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RECOMENDACIONES PARA DIRIGIR

LA ALABANZA Y LA ADORACIÓN
1- PREPARAR CON TIEMPO EL SISTEMA DE SONIDO Y LOS INSTRUMENTOS
 Se debe probar con tiempo el sistema de sonido.
 Hacer todas las conexiones con tiempo.
 Por lo general ya queda todo armado, es lo ideal si se usan siempre los mismos
equipos, pero si por razones de seguridad, se guardan todas las cosas, hay que
armarlas con tiempo. Se debe hacer la prueba de sonido antes de que entre la
gente.
 Revisar que todo funcione.
 Armar con tiempo los instrumentos, sobre todo aquellos que necesitan afinación.
 Que los cantantes puedan hacer ejercicios de calentamiento para preparar la voz.

2- PREPARAR CON TIEMPO EL REPERTORIO


 Una sugerencia es que tengamos una lista actualizada de los coros, cantos e
himnos que canta la congregación.
 Hacer una lista con el orden de los temas que se van a cantar durante el servicio y
darle una copia a cada músico con las tonalidades correspondientes.
 A la hora del servicio, respetar la lista, el orden.
 Elija los cantos de acuerdo a ciertas pautas.
o Cantos que conoce la congregación.
o Cantos que el que dirige y la banda conoce bien.
o Cantos que estén relacionados con el sermón y el énfasis del culto.

3- MEMORIZAR LOS CANTOS QUE UNO VA A DIRIGIR


Si bien podemos llevar anotaciones, cancioneros o himnarios, tenemos que tratar de
memorizar el canto, que el director no esté pendiente del cancionero. Dijimos que
tiene que estar pendiente de dos cosas, de ministrar a Dios y a la gente.

4- PREPARAR CON TIEMPO EL ALTAR Y OCUPARSE DEL ARREGLO Y LA PROLIJIDAD


DEL ALTAR
¿Esta ordenado el lugar de los instrumentos? o ¿hay muchos cables y aparatos? Tenga
cuidado, el altar es un lugar donde se guía para la adoración, cuide que todo esté en
orden para evitar accidentes. Adorne el lugar como para el Señor.

5- PREPARAR DE ANTEMANO LA TRANSICIÓN ENTRE UN CANTO Y OTRO


 Pensar de antemano lo que se va a decir entre canto y canto.
 No se debe anunciar el título de cada canción, pero sí se debe invitar a la iglesia,
con gracia con inteligencia a cantar la próxima canción.
 Se pueden continuar o enganchar canciones aún aquellas que no están en la
misma tonalidad.
6- CONOCER Y UTILIZAR LAS ESCRITURAS A LAS HORA DE MINISTRAR
 Una de las mejores maneras que tenemos de motivar a la congregación es usando
y declarando porciones de la Escritura.
 El músico sobre todo el director de la alabanza tiene que leer y conocer la Escritura
que cuando cite la Biblia, lo haga correctamente.

7- APRENDER UN POCO DE CADA INSTRUMENTO


 Es fundamental que el líder de alabanza, el director, conozca un poco de cada
instrumento, no quiere decir que toque cada instrumento, pero que sepa al menos
lo básico de cómo se ejecuta, cuáles son las técnicas.
 Distintos tipos de instrumentos de acuerdo a su naturaleza.
o Instrumentos de viento:
 Maderas. Flauta.
 Metales. Trompeta, trombón, saxo.
o Instrumentos de percusión.
 Batería
 Set de percusión
o Instrumentos de cuerda.
 Guitarra, bajo.
 Piano.
 Violines.
o Instrumentos electrónicos.
 Sintetizador.
 Computadora.
 Distintos tipos de instrumentos de acuerdo a su función.
o Instrumentos rítmicos.
 La batería
 La percusión
o Instrumentos melódicos
 Los vientos
 La voz
 Los teclados
 El bajo
o Instrumentos armónicos
 El piano
 La guitarra

8- APROVECHAR BIEN LOS TIEMPOS DE ENSAYO


 Dedicarle más tiempo a ensaya aquellos temas nuevos y canciones que todavía no
dominan.
 Escuchar de antemano los temas que se ensayarán.
 Repartir copias de los acordes, las letras y partituras si fuera posible.
9- APRENDER A ANIMAR Y NO REGAÑAR A LA GENTE
 Muchas veces lidiamos con públicos difíciles y eso genera cierta indignación en el
que dirige la alabanza, pero el error que no debemos cometer que muchas veces
sucede, es regañar a la gente o hablarles con sarcasmo con ironía.
 Siempre es mejor motivar que regañar, animar que condenar.
 Un detalle importante es que el público sigue a su líder. Si los líderes están
desanimados o indiferentes, el público, la congregación va a estar apática e
indiferente; en cambio si los líderes están alegres y están adorando a Dios, la
congregación les seguirá.

10- MANTENER EL ENFOQUE TRIDIMENSIONAL DE LA ALBANZA

La tarea es triple

 Enfocarse en Dios, en adorarle, en alabarle, en agradarle.


 No olvidarse de la gente, observarles y guiarles.
 Abrir el corazón y recibir uno mismo.

11- APRENDER A COMUNICARSE CORRECTAMENTE


 El líder tiene que comunicarse con los músicos. Tiene que mirarlos, hacerles señas.
 También tiene que comunicarse con la gente.
o Invitar.
o Motivar.
o No debe abusar del tiempo.

