Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Art. La Lectura Como Practica Sociocultural
Art. La Lectura Como Practica Sociocultural
Art. La Lectura Como Practica Sociocultural
Reading as a
socio-cultural practice
M.Sc. Manuel Alejandro Romero Quesada:* Fa- M.Sc. Manuel Alejandro Romero Quesada
cultad de Comunicación, Universidad de La Habana, Dr.C. Radamés Linares Columbié
Cuba. Dra.C. Zoia Rivera
manuel.romero@fcom.uh.cu
0000-0002-0721-623X RESUMEN:
Objetivo. Se indagaron en elementos que definen, ti-
Dr.C. Radamés Linares Columbié: Facultad de Comu- pifican y caracterizan a la lectura como una práctica
nicación, Universidad de La Habana, Cuba. socio-cultural.
radames@fcom.uh.cu Diseño/Metodología/Enfoque. Se llevó a cabo una
rlinares@infomed.sld.cu revisión bibliográfica que hizo posible constatar aque-
0000-0003-3183-9194 llos elementos que relacionan a las prácticas sociocul-
turales con la lectura.
Dra.C. Zoia Rivera: Facultad de Comunicación, Uni- Resultados/Discusión. Se exponen los principales
versidad de la Habana, Cuba. atributos etimológicos, procesales y multidimensio-
zoia@fcom.uh.cu nales que definen a la lectura como una práctica so-
0000-0002-7017-5493 cio-cultural, haciendo énfasis en las dimensiones his-
tóricas, culturales y políticas.
Conclusiones. La lectura es mucho más que el pro-
ceso por el cual se aprende a descodificar o descifrar
Cómo citar: Romero Quesada, M. A.; Linares un determinado sistema de escritura, más bien es una
Columbié, R.; & Rivera, Z. (2017). La lectura como práctica socio-cultural asociada a relaciones históricas,
práctica socio-cultural. Bibliotecas. Anales de culturales, ideológicas e institucionales. Además se
Investigación; 13(2), 224-230. puede decir que la lectura como práctica socio-cultural
es una práctica que ha estado fuertemente cargada de
Recibido: 16 de mayo de 2017 contenidos ideológicos, normativos y prescriptivos, y es
Revisado: 5 de junio de 2017 advertida a través de diversos discursos sociales, polí-
Aprobado: 15 de octubre de 2017 ticos y culturales pertenecientes a las distintas épocas.
Originalidad/Valor. El valor que tiene la visualización
de la lectura desde esta perspectiva radica en las posi-
bilidades de estudiar otros escenarios más allá de los
hábitos, posibilitando entrar en el mundo de las signi-
ficaciones asignadas a esta práctica, las motivaciones
que mueven a la lectura y las mediaciones que condi-
cionan el acto de la lectura.
PALABRAS CLAVE: Lectura; Fenómeno de la lectura;
Proceso de la lectura; Práctica socio-cultural.
ABSTRACT:
Objective. This article is aimed at investigating the el-
ements that define, typify and characterize reading as
a socio-cultural practice.
Design/Methodology/Approach. A bibliographic
review was carried out to verify those elements that
make possible to relate the socio-cultural practices
* Autor correspondiente. with the reading.
Bib.An.Invest. Vol. 13 No. 2 (jul.-dic. 2017): 224-230
ISSN: 1683-8947
La lectura como práctica socio-cultural bibliotecas anales de investigación
Results/Discussion. The main etymological, procedur- El propio desarrollo político, económico y so-
al and multidimensional attributes that define reading cial vendría a condicionar las maneras de leer, in-
as a socio-cultural practice were exposed, emphasiz- fluyendo directamente en el qué, cómo, por qué y
ing the historical, cultural and political dimensions. para qué se lee; caracterizando así a cada época
Conclusions. Reading is much more than the process según sus soportes y, por consiguiente, sus formas
by which one learns to decode or decipher a certain de leer. Épocas que han marcado el itinerario de la
writing system, rather it is a socio-cultural practice as- lectura desde las tabletas de arcilla mesopotámi-
sociated with historical, cultural, ideological and insti- cas, pasando por la creación del códice y la poste-
tutional relationships. In addition, it can be said that rior invención de la imprenta; las cuales propicia-
reading as a socio-cultural practice is a practice that ron el establecimiento de la lectura como práctica
has been heavily laden with ideological, normative social.
