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“Es importante que todas las parejas que comiencen con la búsqueda de un embarazo
realicen una evaluación de su alimentación y de esta manera poder detectar a tiempo
si existe o no algún desorden nutricional que esté afectando su fertilidad”, afirmó la
licenciada Lucía Molina, a cargo del Departamento de Nutrición de Halitus Instituto
Médico.
“Para evitar la aparición de radicales libres, es necesario por un lado, evitar aquellos
elementos externos que aumentan el número de radicales libres como la ingestión de
tóxicos, drogas, alcohol, tabaco y ciertos alimentos ricos en grasas de origen animal.
Pero además resulta imprescindible seguir una alimentación rica en productos
vegetales, que son capaces de neutralizar sus efectos perjudiciales”, sostuvo la
especialista.
Para ello es necesario mantener una dieta rica en alimentos que proveen al
cuerpo con antioxidantes, tales como: BETACAROTENOS, que proveen
vitamina A y se encuentran principalmente en las zanahorias, espinacas, auyama,
albahaca y tomate, VITAMINA C, que se encuentran en los pimentones, tomates y
cítricos, LICOPERNO, que se encuentra en el tomate, VITAMINA E, que se
encuentra en los aceites vegetales, vegetales de hojas verde, semillas y frutos secos,
COBRE, que se encuentra en los frutos secos y legumbres, ZINC, que se encuentra en
el apio, espárragos, germen de trigo, berenjenas, etc., y el SELENIO que se encuentra
en el ajo, cebolla y carnes magras.
Otro de los elementos que cobró importancia en los estudios relacionados a la nutrición
y fertilidad son los ácidos grasos omega 3. Los ácidos grasos esenciales (AGE), ácidos
linoleico y alfalinolénico, así como sus derivados de cadena más larga, muy
especialmente los ácidos grasos araquidónico, eicosapentaenoico (EPA) y
docosahexaenoico (DHA), forman parte de las membranas de todos los tejidos y son
precursores de prostaglandinas, tromboxanos, leucotrienos y otros eicosanoides de
gran importancia fisiológica.
Otro factor relevante es el peso. Para ser capaz de reproducirse el cuerpo debe
almacenar una cantidad mínima de grasa y es por esta misma razón que las
adolescentes necesitan –entre otros factores- esa acumulación para que comiencen sus
períodos menstruales.
Demasiado ejercicio físico o el hecho de ser demasiado delgada puede generar una
disminución de esa acumulación de grasa y por lo tanto, que los períodos menstruales
cesen. Es importante destacar que el peso corporal no siempre refleja la cantidad de
grasa que un cuerpo contiene y que una mujer cuyo índice de masa corporal es menor
a 17 tiene mayor probabilidad de que sus períodos sean más irregulares, comparada
con las mujeres con un peso adecuado para su talla. En el hombre también la
escasa cantidad de grasa corporal puede afectar los niveles de testosterona.
Por otro lado, el exceso de grasa en el cuerpo suele estar asociado en la mujer con
períodos largos entre menstruaciones – de 35 días o más-, falta de menstruación e
infertilidad. El sobrepeso, eleva ciertas hormonas por encima de los niveles normales,
y esto puede inhibir la ovulación.
Por su parte, el doctor Sergio Pasqualini, director médico de Halitus Instituto Médico,
sostuvo: “El subir o bajar de peso, ya puede expresarse en una alteración de
la ovulación o en la producción de espermatozoides y es por eso que cada vez se
le da más importancia a estar bien nutrido, y al peso ideal y a la actividad física. Es
importante, lograr una dieta sana y equilibrada, con los nutrientes necesarios y
adecuados para cada persona. Es por eso, que es fundamental el seguimiento del
especialista adecuado en estos casos, sobre todo si el tema de una mala alimentación
está afectando el logro de un embarazo”.
http://www.nutriguia.com.uy/index.php?seccion=articulos&articulo=216