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Todos los días en la Unión Teológica Católica, tenemos más de 40 países representados y
un número equivalente de congregaciones. El cuarenta por ciento de nuestros estudiantes
son miembros de órdenes religiosas. Muchos están en programas de estudio, mientras que
otros están en educación continua, en un año sabático o en preparación para el ministerio de
capacitación. Si bien algunos han celebrado los Jubileos de Oro, muchos otros son
miembros más nuevos y provienen de varios lugares en los Estados Unidos y en todo el
mundo.
Aprendizaje 1: las personas que han entrado recientemente en la vida religiosa se
sienten llamadas por los votos.
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Respondiendo a los clamores de la gente y de la tierra, la gente quiere ser llamada más allá
de sus propios límites, al amor y la generosidad. Nuestra vida religiosa debe valer toda la
vida, o no vale la pena. Nuestros votos deben ser un testimonio radical de amor en el
mundo. Aunque se necesita toda una vida de práctica para dar todo a la misión de Dios,
queremos ser llamados. La oración y una profunda vida interior son
fundamentales. También debemos vivir esto juntos, animándonos unos a otros a vivir los
votos como nos llaman, más allá de lo que imaginamos. No se limita a nuevos miembros,
pero a veces necesitamos nuevas personas en nuestras vidas que a través de sus esfuerzos
nos llamen a esto también.
Vivo en Chicago, una ciudad que, a pesar de su tremenda diversidad y amabilidad, también
tiene vecindarios que luchan contra la pobreza, la violencia armada y las pandillas. En
partes del sur de Chicago, demasiados jóvenes luchan con la falta de alimentos, la
inseguridad, la educación inadecuada y no sienten que pertenecen a la comunidad en
general o incluso a la ciudad de Chicago. Sentir una falta de pertenencia es probablemente
más común de lo que piensas, quizás incluso entre aquellos que están cerca de nosotros.
En este contexto, nuestros deseos deben ser una respuesta a estas necesidades
insatisfechas. Sí, participamos en cómo hacer frente a esta escasez, pero eso no es todo. Los
votos deben servir como respuesta (¡Buena Noticia!) A las necesidades de pertenencia que
nos rodean. Vivir la obediencia requiere que escuche profundamente a los marginados de la
sociedad, para escuchar cómo mis votos de pobreza y celibato pueden ser sinónimos de la
Buena Nueva. Nota: Dios no guarda silencio sobre esto, es más bien directivo. Vivir la
pobreza en este contexto debe reflejar el hecho de que hay suficiente para todos y todos son
bienvenidos. Vivir la castidad del celibato me pide encontrar la manera de incluir a los
jóvenes de manera significativa, una profundización del derecho conferido por Dios a todos
a pertenecer a nuestra comunidad humana. Es una llamada a la hospitalidad radical y no
hay límite para saber a quién incluye y de dónde viene. Los votos deben ser una buena
noticia no solo para nosotros, sino también para todas las personas y la tierra.
Aprendizaje 4: Necesitamos hacer una conexión entre nuestro contexto local y global
y cómo vivimos los votos.
Aprendemos unos de otros. La forma en que vives tus votos influye en la forma en que yo
vivo mis votos. Estamos vinculados. Nuestra forma de vivir los votos donde vivimos está
ligada a la Buena Nueva vivida en otros lugares. Todas las partes del mundo, cada uno de
nosotros, se enseñan algo unos a otros, están relacionados entre sí en Dios. Este vínculo
también representa la forma en que avanza la vida religiosa.
Participar en nuestra diversidad profundizará y ampliará todas las áreas de la vida religiosa,
incluida nuestra forma de vivir los votos.
Cuando escuchamos profundamente las historias de vida y los viajes de los demás, tenemos
la oportunidad de crecer en la compasión y el aprecio por los llamamientos de los demás,
de diferentes orígenes y culturas. Empezamos a ver con qué claridad se mueve el Espíritu
entre nosotros. ¡La diversidad dentro de nuestras congregaciones ES una manifestación de
“Aquí estoy haciendo algo nuevo”! Nuestros diferentes contextos nos invitan a ver cómo
las diferentes culturas escuchan al Espíritu y cómo opera la imaginación a través de los
diferentes lentes personales y comunitarios de las culturas.
¡Y podemos ir aún más lejos! La forma en que vivimos esto tiene importantes
implicaciones para nuestros servicios apostólicos y nuestras comunidades parroquiales. Se
ofrece un testimonio profundo necesario a medida que nos esforzamos por pasar de una
comunidad multicultural a una comunidad intercultural.
Nuestros aprendizajes y esfuerzos también pueden ser una ofrenda a una iglesia
estadounidense cada vez más diversa (mucho más allá de las parroquias étnicas) en
parroquias, escuelas y reuniones. Salimos, pues, con la humildad que nos traen nuestros
esfuerzos y experiencias vividas, hacia el exterior y hacia el pueblo de Dios que refleja la
diversidad de Dios, abiertos a encuentros, encuentros .
Sabemos que vivir lo que nos llama solo es posible en la medida en que nos sumerjamos en
espacios de silencio y atención a través de la oración, entregando a Dios nuestros deseos y
esfuerzos. Es un momento de abandono radical, de entrega, de apertura, de
disociación. 2 También estamos en un período de creatividad, innovación y nueva
aparición. Estamos llamados a vivir profundamente los votos.
Vivir nuestros votos y carismas durante este tiempo es parte de este camino en Dios y con
toda la creación de Dios. Es desde este espacio del Corazón Holístico que la creatividad
abre nuestros deseos y lo que se pide en la vivencia de los votos. Estamos llamados a vivir
los votos ampliamente.
Sí, el Espíritu mueve todo, busca transformarlo todo, y las posibilidades son
infinitas. Entonces vamos !
** Traducido y publicado con permiso del autor y LCWR Occasional Papers - Invierno de
2018 , con fotos de archivo de rscjinternational.org
1
Para un excelente recurso sobre la dignidad de la diferencia y la interculturalidad,
consulte el libro de Anthony Gittins Living Mission Interculturally: Faith, Culture, and the
Renewal of Praxis (Liturgical Press, 2015).
2
“Disociación” es una traducción de “Desvinculación”, un término que se refiere al
notable trabajo de Constance FitzGerald, From Impasse to Profhetic Hope: Crisis of
Memory (CTSA Proceedings, 64 (2009) 21-42.
Provincia:
Estados Unidos y canadá
Nuestra espiritualidad:
Reflexiones de todo el mundo