and prescriptive content, and is warned through var- Es decir que, en sentido general, la lectura
ious social, political and cultural discourses pertaining constituye una práctica sociocultural influida por
to different eras. determinantes sociales, económicas, políticas y
Originality/Value. The value of visualizing the read- culturales. Es por ello que el estudio del fenómeno
ing from this perspective lies in the possibilities of de la lectura —desde cualquier perspectiva— re-
studying other scenarios beyond habits, making it quiere de una mirada multidimensional, pues ésta
possible to enter into the world of meanings assigned no ha sido una actividad estática, sino que ha es-
to this practice, the motivations that move the reading tado vinculada a las necesidades de las épocas, los
and the mediations that condition the act of reading. cambios políticos y sociales, la modificación en la
KEYWORDS: Reading; Phenomenon of reading, Pro- concepción de la educación y otros aspectos que
cess of reading, Socio-cultural practice. permiten identificar a la lectura como práctica so-
cio-cultural.
Introducción Es por ello que este artículo persigue indagar en
los elementos teóricos conceptuales que definen,
de un análisis etimológico del término para conti- taría soslayando su complejidad, pues al sustraerla
nuar con el análisis de otras dimensiones que res- de las condiciones subjetivas, culturales, sociales
ponden al proceso psicolingüístico de la lectura y e históricas contenidas en las representaciones y
profundizando en aquellas que la han constituido prácticas sociales de los diversos objetos escritos,
como práctica socio-cultural como son las dimen- no se favorece el análisis cabal que fundamente y
siones históricas, culturales y políticas. explique el fenómeno.
Con lo cual la lectura y el acto de leer consti-
Una aproximación etimológica tuyen un proceso decodificador de un mensaje
a la categoría lectura contenido en un texto para su posterior compre-
sión, asimilación e interpretación; las cuales es-
El análisis etimológico de una categoría como la tán permeadas por factores políticos, económi-
lectura vislumbra un escenario conceptual com- cos, sociales y epocales. Es decir que la lectura
plejo, polisémico y macrosemántico. La multipli- posee una multiplicidad de sentidos y significa-
cidad de sentidos y connotaciones asociados a ésta dos. Con local el concepto de lectura puede ser
plantea, en ocasiones, los entresijos referentes a entendido —en su sentido más limitado— como
qué es la lectura. Por ello, a continuación se pro- un proceso psicolingüístico en el cual intervie-
pone hacer —en un primer momento— un breve nen los elementos subjetivos y textuales. Por otra
análisis terminológico que defina qué se va a en- parte, la lectura será entendida —en un sentido
tender por lectura. más lato— como un fenómeno multidimensional
Según la Real Academia de la Lengua Española expuesto a través de dimensiones contextuales de
(1992): carácter socio-histórico, histórico-cultural e his-
tórico-político, las cuales se evidencian en una
LEER. (Del lat. legĕre). práctica socio-cultural.
1. tr. Pasar la vista por lo escrito o impreso com-
prendiendo la significación de los caracteres La lectura como proceso psico-lingüístico
empleados.
2. tr. Comprender el sentido de cualquier otro La lectura consiste en la articulación de una cier-
tipo de representación gráfica. Leer la hora, ta cantidad de subprocesos que se emplean para
una partitura, un plano. desempeñar determinada práctica concreta. Es-
3. tr. Entender o interpretar un texto de deter- tos subprocesos se encuentran en un nivel psi-
minado modo. co-lingüístico y le facultan al individuo el acceder
4. tr. Descifrar un código de signos supersticio- a cierta información codificada, cuya lectura está
sos para adivinar algo oculto. Leer las líneas influida por el grado de atención y desarrollo para
de la mano, las cartas, el tarot. operar estos subprocesos (Peredo Merlo, 2005).
