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Wilfredo Yagüe Cardozo

1. ¿cuál es la finalidad de la intervención desde la psicología jurídica


abordada en cada caso de estudio? justifique su respuesta.

CASOS FINALIDAD DEL PROCESO DE INTERVENCIÓN


El psicólogo jurídico se ocupa de recopilar, examinar y,
finalmente, de presentar pruebas con fines judiciales.

Este es el encargado de valorar si la situación que describe y


presenta la supuesta víctima se puede deber a un posible caso de
acoso laboral.

Confirmar si es o no acoso laboral es una cuestión que sólo le


corresponde al juzgador y no al perito psicólogo.

Para esto se realiza un análisis minucioso de lo acontecido, pues


Acoso laboral

el acoso tiende a ser complejo y difícilmente probable en un


procedimiento judicial.

Por este motivo, es importante y relevante un informe pericial


psicológico, en el que se plasma científicamente el proceso
psicológico sufrido y las consecuencias de haber padecido un
hostigamiento reiterado.

Se analiza el propio testimonio libre de la persona, el tiempo


que ha durado el acoso, y el tipo de acoso que ha sufrido, así
como las consecuencias que han ido apareciendo en la víctima.
Con esto, se demuestra las situaciones de acoso laboral que ha
estado sufriendo la víctima, para aportar datos objetivos sobre
su sintomatología, rasgos de personalidad y la aparición de
consecuencias.

Por lo tanto, un informe pericial psicológico tiene valor judicial,


pues se analiza la causalidad de los síntomas que posee la
víctima. Y además, se tienen en cuenta posibles causas
contextuales que no estén vinculadas con una dinámica de
acoso, como puede ser el síndrome del quemado o conflictos
laborales.
ARTÍCULO 2. Definición y modalidades de acoso
laboral. Para efectos de la presente ley se entenderá por acoso
laboral toda conducta persistente y demostrable, ejercida sobre
un empleado, trabajador por parte de un empleador, un jefe o
superior jerárquico inmediato o mediato, un compañero de
trabajo o un subalterno, encaminada a infundir miedo,
intimidación, terror y angustia, a causar perjuicio laboral,
generar desmotivación en el trabajo, o inducir la renuncia del
mismo.
Adopción: El concepto de adopción se encuentra en el artículo
En Colombia, mediante la Ley 12 de 1991 se aprobó la
Convención sobre los Derechos del Niño adoptada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre
de 1989. No obstante, antes ya existía un marco normativo. Así,
por ejemplo, con la Ley 7 de 1979 se entienden los términos
Proceso de adopción
"niño, joven" como "los menores de 18 años". Por medio de
esta ley se crea el Sistema Nacional de Bienestar Familiar como
servicio público a cargo del Estado para la protección de la
niñez y la familia:

... el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar tendrá por


objeto fortalecer la familia y proteger al menor de edad. Para
restablecer el derecho humano a tener una familia y no ser
separado de ella, que es de orden constitucional, [... se crean]
los comités de adopción del ICBF y de las instituciones
autorizadas integrados por profesionales especializados como
trabajadores sociales, psicólogos, el representante regional del
ICBF, el director o el representante legal de las instituciones
privadas para desarrollar el programa de adopción (art. 20 Ley 7
de 1979).

La valoración por parte de los profesionales debe ser objetiva,


sin embargo, la objetividad del profesional no tiene por qué
estar contrapuesta a la creación por parte de los mismos de un
ambiente de confianza para los solicitantes. El profesional que
proporciona feedback, adoptando una actitud amable y de
seriedad a la vez, proporcionando información útil a los sujetos
evaluados, fomenta la espontaneidad en las respuestas que den
éstos y, por tanto, es capaz de lograr una valoración eficaz, de la
que se extraen conclusiones que se ajustan más a la realidad.

