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Resumen:
Por otra parte, esta determinación se puede desarrollar de tres formas diferentes: la
primera, es la calcinación por secado, la cual funciona para la mayoría de los
alimentos. Este método utiliza una mufla capaz de sostener temperaturas entre 500
ºC y 600 ºC, lo cual ocasiona que los compuestos volátiles y el agua se evaporen,
mientras que las sustancias orgánicas, en presencia de oxígeno, son incineradas y
se convierten en dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno. Así mismo, muchos de
los minerales se convierten a silicatos, óxidos, cloruros, fosfatos y sulfatos. Además,
algunos elementos como mercurio, plomo, hierro y selenio pueden ser parcialmente
volatilizados al aplicar este método (M.C. Peralta Gonzáles, M.C. Maldonado
Enríquez, & M.C. Centeno Zúñiga, n.d.).
De acuerdo a los mismos autores (n.d.), la segunda forma de determinar las cenizas
es la calcinación por vía húmeda u oxidación húmeda; este método, generalmente,
se usa en muestras con alto contenido de grasas, tales como producto cárnico, y
como preámbulo para llevar a cabo el análisis de minerales. Utiliza ácidos o una
sustancia antioxidante o una combinación de ambos; de esta forma, los minerales
se solubilizarán sin volatilizarse. Este método requiere de una campana de
extracción por los gases y sustancias volátiles que se pueden generar.
Finalmente, el tercer método es la calcinación de plasma a baja temperatura, se
conoce también como calcinación o bajas temperaturas; comúnmente usado en
muestras de alimentos que contienen elementos volátiles. En este procedimiento,
la muestra del alimento será oxidada bajo condiciones de vacío parcial; aquí, la
incineración ocurrirá a una temperatura menor que en la mufla común, por lo cual
las estructuras cristalinas, a menudo, permanecerán intactas (M.C. Peralta
Gonzáles et al., n.d.).
Por último, si bien las cenizas constituyen los residuos inorgánicos del alimento tras
la eliminación total de los compuestos orgánicos, es necesario mencionar que
después de llevar a cabo el procedimiento, en la muestra no se encontrarán los
mismos elementos que estaban, en un primer momento, en la muestra inicial, esto
porque hay pérdidas de volatilización y por conversión e interacción entre los
constituyentes químicos del alimento (Márquez Siguas, 2014). Si bien, existe esta
limitación, el objetivo final de esta determinación será el análisis de la calidad del
alimento que se esté estudiando.
Conclusiones:
M.C. Peralta Gonzáles, F., M.C. Maldonado Enríquez, E. J., & M.C. Centeno
Zúñiga, M. I. (n.d.). Manual de prácticas de los laboratorios de alimentos.
Ureta Alvarado Ortiz, C., & Blasco Blanco, T. (2011). Alimentos. Bromatología (2nd
ed.). Lima, Perú.