Los principales componentes de la lectura como
LECTURA. (Del b. lat. lectūra). proceso son el lector y el texto, entre ellas existe
1. f. Acción de leer. una relación dialéctica. El lector, al leer, incorpora
2. f. Interpretación del sentido de un texto (La- los conocimientos que posee, es decir, lo que es y lo
rousse, 2008). que sabe sobre el mundo. El texto incluye la inten-
ción del autor, el contenido de lo dicho y la forma
Estas definiciones, aunque generales, muestran en que se estructura el mensaje (Lomas, 2003).
la esencia de una categoría como la lectura. Expo- Es válido aclarar el carácter bidireccional de la
nen su carácter procesual en tanto es vista como relación texto-lector, pues el lector no solo recons-
un proceso decodificador donde interactúan enti- truye la instancia productora, sino que se convier-
dades como el lector y el texto básicamente. Ade- te en el constructor del texto leído. De ahí que se
más, devela la finalidad interpretativa de la lectura sobreentienda que un texto sin lector no tiene sen-
para llegar a la comprensión y entendimiento de lo tido. El texto, como entidad de este proceso, alude
escrito. En opinión de Ramírez (2009), leer y lectu- a la existencia de un subproceso lingüístico que
ra, verbo y sustantivo, en la dimensión conceptual, condicione a la relación con lo textual por determi-
pueden entenderse de una manera simplificada o nados conocimientos anteriores y precompresio-
compleja. El simple acto de decodificar y compren- nes que permitan la ocurrencia de proceso lector,
der implica solo el sentido procesual de la lectura. con lo cual lo cognitivo va a materializar el nexo
Si solo se visualiza desde este punto de vista se es- entre texto y lector.
Bib.An.Invest. Vol. 13 No. 2 (jul.-dic. 2017): 224-230
artículos de revisión ISSN: 1683-8947
La lectura como práctica socio-cultural bibliotecas anales de investigación
atracción de los lectores no es lo mismo que atrajo la imprenta —con vasta producción de textos— al
a los lectores de los siglos xviii y xix. Por otra parte, mejor aliciente para la expansión de la práctica
el siglo xx, especialmente en la segunda mitad, ha lectora.
estado imbuido por cambios sustancialmente pro-
fundos debido al surgimiento y afianzamiento de Dimensión histórico-política
las nuevas tecnologías de la comunicación y de la
información. Dicha etapa ha ganado el calificati- Las formas en que la cultura escrita se fue institu-
vo de “tercera revolución de la lectura”, la cual está yendo en la sociedad responde a una dimensión
trascendiendo a grandes hitos vinculados con la socio-política. El propio proceso de alfabetización
lectura, como son la aparición del códice, como no siempre se estableció como derecho universal.
nuevo formato del libro o la gran imprenta de Gu- Las relaciones de poder condicionaron no solo las
tenberg (Paredes, 2004). formas de leer sino también qué y cómo se leía y
quien tenía el derecho a la lectura. La dimensión
Dimensión histórico-cultural sociopolítica asociada a la lectura refleja esas rela-
ciones de poder que exponen, generalmente, a ese
Si se analiza desde una dimensión histórico-cul- poder instituido que controla, que manipula y, por
tural, la lectura tiene un hito importante en la ende, que condiciona el proceso lector. Estos pode-
modificación del alfabeto fenicio por parte de los res a lo largo de la historia fundamentalmente se
griegos en el año 700 A.C. Esta tecnología concep- ven reflejados en la Iglesia y el Estado; aunque exis-
tual fue la base del desarrollo de la filosofía occi- ten otros poderes como pueden ser determinados
dental y la ciencia como la conocemos hoy en día. grupos de presión de carácter económico, político
El alfabeto permitió cerrar la brecha entre una o religioso. De esta manera la lectura y la escritura
lengua hablada y el lenguaje, separando así lo di- han sido influidas por las instituciones de poder
cho de quien lo dice y haciendo posible el discurso que condicionaban la organización social de cada
conceptual. Este giro histórico fue preparado por una de esas sociedades de la era grecolatina (en
unos 3.000 años de evolución de la tradición oral y sus diversas configuraciones: republicana, impe-
la comunicación no alfabética, hasta que los grie- rial y cristiana). No en todas las ocasiones desde
gos alcanzaron lo que Havelock llama un nuevo una perspectiva democrática, pero generalmente
estado mental, “la mente alfabética”, que impulsó las condicionantes político-institucionales de la
la transformación cualitativa de la comunicación época abocaban por una democratización de los
humana” (Castell, 1999). saberes.