En la adopción el psicólogo forense podrá asesorar a los


operadores de justicia al:
Valorar la idoneidad de los padres adoptantes.
Evaluar psicológicamente al niño, niña o adolescente candidato
a adopción y brindar recomendaciones de manejo a la familia
adoptante.
Evaluar el nuevo entorno en el que se encontraría el niño/la a
adoptado/a.
Asesorar el proceso de adaptación a la nueva familia del niño/a
adoptado/a.
La violencia contra la mujer es definida en el artículo 2 de la ley
1208 de 2008, “Ley de la mujer”, como todo acto que atente
contra la integridad física, psicológica, sexual, patrimonial y/o
Violencia de pareja contra la mujer económica de una mujer, así como también la privación
arbitraria de la libertad, por parte de una persona diferente a
ella. A partir de esto, se puede entonces mencionar que toda
mujer que haya sido violentada por su cónyuge, cuenta con unos
derechos que por ley le deben ser respetados.
El psicólogo jurídico puede ejercer en diferentes campos del
sistema penal: Comisarías de familia, Fiscalía, redes de apoyo,
medicina legal, perito particular y demás áreas que pueda
desempeñarse como auxiliar del derecho, y de hecho es una
exigencia de la Constitución y de las nuevas propuestas de la
ley; pero más que un llamado a la psicología, es un llamado al
psicólogo jurídico para que se empodere de su rol, se apropie de
la importancia de sus funciones en un proceso penal, pues su
desempeño es crucial y hace parte del cumplimiento del nuevo
desarrollo legislativo que busca restituir de manera integral a las
víctimas de actos tipificados con delitos, entre los cuales se
incluye la violencia conyugal.
El psicólogo jurídico es visto como un operador de justicia, por
lo cual es necesario que se expanda en el medio y sobre todo
que la sociedad se haga a la idea de la importancia de su rol
como mediador, perito, clínico atención en crisis, entre otros. El
punto crucial, con respecto a los aportes de la Psicología
Jurídica para el esclarecimiento de los hechos, es dilucidar
cuáles son los mecanismos psíquicos para que una mujer se
sostenga en una relación maltratante; pero más que acompañar
un proceso jurídico, es el acompañamiento psicológico que
requiere una víctima de violencia intrafamiliar, más que realizar
un peritaje es ejecutar una eficaz reparación del daño, un
empoderamiento de género que muestre otras perspectivas y
posibilidades de vida a la mujer; porque el psicólogo jurídico
más que auxiliar del derecho es ejecutor de intervenciones
pertinentes para que aquella pueda salir avante de su relación
maltratante.
Según Torrado (2001) “la Psicología Jurídica le aporta a la
justicia nuevos elementos para la indagación y explicación de
la violencia conyugal, a fin de que sea vista no sólo como un
comportamiento delictivo, sino también como una conducta
compleja que involucra variables socioafectivas” (p.101); es
importante tener en cuenta que el psicólogo jurídico cumple un
rol fundamental en la indagación del caso, pero no es de obviar
que este profesional no solo debe entrar a analizar o buscar
material probatorio para el caso, sino que también debe tener
en cuenta a la víctima como sujeto y cómo este hecho
traumático está afectando su comportamiento y su estructura de
personalidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia
(Ver Krug, Dahlberg, Mercy, Zwi y Lozano, 2003) como “el
uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de
Violencia de género amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona, un grupo o
comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar
lesiones, muerte, daño psicológico, trastorno del desarrollo o
privaciones.”
La violencia de género es conceptualizada por la Ley Orgánica
1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral
contra la Violencia de Género (Ver Ley 1/2004), en su
exposición de motivos, como “una violencia que se dirige sobre
las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas
por sus agresores carentes de los derechos mínimos de libertad,
respeto y capacidad de decisión y que tiene como resultado un
daño físico, sexual o psicológico”. La violencia de género que
se refiere dicha ley comprende todo acto de violencia física y
psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las
amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad
(Ley Orgánica 1/2004, art. 1,3º) que reciben mujeres por parte
de hombres con quienes han vivido o siguen manteniendo una
relación. Recientemente está dejando de ser considerada un
asunto privado y cobra la relevancia de un problema social que
debe ser comprendido, prevenido y adecuadamente valorado.
La figura del perito (de parte o designado judicialmente) y la
comprensión de su papel como colaborador para que la
“realidad” quede incorporada al expediente es trascendente, y
parece ser que, al menos desde los abogados que asisten a las
partes, y habitualmente comentan y trasladan, no se considera
que haya logrado el máximo desarrollo respecto de su “lectura”
de las consecuencias en las mismas, quejándose, no sin razón,
que los informes resultan parciales o incompletos en cuanto a la
captación del contexto o la complejidad y profundidad del
problema (ver Di Nubila, 2005).
Se entiende por "abuso sexual" aquellas interacciones y
contactos entre una persona adulta con un menor de 18 años de

Delito sexual edad cronológica o, equivalente, con la finalidad de obtener un


placer sexual sin el consentimiento de la otra persona. Cabe
recalcar que el abuso sexual también puede ser cometido por
una persona menor de edad o de un adulto a otro adulto siempre
y cuando esté presente una situación de abuso de poder por
razones de sexo, clase social, edad, coerción, etc. Precisamente
se denomina "abuso" porque existe una relación desigual entre
la víctima y el victimario, pues este último está en una posición
de autoridad y poder utilizado en contra de su víctima o
abusado.
Suele creerse que el abuso sexual únicamente conlleva una
violación; sin embargo, podemos encontrar diferentes
modalidades de abuso sexual, clasificadas en abusos con
contacto físico y sin contacto físico (Viviano, 2012).

2. ¿Explique el propósito del acompañamiento psicojurídico? y ¿cómo se


realiza? De un ejemplo.