12- TENER CUIDADO CON EL TIEMPO


Si hablas con tu pastor y establecen bien el tiempo que dura alabanza no habrá
problemas, siempre y cuando se respete el tiempo y cierta flexibilidad. El líder de
alabanza debe evitar alargarse demasiado todos los domingos, con la excusa de
siempre, que sintió la Presencia. Por otro lado, los pastores deben de reconocer el
momento del Espíritu y fluir con él, cuando el Señor derrama su presencia a través de la
ministración de alabanza.
Dimensiones de la alabanza y la adoración.
Tres dimensiones de la alabanza y la adoración.
¿Cuáles son las dimensiones en el espacio? Altura, ancho y profundidad.
Vamos a hablar de la alabanza y la adoración desde esa perspectiva tridimensional.
Para que la alabanza y adoración sea efectiva hay reglas que tienen que ver con las tres
dimensiones.

I- En la Dimensión Vertical
PRIMERA REGLA: La alabanza debe ser estar enfocada en dirección vertical. La
dimensión vertical es la que representa la búsqueda, la comunión y la interacción con Dios,
con el que está arriba, en los cielos, el Altísimo, el Alto y Sublime. La verticalidad es la relación
directa con Dios.

Tenemos entonces una primera regla: la alabanza debe estar enfocada en dirección vertical.
Es decir, la alabanza debe estar dirigida a Dios, la alabanza se tiene que centrar en Dios, se
tiene que enfocar en Dios, tiene que apuntar hacia arriba como dice el salmista en el salmo
123.1: A ti alcé mis ojos, A ti que habitas en los cielos.

En otras palabras, cuando alabamos y adoramos la alabanza y adoración tiene que estar
enfocada en Dios.

¿Cómo podría estar mal enfocada o mal centrada la alabanza y la adoración?

1- SE PIERDE EL ENFOQUE VERTICAL CUANDO ESTAMOS MÁS


PENDIENTES DE LA GENTE QUE DE DIOS.
Claro que el que ministra trabaja con gente, pero la alabanza y la adoración se tienen
que centrar en Dios. La prioridad no debe ser agradar a la gente sino agradar
a Dios.

La tarea del que ministra la alabanza y la adoración es llevar el pueblo a la


presencia de Dios. TENEMOS QUE SER guías, conductores. NUESTRA
PRIORIDAD TIENE QUE SER LLEGAR a la presencia de Dios, cuando nosotros nos
enfocamos en la presencia de Dios, y entramos en la presencia de Dios, la gente
querrá unirse y entrar también a través de la alabanza a la presencia de Dios.

Salmo 42:4 Me acuerdo de estas cosas y derramo mi alma dentro de mí, de cómo
yo iba con la multitud y la conducía hasta la casa de Dios, entre voces de alegría
y de alabanza del pueblo en fiesta.

Cuando los ministros están enfocados en Dios. Cuando los ministros están
concentrados en entrar en la presencia de Dios, en ese ambiente se puede sentir la
presencia de Dios y en ese ambiente el pueblo puede entrar en la presencia de Dios.
A veces estamos tan pendientes del pueblo de la gente, que perdemos de
vista la presencia de Dios.
2- SE PIERDE EL ENFOQUE VERTICAL CUANDO SE MINISTRA POR
MOTIVOS EGOCÉNTRICOS. Lamentablemente nunca podemos escapar de
gente que busca el ministerio por motivos egocéntricos. Gente que no busca darle la
gloria a Dios, son ministerios que no están enfocados en la dimensión vertical. El
apóstol Pablo decía: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria antes bien con
humildad”. Tristemente hay muchos elementos en el ministerio que se mueven por
vanagloria y por contienda es decir compitiendo por ser el mejor.

Con deseos egocéntricos, deseos de ser vistos, de protagonismo, deseos de recibir


elogios y no precisamente para darle la gloria a Dios, sino para vanagloriarse.
Claramente cuando esto sucede, la alabanza no está enfocada en la dimensión
vertical, por lo tanto, no será efectiva, ya que no tiene la aprobación de Dios.

Señales de que un ministerio de alabanza no se está enfocando correctamente en la


dimensión vertical y que probablemente es movido por motivos egocéntricos:

a. Se mide el éxito de acuerdo a la cantidad de gente o a la calidad del sonido y


de la música.

b. Se prepara el repertorio, no en base a lo que Dios desea ni en base a la palabra


de Dios, sino en base a lo que la gente desea, porque se busca la aprobación
de la gente.

c. Resultado final, se pone en escena un show, pero no un culto de ministración


a Dios, no un culto dirigido a Dios.

3- SE PIERDE EL ENFOQUE VERTICAL CUANDO SE MINISTRA PARA


“HACER GUERRA ESPIRITUAL”. No hay duda que la alabanza es un arma
poderosa. Batallas se ganaron solo con alabanza y adoración, pero solo si está
dirigida correctamente. A veces sin querer le estamos cantando al enemigo y ese
no es el objetivo ni la dirección correcta de la alabanza. Nunca en la Biblia ni los
salmos, ni los cánticos, ni los himnos van dirigidos a Satanás o a los demonios. La
alabanza es un arma poderosa, pero está mal enfocada si la dirigimos al enemigo. El
poder de la alabanza se desata cuando adoramos al Señor, cuando nos enfocamos en
la dirección vertical, su presencia desciende, y cuando su presencia desciende se
produce la victoria, la libertad, él pelea la batalla, el enemigo vuelve a ser derrotado,
cuando la alabanza va dirigida a Dios, no al enemigo.

Recapitulando:
La primera dimensión que tenemos que buscar es la vertical.
El enfoque tiene que estar en Dios, en agradar a Dios, en entrar en su presencia.
No debemos perder el enfoque:
- No podemos estar más pendientes de la gente que de Dios. Servimos a Dios.
- No podemos ministrar con motivaciones mal dirigidas.
- Nuestro enfoque no está en confrontar al enemigo sino en exaltar a Dios.

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