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UNIVERSIDAD INTERNACIONAL SAN ISIDRO LABRADOR

SEDE REGIONAL SAN VITO

CURSO: ESTUDIO SOCIO ECONÓMICO Y POLITICO DE LA EDUCACIÓN


COSTARRICENSE

SEMANA 4 ENSAYO

TEMA:

LA EDUCACIÓN Y SU EFECTO EN LA FORMACIÓN DE CAPITAL HUMANO Y


EN EL DESARROLLO ECONÓMICO DE LOS PAÍSES

ESTUDIANTE:

OSCAR ANDRES ROJAS BURGOS

AÑO: 2020

I CUATRIMESTRE
En la teoría del capital humano, la educación es el principal componente de esta,
en tanto es concebida como productora de capacidad de trabajo.

La educación formal incluye preescolar, primaria, secundaria y formación superior.


Asimismo, la educación informal comprende lo recibido fuera de los ámbitos
educativos institucionalizados, como la capacitación y el autoaprendizaje.
Últimamente, la experiencia está constituida por todas las vivencias acumuladas por
las personas que les faculta a reaccionar ante las circunstancias, con base en los
conocimientos previamente adquiridos.

No obstante, la ausencia de políticas públicas que incidan para que el sistema


educativo incluya a todos los sectores sociales en igual-dad de prioridades, con
calidad académica, infraestructura adecuada y preparación sólida de los profesores,
ocasiona que la puesta en práctica de la teoría del capital humano pueda llegar a
acentuar las diferencias de clases sociales. De tal forma, las personas que logren
acceder a instituciones educativas privadas de calidad son aquellas que podrán
escalar fácilmente en la estructura social y colocarse en puestos de trabajo con
remuneraciones ubicadas en el percentil 75. En Costa Rica, un estudiante que
proviene de colegios privados tiene el doble de probabilidades de ingresar a la
universidad pública, mientras un 18 % de estudiantes que provienen de la educación
pública logra ingresar al sistema universitario. Adicionalmente, el 53 % de los
jóvenes entre 13 y 17 años que están matriculados en la educación secundaria
proviene del 20 % de las familias económicamente más solventes. Por su lado, el
20 % de los estudiantes que se matriculan en la educación pública es procedente
del 20 % de los hogares más pobres (INEC, 2011, Estado de la Nación). En este
contexto, una inversión educativa en la que quepan to-dos, además de brindar
beneficios económicos para la persona que se educa, le retribuye con beneficios
no monetarios relacionados con la mejora de su estatus social y las mayores
posibilidades de disfrutar de la cultura y del ocio de la sociedad en general.
Asimismo, la educación contiene importantes efectos externos positivos para la
sociedad como un todo.
Precisamente, los efectos externos atribuidos a la acumulación de capital humano
son los resultados que inducen al Estado a participar de forma activa en la inversión
en educación. De esta forma, en el ámbito de la economía pública, la educación
constituye un área propia para la acción del Estado, por los beneficios sociales del
servicio y las externalidades positivas que genera para la sociedad en su conjunto.
Una crítica adicional que se le realiza a la teoría del capital humano consiste en
equiparar a la educación con la fórmula contable de la depreciación. Según esta
teoría, la educación está sujeta a la depreciación. Esta última se produce cuando el
aprendizaje recibido no se utiliza en el mediano plazo o cuando surgen nuevas ideas
que hacen que los conocimientos y habilidades aprendidas queden obsoletos
(Cañibano, 2005). Esta línea de pensamiento contradice el fundamento epistémico
de la misma teoría. La teoría establece que el capital humano es posible mediante
la inversión dada al proceso educativo; por tal razón, la educación no puede quedar
obsoleta, ya que el desarrollo de los conocimientos científicos y técnicos son
procedimientos que se dan como parte integral gestora de la superación del mismo
conocimiento. Lo anterior porque los centros académicos (universidades, institutos
especializados, centros de investigación, entre otros), además de investigar y
desarrollar métodos y teorías, preparan a las personas para ocupar los puestos de
trabajo que la sociedad necesita. Igualmente, de acuerdo con la teoría mencionada,
el proceso de depreciación del capital humano es especialmente grave en las
situaciones de desempleo o jubilación; también, el capital humano que posee un
sujeto no es transmisible a otros individuos y se extingue cuando la persona muere.
Por esto, el capital humano “exige permanente movimiento (como todo capital) ya
que cuando permanece ocioso por el desempleo, se menoscaban las habilidades
adquiridas” (Capocasale, 2000, p. 76). No obstante, debe aclararse que los
conocimientos recibidos sí se pue-den transmitir a otras personas; pero, no se
puede transferir el capital humano poseído como tal, dado que este constituye el
atesoramiento individual de dichos conocimientos (Briceño, 2011).

