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El ámbito de la moralidad: Etica y moral

1. DEFINICIÓ N DE ÉTICA
La Ética es una disciplina filosófica que trata de los asuntos morales (nuestra
conducta) bajo el punto de vista del bien, del deber o del valor, calificándola como buena
o mala, correcta o incorrecta, valiosa o sin valor moral. Es conocida por Ética o Moral,
que provienen de distintas rai ́ces etimológicas
2. APROXIMACIÓ N SEMÁ NTICA Problemas en la definición del término
Ética
Ética proviene de la palabras griegas êthos (lugar donse se habita; que
posteriormente se emplea en modo metaforico como lugar interior desde el que se vive,
esto es el caracter) y éthos (costumbre) . El carácter es por tanto como una segunda
naturaleza, fuente de nuestros actos y resultados de ellos, frente al temperamento que
nos es dado, con el cual debemos forjar nuestra personalidad moral.
Ambos términos, êthos y éthos fueron traducidos al latin con la palabra mos, de
la que procedería “moral”, prevaleciendo en la tradición el significado de costumbre o
hábito.
Así pues entre los actos, los habitos y el carácter se forma un círculo: los habitos
y actos dependen del carácter, que a su vez se forja a través de ellos, las sucesivas
elecciones y decisiones; dando como resultado el Modo de ser. Los actos aislados no
son lo importante, sino la vida en su conjunto la “vida moral”, de la cual actos y habitos
son simples elementos (Aranguren).
Hasta aquí ética y moral serían sinónimos, en el que se mezclaría la moral vivida
y la reflexión filosófica sobre ella, en cuanto disciplina susceptible de ser enseñada. En
la tradición filosófica occidental el fin de la Ética no es solo el aumento del conocimiento
sino el perfeccionamiento del hombre, pues como decía Aristoteles, la virtud no basta
con conocerla y proclamarla, hay que intentar tenerla y practicarla (Etica a Nicomaco,
lbro X).
Las fronteras entre el filósofo moral (labor teó rica, aunque referida a la práctica)
y el moralista (reformar la práctica moral) han sido difusas, pero permite diferenciarse;
de modo que la Moral hace referencia al comportamiento humano y a su calificación
bueno/malo, haciéndose cargo de Có digos o principios éticos que tratan de regular las
acciones de los hombres, a moral vivida (moral cristiana, marxista,….), en cambio, Ética
o Filosofi ́a Moral: rama de la filosofi ́a que piensa la vida moral sin aconsejar como los
códigos, sino reflexionando sobre ellos. Reflexión filosó fica sobre la moral.
En este sentido Adela Cortina “La ética supone “un segundo nivel reflexivo
acerca de los ya existentes juicios, có digos y acciones morales”. Aristoteles señala que a
diferencia de la ciencia, que trata la regularidad o lo inmutable la ética trata lo
contingente, “nadie delibera sobre las cosas que no pueden ser de otra manera”
(comportamiento).
Resumiendo, moral y ética (en minúsculas) como sinónimos se refieren
fundamentalmente a la moral vivida, mientras Ética y Moral (mayúsculas) se refieren a
la reflexión filosófica sobre la moralidad, sobre las diversas formas de moral vivida.
3. La estructura constitutivamente moral del hombre
Para acercarnos al análisis de la vida moral, podemos decir que el sentido más
obvio de la palabra moral es el que considera a la vida humana en términos de su bondad
o maldad; el predicado fundamental de la vida moral es: Bueno, según Aristóteles;
Deber kantiano, y Valor de Scheler. El significado más usual de moral es el adquirido en
contraposición a amoral, lo malo, indebido o no valioso; aunque también a otros
significados como inmoral, amoral y desmoralizado.
