Los sesgos son inclinaciones o atajos en el procesamiento de la información. Aunque tienen un
indiscutible y contaminante protagonismo a la hora de articular nuestros juicios y decisiones, pasan subterráneamente inadvertidos. Conozcamos algunos de ellos:
La Aversión a la Pérdida: Las personas no siempre nos comportamos racionalmente ante la
incertidumbre y el riesgo. Solemos otorgar mayor peso a las posibles pérdidas que a las posibles ganancias. Por consiguiente, hacemos cuanto sea posible para evitar pérdidas potenciales. El Efecto Legado: Es un caso particular del anterior. Cuando algo nos pertenece, le podemos otorgar un valor muy superior al del mercado sencillamente porque es nuestro. La Escalada Irracional: Consiste en seguir un camino previamente seleccionado, más allá de lo que recomendaría un análisis racional. La Escalada del Compromiso: Es un caso particular del anterior y consiste en continuar con un curso de acción a pesar de que existan datos objetivos que nos muestren que nuestra decisión inicial ha sido errónea, debido a los recursos ya invertidos (entre ellos el tiempo). Las Percepciones Partidistas: Las personas percibimos el mundo con un sesgo a nuestro favor o hacia nuestro propio punto de vista. El Exceso de Confianza en los propios juicios: Las personas solemos confiar fácilmente en nuestras propias predicciones sobre hechos futuros. La Devaluación Reactiva: La valoración de un comentario, una concesión, una cláusula de un acuerdo o un compromiso puede variar en función de quién lo propone. El Error de Disponibilidad o Atribución de Valor: Inclinación a imbuir a una persona o cosa de ciertas cualidades basándonos en la percepción inicial de su valor. El Efecto Halo: Si alguien posee un determinado rasgo que destaca (positivo o negativo), éste tiende a influir en la forma de juzgar el resto de sus características. La Validación Social: Ante una conducta dudosa, actuamos como actúa la mayoría, o los demás. Son los otros los que validan y nos indican cómo tenemos que comportarnos. (Si vemos mucha gente agolpada a la entrada de una tienda, es muy probable que vayamos para allá. Si estamos buscando un sitio para comer y vemos que un restaurante está vacío, desestimamos entrar allí). El Sesgo Diagnóstico: Ceguera ante todas las pruebas que contradicen nuestra valoración inicial de una persona o situación. El Falso Consenso: Las personas tendemos a sobrestimar el grado de similitud entre nuestras posiciones o conductas y la de los demás, produciéndose como consecuencia juicios o decisiones sesgadas. Del mismo modo sobrestimamos el número de personas que están de acuerdo con nuestras posiciones sobre diferentes temas. El Pensamiento Grupal: Es el modo de pensar que adoptan las personas que están profundamente involucradas en un grupo muy cohesionado, cuando el esfuerzo de los miembros por alcanzar el consenso supera su motivación para valorar de forma realista otros caminos alternativos. La Polarización Grupal: Es el fenómeno que ocurre cuando la posición que mantiene la mayoría de los miembros de un grupo sobre un tema determinado se intensifica como resultado del debate. Este sesgo plantea que las decisiones en grupo son más extremas que las adoptadas por individuos.