval.
Historia de la Filosofía. Antonio José López.

Algunos sofistas piensan que esta oposición physis-nomos es irreconciliable, en el


sentido de que el “nomos”, las leyes establecidas por los hombres, van en contra de las
leyes de la naturaleza; este sería el caso de Calicles, que hace depender su sentido de
la justicia de su concepción sobre la naturaleza. En la naturaleza –physis– prevalece el
derecho del más fuerte y según él eso es lo justo mientras que la ley –nomos– tiende a
igualar a los hombres yendo así en contra de las leyes de la naturaleza. Algo parecido
piensa Trasímaco que establece una identidad entre naturaleza y justicia defendiendo
que lo justo sería el imperio de los fuertes, el predominio de su fuerza sobre los
débiles.

Protágoras afirmaba que el hombre era la medida de todas las cosas; con esta
afirmación establece el relativismo en el plano del conocimiento, relativismo que
llevará al escepticismo: pues si cada hombre en concreto tiene un conocimiento
particular de la realidad entonces se hace imposible un conocimiento universal válido
para la totalidad de los hombres; pero no sólo se trata de un relativismo cognoscitivo,
también en el plano de la moral cada hombre tendrá una determinada idea de lo que es
el bien, lo justo, etc., de modo que cada sujeto tendrá una visión particular –subjetiva-
de los valores morales (relativismo moral).

Este relativismo y escepticismo resulta mucho más acentuado a partir de Gorgias


que establece la siguiente sentencia: “nada existe; si existe, no puede ser conocido; si
fuera cognoscible no sería comunicable mediante el lenguaje”. Con esta sentencia
Gorgias está negando la identificación de Parménides entre ser y pensar.
(Escepticismo absoluto).

Así, pues, hay que interpretar la posición moral y gnoseológica de Sócrates como
una reacción frente al relativismo y convencionalismo de los sofistas. (Para Sócrates,
también el excesivo individualismo de los sofistas suponía una amenaza para la
integridad de la polis).

Frente al relativismo que niega la posibilidad de un conocimiento universal,


Sócrates postula la necesidad de restaurar el valor del lenguaje como vehículo de
expresión de un auténtico conocimiento de la realidad y no sólo como un instrumento
de poder y ascenso social como lo entendían los sofistas. Por lo que respecta a la
moral, Sócrates cree que sí es posible definir universalmente los conceptos morales de
Justicia, Bondad, etc., de modo que conociendo qué sean esos conceptos sabremos a
qué atenernos en nuestras acciones. (Sócrates cree que a partir de la observación de
muchas cosas particulares se puede pasa por inducción al establecimiento de una
definición universal. Así, por ejemplo, mediante la contemplación de muchas acciones
justas podríamos pasar a definir qué es la justicia).

Frente al convencionalismo sofístico que sostiene que las leyes son creaciones
humanas, Sócrates defiende que las leyes morales habría que buscarlas en la propia
naturaleza del sujeto, en su interioridad. Para este filósofo, la naturaleza o esencia del
hombre sería el alma, entendida como conciencia y personalidad tanto intelectual
como moralmente; de ahí que, siguiendo la inscripción del templo de Delfos “conócete
a ti mismo”, Sócrates haga un llamamiento a la interioridad, invitando al hombre a

2
Tema 2
1ª Parte. Filosofía antigua y medieval.
Historia de la Filosofía. Antonio José López.

reflexionar sobre sí mismo pues sólo esa auto-reflexión será la que le lleve a
reconocer sus propios límites y a hacerle justo y virtuoso.

Esta interiorización de la ética que lleva a cabo Sócrates se vería reflejada en su


negación de que los valores morales consistan en cualidades externas como la belleza,
el honor, las riquezas, etc., y sí en cambio en cualidades internas como la prudencia, la
justicia, la moderación, etc. Esta “espiritualización” de las virtudes morales tendrá una
gran influencia en Platón y Aristóteles.