3.1. Moral – amoral
La amoralidad suprime la consideración la dicotomía bueno/malo. Un sujeto
amoral no elige lo malo frente a lo bueno (sería inmoral), sino que no se cuestiona la
alternativa, y pretende situarse
 más acá: el hombre estético de Kierkegaard, que realiza las elecciones
basándose en la indiferencia, y sin que su elección comprometa su existencia,
solo que no elegir es también una forma de elección en sí misma. La elección es
lo que nos constituye, y el indiferente hace dejación de su responsabilidad, el
negarse a realizar su libertad y cosificarse. (Kierkegaard “a riesgo de diluirse
como sombra entre las sombras antes de morir”)
 más allá: el superhombre de Nietzsche, el perdón nace de la cobardía, el ideal
de igualdad del temor a lo superior. El socialismo ha acentuado esa postura de
igualitarismo resentido. Propone frente a la moral del rebaño, la figura del
superhombre, frente a las normas universales, el propio querer. Por tanto, no
anula la disyuntiva entre bien y mal, sino que establece nueva jerarquía de
valores.
Desde un punto individual es difícil situarse en un plano amoral, así mismo
tampoco se han dado sociedades en las que no haya normas y preferencias vinculantes.
Adela Cortina dice que el fenómeno de la amoralidad habría que entenderlo mas como
un problema psicopatológico que ético.
3.2. Moral-desmoralizado
Al contraponerlo a desmoralizado, la vida moral adquiere el carácter de que no
solo hay que obrar bien, sino que hay que tener el suficiente ánimo para afrontar las
dificultades que nos trae la vida. En Nietzsche, la alegría es una de las formas mas altas
de virtud, manteniendo siempre un temple a pesar del mal. El abatimiento y la tristia,
era considerado por los teólogos medievales como el pecado radical. El sentido de
moral en contraposición a desmoral es la “fuerza para vivir”, el ánimo, coraje, significado
previo a moral como “bueno”. Virtud viene etimológicamente de vir , fuerza arrojo, y en
el Renacimiento virtú tiene más que ver con la intrepidez que con la mansa aceptación
de determinados preceptos de moderación. Según Savater, el virtuoso es el triunfador,
el más eficaz, pero no toda forma de triunfar vale. Ortega nos dice “la moral …. Es el ser
mismo del hombre cuando está en su … vital eficacia. ...Un hombre desmoralizado … no
está en posesión de sí mismo.”
3.3. La moral como estructura (“ese tener que elegir”)
El animal está ajustado al medio, con una respuesta animal predecible, basada
en sus instintos. En cambio, al hombre ningún aspecto de la realidad le viene ofrecido
unívocamente, tiene que interpretar la realidad y elegir; según Ortega: La vida nos ha
sido dada sin hacer. Tenemos que inventar nuestra propia vida cada uno: la vida es un
quehacer; Sartre: Estamos condenados a la libertad porque somos responsables de lo
que hacemos: “los hombres no somos libres de dejar de serlo, estamos condenados a la
libertad”.
Al destacar la forzosa libertad del hombre, se ha dejado de lado que, aunque el
hombre se piense libre, cabe la posibilidad de que su conducta se encuentre sometida a
un estricto determinismo.
Kant, en su crítica a la razón pura, concluye que a pesar de que nuestra
consciencia nos presente como libres, no podemos llegar si esa consciencia de libertad
es una mera ilusión, y por tanto la libertad corresponde a la razón práctica. Aunque
indemostrable para la razón práctica, es condición de posibilidad de la vida moral. No
sería posible responsabilizar moralmente a alguien que no es libre
Frente a lo dado en el ser, como estructuralmente moral dado por la causalidad
o determinado por la naturaleza, el hombre trata de establecer el deber ser (moral como
contenido). Si actuáramos conforme a determinismo, ajeno a nuestra voluntad, sería
vana la lucha por hacer lo que nos dicta nuestra conciencia (Aranguren).