En escenarios de exigibilidad de los derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación


integral prima lo jurídico como una forma de relacionamiento; lo cual ubica en cierta
desventaja a las víctimas por varias razones: la gran mayoría de víctimas no tienen
acceso a esta información, viven en regiones lejanas en condiciones de pobreza, y no
conocen previamente sus derechos, en general no existe una relación garantista entre el
Estado y los ciudadanos victimizados. En el acompañamiento psicojurídico, la apuesta
política consiste en que el centro de la actuación y la gestión esté articulado al
empoderamiento de las víctimas en sus procesos de exigibilidad.

Lo psicojurídico tiene como propósito fortalecer a las víctimas en sus procesos de


accesibilidad para potenciar sus recursos como sujetos de derechos y políticos, y actores
sociales claves en la transformación de sus contextos. Además, significa aportar nuevas
estrategias para la superación de la impunidad, que apunten a construir un Estado
democrático y de derechos.

Esta perspectiva implica que el desarrollo del acompañamiento psicojurídico comprende


que la construcción se debe realizar con las víctimas y sus organizaciones. Las víctimas
no pueden ser objeto de los procesos jurídicos, sino sujetos activos. En consecuencia, el
trabajo interdisciplinario e intersectorial es vital; es decir, en el centro del proceso deben
estar las víctimas, sus derechos y sus necesidades.

PRINCIPIOS GUÍAS EN EL ACOMPAÑAMIENTO PSICOJURÍDICO

• Un enfoque pedagógico en el trabajo con víctimas: hay que reconocer que las víctimas
son sujetos activos en los procesos y que, para el desarrollo de estrategias jurídicas, se
debe contar con los aportes que se construyan conjuntamente.

• Adecuar lenguajes a contextos culturales y sociales: lenguajes que erijan puentes entre
el universo jurídico y las necesidades de las víctimas.

• Un enfoque diferencial: siempre tener en cuenta el perfil de las víctimas y, en cada uno
de ellos, enfoques generacionales y de género.

• Objetivos basados en el empoderamiento y en la construcción de actores sociales y


políticos: construir narrativas afirmativas y de exigibilidad.

• Caracterizar las poblaciones con las que se trabaja.

• Valorar los impactos psicosociales derivados del hecho violento y los derivados del
proceso de exigibilidad, y fortalecer los mecanismos de afrontamiento.

• Intervenir integralmente: integralidad dada por las necesidades de los grupos y no por
las ofertas institucionales; nivelación de interés basada en las víctimas. El papel
fundamental es mediar entre los intereses de las organizaciones jurídicas y las
necesidades e imaginarios de las víctimas.

• Incidir sobre las prácticas de quienes trabajan con las víctimas en los diferentes
momentos de exigibilidad: sensibilización, generación y construcción de herramientas
de abordaje psicosocial.

• Contribuir al empoderamiento y dinamización de acciones políticas de exigibilidad por


parte de las víctimas: motivar la participación y apropiación del proceso jurídico.

EJEMPLO

Empoderar víctimas de violencia de pareja en el restablecimiento de sus derechos


Referencias

Gomez, O. (2009). MANUAL DE BUENAS PRÁCTICAS EN ATENCIÓN


PSICOJURÍDIC. Tomado de http://gmies.org/wp-content/uploads/2015/05/Manual-de-
buenas-pr%C3%A1cticas-en-la-atenci%C3%B3n-psicojur%C3%ADdicas.pdf

Nota publicada en el diario oficial. (2006). LEY 1010 DE 2006, tomada de


https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=18843

Anónimo, (s,f) REGULACIÓN DE LA ADOPCIÓN DE MENORES EN


COLOMBIA. Tomado de
https://www.oas.org/dil/esp/Regulacion_de_la_adopcion_de_menores_Colombia.pdf

Olaya, A. M.a,(s.f) Breves reflexiones sobre las transformaciones del derecho de


infancia y adolescencia en Colombia y la intervención disciplinaria, documento
facilitado por docente, quien es docente de la Universidad Amazonia, Florencia.

Ospina, M. (S.F). PSICOLOGIA FORENSE EN EL AMBITO DE LA FAMILIA.


Tomado de http://lapsicologiaforense.blogspot.com/2012/12/psicologia-forense-en-el-
ambito-de-la.html

S, L., Baena, Montoya, W. & Fernández, S. (2013). Aportes de la psicología jurídica


en el abordaje de la violencia conyugal hacia la mujer. Revista Psicoespacios, Vol. 7, N.
11, diciembre 2013, pp. 288-306, Disponible en
http://revistas.iue.edu.co/index.php/Psicoespacios

Torrado, A. (2001). Violencia conyugal o de pareja: una mirada desde la psicología


jurídica. Temas socio jurídico. 19, (041), 97–106. Bogotá, Colombia.

Asenci, L. (2008) LA PRUEBA PERICIAL PSICOLÓGICA EN ASUNTOS DE


VIOLENCIA DE GÉNERO1 tomado de
https://www.uv.es/ajv/art_jcos/art_jcos/num21/21proper.pdf

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