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SISTEMA INTEGRADO DE PATRULLAJE INTELIGENTE

El Sistema Integrado de Patrullaje Inteligente (SIPI), ha sido concebido


como una política integral del Estado, con el propósito de dar respuesta
inmediata a la colectividad ante la ocurrencia de hechos que ameriten la
intervención de los órganos de seguridad ciudadana y que cuenta con el
apoyo relevante de la comunidad organizada, en términos de labores de
inteligencia social y participación activa en el trazado de sus acciones
operativas. Se trata del despliegue territorial en cuadrantes de paz y vida a
nivel nacional.
En este contexto, se entiende como patrullaje inteligente un sistema
revolucionario y georreferenciado para la organización y coordinación de las
funciones de protección, vigilancia y patrullaje, mediante el empleo armónico
del talento humano y medios, estructurado por cuadrantes, para la
prevención y respuesta a las situaciones de riesgo, manifestaciones de
criminalidad y faltas, que propicie un ambiente de paz y convivencia comunal.
Ahora bien, la obligación del Estado de garantizar la protección de todos
los ciudadanos venezolanos dentro de los límites del territorio nacional a
través de sus órganos de seguridad ciudadana, frente a situaciones de
amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física y mental, así como
de sus bienes, se hace imperante y adquiere características de mayor
importancia. Es allí donde el ordenamiento jurídico desarrolla una serie de
políticas que persiguen garantizar la seguridad física, jurídica, política y
colectiva de la población venezolana.
En tal sentido, se entiende por seguridad ciudadana al orden polivalente,
de contenido antropocéntrico, universal, interdependiente, preventivo,
democrático, indivisible, global, local, integrativo y de connotaciones
cualitativas y cuantitativas que responde a dos factores: percepción de
inseguridad y un estado de satisfacción de necesidades. La seguridad
humana se concibe como un concepto amplio y significa mucho más que la
ausencia de la amenaza militar o delictiva.
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De igual manera, incluye la seguridad en contra de la privación humana,
una calidad de vida aceptable, así como garantías a todos los derechos
humanos; significa, según Villanueva (2000), “seguridad para la gente de
amenazas tanto violentas como no violentas, por cuanto es una condición o
estado caracterizado por la libertad de amenazas a los derechos de las
personas” (p.2). Concepción que se corresponde con lo estipulado en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2009):
Artículo 55: Toda persona tiene derecho a la protección por parte del
Estado, a través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por
ley, frente a situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o
riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades, el
disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes.
La participación de los ciudadanos y ciudadanas en los programas
destinados a la prevención, seguridad ciudadana y administración de
emergencias será regulada por una ley especial.
Los cuerpos de seguridad del Estado respetarán la dignidad y los
derechos humanos de todas las personas. El uso de armas o
sustancias tóxicas por parte del funcionariado policial y de seguridad
estará limitado por principios de necesidad, conveniencia, oportunidad
y proporcionalidad, conforme a la ley.

El aumento de la inseguridad de las personas, no sólo en la calle sino


hasta en su propia casa, ha dado lugar a este artículo con la esperanza de
que mejore la protección policial. Incluso se prevé la participación de los
ciudadanos en su defensa. De acuerdo con Ruiz y Ruiz (2012), la sociedad
exige con ímpetu que “el gobierno y el Estado en general diseñen y ejecuten
políticas de seguridad” (p.200), que vayan en beneficio de su bienestar, de su
tranquilidad, del sosiego, certidumbre y confianza, en la protección de su
integridad física, familia, sus propiedades y el disfrute de todos sus derechos.
En el ámbito de los órganos del Estado y de las políticas que deben
propender los derechos y la convivencia pacífica, tienen estrecha relación
con la comisión de los hechos punibles, estas conductas humanas lesivas de
derechos e intereses de la sociedad, deben ser diagnosticadas en modo,
tiempo y lugar, para las propuestas en combatir el delito.