Todo esto no quiere decir que el hombre obre de forma incondicionada. En
efecto, podemos distinguir las conductas compulsivas (actus hominis) de las
deliberadas, (actus humani), que verdaderamente incumben a la Etica. Cuando se
excusa una conducta en base a unos condicionantes, estamos cosificándola, esto es
actúa de forma animal no humana con capacidad para elegir. Sin embargo, esta
justificación solo podemos hacerlo con los demás o nosotros mismos en el pasado, pero
no en el futuro, pues cambiaríamos nuestra libertad por facticidad, lo que Muguerza
denomina “el beneficio de la causalidad” y Sartre llamo “mala fe”.
Por tanto, la libertad no se ejerce en ausencia de todo condicionamiento; la
libertad no es simple indeterminación o falta de límites, sino que en su seno hemos de
realizarla. La falta de limites no permite nuestra realización, sino que nos extravía, en
cambio el limite, la perspectiva, nos orienta y abre al mundo. “La paloma al sentir la
resistencia del aire sueña que sin ella volaría más deprisa, sin reparar que sin aire no
podría siquiera volar” Kant, Crítica de la Razón Pura.
Ese tener que elegir, gracias a nuestra libertad, constituye, según Zubiri y
Aranguren, la moral como estructura. Pero a pesar de que el hombre es
estructuralmente moral, puede conducirse moral o inmoralmente, y estaríamos
hablando como moral como contenido.
4. Moral-inmoral. La moral como contenido
4.1. Moralidad y eticidad
A partir de la condición estructuralmente moral, el ser humano trata de ajustarse
a la realidad de forma justa, de la mejor manera (el que contrapone moral a inmoral):
MORAL COMO CONTENIDO (Zubiri y Aranguren). Los contenidos se definen por los
distintos códigos culturales, sociohistoricamente definidos por las religiones, las
visiones de sentido y las normas de convivencia; es una normatividad encarnado en las
instituciones. Para Hegel la eticidad viene determinada por las valoraciones
sedimentadas de las instituciones morales.
Hegel critica a Kant en el formalismo de sus principios, su universalismo
abstracto, la impotencia del deber y el rigorismo de la convicción, que no tiene en cuenta
las circunstancias y posibles consecuencias de una aplicación descontextualizada de
dichos principios. Esta crítica se ha visto renovada en nuestros días entre liberales y
comunitaritas, al insistir estos últimos en que la subjetividad siempre viene mediada y
se constituye en horizontes sociales, puesto que estos son los únicos desde los que las
elecciones éticas cobran sentido. Pero la historia más reciente con su secuela de horror
y de barbarie cuestiona el ideal hegeliano. cuando el espíritu de un pueblo es pervertido
hasta el punto de alimentar una “eticidad mortífera”, Ricoeur. El recurso a la conciencia
crítica parece ineludible.
El simple abandono a la vigencia social, tanto como al simple capricho, el hombre
se hace esclavo en vez de dueño en sí. Por tanto, el hombre, aunque concuerde con la
normatividad social vigente habrá de asumirla personalmente, para seguirla o
modificarla, si es que no quiere ser un mero producto de la presión social y caer en lo
que Heidegger denuncio como la banalidad del “das man…” , “el se…”: se dice, se hace,
se comenta,… , si es que la ley que quiere seguir es la que se da sí mismo y no una simple
imposición externa a él. Rousseau: “el impulso del simple apetito es esclavitud, y la
obediencia a la ley que uno se ha prescrito es libertad”.
4.2. Bueno en sentido instrumental y en sentido moral. Técnica y
práctica
“El bien es aquello hacia lo que todas las cosas aspiran” (EN I). Según esto parece
que el hombre no puede obrar mal. Sin embargo, el término “bueno” presenta
ambigüedad, no siempre se emplea en sentido moral. En ocasiones se emplea en
sentido instrumental, en cuanto adecuado a un fin (un cuchillo es bueno si corta
adecuadamente a su fin). Sin embargo, no siempre optamos por lo mejor, aun cuando
elijamos lo que, en determinadas circunstancias, nos lo parezca.