Para medir la educación como capital humano, se utilizan indicadores que facilitan
el diseño y la evaluación de la política pública en materia educativa, según las
necesidades de la sociedad, y que hacen más sencilla la comparación entre países
(Azqueta, Galvaldón y Mar-galef, 2007).En general, los indicadores más utilizados
para evaluar la importancia de la educación en el crecimiento económico son: el
porcentaje de alfabetización, la proporción de las personas que asisten a la
educación regular, el porcentaje de personas que asisten a la educación general
básica (incluye preescolar y primaria), el porcentaje de personas que asisten a la
educación secundaria, el porcentaje de personas que asisten a la educación
superior, así como la escolaridad promedio (Neira, 2007).Los indicadores señalados
se han utilizado de manera generalizada en el ámbito internacional, pues presentan
ciertas ventajas en términos de consistencia en la definición para cualquier país y
disponibilidad de la información estadística necesaria para su determinación. No
obstante, según señala Briceño (2011), con estos indicadores no se consigue medir
el capital humano poseído, sino aproximarse a él a través de la educación
académica recibida, la cual contribuye significativamente a su acumulación. A pesar
de lo indicado, Giménez (2003) señala que el uso de este tipo de indicadores,
basados en la educación formal, presenta los siguientes inconvenientes: Se supone
que las personas que han recibido la misma educación han alcanzado el mismo
nivel de conocimientos, tanto si se considera un país determinado como el conjunto
de países. Consideran que cada año de educación supone la adquisición de un nivel
constante de conocimientos, independientemente del ciclo de estudios en el que se
enmarque. No toman en cuenta los medios materiales empleados ni la calidad de la
educación impartida, a pesar de que condicionan la formación adquirida.

Así pues, el desarrollo económico ha sido considerado un objetivo importante para


todos los países, independientemente de su régimen político. Muchos modelos y
teorías se han formulado desde los diversos enfoques que han proliferado en la
ciencia económica (keynesianos, monetaristas, estructuralistas, socialistas,
neoliberales, ambientalistas, entre otros).
Conclusiones

La teoría del capital humano puede llegar a ser un eufemismo, si no se acompaña


con políticas públicas que incluyan a todos los sectores sociales. De tal forma, las
personas que logren acceder al sistema educativo de calidad son las que podrán
escalar fácilmente en la estructura social.

Por otra parte, la política pública en educación suele asumir que aumentos
paulatinos en el presupuesto destinado por el Estado al sistema educativo deben
traducirse en progreso y avance en la sociedad. Aun así, en muchos casos, a pesar
de incrementos sostenidos en el gasto en educación, los resultados esperados en
bienestar no se han observado.

Es recurrente, en casi todos los informes del Programa Estado de Costa Rica,
indicar que, a pesar de que la sociedad costarricense ha destinado desde finales de
los años noventa del siglo pasado el 7 % del PIB a fortalecer la educación, la
pobreza en el país no ha podido reducirse del 20 % de la población. Este resultado
pone de manifiesto que la inversión adicional en educación en general no beneficia
de forma automática a los sectores más pobres de la población. Debido a esto, se
requiere identificar las necesidades educativas de las regiones, para brindar una
respuesta adecuada a sus problemas. Por tanto, el desarrollo socioeconómico no
se logra simplemente con aumentar la inversión educativa, sino que esta debe ser
dirigida o focalizada adecuadamente.
Bibliografia.

Cabrillo, F. (1996). Matrimonio, familia y economía. España: Minverva


Ediciones, S. L.

Cañibano, C. (2005). El capital humano: factor de innovación, competitividad


y crecimiento.

Barro, R. (1991). Economic growth in a cross section of countries. Quaterly


Journal of Economics, 106(2), 407-443.

Hanushek, E. (2005). Por qué importa la calidad de la educación. Re-vista


Finanzas y Desarrollo, 15-19. Junio, Fondo Monetario Internacional

Briceño, A. (2011). La educación y su efecto en la formación de capital humano


y en el desarrollo económico de los países. Apuntes del CENES, 30(51), 45-59.

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