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¿Cuán mínima puede ser la competencia de modo que siga siendo significativa?
Si hay enfrentamiento con los candidatos del partido predominante sin temor y con
igualdad de derechos entonces la competencia es significativa, cualquiera sea su
resultado. Pero de no disputarse los escaños, no significa que forzosamente el
sistema no sea competitivo, puede ser subcompetitivo. La distinción entre no
competitivo y subcompetitivo puede ser sutil peor es crucial.
Los sistemas de partidos no competitivos son los sistemas de partido único y los de
partido hegemónico.
Partido único:
En estos sistemas de partido sólo existe y sólo se permite que exista un partido, por
eso la propia denominación de sistema de partidos es conflictiva aquí.
El partido único veta tanto de hecho como de derecho todo tipo de pluralismo
partidista, sólo él puede existir.
Los estados de partido único son más o menos opresivos, más o menos intolerantes
y más o menos extractivos. Esto equivale a decir que las comunidades políticas
unipartidistas varían mucho unas de otras en cuanto a la intensidad de la represión
y del control coercitivo.
Partido hegemónico:
Estos partidos de segunda clase pueden ser una mera burla, una fachada vacía.
Sin embargo, estos partidos secundarios y periféricos pueden tener su importancia
en algunos aspectos de fondo.
Si esto ocurre, todavía nos encontramos lejos de un sistema de partido
predominante, esto es, de una pauta pluralista sub competitiva, pero sí que nos
encontramos con un sistema no competitivo de partido hegemónico.
Por lógica no puede darse un partido hegemónico totalitario ya que lo totalitario sólo
encajaría en un régimen de partido único, pero sí puede haber un tipo más o menos
autoritario de partido hegemónico.
En los regímenes de partido hegemónico los partidos satélites pueden recibir incluso
puestos administrativos, parlamentarios y gubernamentales de manera que se
perfeccione una simulación de pluralismo. Esto se hace para aplacar a la oposición
al régimen permitiendo una cierta y controlada expresión.