De esta manera, podemos obtener dos juicios distintos cuando por un lado
calificamos lo bueno o malo inherente de una acción (juicio moral) y por otro lado
cuando la calificamos en función de nuestro provecho o perjuicio. El provecho o
perjuicio siempre tiene que ver con nuestra sensibilidad hacia el objeto que se enjuicia,
según se produzca placer o displacer. Sin embargo, el bien o el mal significan siempre
una relación con la voluntad, en tanto se vea determinada por la ley de la razón. Por
tanto, este bien o mal quedan referidos a acciones, y no al estado sensitivo de la
persona; por ello para ser tenido como tal, únicamente podría serlo al modo de actuar,
y nunca podríamos calificar así a una cosa.
Kant en la CRP diferencia el uso teórico del uso práctico de la razón, en cuanto el
conocimiento tiene una doble relación con el objeto, o bien para determinar el objeto y
su concepto (que viene dado por otro lado), que corresponde al conocimiento teórico
de la razón, y la segunda el conocimiento práctico, para convertir el objeto en realidad.
La técnica consistiría en el uso práctico de la razón teórica para escoger los medios
apropiados para conseguir un fin previamente establecido, y la moral o práctica
propiamente, donde la libertad se ejerce para determinar lo que es bueno en sí. Kant
en la FMC, distingue imperativos hipotéticos, dependiente del fin propuesto o de
determinadas condiciones, reglas técnico-practicas, e imperativos categóricos,
(practico-morales) mandatos incondicionados para hacernos dignos de esa felicidad a la
que aspiramos por mera inclinación. Solamente considera propiamente prácticos o
morales, los imperativos categóricos, que no se expresan en reglas sino en mandatos de
la moralidad, que al ser incondicionados se ejerce realmente la libertad del ser humano,
que es capaz de obrar no solo conforme a las leyes de la naturaleza, sino también gracias
a su autonomía, conforme a la representación de las leyes que se da a sí mismo.

4.3. Éticas materiales y formales


La moral como contenido viene constituida por una ética formal, o “ética sin
código”, donde no se prescriben preceptos sobre lo que se debe hacer, como en ciertos
códigos morales, regulando nuestro comportamiento, sino que establece qué requisitos
debe cumplir un precepto si ha de ser considerado moral. No establece qué debemos
hacer en concreto, sino tan solo en cómo hemos de obrar para que nuestro
comportamiento sea considerado moral, tal como reza una de sus formulaciones del
imperativo categórico: “Obra solo según la máxima por la cual puedas querer que al
mismo tiempo se convierta en una ley moral”. De este modo la ética se hace puramente
formal vacía de contenido. Nosotros estamos equipados con una estructura moral, pero
necesitamos mediaciones con la realidad, que cuando se hace de acuerdo a lo bueno, lo
debido o lo valioso hablamos de la moral como contenido.
5. Moral como actitud
Además de la moral como estructura y la moral como contenido, Aranguren
destaca la moral como actitud, cuya guía seria la conciencia, sometida a múltiples
condicionamientos, pero responsabilizándose de sus acciones.
5.1. El individualismo ético y la ética social
Desde este punto de vista, la conciencia debe abrirse al dialogo con los demás,
dejarse interrogar para descubrir sus errores, aunque la conciencia es la instancia
irrebasable de la moral. El individualismo ético donde el individuo es el único
protagonista de la moral. Sin embargo, este individualismo ético esta socialmente
condicionado, pues la individualización se produce a través de la socialización. Por
tanto, de alguna manera la conciencia incorpora ya el dialogo con los demás. La
apertura a los otros posibilita que el individualismo ético no se desentienda de los
demás, pues a pesar de la responsabilidad intransferible de cada cual, no quiere decir
que no sea solidaria. Aranguren, subrayo la necesidad de la apertura a los demás para
hablar de una actitud completamente ética.