Sin duda, el alfabeto constituye una de las in- En la Edad Media la iglesia cristiana se posicio-
venciones humanas más trascendentales de la naría como figura política por excelencia, cuyos
historia. Aunque la comunicación predominante poderes en ocasiones trasgredieran a los propios
era oral, el establecimiento del alfabeto como un poderes monárquicos. Poderes que como nunca
estándar comunicacional fue apertrechando a la antes se volcarían hacia la censura de aquellos
sociedad de una cultura escrita, la cual ha consti- textos que impugnaban los mecanismos religiosos
tuido factor imprescindible en el desarrollo social que constituían el poderío clerical. De esta mane-
y económico. Desde la Antigüedad hasta el Rena- ra las bibliotecas, como instituciones para el desa-
cimiento, la Reforma y la Ilustración, la lengua es- rrollo de la lectura, pasarían a formar parte de los
crita estuvo vinculada al desarrollo, constituyendo recintos monásticos de la época.
un modelo paradigmático de la acción y pensa- Después del período medieval y producto de
miento del hombre en sociedad. la proliferación de las universidades, el acapara-
Es decir, “la cultura escrita es un complejo de miento de saberes se fue mitigando. Es entonces
prácticas de lenguaje incrustado en las compleji- cuando comienza un proceso de socialización de
dades de la vida social y no una variable indepen- la lectura. La idea de esta socialización también
diente, aislada de otros factores económicos, polí- tiene un condicionante político alentado por la
ticos, sociales y culturales” (Graff, 2008, citado por incipiente burguesía como clase emergente que
Kalman, 2008, p. 118). La asimilación de la cultura prepondera el retomar de las culturas clásicas
de lo escrito en los siglos xix-xx despojó a la palabra como paradigma para impugnar precisamente los
hablada como soporte para la transmisión del co- mecanismos de poder establecidos por la iglesia y
nocimiento. Esto posteriormente se complementó la monarquía. Es precisamente esta época la que
con los desarrollos tecnológicos que tuvieron en genera un cambio importante para la sociedad y
Bib.An.Invest. Vol. 13 No. 2 (jul.-dic. 2017): 224-230
artículos de revisión ISSN: 1683-8947
La lectura como práctica socio-cultural bibliotecas anales de investigación
por consiguiente para la lectura. La invención de A finales del siglo xx y lo que va de siglo xxi, las
la imprenta en el siglo xv, por Johann Gutenberg, sociedades comienzan a legitimar los espacios
en Alemania; invento que al instituirse provoca, Web como escenarios de recurrente visita. El mun-
a partir del siglo xvi, la sociedad del impreso. Esta do de la web brinda diversas maneras de acercarse
tecnología jugó un papel importante en las con- a la lectura. Las variaciones de la lectura en este
tiendas político-religiosas encarnadas en la Refor- contexto estrenan una nueva manera de sociabi-
ma Luterana. La rapidez en las nuevas lógicas de lizar e interactuar. A ella están vinculadas nuevas
producción de lo escrito supuso una posibilidad habilidades y estrategias vinculadas a la búsqueda
para que los agentes de poder pudiesen reproducir y recuperación de información, exigiendo, ade-
discursos, ideologías y elementos legitimadores. más, dominio de soportes y contextos para la cabal
Con lo cual propiciar el acceso a la lectura comen- comprensión de los mensajes; no bastando con la
zó poco a poco a aparecer en la escena como un alfabetización cultural sino demandando de una
instrumento de dominación. alfabetización tecnológica-informacional. La Web
Los siglos xviii y xix supusieron el escenario ideal está creando una situación compleja dado que fa-
