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Es una de las partes funcionales activas de la iglesia cuyo objetivo principal es traer el mover
profético a la iglesia del Señor trayendo claridad en la visión y cambios a las vidas. (1 Samuel 10: 5b
- 6).
Los músicos y cantores cumplen un papel importante en el servicio a la iglesia y a nuestro Dios; y
esto lo podemos ver a través de la historia de la Biblia, pues con cánticos y música, Dios derrotaba
a los enemigos de su pueblo y les daba la victoria.
Nosotros como ministros del altar, estamos en la búsqueda de la excelencia para ser partícipes del
mover de los últimos tiempos y es nuestro deseo que su nube de Gloria envuelva nuevamente su
pueblo trayendo tan grandes beneficios como en la antigüedad.
Es un Servicio
Dada la definición de ministerio, la mentalidad de cualquier hermano que pertenezca o quiera
pertenecer a este ministerio debe ser la de servidor. Teniendo en cuenta lo anterior, queda claro que
este ministerio deberá estar sujeto a los coordinadores de su comunidad y sobre todo a la guía del
Espíritu Santo.
Por lo tanto:
MUSICO CONSAGRADO == MUSICO APARTADO PARA SERVIR A DIOS
Quizá a más de uno le espante la idea de "consagrarse a Dios", ya que nos remonta a la idea de que
este estilo de vida es solo para los sacerdotes y religiosos, pero para cualquier músico que se decida
a servir a Dios en este ministerio es un requisito indispensable ya que:
1º. No se puede servir a dos amos (Mt. 6, 24), es decir, no se puede alabar a Dios y al demonio.
Cualquier hermano que sirva en la música tiene que entender que ha renunciado a seguir sus propios
gustos y que ahora el Señor le pide que se decida a servirlo con un corazón y un canto nuevo.
2º. Como dice la escritura "Nadie puede decir Jesús es Señor si no es guiado por el Espíritu Santo"
(1ª de Cor. 12, 3). La alabanza y la adoración base de este ministerio, solo se da cuando los
miembros están guiados por el Espíritu Santo, así al cantar, al levantar las manos, al aplaudir, atraen
la presencia de Dios y la comunidad puede sentir claramente que el Señor esta entre ellos y que
puede suceder algo nuevo y edificante.
2. Orar y Adorar Juntos: Esta práctica debiera ser el oxigeno que respira todo
ministerio musical, sin embargo, muchísimas veces es descuidada. Debemos tomar
un tiempo para estar en comunión con Dios como equipo, pero no debe ser solo
unos minutos dentro del ensayo sino un tiempo especial y específico para orar y
adorar a Dios. Cuando un director de alabanza a tenido su tiempo personal de
comunión con Dios tiene mayor facilidad y autoridad para guiar a un grupo de
personas a un momento de comunión con Dios. ¿Te imaginas lo que ocurre si todo
el ministerio musical ha tenido un tiempo en comunión con Dios antes de subir a
ministrar? Que agradado se siente Dios cuando un grupo de sus hijos están tocado
su mejor música solamente para Él, sin ningún otro testigo y sin ninguna otra
motivación que adorarle. Seguramente ese será un ministerio poderoso.
Creo oportuno traer a colación el siguiente versículo bíblico. Porfavor, imagina que
Dios mismo está diciendo esto a tu ministerio de Música.
16Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y
aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos
y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido. 17 Y todo lo que hagan o
digan, háganlo como representantes del Señor Jesús y den gracias a Dios Padre
por medio de él. Colosenses 3.16–17 (NTV)
La música es dada por Dios y es una necesidad humana, igual que la comida. No
podemos vivir sin ella, ni tampoco alabar a Dios sin la alabanza musical. La música
siempre ha estado relacionada con el culto a Dios en todas las culturas. En el
Antiguo Testamento leemos de los músicos del templo y los instrumentos que
tocaban, y somos exhortados a imitarlos. El rey David no pensó que componer
música y verso era menos que su puesto político, y se entregaba de cuerpo y alma
a ello.
En la iglesia se necesita de pastores para guiar a los santos en su crecimiento
espiritual y a maestros para hacer entender la Palabra de Dios. De igual manera, la
congregación tiene necesidad del ministro de música para ayudarle a adorar a Dios
y expresar los sentimientos del corazón. El ministro de música predica al compartir
el mensaje del amor de Dios a través de la música, y pastorea la congregación a
guíarla en el acercamiento a Dios por medio de la adoración.
Hay otros ministerios para las personas que se dedican a la música sagrada. Uno
de los más populares es de ser un cantante especial invitado por las iglesias a dar
un concierto. Después se puede vender sus CD’s. Algunos cantantes y músicos se
unen con un evangelista a ministrar juntos en campañas evangelísticas. El gran
evangelista del siglo pasado, Billy Sunday, decía que tantas personas pasaban a
recibir a Cristo por los cantos de su director de música, el Hermano Homero
Rodeheaver, que por su propia predicación. El nombre George Beverly Shea y su
canto de invitación "Así como soy" es casi sinónimo con el del evangelista Billy
Graham, por quien dirigió la música en sus campañas por tantos años.
No cabe duda que esto es un gran ministerio y la persona que lo lleva a cabo tiene
que ser entregada y espiritual y tener una comunión estrecha con Dios. Para él, o
ella, Dios tiene que ser lo primero en todo. Debe ser salvo y tener una relación
directa con Dios hecha posible por el perdón de pecados y llevar una vida de
santidad. Sobre todo, su actitud debe de ser - Su gloria y no la mía. En seguida
consideremos la preparación espiritual del ministro de música.
1) Su estilo de vida debe ser diferente al del músico secular. Debe llevar una vida
limpia, ejemplo del mensaje de sus cantos, del poder de Dios de transformar vidas.
2) El músico cristiano tiene que haber recibido el nuevo nacimiento, con todo lo que
eso implica, o estará cantando un mensaje que no comprende, sin convicción
alguna.
3) Debe cultivar una personalidad y comportamiento agradable hacia los demás. Sin
negar su propia personalidad de artista, no se debe olvidar que su propósito es de
ministrar, y no debe portarse de ninguna manera que pudiera ofuscar el mensaje.
4) Debe mantener una relación estrecha con el Señor, con oración y lectura bíblica,
para ser un instrumento útil de Dios como ministro del evangelio. Tiene que conocer
al Dios que sirve y pasar tiempo en su presencia para que esto sea una realidad en
su persona.