5.2. Ética de la convicción y ética de la responsabilidad
Max Weber ofrece una nueva categorización de la Ética, contraponiendo
 la ética de la intención o convicción: similar a la ética kantiana,
incondicionada, sin tener en cuenta las consecuencias de la acción;
 ética de la responsabilidad: el político, en cambio, debe atender a las
consecuencias previsibles y no deseables de su acción. “Ninguna ética puede
prescindir el hecho de que para conseguir fines “buenos” hay que contar en
muchos casos con medios moralmente dudosos”.
Algunas precisiones:
 Kant se desentiende de los fines deseables. La moralidad no está en el
resultado, sino en la buena voluntad.
 Esa insistencia en la intención , incondicionalidad de los principios no trataría
sino de desmarcar a la ética del “éxito” o de los resultados.
 La relación entre ética y política no es fácil: el político también es persona y
puede optar por no continuar porque va contra sus principios.

6. Ética y metaética
6.1. Ética normativa
Señala lo bueno o lo malo en la vida humana, lo que debemos hacer en el orden
de los principios, siendo misión de la phronesis, de la prudencia en el sentido aristotélico,
su aplicación en todos los casos prácticos. Los principales modelos de ética normativa,
son:
 los teleológicos (de telos, fin), ante todo representado por
Aristóteles, que establece al inicio de su EN que el Bien es aquello a lo que todas
las cosas tienden, siendo la felicidad (eudaimonia), el bien buscado por los
humanos. Los utilitaristas del s XIX lo reformulan como “el mayor bien para el
mayor número”.
 los deontológicos (de deon, deber). La filosofía Kantiana no se
preocupa tanto de la felicidad, como de hacernos dignos de ella a través de una
buena voluntad. Buena voluntad que Kant asimila al cumplimiento del deber por
el deber, y el problema de como conjugar el deber con la felicidad le llevara a
formular los postulados de la razón práctica: libertad, inmortalidad y Dios. Si el
fin que podemos atribuir a la naturaleza hubiera sido que fuéramos felices, nos
habría dotado de un sistema puramente instintivo; pero al dotarnos de razón y
libertad, parece alejarnos de la verdadera satisfacción, pues el cálculo relativo
del disfrute de la vida acaba conduciéndonos en muchos casos a desesperar
como medio para alcanzar tal disfrute.
 los axiológicos (de axion, valor, punto medio entre fin y deber).
6.2. Ética crítica o metaética
La ética al pretender un estatuto de cientificidad neutral, examina la moral,
analizando su lenguaje, enunciados y principios, y có mo estos se justifican, es decir
estableciendo un meta-lenguaje de ese lenguaje-objeto que es el lenguaje moral. Desde
esta perspectiva, las teorías éticas se han clasificado en:
 Teorías Descriptivistas (relistas o cognitivistas):
o Naturalistas: estiman que las condiciones de verdad de los
enunciados morales son similares a las de las ciencias empíricas, por lo
que los métodos de esas serian suficientes para dilucidar su verdad o
falsedad, sin emplear ninguna premisa ética. Crítica: falacia naturalista.
o Intuicionistas: los enunciados éticos pueden ser
verdaderos o falsos, y los términos éticos refieren a propiedades, pero
estas propiedades no son definibles (bueno es tan indefinible como
amarillo para un ciego), ni empíricamente observables, sino que sus
propiedades solo son accesibles por la intuición.
 Teorías no-Descriptivistas: Los enunciados éticos no son ni
verdaderos ni falsos, ni se refieren a sus propiedades. Emotivismo: los términos
éticos no describen nada de este mundo, sino solo actitudes y emociones del
hablante, haciendo imposible un discurso racional de la etica; prescriptivismo,
los términos éticos no corresponden a posesión de actitudes, deseos y
emociones personales, sino actitudes impersonales o “morales”.

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