para una mayor socialización de la lectura. Este cilita el acceso a una inmensa cantidad de infor-
tránsito de la Edad Moderna a la Edad Contem- mación que se transmite no sólo a través del texto
poránea estuvo matizado por grandes momentos escrito sino también mediante la imagen (fija o en
históricos, como la Revolución Francesa, la Revo- movimiento), el sonido, o la unión de todos estos
lución Industrial, la conformación de las socieda- medios. Esto ha conllevado a que el lector asuma
des de masas, entre otros que hicieron que durante un nuevo rol, redimensionándolo hacia la hiper-
estos siglos la mayor parte de los países occidenta- textualidad, la mayor flexibilidad en las estructu-
les comenzaran a procurar la alfabetización de su ras del texto, la libertad por un lado y la superfi-
población. El surgimiento de una masa obrera que cialidad de la nueva estructura de adquisición de
estará lidiando constantemente con determinada conocimientos por otro lado (Figueredo Imamura,
tecnología para la producción, propiciará el inte- 2007; Guzmán, 2009).
rés de las égidas de poder en la socialización de la El análisis del fenómeno de la lectura expone la
lectura. extrema diversidad en la que se ha presentado. Esa
Según Guzmán (2009), diversidad se debe, en particular, al hecho de que la
lectura, desde la más remota antigüedad, ha esta-
Estas masas, protagonistas de la vida social, fue- do estrechamente ligada —desde una perspectiva
ron beneficiarias de un proceso de alfabetización, socio-cultural— a los poderes políticos y religiosos
útil a la producción industrial y el progreso de las que han ejercido sobre ellas un control y una cen-
sociedades decimonónicas. Factores como el ma- sura constantes. La historia de las relaciones de los
yor nivel de alfabetización y la reducción de la lectores con el libro y con la lectura ha estado mar-
jornada laboral favorecieron el auge de la prácti- cada, en toda su extensión, por esas dimensiones
ca lectora a nivel general en la sociedad. El mer- culturales, políticas y sociales (Leenhardt, 1990).
cado lector experimentó así un crecimiento que Es evidente entonces, que
tuvo como respuesta fundamental la atención a
las nuevas necesidades surgidas, lo que se tra- La práctica de la lectura está asociada a muchas
dujo en una explosión editorial y la proliferación otras prácticas sociales como una actividad esen-
de literatura dedicada a tres sectores que habían cial en las sociedades modernas y cosmopolitas.
permanecido hasta el momento soslayados: mu- De aquí que sean múltiples las funciones de la
jeres, niños y obreros (p. 48). lectura, que van desde aquellas que se mueven
en los circuitos de la producción, el comercio y
A partir de la segunda mitad del xx se originaron el consumo, hasta las que ocurren por el “simple
nuevas maneras de proceder ante el acto lector. placer” de leer. Ya no se diga las funciones comu-
Las llamadas nuevas tecnologías de la información nicativas y epistémicas sobre el mundo que cir-
y comunicación se erigen como fuertes mediado- cunda al ser humano; o las estrictamente cultu-
res de dicho proceso. Al igual que la cultura impre- rales, artísticas y estéticas. Estamos, pues, frente
sa, las nuevas tecnologías, en lugar de suplantar a a una práctica de las sociedades de suyo comple-
la cultura oral, brindaron nuevas posibilidades de ja, que ha sido estudiada y reflexionada desde el
preservar y difundir el conocimiento, tras redi- momento mismo en que se ha construido y evo-
mensionar las prácticas lectoras. lucionado como práctica social (Ramírez, 2005).
