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SEMANA 4 ENSAYO
TEMA:
ESTUDIANTE:
AÑO: 2020
I CUATRIMESTRE
En la teoría del capital humano, la educación es el principal componente de esta,
en tanto es concebida como productora de capacidad de trabajo.
Para medir la educación como capital humano, se utilizan indicadores que facilitan
el diseño y la evaluación de la política pública en materia educativa, según las
necesidades de la sociedad, y que hacen más sencilla la comparación entre países
(Azqueta, Galvaldón y Mar-galef, 2007).En general, los indicadores más utilizados
para evaluar la importancia de la educación en el crecimiento económico son: el
porcentaje de alfabetización, la proporción de las personas que asisten a la
educación regular, el porcentaje de personas que asisten a la educación general
básica (incluye preescolar y primaria), el porcentaje de personas que asisten a la
educación secundaria, el porcentaje de personas que asisten a la educación
superior, así como la escolaridad promedio (Neira, 2007).Los indicadores señalados
se han utilizado de manera generalizada en el ámbito internacional, pues presentan
ciertas ventajas en términos de consistencia en la definición para cualquier país y
disponibilidad de la información estadística necesaria para su determinación. No
obstante, según señala Briceño (2011), con estos indicadores no se consigue medir
el capital humano poseído, sino aproximarse a él a través de la educación
académica recibida, la cual contribuye significativamente a su acumulación. A pesar
de lo indicado, Giménez (2003) señala que el uso de este tipo de indicadores,
basados en la educación formal, presenta los siguientes inconvenientes: Se supone
que las personas que han recibido la misma educación han alcanzado el mismo
nivel de conocimientos, tanto si se considera un país determinado como el conjunto
de países. Consideran que cada año de educación supone la adquisición de un nivel
constante de conocimientos, independientemente del ciclo de estudios en el que se
enmarque. No toman en cuenta los medios materiales empleados ni la calidad de la
educación impartida, a pesar de que condicionan la formación adquirida.
Por otra parte, la política pública en educación suele asumir que aumentos
paulatinos en el presupuesto destinado por el Estado al sistema educativo deben
traducirse en progreso y avance en la sociedad. Aun así, en muchos casos, a pesar
de incrementos sostenidos en el gasto en educación, los resultados esperados en
bienestar no se han observado.
Es recurrente, en casi todos los informes del Programa Estado de Costa Rica,
indicar que, a pesar de que la sociedad costarricense ha destinado desde finales de
los años noventa del siglo pasado el 7 % del PIB a fortalecer la educación, la
pobreza en el país no ha podido reducirse del 20 % de la población. Este resultado
pone de manifiesto que la inversión adicional en educación en general no beneficia
de forma automática a los sectores más pobres de la población. Debido a esto, se
requiere identificar las necesidades educativas de las regiones, para brindar una
respuesta adecuada a sus problemas. Por tanto, el desarrollo socioeconómico no
se logra simplemente con aumentar la inversión educativa, sino que esta debe ser
dirigida o focalizada adecuadamente.
Bibliografia.