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Montañas Rocosas

La cordillera de las montañas Rocosas o Rocallosas es una de las más


importantes de América. Extendida a través de Canadá y Estados Unidos, se
les considera la gran columna vertebral de América del Norte, y debido a los
hábitats que soportan y la belleza de sus paisajes, así como de otros factores,
en 1915 se estableció el Parque Nacional de las Montañas Rocosas, en
Estados Unidos. En 1984 los Parques de las Montañas Rocosas Canadienses
fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El nombre de este sistema se deriva de una palabra de origen amerindio, y fue


hasta 1752 cuando un europeo, Jacques Legardeur de Saint-Pierre, lo
llamó Montagnes de Roche. Las montañas y sus alrededores inmediatos fueron
hogar de varios pueblos nativos, en donde alguna vez se cazaron mamuts y
bisontes hoy extintos. Para algunas tribus, como las de los apaches y sioux, las
montañas eran lugares sagrados.

Durante los primeros años de la colonización española se mantuvieron


prácticamente inexploradas, pero en el siglo XVI la región comenzó a ser
examinada. El primer europeo en atravesarlas fue el escocés sir Alexander
Mackenzie, en 1793, pero la expedición de Lewis y Clark, realizada en 1804-
1806, fue la primera que recogió muestras para el estudio científico de las
montañas.

Otros parques nacionales existen en la región: el parque nacional de


Yellowstone, el de Grand Teton y el de los Glaciares, por ejemplo.
Actualmente, las Rocosas son una gran atracción turística, por lo que reciben
millones de visitantes al año para realizar actividades como el senderismo, el
excursionismo y el esquí.

Las montañas Rocosas se ubican en el oeste de Norteamérica y tienen una


longitud aproximada de 4,800 kilómetros.

Características
Las montañas Rocosas se ubican en el oeste de Norteamérica, con una
longitud aproximada de 4,800 kilómetros y una anchura que varía de 110 a 480
kilómetros. Se extienden desde el norte de Alberta y Columbia Británica, en
Canadá, hasta el sur de Nuevo México, Estados Unidos, entre las Grandes
Llanuras en el este y varias cuencas y mesetas en el oeste. En realidad, se
componen de varias cordilleras, por lo que se conforma en un sistema complejo
que incluye las montañas Cabinet y las Salish.
Popularmente se les separa en algunas secciones: montañas Rocosas
Canadienses en Canadá, y montañas Rocosas del sur, del norte y del centro
en Estados Unidos. Incluye la llamada Divisoria Continental de América, que
separa las cuencas que desembocan en el océano Pacífico a partir de los
sistemas fluviales que fluyen en el océano Atlántico.

Las Rocosas del sur constituyen la sección de mayor altura, con picos de más
de 4,250 metros de altitud, pero en general, la cordillera alberga varios de los
picos más altos de Norteamérica, de los cuales el monte Elbert es el mayor,
con 4,401.2 metros de altitud. En las Rocosas de Canadá, el pico más alto es
el monte Robson. El Garnet y el Grand Teton son las montañas más altas de
las Rocosas centrales. Varios picos, especialmente los del norte, contienen
glaciares que sobrevivieron de la última gran glaciación. Es en la sección
septentrional donde se aprecian fácilmente numerosos valles estrechos y
profundos.

En las Rocosas se encuentran las cabeceras de algunos de los ríos más


importantes de Norteamérica; por ejemplo, el Bravo, el Colorado y el Columbia,
alimentados por la escorrentía y el deshielo de los glaciares. Y además de las
montañas, se observan numerosos tipos de formaciones, resultado de millones
de años de modelado. Los glaciares han tallado la piedra, mientras que
agentes geológicos externos han contribuido a modelarla. En el Parque
Nacional de Yellowstone es famosa una gran caldera de un volcán durmiente, y
en otras áreas hay fuentes termales y géiseres; estos últimos poco comunes en
la tierra.

Formación
El proceso de formación de las montañas Rocosas es uno de los más
estudiados, aunque todavía hay divergencias y puntos no del todo
comprendidos. Se acepta que se desarrollaron durante un período de intensa
actividad tectónica, pero que los movimientos que llevaron a su elevación
tuvieron lugar mucho tiempo atrás.

En el Carbonífero tardío, las placas de Laurentia y Gondwana colisionaron, lo


que devino en la orogenia Apalache, mientras que durante el Paleoceno y
principios del Eoceno se produjo una subducción poco profunda por debajo de
la corteza de la actual Norteamérica occidental, lo que comenzó a levantar la
corteza. Cuando los dinosaurios todavía poblaban el planeta, hace unos 100
millones de años, la formación de las Rocosas actuales tomó un rumbo más
definido, aunque su orogenia puede datar de hace 55 y 88 millones de años.
De acuerdo con el National Park Service de Estados Unidos, las más antiguas
rocas encontradas en el Parque Nacional de las Montañas Rocosas se
formaron cuando, por el movimiento de las placas, sedimentos marinos se
sometieron a gran presión y calor. Hace 70 millones de años, las montañas
comenzaron a elevarse considerablemente, a la vez que enormes bloques de
roca cubierta por capas de rocas sedimentarias más antiguas se fragmentaron
y fueron empujadas hacia arriba. En síntesis, los fuertes movimientos de
plegamiento y las fallas, debido a la subducción del suelo marino debajo del
borde oeste de Norteamérica, ocasionaron la compresión del terreno y la
formación de las montañas.

Durante los más recientes 60 millones de años, las montañas han sido objeto
de la erosión y de la glaciación, lo cual les ha dado la forma que se les conoce.
Las glaciaciones del Pleistoceno y el Holoceno tallaron valles, circos y otras
formaciones.

La cordillera es aun geológicamente activa.

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