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Por políticas públicas de seguridad ciudadana, se pueden entender como
las actividades diseñadas, que están dirigidas o coordinadas por el Estado
para identificar la problemática delictiva y para adoptar medidas tendentes a
minimizar los efectos de la delincuencia. De tal manera, es preciso para
reducir estos índices, la implementación inmediata de políticas de seguridad
ciudadana efectivas y eficaces.
Al respecto, en la necesidad de implementación de políticas de seguridad
ciudadana, en el diseño de estas políticas, es primordial el acatamiento al
marco constitucional e internacional referente a los derechos humanos, la
ley, la democracia, la gobernabilidad, la participación ciudadana y la relación
directa con la comunidad.
En consonancia, de acuerdo con Ruiz y Ruiz (ob.cit.), es importante que
los organismos de seguridad ciudadana escuchen a las comunidades, sus
opiniones, sus sentires, sus vivencias, su conocimiento, de manera que
ayuden en la construcción de una política de seguridad ciudadana, de forma
democrática y plural; es preciso además, una excelente coordinación policial,
que cada organismo de seguridad cumpla su función natural en la prevención
y represión, no subestimar denuncias.
Asimismo, el órgano principal de investigación a trabajar los delitos graves
y las policías preventivas pueden ocuparse de las faltas y delitos menos
graves, a fin de que no se dispersen esfuerzos en la lucha contra el delito; el
equipamiento de los organismos de seguridad, adaptación a las nuevas
tecnologías, así como la vocación, profesionalización y especialización del
funcionario policial, quien debe gozar de excelentes beneficios laborales y
seguridad social.
En estas políticas de seguridad, hay que trabajar en la teoría del triángulo
del delito; es decir, en la ocurrencia de los delitos se manifiestan tres
elementos que son: la oportunidad, los medios y el móvil; por lo que es
necesario romper ese triángulo, para que el delito no se cometa. A la par de
estas políticas de seguridad ciudadana, también es necesario, trabajar en
mejorar las desigualdades sociales, las tasas de desempleo y subempleo,
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mejorar la situación económica del país, apoyar y fortalecer a la familia, como
unidad insustituible en el desarrollo integral del individuo.
De la misma manera, que se garantice el derecho a la vida, a los servicios
básicos, vivienda, salud, asistencia y previsión social, trabajo, educación,
cultura, deporte, ciencia y tecnología. A su vez, es un anhelo que mejore el
sistema de justicia penal en su conjunto, la policía, fiscalía, tribunales,
defensa pública y sistema penitenciario; así como es necesario unas leyes
acordes al debido proceso penal, a la celeridad procesal, a la fluidez y
mejoramiento de la investigación criminal en la resolución de los hechos
delictivos, al ejercicio del ius puniendi, al castigo del delincuente y el acopio
de las evidencias y los elementos de convicción con la celeridad respectiva.
Por otro lado, se encuentra la consolidación y expansión de los
Cuadrantes de Paz, concebidos como la modalidad de interacción dinámica,
activa y contextualizada en el entorno, en que se desarrollan las labores de
prevención, acción social, atención a las necesidades ciudadanas y
despliegue de la labor policial, vinculándose con las comunidades vecinas y
los distintos actores sociales, aplicando estrategias de proximidad que
optimicen el servicio que se brinda al pueblo que habita en ese territorio, los
organismos públicos en general y los de seguridad ciudadana en particular.
Cabe agregar que, los cuadrantes de paz cuentan con una estructura
organizativa en los diferentes niveles político-territoriales, a través de la
conformación de “Estados Mayores”, que cuentan con la activa participación
del poder popular.
Al respecto Fernández (2017), señala que con los cuadrantes de paz: (a)
se rompe el esquema colonial de administración del delito en el Territorio
Nacional; (b) están definidos por densidad territorial, índice delictivo y
topografía del terreno; (c) poligonal georreferenciada de interés para la
seguridad ciudadana; (d) se clasifican en terrestres, aéreos y acuáticos; (e)
organización básica territorial para la defensa de la Nación; (f) se focaliza la
gestión estadal y misionera de la seguridad ciudadana de manera
transversalmente preventiva; (g) su finalidad es optimizar el tiempo de
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respuesta a los requerimientos de la ciudadanía con la implementación de
herramientas tecnológicas.
A su vez, la finalidad de los cuadrantes de paz consiste en dar una
respuesta inmediata a la colectividad, a través del contacto directo de los
funcionarios con las comunidades, para proteger de forma efectiva la
integridad física de las personas y de sus bienes; asegurar un despliegue
efectivo de los órganos y entes de seguridad ciudadana en todo el territorio
nacional con el empleo de las unidades de patrullaje inteligente; mantener los
estándares de atención al ciudadano; reducir el riesgo de la ocurrencia
delictiva, faltas, conflictos violentos y accidentalidad vial, actuando sobre sus
factores generadores.
Asimismo, promover el acercamiento a las comunidades en función de
una convivencia comunal, en el marco del Plan Patria Segura y la Gran
Misión “A toda Vida Venezuela”; contribuir con la paz y el buen vivir de todos
los ciudadanos; promover la integración de todas las estructuras del poder
popular en las tareas del cuadrante que coadyuven a la generación de la
cultura de paz y garantizar la convivencia comunal; contribuir con los logros
de los objetivos del Plan de la Patria; y emplear como táctica operativa de
proximidad a la comunidad el Punto y Círculo.
En cuanto al concepto del despliegue policial Punto y Círculo, Fernández
(ob.cit.), explica que es la función o actividad operativa del servicio policial, a
ser cumplida por todo despliegue planificado como Punto de Control y a ser
considerado en el Plan de Vigilancia y Patrullaje desarrollado por el Jefe de
la Estación Policial en base a los cuadrantes de paz que consiste en el
servicio de interacción, que no permanece estático, sino que lleva implícito el
interactuar activamente con las comunidades vecinas, verificando,
chequeando, aplicando estrategias de proximidad, relacionándose con las
personas y todas las actividades que se desarrollan en ese sector, que
permitan la construcción de un clima de confianza, seguridad y afecto mutuo
basado en el respeto a los derechos humanos.

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REFERENCIAS

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2009). Gaceta


Oficial de la República Bolivariana de Venezuela. Nº 5.908
(Extraordinario), Febrero 19, 2009.

Fernández, P. (2017). Gran Misión Justicia Socialista. Campaña


Carabobo 2021. Caracas.

Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia. (2017).
Manual de Gerencia y Protocolo de los Cuadrantes de Paz. Caracas:
Gran Misión Justicia Socialista.

Ruiz, W., y Ruiz, J. (2012). Prevención y Seguridad. Cómo Combatir el


Delito. Barquisimeto: Horizonte, C.A.

Villanueva, A. (2000). La Seguridad Humana: ¿Una ampliación del


Concepto de Seguridad Global? En Argentina Global Nº 3. Buenos
Aires, Argentina.

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