SÓCRATES2
 El intelectualismo moral.
Es, pues, necesario esforzarse en definir con rigor las virtudes o conceptos morales
para llegar a un acuerdo racional sobre temas morales y políticos. Además, es
necesario esforzarse, porque según Sócrates sólo sabiendo qué es la justicia se puede
ser justo, solo sabiendo qué es lo bueno se puede obrar bien. Sócrates tiende a
identificar la virtud con el saber; esta identificación suele denominarse intelectualismo
moral. Según nuestro autor, el bien y la virtud proporcionan la auténtica felicidad, de
modo que entonces nadie obrará mal intencionadamente pues nadie quiere ser infeliz o
desgraciado. Si alguien hace el mal, será sólo por ignorancia. Solamente el hombre
bueno o virtuoso puede ser feliz.

Sin embargo, esta identificación entre saber-virtud y pecado-ignorancia da lugar a


algunas paradojas. Sócrates era consciente de esta posible objeción a su teoría como lo
muestra el diálogo platónico “Hipias menor”. En esa obra reconoce la crítica de
Hipias a su intelectualismo: un buen arquitecto es aquel que hace buenos edificios y en
caso de que conscientemente hiciese mal un edificio, siempre sería mejor arquitecto
que otro que no sabe hacerlos. Si llevamos este ejemplo al campo de lo moral entonces
tendremos que admitir que una persona que sabe lo que es la justicia y hace el mal
siempre será mejor persona que otra que no sabe lo que es la justicia. Para evitar esta
paradoja, Sócrates dirá que es imposible saber qué es el bien o la justicia y no
realizarlos. Es decir, resulta imposible que nadie obre mal sabiendo que está haciendo
el mal, pues el conocimiento de la virtud es condición no sólo necesaria, sino también
suficiente para una conducta virtuosa. Sócrates respondería una y mil veces que ese
sujeto no sabía que obraba mal.

2
Sócrates es uno de los filósofos más importantes de todos los tiempos, no sólo porque fue el maestro
de otro grande, Platón, sino porque representa a su vez el espíritu reflexivo y crítico que caracteriza a la
filosofía. Nace en el año 470 a. C. en Atenas, hijo de Sofronisco –escultor– y Fenareta –comadrona–; se
casó con Jantipa. Lo que más amaba era poder hablar con los jóvenes griegos en el ágora, auténtico
mercado de las ideas. Su vida –igual que su muerte– es un auténtico espejo de sus doctrinas filosóficas;
acusado injustamente por Meleto y Anito de corromper a la juventud y negar a los dioses fue condenado
a tomar un veneno –cicuta– que acabara con su vida. Sus jóvenes amigos aristócratas le propusieron la
huida pero él en un gesto de honradez y para seguir siendo consecuente con su filosofía se negó a esta
propuesta aceptando su inevitable destino trágico para no transgredir las leyes de la ciudad. Sócrates era
un personaje molesto para las autoridades atenienses porque nunca ocultaba la verdad, de ahí que él
dijera de sí mismo que era como una especie de “tábano” de las conciencias. Hay autores que lo
consideran un personaje tan importante como Jesús. Nunca escribió nada pero su pensamiento fue
ampliamente difundido por su gran discípulo, Platón. Murió en el año 399 a. C. al tomar la cicuta.

3
Tema 2
1ª Parte. Filosofía antigua y medieval.
Historia de la Filosofía. Antonio José López.

 El método socrático.
Frente a los monólogos de los sofistas, Sócrates –que nunca cobró nada por
sus enseñanzas- propone el diálogo como forma de conocimiento. Este autor concedía
una importancia fundamental a la educación de los ciudadanos. Partiendo de la idea de
que la verdad se encuentra en el interior de las personas y tomando como ejemplo los
oficios de su padre –escultor- y de su madre –comadrona -, dirá que su tarea consiste
en ayudar a dar a luz (mayéutica) a las ideas que las personas llevan dentro.

El diálogo socrático tendría dos momentos fundamentales: en primer lugar,


partiendo de la ironía socrática del “sólo sé que no sé nada” se trata de ir refutando
mediante preguntas aquellas afirmaciones de quienes creen estar en posesión de la
verdad, haciéndoles reconocer su ignorancia. En un segundo momento, mediante la
mayéutica, se trata de ayudar al hombre a desvelar la verdad que hay en su interior y
sacarla a la luz.

También podría gustarte