Bib.An.Invest. Vol. 13 No. 2 (jul.-dic. 2017): 224-230
ISSN: 1683-8947 artículos de revisión
bibliotecas anales de investigación Romero Quesada | Linares Columbié | Rivera
Bibliografía
Castell, M. (1999). La era de la informa- Kalman, J. (2008). Discusiones concep- Paredes, M. J. G. (2004). La lectura. De la
ción Economía, Sociedad y Cultura. Recu- tuales en el campo de la cultura escrita. descodificación al hábito lector. Razón y
perado de http://www.hipersociologia. Revista Iberoamericana de Educación; Palabra. Recuperado de www.razonypa-
org.ar/catedra/material/Castellscap5.html 46(2008), 107-134. labra.org.mx/libros/libros/lecturades.pdf
Chaab, C.; Romano, G.; & Diumenjo, V. Larousse, E. (2008). El Pequeño Larousse Peredo Merlo, A. (2005). Algunas tenden-
(2011). Taller de Lectura y Escritura. Cen- Ilustrado. París, Francia: Editorial Larousse. cias sobre los estudios de la lectura. Len-
tro de Promoción de la lectura y de la in- guaje; 33, 13-40.
Leenhardt, J. (1990). El saber leer, o moda-
formación de Mendoza. Recuperado de: Ramírez Leyva, E. M. (2005). La práctica
lidades sociohistóricas de la lectura. Revis-
https://scholar.google.es/scholar?clus- de la lectura: comprensión desde la teoría
ta Criterios; (25-28), 54-65.
ter=1030577594069580119&hl = es&as_ de las representaciones sociales. Ponencia
sdt=2005&sciodt= 0,5 Lomas, C. (2008). Leer para entender el presentada al Seminario Lectura: Pasado,
mundo. En: M.I. Borrero Pardo, & F. Coro- Presente y Futuro. México: CUIB, UNAM.
da Silva Ribeiro, W. (2008). Práticas de na (Eds.); Lecturas complementarias para
leitura no mundo ocidenta. Ágora, 3(1), maestros: leer y escribir con niños y niñas Ramírez Leyva, E. M. (2009). ¿Qué es leer?
34-46. (pp. 228-244). ¿Qué es la lectura? Investigación Bibliote-
cológica; 23(47), 161-188.
Figueredo Imamura, A. (2007). Programas Lyons, M. (2001). Los nuevos lectores del
Nacionales por la Lectura en América La- siglo xix: mujeres, niños, obreros. En: R. Real Academia de la Lengua Española.
tina y el Caribe: Contenidos y Enfoques Chartier, & G. Cavallo (dir.); Historia de la (1992). Diccionario de la Real Academia
(Tesis de licenciatura no publicada). La lectura en el mundo occidental. Madrid, de la Lengua Española (21a. ed.). Madrid,
Habana, Cuba: Facultad de Comunicación, España: Grupo Santillana de Ediciones, España: RAE.
Universidad de la Habana. S. A. Silva, R. (2003). La lectura: una práctica cul-
tural. Debate entre Pierre Bourdieu y Roger
Guzmán Gómez, M. (2009). La lectura en Martín-Barbero, J. (2005). Transdisci-
Chartier. Sociedad y Economía; (4), 161-175.
el siglo xxi: bases para su análisis desde plinariedad: notas para un mapa de sus
una visión transdisciplinar (Tesis de más- encrucijadas cognitivas y sus conflictos Zarate, A. (2012, 19 de octubre de 2012). La
ter no publicada). La Habana, Cuba: Facul- culturales. Recuperado de http://www. lectura en el siglo xxi. Recuperado de http://
tad de Comunicación, Universidad de la debatecultural.org/Observatorio/Jesus- adolfozarate.blogspot.com/2012/10/la-
Habana. MartinBarbero2.htm lectura-en-el-siglo-xxi.html